Download - La flor del zurguén
Juan Antonio Meléndez Valdés
Parad, airecillos,y el ala encoged,que en plácido sueñoreposa mi bien.
Parad y de rosastejedme un dosel,do del sol se guardela flor del Zurguén.
Parad, airecillos,parad, y veréisa aquella que ciegode amor os canté,
a aquella que afligemi pecho cruel,la gloria del Tormes,
la flor del Zurguén.
Sus ojos luceros,su boca un clavel,rosa las mejillas;y atónitos ved
do artero Amor sabemil armas prender,si al viento las tiene
la flor del Zurguén.
Volad a los valles;veloces traedla esencia más puraque sus flores den.
Veréis, cefirillos,con cuánto placerrespira su aroma
la flor del Zurguén.
Soplad ese velo,sopladlo, y verécuál late y se agitasu seno con él:
el seno turgentedo tanta esquivezabriga en mi daño
la flor del Zurguén.
¡Ay cándido seno!¡quién sola una vezdolido te hallasede su padecer!
Mas ¡oh! ¡cuán en vanomi súplica es!,que es cruda cual bella
la flor del Zurguén.
La ruego, y mis ansiasaltiva no cree;suspiro, y desdeñami voz atender.
La ruego, y mis ansiasaltiva no cree;suspiro, y desdeñami voz atender.
Vosotros felicescon vuelo cortésllegad, y besadlepor mí el albo pie.
Llegad, y al oídodecidle mi fe;quizá os oiga afable
la flor del Zurguén.
Con blando susurrollegad sin temer,pues leda reposa,su altivo desdén.
Llegad y piadosos,de un triste os doled,así os dé su seno
la flor del Zurguén.