aconteceres globales, descenlaces locales

305PORIK ANBERNARDO JAVIER TOBAR - FERNANDO VALENCIA RAMOS

* BERNARDO JAVIER TOBAR* *FERNANDO VALENCIA RAMOS

LOS AUTORES

* Antropólogo, docente Departamento de Ciencias Admi-nistrativas, Facultad de Ciencias Contables, Económicasy Administrativas. Universidad del Cauca.

** Antropólogo, docente facultad de Ecología, Fundaciónuniversitaria de Popayán.

AconteceresGlobales,

descenlaceslocales

306PORIK AN ACONTECERES GLOBALES, DESCENLACES LOCALES

RESUMEN

Este artículo es una visión polifónica y dialógica de una franja de la costapacifica colombiana. Relacionando de manera general con el discurrirde acontecimientos históricos, culturales y económicos que se entrecruzany amalgaman en esta área, se acoplan y desarticulan las múltiples piezasdel laberinto socionatural, en la que se encuentra sumergida una reali-dad globalizada pero al mismo tiempo localizada. Componiendo así, unrompecabezas multidimensional que fusiona distintas practicas conflicti-vas.

PALABRAS CLAVES: Socionatural, Complejidad, Biodiversidad,Globalización.

ABSTRACT

This article is a polyphonic and dialogic closer vision of a strip of landlocated in the Colombian Pacific cost. When relating this study, from ageneral point of view, with the historical, cultural and economical hap-penings and when they interconnect and mix in this area, they adjustand disassemble the multiple aspects of a socio-natural labyrinth. Laby-rinth in which the global and local reality can be found. This way, wecan see a multidimensional puzzle that merges different conflictingpractices.

KEY WORDS: socio-natural, complexity, biodiversity, globalization,


INTRODUCCIÓN

La crisis ecológica y la degradación ambiental hoy endía son dos graves problemas que afrontan los sereshumanos de todas las latitudes. Desafortunadamente,hoy el planeta tierra está inmerso en una lógica cada vezmás incierta e imprevisible y, precisamente ésta, pareceser la ineludible realidad a la que se enfrenta el devenircósmico y humano.

Existen en la actualidad diversos problemas quepreocupan a la humanidad en lo que respecta a lasrelaciones con sus semejantes y con la naturaleza: ladistribución desigual de la riqueza, las relaciones dedominio y polarización del poder, los altos niveles deviolencia, el desplazamiento forzado y los problemasambientales, en contraste con las potencialidadesproductivas de los pueblos y sus necesidades dedesarrollo. Manifestaciones que se materializan en elorden local por razón de las supremacías globales.

A nivel global desde una perspectiva biológica, se viveuna situación sumamente crítica, en la medida en que sepresentan múltiples y variados problemas que afectandrástica y simultáneamente a la vida animal, vegetal yhumana. La explosión demográfica, la contaminaciónatmosférica, el acelerado desarrollo tecnocientífico yurbanístico, son fenómenos ecológicos que afectan sen-sible y ostensiblemente al tejido existencial en general ycomo refiere Guattari, evoluciona el sentido de unprogresivo deterioro que parece ser lo más preocupante.

Tanto las relaciones biológicas y sociales expresa esteautor, están cada vez más en un proceso de degradacióne implosión:

�Las redes de parentesco tienden a reducirse almínimo, la vida doméstica está gangrenada por elconsumo �masmediático�, la vida conyugal y fa-miliar se encuentra a menudo �oscificada� por una


especie de estandarización de los comportamientos,las relaciones de vencindad quedan reducidas a sumás pobre expresión. La relación de subjetividadcon su exterioridad � ya sea social, animal, vejetal,cósmica � se ve así comprometida en una especiede movimiento general de implosión y deinfantilización regresiva� (1998, 7 - 8).

Tal problemática por tener un carácter global que afectaa todos ámbitos dicen los expertos puede conllevar, sea auna crisis social y política generalizada, que desataríalógicamente múltiples conflictos, o por lo contrario, seala panacea mediante la cual los pueblos del mundounifiquen sus saberes y fuerzas en procura de tomarmedidas pertinentes para un devenir mejor del mundo.

Desde una perspectiva epistemológica, cabe advertir quela comprensión de tan difíciles problemas, requiere deuna profunda reorganización de las estructuras del sa-ber. Las ciencias sociales necesitan articularse con lasciencias de la naturaleza; pero ya no desde un punto devista reduccionista de lo antropológico a lo biológico;ni de efectuar un proceso sintético de los conceptos yelaboraciones que formalizan el discurso de cada unade las disciplinas, sino más bien, de develar lasinteracciones siempre presentes entre hombre,naturaleza y cultura en el ámbito espacio-temporal queha caracterizado el devenir de la tierra y el mundo talcomo lo advierte por ejemplo, Morín: �concebir alhombre como un concepto trinitario: individuo -sociedad - especie, en el que no se pueda reducir osubordinar un término al otro� (1999, 23).

Esta concepción obliga a mirar la realidad y los fenómenosya no en un sentido mecanicista y fraccionado, sino porel contrario: a repensar el mundo, las relaciones hombre-naturaleza, como una sola trama que se ha complejizadoaún más por la intempestiva aparición de fenómenos quecomo los señalados, afectan gravemente los componentese interacciones de los sistemas de vida, que hoy más quenunca, se tornan frágiles e impredecibles.


En esta perspectiva, la complejidad es un punto de vistaprimal que posibilita nuevos horizontes de interpretaciónde las organizaciones vivas y aún más a lasorganizaciones socionaturales, permitiendo establecerpuntos especiales de articulación entre las Física, laBiología y otras disciplinas; pero no solamente a travésde la química, ni de la Termodinámica como era usual yfrecuente hacerlo, sino más bien a través de puntos devista menos delimitantes y definidos.

Pensadores contemporáneos como Morin (1998) y Capra(1999), consideran que la dinámica de este tipo de sistemasno es posible abordarla desde la percepción y principiosde la mecánica clásica que imaginaban a la naturalezacomo una máquina; por el contrario, se propone pensar ala naturaleza, como una trama que se entreteje, auto-organiza y recrea.

La teoría de la complejidad desde un punto de vistaepistemológico constituye la búsqueda de nodos dearticulación entre la Física, la Antropología y la Biología,ubicándose en el terreno fenomenológico encorrespondencia con la fundamentación teórica devariadas disciplinas y los principios primeros derazonamiento. Como diría Morin, a la luz de la teoría dela autoorganización y la complejidad:

�� tocamos los sustratos comunes a la Biología y ala Antropología, al margen de todo biologismo y detodo antropologismo. Nos permiten, al mismotiempo, situar los niveles de complejidad diferentesen los que se ubican los seres vivientes, incluido elnivel de muy alta complejidad y tal vez dehipercomplejidad propio del fenómenoantropológico. Tal teoría nos permite revelar larelación entre el universo físico y el universobiológico, y asegura la comunicación entre todaslas partes de eso que llamamos lo real. Las nocionesde Física y de Biología no deben ser reificadas. Lasfronteras del mapa no existen en el territorio sinosobre el territorio. Si el concepto de Física se agranda,


se complejisa, todo es, entonces, Física. Digo,entonces, que la Biología, la Sociología, laAntropología, son ramas particulares de la Física;asimismo, si el concepto de Biología se agranda, secomplejisa, todo aquello que es antropológico es,entonces, biológico. La Física, así como la Biología,dejan de ser reduccionistas, simplificadoras y sevuelven fundamentales. Esto es casi incomprensiblecuando uno está en el paradigma disciplinario enel cual la Física, la Biología, la Antropología, soncosas distintas, separadas, no comunicantes�.(Morin, 1998, 62-63).

Pero también se sumerge en el espacio de múltiplesinteracciones del hombre con su entorno socio-natural, demanera que a partir de la complejidad se pueden compren-der de manera particular problemas prácticos. Se trata en-tonces de integrar la objetividad en un contexto más amplioy reflexivo, acogiendo una nueva dimensión que es precisa-mente la relación de empalme entre lo social y lo natural.

Desde una perspectiva bio-lógica, se va imponiendo enese sentido, el argumento de considerar como sistemascomplejos a los más resistentes a las incidencias del en-torno, de modo que las selvas tropicales por ejemplo, altener un alto poder de recuperación, de autocreación yautoregulación pueden considerarse como tales en con-traste con los sistemas relativamente simples como lossistemas de monocultivo.

El poder de recuperación tiene que ver con la probabili-dad de no sucumbir fácilmente ante las alteraciones na-turales o artificiales, como las fluctuaciones climáticas,los regímenes de humedad, las concentraciones de agua,los incendios forestales, la erosión, entre otros proble-mas frecuentes, que padecen los tejidos socionaturales.

Otro aspecto fundamental que aborda el enfoque en men-ción, es que todo fenómeno es contextual y contextuadoen la medida en que una mínima alteración en sussubsistemas altera la configuración general del conjun-


to, porque se presentan relaciones fuertes de intercambioe interdependencias. Como afirma Capra:

«Cualquier perturbación no tendrá un único efec-to, sino que sus consecuencias repercutirán en pa-trones en constante expansión. De hecho puede ver-se incluso amplificada por circuitos de retroalimen-tación independientes, capaces de llegar a ocultarla fuente original de la perturbación» (1998, 308)

De esa manera, un acontecimiento ecológico por ejem-plo, incide en el sistema socionatural global de múltiplesmaneras y variadas intensidades. De tal modo que unfenómeno que afecta el microcosmos afecta también asistemas cada vez más complejos tanto en lo biológicocomo en lo social, produciéndose directa o indirectamenteun comportamiento global difícil de predecir. Estas sonlas propiedades emergentes del sistema complejo, es laestrecha relación que se establece entre el desenlace localy el acontecer de la globalidad.

Si desde una perspectiva biológica las ciencias natu-rales se adentran en la configuración de la biósfera,desde las ciencias del lenguaje y humanas se apunta ala comprensión de la semiósfera. Es decir, que ladialogía de los saberes y de las ciencias comportan ala naturaleza como una trama tejida por diferentes hi-los y significados. La naturaleza no sería entonces, unente solamente físico sino un espacio polivalente, te-rritorio significado por diferentes culturas en el cualsucede un sinnúmero de acontecimientos. Tal afirma-ción conlleva a entender a toda dimensión cronotópicacomo un horizonte polivalente y no monocultural. Siel espacio es significado encontraremos entonces quese halla sujeto a múltiples imaginaciones y a diferen-tes formas discursivas.

Así, que si un fenómeno ambiental influye en la tramasocionatural en general, éste no va a ser interpretado onarrado de manera unidireccional sino que quienes losufren o lo han vivido, lo perciben y cuentan de diversos


modos; más aún, cuando se trata de un espaciosmulticulturales y en disputa, como los contemporáneos

PARADÓJICAS DEL TRÓPICO

Las regiones tropicales que hacen parte del corredor delPacífico en el mundo, constituyen un centro prioritario deatención debido fundamentalmente al gran potencial devida que se concentra, pero que en la actualidad, se ve seria-mente amenazado, en primera instancia porque la especiehumana ha alcanzado niveles de intervención altamentedestructivos, alterando la dinámica de los sistemas de vidaen márgenes insospechados y quizás irreversibles.

Como parte integrante de ese sistema serias perturbacio-nes del sistema global, en la geografía nariñense de lacosta pacífica colombiana, se ve afectado por análogassituaciones, aunque de orden local. Considerada como unade las zonas mas riesgozas del mundo debido a la acumu-lación de frecuentes alteraciones de orden natural como:sismos, maremotos y fluctuaciones climáticas que al con-verger con múltiples intervenciones del hombre, la diná-mica socionatural sufre serias perturbaciones.

La Costa Pacífica Nariñense en donde al parecer los fe-nómenos constituyen un estado fractal del acontecer glo-bal, que con el transcurrir del tiempo se han ido reprodu-ciendo, comunicándose, amalgamándose y configuran-do una situación sumamente crítica que refleja la pertur-bación ecológica que sufre el planeta. Si los sistemas devida constituyen entramados de creciente complejidaden la biósfera (Capra, 1999), el tejido viviente característi-co de la zona, presenta también una configuración fractalde la misma, a nivel ecositémico.

Por consiguiente se considera necesario acudir a enfo-ques y tendencias que posibiliten abordar en un senti-do integral, el desenlace no lineal de los acontecimien-tos socionaturales y avanzar hacia una concepción al-ternativa de los mismos.


La desaparición de especies nativas, el desequilibrio enlos sistemas de vida, la erosión del suelo, los altos nive-les de contaminación de los ríos y el mar, el empobreci-miento de la calidad de agua y el creciente deterioro delas condiciones de vida de los habitantes del sector, sonalgunas manifestaciones de tal problemática, la cual tie-ne su propia historia y se encuentra vinculada a formasde biopoder concretas.

En efecto los espacios de vida o mejor territorios múlti-ples del pacifico sur han ido configurando a través delógicas múltiples, de variados y contrastantes imagina-rios. El paso del hombre no ha sido único por este territo-rio, sino que ha cambiado en el devenir del tiempo, sien-do entonces el anclaje de múltiples representaciones ymemorias que regularmente no han sido originarias, sinodevenidas como el rizoma, como el ritmo propio delrizoma. Tejido de existencia y coexistencia diversa. Esun territorio propiamente interino al ser humano. Interi-nidad rizomática reflejada en toda la condición culturaly social que en ella se ha entrelazado. Tejido de existen-cia y coexistencia diversa. Es un territorio propiamenteinterino al ser humano.

Pese a que las violencias del mundo elemental son inhe-rentes al territorio, los grupos humanos han podido cons-truir y diseñar mundos posibles de vida, donde cada suertede hechos es intrínsecamente asimilado en la interiori-dad. Así mientras que para los foráneos es de algunaforma un espacio funesto, para sus locales es y ha sidoparadisa, donde toda obra de lo elemental se hace bendi-ción. Como lo describía el viajero Francisco José de Caldas:

«Llueve la mayor parte del año. Ejércitos inmen-sos de nubes se lanzan en la atmósfera del senodel Océano Pacífico. El viento oeste, que reina cons-tantemente en estos mares, las arroja dentro delcontinente; los Andes las detienen en mitad de sucarrera; aquí se acumulan y dan a estas montañasun aspecto sombrío y amenazador; por todas par-tes no se ven sino nubes pesadas y negras, que


amenazan a todo ser viviente; una colina sofo-cante sobreviene; este es el momento terrible; ráfa-gas de viento dislocadas arrancan árboles enor-mes; explosiones eléctricas, truenos espantosos;los ríos salen de su lecho, el mar se enfurece; olasinmensas vienen a estrellarse sobre las costas; elcielo se confunde con la tierra, y todo parece queanuncia la ruina del universo. En medio de esteconflicto el viajero palidece, cuando el habitantedel Pacífico duerme tranquilo en el seno de su fa-milia. Una larga experiencia le ha enseñado quelas consecuencias de estas convulsiones de la na-turaleza son pocas veces funestas, que todo se re-duce a luz, agua, ruido, y que dentro de pocas ho-ras se restablecerán el equilibrio y la serenidad».

El territorio se ha ido tejiendo a través de entramadosdiversos, configurándose una historia discontinua ypolifonica. Diferentes memorias y prácticas se han su-perpuesto y entrecruzado.

El hombre afro-colombiano enraizado como una suerte demanglar en esta trama de la vida que con el tiempo ha idoadaptándose, conociendo, semantizado y construyendo suterritorialidad a través de una mítica que se desplazó, seenraizó y renació en los bosques salados inundados por elagua tornándose en un solo tejido, un solo símbolo; ha deli-mitado este espacio a partir de lógicas múltiples que conju-gan mágicamente variadas actividades. La pesca, la agri-cultura, la caza y la recolección son prácticas económicasque han desarrollado con los distintos giros al ritmo delastro solar y lunar. A la percusión de sus ciclos y en laespera de las bondades y bendiciones de la naturaleza.

El día y la noche son espacio- tiempos de descanso y trabajoque en un continuom permanente y cotidiano se alternancon tonos sonoros de la música, la danza, la palabra y eljuego. Son estas expresiones una obra que se gestan de larisa y del sentimiento que los seres humanos en sus practi-cas de lectura, repasan en el cuerpo del mar, en el acaecerdel rió, en los acomodos de la tierra y en la vida misma.


De similares espacios pero igualmente diferentes y extra-ños el ser indígena de forma casi que refundida se haemplazado en las riveras de las aguas fluviales,enraizando en ellas también su memoria y tradición.Mítica diferencial que recrea mágicamente el mundovegetal y animal para construir su devenir mundo. Nosin pensar e imaginar al mismo como la precipitacióndevenida de la mano de los seres míticos:

�En Guangüí me fue relatado que, de acuerdo con lacostumbre emberá, a una joven, cuando tuvo lamenarquía, la recluyeron en un pequeño recinto den-tro de la casa, pero los padres la encerraron muchotiempo y empezó a engordar hasta que del peso elpiso de la casa se rompió y en la tierra se fue ente-rrando hasta que quedó en una cueva en las profun-didades. Allí está acostada con los brazos extendi-dos; en ocasiones llega un ratón y le muerde la mano,entonces ella mueve algún dedo y la tierra tiembla�.�... se cuenta que el mundo tiembla porque Karagabíque tiene la tierra en una mano la pasa a la otra paradescansar�. (M. Pardo en G. Wilches).

Mas internos en los esferas del rió y de la selva subsistende actividades similares a las de sus vecinos losafrocolombianos con quienes desde centurias entendie-ron la diferencia y a la vez la compartieron, no sin vivirlos resquemores y las fricciones que ello causa.

Finalmente los serranos, los colonos paisas, provenien-tes de las distintas partes del país se han venido apode-rando a través de la economía y de sus propias lógicasdel territorio generando cambios que con el tiempo sevan haciendo impugnables, violencias que azotan atodos los habitantes del territorio que un día compren-dieron las gramáticas del Otro y de lo otro para no su-cumbir. Sin embargo otras lecturas se imponen en larelación con el territorio y con lo humano, adviniendonuevas prácticas económicas que se imponenhegemónicas y únicas.


La interacción social que siempre ha sido, no dejando deser compleja y dificultosa, dado que lo imaginario conju-ga, más allá de la dualidad escasez y abundancia, tratan-do de mantener una armonía enmarañada, sostenida porun hilo frágil pero que paradójicamente se vuelve el sos-tén del mundo, del mundo habitado. Sin embargo la fragi-lidad se ha vuelto cada día más adversa y sensible. Elexcesivo provecho que se tiene por el ente vivo, está comodirían las palabras de los mismos locales �secando lahumedad� o también desbordándola. Si ello pasa con elentorno vivo, algo similar ha acontecido con las relacio-nes interhumanas: Negación, violencia, xenofobia, homi-cidio, la explotación y la crueldad, son los síntomas delabatimiento humano y son ellas precisamente lasgeneradoras de la sequedad vital y desesperanza huma-na. El hombre indígena, el renaciente, el culímocho, el co-lono paísa, los serranos y en fin todos sus habitantes con-dicionales de este entorno contemporáneamente viven elabatimiento humano y la sequedad vital.

Estas violencias humanas se desatarán conjuntamente conlos elementales causando múltiples y graves estragos am-bientales y ecológicos que los pobladores han tenido queasumir y soportar intestinalmente. Nuevamente el espectrode los imaginarios adquiere un escondido matiz diferen-cial que ahora explica ya no el imaginario sobre el territoriosino el imaginario sobre el desastre. Así como son múltipleslas representaciones territoriales, lo son también los am-bientales. Observándose como los seres humanos le otor-gan diferentes sentidos a lo acontecido con su territorio:

Era el 12 de diciembre del año 79Yo estaba mirando el cieloPor si de pronto me llueveComo una red en la espaldaCon rumbo hacia la bocanaEn busca de un pescadito

Y así prolongada mí famaEn el punto definitivo sentíUn cimbrido muy fuerte


Era la furia del marQue dejaba mi cuerpo inerte

Cuando llegué a mí casaNada, nada que encontrabaLa gente se había corridoCon rumbo hacia las quebradas

Julio Cesar GóngoraFURIOSO MAREMOTO

Una cosa dicen unos y otra dicen otros como el vaivén delas olas del mar, la palabra cambia y se narrapolifónicamente. Cuentos, décimas, cantos, surgen de lasentrañas de la memoria humana para explicar los lati-dos y los convulsiones de la Gea. La palabra es así, estambién así, la voz del estremecimiento:

ISe acabo san Juan de la costaLa playa de maravillasSolo ha quedado la historiaPara contarla en la vida

IIUna noche decembrinaTodo el mundo esta en su casaY a las tres de la mañanaEl mar baño por encima

IIISan Juan era una sirenaLista para refundirseY las viudas sanjuaneñasSin ropa con que vestirse

IVLlegaron los sanjuaneñosA la sombra de un palmarPor su playa tan queridaDestruida por el mar

CANTO A SAN JUANJulio Cesar Góngora


LAS METAFÍSICAS DEL BIO-PODER

EN LA COSTA PACIFICA

La historia de América latina desde su configuraciónha estado implicada con la historia de la economíapolítica mundial, que no es otra cosa que la subyuga-ción a un tipo fuerza, a un determinado poder y a de-terminadas formas de violencia. En este sentido el de-venir del territorio en mención, nunca ha estado porfuera, sino totalmente articulado y subyugada a ella.La instauración e imposición de diferentes formas depoder y practicas económicas y culturales han sido así,la regularidad de su historia.

Como diría Aníbal Quijano (2000) aludiendo a lacolonialidad y el poder en América Latina, a través decategorías como las de raza, se configuró una determina-da clasificación y tipología social, a la red de relaciones dedominación y una sistemática división racial del trabajo:

�Las nuevas identidades históricas producidassobre la idea de raza, fueron asociadas a la natu-raleza de los roles y lugares en la nueva estructuraglobal del control del trabajo. Así, ambos elemen-tos, raza y división del trabajo, quedaronestructuralmente asociados y reforzándose mu-tuamente, a pesar de que ninguno de los dos eranecesariamente dependientes el uno del otro paraexistir o cambiar� (Quijano 2000, 204)

A través de la historia y mediante diferentes dispositi-vos culturales e ideológicos sean inventado territorios,identidades, instaurándose relaciones de dominación,de poder, explotación y violencia que se han ido perpe-tuando y sobreponiendo unas sobre otras. Así en la ex-periencia local del Pacífico sur de Colombia, sus espa-cios comportan tránsitos en varios ángulos, implicandodifíciles acomodos que se construyen a partir de encua-dres impetuosos y que se concretan en la explotaciónexcesiva del medio y del hombre.


En este sentido, la región caracterizada por poseer abun-dante materia prima y mano de obra para explotar ha sidosinónimo de alta plusvalía, una inversión prospera al me-nor riesgo. La explotación del oro, el platino, la tagua, elmangle, la madera, la palma africana y finalmente la coca,economías que al depender la una de la otra y, al estararticuladas a un patrón mundial, resultan cada vez máspeligrosas y perturbadoras para la vida social y biológica.

La insurgencia de un mundo colonial, nacional e inter-nacional así como las políticas económicas y lostotalitarismos globales, dejan plantadas distintasvirulencias que genera un gran drama social y cultural.Las nuevas economía de enclave desestructuran las eco-nomías tradicionales, imponiéndose una nueva racio-nalidad que tiene como fundamento o correlato al dis-curso tecnocientífico, y que a su vez establece un nuevoparadigma, el de inagotabilidad de los recursos natura-les y su máxima producción.

De esta manera, economías extractivas como la explota-ción maderera llevaría a producir cambios ambientales,sociales y económicos. Poblaciones enteras presentaroncambios drásticos, pasando de ser lugares olvidados aser anclajes de circulación muy importantes de la re-gión. El comercio creció a pasos agigantados alterandoforzosamente sus sistemas económicos tradicionales: laagricultura perdió importancia para ser sustituida porla explotación de maderera. La población pasa a ser asa-lariada, generándose una cadena comercial donde lostuqueros, intermediarios (pulpos), propietarios e indus-triales hacen parte de una pirámide de máxima explota-ción humana. El sistema de comisariatos y los préstamostraerían excesivos abusos humanos cuyas cuentas ter-minaban pagándose con la vida misma.

Lo mismo sucede con la instauración de plantaciones depalma africana que abarcan una gran fracción del litoralpacífico. Así como la extracción de mangle y la taguasignificó la transformación de los bosques y sus tramas devida con el advenimiento de las extensas palmicultoras,


se altera drásticamente el paisaje socio-natural, convir-tiéndolo en un espacio homogéneo y monofuncional. Alrespecto señala enfáticamente A. Escobar:

«Como ocurriera décadas atrás en la región del Va-lle y norte del Cauca con el avance de la caña deazúcar, el nuevo paisaje natural y social arriba des-crito evidencia la existencia de nuevos agregadoscreados por los aparatos del estado y del capital: laapropiación del trabajo para la obtención de ga-nancia y plusvalía; la apropiación del territorio,ahora convertida en propiedad privada extensa yregulada por la renta; y la apropiación del dinerolocal, convertido en precario mecanismo para laobtención de mercancías y el pago de impuestos.La plantación ha inventado un nuevo modelo de latierra del trabajo y del dinero». ( 1996,115 )

Con esta directriz que articula el mundo capitalista yEstatal se apropian extensas zonas de tierra activándo-se los desplazamientos poblacionales; familias enterasperdieron sus tierras, con la elección única de ser asala-riados a sabiendas o no de que estas medidas del mundoeconómico contradice radicalmente los tejidos frágilesde sus ecosistemas que no admiten la explotación inten-sa y brutal. Así estos espacios diseñados por la naturale-za en forma de fractales con la intervención del capitalse han ido trasformando en espacios euclidianos y con-tables. Continúa Escobar:

El progreso de la plantación, en otras palabras, seha logrado a costa del devenir del bosque, de losríos, (ahora seriamente contaminados por los de-sechos agrícolas e industriales de la plantación),de la producción local para la subsistencia y, lomás importante, al precio del devenir de la mujer yel hombre negros, de su cultura. Como en otrosestadios de la modernidad en el mundo, Estado ycapital trasforman el paisaje y la sociedad en es-pacios y entidades legibles, contables y uniformes.A la polisemia de los espacios y culturas locales,


la plantación y el estanque componen el significa-do único e ineludible de lo contable y loadministrable. La disciplina se impone, reempla-zando la diversidad. ( 115).

Disciplina que se impone al paisaje, al ritmo del tiempoy de los cuerpos. Es la lógica del biopoder, trazar nuevascartografías similares para controlar y administrar lostejidos de vida, desde un punto de vista técnico y mecá-nico que busca la producción máxima. Los cuerpos in-fantiles, femeninos y en si toda la familia pasan a serfuerza de trabajo y a depender de la disciplina que impo-ne el trabajo y el nuevo paisaje.

Seducidos por la maquina fascinante del discurso capi-talista y desarrollista, las subjetividades pierden susterritorialidades y lasos que las enlazan para entrar en lalógica del salario que las quebranta, no sin vivir sus cuer-pos y mentes la violencia ejercida por un básico paupé-rrimo que los introduce y vincula a la lógica del deseo:

«El desarrollo convierte a la mujer del pacifico enun ser móvil, en algunas zonas mucho mas quelos hombres. Los hijos e hijas que antes tenían ase-gurado un rol productivo en la parcela familiar,ahora-sin posibilidad de trabajo o de estudio- en-grosan las filas de la delincuencia y el pandillajejuvenil, que han aumentado considerablemente enlos últimos años. Las palmicultoras han creadouna categoría cada vez mayor de familias sin tie-rra. Algunas han vendido gran parte del terrenodejando una pequeña porción con cultivos depancoger, pero ahora que la mayoría no posee fin-cas ha empezado a robarle al que la tiene, con loque empiezan a romperse los lasos de solidaridadpropios de esta cultura». (Lozano, 1996, 184)

Por otro lado las mujeres concheras, que en las madruga-das y al vaivén de las mareas, frecuentemente asistían aestos parajes marítimos embarcadas en mochas, potrillos ylanchas a la dura faena de la recolección de moluscos, como


dueñas únicas se trasladaban y enraízaban en los lodazales,por lo sucedido con el paisaje se ven enfrentadas a nume-rosos riesgos a una condición infructuosa de su trabajo y ala enfermedad de sus cuerpos:

Otro aspecto importante del desarrollo de la indus-tria pesquera es que el cultivo en cautiverio del ca-marón se ha realizado a través de una apropiaciónprivada de las costas, provocando no sólo la devas-tación del manglar sino impidiendo que muchasmujeres, que dependían de su trabajo comoconcheras, se acerques a los lugares donde siempreejercieron su oficio. En general las mujeres han per-dido control sobre los recursos que preveían su sub-sistencia y la de sus familias. (Ibid, 188)

El trabajo aquí, es una práctica que se vuelve cada vezmas ponzoñosa puesto que se debe luchar con un medioinhóspito por la alteración ecosistemita: bardas deavechuchos y plagas (zancudos, jejenes, culebras y polillas,etc.), que agujerean y curten las pieles humanas hasta elpunto de enfermarlas y acarrearlas a la muerte. En estaactividad como en otras, el cuerpo femenino ha tenido quetransmutar, que sufrir el ímpetu de la deformación.

Pese a las dificultosas y largas jornadas que caracteri-zan su trabajo las concheras viven y son fieles testigos dela sequedad vital de su medio; con el pasar del tiempo seven obligadas recorrer distancias cada vez más largascon el fin de recolectar los escasos provechos que el me-dio les ofrece y el comercio les usurpa.

Como alguna vez San Juan de la costa se volvió unasirena que se refundió en el mar por la violencia de loelemental, toda la pianguas expresa la poética palabrade Julio Góngora, abandonan su población para mar-charse al ecuador:

ISan Juan está quedando solaLamentando su dolor


Porque todita la pianguaYa se va para el Ecuador

IIYa se fue de viaje al EcuadorEn un hermoso vaporYa se fue la pianguaPara el Ecuador

IIILa marea está subiendoY el caracol va nadandoEn busca de su pianguitaQue ya lo esta abandonando

IVEl caracol va de viajeEn un hermoso vaporA buscar a su pianguitaQue se fue para el Ecuador

VEcuador tierra queridaDonde viven los tambacosReciben pianguas cocidasQue las mandan de Tumaco

LA PIANGUAJulio Cesar Góngora

Por otra parte la producción cocalera en los últimosaños ha fundado dentro de las conductas sociales for-mas de poder y de terror espectrales. El trafico, la pro-ducción y circulación de mercancía ha quedado en losadentros fantasmáticos de la cultura; la coca y su econo-mía representan para la interacción social un nuevo es-pectro de violencia y de terror.

El fantasma de la coca trata igualmente la tierra para sumáxima producción, excediendo el modelo de la revolu-ción verde. Enajenación mercantil dentro de lo local quehace que el ritmo del tiempo social y biológico se desajus-


te, lo que también sucede potencialmente con las econo-mías anteriormente señaladas.

La cimentación en este cambio social y cultural produci-do a través de la economía de la coca también se presentacomo especular, pues, es el reflejo del espejo el que nohace ir más allá, no permitiendo entrar. En el caso con-trario, quienes están adentro, pueden observar directa-mente aunque no del todo, estando dentro del espectro,morando en el, se cree poseer poder y control, pero elpoder es aquí, si es que hay lugar, es aun mas especular.Si M. Foucault expresa que el poder es reticular, aquí esclaramente espectral. Arquitectura de espejos, que gra-bados de espejos especularizan al que entra y al que estádentro. Quien está fuera, no puede entrar con el ojo, solosabe que se habita, pero no sabe como.

Y no es nada extraño que estos poderes: las fuerzas in-surgentes (guerrilla y paramilitarismo), los grupos eco-nómicos de narcóticos (la mafia y la delincuencia) gene-ren en estas regiones una cotidianidad espectral,fantasmatica que más allá de la violencia está impregna-da por el terror.

Las historias de esta nueva la violencia fragmentada, vin-culada al cultivo y el tráfico de coca es la atracción delimán convergente donde confluye un factum trágico demultiplicidades e intereses; espectros que arman la bom-ba de tiempo, donde los pobladores tendrían que asumirlos peligrosos resultados.

El sistema económico basado en la explotación indus-trial, el poder político, las fuerzas ilícitas, la produc-ción y trafico de cocaína, el trafico de armas, hacen par-te de grupos de poder que operan igualmente bajo lasparadojas del mundo contemporáneo, pues quiera o no,el capital esta estrechamente emparentado con las mer-cancías de lo ilícito y las fuerzas que supuestamente com-baten entre si, tienen su vinculo mas fuerte con lo queprecisamente ellas arremeten.


REFERENCIAS

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