del cusco a potosí - teresa gisbert

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    D el Cusco a Potos.L a R eligiosidad del S urA ndin oTeresa Gisbert

    1 proceso del sincretismo. Los conflictos, gremiales ocurridos entre in-dios y espaoles en la ciudad del Cu sco el ao de 1688 a lertan no slosobre la gran tensin que e xista entre am bos grupos, a los que se adscri-bieron criollos y mestizos de acuerdo a sus preferencias, sino que perm i-ten penetrar en la hermenutica de un mundo donde la imagen es latransmisora de ideas y polticas. Se recu rre a la organizacin grem ial y a los instru-mentos a su alcance, tales como los grabados, los sermones a travs de los cuales se

    dan las pautas a seguir, y el teatro donde las ideas expuestas se popularizan. Loscaciques y los doctrineros son quienes impulsan este proceso tendiente a englobarun mu ndo tan dismil como el andino. Los resultados sincrticos as conseguidos seevidencian en los pueblos de indios y en las grandes ciudades, como Cusco y Potos,donde la poblacin indgena es mayo ritaria.En lo religioso el proceso de transfere ncia nace porq ue al espao l del siglo XVI leera difcil aceptar que D ios hubiera dejado a toda u na parte de la hum anidad en totalignorancia de las verdades de la fe, con la imposibilidad de conseguir la salvacin.Assurge la tesis, ya esbozada por San Agustn. de que Dios de alguna manera haba

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    dejado su huella en el hombre no cristiano. Esa fue la posicin de cronistas comoBern ab Cobo, quien afirma que el Sol y el Trueno eran revelaciones de la Trinidadcristiana. As pervivi el culto a los antiguos dioses prehispnicos. Los doctrineros sepreguntaron , una y otra vez, si aquellos dioses no eran vestigio de la revelacin divi-na, alterada por el dem onio. Tambin se plante la tesis de que e l mundo indgenahaba llegado al conocimiento de Dios creador tan slo mediante el entendimiento;as lo predicaba Ave ndao (1648). Aceptada e sta proposicin, que se aplic al dios-creador Viracocha, se ingres a una dialctica de analogas en busca de la equivalen-cia de los antiguos dioses prehispnicos con santos de la Iglesia Catlica. De estaaventura del pensam iento y del deseo, de parte de los indgenas, de evitar la desapa-ricin de sus dioses, nacieron diversas identificaciones, com o la de la Virgen Maracon la Pachamam a, de San Bartolom co n Tunupa y de S antiago con Illapa, identifi-caciones que necesitaron de un apoyo iconogrfico inmediato, ya que se trataba detrasmitir las verdades de la fe cristiana por m edio de la imagen, aunqu e fuera sobre I recuerdo de los antiguos dioses.Imgenes que sustituyen el culto idoltrico:la Virgen-Cerro, Copacabana y otros ejemplosEl culto a la Madre Tierra, que se cuenta entre los m s antiguos y que, sin duda, esanterior al incario, erinriuno de los escollos fundamentales para la cristianizacinpues estaba arraigado desde tiempos muy antiguos en una sociedad eminentemen-te campe sina. Es necesario leer a A lonso Ramos G aviln, agusiTnoque vivi enPotos y Copacabana, para comprender el proceso de sincretismo. l nos dice:Mara es el monte de donde sali aquella piedra sin pies ni manos que es Cristo, yaade refirindose a Cristo: es piedra sin pies cortada de aquel divino monte quees Mara. Al decir que C risto carece de pies quiere indicar que no huy ante elsacrificio de la cruz. Tambin no s dice que Cristo es diamante qu e comu nica suresplandor a la entraa que lo cobija,. Este complicado smil perm ite imaginar aMara como m onte de piedras relucientes, o monte de reluciente metal. De ah aidentificar a Mara con el cerro d e Potos, slo hay un paso.En las Relaciones de Indias se lee: el Cerro Rico que se llama Potoschi, [es] de unamuy hermosa hechura [...] y por esto, o porque a las minas llaman "Coya" en len-gua de los indios, [...] llaman a este cerro por excelencia "Reina". Aqu se da a lamontaa un carcter femenino que la hace identificable con M ara. Este conceptoes el que se plasma en el lienzo de la Casa de la Moneda que muestra a Mara-Cerro c oronad a por la Trinidad (fig. 1). Por otra parte , en carta del jesuita Jos deArriaga al General de los jesuitas en Rom a, de 1599, se lee con referencia al cerrode Potos: que los indios desde tiempo inmemorial han tenido extraa devocin acu-diendo all a hacer sus ofertas y sacrificios 2 .Lo cua l prueba que la identificacin deMara con el cerro de Potos no hace ms que cristianizar una antigua prcticaidoltrica.El. mito emigra de Potos al lago Titicaca y viceversa, dejando a su paso unaestela de vrgenes superpuestas a los apus, montes que reciban culto en tiem-pos prehispanicos; ejemplo de esto es la Virgen de Sabaya que sustituye alvolcn de este nombre. De la identificacin de Mara con un monte se pasa ala identificacin de Mara con la Pachamama, proceso que se dio fcilmente anivel rural y populr. La Pachamama, en irgue estn inmersos todos los cerros(apus), reciba culto en Copacabana en un terreno baldo donde se reveren-ciaba a la tierra directamente. La Virgen y la Madre Tierra se renen

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    conceptualmente en la obra de Ramos Gaviln, quien nos dice: Dios (es) el padreque produce la vida, [y ] porque ningn bien llegue a la tierra sin que se deba a laVirgen, deposita en ella los rayos de su poder, para que despus ella, como Madre,los comunique 0 la tierraLos actuales pagos a la Pachamam a, as corno la acendrada dev ocin a la Virgen ensus diversas advocaciones, nos hablan de esa coexistencia a travs de la cual se reve-rencia a Dios tanto a travs de su madre com o de los frutos que la tierra nos brinda.El da de hoy la devo cin saliente, relacionada con u n cerro productor de plata, es ladevocin a la Virgen de Urucupia, la cual tiene su . santuario en el pueblo deQuillacollo (Cochabam ba). La noticia ms antigua sobre esta Virgen nos la da VargasUgarte al mencionar que ex iste en el pueb lo de Colpa (o Collpa) una imagen muyvenerada de la Virgen Mara. El origen de la devocin es el siguiente:

    ... al pie de [...] un cerrillo o altozano de escasa elevacin, que los naturales ensu lengua llaman orcopia o sea cerro de plata [...] se verific la aparicin [...]de Ntra. Sra. de la Candelaria. [...] Un pintor se propuso retocarla, por ser algotosca y al efecto comenz a cincelar el rostro de la Virgen, pero [...] advirtique brotaban gotas de sangre... 4

    Segurame nte la Virgen de Colpa emigr a Q uillacollo hacia 1746, ao en que haynoticia de la existencia de minas de plata cerca de l lugar.La relacin de la Virgen de Urucu pia con un cerro de plata (o un cerro que propor-ciona plata) es clara en el caso de C olpa, en tanto que Qu illacollo slo recoge y hacesuya la t radicin de este pueblo, quedando hoy la costumbre de que qu ien l leva untrozo de roca del santuario recibir plata de la Virgen. Antiguamente e stos trozoseran pintados con la imagen de M ara, hoy son slo pedazos de roca. Se conoce ni-came nte un lienzo de la Virgen de Urucupia, identificado con la siguiente inscrip-cin: Copia de la Milagrosa Y ma. de Ntra. Sra. de Orcopia- 1761. Esta Virgen delvalle, al recoger la tradicin potosina de la Virgen-Cerro, transform a a la patrona delos indios en una patrona de criollos y mestizos venerada en los valles cochabambinos.El pueblo de C opacabana antes de la invasin incaica estaba poblado por collas yurus. Situado a or illas del lago Titicaca, fue convertido por los incas en u n gran san-tuario en el que se mantuvo al antiguo dios del lago que se conoca con el nomb re deCopacabana. Lo adorab an en la figura de un ser antropom orfo y pisciforme y, segnAlonso Ramos Gaviln, este dolo era de piedra azul v istosa y no tena ms de lafigura que un rostro humano, destroncado de pies y manos, y lo compara con Dagn(o Derceta) de los filisteos; diosa (o dios) relacionado con el sexo y el amor 5 .Elagustino Calancha com pleta la descripcin diciendo:

    Fig. 2. La Virgen de Copacabana.Francisco Tito Yupanqui. Escultura enmadera. 1584. Santuario de Copacabana.La Paz, Bolivia.

    ... Era de piedra azul vistosa, y por esta piedra y su dolo se llamaba el pueblode Copacabana, lugar o asiento donde se puede ver la piedra preciosa. Estedolo no tena ms figura que un rostro humano, destroncado de.pies y manos,el rostro feo y el cuerpo como pez. A este dios adoraban por dios de su laguna,por creador de sus peces y dios de sus sensualidades 6.

    Asum imos que es u n dios puquina adorado po r los urus y, por lo tanto, anterior a losaimaras e incas que lo asimilaron a su panten sagrado. Su im agen, reinterpretada enel Renacim iento por los espaoles, es la de una sirena pisciforme. Para sustituir a estedolo se entroniz a la Virgen de la Candelaria que desde e ntonces recibi el nombrede Copacab ana (fig. 2); esta Virgen vence al dem onio representado, algunas veces, enforma de sirena.

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    La devocin a la Virgen de Copacabana fue inmensa y, sin duda, es la ms importantede Sudam rica. Sobre su leyenda Caldern de la Barca escribi una comedia, RamosGaviln una crnica, Calancha todo un libro, Valverde un poem a gongorino de msde 600 pg inas, y Marrachi una crnica tarda; todo esto antes de l siglo XVIII.La imagen d e la Virgen es obra del indio Francisco Tito Yupan qui quien, en 1584, ainstancias de Alonso, cacique de la parcialidad de A ransaya de C opacabana, fue aPotos a fin de hacerse escultor y realizar la imagen de Mara. Yu panqui en su auto-biografa relata todo el proceso de su trabajo 7.Una de las representaciones ms antiguas de la Virgen de Copacabana, se debe aGuam an Poma de A yala, el cual en un dibujo la representa asimilada a Ntra. Seorade la Pea de Fra ncia y a la Virgen del Rosario, en una unin poco usual y premonitoriade otros ensayos que pretenden la conjuncin de las diferentes advocaciones. Estaimagen, como otras representaciones andinas de M ara, se difunde a travs de graba-dos locales hechos al gusto de las devociones rurales e indias. Hay varias estam passobre la Virgen de C opacabana y consta que tam bin se hicieron varias de la Virgende Pomata, pues se conservan cuatro planchas sobre esta advocacin. Hay un graba-do de la Virgen de Cocharcas y otros dos de las Vrgenes de Sur umi y Arani.

    Pomata y Cayma: los grabados producidos en los pueblosde indiosLa representacin barroca de la Virgen de Copacabana, con el manto triangular,aparece en el sencillo grabado del libro Historia del Santuario de N tra. Seora deCopacabana de Ram os Ga'Viln (1621), copiado por Francisco de Be jarano en laportada del libro del agustino Fernando d e Valverde sobr e Copacaban a (1641), sloque e sta ltima com posicin es m s elaborada, pues Mara est sobre toda Sudamricainserta en el globo terrqueo ; a ambos lados hay dos d oncellas representando la Fe yla Gracia, y al pie podemo s ver a un indgena adorand o a un dolo personificado porel demonio. Volveremos sobre esta composicin cuando nos refiramos a los ritosidoltricos de los indios.El libro de Ramos Gav iln presenta dos grabados m s. El primero ilustra el captuloXXXII del libro II, y muestra cmo en la ciudad de Potos la Virgen, milagrosamente,detiene los mazos de molienda de un ingenio, donde un indio mitayo haba sido arro-jado por el mayordomo. El grabado es local y probablemente fue hecho en Lima,donde se imprimi el libro. El segundo representa el m ilagro de la Virgen salvando aun indio cogido por un toro en una corrida. Ambos grabados son m uy ingenuos.Prximo a Copacabana estaba el pueblo de P omata. Segn el Vocabulario A imam deBertonio puinatha significa comer el len a los animales que coge, lo que equ ivale ahablar de un pum a feroz. Sabemos que e n esa zona, concretamente en la isla Titicaca(hoy isla del Sol), se adoraba a u n gato monts con ojos que ardan com o brasas, elTiti, pudiendo pensarse como hiptesis, que la Virgen de Pomata se apropia de unsector dominado por un felino sacralizado.El santuario de Pomata permaneci en manos de dominicos y a l se refiereMelndez en su famosa obra Tesoros Verdaderos de Indias. Con respe cto a la Vir-gen este mismo autor nos dice: Los milagros que a su invocacin, y presencia, consus medidas y estampas se han hecho son innum erables y requieren libro aparte 8.Texto que indica que las estampas o grabados de la imagen circulaban profusamentepor esa poca. La uniformidad iconogrfica de la Virgen de Pomata en lienzos, todos64

    I> Fig. 3. Virgen de Pomata. Annimo. Csobre lienzo. S. XVIII. Convento de SCatalina. Cusco.

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