el amor del padre

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Como cristianos, pasamos mucha parte de nuestra vida en la fe, hablando del Padre, de que somos sus hijos, de que Dios nos ama como un Padre ama a sus hijos. Pero muchos de nosotros nunca hemos entendido lo que ser hijo de Dios significa. El nos adoptó como sus hijos, pero nosotros aún no decidimos asumir nuestro papel de hijos, ni hemos tomado a Dios como nuestro verdadero Padre. Esto suena contradictorio, sí. Pero cuando un hijo ama a su padre y tiene la seguridad de que éste es su padre terrenal, nunca dudará de su amor, de que todo lo que necesita, no importa las circunstancias será provisto por El. Ahora, de dónde surge esta resistencia a aceptar el amor de nuestro Padre. Uno de los motivos podría ser la imagen distorsionada que tenemos de nuestros padres terrenales, de esos seres humanos imperfectos que tal vez nos han fallado o se han ausentado de nuestro proceso de crecimiento. Otro de los motivos, puede ser la incapacidad de reconocer que sí tenemos derecho a ser amados, lo cual solo refleja una autoestima herida, la que nos hace sentirnos indignos del amor de Dios y de todo el maravilloso episodio de la cruz, el cual vino a rescatar nuestras almas de lo que nos era inevitable, si no hubiera sido por su gracia y misericordia. Y es entonces dónde surge la pregunta: - Cómo recibo el amor de Dios, cómo puedo disfrutar del más bello, puro y genuino amor? Cuándo llegaste a los pies de Jesús, fuiste sellado con su Espíritu Santo, ese que te hace acreedor de su gracia, la cual trajo salvación, libertad y sanidad a tu vida. En ese preciso instante, dejaste de ser un esclavo del mundo, para ser un hijo heredero de la gracia de Dios. Esto quiere decir que todo el trabajo difícil ya fue hecho, lo hizo Dios mediante la entrega de su hijo amado Jesucristo en la cruz por ti. Y cuál es el siguiente paso? Perdónate a ti mismo, decide recibir el amor de Dios, aférrate a sus promesas, guárdalas en tu corazón y camina en ellas y no desperdicies ni un segundo, viviendo al máximo de todos los regalos que Dios dispuso para ti, desde que estabas en el vientre de tu madre.

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Page 1: El Amor Del Padre

Como cristianos, pasamos mucha parte de nuestra vida en la fe, hablando del Padre, de que somos sus hijos, de que Dios nos ama como un Padre ama a sus hijos. Pero muchos de nosotros nunca hemos entendido lo que ser hijo de Dios significa. El nos adoptó como sus hijos, pero nosotros aún no decidimos asumir nuestro papel de hijos, ni hemos tomado a Dios como nuestro verdadero Padre.

Esto suena contradictorio, sí. Pero cuando un hijo ama a su padre y tiene la seguridad de que éste es su padre terrenal, nunca dudará de su amor, de que todo lo que necesita, no importa las circunstancias será provisto por El.

Ahora, de dónde surge esta resistencia a aceptar el amor de nuestro Padre. Uno de los motivos podría ser la imagen distorsionada que tenemos de nuestros padres terrenales, de esos seres humanos imperfectos que tal vez nos han fallado o se han ausentado de nuestro proceso de crecimiento. Otro de los motivos, puede ser la incapacidad de reconocer que sí tenemos derecho a ser amados, lo cual solo refleja una autoestima herida, la que nos hace sentirnos indignos del amor de Dios y de todo el maravilloso episodio de la cruz, el cual vino a rescatar nuestras almas de lo que nos era inevitable, si no hubiera sido por su gracia y misericordia.

Y es entonces dónde surge la pregunta: - Cómo recibo el amor de Dios, cómo puedo disfrutar del más bello, puro y genuino amor?

Cuándo llegaste a los pies de Jesús, fuiste sellado con su Espíritu Santo, ese que te hace acreedor de su gracia, la cual trajo salvación, libertad y sanidad a tu vida. En ese preciso instante, dejaste de ser un esclavo del mundo, para ser un hijo heredero de la gracia de Dios. Esto quiere decir que todo el trabajo difícil ya fue hecho, lo hizo Dios mediante la entrega de su hijo amado Jesucristo en la cruz por ti. Y cuál es el siguiente paso? Perdónate a ti mismo, decide recibir el amor de Dios, aférrate a sus promesas, guárdalas en tu corazón y camina en ellas y no desperdicies ni un segundo, viviendo al máximo de todos los regalos que Dios dispuso para ti, desde que estabas en el vientre de tu madre.

“Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios.  Mis estimados hermanos, ahora somos hijos de Dios pero todavía no sabemos lo que seremos en el futuro. Lo que sí sabemos, es que cuando Cristo regrese seremos como él, pues lo veremos tal y como él es.” 1 Juan 3:1-2 (PDT)

Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡ Abba! ¡Padre!» 7 Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero. Gálatas 4:6-7