apple 1986 maestros y textos capitulo 2
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5/16/2018 APPLE 1986 Maestros y Textos Capitulo 2 - slidepdf.com
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Ter-nas de educaci6nl 17
1. J. Campion, El nino en su contexto
2. P. Woods, La escaela por dentro
3. C. Scdorrron., Entornos de aprendizaje con ordenadores
4. D. L. Stufflebeam yA. J. Shinkfield, Evaluaci6n sisterrrdcica
S. R. S. Nickerson, D.M. Perkins y E. E. Srrtith, Eriseriar: a pensar
6. M. W. Apple, Educaci6n y poder
7. J. Cook-Gurnperz, La construcci6n social de La alfabetizaci6n
8. T. I-Iusen, Nuevo analisis de fa sociedad del aprendizaje
9. E. Edvvards, El co-n ocirn ierzco cornpartido10. N. En cwisrle, La cornprensi6n del aprendizaje en el aula
11. 1. Selrnes, La rnejora de las habilidades para el estudio
12. S. J. Ball, La rnicropolttica de la escue/.a
13. P. Langford, El desarrollo del pensarniento conceptual en fa escuela prirnaria
14. G. Kirk, El curriculum basieD15. M. Warnock, Una polttica cornun de educaci6n
16. P. Freire yD. Macedo, Al/abetizaci6n
17. M. W. Apple, Maestros y textos
MAE ST RO S Y T EX TO SUna econornia politica de las relaciones
de clase y de sexo en educaci6n
, Edlciones Pald6sBarcelona - Buenoa Aires - Mexico
~~M.E.C.
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\
II
II
t
2 EL CONTROL DEL·TRABAJO
DE LOS MAESTROS
Proletarizaci6n: clase y sexo
Un examen de los cambios en la cornposicion de clase durante las dos ulti-
mas decadas pone de manif iesto, con toda evidencia, el siguiente hecho: el
proceso de proletarizacion ha tenido un efecto prolongado y consistente. Du-
rante este ultimo periodo, las posiciones con un control relativamente escaso
sobre el propio proceso de trabajo han experiment ado una tendencia sistematica
a la expansion. AI mismo tiempo, se ha producido un deseenso en las posiciones
con elevados niveles de autonomia. I
Esto no debe sorprendernos. En realidad, seria insoli to que no ocurriera
asi, sobre todo ahora. En una epoca de estancamiento general y de crisis de
acurnulacion y legitirnacion, es de esperar que existan tambien intentos de ma-
yor racionalizacion de las estructuras empresariales y un incremento en la pre-
sion para proletarizar el proceso de trabajo , Esta presion no carece de conse-
cuencias para los educadores, tanto en 10 que atafie a los t ipos de puestos que
los estudiantes encontraran a su disposicion (0 no) tras completar (0 no) su
escolaridad, como en 10 referente a las verdaderas condiciones de trabajo en
el interior mismo de la educacion, EI trabajo de 10 que podria lIamarse «emplea-
dos serniautonomoss sufr ira sin duda el impacto de esta situacion. Dada la crisis
fiscal del Estado, este impacto 10 sentiran mas directamente los empleados delEstado, y, entre elIos, tarnbien los maestros. Es logico esperar un crecimiento
rapido de los planes y presiones para la racionalizacion de la adrninistracion
y el trabajo dentro del propio Estado." Es precisamente una de esas ocasio-
r
I
l
1. Erik Olin Wright y Joachim Singclrnann, «The Proletarianization of Work in American
Capitalism», University of Wisconsin-Madison Institute for Research in Poverty, documento de
debate n. 647·681, 1981, pag, 38.
2. Ibid., peg. 43. Vease tambien Michael W. Apple, «State, Bureaucracy and Curriculum
Control», Curriculum Inquiry, 11, inv ierno de 1981, pags , 379-388.
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40 I EI control del t rabajo
. se venin desmentidas. En una obra anteriornes en que las expectatlvas no h isto involucrados en una prolongada
he sostenido que los maestr~s se an v I Afirmaba entonces que se en-
per o sos teni da r eest ruct ur aClon de sus emPdeosd· alificacion debido a la pro-b d mas a una perspecnva e escu I
frenta an ca a vez di de control tecnico del rurrfcu um en. . . , de los proce imientos u1 d
greSlVa invasIOn d I' erenciales los currie a re UClores1 L
· acion e as sistemas gerenccces, -las escue as. a inregr . I procedirnientos de ensenanza
b d ti ta las «competenClas» Y as .sabre ase con uc IS , I de los estudiantes y las compro-
. d I mismo que as respuestas Ipr ed et ermma a s, 0 . h duci do a una perdida de contro y a
baciones previas y posteno~es, ~n cO.n, u C~n resumen el proces o de tra bajo
una escis i cn entre concepcion y ejecucion. . a aq~ellos que llevaron a la- f etido a procesos sernejantes
de ensenanza ue sam b . distintos niveles sociales: obreros
I. ., d muchos otros tra a jos en . , d I
pro etan Zacl OO e 1 d S ~ que esta reestructuraClOn e a
y difere ntes categorias de emp ea as. uger~ d la contradic toria localizacionenseiianza tenfa important,es consecuenC13S, a a
de clase de los maestros. . localizacion contradictoria de cla-
C d di los maestros nenen una diuan a igo que bi definicion en l as clases me las,al
.' inuar que se u iquen parse soci no quiero m~ .. , bigua «entre» las clases. Par el contra-
ni que se hallen en mnguna poslclonWa~ h que 10 prudente es concebirlos
1. decir Junto con ng t, es
rio, 0 que quiero , . d I ses Asl comparten los i ntereses. tes aI mismo tlempo a os ca. , ,
como perteneclen , I de la clase obrera.' De aqui que,dina burguesla como os f
tanto e a peque .. f al en la cual muchos maestros se en rentanc ua nd o s e p ro du ce u na . c ns is '~C m eorar despidos e incluso meses
a condiciones de trabajo quedtienden a
he p ion:s de los Estados Unidos-
. b mo ha ocurri 0 en rnuc as reg I ISIn co rar =-co d tal rnanera que pierden e contro
I su trabajo se reestructura e . ,y en a q~e . os int eres es contrad ictorios s e aprox lmen mas
sabre el mismo, es P?slble que es de color ue se han visto historicamente
a los de otros trabaladores Ydgente di . t q s im il are s p ar p ar te d el c ap it alenfrentados a la utilizaci6n e proce irnien as
y d el E st ad o. '
. ls roletari7.3ci6n son conceptcs a 13 vez recnicos3 Lad escu al if ic ac i6n, e l c on tr ol tec01C~ Y . P I a l el control del trabajo ha experirnen-
y p o l i t i C O S " S i g n i f i c a nun complejo proc,::o ; ; ~ ~ ~ ~ : ~ e : n:ucc~os empleados habian desarrollado en
tado cambios, un pro~eso en .e 1 q~e en unidades atomicas, sc -edefinen, y lcegc se las adecua,
muchos afios de .',rabalo se q~lebra mentar t an to Ind i ci en ci a c omo el control del pr~eso
gracias a In gesnon empresa.rlal: par~:~ lentarnente e l c on tr ol d e l os rrabajadores sob.re ~I nem-de r rabajo . Ent re tant c. va dlSmlOuye d Iizar una tarea y scbre los cnrencs que
po sob re In definicion adecuada de las maneras 1 e reaso de trabajo redefinido yano hay enece-
est'ablecen rendimienros aceptables, h as t q ue ~ne .pr~;n de un rrabajo es per t an to , p ar te d e
sided» de ~lIos. ~a per~ida de centre ~,pr~:ttr~1~~~cepci6n y e je cud6n 'y d e l os continu~dos
una dinamlca ~as a.mpl1a en la sep~r~cI:~o c omo en In industria. todos los aspec~os posibles
intentos de rac l0nal~zar, tanto en ~uc~o mas detalle en Michael W. Apple, EducaCl6n y pode, :,del rrabajo. He anahzado esto con bi R' h d Edwards Com c sl e d T e r ra i n, Nueva York, BaSIC
Barcelona, Paid6s, 1987. Vease ram l~n 1~ Il~ t Chicago University of Chicago Press, 1979.Books, 1979, YMichael Burawoy, M at lu ,a ct un ng . o ns e; h' n d S o ci et y, 9, n. 2, 1980, pdgs. 182·3.
4 . E ri k O li n Wright, «Class andOccupatlon», eoty a
5 . A pp le, Ed'lcaci6n Y poder.
I
Proletarizaci6n: clase y sexo I 41
S in embargo, l os mae st ro s n o son unicarnente actores pertenecientes a una
c la se. T ambien son actores se xuados , 10 que a menudo los inves tigadores no
tienen en cuenta. Significativa omision. De los analisis de I.proletarizacion
se des prende can toda claridad una conclusion s orprende nte: la de que, en to-das l as cat egor ia s ocupaci onal es , l as mujeres est ri n mas expuest as a l a p ro le ta ri -
z ac io n qu e l os h ombre s. E st o po dr fa de be rs e a l as p ra ct ic es s ex is ta s d e r ec lu ta -
miento y promocion, a la tendencia general a pres t ar menos atencion a las
c on di ci on es e n l as c ua le s t ra ba ja n l as m uj er es , .1 modo en que el capital ha
col on izado h is to ri cament e l as r el ac iones pat ri ar ca le s, a l a r el ac icn h is to ri ca en-
t re e ns efi an za y dome st ic id ad , e tc . C ua lq ui er a q ue f ue se l a r az on , e s e vi de nt e
que una posicion dada puede ser mas 0 menos proletariza da en funcion de
s u re lac i6n can la division sexual de l trabajo."
En los Es tados Unidos, se ha es tirnado que mas del 90 par c ient o del t raba -
j o f em en ino (p ag ad o) re ca e e n c ua tr o c at eg or ia s b as ic as : 1 ) e l e rn pl eo e n i ndu s-
trias manufactureras «perifericas» y el comercio rninorista, y. hoy en dia, espe-
c ia lmente en el sector de ser vicio de la economia, en expansion per o mal
remunerado; 2) el trabajo en oficina s; 3) en s alud y educacion, y 4) el servic io
dornestico. La mayor parte de la s mujeres de, digamos, los Es tados Unidos
y el Reino Unido, s e concentran ya sea en las pos ic iones pe or pagadas de es ta s
a reas, y a s ea en lo s niveles mas bajos de los sectores medianamente rernuncra-
d os c ua nd o h a h ab id o a lg un a mo vi li da d.' U na c oment ar is ta 10 dice abrupta y
h one st am ent e: « La e vi de nc ia d e l a d is cri rn ina ci on c on tr a l as m uj ere s e n e l m er-c ad o d e t ta ba jo e s e no rm e y c omp ro ba rl o c on st it uye u na t ri ste e xp eri en ci a» ."
Es te modelo, por s upues to, se reproduce ampliamente en el terreno de I.
e du ca ci on , In cl us o a pe sa r d e l os a fi os d e l uc ha d e muj er es y h omb re s p ro gr es is -
tas, las cifras -muchas de las cuales han de ser muy familiares a muchos
l ec to re s=- , s on d ep rime nt es . M ie nt ra s q ue l a a bruma do ra r na yor fa de l p ers ona l
d oc en te e st a c on st it uid a p or mu je re s ( cif ra q ue a urn en ta a un m as e n l a e sc ue la
p rima ri a y e n la e leme nt al) , t an to e n l as e sc ue la s p rim a ria s c omo e n l as e leme n-
tales, y a pesar de esa proporcion, son muchos mas los hombres que ocupan
la direccion a cargos de je rarquia.' C omo 10 s eg re ga cio n v er ti ca l d e l a f ue rz a
d e tr ab aj o h a a um ent ad o, l a d es ig ua ld ad d e e sr a p ro po rc io n s e h a i nc reme nt ad o
aiin mas. En los Estados Unidos del afio 1928, las mujeres sumaban eI 55
par ciento de los cargos je rarquicos en la escuela elementa l. Hayen dia, con
6. Wright, «Class and Occupat ion», pdg. 188. Es evidentc que t ambien aqu i l a razu desempe-
fia un papel impcrranrc. Vease Michael Reich, Racia l Inequa li t y , Princeton, Princcrcn University
Press, 1981, y Mario Barrera, R ac e a l1 (l C l as s i n t he S ou th w es t: A T h co ry 0/ Racial Inequality,
Not re Dame, Not re Dame Unive rs it y Pre ss , 1979.
7 . Jan et Hol land , «Women' s Occupat iona l Cho ic e: The Impac t o f S exua l D iv is ions in So-ciety», Stockholm Institute of Education, Department of Educational Research, Reports on Edu-
cat ion and Pyschology, 1980 , pdg. 7.
8 . I bid. , pag . 27.
9 . I bid. , pdg . 45.
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42 I EI con trol de t raba jo
aproximadamente el 90 por ciento de la fuerza de rrabajo en las escuelas, las
mu jer es en d ichos car go s so lo Hegan al 20 por ci en to ." E st e modelo t ie ne pr o-
funda s r af ce s his tori ca s, r af ce s que no pueden a is la rs e de las mas amplias e st ruc-
t ur as de cl ase y patr iar cal es ex ist en res f uera d e la escu ela .
En e ste c apitulo qui si er a sos tene r que , a menos que percibamos las conexio-
nes entre estas dos di,,,imicas -Ia de clase y la de sexo-, no podremos com-
prender la historia y lo s i nt en to s act ual es d e ra ci ona li zaci on en l a p ropi a en se -
f ian za. E s imposi bl e ab ar car I nt eg ra rn en te l a en sefi anz a s i so lo s e cont er np la
como p ro ces o d e t ra baj o 0 como Ienomeno de clase, aunque en algunas de
mi s obr as an ter io res ha t rat ado de demost rar que cu ando se l a i n teg ra en t eo ri as
de la posicion de clase y el proceso de trabajo, asi como en los cambios que
una y o tr o exper imen tan , g an a consi der ab lemen te en cl ar id ad . T ampoco se ago-
t a l a ensefianza en sus re. laciones con el patriarcado, aun cuando su estructura
se deba en gran medida a la his t ori a de la dominacion masculina y a las luchas
d e se xo, " h ist or ia que a nal iz a" , ca n mayor d et al le en el cap it ul o s ig ui en te. Las
dos d in ar ni cas d e cl ase y de sexo (junto con la de raza, natural mente), son
irreducribles entre 51, perc entretejen, elaboran y codeterrninan el terrene en
el cual opera cada una de ellas. Es precisamente en 10: interseccion de estas
dos dinamicas donde se puede comenzar a desvelar a1gunas de las razones de
la evolucicn de los procedimientos para r ac iona li za r e l t ra ba jo de los mae st ros.
Como veremos, los efectos ulrimos de estos procedimientos, con la perdida
d e cont ro l que l os aco rnpafi a, p ued en r ep er cu tir d e d iv er sa s e impor tan tes ma-neras en el modo de concebir la «reforma» de la ensef ia nz a y e l cur ri cu lum,
asi como el papel del Estado en ellos.
10 . Gail Kell y y Ann Nihlen, «Schooling and the Reproduct ion of Patriarchy», en Michae l
W App le . comp., C u lt ur al a n d E c on o mi c R e pr od u ct io n in Education: Essays 011 C l as s , I d eo l og y
ami the Slate, Boston y Londres, Routledge & Kegan Paul, 1982, pdgs. 167·168. £5 imposible
comprcnder cabal mente la historia d e l a relecion entre las mujeres y In enscfianza si no s e investi-
gan las compleias conexiones entre l a f am i li a , la dornesricidad, el cuidado de.los nifics y las pollri-
cas y el cmpleo cn eI sene deJ Esrado. Ve a se en especial Miriam David, The Slate, the Family
and Education, Boston y Londres, Routledge &. Kegan Paul, 1980.
1 1 . Pa ra una irueresnnte historia d e la relacion entre clase, sexo y ensenanaa, vease June
Pur vi s, «Women and Teach in g in t he N in et ee nt h Cen tu ry», e n Roger Dal e, G eo ff E sl and, Ros s
Fergusson y Madeleine Mccljonald, comps., Edu ca ti on and the S ta te , v ol . 2: Politics, Patriarchy
a n d P ra c ti ce , Bercombe, Sussex: Falmer Press, 1981, peg s. 359· )75. Me preocupa urilizar un con-
ccptc como el de petriarcado, y a q ue s u autenrica posici6n teorica results basranre problemadca.
Como dice Rowbotham. «EI patriarcndo sugiere una sumisicn fatalista que no deja espacio a lascornplcjidades del desaffo de las mujeres», citado en Tricie Davis, «Stand by Y ou r M e n? Feminism
an d Socialism i n t he Eighties», en George B rid ge s y Rosalind Brunt, comps., Silver Linings: Some
Strategiesfor t he Eight ies , L c nd r es , L a w re n ce & Wishart , 1981. pdg. 14. U na h is ro ri a d e l as l uc ha s
coridianas d e la s mujeres p rucba [a fal sedad de rode esa reorfa de la «sumisi6n fatalista».
Conocimiento academico y control curricularI 43
Conocimlento academlco y control curricular
Hasta aqui he realizado una cierta cantidad d f .relacion exisrenre entre proletarizacio . d a IrmaClOnes ace rca de I.ensenanaa. Ahota quisiera con t in n ~ patdnardca 0 en la constitucion de la
f . uar suglnen 0 e que maner den unclonamiento esta relaci6n E 1 as po emos ver
del p ap el d el E st ado en e l au sp ·I ·cI. ondesto
resb~ta esenlc ia l una cierta percepcion
I - e cam 105 en a pra t" . Ia ensenanza durante el pasado reciente c rca curricu ar y en
EI hecho de que las escuelas hayan tendid .torno a una direccion masc li . loa orgamzarse ampliamente en. u na y maestras muje 'SImple hecho social, a menos que se ad . res no es mas que eso, un. 'I I· vierta que eso signifies dCIOn, as re aciones de autoridad h id f I que, en e uca-
Ian Sl 0 orma mente patri I L .
que en e hogar 0 en la oficina 11' , area es. 0 mismopero las maestras -a1 igual queI a I esta preI sente la dominacion del macho;
. as esposas as mad res las fici .mujeres implicadas en el tr b . d' ,0 ICllllstas y otras
a a jo r emun e ra 00 no dsu larga lucha por obtener una cie t ,remunera 0-, a traves de
la esfera de poder y de control. Es;a aa:~tonon;la, _se han abierto un hueco en
para el capital y el Estado cuando d b on~mlaS~lo se convier re en problema
Tomemos lin ejemplo ajeno a laede revlS,arse
Ea f inal idad de la educa cidn
hall e ucacion. n las ofici Lrrabai, a e n proceso de transformacion radieal merced a I. nas, e tra ajo se
gias de procesamiento de palabras terminale d a I?t~o~ucclon de tecnolo-Las formas tradicionales de control _ I s e e~hlblclon de videos, etc.
de un jete masculino- tamb.' ~orma mente asadas en la dcminacidn
que el t rab aj o d el i nd iv iduo sel :~ ~e es ta~r "lt dr ando . E I. ~ on tr ol t ecn ico , en e l
ria «impersonal» en la oficina h esc~a ~ca. 0 e lI1tenslf lcado por la maquina-
e1imina r en absolute l a domina~ io a rea .za 01, ~port an tes a van ces. Aunque si n
tivo en el campo en que opera 'i:atr1arc~ 'h a motlvado un cambio significa-
mas eficaces que los de Ja p. caPdltad
a ~ncont rado modo s d e cont ro lS. . ura autort a patnarcal 12
imiiares son los cam bios que han tenido I .epoca en que las necesidades de conocimient t' ugar en las escuelas, En una
re preparado que experime t I . d . 0 ecruco y de personal tecnicamen_
poder de la nueva peque fi a ~u:g~e;~ a stna, se entrecruzan con. eI aumen to d e
y de administracion de nivel inter da)ge~te qu~OCUp~, las posicrone, recnicas
demieo en el curriculum las p me 10 Yfa r ea i rr naci on de l p re domi ni o aca-
d II ,reslones a avor de la reforma del 'Ipue en egar a ser muy intensas La i nd I. 'CUtrlCU umde control disminuira. . u genera ante las formas tradieionales
En conse cuencia, l as r el ac ione s pat ri ar ca le s de poder , organiz adas en torno
r
12. Jane Barke r y Haze l Downing «Word Precess!chal R~lations of Con trol in the o a t c e D en Da l E ~g and the Transformation o f t he Patriar-
Educatton Qfld the State, vol . 2, pfgs. 229.256 Vf: c, s an~ , Ferg~son. ~ Mac Donald, comps.,
en Edwa rd s , Contes ted TClTOin. . ese tnmbidn la dlscusicn de [a descualificaci6n
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44 I EI control del trabajo
a las r elac ione s de un dir ec tivo masculino con un per sona l docente mayor it ar ia -
mente f emenino, no seran necesar iamente progres is ta s para e l c apit al 0 el Esta-
do. S i b ien una vez s irv ie ron a d et er rn in ados fi ne s educat iv os e i deo l6gi co s,
ahor a no r es ul tan t odo 10 e fi ca ces que ser fa n ec esa ri o. Las r el aci on es en tr e l os
sexos d eben s ufr ir u na i nv ers io n par ci al, con e l obje to d e cr ear una i ns ti tu ci on
mas ef ica z. La s t ecn ica s d e cont ro l que emanan de l a i ndus tri a t ender an a r eer n-
p laz ar l os es til os mas an ti guos , q ue d ependi an d e una d iv isi on sexual d el poder
y del trabajo en el seno mismo de la escuela.
Quiza se pueda documentar con un ejemplo Ia Iarg a y continuad a historia
de este cambio de relaciones. En los Estados Unidos, a finales de los aiios
ei nc uen ta y en l os se sen ta , h ubo una p re si on f uer te por p ar te d e l os ac ad emi co s,
el cap it al y el E st ado par a re in st it ui r el c onocimi en to d isci pl in ari o acad ern ic o
en Ia mayor parte del contenido «legitirnado. de las escu elas. Se tern fa que,
sob re to do en las areas de maternaticas y de cien cias, qu edara sin impartir
el conocimi en to « re al », En tonces se r ea li ze un g ran es fu erzo par a p roduci r p ro -
gramas curriculares sistematicos, basados en fundamentos acadernicos rigurosos
y , p ar ti cu larmen te en 10 referente al mater ia l de e scue la e lemental , indepen-
dien te de la habilidad del maestro. Todo 10 que este tenfa que hacer le era
dado y estaba ya predeterminado. EI Estado se encargo de socializar el coste
d el d esar ro ll o d e t al es p rogr ar nas ( es d eci r, d e l os s ub si di os d e o ri gen f isca l) .
La p robab il id ad d e que l os d is tr ito s esc ol ar es l oc al es l os adop tar an se v io r ef er -
zad a por I a L ey de Educ aci on de De fe nsa Naci on aI, q ue r ei nt eg rab a a l os d ist ri -
tos escolares una gran parte del coste de compra. Esto quiere decir que si uns is tema e scolar compraba nuevo mater ia l de e ste t ipo y Ia tecnologia cor re spon-
d ien te, el co st e r el at iv o er a mi nimo . E I g ru eso d el g as to 10 reembolsaba el Esta-
do. De ahi que no comprar el material parecicra una cosa irracional en dos
senridos: 1) la oportunidad de obtener nuevos curricu lo s a bajo coste era, sin
dud. una decision administrativa totalmente racional en el marco de la logic a
industrial, y 2) dado su marchamo de ciencia y eficacia, el material mismo
parecia raclonal.
No cabe dud a de que todo esto ha de resultar familiar a cualquiera que
haya vivido los primeros afios de este movimiento y a quien viera los efectos
post eri or es , a unque a lgo mi ti gados , q ue t uvo, por ej emp lo e n Inglaterra y en
otros parses. Sin embargo, no solo se trata aquf de la historia del aumento
d el apoyo y la i nt erv en ci cn es ta tal es en la e nsef ian za y e l d es ar ro llo y adopci on
del curriculum. Se trata tambien de la bistoria del Estado que, de acuerdo con
el capital y u n c ue r po a ca d em i co m a yo r it ar ia m en te m a sc ul in e de asesores y diseiia-
dores, interuieue en l a p r d ct ic a l ab o ra l m is m a d e una [ u er z a d e t raba io ma yor i ta r ia -
mente femenina. Es decir, que hay que suponer q ue las ideologfas relativas al
sexo, al conocimi en to ad ecu ado a l sexo, h ay an desempefi ado en es to un papel
si gn if icat iv o. L a per di da d e c on tro l y r ac ional izaci on d e l as p ropi as fo rmas d e
t ra baj o const it uy e p ar te d e una t ri ad . est ado/ cl nse /sexo que ope ra d e l a s ig ui en -
t e ma net a. L a e nsen an za d e l as mat emat ic as y d e l a ci en ei a s e c on si der an ca la -
IConocimiento acadernlco y control curricular I 45
mi to sas . «No so tro s» n ec esi tamos un c amb io ra pi do en nuest ra cap aci dad de r es -
p~e sta e conomica .~ en «~~~s tr~:> inc ip ienre enf rentam iento ideologico y eco-
n ormco con la Union Sov ietica. Lo s maestros (que en el nive! e lemental son
cas i t odos mu jer es ] no es tan 10 suf ic ie ntemente bien adies tr ados . Los modos
anterior:s de control c~rricular y de ensefianza no son ni 10 bas ta nte vigo-rosos .m 10 bas tan te ef icace s p ara t al si tu aci on , Sumi ni st ra d ma teri al es cuya
e£~cacla no dependa de los maestros y, al mismo tiempo, incentivos econo-
nuc os p ar a ase gu ra r que e st os conj un ro s d e cu rr icu lo s I Ieguen r ealmen te a l asaulas.
P ar a comp render l a d in ar nl ca d e est a h is to ria d el cu rr icu lum es n ec esa ri o
un analisis integrado del Estad o, de los cam b ios en el proceso de trabajo de
los empleados del Estado y de la po litica de patriarcado. No es en absolute
casual que uno de los in tentos mas generales de racionalizar los curriculos y
la cnsefian za tuviera como objetivo un grupo de docentes que en su inmensa
mayoria, eran mujeres. Me parece imposible separar, por un'Iado, el hecho
c?ncreto de una division sexual del trabajo, y, por otro, la vision de quien
n en e t al 0 cu al npo de c ompet en ei a p ara l Iev ar a cabo l os p rop6 si to s d el Es tado
en 10 que se ref ie re a r enovar y hacer mas «produc tive>' su apa ra to educa cional .
SI, de esta manera, tenemos presentes ta les relaciones, estructuralmente engen-
dradas, podemos comenzar a abrir una puerta a la compresion de una parte
d e la s ra zones que s e o cu lt ab an t ras 10 que ocurr io con e stos mater ia le s cur ri cu-
lares en el momen to en que se introdujeron.
C omo han demost ra do d iv er so s es tu di os, cu ando e l ma ter ial s e i nt ro du jo
en muchas escueIas, con frecuencia las «nuevas» matematicas y Ia «nueva» cien-
cia. se imp~rtieron cas_; d e .Ia misma manera que las viejas maremsiticas y la
v iej a ci en cia . S e al rerd a f in d e ad ap t ar lo t an to a l as r egul ar id ad es c oncr et as
d e l a in st it uci on como a l as p rac ti cas an te ri or es que h ab ian d emost ra do s u u ti li -
dad en la ensefianza." Probable mente sea una serial d e prudencia n o ver todo
esto tan solo como el resultado d e una burocracia reacia al camb io 0 de un
s ol id o g rupo de admi ni st ra dc: re s y maes tro s conse rv ador es. P or el cont rar io ,
p ien so que se rf a a l menos i gu ahnen te ii ti l c on ceb ir lo d e un modo mas est ru ct u.
ral, en terrninos de proceso de trabajo y de sexo . La supuesta inmo vilidad de
la i nst it uci on , s u f al ta d e camb io s si gn if icat iv os a nt e eI vio lento a taque inici al
de dicho material, guarda relacion, al menos parcialmenre, con las res istencias
~ e una f uer za d e t rab aj o f emen in a c on tra l as i ncu rs io nes e xte ri or es en l as p rac-
n cas que h ab !a d es ar ro ll ado a 10 largo de afios de trabajo. Es en realidad muy
semej an te a l a h is to ri a d e l os modo s e n que han r eacc ionado o tr as emp le ad as
1 3. Pa ra u~ andlisis d e c omo h a empleado el Est ado esre lenguaje, vease Michae l W. Apple ,
«Common Curncul~m and Sta~e. Control», Discourse, 2 , n . 4 , 1 98 2, pdgs. 1·10, y James Donald,
«Green Pap er : NOISe o f a Crisis», Screen Education, 30, primavera d e 1979, pdgs. 13.49.
14. Vease, por ejcmplo, Seymour Sarason, Th e Culture 0/ t h e S c h oo l o l J d t h e P r o bl em 0/ Chan-ge, Boston, AUyn & Bacon, 1971.
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46 i EI c on tr ol d el trabajo
d el Est ado y l a i n du st ri a an te l os i nt en to s p re te ri tes d e al te rar l os modos t rad i-
cion a les de control de su fuerza de trabajo."
Una nota sobre el Estado
Puede que las afirmaciones que acabo de hacer sabre las resistencias de
la genre que t ra ba ja r ea lmente en las ins ti ruciones , s abre las mae st ra s enf renta-
d as al cont ro l ex terno, p ar ezcan i ng enuas . S in embar go , est os ar gu rn en to s b as i-
cos tienen importantes consecuencias no s610 e n e l m odo de concebir la historia
de la reforma y control del currfculum, sino rambien, 10 que es ma s importante,
en el modo en que muchos educador es y t eo ri co s po li ti co s h an des cri to el p ro -
b lema mas amp li o d el p ap el d el Es tado como s ost en de l cap it al . En el e jemp lo
historico que he ofrecido, la inrervencion del Estado del lado del capital y
a favor de la «def en sa» , se opone a o tr as posi ci on es e n e l seno mi smo del Es ta-
do. Los inter es es cot id ia nos de una pos ic ion ocupacional ( los mae st ros) contr a-
d icen l os i nt er eses mas amp li os d el Estado en la produccion eficaz." Debido
• ej ernpl os como est e, es p robab le que res ul te i nad ec uado, consi der ar al E st ado
como una en ti da d hornogenea, p ar e ncima de l os con£ li ct os co ti di anos.
P ues to que l as e scu el as s on en r eal id ad apar aro s d el Es tado, d eb iera rnos
es pe rar que s e h al lara n b aj o una in ten sa p resi on par a que act uar an d e d et ermi -
n ad a manera , s ab re t odo en epoca s d e cr isi s f is cal e i deo logi ca, Aun asl, esto
no si gn if ica que l as p ers on as emp lead as en el ia s s ean segui do ras p as iv as d e la s
politicas que les lIegan desde arriba. Como ha observado Roger Dale:
Lo s ma es tro s no so n mero s «funcionarios del Estado», s in o q ue tienen cierto
grade d e autoncmfa, y festal auronornfa no se urilizard necesariamente para secun-
dar lo s fines prodam ados por el aparato del Estado. Ma s que In adaptaci6n a
los rcquerimienros de la s insti tucio nes por parte de qui enes tra ba ja n en ella s,
10 que sucede es que en muchos y muy im po rta ntes a specto s s on l as instituciones
las que han de tomar en cuenta lo s interes es de los emplea do s y adaptarse a
elias. Es aquf, pa r ejemplo, donde debemos comenzar a buscar las Iuenres de
la supuesta inercia d e l os s is te ma s e du ca ci ona le s y l as e scu el as , es decir, que 10
que parece inercia no es una caracterfstica inmutable de las burccracias, sino
que se debe a l a existencia, en el propio seno de estas tilrimas, de diversos grupos
15. App le , Educacion y poder, y Susan Porter Benson, «The Clerking Sisrerhood: Rationaliaa-
t ion and t he Work Cul tu re o f S al es Women in Ameri can Depar tmen t S tore s» , Ra d ic a l Am e r i ca ,
12, marzojnbril d e 1977, pegs. 41·55.
16. Al respecto es muy int eresan re el anali si s que hae c Roger Dal e de las contradicciones
entre elementos internes del Estado. veese Roger Dale , «The State and Education: Some Theore-
t ical Approaches», en Th e State a n d P o l i ti c s 0/ Educa t ion , Milton Keynes: The Open University
Press, E353, bloque 1. parte 2, unidades 3·4, 1981; y Roger Dale , «Educat ion and the Capitalist
Stale: Contributions and Contradict ions», en Apple , comp. , Cu l tu r a l a n d Ec o n om ic Reproduction
ill Educa t ion , pdgs. 127·161.
Leg it imac io n de l a i nter venc lcn I 47
con intereses ma s inmediatos que la persccuci6n de las metes de la organi-zacion."
. Asi , p ues , eI «mero:>, hecho de que el Estado desee enconrrar vias «mas
eficientes. de orgaruzacron de Ia ens ef ianza no garanti za que los maest ros canun l ar go h ist or ial d e p ra ct ic as l abora le s y au toorg ani za ci on , una v ez c err ad a
l a puer ta d e su au la , h ag an efe ct iv o el p royeci o. No obst an te, como veremos
en segu~da,. ~Ihecho de que quienes se hayan enfrentado a estas formas de
rac iona li za cion sean ante todo emple adas ( es to e s, mujc re s) , ha s igni fi cado que
l os v e;d ad ero s re su lt ados de eso s i nte nto s p ar rn an ren er el cont ro l d e l a t area
pedagogic s par par te de los mae st ros pueda conduci r a conse cuencias ideologi-cas mas bien contradic torias .
Leqitimaclon de la intervencion
Mieot_ras que estos intentos de racionalizaci6n de la ensefianza y los currf-
~u1os no s rempre han producido los r esul ta dos que sus impulsore s a cademicos,
l~dus tr la le s y gubernamentales e speraban, ocurr ie ron enronce s, y ocurr en toda-
Via, casas muy importanres. La siruacion es en realidad muy similar a la de
los e fe ctos que pro ,duce la ut~ iz ac ion de e st ra te gias t aylori st as en Ia indus tr ia .
E n t an t~ t ecnol og fa d e ge ,mon par a ~~ desc ua li fi caci on d e l os t ra ba ja do res y
I ,a e sc lS lon ent re concepc ion y e je cucion , el t ayl or ismo esr uvo l ej os d e t en er
exi to . A menl l~o dio o rr ge n a un p ro ceso d e t ra baj o le nto y huel gas, ex acer bo
tensl~nes y creo nuevas formas de resistencia, tanto manif iesta como encubier-
t ao Sin ~~bargo, su e fe cto ult imo consi st io en legit ima r una ideologfa par ti cu la r
d e f, est JOn y cont rol , t a, nt o p ar a el pub lic o como par a p at ro nes y t rab aj ado-
re s. A un q" ue no tuvo. ;XltO c omo con junto de tecnicas, abri6 paso, y final.
men t~ l ag ro s u acep taci on , a un vast o cu erpo de p ra ct ic as i deo logi cas p ar a de s-
c ua li fi car a to do t ip o de ob rer os y er np leados y par a ra ci on ali za r e in ten si fi carsu trabajo.
Ta, :,bi en e sta fue una de las conse cuencias mas duraderas de e stos prime ros
movirmentos par l a «re forma» ~elcurr fculum . Aungue tampoco e li as hayan t ra ns -
fo rrn ado c omp ler amen te l a p ract tca d e l a en sefi an za , aunque l as rel ac io nes p a-
t ri ar ca le s de autor idad que , parad6j ic amente , «daban» c ie rro grade de l iber ta d
a los ma~str~s.: no fueran Integrarnente reemplazadas por formas mas eficientes
de o rg ar uz aci on y cont ro l d e s u act iv id ad co ri di an a, si rvi eron par a l eg it imi za r
nuev a: fo rmas d e cont ro l y una mayor i nt erv en cion es tat al a co rd e can l os mo -
d el os i ndust ria les y t ecn ico s, y p rodu jo una nueva g cn er aci on de i nt en to s mas
17. Dal e, «Th e S ta te and Edu ca ti on », pag. 13.
18. He examinado esro COn mayor detalle en Apple , Educacion )1 poder. Vease rambien Ed.
war~s, Con t e s te d Te r ra in , y Daniel Clawson, Bureaucra cya nd t b e Labor P roce s s ,Nueva York MonthlReview Press, 1980. . Y
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48 I EI control del trabajo
e 1a bo ra dos de s up er ar l a «r es is te nc ia » d e l os m ae str os . As !, p ue s, e sta n ue va
genera cion de tecnicas que hoy en ,dla s e e sta instituy~~ do. en t~mos es tados
de los Estados Unidos y en otros pars es -de la mtegracion sistemanca de te st~,
l as met as conductua le s y e l cur ri cu lum, l a i ns tr ucci on basad a en l a compe tenc ia
y l os c ur ri cu la p re fa br ic ad os , a l a g es ti on medi an te o bj et iv os , e tc .- n o h a b ro -
tado de la nada, sino que, como la his t ori a del taylorismo, ha surgido de I~s
I racasos, exi tos parciales y resistenci~s que acompai iaron a las ~rimeras ap~oxl-
mac io ne s a l c on tr ol . C omo h e s os te ni do , n o no s h al lamo s t an s ol o a nt e l a h i st o-
ri a d el c on tro l d e l os emp le ado s e st at ale s p ara pr od ue ir u na e ns ei ia nz a e fi ca z,
sino ante una rearticula cion de la dinarnica de parriarcado y clas e en un lugar
especifico: I.escuela.
lntanalflcacion y enseiianza
En la primera mitad de este capftulo hemos prestado particular aten-
c io n a l a d in am ic a h is to rie s q ue op er a e n l as e sc ue la s. A ha ra q ui si er a c en tra r-
me en des arrollos mas actuales de es ta historia anterior de rac ionalizaci6n y
control,L os pr im ero s i nt en to s d e l os b uro cr ar as e st ar al es , d e l a in du st ri a y d e o tr os
par obtener un mayor control sabre la operaci6n cotidiana del aula ~ de su
output no ha muerto. Han tenido mas de una dec ada para crecer, experimentar
y ' re fi na rs e. S i bi en e l a sp ec to s ex ua l r es ul t a m en os vi sib le e n l as e str at eg i~ s
actuales (de la misma manera que eI d es ar rol lo d e la s e st ra te gi as de g es no n
emp re sa ri al o cu lt aro n p oc o a p oc o la b as e re al d e po de r e n fa br ic a s y o fi ci na s) ,
aun est a p re sent e de muchas e import antes maneras , como veremos cuando,
en busca de cambios en eI p roceso de ensef ianza, e scud ri nemos baj o l a super fi -
cie pa ra mostrar de que manera algunos maes tros responden a las estrategia s
actuales y como interpretan s u propio trabajo.
Puesro que en mi obra anterior me he centrado en una cierta cantidad de
e leme nto s a tr av es d e l os c ua le s s e c on tro la n l os c urr fc ul os y l a e ns ei ia nz a - en
los as pectos de descualificacion y re cua lificaci6n del trabajo, as f como en el
d e la s epa ra ci 6n e nt re c on ce pc i6 n y e je cu ci 6n e n e l t ra ba jo d e l os m ae st ro s-,
e n el pre sente Iibro me centrare mas en alga que ac ompaiia a es tos procesos
de evo luci 6n h is to ri es : 10que I lamare intensificacion -, En primer l ugar , p ermi ta -
seme analizar este proceso en terrninos generales.
La intensificaci6n «repre senta una de las maneras ma s tangibles en que los
p ri vi le gi os l ab or ale s d e lo s t ra ba ja do re s d e l a e duc ac ion s e v an m in an do », H ay
much os sfnrornas de ella -desde 10 mas trivial a 10 mas complejo-, que vand es de n o d ej ar le s ti em po n i s iq uie ra p ara ir a l se rvieio, beber una taz a de cafe
a relajarse, hasta una ausencia total de tiempo para mantener contacto can
eI p ropio campo p ro fe si ona! . S e puede adver ti r mas I ac ilment e l a i nr en si fi caci on
Intensificaci6n y enssnanza I 49
del trabajo mental en la cronies sensaci6n de sobrecarga de trabajo que ha
a um en ta do c an e l t iemp o. "
E sto ha provocado una buena cantidad de importanres cons ecuencias en
c ampo s a je no s a l a e du ca ci6 n. En l a i nd us tri a p eri od is ti ca , p ar e jemp lo , d eb i da
a l as p re si on es f ina nc ie ra s y a l a ma yo r n ec es id ad d e e fi ca ci a e n l a o pe ra ci on ,l os r epor te ro s han v is ta aumen ta r sus tanc ia lmen te l as cuo ta s de i nf ormaciones .
De ahf que se ve a considerablemente empobrecida la pos ibilidad de realizar
un periodis mo de inve stiga cion que no sea rutinario. Es to ha ten ida como con-
secuenc ia un inc remento de su dependenc ia de «acon tecimi en to s p repr og ra rna-
dos, preforrnulados», c on r esp ec to a l os cuales deben confiar cada vez ma s en
r eg la s b uro cr at ic as y e n l as e xp li ca cio ne s s upe rf ic ia le s d e l as n ot ic ia s q ue pr o-
por ci onan los por tavoces o fi ci al es ."
La i nt en si fi caci 6n t ar nb ien acn ia par a des tr ui r l a soc iabi li dad de l os t raba ja -
dores no manuales. E l ocio y el autogobierno tiende n a des aparece r. Se tiende
a r ed efi ni r l a c omun id ad a lr ed ed or d e l as n ec es id ad es de l p roc es o d e tr ab aj o.
Y, pu es to que t ant o e l ti empo como l a interaccion son especialmente irnportan-
tes, el riesgo de aislamiento aumenta."
P or sf rnisrna, la intensificacion <<00 reduce necesar iament e e l a ba nic o d e
h ab ili da de s q ue a pl ic an a p os ee n l os t ra ba ja dor es c an e st ud io s. s P ue de q ue l os
o bl igu e a « tama r a ta jo s» , e limi na nd o 10 q u e l es p ar ec e i nc oh er en te c an l a t are a
que tienen entre manos. Es to ha ocurrido can los medicos, par eje mplo; hoy,
muchos exarnenes medicos se centran unicarnente en 10 que parece crftico. La
sob reca rga c r6ni ca de t raba jo t ar nb ien ha s ido causa de que c ie rt os r raba jado re s
n o manu al es a dq ui ri er an a re ad qu iri er an u na c ie rt a c an ti da d d e h ab il id ad es .
L a cris is financiera ha c onducido a 1a escas ez de personal en un buen mime ro
de areas. ASI, pues, una buena canridad de trabajos deben se r cubiertos par
otra s personas que no son la s acostumbradas , que simple mente ya no exis ten
en el seno de la instirucion. 2
Aunque esto lleve a un espectro mas amplio de habilidades que han de
a prenderse a rea prenderse, tambien puede conducir a algo ya mencionado: la
per di da del t iempo necesar io par a r el ac iona rse can e l p ropio campo p ro fe si onal .
E st o q ui ere d ec ir q ue 1 0 q ue p od rf a l lama rs e « di ve rs if ic ac i6 n d e h ab il id ad es »
p re sent a una contrad icci6n inherente a su propia naturaleza. E s a l mismo t iem-
po parte de una dinamica de des cualificaci6n intelecrual," en la que s e des-
poja a los trabajadores de sus propios campos, de tal modo que tienen que
19. Magal i L ar son, «Proletarianization and Educated Labor», Theory and Society, 9, n. 2,
1980, pdg. 166.
2 0. [ bI d. , 167. .
21. I bi d. Lar son sei ia la que e st es p robl emas r el ac ionados c on la i nt ensi fi cacion suelen sercausa de graves qucjas incluso entre los doc[ores.
2 2. l bt d. , pag. 168.
23. u«, pag. [69.
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50 I EI control del trabalo
vol ver a apoyars e, y ah ara mas pesad amen te, en ' id eas y p ro ces os que l es p ro -
porcionan los «expertos». "
A pesar de 10 importante que son estos efecto s, uno de los impactos mas
si gn if icat iv os d e l a i nre nsi fi caci on s er a e l d e l a r educc ion de l a ca/idad~ ya no
de l a ca nt id ad , d el ser vi ci o que se o fr ece al pueb lo . M ien tr as que, t rad ici on al -
men te, " lo s p ro fesi on ale s d el se rv ic io humano» han c on segui do hacer u~ bu~n
t rabajo en favor de los intereses de sus clientes 0 estudianres, la intensificacion
t iende a contr aponers e a l i nt er es t rad ic io nal por el t rab aj o b ien h echo, t an to
'en un producto de calidad como en el proceso."
Como habre de documentar mas adelante, una cierta cantidad de estos as-
pectos de intensificacion s e encuent ran cada v ez ma s en la ensefianza, sabre
t odo en aquel la s e scue la s dominadas por cur ri cu los previamente e spec if ic ados
can criteria conductista, par la co rnprobacion repetida y par los sistemas de
re spon sab il id ad es tri cto s y r educt iv os. ( EI h echo de que ah ar a mi smo es to s t i-
pas de cur rf culos, t es ts y s is temas sean cada vez mas compuls ivos deber ia hac er -
nos aun mas cau to s. ) P ara d eja r e st o mas claro, quisiera extraer unos cuantos
dat os d e l a in vest ig ac ion mas r eci en te ace rca d e l os ef ect os d e es to s p ro ce di -
mientos sobre la estructura del trabajo de los maestros.
He afirmado, aquf y en otros sitios, que en los Estados Unidos h a tenido
l ug ar un c re cimi en to muy rapido de los «si st emas ) curriculares, crecimiento
que aho ra s e estd ext endiendo a otros pafses." Estos cur ri cu la t ie nen metas ,
est rat eg ia s, t es ts, l ib ro s d e re x t o, h oja s d e t rab aj o, r espue st as ad ecu ad as d e l os
est ud ia nt es, et c. , t odo i nt eg rado. "Que impac to p roduce est o en l as es cu el asen las que tal cosa se toma en serio>" Una cantidad de estudios etnograficos
nos d emues tr an que el p ro ce so d e t ra baj o en la en se iia nza y a comi en za a d ej ar
v er 10que est a o cu rr iendo . Po r ej er np lo , en una esc uel a en l a que e l c urr icu lum
s e bas ab a en g ran med id a e n una li st a se cu en ci al d e compet en ci a y objetivos
def in idos con c ri te rios conduct is ta s, mul tiples hojas de t ra ba jo sobre habil ida-
d es que l os est ud ia nte s d eb ia n comp let ar , con la f rec uen te y r egul ar a pl icaci dn
de pretests para medir la «disposicions y el «nivel de habilidad» y postests
para rnedir cl «logro», la intensificacion del trabajo del maestro resultaba evidente.
En e sta e scue la , d icha pra ct ic e cur ri cu la r exigla gue los mae st ros dedic ar an
un t iempo p ropo rci on almen re muy cons id er ab le a ev al uar « el domi ni c» d e cad a
uno de los diversos objetivos y a registrar los resultados de estas multiples
eva luac ione s para pos te rior es . re unione s con los padre s 0 deci si on es sobre si
24. Ibid. , pig. 167. •
2 5. A pp le , Educacion y poder. Vca s e t ambien C a r ol B u s we l l, «Pedagogic C ha ng e a nd S oc ia l
Change», B r it i sh J o u rn a l 0/ Socio l ogy 0/ Educat i on, 1 , n . 3, 1 98 0, pegs. 193-306.
26. La cuesticn de I a serieded c on que ecogen esto las escuelas y de [a variabilidad de su
respues ta esde
bastanre importancla.Como
Popkewirz, Tabachnicky W e hl ag e d e mu es tr a n
ensu i nreresan te esrud ic etnografi co sobre la reforma d e Ia escuela, no todas las escuelas utllizan
matcrialcs de est e r ipe. Vease Thomas Popkewi ta , B. Robert Tabechnick y Gary Wehlage, Th e
Myth 0/ E d uc at io n al R e fo rm , Mad ison Unive rs it y o f W iscons in Pre ss , 1982.
f
Inlensificaci6n y enserianza I 51
un estudiant~ ?odia«pas~r» 0 no a otro conjunto de hojas de trabajo. EI regis-
t ro y ~val u~ clOn obl ig a a mver nr un impor tan t e vol umen de t iempo e n ar reg lo s
adminis tr at ivos para pasar los tes ts , y luego graduar los, organiz ar l as l ec ciones
(muy a menudo estandanzadas 0 prefabricadas), e tc . Los maestros comenzaban
a l Jeg ar a l as 7 :15 de l a ma iia na y se ma rc haban a l as 4 :30 de l a t ar de. Adem' s,
era algo frecuente gue aiin trabajaran dos horas mas en su casa."
. Como he obser vado e n mi an al is is g en er al ace rca d e l os e£ ect os d e l a i nt en si -
ficacion, tarnbien agui el aumento de trab ajo se conv irti6 en norma. Tanto
es 10 gue hay que hacer, que el simple hecho de cumplir con 10 especificado
rcqUler~ cas i todos . nue st ros e sfu~ rzos . «EI desaf io del d ia (0 sernana) de trabajo
cons rs tra en cump li r c on l a canudad de obje ti vo s que s e ex ig ia .» Como sef ial d
un maestro) «no tengo nernpo para ser creativo 0 imaginativo»,28 No tenemas
que acusar agui al maestro. En matemaricas, por ejemplo, es normal gue los
maestros tuvieran gue pas ar se cas i l a mi tad d el t iempo asi gn ado co rri gi endo
y, r e~:stran~o las, hop s d: trabajo que los estudiantes completaban todos los
d las. L a s it ua cr on pare cra aume nt ar c6nt in uamen te la sobr eca rg a d e t rab aj o
d e es to s maes tr os . AS i, . p u~s , aun c ~ando no dej ab an de guej ar se d e l os l argos
horar io s, d e l a i nt en sif ica ci on , d el t rer npo gue deb ian d ed icar a t ar e a s t ecn icas
t ~es como l a g~aduaci on y l a cons er vaci on de r eg ist ro s, el volumen to tal de
tiemp o gue se invertfa en tales cosas crecfa de modo in exorable."
Pecos eran los maestros pasivos a esre respecto. Pronto volvere sabre este
pun to. Aun cuand o los elementos del control curricular fueran efectivos en
l a e srr uct ur aci on d e l os a sp ec to s p ri nci pal es d e SUpr acr ica, a menu do l os mae s-t ro s r es pond ian d e muy d is ti nt as maner as. Camb ia ban s ut ilmen te l os obj et iv os
pre espe ci fi cados porgue no a lc anzaban a comprende r su per tinenc ia . Y tambien
t ra~aban deres is ti rs e a la i ? te ns if ic ac ion; en prime r lugar , procurando encontr ar
al gun es paci o du: an te e l d ia p ara a ct iv id ad es d e r itmo mas l en to ; y , en segundo
l ug ar , i nre rr ump iendo t empor almen te l os fr ec uen tes p re test s y pos te st s, l as ho-
jas de t rab aJ o. y t odo es e npo de co s as , y d ed idndos e a « rel aj ad as d is cu si on es
can l os e st ud ian tes s ob re t ema s d e s u p ropi a el ecci on». "
Esto, natur almente, e~ba stante contr adic torio. Mient ra s gue e stos e je rnplos
documentan el ~apel actlv,o ~e los maestros en el in ten t o de ganar algo de
n er npo, d e r es ist rrs e a l a p er di da d e c on tro l d e su p ropi o t rab aj o y de moder ar
el ntmo a gue los estudiantes y ellos mismos se veian forzados a actuar el
modo de ha~er lo no e s nec esar iamente muy e fica z. En e sros e jemplos, el tiernpo
que se guen a a rr eb ata r er a si rn pl er nen re p ara r el aj ar se , aunque so lo f uer a por
27. ~sta parte de o :i . analisis se basa ampliamente en Ie investigaci6n realiaada por Andrew
Girl!n. Vease Andrew Gitlin, «Understanding the Work of Teachers», resis doctoral i ne di tu Uni-versidad de Wisconsin, Madison, 1980. '
28. Ibid. , pogo 208.
29. Ibid.
30. ua., pag. 197.
31. Ibid. , peg. 237.
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52 I EI control del trabajo
. EI de control la tecnlficacion y l a intensi fi ca ei6n e re -unos minutes. proceso, b . d na. d I acto de ensefiar la proletarizaci6n de su tra ajo, to 0 eso er a. uClenteS e Se reconocia err6neamente como sfrnbolo de su crecrentepresencia ausente.
profesionalismo-
Profesion y sexo
N. ible eomprender por qu e los maestros interpretaban 10 que
os es impost .. Sn d b . os que advlrtamos deles ocurrfa c omo p ro fe si on ah za cl on e s u tr a 3)0, a men . ~
ue modo l a i deo logi a d el p ro fes io nal ismo oper a en educa clOn en t an to p ar te
q na dinarnica de clase y una dinarnica de sexo. Por. e)emplo, aunque en
d;teUt ipo de situacion aumenta l a c on fi an za que se deposita _en los «expertos»
e rocedimientos curriculares y de ens enanza , estos maes-
para qu e ereden ~etas y p rna's amplia de hab ilidades teenicas. Hacerse ex-tros deben ormnar una gama . bai d idiertos en graduar rapidamente todos esos tests y hops de tra ajo, :e1 ir ra-
P , de habilidad especifieo colocar a un estudiante, aprender como «mque grupo 'I . I dif rentes sobre la b ase de tests, etc.,nejar eficazrnente» los mu up es g rupos 1 e 'A did di mit od as es as co sas se conv ie rt en e n hab il id ad es impor tan te s. ,me 1 a que IS I-
Ibilid ad por el disefio de sus propios curricula, se refuerza a
nuye a responsa . d . ,res onsabilidad por las preocupaciones tecnicas y e gestIon. .
PEl profesionalismo y l a c re ciente r esponsabil idad t ie nden a apa rl ec er conjun-
ramen te. Tantas son las responsabilidades que se depositan en os ~a~tro s
en 10 r ef er en te a d eci si on es t ec ni cas , q ue en re al id a1 s ~ t ra baj o e s bmas l ~ ~~~
Sienten u e pue sto que estan constantemente toman 0 ecisiones so f; a
de l os r~ uI ;ados d e e st os mu lt ip les p ret est s y po~t es t, l os h~ra ri os mas l ar go s
son una p ru eb a d e l a a rnpl ia ci on d e s u status profeslOnal. Qurza resulte oportuna
aquf una cita:
Una razon d e q ue e1 trabajo sea ma s d ur o e s Ia enorme responsabil idad. que tene-
mos en la toma de decis io nes . No hay ninguna ra z6n para no trab~J~r de esa
manera pues uno quiere es ta r c ompl ct am en te s eg ur o d e q ue l as decisiones que
adopta ' se an d e a Jg un a urilidad ... De modo que uno r~a~aja ~~forzadamente a
fin de mosrrarse idcneo para esta [ ar ea d e r omar decisiones.
Es pre ci samente aqui donde e lconcepto de profe sional ismo ~arec i6 ,pr~duc ir
uno de su s mayo re s impactos. Puesro que l os mae str os s~ ve.lan a 51 ml~m~s
c omo ma s p ro fe si on al es en l a med id a en que emp leab an cr rt er ro~ y t es. t~ t ec~l -
cos , r arnbien a ceptaban bas ic amente los horar ios mas largos y Ia intensi fi ca cion
de su trabajo que acornpafiaban al pro grama. Para hacer un «buen trabajo»,
s e n ec es it ab a s er 1 0 m as «racional» posible. H
32. Ibid. , p s i g , 197.
)3. Ibid. , pdg . 197 .
r
Profesi6n y sexo I 53
No debierarnos burlarnos de esta manera d e ver las cos as por parte de los
mae st ros. En prime r lugar , l a mera noc ion de profe sional iz ac i6n ha s ido i rnpor-
tante no solo para los maestros en general, sino rambien para las mujeres en
par ti cu lar . E sta noc ion ha p ropo rci on ado un obst ac ul o cont rad ict or io , p ero po-
deroso , a Ia interierencia del Estado ; y del mismo modo crfrico ha sido , en
Ia Iucha con tra Ia dominacion masculina, parte del complejo intento de una
f uer za d e t rab aj o mayor it ar iamen te femen in a por conqui sra r un t ip o d e t ra ta-
miento, de pago y de control del trabajo cotidiano en pie de igualdad can los
hombres."
E n se gundo l ug ar, s i b ien h emos de re co rd ar que el p ro les io nal ismo , como
meta social, se desarrollo al mismo tiempo q ue el «proyecto y Ia practica de
las profesiones del mercado durante Ia fase liberal del capitalismo» y tuvo a
es tes como i us ti fi caci on ," I a est rat eg ia d e p ro fes io nal ismo s e h a u ti li zado h is-
toricamente para levantar def ensas «ef ectivas contra Ia proletarizacion»." Dado
10 que he d icho p re vi amen te sobr e I a v igor os a r el ac io n en tr e d iv isi on se xual
del trabajo y p ro let ari zaci on , a cu sar en c on junt o a l as maes tra s por emp le ar
34. Esro se asemeja a Ia utilizacion del d iscurso liberal que han hecho las clases populates
durante los iiltimos cien afios, e n s u l uc ha a f av or de l os derechos personales contra lo'derechos
de l a propi edad imperan tes. Vease Herbert Gint is , «Communication and the Politics», Social i s t
Review, 10, marzo/juoio de 1980, pugs. 189~232 S in embar go , e l p roce so n o d ej a d e cnccrrar
elena paradoja. Los intentos de profesionelizacion proporcionan en realidad a las rnu jeres un erma
contra ciertos aspectos de las relaciones parriarcales; no obs tant e, h ay una clara conexidn entre
13 ccnsideracion de ulgc como una profeslon y eI h echo d e que esca se halle ampliamenre cubierrapor hombr es . En realidad, una d e l as cosas historicarnente mas e vide nc es e s In relacicn entre
division sexual del traba]o y profesionalizaci6n. Ha existldo una decidida rendeucia a garamizar
el plena status profesional a una actividad unicameme cuando esta estaba «dominada por hombres,
t an to e n los niveles de direcclon c omo e n l o s n o jcrarquicos». Jeff Hearn, «Notes on Patr iarchy:
Professionalization and the Semi-Professions», Socio l ogy , 1 6, m ayo de 198 2, 1 95 .
35. Magali Larson, «Monopolies of Competence and Bourgeois Ideology», en Dale , Esland,
Fergusson y MacDonald, comps., E d u ca t io n a n d t h e E s ta t e, vol. 2, peg. .332.
36. Larson, «Proletar ianizat ion and Educated Labor», pag. 152. Hisrcricarnenre, t an to l a
dinarnica de clese como la d e sexo han s id o agu emuy imporrantes y las recientes investigaciones
as! 10 revelan can rcda claridad. Como ha mostredc Bar ry B er ge n en su recierue estud io sobrc
el desarrollo de la relacion entre clase y s exo e n la profesionalizacidn de la enscfienaa de In escuela
e lemental en Inglarerra, una gran prcporcicn de maestros de esra escuela eran mujeres y It In
vez perteneciemes II l a c lase obrera. En palabras de este autor:
Para empeaar, In ensefianza, s alvo en el nivcl univers itario, no era ccnsiderada con demas iada esrima
p or la clase medi a, y hI. de las e sc ue la s e le rn en ra le s o cope ba e l p el da fi c mas bajo de [a escala. La clase
m ed ia n o vet a e n [a e ns en an za e lemental un medic de escenso social. Pero l os mae stros de cscuclu
e lemental par cc ian ver se a s f m ismos ascendiendo por encima de l c c le se obrer e, a unque sin akanzar
eun 13 clese media ... Evideruememe, l os d iv er so s i nt en to s d e prcfeaionnlizacidn d e l os m ae st ro s d e
escuelas dementalcs constituyen un i nt en to d e elevar s upos ic i6n de clase , desde una situacidn intcrme-
d ia e nt re l a clese obrera y III.clasc media, hasta 13 sdl ida p os ic io n d e c la se m ed ia d e una prcfcslen,
Vease Barry H. Bergen, «Only a Schoolmaster : Gender, Class, and the Effort [0professionali-
ze Elementary Teaching in England, 1870~1910», H i st o r y o f E d u c a ti o n Qua r te r / y, 22, primavera
de 1982, pag. 10.
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54 I EI control del trabajo
una estraregia profesional no s6lo serfa ahist6rico, sino incluso, quizas, un tanto
sexista.
De aquf que el enfasis puesto en e l aume nto de profesiona lis mo a traves
d e la a dq ui sic io n d e n ue va s h ab il id ad es d e g es ti on , e tc ., y s u a ce pt ac io n p ar ci alpor parte de los maestros de escuela primaria pueda entenderse mejor si se
e nfo ca n o y a c omo u n me ro i nte nt o de l os b uro cr at as d el E sta do p ar d es cu al if i-
car y recualificar a los ma estros , s ino como parte de una dina rnica his torica
m uc ho m as amp lia , e n l a q ue l a p o li tic a s ex ua l h a desernp ef ia do un papel esencial.
S in emb ar go , l a a ce pt ac io n de d et erm in ad os a sp ec to s d e I.intensificacion
no se debe tan solo a la historia de como ha operado el profesionalismo en
las luchas de clase y de sexo. Tambien se ha visto realzada por una cierta
cantidad de £actores internos. Por ejemplo, en la escuela a la que antes me
h e r ef eri do , m ie ntr as q ue u na c an t i d a d d e m ae st ro s e re i an q ue l a ri gu ro sa e sp e-
c ifi ca ci on d e o bje ti vo s y pr oc ed imi en to s de e ns ef ia nz a l es a yu da ba n r ea lme nt e
a hacerse ma s crearivos, eran evidenres l as sut il es presiones en el s entido de
s at is fa ce r l as pr io ri da de s q ue e st ab le da n l os o bj et iv os e spe cif ic ad os . A un c ua n-
do en algunas areas temdticas pudieran elegir c6mo satisfacer los objet ivos , es-
tos permanedan por 10 ge ne ral inmutables . L os inte res es de los padres y su
e sta bl ec im ie nto d e r uti n a s c oa dy uv ab an a a se gur ar to do e st o. H e a qu f e l j ui ci o
d e un mae str o ac er ca de como ocurrfan estas cosas .
En ocasiones te sorprendes mirando al final del libra como ha d e s e r l a unidad,cuales s on las metas que s e deben alcanzar y aeerea de las que s e someterd a
prueba a los nifios, Esto puede afectar en dena modo a la ensefianza, en tanto
uno puede ignorar otras experiencies de aprendizaje simplemente para alcanzar
Ia meta. Esras meres van a1 hogar y las v en l os padres. Es terrible, pero los
padres prefleren ver 90 y 100 antes que 60 como calif icaci6n de habiJidades.J1
A l a na li za r e sre p ro gr arn a d e h ab il ida de s, o tro ma es tro s efi al a el o tr o e le -
mente, adernas del ya mencionado de los padres : «T e dan un manual y ni sigues
el manual y los nifios conocen las directrices, y todo termina siendo una
rutina», III
Pero junto a la percibida presion de los padres y al enorme poder de la
r ut in a h ay t od av fa o tra c os a: l as p ra ct ic as d e emp le o q ue r ode an a l a e ns ef ia nz a,
En muchas escuelas, uno de los c ri te ri os p ri nc ip al es p ar a l a c on tra ta cio n d e
maest ros es que est es manif iest en su acuerdo de conjunto can el marco curricu-
l ar, p ed ag og ic o y e va lu at ivo q ue o rg ani za l a p ra ct ic e c ot id ia na . E se f ue e l c as o
e n e st e e st ud io . Si n emb ar go , m as alia de e li o, aun cuando haya i nves ti gado re s
que han des cubierto que a me nudo los i nd iv iduos con t endenc ia a r eacc iona r
n eg at iv am en te a nt e e st as f orma s c ur ri cu la re s d ad as d e a nt em ano , e sta nd ar iz a-
37. Git lin, «Understanding the Work of Teachers», peg. 128.
3 8. T bld .
Resistencia sexuada I 55
das y s istematizadas , abandona n la e ns efianza," debido a la deprimida situa-
c io n d el m erc ad o pa ra l os n ue va s m ae st ros e n mu ch as re gi on es c on g ra ve s p ro -
blemas f is ca le s y a l a c on sc ie nt e d ec is io n d e a lg un os di str it os e sc ol ar es d e c on -
tratar menos maestros y aumentar el mimero de a lumnos por clase, ahora mismohay menos empleos d is po ni bl es . L a o pe i o n d e a ba nd on ar a i nc lu so de p ro te st ar
parece romantica, aunque la actual escas ez de maestros puede hacer cambiar
las casas.
Resistencia sexuada
A e st as a lt ur as d e m i a rg ument ac io n s er fa pr ud en te v ol ve r a u na a fir rna cio n
a nt er ior . L as rn ae st ra s n o h an a ce pt ad o t od o e st o imp as ibl es . En re al id ad , nu es -
t ra s en sa ci on d e q ue h an p erma ne ci do y p erma ne ce n p as iv as a nt e e sta s p re si o-
n es pu ed e re fl ej ar n ue st ra s p ro pi as c re enc ia s t ac ita s e n l a pa si vid ad d e l as m uj e-
res trabajadoras. Esta serfa una caracterizaci6n desafortunada. Historicamente,
c omo d er no str ar e e n e l p rox im o c ap it ul o, e n I ngl at er ra y e n l os E sta do s Uni do s,
por ejemplo, I.pres enracion de las maes tras c omo elementos no militantes y
c on m en ta lid ad d e c la se m ed ia n o e s t ot alme nt e c or re ct a . H a h ab id o p er iod os
d e e xc epc io na l mi li ra nc ia y c la ro c ompromi so p ol it ic o. " Si n emb ar go , l a rnili-
tancia y el compromiso politico son tan solo una de las maneras en que se
rechaza el control. E ste tambien se disputa en el interior del propio trabajode mod os s ut il es y h as ta « in co ns ci en te s» ( po dr la d ec ir se « cu lt ura le s») , m od os
contradictories, c omo v er emo s. Una v ez mas, e l sexo ocupara el primer plano.
En mis entrevistas can maestras ha quedado claro que muchas de ell a s se
s ie nt en b as ta nt e in co rn od as c on s u p ap el d e « admi ni st ra dor es ». Muc ha s ot ra s
estan lejos de sentirs e felices con el enfasis que se pone en programa s de los
que elias siente n a menudo que «nos encierran en un sistema rigido». Aqui,
la r es is te nc ia a la r ac ion al iz ac io n y l a p er did a d e l as fo rma s h is ro ri ca rn en te ir n-
p ort an re s d e a ut oc on tr ol d e l a p ro pi a t are a t ie ne c on se cue nc ia s mu y c ont ra di c-
torias , en parte como res ultado de las divisiones se xuales en la sociedad. Asi,
pues, una maestra que utiliza un programa curricular enormemente estructurado
y basado en tests para la lectura y las artes del lenguaje, afirma:
Aunque es realmente imporrante para los ninos' adquirir esras habilidades,
en esr a e tapa es mas importante para ellos aprender a sentirse bien consigo mis-
mos . Ese es mi papel, el de hacerles sentirse bien. Esro es mas import ante que
los tests.
3 9. Mar ti n Lawn y J en ny Oago, «Teachers: Professionalism, Class and Proletarianization»,
articulo Inedho, The Open Unive rs it y, Mil ton Keyne s, 1981, pag. 15, ciclostilado.
40. J enny Ozga, «Th e Pol it ic s o f [ he T each in g Profession», en The Po l i t ic s 0 / Sc h oo l s a nd
Teaching, Milton Keynes, The Open University, E353. bloque 6, unidades 14·15, 1981, peg. 24.
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56 I EI control del trabajo
Or ra maes tr a d e esc uel a p rimar ia, e nfr en ta da a un p rogr am a c urr icu la r r a-
cionalizado en que los estu diantes van de aula en aula para formar «grupos
de habilidad», 10 descr ib e d e l a si gu ien te ma ner a:
Los nifios son demasiado j6vcnes como para estar todo el tiempo transitando
de una aula II otra. Necesitan a alguien a quien puedan acudir siernpre, alguienque se encuentre cerca de ellos. En cualquier caso, las asignaturas son menos
importantes que sus sentimientos.
En estas citas, la incomodidad con el plan administrativo es a todas luces
ev id en te. H ay una cl ara se nsac ion de que al go s e es ta p er di endo . No obst an te ,
e sa incomodidad con eI proce so se codif ic a en torno a las dis tinc ione s t ra dicio-
nales que organizan la division sexual del trabajo tanto en el seno mismo de
l a f ami li a como e n l a s oci ed ad g lobal . L a e sf er a d e l a muter e s I ade la s egur idad
emocional, el cuidado de los sentimientos, etc.
No se malinterpreten mis ju icios. Las maestras deben pres t ar atencion a
l os sen timi en to s y l a s egur id ad afe ct iv a d e s us a lumnos. No obst an te , aunque
estas maest ras luchan correctamente en un nivel cul tura l contra 10 que perciben
como efectos perniciosos de su perdida de co ntrol y al - mismo t iempo contr a
l a d iv isi on y l a i nt en si fi caci on d e su t rab ajo , 10 hacen a l pre cio de la r eins ti tu-
cion de categorias que reprodu cen parcialmente otras divisiones que se han
desar ro ll ado a l c alor de las r elac ione s pat ri ar ca le s. "
Es to p lan tea una c uest io n f undamen ta l: g ra n part e d e l a r ec ien te l it er at ur a
sobre el papel d e la esc uel a en I a r ep roducci on de l a domi nae i on de c la se, sexoy r aza nos h a I 1ama do l a a ten ci on s ob re l a e xis ten ci a d e r esi st en ci as . E sta p er -
cep ci on no ha c ar eci do d e cons ecu en ci as y , s in duda, f ue n eces ari a p ar a p ermi -
t irn os supe ra r l os model os e xp li cat iv os ab ier tamen te d et ermi ni st as que s e h a-
bran urilizado para d ar cuenta de 10 que hadan las escuelas. Sin embargo, al
mi smo t iempo, est a I it er at ura h a co rri do el r ies go de i nfund ir una n at ur al ez a
rornantica a esas resistencias. EI h eche de que existan no g arantiza que sean
f orz osame nt e p rogre si st as en t odo mome nt o. S ol o si se d es vel an l as cont rad ic-
ci on es i nt er nas y l as ex is ten tes en tr e l a d in arn ic a d el p ro ce so d e t rab aj o y la
d el se xo , se pued e comenza r a p er ci bi r l os e fec to s que t al es r esi st en ci as pued en
producir rea lmente."
41. Narurnlmente, hemos de ser aqu fmuy c au to s. S in duda, n o t od as l as macstrus responde-
f an d e esta manera. Algunas no efectuardn esa parcial e Impcr tant e I ractura de la ideologfa de
sexo y de clasc dominante de maneras que impliquen alteraciones signif icat ivas en su propia con-
ciencia. One cuesrion, y muy i nt eresan re , es [a de si estas alreraciones son siempre progresistas.
Ademds, como Connell ha mostrado, estes enfoques «femcninos» suclcn set importantes compen-
sacioncs a l as formes masculinas de autorlded e n l as escuelas. veese R. W. Connell, Teacher 's
W'o rk, Boston y Londres, George Allen & Unwin, 1985.
42. Vease Henry G ir oux, «Th eori es o f Rep rodu ct ion and Res is tanc e in t he New Soc io logy
of Educat ion: A critical Analysis», Ha r va r d E d u c at i on a l R e v iew , 53, agosto d e 1983, 157 -193 ,
aun cuando a cst c auror no le intcresan especlficamente las relaciones d e sexo.
. J
I
Trabajo, sexo y enssnanza I 57
Trabajo, sexo y ensei'ianza
He p rest ado aquf p ar ti cu lar at en ci on a l os e fe ct os d e l a r ee st ru ct ur aci on
d el t rab aj o d e l os maes tro s en l a es cu el a, He af irmado que , l isa y l Ian amen te,
no podemos entender 10 que o cu rr e aha ra m ismo en l a ensefianza y el curricu-l um si ' no s it uamo s ambas cas as en un marco qu e i nt eg re la c la se (y su corres-
pondiente proce so de prole ra ri za cion) y e l s exo. EI impac to de I . desca li fi ca cion
y la intensificaci6n tiene lugar en un terrene y en una institucion principalrnen-
te pob lad a por mu je re s ma est ras y homb res admi ni st ra do re s, h ech e que hay
que r econoeer como h isr or icar nen re a rt icu la do con l a d iv isi on so ci al y Ja d iv i-
sion sexu al del trabajo, el conocimiento y el p oder en nuesrra sociedad.
S in embargo, d ado que en l a e scu el a el emen ta ll a g ran ma yo ria d e maes tro s
son mu jer es , p ara Iogr ar una mayor co rnpr en si on d el impact o d e est os camb io s
y las respuestas de las maestras a los mismos es necesario mirar mas all .. de
la e scue la propiamente dicha . Debemos recorda r a lgo: l as mujer es mae st ra s t ra -
bajan a menudo en dos ambitos: en la escuela y luego en el hogar. Dada Ia
modi fi caci on d e l as re la ci on es p atr iar ca le s y I . i nr en si fic aci on d el t rab aj o en
l a e nsef ian za, (q ue impact o pod ri a p rovoca r es to f uer a d e l a e scu el a? Si t an to
es el riempo que se invierte en tareas tecnicas en la escuela y en el hogar ,
es posible que quede menos tiempo dispo nible para el trabajo dornestico en
el hogar . P ued e que o tr as p er sonas d e l a f ami li a t engan que aumen ta r su p art ici -
p aci on , d esaf iando as f I . d iv isi on s exual d el t rab aj o en el hogar . P or o tr o l ado,
I a i nt en sif ica ci on d el t rab aj o d e l as maes tr as y la sobrecarga de trab ajo que
d e e ll o se d er iv a, pued e p roducir el e fe ct o p reci samen te opues to . Es to es, p ued e
incrementar la exploracio n de trabajo no remunerado en la casa, con el mero
a fi ad ido de cosas que se deben hacer s in a lr er ac ion inc ia l a lguna de las condicio-
n es d e I a fami li a. E n uno u o tr o cas o, es tas cond ic io nes p rovoca ra n camb io s,
tensiones y eonflictos fuera de la esfera donde las mujeres Bevan a cabo su
t rab aj o re rnunera do ." V al e l a p en a d et en er se a p en sar c on calma acer ca d e l os
efectos que el trabajo en un ambito producira en el otro. La mer a existen cia
de esta doble explotacion esta ya repleta de consecuencias en otro sentido.
Ab re nuevos cami no s pos ib le s p ar a l a i nt er ven cion pol ft ica d e l as f emi ni st as
socialistas, segiin me atrevo a creer. Al rnostrar la relacion entre el hogar y
el empleo y como la intensificacion crece en uno y en otro, se puede ap ortar
43. Si bien me he centrado aquf e n las posibles consecuencias sabre las maestras en la escuelc
yen eI hagar, es necesario realizer tambien un andlisis similar en los hombres. Debemas preguntar-
nos c omo ope ran las ideolcgfas machistas a rraves de los maestros y los administradores. Ademds,
que cambios, conilictcs y tensiones surgiran, digamos, e n las estructuras patriarcales de aurcridad
d el ha ga r e n funcion de la intensificacidn del traba]o masculino. Quisiera agradecer a Sandra
Acker el heche de que haya planteado esre imporrante puntO crfrico. Para un analisis de lo s
cambios en e l r r eb a i o d e las muj er es e n e l h agar , vease Susan Strasser, N e ve r D o n e: A H is t or y
0/ Am e r ic a " H om cwo r k , Nueva York, Pan th eon, 1982.
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58 I EI control del trabajo
una manera de demostrar los lazos existentes entre estas esferas y, al mismo
t iempo, entre clase Y sexo.
EI hecho de pen sar a cer ca d e est os p robl emas es 10que ha p~ oporci on~~ o
en realidad el marco organiz at ivo a m is ana li si s. La c lave de rni invesngac ion
e n es te c ap itu lo h a si do l a r ef lex ion s ob re l os camb io s en como se ha organizado
el trabajo a 10 largo del tiempo y (10 que es igual de importante) en quien
realiza el trabajo. Una percepcion mas clara de ambas cosas -de como y de
qui e n - pued e poner no s e n cond ici on es d e v er s emej an zas y d ifer en ci as en tr e
el mundo del trabajo en nuestras fabricas y oficinas y el de los empleados se-
mi au tono rnos d el Es ta do , ta les como l os maest ro s.
'Que si gn ifi ca es to ? Hi st ori ca rn en te, l as p ri nci pal es l uch as que l ib ro e l tr a-
b aj oc en l os comi en zo s d e la u ril iza ci on d e l a g es ti on s ~!r emat izad a. ~en i~~ que
ver con la resisrencia a los incrementos de velocidad. La intensificacion de
l a p roducc ion, l a p resi on para p roduci r mas t rab aj o e n un per fodo dado, c ondu -
jo a roda c la se de respues ra s que resul ta n mre re sa~tes . ,Por e lemplo_, los obr ;ros
esp eci al iza do s se n eg ar on muchas v eces a p roducir mas~ La p resi on reca yo en
lo s co laborador es que i ban dema si ado r ap ido s ( 0 d emas ia do le nto s). Se ex ten -
d ie r on l as i nt err up ci on es . Pr on to , h er rami en tas y ma qu in as se conv irt ier on en
«problemas».P ara l as rn ae st ra s -d ada su cont rad ict or ia ubic aci on de cl ase , su rel aci on
c on l a h ist or ia d el cont ro l p at ria rca l y l a d iv isi on sexual d el t rab aj o, a sf como
l as cond ici on es r eal es d e su t rab aj o-, s er a d if lci l r es ponder d e l a misma ma ne-
ra. En general estan aisladas durante el trabajo, y tal vez mas todavfa ahara,
dada la intensi fi ca cion de su labor . Ade rnas , l a maquina ri a y las her ramienta s,
en el sentido cormin de estos terminos, no tienen nada que ver can elias."
Y 10que no e s menos i rn po rt an te, l a p er cep ci on de s fm ismas como p ro fes io na-
I e; si gn if ic a que l as p res io nes d e i nte nsi fic aci on y de perd id a d e ~ont ro l s era n
codi fi ca da s y t rara das s egun v ias esp ed fi cas d e es te l ug ar d e tr ab aj c en s u p ro -
pia his tori a. Los e fe ctos i il rimos serdn muy contr adic torios .
En 10 fundamental , par t an to , 10 que sostengo es que -aunque procesos
d e t rab aj o s emej an tes pued an e st ar opera ndo en i ns tit uci on es d e l a in du st ri a
y del Estado ejerciendo un gran impacto en el trabajo remunerado de las
rnuj er es +-, l as d if er en tes c la ses so ci al es e in clu so lo s d ist in to s f ra ~men to s d e
cl ase r esponder an d e d ist in tas maner as a es to s p ro ces os. L a i deo logfa d e l a d is-
cr eci on p ro fes io nal conduci ra a que r naest ras d e un ci er to n iv el ac ep ten , d ig a -
mos , parcialmente, 1a intensificacion, y en cambia generara un t ipo distin~o
de r esi st en ci a, u na r es is ten ci a esp eci fi ca a l as ci rc un st an ci as r eal es d e t rab aj o
en las que historicamente se han encontrado esas maestras. EI hecho de que
44. C lawson , Btl rea t l cracy and'the Labor Process , pdg s. 152·153, .
45. Ademas, Connell hace l a int eresan te observaci cn de que , puesrc q ue e l teabejc d e l os
ma e st r os n o «p rodu ce » u n objeto identificable, puede intensificarse casi indefinidamenre. Vease
Connell, Teachers' Work. pag. 86.
Trabajo, sexo y ensenanza I 59
estos cambios en el proceso de trabajo de la ensefianza tengan lugar en un
ter reno que ha s ido ambito privi le giado de relac ione s pat ri ar ca le s desernpef ia
aquf un papel fundamental .
No deben e nte nd ers e mi s ar gumen to s como una fo rma de « teo r ia d el d efi -
c it». Las mujer es han obtenido vic tori as impor ta ntes , y seguiran obteniendolas,c omo demost rare en el p roximo cap it ulo . S u ac ci on en un n iv el c ult ur al , a unque
no man ifi est amen te pol it izado, no s iemp re c onducir a a l os res ul ta do s que aqui
h e most rado. Mi s a fi rma ci on es se re fi er en mas b ien a l a n at ura le za i nh er en te-
mente contradictona de l as r espues tas d e l as mae st ra s. E st as re spues ta s son a l
mismo tiempo victorias y perdidas. La cuestion importante es la de c6mo es
pos ib le r eo rg an iz ar d e maner as esp ed fi camen te femi ni st as l os el emen to s mas
v al id os i nse rt os en l a c ul tu ra v ita l d e est as maest ras, maner as que rn an tenga n
la enorme impor ta nc ia de la a tenc ion a fe cr iva y la s r el aci on es humanas si n r e-
producir .1 mi smo t iempo o tro s el emen to s d e e se t er reno pat ri ar cal .
No es mi in ten cion s uger ir q ue, un a v ez rec onoc ido el lu ga r d e l a e ns ef ia nza
en l a d iv is io n s exual d el t rab aj o, s e h ay a en tendi do par comp let o I.descualifia-c ion y la r ecua li fi ca ci6n , l a intensi fi ca cion y la perdida de control , 0 las presio-
n es opues tas d e p ro fesi on al ismo y p ro let ar izaci on s ab re el t rab aj o d e l os maes -
tros. Es evidente que se trata de un problema muy complejo en el cual las
historias internas de las burocracias y el relevante pape! del Estado en una
epoca de crisis econcmica e i deologie s, " a sf como la economia politica local
y las relaciones de poder dentro de cada escuela, todo ella, tiene su papel.
La que pretendo sostener can todo vigor, eso sf, es la suprema imporrancia
del trabajo sexuado como aspecto constituido del modo en que la gestion em-
p resar ial y e! Es tado han en fo cado la e nsef ian za y el cont ro l cu rr icu lar . E I t ra-
bajo sexuado es la presencia ausente detras de tad a nuestra obra. Como lIega
a convertirse en eSa presencia ausente es el tema del capitulo siguiente.
4 6. A pp le , Edtlcacion y poJer , y Manuel Castella, T he E co no m ic C ri si s a nd A m er ic a" S oc ie ty ,
P r in c et on, P r in c et on Un iv e rs it y P r es s , 1 9 8 0 ( e n castellano: La c r is i s e c o n 6mi c a mundial y e l capi ta-
lisma americana, Barcelona, Laia, 1978).
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