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Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 1
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LLLIIIBBBEEERRRAAALLL EEENNN EEESSSPPPAAAÑÑÑAAA,,, 111888333333---111888777444... 1.REINADO DE ISABEL II (1833-68).
1.1. Partidos Políticos: Moderados y Progresistas.
1.1.1. Los fundamentos ideológicos. 1.1.2. El partido moderado.
1.1.2.1 Los moderados en el poder: Períodos de gobierno y obra política moderada.
1.1.3. El partido progresista. 1.1.3.1. Los progresistas e el poder: Períodos de gobierno y obra política progresista.
1.1.4. Otros partidos y movimientos políticos de la época.
1.2. El carlismo: ideario político, zonas de influencia, guerras y consecuencias. 1.3. Etapas políticas del reinado de Isabel II entre 1843 y 1868.
1.3.1. Las Regencias.
1.3.1.1. Regencia de Mª Cristina. La construcción del sistema Liberal (1833-1840). 1.3.1.2. La Regencia de Espartero, 1839-1843.
1.3.2. La década Moderada, 1843-1854.
1.3.3. El bienio progresista, 1854-1856. 1.3.3. Segundo período moderado, 1856-1868.
2. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874).
2.1. La Revolución de 1868: Causas, desarrollo y consecuencias. 2.2. Gobierno Provisional de Serrano, Constitución y acontecimientos hasta 1871.
2.3. Monarquía de Amandeo I de Saboya, 1871-1873.
2.4. La primera república y el cantonalismo: 1873-1874: 3. LA REFORMA AGRARIA EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX.
4.- EXTREMADURA.
4.1. Construcción del Estado Liberal, 1833-1875: Tensiones sociales y revueltas campesinas. 4.2. Transformaciones económicas en Extremadura durante la etapa isabelina: aspectos agrarios, transportes y comunicaciones.
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1.1. PARTIDOS POLÍTICOS: MODERADOS Y
PROGRESISTAS. 1.1.1. LOS FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS.
Entre 1833-1875 asistimos a la construcción
del régimen liberal o burgués en España,
imponiéndose el Nuevo Régimen al Antiguo
Régimen, el Liberalismo al Absolutismo, con
una transformación económica y social enorme.
La alta burguesía controlará el poder
económico y político, los vasallos se convierten
en ciudadanos, aunque sin abandonar su
condición de pobres proletarios o jornaleros.
Podemos dividir el período en varias etapas:
Regencia de María Cristina (1833-1840),
Regencia de Espartero (1840-1843), Reinado de Isabel II (Década Moderada 1844-1854, Bienio
progresista 1854-1856, Segundo período Moderado 1856-1868), Sexenio Democrático (1868-
1875).
Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
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Entre 1833-1875 se construye el régimen
liberal o burgués en España, imponiéndose
el Nuevo Régimen al Antiguo Régimen, el
Liberalismo al Absolutismo, con una
transformación económica y social
enorme. La revolución burguesa y la
ideología liberal gestada por Locke, Hume
y los ilustrados franceses, inicia su
andadura española con las Cortes de
Cádiz y la Constitución de 1812: División
de poderes, Constitucionalismo,
Parlamentarismo unicameral o bicameral,
Derechos y Deberes ciudadanos,
Soberanía Nacional, Sufragio censitario o universal, igualdad jurídica de todos los ciudadanos,
sistema político liberal (Monarquía constitucional o República), y economía librecambista.
Los Absolutistas defendían la Soberanía Real, las Cortes estamentales consultivas, los valores del
Antiguo Régimen, y la Religión Católica como esencia del Estado. Gobernarán con Fernando VII,
aunque en los años 20 aparece una rama más reaccionaria con los Realistas Puros o Apostólicos
(futuros carlistas).
Los Liberales se dividen en:
Jovellanistas o doceañistas (moderados) que gobiernan en la primera parte del Trienio Liberal
y proponen Soberanía compartida entre Cortes y Rey, sufragio censitario, limitación derechos,
y reformas moderadas
Liberales o exaltados (progresistas), que gobiernan en 2ª parte Trienio, abogan por Soberanía
Nacional, sufragio más amplio, desamortización amortizados, derechos y libertados amplios.
A partir de 1833 estas tendencias políticas se constituirán definitivamente en partidos políticos y
evolucionarán muy rápidamente.
1.1. 2. EL PARTIDO MODERADO.
Procede de doceañistas y tendrá el apoyo de terratenientes, alta burguesía comercial e industrial,
intelectuales conservadores, antigua nobleza, y altos cargos militares. Adopta el liberalismo
doctrinario francés de Guizot o el utilitarismo inglés de Bentham, que reivindican el gobierno de
los más capaces (Alta Nobleza, intelectuales y alta burguesía), orden social tradicional, Sufragio
censitario muy restringido, Soberanía Nacional compartida entre Cortes y Corona, y muchos
poderes para el Rey: El Jefe del Estado nombra los ministros, puede disolver las Cortes y vetar
las leyes. Defienden la confesionalidad católica del Estado y
el proteccionismo económico, y en los años 40, el ministro
Luis González Bravo, ya recurre al caciquismo para adulterar
elecciones.
Destacan líderes como Istúriz, Pérez de Castro, Alcalá
Galiano, Narváez, González Bravo o Alejandro Mon, que
protagonizan la creación de un régimen liberal conservador y
difunden su doctrina desde periódicos como “El Universal” y
“El Censor”, aunque ya en los años 30 habrá tres sectores: Conservadores del Marqués de Viluma
(Estatuto Real, aproximación a los carlistas, y Parlamento Corporativo); moderados de Joaquín
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Pacheco (Cercanos a los progresistas y la Constitución de 1837), y centristas (Narváez, Martínez
de la Rosa, López Ballesteros, Mon).
1.1.2.1. LOS MODERADOS EN EL PODER: PERÍODOS DE GOBIERNO Y OBRA POLÍTICA.
1833-43: Gobiernan inicialmente con Mª Cristina y elaboran el Estatuto Real de 1834 y la
División Provincial de Javier de Burgos en 1833. Vuelven a gobernar tras las elecciones de 1837
para limitar el sufragio y las libertades de la Constitución de 1837, decretar el nombramiento de
los alcaldes por el Rey y los Gobernadores provinciales, y suspenden la desamortización de
Mendizabal.
1843-54: Después de la Regencia de Espartero (1840-43), recuperan el poder con Narváez (Jefe
Gobierno en mayo de 1844) para gobernar toda la Década Moderada, en la que imponen el
liberalismo doctrinario, el caciquismo electoral de González Bravo, y la represión sobre carlistas
(II guerra carlista o guerra del matiners catalanes de 1846-49)
y movimiento obrero. Al final de los 40 aparecen tres tendencias
en Partido Moderado: Moderados de Narváez, autoritarios de
Bravo Murillo, y la Unión Liberal de O’Donnell.
La Constitución de 1845 fue la gran obra moderada del período,
caracterizada por la Soberanía compartida entre Corona y
Cortes, separación de poderes ficticia (El Rey nombra ministros,
sanciona leyes, disuelve Cortes), Cortes bicamerales (Senado
vitalicio nombrado por el Rey), Sufragio censitario-directo, derechos y libertades muy
restringidos, confesionalidad católica del Estado. Además de la Constitución de 1845, los
moderados implantarán un Estado liberal conservador que se resumen en 5 grandes conjuntos
legislativos:
1. Control político: La Ley de Imprenta restablece la censura, se impone el control del Ejército y
la expulsión de los progresistas del mismo, el caciquismo garantiza el triunfo electoral, y la
Guardia Civil vigila el orden, la seguridad y la propiedad privada.
2. Centralización administrativa: La Ley de Administración Local (1845) mantiene el régimen foral
y el nombramiento de los alcaldes por el Gobierno (localidades mayores de 2.000 hbts.) o por
los Gobernadores Civiles. Se extienden las quintas a toda España,
aumentan los poderes de los Gobernadores provinciales, la
Administración Central se organiza en Ministerios, creación del
Tribunal Supremo y aprobación del Código Penal (1848) y el Proyecto
de Código Civil de 1851.
3. Reforma fiscal de Alejandro Mon en 1845, que suprime los privilegios
fiscales particulares y regionales, divide los impuestos en directos
(Inmuebles, actividades industriales, comerciales y agrícolas) y
repartidos por Ayuntamientos que los cobran a los vecinos según
riqueza), impuestos indirectos (Aduanas, Consumos, Timbres,
transmisión de bienes), e impuestos especiales (Tabacos, Lotería y
Sal).
4. Reformas educativas y religiosas: Pidal (Ley Moyano de 1857) divide la Educación en Primaria o
elemental, Segunda Enseñanza en los Institutos, y Superior o universitaria (10 universidades
con nuevas especialidades, aunque solo la Madrid Central expedía el título de Doctor). Adopción
del Sistema Métrico Decimal de pesos y medidas, construcción líneas férreas de Barcelona-
Mataró (1848) y Madrid- Aranjuez (1853). En 1851 Bravo Murillo firmó el Concordato con la
Santa Sede, por el que la Iglesia acepta la desamortización a cambio de la devolución de los
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bienes aun no vendidos, confesionalidad del Estado, concesiones educativas (religión en la
escuela, supervisión de los contenidos educativos), y el abono de los sueldos del clero por el
Estado.
5. Política económica: Proteccionismo favorable a terratenientes agrícolas y burguesía comercial e
industrial.
La propuesta de reforma autoritaria de la Constitución de 1845 por Bravo Murillo no evitará la
crisis final del período (corrupción, expropiaciones indebidas para el ferrocarril) que llevan al
pronunciamiento de O`Donnell y posterior levantamiento popular y progresista, conocidos como la
Vicalvarada de 1854.
1856-68:
Finalizado el Bienio Progresista en 1856, los moderados de Narváez recuperan el poder en 1856
aliados con la Unión Liberal de O’Donnell, que reprime a progresistas, disuelve la Milicia Nacional,
y restablece la Constitución de 1845 reformada por un Acta Adicional que amplía el sufragio,
democratiza Ayuntamientos de más de 40.0000 hbts., y reconoce el juicio por jurado. En 1858
Narváez suprime estos avances constitucionales y suspende la Desamortización de Madoz. Con el
gobierno largo de O´Donnell se inicia un importante crecimiento económico, expansión colonial,
inicio construcción férrea y grandes inversiones extranjeras, pero también protestas sociales
contra el impuesto de Consumos, las Quintas y los salarios de los jornaleros.
Entre 1863-68 predomina la inestabilidad política, el descrédito de la reina, la represión de la
oposición (progresistas, demócratas y obreristas), y la crisis económica 1865-68. A las protestas
universitarias (Matanza Noche de San Daniel en Universidad Alcalá en 1865) y la rebelión de los
Sargentos del Cuartel de San Gil, se unirá el Pacto de Ostende de 1866 (progresistas, demócratas
y La Unión Liberal) para derrocar a los moderados.
1.1.3. EL PARTIDO PROGRESISTA.
Descendientes de los moderados del Trienio, apoyados por mediana y pequeña burguesía,
profesionales liberales (profesores, periodistas, abogados), y oficialidad media del ejército,
tendrán lideres como Mendizábal, el General Espartero, Calatrava, Madoz, Prim…. En periódicos
como «La abeja» o «El Eco del comercio» reivindican la soberanía nacional sin límites, el
predominio de las Cortes por encima del rey, sufragio censitario amplio, desamortización,
anticlericalismo, independencia y democratización Ayuntamientos y Diputaciones, amplios
derechos individuales y colectivos (libertad de imprenta, prensa, opinión, religión, etc.), y Milicia
Nacional. De los progresistas extremistas surgen los republicanos en 1841 y en 1849 el Partido
Demócrata de José María Orense, que proponían el reparto de las tierras desamortizadas, la
enseñanza pública obligatoria, la reducción del presupuesto militar, y el sufragio universal, amplias
libertades (imprenta, culto, reunión, asociación.
1.1.3.1. LOS PROGRESISTAS EN EL PODER: PERÍODOS DE GOBIERNO Y OBRA POLÍTICA
PROGRESISTA.
Gobernarán con Mendizábal (1835-1836), Calatrava (1836-1837), y Espartero (1840-1843) antes
de la mayoría de edad de Isabel II. Mendizábal (sept. 1835) reforma el Estatuto Real, y después
del Levantamiento de los Sargentos de La Granja en 1836, Calatrava restablece la Constitución
de1812, inicia la desamortización con Mendizábal, hace frente a la, guerra carlista, y aprueban la
Constitución de 1837, que en 77 artículos recoge principios progresistas (Soberanía nacional,
amplios derechos, división de poderes, aconfesionalidad del Estado, libertad de imprenta) y
principios moderados (Bicameralismo, nombramientos ministros por el Rey, veto real a las leyes,
financiación culto católico, y sufragio censitario restringido para sólo el 2’4% de la población).
Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
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Regresarán al poder con la Regencia de Espartero 1840-1843 y su gobierno autoritario, de
espaldas al Parlamento hasta que los propios progresistas le retiran su apoyo, después del Tratado
de libre comercio con Inglaterra en 1841 y el Levantamiento de Barcelona, y el Pronunciamiento
moderado-progresista de Torrejón de Ardoz en 1843 que da el poder a los moderados y proclama
la mayoría de edad de Isabel II.
Gobiernan durante el Bienio Progresista (1854-56), aprobando la desamortización General de
Madoz, creación del Banco de España, Ley de Bancos de Emisión y Crédito, Ley de Ferrocarriles
de 1855, y liberalización inversión extranjera. Redactarán, aunque nunca se aprobará, la
Constitución de 1856 (Soberanía Nacional, ampliación derechos, Libertad de culto, prensa,
sufragio más amplio, limitaciones poder Rey, Milicia Nacional. La crisis agrícola y de subsistencias
de 1856 provoca revueltas, el golpe de O´Donnell y la dimisión de Espartero.
1.1.4. OTROS PARTIDOS Y MOVIMIENTOS DE LA EPOCA.
Los Carlistas, además de participar en 3 guerras, crean un partido con ideología absolutista, ultra
católico, foralista navarro y vasco, sociedad estamental, Inquisición, etc. Les apoya el pequeño y
mediano campesinado del norte de España y determinados grupos de la nobleza y la Iglesia.
Los Demócratas de José Mª Orense 1849, escindidos del Partido Progresista, reivindican
Soberanía Popular, sufragio universal, Milicia Nacional, poderes reducidos del
Rey, determinadas reformas sociales, libertades individuales, y coinciden con las
clases medias y bajas.
Los Republicanos de Sixto Cámara y Fernando Garrido, también escindidos de los
progresistas a principio de los 40, con grandes apoyos entre el obrerismo,
jornaleros, clases medias, intelectuales, proponen un Estado republicano. Se
dividirán en Unitarios y federalistas.
El Obrerismo socialista catalán aparece con la Asociación Mutua de Obreros
algodoneros, aunque su crecimiento se producirá hasta el Sexenio y con la
definitiva fundación del PSOE a finales de los 70.
El pretorianismo militar (Participación militares en política) llenará los partidos de militares de
prestigio, los gobiernos ministros militares, y el siglo XIX de golpes de estado, pronunciamientos,
y asonadas. El mito del militar victorioso en la Guerra de Independencia, la debilidad del sistema
parlamentario electoralmente corrupto, y la ausencia de una base popular de apoyo al liberalismo,
impedía la alternancia pacífica en el poder.
1.2. EL CARLISMO: IDEARIO POLÍTICO, ZONAS DE
INFLUENCIA, GUERRAS Y CONSECUENCIAS (VIDEO CARLISMO). EL CARLISMO: ORÍGEN, IDEOLOGÍA, APOYOS…
Fernando VII deja dos hijas al morir el 29-XI-1833, y su mujer, Mª Cristina, se
convierte en Regente de Isabel, que tenía 3 años.
Los llamados carlistas, tradicionalistas o apostólicos (Nobleza rural, Iglesia
tradicionalista, pequeños y medianos campesinos católicos del norte, pequeños
artesanos, foralistas), no aceptaban la derogación de la Ley Sálica por la
Pragmática Sanción, ni el Testamento del Rey, y apoyan a Carlos Mª Isidro,
hermano de Fernando VII, como heredero legitimo a la corona. Decía Carlos Mª
Isidro: “No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la
observancia y cumplimiento de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los derechos
Carlos Mª Isidro
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imprescriptibles de mis hijos... me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella
me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser perpetuada.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya), creí se habrían dictado en mi defensa las
providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese
intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales, gobernadores y demás
autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios me lleve al seno de mi amada
Patria, a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No
padezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo
exceso...”(Comunicado de Carlos Mª Isidro, en Abrantes, el 1 de octubre de 1833.). El carlismo tiene su origen en los
absolutistas de la Regencia de Urgell en el Trienio, en los «realistas puros», intransigentes apostólicos, o en
el "Movimiento de los Malcontents", y “El Ángel Exterminador”, de la época de Fernando VII. Los
carlistas defienden el absolutismo y el Antiguo Régimen bajo el lema “Altar y trono” y “Viva la
Inquisición”, el régimen tradicional de la propiedad agrícola (mayorazgos, vinculación señorial,
etc.), el integrismo católico, y los Fueros como régimen jurídico y administrativo particular que
eximía de la fiscalidad madrileña y de las quintas, por ejemplo, a algunos territorios. Les apoyan
clérigos tradicionalistas, nobleza rural, pequeño campesinado católico (En contra desamortización
comunales), defensores de los fueros en Navarra y País Vasco, Iglesia (contraria legislación
liberal), y pequeños comerciantes y artesanos urbanos afectados por el librecambismo (impuestos,
supresión gremios). Geográficamente sus apoyos se centran en el norte (Navarra, País Vasco,
Cataluña, Aragón), en Valencia, y reciben el apoyo de países absolutistas como Austria, Rusia y
Prusia.
Los Isabelinos o cristinos apoyan a Mª Cristina y sostienen la legalidad de la sucesión a la corona
de Isabel, hija de Fernando VII, al aceptar la derogación de la Ley Sálica por la Pragmática
Sanción. Este bando se identifica con Isabel y con las reformas políticas y económicas liberales:
La mayoría de los cargos de la administración y de la burocracia provincial y municipal, los
miembros del ejército, clases medias, financieros y comerciantes, profesiones liberales, la
mayoría de los sectores populares, y los absolutistas fieles a Fernando VII de entre de la alta
nobleza y gran parte del clero secular. Recibirán el apoyo de la Cuádruple Alianza (Francia, Gran
Bretaña, España y Portugal). Mª Cristina y su gobierno, encabezado por Cea Bermúdez,
reaccionaron tarde ante la rebelión carlista, pero rápidamente dejaron claras sus intenciones: “
Por una serie de hechos plenamente comprobados y demasiado decisivos, tengo la funesta incertidumbre de que el
infante don Carlos María Isidro ha tomado una resolución hostil, aspirando a usurpar el trono a mi augusta hija doña
Isabel II, en menosprecio de la ley fundamental y vigente del Estado, de la suprema voluntad del rey mi esposo
(Q.E.P.D.) y del reconocimiento de la nación testificado solemnemente en Cortes (…) He determinado y mando por el
presente decreto, que inmediatamente se proceda al embargo y adjudicación al Real Tesoro de todos los bienes de
cualquiera especie, frutos, rentas y créditos … del expresado infante don Carlos (...)” ( Comunicado de la Regente, en el
Palacio Real de Madrid, a 17 de octubre de 1833). Al final vencerá la burguesía, los isabelinos liberales, el
liberalismo sobre el absolutismo, con la liquidación del régimen señorial, la sociedad estamental, y
la abolición de las instituciones políticas del Antiguo Régimen. La burguesía, sobre todo la agraria,
asume el poder político y crea un sistema jurídico y económico favorable a esta burguesía y a la
economía capitalista.
LA I GUERRA CARLISTA, 1833-1839.
La primera guerra carlista se desarrolla entre 1833-1840, con diferente suerte para el carlismo y
distintas tácticas (guerra convencional, sitios de ciudades, guerra de columnas, y guerrillas),
según la etapa:
1ª Etapa, (1833-35): Los liberales, desde Madrid, intentan crear un régimen liberal con la
Regente Mª Cristina y una serie de gobiernos de transición, que ponen en marcha la división
provincial de Javier de Burgos, el Estatuto Real, y permiten el regreso de progresistas exiliados.
En 1835 los progresistas toman el poder y Mendizábal inicia las reformas más revolucionarias.
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Militarmente es una etapa de iniciativa carlista, liderados por Zumalacárregui, quién quería
marchar sobre Madrid, pero los principales dirigentes prefieren centrarse en el control del País
Vasco y Navarra, extendiéndose después hacia Aragón, Cataluña, Valencia y las dos Castillas. En el
sitio de Bilbao muere Zumalacárregui en 1835, finalizando las expansión carlista. La crueldad de
la lucha lleva a Gran Bretaña a proponer el Convenio Elliot sobre el respeto a los prisioneros de
guerra (1835).
2ª Etapa, 1835-37: En esta etapa el gobierno de Madrid restablece la Constitución de 1812,
después de la rebelión de los Sargentos de La Granja, y pone en marcha la disolución del Antiguo
Régimen (gremios, desamortización, etc.) y se aprueba la Constitución de 1837.
Las expediciones carlistas al sur del Ebro (Guerra de columnas) extienden geográficamente el
conflicto a prácticamente todo el Norte peninsular, llegando incluso a Extremadura, pero fracasan
en la conquista de las grandes ciudades (Madrid y Bilbao), y no encuentran suficiente apoyo en
otras regiones. Gracias a los ingresos por la venta de bienes desamortizados, los liberales crean
un gran ejército y su general, Espartero, triunfa en la defensa de Bilbao y en la batalla de Luchana
en 1836.
3ª Etapa, 1837-1839: Los moderados gobiernan después 1837 y la guerra ya se inclina
definitivamente del lado liberal, a pesar de la táctica carlista de guerrillas desde las montañas. El
carlismo se divide en Intransigentes (Don Carlos y Cabrera, apoyados por el campesinado y el
clero norteño, que se negaban a pactar cualquier rendición) y Moderados o Transacionistas de
Maroto, partidarios de un acuerdo de paz. En 1939 los progresistas vuelven al poder y finalizan la
guerra con el acuerdo o abrazo de Vergara entre el general liberal Espartero y el carlista Maroto,
reconociendo la victoria liberal a cambio del ingreso en el Ejército español de los oficiales
carlistas y de la promesa de mantener los fueros vascos y navarros El General Cabrero decidió
continuar la guerra de guerrillas en el Maestrazgo hasta 1840, en venganza por el fusilamiento de
su madre.
La guerra supuso más de 200.000 muertos sobre una población total de 13 millones, implicó la
definitiva inclinación de la monarquía isabelina hacia el bando liberal, y ratificó el protagonismo de
los militares, que se convertirán en lideres políticos que participan en el ejercicio del poder,
incluso alterándolo con sucesivos Pronunciamientos para cambiar el signo del gobierno según
conviniese. Los gastos de la guerra acabaron por arruinar las finanzas públicas, a pesar de los
ingresos procedentes de la Desamortización de Mendizabal de 1836.
El carlismo no desapareció de la vida política nacional, levantándose otra vez en la II Guerra
Carlista (1846 y 1849) al fracasar los intentos de casar a Isabel II con el primogénito D. Carlos
(Carlos VI de Borbón), y aprovechando la rebelión de campesinos catalanes. Entre 1872-1876
tendrá lugar la III guerra carlista (Carlos VII) al no considerar el gobierno de Prim la
candidatura de D. Carlos a la corona española y elegir como Rey a Amadeo I de Saboya,
desarrollándose sobre todo en el País Vasco, Navarra y Cataluña, hasta su derrota con Alfonso
XII en 1876.
1.3. ETAPAS POLÍTICAS DEL REINADO DE ISABEL II: 1843-68.
1.3.1. LAS REGENCIAS (1833-1843). 1.3.1.1. REGENCIA DE Mª CRISTINA. LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA LIBERAL
(1833-1840).
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Gobiernos de transición, 1833-1835.: Estatuto Real.
La muerte de Fernando VII y la derogación de la Ley Sálica mediante la
Pragmática Sanción, permite el ascenso al trono de una mujer. Carlos Mª Isidro
y los carlistas se rebelan en contra del ascenso al trono de su sobrina Isabel, en
defensa del Antiguo Régimen, los fueros, la religión católica, y contra las
reformas liberales, provocando una guerra civil que se alarga hasta 1839.
Estalla la guerra carlista y Mª Cristina, madre de Isabel, reina como Regente
con Cea Bermúdez como Jefe del Gobierno. Intentan atraer a los absolutistas
moderados, preservando parte del Antiguo Régimen, y a los liberales más
conservadores con algunas reformas: Francisco Javier de Burgos divide España en 49 Provincias
propuso crear las Diputaciones Provinciales y las Audiencias Provinciales; y Martínez de La Rosa
sustituye a Cea Bermúdez para permite el regreso de los liberales exiliados, y aprobar el Estatuto
Real que imita a una Constitución, con unas Cortes
bicamerales (Estamento de Próceres elegido por la
reina entre los Grandes de España, Arzobispos,
militares prestigiosos, jueces, grandes propietarios,
con un nivel de rentas de 60.000 reales mínimo, y un
Estamento de Procuradores elegidos por sufragio
censitario indirecto por 16.000 electores, 0’15% de
la población y sólo pueden ser candidatos hombres
con más de 12.000 reales de renta), mucho poder
para la reina, que puede vetar leyes y nombrar al
Presidente del Gobierno.
Gobiernos progresistas de 1835 a 1837: Disolución régimen señorial y Constitución de 1837:
Los progresistas rechazaron el Estatuto y se rebelaron en 1835: Creación de Juntas
revolucionarias, asaltos a conventos, incendio fabrica Bonaplata barcelonesa... El progresista
Álvarez Mendizabal es nombrado presidente en septiembre de 1835, para iniciar la disolución del
Antiguo Régimen con la reforma de la propiedad de la tierra: La Ley de disolución de señoríos de
1837 permite a los señores conservar la propiedad salvo que los campesinos demostrasen sus
derechos de propiedad, el Decreto de Desvinculación de mayorazgos convierte estas propiedades
en privadas absolutas, y los decretos de desamortización de bienes eclesiásticos expropian a la
Iglesia sus bienes para venderlos en subasta pública para pagar la guerra carlista, aumentar la
producción, castigar el apoyo de la Iglesia al carlismo, y crear un grupo social favorable al Estado
Liberal (compradores de bienes desamortizados).
Después de la rebelión de los Sargentos de La Granja, le sustituye Calatrava, que restablece la
Constitución de 1812 hasta la aprobación de la Constitución de 1837, que recoge principios
progresistas y moderados: Las Cortes bicamerales
(Congreso con banco azul para los ministros, y Senado)
tenían el poder legislativo, sufragio sufragio censitario
(4% población o 400.000 electores sobre 15 millones)
cada 3 años para el Congreso y el Senado elegido por el
Rey de entre una lista triple de diputados elegidos por los
electores de cada provincia, y además el Rey podía vetar
las leyes y nombraba a los ministros; contempla la
igualdad jurídica de todos los ciudadanos, libertad de
imprenta, inviolabilidad del domicilio, religión católica
Isabel II
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como oficial permitiendo práctica de otras religiones, y los Ayuntamientos elegidos por sufragio
censitario controlarían la Milicia Nacional de propietarios voluntarios.
Los moderados gobiernan después de las elecciones de 1837 y limitan muchas de las reformas
progresistas, pero la guerra ya se inclina definitivamente del lado liberal. En 1939 los
progresistas vuelven al poder y finalizan la guerra con el acuerdo de Vergara.
1.3.1.2. LA REGENCIA DE ESPARTERO, 1839-1843.
El progresista Espartero gobernó entre 1839-43 después de obligar a Mª Cristina a cederle la
Regencia. Llevó a cabo numerosas reformas apoyado por un grupo de militares (Los Ayacuchos),
pero su gobierno autoritario le privó del apoyo de las Cortes, incluidos los progresistas. El
Tratado de Libre Comercio con Inglaterra en 1841 provocó la rebelión de Barcelona y el posterior
levantamiento militar en Torrejón de Ardoz.
1.3.2. LA DÉCADA MODERADA, 1843-1854. En noviembre de 1843 se adelanta la mayoría de edad de Isabel y es proclamada reina con 13 años.
Su reinado abarca la Década Moderada (1844-1854), el Bienio progresista (1854-1856) y el
segundo período moderado (1856-1868), y se caracterizó por el falseamiento electoral, el apoyo a
los moderados, que gobernarán la mayor parte del tiempo, y el protagonismo de los militares-
políticos (Narváez, Espartero, O´Donnell, Prim...), lo que supone continuos pronunciamientos
militares que impiden la alternancia democrática en el poder.
Isabel II se casó en 1846 con 16 años, con su primo el Infante don Francisco de Asís (Decía que
su esposo llevó a la noche de bodas más encajes que ella misma), al rechazar Narváez al candidato
carlista, tuvo 12 embarazos y 4 hijos hasta que se separaron en 1868, y se
rumorearon sus amoríos con el General Serrano, cantantes de moda (Obregón o
Marfori), etc.
Desde 1843 los moderados crearan un régimen liberal conservador favorable a alta
burguesía, Ejército, nobles terratenientes y políticos moderados, recortando
derechos y libertades progresistas, encarcelando opositores. Según Pavón, crean
“el régimen de los generales” (El Ejército gastaba más del 55% del presupuesto
nacional y de él dependían el 95% de los empleados del gobierno), y Jaime Balmes
escribe: “En algunos puntos, ni los jefes políticos, ni los intendentes, ni los alcaldes son tales, ya
que todas las funciones son absorbidas por un capitán general o un jefe militar”. El hombre fuerte
será el General Narváez, que vence a los progresistas, a los carlistas (“guerra del matiners” en
Cataluña en 1846-49), y al obrerismo reivindicativo ante la crisis económica de 1846 y la
revolución de 1848. Solía decir: “¿enemigos? No tengo ninguno. Los he fusilado a todos”. No evitó
la escisión moderada (La Unión Liberal” de O`Donnell) ni la radicalización progresista con del
Partido Demócrata en 1849.
La Constitución de 1845. Recoge los principios del
liberalismo doctrinario y garantiza un orden social, político y
económico favorable a los intereses hegemónicos de la
oligarquía agraria y financiera: Soberanía compartida entre
Cortes y Rey (Disuelve Cortes, destituye al presidente,
nombra ministros, y sancionar las leyes); Cortes bicamerales
(Congreso elegido por 5 años y Senado con senadores
vitalicios elegidos por la reina entre la élite social de ex
políticos, altos cargos eclesiásticos, nobles, militares);
Nárvaez.
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sufragio censitario (votaba el 1% de la población o 160.000 electores frente a los 400.000 de la
Constitución del 37) sobre una población de 15 millones) y se falseaban con prácticas caciquiles
controladas por el ministro de Gobernación; confesionalidad católica del Estado; y alcaldes y
presidentes de Diputaciones nombrados por el Rey
La obra legislativa moderada: Además de la Constitución de 1845, los moderados llevarán a cabo
una amplia labor legislativa para implantar un Estado liberal conservador, inspirado en el
liberalismo doctrinario:
1. Control político. La Ley de Imprenta establece la censura, somete los delitos de opinión a los
Tribunales, y obliga a los periódicos a depositar una fianza como garantía de respeto a la Ley. El
caciquismo garantiza el triunfo electoral, y el Duque de Ahumada funda la Guardia Civil en 1844
como cuerpo de seguridad militarizado y jerarquizado, para garantizar el orden, la propiedad, y
luchar contra el bandolerismo.
2. Centralización administrativa: La Ley de Administración Local (1845) mantiene el régimen foral
y el nombramiento de los alcaldes por el Gobierno (localidades mayores de 2.000 hbts.) o por los
Gobernadores Civiles. Se extienden las quintas como forma de reclutamiento incluso en las
comunidades forales, aumentan los poderes de los Gobernadores provinciales, la Administración
Central se organiza en Ministerios y Bravo Murillo establece las oposiciones para acceder al
funcionariado, crean el Tribunal Supremo y aprobación del Código Penal (1848) y el Proyecto de
Código Civil de 1851.
3. Reforma fiscal. Abundando en las reformas de López Ballesteros a finales de los años 20
(Creación de la Bolsa, Tribunal de Cuentas y Banco de San Fernando), Alejandro Mon en 1845
suprime los privilegios fiscales particulares y regionales, divide los impuestos en directos
(Inmuebles, actividades industriales, comerciales y agrícolas) y repartidos por Ayuntamientos
que los cobran a los vecinos según riqueza, impuestos indirectos (Aduanas, Consumos, Timbres,
transmisión de bienes), e impuestos especiales (Tabacos, Lotería y Sal). Todo ello no fue
suficiente para reducir la Deuda.
4. Reformas educativas y religiosas: Pidal (Ley Moyano de 1857) divide la Educación en Primaria o
elemental, Segunda Enseñanza en los Institutos, y Superior o universitaria (10 universidades
con nuevas especialidades, aunque solo la Madrid Central expedía el título de Doctor). Adopción
del Sistema Métrico Decimal de pesos y medidas, construcción líneas férreas de Barcelona-
Mataró (1848) y Madrid- Aranjuez (1853). En 1851 Bravo Murillo firmó el
Concordato con la Santa Sede, por el que la Iglesia acepta la
desamortización a cambio de la devolución de los bienes aun no vendidos,
confesionalidad del Estado, concesiones educativas (religión en la
escuela, supervisión de los contenidos educativos), y el abono de los
sueldos del clero por el Estado.
5. Política económica: Proteccionismo favorable a terratenientes agrícolas y
burguesía comercial e industrial. La crisis económica de finales de los 40
evidenció los problemas de una agricultura de subsistencia en el norte y
latifundista en el sur, con un mercado interno poco interrelacionado y
escaso, y con una industria que no había despegado, salvo en algunos
puntos de Cataluña, País Vasco y Asturias.
La propuesta de reforma autoritaria de la Constitución de 1845 por Bravo
Murillo no evitará la crisis final del período (corrupción, expropiaciones indebidas para el
ferrocarril) que llevan al pronunciamiento de O`Donnell y posterior levantamiento popular y
progresista, conocidos como la Vicalvarada de 1854.
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1.3.3. EL BIENIO PROGRESISTA, 1854-1856. El pronunciamiento de Vicálvaro de los generales Dulce y O´Donnell en 1854 intentaba aupar al
poder a La Unión Liberal, pero fracasan y deciden buscar el apoyo popular y el de los progresistas
con el “Manifiesto de Manzanares” (17-6-1854) redactado por Cánovas del Castillo, prometiendo
acabar con la “Camarilla real”, rebajar de
impuestos, ampliar el sufragio, democratizar los
ayuntamientos…. El pueblo se subleva en varias
ciudades bajo el lema «Pan, trabajo y
Espartero», apoyados por militares progresistas
como Serrano, creando la Junta de Madrid que
obliga a Isabel II a nombrar Presidente a
Espartero y Ministro de la Guerra a O’Donnell.
Se restablece la Constitución de 1837, se
celebran elecciones a Cortes mediante un
sufragio más amplio, y se inicia la redacción de
la Constitución “non nata” de 1856 (Nunca llegó
a aprobarse en Cortes): soberanía nacional, más
derechos y libertades (Libertad de culto, libertad de imprenta, reunión, asociación), poder reina
limitado aun manteniendo derecho disolución de las Cortes y veto legislativo, Cortes Bicamerales
con un Senado electivo, ayuntamientos democráticos, etc. Se restablece la Milicia Nacional y los
Jurados para delitos de Imprenta.
En 1855 Pascual Madoz decretó la Desamortización General de bienes de la Iglesia, comunales y
propios de los Ayuntamientos, Beneficencia, Obras Pías, Educación, Hospitales, Ordenes
Militares…. Finalizó en 1924 con el Estatuto Municipal de Calvo Sotelo, y benefició a los ricos con
capacidad para comprar bienes, perjudicando a los más pobres y a las Instituciones expropiadas.
Aumenta la producción pero no la productividad, no se soluciona el latifundismo ni el jornalerismo,
y el Estado destinará a los ingresos a la amortización de Deuda, pero no acabará con la misma, y a
financiar el ferrocarril, pero tampoco será suficiente.
Continuando con el proceso de creación del sistema capitalista (López Ballesteros con Fernando
VII, Mendizábal en 1836, Alejandro Mon en 1845), se creará el Banco de España, Ley de Bancos
de Emisión y Crédito, Ley de Ferrocarriles de 1855, y liberalización inversión, lo que permitirá
iniciar construcción ferrocarril (6.124 Kms. hasta 1875) por empresas como Ferrocarriles del
Norte (Banca francesa de los Pereyre) y la MZA de los Rottschild y los «Ferrocarriles andaluces
y del Oeste» de la banca Prost francesa.
La crisis económica y agrícola provoca levantamientos populares y la
primera huelga general obrera española en Barcelona y Zaragoza en 1855.
O´Donnell sustituye a Espartero en la presidencia en 1856, disuelve la
Milicia Nacional, reprime las revueltas, y restablece la Constitución de
1845.
1.3.4. SEGUNDO PERÍODO MODERADO, 1856-
1868. Gobierna Narváez hasta la victoria electoral de la Unión Liberal de
O´Donnell (Partido creado por los más conservadores de los progresistas y
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los más progresistas de los moderados: O´Donnell, Martínez de la Rosa, Alejandro Mon o Evaristo
San Miguel). El caciquismo garantiza la alternancia entre Partido Moderado y La Unión Liberal,
relegando a los progresistas a la oposición continúa, y a demócratas, republicanos o carlistas, a la
clandestinidad. Los carlistas se sublevan en 1860 desembarcando en San Carlos de la Rápita, los
progresistas fracasan en el pronunciamiento de 1865 y se exilian, y el pueblo protesta contra las
quintas y los consumos. La economía crece con la construcción ferroviaria, inversiones
extranjeras, desarrollo financiero y explotación minera, pero sólo beneficia a los ricos, y la crisis
de 1866 causa paro y miseria.
Entre 1856-58 O`Donnell que reprime a progresistas, disuelve la Milicia Nacional, y restablece la
Constitución de 1845 reformada por un Acta Adicional que amplía el sufragio, democratiza
Ayuntamientos de más de 40.0000 hbts., y reconoce el juicio por jurado. La Ley Moyano de
Educación implanta un régimen educativo de
Primaria obligatoria, Secundaria y Enseñanza
universitaria. En 1858 Narváez suprime estos
avances constitucionales y suspende la
Desamortización de Madoz.
Con el gobierno largo de O´Donnell se inicia un
importante crecimiento económico (textil
catalán gracias a un arancel proteccionista,
construcción ferroviaria, y el desarrollo
siderúrgico vasco con los Altos Hornos de
Ibarra en 1860 que sustituirá el liderazgo
siderúrgico de Asturias y Málaga). O’Donnell
impulsa diferentes aventuras colonial:
México (1861-1862), Juárez niega el pago de la Deuda y expulsa a los embajadores, por lo que
España, Francia y Gran Bretaña, envían un ejército. En 1862 Prim firma con Juárez la
Convención de Soledad y nos retiramos, mientras Francia nombra a Maximiliano emperador de
México hasta su ajusticiamiento en 1867.
Marruecos. Ante los ataques marroquíes desencadenamos la guerra de 1859-60, con las
victorias españolas en Wad-Ras (O’Donnell) y Los Castillejos (Prim) en 1860, y la firma del
tratado de Tetuán, por el que Marruecos cede territorios en Ceuta e Ifni y una indemnización
de 400.000 reales.
Indochina. Intervenimos con Francia para defender a los misioneros católicos, aunque será
Francia la que establezca un imperio colonial en la zona.
Perú. Una absurda intervención militar en las costas del Perú, conocida como la guerra del
Pacífico.
Entre 1863-68 predomina la inestabilidad política, el descrédito de la reina, la represión de la
oposición (progresistas, demócratas y obreristas), y la crisis económica 1865-68. A las protestas
universitarias (Matanza Noche de San Daniel en Universidad Alcalá en 1865) y la rebelión de los
Sargentos del Cuartel de San Gil, se unirá el Pacto de Ostende de 1866 (progresistas, demócratas
y La Unión Liberal) para derrocar a los moderados.
222...--- EEELLL SSSEEEXXXEEENNNIIIOOO DDDEEEMMMOOOCCCRRRÁÁÁTTTIIICCCOOO::: (((111888666888---111888777444)))... 2.1. LA REVOLUCIÓN DE 1868: CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS.
La causas de la revolución hay que buscarlas en la crisis de finales de los años 60:
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a. Crisis económica de 1866 inciada con la quiebra de la bolsa de Viena y la posterior debacle
financiera, que deja sin liquidez a la industria y empresas ferreas, disparando el paro y
reduciendo el consumo. Las malas cosechas encarecieron los alimentos, y todo ello
desencadenó protestas violentas contra el paro, el precio del pan, el impuesto de consumos y
las quintas.
b. Crisis política por el descrédito de Isabel II, la corrupción y la adulteración electoral. La
Matanza de la Noche de San Daniel, la rebelión de los
sargentos del Cuartel de San Gil, y la firma del Pacto de
Ostende, anunciaban la Gloriosa o Revolución del 18 de
Septiembre de 1868.
Se inició con un pronunciamiento militar de los generales
unionistas Prim y Serrano, y el almirante Topete, mientras
los Voluntarios de la Libertad crean Juntas revolucionarias
al grito de ¡Viva España con honra; abajo los Borbones!, y
reclaman libertad, Soberanía Nacional, Estado láico,
Sufragio universal, fin quintas y consumos, y Cortes
constituyentes. Vencen en la batalla del Puente de Alcolea (Córdoba. 26-28 septiembre) e Isabel
II se exilia a Francia (abdicó en Alfonso XII en 1870 y murió en 1904), y la Junta Provisional
Revolucionaria presidida por Madoz asume el gobierno, hasta que el 3 de octubre se forma el
Gobierno Provisional de Serrano.
2.2. GOBIERNO PROVISIONAL DE SERRANO, CONSTITUCIÓN Y
ACONTECIMIENTOS HASTA 1871.
Serrano crea un gobierno progresista-unionistas (Prim, Topete, Sagasta), marginando a
demócratas y republicanos, desmantela a los Voluntarios de la Libertad (Milicia
Nacional), y apuesta por una legislación progresista: Libertad de asociación e
imprenta, sufragio universal masculino para mayores de 25 años, libertad de
cultos y disolución de los jesuitas, democratización de Ayuntamientos y
Diputaciones, emancipación de los hijos de esclavos, etc.
Se eligen Cortes Constituyentes por sufragio universal: Carlistas (18
diputados); isabelinos de Cánovas (14); progresistas de Prim, Sagasta, Olózaga,
Ruiz Zorrilla (159), unionistas de Serrano (69); republicanos federales (69) y
republicanos unitarios (2); y demócratas de José Mª Orense (20).
La constitución de 1869 es la más democrática del XIX: Monarquía constitucional, amplios
derechos y deberes, división de poderes (Legislativo con dos cámaras electivas, ejecutivo
representado por un Rey constitucional, y judicial con tribunales por jurado), estado laico y
libertad religiosa, y sufragio universal masculino.
Serrano fue nombrado Regente y Prim presidente del gobierno, y tienen que afrontar la exigencia
constitucional de buscar un Rey para España, la Guerra Larga (1868-1878) por la independencia de
Cuba, la III Guerra Carlista, y las insurrecciones obreras y republicanas. Se reforma la justicia
con la Ley Orgánica del Poder Judicial, que suprime los tribunales especiales, limita la jurisdicción
eclesiástica y militar, y establece la jerarquización de los tribunales (Supremo, Audiencias,
Partido e Instrucción), y se revisa el Código Penal. Figuerola arueba un arancel librecambista en
1869, crea la peseta como moneda única del Estado, la Ley de minas (1871) nacionaliza las riquezas
del subsuelo, y suprime el impuesto de consumos. Intentaba favorecer el desarrollo económico y
Prim
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atraer inversiones extranjeras, beneficiando a la burguesía industrial catalana y la minería y
siderurgia vasca.
La insurrección carlista, cubana, y la búsqueda de Rey, complicarán la vida
política. Los candidatos a la corona eran el Duque de Montpesier,
Leopoldo de Hohenzollern, Francisco de Portugal, Amadeo de Saboya, y
Carlos IV. La rivalidad entre Francia y Alemania inclinó la balanza a favor
del italiano Amadeo I de Saboya, como un candidato neutral apoyado por
Prim. El 27-XII-1870 Prim sufre un atentado en la C/ del Turco de
Madrid y Amadeo, que llega a España 3 días, pierde su principal apoyo. Tope asume el gobierno y
Amadeo la Jefatura del Estado, una vez nombrado Rey por las Cortes en enero de 1871.
2.3. LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA, 1871-1873.
Amadeo contaba con el apoyo de progresistas y unionistas, y la oposición de isabelinos, carlistas y
republicanos, manteniéndose la población indiferente. Hay muchos partidos representados en las
Cortes, pero sin mayorías claras, por lo que la inestabilidad es total: Tres elecciones y seis
gobiernos distintos. Demasiados partidos e ideologías:
Los carlistas de Nocedal mantenían su neocatolicismo integrista, foralismo, y a Carlos VII
como candidato a la corona, hasta que en 1872 declaran la III Guerra Carlista.
El Partido Alfonsino de Cánovas (fieles a Isabel II) heredan el apoyo moderado de
terratenientes, nobleza e Iglesia, y proponen a Alfonso XII como Rey.
Centristas defensores de la Constitución de 1869 y de Amadeo I: Unionistas de Ríos Rosas,
Progresistas de Sagasta, y Radicales de Ruiz Zorrilla, con importantes apoyos de la burguesía
financiera e industrial, las clases medias urbanas y el Ejército.
Los republicanos reivindican una república y reformas sociales para la pequeña burguesía,
clases populares y obrerismo, pero se dividen en: Federalistas de Pi y Margal, Intransigentes
de J.M. Orense partidarios de la insurrección armada, y Unitarios de Castelar partidarios de
una república centralista.
El 11 de febrero de 1873 Amadeo I abdicó ante la inestabilidad
política, la III Guerra carlista, las insurrecciones republicanas
federales, la Guerra de independencia de Cuba (esclavistas
contra antiesclavistas, independentistas contra autonomistas y
españolistas), y los numerosos motines populares contra quintas
y el impuesto de consumos.
La revolución de 1868 no logró estabilidad política ni integrar a
las clases populares en su proyecto. No mejoró el nivel de vida,
ni suprimió quintas y el Impuesto de Consumos, por lo que las protestas y motines populares serán
constantes y provocarán la abdicación de Amadeo al perder sus apoyos.
2.4.PRIMERA REPÚBLICA, CANTONALISMO Y RÉGIMEN DE SERRANO: 1873-1874:
El mismo 11 de febrero se proclama la I República con Figueras como Presidente y
Pi i Margall como Ministro de Gobernación. A pesar de proponen abolir las quintas y
la esclavitud en Puerto Rico, se enfrentan a revueltas de los republicanos
intransigentes y los internacionalistas en Andalucía y Cataluña pidiendo más
reformas. En las elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal los
republicanos obtienen el 90% de los votos, pero hubo un 60 % de abstención al no
presentarse los partidos no republicanos. Las clases populares optarán por el
carlismo o por el movimiento obrero y las clases altas y el Ejército recelarán de la
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ideología republicana, por lo que sólo los profesionales liberales e intelectuales apoyan el nuevo
régimen. La crisis agrícola y hacendística, la guerra carlista y la guerra de Cuba, las
insurrecciones federalistas y obreristas, junto con la división interna de los republicanos, explican
la crisis permanente de la I República.
Pi i Margall sustituyó a Figueras y proclamó la República
Democrática Federal (17 Estados). Gobernó con unas Cortes
divididas entre centristas de Pi i Margall (orden y
descentralización), moderados de Castelar (orden, gobierno
fuerte, centralismo) e intransigentes de Orense. El Proyecto de
la primera Constitución republicana federal provocó la retirada de
los intransigentes del Parlamento.
El cantonalismo: En el verano de 1873 estalla la revolución
cantonalista en Cartagena, extendiéndose por la costa
mediterránea, primero, y después por el resto de la península. Los
amotinados asaltan los almacenes de los cantones militares para
conseguir armas, de ahí su nombre. Es una rebelión política (Federalismo radical), social (pueblo
llano y obreros reclaman mejoras socio económicas, reducción de impuestos y abolición de quintas)
y regionalista (quieren autogobiernos regionales). Las masas urbanas y los obreros la apoyan, igual
que muchos intelectuales y parte de la pequeña y mediana burguesía. En Cataluña proclaman el
Estado Catalán dentro de la República Federal española, y otros cantones también declaran el
autogobierno: Cartagena, Málaga, Badajoz, Salamanca, etc. El 18 de junio dimite Pi i Margall ante
la revuelta generalizada y Salmerón asumió la presidencia de una República unitaria, utilizando el
Ejército (Martínez Campos y Pavía) contra cantonalistas y carlistas, y sofocó las revueltas
campesinas andaluzas, el obrerismo, y los motines contra las quintas, pero se negó a firmar las
condenas a muerte de los rebeldes y dimitió el 6-IX-1873. El nuevo presidente, Castelar,
suspendió las Cortes y gobernó autoritariamente hasta que el General Pavía, ante el temor de un
triunfo federal, dio un golpe de Estado y asaltó las Cortes con la Guardia Civil la noche del 2-3 de
enero de 1874, y acabó con la República.
El fin del Sexenio y la República de Serrano. Conservadores y
Progresistas recuperan el poder con el General Serrano como
Presidente de la República (Jefe del Estado) y Presidente del Consejo
de Ministros. Suspende las garantías constitucionales para gobernar
con una República dictatorial (MacMahonismo) que restablezca el
orden:
a. Disuelve la AIT, reprime a los republicanos y limita el derecho de
asociación.
b. La 3ª Guerra carlista se inició en 1872 cuando Carlos VII entró en España por Vera del
Bidasoa, obteniendo importantes triunfos en Montejurra y Somorrostro para controlar el País
Vasco, Navarra, parte de Cataluña, Aragón, Valencia y Cuenca desde 1873, pero en 1874
retroceden ante Serrano y finalmente son derrotados en 1876 en Montejurra y Estella, y
Carlos VII tiene que abandonar España.
c. La guerra de Cuba se inició con el Grito de Yara en 1869 y Cespedes como líder. Dulce intentó
negociar, pero hay entendimiento, ya que Madrid deseaba abolir la esclavitud y no acepta ni
Autonomía ni Independencia para Cuba. EE.UU quiso comprar la isla mientras se desarrolla una
cruel guerra de desgaste hasta 1878.
Caricatura de la La Flaca: Pi y Margall desbordado por el federalismo de figuras infantiles ataviadas con los distintos trajes regionales.
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Serrano cede el gobierno a Zavala y después a Sagasta, mientras los alfonsinos de Cánovas
publican el “Manifiesto de Sandhurst”, redactado por Cánovas y firmado por el futuro Alfonso X
en la Academia inglesa de Sandhurst, en favor de una monarquía moderada y garante del orden
constitucional. El 29-XII-1874 el general Martínez Campos, en contra del criterio de Cánovas,
lidera el Pronunciamiento de Sagunto, proclamando a Alfonso XII Rey y condenando a Serrano al
exilio. Cánovas presidirá un Ministerio de Regencia hasta la llegada del nuevo rey.
333... LLLAAA RRREEEFFFOOORRRMMMAAA AAAGGGRRRAAARRRIIIAAA LLLIIIBBBEEERRRAAALLL EEENNN
LLLAAA EEESSSPPPAAAÑÑÑAAA DDDEEELLL SSSIIIGGGLLLOOO XXXIIIXXX... (((VVVIIIDDDEEEOOO))) Hubo cierto proceso de industrialización incompleta, pero la economía seguirá dependiendo
mayoritariamente de la agricultura, vinculada a la trilogía mediterránea (trigo, vid, olivo y
leguminosas). No habrá una revolución agrícola, más bien un estancamiento tecnológico provocado
por el proteccionismo arancelario y la abundancia de mano de obra barata. La producción aumentó
por la mayor cantidad de superficie cultivada más que por mejora de la productividad, y a final de
siglo los cultivos vinícolas (impulsados por la filoxera de las vides francesas, que también llegará a
España finalmente) o frutícolas levantinos crecerán más que los tradicionales cereales, que serán
insuficientes para abastecer al crecimiento poblacional. El olivo también extiende su superficie en
Andalucía, La Mancha y en las provincias del Sistema Ibérico.
La mayor parte de la población y del PIB depende de una agricultura que no evolucionó
técnicamente, ni mejoró las rentas de la población rural, salvo de los grandes terratenientes. La
pobreza endémica del campesinado repercutirá en una escasa demanda industrial. Las
desamortizaciones, como hemos visto, sólo beneficiaron a los más pudientes, y no mejoraron el
reparto de la propiedad, aumentó el número de jornaleros, y retrasó las inversiones en mejoras
técnicas al ser más barato contratar jornaleros.
La tierra estaba mal repartida socialmente y controlada por los grupos privilegiados o por
instituciones, a través de la vinculación o amortización. Los Ilustrados propusieron reformar
jurídicamente la propiedad agrícola y Carlos IV ordenó la primera desamortización. José I, las
Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal, también aprobaron leyes desamortizadoras, pero no se
materializaron. Será Mendizábal en 1835-37 y Madoz en 1854-1856, quienes lleven a cabo la
diolución de señoríos, la desvinculación de mayorazgos y la desamortización de bienes
amortizados.
Mendizábal: Entre 1836-37, como presidente del gobierno y Ministro, acabó con el régimen de
propiedad señorial en España, transformando las propiedad amortizadas en propiedades privadas
que consolidaron el liberalismo y el librecambismo. También abolió la Mesta, el diezmo, los
gremios, y las pruebas de nobleza para acceder al Ejército y a la Administración.
La Ley de señoríos de 1837 disolvió los señoríos jurisdiccionales y territoriales, permitiendo a
los señores convertirse en propietarios privados de esas tierras señoriales, incluso las de los
señoríos jurisdiccionales, salvo que los campesinos pudiesen demostrar sus
derechos de propiedad. Los campesinos perdieron sus derechos, convirtiéndose
en arrendatarios con rentas actualizadas o jornaleros, ya que los tribunales no
solían tener en cuenta las reclamaciones.
El Decreto de Desvinculación abolió los mayorazgos de cualquier tipo,
permitiendo vender, repartir o hipotecar esos bienes.
Juan Álvarez Mendizábal
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La desamortización expropió las propiedades eclesiásticas para venderlas en subasta pública.
Pretendía recaudar fondos para amortizar Deuda Pública, costear la guerra carlista, aumentar la
producción, castigar el apoyo de la Iglesia al carlismo, y crear un grupo social favorable al Estado
Liberal (compradores de bienes desamortizados). Los diferentes decretos de abolición de
órdenes religiosas, de desamortización, etc., se completaron con la Ley de 19 de febrero de 1936
que nacionalizó los bienes del clero secular y ordenó subastarlos públicamente. Primero se
expropiaba, después se medían y tasaban los bienes, para finalmente subastarlos, según su
tamaño, en Madrid, capitales de provincia o cabeza de partido judicial. El comprador podía pagar
en metálico (El 20% en el acto y el resto en 15 años) o en títulos de la Deuda con su valor nominal
(20 % inicial y el resto en 8 años al 10 % de interés), lo que benefició al Estado (recuperó 4.224
millones en títulos y 327 millones en metálico) y los burgueses propietarios de Títulos de Deuda
devaluados. Burguesía, ricos propietarios agrícolas, nobleza y algunas pequeños y medianos
propietarios, adquirieron 1/3 de las tierras cultivadas del país. Entre los perjudicados
destacamos: Campesinos pobres (convertidos en jornaleros o en arrendatarios con rentas
actualizadas); la Iglesia (pierde parte de su patrimonio); la industria (la mayoría del capital
ahorrado se invirtió la desamortización y no en fábricas), y el el patrimonio artístico y
arquitectónico expoliado. El minifundismo subsistió en el norte y el latifundismo en el sur. La
producción aumento, al ponerse en cultivo tierras antes yermas, pero la productividad no mejoró.
En 1855 Pascual Madoz decretó la Desamortización General de bienes de la Iglesia, Beneficencia,
Obras Pías, Instituciones educativas, Hospitales, Ordenes Militares y, sobre todo, bienes
comunales y de propios de los Ayuntamientos. Es la más importante por recaudación, extensión de
bienes afectados, y no finalizó hasta 1924 con las últimas ventas y la aprobación del Estatuto
Municipal de Calvo Sotelo.
Pretendía reducir Deuda Pública, y financiar el ferrocarril y la industrialización, y exigía el pago
en metálico, pero pronto aceptó también Títulos de Deuda. Alta burguesía (muchos se convierten
en terratenientes), grandes y medianos propietarios rurales (burguesía rural), grandes
arrendatarios, burguesía especuladora en proyectos ferroviarios, y, en menor medida, nobleza
(compra menos que con Mendizábal), son los grandes beneficiados. Perjudicados, otra vez, los más
pobres sin dinero ni Títulos de Deuda, y que ven como sus contratos de arrendamiento se
actualizan, muchos engrosarán el jornalerismo, y otros tienen otros se convierten en
arrendatarios con conrtratros actualizados. Aumenta la producción, pero no la productividad, y
tampoco soluciona el minifundismo norteño (foreros y subforeros gallegos o asturianos se
transforman en pequeños minifundios) y el latifundios terrateniente en el sur, que aumenta y
accede a una mano de obra abundante y barata. La Iglesia perdió su patrimonio y sufrió la
persecución anticlerical (quema de conventos y asesinatos en 1834, 1835, y hasta 1939). La
industria, como ya hemos indicado, es otra de las perjudicadas.
Después de este proceso de disolución, desvinculación y desamortización, el viejo régimen señorial
desaparece, y el concepto jurídico de propiedad del A. Régimen también, pasando a ser todas las
propiedades privadas. Burguesía y ricos propietarios agrícolas aumentan su patrimonio, y la
nobleza convierte sus derechos señoriales en propiedades privadas de pleno derecho. El Estado no
logró acabar con la Deuda, aunque sí logró fondos para financiar la guerra Carlista e iniciar la
construcción ferroviaria y, sobre todo, consiguió adeptos a la causa liberal. El ferrocarril mejoró
la interrelación comercial peninsular y también la comercialización agrícola, pero la agricultura
será siendo dual: Un sector moderno y exportador (Vid, cítricos y frutos secos) y otro atrasado
con periódicas crisis de subsistencia y bajos rendimientos (cereal terrateniente y agricultura de
subsistencia en el norte).
Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 18
A finales de siglo aumenta el olivar en el sur; la vid (favorecida por la destrucción de vides
francesas por la filoxera) en Cataluña, La Mancha y La Rioja, la explotación hortofrutícola
levantina, y algún cultivo nuevo como la remolacha azucarera. Pero el cereal seguirá siendo la base
productiva y alimenticia, con un mercado controlado por los terratenientes y protegido por los
políticos de la posible competencia exterior. La cabaña ganadera crece y se moderniza en algunas
regiones, aunque seguirá predominando la ganadería tradicional, con el retroceso de la ganadería
lanar, ante el empuje del algodón como materia prima textil.
444...--- EEEXXXTTTRRREEEMMMAAADDDUUURRRAAA... 4.1. CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL, 1833-1875: TENSIONES SOCIALES Y
REVUELTAS CAMPESINAS.
Extremadura vivirá las mismas vicisitudes que el resto de España durante el reinado de Isabel II,
dividida inicialmente entre isabelinos (moderados y liberales) y carlistas (Clero conservador,
militares absolutistas, y campesinos pobres). La división provincial de Javier de Burgos en 1833
proyecto crear las provincias de Badajoz y Plasencia, pero finalmente ganó el proyecto Cáceres y
Badajoz. Mendizábal en 1835-37 disolvió el régimen señorial, los gremios de Plasencia y Trujillo, que
administraban los bienes concejiles de la zona, y desamortizó los bienes eclesiásticos. Carlos Mª Isidro se
refugió en Portugal y el carlismo afectó a la zona con partidas carlistas en el valle del Jerte, Sierra
de Gata, Castilblanco.., apoyadas por campesinos contrarios a la desaparición de los bienes comunales, y
con la expedición del general carlista Miguel Gómez en 1836 que recorrió Cáceres y las Vegas Bajas.
En la Década moderada destaca la coincidencia de intereses entre élites políticas y económicas, y
las figuras de Donoso Cortes o Bravo Murillo (políticos moderados y terratenientes). El
Manifiesto de Manzanares de 1854 provoca la aparición de Juntas de Gobierno progresistas y la
Milicia Nacional, liderados por Gómez de Paz, Antonio María Concha o Francisco Luján. En 1859
Sixto Cámara intenta un golpe republicano en Badajoz, pero O`Donnell le derrota.
La crisis de finales de
los años 60 provoca
malas cosechas,
hambre, ruina sectores
industriales como el
pañero. Las clases
populares reivindicaba
el descenso del precio
del pan; abolición de
quintas y supresión del
impuesto de consumos, con levantamientos como el del republicano Juan González Hernández en
1867 en Badajoz. En 1868 los progresistas, republicanos, y sectores populares, apoyaron “La
Gloriosa”, creando el 30 de septiembre la Junta Revolucionaria de Badajoz (Navarro Nicolau y Gil
Berges) y la de Cáceres el 1 de octubre, pidiendo el sufragio universal masculino y una nueva
Constitución.
En el Sexenio, los 9 escaños de Badajoz y los 6 de Cáceres, elegidos por sufragio universal, se
reparten entre monárquico constitucionales y 3 republicanos de Badajoz. Se redactó la
Constitución de 1869, se creó la Universidad Libre de Cáceres, pero no se abolieron las quintas ni
los consumos, y el Estado continuó la desamortización de bienes municipales en vez de repartirlos,
lo que ocasiono protestas y motines en el Sexenio.
Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos actuales. Universidad de Badajoz.
RESULTADOS ELECTORALES EN EXTREMADURA (1871-1873)
1871 1872 1873
B A D A J 0 Z Badajoz Malcampo M. Demöcrata Salmerön Rep. federal Salmerön Rep. federal
Jerez Caball. A.M. Fable M. Demöcrata Portillo M. Demöcrata Quintero Rep. federal Almendralejo M. de Espinosa M. Demöcrata Durän Demöcrata Lafuente Rep. federal Zafra Chacön Radical Somolinos Rep. federal Somolinos Rep. federal
Llerena Bueno Progresista Una M. Demöcrata Quintero Rep. federal
CÄ C E R E S Cáceres M. de Camarena M. Demöcrata Petit M. Demöcrata M. Sta. Marta Rep. federal
Alcäntara C.S. Montesino M. Demöcrata Bernaldez M. Demöcrata Rubios Gömez Rep. federal Cori Pasalodos Carlista Zugasti Conservador Gil de Roda Rep. federal
Hoyos Durän Corchero M. Demöcrata Durän M. Demöcrata Albarrän Rep. federal
Fuente: Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos actuales, Universitas Badajoz.
Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 19
La Primera República en Extremadura tenía muchos adeptos en las ciudades, partidarios de un
Estado Federal con una Extremadura con autogobierno. Los campesinos deseaban el reparto
individual de los comunales y la restauración de los usos comunales sobre las dehesas locales. La
rebelión cantonal creo el cantones independientes en Badajoz, Fregenal de la Sierra y Garrovillas,
y Plasencia volvió a pedir la capitalidad del norte, mientras el carlista Sabariegos realizó varias
marchas por Badajoz, los Ibores y las Villuercas.
4.2. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EXTREMADURA DURANTE LA ETAPA
ISABELINA: ASPECTOS AGRARIOS, TRANSPORTES Y COMUNICACIONES.
La tierra. La reforma agraria liberal será muy importante en
Extremadura, ya que de la mayoría de la propiedad era de la
Iglesia, órdenes militares y concejos. La desamortización,
desvinculación y disolución, afianzo el liberalismo y el
librecambismo, convirtió estos bienes en propiedades privadas.
Ya Godoy en 1798 promulgó una ley desamortizadora sobre los
bienes eclesiásticos (hospicios, casas de misericordia, de
reclusión, expósitos y cofradías) iniciando la expropiación de
"manos muertas" (bienes que no se podían vender salvo que el
Estado los nacionalizara) para amortizar Deuda pública. Las
Cortes de Cádiz también aprobaron una Ley de desamortización
y la Junta Provincial de Extremadura en 1810 ordenaba la venta
del 50% de los baldíos de los pueblos, destinando la otra mitad
al reparto entre los combatientes en la guerra de la
Independencia y entre campesinos pobres.
La desamortización de Mendizábal (1836-1837) y Espartero
(1841) supusieron la venta de 180.000 ha. de bienes
eclesiásticos y de órdenes militares, la de Madoz (1855) vendió
1.000.000 de ha. de bienes de propios (edificios o fincas
rústicas explotadas por arrendamiento o directamente) y comunes (baldíos y dehesas boyales de
aprovechamiento común por los vecinos). La burguesía urbana, labradores acomodados, y grandes
propietarios, compraron la mayoría, y los pueblos perdieron la mayor parte de sus antiguas
dehesas. Muchos grandes compradores no eran extremeños. Los perjudicados serán los pobres,
incluso pequeños propietarios que antes completaban sus ingresos con lo que obtenían de los
bienes comunales y que ahora se convirtieron en yunteros y jornaleros.
Los transportes. Las guerras destruyeron muchas
infraestructuras de transportes y el Tajo y el
Guadiana no disponían de los puentes necesarios.
La gran esperanza era el ferrocarril Madrid-
Lisboa, pero se retrasó por la necesidad de capital
extranjero para financiar las obras y se hizo con
una vía única que nunca fue desdoblada ni
electrificada. En 1863 se abrió la línea Lisboa-Badajoz, en 1866 la Madrid-Badajoz por Ciudad
Real y Mérida, en 1881 la Madrid-Portugal por Navalmoral, Malpartida de Plasencia, Cáceres y
Valencia de Alcántara, en 1885 la Mérida-Sevilla, y en 1896 la de Malpartida-Salamanca por
Plasencia. El ferrocarril pronto fue deficitario, por falta de mercancías y de viajeros, alto coste
de mantenimiento, y gran distancia entre las principales estaciones (Cáceres, Badajoz, Plasencia,
Mérida) y el centro de las ciudades.
EL PROCESO DE PRIVATIZACIÖN DE LOS MONTES PÚBLICOS ENTRE 1859 Y 1926 (datos en ha)
Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes diversas.
Zona Superficie
total
Montes públicos
en 1859
Montes enajenados
1859-1926
Porcentaje
enajenado
Porcentaje enajenado sobre superficie total
Badajoz 2164692 362190 268363 74,1 12,4
Cáceres 1994500 409120 306492 74,9 15,4
TOTAL EXTREMADURA 4159192 771310 574855 74,5 13,8
TOTAL ESPAÑA 49789311 1146724 4762481 41,5 9,6
CLASIFICACION SECTORIAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA EXTREMEÑA EN 1860
Actividad Numero individuos Porcentaje población activa
Sector primario
Propietarios 67497 24,4
Arrendatarios 11699 4,2
Sirvientes 28283 10,2
Jornaleros 113473 41,1
TOTAL 120952 79,9
Sector secundario
Fabricantes 465 0,2
Industriales 18428 6,7
Artesanos 18182 6,6
TOTAL 120952 13,5
Sector terciario
Eclesiásticos 2025 0,7
Militares 4621 1,7
Empleados y funcionarios 3245 1,2
Profesiones liberales 2206
0,8 Comerdantes
1256
0,4
TOTAL 12097 4,8
Fuente: Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos actuales,
Universitas Badajoz.
Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 20
La industria o el “desierto fabril extremeño". En el s. XVIII las
iniciativas ilustradas fracasaron y el incipiente desarrollo posterior a
la Guerra de Independencia y I guerra carlista se estancó. El
desierto fabril se explica por la preferencia de la burguesía por las
inversiones en bienes desamortizados o en el sector agrario,
ganadero e inmobiliario, antes que en la industria, y por la carencia
de materias primas, recursos naturales, y escasa demanda por la
pobreza de la población.
Las industrias derivadas de la producción agrícola (molturación de
granos, almazaras, destilados) fueron las más importantes, junto a
por la demanda de traviesas para el ferrocarril, pero la del corcho, por ejemplo, carecía de la
maquinaria de transformación necesaria para liderar la industrialización regional. La industria
textil de paños de Hervás y Torrejoncillo no pudo hacer frente a la competencia catalana a fin de
siglo por falta de renovación tecnológica, la metalúrgica se resume en la fundición de plomo
(Granja de Torrehermosa y Azuaga) y el bronce en Guadalupe.
Demografía y sociedad. Se pasó de los 428.493 hbts. en el censo de Godoy de 1797, a los
853.438 en el censo de 1897, a pesar de la mortalidad infantil, el colera y al paludismo endémico.
Badajoz creció más que Cáceres, y el incremento del adehesamiento por la desamortización
favoreció el crecimiento de los núcleos más importantes y el estancamiento de los más pequeños.
Socialmente existió una polarización entre ricos y pobres, y la desamortización aumentó la
brecha. La nobleza y la burguesía, en muchas ocasiones foráneas, contrastaban con un
campesinado cada vez más empobrecido. Familias enteras se veían obligadas a trabajar como
asalariadas en las grandes dehesas. En 1860 un 78,2% eran analfabetos, y tan solo el 39% de los
niños se escolarizaban. Las clases medias urbanas eran minoritarias, a pesar de su incremento por
la ubicación de la administración del Estado en las ciudades más importantes. La mayoría dependía
de la cosechas para su manutención, y hubo 10 crisis de subsistencia graves en el siglo, además de
la epidemia de cólera (1854-1856) que se llevó a 9.000 personas y que provocó la huida de los
ricos, y una gran incidencia en Almendralejo, Baños de Montemayor, Navalmoral, Cáceres, Talavera la
Vieja, Aldeanueva del Camino, Abadía, Granja, Serradilla, Plasencia, etc. Otro tanto ocurrió en
varias localidades de Badajoz, que durante 3 años sufrieron la epidemia.
ACTIVIDADES:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-senda-
liberal/3290182/ (1823-54)
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-viva-espana-
honra/3293548/ (1854-73)
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-regreso-
borbones/3295337/ (1873-1900)
EL FERROCARRIL EN EXTREMADURA EN EL SIGLO XIX