em espanhol democracias, cidadanias e formação cidadã. uma aproximação

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  • 7/23/2019 Em Espanhol Democracias, Cidadanias e Formao Cidad. Uma Aproximao

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    Revistade Estudios Sociales

    Revista de Estudios Sociales No. 27,agosto de 2007: Pp. 230. ISSN 0123-885X:Bogot, Pp.150-163

    FECHA DE RECEPCIN: 13 DE OCTUBRE DE2006

    FECHA DE MODIFICACIN: 18 DE ABRIL DE2007FECHA DE ACEPTACIN: 25 DE ABRIL DE2007

    * Antes de iniciar con el recorrido propuesto es importante aclarar que el sentido de la democracia trabajado en el documento es sobre todo el poltico, esto es, aquelque atae a las relaciones de poder entre gobernante y gobernados, ms que con las relaciones sociales intersubjetivas (lo cual, quiz, se relacione directamente conel mbito de la convivencia ciudadana).

    ** Psicloga, Universidad Nacional de Colombia, Bogot, Colombia; Maestra en Ciencias Sociales con Orientacin en Educacin, Facultad Latinoamericana de CienciasSociales (FLACSO), Argentina, Buenos Aires; actual investigadora del Grupo Federici, Universidad Nacional de Colombia, Bogot, Colombia; Miembro del colectivoAmrica Latina en Discusin. Correo electrnico: [email protected].

    PORALEJANDRAARIZA**

    Democracy, Citizenship and Civic Education. An ApproximationABSTRACT

    This article examines some of the ideas developed in Western culture around the political and social organization of democracy. It argues that theway we understand democracy today (the liberal model) by no means exhausts its different meanings or possibilities. The article shows that thereis not just one kind of democracy and, therefore, that there are various ways of understanding citizenship and civic education. The first part of thearticle describes the historical conditions in which democracy arose in Greece, as well as its characteristic features, and discusses their notion of citi-zenship and what could be called civic education. The article then addresses liberal democracy in its different stages of development, again notingthe corresponding ideas of citizenship and civic education. The third part notes some criticisms made of the liberal model in the current context ofthe weakening of the social welfare state (Estado Social de Derecho) and the rise of neoliberalism. How should we now understand citizenship and

    civic education? I address this question in the concluding remarks of the article.KEY WORDS

    Democracy, citizenship, liberalism, civic education.

    Democracias, ciudadanas y formacin ciudadana.Una aproximacin.*

    RESUMEN

    La autora del presente documento realiza un recorrido por algunos de los sentidos desarrollados por la cultura occidental en torno ala organizacin polticosocial democrtica. Con lo anterior entrev que lo que hoy conocemos como democracia (el modelo liberal)no agota ni los sentidos ni las posibilidades de dicha forma de organizacin. El texto muestra que no existe una sola democracia yque, por tanto, existen diversas ciudadanas y tambin diferentes maneras de entender la formacin ciudadana. En primera instanciase describen las condiciones histricas de emergencia de la democracia en Grecia, as como sus rasgos caractersticos, derivando deello la nocin de ciudadana y lo que en dicho contexto podra significar la formacin ciudadana. Paso seguido, se aborda la demo-cracia liberal en sus diferentes etapas de desarrollo, explicitando nuevamente las nociones de ciudadana y de formacin ciudadanade all surgidas. En la tercera parte se mencionan algunos descentramientos realizados al modelo liberal en el contexto contempo-rneo de debilitamiento del Estado Social de Derecho y auge del neoliberalismo. Qu se debe entender por ciudadana y forma-cin ciudadana en este punto del camino? sta es la pregunta de la cual se desprenden los comentarios finales del documento.

    PALABRAS CLAVE

    Democracia, ciudadana, liberalismo, formacin ciudadana.

    Democracias, cidadanias e formao cidad. Uma aproximaoRESUMO

    O autor do presente documento realiza um recorrido por alguns dos sentidos desenvolvidos pela cultura ocidental sobre a organizao poltico-social democrtica. Com o anterior percebe que o que hoje conhecemos como democracia (o modelo liberal) no esgota os sentidos nem aspossibilidades de dita forma de organizao. O texto argumenta que no existe uma s noo de democracia e que, por isso, existem diversascidadanias e tambm diferentes maneiras de compreender a formao cidad. Na primeira instncia, descrevem-se as condies histricasdo surgimento da democracia na Grcia, assim como seus traos caractersticos, derivando no entendimento do conceito de cidadania e dosignificado, nesse contexto histrico, da formao cidad. Em seguida, estuda-se a democracia liberal em suas trs etapas de desenvolvimento,fazendo nfase, de novo, nas noes de cidadania e de formao cidad que se configuraram. Na terceira parte do artigo se mencionam alguns

    descentramentos realizados em concordncia com o modelo liberal no contexto contemporneo de enfraquecimento do Estado Social deDireito e auge do neoliberalismo. O que se deve entender por cidadania e formao cidad neste ponto do caminho? Esta a pergunta queorienta os comentrios finais do documento.PALAVRAS CHAVE

    Democracia, cidadania, liberalismo, formao cidad.

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    LA DEMOKRATIA GRIEGA: PARTICIPACIN POLTICADIRECTA Y POSITIVA

    Cul cosa relatar en primer trmino, cul en ltimo lugar,

    siendo tantos los infortunios que me enviaron los celestiales

    dioses? Lo primero, quiero deciros mi nombre para que lo se-

    pis, y en adelante, despus que me haya librado del da cruel,

    sea yo vuestro husped, a pesar de vivir en una casa que est

    muy lejos. Soy Odiseo Laertada, tan conocido de los hombres

    por mis astucias de toda clase; y mi gloria llega hasta el cielo.

    Homero

    A l parecer el trmino demokraiafue intro-ducido por Herdoto en el siglo V a.C. para referirse alconjunto de instituciones y procesos de decisin polticasurgidos en Grecia durante el siglo anterior. Entre los si-glos VIII y VII a.C., la forma de gobierno en Grecia eraaristocrtica; esto es, los gobernantes heredaban la legis-lacin poltica, religiosa y econmica de los pueblos por supertenencia a familias nobles, establecidas como tal conbase en la jerarquizacin social derivada de la mitologa.

    Este es el contexto descrito en los poemas homricos.

    Hacia el siglo VI esta situacin empez a modificarse. Enparte, gracias a la influencia de Herclito y de la Escuelade feso, se desarroll un proceso de racionalizacinde la vida poltica en Grecia, ya que las instituciones yleyes, empezaron a ser abordadas de manera reflexiva, esdecir, fueron identificadas y conceptuadas mediante lareflexin individual y colectiva, y ya no nicamente a par-tir de las creencias y tradiciones religiosas. Este procesoracionalizador insert en la vida cultural griega una ideaigualitaria entre demosy aristocracia, a la vez que generuna comprensin de la poltica como proceso dinmico

    moldeado por el ejercicio del razonar y orientado hacia laconsecucin de una mejor situacin colectiva.

    De este modo, lo poltico dej de ser asumido como unhecho contingente e inmutable definido por una voluntaddivina incuestionable, y la organizacin social y polticade la aristocracia panhelnica fue desplazada progresiva-mente por una forma de organizacin que centra el actuarpoltico en torno al gobierno y a la administracin de lapolis, en tanto entidad colectiva superior y con intereses

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    propios. De ah que en Esparta surgieran disposicioneslegales y constitucionales para regular el conjunto decargos e instituciones polticas independientemente dequin los ostente en un momento determinado1(Reque-jo, 1990, p. 27), a la vez que se estableciera el carcter deciudadana al demos, buscando as su acceso a los dere-chos polticos y su estado de igualdad frente a la ley. Entretanto, en Atenas, Soln introduca reformas de orienta-cin contra-aristocrtica, como la prohibicin de realizarprstamos con base en la libertad personal; el acceso delas clases sociales ms altas del demosa cargos polticosy administrativos; la institucionalizacin de la Asamblea2;la intervencin del demos en procesos judiciales acus-atorios y la creacin del tribunal de apelacin (Heleia).Durante el siglo V a.C el sistema de organizacin polticay socialdemocrtica se consolida y profundiza en Atenas,mediante la continuidad de las reformas solonianas y lacreacin de nuevas reformas democratizadoras de amplia-cin de la participacin e igualdad del demos3:

    Las reformas ms significativas en este proceso fueron elsubsidio de los campesinos ms pobres mediante un impues-to a la produccin agrcola y la introduccin del ostracismo4

    como mecanismo de control poltico del demos sobre losfuncionarios. Tal y como se observa: El sistema ateniense vaevolucionando hacia una popularizacin de los procesos de-cisionales en los que la asamblea y la heleiadesempean losprincipales papeles legitimadores (Requejo, 1990, p. 49).Ya estn sentadas, pues, las condiciones para el desarrollo

    del sistema poltico democrtico, el cual se caracteriza porla participacin e injerencia del demosen el gobierno de losdestinos colectivos (de la polis) y por el reconocimiento de laigualdad de los ciudadanos frente a la ley.

    La victoria de Atenas (y de toda Grecia) frente a lospersas durante las Guerras Mdicas, fue uno de los ele-mentos que condujo al fortalecimiento y prestigio de lademokratia. Por otra parte el desarrollo de la primera so-fstica aport al sistema democrtico el sostenimiento delproceso secularizador y analtico de la poltica iniciadopor la Escuela de feso. Gracias a ello, la demokratadej

    1 Se hace el trnsito del gobierno de los hombres al gobierno de lasleyes mediante el establecimiento de la legislacin y la desperso-nalizacin del poder.

    2 En la cual mediante discusin y votacin se tomaban colectiva-mente las decisiones en torno a la gestin para ser desarrolladapor el gobernante.

    3 Por parte de numerosos gobernantes aristcratas como Pisstrato,Clstenes, Hipias, Hiparco, Efialtes y Pericles.

    4 Durante la Asamblea y en un fragmento de ostraka (tejuela dearcilla), el demos escriba el nombre del funcionario sancionado(suspensin de 10 aos del desempeo poltico sin prdida de losbienes).

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    de ser un ejercicio prctico y pas a ser, en buena medi-da, un problema terico y educativo. Digamos que parahacer factible el proceder democrtico los ciudadanos de-ban entrenarse en las capacidades racionales, reflexivasy analticas necesarias para argumentar, deliberar y con-certar adecuadamente las acciones y decisiones polticascolectivas, por lo que el libre uso y pronunciamiento dela palabra fue considerado una destreza fundamental paralos ciudadanos5.

    En este punto de la historia, el pueblo griego, y ms es-pecficamente el ateniense, haba consolidado un sistemade organizacin poltica, distante y claramente diferen-ciado del aristocrtico, caracterizado por:

    1. La sujecin de las instituciones y funcionarios delgobierno a un sistema de leyes y normas (regulacinlegal del poder).

    2. La ampliacin progresiva de la participacin directa yefectiva del demos(poblacin con derechos polticos)en las decisiones polticas y administrativas de lapo-lis, lo cual implica su participacin en la veedura ypenalizacin del desempeo de los cargos polticos yadministrativos.

    3. La consolidacin de lapolis, como unidad de intersamplio y comn, que supera y es priorizado frente alas comunidades y poderes locales de las tradiciones

    aristocrticas. Surge, as, la consolidacin de un m-bito pblico, en tanto esfera del bienestar general einters comn, en Grecia.

    4. El establecimiento de la igualdad entre los ciudadanosal menos en tres planos: igualdad frente a la ley ( iso-noma), igualdad de palabra en la Asamblea (isegora)e igualdad socioeconmica6.

    5. La comprensin de la poltica como proceso dinmicosusceptible de ser transformado mediante la actividadreflexiva.

    La demokratagriega implic, as, la aparicin de lo queCastoriadis (1994) denomina la institucin autnoma delas sociedades, pues es autogobierno consciente de la po-lis con la participacin conjunta de sus miembros: go-bernantes y ciudadanos. Tambin implic el surgimientode la condicin ciudadana en su calidad de derecho departicipacin directa y positiva del demosen el gobiernode lo colectivo. Como si fuera poco, y aunque en dichocontexto no se hablara de formacin ciudadana, los pro-cesos analticos impulsados por las escuelas filosficas yaidentificaban la necesidad de generar procesos educati-vos para el adiestramiento de virtudes del pensamiento,que como la argumentacin clara y consistente, posibili-taran deliberar y concertar en pro de la mejor situacincolectiva posible.

    Hacia finales del siglo V a.C. y comienzos del IV, seinicia la decadencia de la organizacin poltica de lademokrata con la derrota de Atenas frente a Esparta enla guerra del Peloponeso, y con el consecuente debili-tamiento poltico y econmico desatado en Atenas trasla guerra civil. En este contexto, algunas caractersticasinternas de la organizacin poltica y social atenienseentran en contradiccin y generan el desprestigio de lademokrata. Es importante resaltar que las reflexiones

    de los sofistas llegaron a cuestionar tanto el hecho quela igualdad del demosno se extendiera a la totalidad dela poblacin (pues exclua a los esclavos), como el for-talecimiento de una poltica exterior imperialista. Lasreflexiones de los sofistas cuestionaron abiertamentelas inconsistencias de un sistema poltico democrticoigualitario y participativo, pero basado en la exclusin,la desigualdad, la discriminacin, la explotacin, la in-vasin blica y el esclavismo.

    El cuestionamiento a la exclusin de los esclavos de la con-dicin de ciudadana puso en peligro la estructura econ-mica ateniense, al mismo tiempo que la apuesta a la auto-

    noma racional del individuo se extrem, generndose unaruptura entre los intereses individuales y los de la polis.De otra parte, tras la guerra civil ateniense, los interesesde las distintas clases sociales (las cuatro clases del de-mos ms la aristocracia) chocaron entre s y se resquebrajla unidad de inters superior representada por la polis. Segener entonces una escisin y una tensin entre quienesconsideraron a la demokratiacomoautogobierno de la polisque implica el equilibrio entre demos y aristocraciay quienesla entendieron como gobierno de los ms.

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    5 En el sentido que se resolva en el ejercicio de la discusin, laargumentacin y la deliberacin desarrolladas en los diferentesmecanismos y espacios de participacin poltica ciudadana.

    6 El demos ciudadano en cuanto que desde su nacimiento un indi-viduo tena fijado el conjunto de derechos y obligaciones estrictasque implicaba su pertenencia a la ciudad (Requejo, 1990, p. 29).Cabe anotar que los derechos polticos y la igualdad frente a laley se reconocan no para la totalidad de la poblacin de la polis,sino para parte de ella: los varones no esclavos. De la ciudadanaestaban excluidos los esclavos y las mujeres. Se calcula que de250. 000 habitantes de Atenas (aproximadamente), 50.000 eranciudadanos y que el nmero de asistentes a la Asamblea no erasuperior a 6.000.

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    Es hacia finales del siglo XIX y comienzos del siglo XXque comienzan a desarrollarse procesos democratizado-res dentro del sistema poltico liberal, para bsicamenteatender la presin social desarrollada por las agremia-ciones trabajadoras. Se genera entonces el reconoci-miento legal de los derechos de asociacin de los tra-bajadores (reunin, manifestacin y sindicacin) y delsufragio universal (adems del referndum y el derechoa la candidatura), el cual se ampli de los propietarios ycontribuyentes a todos los ciudadanos varones mayoresde edad. Se dio, as, progresivamente, el trnsito del Es-tado Liberal de Derecho, al Estado Liberal Democrticode Derecho.

    Este trnsito implic el ensamble de dos lgicas polticasdiferentesla liberal y la democrticasin estar libre decoaliciones. Las resistencias tericas y prcticas fueronnumerosas. El resultado de esta conflictiva articulacinfue el surgimiento de una democracia representativabasa-da en los principios organizativos del liberalismo poltico,que reconoce adems de las libertades civiles negativas,unos derechos polticos positivos(de participacin e inci-dencia en las decisiones y leyes polticas) pero de carcterrepresentativo(no directo y argumentativo como en la An-tigedad Clsica)13.

    Por ello, Requejo piensa que la democracia liberal asemergida no tiene ninguna vocacin de convertirse endemocracia poltica (1990, p. 91), ya que no es muy

    propensa a generar prcticas de institucin y conduccinautnoma de las sociedades, mediante la participacindirecta y efectiva en la toma de decisiones y en la cons-truccin de instituciones y leyes a las que deben someter-se los gobernantes y no slo los gobernados. No obstante,tras la Revolucin rusa, la crisis econmica de 1929 y elfinal de las dos guerras mundiales, se genera en Occi-dente un segundo proceso democratizador de los Estadosliberales.

    La miseria econmica, social y moral dejada por las gue-rras mundiales y la crisis del capitalismo industrial coin-ciden con el abanderamiento de los ideales de igualdad

    econmica sostenidos por las posturas ideolgicas socia-

    listas14, cuyo ncleo fue la URSS. Esto en su conjuntohizo posible que el bienestar socioeconmico de las ma-yoras fuera abordado como una prioridad para los Es-tados liberales, que necesitaban recuperar credibilidad ylegitimad poltica mediante el mejoramiento de las con-diciones materiales de vida de los ciudadanos y el esta-blecimiento de reformas polticas de corte progresista. Esas como se declaran y legalizan los derechos humanos desegunda generacin o de corte social:

    Unos derechos socioeconmicos cuyo objetivo es exigirde los poderes pblicos una actuacin redistributiva quepermita disponer a la mayora de la poblacin de unasmnimas condiciones de vida que faciliten el poder ejer-citar en la prctica el elenco de libertades individuales

    y polticas que les estn legalmente reconocidas. Entre

    aquellos derechos se encuentran el de educacin, el deuna seguridad social, el de unas vacaciones retribui-das, el de una vivienda digna (Requejo, 1990, p. 93).

    Con lo anterior se posibilita el trnsito del Estado Liberaly democrtico de Derechoal Estado Social de Derecho, alEstado de Bienestar o a la Socialdemocracia:

    Es un Estado Social que reposa sobre la idea de queel poder poltico debe lograr para los asociados una

    justicia material mnima: lo importante es entonces elresultado de la accin pblica, de suerte que la demo-cracia es entendida ms como un efecto material del

    ejercicio del poder, esto es, como una cierta igualdadsocial conseguida gracias a la accin Estatal. Esta con-cepcin est asociada entonces a la (...) existencia deprestaciones positivas de parte del Estado. Por ello,histricamente, el proyecto de Estado Social de Dere-cho tendi a materializarse sobre todo despus de laSegunda Guerra Mundial, en formas de Estado bene-factor fundadas en polticas de inspiracin Keynesianade amplio gasto pblico, regulacin de la economa,provisin estatal de servicios sociales y estructurastributarias redistributivas (Uprimny, 2002, p. 64).

    Por esta misma poca el liberalismo sufre otro viraje signi-

    ficativo. El primer liberalismo permaneci reacio a otorgar

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    13 Esta diferencia es capital, pues la participacin poltica directano delega el consenso al arbitrio del gobernante en virtud de larepresentatividad social que le fue conferida mediante el voto,sino que establece el consenso entre gobernantes y gobernadoscomo fundamento o punto de partida que legitima las acciones deeste ltimo. De lo que se desprende que el gobernante no puedeimponer su proceder y punto de vista sobre la opinin pblica, sopretexto de la representatividad social conferida por el voto.

    14 Segn las cuales, la consecucin de sociedades libres slo seraposible aboliendo las desigualdades econmicas y materialesentre clases sociales: () mientras no desaparezcan las basesorganizativas, econmicas y polticas del modo de produccin ca-pitalista que fundamentan una situacin de explotacin objetivade una minora sobre la mayora de la poblacin, no ser posiblepensar en realizar ninguna emancipacin humana efectiva (Re-quejo, 1990, p. 99).

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    reconocimiento legal a los partidos polticos durante todoel siglo XIX. Tras las dos guerras mundiales, los partidospolticos fueron asumidos con una nueva actitud: se losacept como elementos imprescindibles en la democra-cia liberal, siendo legalmente reconocidos en los textosconstitucionales como actores decisorios. Se genera, as,la organizacin poltica mediante los sistemas partidistasque conocemos hoy.

    Nuevamente el liberalismo poltico se vio obligado a ar-ticularse de manera tensionante con una lgica ajena,pues la asuncin estatal del bienestar socioeconmico delgrueso de la poblacin implica la regulacin estatal delmercado y la redistribucin social de la riqueza. Sin em-bargo, la ampliacin del bienestar socioeconmico de losciudadanos busc extender la posibilidad del ejercicio delas libertades civiles, negativas e individuales, as comola legalizacin de los partidos polticos fortaleci el me-canismo de la participacin indirecta y representativa dela poblacin civil. Dicho de otra manera, estos cambiosno ampliaron las posibilidades de participacin polticapositiva y directa por parte de la ciudadana.

    A modo de sntesis, se puede plantear que la democracialiberal incorpora dentro de su ideario de valores algunosrasgos de la demokrataantigua, pero que su organizaciny accin poltica (relaciones de poder entre gobernantesy gobernados) se fundamentan en los principios centra-les del liberalismo poltico, a saber, el establecimiento de

    libertades negativas e individuales que limitan el poderdel Estado y la participacin poltica de carcter repre-sentativo15.

    La condicin de ciudadana moderna se define, enton-ces, ms con base en el acceso legal a los derechos civilesotorgados por la pertenencia a una nacionalidad, que conbase en el ejercicio de la conduccin poltica efectiva yconjunta de los destinos colectivos. Ser ciudadano sig-nifica, en este orden de ideas ser reconocido por la leycomo civil perteneciente a una nacin y, por tanto, poderacceder al conjunto de derechos y libertades (incluido elsufragio), que ni el Estado ni otros ciudadanos pueden

    vulnerar en virtud de la igualdad jurdica.

    En este mismo sentido, ser ciudadano significa no per-turbar o violentar mediante las propias acciones, los de-rechos y libertades de otros; de ah que la formacin delciudadano sea entendida en mltiples contextos como

    educacin cvica(en los derechos y deberes fundamenta-les y en el conocimiento del Estado y sus instituciones)o comoformacin tica para la convivencia. As, tanto lacondicin de ciudadana como la formacin ciudadanaderivadas de la democracia liberal estaran enmarcadasms en los planos de la civilidad y de la convivencia, queen el mbito propiamente poltico:

    (...) la tendencia ha sido la de plantear las relacionespolticas en un plano eminentemente horizontal, estoes, ha priorizado la temtica de las relaciones entre losindividuos de una colectividad en trminos de coopera-cin o autoafirmacin egosta prestando escasa atencina la dimensin vertical de la relacin de dichos indivi-duos con unas esferas de poder, siempre controladas porminoras, que les exigen obediencia y esta es la dimen-

    sin ms estrictamente poltica (Requejo, 1990, p. 13).

    CRISIS DELESTADO DESOCIAL DEDERECHO YDEMOCRACIAS EMERGENTES

    El capitalismo no puede derrumbarse; es el estado natu-ral de la sociedad. La democracia no es el estado naturalde la sociedad. El mercado s. Alain Minc16

    An cuando el Estado Social de Derechorepresent en elsiglo XX una salida viable a las tensiones enfrentadas porel liberalismo poltico y los Estados capitalistas, los pro-

    blemas intrnsecos no se hicieron esperar. Entre finalesde los aos cincuenta e inicios de los setenta, surgieronuna serie de transformaciones ideolgicas, tecnolgicas ysocioculturales, que invertiran el orden de cosas estipu-lado en la socialdemocracia.

    En primer lugar, un grupo inicialmente minoritario17

    ponder que la prestacin de la seguridad social porparte del Estado imposibilitaba la generacin de unaeconoma slida, pues sufragar el bienestar social de unsector creciente de la poblacin resultaba insostenible;se afirm, entonces, que el Estado de Bienestargenera-ba regresin social ms que progreso. En torno a estas

    ideas se gest durante los aos setenta y ochenta lo quehoy conocemos como liberalismo econmico o neolibera-

    15 El dirigente se elije por votacin y este voto indica la represen-tacin de los intereses de la mayora, queriendo decir que dicho

    voto legitima el plan de gobierno y las decisiones tomadas poraqul durante su administracin.

    16 Citado por Ramonet, 2001, p. 13.17 Conformado por el filsofo y economista Friedrich Von Hayek y

    sus estudiantes de la Universidad de Chicago. ste se solidific,con la administracin de Margaret Thatcher y la conformacin dela Heritage Foundation, grupo que asesor los principios de ad-ministracin del gobierno Reagan en los Estados Unidos, el cuales reconocido por la implementacin de polticas de orientacinneoliberal (George, 1999).

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    lismo(George, 1999); esta propuesta de la organizacinsocial est en auge, y tiene como planteamientos fun-damentales: la reduccin mxima del Estado de Bienes-tarcomo dispensador de servicios sociales, la liberacintotal del mercado de la regulacin estatal18y la sujecinde los planos poltico, social y cultural a las dinmicas,leyes y cambios del mercado, sin ningn tipo de inter-vencin de parte del Estado19.

    En segundo lugar, el fulgor de las tecnologas comuni-cativas y los desarrollos de la informtica, hicieron posi-ble pensar y, hasta cierto punto, concretar el sueo deestablecer instancias econmicas transnacionales y, poresta va, establecer un mercado global en permanente co-nexin. Surgi as el cimiento de lo que hoy se denominaglobalizacin econmica, que no es otra cosa que la ten-dencia a la transnacionalizacin de las economas, comoexpresin de la bsqueda del establecimiento de un mer-cado nico y global, a travs de las redes informticas y ladigitalizacin de la informacin20. En tercer lugar, y conun amplio camino recorrido, las estrategias de consumoy el estudio del comportamiento del consumidor se for-talecen gracias al impacto posibilitado por las tecnologascomunicativas, generndose as el baluarte de lo que hoyse conoce como discurso de consumo (Werner, 2001).

    La idea segn la cual el buen funcionamiento social estaragarantizado por el funcionamiento econmico21 se alineacon la posibilidad tecnolgica de crear mercados transna-

    cionales, y tambin con la de poner a circular a travs delos medios de comunicacin una serie de tcnicas de per-suasin que garantizan la ganancia econmica antes de lacompra efectiva.Neoliberalismo, globalizacin econmica y

    persuasin para el consumo se amalgaman e interrelacio-nan, dando origen a un pensamiento que prioriza a la esfe-ra econmica como el componente fundamental y centralde la realidad. As las cosas, El Estado Social de Derecho yla democracia, en tanto posibilidades de igualdad socioeco-nmica, resultan profundamente cuestionados.

    De otro lado, desde la dcada de los setenta, los parti-dos polticos empezaron a sufrir una serie de procesos deburocratizacin22y flexibilizacin23, que les llev a perdertanto representatividad social como coherencia y sistema-ticidad. Las funciones de los partidos polticos se vieronlimitadas fundamentalmente a las tareas de realizacinde campaa y propaganda electoral. Paradjicamente, lospartidos polticos alcanzaron la maximizacin de su fun-cin decisoria en el procedimiento electoral, en el mismomomento en que redujeron considerablemente su nivelde representatividad social. Esta situacin en su conjuntoderiv en una asuncin demasiado limitada de la activi-dad poltica democrtica, pues sta se vio drsticamenteminimizada: dej de ser entendida como proceso histri-co de institucionalizacin y defensa de los derechos civi-les, polticos y sociales, para ser asumida como el meroejercicio del procedimiento electoral representativo.

    Luego, tanto la apuesta por condiciones de vida ms dignascomo la apuesta por la institucin autnoma de las socieda-des (desencadenadas por las democracias moderna y anti-gua respectivamente), parecen diluirse tras las condiciones

    crecientes de exclusin, pobreza y marginalidad generadaspor las dinmicas de reduccin del Estado de Bienestary de privatizacin de los bienes sociales, as como por lavisin miope que identifica en la practica electoral (y enmuchos casos en el proselitismo poltico) el nico espaciode concrecin de la participacin poltica democrtica.

    DEMOCRACIAS EMERGENTES...DEMOCRACIAS POSIBLES...

    No obstante, ser a partir de la reduccin y debilitamien-to de la socialdemocracia que se generarn espacios de

    participacin para nuevos actores polticos y, tambin,revisiones y planteamientos alternativos para el sistemademocrtico. Aunque se trata de esfuerzos dispersos y he-terogneos surgidos en espacios informales, y aun cuandoen el presente documento no se puede realizar un abor-

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    18 Libre comercio de bienes y servicios, libre circulacin del capitaly libertad de inversin.

    19 Una caracterizacin extensa del liberalismo econmico o Neo-liberalismo junto con sus desarrollos y consecuencias socialespuede encontrase en: El malestar de la vida pblica de Victo-ria Camps (1996), y una definicin histrica y conceptual puedeser consultada en: Breve historia del neoliberalismo: 20 aos deeconoma de elite y de oportunidades emergentes para el cambioestructural de George (1999).

    20 Pese a que en el marco histrico manejado se afirma que el pro-ceso de globalizacin econmica surge entre los aos sesenta ysetenta, la idea de crear un mercado transnacional se origina conel capitalismo industrial del siglo XIX (Mitchell, 1997).

    21 En esta mxima de liberalismo econmico puede reconocerse unavuelta del ideal del liberalismo poltico. Sin embargo, y pese a quela implementacin del liberalismo poltico favoreci el estable-cimiento del capitalismo industrial del siglo XIX, el liberalismopoltico no puede entenderse nicamente como garanta polticade la implementacin del capitalismo y de la organizacin social

    jerarquizada, desigual y explotadora pues () su objetivo de lalimitacin del poder y la proteccin del indiv iduo (...) puede con-siderarse de modo autnomo respecto a cual sea la organizacineconmica de la sociedad (Requejo, 1990, p. 83).

    22 Pues se establece un acceso jerrquico y excluyente en la toma delas decisiones del partido.

    23 Menor diferenciacin entre las propuestas y programas de lospartidos por la conquista de un electorado de centro conforma-do por clases medias.

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    daje profundo y prolfico de los mismos, es relevante de-tenerse puntualmente en algunos de aqullos.

    EL MOVIMIENTO JUVENIL Y CONTRACULTURALDE LOS AOS60 Y70En primer lugar debe destacarse la emergencia del movi-miento contracultural relacionado con Mayo del 68. Estefue desarrollado desde varios frentes no en todo articulados:grupos de activismo poltico o nuevas izquierdas crticas delsocialismo (Castoriadis, 1997 b y Rozsak, 1981), colecti-vos estudiantiles y profesorales que desde las universidadescuestionaron las organizaciones polticas, sociales y escola-res tradicionales (Castoriadis, 1997 b), y grupos bohemiosbeat-hipohippies, desentendidos de bsquedas formalmen-te polticas, pero comprometidos con bsquedas persona-les, experienciales y existenciales (Roszak, 1987)...

    El aporte aqu realizado puede sintetizarse en tres aspectos muyrelevantes: a) el cuestionamiento abierto de las relaciones depoder autoritarias, verticales y heternomas en los diferentesespacios sociales (la escuela, la familia, el trabajo, la poltica);b) la utilizacin de medios informales y estticos como fuentesde expresin y transformacin poltica; y c) la postura decididay activa de los jvenes en la crtica y la creacin de su entornosocial, cultural y poltico. El movimiento contracultural propo-ne, as, deslocalizar la actividad poltica de los espacios y accio-nes formales propias del establecimiento (partidos y Estado),al insertarla en todas las dimensiones de la experiencia social

    humana, y al pretender fortalecer la participacin y expresinde la poblacin civil en la conduccin de lo colectivo, reivindi-cando la necesidad de discusin y consenso social, aunque estono se realice mediante formas expresivas lgico-racionales. Elmovimiento contracultural encierra pues una propuesta socialprofundamente democrtica (en sus procedimientos) y demo-cratizadora (en sus pretendidos efectos sociales).

    LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE LOS AOS80 Y90Y LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES

    Por otra parte, hacia los aos ochenta, y teniendo comoasiento el movimiento contracultural anteriormente men-

    cionado, aparecen en el juego poltico los nuevos movi-mientos sociales y las organizaciones no gubernamentales(ONG)los cuales, desde espacios eminentemente civiles,buscaron generar reconocimiento legal de ciertos derechosindividuales y colectivos: los derechos de las mujeres, delas minoras tnicas, de las negritudes, de las comunidadeshomosexuales y de la proteccin del medio ambiente. Aun-que sus actuaciones pblicas adems de discontinuas sonms reinvidicadoras y opositivas que proactivas, el logropoltico de los movimientos sociales de los aos ochenta

    y noventa, radica en haber generado conciencia social yreconocimiento legal sobre una serie de aspectos invisiblespara las instituciones polticas tradicionales24.

    Se puede decir que estos movimientos no defienden utopassociales; sencillamente buscan extender los valores de la au-tonoma individual en trminos del establecimiento legal deunos derechos mnimos que garanticen la igualdad entre losdiferentes ciudadanos, pero con base en el reconocimien-to de la diversidad y la diferencia. He aqu una vuelta y re-cuperacin de la apuesta de la democracia liberal, en tantodefensa de los derechos civiles por encima de los criterioseconmicos y en tanto proceso de democratizacin (de ex-tensin de derechos o de ampliacin de la igualdad) logradomediante la manifestacin y expresin social.

    EL DESPLIEGUE DE EXPERIENCIAS DE PARTICIPACIN POPULARA nivel ms prctico, y desde muy diferentes mbitos, sehan venido gestando una serie de esfuerzos disgregados ydiversos que buscan recuperar, mediante el desarrollo deexperiencias de participacin popular, la actuacin efec-tiva de los ciudadanos en el gobierno de los destinos co-lectivos. Pueden mencionarse, por ejemplo, en el mbitonacional la emergencia de las comunidades de paz en elcontexto del conflicto armado, o la propuesta de organi-zacin social de algunas comunidades indgenas, cuyasdecisiones sociales son tomadas por la propia comunidad,de manera colectiva, participativa e incluyente25.

    24 Es importante mencionar que de las acciones realizadas por di-versos movimientos sociales y ONGs se deriva la institucionaliza-cin de los Derechos Humanos de Tercera Generacin: aqullosque giran en torno al reconocimiento de los derechos de las mi-noras y de la defensa y cuidado del medio ambiente.

    25 Por ms de 25 aos y desafiando el continuo de violencia y elescepticismo frente a las posibilidades de la paz, experiencias co-munitarias indgenas, af rocolombianas y campesinas se han orga-nizado sin hacer uso de la violencia para transformar la realidad,desarrollar un proyecto poltico propio y democrtico y responderal impacto directo de diversas violencias como la exclusin, la ne-gacin de sus culturas y derechos, la injusticia social y el conflictoarmado. Estas experiencias han otorgado otros significados a lapaz, que superan su generalizada y restringida comprensin comoausencia de guerra y de conflicto, o silenciar de fusiles (sic). Para

    ellos la paz es integral y equivale a la defensa de la vida y demsderechos humanos; la proteccin de sus comunidades, culturasy territorios; el ejercicio de autonoma o autodeterminacin; laprofundizacin de la democracia; la inclusin social; el reconoci-miento de la diversidad tnica y de los derechos de los pueblos; yel desarrollo concebido como proyecto colectivo generado desdela cultura y necesidades propias. A su vez, ellas han aplicado elprincipio de Gandhi de que no hay camino para la paz, la paz esel camino, dentro de un ejercicio coherente de transformar larealidad y construir la paz no desde los mecanismos socializadospor el continuo de violencia, sino desde mtodos y acciones no-

    violentas (Movimientos Sociales. Comunidades de Paz: patrimo-nio de resistencia no violenta Esperanza Hernndez. Consultadoen: http://www.redvoltaire.net/article4923.html).

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    Tambin cabe destacar las experiencias de investigacin-accin participativa y de educacin popular generadas enAmrica Latina, pues aqullas han pretendido cuestionarel establecimiento de relaciones de saber dogmticas enel espacio educativo y acadmico. En el caso de la edu-cacin bsica, dichas formas de relacin se traducen enla educacin contenidista y transmisionista, en los mode-los comunicativos verticales y en las relaciones de poderautoritarias (Freire, 1971). En el caso de la investigacinaccin participativa, se cuestiona la imposicin del saberacadmico sobre el saber popular, y se buscan caminosde dilogo y encuentro entre ambos mediante la cons-truccin conjunta de conocimiento (Fals Borda, 1997).As, los campos educativos y epistemolgicos son ademscampos polticos y, por tanto, tambin son susceptiblesde ser democratizados. Las relaciones en torno al saberimplican relaciones en torno al poder, mxime si se tomaen cuenta que estamos insertos en lo que algunos auto-res han denominado sociedades de la informacin y delconocimiento.

    DEMOCRACIA RADICALYDEMOCRACIA POSMODERNAPor ltimo quisiera hacer alusin, aunque sucintamen-te, a algunos de los aportes tericos contemporneos mssignificativos en torno a la crtica de la democracia libe-ral. Se trata de los desarrollos de Cornelius Castoriadis26y Boaventura de Souza Santo27, quienes plantean la nece-sidad de apostar por la emergencia de una democracia ra-dical, en el sentido de profundizar la participacin directay efectiva en la toma de decisiones polticas de sujetos ycolectividades.

    Castoriadis (1994, 1997 a) sostiene que a travs de lahistoria de Occidente, la mayora de las sociedades hansido instituidas de manera heternoma, esto es, pese aque ellas mismas han creado sus leyes e instituciones,ocultan esa autocreacin, imputndola a una fuente ex-trasocial: los antepasados, los hroes, Dios, las leyes dela historia, las leyes del mercado. En estas sociedades, lapuesta en duda de las leyes y las instituciones no puede

    plantearse fcilmente, pues su cuestionamiento significaponer en entredicho la existencia, veracidad y justicia dedichas fuentes extrasociales. La institucin heternomade las sociedades se opera entonces sobre el cierre delcuestionamiento.

    Esta situacin de institucin social heternoma habrasido rota dos veces en la historia de Occidente: a travsde la aparicin de la filosofa tanto en la Grecia Antiguacomo en la Europa moderna, que es la puesta en cuestinde las representaciones comnmente aceptadas, a travsde la creacin de la poltica, entendida como la creaciny puesta en cuestin de las instituciones establecidas, ya travs de la emergencia de la democracia, entendidacomo el proyecto de institucin autnoma de las socieda-des. Tal y como afirma Castoriadis (1994):

    En estas sociedades el cierre de sentido se rompe, o porlo menos tiende a romperse. Esta ruptura -y la actividadincesante de interrogacin que la acompaa-, implica elrechazo de una fuente de sentido diferente a la actividad

    viva de los seres humanos. Implica, por tanto, la repulsade toda autoridad que no rinda cuenta y razn, y queno justifique la validez del derecho de sus enunciados(...) podemos ahora definir la poltica como la activi-dad explcita y lcida que concierne a la instauracinde las instituciones deseables y a la democracia comoel rgimen de auto institucin explcita y lcida, tantocomo es posible, de instituciones sociales que depen-

    den de una actividad colectiva (Castoriadis, 1994).

    La democracia como rgimen poltico y social se carac-terizara, entonces, por dos rasgos imprescindibles; elprimero, la posibilidad de que las sociedades y los sujetospongan en cuestin las leyes e instituciones sociales vi-gentes y el segundo, la posibilidad de transformar tales le-yes e instituciones, y sobre esta base crear unas nuevas28.El sistema democrtico que prive a las colectividades y alos individuos de estas dos posibilidades no es ms queuna democracia formal: la democracia como el mero ejer-cicio de salir a elegir cada cierto tiempo a un gobernante(Castoriadis, 1994).

    Pero, cmo se pueden formar subjetividades y colecti-vidades autnomas y deliberantes? Cmo dar el salto

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    26 Filsofo, economista y psicoanalista griego fallecido en 1999. En-tre sus aportes ms significativos se destacan la revisin crticadel proyecto ilustrado y poltico de la modernidad, la revisin cr-tica del psicoanlisis y la revisin crtica del marxismo.

    27 Profesor de la Universidad de Coimbra en Portugal y de la Uni-versidad de Madison en Wisconsin, dirige actualmente un pro-yecto internacional cuya pretensin es analizar experiencias quereivindiquen la necesidad de reinvencin de la emancipacin so-cial. Autor de libros como De la mano de Alicia (Bogot: Siglodel Hombre Editores-Ediciones Uniandes, 1998) y Reinventar lademocracia (Madrid: Ediciones Sequitur, 1999).

    28 Cuando Castoriadis habla de creacin de nuevas significaciones,leyes e instituciones sociales, lo novedoso no refiere a una crea-cin absolutamente original, sino a una creacin realizada sobrela base de las significaciones, instituciones y leyes precedentes.La creacin radica en la trasformacin de lo preexistente, siendosiempre condicionada (Giraldo y Malaver, 1997).

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    de la adhesinheternomade los individuos y las colec-tividades a las valoraciones y leyes de su sociedad, a laemergencia de subjetividades y colectividades capaces deautoinstituir de manera deliberada y consciente? Casto-riadis piensa que esto slo es posible tras experimentarefectivamente la institucin colectiva de leyes, significa-ciones e instituciones, mediante la discusin, el cuestio-namiento y la transformacin consciente y explicita de lasmismas (Castoriadis, 1997 a).

    Por su parte, y en un intento por pensar las relaciones en-tre subjetividad, ciudadana y emancipacin en el marcodel proyecto poltico de la modernidad y de los desafosde la posmodernidad, Boaventura de Souza Santos (1998)aborda las situaciones y procesos de desequilibrio entreregulacin y emancipacinque llevaron a que la moder-nidad articulara subjetividad y ciudadana fundamental-mente por la va de la regulacinms que por la de laemancipacin.

    El autor piensa que la teora poltica liberal es la expre-sin ms sofisticada de ese desequilibrio (Boaventura deSouza Santos, 1998, p. 288), pues si bien aqul implicla introduccin de la subjetividad en el plano poltico -ladefensa de los intereses particulares de los individuosmediante la creacin de los derechos civiles-, desconocela condicin de ciudadana de tales individuos. Se deberecordar que el sufragio universal fue reconocido hastael siglo XX con bastante resistencia y no para toda la

    poblacin civil. Adems, cuando el principio de ciuda-dana planteado en el liberalismo poltico no identificao reduce tal condicin a la tenencia de unos derechosabstractos y universales se ve restringido bsicamente alejercicio del voto.

    Se avizora, entonces, la articulacin fundamentalmen-te regulativa que implica la democracia liberal para lasubjetividad y la ciudadana, pues ciudadano es aquelsujeto que acoge la ley y las decisiones estatales sindiscutirlas ni participar en su elaboracin, a cambiode que el Estado le garantice sus intereses particularesmediante la concesin y respeto de los derechos y de-

    beres civiles.

    Se configura nuevamente una diferencia entre la de-mocracia liberal representativa y la democracia partici-pativa directa, y entre los modelos de ciudadana questas implican. Por ello, el autor terminar planteandolas coordenadas de lo que llama una nueva teora de lademocracia o una democracia posmoderna. sta debe,en primer lugar, lograr articular la subjetividad y la ciu-dadana por la va de la emancipacin, sin descartar la

    regulacin29. Debe hacerlo adems, no slo en los cam-pos y contextos que se han considerado tradicionalmentepolticos: las polticas formales del Estado, sus funciones,funcionarios e instituciones, sino tambin en todos aque-llos espacios de la vida social en los que los que se tejenrelaciones de poder verticales y autoritarias, a saber:

    a) El espacio domstico: de transmisin social va la ex-plotacin y el silenciamiento segn lo denuncian lasteoras feministas y las organizaciones de defensa delos derechos de la infancia;

    b) El espacio social del trabajo: donde las relaciones deproduccin y consumo se basan en la explotacin, lacompetencia desleal y la exclusin de los trabajadoresy la sociedad civil de las decisiones empresariales ymercantiles;

    c) El espacio mundial o transnacional: de relaciones deintercambio econmico y poltico desigual entre lasnaciones del Norte y del Sur.

    La tarea de la democracia posmoderna es cuestionar laverticalidad y exclusin tejida en las relaciones de poderde tales mbitos, as como transformarlas en relacionesde autoridad compartida, es decir, relaciones de poderhorizontales que den cabida al ejercicio ampliado y pro-fundizado de una ciudadana participativa y directa.

    COMENTARIOS FINALES: LA FORMACIN CIUDADANA OEL EJERCICIO DE LA CIUDADANA

    () el rol enorme de la educacin y una reforma radi-cal de la educacin, realizar una verdadera paideiacomo decan los griegos, una paideia de la autonoma,una educacin para la autonoma y hacia la autono-

    ma que induzca aquellos que son educados -y no sloa los nios- a interrogarse constantemente para saber siobran en conocimiento de causa o ms bien impulsados

    por una pasin o un prejuicio() Castoriadis C, 1997 .

    Qu debe entenderse por formacin ciudadana en estepunto del camino? Se ha buscado hacer explcito que noexiste un modelo nico de democracia, esto es, que al me-

    29 El respeto a la ley no se anula o debilita, sino que deriva de sulegitimidad social. La legitimidad social de la ley se fundamentabsicamente en dos condiciones: primera, la construccin socialcolectiva y transparente de la misma y, segunda, el favorecimien-to del inters general por encima de los intereses privados y parti-culares. Digamos que el principio de regulacin se fundamenta yderiva del de emancipacin.

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    nos del recorrido histrico realizado puede derivarse queen Occidente existen dos grandes paradigmas de orga-nizacin sociopoltica democrtica: la de la participacinpoltica positiva (efectiva y directa) emergida en la Greciaantigua y profundizada en lo que algunos denominan de-mocracia radical, y la de la participacin poltica negativa(representativa y defensiva) propia de los Estados moder-no-liberales y de los movimientos y organizaciones no gu-bernamentales. Se ha visto tambin que estos paradigmasimplican formas distintas de asumir la ciudadana y que,por tanto, habra una ambigedad o, mejor an, una di-versidad a la hora de hablar de formacin ciudadana30.

    As, un griego podra entender por formacin ciudadanael entrenamiento y ejercicio de las facultades intelectivasy de argumentacin como medio de cualificacin de losespacios de debate y decisin consensuada. Un modernola definira quiz como la ctedra formativa en torno a losderechos y deberes (de primera, segunda y tercera gene-racin) y en torno a las instituciones y mecanismos esta-tales que posibilitan su cumplimiento y respeto. Tambinpodra definirla como el proceso formativo en los valoresticos y morales que posibilitan respetar los derechos delos otros y las leyes.

    Si se miran estos paradigmas (con sus diferencias y ten-siones) como un acumulado de la bsqueda histrica ypoltica de Occidente, es posible que en lugar de escogeruna vertiente para asumir la formacin ciudadana, poda-

    mos pensar en incorporar dentro de su campo tanto elentrenamiento y ejercicio de las capacidades intelectivasy argumentativas como la formacin cvica y tica. Lla-ma la atencin a este respecto que los documentos queorientan la formacin ciudadana en el nivel bsico y aescala nacional31privilegien la concepcin liberal de de-mocracia, restringiendo la formacin ciudadana a la ins-truccin del individuo en los derechos fundamentales yen los valores para la convivencia:

    Las competencias ciudadanas se enmarcan en la pers-pectiva de derechos y brindan herramientas bsicaspara que cada persona pueda respetar, defender y pro-

    mover los derechos fundamentales, relacionndoloscon las situaciones de la vida cotidiana en las que stospuedan ser vulnerados, tanto por las propias accionescomo por las acciones de otros () Las competenciasciudadanas son el conjunto de conocimientos y de habi-lidades cognitivas, emocionales y comunicativas que,articulados entre s, hacen posible que el ciudadanoacte de manera constructiva en la sociedad democr-tica () Retomando el concepto de competencia como

    saber hacer, se trata de ofrecer a los nios y nias lasherramientas necesarias para relacionarse con otros deuna manera cada vez ms comprensiva y justa y paraque sean capaces de resolver los problemas cotidianos.Las competencias ciudadanas permiten que cada per-sona contribuya a la convivencia pacfica, participe res-ponsable y constructivamente en los procesos demo-

    crticos [formales] y respete y valore la pluralidad y ladiferencia, tanto en su entorno cercano, como en su pasu otros pases (Ministerio de Educacin, 2004, p.8).

    Los estndares bsicos en competencias ciudadanas secircunscriben nicamente a las esferas de la individua-lidad civil y de la tica para la convivencia, presentandoun fuerte vaco respecto de la participacin colectiva y di-recta en la definicin y conduccin de los asuntos comu-nes. Se estara dejando de lado, por esta va, un elementocentral y constitutivo de la ciudadana desde su origenen Grecia: la del debate, establecimiento y conduccincolectiva de los asuntos del inters comn, aquello que,

    en ltima instancia, hace de la ciudadana un asunto po-ltico y pblico, un hecho social palpable y cotidiano, msall de la esfera de los procedimientos y de la legislacinformales32.

    Contemplar la complejidad que la diversidad de las no-ciones y las prcticas democrticas imprime a la forma-cin ciudadana es importante, pues el conocimiento delos derechos, deberes, instituciones y mecanismos derespeto de los derechos, los deberes y las leyes consti-tuye un saber bsico para cualquier ciudadano contem-porneo en su desempeo a nivel local y global. Por otraparte, el ejercicio y el entrenamiento en la reflexin y en

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    30 Al final del texto y en forma de tabla (Tabla No. 1), se presentauna sntesis comparativa entre la democracia antigua y la demo-cracia liberal, destacando sus rasgos, concepciones de ciudadana

    y nociones posibles para la formacin ciudadana.31 Los estndares bsicos en competencias ciudadanas (Ministerio

    de Educacin, 2004). Siguiendo las orientaciones establecidaspor la Constitucin de 1991 y la Ley General de Educacin (Ley115 de 1994), este documento representa la primera tentativa sis-temtica de implementar la formacin ciudadana como parte dela educacin formal y bsica.

    32 No obstante es pertinente destacar que los estndares bsicosde competencias en ciencias sociales presentan una apertura in-teresante, ya que plantean como parte de sus objetivos centralesel reconocimiento de las diferentes formas que ha asumido lademocracia a travs de la historia y la identificacin de las va-riaciones en el significado del concepto de ciudadana en diversasculturas a travs del tiempo. Todo ello, en un marco interpreta-tivo que parte de la idea de que las formas de organizacin pol-tico social son construcciones humanas e histricas susceptiblesde cuestionamiento y transformacin (Ministerio de Educacin,2004, p.5).

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    la argumentacin racional posibilitan establecer puentesentre las competencias ciudadanas y las competenciasen otras reas del saber, especialmente las ciencias. Algofundamental para una organizacin curricular que comola colombiana establece la formacin democrtica comoun eje transversal.

    No obstante, el punto real de desarrollo y articulacinde estos dos caminos de la formacin ciudadana se juegabsicamente en la posibilidad de fundamentarlos sobreprcticas efectivas de institucin colectiva y directa delos sujetos en las significaciones, las instituciones y lasnormas sociales en las que se mueven habitualmente;o, en otras palabras, en la capacidad que tengamos decomprender que la formacin ciudadana no puede ser en-tendida como un espacio preparatorio para que los niosasuman una condicin futura de ciudadana, sino comoun aprendizaje derivado del ejercicio cotidiano de la ciu-dadana misma que, de lejos, desborda la prctica del votoo la condicin de acceso a los derechos civiles bsicos.

    Esta cuestin resulta bastante problemtica si reparamosen que: Desgraciadamente, nuestra escuela no es un es-pacio para la autodeterminacin y por lo mismo, donde seaprenda a convivir y concertar [es] (...) una escuela queen su cotidianidad no educa en la democracia por msque d cursos de cvica o de urbanidad. Uno no apren-de a ser democrtico en cursos sobre democracia, unoaprende a ser democrtico en familias democrticas, en

    escuelas democrticas, con medios de comunicacin de-mocrticos (Martn-Barbero, 1998, p. 20).

    Lo anterior remite a varias cuestiones relevantes: la pri-mera, interrogar el que los nios y los jvenes por sucondicin legal de minora de edad se encuentren tanradicalmente excluidos del ejercicio de la ciudadana. Escomo si se asumiera que la minora de edad (en trmi-nos kantianos) se superara o deviniera mgicamente enmayora de edad por una determinacin de tipo etario ode maduracin biolgica, y no por la posibilidad de sub-jetivarse como dueo de s mismo en medio de prcticasde autonoma. Mientras sigamos pensando que los nios

    y los jvenes son tanto el objeto de la accin formativacomo ciudadanos del futuro, esto es, mientras sigamosestableciendo con ellos vnculos de heteronoma, ser di-fcil que se asuman algn da de forma deliberada y cons-ciente como actores en la construccin colectiva.

    Es importante destacar que cuando hablo del ejercicio ciu-dadano, no estoy hablando necesariamente de la legaliza-cin de su derecho al voto, sino de algo fundamental: suparticipacin efectiva en espacios sociales como la escuela,

    la administracin pblica o los medios de comunicacin;participacin para que puedan crear y expresar significacio-nes en torno al mundo social en el que viven; participacinpara que puedan proponer alternativas de solucin a losproblemas sociales que los afectan (educativos, ambienta-les, de salud, etc.); participacin para que puedan discutir,opinar y proponer en torno a la gestin poltica de lo p-blico a nivel local y nacional. La experiencia de la Cuidadde los Nios impulsada en Italia por Francesco Tonnuci33

    puede constituir un buen ejemplo al respecto..

    De otra parte, se debe comprender que el problema dela formacin ciudadana en la escuela no es slo un asun-to de estructuracin de currculos y ctedras pertinentesy cualificadas, sino un problema cultural, esto es, unasunto inserto en los modelos educativos y comunicati-vos propios de la escolaridad. El modelo comunicativoy epistemolgico de la escuela tradicional se desarrollabajo la forma de la conduccin ajena del pensamien-to, de la voluntad y del actuar. Por ello, Martn-Barberopiensa que la relacin con el saber que instaura el mode-lo comunicativo y pedaggico de la escuela tradicionales muy parecida a la que el fiel establece con la Sagra-da Escritura: (...) al igual que los clrigos se atribuanel poder de la nica lectura autntica de la Biblia, losmaestros detentan el saber de una lectura unvoca, estaes de aquella de la que la lectura del alumno es puroeco (Martn-Barbero, 1996, p. 12).

    Como se percibe, las relaciones de poder que se te-jen alrededor del saber en la escuela tradicional, sondogmticas y autoritarias. Se trata de una relacinbasada en una tica que proscribe la interrogacin,

    33 El proyecto la ciudad de los nios inici en 1991 en el ayunta-miento italiano de Fano, fue dirigido por Francesco Tonucci ycont con el impulso del alcalde y gobierno municipal. Su prin-cipal objetivo fue desarrollar una nueva filosofa de gobierno dela ciudad, que partiendo del reconocimiento de la exclusin delnio de la condicin de ciudadana, le apost decididamente ala participacin activa y directa de los nios en el gobierno, pro-

    yeccin y diseo de la ciudad. Para la consecucin de este fin, sedio curso a la creacin de diversas instituciones y actividades que

    posibilitaran dar va abierta a la participacin de los nios en elgobierno y direccin de la ciudad, mediante la expresin de ideasy propuestas. Es as como se crea: a) El laboratorio del proyectodesde el cual se asesora y vigila a la administracin municipalpara tomar en cuenta las necesidades y propuestas de los nios,b) el consejo de los nios que tuvo por finalidad propiciar un es-pacio de reunin y concertacin permanente para que aqullosque quisieran participar, representaran el punto de vista infan-til, ante la administracin municipal, y c) el programa los niosarquitectos, en el que se posibilit que stos en interaccin conprofesionales del diseo y la arquitectura dieran a conocer su vi-sin y proyeccin de los espacios que debera contener la ciudad

    y tambin sus propuestas de solucin a los principales problemasurbanos (Tonnuci, 1997).

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    el cuestionamiento y la duda (Castoriadis, 1997 a,Zuleta, 1995), y, por tanto, de una relacin con elsaber que anula la autonoma del pensamiento quese define justamente como: la interrogacin ilimita-da (...) que se pone ella misma en constante causa(Castoriadis, 1997 a). De este modo, la escuela quese profesa como heredera del proyecto cultural ilus-trado, no educa en la autonoma de pensamiento queaqul abander como propia segn lo dicho por elmismo Kant: (...)sapere aude!Ten valor de servirtede tu propio entendimiento! Es, pues, la divisa de laIlustracin (Kant, 2002, p. 5).

    Los sujetos podrn aprender a ser democrticos en la es-cuela el da en que puedan pensar por s mismos. El daque puedan interrogar el saber y la norma all instituida. Elda que puedan saber que ,en tanto creaciones humanas ysociales, stas son susceptibles de crtica, cuestionamiento ytrasformacin, no por el mero capricho de criticar, sino porla apuesta poltica de crear sentido y destino colectivo demanera consciente y deliberada. En pocas palabras, cuandose les posibilite ejercer tanto su autonoma de pensamien-to (pensar por s mismos) como su autonoma moral (darsesus propias normas) para cuestionar, interpelar e instituir elmundo de significados, valores y normas en el que viven.

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    El mundo de lo poltico (instituciones, leyes, accio-nes) se fundamenta en la capacidad pensante delhombre y, ms concretamente, en la capacidad dedecidir por s mismo que se desprende de aque-lla. Se supera as la sujecin dogmtica de la vidapoltica a las tradiciones y explicaciones religiosas(proceso de la ilustracin y de secularizacin de lopoltico).

    Sujecin legal del proceder poltico: paso delgobierno de hombres al gobierno de leyes.

    Acceso del demos a derechos polticos positivos departicipacin efectiva y directa en el gobierno de locolectivo.

    Reconocimiento de la igualdad de los ciudadanosfrente a la ley, igualdad de palabra en la asamblea(isegora) e igualdad socioeconmica.

    Disposicin de los procesos polticos (leyes, insti-tuciones, mecanismos de participacin, derechos,etc.) hacia la orientacincolectivade los destinoscomunesy hacia la consecucin del mejor estadocolectivoposible (polis).

    Condicin de pertenencia a la ciudad, que generael acceso al estado de igualdad frente a la ley y a losderechos polticos positivos de participacinpoltica colectiva y directa. La condicin de ciuda-dana esta estrechamente relacionada (casi definida)por la accin poltica de carcter pblico y colectivo.

    Entrenamiento de los ciudadanos en las virtudesreflexivas y argumentativas que posibilitan exponer,cuestionar, argumentar y concertar en torno a lasacciones polticas a la luz del mejor destino colectivoposible. La formacin ciudadana est directamente

    vinculada al ejercicio directo y efectivo de la partici-

    La organizacin y accin poltica de los Estadosmodernos, se fundamenta en la autonoma de pen-samiento y no en la creencia dogmtica en Dios y elpoder eclesistico y monacal (proceso ilustracin yde secularizacin de lo poltico).

    Prdida del monopolio ideolgico y la limitacindel uso de la Fuerza Estatal, mediante el estableci-miento de libertades civiles individuales de carcternegativo o defensivo (Derechos humanos de pri-mera generacin).

    Prdida del monopolio econmico a travs de laconcesin de la libertad econmica y la propiedadprivada.

    Creacin de unos derechos polticos participativosindirectos y representativos (sufragio y agremia-cin) y de unos derechos socioeconmicos garanti-zados por el Estado (Derechos humanos de segundageneracin).

    Condicin de pertenencia al Estado-Nacin, quegenera el acceso igualitario a unos derechos indivi-duales, civiles y negativos (Sujeto de derecho).Entre los derechos del ciudadano se considera el dere-cho al sufragio como medio de participacin polticarepresentativa e indirecta. Ser ciudadano tambinsignifica no perturbar o violentar mediante las propiasacciones, los derechos y libertades de otros. El mbitode la ciudadana se relaciona ms con la condicin decivilidad de los sujetos y con sus prcticas privadas,

    individuales o intersubjetivas, que con las dimensionesde la accin poltica, pblica y colectiva.

    La formacin del ciudadano es entendida como educa-cin cvica (en los derechos y deberes fundamentales

    y en el conocimiento del Estado y sus instituciones) ycomo formacin tica para la convivencia. La forma-cin ciudadana est pues, estrechamente vinculada alconocimiento de los derechos y deberes civiles, y a losmecanismos e instituciones que garantizan su respeto yejercicio, tambin a la formacin en valores.

    RASGOS

    RASGOS

    CIUDADANA

    CIUDADANA

    FORMACIN

    CIUDADANA

    FORMACIN

    CIUDADANA

    TABLA1. SNTESIS COMPARATIVA ENTRE LA DEMOCRACIA ANTIGUA Y LA DEMOCRACIA LIBERAL.NOCIONES DE CIUDADANA Y FORMACIN CIUDADANA DERIVADAS.

  • 7/23/2019 Em Espanhol Democracias, Cidadanias e Formao Cidad. Uma Aproximao

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    Democracias, ciudadanas y formacin ciudadana. Una aproximacinALEJANDRAARIZA

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