antología poética del siglo xx

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Antología de poesía contemporánea IES Francisco Giner de los Ríos (Motril) Departamento de Lengua Castellana y Literatura

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Es una serie de poemas de escritores del siglo XX.

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Page 1: Antología poética del siglo XX

Antología de poesía

contemporánea

IES Francisco Giner de los Ríos (Motril)

Departamento de Lengua Castellana y Literatura

Page 2: Antología poética del siglo XX

2Antología de poesía contemporánea

LO FATAL Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...

LAS PRIMERAS SOLEDADESXXXII

Las ascuas de un crepúsculo morado detrás del negro cipresal humean... En la glorieta en sombra está la fuente con su alado y desnudo Amor de piedra, que sueña mudo. En la marmórea taza reposa el agua muerta.

SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMASXI

Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero, a lo largo del sendero... -La tarde cayendo está-. "En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día:

ya no siento el corazón." Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río. La tarde más se oscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plañir: "Aguda espina dorada, quién te pudiera sentir en el corazón clavada."

CAMPOS DE CASTILLA XCVII RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido -ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,

RUBÉN DARÍO

ANTONIO MACHADO

Page 3: Antología poética del siglo XX

3Antología de poesía contemporánea

mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo -quien habla solo espera hablar a Dios un día-; mi soliloquio es plática con este buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito,el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.

PROVERBIOS Y CANTARES I

El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.

II Para dialogar, preguntad primero; después... escuchad.

VIII Hoy es siempre todavía.

XXIX Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.

XLIV Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.

EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA          1. El crimen   Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! Muerto cayó Federico —sangre en la frente y plomo en las entrañas— ... Que fue en Granada el crimen sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.           2. El poeta y la muerte   Se le vio caminar solo con Ella, sin miedo a su guadaña. —Ya el sol en torre y torre, los martillos

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4Antología de poesía contemporánea

en yunque— yunque y yunque de las fraguas. Hablaba Federico, requebrando a la muerte. Ella escuchaba. «Porque ayer en mi verso, compañera, sonaba el golpe de tus secas palmas, y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata, te cantaré la carne que no tienes, los ojos que te faltan, tus cabellos que el viento sacudía, los rojos labios donde te besaban... Hoy como ayer, gitana, muerte mía,

qué bien contigo a solas, por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»           3.   Se le vio caminar...                       Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga: el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

ETERNIDADES¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas¡ …Que mi palabra sea la cosa misma creada por mi alma nuevamente. Que por mi vayan todos los que no las conocen, a las cosas; que por mi vayan todos los que ya las olvidan, a las cosas; que por mi vayan todos los mismos que las aman, a las cosas… ¡Intelijencia, dame el nombre exacto, y tuyo, y suyo, y mío, de las cosas!

* * *

Vino, primero pura, vestida de inocencia; y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros… ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! …Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica, y apareció desnuda toda… ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Page 5: Antología poética del siglo XX

5Antología de poesía contemporánea

ROMANCE SONÁMBULOVerde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cinturaella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana,las cosas le están mirandoy ella no puede mirarlas.

*Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombraque abre el camino del alba.La higuera frota su vientocon la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias.¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.

*Compadre, quiero cambiarmi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los montes de Cabra.Si yo pudiera, mocito,ese trato se cerraba.

Pero yo ya no soy yo,ni mi casa es ya mi casa.Compadre, quiero morirdecentemente en mi cama.De acero, si puede ser,con las sábanas de Holanda.¿No ves la herida que tengodesde el pecho a la garganta?Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo,ni mi casa es ya mi casa.Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,dejadme subir, dejadme,hasta las verdes barandas.Barandales de la lunapor donde retumba el agua.

*Ya suben los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre.Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristal,herían la madrugada.

*Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento, dejabaen la boca un raro gustode hiel, de menta y de albahaca.

FEDERICO GARCÍA LORCA

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6Antología de poesía contemporánea

¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está mi niña amarga?¡Cuántas veces te esperó!¡Cuántas veces te esperara,cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!

*Sobre el rostro del aljibese mecía la gitana.Verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche su puso íntimacomo una pequeña plaza.Guardias civiles borrachos,en la puerta golpeaban.Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mar.Y el caballo en la montaña.

LA AURORALa aurora de Nueva York tienecuatro columnas de cienoy un huracán de negras palomasque chapotean las aguas podridas.La aurora de Nueva York gimepor las inmensas escalerasbuscando entre las aristasnardos de angustia dibujada.La aurora llega y nadie la recibe en su bocaporque allí no hay mañana ni esperanza posible.A veces las monedas en enjambres furiosostaladran y devoran abandonados niños.Los primeros que salen comprenden con sus huesosque no habrá paraíso ni amores deshojados;saben que van al cieno de números y leyes,a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.La luz es sepultada por cadenas y ruidosen impúdico reto de ciencia sin raíces.Por los barrios hay gentes que vacilan insomnescomo recién salidas de un naufragio de sangre.

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIRSi el hombre pudiera decir lo que ama,Si el hombre pudiera levantar su amor por el cieloComo una nube en la luz;Si como muros que se derrumban,Para saludar la verdad erguida en medio,Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando solo la verdad de su amor,La verdad de sí mismo,Que no se llama gloria, fortuna o ambición,Sino amor o deseo,Yo sería aquel que imaginaba;Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos

Proclama ante los hombres la verdad ignorada,

La verdad de su amor verdadero.Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguienCuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espírituComo leños perdidos que el mar anega o levantaLibremente, con la libertad del amor,La única libertad que me exalta,La única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:

LUIS CERNUDA

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7Antología de poesía contemporánea

Si no te conozco, no he vivido;Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

PRÓLOGO El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón; se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá? Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra iza al aire este lamento; ¡Ay mi blusa marinera; siempre me la inflaba el viento al divisar la escollera!

SE EQUIVOCÓ LA PALOMASe equivocó la paloma,se equivocabaPor ir al norte fue al sur,creyó que el trigo era el agua.

Creyó que el mar era el cieloque la noche la mañana.Que las estrellas rocío,que la calor la nevada.Que tu falda era tu blusa,que tu corazón su casa.(Ella se durmió en la orilla,tú en la cumbre de una rama.)

[SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA]Si mi voz muriera en tierrallevadla al nivel del mary dejadla en la ribera.Llevadla al nivel del mary nombradla capitanade un blanco bajel de guerra.¡Oh mi voz condecoradacon la insignia marinera:sobre el corazón un anclay sobre el ancla una estrellay sobre la estrella el vientoy sobre el viento la vela!

EL CIPRÉS DE SILOSEnhiesto surtidor de sombra y sueñoque acongojas el cielo con tu lanza.Chorro que a las estrellas casi alcanzadevanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,flecha de fe, saeta de esperanza.Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,qué ansiedades sentí de diluirmey ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,ejemplo de delirios verticales,mudo ciprés en el fervor de Silos.

RAFAEL ALBERTI

GERARDO DIEGO

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INSOMNIOMadrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido,fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

Como el toro he nacido para el lutoy el dolor, como el toro estoy marcadopor un hierro infernal en el costadoy por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminutotodo mi corazón desmesurado,y del rostro del beso enamorado,como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,la lengua en corazón tengo bañaday llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,y dejas mi deseo en una espada,como el toro burlado, como el toro.

ELEGÍA(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muertocomo del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolasy órganos mi dolor sin instrumento,a las desalentadas amapolasdaré tu corazón por alimento.Tanto dolor se agrupa en mi costado,que por doler me duele hasta el aliento.Un manotazo duro, un golpe helado,un hachazo invisible y homicida,un empujón brutal te ha derribado.No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntosy siento más tu muerte que mi vida.Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelovoy de mi corazón a mis asuntos.Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugadatemprano estás rodando por el suelo.No perdono a la muerte enamorada,no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.

DÁMASO ALONSO

MIGUEL HERNÁNDEZ

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En mis manos levanto una tormentade piedras, rayos y hachas estridentessedienta de catástrofes y hambrienta.Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra parte a partea dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrartey besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte.Volverás a mi huerto y a mi higuera:por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenerade angelicales ceras y labores.Volverás al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.Alegrarás la sombra de mis cejas,y tu sangre se irán a cada ladodisputando tu novia y las abejas.Tu corazón, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosasmi avariciosa voz de enamorado.A las aladas almas de las rosasdel almendro de nata te requiero,que tenemos que hablar de muchas cosas,compañero del alma, compañero.

¿NO CESARÁ ESTE RAYO?¿No cesará este rayo que me habita el corazón de exasperadas fieras y de fraguas coléricas y herreras donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita de cultivar sus duras cabelleras como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota: de mí mismo tomó su procedencia y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota y sobre mí dirige la insistencia de sus lluviosos rayos destructores.

ME TIRASTE UN LIMÓN, Y TAN AMARGOMe tiraste un limón, y tan amargo, con una mano cálida, y tan pura, que no menoscabó su arquitectura y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo dulce pasó a una ansiosa calentura mi sangre, que sintió la mordedura de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa que te produjo el limonado hecho, a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa, y se volvió el poroso y áureo pecho una picuda y deslumbrante pena.

CUERPO DEL AMANECERCuerpo del amanecer: flor de la carne florida. Siento que no quiso ser más allá de flor tu vida.

Corazón que en el tamaño de un día se abre y se cierra. La flor nunca cumple un año, y lo cumple bajo tierra.

Page 11: Antología poética del siglo XX

LLEGÓ CON TRES HERIDASLlegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida.

Con tres heridas viene: la de la vida,

la del amor, la de la muerte.

Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor.

EN EL PRINCIPIOSi he perdido la vida, el tiempo, todolo que tiré, como un anillo, al agua,si he perdido la voz en la maleza,me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todolo que era mío y resultó ser nada,

si he segado las sombras en silencio,me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostropuro y terrible de mi patria,si abrí los labios hasta desgarrármelos,me queda la palabra.

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZPara que yo me llame Ángel González,para que mi ser pese sobre el suelo,fue necesario un ancho espacioy un largo tiempo:hombres de todo el mar y toda tierra,fértiles vientres de mujer, y cuerposy más cuerpos, fundiéndose incesantesen otro cuerpo nuevo.Solsticios y equinoccios alumbraroncon su cambiante luz, su vario cielo,el viaje milenario de mi carne

trepando por los siglos y los huesos.De su pasaje lento y dolorosode su huida hasta el fin, sobreviviendonaufragios, aferrándoseal último suspiro de los muertos,yo no soy más que el resultado, el fruto,lo que queda, podrido, entre los restos;esto que veis aquí,tan sólo esto:un escombro tenaz, que se resistea su ruina, que lucha contra el viento,que avanza por caminos que no llevan

BLAS DE OTERO

ÁNGEL GONZÁLEZ

Page 12: Antología poética del siglo XX

a ningún sitio. El éxitode todos los fracasos. La enloquecidafuerza del desaliento…

INVENTARIO DE LUGARES PROPICIOS AL AMORSon pocos.La primavera está muy prestigiada, peroes mejor el verano.Y también esas grietas que el otoñoforma al interceder con los domingosen algunas ciudadesya de por sí amarillas como plátanos.El invierno elimina muchos sitios:quicios de puertas orientadas al Norte,orillas de los ríos,bancos públicos.Los contrafuertes exterioresde las viejas iglesiasdejan a veces huecosutilizables aunque caiga nieve.Pero, desengañémonos: las bajastemperaturas y los vientos húmedoslo dificultan todo.Las ordenanzas, además, proscribenla caricia (con exencionespara determinadas zonas epidérmicas–sin interés alguno–en niños, perros y otros animales)y el “no tocar, peligro de ignominia”puede leerse en miles de miradas.¿A dónde huir, entonces?Por todas partes, ojos bizcos,córneas torturadas,implacables pupilas,retinas reticentes,vigilan, desconfían, amenazan.Queda quizá el recurso de andar solo,de vaciar el alma de ternura

y llenarla de hastío e indiferencia, en este tiempo hostil, propicio al odio.

LA VERDAD DE LA MENTIRAAl lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,y una voz cariñosa le susurró al oído:-¿Por qué lloras, si todoen ese libro es de mentira?Y él respondió:

-Lo sé;pero lo que yo siento es de verdad.

VISTA CANSADANo achaques a tu edadeste desinterés, la indiferencia-casi desdén-con que hoy miras la vida.No culpes a tus ojos fatigados.

La fatigano están en los ojos que miran,está en todo lo que ven.

CAÍDAY me vuelvo a caer desde mí mismoal vacío,a la nada.

¡Qué pirueta!¿Desciendo o vuelo?No lo sé.

Reciboel golpe de rigor, y me incorporo.Me toco para ver si hubo gran daño,mas no me encuentro.Mi cuerpo, ¿dónde está?Me duele solo el alma.Nada grave.

Page 13: Antología poética del siglo XX

VIDADespués de todo, todo ha sido nada,a pesar de que un día lo fue todo.Después de nada, o después de todosupe que todo no era más que nada.

Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”.

Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”.Ahora sé que la nada lo era todo,y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.(Era ilusión lo que creía todoy que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nadasi más nada será, después de todo,después de tanto todo para nada.

POEMA 20Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».El viento de la noche gira en el cielo y canta.Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Yo la quise, y a veces ella también me quiso.En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.La besé tantas veces bajo el cielo infinito.Ella me quiso, a veces yo también la quería.Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.Mi alma no se contenta con haberla perdido.Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,mi alma no se contenta con haberla perdido.Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

ODA A LA CEBOLLACebolla,luminosa redoma,pétalo a pétalose formó tu hermosura,escamas de cristal te acrecentarony en el secreto de la tierra oscurase redondeó tu vientre de rocío.

JOSÉ HIERRO

PABLO NERUDA

Page 14: Antología poética del siglo XX

Bajo la tierrafue el milagroy cuando apareciótu torpe tallo verde,y nacierontus hojas como espadas en el huerto,la tierra acumuló su poderíomostrando tu desnuda transparencia,y como en Afrodita el mar remotoduplicó la magnolialevantando sus senos,la tierraasí te hizo,cebolla,clara como un planeta,y destinadaa relucir,constelación constante,redonda rosa de agua,sobrela mesade las pobres gentes.Generosadeshacestu globo de frescuraen la consumaciónferviente de la olla,y el jirón de cristalal calor encendido del aceitese transforma en rizada pluma de oro.También recordaré cómo fecundatu influencia el amor de la ensalada,y parece que el cielo contribuye

dándote fina forma de granizoa celebrar tu claridad picadasobre los hemisferios de un tomate.Pero al alcancede las manos del pueblo,regada con aceite,espolvoreadacon un poco de sal,matas el hambredel jornalero en el duro camino.Estrella de los pobres,hada madrinaenvueltaen delicadopapel, sales del suelo,eterna, intacta, puracomo semilla de astro,y al cortarteel cuchillo en la cocinasube la única lágrimasin pena.Nos hiciste llorar sin afligirnos.Yo cuanto existe celebré, cebolla,pero para mí eresmás hermosa que un avede plumas cegadoras,eres para mis ojosglobo celeste, copa de platino,baile inmóvilde anémona nevaday vive la fragancia de la tierraen tu naturaleza cristalina.

AUTOBIOGRAFÍA Como el náufrago metódico que contase las olas que faltan para morir,

y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores, hasta la última, hasta aquella que tiene la estatura de un niño

LUIS ROSALES

Page 15: Antología poética del siglo XX

y le besa y le cubre la frente, así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño,

sabiendo que jamás me he equivocado en nada, sino en las cosas que yo más quería.

NO VOLVERÉ A SER JOVENQue la vida iba en seriouno lo empieza a comprender más tarde-como todos los jóvenes, yo vinea llevarme la vida por delante.Dejar huella queríay marcharme entre aplausos-envejecer, morir, eran tan sólolas dimensiones del teatro.Pero ha pasado el tiempoy la verdad desagradable asoma:envejecer, morir,es el único argumento de la obra.

ALBADADespiértate. La cama está más fríay las sábanas sucias en el suelo.Por los montantes de la galeríallega el amanecer,con su color de abrigo de entretiempoy liga de mujer.Despiértate pensando vagamenteque el portero de noche os ha llamado.Y escucha en el silencio: sucediéndosehacia lo lejos, se oyen enronquecerlos tranvías que llevan al trabajo.Es el amanecer.Irán amontonándose las florescortadas, en los puestos de las Ramblas,

y silbarán los pájaros –cabrones desdelos plátanos, mientras que ven volverla negra humanidad que va a la camadespués de amanecer.Acuérdate del cuarto en que has dormido.Entierra la cabeza en las almohadas,sintiendo aún la irritación y el fríoque da el amanecerjunto al cuerpo que tanto nos gustaba

en la noche de ayer,y piensa en que debieses levantarte.Piensa en la casa todavía oscuradonde entrarás para cambiar de traje,y en la oficina, con sueño que vencer,y en muchas otras cosas que se anunciandesde el amanecer.Aunque a tu lado escuches el susurrode otra respiración. Aunque tú busquesel poco de calor entre sus muslosmedio dormido, que empieza a estremecer.Aunque el amor no deje de ser dulcehecho al amanecer.-Junto al cuerpo que anoche me gustabatanto desnudo, déjame que enciendala luz para besarse cara a cara,en el amanecer.Porque conozco el día que me espera,

JAIME GIL DE BIEDMA

Page 16: Antología poética del siglo XX

y no por el placer.

CANCIÓN DE ANIVERSARIOPorque son ya seis años desde entonces, porque no hay en la tierra, todavía, nada que sea tan dulce como una habitación para dos, si es tuya y mía; porque hasta el tiempo, ese pariente pobre que conoció mejores días, parece hoy partidario de la felicidad, cantemos, alegría!

Y luego levantémonos más tarde, como domingo. Que la mañana plena se nos vaya en hacer otra vez el amor, pero mejor: de otra manera que la noche no puede imaginarse, mientras el cuarto se nos puebla de sol y vecindad tranquila, igual que el tiempo, y de historia serena.

El eco de los días de placer, el deseo, la música acordada dentro en el corazón, y que yo he puesto apenas

en mis poemas, por romántica; todo el perfume, todo el pasado infiel, lo que fue dulce y da nostalgia, ¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces soñabas y soñaba?

La realidad —no demasiado hermosa— con sus inconvenientes de ser dos, sus vergonzosas noches de amor sin deseo y de deseo sin amor, que ni en seis siglos de dormir a solas las pagaríamos. Y con sus transiciones vagas, de la traición al tedio, del tedio a la traición.

La vida no es un sueño, tú ya sabes que tenemos tendencia a olvidarlo. Pero un poco de sueño, no más, un si es no es por esta vez, callándonos el resto de la historia, y un instante —mientras que tú y yo nos deseamos feliz y larga vida en común—, estoy seguro que no puede hacer daño.

HAGAMOS UN TRATOCompañera usted sabepuede contar conmigono hasta dos o hasta diezsino contar conmigo

si alguna vez advierteque a los ojos la miroy una veta de amorreconoce en los míos

no alerte sus fusilesni piense que deliro

a pesar de esa vetade amor desprevenidousted sabe que puede

contar conmigo

MARIO BENEDETTI

Page 17: Antología poética del siglo XX

pero hagamos un tratonada definitivoyo quisiera contarcon usted      es tan lindosaber que usted existeuno se siente vivo

quiero decir contarhasta dos hasta cincono ya para que acuda

presurosa en mi auxilio

sino para sabery así quedar tranquiloque usted sabe que puedecontar conmigo

COMPLETAMENTE VIERNESPor detergentes y lavavajillas,por libros ordenados y escobas en el suelo,por los cristales limpios, por la mesasin papeles, libretas ni bolígrafos,por los sillones sin periódicos,quien se acerque a mi casapuede encontrar un díacompletamente viernes.[…]Así mi cuerpoque se hace memoria de tu cuerpoy te presienteen la inquietud de todo lo que toca,en el mando a distancia de la música,en el papel de la revista,en el hielo deshechoigual que se deshace una mañanacompletamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle,la nevera adivina lo que supo mi cuerpoy sugiere otros títulos para este poema:

completamente tú,mañana de regreso, el buen amor,la buena compañía.

DEDICATORIASi alguna vez la vida te maltrata,acuérdate de mí,que no puede cansarse de esperaraquel que no se cansa de mirarte.

EL AMORLas palabras son barcosy se pierden así, de boca en boca,como de niebla en niebla.Llevan su mercancía por las conversacionessin encontrar un puerto,la noche que les pese igual que un ancla.

LUIS GARCÍA MONTERO

Page 18: Antología poética del siglo XX

Deben acostumbrarse a envejecery vivir con paciencia de maderausada por las olas […].

Porque la vida entra en las palabrascomo el mar en un barco,cubre de tiempo el nombre de las cosasy lleva a la raíz de un adjetivoel cielo de una fecha,el balcón de una casa,la luz de una ciudad reflejada en un río.

Por eso, niebla a niebla,cuando el amor invade las palabras,golpea sus paredes, marca en ellaslos signos de una historia personaly deja en el pasado de los vocabulariossensaciones de frío y de calor,noches que son la noche,mares que son el mar,solitarios paseos con extensión de frasey trenes detenidos y canciones.

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

NUBE NEGRACuando busco el verano en un sueño vacío,cuando te quema el frío si me coges la mano,cuando la luz cansada tiene sombras de ayer,cuando el amanecer es otra noche helada,

cuando siento piedad por sentir lo que siento,cuando no sopla el viento en ninguna ciudad,

cuando ya no se ama ni lo que se celebra,cuando la nube negra se acomoda en mi cama,

cuando juego mi suerte al verso que no escribo,cuando sólo recibo noticias de la muerte,cuando corta la espada de lo que ya no existe,cuando deshojo el triste racimo de la nada,

cuando despierto y voto por el miedo de hoy,cuando soy lo que soy en un espejo roto,cuando cierro la casa porque me siento herido,cuando es tiempo perdido preguntarme qué pasa,

sólo puedo decirte que me esperesal otro lado de la nube negra,allí donde no quedan mercaderesque venden soledades de ginebra,

al otro lado de los apagonesal otro lado de la luna en quiebra,allí donde se escriben las cancionescon humo blanco de la nube negra.

EL PROFESOR¿Qué se puede explicaren este laberinto con maletas y llaves?Sólo las estaciones del peligroy la necesidad.

Son ya las cuatro y diez. El profesor,que cada día aprende a vivir en voz alta,

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recita los poemas elegidos.Hay silencio en la clasey miradas que cruzan el silencio.

Dudar es necesario.La sospecha nos brindauna buena lección, pero convieneque nadie imponga un frío,que cada cual elija sus dudas y sus llavespara que las maletas al abrirseno resulten vacías.[…]

Siempre recién llegado,al dudar en los dogmas y afirmar en la nada,el profesor procura,más que decir verdades, no mentir,más que dar ilusiones, no romperlas.Dedicará sus añosa buscar entre sombrasuna razón de claridady a descubrir en ojos indecisosel equipaje abierto de un poema,su rara conmoción,cuando en la vida ocurrenlas cosas que suceden en la literatura.

Los ojos de un alumnoson viajeros urgentes. Sólo hacenpreguntas como arenas movedizas,preguntas por la próxima estaciónen un viaje de largo recorrido.