Download - Del maligno enemigo, defiéndeme
Meditación de cada frase de la oración: Alma de Cristo
de San Ignacio de
Loyola
Del maligno enemigo,
defiéndeme
Del enemigo que me busca, como león que
ruge para devorarme y perderme, defiéndeme,
como la gallina defiende del gavilán
sus polluelos bajo sus alas.
Del enemigo que tantas veces me engañó,
que tantas me venció, defiéndeme.
Del enemigo que me acecha
siempre, porque siempre
tiene esperanza de perderme,
defiéndeme, oh Jesús, también
siempre.
Defiéndeme, buen Pastor, que conoces y
amas a tus ovejitas y las
tienes en tus manos y no
permites que nadie te las arrebate.
Del maligno enemigo que me acecha y
persigue en todo: en el infortunio para
que desespere;
En la prosperidad para que me
engría y olvide de Ti;
En el trabajo para que me turbe
y sofoque tu gracia;
En el recreo y descanso para me
entibie y disipe.
Del maligno enemigo, todo él maligno
y engañador y homicida, defiéndeme.
Del maligno enemigo que se me transfigura
en ángel de luz, defiéndeme con la luz de tus inspiraciones, con la verdad de tu
palabra.
Defiéndeme de sus engaños y
tentaciones, con tu santo amor
y con tu santo temor.
Del enemigo, no sólo mío sino tuyo
también, oh buen Jesús, defiéndeme
para que le venzas a él en mí y no seas Tú
vencido por él en mí.
Defiéndeme porque no tengo otra garantía de
victoria que tu defensa.
Defiéndeme para que no pueda él decir que ha prevalecido contra mí y contra Ti, cuyo
redimido soy.
Defiéndeme como cosa y posesión tuya
y de tu Santísima Madre.
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Que Dios te llene de bendiciones.Y que permanezcamos unidos en el amor
a Jesús.