rrA LOS VENCEDORES DE BAYLEN,

Y A NUESTRO DIGNSIMO' GOBERNAD

R

E1

q1 estrpito de nuestras vencedoras rm'as co

ve las quatro partes del globo ; todas quatro nos cien-?den sus cautivas manos para que: rompamos las cadenasbrbaras que, Jas oprimen

3; las amenazan: lpsl^ Qimortales hijos del Betis han-arrancado los laureles losvencectores del Danubio, del Odder, del Vstula y delNiemen: la espada que Francisco I rindi en Pava,nos haba sido robada con. dolo y in^lafe , pero-er|reemplazada con la de Napolen I , que deba colpcg-ErSe en ei tabernculo'del templo; de jasViptQris.:,n laCapkal de Francia , si es que-ciee alguna vez el valocnecesario fiaa^ a desembaynarla al frente de nuestros exivcitos : la

teatro militar del mondo baxo de otros auspicios masfelices.

La conquista de su verdadera indepeadencia, y lade la-libertad de la Europa, son el objeto de sus votos,y el^mvil dq sus empresas, no de aquella desenfrena-da libertad , de aquella-horrorosa licencia que comprla desgraciada Nacin francesa

9 costa de un millnde victimas , para remper todos ios vnculos sociales,los de la carne y de la sangre , y hasta los que desdael principio del mundo habian existido entre el cfeia yla tierra: la Espaa sola m tanto a db * capaz .deconcebir empresa tan noble* en quanto fiel al Dios dsus Padres , no ha querido doblar la rodilla delante delSdolo ante quien se han prostituido todos los Pueblos,Campos de Baylen: la posteridad os contemplar conreverencia y con asombro, y repetir con ternura y coalagrimas los nombres amados de Castaas, y dems valersos y: dignos Generafes de las divisiones de su exr*t i to ! '. .4 La Corona Imperial que cio dos veces la frante denuestros Monarcas, la pondrn de nuevo nuestras ma*lies en la de los Csares que adorn por tantos siglos*la Italia > teatro d nuestras'gloas ^criaonio legti?TOO =en'4 liayo paite t< iiesestrs Reyqs , ^onqistacht*yepetiais>vedes do$$ife % sangre de 'nuestros vale*rosos progenitores, y cedida por vergonzosos tratados,los abrir los bxazos paa' recibirnos orno; libertadores,J^r prfpir:, '^ i liegar - ctis

a la doirnacion del Poo-?l>O'spaHdli,>cU3^ ^religlol* jK costuBbres la unan es-

tpecliamente mmtQpkV$tgo infame del Opresor que'la ha despejado ^ :quGnto Ja era-caro y aprecia-ble : las diez Provincias de la Flandes, que perdimosdel tojo por las-desgradadas paces de Utrech , %io han

l ^ue pel$aFon mucha tiempo nuestro favOK

Ayuntamiento de Madrid

p p fcntppaclos.toavi' en lar sangre de "nuestroshroes, transmitir.? n la posteriJad mas remota la rae>>xnoria de nuestro valor y de nuestras hazaas ; y si al-guna vez llegsemos delante de sus murallas , no vact:.Jja.ra entre el gobierno, liberal y suave de que. gozaron^todo el tiempo que estuvieron sujetas nuestro imper*io a y el tirnico que trastorn y aniquil en una SQ!$;campaa el stado floreciente y opulento que habanadquirido, en Jos 95 a-os que transcurrieron desde que*pasaron de la dominacin espaola la d Austria has$a que fueron cedidas la Francia contra el tenor dellos tratados del a) de 1713, '