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SOCIOS

Acosto y Loro, Horocio

Arrortc v'ictorio, Luis

Arteogo, Juan José de

Boldomir, Alfredo

Boroffio, Eugefio P.

Berro, Ramón

Boix, Elzeorio

t Sonaba, América

Campos, Alfredo R.

COMITE

Prelid.ente Vice Pmidente 1. o

Vice Prelidet~te

Tesorero

FUNDADORES

Copurro, Fernando Gómez Ferrer, Filisberto t Herrero Arrogo, Jos. P. Delgado, Juan M. Foget, Raúl J. t Fern6ndez, Luis G. Geranio, Silvia Losold, Francisco t Lereno Joonicó, Cándido t Mothurin Lecoq, Morcelo

Lerena·· Acevedo, Raúl

Mendívil, Rodolfo

Novoo . Courrós, Diego ' ••

Pedeníonte, Juan J . . •• t Prot) Pedro

Ricci y Toribio, Carlos " t Sombucetti, Octovio .

Vózquéz Vareta, Jocobo

Vózquez, Antonino • •

EJECUTIVO

Arq. Raúl Lerena Acevedo " Leolopa (. Aeoria " Julio C. lo~~· " Julio C. Abello Tríos ,.

Sec:retorio de Adas Secretorio Administrativo

11

11

Raúl Federici Gyptis Maisonnave Roeelio Fusca

CONSEJO DELIBERATIVO

Arq. Alberto Aguene. Arq. Ramón Mencllaca " Leopoldo C. Artucio •• Miguel A. Bellini

11 Carlos Péres Mo~tera 11 Walter Pintos Riiso

' 11 Osear Bruenini " Ricado Carrére " Raúl Clerc

" Miguel N. Reveilo ,. Enrique Stewart VafiOI 11 Luis A. Teperi..O'·

~·\;' ;i 11 Carlos' Herrero Mac Lean " Gonzalo V ósqua; Barriere

COLEGIO D E

Horocio Acosto y Loro Leopoldo C. Agorio lldefonso Arostegui . . . Leopoldo C. Artucio

Beltrán Arbeleche Julio C. Bouzó Miguel A. Bellini Osear Brugnin• Alfredo R. Campos Mouricio Crovotto

Ricardo Corrére Enriqu~ Durón Guoni Julio Duholde Carlos Gómez Govozzo Carlos Herrero Moc Lean Raúl Lereno Acevedo Alberto Muñoz del Campo Jaime L. Mórques Gyptis 'Moisonnove Mario Poysée Reyes

•

JURADOS

Antonio Piet~pinto ' Rafael Ruano

Miguel. N. Revello Daniel ·· Rocco

Juan A. Scosso . José P. Sierro Morotó Cario\~ Surroco Rodoifo L. Vigouroux Enrlq((é Stewort Vargas

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NOVIEMBRE 194 2 e MENSAJE A LOS A RQUITECTOS BRASILEÑOS . . . . . . . . . . . 51

e EDITOR IAL - ········· · ·· · · ··· · · ···· ········ ··· ··· · 52

.. e CRON ICA S . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

e EXPOSICIONES • • ' • • • • • • • • • • • • • o • • • • • • • • • • • • • o • • 54-57

e UN PLOBLEMA SOCIA L ( Centros d~ barr io) . . . . . . . . . 58- 70

e FOTO A RTISTICA ..... .... . .. . . . .... · . . . . . . . . . . . . . . . 7 1

e INTERIORES DE UN EDIF ICIO DE RENTA, DEL ARQU I -

TECTO JORGE CA PRA RIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72- 75

e HOMENAJE AL PROFESOR A RQU IT ECTO D. JUAN GIURIA 76- 79

e CONCURSO DE A NTEPROY ECTOS CIFSA . . . . . . . . . . . . 80- 82

MENSAJE a los Arquitectos Brasileños

Como palabro inicial en este segundo núm ero de ARQUITECTURA, que remos pronunciar aqué ­lla que nos ate o la dolorido hermandad de América . Aye r, en nuestro " Pórtico" · de esperanza, dimos el sa ludo a todos los herma nos del cont inente . Hoy, sin abandonar eso esperanzo, al contrario, reafirmándola, vamos a dar lo primero palabro o los colegas del Brasil, el país arte ra mente· agredido, alzado hoy en un v: ril gesto de rea cc ión. A todo ese g ra nde país, ' ' país de l futuro", queremos entregarle nuestro solidari­dad . Pe ro preferimos dárse la , transc ribiendo e l men3aje con que lo Sociedad de Arquitectos del Uruguay, hizo oi r su voz de adhesión y de frate rnidad en e l a ma rgo momento de la pruebo con fecha 27 de Agosto del corriente año al pasar noto a l Inst ituto de Arquitectos del Brasil sintet izó magníficamente en estos dos puntos sw sol.idoridod :

A R Q UITECTU R A

·Primero : Expresar al "Instituto de Arquitectos do Brasil" la solidaridad de elfo ent~dad, con lo digno y enérgico actitud as 11m ido por el Gobierno y el Pueblo de Estados . . . .. . . . . . ..

Unidos del Brasil, ante el' 'injustificable y -t-raicionero ataque de que ~,o sido recientemente objeto. · · · .

Segundo: Ponene de pie en homenaje o lo noble y gron .na~ió~ hermo.,o, que tan digna-- -

mente defiende su soberanía y su seguridad y la de América.

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__________ I!IIMII ___ _

LA CONFERENCIA SOBRE LA CRISIS DE LA CONSTRUCCION

Cuando aparezca este número de ARQUITECTURA ya se habrán realizado las sesiones que serón memorables de la " Conferencia sobre la crisis de la construcción", organizada por la Sociedad de Arqui ­tectos. Con ese acto sale nuestra Sociedad del campo de las palabras poro entrar dirrectomente en los hechos. No queremos dec ir que vaya a crear yo, algo nuevo y tangible, sino que su pedido de ir a una cloro militancia no con el armo que destruye sino con la idea que salvo empiezo a hacerse verdad. Y para que se veo que el cumplimiento de sus palabras profe ridas, se ajusto a los téminos de sus ante­riores declora.cion_es, tronscibimos o continuación par te del comunicado que repartiera a los instituciof\es profesionales, en los primeros días de Enero del presente año.

" Es deber primordial de nuestras asociaciones, además de la defensa de las inmediatos " intereses profesionales, lanzarse a una obra de futuro para crear, -:on todas las técnicas " de que disponen, un mundo mejor. Todo nos llama o esa luminoso acción. Si para pre­" parar la monstruosa ag resión unos países; y otros poro repeler esa agrt!!sión y salvar la " libertad humana, agrupan o tod~ el intelecto, y se junto el fabuloso dinero, y se trabaja " sin reposo, es de esperar, que en los días de lo paz, algo semejante puedo hacerse, 11!.\

" ya más para lo destrucción y poro la muerte, sino poro crear lo felicidad humano. " Si el hombre, al llamado bélico, acude con todo su oro y su trabajo y su inteligen­

" cia, es justo que se agrupe mañana, con la mismo disciplino, poro poder desterrar ;>ar " siempre la macabra presencia de lo guerra, y hacer fel ices o los hombres. - El cólculo " numérico más elemental muestra que con el gasto de una hora de guerra, se puede" " dar mil horas de venturo a los hombres. - Pero es necesario para ello, obtener en lo 11 paz, el mismo esfuerzo colectivo que se da poro lo guerra .

" Pensamos entonces que es función de los intelectuales - fracasados lastimosamente 11 los empeños de los políticos darnos a lo construcción de un nuevo orden social. -" Es necesario " urbanizar" la vida social, empleando en uno acepción dilatado lo palabro 11 nueya . - Es decir, poner orden, armonía, equil ibrio, justeza en las relaciones humanas.

" Y el propósi to de lo .Sociedad de Arquitectos ha sido el de •ir preparando el clima, 11 urgentemente, para que pronto podamos reunirnos haciendo pesar, en los design ios del 11 mundo de mañana, toda la fuerza de nuestra capacidad intelectual."

Así marcha hoy, al frente del movimiento orientador de una nueva vida, la Sociedad de Arqui · tectos. No l9 animo ninguna vanidad; pues sólo aspira a excitar la fibra de todos ·las entidades herma­nas, para iniciar, unidas todas, y cuanto antes, ese revisación· de la vida social, mutilada ·por los injus ­ticias, y minada, desde su base, por la tragedia que vivimos.

Es así que ha empezado por la crisis de la construcción. El tema se anunció modesto y reduci ­do; pero alcanzó pronto las ·más profundos radiaciones, pues llevaba en su afán de reparación, no ob-. tener un remedio transitorio, sino tocar el mal en su raíz . Y como ha procedido con lealtad, con verdad y con · valentía-, bien pronto encontró que en la raíz del mal estaba lo injusticia; estaba el hombre ex­plotado; estaba el obrero, olvidado en las horas de enriquecimiento y aplastado en las horas de miseria .

Hemos seguido el curso preparatorio de diversas comisiones; y en todas ellos han primado esos salientes características: atacar el mal donde se encuentre; y proponer el remedio, vengo de donde vinie­re. Es así que por vez primero en la vida socia l nue>tra, una entidad movida por altos ideales, ogrup6 bajo su techo a todos los hombres de bueno voluntad que abrigaban, además de su capacidad técni ­co, un anhelo hondo de mejoramiento social. Y sin mirar el rótulo, ni saber, casi, de que ·parti·do venían, . los reunió para estudiar alejados de ro pedantería, la rutina y el prejuicio las nuevas normas de una vida nueva .

. . Es por eso ·que le entregamos nuestr,o fe o eso nuevo conferencia. Quizás de ella derive algo m..Jc; grande, haciendo v~r lo que puede la . conjun~ión de las t-cnica~ para alcanzar un mejoramiento social. La Sociedad de Ar;quitectos se ha lanzado, pues · a lo qu ! llamáramos una vez los arriesgados caminos po­líticos", para andarlos, no en las menguadas ambi cienes, sino en las altas y limpias ansiedades. Sólo pide y esperamos no le s~rá negado, el . apqrte de las otras entidades para crear de una vez por to­das,· la nueva tegión del intelecto, dispuesta a hacer pesar -s~s ideas en la "planificación" de la nuevo vida social.

5~ ARQUITECTURA

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JOSE CUNEO 31 "LA ESTANCIA" Oleo G ran premio Medalla de Oro

Seis años de vida documenta nuestro Salón de Bellos Artes . Es yo uno verdad evidente y afirmado en nuestro medio artís­tico. Año tras año, la producción vernácula se da cita paro e l alto cotejo y el alto discernimiento.

Es así que indudable jerarquía ha alcanzado ya nuestro Sa­lón Nacional. Tanta, que nos hoce temer que ya o los seis años de edad -edad de candor, de inocencia y de Imperfecciones se muestre adulto, severo y empacado en sus modos. Serenadas los luchas estéticos, el Salón ha adoptado un aire de cosa definitiva inamovible, que no va con lo inqu ietud de lo sustancio artística; y menos aún, con el clima convulsivo en que tiembla lo ansiedad creadora .

En verdad, lo que querríamos reclamarle al Salón, ni o é l ni o ningún otro, aquí o en país Qlguno, podríamos reclamarle: un nuevo y ahondado sentido de lo pin.turo. lo pintura nuestro está enredado en lo actual crisis artístico, que le provocara seis largos y eruditas conferencias al crítico argentino Jorge Romero Brest, sin alcanzar al final de ellos a definir totolment el mol, ni o pro­curarle remedio. Así, poco podríamos nosotros, en la penuria de espacio, y también de recursos eruditos definir esa crisis y sugerirle un nuevo derrotero al Salón nuestro. Pero sin entra r en los labe­rintos f ilosóficos, con solo un corto y detenido mirar, podemos habla r

54

un poco d~ ciertos corocterísticos de lo pintura expuesto, que acu­san una merma de fuego y juventud, que un Salón, tan nuevo, debiera lucir.

Así encontramos que el Salón ha entrado, después de las eto-. pos de lucho de tendencias, en un aquietamiento, en un acomodo-miento asaz peligroso. l o denuncia casi todo lo obro expuesto, que si na retrocede, permanece en el quietismo expectante de lo recompensa. Y lo denuncio también lo elección que ha hecho el jurado, otorgando las más altos recompensas, no o los valores exal ­tados y que roban la admiración, sino o los a ntecedentes de los a rt istas.

l os artistas se han ido así, adecuando o un posible juicio o elecc ión de los jurados. No pintan poro cumplir con el divino ofi ­cio de pintor, llamados por el grito de si rena de la belleza. Pintan con " orriere pensée", a justando técnico y sentimientos o lo que podrá entrar en el círculo de los elecciones. Técnico, solo, digamos, que el sentimiento, el puro e intocable sentimiento, huye presto como un pájaro espantado, así que se le quiere sujetar a uno sugestión ajena. Por esa, sigue siendo aún lo técnica hábil y efi­caz, en el Salón; perd-. de allí ha huido, si no de todos, por lo menos de muchas telas, el divino sentimiento, el canto sublime de la gran pintura, que abate los razonamientos y los análisis, y pos­tra de hinojos o la crítico.

ARQUITECTURA

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CONFERENCIA DEL PROFESOR JUAN OIURIA SOBRE EL PARAOUAY

Uno rápido y brillante evocación del Paraguay o tro vés de sus arquitecturas, nos d ió el sabio profesor Juan Giurio. • Tomó desde los edades primeros, recién surgido el Paraguay o la vida americana. Y posaran en el desfile los centenarios fá-bricas de los " Misiones jesuíticos", llenos de encantos y de osadías, levantadas duramente por monjes y por indios. Ruinosos, muchos de ellos, manteniendo entre follaje y raíces un porfia do deseo d~ no dejarse vencer por el tiempo. Después fueron los cosos y los palacios solariegos de Asunción y de otras ciu dodes; los templos, con sus lujosos altares barrocos y los techos de ricos artesonados. Y después los edificios, yo con menos ca rócter de los últimos tiempos. Lo exposición fué corto y rópido . Puo la emoción que puso el catedrát ico, viajero apasionado de toda América, se comunicó al numeroso auditorio, q~ así, re -cogió algo más que una lección, enlazándose en uno recorrido ilusoria por las alejados t ierras hermanos.

ÑUEVOS COLEOAS

" Arquitectura " es el órgano de la Sociedad de Arquitectos. Como órgano vivo, en continuo palpitación, debe atarse o la vida profesional. Así cuando esta vida se acrece; cuando en su seno ingresa un nu~vo elemento, trayendo en sus monos sus puros y altos afanes, " Arquitectura" debe saludar al colega que entro o la nueva vida. Debe saludarlo y ofrecerle sus pá­g inas abiertas para su nueva palabra. Tribuna de juventud, "Arquit~cturo" ve en los nuevos generaciones todas los posibili ­dades del acceso hacia los nuevos destinos. Y ¡:-or es0 que en lo person0 de Ruben Lenoble, Sebast ián Mi rolles, Moría Mercedes Martín, Luis A. Torre, José P. Urroz, Adémar Acerenza, Mario Teti , G. Gato Sobral , Fernando Gorcía Esteban, José Mouvezsn, Raúl Mayal, Juan A. Pollera , Antonio Pombo, P=dro Turcatti , so;uda al joven arquitecto egresado este' año que entregará su nuevo aporte técnico en la vida profesional; y al par que ofrece y re:lomo el ausp icio poro la obra d= cultur~ y de atención social que aspira a realizar en sus nuevos rumbos.

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CONCURSO CENTRO MILITAR

Lo exposición de anteproyectos para el edificio 'sede del Centro Militar, contó con treinta y tres proyectos. Pocos veces se ha visto, en nuestra medio, un to rneo más concurrido y de más alta ca lidad técnico. No pudiendo por exceso de material, dar cabido honorable a los proyectos premiados, y quizás a otras proyectos interesantes, nos limitamos a subrayar el éxito de este concurso con las palabras con que abriera la Exposición, el presidente de l Centro Militar, General Pedro Sico; quien dijo -no somos textuales en la transcripción ql.le el concurso reflejaba honor sobre la Facultad de Arquitectura, sobre los técnicos nacionales, y sobre la Sociedad de Arquitectos. Justa dist ribución de méritos, poro clausurar este brillante esfuerzo de lo arqui -

• tectu ra nacional.

VICTOR DEHLEZ

D~spués del sent ido romántico, ofreció " Amig0s del Arte", o través de la honda y copioso obro de Víctor Del hez, una ex­posición de grabados sobre temas bíblicos. Es extraordina ria la fecundia de este a rtista que la entrega siempre sin decaimiento, sin premura, sin desarregla. Al contrario : todos estos vicios, ausentes en la exposición, convocan las vi rtudes en antítesis. Asl a decaimiento · continua exaltación_:_ a premura -paciente y ~erfecta · labor; a desarreglo - un hondo y ordenado ajuste de sus composiciones.

• • Es maravilloso el resultado obtenido sólo con lo madera duro y e l buril, y que lo llevo o dar en suti lezas de cloro-os-

curo las más ent~rnecidas expresiones. Vence Del hez la técnico : lo vence y lo sobrepasa. Así, hoy quien le critico, este haberse alejado de lo que típicamente constituye lo xilog rafía : la rudeza y cla ridad de los manchas en blanco y negro. Pa ro nosotros, menos apegados o conceptos ortodoxos, vale lo belleza y lo emo: ión que trasunto todo lo obro.

Que si sale d= los moldes de uno escuela , es poro eng ~c ndecerse, en una intenso y penetrante emoción. arrancado siem­pre en uno perfecto armonía gráfico.

•

CARMELO ARZADUM •

Arzodum es uno de los pintores nocionales que sobe mantener lo jerarquía de su obro. No digamos que su comino es derecho, y que no tuerzo, o veces, y no caigo en dudas y oscilociones que acusan siempr~ al artista insaciodo de misterios. Pero tiene algo propio, personal, y distintivo. Y es un sentido poético ·; t:e:-no de ver lo n~turo lezo. Ya posó el estado primerv, de copiarlo, de traducirlo con fidel idad. Ahora lo interpreto. Ahora lo canto. Y como cantos que nos do, no son todos de igual be­lleza, pero todos son cantos. Y osi que levantar en alcurnia, al más mísero rincón de lo naturaleza nuestra. Y por su mo­d~stio ingénita, huye siempre de los temas grandes y conformados poro el general halago. Triunfo más francamente en aquellos temas humildes, en que el sol, el inmenso apóstol socialista , a mparo y velo por igual, al rincón pobre del arrabal, o o lo mansión lujoso. Arzodum, social ista así, en su búsqueda del tema t ierno, lo encuentro por doquiera. A lo primera vuelto de uno esquino donde hoyo un tapial ruinoso, un árbol, un mura, algunos animales. Y donde el sol pongo su noto, por presencia o por au-sencia. Vale decir, en oro vivo, o en dulces y desleídos grises. • -

ARQUITECTURA 53

•

Hemos dicho que tal fenómeno de frialdad estética, no ha · escapado al juicio avizor del jurado. Pero, humano en sus delibe­

raciones, y atento al llamado de los artistas, no ha querido esca­timar los premios, y los ha otorgado todos: los más grandes y los más pequeños. ·Pero con aquellos muy grandes que hubiera podido ¿ejorlos vacantes, como en otros años, ha tenido que valerse de un suoteriugio que lo vedaba el articulado claro del Reglamento del Salón. Y así , no conformándose con la total calidad artística . de las obras, ha concedida los altos premios, no a las obras en sí, sino o la capacidad o a la producción antigua que estaba de­trás de esas obras.

Nosotros, puestos en otra posición, la que nos reclama nues­tra actitud de críticos - que está por encima de tendencias y de artistas-, diremos desde ya que no podemos admitir esa elección, que si contento a los artistas consagrados, decepciona y turba o los nuevos. Ese tipo ~onsagratorio de premio puede darse y debiera darse, como se do en· los Salones europeos. Mas para ello hubiera sido menester que lo facultara el Reglamento, estipulando clara­m~nte las condiciones para adjudicarlo. Violentar el Reglamento para concederlo, esta vez, provoca una sensación de flaqueza, que desacomoda todo el andamiaje de los fa llos.

Analizando los "Grandes premios", se adivina rá desde ya que no quedamos conformes con Cúneo ni con Michelena. Al pnm2ro, cuyo talento y extraordinarios condiciones de p!ntor jamás le he­rr.os negado, lo hemos visto en otros Salones con cuadros que lla ­maban a gritos al "Gran premio". Y entonces no le fué acordado. Hoy, en un terrible malabarismo pictórico, sin abandonar sus re­cursos, cae eh un alarde colorista , sin intención, sin hondura, sin calidad, y que vale sólo como alarde. No t iene intensidad ex­presiva su paisaje. Sólo una audacia colorista, de temperamento inconformado, que no se resigna a la repetición. Juego osado de paleta, que se entrega despreocupadam2nte, esperando el a zoro y no la alabanza.

Con Michelena el problema es distinto. Con respecto al Salón, a la entidad Salón de Bellas Artes, no mantenía Michelena - un porfiado desertor de los cinco Salones anteriores ese título de fiel y consecuente expositor, malgrado los pasados dolores, que mantuviera Cúneo. Ero la primera vez que acudía. Y acudía con una obra mediocre. Aquí no existe el alarde ni la tentativa for­zada de quien está cansado de transitar por todos los caminos de IC' belleza. En Micheleno, su estatuo " Figura de joven", tiene en parte la ternura expresiva de este hondo artista ; pero en el acervo de su producción plástica, ocupa un pobre puesto, esa obro que hoy le consagra con el gran premio.

Así pensamos hoy en las grandes estatuas de este artista , que las ha mantenido siempre ausentes de los Salones, y que, ellas sí, tienen y mantienen títulos poro darle a este escultor, el alto pres­tigio nocional de que disfruto.

Otro "Gran premio", el de dibujo, lo ha conquistado Adolfo Petstor. Tampoco aquí queremos restarle méritos a lo obro entera de este artista, pero colocados ante ese dibujo, que ni siquiera vence las dificulodes de los técnicas especiales del grabado y

que el órtista domina , entendemos que el "Gran premio" se te· ha otorgado con excesivo generosidad. Su "Retrata del artista", denuncia al dibujante que conoce los secretos del expresiva claro­oscuro; y que de él puede arranca,. un lenguaje enternecida. Pero su obra estó lejos de esas obras indiscutidas -y en los anteriores Salones han existido- que nos atrapan y nos fijan a una incon­dicional admiración.

Descendiendo de los " Grandes premios" a los otros - y en esto de descender no somos muy exactos, porque en verdad todo se fija en un mismo ptdño de virtutlés-, nos encontramos con los " Pri ­meros premios". Carlos Alberto Castellanos, el pintor que ha via­jado por todos los climas - físicos y espirituales ; que ha conocido el sol de brasa del suelo paraguayo, y el otro sol, de miel dorada

' de las dulces costas de Mallorca; que ha visto la niebla gris de Londres, y el aire suave de París, en medio a la inquieta búsqueda de una verdad artística que así que parecía atrapada, así esca­paba; ese artista nos entrega uno lámina anodina, que si denun-

ARQUITECTURA 55

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ADOLFO PASTOR U7. RETRATO DE ARTISTA- Dibujo. Gran premio Medalla de Oro.

BERNABE MICHELENA 171. FIGURA DE JOVEN -Yeso. Gran premio Medalla de Oro

-

CARLOS ALBERTO CASTELLANOS

27. IRENE-Oleo Primer Premio Medalla de Oro

EDUARDO AMEZAGA '· PAISAJE - Oleo

ZOMA BAITLER

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Se¡undo Premio Medalla de Oro

7 . UNA TARDE GRIS DE JUNIO- Oleo Premio Caja Nacional de Ahorro Postal

JOSE MARIA PAGANI

98 CHACARERO - Retrato Pr1mer Premio Seo. República

,. o su f~rme sent1do co onsto, poco coso abundo poro lo que se le puede exig 1r o quien ha usado ton vol1oso experiencia por los cominos del arte.

Con Eduardo Amézogo, que después de aquel ''Patio del Asi ­lo" que le diera merecido fama se ha aquietado en sus ensayos, también nuestro ex1genc1o puede !.•~ r mayor. Entendemos que su po1so¡e mantiene su hondo sent1do plást1co, en eso goma sllenc1oso y triste. El ha creado algo personal y sentido, con su visión de lo v1do. Pero, aún así, pueóa reclomársele mayores esfuerzos, SI se empeño en escolar más altos posiciones

Un artista que hoy no merece, en manero alguno, este repe­t ido cargo de aqUietamiento, es José Moría Pogon i. (Cuántos Po­gonis distintos hemos v1sto en los suces1vos Salones? No va esto en tono de reproche, s1no al controno, de elogio, o quien, sin ha­berse encontrado enteramente, se busco por distmtos cominos. Ha tomado hoy por uno difícil, que quiere penetrar lo raíz humano, dentro del campo, mvest1gondo con los recursos de lo nuevo escuela mexicano. Pero su andar aún no es firme, y su técnico Interpre ­tativo es endeble. Con todo lo aportamos del grupo, poro darle et ali ento que su noble esfuerzo se merece .

En el pOISOJe, Zoma Boitler sigue odqUinendo maestría . En estos mismos páginas, en el número anterior, yo h1cimos su cálida elogio, por su disciplino, sin decaimientos, y su jugoso pintor. Esta ve> z, sólo queremos doblarle nuestro aplauso.

Los dos hermano; Ribeiro, Alceu y Edgordo, han dado el salto so rprendente . T rebajando seriamente, en lo búsqueda obstinado o través de un d1bu¡o b1en comprend ido, nos han dado obras de alto valor: no ton alto, intrí nsecomente, cuanto en valor promisorio, que aun mont1ene su doc ilidad o lo escuela, escondiendo el pro;> o tempera mento que un día habrá de surgir, desl1godo y decisivo.

Guillermo Rodríguez nos do uno tela, " Herrando", donde luce su técn1co, mós ¡ugoso y hondo que en otros cuadros. Los caba­llos, que él tonto siente, v1ven en su sombro en un auténtico y b1en logrado aire húmedo, de int~rior. Reducido en su tamaño, es un cuadro que se agrando por el mérito de sus cualidades plást1cos

El artista inquieto, de los tenues y dulces acuarelas, que siempre hemos alabado, Luis Pedro Contú, hoy nos do un "Puente Mal lado" de un fuerte carácter torvo, oscuro, d ramático, en su entonación bajo. Libertad de técnico, y hondo emoción sentido.

Nicolás Urto presento uno tela donde se adivino un netrodo inquirimiento ante el secreto del poiSOJe.

, mas pe-

Wóshington Borcolo se repite en su impresionismo o través de trenes, rieles, locomotoras y estaciones. Y Francisco Siniscolchi, aquel pintor eufórico, cos1 salvaje, y violento en pleno derroche de ¡uventud, y de quien tonto esperáramos, se ha vuelto el pintor dulzón, de gomas apagados, que sobe que están a lo moda y gus­tan o los jurados.

A RQU ITECTU RA

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Andrés Feldman, inquieto, entre grises arquitecturas, nos da un paisaje de calle, en que aún se nota la incertidumbre de su paleta. América Sposito, Roberto Salvo Mendy, Carlos Marío ~e­

rrera, sob re todo este último, apuntan sensibles progresos. W•lly Marchand, colorista de g ron jugosidad, tombiér se ha hecho ";u manera", sin bríos ni osadías. Pesce Ca'Stro, que puede mucho mas, se deslíe en un paisaje de azoteas. Israel Pavlotsky tiene un acierto, alga teatral , en un paisaje nocturno. Vicente Martín insiste en una goma oscura, donde se disimulan mejor los flaquezas. Doleey Sche-

• • • none Puig se a ligera y se vuelve finamente cereo en un potso¡e lleno de preciosas calidades.

Nos hemos visto forzados a detenernos en el somero análisis de los cuadros premiados. Deteniénlonos, por igual, en las escultu­ras nos encontramos con una cabeza de Savio, expresiva, como 1

todas sus cosas, pero débil de estructura y Jejas de un " Primer pre­mio"; una " Madre y niña" de Aurora Togores, en un franco as­censo, que reclama nuestro elogio. Y pasamos después al hierro cincelado de Juan SciuHo que titula " La Abuelo". Y aquí es me­nester que nos detengamos un instante. Primero porque pocas veces hemos entregado el entusiasta elogio a este artista, que lo ha despertado tan intenso y tantas veces, en nuestro fuero interno. Estamos ante un escultor personalísimo, que ha ahondado, luchan­do ásperamente con la rebeldía de los metales, una técnica de dulzura. Año tras año nos sorprende, él sí, dueño de todos los se­cretos d~ la plástica , con rea li zaciones que tocan la perfecta maes­tría: vale decir, técnica lograda , adueñándose a una honda ex­presión humana. Este artista, que merece hace rato un "Gran premio" y que s·e lo han escatimado por entender que su obra en bajo relieve no está dentro de la g ran escultura - ¿y dónde está, entonces?- , sigue siempre callado y sereno, sin círculos ni capillas, su obstinada obra de perfeccionamiento. Y es él, entre los plásticos quien, sin altos honores, eleva año a año el nivel jerár­quico de la escultura en el Salón.

Pablo Serrano ha descendido -o a vuelto- a un viejo vi r­tuosismo sin hondura, lejos de su admirable envío del año pasado. Máximo Alberto Lamela presenta un serio estudio de caballo, den­tro de formalidades académicas. Y Juan Martín, porfiado y des­igual en sus búsquedas veristas, desperdicia sus altas cual idades .en estudios que no debieran abandonar el taller donde nacieran.

En lo sección "Dibujo y arte del grabado", se destaca un fino estudio, en grises dulces d~ minio de plomo, de Amalia Po­lleri de Viana; y una xilografía de Carlos Gonsáles, llena de fina gracia. Y pare de conta r. Las otras secciones, pobres de sustancia, parecen tí midas ensayos de escalo res.

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JUAN SCI UTTO 181 . LA ABUELA - H ierro Cincelado Primer Premio Escultura Banco~República

ARQUITECTURA

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ALBERTO J . SAVIO 180 . RETRATO del PINTOR DE SIMONE Yeso . Primer Premio Medalla de Oro.

Hemos ca ído, insensiblemente, en lo que no queríamos: que era da r un juicio aislado de coda artista premiado. Pero alejados en el tiempo de l Salón cuando esto escribimos, débil nuestra me­moria hemos avivado nuestro recuerdo con el catálogo al lado. Y 1

allí, imperiosamente, cedo cuadro anotado nos exigía un juicio : benévolo o riguroso; uno palabro, pero no un si lencio. Y las he­mos dado, así , desgranados, pensando que torcían nuestros propó­sitos de hacer el análisis del Salón desde lo alto, sin entrar al detalle. Pero este deta lle son cuadro y esculturas; son artistas; son c~rebros en lo búsqueda porfiado, tantas veces amarga; son olmos emocionados y que persiguen el eco, bueno o molo, de su propia emoción. Nosotros, en torea inverso, también hemos dado nuestra emoción, lo emoción de r~flejo. Y como siempre, sincero y limpio, desligada de influencias de cí rcu los o de copillas, nuestra emoción, revestida de lo humildad con que nos acercamos al misterioso fenómeno artístico.

AURORA TOGRES l8i. MADRE Y NIÑA - Yeso Tercer premio Medalla d.e Bronce

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Un problema social •

El EMPLEO DE

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LAS HORAS LIBRES EN LA CIUDAD

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UNA INTERPRETACION URBANISTICO - ARQUITECTONICA

Arqto. J. A. SCASSO 1

A dar a las {!eneraciones de hoy, pero especialmente a las que han df'

sucedernos, los medios necesarios para alcanzar la aptitud física requerida

por el esfuerzo constructivo que habrán de realizar y la contextura espiritual

que exigirá una sociedad nueva, fundada sobre bases de efectiva fraternidad

democrática, tiende el presente Plan dP Acción.

Se equit1ocarí.n lamentablemente quien quisiere ver en él nada más q~te

nn mero programa de educación física. No; hay en la inspiración superior

qu,e lo anima, un anhelo de justicia, de fe, de dignificación de la persona­

lidad humana, para ofrecer al niño - futuro ciudadano, - un punto de par­

tida en la conqui.lilta de la vida, dándole con un alma templada er1. el culto

de los eterrws e inmutables principios morales, un cuerpo fuerte y sano para

la acción útil.

Por él tenderíamos a hacer más justa y mejor la vida rlR los humildes,

anticipándonos a las exigencias ')' a los reclamos que ellos formulctrán impe­

riosamente por influencia de su propia pobreza. Contra el egoísmo de los que

se niegan a admitir la posibilidad de una mutación en el orden social estable­

cido, iríamos por el camino que traza este Plan de Acción, a evitar insensi­

blemente que aqnellas justas exi¡{encias de la multitud se desbordasen un

día violentamentet para producir en el seno de la Patria la más desastrosa

de las perturbaciones.

En ese sentido esta iniciativa se refiere a una obra conservadora y de pre­

visión, cuya acción real no palparemos quizás nosotros, pero cuya proyección

que se adivi~ podrá ahorrar hora.s de dolor a nru>stros hijos.

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ARQUITECTURA

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Los Proyectos de los 11CENTROS DE BARRIOS"

ARQUITECTURA

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Ayer en la Casa de Gobierno tuvo lugar una reunión con la asistencia del Presidente de la República, varios Ministros, integrantes de la Comisión Nacional de Educación Fí­sica, aftas funcionarios de Estado y representantes de la Pren-~. Tenía por objeto aquélla, el presentar los proyectos confeccionados para dar cumplimiento a los "Centro d·e Barrio" de que trata el " Plan de Acción" del organismo competente de la educación física de la nación.

El señor Arquitecto Juan A. Scosso, explicó uno serie de doce láminas que trotando el problema urbanístico de Montevideo con relación a los espacios libres, llego a la lógico conclusión de la necesidad existente en elevar locales apropiados por<o invertir el tiempo de ocio, tiempo de recreación, poro niños, jóvenes y adultos de ambos sexos.

Apreciándose por medio de estadísticas los condiciones climotéricas de nuestro ca­pital, en el decurso de los últimos cincuenta años, el u~ñor Scasso explic.ó como se podría estructurar una completa enseñanza física, de importancia ilimitada si se tiene en cuento que jugaría un rol de elevado porcentaje en el bienestar de todos los núcleos que forman la sociedad.

Finalmente se expusieron varias concepciones arquitectónicas de " Centros de Barrio", con sus gimnasios, conchas, pistas, piletas, lugares infantiles, etc.

El Juez de Menores Dr. Díaz Mintegui, a pedido del señor Contador Previtali, dijo su impresión respecto o las proyecciones del Plan que se viene difundiendo, especialmente en lo que tiene que ver con lo niñez. Declaró que un lugar de atracciones cual el proyec­tado en los "Centros de Barrio" impidiendo la adquisición de molos cattumbres, lo mismo poro el joven o el adulto que actualmente desecha muchos de sus rotos en ambientes poco propicios, deben ser bien recibido por lo significativo de su finalidad.

A continuación el señor Previtoli, Presidente de la Comisión Nacional de Educación Físico detalló de que manero podría financiarse el "Plan de Acción", especificándose el costo de los obras y de~ocando además que estudiaba nuevas fórmulas tendientes a lograr los recursos mediante otros dispositivos que el ya pensodo sobre los padrones.

El señor Intendente de Montevideo Arquitecto Horocio Acosto y Loro aportó datos respecto a ciertos aspectos de la exposición del señor Previtoli, terminando, seguidamente, la reunión, a todos luces provechoso por lo expuesto.

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eL PROBLEMA DE LAS HORAS LIBRES

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En Julio de 1932, en ocasión de los X Juegos Olímpicos, se efectuó en Los Angeles, el Congreso Internacional del Tiempo Libre (First lntemational Re-creation Congress l . •

Delegados de muchos países trataron problemas de higiene para la con­servación y restitución de las energías del cuerpo, de ejercitación física con el estudio de las instalaciones adecuadas para esos ejercicios, _así como cues­tiones de previsión y otras relacionadas con el paro en el trabajo obrero, temas todos, entonces de palpitante e inquietante preocupación.

El caudal de materia útil que el Congreso reunió para ponerlo en tér­minos aptos para el planteamiento y estudio de los temas, dió al certamen entidad y carácter como para que se constituyera con independencia de los Juegos Olímpicos y astmtiendo personería, se diera vid11 propia. Fué así que quedó establecido que la siguiente reunión del Congreso Mundial para la Or­ganización de las Horas Libres y del Recreo, se efectuaría en Alemania en 1938. Así fué y Hamhurgo, en Julio de ese año reunió a delegados de sesenta y un países para la consideración de este nuevo problema social que crea a las ciudades actuales exigencias apremiantes, sorpresivas y de largo y hondo alcance.

La amplitud del tema y la multiplicidad de derivaciones, puede hallarse en la materia que abarcaba la biblioteca especial del Congreso, entre cuyas secciones figuraban estas: El movimiento de organización de las horas libres; a ) desarrollo y estado actual; b ) organización. Las horas libres y la salud; a ) higiene social, b ) el cuirlado de la capacidad de trabajo, e ) el problema de la vivienda, d 1 el pequeño jardín, la casa propia, la ciudad jardín. Las horas libres y la utilización rlel espacio; a ) el camino al trabajo, comunica­ción, b ) planeamicnto de la ciudad, lugares de recreo, e ) colonización, des­plazamiento. Las horas libres y la educación del pueblo ; a ) la educación de adultos, b ) instituciones cuhurales. Las horas libres y la cultura del pueblo; a ) tradiciones del trabajo, b ) arte popular. El trabajo y las horas libres de la mujer; a ) el ama de casa y la madre, b 1 la campesina, e) la obrera y la empleada, d ) el descanso. El trabajo y las horas libres de los jóvenes ; a ) la familia y la escuela, b 1 el trahajo y la profe~ión , e 1 el descanso.

Este Congreso había de ser sucedido por otro que se había fijado para 1938 en Roma. Sustitutivo de esta reunión que no tuvo lugar, fué el Con­greso Internacional de Planificación y de la Habitación celebrarlo en México en el mismo año, en el que se expusieron muchas experiencias realizadas y se fijaron nuevos rumbos para la acción.

Conclusiones generales de todos estos antecedentes, podrían ser: Lo La salud física y espiritual del pueblo, está en directa vinculación

con la manera de administrar v organizar el tiempo libre. • •

2.0 La organización ra('ional de las horas libres fortifica física y psíqui-camente, aumentando las actividades y contribuyendo así al acre­centamiento de la fuerza, a mejorar su educación y a formar y ele­

var la moral 3." Todas las clases del pueblo tienen derecho al goce de su tiempo libre

beneficiándose, cuando implantada una organización general y am­plia, su efecto se hace sentir en forma gene ral y coordinada .

4.0 El niño y la mujer son dignos de mayor atención en la solución de problemas urbanísico- sociales.

5.0 El hombre, la mujer y el niño de las ciudades modernas, necesitan del contacto de la naturaleza en forma franca y constante, por lo que

ARQUITECTURA

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FUNCION DEL VERDE

EN LA CIUDAD

ARQUITECTURA

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se debe habilitar en ellas espacios cercanos de uso disurio, otli'<OO mmÍlA

distantes de uso más espaciado y por último aquell~s de uoo tem­poral y ocasional, ya sea por las estaciones- o las JHllll.'1ticunlan::idmdlea geográficas del sitio. El recreo es, en parte, un asunto individual pero atañe tambiémr a la comunidad. El núcleo más pequeño y• más importante, es la fa­milia. A la familia sigue la vecindad, luego mayor comumidad: lm de la aldea y de la ciudad, en suma, el conglomerado. Este problema social no puede ser resuelto por medidas aisladas sino por un planteamiento integral que considere al ciudadalllo demtro de su vida de trabajo, de descanso y de recreo, dentro de una ordena­ción vital, armónica y liberadora. Compete a la iniciativa pública la tarea de asegurar legalmente, suficiente tiempo libre, así como planear la organización de ese tiempo libre, habilitar en las ciudades los espacios, los locales y las instalaciones para ese objeto, como también facilitar los elementos para su programación y su cumplimiento. Toda recreación infantil o de adultos, debe desarrollarse bajo un vigilante y capacitado control físico y social. La organización del uso de las horas libres, que no quiere decir re­gimentar su empleo, sino dotar a la ciudad o al conglomerado hu­mano, de los medios adecuados para que niños, mujeres• h omb:tres, puedan emplear de un modo saludable, útil y agradable su tiempo libre.

Todo plan debe tener expresión diferente y carácter apropiado a la ciu­dad a que se aplique; por lo tanto, es antecedente ilustrativo, lo que ya -ex­presáramos desde la Dirección de Paseos Públicos en un informe del 9 de Diciembre de 1939 y que decía:

El Verde como elemento constitutivo de la Ciudad, comprende cuanto espacio libre plantado cuenta el conglomerado urbano. Arbolado, Plazas, Pla­zuelas, Parques, Avenidas - Parques, Reservas, entran pues, en esa denomina-. , , . c1on gener1ca.

El verde, como elemento integrante de la Ciudad, a . t ítulo de primordial sino exclusivamente, con marcada preferencia.

El Verde, desde el punto de vista de su constitución formal y de su in­tegración, solo es tal, cuando su programa que enfoca al ciudadano en sus actividades de recreo, esparcimiento, paseo, rlescanso, se cumple habitual­mente con amplitud y sin interferencias.

Hechas estas definiciones para concretar conceptos, es preciso decir, desde ya, que si se aplicara esta rigidez de definición, muchos espacios libres de Montevideo deberían no ser tenidos en cuenta como verdes públicos. Por lo tanto, habría que cambiar los resultados que arroja el análisis, en ese tra­bajo urbanístico, donde se ha sido menos estrictos y exigentes.

Algo más aún, para precisar el problema con respecto ·a Montevideo: El verde, como elemento integrante de la Ciudad, a título de primordial

impo1·tancia, debe ser administrado de acuerdo con las valencias funciona­les del conglomerado urbano:

a 1 Función de Capitalidad. h ) Función turística. e 1 Función de morada de un g1·an contingente humano. Montevideo, por los dos enfoques citados en primer término, tiene que

contar con. un abundante Verde en los sitios más apreciables para el turista que - sin ahondar mucho en la Ciudad - toma contacto superficial, mo-mentáneo y visual con ella. ~

Cuanta zona de Montevideo tiene un interés turístico o un valor especial por su condición de Capital de un País, exige un- Verde estudiado. con esa finalidad; llámese -- por ejemplo - Verde decorativo .o monumental.

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UN PLAN De ACCION

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Si este aspecto urbanístico de Montevideo estuviera contemplado con exacta ·amplitud, Montevideo, podría aparecer entre las ciudades más bellas

• y mejor dotadas a los ojos del turista o · del ciudadano metropolitauo en trance de recorrer, visitar, gozar de Montevideo ~n esa forma y con e~ interés.

Avenidas arboladas, Ramblas enjardinadas, Plazas centrales y vinculadas a edificios de utilidad turística, Parques vecinos a las Playas, J ardinee de los Hoteles están en ese grupo de Verde público que tiene esa señalada y espe­cializada función edilicia . .

Pero, es preci~o tener presente la otra, la citada en tercer t.rmino: la fun-ción de morada que la Ciudad tiene, para analizar con criterio urbanístico moderno, el problema.

El Urbanismo de nuestros días evoluciona precisamente en un eentido social que trae al primer plano de consideración el contenido humano de la Ciudad, para resolver los problemas que atañen a la vida del hombre en los

•

conglomerados, allí reunido con otros semejantes, para alcanzar una vida cómoda, feliz y útil.

Por lo tanto, intt'n sa cada vez más todo lo relativo al hombre en activi­dad, al homhrc viviendo, y la Ciudad es en modo primordial para este nuevo enfoque, lu~ar de habitación, morada y como consecuencia, cuanto se vin­cule a la dvienda, pasa a ocupar lugar preferente en los estudios urbanísticos.

El Verde debe, por lo tanto, habilitarse teniendo en cuenta, y muy espe­cialmente, esta función esencial de Montevideo y asociarlo a la vivienda para <·on ellos estructurar la nueva Ciurlad.

Bien está que se haya pensado en el aspecto monumental de Montevideo, para deleite y deslumbramiento de los que accidental y esporádicamente la visiten y la habitc:n, pero, mucho mejor estará si la acción se end~reza a pensar en los miles de ciudadanos que la habitan permanentemen~e y que afincados en ella para siempre, han de recibir de la Ciudad todos los beneficios de su constitución, de su mejoramiento y de su progreso .

.L~ Comisión Nacional de Educación Física se enfrenta en nuestro País, con el problema del tiempo libre y se traza un Plan de Acción en Junio de 1940. El señor Raúl Previtali, su Presidente entonces, fué el inteligente men­tor y el decidido líder de este movimiento de opinión en torno a una problema social de trascendencia cabalmente humana y de fundamento netamente de-

• • mocrahco.

Este Plan de Acción tenía y tiene estos postulados : «El hombre libre en un medio organizado. - La solidaridad humana

exige que cada cual ceda de acuerdo al Jul!ar que ocupa en el plano social d e su cuota - parte, para corrección del desnivel físico y espiritual de los que están colocados en un orden inferior.

• Es en la vinculación que crea la práctica en común de ejercicios depor-

tivos, como en la convivencia fecunda en el culto de ideales superiores, donde ~e robustecen las convicciones democráticas de los pueblos.

No es la posesión de campeonatos, la que da el índice de la cultura ~ísica de un pueblo. La educación corporal acompañada por la correlativa educa­ción del espíritu, dehen convertirse para la colectividad en necesidades de f'atisfacción impostergable.

El ejercicio corporal no sólo educa el nn1sculo y nutre y robustece el cuerpo, sino q ue es también, disciplina para el espíritu.

El hombre sano vale doblemente: · tiene un valor individual con que se beneficia a sí mismo y un valor social del que disfruta la colectividad .

Frente a la declinación de ciertas fuerzas morales, se hace impostergahle tma campaña de recuperación, en el doble plano físico y espiritual.

Nuestra campaña, que nutre a la Capital, carece de elementos de mejora­miento físico. A ·hrindárselos· tiende esta obr~ al invertir íntegro en cada

• departamento lo que se recaude en el mismo.

ARQUITECTURA

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La obra programada es un imperativo de nuestra cultura y de nuestras instituciones libres ; sus proyecciones de futuro son inmensas. Un insignifi­cante aporte de parte de quienes puedan hacerlo hoy, a favor de los servicios de educación física, importará el abono, mañana, de sumas ingentes para atender enfermos.»

• • • Ese Plan de Acción, que actualizaba en nuestro País, un problema social

que ya tenia en otros, no sólo campo de avivado interés sino también prin­cipios de decidido planteo y ensayos de resolución, había de tener una inter­pretación urbanística y lograr una dimensión y un sentido arquitectónico .

Fuí l1amado a colaborar en esa campaña encendida por el entusiasmo que despierta el bien general . la esperanza en mejores días para los hombres de hoy.

Consecu encia de e e estudio, es e] presente trabajo que plantea una ban­dera de combate sohre la Ciudad para dar un alerta y jalonar una marcha hacia el bienesta r y la felicidad de los ciudadanos, fundamento moral y esen­cial de todo conglomerado humano.

Un alerta, para que se sepa que hay un problema a resolver, para que se conozca su magnitud y gravedad y para que se estudie alrededor de una so­lución propuesta, otra, la mejor, la más viable y más generosa.

Un jalón para que se mida lo que significará por el cumplimiento de la acción propuesta, el camino que va de la ciudad de hoy hasta la ciudad de mañana, en marcha hacia la edu('ación integral por el u so adecuado de las horas libres.

Nos pareció que era el momento de que se hicieran realidad tangible, las ideas de or:.ranización de la ciudad en su espíritu, carácter y fisonomía por d modelado creador de la barriada, tomada ésta como célula urbana, si no primaria, por Jo menos básica, en la integración armónica de la ciudad total.

El contenido humano, pues, en primer término, y en la modesta vida diaria de cada barriada metropolitana ; y, eu ese estudio e] bien para el cuerpo y para el espíritu. Actividad útil y ocio útil.

Trabajo remunerador y tiempo de tregua de los afanes diarios, de lihe­r~ción de toda servidumbre y para la elaboración y elevación de la condición humana; por tanto, tregua también harto compensadora.

Y aún cuando la advertencia de Rodó nos hiciera ver que en los tiem­pos nuestros, «la creciente complejidad de nuestra civilización» no nos permi­tirá alcanzar una armonía integral en la ciudad, nos pusimos a trabajar con amplio sentido democrático, al amparo de su evocación:

<<La belleza incomparable de Atenas, lo imperecedero del modelo legado « por sus manos de diosa a la admiración y el encanto de la humanidad, na­<< cen de que aquella ciudad de prodigios fundó su concepción de la vida en «el concierto de todas las facultades humanas, en la libre y acordada expan­~ sión de todas las enerp;ías capaces de contribuir a la gloria y al poder de « los hombres.»

«Atenas supo engrandecer a la vez el sentido de lo ideal y el de lo real, « la razón y el instinto, las fuerzas del espíritu y las del cuerpo. Cinceló las ~cuatro faces del alma. Cada ateniense libre descríhe en derredor de sí, para « contener su acción, un círculo perfecto, en el que ningún desordenado im­« pulso quebrantará la graciosa proporción de la línea. Es atleta y escultura «viviente en el gimnasio, ciudadano en el Pnix, polemista y pensador en los << pórticos. Ejercita su voluntad en toda suerte de acción viril y su pens-amiento «en toda preocupación fecunda. Por eso afirma Macaulay que un día de la « vida pública del Atica es más brillante programa de enseñanza que los que « hoy calculamos para nuestros modernos centros de instrucción. Y de aquel « libre y único florecimiento de la ple~i.tud de nuestra naturaleza, surgió el « milagro griego, una inimitable y encantadora mezcla de animación y de « serenidad, una primavera del espíritu .humano, una sonrisa de la historia.> - }. E. Rodó. - ( «Ariel» ).

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CONDICIONES DE LA CIUDAD •

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Montevideo, ofrece como campo de recreación poro sus pobladores, los playas y los parques. Los primeros tienen su uso 1 imitado a lo que los estaciones establecen; los parques, plazas, plazuelas - el verde urbano - tiene su influencio limitado por su escasez y

molo distribución. Si por los playas lo Ciudad está bi ~n servido y puede serlo mejor aún, cuando un

plan de defensa, aprovechamiento y adecuación poro los mismos se estudie y aplique, no sucede lo mismo en cuanto al verde.

Este es reducido en porcentaje y tiene uno distribución que no se relaciono con lo densidad de población de los barriadas.

Zonas muy poblados, los de ediicoción más denso y continuo, carecen de espacios Yerdes colectivos; es así que contando los plazos y plazuelas - no siempre aptos dentro del significado y función del verde público - Montevideo a rrojo estos porcentajes:

Cordón O. 45 %; Villa Muñoz O. 50 %; Aguado y Reducto O. 15 %;. Barrio Sur O. 95 % ; Pocitos Norte O. 55 % ; Pocitos Sur 2 % . Lo Ciudad Viejo, lo Unión, Molvín y

Cerro, no están en mejores condiciones por cierto, aunque lo existencia del baldío no dejo sentir aún lo ausencia del espacio verde público.

Lejos está nuestro Ciudad, pues, de alcanzar el 20 %, porcentaje que lleno lo aspi ­ración de los urbanistas; no de aquellos que aún ven en los planes viarios lo panacea poro los moles urbanos, sino de aquellos que arraigando -en lo más hondo, puro y amplio de lo teoría, han evolucionado hacia el urbanismo humano, soc ial y democrático.

Pero lasos espacios verdes, con ser aún pocos y divorciados de lo necesidad popular, tienen otro limitación en cuanto a l uso y goce por lo población; es lo limitación que esta­blece el clima. Montevideo es uno Ciudad que t iene 30 % de días nublados, con 86 días

• por año de lluvia . Uno temperatura medio de 16 grados o lo intemperte, es lo que arrojo lo estadístico, como índice comparativo.

Luego, lo Ciudad no está preparada poro atender y dar cumplimiento al problema del tiempo libre de lo población. Le falto espacios públicos y éstos deben ser acondicionados poro el esparcimiento o cubierto, en formo que los inclemencias del tiempo, lo irregula ­ridad del clima y lo diversidad de horarios de trabajo, no seon focotres de perturbación en el c::onsumo útil del tiempo libre.

Trabajo y 'trempo libre tiene uno íntimo vinculación que es múltiple en sus efectos. Duración, intensidad, sitio de actividad, distancio de lo viviendo, solario, pesan en el tiempo libre y restringen su goce y nosto. llegan o reducirlo o cero.

ARQUITECTURA

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LA CARENCIA DE UN PLAN ORGANICO •

ARQUITECTU·RA

. Ahora bien, el .trabajo ligado a intereses generales, ha sido motivo de consideración,

al punto de que el urbanista Piero Bottoni, dice: . "Se puede afirmar que uno de los problemas más característicos de nuestra época,

junto con aquellos de orden social a los que está 1 igado, es la cuestión de la distracción y del reposo, tanto que no es paradoja! a firmar que la humanidad sufre más que por la . desorganización del trabajo, 1 que está en real idad - en muchos casos - excesivamente organ izado) por falta de organización Gle ~ la recreación. La l"l'fayor parte eh los Jio'm!;>res está desorgani%'0da especialmente. para si.J propio reposo, está tofólme.nte desarganizolicW. ( •)

Lo cu riosq es que este pensamiento no es nuevo: valiéndónos. de uno cito de Sir Noel Curtí s - Bennet de su trabajo " Juventud y Ocio" -- podemos· agregar que hace más de ochenta años una escritora inglesa decía:

"Por importante que sea organ izar la industria del mundo, es aún más importante organizar sus ocios y orientarlos bien."

Si ·el problema ya tenía gravedad entonces, cuánto se habrá acrecentado éste con la complej idad agobiadora de la vida urbana contemporánea !

La organización cuya aus-encia se deplora desde hace casi· un siglo, no puede venir por medio de la acción individual que es insuficient-e, poco efectivo e inarmónica.

Es de incumbenc ia del Estado y del Municipio dar ese plan, arbitrar los medios de reali zación y tomar a su cargo el regular funcionamiento del organismo montado para esa función.

La Comisión Nacional de Educación Física puede ser esa lnstitucion Oficial que asuma la responsabilidad de esta tarea auxiliada por los Municipios; no sería extender sus atri ­buciones legales y que don rozón de su existencia, sino tratar de que actúe o conciencio de las exigencias actuales y con senti9o r:qggemo.

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La iiiterpretacion urbanfstica ael probléma no puede ser otra que este: Un centro en cada barriada que, al amparo de lo simpatía y el entusiasmo que irradian la cultura física y el departe, atraiga, r!Úno y discipline : al niño que ahora juego sin control en la calle donde atisbo el riesgo, o en el baldío sin higiene y con peligros; al joven que ahora gasta sus horas libres en oc:ios no siempre sanos, morales y útil·es; a . la mujer que ahora no cuento con lugares. de esparcimiento y reposo cerca de su c<Jso ....:.._ a veces ni aún en ello -; al adulto que ahora no sobe como emplear su tiempo libre o lo emplea mol.

Un órgano activa atrayente; de todos y poro todos, en el que lo vida colectivo de lo barriada se concentre y tengo eclosión propicia y desenvolvimiento activo.

Lo _barriada, como unidad cívico, tendró . os( un centro y uno occi6!1 poro que tengo nocimioento y arra igo uno vida co!ectiva sano, alegre y vigoroso. . .

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NECESIDAD •

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DE UNA RACIONAL ORGANIZACION

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Se ha sido siempre muy unilaterales y cortos en lo armonización de lo actividad físico con el cul t ivo de los dones espirituales. Muy bien lo dice el doctor Isidro Más de Ayolo al afirmar:

" 1 nterpnetondo erroneomente el viejo aforismo latino " mens sano in corpore sano", podres y educadores físicos han creído que, procurando dotar al niño de un organismo fuerte, musculoso y sano, · se obtenía por uno acción po ro lelo y concomitente, un desarrollo sano de su espíritu. No es esto, sin embargo así ; es fácil encontrar ejemplos en que dicho paralelismo no existe y el propósito del adagio latino no es otro que indicar que ambos el ~mentos, espí.-itu y cuerpo, deben cultiva rse con igual atención, procurando lo salud de ambos." ( * )

A lo educación físico y al deporte, hoy que darles uno trascendencia más humano buscando que prolongue su acción más allá del cuerpo, poro que el hombre puedo alcanzar uno educación integral, uno fortaleza mayor y uno más ocentuo.do elevación de su vida total.

Todo acción en este sentido debe tener ese alcance y comenzar desde lo viviendo, desde lo agrupación de viviendas. Poro trascender desde lo vida individual y familiar, hasta lo vida colectivo. es preciso completar lo bueno, sano y .alegre viviendo con lo~ centros de esparcimiento públ ico.

Viviendo humano .y centro destinad~ al uso y goce de los horas libres, deben estor en íntimo y directo contacto poro que seo fácil , efectivo y adecuado el ·empleo del tiempo libre y seo seguro y amplio lo benéfico influencio de lo programación técnico que debo

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cumplirse y controlarse. · El Cent~o de Barrio, ó'rgono u rbanístico de eso acción, será en medio del macizo de

lo~ viviendas, esto: el oosi~ qu~ rompo lo aridez de lo barriada y en el medio del verde, agrupe los . edificios y lugares de esparcimiento y reposo; el sitio donde lo recreación seo entend ido como .f!eCesidod físico del organismo humano y fermento espiritual del individuo; . . . el hogar colectivo que coordine lo vida disperso ci~ uno zona de habitación y donde todos puedan hollar lo que ahora pocos pueden costearse.

Esto implico yo acrecentar lo superficie verde libre de lo ciudad, distribuirlo o con­ciencio en su territorio, ploneor y organizar un sistema de espacios verdes y definir y

· aplicar uno teoría funcional poro lo composición de estos espacios libres, elemento prin­cipal del urbanista moderno e nsu obro de mejoramiento de los conglomerados . . .

( • ) Dr . . Isidru Mas .de Aya,\¡t.,. ~ . "Infancia, adolescen cia. y juventud".

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ARQUITECTURA

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VISION ANALITICA DEL PRO-

·eLEMA Y

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ARQUITECTU~A.

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PRI·MER PLANTEO

En el análi sis y planteo arquitectónicos del " Plan d~ Acción" , encontramos en la ciudad, un estado desordenado, donde las interferencias, las superposiciones y las lagunas, acusan caracteres insospechados, que, de inm~diato, explican lo parcial, lo caro y lo insu­ficiente de la asistencia oficial que ahora se le presta a la población.

La ciudad necesita muthos ed ificios de múltiples funcion~s para atender al niño, a la madre, al adolescente y al adulto. Desde allí el Estado hace sentir - debe hacer sentir - el bien de su amparo público en materia de previsión y asistencia social.

Un resumen ae toco ello nos daría sorpresas de tal significación que de inmediato surg irra la conciencia de que mucho hay que corregir y de que se puedJ establécer un orden si antes se hace una descriminación criteriosa de lo que cabe en un programa d-e asistencia general.

Veamos las exigencias a manera de resumen: Para el niño y la madre es necesario que la Ciudad cuente con edificios y espacios destinados a la acción educativa y cultural, a la educación fís ica y acción deportiva y a la acción de Asistencia Social.

Para la primera función, es preciso arbitrar los medios para estas actividades : ini­ciación en la enseñanza; complementación de la enseñanza escolar, lecturas orientados; títeres; primeros contactos con la naturaleza y con otros semejantes; iniciación en el conocimiento de las artes; paseos, educación colectiva.

Para la segunda agrupac ión, juegos -en grupos y en masas; recreación con aparatos y entretenimientos; playa artificia l y pileta de chapaleo; y para la tercera, acción social : asistencia médica, higiene, baños de sol, al im~ntación correcta , descanso.

Al niño -en lo activo de esta vasta enunciación de materias, y a la madre, en lo que concierne a la comprensión, educación y preparación poro el ejercicio de su noble destino.

El adolescente nos da el siguiente cuadro: En cuanto o acc ión educativo y cultural : vida colectiva; educación ciudadana y democrático; lecturas, conferencias, reuniones. es­pectáculos, familiorización con las artes, exposiciones, excursionismo. En lo concerniente o la educación físico y deportismo : gimnástico, educación psíquica, ordenación y esp.~c­táculo; instrucción pre-militar.

Por último, para lo asi stencia social : el examen médico y la vigilancia en policlínicas; higiene, alimentación correcto, solud físico y mentol e higiene sexual.

El adulto o su vez, exige una atención múltiple y seria. Acción educativo y cultural: cduc~ción . colectivo y democrático; arte, teatro, bibliotecas, exposiciones, manualidodes, reuniones familiares, excursionismo y turismo. Acción física y daport:va : gimnasia rítmic~ y deportivo, juegos en equipos, actividades en ritmo descendente; recreaCión, descanso. En lo que atañe a la asistencia social : cuidado, médico, antialcoholismo, higiene, alimen­tación correcta; trabajo regulado y controlado. ·

Todo"esto, si .está atendido en la ciudad actual, es en forma disperso, sin conexión, sin visión de conjunto y con .. ten~encia a lo individual y fragmentario.

Creemos que es preciso plonéor el arden · sustitutivo, tomando o lo familia como unidad básica de la colectividad democrática .

Ese plan da una uniddd urbanístico - arquitectónica : el Parque de Cultura Integral.

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I!OI .. ICIO PRINCIPAL SOLUCION A - PLAN TA BAJA

PLANTA ALTA

PLANTEO

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P E R S P E C TIV A SOL UCION A

ARQUITECTONICO DE UNA SOLUCION

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En ese Porque no todos los actividades pueden ser o c ielo abierto; lo impide el clima . . y lo · falto de coincidencia de los horas libres con el t i-empo propicio. Un edificio principal, surje así aconsejado por lo economía técnico al coordinar uno multiplicidad de funciones.

Le hemos dado uno dimensión y un sentido orquit~tónico o ese edificio, planteando dos tipos.

. Lo solución A, t iene en planto bajo : hall de fiestas, solo de actos y exposiciones, solo

de lectura, cofeterio, reuniones d~ clubs, dirección técnico y dos secciones deportivos y médicos; lo de mujeres, con vestuarios y duchos individuales. solo de juegos infantiles, nurse y lo de hombres, con vestuarios generales y casilleros individuales, guardo - ropa colectivos, duchos y servicio médico.

Lo planto alto, el edificio t iene e l gran gimnasio de 18 metros por 27, poro ~r cabido o uno concho reglamentario de basket-ball y dos secciones de graderíos poro un

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total de mil espectadores.

• Este sa lón, seró además opto poro grandes actos

1.1no terrazo sobre el campo deportivo, dos secciones de de maestros y solario poro grupOs.

y fiestas. Completan esto planto. vestuarios y baños poro el cuerpo

Este primer planteo de composición arquitectónico, da: 2640 metros cuadrados de supericie -en ambos plantos y un volumen de 1 2 • 000 metros cúbicos.

EJ edificio se -conecto con el porque deportivo por un lodo, con todos los conchos, • instalaciones y e$P(JCios poro lo ejercitación ol aire libre; por otro, con lo zona. infantil y el tocfo de tos adUttos, con el jordin de reposo.

ARQUITECTURA

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PERSPECTIVA SOL.UCION B

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EDIFICIO PRINCIPAL S OL.UCION B - PL.ANTA BA..JA P L.ANTA AL. T A

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ESBOZO ARQUITECTONICO DE UN

EDIFICIO ·DE

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ARQUITECTURA '

MAYOR VOLUMEN •

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Otra solución arquitectónica desarrollada en una superficie total de 3400 metras cuadradas y un volumen de 1.6 .. 000 n:-etros qjbicas, distribuye así las elementos constitu-.. t i vos: planta bajo: hall de fiestas, cafetería, sola 9e madr-es, sola de actos y exposiciones, biblioteca, una sección poro niñas can sola de juegos y espectáculos infantiles, somedor, un grupo poro manualidades con talleres y guardo-ropa y dos núcleos poro adultos de v~st.uorios y baños poro niños y hombres, situadas a ambos lodos del cuerpo principal. . . .

Planto alto : gimnasio y sola de grandes actos, de igual capacidad que el de lo so­. lución A, graderías para pública y dos Secciones de vestuarios y baños, uno poro mujeres y otro poro adolescentes, y un servicio médico para deportistas, además de un salón poro reuniones deportivos poro tos clobs del · borr io .

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Esta solución y lo anterior, t ienen un carácter arquitectónica que surge de lo fun­cional de su integración y de la finalidad cultural del conjunto, por lo que, artísticamente, debe atraer, ogrodor y despertar uno emoción estética. Ambos son planteas bósicos, des­tinados sobre toda, a apreciar lo magnitud del problema y tener noción de los recursos o invertir en estas instalaciones.

· Los esquemas de los ángulos de las plantos, expresan como han sido atendidas en cado unidad arquitectónica, lo acción ·educativo ·y cultural, lo educación ffsica y deportivo y lo acción de asistencia social. ·

-El verde, amplio, organizado . y bella, doró el morco paisajista al edificio y lo enlozará o lo barriada o la que· d.ebe servir er') cumpjimi~nto de ton alto misión .

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APLICACION A UN BARRIO DE •

LAS SOLUCIONES ESTUDIADAS •

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Los ·e lementos gráficos del como pa ra servir a la campaña Nacional de Educación Física.

proyecto t i-enen un 1 ~nguaje desarrollada en tomo al Plan .

sintético, incisivo y claro, de Acción de la Comisión

Después de esta exposición que habla par lo m2nos con compren.sión y entusiasmo, nos hemos drcho : y ·ahoro, esperaremos? No. Nos hemos puesto en marcha y hemos apl i­cado el Plan cie Acción o un barrio metropolitano, la Unión. Es lo que muestra el grabado númerQ 12.

Esa barriada, poblada por miles de hombres de trabajo, que tienen un marcado amor a la zona, que corporizan muchos instituciones deportivos y sociales, no ha sido aun bien

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a tendida par el Estado y el Municipio. Este tiene en esa zona un amplio espacio verde que no ha merecido acertado y total aprovechamiento y que puede, además, ser objeto de ampliación· con lo estación y depósito de tranvías que e stá en uno de sus ángulos.

Lo. aéción no debe hacerse esperar y puede - por lo tonto - dar por allí, inicia­ción práctico o la aplicación de lo teoría expuesto, creando e l primer Centro de Barrio de lo Ciudad.

NiñQs, mujeres, _hombres. que por su sola voluntad y acción no pueden .orbitrorse. Jos medios de resolver el problema de las horas libres., contarán así, con un centro de actividad, . de recreación y de reposo, lleno de alegría, d~ luz, de cantos, que estimularía su vida cotidiano poro tenderla hacia una meto me;or y más elevado .

Montevideo. CiJJdad de hombres libres, de ci~dadanos de uno democracia efectivo y

franco, puede alcanzar un alto estado de perfeccionamiento social y con él, uno armonía · entre los fuerzo>' del est>í ritu y los del cu~rpo, que no seo privilegio de algunos en detri­

mento de otros, como lo fué en aquellos tiempos en que existió " uno inimitable y encon-o

tadoro · mezcla de animación. y d~ serenidad, una primavera del espíritu humano, una sonriso· de lo historio" .

Lo Ciudad podrá alzar ese vuelo hacia cumbres de integral perfección, cuando el urbanista al recrearlo en procuro de una armonía total, le concedo primacía al elemento humano; cuando su pensamiento no .s.e aporte nunca del hombre "actuante y paciente" en lo ciudad, o cu~o desemp~ño vital seo sensibte y atento .

Cucytlquier problema social · - uso del tiempo libre - trobojo y viviendo - viviendo . .

y verde - organización de los unidades vecinoles, es ángulo sólido y propicio poro subir •

el vu~lo y esperar que seo raudo y ~égvro .

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• .A:RQUITECTtJRA

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BUSTO O E L

INGENIERO

JOSE SERRATO

ESCULTOR ·

• MOLLER DE BER6

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• PREMIO BANCO

REPUBLICA AÑ0}1940 •

ARQUITECTURA 71

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VISTA A TRAVES DE LA ARBOLEDA DEL PARQUE ZORRI L LA

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OPTO. S R. WALTER HERTEN , l.ER PISO

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E D 1 F 1 e 1 o Del Arquitecto Jorge Caprario

Ubicación excepcional, sobre Leyenda Patria casi esq. Ellauri, en la parte alta del Barrio Zo­rrilla de San Martín, que ofrece la vista total de la ciudad.

Zona de Playas, con un pa­horama que domina desde el Par­que U rbano a Punta Gorda y ad­mite como lógica una uperficie de vano que no parecería propia para nuestro clima y lumino i­.iad, de no exi tir una regulación buen a de la luz, por medio de las

• • • ¡•ersianas hpo «veneciano» y una

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INSTALACIONES SR. V. GOLDBERG

ARQUITECTURA

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DE R E N T A CALLE LEYENDA PATRIA 2880

ventilación asegurada por la mis­ma ubicación en la altura.

Puede decirse que los interio­res se prolongan naturalmente con el exterior, ya que ambos es-

, tan permanentemente en contac-to, ampliando la sensación de úre, luz y espacio que es la prin­cipal característica de esta cons-. , truccwn.

El 7.'' piso está constituído por una terraza jardín de superficie total, en la que un amplio bassin-. . , piSCina, pone una nota no comun en esta clase de construcciones. U NA VISTA DE LA TERRAZA DEL 6 . 0 PISO

FOT OS •·coLORFOTO ..

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1 •

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O PTO . 5 .0 PISO SR. ALBERTO JOSE DEL CASTILLO l. ER SECR. LEGAC. DE E SPAÑA

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ARQUITECTURA 73

O PTO. 2 . 0 PISO. S R. DUDLEY DWYRE DECORAC. HUBERT Y HABER

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EDIFICIO

Vista de la playa para autos en nuación directo del espacio de suave rampo que constituye la

ambos elementos.

planta baja, conti­la calle, con· una . , seporae~on entre

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1 .ER S ECR. y CONSE.J ERD EMBA.J. A MERICANA

OTRA VISTA DEL

OPTO.

SR. D.

DEL

DWYRE

DE RENTA

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J

del Arq. Jorge Caprario

Vista del edificio desde uno de los lugares de juegos del Parque Zorrillo, que constituye un lugar privile­giado en la Zona.

OTRA VISTA DEL OPTO. DEL SR. J . CASTILLO

FOTO '" COLORFOTO''

OPTO. 3 .ER PISO

SR. FANTA STUTZ

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Homenaje al

DISCURSO DEl ARQ. SR. AOORIO

El Consejo Directivo de nuestra Facultad ol d~signa r a l profesor de Historia de la Arquitectura, Arquitecto Don Juan Giuria, miembro de honor del Instituto de Arqueología America­na, realiza un acto de justiciero reconocimiento a la labor am­plísima de un hombre que ha dado a nuestra casa de estudios, un alto ejemplo de dignidad docente .

No me sería posible en las breves palabras que debo dec•r en nombre de las autoridades de la Facultad, resumir lo qu~ ho sido esa labor. Son más de treinta años de incesante act ividad, de colaboración sin restricciones. Y en ese dilatado lapso, gene­raciones de estudiantes, en una de las cuales yo me cuento, re­cibieron sus enseñanzas.

Aunque el trabajo de un hombre se diversifique según los .:ampos en que actúo y tengo, en consecuencia, modalidades rlistintas y en algunos casos, aparentemente antagónicos, lo cierto es que en todos los aspectos de uno actividad individual hoy oigo que traza uno línea único, como si fuero una emanación del ser reflejado en esos aspectos cambiantes, resultado de lo ecuación personal , expresión de lo más íntimo de la individua­lidad y lo más valioso también poro juzgarla, porque surge es­pontáneamente de ella sin ningún pensamiento interesado.

En eso li neo que hilvano los actividad.:?-: docentes y profe­sionales del Profesor Giurio , hoy uno constante que morco lo que ellos tienen de substancial, de auténtico y de permomente: uno inflexibl2 inclinación por e l noble arte de la Arquitectura ; una vocación definido por el estudio de su historio y de sus enseñan­Las, siempre fecundos o través de siglos, de formas y de escuelas.

De esa vocación nace su viajar por t ierras de América y de Europa, ricas en ejemplos y sugestiones. Eso vocación pondrá ~iempre un complemento a toda labor, aún a la más rutinaria que pueda cumplirse en el ejercicio de obl igociones funcionol~s.

De ello he sido testigo. En el año 1930 nos hollábamos varios arquitectos en Río de Janeiro, en ocasión de celebrarse el IV Congreso Panamericano. El Profesor Giurio se encontraba tam­bién en esa ciudad como arquitecto director de los obras que se realizaban en la sede de la Legación del Uruguay.

Para todos nosotros, deslumbrados por el magnífico pano­rama de esa ciudad de ensueño que es Río de Jane iro, el t iempo libre no bastaba a satisfacer el deseo de gozar lo belleza de su carácter urbano, de su cielo, de su luz y del vigor de su natu­raleza; pero el Arquitecto Giuria, en los momentos que sus obli­gaciones le dejaban libre, renunciaba a ese placer de turista. Su vocación lo empujaba hacia otras cosos de más profundo sentido que la simple contemplación de los bellos panoramas. Sus horas de asueto fueron dedicadas al estudio minucioso y ordenado de los monumentos históricos de Río d e Joneiro. Por todo instrumen­tal para realizar su labor, llevaba una libreto de papel cuadricu­lado y un lápiz. Pacientemente, fué realizando el relevamiento de palacios y de templos, indagando los orígenes, anal izando los formas y estructuras poro vincularlas o los escuelas madres, cla­si ficándolos dentro de lo historio del arte americano.

Luego, absorbido por el afán del invest igador, pasa de Río de Janeiro o las otros ciudades del Brasil. El mismo trabajo he­cho a fuerzo de voluntad y sin ayudo extraño, realizo el Arqui-

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Arquitecto JUAN GIURIA

Cólido homenaje de la Facultad de Arquitectura o su pro­fesor Arquitecto D. JUAN GIURIA, con motivo de su nom­bramiento como miembro de Honor del Instituto de Ar­queología Americana. " ARQUITECTURA" se une emotivamente o esto ¡usto demos­tración de reconocimiento y afecto al querido profesor y

• o m1go.

tecto Giurio en Bohío, en Pernambuco, en San Pablo y en las ciulodes del Estado de Minos Geroes, singularizados por lo obr.J del Aleijodinho, lo que también es anal izado concienzudamente. Todo esa tarea cumplida en el tiempo que paro otros quedaría r:·~rd ido, cuaja en uno obro, consagrotorio de un meritorio es­fuerzo. " Lo riqueza a rquitectónico de algunos ciudades del Brasil".

Visita también otros países de América. De todos ellos soca elementos que nutren su vasta erudición y que luego d ifunde por la cátedra o por el libro. Ese bogoge de conocimientos amplios y

diversos, respaldan su eficiencia docente. Desde el aula impartió la enseñanza con lo autoridad que le don sus condiciones de erudito, de estudioso y de investigador; pero el Profesor Giuria no hubiera conquistado su prestigiosa posición dentro lel profe­sorado universitario si o tontos méritos no hubiera añadido otro fundamental y que hoce fecundo el esfuerzo docente, ya que prepara los espíritus para la siembra de enseñanza : me refiero a su carácter de hombre profundamente bondadoso. Este rasgo esencial pone en valor los otros, porque en un maestro no todo ha de ser saber.

Profesor Giuria: Por vuestra labor en la Cátedra, por vuestra obro de difusión de lo culturo, por los eruditos trabajos de in­vestigación realizados, habéis contribuido o cimentar el prestigio de nuestro Facultad. Sus autoridades no creen extinquido su deudo de agradecimiento con el título que os estorgon. Por eso os piden que veais en él, por encimo de todo otro valor, uno expresión cel reconocimiento de vuestras grandes virtudes y uno prueba del profundo afecto que habéis sabido despertar en todos los que integran esto Coso de Estudios que, en muchos aspectos, es tam­bién vuestro obro.

DISCURSO DEL ARQ. ALFREDO CAMPOS

t\¡o puede haber nodo más merecido que este homenaje que nuestra Facultad tributa hoy a l profesor arquitecto don Juan Giurio, arquetipo de maestro de generaciones de profesionales, que une o su genuino sapiencia, lo abnegada vocación d2l que ha nacido poro entregar dadivoso a sus semejantes, sin egoísmos ni reticencias, el caudal de su gran experiencia, las meditac iones de sus copiosas lecturas y las sugestiones de viajero incansable, obsesionado por satisfacer sus ansias de estudioso, que luego ha de trasmitir en el fino comentario de su penetrante observación.

Así es el valioso aporte, que año tras año, desde su ju ­ventud dinámico, ha entregado este hombre admirable y mo­desto, o lo cultura nuestro, ya sea ante sus discípulos en el aula universitaria qL.~ honró en forma insup2rob:e- - o despertando el interés público en tribunas prestigiosas, que son otros tantos cátedras desde donde expande, con talento divulgador, el cona­cimiento que emerge de su incansable afán de investigación por ese campo vasto y fecundo que es síntesis y esencia de pretéritos épocas, como lo es el ilimitado de la historia de la arquitectura.

Paro actuar ante tan dilatado escenario, se necesita la afinado brújula de uno sólido disciplina mentol que no permita perderse ni en la aridez narrativa de la cronología sin almo, "' en el desborde imaginativo de la leyendo. Giuria, sin dejar nunca de ser ameno, sujetó su obra a esos cánones científicos que lo

ARQUITECTURA

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hicieron el hombre ideal para dirigir las primeros pasos de nues­tras investigaciones arqueológicas en el reducido campo del pa­

·~ trimonio artístico nacional, y en el más extenso, que ofrece al estudiosa la rica herencia colonial exparcida por tierras am~ ri ­

canas. Muchas son pues, las facetas que irradian penetrante luz

de la personalidod del profesor que suscita este justiciero octo; otros distinguidos colegas en más bellas frases han de tejer el elogio de su elevada función docente, cumplida en forma diáfa­na, sencilla, cordial y eficaz, y, lo que es gran mérito, sin pe­dantería. Y su actuación func ional de arquitecto ideador de obras de extraorclinario interés social, que aut~ntiza11 su capacidad crea­dora, queda expresada, con elocuencia, en la armoniosidad de sus concepciones bien conocidas. .

Con mis escaso~ medios me cab~ hacer el cumplido elogio del que fuera primer Director y fundador del Instituto de Ar­queologío, cuando por mandato legal, al dejar la docencia, tiene que abandonar tan destacada situación, en momentos en que el Instituto se incorpora, con vida propia, a las actividades de la

Facultad. Pero, hacerlo al ilustrado ex Director es extenderlo al in­

vestigador sagaz y al escritor de originales temas, t~ndientes a .ooner en valor histórico los tesoros propios y los de nuestra América . Así lo ha hecho en enjundiosos libros y monografías --podemos citar entre ellos: "Apuntes de Historia de la Arqui ­tectura", " Arquitectura griega':, " Monumentos del siglo X IX", " Arqu itectura colonial", " La riqueza arquitectón:ca de algunas ciudades del Brasil", etc.-; todos de reconocido valor e ind is­cutible mérito bibliográfico; y en los temarios de Congresos y en los notables trabajos que vieron la publicidad en prestigiosas re­vistas, como ~n la de la Sociedad de Amigos de la Arqueología -de cuya entidad es dignísimo dirigente-- del insti tuto Histó­rico y Geográfico, al que presta el apoyo de su excepcional ver­sación histórico, en la Revista Nacional que ha honrado sus páginas con producciones de atrayente interés; en los Anales le la Facultad de Arquitectura que se han ilustrado con trabajos de raro mérito científico; en la Revista " Arquitectura" de nues­tra ?ociedad gremial ; en las del Boletín de lo Comisión Nac io­nal de Museos y Monumentos Históricos de la República Argen­tina (y aprovecho esto oportunidad para expresar en público mi persono! agradecimiento par su bondadoso recuerdo en un mag­nífico estudio que recientemente acaba de publicar sobre nuestro Instituto en esa prestigiosa publicación argentina ) y, en fin , en un sinnúmero de publicaciones, en las que ha esparcido, a manos Henos, el fruto de su labor de investigador, divulgando dentro y fuera de fronteros la obra, en este aspecto ínsuperada, de nuestro compatriota.

Pero si grande es la obra del escritor, y amplío por su ex­tensión y hondo en su contenido, no es menos admirable la del conferencista; no solamente por la diversidad y profundidad de

•

los temas tratados, sino parque ha llevado el interés a los más variados auditorios y por el sentido americanista que la ha ins-

• • pirado, al abordar, con fervor, los estudios de la arquitectura indo-española e ibero-americana. . Con este noble propósito ha rea li zado efectiva obra de ocer-

. . .

camiento continental ; y lOs diversos institutos culturales que • estimulan, plausiblemente, esta compenetración, lo han contado,

sin embojes~ al soli~itorle su valiosa colaboración. Ante sus chorlos amenas, sin ostentación, casi familiares,

hemos recorrido los tesoros arquitectón icos de Río de Jantiro, de ~ahío, de Ouro. Preto en Minos Gero~s, de Potosí, de Sucre, de Asunción y aledaños, del norte argentino, de Estados Unidos, en fin

1 de toda. ·n4estra Améric.a , que los ha de completar con

... ~ .. . ··nuevos estudio en preparación, como el que dentro de pocos días nos brindará sobre la Arquitectura de Colombia. Iglesias, casonas, fortalezas, han desfilado con admirable método expo­sitivo y con no menos admirables comentarios en sus siempre

• • • « '

instructivas conversaciones, de fondo medular y de formo agro-doble.

Lo evolución arquitectónico de nuestra ciudad y el patri ­monio nacional, tan reducido en este aspecto, pero felizmente .tan sig11ificativo . en los pocps fY\Onumentos civiles, eclesiásticos,

ARQUITECTURA

militares y sociales que nos restan, ha despertado la inagotable vena inv~stigadoro de· Giurio y le do a éste· aspecto de reno­vada actividad, gran trascendencia en el magistral programa que esbozara poro el Inst ituto.

El Laboratorio de Arte Americano, que fundara en Ecuador nuestro eminente profesor "ad honorem", doctor José Gabriel Navarro, le presta motivo a Gi uria para craor un anexo impar­tontísimo en nuestro Inst ituto; y el programa para el cursillo le Historia de lo Arquit=c turo Americano que se propone desarrollar esta entidad, pone de manifiesto, una vez más, las altas calida­des didáct icas del profesor que homenajeamos, después de dar­nos obra tan vasta en el Instituto.

No obstante, el ilustre catedrático ha de continuar aquí su destacada misión magisterial , y es una felicidad poro nuestro casa de estudios que tan eximio profesor pueda seguir dando, desde el Inst ituto de Arqueología, ciencia a los que aman el estudio de un pasado que nos señala deberes ine:udibles en · estos momentos duros de nu~stra existencia política y ejemplo vigoroso a los que ya, al declina r, queremos hacernos la ilusión de que aún podemos ser úti les.

El 1 nstituto de Arqueología Americana, rinde pues, por mi lnterm=dio esta consagración que tanto honra al profesor arqui­tecto Giuria como o la Facultad que la provoca. A nuestro que­rido amigo y compañero pr~sento m.•astras efusivos felicitacio­nes y el aplauso que recoge en este alto que hace en el camino, para tomar nuevos bríos hacia la etapa a emprender para ex­tensión de nuestro cultura. Y para recordar esta demostración que es de cariño, de respeto y de estímulo, entrégate en nombre del Instituto de Arqueología Americano, este pergamino que ha de renovarle constantemente nuestros sentimientos y que lo de­signa por aclamación, su Miembro de Honor.

DISCURSO DEL ARQ. ROMAN BERRO

La gloriosa t rad ición de cultura de los viejas universidades medioevales, cuyos claustros congregaban maestros y alumnos de todas las regiones de Europa, continúa en los típicos universida­des españolas que hicieron famosas los nombres de Salamanca y Valladolid, -·de Osuno y Alcalá de Henares--, llega hasta América y florece vigorosa y lozana en las universidades colonia­les, de las cuales tenemos cerco de nosotros un ejemplo insigne en Córdoba, lo docta ciudad argentino.

Desde los albores de nuestra vida independiente, nuestros próceres, - entre los azores y las penurias de la primera hora, fundan la Universidad de Montevideo que descrrollo, a través "de su existencia centenaria, en medio de obstáculos y dificultades cie todo género, su limpia ejecutoria de ciencia, de laboriosidod y de patriotismo.

En países como el nuestro, la función social de la Universi­dad adquiere importancia excepcional, puesto que constituye el principa l, por no decir e l único foco organizado de culturo y de formación intelectual. La docencia universitaria pasee por eso circunstancia un valor extraordinario y resulto un factor insusti­tuible en el progresa nocional .

Cuando un profesor ha ejercido su misión con abnegación y desinterés, con entero conciencia de sus deberes y de su res­ponsabilidad, cuando se acoge a un descanso conquistado en bu:mo lid, después de haber ·consagrado al desempeño de lo cá­tedra su firme vocación por lo enseñanza, sus mejores energías, el fruto de sus estudios, su amor por lo juventud, merece con entero justicia la consideración público y el aplauso fervoroso . como el que en este momento tributamos ol Profesor Arquitecto Juan Giurio.

Fuí su alumno en la clase de Historia de la Arquitectur~. Luego, en compañía del Arquitecto Elzeario Boix, mi primer maestro de Historio, - retirado hoy también de su brillante C«;J­

rr=ra docente- , ocupé a su lado durante veinticinco años el cargo de Profesor Adjunto de la asignatura. Puedo hablar, par 11" tanto, con pleno conocimiento de causa sobre su actuación. en la cátedra.

Don Jua n (permitidme que 'le , .dé el nombre con que es habitualmente . designado lentro del claustro) , posee lo prime_ro

. 7T

· condición del catedrático: lo · ciencia. Su dominio de historio de lo arquitectura es vasto, profundo, sólido. Pero no es su ciencia utr bagaje inmutable que, uno vez adquirido, permanece siem­pre igual o sí mismo. Lejos de eso, el Profesor Giurio renuevo y amplío dio o día sus conocimientos. No se satisface con lo co­pioso erudición bebido en los fuentes y en los obras más califi­cados. Su afán investigador lo impulso o los viajes de estudio y recorre varios países de Europa y diversos nociones americanos.

Es realmente asombroso lo cosecho que Don Juan recoge en sus fecundos excursiones. Observaciones d~rectos de los mo­numentos, croquis levantados rápidamente y con habilidad y fidelidad extraordinarios, fotografías de gran valor art íst ico y do­cumental. Todo ese val iosísimo material de trabajo es apl icado luego en lo enseñanza, en los conferencias, en los monografías que han hecho prestig ioso su nombre dentro y fuero de los fron­te ros de lo patrio.

Desde su iniciación en lo cátedra se preocupo de encauzar y facilitar lo toreo del alumnado. Con tal fin redacto unos apun­tes. Poco o poco, lo obro se va completando, se enriquece con nuevos aportes, cobro mayor importancia, adquiere estructuro más perfecto, hasta llegar o formar hoy un verdadero texto de Historio de lo Arquitectura.

Lo segundo condición del Profesor es lo pedagogía, esto es, el arte de saber trasmitir con eficacia sus conocimientos al alum­no y despertar en su espíritu e l interés y el entusiasmo por lo asignatura. Don Juan posee en a lto g rado el don prec ioso de exponer con claridad y con método en un lenguaje llano y ~en­cilla, matizado oportunamente con ingeniosos rasgos de bueno ley. Cooperan al mejor éxito de sus clases :>U memoria fel icí si mo y el arte de trozar en el pizarrón con gran sentido didáctico hermosos esquemas ilustrativos.

Sus lecciones, siempre amenos y atrayentes, cautivan desde le primer instante lo atención del estudiante. Entre el profesor y el alumno se establece rápidamente lo comunicación espiritual, el vínculo afectivo, lo simpatía recíproco, clave infalible del éxito en lo enseñanza.

Lo tercero cuolidol del Profesor (y Don Juan puede citarse o l respecto como modelo) es lo conciencio en el cumplimiento de sus deberes docentes, lo puntualidad, lo asidu idad, lo consagra­ción pleno o su del icado misión.

Y poro coronación de su personalidad de Profesor posee todavía el Arquitecto Giurio otros cuolilodes que deben ser des­tocados. Me refiero o su bondad espontáneo y afectuoso, - o su bonhomío característico, o su modestia notorio.

El título excepcional que le discierne lo Facultad, - - el cálido homenaje que le tributamos en este momento , no cons­tituye sólo un acto de estricta justicia, un legítimo premio o los brillantes servicios prestados o nuestro querido coso de estudios, un reconocimiento públ ico de sus méritos, de su talento, de sus cuolidoles, de su consagración de 37 años o lo noble causo de lo enseñanza.

Es también un ejemplo luminoso que lo Facultad pro­pone ol claustro de profesores y muy especialmente o lo juventud que concurre o sus aulas, en cuyo ambiente ha de perdurar, como uno orientación cloro y firme poro los nuevos generaciones, el recuerdo imborrable de su actuación laborioso, de su constante dedicación, del austero cumplimiento del deber.

Por haberme tocado en suerte el honor inmerecido de su ­celerle en Jo cátedra de Historio de lo Arquitectura, me ha co­rrespondido 'pronunéior en este acto unos palabras que no son uno despedido, yo que Don Juan no abandono lo Facultad.

Nos hemos reunido esto tarde autoridades, profesores y alumnos, bajo el signo ouspicioso de amable camaradería, poro celebrar uno nu~vo ·etapa· en lo vida universitario del Profesor Giurio. Uno etapa que cierro un capítulo, el de su actuación directo en lo cótedrci-, pero que obre otro, el cual esperamos y deseamos que seo largo, fecundo y brillante.

Porque ahora Don Juan consagrará mejor que nunca sus actividades bien lozanos todavía y lo pleno madurez de su in­teligencia o lo investigación y al e5!udio, lo que ho de traducirse en nuevos publicaciones de valor positivo y pennonente. Se con­sagrará tombié~ 'al . lnstit~to de Arqueología, que tonto debe o

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su acción posado y tonto espero de su actuación en el futuro. Poro terminar, pido o todos un aplauso vibrante y cordial

poro el Catedrático que culmino hoy su destocado docencia un:versitorio, -poro el flamante M~mbro de Honor del Instituto de Arqueología Americano que obre o su actividad los más am­pl ios perspectivos , poro el Maestro, -maestro en todo lo ex­tensión de lo palabro ·, que, por su ciencia, su labor y su' cual idades, prestigio lo Facultad, dignifico lo profesión y honro o lo Patrio.

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DISCURSO DEL ESTUDIANTE Rt:CLUS AMENEDO

Tiene hoy lo juventud de esto coso de Estudios uno cito de honor o lo cual no quiere ni puede faltar.

El Centro de Estudiantes de Arquitecturc en representación en eso juventud estudioso trae lo adhesión al homenaje que lo Facultad tributo al Profesor Don Juan Giuria.

Estamos reunidos con lo profundo emoción que sienten los hombres, cuando se unen poro rend ir homenajle, o quien consagró su vida por entero o lo enseñanza, investigación y estudio de los real izociones que generaciones de artistas nos legaron.

Emoción y hombres reunidos en un acto solemne, poro tes­t imoniar nuestro agradecimiento, o quien supiera modelar con maestría ahondado y sapiente, nuestros mentes en el verdadero sentido o rtí st ico.

Toreo difícil ésto, lo de otorgar títulos honoríficos cuando con ello se pretende en acto emocional reflejar el sentido colec­tivo.

Lo Facultad confiere a l Arquitecto don Juan Giurio, el título de miembro de Honor del Instituto de Arqueología Ame­ricana de la Facultad de Arquitectura de Montevideo.

Altísimo Honor. Fundador, propulsor y guío fundamental del Instituto de

Arqueología Americano represento el esfuerzo sostenido de uno vida puesto al servicio del arte y de lo ciencia.

Toda uno vida va en ello. Dedicado con verdadero amor o lo difícil toreo de preparar

los mentes de lo juventud que no son solamente nuestros, los de todo América, hacia lo cual fueron dedicados sus coros esfuerzos.

sino ' mas

He ahí el fruto de un espíritu inquieto e investigador que lucho sin desmayo.

Nuestro juventud y lo juventud de América, conoce y com­prende el verdadero valor y alcance de lo que representan en su porvenir el estudio de lo tradición histórico Americano.

Pocos hombres consideran su vida como uno obro de con­tinuado y orientado progreso en donde el espíritu se adelanto por su calidad, como quien sube preeminen~.

Si pudiéramos representar lo obro de lo propio vida, diría­mos que lo vida de don Juan Giurio, estaría representado por el Símbolo de lo vocación del Arte y de lo Ciencia.

Su dedicación contribuyó o despertar en nosotros el amor o lo creado y el respeto o lo antiguo.

Imposible pretender expresar en estos palabras todo el in­tenso afecto que entre los muchos generaciones supo dejar este gran maestro.

El retiro de don Juan de esto Coso de estudios, no puede ser de manero definitivo ni mucho menos.

Son ton hondos los raíces de su afecto y su amor por todo lo que encierro esto su Facultad, que perdurará en el ambiente y en el espacio, su figuro simpático y generoso.

El estudiantado siente hoy lo inmenso alegria de testimo­niarle agradecimiento o su maestro.

Su figuro pletórico de tradición, es poro nosotros lo con­junción de los virtudes humanos, y su om?r poro los cosos de lo juventud, virtud de acompasar el ritmo de nuestros inquie­tudes.

Lo Facultad tiene un nuevo símbolo que engrandecerá nues­tro galería de espíritus selectos.

El eco y el sentir de los grandes hombres de ·asto coso per­durarán en el tiempo y contribuirá o formar lo estructuro esp i-

ARQUITECTURA

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rituo 1 de aquellos que lanzándose por los senderos de lo vida intentarán plasmar su arte.

DON JUAN: Lo juventud ·estudiosa, en ofrenda de su reco­nocimiento os brindan el más amplio sentido de su afecto.

Vuestro aprendizaje infatigable y vuestro herculeo trabajo de engrandecimiento y perfección, serón lo luz poro los nuevas juventudes.

DISCURSO DEl ARQ. lUAN GIURIA

Los cuatro brillantes piezas de oratorio que, profundamente conmovido, acabo de escuchar, han tenido lo virtud da atenuar, en grado sumo, lo hondo tristeza y el indefin ible molestar que me angustiaban desde que resolví olejorm~ de esto coso de es-1udios, de lo que conservo ton gratos recuerdos, acumulados du­ra nte más d~ 40 años o seo desde que ing resé o ello en calidad de alumno.

Además, esos cuatro hermosos discu rsos tienen otro mérito y bien grande, por cierto: han hecho despertar, en mí, lo sospe­cho de que ta l vez s~o cierto lo que se susurro por los claustros de nuestro Facultad de Arquitectura; lo que se d~o en el seno de los dignísimos Consejos Directivos que rigen los dest inos de lo misma Facul tad y del Instituto de Arqueología Americano; y, por último lo que han publ icodo casi todos los periódicos metro­politanos. Es decir, que recién ahora empiezo o creer que es probable que yo hayo sido un buen profesor y, que no sería di ­fícil, que yo hayo contribuído, dentro de mi modesto esfera de acción, o formar los brillantes profesionales cuyos obras han sido ton unánimemente elogiados por · todos los entendidos en cuest iones de arquitectura .

Pero, si partimos de lo hipótesis de que realmente yo he sido uno pieza útil, dentro de la admirable maquinaria que es nuestra querido Facultad, en ese coso, gran part:= de los cálidos elogios que me han prodigado mis t res queridos colegas los ar­quitectos Leopoldo C. Agorio, Alfredo R. Campos y Ramón Berro y mi amado discípulo Reclus. omenudo, deberán recaer ~obre

los personas que han tenido a su cargo lo ruda toreo de trans­formar en un arquitecto al tímido y torpe alumno que a pareció, en lo ex Facultad de Matemáticas, allá por' las postrimerías del sig lo XIX. Entre esos héroes hoy tres cuyos nombres nunca los pronuncio sin experimentar cierto emoción mezclado con una fuerte dosis de gratitud y que son: el Ingeniero-arquitecto Don Juan Monteverde y los arquitectos Don Emilio Boix y Don Julión Mosquelez.

Don Juan Monteverde fué quien llevó o cabo, en el año 1885, aquel trabajo de Hércules representado por lo fundación de lo ex Facultad de Matemáticos. Es cierto que poro llevar a feliz término, eso magno obra, contó con lo preciosa colabora ­ción del eminente Ingeniero y Arquitecto Don Ignacio Pedrolbes y del sabio Profesor de matemáticos Don Ricardo Comorgo. Des­graciadamente, poco después de crearse el flamante organismo cultural , fa llece el Sr. Pedralbes y uno grave enfermedad impide por largo t iempo, al Sr. Camargo, dicta r los cursos que le es­taban destinados. De ahí que el Ingeniero Monteverde hoyo te­nido que multipl icarse, desempeñar numerosos cátedras al mismo tiempo y reemplazar al Sr. Pedrolbes en el decanato de lo nuevo Facultad. ·

Don Emilio Boix, distinguidísimo arquitecto español de cu­yos altos dotes como proyectista quedan aún claras pruebas en Montevideo, fué mi profesor de Historio de lo Arquitectura. Su noble carácter, su exquisito y vasto culturo, y su didáctico y clo ro sistema de enseñanza, le captaron los simpatías de todos las que tuvieron lo fortuna de ser sus alumnos. Mucho debo yo o ese gran maestro y fué él qu ien despertó, en mí, lo afición por el estudio de os venerables monumentos del pasado.

ARQUITECTURA

En cuanto al arquitecto Mosquelez, oriental de nacionolidocl como los señores Pedrolbes y Monteverde, es suficiente con decir que había sido un disti nguido alumno de lo Escuela óe Bellos Artes de París, donde había obtenido envidiables clasificaciones,. poro darse una idea de su valer.

En el año 1883 ingresó en aquella prestigiosa institución de enseñanza artística, e n la que tuvo por maestro al célebre arqui­tecto Gustavo Raulin y, una vez terminados sus estudios, allá por el año 1 889, regresó a la patria· y se incorporó a la incipiente Facultad de Matemáticas, en calidad de Profesor de Proyectos de Arquitectura, es decir que, en cierto modo, ocupó el mismo cargo que más tarde de.bía desempeñar, con tanto éxito, el eminente y malogrado Profesor arquitecto José P. Carré.

Si no hubieron existido, previamente, estos tres eminentes maestros, es más que probable que el acto de hoy, que tonto me halago y conmueve, no se hubiera llevado o cabo. Es por eso que o ellos corresponde un buen porcentaje de los hermosos frases con que me han obsequiado los colegas y discípulos, que me precedie­ron en el uso de lo palabro.

También es justo decir que siempre he encontrado lo más de­cidido cooperación, en los autoridades de lo Facultad, los que no han escatimado esfuerzo alguno paro que yo dispusiera d~ abun­dante material didáctico, tonto en lo que se refiere o diapositivas poro ilustrar mis lecciones, como en lo adquisición de los magní­ficos obras d~ consulto que actualmente enriquecen nuestro biblio­teca.

Por último, quiero deja r constancia de mi más acendrado agradecimiento a todos los alumnos que han desfilado por mi aula en el largo transcurso de treinta y siete años; de todos, sin ex­cepción alguna, conservo el más grato recuerdo, especialmente de aquéllos que llegaron a ser mis más eficaces colaboradores. Ya comprenderán que me refiero a mis colegas los arquitectos Ramón Berro y Elzeario Boix; no haré el elogio de ambos, en primer lu­gar, por no herirlos en su proverb ial modestia y luego porque sus dotes de eximios profesores son yo amplio y ventajosamente co­nocidas por todo el olumnodo.

Gracias, igualmente, o todos los colegas que han sido mis antiguos condiscípulos y que han tenido la gentileza de concurrir o de adheri rse o este acto que dejará un recuerdo imborrable en mi memoria .

Para terminar, expresaré mi más efusiva gratitud a los ho­norables Consejos Directivos de la Facultad de Arquitectura, por el honroso diploma que se me ha conferido y por el cual se me­designa "Miembro de Honor" del ~gundo de los citados 9rgonis­mos y trotaré de corresponder o esa delicado atención, aportando mi modesto concurso, tanto a dicho instituto como o nuestra que­rida y prestigiosa casa de estudios.

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de Anteproyectos de Viviendas Económicas ORGANIZADO POR LA SOCIEDAD "CIFSA,.

No fué el club, no fué el palacio, no fué el gran edificio que rasga el cielo y otea lejanos horizonte_ o se extiende poderoso sobre la tierra. la ocasión que reunió a los arquite<·tos en puja de Yalores y bús­queda afanosas ; fué la viviendct propia. Palabra mágica, preñada de ensoñaciones, ansiedad de todm:" realidad intangible, posesión de pocos ...

Viviendas de S 2.000, S 3.000, S 4.000, vivi ·nda!­de tan pocos pesos, pf>ro montai'la de imposibilidad<'' para tanto y tantos.

Proyectos arquitectónicos encuadrados en las po­sihilidadef! del concurso, de los cuales publicamo~ las oluciones premiadas, correspondientes a la ,.¡_ vienda de S 4. 000.

Idea de financiación novedosa <'11 nuestro metlio, posible tal vez hoy por las nuevas comprension(' !­sociales y posibilidades numéricas ciudadanas.

Un problema viejo como el mundo. ya que e an­siedad biológica; una injusticia que se arrastra df"~­de allá lejos y que ya parece natural y lógica . ..

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Amalgama de problemas y soluciones; aquel, co­locado día a día más en primer plano por imposi­ción de las circunstancias o composición del mismo; é~hts siempr<' en búsquedas y en<'uentros felices.

HC'alidades ('Crea nas () lejanas .. .

YiYicnda propia y a bajo precio .. .

Un poco má8 y tememo caer en el problema más va to y arduo de la vivienda mínima que no tiene posibilidades por el momento, ni siquiera por el aporte arquitectónico ni por los nuevo números puestos en juego ... y ojalá que este sabor agridulce que nos ha quedad o al lle~ar a tocar al final de este t<'ma desaparc~ca pronto. tal YCZ con la ~ran aliada que tenemos en pue rta :

La J!ran industria, cuando . e desembarace de la ac tividad liberadora en qu<' c tá ocupada . ..

ARQUITECTURA

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