vision del perú

111
VISIÓN DEL PERÚ: HISTORIA Y PERSPECTIVAS Cristóbal Aljovín de Losada (Con la colaboración de Marlene Castillo) Lima, setiembre de 1999

Upload: juan-alek

Post on 26-Nov-2015

34 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • VISIN DEL PER:HISTORIA Y PERSPECTIVAS

    Cristbal Aljovn de Losada

    (Con la colaboracin de Marlene Castillo)

    Lima, setiembre de 1999

  • VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    CONTENIDO

    PREFACIO vii

    CAPTULO IIntroduccin 1

    CAPTULO IIHistoria de los futuros deseados en el Per 5

    CAPTULO IIIEl Per soado: un pas de todos y para todos 23

    El consenso de la democracia 25Sociedad civil activa, tolerante, heterognea y participativa 26Estado eficiente y democrtico 28Creacin de riqueza: rol del sector privado 28El Per en el mundo 29

    CAPTULO IVEl Per en el contexto internacional 31

    Insercin internacional 31Lineamientos para la poltica exterior del pas 34

    AGENDA: PerApartado postal 18-1194MirafloresLima, Per.Correo electrnico: [email protected]

    Este texto se encuentra disponible en Internet en la direccin:www.agendaperu.org.pe

    1ra. edicin: 1999Tiraje l 000 ejemplaresImpreso en el Per

    Edicin grfica: Carlos Valenzuela

  • CONTENIDO

    PREFACIO vii

    CAPTULO IIntroduccin 1

    CAPTULO IIHistoria de los futuros deseados en el Per 5

    CAPTULO IIIEl Per soado: un pas de todos y para todos 23

    El consenso de la democracia 25Sociedad civil activa, tolerante, heterognea y participativa 26Estado eficiente y democrtico 28Creacin de riqueza: rol del sector privado 28El Per en el mundo 29

    CAPTULO IVEl Per en el contexto internacional 31

    Insercin internacional 31Lineamientos para la poltica exterior del pas 34

    AGENDA: PerApartado postal 18-1194MirafloresLima, Per.Correo electrnico: [email protected]

    Este texto se encuentra disponible en Internet en la direccin:www.agendaperu.org.pe

    1ra. edicin: 1999Tiraje l 000 ejemplaresImpreso en el Per

    Edicin grfica: Carlos Valenzuela

  • VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    CAPTULO VUn marco para decisiones estratgicas 39

    Transformacin productiva y competitividad 39Inversin extranjera 41La poltica de desarrollo del Estado 43

    Integracin, equidad y justicia social 45Educacin para todos 46Salud para todos 52

    Uso sustentable de recursos naturales, ciencia y tecnologa 54El medio ambiente 54Ciencia y tecnologa 56

    Ocupacin del territorio e infraestructura 58La diversidad territorial 58Equilibrio espacial 59Distincin urbano-rural 60Infraestructura 60

    CAPTULO VIReformas institucionales 63

    Hacia un nuevo Estado 63Un Estado eficiente y con proyecto nacional 63Un Estado democrtico 64Un Estado descentralizado 67Un Estado vinculado a lo econmico 67

    Hacia un sector privado ms eficiente y competitivo 69El empresario moderno 69Empresario trabajador 71

    Hacia una sociedad civil activa, dinmica y representativa 72Partidos y sindicatos 73El rol de la Iglesia 74Organizaciones populares y ONGs 76Los jvenes 76Los medios de comunicacin 77

    Seguridad nacional y relaciones civiles militares 77Las Fuerzas Armadas 77Polica 80

    CAPTULO VIICultura e identidad en el Per 83

    Las relaciones de gnero 84La familia 87Las relaciones intertnicas 88

    CAPTULO VIIIReflexiones finales 93

    APNDICEMetodologa 97

  • CAPTULO VUn marco para decisiones estratgicas 39

    Transformacin productiva y competitividad 39Inversin extranjera 41La poltica de desarrollo del Estado 43

    Integracin, equidad y justicia social 45Educacin para todos 46Salud para todos 52

    Uso sustentable de recursos naturales, ciencia y tecnologa 54El medio ambiente 54Ciencia y tecnologa 56

    Ocupacin del territorio e infraestructura 58La diversidad territorial 58Equilibrio espacial 59Distincin urbano-rural 60Infraestructura 60

    CAPTULO VIReformas institucionales 63

    Hacia un nuevo Estado 63Un Estado eficiente y con proyecto nacional 63Un Estado democrtico 64Un Estado descentralizado 67Un Estado vinculado a lo econmico 67

    Hacia un sector privado ms eficiente y competitivo 69El empresario moderno 69Empresario trabajador 71

    Hacia una sociedad civil activa, dinmica y representativa 72Partidos y sindicatos 73El rol de la Iglesia 74Organizaciones populares y ONGs 76Los jvenes 76Los medios de comunicacin 77

    Seguridad nacional y relaciones civiles militares 77Las Fuerzas Armadas 77Polica 80

    CAPTULO VIICultura e identidad en el Per 83

    Las relaciones de gnero 84La familia 87Las relaciones intertnicas 88

    CAPTULO VIIIReflexiones finales 93

    APNDICEMetodologa 97

  • 6

  • PREFACIO

    Este trabajo es forma parte de los estudios realizados por AGENDA:Per en el programa sobre gobernabilidad democrtica, reformasinstitucionales y estrategias de desarrollo en la transicin al siglo 21.Construir visiones de futuro es un insumo vital para elaborar estrategiasde desarrollo. El diseo de polticas de Estado y de gobierno que co-rrespondan al inters de los peruanos, a sus esperanzas e inquietudes, asus exigencias y ambiciones en suma, a la manera como se concibe elbien comn, requiere de una apreciacin consciente de metas de largoalcance y de la definicin de lo que queremos ser como pas.

    Las visiones de futuro no pueden prescindir de las intuiciones del pasado.Se construyen en bases a las races histricas que nutren nuestrasaspiraciones y deseos para el porvenir. Este trabajo, realizado porCristbal Aljovn con la colaboracin de Marlene Castillo y Jorge ChvezGranadino, y con el apoyo editorial de Carla Saenz y Lidiette Brenes,recoge la informacin acerca de aquellos momentos de nuestra historiaen los cuales personas con visin quisieron desplegar ante los ojos desus contemporneos el futuro que anhelaban para nuestro pas. Presentaadems y este es el aspecto central y tal vez el ms interesante losresultados de entrevistas a un heterogneo conjunto de lderes de opinin,buscando indagar sobre su concepcin de los futuros deseados paranuestro pas.

    Cuando en los albores del renacimiento el hombre occidental empez aimaginar la existencia de reinos felices, los llam utopas. La palabra

    [vii]

  • VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    misma indica que tal lugar no existe. Estos productos de la imaginacinfueron adquiriendo el sello de visiones de futuro cuando la humanidadtuvo a su disposicin los instrumentos racionales y tecnolgicos quepermitieron a sus visiones ubicarse en el horizonte de lo posible. Unavisin de futuro, entonces, conjuga la libertad de la imaginacin con ladisciplina de la razn. Por ello es capaz de estimular la voluntad detransformar el presente utilizando los conocimientos prcticos que hacenque el futuro deseado se torne en meta posible.

    La metodologa usada, comn a los trabajos de AGENDA Per, buscaincorporar las diversas opiniones, ideas y puntos de vista de losciudadanos acerca de los temas crticos para el desarrollo de nuestropas. Esta contribucin rescata la diversidad de formas de pensar yregistra los ideales de las personas que ejercen liderazgo en diversosmbitos de la vida nacional, para lo cual hemos entrevistado a intelectuales,empresarios, periodistas, docentes universitarios, sindicalistas, dirigentespopulares y religiosos, entre otros representantes de distintos mbitosdel quehacer humano. Partimos de una concepcin metodolgica quese afirma en relaciones democrticas y participativas, y que creefirmemente que los ciudadanos, por s solos o a travs de las institucionesque representan, saben lo que necesitan y quieren para ellos, para sucomunidad y para su pas.

    Vale la pena destacar que las visiones de futuros deseados no son est-ticas sino dinmicas. En el siglo 20, vertiginoso y violento, las transfor-maciones han sido radicales y nada anuncia que vaya a variar la cons-tante tendencia al cambio. Esto es particularmente cierto en este ltimodecenio, que ha sido testigo de una amplia gama de transformaciones dediversa ndole que, a su vez, han significado cambios radicales en losideales compartidos y en el imaginario de todos los peruanos.

    En estos ltimos aos hemos presenciado el fin de la Guerra Fra, elderrumbe de las ideologas colectivistas, la redefinicin de los papelesdel Estado y del mercado, la emergencia de la sociedad civil y el desarrollodel proceso de globalizacin, entre muchos otros cambios fundamentales.

    Todo ello, junto con la virtual desaparicin de los grupos terroristas ylas violentas fluctuaciones econmicas en nuestro pas, ha transformadonuestras perspectivas, nuestros sueos y nuestras aspiraciones. Estose refleja claramente en el inters que ha surgido por definir visiones defuturo para el Per. Como testimonio de que nuestra preocupacin porestos asuntos no es algo aislado, tenemos los esfuerzos de institucionescomo el Instituto Peruano de Administracin de Empresas (IPAE), elprograma Per 2021 de la CONFIEP y el trabajo sobre visin de pas dePROMPERU, que muestran inquietudes similares.

    Los elementos para construir visiones de futuro que ofrece estedocumento estn organizados en base a las categoras que han surgidodurante los trabajos del equipo de AGENDA: Per sobre estrategias dedesarrollo en la transicin al siglo 21. Como se podr observar, recogeplanteamientos que abarcan desde la insercin internacional del Perhasta aspectos vinculados con la identidad nacional, y desde los aspectoseconmicos, sociales, ambientales y de infraestructura hasta las reformasinstitucionales en una serie de mbitos de la vida nacional.

    Esperamos que este trabajo contribuya al debate sobre visiones de futuroy sobre lo que queremos ser como pas.

    Max HernndezFrancisco Sagasti

    Lima, setiembre de 1999

    viii ix

  • misma indica que tal lugar no existe. Estos productos de la imaginacinfueron adquiriendo el sello de visiones de futuro cuando la humanidadtuvo a su disposicin los instrumentos racionales y tecnolgicos quepermitieron a sus visiones ubicarse en el horizonte de lo posible. Unavisin de futuro, entonces, conjuga la libertad de la imaginacin con ladisciplina de la razn. Por ello es capaz de estimular la voluntad detransformar el presente utilizando los conocimientos prcticos que hacenque el futuro deseado se torne en meta posible.

    La metodologa usada, comn a los trabajos de AGENDA Per, buscaincorporar las diversas opiniones, ideas y puntos de vista de losciudadanos acerca de los temas crticos para el desarrollo de nuestropas. Esta contribucin rescata la diversidad de formas de pensar yregistra los ideales de las personas que ejercen liderazgo en diversosmbitos de la vida nacional, para lo cual hemos entrevistado a intelectuales,empresarios, periodistas, docentes universitarios, sindicalistas, dirigentespopulares y religiosos, entre otros representantes de distintos mbitosdel quehacer humano. Partimos de una concepcin metodolgica quese afirma en relaciones democrticas y participativas, y que creefirmemente que los ciudadanos, por s solos o a travs de las institucionesque representan, saben lo que necesitan y quieren para ellos, para sucomunidad y para su pas.

    Vale la pena destacar que las visiones de futuros deseados no son est-ticas sino dinmicas. En el siglo 20, vertiginoso y violento, las transfor-maciones han sido radicales y nada anuncia que vaya a variar la cons-tante tendencia al cambio. Esto es particularmente cierto en este ltimodecenio, que ha sido testigo de una amplia gama de transformaciones dediversa ndole que, a su vez, han significado cambios radicales en losideales compartidos y en el imaginario de todos los peruanos.

    En estos ltimos aos hemos presenciado el fin de la Guerra Fra, elderrumbe de las ideologas colectivistas, la redefinicin de los papelesdel Estado y del mercado, la emergencia de la sociedad civil y el desarrollodel proceso de globalizacin, entre muchos otros cambios fundamentales.

    Todo ello, junto con la virtual desaparicin de los grupos terroristas ylas violentas fluctuaciones econmicas en nuestro pas, ha transformadonuestras perspectivas, nuestros sueos y nuestras aspiraciones. Estose refleja claramente en el inters que ha surgido por definir visiones defuturo para el Per. Como testimonio de que nuestra preocupacin porestos asuntos no es algo aislado, tenemos los esfuerzos de institucionescomo el Instituto Peruano de Administracin de Empresas (IPAE), elprograma Per 2021 de la CONFIEP y el trabajo sobre visin de pas dePROMPERU, que muestran inquietudes similares.

    Los elementos para construir visiones de futuro que ofrece estedocumento estn organizados en base a las categoras que han surgidodurante los trabajos del equipo de AGENDA: Per sobre estrategias dedesarrollo en la transicin al siglo 21. Como se podr observar, recogeplanteamientos que abarcan desde la insercin internacional del Perhasta aspectos vinculados con la identidad nacional, y desde los aspectoseconmicos, sociales, ambientales y de infraestructura hasta las reformasinstitucionales en una serie de mbitos de la vida nacional.

    Esperamos que este trabajo contribuya al debate sobre visiones de futuroy sobre lo que queremos ser como pas.

    Max HernndezFrancisco Sagasti

    Lima, setiembre de 1999

    viii ix

  • Nos interesa,no destacar las ideas de una mente original,

    sino las creencias de una poca

    J. Maravall

    Nos interesa,no destacar las ideas de una mente original,

    sino las creencias de una poca

    J. Maravall

  • En una poca de transicin como la que estamos viviendo, realizar unainvestigacin sobre futuros deseados es crucial. Antiguas concepcio-nes de buen gobierno y sociedad han sido dejadas de lado, y se estnelaborando nuevos ideales1. Por ello el presente trabajo, basado en en-trevistas a diversos lderes del pas, as como otras investigaciones2,pretende ser tambin fuente de informacin para trazar lineamientos deuna agenda hacia un Per mejor en tiempos de cambio.

    La posibilidad de visualizar futuros diferentes, distancindose de loinmediato, es una de las caractersticas de los seres humanos. Imaginarsecambios es tambin un acto de creacin y de rebelda que transforma alhombre en un agente de cambio, en un ser activo y no pasivo. Imaginarsituaciones diferentes a las del presente es el primer paso para crear unmundo mejor. El segundo es planificar. El sueo, la imaginacin y laplanificacin van juntos. Sin la audacia de vislumbrar futuros deseados,es imposible mejorar cualquier situacin actual. En 1873, hace ms de120 aos, P. A. Kropotkin plante esto con claridad:

    [1]

    CAPTULO I

    Introduccin

    1 Sagasti, Francisco. Imaginemos un Per mejor, Lima: Grade, 1989, pp.11-33.2 CADE y PERU 2021 han realizado investigaciones interesantes al respecto. El

    presente trabajo se distingue de ellas por tener un universo de entrevistados mayor.Per 2021 y CADE han concentrado sus investigaciones en el segmento de empre-sarios. Vase: CADE 96, Per siglo XXI: Propuestas para una visin compartida,Arequipa: CADE, 1996; PERU 2021, Una nueva visin, Lima: Siklos, 1997.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    Debemos ocuparnos de examinar el sistema ideal del futuro? Yocreo que s. En primer lugar, expresamos en el ideal nuestrasesperanzas, aspiraciones y metas, sin tomar en cuenta laslimitaciones prcticas, sin importar el grado de realizacin quepodamos obtener. En segundo lugar, el ideal puede esclarecernoscundo estamos afectados por nuestros antiguos prejuicios einclinaciones... Cierto es que atreverse en el pensamiento no esuna garanta total de realizacin; sin embargo la timidez mental enla construccin de un ideal es ciertamente un criterio de una timidezmental en la prctica3 .

    Vislumbrar un futuro significa enfrentarse al pasado y al presente: detectarlo que agrada y lo que no, implica intentar ofrecer una alternativa. Seentiende el presente a travs del pasado y viceversa. De igual modo, elfuturo ideal se imagina a partir del presente y del pasado4.

    Atreverse a soar en un maana mejor trae consigo tambin susresponsabilidades y peligros. Los deseos paradjicos o los discursosincoherentes son parte del mundo moderno y de sus exigencias. Una delas tareas ms difciles al pensar en futuros deseados es la de encontrarel equilibrio entre los valores del mundo moderno que, como nos lorecuerda el filsofo polaco Leszek Kolakowski, son contradictorios.Las demandas por igualdad, libertad y eficiencia son complejas, se limitanmutuamente y slo se pueden llevar a cabo a travs de compromisos:

    La intencin de implementar uno de los valores en su plenitudimplicara destruir los otros dos. Una absoluta igualdad slo seconsigue a travs de un rgimen desptico que implica privilegiosque, a la vez, destruyen la igualdad. La libertad total termina enanarqua y esto significa el gobierno del ms fuerte, el fin de la

    libertad. La total eficiencia significa el despotismo que terminasiendo econmicamente ineficiente despus de cierto niveltecnolgico5 .

    Nuestro inters por los futuros posibles se vincula con una larga tradicincuya motivacin est ligada al planeamiento y a la toma de decisiones entorno al progreso y el desarrollo. La historia de los futuros deseados enla civilizacin occidental puede iniciarse, por lo menos, con La Repblicade Platn. La historia pasa por pensadores catlicos clsicos como SanAgustn en La Ciudad de Dios y prosigue en el renacimiento con TomsMoro (Utopa), Campanella (Ciudad del Sol) o Bacon (Nueva Atlantis).La reflexin sobre futuros posibles no puede descuidar a Montaigne,Rousseau, Saint Simon, Fourier, Marx y Comte. En general, el pensaren futuros posibles ha sido motor para el cambio, y su contribucin esinnegable en la configuracin del mundo moderno.

    A partir de la Segunda Guerra Mundial los estudios sobre futuros semultiplicaron, combinndose muchas veces con la planificacin. EnFrancia, Jean Fourasti y Eric Jantsch crearon la planificacin prospectiva;Bertand de Jouvenal organiza el grupo futuribles. En los EstadosUnidos, Herman Kahn y Olaf Helmer idearon nuevos mtodos a largoplazo y Jay Forrester formul el programa de computadoras WorldDynamics que simula la evolucin futura del mundo bajo supuestosdistintos.

    En Inglaterra, Denis Gabor, Fred Emery y Stafford Beer desarrollaronenfoques para anticipar los aspectos tecnolgicos y humanos del futuro.Algo semejante se vio tambin en la Unin Sovitica, donde el premioNobel Leonid Kantorovich elabor modelos matemticos para laplanificacin a largo plazo. En Amrica Latina, la Fundacin Bariloche,dirigida por Amlcar Herrera, tuvo un importante rol en la discusin

    2 3

    3 Kropotkin, P.A. Selected Writings on Anarchism and Revolution, Cambridge, Mass.:MIT Press, 1970.

    4 Vase por ejemplo: Bloch, Marc. Introduccin a la historia, Mxico: FCE, 1952.5 Kolakowski, Lezek. My Correct Views on Everything, The Socialist Register

    1974, Londres: The Merlin Press, 1974.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    Debemos ocuparnos de examinar el sistema ideal del futuro? Yocreo que s. En primer lugar, expresamos en el ideal nuestrasesperanzas, aspiraciones y metas, sin tomar en cuenta laslimitaciones prcticas, sin importar el grado de realizacin quepodamos obtener. En segundo lugar, el ideal puede esclarecernoscundo estamos afectados por nuestros antiguos prejuicios einclinaciones... Cierto es que atreverse en el pensamiento no esuna garanta total de realizacin; sin embargo la timidez mental enla construccin de un ideal es ciertamente un criterio de una timidezmental en la prctica3 .

    Vislumbrar un futuro significa enfrentarse al pasado y al presente: detectarlo que agrada y lo que no, implica intentar ofrecer una alternativa. Seentiende el presente a travs del pasado y viceversa. De igual modo, elfuturo ideal se imagina a partir del presente y del pasado4.

    Atreverse a soar en un maana mejor trae consigo tambin susresponsabilidades y peligros. Los deseos paradjicos o los discursosincoherentes son parte del mundo moderno y de sus exigencias. Una delas tareas ms difciles al pensar en futuros deseados es la de encontrarel equilibrio entre los valores del mundo moderno que, como nos lorecuerda el filsofo polaco Leszek Kolakowski, son contradictorios.Las demandas por igualdad, libertad y eficiencia son complejas, se limitanmutuamente y slo se pueden llevar a cabo a travs de compromisos:

    La intencin de implementar uno de los valores en su plenitudimplicara destruir los otros dos. Una absoluta igualdad slo seconsigue a travs de un rgimen desptico que implica privilegiosque, a la vez, destruyen la igualdad. La libertad total termina enanarqua y esto significa el gobierno del ms fuerte, el fin de la

    libertad. La total eficiencia significa el despotismo que terminasiendo econmicamente ineficiente despus de cierto niveltecnolgico5 .

    Nuestro inters por los futuros posibles se vincula con una larga tradicincuya motivacin est ligada al planeamiento y a la toma de decisiones entorno al progreso y el desarrollo. La historia de los futuros deseados enla civilizacin occidental puede iniciarse, por lo menos, con La Repblicade Platn. La historia pasa por pensadores catlicos clsicos como SanAgustn en La Ciudad de Dios y prosigue en el renacimiento con TomsMoro (Utopa), Campanella (Ciudad del Sol) o Bacon (Nueva Atlantis).La reflexin sobre futuros posibles no puede descuidar a Montaigne,Rousseau, Saint Simon, Fourier, Marx y Comte. En general, el pensaren futuros posibles ha sido motor para el cambio, y su contribucin esinnegable en la configuracin del mundo moderno.

    A partir de la Segunda Guerra Mundial los estudios sobre futuros semultiplicaron, combinndose muchas veces con la planificacin. EnFrancia, Jean Fourasti y Eric Jantsch crearon la planificacin prospectiva;Bertand de Jouvenal organiza el grupo futuribles. En los EstadosUnidos, Herman Kahn y Olaf Helmer idearon nuevos mtodos a largoplazo y Jay Forrester formul el programa de computadoras WorldDynamics que simula la evolucin futura del mundo bajo supuestosdistintos.

    En Inglaterra, Denis Gabor, Fred Emery y Stafford Beer desarrollaronenfoques para anticipar los aspectos tecnolgicos y humanos del futuro.Algo semejante se vio tambin en la Unin Sovitica, donde el premioNobel Leonid Kantorovich elabor modelos matemticos para laplanificacin a largo plazo. En Amrica Latina, la Fundacin Bariloche,dirigida por Amlcar Herrera, tuvo un importante rol en la discusin

    2 3

    3 Kropotkin, P.A. Selected Writings on Anarchism and Revolution, Cambridge, Mass.:MIT Press, 1970.

    4 Vase por ejemplo: Bloch, Marc. Introduccin a la historia, Mxico: FCE, 1952.5 Kolakowski, Lezek. My Correct Views on Everything, The Socialist Register

    1974, Londres: The Merlin Press, 1974.

  • 16CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    sobre estrategias de desarrollo cuando critic el informe de Dennis yDonella Meadows auspiciado por el Club de Roma. No estaba de acuerdoen la idea de que los problemas del mundo estaban relacionados con elagotamiento de los recursos naturales y crea, ms bien, que tena quever con la distribucin de los recursos a escala mundial.

    Estos estudios y otros anlogos han continuado hasta hoy, eninstituciones tan variadas como la OCDE (Organismo de Cooperacin yDesarrollo Econmico) o la Compaa Shell. Estos estudios son el objetode investigacin de una serie de trabajos que se podran agrupar bajo lacategora de futurologa6.

    En claro contraste con lo que sucede en los pases ricos, estudiar losfuturos deseados en un pas pobre como el Per no es tarea fcil. Laslimitaciones que impone la realidad cotidiana crean temor o dificultadpara pensar en un futuro mejor. Existe en muchos lderes una tendenciahacia una cultura del pesimismo7 , que contrasta con lo que sucede, porejemplo, en los Estados Unidos, donde es impensable imaginar que loslderes tengan una visin pesimista del futuro. Por suerte, en el Per eltemor de pensar en el futuro se ha reducido en los ltimos aos debido,en buena parte, a la reduccin drstica del terrorismo y de la inflacin.Tomando como referencia la investigacin de GRADE de 19888 , senota una mayor apertura al pensar en un futuro diferente.

    Para pensar en la historia de los futuros deseados en el Per debemostomar en consideracin el contexto histrico. Como se indica en laintroduccin, un futuro deseado est vinculado al presente, a lasexperiencias pasadas, a la forma de pensar, y a creencias y valoresheredados de la tradicin. En general, los futuros deseados soncuestionamientos del presente de acuerdo con los valores y expectativasque expresa y anhela cada generacin. Por ello, los ideales y la concepcinde futuro de un hombre del siglo XVI es diferente a los de un hombredel XVIII o del XX.

    El pensar en alternativas es ms frecuente en momentos de transicin oreestructuracin de las sociedades. En una poca de crisis se elaborauna gran cantidad de ideas sobre cmo debe ser la comunidad. Cadauna de ellas representa una visin alternativa, a veces incluso en oposicin.En ocasiones se logra el consenso o los conflictos se reducen. Caberecordar que las opciones y las ideas nunca se agotan: siempre hayvisiones alternativas que plantean reformar o cambiar radicalmente elsistema.

    En este ensayo comenzaremos con una exposicin secuencial de losfuturos deseados en nuestro pas a lo largo de su historia, un segmentoque comprende del perodo virreinal hasta nuestros das, y que tiene tanslo unos 470 aos de historia. Se ha dejado al margen el perodoprehispnico, el ms largo de la historia (casi 14 000 aos), desde que

    4 5

    6 Sagasti, Francisco; Daudelin, Jean. Los estudios del futuro en Amrica Latina:tendencias y escenarios, Lima. Agenda: PER, 1999.

    7 Un grupo de intelectuales peruanos (Sebastin Salazar Bondy, Miguel Gutirrez yPablo Macera) ha cultivado un cierto pesimismo sobre el futuro del pas.

    8 Mc Lauchlan Arregui, Patricia; Acosta, Laura. Per 2010: El futuro ya no es comoantes, Lima: Grade, 1988.

    CAPTULO II

    Historia de los futuros deseados en el Per

    [5]

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    sobre estrategias de desarrollo cuando critic el informe de Dennis yDonella Meadows auspiciado por el Club de Roma. No estaba de acuerdoen la idea de que los problemas del mundo estaban relacionados con elagotamiento de los recursos naturales y crea, ms bien, que tena quever con la distribucin de los recursos a escala mundial.

    Estos estudios y otros anlogos han continuado hasta hoy, eninstituciones tan variadas como la OCDE (Organismo de Cooperacin yDesarrollo Econmico) o la Compaa Shell. Estos estudios son el objetode investigacin de una serie de trabajos que se podran agrupar bajo lacategora de futurologa6.

    En claro contraste con lo que sucede en los pases ricos, estudiar losfuturos deseados en un pas pobre como el Per no es tarea fcil. Laslimitaciones que impone la realidad cotidiana crean temor o dificultadpara pensar en un futuro mejor. Existe en muchos lderes una tendenciahacia una cultura del pesimismo7 , que contrasta con lo que sucede, porejemplo, en los Estados Unidos, donde es impensable imaginar que loslderes tengan una visin pesimista del futuro. Por suerte, en el Per eltemor de pensar en el futuro se ha reducido en los ltimos aos debido,en buena parte, a la reduccin drstica del terrorismo y de la inflacin.Tomando como referencia la investigacin de GRADE de 19888 , senota una mayor apertura al pensar en un futuro diferente.

    Para pensar en la historia de los futuros deseados en el Per debemostomar en consideracin el contexto histrico. Como se indica en laintroduccin, un futuro deseado est vinculado al presente, a lasexperiencias pasadas, a la forma de pensar, y a creencias y valoresheredados de la tradicin. En general, los futuros deseados soncuestionamientos del presente de acuerdo con los valores y expectativasque expresa y anhela cada generacin. Por ello, los ideales y la concepcinde futuro de un hombre del siglo XVI es diferente a los de un hombredel XVIII o del XX.

    El pensar en alternativas es ms frecuente en momentos de transicin oreestructuracin de las sociedades. En una poca de crisis se elaborauna gran cantidad de ideas sobre cmo debe ser la comunidad. Cadauna de ellas representa una visin alternativa, a veces incluso en oposicin.En ocasiones se logra el consenso o los conflictos se reducen. Caberecordar que las opciones y las ideas nunca se agotan: siempre hayvisiones alternativas que plantean reformar o cambiar radicalmente elsistema.

    En este ensayo comenzaremos con una exposicin secuencial de losfuturos deseados en nuestro pas a lo largo de su historia, un segmentoque comprende del perodo virreinal hasta nuestros das, y que tiene tanslo unos 470 aos de historia. Se ha dejado al margen el perodoprehispnico, el ms largo de la historia (casi 14 000 aos), desde que

    4 5

    6 Sagasti, Francisco; Daudelin, Jean. Los estudios del futuro en Amrica Latina:tendencias y escenarios, Lima. Agenda: PER, 1999.

    7 Un grupo de intelectuales peruanos (Sebastin Salazar Bondy, Miguel Gutirrez yPablo Macera) ha cultivado un cierto pesimismo sobre el futuro del pas.

    8 Mc Lauchlan Arregui, Patricia; Acosta, Laura. Per 2010: El futuro ya no es comoantes, Lima: Grade, 1988.

    CAPTULO II

    Historia de los futuros deseados en el Per

    [5]

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    el primer hombre lleg a los Andes hasta la conquista en 1532. Esteenorme vaco en el presente ensayo se debe a lo poco que se sabe de larepresentacin mental en el perodo prehispnico. Aun ms, historiadoresdel perodo Inca como Franklin Pease o Mara Rostworowski dudan deque la visin temporal de los Incas fuera como la nuestra: lineal,progresiva y acumulativa. Proponen, en su lugar, una concepcin circular,en la cual todo regresa a su lugar de origen, los llamados Pachacutic.

    En el perodo virreinal, los ideales de criollos y peninsulares girabanalrededor de la fidelidad al monarca y a la religin.9 Adems, tanto crio-llos como peninsulares crean tener privilegios (reales o imaginarios)que la Corona deba respetar. Anthony Pagden menciona que los crio-llos, desde un comienzo, haban creado un imaginario poltico basadoen la posesin de privilegios en virtud de sus orgenes. En verdad, esteimaginario estaba relacionado con la creencia de muchos criollos de serdescendientes de conquistadores, reclamando por ello derechos de con-quista y un trato preferencial por parte de la Corona10.

    Del lado indgena, los curacas, jefes de las comunidades de indios, seconsideraban con derechos aristocrticos por ser nobles Incas o deotros reinos indgenas. Los curacas se vean como seores naturales,por lo que el monarca deba respetar los derechos de la nobleza indgenaal igual que respetaba los derechos de los nobles de Castilla. El mandatodel Rey de Castilla en los Andes se basaba en la ficcin legal de que elInca le haba cedido su poder. De este modo, el Rey de Castilla debagobernar como un monarca catlico en el vasto imperio del Tawantisuyorespetando los privilegios existentes; es decir los derechos de la noblezaindgena.

    El lenguaje poltico virreinal estaba basado en una relacin entre sbdi-tos y monarca en donde la representacin de la sociedad era jerarquizaday fragmentada. Cada grupo humano tena sus propios privilegios en elvirreinato; la Corona tena que respetar el bien comn una combina-cin del respeto de los privilegios (libertades de cada grupo), defensadel reino y de la religin y del bienestar material de los sbditos. Esdecir, el gobierno monrquico estaba limitado por las costumbres y lareligin. El monarca de Castilla estaba inmerso en los dogmas y creen-cias de la Iglesia Catlica que daban legitimidad a su mandato y, a la vez,la defensa de la religin serva para fundamentar una visin trascenden-te de la monarqua.

    Desde los primeros aos del virreinato hubo quejas por parte de loscriollos sobre el mal gobierno, que iban paralelas a bsquedas alternativasde manejo poltico. Los criollos demandaban un trato ms justo, lo quesuscit dos posiciones: una radical y otra reformista. La radical tenacomo meta la emancipacin y la conformacin de una entidad autnoma.La rebelin de Gonzalo Pizarro en 1544-48 y las guerras de independenciafueron justificadas por el mal gobierno y maltrato a los criollos.

    Sin embargo, las soluciones de Gonzalo Pizarro y de los lderes de laguerra de independencia fueron diferentes. El primero soaba con fundarun reino legitimado en el hecho de ser hermano del conquistador, teniendola intencin de casarse con su sobrina, hija de Francisco y de una usta,para vincularse con la realeza inca. En cambio, San Martn y Bolvarqueran fundar un rgimen representativo: una monarqua constitucional,en el caso de San Martn, o una repblica en el caso de Bolvar.

    La actitud predominante entre los criollos fue la reformista. Ellosdemandaban de la Corona una mayor participacin en la administracinvirreinal y menores impuestos justificando dichas y otras demandas porsus derechos de ser la lite del lugar y, en menor grado, de serdescendientes de los conquistadores. Pero en ningn momento seimaginaron a s mismos como ciudadanos sino, ms bien, como sbditosdel monarca de Castilla exigiendo sus privilegios. Los criollos tenanuna mentalidad cortesana.

    6 7

    9 Vase como referencia para el perodo colonial: Brading, David. Orbe indiano: de lamonarqua catlica a la repblica criolla, 1492-1867, Mxico: FCE, 1991.

    10 Pagden, Anthony. Spanish Imperialism and the political imagination, New Haven:Yale University Press, 1990, captulo V: The end of the empire.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    el primer hombre lleg a los Andes hasta la conquista en 1532. Esteenorme vaco en el presente ensayo se debe a lo poco que se sabe de larepresentacin mental en el perodo prehispnico. Aun ms, historiadoresdel perodo Inca como Franklin Pease o Mara Rostworowski dudan deque la visin temporal de los Incas fuera como la nuestra: lineal,progresiva y acumulativa. Proponen, en su lugar, una concepcin circular,en la cual todo regresa a su lugar de origen, los llamados Pachacutic.

    En el perodo virreinal, los ideales de criollos y peninsulares girabanalrededor de la fidelidad al monarca y a la religin.9 Adems, tanto crio-llos como peninsulares crean tener privilegios (reales o imaginarios)que la Corona deba respetar. Anthony Pagden menciona que los crio-llos, desde un comienzo, haban creado un imaginario poltico basadoen la posesin de privilegios en virtud de sus orgenes. En verdad, esteimaginario estaba relacionado con la creencia de muchos criollos de serdescendientes de conquistadores, reclamando por ello derechos de con-quista y un trato preferencial por parte de la Corona10.

    Del lado indgena, los curacas, jefes de las comunidades de indios, seconsideraban con derechos aristocrticos por ser nobles Incas o deotros reinos indgenas. Los curacas se vean como seores naturales,por lo que el monarca deba respetar los derechos de la nobleza indgenaal igual que respetaba los derechos de los nobles de Castilla. El mandatodel Rey de Castilla en los Andes se basaba en la ficcin legal de que elInca le haba cedido su poder. De este modo, el Rey de Castilla debagobernar como un monarca catlico en el vasto imperio del Tawantisuyorespetando los privilegios existentes; es decir los derechos de la noblezaindgena.

    El lenguaje poltico virreinal estaba basado en una relacin entre sbdi-tos y monarca en donde la representacin de la sociedad era jerarquizaday fragmentada. Cada grupo humano tena sus propios privilegios en elvirreinato; la Corona tena que respetar el bien comn una combina-cin del respeto de los privilegios (libertades de cada grupo), defensadel reino y de la religin y del bienestar material de los sbditos. Esdecir, el gobierno monrquico estaba limitado por las costumbres y lareligin. El monarca de Castilla estaba inmerso en los dogmas y creen-cias de la Iglesia Catlica que daban legitimidad a su mandato y, a la vez,la defensa de la religin serva para fundamentar una visin trascenden-te de la monarqua.

    Desde los primeros aos del virreinato hubo quejas por parte de loscriollos sobre el mal gobierno, que iban paralelas a bsquedas alternativasde manejo poltico. Los criollos demandaban un trato ms justo, lo quesuscit dos posiciones: una radical y otra reformista. La radical tenacomo meta la emancipacin y la conformacin de una entidad autnoma.La rebelin de Gonzalo Pizarro en 1544-48 y las guerras de independenciafueron justificadas por el mal gobierno y maltrato a los criollos.

    Sin embargo, las soluciones de Gonzalo Pizarro y de los lderes de laguerra de independencia fueron diferentes. El primero soaba con fundarun reino legitimado en el hecho de ser hermano del conquistador, teniendola intencin de casarse con su sobrina, hija de Francisco y de una usta,para vincularse con la realeza inca. En cambio, San Martn y Bolvarqueran fundar un rgimen representativo: una monarqua constitucional,en el caso de San Martn, o una repblica en el caso de Bolvar.

    La actitud predominante entre los criollos fue la reformista. Ellosdemandaban de la Corona una mayor participacin en la administracinvirreinal y menores impuestos justificando dichas y otras demandas porsus derechos de ser la lite del lugar y, en menor grado, de serdescendientes de los conquistadores. Pero en ningn momento seimaginaron a s mismos como ciudadanos sino, ms bien, como sbditosdel monarca de Castilla exigiendo sus privilegios. Los criollos tenanuna mentalidad cortesana.

    6 7

    9 Vase como referencia para el perodo colonial: Brading, David. Orbe indiano: de lamonarqua catlica a la repblica criolla, 1492-1867, Mxico: FCE, 1991.

    10 Pagden, Anthony. Spanish Imperialism and the political imagination, New Haven:Yale University Press, 1990, captulo V: The end of the empire.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    La religin fue un tema recurrente en el imaginario de los criollos durantetodo el perodo virreinal. Se produjeron en forma constante aspiracionesde reformar la sociedad sobre una base tico-religiosa. Basta observarel plano de las ciudades virreinales, con una gran cantidad de iglesias,monasterios y conventos para notar la importancia de la Iglesia Catlica;los paradigmas religiosos fueron en mucho ideales de futuro. Hubomomentos de fuerte fervor religioso como a comienzos del siglo XVIIen Lima, donde convivieron Santa Rosa de Lima, San Martn de Porresy otros personajes con fama de santidad. Sin embargo, hubo tambinmomentos de relajamiento del fervor religioso, lo que provoc en muchossectores sociales el convencimiento de la necesidad de una regeneracinde la sociedad a travs del respeto de los dogmas y creencias de laIglesia.

    Con la Ilustracin, en la segunda mitad del siglo XVIII, los valores de lalite cambiaron. Se critic a la cultura popular y a la iglesia barroca pordejarse llevar por las pasiones y no por la razn. Pero en ningn momentose critic la fe, sino ms bien se abog por la unin fe-razn. Losilustrados defendan una ilustracin cristiana e igualmente fomentabanun sistema educativo en donde la razn y no la memoria en el sentidoescolstico fueran lo esencial. En la misma direccin propusieron unamodernidad artstica siguiendo las lneas del neoclsico y desechando elbarroco por sus lazos con el mundo popular.

    La Sociedad Amantes del Pas y su rgano de divulgacin, El MercurioPeruano, apoyado inicialmente por el Virrey Gil de Taboada, fueron elcentro de divulgacin de las ideas de los ilustrados. Adems, la Sociedadtena como meta conocer el pas y proponer cambios en la conduccineconmica. Un ejemplo manifiesto de lo anterior lo tenemos en Baqujanoy Carrillo, quien una un gran futuro econmico con el desarrollo de laminera. El Mercurio y sus redactores fomentaron un patriotismo criollo,una suerte de orgullo de ser criollo. Cabe mencionar que la mayora delos miembros de la Sociedad se imaginaban una sociedad de sbditos yno de ciudadanos, pero, a la vez, se consideraban una lite dirigente quedeba sugerir ideas de desarrollo dentro de un esquema de despotismo

    ilustrado. Pablo Macera considera que el elitismo del siglo XIX debitener, en parte, sus races en el pensamiento de la generacin de ElMercurio11.

    En el movimiento de la Ilustracin, hubo posiciones ms democrticas.Un grupo radical alrededor de la revista Semanario Crtico propona quela ilustracin se democratizara, lo cual implicaba la creacin de un pue-blo ilustrado. Para ello, era necesario esparcir el conocimiento al pue-blo, dejando ste de ser objeto para convertirse en sujeto del cambio.Pero la nocin de pueblo usada estaba relacionada con los sectoressemi marginales de las ciudades y olvidaba a las grandes mayoras: losindgenas del campo.

    A mediados del siglo XVIII, las reformas borbnicas tambin fueron elinicio de un cambio de actitud. Dichas reformas tenan como metaaumentar la presin fiscal y disminuir la autonoma poltica de los criollosy curacas, centralizando el poder en manos de burcratas peninsularesfieles a la Corona. Todo esto caus un gran malestar en Hispanoamrica,convirtiendo a muchos en radicales, con sueos de emanciparse de loslazos de la Corona.

    La respuesta de un grupo de curacas, entre ellos el ms llamativo, TpacAmaru II, fue reelaborar el discurso de sus derechos de sangre paragobernar a las comunidades de indios. Durante la rebelin de 1780-1781, Tpac Amaru vislumbr un Per gobernado por l, como Inca,en una sociedad multitnica amparada por la Iglesia Catlica. Su visindel problema poltico parece haber sido confusa, pues de hecho noparece claro el diseo de un gobierno Inca en el siglo XVIII.

    A lo anterior debe agregarse que muchos curacas no crean que TpacAmaru tuviera los ttulos suficientes para estar por encima de ellos, loque complicaba aun ms el panorama. Uno de ellos, Mateo Pumacahua,

    8 9

    11 Macera, Pablo. Tres etapas en el desarrollo de la conciencia nacional. Lima: EdicionesFanal, 1955.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    La religin fue un tema recurrente en el imaginario de los criollos durantetodo el perodo virreinal. Se produjeron en forma constante aspiracionesde reformar la sociedad sobre una base tico-religiosa. Basta observarel plano de las ciudades virreinales, con una gran cantidad de iglesias,monasterios y conventos para notar la importancia de la Iglesia Catlica;los paradigmas religiosos fueron en mucho ideales de futuro. Hubomomentos de fuerte fervor religioso como a comienzos del siglo XVIIen Lima, donde convivieron Santa Rosa de Lima, San Martn de Porresy otros personajes con fama de santidad. Sin embargo, hubo tambinmomentos de relajamiento del fervor religioso, lo que provoc en muchossectores sociales el convencimiento de la necesidad de una regeneracinde la sociedad a travs del respeto de los dogmas y creencias de laIglesia.

    Con la Ilustracin, en la segunda mitad del siglo XVIII, los valores de lalite cambiaron. Se critic a la cultura popular y a la iglesia barroca pordejarse llevar por las pasiones y no por la razn. Pero en ningn momentose critic la fe, sino ms bien se abog por la unin fe-razn. Losilustrados defendan una ilustracin cristiana e igualmente fomentabanun sistema educativo en donde la razn y no la memoria en el sentidoescolstico fueran lo esencial. En la misma direccin propusieron unamodernidad artstica siguiendo las lneas del neoclsico y desechando elbarroco por sus lazos con el mundo popular.

    La Sociedad Amantes del Pas y su rgano de divulgacin, El MercurioPeruano, apoyado inicialmente por el Virrey Gil de Taboada, fueron elcentro de divulgacin de las ideas de los ilustrados. Adems, la Sociedadtena como meta conocer el pas y proponer cambios en la conduccineconmica. Un ejemplo manifiesto de lo anterior lo tenemos en Baqujanoy Carrillo, quien una un gran futuro econmico con el desarrollo de laminera. El Mercurio y sus redactores fomentaron un patriotismo criollo,una suerte de orgullo de ser criollo. Cabe mencionar que la mayora delos miembros de la Sociedad se imaginaban una sociedad de sbditos yno de ciudadanos, pero, a la vez, se consideraban una lite dirigente quedeba sugerir ideas de desarrollo dentro de un esquema de despotismo

    ilustrado. Pablo Macera considera que el elitismo del siglo XIX debitener, en parte, sus races en el pensamiento de la generacin de ElMercurio11.

    En el movimiento de la Ilustracin, hubo posiciones ms democrticas.Un grupo radical alrededor de la revista Semanario Crtico propona quela ilustracin se democratizara, lo cual implicaba la creacin de un pue-blo ilustrado. Para ello, era necesario esparcir el conocimiento al pue-blo, dejando ste de ser objeto para convertirse en sujeto del cambio.Pero la nocin de pueblo usada estaba relacionada con los sectoressemi marginales de las ciudades y olvidaba a las grandes mayoras: losindgenas del campo.

    A mediados del siglo XVIII, las reformas borbnicas tambin fueron elinicio de un cambio de actitud. Dichas reformas tenan como metaaumentar la presin fiscal y disminuir la autonoma poltica de los criollosy curacas, centralizando el poder en manos de burcratas peninsularesfieles a la Corona. Todo esto caus un gran malestar en Hispanoamrica,convirtiendo a muchos en radicales, con sueos de emanciparse de loslazos de la Corona.

    La respuesta de un grupo de curacas, entre ellos el ms llamativo, TpacAmaru II, fue reelaborar el discurso de sus derechos de sangre paragobernar a las comunidades de indios. Durante la rebelin de 1780-1781, Tpac Amaru vislumbr un Per gobernado por l, como Inca,en una sociedad multitnica amparada por la Iglesia Catlica. Su visindel problema poltico parece haber sido confusa, pues de hecho noparece claro el diseo de un gobierno Inca en el siglo XVIII.

    A lo anterior debe agregarse que muchos curacas no crean que TpacAmaru tuviera los ttulos suficientes para estar por encima de ellos, loque complicaba aun ms el panorama. Uno de ellos, Mateo Pumacahua,

    8 9

    11 Macera, Pablo. Tres etapas en el desarrollo de la conciencia nacional. Lima: EdicionesFanal, 1955.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    crea en la legitimidad de la Corona y aspiraba a recibir mercedes de ella.Al final, inmediatamente despus de la rebelin, el visitador Arecheestableci una violenta poltica contra la institucin curacal, lo cual redujola fuerza ideolgica y la base social de un discurso nacionalista Inca.Hay que anotar que sta slo fue abolida durante el gobierno de SimnBolvar.

    Alberto Flores Galindo menciona que entre la poblacin indgena y, enmenor grado, entre mestizos, castas y criollos exista una utopa de unpasado Inca por recuperar. Esta esperanza, basada en un pasado glorioso,significaba la posibilidad de cambio. En este horizonte utpico secombinaban las tradiciones indgenas y espaolas para elaborar laesperanza de un regreso a un pasado mejor que era, a la vez, una formade enfrentarse al futuro12 .

    Ante las Reformas Borbnicas, los Criollos reaccionaron de maneraradical reutilizando el concepto de justicia de la poca de los Habsburgo;consideraban que la Corona no haba respetado el pacto con sus vasallos.El maltrato continuo y generalizado de la Corona a los criollos justificabala rebelin o, al menos, un cambio de rumbo de la Corona como, porejemplo, lo demandaba el jurista Manuel Lorenzo de Vidaurre en la dcadade 1810.

    Entre los reformistas se argumentaba que la Corona deba dejar demaltratar a la criollos y modificar radicalmente sus polticas de gobiernodando ms cabida a los espaoles-americanos. Jos Baqujano y Carrillo,Conde de Vista Florida, ante la triste Rebelin de Tpac Amaru, advertaa la Corona en su Elogio del Virrey Juregui que: El bien mismo deja deserlo si se establece y funda contra el voto y la opinin del pblico...mejorar al hombre contra su voluntad ha sido siempre el engaosopretexto de la tirana. El autor, siguiendo la tradicin hispana, crea que

    el Rey deba respetar la religin, los privilegios y las costumbres limitandosu poder por esas instancias. En caso contrario, la soberana se revertiraal pueblo, justificndose as la rebelin.

    Los mismos argumentos de maltrato y falta de respeto al pacto entre laCorona y los criollos fueron los puntos de partida de Viscardo y Guzmn,de Bolvar y de otros para postular una Amrica separada de Espaa.Aun ms, de acuerdo con Bolvar, el sistema imperial espaol habaimpedido el desarrollo material y moral de los criollos, por lo que sejustificaba una rebelin contra el monarca, obligando a pensar cmo seorganizara el (o los) nuevo(s) Estado(s) en la Amrica Hispana. Estamosya ingresando a los futuros deseados en la poca de la independencia.

    De manera paradjica, y contrariamente a lo que se pudiera pensar, lajustificacin de las guerras de independencia tena un fuerte componenteneoescolstico tomado de la educacin tradicional espaola. Esto nodebe hacer olvidar que el pensamiento emancipador tena fuertescomponentes de la Ilustracin y del liberalismo. Los libertadores soabancon crear un nuevo sistema poltico, un gobierno representativo legadode las revoluciones americana y francesa y nuevas entidades polticas.El gran anhelo de las guerras de independencia era crear sociedades, yano de sbditos, sino de ciudadanos.

    Jorge Basadre concibe la independencia como una promesa y unaposibilidad de vivir con libertad y justicia. La independencia leg a larepblica nuevos ideales vinculados a los problemas de la democracia(igualdad y libertad) y a los problemas de desarrollo econmico(eficiencia). Para Basadre el problema del legado de la independenciaera cmo combinar libertad y justicia.13

    10 11

    12 Flores Galindo, Alberto. Europa y el pas de los Incas: La utopa andina, Lima:Instituto de Apoyo Agrario, 1986.

    13 Las referencias para la poca republicana son las siguientes: Basadre, Jorge. Per:problema y posibilidad, Lima: Banco Internacional del Per, 1977 e Historia de larepblica del Per, Lima: Editorial Universitaria, 1983; Cotler, Julio. Estado, clasey nacin en el Per, Lima: IEP, 1992; Adrianzn, Alberto (ed.). Pensamientopoltico peruano, Lima: Desco, 1987, y Pensamiento poltico peruano 1930-1968,Lima: Desco, 1990; Mc Evoy, Carmen. La Utopa republicana, Lima: PUCP, 1997.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    crea en la legitimidad de la Corona y aspiraba a recibir mercedes de ella.Al final, inmediatamente despus de la rebelin, el visitador Arecheestableci una violenta poltica contra la institucin curacal, lo cual redujola fuerza ideolgica y la base social de un discurso nacionalista Inca.Hay que anotar que sta slo fue abolida durante el gobierno de SimnBolvar.

    Alberto Flores Galindo menciona que entre la poblacin indgena y, enmenor grado, entre mestizos, castas y criollos exista una utopa de unpasado Inca por recuperar. Esta esperanza, basada en un pasado glorioso,significaba la posibilidad de cambio. En este horizonte utpico secombinaban las tradiciones indgenas y espaolas para elaborar laesperanza de un regreso a un pasado mejor que era, a la vez, una formade enfrentarse al futuro12 .

    Ante las Reformas Borbnicas, los Criollos reaccionaron de maneraradical reutilizando el concepto de justicia de la poca de los Habsburgo;consideraban que la Corona no haba respetado el pacto con sus vasallos.El maltrato continuo y generalizado de la Corona a los criollos justificabala rebelin o, al menos, un cambio de rumbo de la Corona como, porejemplo, lo demandaba el jurista Manuel Lorenzo de Vidaurre en la dcadade 1810.

    Entre los reformistas se argumentaba que la Corona deba dejar demaltratar a la criollos y modificar radicalmente sus polticas de gobiernodando ms cabida a los espaoles-americanos. Jos Baqujano y Carrillo,Conde de Vista Florida, ante la triste Rebelin de Tpac Amaru, advertaa la Corona en su Elogio del Virrey Juregui que: El bien mismo deja deserlo si se establece y funda contra el voto y la opinin del pblico...mejorar al hombre contra su voluntad ha sido siempre el engaosopretexto de la tirana. El autor, siguiendo la tradicin hispana, crea que

    el Rey deba respetar la religin, los privilegios y las costumbres limitandosu poder por esas instancias. En caso contrario, la soberana se revertiraal pueblo, justificndose as la rebelin.

    Los mismos argumentos de maltrato y falta de respeto al pacto entre laCorona y los criollos fueron los puntos de partida de Viscardo y Guzmn,de Bolvar y de otros para postular una Amrica separada de Espaa.Aun ms, de acuerdo con Bolvar, el sistema imperial espaol habaimpedido el desarrollo material y moral de los criollos, por lo que sejustificaba una rebelin contra el monarca, obligando a pensar cmo seorganizara el (o los) nuevo(s) Estado(s) en la Amrica Hispana. Estamosya ingresando a los futuros deseados en la poca de la independencia.

    De manera paradjica, y contrariamente a lo que se pudiera pensar, lajustificacin de las guerras de independencia tena un fuerte componenteneoescolstico tomado de la educacin tradicional espaola. Esto nodebe hacer olvidar que el pensamiento emancipador tena fuertescomponentes de la Ilustracin y del liberalismo. Los libertadores soabancon crear un nuevo sistema poltico, un gobierno representativo legadode las revoluciones americana y francesa y nuevas entidades polticas.El gran anhelo de las guerras de independencia era crear sociedades, yano de sbditos, sino de ciudadanos.

    Jorge Basadre concibe la independencia como una promesa y unaposibilidad de vivir con libertad y justicia. La independencia leg a larepblica nuevos ideales vinculados a los problemas de la democracia(igualdad y libertad) y a los problemas de desarrollo econmico(eficiencia). Para Basadre el problema del legado de la independenciaera cmo combinar libertad y justicia.13

    10 11

    12 Flores Galindo, Alberto. Europa y el pas de los Incas: La utopa andina, Lima:Instituto de Apoyo Agrario, 1986.

    13 Las referencias para la poca republicana son las siguientes: Basadre, Jorge. Per:problema y posibilidad, Lima: Banco Internacional del Per, 1977 e Historia de larepblica del Per, Lima: Editorial Universitaria, 1983; Cotler, Julio. Estado, clasey nacin en el Per, Lima: IEP, 1992; Adrianzn, Alberto (ed.). Pensamientopoltico peruano, Lima: Desco, 1987, y Pensamiento poltico peruano 1930-1968,Lima: Desco, 1990; Mc Evoy, Carmen. La Utopa republicana, Lima: PUCP, 1997.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    En los siglos XIX y XX las visiones de futuro han tenido limitacionesmetodolgicas. En general, las observaciones que se les puede hacerson las siguientes: (1) La deficiencia en los aspectos operativos prcticosha sido una constante. Muchas veces se ha trazado nobles metas perosin saber cmo llegar a ellas. (2) Muchas propuestas tuvieron un anlisismuy localista. No consideraban al Per inmerso en el mundo. (3) Lamayora de las propuestas no consideraron la multiplicidad cultural delpas. (4) La visin incrementalista del cambio anul, muchas veces, lavoluntad de transformacin.

    En las primeras dcadas de la repblica, los debates giraron en torno aquines deban participar en poltica. En un comienzo, la visin de loslderes fue poco democrtica. Tenan el sueo de fundar una repblicade notables en la cual la ley fuera respetada y no la voluntad del caudillo,como lo pensaba Jos Mara de Pando o Felipe Pardo y Aliaga. Caberecalcar que entre los creadores de opinin pblica, como el dramaturgoManuel Ascencio Segura, se dieron posiciones semi democrticas alfavorecer una mayor extensin de la ciudadana real entre la poblacinurbana.

    Es importante mencionar que la gran mayora de los lderes noconsideraba que la poblacin indgena tuviera derecho de ciudadana,ya que tena concepciones paternalistas en relacin a los indios. En unavisin a largo plazo, se consideraba que la educacin tornara a losindios en ciudadanos al incorporarlos al mundo occidental. Se creaque haba relacin entre tener el derecho a la ciudadana y haber aprendidoa hablar espaol, vestir a la occidental y llevar el pelo recortado.

    Respecto del factor econmico, el proteccionismo parece haber sido elpatrn conceptual durante las primeras dcadas de la repblica. La granmayora criticaba las teoras liberales porque las consideraba correctaspara los pases avanzados y no para pases subdesarrollados como elPer. No crean en teoras universales sino, ms bien, crean que cadapas tena que descubrir sus propios modelos de desarrollo. Elproteccionismo estuvo ligado al cobijo del comerciante peruano frente

    al extranjero y no tanto a la idea del desarrollo industrial como se produjo,por ejemplo, en Mxico por los mismo aos con Lucas Alamn.

    En la temprana repblica peruana, el jurista Manuel Lorenzo Vidaurrefue uno de los pocos en tener una visin de futuro, que reflejaba lacomplejidad ideolgica de la poca; fue un pensamiento de transicin,contradictorio entre el mundo colonial y el republicano. As, por ejemplo,Vidaurre, defensor de la igualdad jurdica, defenda castigos diferentes,dependiendo del status de la persona, por el mismo delito.

    Vidaurre, quien escribi el Plan del Per cdigos legales y otros escritosen los cuales plasm su visin de pas fue un gran defensor delproteccionismo econmico con una visin de desarrollo industrial. Esas como en el Plan del Per se pregunt: Por qu ha de salir la lanacomn y de vicua para Europa y se nos ha de vender de nuevo en lospaos que nosotros podemos trabajar? Si abunda el algodn, para qubuscaremos en la China muselinas y gasas?14 Hay que sealar ademsque la visin de Vidaurre fue la de un nacionalista defensor de las modernasinstituciones republicanas.

    El boom del guano a mediados del siglo XIX y la aparicin del ferrocarrilen el mundo transformaron la visin del pas. La sociedad civil,esencialmente urbana, se expandi. Instituciones como los clubespolticos, as como los peridicos, aumentaron en nmero. Pero demanera paradjica, la lite comenz a tener una visin ms exclusivista,menos democrtica de la poltica. Esto se expresa, por ejemplo, por laconstante de excluir a los artesanos de su visin del pas.

    Como antecedente del partido civil, el grupo que apoy a Domingo Elasen la eleccin de 1850 y que public el peridico El Progreso, catapult

    12 13

    14 Vidaurre, Manuel. Plan del Per, Lima: Coleccin Documental de la Independenciadel Per, 1971, pp. 105-106.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    En los siglos XIX y XX las visiones de futuro han tenido limitacionesmetodolgicas. En general, las observaciones que se les puede hacerson las siguientes: (1) La deficiencia en los aspectos operativos prcticosha sido una constante. Muchas veces se ha trazado nobles metas perosin saber cmo llegar a ellas. (2) Muchas propuestas tuvieron un anlisismuy localista. No consideraban al Per inmerso en el mundo. (3) Lamayora de las propuestas no consideraron la multiplicidad cultural delpas. (4) La visin incrementalista del cambio anul, muchas veces, lavoluntad de transformacin.

    En las primeras dcadas de la repblica, los debates giraron en torno aquines deban participar en poltica. En un comienzo, la visin de loslderes fue poco democrtica. Tenan el sueo de fundar una repblicade notables en la cual la ley fuera respetada y no la voluntad del caudillo,como lo pensaba Jos Mara de Pando o Felipe Pardo y Aliaga. Caberecalcar que entre los creadores de opinin pblica, como el dramaturgoManuel Ascencio Segura, se dieron posiciones semi democrticas alfavorecer una mayor extensin de la ciudadana real entre la poblacinurbana.

    Es importante mencionar que la gran mayora de los lderes noconsideraba que la poblacin indgena tuviera derecho de ciudadana,ya que tena concepciones paternalistas en relacin a los indios. En unavisin a largo plazo, se consideraba que la educacin tornara a losindios en ciudadanos al incorporarlos al mundo occidental. Se creaque haba relacin entre tener el derecho a la ciudadana y haber aprendidoa hablar espaol, vestir a la occidental y llevar el pelo recortado.

    Respecto del factor econmico, el proteccionismo parece haber sido elpatrn conceptual durante las primeras dcadas de la repblica. La granmayora criticaba las teoras liberales porque las consideraba correctaspara los pases avanzados y no para pases subdesarrollados como elPer. No crean en teoras universales sino, ms bien, crean que cadapas tena que descubrir sus propios modelos de desarrollo. Elproteccionismo estuvo ligado al cobijo del comerciante peruano frente

    al extranjero y no tanto a la idea del desarrollo industrial como se produjo,por ejemplo, en Mxico por los mismo aos con Lucas Alamn.

    En la temprana repblica peruana, el jurista Manuel Lorenzo Vidaurrefue uno de los pocos en tener una visin de futuro, que reflejaba lacomplejidad ideolgica de la poca; fue un pensamiento de transicin,contradictorio entre el mundo colonial y el republicano. As, por ejemplo,Vidaurre, defensor de la igualdad jurdica, defenda castigos diferentes,dependiendo del status de la persona, por el mismo delito.

    Vidaurre, quien escribi el Plan del Per cdigos legales y otros escritosen los cuales plasm su visin de pas fue un gran defensor delproteccionismo econmico con una visin de desarrollo industrial. Esas como en el Plan del Per se pregunt: Por qu ha de salir la lanacomn y de vicua para Europa y se nos ha de vender de nuevo en lospaos que nosotros podemos trabajar? Si abunda el algodn, para qubuscaremos en la China muselinas y gasas?14 Hay que sealar ademsque la visin de Vidaurre fue la de un nacionalista defensor de las modernasinstituciones republicanas.

    El boom del guano a mediados del siglo XIX y la aparicin del ferrocarrilen el mundo transformaron la visin del pas. La sociedad civil,esencialmente urbana, se expandi. Instituciones como los clubespolticos, as como los peridicos, aumentaron en nmero. Pero demanera paradjica, la lite comenz a tener una visin ms exclusivista,menos democrtica de la poltica. Esto se expresa, por ejemplo, por laconstante de excluir a los artesanos de su visin del pas.

    Como antecedente del partido civil, el grupo que apoy a Domingo Elasen la eleccin de 1850 y que public el peridico El Progreso, catapult

    12 13

    14 Vidaurre, Manuel. Plan del Per, Lima: Coleccin Documental de la Independenciadel Per, 1971, pp. 105-106.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    los ideales de un gobierno civil y constitucional como meta del pas.Pero, a diferencia de la primera mitad del siglo XIX, el liberalismoeconmico era visto ahora como la forma de lograr el progreso. Esto noevit que hubiera un grupo importante de pensadores que criticaran elmodelo y apoyaran un modelo proteccionista que favoreca un plan deindustrializacin.

    Sin la pasin o incluso la tragedia de las experiencias de pases comoMxico o Colombia, el debate sobre el rol de la Iglesia Catlica fuefactor de divisin entre grupos conservadores, que alentaban la identidadentre el catolicismo y la tradicin nacional, y los liberales, que intentabanreformar la Iglesia y la relacin Estado Iglesia. Se discuti el carcterreligioso del Estado y su prctica como religin excluyente, a lo que sesumaron debates en torno al derecho al cobro del diezmo y el fueroeclesistico.

    De modo esquemtico, los conservadores, liderados por el sacerdoteBartolom Herrera, defendan los derechos de la Iglesia y la autonomade sta frente al Estado y, de otro lado, queran una repblica de los mscapaces, lo cual significaba restringir el derecho al voto a un gruposelecto. Los conservadores, a la vez, eran grandes defensores de laeducacin como medio de adquirir la ciudadana.

    Los liberales demandaban una Iglesia ms abierta a la razn, sin elmonopolio de la fe y con un mayor control por parte del Estado; paraellos, el monopolio de la fe impeda el desarrollo del pas porque dificultabala inmigracin protestante del norte de Europa. Adems, muchos deellos tenan una visin ms democrtica del derecho al voto, sin llegarpor eso a defender el voto universal para los hombres. Es interesantenotar que Pedro Glvez fue un liberal radical ya que crea que el derechode voto universal masculino era una forma de defender los derechos delos indgenas.

    Entre 1830 y 1860, el mundo intelectual y poltico careca de una baseinstitucional para su desarrollo, como bien lo afirma Francisco Sagasti:

    Los tres decenios entre 1830 y 1860 se caracterizaron por lainestabilidad poltica y por una serie de luchas internas y externasque no permitieron transformar y consolidar las institucionesheredadas de la colonia. Los primeros pasos para establecer unatradicin cientfica se vieron truncados por eventos tales como laemigracin de Mariano de Rivero y Ustriz a Chile, principalmentedebido a la incomprensin y la falta de inters de las autoridadespolticas. Esta situacin empezara a cambiar gradualmente a partirde 1860 al darse los primeros pasos para modernizar la economaperuana, vinculndola de manera ms estrecha con la divisininternacional del trabajo que surga entonces con el liderazgo deInglaterra15.

    A fines de la dcada de 1860, Manuel Pardo y los miembros de la Revis-ta de Lima elaboraron un discurso civilista que, en su base es funda-mentalmente opuesto al caudillismo, ponindose en favor de la obedien-cia a la Constitucin y las instituciones del Estado. Los civilistas postu-laron una regeneracin democrtica, echando mano a una visin inclusivade la poltica y fomentando la participacin poltica en las ciudades y notanto en el campo.

    Adems, Pardo favoreci la educacin pblica como una forma de crearciudadanos y fomentar el desarrollo econmico, y crey en la importanciade la descentralizacin del pas firmando la ley de municipalidades queles otorgaba rentas propias. Pero, por el lado anti democrtico, comparticon la gran mayora de los lderes un fuerte pesimismo sobre los indios,describindolos con los clsicos estereotipos de holgazanes y como ungenuino obstculo al desarrollo y a la acumulacin de capital.

    14 15

    15 Sagasti, Francisco. Conocimiento y desarrollo en Amrica Latina: ciencia, tecnologay produccin quinientos aos despus del encuentro con Europa, en: RevistaInternacional de Ciencias Sociales, No. 134 (diciembre de 1992), p. 623.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    los ideales de un gobierno civil y constitucional como meta del pas.Pero, a diferencia de la primera mitad del siglo XIX, el liberalismoeconmico era visto ahora como la forma de lograr el progreso. Esto noevit que hubiera un grupo importante de pensadores que criticaran elmodelo y apoyaran un modelo proteccionista que favoreca un plan deindustrializacin.

    Sin la pasin o incluso la tragedia de las experiencias de pases comoMxico o Colombia, el debate sobre el rol de la Iglesia Catlica fuefactor de divisin entre grupos conservadores, que alentaban la identidadentre el catolicismo y la tradicin nacional, y los liberales, que intentabanreformar la Iglesia y la relacin Estado Iglesia. Se discuti el carcterreligioso del Estado y su prctica como religin excluyente, a lo que sesumaron debates en torno al derecho al cobro del diezmo y el fueroeclesistico.

    De modo esquemtico, los conservadores, liderados por el sacerdoteBartolom Herrera, defendan los derechos de la Iglesia y la autonomade sta frente al Estado y, de otro lado, queran una repblica de los mscapaces, lo cual significaba restringir el derecho al voto a un gruposelecto. Los conservadores, a la vez, eran grandes defensores de laeducacin como medio de adquirir la ciudadana.

    Los liberales demandaban una Iglesia ms abierta a la razn, sin elmonopolio de la fe y con un mayor control por parte del Estado; paraellos, el monopolio de la fe impeda el desarrollo del pas porque dificultabala inmigracin protestante del norte de Europa. Adems, muchos deellos tenan una visin ms democrtica del derecho al voto, sin llegarpor eso a defender el voto universal para los hombres. Es interesantenotar que Pedro Glvez fue un liberal radical ya que crea que el derechode voto universal masculino era una forma de defender los derechos delos indgenas.

    Entre 1830 y 1860, el mundo intelectual y poltico careca de una baseinstitucional para su desarrollo, como bien lo afirma Francisco Sagasti:

    Los tres decenios entre 1830 y 1860 se caracterizaron por lainestabilidad poltica y por una serie de luchas internas y externasque no permitieron transformar y consolidar las institucionesheredadas de la colonia. Los primeros pasos para establecer unatradicin cientfica se vieron truncados por eventos tales como laemigracin de Mariano de Rivero y Ustriz a Chile, principalmentedebido a la incomprensin y la falta de inters de las autoridadespolticas. Esta situacin empezara a cambiar gradualmente a partirde 1860 al darse los primeros pasos para modernizar la economaperuana, vinculndola de manera ms estrecha con la divisininternacional del trabajo que surga entonces con el liderazgo deInglaterra15.

    A fines de la dcada de 1860, Manuel Pardo y los miembros de la Revis-ta de Lima elaboraron un discurso civilista que, en su base es funda-mentalmente opuesto al caudillismo, ponindose en favor de la obedien-cia a la Constitucin y las instituciones del Estado. Los civilistas postu-laron una regeneracin democrtica, echando mano a una visin inclusivade la poltica y fomentando la participacin poltica en las ciudades y notanto en el campo.

    Adems, Pardo favoreci la educacin pblica como una forma de crearciudadanos y fomentar el desarrollo econmico, y crey en la importanciade la descentralizacin del pas firmando la ley de municipalidades queles otorgaba rentas propias. Pero, por el lado anti democrtico, comparticon la gran mayora de los lderes un fuerte pesimismo sobre los indios,describindolos con los clsicos estereotipos de holgazanes y como ungenuino obstculo al desarrollo y a la acumulacin de capital.

    14 15

    15 Sagasti, Francisco. Conocimiento y desarrollo en Amrica Latina: ciencia, tecnologay produccin quinientos aos despus del encuentro con Europa, en: RevistaInternacional de Ciencias Sociales, No. 134 (diciembre de 1992), p. 623.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    Pardo fue un defensor de la empresa privada pero, a la vez, favoreciun Estado desarrollista, con fuerte autonoma econmica. Ante la crisisde las rentas venidas del guano, Pardo, ya en la presidencia, expropilas salitreras para generar una renta propia para el Estado. De igualmodo, crea que el Estado deba ser fuente de modernizacin, lo que enese entonces significaba tener ferrocarriles, as como hoy parece existiruna ecuacin entre computadoras y progreso. El slogan de la campaaelectoral de Pardo, resume con un fuerte tono positivista su concepcindel Estado y democracia: la repblica prctica.

    La guerra del Pacfico (1879-1883) signific un quiebre en los deseosde los peruanos. El punto comn, a pesar de que muchos lo considerabanun imposible, fue un espritu revanchista contra los chilenos. Muchoscompartieron las inquietudes: por qu se perdi la guerra? y qu sedeba hacer?

    Un grupo de intelectuales crey que el problema estaba en la raza indgena,describindola como un grupo humano mediocre. En mucho, este tipode visin tena fuerte influencia del darwinismo social que postulabauna jerarqua de razas. Intelectuales como Javier Prado o Clemente Palmacreyeron que la solucin del pas era la inmigracin europea.

    Manuel Gonzlez Prada, quien comparti el espritu revanchista de lapoca y lo combin con una fuerte crtica social, sostuvo en su discursodel Politeama que tena que haber una nueva generacin con un saberpositivo y cientfico, dejando de lado a la antigua lite. Esta nuevageneracin debera administrar el Estado de manera ordenada ypreocupada en educar a todos los sectores de la sociedad. Enfatiz en lanecesidad de una revolucin social-cvica: todos los sectores socialesdeban romper con la herencia colonial del servilismo y actuar en la vidapoltica en calidad de ciudadanos. Su mayor preocupacin era integrar alos indgenas a travs de la educacin. La ignorancia, como muchosindigenistas sostenan, entre ellos Clorinda Matto de Turner, era el peorpecado del Per: era un obstculo mayor pues impeda el progreso moral

    y material. En mucho, Gonzlez Prada fue el puente entre los indigenistasy los pensadores del siglo XX.

    En el siglo XX, la clase media se convirti en un factor decisivo en lapoltica y en la creacin de un imaginario nacional. En este sentido, laclase media no slo fue importante como parte de las estructuras depoder sino tambin como parte integrante de la visin de cambio.

    En la dcada de 1920, se forjaron sueos de grandeza y de identidadlatinoamericana difciles de clasificar. Por esta poca se present conmucha fuerza la crtica al sistema constitucional-democrtico, tanto desdela derecha como desde la izquierda, pues se lo consideraba inoperante obien como un sistema que expresaba los intereses de una particularclase social.

    Garca Caldern, un prolfico escritor de la generacin del 900, defendalas dictaduras como medios de desarrollo en los pases latinos. Lospases latinos deban adoptar un sistema constitucional recin cuandohubieran alcanzado un alto grado de desarrollo. Sin embargo soabacon cambios y no con mantener el status quo; tena la esperanza de unnuevo hombre, de una nueva lite, que frenara a las clases altas y frenaraal pueblo. Apostaba, de ese modo, por la formacin de la clase media.

    Otro pensador importante de la generacin del 900 fue Vctor AndrsBelaunde. Fue al igual que su coetneo, Jos de la Riva Agero y Osma,un escritor complejo, controvertido y diverso. El pensamiento deBelaunde vari de una cierta vacilacin positivista a una posicin basadaen la doctrina social de la Iglesia16 . Para Belaunde los fundamentos delpas eran el mestizaje y el catolicismo. Reconociendo la esencia culturalmestiza del pas se podra resolver sus problemas polticos socialesdentro de un sistema democrtico.

    16 17

    16 Este cambio fue mucho ms visible y radical en Jos de la Riva Agero y Osma.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    Pardo fue un defensor de la empresa privada pero, a la vez, favoreciun Estado desarrollista, con fuerte autonoma econmica. Ante la crisisde las rentas venidas del guano, Pardo, ya en la presidencia, expropilas salitreras para generar una renta propia para el Estado. De igualmodo, crea que el Estado deba ser fuente de modernizacin, lo que enese entonces significaba tener ferrocarriles, as como hoy parece existiruna ecuacin entre computadoras y progreso. El slogan de la campaaelectoral de Pardo, resume con un fuerte tono positivista su concepcindel Estado y democracia: la repblica prctica.

    La guerra del Pacfico (1879-1883) signific un quiebre en los deseosde los peruanos. El punto comn, a pesar de que muchos lo considerabanun imposible, fue un espritu revanchista contra los chilenos. Muchoscompartieron las inquietudes: por qu se perdi la guerra? y qu sedeba hacer?

    Un grupo de intelectuales crey que el problema estaba en la raza indgena,describindola como un grupo humano mediocre. En mucho, este tipode visin tena fuerte influencia del darwinismo social que postulabauna jerarqua de razas. Intelectuales como Javier Prado o Clemente Palmacreyeron que la solucin del pas era la inmigracin europea.

    Manuel Gonzlez Prada, quien comparti el espritu revanchista de lapoca y lo combin con una fuerte crtica social, sostuvo en su discursodel Politeama que tena que haber una nueva generacin con un saberpositivo y cientfico, dejando de lado a la antigua lite. Esta nuevageneracin debera administrar el Estado de manera ordenada ypreocupada en educar a todos los sectores de la sociedad. Enfatiz en lanecesidad de una revolucin social-cvica: todos los sectores socialesdeban romper con la herencia colonial del servilismo y actuar en la vidapoltica en calidad de ciudadanos. Su mayor preocupacin era integrar alos indgenas a travs de la educacin. La ignorancia, como muchosindigenistas sostenan, entre ellos Clorinda Matto de Turner, era el peorpecado del Per: era un obstculo mayor pues impeda el progreso moral

    y material. En mucho, Gonzlez Prada fue el puente entre los indigenistasy los pensadores del siglo XX.

    En el siglo XX, la clase media se convirti en un factor decisivo en lapoltica y en la creacin de un imaginario nacional. En este sentido, laclase media no slo fue importante como parte de las estructuras depoder sino tambin como parte integrante de la visin de cambio.

    En la dcada de 1920, se forjaron sueos de grandeza y de identidadlatinoamericana difciles de clasificar. Por esta poca se present conmucha fuerza la crtica al sistema constitucional-democrtico, tanto desdela derecha como desde la izquierda, pues se lo consideraba inoperante obien como un sistema que expresaba los intereses de una particularclase social.

    Garca Caldern, un prolfico escritor de la generacin del 900, defendalas dictaduras como medios de desarrollo en los pases latinos. Lospases latinos deban adoptar un sistema constitucional recin cuandohubieran alcanzado un alto grado de desarrollo. Sin embargo soabacon cambios y no con mantener el status quo; tena la esperanza de unnuevo hombre, de una nueva lite, que frenara a las clases altas y frenaraal pueblo. Apostaba, de ese modo, por la formacin de la clase media.

    Otro pensador importante de la generacin del 900 fue Vctor AndrsBelaunde. Fue al igual que su coetneo, Jos de la Riva Agero y Osma,un escritor complejo, controvertido y diverso. El pensamiento deBelaunde vari de una cierta vacilacin positivista a una posicin basadaen la doctrina social de la Iglesia16 . Para Belaunde los fundamentos delpas eran el mestizaje y el catolicismo. Reconociendo la esencia culturalmestiza del pas se podra resolver sus problemas polticos socialesdentro de un sistema democrtico.

    16 17

    16 Este cambio fue mucho ms visible y radical en Jos de la Riva Agero y Osma.

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    extranjera; crea ms bien en un Estado fuerte, regulador y dirigentevinculado a los intereses de las mayoras y no de la clase alta. l, comomuchos de su generacin, no apostaba por un Estado liberal, sino porun Estado corporativo donde los intereses de todos estuvieranrepresentados por gremios.

    El periodo de los aos 1950-1970 est signado por fuertes movimientospolticos y sociales, ligados a un proceso de democratizacin paulatinadel pas y al descubrimiento de la pobreza urbana. Durante esos aoshubo una serie de posturas para resolver la desigualdad y pobreza en elpas. La reforma agraria fue uno de los principales anhelos entre lossectores reformistas y radicales. Pedro Beltrn, de manera paradjica,fue uno de los primeros en implementar una reforma agraria en el sigloXX.

    La Democracia Cristiana signific la creacin de un partido catlicoreformista que tuvo un fuerte impacto en los aos de 1950 y de 1960.Naci en la lucha contra la dictadura del General Manuel A. Odra (1948-1956), pero a la vez, esboz una actitud de crtica frente al poder de laoligarqua y a la violencia de los partidos de izquierda. Los lderes de laDemocracia Cristiana (Hctor Cornejo Chvez, Luis Bedoya Reyes, MarioPolar, Mario Alzamora Valdez, entre otros) influenciados por el presidenteJos Luis Bustamente y Rivero postulaban una va democrtica reformistapara paliar los problemas sociales y polticos del pas. Al final, laDemocracia Cristiana se escindi, al fundar Luis Bedoya Reyes, con laderecha del partido, el Partido Popular Cristiano, a fines de la dcada de1960.

    Fernando Belaunde y su partido Accin Popular marcaron a toda unageneracin con sus anhelos de una reforma agraria, del desarrollo delEstado (planificacin), de instituciones democrticas y del desarrollo dela selva de sello tpicamente belaundista. A la vez, Belaunde tena unavocacin por recuperar las tradiciones del Per milenario, en especialel trabajo comunal, tal como lo indica su lema: El pueblo lo hizo. Eneste punto, se ampar en una visin mtica compartida por las grandes

    18 19

    El pensamiento del siglo XX tambin signific la continuacin de unpensamiento de izquierda, legado en parte de Gonzlez Prada, crtico dela oligarqua y del sistema poltico-econmico. Los dos ms importantespensadores de izquierda fueron Haya de la Torre y Maritegui. Elpensamiento de Haya de la Torre con sus mltiples variables es el sustentoideolgico del APRA. En cambio, el pensamiento de Maritegui no seconcentr en un solo partido, sino que fue fuente de los mltiples partidosde izquierda y de los intelectuales de izquierda sin partido. Por ello elpensamiento de Maritegui de un modo u otro ha servido de referenciatanto a visiones reformistas democrticas como radicales, como es elcaso de las de Sendero Luminoso.

    En los Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana, Mariteguicrea que los problemas del Per estaban relacionados con la estructurade la propiedad, con el latifundio. Para l, el atraso cultural y el racismoeran reflejos de las relaciones econmicas, por lo cual la solucin nopasaba por el sistema educativo, sino ms bien, por la expropiacinmasiva de la tierra y de otros medios de produccin para empezar unaera socialista, aunque poco dijo cmo iba a ser sta. A la vez, crea queel socialismo tena cierto acicate en la poblacin peruana; las comunidadesindgenas deban ser, para Maritegui, el baluarte de un nuevo socialismoen el Per.

    Haya de la Torre tena una visin de los problemas del pas similar a lade Maritegui, pero a diferencia de ste, consideraba que las inversionesextranjeras, sobre todo las norteamericanas, no eran necesariamentenefastas para Amrica Latina. Para ello las inversiones de capitaltransnacional deban estar controladas por el Estado.

    Para Haya de la Torre, el APRA es un partido multiclasista, pues en suproyecto de partido confluyen los intereses de la clase media junto conlos de los campesinos y obreros: el futuro del Per perteneca a unaalianza de clases. El APRA desplazara a los egostas oligarcas, sin visinde pas, de las esferas del poder. Pero Haya, aun en su poca msradical, no favoreca la expropiacin masiva ni desalentaba la inversin

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    extranjera; crea ms bien en un Estado fuerte, regulador y dirigentevinculado a los intereses de las mayoras y no de la clase alta. l, comomuchos de su generacin, no apostaba por un Estado liberal, sino porun Estado corporativo donde los intereses de todos estuvieranrepresentados por gremios.

    El periodo de los aos 1950-1970 est signado por fuertes movimientospolticos y sociales, ligados a un proceso de democratizacin paulatinadel pas y al descubrimiento de la pobreza urbana. Durante esos aoshubo una serie de posturas para resolver la desigualdad y pobreza en elpas. La reforma agraria fue uno de los principales anhelos entre lossectores reformistas y radicales. Pedro Beltrn, de manera paradjica,fue uno de los primeros en implementar una reforma agraria en el sigloXX.

    La Democracia Cristiana signific la creacin de un partido catlicoreformista que tuvo un fuerte impacto en los aos de 1950 y de 1960.Naci en la lucha contra la dictadura del General Manuel A. Odra (1948-1956), pero a la vez, esboz una actitud de crtica frente al poder de laoligarqua y a la violencia de los partidos de izquierda. Los lderes de laDemocracia Cristiana (Hctor Cornejo Chvez, Luis Bedoya Reyes, MarioPolar, Mario Alzamora Valdez, entre otros) influenciados por el presidenteJos Luis Bustamente y Rivero postulaban una va democrtica reformistapara paliar los problemas sociales y polticos del pas. Al final, laDemocracia Cristiana se escindi, al fundar Luis Bedoya Reyes, con laderecha del partido, el Partido Popular Cristiano, a fines de la dcada de1960.

    Fernando Belaunde y su partido Accin Popular marcaron a toda unageneracin con sus anhelos de una reforma agraria, del desarrollo delEstado (planificacin), de instituciones democrticas y del desarrollo dela selva de sello tpicamente belaundista. A la vez, Belaunde tena unavocacin por recuperar las tradiciones del Per milenario, en especialel trabajo comunal, tal como lo indica su lema: El pueblo lo hizo. Eneste punto, se ampar en una visin mtica compartida por las grandes

    18 19

    El pensamiento del siglo XX tambin signific la continuacin de unpensamiento de izquierda, legado en parte de Gonzlez Prada, crtico dela oligarqua y del sistema poltico-econmico. Los dos ms importantespensadores de izquierda fueron Haya de la Torre y Maritegui. Elpensamiento de Haya de la Torre con sus mltiples variables es el sustentoideolgico del APRA. En cambio, el pensamiento de Maritegui no seconcentr en un solo partido, sino que fue fuente de los mltiples partidosde izquierda y de los intelectuales de izquierda sin partido. Por ello elpensamiento de Maritegui de un modo u otro ha servido de referenciatanto a visiones reformistas democrticas como radicales, como es elcaso de las de Sendero Luminoso.

    En los Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana, Mariteguicrea que los problemas del Per estaban relacionados con la estructurade la propiedad, con el latifundio. Para l, el atraso cultural y el racismoeran reflejos de las relaciones econmicas, por lo cual la solucin nopasaba por el sistema educativo, sino ms bien, por la expropiacinmasiva de la tierra y de otros medios de produccin para empezar unaera socialista, aunque poco dijo cmo iba a ser sta. A la vez, crea queel socialismo tena cierto acicate en la poblacin peruana; las comunidadesindgenas deban ser, para Maritegui, el baluarte de un nuevo socialismoen el Per.

    Haya de la Torre tena una visin de los problemas del pas similar a lade Maritegui, pero a diferencia de ste, consideraba que las inversionesextranjeras, sobre todo las norteamericanas, no eran necesariamentenefastas para Amrica Latina. Para ello las inversiones de capitaltransnacional deban estar controladas por el Estado.

    Para Haya de la Torre, el APRA es un partido multiclasista, pues en suproyecto de partido confluyen los intereses de la clase media junto conlos de los campesinos y obreros: el futuro del Per perteneca a unaalianza de clases. El APRA desplazara a los egostas oligarcas, sin visinde pas, de las esferas del poder. Pero Haya, aun en su poca msradical, no favoreca la expropiacin masiva ni desalentaba la inversin

  • CRISTBAL ALJOVN DE LOSADA VISIN DEL PER: HISTORIA Y PERSPECTIVA

    mayoras de que el Incanato fue el mejor momento de la historia delPer.

    Belaunde reflej tambin la tendencia mundial de la planificacin estatalcomo herramienta para el desarrollo del pas. Su visin de pas eraconvertir al Estado en una palanca para el desarrollo econmico y unamejor distribucin del ingreso y, en menor medida, de la riqueza nacional.La nocin del Estado desarrollista es de antigua data, pero en los aosde 1950-70, fue extremadamente importante en las teoras demodernizacin. Con algunas excepciones como, por ejemplo, PedroBeltrn, belaundistas y no belaundistas crean que el Estado era el motordel cambio social y econmico del pas.

    En las dcadas de los 60 y 70, tanto miembros del ejrcito como de laIglesia construyeron visiones alternativas de sociedad. Entre los militares,el General Jos Carmen del Marn, fundador del Centro de Altos EstudiosMilitares (CAEM), inici de manera institucional la discusin de losproblemas del pas entre los oficiales de las Fuerzas Armadas. Por logeneral, stos han sido influenciados por las teoras de desarrollo enboga con el ingrediente del inters militar por la seguridad del pas.

    En la poca de Juan Velasco Alvarado, los militares crean que eraimportante cerrar el frente interno para tener un frente externo seguro.Crean que el pas estaba en una fase de anarqua y destruccin por losproblemas de desigualdad, y, ante la posibilidad de anarqua y guerracivil, sostenan que los pases vecinos se aprovecharan de la situacin,por lo que era crucial resolver los problemas estructurales del pas. Lameta era la industrializacin, que se pretenda lograr por medio de laproteccin a este sector, siguiendo en parte las concepciones de CEPALde industrializacin por sustitucin de importaciones y desarrollando elmercado interno a travs de polticas distributivas. A travs del poderdictatorial y bajo el lema ejrcito y pueblo jams sern vencidos, losvelasquistas creyeron encontrar una va intermedia de desarrollo que nocaa en ninguna de las dos vas de desarrollo econmico de la poca: nicomunismo ni capitalismo. Posteriormente, el fracaso de las medidas

    cepalianas del gobierno militar y, sobre todo, la debacle causada por laspolticas heterodoxas del de Alan Garca, contrastadas con el xito de laeconoma chilena, llevaron a muchos empresarios y militares peruanosa creer en la va chilena: un liberalismo a ultranza.

    En cuanto a la Iglesia Catlica, tanto en el Per como en el resto deAmrica Latina, se enfatiz entre las dcadas de 1950 a 1970 en elvnculo con los pobres, incorporando paradigmas conceptuales deinterpretacin de la realidad social de fuente marxista, que era elpensamiento predominante. El sacerdote peruano Gustavo Gutirrez,uno de los impulsores de la Teologa de la Liberacin, plante que laIglesia deba trascender el rol de asistencia social, apoy