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CESEDEN ESTRATEGIA Y ECONOMIAEN LA ERA NUCLEAR Por el General HOUNAU (Traducido de la Revue de Defense Na tionale, de agosto—septiembre 1966) Noviembre 1966 BOLETIN DE INFORMACION N2 10 - VI

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Page 1: ECONOMIA EN ERA Por el HOUNAU Defensedifíciles para los sovticos. Y M. MacNamnra e?iade: “Podernos esperar que la pro— si6n creciente, ejercido sobre los dirigentes soviticos,

CESEDEN

ESTRATEGIA Y ECONOMIA EN LA ERA NUCLEAR

Por el General HOUNAU

(Traducido de la Revue de Defense Nationale, de agosto—septiembre 1966)

Noviembre 1966 BOLETIN DE INFORMACION N2 10 - VI

Page 2: ECONOMIA EN ERA Por el HOUNAU Defensedifíciles para los sovticos. Y M. MacNamnra e?iade: “Podernos esperar que la pro— si6n creciente, ejercido sobre los dirigentes soviticos,

Con ocasi6n de su expósici6n sobre e! presupuesto para 1964, ante el Comif de las Fuerzas Armados del Congreso, M. MacNarnara terminaba el capítulo, relativo a la Uni6n Soviética en estos términos: ‘Los dirigentes soviéticos se encuen —

tran ante un problema de asignación de recursos extremadamente grave. Deben elegir entre diferentes objetivos: militares, ayuda al extranjero, vivienda, agrkultura,elevacion del nivel de vida, etc...’

“A lo largo de los próximos años, los soviticos podr6n Construir UflO fuer

za importante de ICBM protegidos de la 2 generaci6n (ICBM de combustible salido —

del tipo Minuteman ); desplegar un sstem de dstribuci6n de cabezas at6miaas de —

gran potencia, como las que han experimentado desde 1961; extender su sistema —

MRBM/IRBM; desarrollar su defensa activa contra los ataques de bombarderos; mantoner un gran ejrcito moderno bien equipado; desplegar un dispositivo de defensa activa contra los misiles balísticos; modernizar y reforzar su importante flota submarina,comprendidos los submarinos lanza—ingenios; continuar la correra de! espacio; desa —

rrol lar ta ayuda ocon6rnica y militar a los países subdesarrollados; autorizar los grandes inversiones necesarias para la creacion de una industria agricola eficaz; conti —

nuar el dosarroUo de la industria pesadá; podrían también elevar el nivel de vida delpueblo sovifico... Pero no pueden hacerlo todo a la vez. Es preciso escoger entretodas estas posibilidades.”

Ñ aparece la noci6n de disyuntivas estratgi cas ocon6micas, disyuntivasdifíciles para los sovticos. Y M. MacNamnra e?iade: “Podernos esperar que la pro—si6n creciente, ejercido sobre los dirigentes soviticos, so intensificd en el curso delos pr6xrnos años s continuamos progresando en nuestros programas rnflitares y espadales.

M.MacNamara define esta osratgk a largo plazo diciendo: “Se puede• pensar que la existencia de tan numerosos factores actuando sobre la economía sove—

flca flende a limttar el sano desarrollo de asta e ¡nfluye sobre el desarrollo mismo delpotenck2l mH!tcr sovitico”.

Estas ideas, expuestas en 1963 por MacNomara, han determinado las op—ciones’econ6rnico—ostratgicas de los americanos. Las que felizmente elegidas, sin —

duda han tenido, como se sabe ,repercusiones considerables en la Uni6n Sovi6tica yhan influido sobre las recientes evoluciones políticos y econ6raicas de oste país, no —

sin provocar graves perturbaciones.

Numerosos trabajos han sido consagrados, en los Estados Unidos, al estudio y preparaci6nde ksseleccionos económico-militares.’ Universitarios, militares, organisrnos como la9and Corporation” so han confiado a las formas avanzadas do! an6li—sis, reforzadas por tcnicas matem&icas. M. MacNamare y sus j6vencs consejeros —

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han preparado asr, no sin ser objeto de algunas crrticas, las decisiones de la Defensa Nacional. Para ellos, los problemas militares no se diferencian de los de la ¡ndustria. Se trata de comparar los recursos puestos en juego con los resultados obtenidos.Lo comparoci6n costo—efcacia” procura los elementos de conciliaci6n de los puntosde vista militar y financiero.

La ¡oven escuela ameni cono tiene ci manito de haber situado los problemas de la Defensa Nacional en ls mayores dimensiones de la era at6rnica. La no —

ción de rentabilidad estrotgica se opone al antiguo concepto de necesidad de la —

Defnsa Nacional. Los tecnicos hacian antiguamenre cuanto podian por mantener —

el precio de los armamentos en los planes presupuestarios pero el coste de fabrcaci6nno era, corno ahora, ci factor primordial. El presupuesto, anteriormente bajo la sola responsabilidad de los financieros, no es ya un dominio independiente, separadodel de las decisiones militares.

En resumen, sagn esta escuela, oria nac6n dispone de un certo pofencial de recursos, actuales o futuros, que trata de repartir entre diversos destinos: inversiones, bienes cia consumo, educaclin, investigaci6n cientifica, armamentosfonsivos o defensivos, nucleares o convenionales, etc. La elección en la dstn!bu—ci6n 6ptima de estos recursos constituyen los verdaderos factores de la estrategia.

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En el terreno puramente miflter, los problemas que $e le plantean a laURSS, por la amenaza proveniente de la creadn de lo Fuerza Estratégica americana de la segunda generaci6n (misiles ICBM protegidos, submarinos Polaris, bombarderos r6pidos) son muy complejos. ¿u puede hacer la URSS para salvaguardar laeficacia de su arrnarnentó y defender su socedod ? Varias opciones, compatibles ono, se presentan a La mente:

— Crear una fuerza de misiles noderna, capaz de destruir por medio de unataque preventivo la fuerza estrotcgica americana. Soluci6n probablementeirreolizable desde el punto de vista tcnico, y ciertamente ruinosa;

- Crear una fuerza estratgica menos importante pero lo bastante protegidacomo para resistir parcialmente a un ataque sorpresa americano y conservar las reservas suficientes para amenazar peligrosamente a las pobladones de los EE .UU.;

—. Completar esta segunda soluci6n por medio de un dispositivo de dcfensoantiaérea y anti—misfl, cuyo desarrollo no estaría limitado m& que por

el coste de fobricaci6n;

— Dispersar y proteger Centra industriales y las poblaciones construyendorefugios y descentralizando los puntos sensibles, todo ello acompañado

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de ló creoci6n de una fuerza ofensiva importánte, etc.

Las decisiones militares de los rusos se manifestar6n en la elecci6n entre estas diferentes opciones. Esta eiecci6n repercutir6 sobre toda lo economía so—vitica en raz6n de la amplitud de las opciones y de la alta tecnología de los sistemas de armamento. —

Los armamentos nucleares son, en efecto, de una naturaleza nueva. Soscaracterísticas de alcance, potencia destructora y tiempo de preparaci6n no tienencompcracicn con las de sus predecesores. Por otra parte, la importancia del patrimonio econ6mico, científico y tecnol6gico necesario para su creaci6n lo hacen armade ricos, solamente al alcance de los naciones industriales.

Una explosi6n de 20 kHotones ha destruido a Hiroshima, ciudad de —

250.000 habitantes y ha matado a 1/3 de su poblaci6n. Una bomba de 10 meqa—tonos neutralizaría una superficie 60 veces mayor. Una bomba de uno potencia —

igual a lo de Bikini tiene una zona de daños equivalente al bojo Valle del Sena, apartir de París. Una gran ciudad sería arrasado por medio de 2 6 3 bombas colocadas sobre el objetivo.

La destrucci6n de la industria y del 80 % de la poblocicSn de los Esta—dos Unidos se realizaría por medio de algunas centenas de exp!osiones sobre los objetivos. La de la URSS necesitaría, en raz6n de la gran dispersi6n ecori6mica y dernografica de este pais, un numero un poco mayor de explosiones; un país como —

Francia sería destruido por algunos decenas de bombas.

Las armas nucleares de la segunda generaci6n son poco vulnerables enraz6r de su movilidad (submarinos Pokiris), de su protecci& y dispersi6n (misilMiriuteman). Entre dos adversarios que dspongon de estos sistemas de armamentosen cantidad suficiente, no se puede pensar en un ataque—sorpresa de aniquilaci6nPero no se puede eliminar La hipi5tesis de que uno de los adversarios tomase lo iniciOtiva del ataque esperando destruir, gracias a la sorpresa, una proporci6n considera-ble de los armas que le son opuestas y establecer así un desequilibrio de fuerzas endonde toda respuesta del m6s d1bil entrañaría su destrucci6n completo con la contrarespuestas.

Las considerables sumas , asignadas o la Defensa (anti—a6rea, arifi—misil ) o o las medidas de protccci6n y dispers6n de la poblaci6n, permitirían limitarlos daños debidcsci las armas at6micas. Pero la salvaguardia no sería jam6s total.

El poseedor de algunas decenas de bombas nucleares y de los ‘vectores”correspondientes, tTene el medi6 de realizar destrvcciones extremadamente gravesen cosa” de sus adversarios. Algunas centonas de ingenios representan un peligro

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mortal para cualquier país sometido a su amenaza. Una naci6n industrial puede, —

aunque sea econ6micarnente limitada, jugar un papel importante en la confrontaci6nestratgica de ¡as potencias, en razón de la enorme capacidad de destrucci6n de al—gunes ingenios solcmente.

Las diferentes formas de la estrategia se determinan en funci&i de esosdatos.

La “estrategia de disuasn”, antigua por esenck, se ha convorHdo enmonstruosa en le era at6mice. Consisto, en la expresi6n de une amenaza de destrucdones exorbitantes. Esta amenaza puede tençr un car6cter ofensivo si es ecrcidpor una naci6n A muy poderosa que agito, frente a una nacin 8, el espectro de ladestrucci6n total para obligar a esta última a ceder a sú voluntad. Una nad6n dbu 8, por la amenaza defensiva de empico de sus amias atmicas, contra c pobcci6n de una naci6n m6s fuerte A, puede hacer dudar a esta de realizar acciones hostiles cuyos resultados representarra una ganancia irSLJFIC ¡ente de acuerde t;l represallas que puede temer.

La estrategia de disuasi6n es, por lo tanto, posible para naciones que —

dspongan de medios ecQn6mkos muy diferentes. La naci6n econ&-nicamonte limitada astar reducida a una estrategia defensiva. Una nccin ms poderosa dispondrde una ma de estrategias variadas: ofensivas o defensivas; con objetivos polfl-icos,econornicos o militares.

Si los dispositivos esfratgicos estn de acuerdo con ia potencia econ6—mica, s6lo los medios inmediatamente disponibles entran en juego en la estrategia —

de disuasi&i.

E el caso donde la estrategia de disuasi6n fracasa, le Sucede ia9estra—tegia de defersa”. Las armas que, hasta entonces, no habfan sido rns que amenazadoras son ahora utilizadas. Aun para esto, se dispone de dfentes formas de estrato—gia. La “estrategia de la contra—fuerza” consiste en atacar con prioridad, las fuerzasnucleares del adversario. La estrategia “contra—ciudad” consiste, por el contrario,en atacar directamente su sistema social y econ&nico. Entre estas dos formas extremas, son posibles una cantidad de variantes intermedias,cuya reclizad6n serr, comoesta hoy generalmente admitido, progresiva e interrumpida por musas.

Hacia finales de 1963, los Estados Unidos consideraban una estrategia —

de pura contra—fuerza. lmagir.ando lo peor, un ataque sorpresa realizado por los so—vi&icos en las mejores condicion.es para ellos, los expertos americanos considerabanque (os Estados Undos dispondrían de fuerzas intactas, en cantidad suficiente, paradestruir la casi totalidad de tas armas estrctgicas enemigas no empleadas todavii y

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conservar ai3n las reservas necesarias para tener a su merced el sistema pol(ticosocialdel adversario.

Los soviéticos construyen armas cada vez m& numerosas de la segunda —

generaci6n (submarinos nucleares lanza—ingenios, misiles protegidos), por lo que —

la destrucci6n total de las armas estratégicas rusas se haré problemStica, casi imposble. Las poblaciones entraran entonces en juego.

Esta estrategia de defensa no utfflzar6, como la estrategia do dsuasi6n,rn& que los armamentos exktentes y ye operaciónales. Es muy probable en efecto,que las fabricas at6micas, los centros de cónstrucci6n de ¡n9Cnlos y los campos de tiro estarían entre los objetivos de las primeras salvas y que la construccin y puestaa punto de nuevas armas estrctgcas, a lo largo de la batalla, quedarí.in por ello excluidas. —

La potencia econ6mica de los Estados intervienen todavía en esta situe—ci6n por medio de los armamentos que ha permitido construir para el día J y no por —

las reservas industrales disponibles.

Una tercera forma de confrontación estratógica os la de los “conflictoslimitados”. Una confrontación de este ,qónero es la que existe en el Vietnam. El —

concepto americano as el de la disuasión por acciones graduadas cada vez m& intensas, concepto de la “disucsón escalonada y de la defensa flexible”. Sobre un teatrode operaciones limitado, objeto de rivaldades internacionales (soviéticas, chinas ¡

americanas) en donde lo que se juega es algo muy complelo y cambiante, la masa —

estratógkc nuclear (ici de los americanos por elemplo ) no act5a ms que por su cc—ción disuasiva. Sin embargo desempeña su pcipd: el de la monumental amenaza —

que supone y que podría aplicarse ya sea sobro el mismo teatro del conflicto, sobrelos teatros limflTofes o sobre los m6s lejanos.

Las escaladas SUCQSVOS del conflicto limitado no hacen mós que expresarde una manera cadavezmSPkusihie la amenaza de la guerro atómica selectiva, limitada o ttol,

En estos casos, el potencial económico ccta de dos formas diferentc.Primero por la potencia y calidad de las armas que ha permitido crear. Dcspus, —

por la flexibilidad y eficacia de la industria, que permite cii país hacer frente, sir.sufrir un impacto oCon&fliCO grave, a las situaciones de escaladas que exige el empeño de reservas, cada vez mayores.

Existo an otra forna de guerra, el “conflicto total” sin empleo de ar —

mas atómicas, como la segunda guerra mundial. Sin &Jmo de hacer previsiones,no se puede sin embargo eliminar tal forma de conflictos, sobre un gran teatro continental (Asia, Africa) relativamente alejado de los “santuarios atómicas”. Ahora —

bien, es necesario admitir que este tipo de guerra tentarra a los beligerantes, en unasituación tóctica desesperada, o en una confrontación estrcitógica grave, a utilizar

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los arrnas ctómt cas e iniciar asr la Itespira zactónhl hacia un comfUcto atómco generalizado. En todo caso, en tanto que & conflicto permaneciera convencional, la —

movilización industrial y las reservas volverfan a tner la importancia de otras veces.

Las formas estratgiccis evocadas son m6s o menos posibles. Algunas hanactuado ya; otras est6n en vras de desarrollo; pero en cada una de ollas, la superioridcid económica ofrece a quien la posee una ventaja decisiva. —

Esto nos conduce o examinar los aspectos estrctógicos de los factores y —

iinitacionCs de la economa.

a I.Todas las sociedac.es modernas, cualquiera que sea su forma politica, —

tienden hacia una cierta evolución económica, generadora de mejoras materiales yprogreso social.

Estas ambiciones tienen su origen en los recursos materiales y humanosde que dispone cada nación: estón restringidos por las limitaciones; varran segtn elmargen de libertad que existe entre la suma de los recursos y la suma de las limitaciones.

Asi, no puede existir desarrollo económico en paises tales como los delTercer Mundo, en los que los recursos estón acaparados por ei consumo. Por el contrario, una nación como los Estados Unidos, cuyos inmensos recursos est6n muy le —

jos de ser agotados por las exigenCias del consumo, puede permit!rse un desarrollo —

económico rópido. El problema no es otro que el de escoger, entre las mGitptes -

vias que abre.el progreso, la mas provecnosa y mas segura.

No hay pa, por rico que sea, que pueda librarse de las limitacionesque impone la economía. Estas son de naturaleza muy diversa y van unidas a deria—siados momentos de La producción para poder ser eliminadas. Supongamos, por ejempie, que ur pais dispone, por uno u otro medio, de todos tos primeros recursos —mineralos, vcget&es,mano de obra, espacio— que le son necesarios para llevar a cabo —

sus proyectos, cisi y todo, encontrar6 grandes obstóculos ante si: En primer lugar, elobstóculo tocnológco, es deCir, el hecho de que no puede desarrollarse sin mejorarcontrnuamnente la tócnicQ y la calidad. Le sigue el obstóculo económico, es decir,el hecho de que la industria se adapte con m6s o menos dificultades a ciertas tareas.E obstóculo monetario (en economía liberal); algo asr como el aceite que, por su -

cantidad y velocidad de circulación, asegure el buen funcionamiento de la m6quinaeconómica. Y por fin el obstóculo humano, es decir, esa tentación secreta a preferir un consumo inmediato melor que una inversión a largo plazo, situaci6n provocada por el temor a los restricciones y privaciones que exige e! pogroso.

De estos obst6culos se dice que unos son “especrfiços” y otros por el controno, “generales”.

Francia, por ejemplo, ha decidido consagrar lo esencial de su esfuerzo

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de defensa a la creoci6n de una fuerza nuclear estratégica.

Por lo tanto, necesta disponer de ciertas materias primas raras, en particular de uranios Lo recursos del suelo francas son insuficientes. A escala mun —

dial, los recursos son igualmente limitados y el mercado resulta violentamente disputa-Jo. Hay un Uobstcolo específico”, en el sentido en que va unido a un productoque no puede obtenerse ms que en cantidades limitadas.

Otras limitaciones son de naturaleza muy diferente y ya hemos enumerodo algunas. Por ejemplo, el esfuerzo de defensa cst limitado imperativamente porla cuantía del presupuesto del estado: obstculo monetario”. A m& largo plazo,este esfuerza choca con los obstáculos tecnológicos, econ6micos y sociol6g!cos quemarcan las Fronteros do las posibilidades de la naci6n. Estas ¡imitaciones, difícilesde medir, se engloban bajo el término de limitaciones generalest. A falta de otracosa mejor, su impacto se mide por cierta cantidad de moneda.

La moneda es, en efecto, el Gnico medio smpIe que permite formarseuna imagen concreto de la capacdad de una naci&i: se cal cola el Producto Nadoncii Bruto (P.N.B.), es decir, el valor monetario de la totalidad de ls bienes y servicios que est6n a disposici6n de la nación durante un año, o lo que es lo mismo,la producci6n de la economía nacional durante este período. El P.N.B. cortitu—ye una “limitaci&, m6xima’ que ningin proyecto da defnsa, por total que sea, poedo evidentemente sobrepasar.

La definici6n detallada del P.NIB. asi corno la exposici6n de los diferentes rntodos otifizados para calcularlo, no entran en el marco de esto artículo.Nos limitaremos pues a algunas observaciones destinadas a destacar ciertas caracte—rísticas de este “instrumento”

Ni que decir tiene que en caso de crisis económica o de su empleo, elP.N . B., calculado en función de los resultados de la producción, no representa —

mcís que una cierta proporción -Jo la capacidad de producción. Sería, por lo tanto,necesario distinguirel P.NSB. real del P.N.B. potencial. Estoocurreen losEE.UU., incluso en períodos de prosperidad, si el pleno empleo no se ha alcanzado; —

como ocurre actualmente, a pesar de k Crisis del Vietnam. El material humano representa una “!imitación” absoluta poro la producción. Debemos precisar que nuestro P.N.B., al contrario del de los americanos, es un P.N.B. de pleno empleo.

Por otra parte, lo capacirJad de defensa no estó ligada al PÓN.B. por.yna simple relación de proporcionalidad. Los bienes y serviciosde que dispone Cipa son afectados en tres lu9ares principales: inversiones, consumo y gastos de defensa. Las actividades económças correspondientes a las aplicaciones o prestaciones de uno da estos tres lugares, — inversiones por ejemplo — repercuten sobra lcs ca

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pacidades económicas reservadas a las otras dos. Una disminución de las ¡nversio—nos dedicadas a la investigación dentífica influiría rópidamente sobre muchas delas tócnicas de la Defensa Nacional. Un aumento del presupuesto reservado a laEducación Nacional permitiría, a largo plazo, une elevación del nivel de los cuadros militares. De una manera mós general es bien cierto que en una economía IIbera los cambios o transformaciones do los rJferentes sectores econ&nicos, que sohacen de un modo natural por el juego de la oferte y la demanda, son por el con —

trono muy delicados de realizar voluntariamente, como consecuencia de una sim —

pie decisión gubernamental. No porque se reduzcan ciertos pufos de consumo sepuede disponer automótica e inmediatamente de sus economías paro c-fectar?cs a laDefensa Nacional. En efecto, toda variadón de un factor económico crea perturbodones que, si no se tiene cuidado, pueden reducir eventuo!mento ci valor absoluto del P.N.B.

En los economías totalitadas es, por el contrario, teoricarnente posibleal Estado fijar a priori, dentro del plan, los diferentes puestos económicos. Estopermite o la U.R.S.S., como veremos mós adelante, asignar una mayor proporciónde su P.N.B. a la Defensa. Algunos parsas liberales se han visto obligados a lo —

largo de las Gltimcis guerras, a tomar medidas autoritarias imponendo cor’.sk!orablesrestricciones cd consumo.

Sin embargo, el juego de los factores del liberalismo permito todavía,—con l condición de que la riqueza dci país seo suficiente,operar con flexibilidad —

y sin ruptura, los cambios exigidos por la Defensa.

Las grandes conversiones operadas en lo EE.UU. a los largo de este —

iltimo modio siglo nos lo han demostrado.

Bajo la reserva de estos observaciones, se puede considerar al P.N .B.corno el desarrollo dci conjunto de los elementos de la estrategia económica y el estudio de sus variaciones es susceptible de proporcionar interesantes indicaciones.

Tomemos, a títúlo de ejemplo, las variaciones del P.N.B. de ls Estados Unidos representadas en la tabla siguiente:

. 1 .955P.N.B. en miles de millones

1 .960 1 .965 1 .970

:

da-dólares 1.965.....460 504 671 794(previstc)

Aumento ....... ¡ 44 67 123

Este cuadro sugiere algunas observaciones:

a) En valor absoluto ci P.N.B. se ha casi doblado en 15 anos. La stua —

dón económica y social, siendo yo lanzada en los Estados Unidos en re

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loci6n con las de los demás pafes, y el hecho de que el producto na —

cional bruto pueda doblarse en 15 años ofrece a este pars grandes posi—biUdades de elecci&: mejora de la sociedad, aíimento de los gastos deDefensa Nacional, aumento de las inversiones. Las limitaciones son —

pequeñas, por lo que la progresi&i econmca continuara evolucionando favorablemente. Muchos expertos estiman que el conocimiento delos factores ccon6micos, asr como los medios de que se dispone en economra liberal, estn ahora lo suficientemente perfeccionados coma para evitar lcrisis cfclicas. Otros especialistas son menos optimistas.

b) En cifras diferenciales, se ve que cf aumento del P.N.B. por perro-Josde 5 años crece rapidamente con el tiempo. Este aumento que era do44 mil millones entre 1955 y 1960, sorcí del orden de los 120 mii millones entre 1965 y1970. Siendo el presupuesto de Defensa, en 1.965,de 50 mii miliones, se observa que el aumento del P.N.B. en dos añoses sensiblemente iguai al presupuesto anual de la Defensa. En otras palabras, serra te6riccmente posib’e, en 1967, multiplicar por das e! prsupuesto de defensa de 1965, permaneciendo iguales los otros gastos,sin ciesequi librar e1 presupuesto general. Estas observaciones simpi ¡ f —

cadas —una muItipUcccin por das del presupuesto de defensa tendrfa,como sabemos, impactos complejos sobre toda la economi y por lo tanto sobre el P.N . B. — muestran la considerable libertad de que disponalos Estados Unidos en materia de estrategia econmico—militar; a con—

.dici6n, por supuesto, do que ¡a accnomra siga oxpansioncndose.

Es interesante estudiar la ¡nfuenci del aumento de los gastos militaressobre ci valor del P.N.B. yen consecuencia sobre la actividad econmica. Lasevaluaciones del cuadro siguiente so refieren al año fiscal 1965—1966, es decir, —

al 32 y 42 trimestre del año 1965 y al 12 y 22 de 1966. El aumento de los gastosmflitares (?resupuestado para ci Viet Ncm) ha sido evaluado en 6 mii millones ded61 ares.

2 trimestre 42 trimestre 12 trimestre• 22 trimest1965 1965 1966 1966

— R6gimen normal (previstoincialmentc) . 9,2 9,2 6,9 6,6

— Con al aumento de 6 miimillones de d6lares de! prosupuesto de defensa (Presupuestado parad Viet Nam) 9,7 10 9,3 8,9

Aumento trimestral del P.N.en miles de millones de dolaires...... 0,5 0,8 4 2,4 ± 2,3

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No siendo la economrc americana, en 1965, una economra de pleno empico, un aumento limitado (6 mil millones en un ano) de los presupuestos militares —

se tradujo sin dificultad en gastos y producciones efectivas por simple mejora de! P.N.B.. Aun mas, a! Jécir de algunos expertos, el crecimiento de la demanda tuvoefectos benéficos sobre la economrci.

Estos ejemplos, sacados do los EE.UU., muestran que en un pars en ex—pansi6n econmica,. las opciones de los presupuestos militares son numerosas y realizables, una vez efectuada la eiocc6n, sin graves repercusiones sobre la economra

La flexibilidad que resulta de ello permite no s6io hacer frente a situ—ciones imprevistas sino también llevar a un adversario m& dbil ecanmicariente cisituaciones difTciles, en rozn de ks pcradas” que est6 obligado a efectuar cada —

vez que so decide una nueva elecci6n.

Los resultados de este corto an!íss hacen destacar la ¡nterdopendenccide las limitaciones ocon6rnicas y militares.

Esto nos lleva a comparar las nociones por la interprotcci6rt de sus P.N.B. respectivos, considerados como representativos do sus potencias estratgkas. Sinembargo, la comparaci6n de los P.N . B. representa un problema debido a lo inseguridad de los datos. El P.N.B. do una riaci6n es una magnitud mal definida en raz6nde la incertidumbre sobre la naturaleza, la clasificacin y el valor de las riquezaso servicios intc9rodos. Es cierto que estudios recientes han permitido analizar de unmodo ms rápido los recursos de diferente naturaleza que influyen de un modo directo (produccin) o potencial (productividad) sobre el P.N.B.; pero cuando se trata decomparar los P.N.B. de diferentes naciones se concibe que la tarea sea ardua. Unaprimera cproximaci5n consiste, aplicando las tariFas de cambio, en reducir los n3rne—ros representativos de los P.N.B. a un denominador monetario coman. Se mejora algunas veces esta tronsposici6n haciendo intervenir los poderes adquisitivos de las divisas Correspondientes.

El cuadro siguiente d los P.N.B. da diferentes naciones, P.N.B. en —

1955 y previsto para 1975, asr como los presupuestos militares de 1955 y con su porcentaje del P.N.B.. Las cifras figuran en miles do millones Jedlares 1955.

a 1 e P.N..BLitu-.

1.955 1.975 1.955Estados Unidos... 390Rusia,.,.. 420—150Reino Unido60— 70Alemania Occidental ..... 50— 70Francia 40— 60:Canad30— 40Italia20— 40Jap6n20— 40

640—780320—48090—130110—19060—11050— 9040— 9040—110

4]. (10%)19—31 (13%5-. 7 ( 8%2— 3 ( 4%2— 4 ( 7%)2—3 ( 7%)1— 3 ( 4%)1 ( 2%)

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(Estas evaluaciones estn definidas por dos límites en raz6n de ¡ci incertidumbre de¡as comparaciones internacionales).

Estas cifras permiten las siguientes observaciones:

12 El P.N.B. de los EE.UU. en 1.965 alcanza ya los 671 mfl mfllones dodlares 1965, alrededor de 57! mii millones de d6lcres 1955. Una ex—trcpolccin Uneal daría en 1975, 752 mil millones, muy cerca del m—ximo previsto para esta fecha.

Los aumentos del P.N .B. est6n considerados de una manera modesta porlos autores americanos. Est6n, también, por debalo de 1a realidad enlo que concierne a Frcnck1.

22 El P.N.B..de los EE.UU. esdesde luego el ms importante, ya que representa casi el doble de la nacli5n que le sigue: Rusia. Les sigue un —

grupo de tres potencks, Reino Unido, Francia y Alemania Occidental,cuyo P.N.B. es del orden do 1/8 del de los EE.UU.. Los d Canada,Italia y Jap6n son aproxmcidamente 1/12 del Jo los EE.UU.

32 Los países cuyo P.N.B. es ms importante (EE.UU., URSS) disponen deun margen rn6s amplio de riquezas econ6rnicas afectables a la DefensaNacional.

Tambi& lasvcriaciones en los presupuestos de defensa de las diferentesnaciones son mayores que la variaci6ri de los P.N.B., salvo para Rusiaque, gracias a su sistema ciutortario, puede permitirse el emplear ci 13por ciento de su P.N.B. en la defensa y obtiene así un presupuesto dedefensa mitad del de los EE.UU., que no emplean m6s que ci 10% parala defensa.

42 Los pases cuya economía es avanzada pueden permitirse, segn ls necesidades de la defensa, aumentos de rgimon a veces considerables. Este es el caso de los EE.UU.. Hemos visto las primeras incidencias delos aumentos del presupuesto debidos a la guerra de Indochina: una acole

. . . . —racion oc ¡a expansion oc la economia. on indudables repercusiones,—principalmente fiscales, el presupuesto de defensa de los EE.UU. podríaaumentarse progresivamente hasta el doble de su valor normal sin modfcaciones importantes en el equilibrio econ6mico—social. Esto ocurri6 —

durante la guerra 1939—1945. Así, el presupuesto de Defensa Nacionalde los EE.UU., que en tiempos de paz es el doble del cJe la URSS, se haría e! cu6druple si las circunstancias lo exigiesen. Naturalmente, losruso aumentarían tamb&i su presupuesto pero con mochas m.s dificu ita—des y repercusiones internas.

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La imbriccici6n -de la cual acabamos de presentar algunos aspectos- delos factores econ6micos y estratgicos es Ci origen de la concopci6n de la estrategiaecon6mica. Es esta una estrategia a largo plazo que englobo todas las estrategias yque comporto decisiones en el empleo de los medios exactamente igual que si se fratase de una batalla. Pero auí los medios son las OiOnCS económicas o ccon6mico—militares. Estos medios estn implicados a parfir del momento en que el procesode su actuacn es irreversible. Los medios potenciales, no implicados todavía, constituyen las reservas. El margen de que dispone la URSS para aumentar del 13al 14%la proporcin del P.N.B. asinada al presupuesto constituye una reserva. La libertad de que disponen los EE.UU., en rcz6n do la flexibilidad do su industria, pura —

aumentar su P.N .B., representa tambin una reservo. La utilizaci6n de estas reservos supone un impacto sobre la economía del país que torna la decisin do utilizarlas, poro esta impacto repercute sobro el adversario que se ve obligado a tornar —

contra--medidas. M.McNamara, en 1962, tom6 la decisi6n de suprimir el programade arrnarnonts Skyclt So trataba de un misil cuya plataforma de lanzamientosería un bombardero B—52. Este sistema de armas aumentaba el alcance estrctgcodl B—52 y obligaba a los rusos a mejorar sus defencs; puede ser que ya estuviesenempeados en un programa ant—aéreo o anti—misil para hacer frente a asta amenazo. La supresi6n del Sky—Bolt SIQ tuvo efectos menores paro la industria americana,que ha recibido en cambio grandes pedidos de misiles tierra-tierra de la 22 genero—ci6n, nueva amenaza para Rusia. Este ejemplo muestra cmo el país m6s potntepuede, por el empleo o desempleo de medios ocon&nicos, asestar verdaderos golpesa su adversario. Los aliados no est6n al abrigo de las repercusknes do estas manio—

• •bras. tsi el gobierno americano se ha creido obligado a conceder una compensaciona los ingleses y, por el mismo motivo, a los franceses. Francio ha rehusado el ofrecimiento. Pero Inglaterra, que contaba con Sky—Bolt para remplazar a su programa‘Biue Streck”, ha aceptado las facilidades dadas respecto a los submarinos Polaris.El acuerdo ha sido concluido en Nassau

Cualquiera que seo la forma de estrategia detentada por una naci6n —ostrotegia a largo plazo, de dsuasin, de defensa, conflicto limitado, estrategia convencional, etc.— sij conjunto estcir siempre limitado por el desarrollo econ6rnico.Una naci6n no puede tener ms que lo estrategia de sus medios econ’miccs.

• ••. : Sin embargo, cpn Id monstruosa potencia nuclear, las naciones econ6mi

comente limitadas pueden, aunque no dispongan ms que do ijna pequeña cantidad —

de armás, jugar su papel a condici6n de que la estrategia escogida por ollas sea 1 aapropiada.

Sería absurdo que ci gobierno ‘Jo una naci6n cuyo potencia! econ&nicoes retc2tivamente reducido, haga un razonamiento proporcional: disponiendo de un P.N.B. igual a 1/23 de! de ¡os EE.UU., esta naci6n trataría de poseer en todos los sis

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temas de armas, el 1/20 de los sistemas en uso en los EE.UU. Admitiendo que susmedios tecrcos se lo permi1eron, tendrra, por ejemplo, submarino Polaris, 40misiles tierra—tierra, 25 ‘iores de bombardeo. Esta “estrategia homottic&’ ti—

/ 1 • .# 1 / 1mitaria de ta mooo os medios de occion especiticos que nana a aigunos aeinoperantes.

Los EE.UU., en rcz6n de su gran potencial industrial y tcnco, ten —

drfan lo in!ciativa de la estrategia econ6mica a largo plazo mientras que su economía permanecería sana. La U.R.S.S. se sante ¡nc6neda cn esta carrera y la ncesdad para elia de mantener un nivel de armamento suficiente ha tenido repercusiones sobre su equilibrio poLítico y econ6mico. Se ha visto obtigda a ceder laIniciativa a los EE.UU. y no puede m6s que oponer “paradas”, cada vez m6s costosos y restrictivas de sus libertades econ&nicas, a las nuevas armas que los americanos arrojan sin cesar, como reservas frescas, en la batalla de la disuasi6n.

El gobierno americano desarrolla y renueva constantemente su arsenalde armas nucleares, considerable por su potencia y su avance técnico. Aunque laactitud oficial del gobierno arnerkano, así corno el concepto ostratgico de la NAYO sean estrictamente defensivos, esta potencia pesi te a los EE.UU. desempeñar,en el terreno de la disuasi6n, un papel siempre activo, aun ofensivo, por la amenaza que hace pesar —por la sola confrontaci6n técnica de tas fuerzas presentas— sobre o! dispostivo estratgco del adversario. La URSS, adversario militar princi —

paf, por e! momento, de los EE.UU., no puede pretender ms que una estrategia deII,, •‘ • II •r . . .

csuasion proporcional ¡ en razon da fa ,rrioridad relativa de su economia. Ellapose sin embargo un arsenal nuclear lo suficientemente evo!ucionado y protegidopara disponer, despues de haber encajado un ataque sorpresa, de fuerzas de reserva en cantidad suficiente para causar grandes pérdidas entre la poblaci6n americano. Para desencadenaruno iniciativa americana necesitaría por lo tanto un motivo muy grande.

Vienen a continuaci6n las naciones at6micas de las dimensiones de Francia y la Gran Bretaña. En la Alianza Atlántica, estas potencias at6micas proporcionarían, si ia amenazo so llevase a cabo, un escat&i importante en ia estrategiagradual de la Alianza. En el terreno estrictamente nacional, aunque relativamente limitados, los medios de estas naciones les ofrecen sin embargo ios elementos deuna estrategia de disuasi6n defensiva que tendré aun m6s valor cuando los sistemasde armamentos nucleares, sin comprender forzosamente toda la gama, hayar; sido mjor seleccionados.

Existen, en fin, potencias econrnicas secundarias (Suecia, Egipto, iSrael, India, etc.) que, si pretenden tener un día armamento atrnico, pueden intontar, a lo rn6s, una estrategia de dsuasi6n volderc frente a un vecino del mismonivel.

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El ejercicio de la estrategia a largo plazo ha sido benefidoso para losamericanos en la primera fase de la confrontcci6n USAAJRSS. Este sistema estra—rgTco continGa descrroll&idose. Adem6s otras potencias eniran en juego. Le estrategia ci largo plazo tiene la ventaja de expresarsc por simples fen6menos de di —

suasi6n o persuas5n, dependientes de las evaluaciones del “potericicí”, da las “amenazcis”, do la “credibilidad”, sin que las armas sean efectivamente utilizadas. Laconsecuencias, afortunadamente incruentas, no son menos considerables en los as —

pectos econ6rnicos y poficos, lo que hace que algunas naciones fuertes puedan —

obiigar e otros estados a doblegarse. En los conflictos limitados en el espacio, debajo nivel militar, pero prolongados en el tiempo (caso del Viet Nam), la potenciaecon6mica tiene un papel esencial. Esto sin prejuzgar los factores políticos y psi —

colgicos que pueden ser, en algunos casos, decisivos. Si una guerra cnvancio —

nal importante se desarrolla en una zona suficientemente alejada de los intereses —

vitales de las grandes potencias at&nicas (Asia, Africa, por ejcmplo),la movilizo —

c6n industrial volvería a tomar Ici importancia que tuvo cuando los dos ltirnos conflictos mundiales. En fin, en el gran intercambio nuclear, si se produjese, diríala ltir,ia palabra ci ms otente, econ&niccmente, aunque desde luego con prdi—das inmensas y quiz irreparables.

Potencia estratgica y potencial econmcoseconv7erten er la eraat&nica en dos nociones inseparables.