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INSTITUTO NRCK3NM. DE ESTRD4STICR GEOGRAFO E INFORMATICA
DR © 1997, Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática
Edificio Sede
Av. Héroe de Nacozari Núm. 2301 Sur
Fracc. Jardines del Parque, CP 20270
Aguascalientes, Ags.
Dirección Internet
http://www.inegi.gob.mx
La Porcicultura en el Estado de Sonora
Impreso en México
ISBN 970-13-1672-X
Presentación
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI) presenta la serie de Monografías sobre los Aspectos
Agropecuarios más relevantes, para incrementar la gama de produc-
tos que difunde los resultados del VII Censo Agropecuario.
Los múltiples productos disponibles incluyen bases de datos que
pueden consultarse en línea a través de Internet; los discos compac-
tos Agros y Cima, así como discos flexibles que también facilitan el
acceso a la información en computadora personal, de manera com-
plementaria a las publicaciones.
Los productos anteriormente mencionados, así como las publica-
ciones de esta nueva serie, son muestra clara de que el INEGI busca
ofrecer información más detallada sobre aspectos agropecuarios,
que son de gran interés nacional. La publicación titulada La
Porcicultura en el Estado de Sonora, cuyo contenido resume los
aspectos más relevantes de este tema, fue elaborada basándose en
los resultados del VII Censo Agropecuario.
Cabe destacar, que la serie de monografías, ha sido enriquecida
con información sobre el medio físico, aspectos demográficos, uso del
suelo y descripción taxonómica, con el objeto de que sea de mayor
utilidad a los usuarios.
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Indice General
Introducción VII
1. Medio Físico y Actividades Productivas 1
2. La Ganadería: una Actividad Tradicional en Sonora 9
3. Distribución Geográfica de la Actividad Porcícola 17
4. Una Porcicultura Privada 33
5. Una Producción a Gran Escala 51
6. Una Porcicultura con Uso Intensivo de Tecnología 57
7. Producción y Mercado 75
8. Organización de los Productores 85
Resumen 93
Apéndice Metodológico 101
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Introducción
La porcicultura ha sido en las últimas décadas una de las actividades
pecuarias con mayor dinamismo en el país. Particularmente en
Sonora, sus altos ritmos de crecimiento la han convertido en el primer
sistema ganadero productor de carne del estado.
Sin embargo, hasta donde ha sido posible advertir, la trascendencia
de la porcicultura no se corresponde con la disponibilidad de un acervo
globalizador que reúna y sistematice los datos y estudios en áreas
específicas que sobre este tema han desarrollado diversas instancias
y donde, en general, se consigne la secuencia histórica de la actividad
porcícola estatal.
El equipo responsable del presente trabajo monográfico se ha
planteado en consecuencia, como objetivo general, avanzar en la
empresa de cubrir ese vacío en la investigación económica regional,
recurriendo por una parte al análisis y explotación de la información
que el propio INEGI genera así como a través de la recopilación y
ordenamiento de los datos sobre la actividad que, dispersos, se
generan en distintas instituciones, de tal suerte que puedan ser
apreciadas algunas de sus características más destacadas.
En este último sentido, ya más específicamente, se pretende
observar con mayor detenimiento las diversas variables que intervienen,
su cuantificación e interrelación, al mismo tiempo que reflexionar
sobre la situación que actualmente experimentan renglones como la
producción, consumo, organización y perspectivas de la actividad.
Adicionalmente se busca mostrar los elementos que confirmen
que las explotaciones porcícolas en Sonora desarrollan su actividad
en condiciones cualitativamente superiores a aquéllas observadas en
el resto del país. El propósito también se orienta a verificar y poner de
relieve el hecho de que la porcicultura, en su papel de "la otra
ganadería", es en términos económicos al menos tan importante
como la ganadería de bovinos.
Así planteada la cuestión, se espera coadyuvar a una mejor
percepción y comprensión del subsector porcícola y valorar su creciente
importancia dentro del panorama pecuario estatal. Además, lejos de
pretender aquí un tratado acabado y riguroso sobre la materia, se
piensa en todo caso en hacer una modesta contribución a la necesaria
recopilación y sistematización de un acervo informativo de utilidad
para quienes se propongan futuros análisis sobre la porcicultura
sonorense.
En cuanto al período estudiado, la visión abarca desde los inicios
de la actividad porcícola moderna, ubicada a mediados de la década
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de los sesenta, hasta el año de 1995; si bien por una parte, se hace
retrospección a los orígenes y trayectoria histórica de la cría y
explotación de cerdos en la región, remontándose a muchos años
atrás de su etapa tecnificada así como por otra parte se formulan
algunos comentarios referidos al primer semestre de 1996, y
aún se aventuran algunas ideas en torno a las perspectivas
futuras de la actividad.
Con el examen de los principales aspectos antes señalados y la
evaluación de las cifras presentadas para la entidad, es posible
reconocer y perfilar a una pomicultura moderna, considerablemente
tecnificada, productiva y a la que se puede distinguir claramente en el
contexto nacional en virtud de ciertas particularidades.
Entre estas peculiaridades, sobresalen las siguientes:
primeramente la concentración de tipo geográfico, ya que la actividad
porcícola se localiza en un reducido número de municipios de una
región específica del estado; concentración que también se da en
cuanto al tipo de unidad productiva y forma de tenencia, que permiten
calificar a la pomicultura del estado de Sonora como una actividad
eminentemente rural y de carácter privado. Además se caracteriza por
su alta concentración en Unidades de Producción que operan en gran
escala, con inventarios superiores al millar de cabezas.
Con el propósito de explicar en detalle y facilitar el análisis sobre
éstas y otras cuestiones, en la presente monografía se ha organizado
su descripción destinando un apartado a la vez para el tratamiento de
cada una de las características en mención y de los puntos propuestos
para reflexión.
Previamente, los dos primeros capítulos se dedicaron a la
exposición de información general a modo de marco de referencia,
tanto de ubicación geográfica con "Medio Físico y Actividades
Productivas", como de antecedentes históricos por medio de "La
Ganadería, una Actividad Tradicional en Sonora".
En un tercer apartado es examinada la distribución geográfica de
la actividad, donde son abordados los conceptos relativos a las
unidades observadas por el Censo Agropecuario, a fin de
mostrar sus características y ubicación; también son exhibidas las
mayores concentraciones geográficas tanto en granjas como
de las existencias de ganado porcino. Se incluyen además referencias
sobre el contexto nacional de los conceptos aquí tratados.
La presentación y análisis de las formas de tenencia para las
unidades productivas y para los inventarios ganaderos es el tema
contemplado en el siguiente punto donde son distribuidos, por tipo de
propiedad, la totalidad de las granjas así como el total del ganado y su
composición por edad y función zootécnica, revisando de paso
algunos de los principales promedios y relaciones entre variables
según el régimen de propiedad detentado. Si bien la intención de este
capítulo es destacar la forma de tenencia prodominante en la
pomicultura estatal -que corresponde al sector privado- se incluye, sin
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embargo, una reseña de la actividad desempeñada por el sector
ejidal, no tanto por su peso en lo económico, relativamente modesto,
como por la significación y trascendencia que entraña en lo social.
El siguiente asunto desarrollado es el concerniente a las grandes
explotaciones porcícolas que, como otra de las características
siginificativas de la porcicultura del estado de Sonora, es analizada a
partir del tamaño y tipo de las granjas así como de la distribución de
la piara, ubicándola también en el plano nacional.
Asimismo se ha dedicado un apartado, el sexto, para reunir la
descripción de todos aquellos elementos relacionados a los niveles
cualitativos con que se practica la actividad en la entidad, como
son composición y calidad del ganado, equipo e instalaciones,
utilización intensiva de tecnología, etc. Este punto se complementa
con un ejercicio de análisis estadístico en donde, mediante un modelo
de regresión, se demuestra que la porcicultura desarrollada en
Sonora es la más tecnificada del país.
Los capítulos finales, por su parte, se ocupan para reflexionar
sobre el comportamiento observado en la producción y consumo de
carne de cerdo y sus expectativas para el futuro (Capítulo 7); así como
lo relativo a la organización de los productores (Capítulo 8).
Por último se presentan una serie de conclusiones, a manera de
diagnóstico, que recogen en forma resumida las cuestiones más
importantes que se han vertido acerca de la actividad porcícola, sus
caracaterísticas, aportes, problemática, necesidades y otros elementos
que permitan -partiendo de la situación que actualmente guarda-
vislumbrar en cierta medida sus perspectivas.
Es oportuno comentar que en la elaboración de esta monografía,
el equipo de trabajo desplegó una serie de labores tanto de gabinete
como de investigación en campo, para lo cual apeló a muy diversas
fuentes, distribuidas en distintas partes del estado; en la mayoría
de estos casos se trató con personas e instituciones directamente
involucradas en el desarrollo histórico de la porcicultura estatal, entre
los que se pueden mencionar a personal de SAGAR (Delegación
Sonora), Gobierno del Estado, Banrural e integrantes de agrupaciones
productivas tanto del sector privado como del social.
En consecuencia el INEGI, así como el equipo responsable de
este esfuerzo, desea hacer patente su reconocimiento y agradecer a
quienes como el MVZ Mario Mainez Urías y MVZ Leni Granich Peralta
contribuyeron en la aclaración de aspectos técnicos, con testimonios
y vivencias así como orientaciones sobre otras fuentes; el primero con
su experiencia como asesor técnico de algunas empresas precursoras
de la moderna porcicultura tecnificada y vicepresidente de la Asociación
Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Cerdo (AMMVEC)
a principios de los años 70; el segundo, en su carácter de actual
responsable de las áreas de avicultura y porcicultura de la Secretaría
de Fomento Ganadero del Gobierno del Estado y, en su momento,
encargado de dar seguimiento al programa de porcicultura ejidal.
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Mención especial merece igualmente la gentileza con la que
siempre fuimos atendidos por el Ing. Gilberto Rivera Olvera, Director
de la Unión Ganadera Regional de Porcicultores de Sonora, quien con
sus apreciaciones orales y escritas permitió corroborar algunas ideas
de trabajo o bien darle otros derroteros a la investigación.
De gran utilidad resultaron también los comentarios sobre la
situación actual de la porcicultura vertidos por el Sr. Oscar Tapia
Gómez, pionero en la actividad, fundador de empresas
industrializadoras del cerdo y actual director del Grupo Lancer.
Para el desarrollo del apartado dedicado a la porcicultura ejidal se
contó con el inestimable apoyo de funcionarios del Banrural como los
ingenieros Humberto Esquerra Traperos, Fernando Borbolla
Hernández y Gerardo Loya Pacheco. Los dos primeros con importantes
aportaciones de tipo documental y estadístico; al último de ellos, en
virtud de haber fungido como coordinador del proyecto porcícola ejidal
en el sur de Sonora durante una buena parte de su desarrollo, le
debemos algunas apreciaciones que resultaron fundamentales para
ampliar nuestro conocimiento sobre aquella experiencia.
Mención especial merece igualmente la amable colaboración de
otras personas e instituciones como las siguientes: Ing. Ricardo Retes
Salazar, Coordinador Administrativo del Servicio Nacional de
Información de Mercados, Delegación Sonora; Lic. Francisco Aurelio
López Espinoza, Subdirector de Evaluación de la Secretaría de
Fomento Ganadero del Gobierno del Estado, e Ing. Fernando Munguía
Félix, Jefe del Departamento de Estadística de la misma dependencia.
Patentizamos también nuestro agradecimiento por la atención
dispensada a las empresas de productores y al organismo cúpula de
éstos: Grupo Alpro, Grupo Kowi, Grupo Lancer, Grupo Pisa y la Unión
Ganadera Regional de Porcicultores del Estado de Sonora.
Quizá sea obvio decir que la completa responsabilidad sobre las
ideas y derivaciones planteadas en este trabajo atañe exclusivamente
al equipo de cuyo esfuerzo ha resultado la presente monografía.
Hermosillo, Sonora., Agosto de 1996.
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1. Medio Físico y Actividades Productivas
1.1 Medio físico y actividades productivas 3
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1.1 MEDIO FISICO Y ACTIVIDADES
PRODUCTIVAS
El estado de Sonora se localiza al noroeste
de la República Mexicana, entre las
coordenadas 26° 13' 55" y 32° 29' 06" de latitud
norte; 108° 27' 12" y 115° 02' 56" de longitud
oeste. Limita al norte con Estados Unidos de
América, al sureste con el estado de Sinaloa,
al este con el estado de Chihuahua, al oeste
con el Golfo de California y al Noroeste con el
estado de Baja California.
Con una superficie de 185 431 km2,
equivalentes al 9.4% del territorio Nacional,
ocupa el segundo lugar en extensión en el
país. El litoral sonorense, bañado por las
aguas del Golfo de California o Mar de Cortés,
mide 1 200 km de longitud desde el
desemboque del Río Colorado hasta la bahía
de Agiabampo; la línea costera la constituyen
varias playas bajas y uniformes, albuferas,
lagunas, estuarios y numerosas islas, siendo
la mayor de éstas -y del país- la del Tiburón
con una superficie de 1 280 km2.
Administrativamente la entidad se subdivide
en 70 municipios -total alcanzado en 1989-
asentándose en la ciudad de Hermosillo los
poderes estatales.
En el territorio de Sonora es posible
distinguir tres tipos de orografía: la abrupta,
que se halla en la porción este, desde la
frontera con los Estados Unidos de América
hasta el sur de Sonora, extendiéndose hacia
el estado de Sinaloa y que corresponde a la
Sierra Madre Occidental; la zona de transición,
caracterizada por sierras y valles de orientación
norte-sur que se ubica entre la Sierra Madre
Occidental y la Llanura Costera. Esta última
región la constituye una franja paralela a la línea
de la costa y es identificable por la presencia
de extensas planicies, con alturas que oscilan
entre 0 y 200 metros sobre el nivel del mar.
La orografía del estado alcanza su punto
más alto en el Pico Guacamaya ubicado en la
Sierra de Nácori, mientras que los puntos más
bajos se hayan a lo largo de la franja costera,
donde la cota es cero. Entre las principales
serranías de la entidad -además de la ya
mencionada- se encuentran las de San
Antonio, Sonoyta, Prieta, Tarahumara,
Huásabas, Nacozari, Cananea, ímuris y
Baroyeca, que presentan valles longitudinales
regados por ríos que se precipitan hacia otros
valles transversales.
El sistema hidrográfico de la entidad
pertenece a la Vertiente del Pacífico, ya que
sus ríos desembocan en el Golfo de California,
siendo sus principales corrientes las
siguientes:
• Río Colorado, que proviene de las Montañas
Rocallosas de los Estados Unidos de
América y sirve como límite natural entre los
estados de Sonora y Baja California.
• Río Sonora, cuyas fuentes se encuentran en
las proximidades de la ciudad de Cananea y
cuenta con un trayecto de 420 km. donde
capta la afluencia de los ríos Bacanuchi y San
Miguel.
• Río Yaqui, el cual nace en el estado de Chi-
huahua y es el más importante de la entidad,
tanto por su volumen como por su longitud de
690 km, recorrido en el que recibe varios
afluentes como los ríos Bavispe, Sahuaripa,
Moctezuma y Tecoripa.
• Río Mayo, que también tiene su origen en el estado
de Chihuahua, presenta un curso de 350 km y la
aportación del caudal del Río Cedros.
Los acuíferos superficiales y subterráneos,
principalmente en sus regiones centro y
noreste, son controlados en su mayoría por
presas y sistemas de irrigación. Entre las
principales presas destacan las de la
Angostura, Plutarco Elias Calles, Alvaro
Obregón, Cuauhtémoc, Adolfo Ruiz Cortínez
y Abelardo L. Rodríguez.
El medio físico, entendido como la suma de
elementos que integran el ambiente (orografía,
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hidrología, suelo, clima, vegetación, etc.)
constituye un elemento esencial de análisis para
la planeación y desarrollo de las actividades
productivas, por lo que resulta conveniente
revisar algunos de estos componentes.
En el estado de Sonora, el paisaje que
actualmente se aprecia es el resultado de la
intensa actividad orogénica de tipo volcánico
ocurrida a fines del Cretácico en la era
Mesozoica y durante el Terciario de la
Cenozoica, que dieron origen a la Sierra Ma-
dre Occidental. Después otros procesos de
levantamiento y erosión de terrenos
conformaron extensas planicies de relieve
suave, es decir, estos procesos moldearon el
territorio del estado dándole su morfología
caracterizada por sierras y planicies.
Por su localización geográfica, al norte del
Trópico de Cáncer, esta región se encuentra en
la franja de los grandes desiertos del mundo,
en los cuales las altas temperaturas y sobre todo
la escasez e irregularidad de las lluvias dan
origen a las condiciones climáticas de extrema
aridez.
En términos generales, las temperaturas
medias anuales a lo largo del año fluctúan entre
los 10° y 30°C aproximadamente. Las
temperaturas más elevadas se registran en el
periodo mayo a septiembre, en lo que el valor
medio alcanza hasta 33°C en los meses de julio
y agosto.
La precipitación presenta valores que fluctúan
desde menos de 10Omm en el Desierto de Al-
tar, 100 a 200mm en el resto de la planicie
costera sonorense, de 200 a 400 en las partes
bajas de la Sierra Madre Occidental, y mayores
volúmenes que van desde 400 a 900mm
ocurren en las partes medias y altas de este
sistema montañoso.
Para Sonora, el agua representa un
importante recurso, sumamente limitado debido
a la escasa precipitación; sin embargo cuenta
con un buen sistema hidrológico el cual se
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favorece por el relieve de la Sierra Madre
Occidental, donde se forman grandes cuencas
cuyo drenaje discurre de norte a sur en la parte
serrana, cambiando de rumbo en la planicie
costera hasta llegar al Golfo de California. Las
principales cuencas hidrológicas son las de los
Ríos Colorado, Magdalena, San Ignacio,
Sonora, Yaquiy Mayo.
La influencia del clima y su interrelación con
el relieve y el sustrato rocoso determinan la
existencia del suelo. Este se presenta en varios
tipos según su origen; por ejemplo, en la sierra
existen suelos poco profundos debido a que,
dada la pendiente, el agua de lluvia arrastra
las partículas de suelo hacia las zonas bajas,
tales como la planicie costera donde los suelos
son más profundos.
En la entidad hay varios tipos de vegetación
que se distribuyen en su territorio como
consecuencia de la combinación del clima,
hidrología, suelo y las características del relieve.
Su vegetación está constituida primordialmente
por matorral desértico, aunque en lo alto de la
sierra domina el bosque; en zonas más
reducidas se encuentran los pastizales
naturales y los manglares en las lagunas
costeras.
La gran diversidad de recursos naturales que
se encuentran en el estado, que se refleja a su
vez en una amplia gama de paisajes, han
permitido a los sonorenses llevar a cabo
distintas actividades productivas, entre las que
se cuentan principalmente las agropecuarias,
mineras y pesqueras, desarrollándose también
la forestería, industria y turismo.
En efecto, la conjunción de los elementos
atrás considerados establece patrones en el
comportamiento de las actividades
socioeconómicas, que para el caso de las
agropecuarias resulta particularmente útil
conocer, ya que en base a aquéllos es posible
determinar el tipo de ganado conveniente para
cada zona o en la planeación de los cultivos que
son factibles de introducir, entre otras
aplicaciones.
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De acuerdo al sistema de clasificación
fisiográfica establecido por el INEGI a través
de la Dirección General de Geografía en 1981,
el estado de Sonora ha sido convencional-
mente dividido en cuatro regiones naturales que
agrupan la gran diversidad de ambientes que
en él se presentan; cada una de estas regiones
reúnen áreas que tienen semejanza en sus
características físicas y biológicas como el re-
lieve, el suelo, el clima, la hidrología, la
vegetación y la fauna, que las hacen
diferenciarse de otras zonas.
Las cuatro regiones delimitadas en la entidad
son: la Llanura Sonorense, la Sierra Madre
Occidental, la Llanura Costera del Pacífico y la
Región de Sierras y Llanuras del Norte. De
ellas, las dos primeras son las que presentan
mayor distribución en la entidad por lo que
frecuentemente, para efectos prácticos, se
habla de dos regiones básicas: la llanura y la
sierra.
La Llanura Sonorense se encuentra al
oeste del estado y comprende prácticamente
la mitad de su territorio. Limita al norte con
los Estados Unidos de América, al sureste con
la Llanura Costera del Pacífico, al este con la
Sierra Madre Occidental y al oeste con el Golfo
de California.
Son 24 municipios los que se encuentran
dentro de esta región, entre ellos los más
extensos del estado como son: Hermosillo,
Pitiquito, Puerto Peñasco, Plutarco Elias Calles
y San Luis Río Colorado.
En esta amplia faja alineada al litoral, el re-
lieve se forma por extensas áreas planas y por
varias sierras paralelas entre sí y con el Golfo
de California.
Elementos complementarios al paisaje son
las dunas o campos de arena, así como la
existencias de lomas, bajadas y promontorios,
algunos de ellos en total discordancia con el
entorno como es el caso de la discontinuidad
formada por la Sierra del Pinacate, la cual está
constituida por cráteres y mesetas de origen
volcánico.
En la Llanura Sonorense predominan los
suelos claros, pobres en el contenido de
materia orgánica, cuya profundidad es
variable, su textura fina y gruesa, y en algunos
casos salinos, pero susceptibles de ser
explotados agrícolamente, con resultados
satisfactorios cuando se dispone de la
infraestructura de riego necesaria.
Esta región es atravesada por ríos
intermitentes (corriendo sólo en épocas de
lluvias). La precipitación es muy escasa y eso
se refleja en el tipo de especies vegetales que
aquí se desarrollan.
La Llanura Costera del Pacífico se ubica en
la parte sur del estado de Sonora y se prolonga
hacia el de Sinaloa; se caracteriza por
extensas planicies costeras marcadas por el
sistema fluvial, donde los elementos
complementarios lo constituyen los deltas. Al
norte limita con la Llanura Sonorense y la
Sierra Madre Occidental, al sureste se
continúa por el estado de Sinaloa y al oeste
linda con el Golfo de California.
Etchojoa, Navojoa, Huatabampo, Cajeme y
Bácum son los cinco municipios que se
encuentran en esta región, la cual se
caracteriza por tener grandes terrenos planos
en la costa, con algunos cerros y lomeríos
aislados que pueden alcanzar los 400 metros
sobre el nivel del mar.
Esta región está irrigada por los ríos más
importantes del estado, el Yaqui y el Mayo,
además de otros de menor importancia como
el Cocoraque, Corcho, Basiabampo y el
Álamo.
Ambas llanuras son el lugar de asentamiento
de los principales centros de población del
estado y de las actividades económicas en
general.
La agricultura se lleva a cabo principalmente
en estas dos regiones, lugar propicio para el
desarrollo de dicha actividad, que es una de
las más importantes en la economía estatal. Las
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áreas cultivadas se irrigan tanto por aguas
subterráneas como superficiales con una
infraestructura de riego de lo más moderna.
Las principales zonas de explotación
agrícola son el Valle del Yaqui y el Valle del
Mayo en el sur del estado, así como la
denominada Costa de Hermosillo. También
sobresalen zonas agrícolas como las del área
de San Luis Río Colorado, Caborca y
Guaymas por mencionar las más señaladas.
El Valle del Yaqui se caracteriza por los
cultivos productores de grano como trigo,
soya, maíz además cártamo y algodón
favorecidos por la gran ventaja que representa
el riego por gravedad, abasteciéndose de la
presa Alvaro Obregón ubicada al noreste del
valle.
El Valle del Mayo, por su parte, es gran
productor de hortalizas como tomate, chile,
chícharo, calabacita, etc. En esta área se
encuentran instalaciones agroindustriales
donde se procesan y envasan los vegetales;
se siembran también cultivos tradicionales
(granos) y algo de frutales que utilizan en su
irrigación, al igual que en el Valle del Yaqui,
el método de gravedad principalmente.
En cuanto a la Costa de Hermosillo, se inició
con cultivo de granos como trigo y garbanzo
además de algodón, pero debido a la escasez
de agua en el subsuelo y al aumento de la
intrusión salina en el agua, se dio un cambio
en el método de riego disminuyendo el
volumen y aumentando el porcentaje de agua
aprovechable, ésto mediante sistemas de
riegos presurizados (goteo, aspersión,
microaspersión, etc.). Por lo tanto se modificó
el patrón de cultivos de tradicionales a frutales
como vid, cítricos, nogal, etc., y hortalizas
como melón, calabaza y sandía.
Tanto los Valles del Yaqui y Mayo como la
Costa de Hermosillo han sido escenarios
también de la cría y explotación en forma
intensiva de algunas especies animales como
bovinos, aves y muy especialmente la de
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porcinos cuyo desarrollo prácticamente queda
circunscrito a los municipios de estas zonas.
Efectivamente, la proximidad a los centros de
consumo, la disponibilidad de grano por ser
una zona productora de altos rendimientos,
así como una estructurada red de vías de
comunicación representaron algunos de los
más importantes factores que intervinieron en
el desenvolvimiento de la avicultura y la
porcicultura en esta región.
Con más bajas concentraciones demográ-
ficas que las regiones de la franja costera y
presencia relativamente menor en la vida
económica de la entidad, se encuentran las
correspondientes a la parte serrana.
La Sierra Madre Occidental se ubica al este
del estado; es una franja montañosa orientada
de norte a sur. Limita al norte con las Sierras
y Llanuras del Norte y con los Estados Unidos;
al oeste con la Llanura Sonorense; hacia el
este se interna en el estado de Chihuahua,
del cual también forma parte; rumbo al sur se
continúa hasta los estados de Nayarit y
Jalisco, en donde se une con el eje
neovolcánico transversal; y al suroeste limita
con la región Llanura Costera del Pacífico.
Son 37 los municipios que se encuentran
en esta región, entre ellos están Sahuaripa,
Bavispe, Yécora, Bacadéhuachi, Bacerac,
Nacozari, etc. Esta zona presenta una gran
variedad de tipos de suelo, el clima es
subhúmedo y templado, y en lugares como
Bacerac, Nacozari y Yécora, las nevadas son
muy comunes.
La cuarta y última de las regiones
denominada Sierras y Llanuras del Norte se
localiza de manera restringida en el noreste
del estado, y se caracteriza por la presencia
de llanuras asociadas a campos de dunas,
valles y pequeñas sierras. Limita al norte con
los Estados Unidos, ai sur y al oeste con la
Sierra Madre Occidental y ai este penetra en
el estado de Chihuahua. Los municipios
comprendidos en esta zona son Cananea,
Agua Prieta, Nogales, Naco y Santa Cruz.
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También se caracteriza por la existencia de
valles y algunos lomeríos, con una altura entre
100 y 2 500 metros sobre el nivel del mar. Su
clima es templado y su temperatura media
anual es de 16o a 18°C con frecuente ocurrencia
de nevadas en la época invernal.
La economía de estas dos regiones, que en
un tiempo fueron asiento del grueso de la
población (aglomerada en torno a los centros
mineros como Cananea, Nacozari, Álamos,
etc.) está representada por actividades como
la minería, la ganadería extensiva y la agricultura
de temporal además de concentrar
prácticamente la totalidad de la actividad
forestal que se realiza en el estado.
La zona serrana presenta en algunos lugares,
principalmente al norte, superficies
considerables de pastizales naturales; también
se encuentran comunidades vegetales que van
desde arbustos (inermes o espinosos) y
matorrales de condiciones secas hasta los
bosques templados.
Lás áreas de pastizales naturales y matorral
son adecuadas en su mayoría para sustentar
actividades pecuarias sobretodo de bovinos,
aunque también presenta áreas de agricultura
de temporal donde la pendiente lo permite.
Si bien en toda la sierra algunas de las
especies arbóreas son utilizadas con fines
forestales maderables, es en la parte más alta
(en los límites con el estado de Chihuahua)
donde se desarrolla la actividad más
intensamente. Esta área de bosques
-principalmente de pino y encino- es la de mayor
importancia económica en la silvicultura del
estado; soporta actividades forestales como
aserrío, resinación, obtención de pulpa para
celulosa, postería, recolección de frutos y
semillas, etc.
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2. La Ganadería: una Actividad Tradicional
en Sonora
2.1 Entre vacas y minerales 11
2.2 Surgimiento y desarrollo de la pomicultura moderna 14
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2.1 ENTRE VACAS Y MINERALES
Las actividades pecuarias han formado parte
esencial en la vida económica de Sonora, las
cuales se remontan a la época colonial donde
inician prácticamente con la introducción en el
siglo XVII de los primeros hatos de bovinos por
los misioneros y colonizadores en las
incipientes congregaciones. Dichos rebaños
jugaron un papel clave en el proyecto de
expansión misional y de la colonización en
general.
En el caso de los porcinos, al parecer los
primeros ejemplares procedían de la provincia
de Extremadura, España, con características y
rasgos más bien cercanos con el jabalí; a este
tipo de cerdo se le conocía como "pelado".
También fue introducido el llamado "cuino" que
presentaba cualidades de mayor domesticidad
y propensión a engordar, el cual era traído de
las Filipinas por la Nao China y otras
embarcaciones en su ruta a Acapulco, por
donde fueron introducidos al país, llegando
posteriormente a Sinaloa y de ahí a Sonora.
Durante un dilatado periodo la ganadería
bovina constituyó, al lado de la minería, el núcleo
de desarrollo hasta bien entrado el presente
siglo. Teniendo como escenario la región
serrana, estas actividades conformaron un
binomio en el que las explotaciones ganaderas
se presentaban, por lo general, vinculadas a los
centros mineros a los cuales abastecían del
sustento alimentario necesario, en lo que se ha
denominado como "modelo minero-pecuario
exportador".
Bajo este esquema, en no pocas ocasiones
ambos tipos de explotaciones aparecían
detentadas por el mismo dueño. Pos-
teriormente se hace presente en estas
actividades el capital norteamericano, que
asociado con los grandes rancheros de este
lado -y más adelante prescindiendo de ellos-
llegaron a controlar enormes extensiones de
agostaderos.
De esta manera se incrementó el potencial a
usufructuar en forma extensiva, especialmente
en el norte de la entidad, mientras que en otras
regiones más al sur y casi colindando con el
vecino estado de Sinaloa, la actividad se
caracterizaba por ser de autoconsumo y sólo
en cierta medida comercial.
Sin embargo en lo que respecta a los
cerdos, su explotación continuaría siendo de
traspatio y sólo como una forma de ahorro de
las comunidades rurales, conservando
básicamente las características genéticas de
los ejemplares primigenios. En 1884, con la
conexión del ferrocarril de Sonora y Arizona
se hizo posible la importación e hibridación
con cerdos de las razas Duroc y Poland China,
proceso que perduraría hasta el año de 1970.
Con el deslinde y apertura al cultivo de
amplias superficies en la llanura costera,
aparejado a la creación de infraestructura
hidráulica -ya en el periodo posrevolucionario-
la agricultura se constituyó en el nuevo polo
de desarrollo, desplazando al modelo minero-
pecuario del lugar preponderante que
ocupaba en la vida económica del estado. Por
lo tanto, la planicie costera adquirió mayor
relevancia, trasladándose a ella importantes
contingentes de la fuerza de trabajo y núcleos
de la población en general anteriormente
asentados en la zona serrana.
En 1915 ya se producían en el Valle del
Yaqui jamones, embutidos y tocino para los
nuevos colonizadores. Incluso en los años
veinte Alvaro Obregón llega a exportar carne
endiablada producida con su cría de 400
cerdos. A esa época también corresponde la
fundación de la Estación Agrícola
Experimental del Valle del Yaqui (1927) y poco
tiempo después se establece una explotación
de puercos bajo confinamiento.
Por otra parte, la gran depresión norte-
americana de los años treintas -a partir de la
cual las actividades agrícolas emergieron a un
primer plano en el estado- significó un fuerte
golpe para la ganadería bovina local, orientada
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fundamentalmente a la exportación de becerros
en pie, debido a la imposición de aranceles
excesivos por parte de los Estados Unidos.
Esta situación sólo se revertiría hasta 1935,
justo con la recuperación estadounidense. En
esa época se creó la cámara local ganadera
-novedosa forma organizativa surgida a raíz de
la crisis- y la ley ganadera de 1930 que
contribuyeron notablemente a reforzar un
frente no tan vulnerable y menos dependiente
de la influencia norteamericana.
Durante el régimen del presidente
Cárdenas, la actividad pecuaria sonorense se
fortaleció e integró más que nunca. El
programa agrario cardenista en Sonora se
propuso sacar a la ganadería de la recesión
con medidas tales como el fomento a la
exportación de ganado, el aprovechamiento
del mercado local, la creación de la Cámara
Nacional Ganadera Delegación Sonora (1936)
y el Banco Ganadero (1939)
El programa en Sonora también incluyó el
reparto de 319 mil de las 528 mil hectáreas
de agostadero entregadas por el Presidente
a numerosas comunidades y ranchos
ganaderos. Todo ello significó también una
mayor incorporación de la actividad pecuaria
al proyecto general de la federación, que al
igual que en el caso de la agricultura estaría
más unida como grupo empresarial y como
suministradora de alimentos a la población
nacional.
En los años cuarenta, con la demanda
generada por la Segunda Guerra Mundial,
Sonora recuperó su posición adelantada en
la producción pecuaria nacional al aportar el
45% del inventario total en el noroeste y el
30% de la cuota exportada a Estados Unidos
entre 1939 y 1945 -periodo que duró la
contienda- estimada en una media anual de
45 000 bovinos, bajo los auspicios de la recién
creada Unión de Crédito Ganadero.
La expansión de la agricultura y la
modernización en general del campo, incluyó a
las actividades pecuarias al desarrollar en los
valles cultivos especializados en el consumo
animal. La política ganadera del momento
consistió en industrializar la carne en el mismo
lugar de la producción de insumos. Se fijaron
los puntos básicos para trasladar la actividad
ganadera de la sierra a la región de la costa,
bajo la nueva modalidad agroindustrial. Al final
del decenio, los municipios de Hermosillo,
Cajeme, Navojoa y Etchojoa concentraban el
39% de todo el valor producido en la entidad y
la totalidad de las frigoríficas, que por sus
actividades conjuntas alcanzaron un alto grado
de productividad, distinguiéndose por ello
dentro de la estructura industrial.
En la década de los cincuenta la actividad
ganadera experimenta una etapa dé
expansión sostenida, en virtud de estímulos
como la reglamentación y establecimientos de
plantas "Tipo Inspección Federal" (TIF). El
inventario de bovinos se redobló notoriamente
con un incremento de 80% entre 1950 y 1957,
contra apenas el 30% en el decenio anterior,
lo que garantizó la cuota a exportar y la oferta
interna; se generalizó la práctica de la
estabulación y con ello se facilitó la
explotación industrial en gran escala.
Por otro lado, en esta época tiene lugar la
construcción de grandes presas y caminos en
la zona serrana como parte de la ampliación
de la infraestructura agrícola, lo que
indirectamente viene a reactivar la rezagada
ganadería serrana al abrir nuevos cauces para
su comercialización en los centros urbanos
de la llanura. Es en este contexto en el que
hace su aparición la ganadería ejidal, aunque
en forma incipiente debido a las limitaciones
impuestas por la escasez de apoyos y
recursos para su desarrollo.
Para la década de los sesenta se
implementaron nuevas estrategias como
alternativa a las prácticas en uso,
principalmente para afrontar heladas, sequías
y otras contingencias que habían venido
presentándose, mermando sensiblemente los
inventarios ganaderos.
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Estas estrategias implicaron una mayor
tecnificación e inversiones, entre las que se
contemplaron estudios de coeficiente de
agostadero, introducción de pastos cultivados
de alto rendimiento, aprovechamiento de
fondos internacionales como los de la Alianza
para el Progreso, asesoramiento y auxilio
técnico diverso y otros. Si bien estas medidas
no modificaron sustancialmente la estructura
de la ganadería, sí contribuyeron a sentar las
bases de una actividad más intensiva e
industrializada.
Hasta este punto las actividades pecuarias
se habían centrado fundamentalmente en la
cría y explotación de bovinos, mientras que,
las llamadas especies menores ocupaban un
papel secundario, caracterizándose por sus
explotaciones de tipo semiintensivo,
instalaciones no compartimentadas, muchas
veces con los animales bajo pastores y donde los
establecimientos de ciclo completo eran
prácticamente inexistentes.
A mediados de la década de los sesenta,
como resultado del incremento de la demanda
y de los precios internacionales, la ganadería
adquirió un impulso inusitado, pues el
desarrollo de la industria de engorda en los
Estados Unidos llegó a registrar déficit
internos en la producción de becerros, los
cuales se cubrieron con la importación de
animales provenientes de los hatos de Sonora
y otros estados de la República. Dicho aumento
en la demanda conduciría a su vez, a diversificar
las especies a explotar.
Por otra parte, es el momento en que se
concreta la modernización del sector,
especialmente a partir de 1967 con la
instrumentación de programas específicos y
la construcción de infraestructura. Una muestra
de ello es la creación en 1969 del Centro de
Investigaciones Pecuarias del Estado
de Sonora (CIPES), con proyectos de
mejoramiento genético y de alimentación entre
otros.
La modernización alcanzada por la ganadería
bovina a partir de entonces -equiparada alguna
vez con la "revolución verde" experimentada por
la agricultura- hizo posible que esta actividad
se convirtiera prácticamente en el centro del
sector primario. Sus impresionantes tasas de
crecimiento registradas en la década de los
setenta por el orden del 10% anual, sólo
igualadas por la avicultura, fueron un reflejo pal-
pable de su cada vez mayor peso en la
estructura económica estatal. También
contribuyeron algunas medidas de carácter le-
gal, con las que el gobierno del estado respaldó
a los ganaderos.
Es precisamente en este marco donde
empiezan a cobrar importancia otras
actividades pecuarias como la porcicultura y la
avicultura.
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2.2 SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE LA
PORCICULTURA MODERNA
La pomicultura tecnificada por su parte, como
actividad relativamente reciente comparada
con la tradicional ganadería bovina, tuvo sus
inicios a mediados de la década de los sesenta
en pequeñas granjas aisladas en el sur de
Sonora. Es en los municipios de Navojoa y
Huatabampo, en el Valle del Mayo, donde
algunos agricultores buscando nuevas
actividades en el ramo agropecuario, se
iniciaron como porcicultores con reducidas
granjas de 100 a 200 vientres e incluso
algunas medianas que disponían de 500 a 600
hembras para cría.
Esta búsqueda por diversificar actividades
económicas se asocia con dos tipos de
circunstancias. Por un lado, estos productores
contaban con una importante dotación de
recursos e infraestructura (tierra, agua,
disponibilidad de granos, electrificación,
caminos y carreteras, etc.) con los cuales
explorar su incursión en otras ramas
productivas; pero, sobretodo, se relaciona con
el hecho de que el modelo de acumulación
sustentado en actividades agrícolas daba
muestras claras de agotamiento.
Para la mitad de la década de los sesenta
la agricultura manifestaba evidentes síntomas
de estancamiento y problemas de rentabilidad,
explicados por factores como la caída de los
precios internacionales del algodón -cultivo
fundamental en la época-, deterioro en los
precios relativos de los productos agrícolas
en general, estancamiento en los rendimientos
promedio y problemas sociales relacionados
con la tenencia de la tierra, entre otros. En
este contexto, muchos productores se
sintieron invitados a buscar alternativas
distintas para su inversión.
Posteriormente, ya en los años setenta, las
granjas de cerdos observadas inicialmente
sólo en el extremo sur de Sonora se fueron
extendiendo gradualmente hacia los municipios
de Cajeme y Hermosillo.
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En el desarrollo de la porcicultura sonorense
es posible distinguir tres etapas claramente
diferenciadas. La primera de ellas transcurre
en la década comprendida entre 1965 y 1975,
y se caracteriza por un lento crecimiento del
inventario ganadero y su producción. La
segunda etapa, que va de 1976 a 1984,
aproximadamente, está marcada por un
crecimiento explosivo de la producción
porcícola (en ese lapso las existencias de
vientres pasaron de 30 mil a 100 mil). Mientras
que la fase iniciada en 1985, con alcances hasta
1995, año que constituye el límite temporal de
este trabajo, se inaugura con una sensible
disminución en los niveles de producción con
respecto al periodo anterior. Esta dinámica,
caracterizada también por una estabilización de
los ritmos productivos, se mantendrá a lo largo
prácticamente de toda la fase; rompiéndose en
el último año, cuando la producción porcícola
estatal alcanza su máximo nivel histórico,
rebasando por primera vez en una década el
nivel de producción alcanzado en 1984.
Acerca de los factores explicativos de este
comportamiento singular de la producción
porcícola estatal, en un contexto de grandes
dificultades económicas a nivel de macro y
microeconomía como fue 1995, es algo sobre
lo cual se harán algunos planteamientos en
el capítulo dedicado a producción y mercado.
Pero, ¿Cuáles son aquellos elementos que
explican la expansión, consolidación y
elevado crecimiento experimentado por la
porcicultura sonorense en las dos décadas
comprendidas entre 1975 y 1995? Algunos de
éstos parecieran ser: el aprovechamiento de
ventajas emanadas de su ubicación
geográfica, en términos de monitoreo
tecnológico y de condiciones ambientales que
impactan favorablemente los niveles de
sanidad animal: el incremento de la demanda
interna por carne de puerco; la generación de
una eficiente red comercializadora; la
adopción y adaptación virtuosa de un modelo
productivo altamente tecnificado; y por último,
el decidido apoyo gubernamental a través de
CONASUPO.
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El clima que caracteriza a las llanuras y
planicies sonorenses no genera,
seguramente, el mejor medio ambiente para
el desarrollo de la porcicultura. No obstante,
de las condiciones extremas de temperatura
que prevalecen la mayor parte del año,
elevando considerablemente los costos de
producción de ésta y otras actividades
productivas ante el oneroso consumo de
energía eléctrica en que se incurre, los
productores de cerdo han obtenido un
beneficio: las condiciones ambientales de la
entidad entorpecen la difusión de varias de
las enfermedades que afectan
tradicionalmente la especie.
Si a lo anterior se agregan, además, los
esfuerzos organizados de los porcicultores
locales en materia de sanidad que, entre otras
medidas, han evitado la adquisición de
animales procedentes de otras zonas del país,
se tiene una situación como la declaración
para Sonora de zona libre de cólera porcino y
otros importantes avances en lo que a sanidad
se refiere. Adicionalmente, el objetivo de
alcanzar una producción sin lazos de
dependencia con otros estados de la
República en lo concerniente a la producción
de lechones se ha convertido también en una
poderosa palanca para el desarrollo integral
de la actividad en Sonora.
En otro sentido, si bien los productores
locales no han podido tomar ventaja comercial
de la colindancia con los Estados Unidos de
América, la posición de Sonora como entidad
fronteriza les ha facilitado el contacto
constante con sistemas productivos en uso
allende la frontera norte.
De gran trascendencia para el posterior
auge de la producción de carne de cerdo en la
entidad fue la creación temprana de una red
comercializadora que ha permitido colocar en
los mercados del centro la mayor parte de la
producción estatal (históricamente alrededor del
90%). De esta manera, mediante un proceso
lento y no exento de vicisitudes, se crearon las
bases para enfrentar la situación de estar
produciendo con un mercado inmediato en
extremo pequeño, tanto por su dimensión
demográfica como por el peso hegemónico que
la carne de res tiene en el gusto del consumidor
local. De aquellos años derivaron valiosas
experiencias para el conocimiento de
mercados de carne de cerdo gigantescos como
el de la Ciudad de México y su área
metropolitana, pero también de esa época son
los primeros escarceos con el mercado
japonés, dados por allá en 1973.
Otro importante detonante de la producción
porcícola nacional y estatal fue el
ensanchamiento del mercado interno, a partir
de una población con altas tasas de
crecimiento demográfico entre 1960 y 1980;
además de la ampliación de la vida urbana, la
emergencia de las clases medias y el mayor
acceso a proteínas de origen animal que se
presenta en el contexto del llamado
"Desarrollo Estabilizador". Entre 1970 y 1983
el consumo percápita de carne de cerdo en
México se elevó considerablemente, pasando
de 13 a poco más de 20 kg.
Pero quizá ninguno de los factores
mencionados haya tenido la trascendencia
que tuvo el apoyo oficial para apuntalar los
años del gran crecimiento porcícola en
Sonora. Durante 10 años, de 1975 a 1985, por
medio de CONASUPO a los porcicultores les
fue suministrado el principal de sus insumos, el
grano -nacional y de importación-, cubriendo
almacenajes, maniobras y costos financieros.
Este importante flujo de subsidios permitió,
sobretodo a los grandes productores, llegar
fortalecidos a las fases críticas que para la
actividad vendrían después.
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3. Distribución Geográfica de la Actividad
Porcícola
3.1 Distribución de las existencias de porcinos 19
3.2 Distribución de las existencias en las
diferentes unidades productivas 21
3.3 Distribución municipal de las unidades
productivas 27
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3.1 DISTRIBUCION DE LAS EXISTENCIAS
DE PORCINOS
UNIDADES DE PRODUCCION Y EXISTENCIAS DE CUADRO 2 GANADO PORCINO, POR ENTIDAD FEDERATIVA CON MAYOR NUMERO DE UNIDADES
Un rasgo sobresaliente de la pomicultura
sonorense lo constituye su relativamente
reciente presencia en el estado, en compara-
ción con otras actividades económicas, como
notable también resulta su acelerado desarrollo.
En el plano nacional, el estado de Sonora ocupó
el segundo lugar en existencias totales según
la cifra censal registrada en 1991, que en ese
año ascendió a 1 219 505 cabezas. En el
cuadro 1 se ofrecen los totales reportados por
los ocho principales estados productores, cuya
producción conjunta representó el 61.6% del
total nacional.
Entidad Unidades Existencias Promedio
Estados Unidos Mexicanos 1'370,029 9 090,435
EXISTENCIAS TOTALES DE PORCINOS EN LOS PRINCIPALES ESTADOS PRODUCTORES
CUADRO 1
Estado Número de Cabezas
Jalisco
Sonora
Guanajuato
Veracruz
Puebla
Guerrero
Michoacán
México
Resto del país
1'224,476
1219,505
900,853
796,223
679,257
637,211
574,518
485,637
4064,512
Veracruz
Puebla
Oaxaca
Guerrero
Chiapas
Hidalgo
San Luis Potosí
México
Michoacán
Guanajuato
Zacatecas
Jalisco
Du rango
Tabasco
Sinaloa
Chihuahua
Yucatán
Tamaulipas
Nayarit
Tlaxcala
Querétaro
Coahuila
Campeche
Nuevo León
Quintana Roo
Morelos
Sonora
Aguascalientes
Distrito Federal
Colima
Baja California Sur
Baja California
155,703
128,665
117,108
102,176
85,868
72,031
67,654
63,826
54,107
51,340
50,082
43,356
43,026
42,966
37,228
33,132
30,633
28,705
23,636
19,362
19,166
18,974
16,805
15,236
12,922
10,575
7,030
6,842
4,335
3,888
1,862
1,790
582,629
589,370
333,976
517,455
356,593
235,017
221,935
390,774
488,070
812,488
184,712
1'155,866
181,950 175,798
176,697
144,139
230,579
157,651
120,645
96,593
102,504
103,259
94,518
156,891
72,781
61,988
1 195,257
37,477
32,155
25,077
21,012
34,581
6.6
3.7
4.6
2.9
5.1
4.2
3.3
3.3
6.1
9.0
15.8
3.7
26.7
4.2
4.1
4.7
4.4
7.5
5.5
5.1
5.0
5.3
5.4
5.6
10.3
5.6
5.9
170.0
5.5
7.4
6.4
11.3 19.3
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991. FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
Por otra parte, en cifras absolutas, los totales
de Viviendas y Unidades de Producción con
actividad porcícola del estado de Sonora fueron
de los más reducidos del país. En realidad la
entidad se situó a nivel nacional en los lugares
21 y 27 por sus totales respectivos. El bajo
número de explotaciones porcícolas por una
parte, y las abultadas existencias por otra,
redundaron en elevados promedios de
cabezas por establecimiento censado, y en
particular por Unidad de Producción, como se
puede constatar en el cuadro 2.
Efectivamente, en el contexto nacional, el
estado de Sonora presentó la máxima
población de porcinos en instalaciones
formales, lo que combinado con un reducido
número de éstas, da por resultado que la
entidad también figure con el más alto
promedio de cabezas por Unidad de
Producción.
Este promedio, de 170 cabezas, se colocó
muy por encima de los observados en los
principales estados productores (Gráfica 1),
lo que delínea una de las características más
señaladas de la porcicultura en la entidad, es
decir, la explotación en gran escala; ya que,
como se tratará más adelante, un porcentaje
considerable de las existencias estatales se
manejan en granjas que cuentan con más de
mil cabezas.
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PROMEDIO DE CABEZAS POR UNIDADES GRAFICA 1 DE PRODUCCION EN LOS PRINCIPALES
Cabezas FUENTE: Cuadro 2 de esta Monografía.
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS EXISTENCIAS GRAFICA2 TOTALES DE PORCINOS, POR PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
Hermosillo
7.9%
FUENTE: Cuadro 3 de esta Monografía.
Adicionalmente, el mantenimiento de un con-
siderable número de animales por granja
también constituye un indicativo de la
presencia de un alto nivel de tecnificación que
la operación en escala mayor exige.
A nivel estatal, históricamente la actividad
se ha concentrado en los Valles del Yaqui y
del Mayo, donde tuvo sus inicios en forma
tecnificada, así como en el municipio de
Hermosillo; el último Censo Agropecuario
también consigna esta concentración, ya que
casi el 90.0% de las existencias de ganado
porcino se localizó en los municipios de
Navojoa, Cajeme, Etchojoa, Bácum,
Huatabampo -todos ellos pertenecientes a la
región sur del estado- así como en el
municipio de Hermosillo, en la zona central,
que aglutinó por sí mismo poco más de la
tercera parte de la cabana estatal de porcinos
(Gráfica 2 y Mapa 1).
Para este grupo de alta concentración, el
promedio alcanzado fue de 182 864 cabezas
por municipio, contra apenas 1 911, media
lograda por los 64 municipios restantes,
mismos que abarcaron solamente la décima
parte de la piara de la entidad. El promedio
estatal, por su parte, se situó en 17 422 cabezas
por municipio.
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3.2 DISTRIBUCION DE LAS EXISTENCIAS
EN LAS DIFERENTES UNIDADES
PRODUCTIVAS
EXPLOTACIONES FORMALES Y DOMESTICAS
Para describir la distribución de las
existencias en las diferentes unidades
productivas resulta conveniente abordar lo
relativo al tipo de explotación encontrada y
precisar sus características, dada la
importancia que reviste el espacio físico
donde la cría y manejo de los animales
tiene lugar, y como factor determinante en
la definición de la pomicultura en general.
En ese sentido, la utilización de la
información censal constituye un recurso de
primer orden que muestra, por una parte, la
cantidad y tipo de las unidades productivas y
sus inventarios; y por otra su localización
geográfica y las variaciones registradas en el
tiempo, entre muchos otros datos.
Los Censos Agropecuarios, y en par-
ticular el levantado en 1991, identificaron
básicamente dos clases de unidades de
observación: las viviendas con actividad
agropecuaria y las granjas propiamente
dichas, que como instalaciones más
formales de la actividad porcícola se
denominan Unidades de Producción
(UP). Una descripción general de ambos
tipos de explotación se presenta a
continuación.
En el caso de las viviendas dedicadas a la
cría y explotación de cerdos, por su misma
naturaleza, se caracterizan por desarrollar una
actividad de traspatio, orientada fun-
damentalmente al autoconsumo o como una
forma de ahorro.
Por lo general, en este tipo de explotaciones
es frecuente la cría de animales cruzados y
con una alimentación deficiente a base de
desperdicios y sobrantes, complementándose
en todo caso con masa, salvado o alguna
cantidad de concentrado comercial. Las
instalaciones son rústicas y reducidas, y su
crecimiento está limitado debido al poco
espacio de que suelen disponer los patios.
Asimismo, generalmente no se posee
semental propio, maquilándose el servicio de
monta directa. Si en la región existen pocos
sementales se cae fácilmente en cruza-
mientos consanguíneos que repercuten en la
producción.
Los destetes son más tardíos y dadas las
condiciones de alimentación el peso al
mercado se logra más allá de los seis meses,
de igual forma la edad y peso para iniciar la
reproducción son más tardías. No se lleva casi
ningún control, incluso los animales se venden
a "bulto" y no por kilogramo considerando la
falta de básculas.
Por el tipo de alimentación y calidad
genética este puerco produce mucha cantidad
de grasa, en relación al producido
intensivamente donde se buscan ejemplares
magros con buenos jamones y lomos.
A ese sistema informal o casero también
corresponde una variante que consiste en el
aprovechamiento de animales criollos, que
se crían prácticamente sin manejo alguno.
Estos puercos se reconocen por ser de poca
talla y peso, poseer cabeza larga con gran
trompa, piel negra pizarro con pocas cerdas
y que deambulan comiendo lo que en-
cuentran a su paso ya que no están con-
finados en cochineras, sino que andan en
libertad por la comunidad y predios cercanos
a ella. Este tipo de cría informal se presenta
con mayor frecuencia en algunas regiones del
sur del país.
En contraste, las UP como explotaciones
formales y de mayores dimensiones, dirigen
su producción hacia la comercialización y su
actividad implica, en términos generales, un
sistema de producción intensivo con
instalaciones apropiadas y alimentación,
sanidad y manejo controlados en diversos
grados.
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Efectivamente, ampliando esta descripción
se tiene que dentro del sistema intensivo de
explotación existen tres tipos de estable-
cimientos: granjas de ciclo completo, granjas
que sólo venden destetes sea para pie de cría,
para engorda o ambos; y por último, granjas que
sólo se dedican a la engorda.
De acuerdo a su función deberán contar con
instalaciones que contemplen tamaño,
orientación, ventilación, acceso, fuentes de
agua, luz, etc., que faciliten y propicien la
explotación.
Así para el caso de las granjas de ciclo
completo, contarán con sementaleras, sala de
partos y lactancia, corrales para destetes, de
gestantes, para desarrollo y engorda,
respectivamente, así como bodega de
alimentos, báscula, embarcadero, etc. Para
granjas que venden destetes se consideran
también las mismas instalaciones con
excepción de los corrales de desarrollo y
engorda; mientras que las granjas
especializadas en la engorda, por su parte,
deberán disponer de corrales de cuarentena,
de desarrollo y engorda, bodega de alimentos,
báscula, embarcadero, etc.
La alimentación de estos animales (toda
dispensada en comederos de diversos
modelos) es a base de concentrados
elaborados para las diversas fases que se
manejen; así, por ejemplo, hay concentrados
para lactancia, desarrollo, engorda, finalizado
y reproducción, todos elaborados de grano
(sorgo y maíz principalmente), pastas de
oleaginosas y otro tipo de subproductos de
origen vegetal y animal.
En todos los casos se llevan programas
sanitarios que incluyen vacunaciones contra las
principales enfermedades, como cólera porcino
o fiebre clásica, fiebre de Awjetsky, septicemia
hemorrágica, desparasitaciones internas,
aplicación de hierro en lechones, aplicación de
vitaminas, etc.
El manejo incluye, además de la castración
temprana en machos para engorda,
22
descolmillado y descole, la identificación de
animales (muesqueado de orejas*). Una vez
que el parto ha ocurrido los lechones
permanecen con su madre hasta su destete,
que ocurre por lo general entre los 35 y 42 días
de edad o incluso antes (denominándose a éste
último "destete precoz" -21 días-) para de ahí
pasar a los corrales de engorda, formando lotes
homogéneos en cuanto a edad y peso de los
animales, cuidando el espacio vital de cada uno
para evitar aglomeraciones que traen consigo
muchos problemas.
Los cerdos que van del abasto permanecen
en estos corrales hasta que alcanzan el peso
de mercado que es de 90 a 10OKg., lográndose
entre los 5 y 6 meses de edad. A la hembra,
después del destete, se le incorpora
nuevamente a la gestación en el menor tiempo
posible; la meta es obtener al año dos carnadas
destetadas y una en gestación.
Tal exigencia al ganado demanda a su vez
que se tengan controles sobre atención de
partos, destetes, reproducción, alimentación,
ganancias de peso, conversiones alimenticias,
enfermedades, costos, tiempos, etc., que den
parámetros de la eficencia productiva y
operativa.
Distribución de las existencias en
Viviendas y en UP
Como se trató con anterioridad, el Censo
Agropecuario identificó dos clases de
establecimientos porcícolas: las Viviendas con
actividad agropecuaria y las UP. El cuadro 3
muestra las existencias que se reportaron para
ambos tipos de explotaciones.
Para el caso de las primeras se captó un to-
tal de 24 248 cabezas, lo que representó
* El muesqueado consiste en pequeños cortes o
"muescas" practicados en los bordes de las orejas de
los cerdos y constituye un registro codificado de los
datos generales de cada animal, como fecha de
nacimiento y procedencia genética.
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DISTRIBUCION DEL GANADO PORCINO EN UP Y VIVIENDAS, POR MUNICIPIO CON MAYORES EXISTENCIAS
CUADRO 3
Municipios Total En Unidades de Producción
Sonora
Hermosillo Navojoa Cajeme Etchojoa Bácum Huatabampo San Miguel de H. Ures Álamos Guaymas Quiriego Huépac Magdalena ímuris San Luis Río Colorado Arizpe Caborca Baviácora Banámichi Aconchi Benjamín Hill Empalme Colorada, La Tubutama Santa Ana Mazatán Fronteras Altar Trincheras Villa Pesqueira Agua Prieta Sahuaripa Gral. Plutarco Elias C. Nogales Cumpas Rosario Pitiquito Opodepe Yeco ra Cananea Puerto Peñasco Moctezuma Soyopa Bacanora Santa Cruz Arivechi Cucurpe Oquitoa Bacerac Naco Tepache Villa Hidalgo Bavispe Ónavas Huásabas Rayón Carbó Nácori Chico Suaqui Grande Bacadéhuachi Huachinera Bacoachi San Pedro de la C. Sáric Divisaderos Átil Nacozan de García San Felipe San Javier Granados
1'219,505
422,691 277,397 194,677 95,775 60,073 46,571 19,879 17,923 16,104 13,956 10,824 4,063 3,632 3,438 3,264 3,058 2,992 2,259 2,121 2,065 1,974 1,709 1,108
803 785 761 747 715 708 693 625 496 486 430 381 355 306 294 263 262 258 208 184 181 171 152 142 134 126 121 121 99 96 96 91 90 88 78 70 49 48 47 46 36 35 30 23 14 6 2
1*195,257
420,204 274,580 191,946 90,447 58,959 43,864 19,844 17,828 15,452 11,963 10,643 4,058 3,590 3,415 2,633 3,041 2,149 2,228 2,107 2,051 1,956
833 1,103
753 534 667 711 612 708 681 597 439 350 358 357 301 269 260 211 253 144 182 176 134 88
140 141 131 107 92 80 76 74 83 91 75 81 71 58 48 48 41 41
7 29 29 17 12
6
En Viviendas
24,248
2,487 2,817 2,731 5,328 1,114 2,707
35 95
652 1,993
181 5
42 23
631 17
843 31 14 14 18
876 5
50 251
94 36
103
12 28 57
136 72 24 54 37 34 52
9 114 26
8 47 83 12
1 3
19 29 41 23 22 13
15 7 7
12 1
6 5
29 6 1 6 2
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS EXISTENCIAS DE PORCINOS EN UP Y VIVIENDAS
En UP 98.0%,
GRAFICA 3
En Viviendas
2.0%
FUENTE: Cuadro 3 de esta Monografía.
solamente el 2.0% del inventario estatal
(Gráfica 3).
Aquí, los municipios que presentaron las
mayores piaras domésticas resultaron ser
básicamente los mismos que destacaron por
sus inventarios en UP, y por lo tanto en cuanto
a existencias en general, como se puede
apreciar en el mismo cuadro.
El mayor porcentaje de porcinos en
Viviendas se presentó en el municipio de
Etchojoa, con 22.0% del total estatal, seguido
por los de Navojoa, Cajeme y Huatabampo,
con proporciones cercanas al 11.0% (Gráfica 4).
Continuando con la cría de cerdos en
traspatio, ahora por promedios, el citado grupo
de municipios registró cifras muy próximas a la
media calculada para la entidad de 2.5 cabezas
por Vivienda, con excepción del municipio de
DISTRIBUCION PORCENTUAL DEL GANADO PORCINO EN VIVIENDAS, POR MUNICIPIOS CON MAYORES EXISTENCIAS
GRAFICA 4
Cajeme 11.3%
Navojoa 11.6%
Huatabampo 11.2%
Hermosillo 10.2%
Etchojoa 22.0%
Resto del estado 33.7%
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991. FUENTE: Cuadro 3 de esta Monografía.
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PROMEDIO DE CABEZAS POR VIVIENDA EN LOS PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
Municipios Existencias Viviendas
CUADRO 4
Promedio
Sonora
Hermosillo Navojoa Cajeme Etchojoa Bácum Huatabampo
24,248
2,487 2,817 2,731 5,328 1,114 2,707
9,716
425 1.244 1,137 2,280
511 1,459
2.5
5.9 2.3 2.4 2.3 2.2 1.9
FUENTE: INEGI, VII Censo Agropecuario, 1991.
Hermosillo donde el promedio alcanzado fue de
6 animales por Vivienda con cría de
cerdos(Cuadro 4).
Más importante, tanto por la cantidad
manejada, -1 '195 257 cabezas- como por las
condiciones superiores en que es explotada,
es la piara confinada en Unidades de
Producción que constituye el 98.0% de las
existencias totales captadas por el Censo en
el estado, como ya se ilustraba en la
gráfica 3.
En este caso el municipio de Hermosillo
concentró más de la tercera parte de los
animales mantenidos en granjas, y los
municipios que le siguieron con el mayor
número de cabezas fueron Navojoa, Cajeme,
Etchojoa, Bácum y Huatabampo, mismos que
aparecen en la gráfica 5. Todos ellos
representaron en conjunto el 90.4% de las
existencias estatales en explotaciones
formales.
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS EXISTENCIAS GRAFICA 5 DE PORCINOS EN UP, POR PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
—Hermosillo -X 35.1%
s Navojoa i 23.0% J
X
-r
Á /] Resto del estado 9.6%
Cajeme 16.1%
FUENTE: Cuadro 3 de esta Monografía.
Huatabampo
Bácum 3.7% Etchojoa 4 g%
7.6%
Como se puede apreciar, tales municipios
corresponden en gran parte a los ya señalados
para Viviendas. En cuanto a los promedios de
cabezas por UP destaca también el municipio
de Hermosillo con 1 743.6 cerdos por granja,
superior a los promedios alcanzados en los
otros municipios del grupo, y muy por encima
de la media estatal que se ubicó en 170
cabezas por UP (Gráfica 6).
PROMEDIO DE CABEZAS POR UP EN LOS PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
GRAFICA 6
Hermosillo
Cajeme
Navojoa
Sonora
0 500
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
1000 Cabezas
1500 2000
Debido a la relevancia de los inventarios
manejados por las UP, así como por la
naturaleza de la explotación y labor que en ellas
se practica, fue que el Censo recopiló la
información correspondiente a sus existencias
ganaderas en base a la composición de éstas.
"Composición" es un término censal que se
refiere a la clasificación que recibió el ganado
de acuerdo a su función zootécnica y edad. Los
datos así obtenidos son muy significativos ya
que proporcionan, por ejemplificar, el número
de vientres con que cuentan las granjas, lo que
a su vez permite evaluar su capacidad
productiva así como su eficiencia. El cuadro 5
contiene la información de las existencias de
ganado porcino con esta clasificación,
presentada para los 20 municipios con las
mayores piaras.
Posteriormente se abordará de manera
específica lo referente a estas variables, así
como las diversas interrelaciones a que dan
lugar.
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EXISTENCIAS DE PORCINOS EN UP SEGUN COMPOSICION DEL GANADO, POR PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
CUADRO 5 EXISTENCIAS DE PORCINOS SEGUN TIPO DE UP, POR PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
Municipios
Sonora
Hermosillo Navojoa Cajeme Etchojoa Bácum Huatabampo San Miguel de H. Ures Álamos Guaymas Quiriego Huépac Magdalena Imuris San Luis Río C. Arizpe Caborca Baviácora Banámichi Aconchi Resto del estado
Total Semen- Vientres Engorda o Lechones en UP tales Desarrollo
1 '195,257 11,996 149,529 714,453 319,279
420,204 274,580 191,946 90,447 58,959 43,864 19,844 17,828 15,452 11,963 10,643 4,058 3,590 3,415 2,633 3,041 2,149 2,228 2,107 2,051
14,255
3,326 2,193 1,405
838 556 634 142 186 468 217
89 42 55 34
397 65
162 27 18 38
1,104
52,795 35,041 20,990
9,672 6,948 6,545 2,497 1,774 2,122 1,400 1,277
681 569 462 698 796 781 277 262 472
3,470
241,071 175,864 115,180 63,258 34,912 23,644 10,746 12,742 9,074 6,531 6,169
436 1,819 2,071
948 990 596
1,350 1,197
838 5,017
123,012 61,482 54,371 16,679 16,543 13,041 6,459 3,126 3,788 3,815 3,108 2,899 1,147
848 590
1,190 610 574 630 703
4,664
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
Existencias en Unidades de Producción Rurales
La importancia de los volúmenes de porcinos
manejados dentro de las UP conduce también a
observar con mayor detalle sus características. En
ese sentido resulta conveniente analizar la
distribución de las existencias porcinas en los dos
tipos de unidades productivas que se
desagregaron en función de su ubicación: esto
es, las Unidades de Producción Urbanas (UPU)
y las Unidades de Producción Rurales (UPR),
mismas que se describirán más adelante.
El cuadro 6 exhibe los inventarios ganaderos
de los 20 principales municipios productores,
así como las proporciones que captaron ambos
tipos de unidades de producción; en este
cuadro queda de manifiesto la trascendencia
de las UPR que concentraron prácticamente la
totalidad de las existencias en UP al contabilizar
1 '188 671 cabezas.
Considerando un grupo más reducido, se
tiene que las existencias en las UPR de los
primeros seis municipios de este cuadro
Municipios Total % En UPU %
CUADRO 6
En UPR
Sonora 1 '195,257 100.0 6,586 0.6 T188,671 99.4
Hermosillo 420,204 100.0 Navojoa 274,580 100.0 Cajeme 191,946 100.0 Etchojoa 90,447 100.0 Bácum 58,959 100.0 Huatabampo 43,864 100.0 San Miguel de H. 19,844 100.0 Ures 17,828 100.0 Álamos 15,452 100.0 Guaymas 11,963 100.0 Quiriego 10,643 100.0 Huépac 4,058 100.0 Magdalena 3,590 100.0 imuris 3,415 100.0 Arizpe 3,041 100.0 San Luis Río Cobracto 2,633 100.0 Baviácora 2,228 100.0 Caborca 2,149 100.0 Banámichi 2,107 100.0 Aconchi 2,051 100.0 Resto del estado 14,255 100.0
818 3,472
521 75
105 14
8 6 4
129 1
962 1
26
5 436
0.2 1.3 0.3 0.1 0.2 n.s. n.s. n.s. n.s. 1.1
n.s.
0.1
36.5 n.s. 1.2
0.2 3.0
419,386 271,108 191,425 90,372 58,854 43,850 19,836 17,822 15,448 11,834 10,642 4,058 3,587 3,415 3,041 1,671 2,227 2,123 2,107 2,046
13,819
99.8 98.7 99.7 99.9 99.8
100.0 100.0 100.0 100.0 98.9
100.0 100.0 99.9
100.0 100.0 63.5
100.0 98.8
100.0 99.8 97.0
n.s. = No significativo. FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS EXISTENCIAS EN UPR, POR PRINCIPALES MUNICIPIOS PRODUCTORES
GRAFICA 7
Hermosillo 35.3%
Navojoa 22.8%
Cajeme 16.1%
FUENTE: Cuadro 6 de esta Monografía
Resto del estado 9.6%
Huatabampo
Bácum 3-7% Etchojoa ^ 9°/0
7.6%
conjuntamente representan el 90.4% del total
estatal respectivo, como se puede derivar de
la gráfica 7. En el siguiente capítulo se verá
con respecto a las explotaciones rurales -dada
su importancia y el carácter que revisten en la
porcicultura en general- la reclasificación
adicional que se hizo de ellas con base a su
forma de tenencia en privadas, ejidales y mixtas.
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DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LAS EXISTENCIAS
TOTALES DE PORCINOS EN EL ESTADO
Mapa 1
Bácum 60,073
Huatabampo 46,571
Resto del estado 122,321
FUENTE: INEGI Vil Censo Agropecuario, 1991
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3.3 DISTRIBUCION MUNICIPAL DE LAS
UNIDADES PRODUCTIVAS
DISTRIBUCION DE VIVIENDAS Y DE UP
Retomando los datos aportados por los
eventos censales, se tiene que el VII Censo
Agropecuario detectó un total de 16 746
unidades con cría y explotación de porcinos,
VIVIENDAS Y UNIDADES DE PRODUCCION CON CRIA Y EXPLOTACION DE GANADO PORCINO, POR MUNICIPIO. 1991
CUADRO 7 Conclusión
VIVIENDAS Y UNIDADES DE PRODUCCION CON CRIA Y EXPLOTACION DE GANADO PORCINO, POR MUNICIPIO. 1991
CUADRO 7 Continúa
Municipios Unidades Unidadesde Existencias
Censales Viviendas Producción totales
Sonora
Aconchi Agua Prieta Álamos Altar Arivechi Arizpe Átil Bacadéhuachi Bacanora Bacerac Bacoachi Bácum Banámichi Baviácora Bavispe Benjamín Hill Caborca Cajerne Cananea Carbó Colorada, La Cucurpe Cumpas Divisaderos Empalme Etchojoa Fronteras Granados Guaymas Hermosillo Huachinera Huásabas Huatabampo Huépac ímuris Magdalena Mazatán Moctezuma Naco Nácori Chico Nacozari de García Navojoa Nogales Ónavas Opodepe Oquitoa
16,746 9,716 7,030 1 219,505
32 52
1,274 73 59 47
9 5
97 43
8 839
18 44 25 11
370 1,600
11 22 76 47 91 22
399 2,855
81
989 666
18 13
2,158 15 35 87 68 33 21 47
4 2,141
48 35 52 20
7 9
293 35
8 11
34 11 4
511 8
24 11 6
309 1,137
5 3
14 5
345 2,280
11
643 425
1,459 3 8 6 8
11 9 6
1,244 10
8 21
25 43
981 38 51 36
8 4
63 32
4 328
10 20 14 5
61 463
10 17 73 46 77 17 54
575 70
346 241
18 13
699 12 27 81 60 22 12 41
897 38 27 31 18
2,065 625
16,104 715 152
3,058 30 49
181 126 47
60,073 2,121 2,259
96 1,974 2,992
194,677 262
88 1,108
142 381
35 1,709
95,775 747
2 13,956
422,691 48 91
46,571 4,063 3,438 3,632
761 208 121 78 23
277,397 430
96 294 134
Municipios Unidades Unidadescte Existencias Censales Viviendas Producción totales
Pitiquito 47 Puerto Peñasco 30 Quiriego 144 Rayón 7 Rosario 147 Sahuaripa 184 San Felipe de Jesús 7 San Javier 3 San Luis Río Colorado 427 San Miguel de Horcasitas 35 San Pedro de la Cueva 23 Santa Ana 180 Santa Cruz 40 Sáric 16 Soyopa 46 Suaqui Grande 33 Tepache 71 Trincheras 47 Tubutama 85 Ures 188 Villa Hidalgo 22 Villa Pesqueira 105 Yócora 100 Gral. Plutarco Elias Calles 97
15 22 66
3 39 42
215 17
5 103 23 15 4
10 32
16 45
7 9
31 44
32 8
78 4
108 142
6 3
212 18 18 77 17
42 23 39 47 69
143 15 96 69 53
306 258
10,824 90
355 496
14 6
3,264 19,879
46 785 171 36
184 70
121 708 803
17,923 99
693 263 486
" Por el principio de confidencialidad se omiten las frecuencias menores a 3 casos.
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
de los cuales 58.0% fueron Viviendas y 42.0%
correspondió a UP (Cuadro 7).
Los municipios que presentaron el mayor
número de viviendas con actividad porcícola
son: Etchojoa, Huatabampo, Navojoa y
Cajeme, los cuales reunieron en conjunto
63.0% del total estatal (Gráfica 8). En este
grupo se promediaron 1 530 Viviendas por
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS VIVIENDAS GRAFICA 8 EN LOS MUNICIPIOS CON MAYOR NUMERO
Huatabampo 15.0% Etchojoa
23.5%
Navojoa 12.8%
Cajeme 11,7%
Resto del estado 37.0%
FUENTE: Cuadro 7 de esta Monografía.
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municipio, mientras que para el resto de los
municipios del estado se registró una media
de 147 Viviendas.
En cuanto a las UP que reportaron
existencias de ganado porcino, su número
ascendió a un total estatal de 7 030 unidades,
la mitad de ellas concentradas en sólo cinco
municipios de la zona sur del estado: Álamos,
Navojoa, Huatabampo, Etchojoa y Cajeme,
que en forma conjunta sumaron 3 615
unidades equivalentes al 51.4% del total en
la entidad (Gráfica 9); aquí el promedio fue
de 723 UP por municipio, en tanto que para el
resto del estado fue de 53.
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS UP EN LOS MUNICIPIOS CON EL MAYOR NUMERO
GRAFICA 9
Huatabampo 9.9%
Navojoa 12.8%
Etchojoa 8.2°/
Cajeme 6.6%
Álamos 13.9%
Resto del estado 48.6%
FUENTE: Cuadro 7 de esta Monografía.
Como se puede observar, en los cinco
municipios con el mayor número de UP quedó
comprendido el grupo de los cuatro municipios
con más Viviendas, por lo que resulta claro
que una parte importante de las explotaciones
porcícolas se concentró geográficamente en
la región meridional de la entidad.
Considerando un grupo más amplio de
municipios, tanto para los diez que
presentaron el mayor número de Viviendas
con actividad po re ico la así como el grupo de
los diez con más UP, se da la circunstancia
de que la mayoría de ellos están situados en
la llanura costera, como se puede apreciar en
los mapas 2 y 3.
Distribución de las UPR
Debido al carácter y dimensiones que reviste
la actividad porcícola en cada tipo de
explotación es evidente la preeminencia de
las UP sobre las Viviendas, razón por la cual
se ha dedicado especial atención a las
primeras.
En ese contexto, el Censo Agropecuario
también clasificó a las UP -de acuerdo a
su ubicación en las localidades- en dos
tipos: Unidades de Producción Urbanas
(UPU) y Unidades de Producción Rurales
(UPR)* (Cuadro 8). En base a esto, los propios
resultados censales indican que la actividad
porcícola estatal -al igual que en el resto del
país- se desarrolla fundamentalmente en el
area rural, dado que el 96.5% de las UP que
declararon poseer ganado porcino se
encontraron en el campo -mismas que
concentraron la mayor parte de las
existencias- mientras que solamente el 3.5%
tuvo lugar en el ámbito urbano, lo cual
obedece, muy probablemente, a las
disposiciones oficiales en materia sanitaria
que se han venido adoptando de tiempo atrás
en las áreas urbanas.
UNIDADES DE PRODUCCION URBANAS Y RURALES SEGUN MUNICIPIOS CON MAYOR NUMERO
CUADRO 8
Estado y municipios Total UPU % UPR
Sonora
Álamos Navojoa Huatabampo Etchojoa Cajeme Guaymas Bácum Hermosillo San Luis Río C. Ures Resto del estado
7,030 100.0 249 100.0 6,781 100.0
981 897 699 575 463 346 328 241 212 143
2,145
14.0 12.8 9.9 8.2 6.6 4.9 4.7 3.4 3.0 2.0
30.5
3 29
8 30 30 23 18 20 31
3 54
1.2 11.6 3.2
12.1 12.1 9.2 7.2 8.0
12.5 1.2
21.7
978 868 691 545 433 323 310 221 181 140
2,091
14.4 12.8 10.2 8.0 6.4 4.8 4.6 3.3 2.7 2.0
30.8
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
La metodología censal considera dos tipos de localidades: Localidades Urbanas, que son aquéllas que cuentan con una población de 2,500 o más habitantes, incluidas todas las cabeceras municipales, independientemente del número de habitantes que éstas tengan, y localidades rurales, cuya población es menor a 2,500 habitantes.
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INE
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DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS GRAFICA 10 EXISTENCIAS SEGUN TIPO DE UP
FUENTE: Cuadro 6 de esta Monografía.
Pero además de esta desproporción que se
presentó entre el número de UPU y de UPR,
las existencias en ellas encontradas, como ya
se indicó, también se distribuyeron de manera
muy desigual, pues mientras que las UPR
alojaron el 99.4% del inventario de porcinos
en la entidad, las UPU solamente captaron
0.6% (Gráfica 10).
Lo anterior refleja el hecho de que el grueso
de la actividad porcícola se asienta en terrenos
agrícola-ganaderos con presencia poco
significativa en localidades urbanas, lo que a
su vez condujo a centrar el análisis del
subsector másespecíficamente sobre las UPR.
Menos relevante, en cambio, las UPU se
concentraron en los municipios de San Luis
Río Colorado, Cajeme, Etchojoa y Navojoa
(Gráfica 11).
En resumen, la región sur del estado
destaca por contener la más alta
concentración de UP, pero además resulta ser
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS UPU EN GRAFICA 11 LOS MUNICIPIOS CON MAYOR NUMERO
Etchojoa Cajeme 12.1% 12.1%
Resto del estado 51.7%
FUENTE: Cuadro 8 de esta Monografía.
DISTRIBUCION PORCENTUALDE LAS UPR GRAFICA 12 EN LOS MUNICIPIOS CON MAYOR NUMERO
Huatabampo Navojoa
Resto del estado 48.2%
FUENTE: Cuadro 8 de esta Monografía.
la zona en que se encuentra la mayor parte
de UPR: los cinco principales municipios por
este concepto pertenecen a dicha región
(Gráfica 12 y Mapa 4). De hecho se trata de
los mismos más importantes en cuanto a
explotaciones en general.
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INE
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DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LAS VIVIENDAS
CON ACTIVIDAD PORCICOLA
Mapa 2
250 - 499
0 - 249
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
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INE
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a. 1
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DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LAS UNIDADES DE Mapa 3
PRODUCCION CON ACTIVIDAD PORCICOLA
100-399
0 - 99
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
31
INE
GI.
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est
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a. 1
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DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LAS UNIDADES DE
PRODUCCION RURALES CON ACTIVIDAD PORCICOLA
Mapa 4
O
Unidades de Producción
Rurales
700 y más
400 - 699
100-399
j
perfil;!
0-99
FUENTE: INEGI. VII Censo Agropecuario, 1991.
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INE
GI.
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cultu
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de S
onor
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