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SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA. Dra. Alicia Padtlla 573 SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA EN EL NINO MENOB Dra. ALICIA PADILLA Servicio de Neuropsiquiatria. Hospital "Roberto del Rio". Santiago. Vanios a analizar las manifestaciones sicopatologicas de un grupo de nifios epi- lepticos menores de 7 anos controlados en nuestro Servicio. Hablamos de sicopatologia en sentido amplio, es decir, de cualquier tipo de ma- nifestaciones siquicas anormales sea du- rante la crisis misma, sea en los periodos intercriticos, comprendiendo tanto el fun- cionamiento intelectual como el emocio- nal y las funciones instintivas. Ya en 1945 se hizo en el Servicio un trabajo similar sobre las Manifestaciones siquicas de la Epilepsia en el nino, en general, (F. Sanhueza) demostrandose que las manifestaciones de los adultos son las mismas que aparecen en el nino, aunque en este menos frecuentes y mas simples. Hemos considerado de interes analizar por separado las manifestaciones presen- tadas por el nino menor: 1? Porque el nino de 2^ infancia tiene una patologia mucho mas semejante a la del adulto y por lo tanto, mejor conoci- da. 2 9 Por la dificultad en la expresion ver- bal de sus alteraciones que es tanto ma- yor cuanto menor es el nino. 3 9 Por la frecuencia mayor en el ni- no pequeno de afecciones cerebrales que producen danos neurologicos y mentales importantes. La inmadurez de su siste- ma nervioso lo hace mas susceptible a da- nos de cualquier etiologfa. 4'-' Por las dificultades en la interpre- tation del E.E.G. que prestan una ayuda menor que en el adulto o en el nino de 2^ infancia, especialmente cuando faltan {as crisis epilepticas tipicas. Porque en el menor, la inmadurez de sus funciones siquicas y sus razgos conductuales menos diferenciados hacen mas dificiles de separar las alteraciones siquicas producidas por el probable dano cerebral causante de la epilepsia, de los trastornos de conducta reaccionales de cualquier nino pequeno frente a un am- biente alterado emocionalmente. Pasamos a analizar nuestro material tratando de poner de relieve lo que aca- bamos de decir. Hemos considerado en nuestro traba- j o principalmente aquellos nifios cuyo diagnostico de epilepsia, ya sea secunda- ria o esencial, es indudable. En nuestros casos secundarios el diag- nostico es evidente, sea por el dano difu- so producido por una encefalitis, o mas localizado, consecuencia de un trauma- tismo del parto y afecciones que lo ro- dean, debido a traumatismo encefalocra- neano, etc. y, por otro lado, en los califi- cados de esencial el diagnostico esta cla- ro por los ataques, con ausencia de alte- raciones neurologicas comprobables. Junto a estos casos bien definidos, nos encontramos con algunos dificiles de ca- talogar en un principio, por ejemplo, aquellos que presentan durante algun tiempo alteraciones posi'bles de ser consi- deradas epilepsia: Crisis de inquietud en el suerio, sonambulismo, sincope o perio- dos prolongados de inconsciencia, crisis inexplicables de rabia, de dolor abdomi- nal, etc. y cuyo diagnostico se vio con- firmado mas tarde por un ataque carac- teristico y cuyo E.E.G. demostro una dis- rritmia comicial. Por otra parte, hay otros que, teniendo iguales manifestaciones y antecedentes familiares de epilepsia, su observacion hasta ahora no nos ha per- mitido certificar el diagnostico como en los anteriores, y en los que la aparicion o no de crisis mas tardias nos hara posi- ble aceptar o rechazar su naturaleza epi- leptica. Para ilustrar estos puntos detallare- mos algunos de nuestros casos en que to- davia no nos consideramos en situacion de rechazar o aceptar la naturaleza epi- leptica de las manifestaciones. Eliana V. 135371. Edad 2 anos 10 meses. Sin antecedentes familiares. A los tres me- ses presento ahogos con cianosis cuando to- niaba el pecho. Hasta la e^ad de 1 ano fue tranquila. Despues 7 terrpre§ nocturnes que

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SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA. Dra. Alicia Padtlla 573

SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA EN EL NINO MENOB

Dra. ALICIA PADILLA

Servicio de Neuropsiquiatria. Hospital "Roberto del Rio". Santiago.

Vanios a analizar las manifestacionessicopatologicas de un grupo de nifios epi-lepticos menores de 7 anos controladosen nuestro Servicio.

Hablamos de sicopatologia en sentidoamplio, es decir, de cualquier tipo de ma-nifestaciones siquicas anormales sea du-rante la crisis misma, sea en los periodosintercriticos, comprendiendo tanto el fun-cionamiento intelectual como el emocio-nal y las funciones instintivas.

Ya en 1945 se hizo en el Servicio untrabajo similar sobre las Manifestacionessiquicas de la Epilepsia en el nino, engeneral, (F. Sanhueza) demostrandoseque las manifestaciones de los adultosson las mismas que aparecen en el nino,aunque en este menos frecuentes y massimples.

Hemos considerado de interes analizarpor separado las manifestaciones presen-tadas por el nino menor:

1? Porque el nino de 2^ infancia tieneuna patologia mucho mas semejante a ladel adulto y por lo tanto, mejor conoci-da.

29 Por la dificultad en la expresion ver-bal de sus alteraciones que es tanto ma-yor cuanto menor es el nino.

39 Por la frecuencia mayor en el ni-no pequeno de afecciones cerebrales queproducen danos neurologicos y mentalesimportantes. La inmadurez de su siste-ma nervioso lo hace mas susceptible a da-nos de cualquier etiologfa.

4'-' Por las dificultades en la interpre-tation del E.E.G. que prestan una ayudamenor que en el adulto o en el nino de2^ infancia, especialmente cuando faltan{as crisis epilepticas tipicas.

5° Porque en el menor, la inmadurezde sus funciones siquicas y sus razgosconductuales menos diferenciados hacenmas dificiles de separar las alteracionessiquicas producidas por el probable danocerebral causante de la epilepsia, de lostrastornos de conducta reaccionales decualquier nino pequeno frente a un am-biente alterado emocionalmente.

Pasamos a analizar nuestro materialtratando de poner de relieve lo que aca-bamos de decir.

Hemos considerado en nuestro traba-j o principalmente aquellos nifios cuyodiagnostico de epilepsia, ya sea secunda-ria o esencial, es indudable.

En nuestros casos secundarios el diag-nostico es evidente, sea por el dano difu-so producido por una encefalitis, o maslocalizado, consecuencia de un trauma-tismo del parto y afecciones que lo ro-dean, debido a traumatismo encefalocra-neano, etc. y, por otro lado, en los califi-cados de esencial el diagnostico esta cla-ro por los ataques, con ausencia de alte-raciones neurologicas comprobables.

Junto a estos casos bien definidos, nosencontramos con algunos dificiles de ca-talogar en un principio, por ejemplo,aquellos que presentan durante alguntiempo alteraciones posi'bles de ser consi-deradas epilepsia: Crisis de inquietud enel suerio, sonambulismo, sincope o perio-dos prolongados de inconsciencia, crisisinexplicables de rabia, de dolor abdomi-nal, etc. y cuyo diagnostico se vio con-firmado mas tarde por un ataque carac-teristico y cuyo E.E.G. demostro una dis-rritmia comicial. Por otra parte, hay otrosque, teniendo iguales manifestaciones yantecedentes familiares de epilepsia, suobservacion hasta ahora no nos ha per-mitido certificar el diagnostico como enlos anteriores, y en los que la apariciono no de crisis mas tardias nos hara posi-ble aceptar o rechazar su naturaleza epi-leptica.

Para ilustrar estos puntos detallare-mos algunos de nuestros casos en que to-davia no nos consideramos en situacionde rechazar o aceptar la naturaleza epi-leptica de las manifestaciones.

Eliana V. 135371. Edad 2 anos 10 meses.Sin antecedentes familiares. A los tres me-ses presento ahogos con cianosis cuando to-niaba el pecho. Hasta la e^ad de 1 ano fuetranquila. Despues7 terrpre§ nocturnes que

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fueron en aumento; a los 2 anos 10 meses searranca de la cama, llama al papa, hace ges-tos como si la vinieran siguiendo". Son epi-sodios de mas o menos 1/2 hora de duracion;despues duerme tranquila. En el dia pasabien, autique esta mas irritable. Hospitaliza-da 5 dias y retirada por la familia. Duranteestos dias s61o una noehe tiene alteraci6ndel sueno. El E.E.G.: frecuentes paroxismoslentos generalizados que inclinan a pensaren una disrritmia de caracter epileptico. Des-pues de esta corta faospitalizacion sigui6 me-jor aurrque, ocasionalrnente tenia trastornosde sueno, que d.esaparecieron totalmente an-tes de un afio. Controlada a los 7 anos, esuna nina normal aunque algo llorona y ra-biosa. No recibi6 ningun tratamiento.

Milton C. 307276. La madre ha estado entratamiento de neurosis. El padre: tiene arrc-batos de mal genio, es agresivo e impulsive.La abuela paterna es epileptica; una hernia-na e<pi!6ptica; otro hernia no con trastornosde conducta (los dos controlados en el Servi-cio). A los 4 dias de edad: crisis de cianosisseguida de palidez. A los 15 dias un ataquecon p6rdida d€ la conciencia, espumajeo bu-cal y cianosis. Desarrollo psicomotor normal.A los 2 anos 4 meses terrores nocturnes.

Es traido a los 2 anos 9 meses por trastor-nos de conducta, muy irritable, "ve cosasraras", agrede a otros ninos, "pate6 una vi-trina, le dan crisis de ra<bia. Amibiente fami-liar muy alterado.

Durante la hospitalizacixSn se oomproba-ron en los 12 dJas algunas expresiones endesacuerdo con la realidad, pero plenamenteconciente: al ver un cami6n, dijo "me per-sigue, me rhara dano". "El cuco le peg 6 aAnamaria, el cuco que esta ahi" al pregun-tarle si cl cuco lleva pantalones no supo quemas d,ecir. El resto de su estadia (2 meses)normal, un poco agresivo. Su C.I.: normal(test de Guesell). El E.E.G.: "disrritmia pa-roxistica de tipo comicial de origen subcor-tical cerebral'1. No ha recibido tratamientopor no haber presentado alteraciones en pro-longada observacion. En control de Poll.

Carlos H. 100062. 7 anos 4 meses. Tfa ma-terna epi!6ptica. Desarrollo psicomotor nor-mal. A los 5 afios: irritable, Ilor6n. A los 6anos 1/2: terrores nocturnes seguidos de ce-falea. ademas tartamudez, rabietas, agresi-vidad.

Consulta por trastornos de conducta, dellenguaje y del sueno. Da gritos tremendos so-bre dormido, se rie y conversa. Rabioso, agre-

sivo e impulsivo. C.I.: 89. E.E.G.: disrritmiaparoxistica generalizada. Tratamiento con Lu-minal. Mejor con el tratamiento.

Debemos hacer hincapie en que estosejemplos son los de casos que ofrecendudas de diagnostico y que estan torna-dos en cuenta en los 150 casos estudiados.Los exponemos para dar una idea de laestrictez con que se procedio para acep-tar la existencia de epilepsia. No bastanni los rasgos o crisis fuertemente sospe-chosas, ni el E.E.G. positive; exijimosademas, la presencia de ataques tipicos.De ahi que con toda propiedad podamoshablar en lo que sigue de sicopatologfa dela epilepsia, o, si se quiere, de los ntnosepilepticos.

ANALISIS DE NTJESTRO MATERIAL

Estudiamos 150 nifios epilepticos me-nores de 7 anos (Controlados en nuestroServicio) de los cuales 69 han sido hos-pitalizados en algiin momento de su evolucion y 81 controlados solamente en elConsultorio Externo.

Hemos analizado separadamente estosdos grupos, lo que a primera vista podriaaparecer como una division artificial, pe-ro, en realidad, son hospitalizados nifiosseleccionados por las dificultades queofrecen: sea por la rebeldia de sus crisisal tratamiento hecho en Policlinico, seapor los trastornos de conducta de tal in-tensidad que es imposible tratarlos en susdomicilios, sea para comprobacion diag-nostica por su sintomatologia dudosa opara estudiar las posibilidades de una in-tervencion quirurgica.

Por estos motives el grupo de hospita-lizados no nos dara una idea exacta delcuadro general, como lo observamos ensu forma mas frecuente de evolucion.

Elegimos entonces un grupo de nifiosde control de Policlinico, sacados al azarentre los que han concurrido en los anos56 y 57.

No pretendemos analizar en esta oca-sion la frecuencia de la afeccion en nues-tra clientela ya que no se trata de un tra-bajo de indole estadistica, por lo tanto,no es la totalidad de los nifios que hanconcurrido en estos anos los que aquipresentamos; es solamente una muestra

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SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA. Dra. Alicia Padilla 575

no seleccionada de un grupo de estos ni-nos que constituyen uno de los rubrosmas importantes por su frecuencia ennuestro Servido.

Hemos rechazado aquellos casos de con-sulta unica o de control muy irregular oaquellos que, por ser de provincias, noconocemos su evolucion posterior.

Todos los aspectos generates de su en-fermedad que hemos considerado de in-teres revisar los analizaremos simulta-neamente en ambos grupos, como infor-macion previa a las consideraciones sabresus manifestaciones siquicas anormales.El diagnostico y los antecedentes familia-res de epilepsia los vemos en los CuadrosN<? 1 y 2.

En 61 ninos hubo antecedentes familia-res de epilepsia, ya sea de los padres uotro familiar y en algunos simultanea-mente en varios miembros de la familia,

Esenclales

Secunda-rlas

TOTAL

Hospital

51

Policlinico

74

18 7

69 31

Total

125

25

150

por lo que se explica que el numero deantecedentes positives no coincidan conel de 61 ninos que los tuvieron.

En los antecedentes consideramos a losfamiliares proximos: abuelos, tios y so-brinos. Separamos los casos que tenianuno o ambos padres epilepticos, con osin familiares de igual antecedente.

La diferenciacion entre epilepsias esen-ciales y secundarias la hemos hecho ba-sandonos en las caracteristicas que an-teriormente expusimos.

En las epilepsias secundarias, los pro-cesos causantes fueron: traumatismoscraneo-encefalicos (obstetricos y acciden-tales) = 5 casos; secuelas de encefalo-patias diversas (encefalitis, meningitis,encefalopatfa congenita, ictericai nuclearpor Rh, meningiencefalitis, etc.) = 19casos; y enfermedad celiaca — 1 caso. Entotal 25 casos.

La naturaleza epileptica de las mani-festaciones siquicas anormales que cons-tituyen nuestro estudio ha sido compro-bado, entre otros elementos de diagnos-tico, como ya lo dijimos, por la conco-mitancia no inmediata de algiin tipo decrisis epileptica. Estas crisis acompanan-tes en algiin momento, de estas manifes-taciones siquicas anormales evoluciona-ron como se muestra en el Cuadro N° 3.

Es considerable el numero de resulta-dos nulos o muy insuficientes en los hos-pitalizados pero ya hemos dicho que fueesta, precisamente, una de las causas quemotivaba la hospitalizacion.

El tipo de crisis que presentaron lovemos en el Cuadro N4? 4.

CUADRO N« 2

ANTECEDENTES FAMILIARES DE EPILEPSIA

H o s p l t a - I P o l l c l l n l c o s

Esenclales S«cundarlas ! Essnciales ' Secundarlaa

Total de ninos con antecedentes

TOTAL

61

En los padres: en 1 o en los 2

En los familiares (abuelos, tlos, so-brlnos)

10

Sin antecedentes

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576 SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA. — Dra. Alicia Paditla

CUADRO N° 3

FBECUENCIA DE LA3 CRISIS

Frecuencia anterioral tratamlento

Hospital: &9

Esenciales Secundarias

Policllnicoa: 81

TOTAL

Esenciales Secund arias

Frecuentes 36 14

ESjpaciadas • 11 4

Acumuladas 4

R,eaccl6n al tratamlento

Nula o muy insuficlente 22 12

Satisfactorla 23] I 5156,8%'

Curacl6n completa 6J 1

Tratamlento Irregular —

I

CUADRO N° 4

TIPO DE ATAQUE

Hospitallzados: 69

TIpo de ataque ,

Esenclales ! Secuiidarlas

Gran mal 26 i 9

Gran mal7 2

Petit mali

Epllepsta mlocl6nlca ' 2 2I I

Gran mal -]- crisis aquindtlcasepi. mlocl6nica.Jackeoniana 16 3crisis pslcomotoras

Petit malCrisis agresividad

Jocksonlana sensorial | — 1

Psicomotora pura

35

35

4

92

50

150

45] I179,1 %

12

46

77

Pollclinlco

Eseiictales Secundarlas

TOTAL

94

10

7

31

3

1

4

150

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SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSJA. — Dra. Alicia Padilla 577

Predomina en todos el Gran Mai, noobservandose la frecuencia del Petit malen la forma encontrada por algunos au-tores, pero hacemos la salvedad que cri-sis de Petit mal pueden pasar inadver-tidas en el medio de escasa cultura denuestra clientela.

El estudio electroencefalografico (Cua-dro Ng 5) no es todo lo completo que pu-diera desearse, por la dificultad econo-mica de nuestro medio para hacerse el

E.E.G. Nos referiremos a evolucion enaquellos que tienen mas de un E.E.G.

En relacion al coeficiente intelectual deestos ninos, en muchos se ha podido con-trolarlos a traves de los anos, en otrosel tiempo de control no es suficiente pa-ra apreciar diferencias, si las hubiera.

Observamos que de los 150 ninos ana-lizados, en 95 su inteligencia era normalo levemente deficiente. (Cuadro N9 6).

CUADRO N? 5

ELECTROENCEPALOGBAMA3

Evolucion;

Igiial

Hospitalized os : 89

Eaenclales

10

36

5

19

3

Secundarias

4

8

6

10

1

Pollclfnlco: 81

Esenciales

7

59

8

8

5

Secundarias

3

3

_

TOTAL

22

106

22

150

CUADRO N9 6

COEFICIENTE INTELLECTUAL

C.I,

Hospitallzados : 69

51Eaenclales

26

25

36

15

18Secundarias

9

9

11

7

Pollclfnlco: 31

Esenciales Secundarias

53 ' 2

16 51

16 2

TOTAL

95

55

150

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Antiguamente se creia inseparable deesta enfermedad el deterioro intelectualy solo como excepcion se citaba los nom-bres de gente indudablemente normal deinteligencia, que fue epileptica.

Desde que puede apreciarse el nivel in-telectual en forma mas exacta, y desdeque no se oculta la existencia de ataquesen los no deteriorados variaron estos con-ceptos.

En nuestros ninos el porcentaje de losnor males fue en general, 63,3% que co-incide practicamente con las estadisticasde Lennox y Kanner (67%),

Este porcentaje es superior si observa-mos el grupo de los epilepticos esencialescontrolados en Policlinico; entre ellos losretardados son solamente el 22,2% (77,8%

normales). Es claro que del total de re-tardados, que son 54, 34 pertenecen a losmas graves (hospitalizados).

La edad de iniciacion de la sintomato-logia y el tiempo transcurrido antes deiniciar el tratamiento, lo vemos en elCuadro NC 7.

No comprobamos relacion entre los demala reaccion al tratamiento y la demorade su iniciacion en el conjunto de los150 ninos.

Vamos ahora al tema central de estetrabajo: las manifestaciones siquicasanormales del nino epileptico pequerio.Separamos estas manifestaciones anor-males en dos grandes aspectos.

1? Las perturbaciones del fondo carac-terologico de la personalidad compren-diendo en ellas la forma de actuar del su-

Edacl en meses

0 - 6

7-12

13-24

25-36

37-43

Hospitalizados: 69

51Esenciales

16

7

7

12

3

5

1

18Becuad arias

6

5

1

3

;

Policlinico: 81

Eaencialea

5

12

24

15

9

Secundarlas

4

1

2

TOTAL

31

25

34

30

13

16

1

( 150

Afios evoluclonanterior al tratamlento

Hospitalized OB

Esenclales

23

7

14

Y

,

Secundarlas

12

3

3

Policlinico: 81

Esenciales

51

16

Secundarias

5

1

1

TOTAL

91

27

25

7

150

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SICOPATOLCX1IA DE LA EPILEPS1A. - - Dm. Alicia Padilla 579

jeto independientemente de ]as crisis pa-roxisticas; 2^ Las perturbaciones siquicasparoxisticas. No comprendemos aqui lasmanifestaciones siquicas que ocurren enel ataque mismo del Gran mal, como esel aura, la perdida de la conciencia, surecuperacion, el sueno y la omnibulacionpost-convulsiva y la amnesia posterior,sino aquellos episodios que transcurrenen forma paroxistica constituyendo en simismos un ataque, sin relacion inmedia-ta a una crisis de pequeno o Gran mal.

Primero nos referiremos al fondo ca-racterologico de la personalidad.

El detalle de las perturbaciones queencontramos en nuestros casos y los quemantuvieron una conducta normal du-rante la evolucion de su enfermedad lovemos en el Cuadro N? 8.

Para apreciar las perturbaciones deconducta partimos de la experiencia enla observation y desarrollo del nino nor-mal. La sintomatologia que hemos anota-do en el Cuadro N^ 8 ha sido buscada ate-niendonos a estos conceptos y conside-rando como sintoma, no a lo que los pa-dres suelen designar como tal, sino aaquellas manifestaciones que pasan lo ha-bitual en un nino considerado, por lo de-

mas, dentro de lo normal. Asi, en irrita-bilidad hemos incluido aquellos ninos enlos que el umbral del estimulo para des-arrollar su irritabilidad era insignifican-te o ausente y su reaccion desproporcio-nada a el; asi los hay de un mal humorcasi permanente o con reaccion de ira an-te cualquier acto de la vida diaria, co-mer, vestirse, etc.

La agresividad espontanea frente aotros ninos, a otras personas y a sus mis-mos padres provocada en estos casos porestimulos minimos, como tambien contraanimales llegando en algunos a la cruel-dad en el trato con ellos. La impulsividadbrusca, al lanzar los objetos que tienenen la mano, juguetes, los alimentos, losutiles para comer, por cualquiera peque-ria frustracion a la que un nino normalse sobrepondria sin mayor reaccion. Elafan destructor constante en las cosas quetienen en uso habitual, no la destruccionrnas o menos esporadica y con espiritude curiosidad por la que pasan todos losninos normales.

Cuando nos referimos a apnea emoti-va, hemos anotado aquellos casos en queeste cuadro era una de las alteraciones

CUADRO N<? 8

FONDO CARACTEROLOGICO

Crueldad animales

Conducta normal durante la enfermedad

Hospltallzados: 69

Esenciales: 51

31

46

14

7

7

17

18

3

6

2

5

Secundarlas: 13

;:::

116

1

1

4

(sin factores ambient ales noclvoe)

Foliclfnlco: 81

Esenciales: 74

27

55

15

3

0

11

0

26

0

0

9

Secundarlas : 7

5

5

4

1

0

3

0

2

0

0

0

(sin factores ambientales noclvoa)

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presentadas por estos ninos epilepticos,no al cuadro en si de la apnea emotivadel nino de 1 o dos anos, sin relacion de-mostrable con la epilepsia.

Vemos que solamente 18 de nuestros150 nirios podrian ser considerados comode conducta normal y 120 de los 150, bansido considerados como irr/itables pato-logicos. -No podemos pensar, al observarestas cifras, que sea la irritabilidad provo-cada por la enfermedad unicamente laque probamos. Inmediatamente saltan ala vista factores que no pueden ser de-jados de lado por ser de la comprobaciondiaria de un Consultorio de Neuro-siquia-tria infantil.

Buscamos entonces los factores ambien-tales que existian en estos ninos, quefueran de cierta categoria como para pro-vocar trastornos de conducta de cual-quier nino no epileptico. (Cuadro N9 9).

Es altamente sugestivo que de los 18ninos de conducta normal no haya facto-res ambientales perturbadores en ningu-no (Cuadro N^ 8). En los con alteracio-nes caracterologicas en el grupo de Poli-clinico solo comproibamos factores am-bientales perturbadores en cuatro, peroeste becho, evidentemente, no refleja larealidad porque datos en este sentido noson tan faciles de obtener en el consul-torio externo por haber menos contactoentre el medio y la familia, porque confrecuencia no se deja constancia de per-turbaciones de esta especie y porque lavisita domiciliaria de la enfermera solose hace ocasionalmente. En cambio, enel grupo de los hospitalizados, en los conalteraciones, que son 60 nirios, tenemosfactores ambientales desfavorables en 25.

Y en ellos si que el dato esta bien inves-tigado.

En estos factores ambientales nocivosincluimos todos aquellos que desvian laconducta del medio familiar de lo nor-mal, y que estan en relacion con la actua-cion del nino de este medio. Damos pordescartado la tension emocional que tie-ne que agregarse por el solo hecho de laenfermedad que se inicia en el nino, quees de curso cronico, de pronostico aunimprevisible y con crisis paroxistica queperturban la emotividad de los padres.

Compartimos ampliamente la opinionde Bradley, segun el cual los trastornosde conducta que se observan en ninosepilepticos pertenecerian a dos tipos di-ferentes: I9 los sintomas primaries queserian la expresion directa de la funcioncerebral perturbada, resultado de los mis-mos cambios fisiologicos que producen elataque y serian semej antes en todos losindividuos afectados por la enfermedadque presentan tales alteraciones; serianlos mas frecuentemente observados.

29 Por otro lado existirian los trastor-nos secundarios de conducta, como encualquiera enfermedad cronica o aguda,que dependen de la manera propia dereaccionar del paciente frente a su enfer-medad, y su reaccion a la actitud que losque le rodean tienen ante ella. Estos tras-tornos secundarios serian variados, deacuerdo con la personalidad del nino ycon la de su medio.

Conviene dejar aqui bien en claro queno creemos, como no parece tampococreerlo Bradley, que el termino "prima-rio" signifique especifico, obligado o pro-pio de la enfermedad, sino simplementecausado directamente por ella o por la

Factares ambientales nociTos en loa conalteraciones caractero!6glcas

No hay

HospltallzadOE

Esenciales; 51

20

26

Secundarias: 18

5

9

Policlinico

E&enclales: 74

4

61

Secundarlas : 7

7

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causa de ella. Lo quc no impide que elmismo sintoma pueda ser produtido porcualquier otro tipo de dano cerebral, aun-que no haya epilepsia.

El medio en que actua el pre-escolar esespecialmente el medio familiar, en nues-tros casos alterado frente a una enferme-dad cronica cuyo diagnostico esta rodeadode prejuicios.

Estas mismas circunstancias de ambien-te hace que sean diferentes "los trastor-nos secundarios de conducta" del epilep-tico menor de los del nino escolar, quees mas consciente de su deficit y que per-cibe la reaccion de sus companeros de lamisma edad frente a su enfermedad, aligual que la de sus profesores y la delmedio extra-familiar en general.

Dejamos de lado el concepto de "perso-nalidad epileptisa" ya que los estudios re-cientes de epilepsia tienden a descartaresta idea. Notkin encuentra solo un 17%de pacientes que podrian corresponder atal personalidad y aun en ellos no eranespecificos los trastornos de la persona-lidad encontrados.

Sullivan y Gahagam en 103 ninos en-cuentran las perturbaciones de la perso-nalidad y conducta en estrecha relacioncon los hogares de que provenian. Guir-dham, con la prueba de Rorschach, en132 epilepticos no encuentra un tipo dereaccion epileptica especifica.

Por otra parte nos parece que Lennoxexajera al decir que "la gran mayoria delos ninos vistos en clinica o en la consul-ta privada representan al termino mediode los nirios, excepto aquellos a quienesel tipo de su enfermedad les produce irri-tacion o frustration".

Consideramos la epilepsia como un sig-no de funcion perturbada del sistemanervioso central y uno de los puntos deinteres que tiene el estudio de estas alte-raciones de conducta encontradas en es-tos ninos, es el de contribuir a formarseuna idea de hasta que punto son la exte-riorizacion de esta perturbacion funcionaly cuanto influyen factores ajenos a estadisfuncion.

Bradley estima que son cinco los rasgosde caracter que el denomina primaries.Segun el, la presencia de uno o dos deellos no seria caracteristica ni de estecuadro ni de ningiin otro, pero el conjun-to de varies de ellos, aunque no sean los

5, caracteriza en general la conducta delnine epileptico.

Estos cinco rasgos primaries son:I'-' Variabilidad irregular del humor o

comportamiento. Son riinos que tienen"sus dias malos" y sus "dias buenos". Nosolo llama la atencion la variabilidad ensu humor y conducta sino la falta aparen-te de estimulo para estos cambios. Estavariabilidad influye basicamente en laconducta y condicionaria los otros sinto-mas.

2(;i "Hiperquinesia", referida a gran ac-tividad motora en relacion con otros ni-nos normales de su misma edad y desarro-llo. Mas frecuente y mas evidente en losmenores.

3. Irritabilidad, la extrema facilidadcon que se despierta su impaciencia o suagresividad, que es un sintoma muy fre-cuente en toda clase de desequilibriosemocionales, que se considera aqua porsu intensidad y frecuencia, sintoma talvez en relacion con la variabilidad delhumor. Es el sintoma que mas lleva alnino a conflictos con los otros y ocurrea menudo sin relacion ninguna con elambiente, lo que le hace dificil de en-tender.

4" La atencion cambiante de un objetoa otro, o sea, poca capacidad para con-centrarse en forma continuada en unamateria de interes. Debe considerarsesiempre en relacion al desarrollo mentaldel nino y a la naturaleza de la activi-dad que se supone debe concentrar laatencion. Tam'bien esta caracteristicaestaria sujeta a variaciones imprevisifbles.

5'-' Dificultad selectiva para las mate-maticas en el colegio.

Algunos de estos rasgos han sido obser-vados desde muchos aiios en ninos epi-lepticos y se encuentran en las descrip-ciones de conducta de estos ninos "intran-quilidad", "turbulencia, mal humor, hu-mor labil", un momento contento y en elproximo irritable mas alia del poder deapaciguamiento. En estos no se discrimi-na sobre los que pudieran ser caracteris-ticos del trastorno neurologico en si yaquellos que indican la reaccion del ninoa su enfermedad. Pero ahora que existennuevas tecnicas que contribuyen al diag-nostico, hay numerosos estuclios que de-muestran perturbaciones conductuales co-mo las descritas, asociadas a trazados

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582 LA T-PILKPS1A. Dra. Alicia Paditta

electroencefalograficos .similares a IDS delos ninos epilepticos.

Habn'a una relacion entre la frecuenciay la variabilidad de las anormalidadeselectroencefalograficas de tipo epilepticoy la variabilidad en la conducta y el cor-to tiempo de atencion descritos como par-te del sindrome considerando como carac-teristico de la conducta del nifio epilep-tico.

En nuestros hallazgos de las alteracio-nes de conducta figuran indudablemente4 de los rasgos conductuales denomina-dos primaries por Bradley, el 59 solo esaplicable a los escolares. La exacerba-cion por dias de sus alteraciones caracte-rologicas las computamos solamente enaquellos casos en que eran espontanea-mente descritas y observadas por los pa-dres.

Ya hemos analizado las consideracio-nes que rodean al sintoma irritabilidady las salvedades que hacemos al respec-to, pero es evidente que la proporcion yla intensidad de este aspecto es llamati-va por su casi uniformidad en los ninosestudiados. La distractibilidad o falta deconcentration es dificil de precisar en es-ta edad, sobre todo en los controlados enel Consultorio Externo, y aun en los hos-pitalizados si no se ha pedido que se in-forme especialmente este aspecto. Ennuestros casos era siempre asociada a hi-peractividad de mayor o menor grado.

Respecto a los trastornos secundariosde conducta del nino epileptico, como encualquier otra enfermedad el nino tomamodalidades de conducta especial, acon-dicionada por su reaccion propia antela enfermedad o al ambiente. Como ya

lo hemos dicho, en nuestros ninos peque-nos falta la reaccion del ambiente escolary extra-familiar y la auto-observacion delpropio nino. Su perturbacion emocionalsera como la de cualquier pre-escolarsobreprotejido a causa de una enferme-dad o turbado por sentimientos de hos-tilidad o frustration en los padres.

La evolution de las alteraciones ca-racterologicas durante el tratamiento lasobservamos en el Cuadro K9 10.

Vemos que fue completa en 53 ninos ysatisfactorio en 36.

El tratamiento efectuado incluye: lamedicacion anti-convulsivante y las sico-terapias tanto a los ninos como a los pa-dres, factor este ultimo como hemos vis-to, indispensable en este tipo de afeccio-nes.

La medicacion anti-convulsivante fuepredominantemente el Luminal, que erael unico medicamento del que disponia-mos en nuestro Servicio, y el factor eco-nomico hace que solo excepcionalmentepudiera emplearse otros preparados.

A pesar que el Luminal es considera-do por muchos autores como de poca onula accion sobre estos trastornos nocreemos posible que el resultado anota-do puede atribuirse exclusivamente a lostratamientos concomitantes. princ'ipalmen-te en los ninos tratados en Policlinico,donde con bastante frecuencia vemos pa-sar las alteraciones caracterologicas jun-to con la disminucion de las crisis con-vulsivas.

Respecto a las otras drogas actualmen-te en uso en los trastornos de conductanuestra experiencia es aun insuficiente.

CUADRO N9 10

EVOLUCION CON EL TRATAMIENTO

Be&cclon al tratamiento:

TOTAL

Hospltallzados: 80

Esenc tales

24

13

9

46

Secundarias

4

4

6

14

Policlinico: 72

Esenclales

21

17

27

65

Secundarias

4

2

1

7

TOTAL 132

53

36

43

132

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S1COPATOLOG1A DE LA I-.PILKPSIA. 583

Un comentario especial merece la hiperactividad * que pueden alcanzar gradosextraordinarios. La hiperactividad, el ex-ceso de energia patologica, ha sido consi-derado como frecuente en el nino danadocerebral y parece especialmente comuncuando, ademas, hay epilepsia. Ounsteden 1955, presenta un estudio clinico y so-cial de ninos epilepticos con "sindromehiperquinetico". Analiza 68 niiios quellegaron a ser hiperactivos en un grupode 830 ninos afectados de trastornos con-vulsivos, lo que significa una incidenciade mas o menos el 8%.

El esquema sicologico de la conducta deestos ninos presenta las caracteristicascomunmente reconocidas en ninos con da-no cerebral. Todos eran grandemente hi-pertactivos y la mayoria mostraron ade-mas los siguientes signos:

I9 Distractibilidad, 2? corto lapso deatencion, 39 fluctuation del humor coneuforia como fondo continuado, 4? explo-siones agresivas, 5? disminucion a ausen-cia de comportatniento espontaneamenteafectuoso, 6? falta de timidez (al examenmedico, frente al ambiente hospitalario,et.), 79 falta de temor, frente a peligrosevidentes, castigos, etc.

Estas anormalidades combinadas conintensa sobreactividad mantenida por me-ses o anos hace que sean intolerables enel Colegio u Hospitales y crean grandesproblemas en sus hogares.

El C.I. de estos ninos indicaba en lamayoria un retardo pero los habia de in-teligencia normal.

Frente al tratamiento anticonvulsivan-te sus sintomas se manifestaron rebeldes;aun en algunos casos se produjo exacer-bacion, pero en 5 de ellos el cuadro re-greso pronto junto con la supresion de losataques.

Accion sobre el cuadro se observo conel Sulfato de Dextroanfetamina.

En 40 ensayos, en 27 casos hubo unainversion de los sintomas resultando unadepresion marcada, en 9 casos hubo ac-cion francamente favorable, en 1 aumen-

* Preferimos seguir nsando el termmo hiperactivi-dad, en lugar de "hiperkinesia" de Bradley y otrosautores, para evitar cquivocos respect o a implican-clas nourologicas de este ultimo te'rmino.

tanni sus alterariones y en 1̂ no hubocambios.

Otros autores dan aun mejores resul-tados con este tratamiento. El "sindro-me hiperquinetico", tal como lo descri-be Ounsted, lo hemos encontrado tam-bien en nuestros casos. En los dos ninoscuya historia daremos a conocer, el Lu-minal no tuvo ninguna accion. El sulfa-to de dextro-anfetamina solo lo estamosprobando actualmente en un nino quepresenta un "sindrome hiperquinetico"moderado; hasta el momento la influen-cia de la droga ha sido francamente favo-rable.

El "sindrome hiperquinetico" es consi-derado como un cuadro de infancia. El81/r de los ninos de Ounsted lo presen-taron antes de los 5 afios.

Su comienzo seria incidioso demorandoen establecerse algunos meses, a vecesanos. La naturaleza del dano primariofue variada pero siempre con un episo-dio agudo: trauma al nacer, infeccionaguda intracraneana, accidente vascular,y en 19 el insulto primario fue un acci-dente epileptico: "estado de mal epilep-tico".

El E.E.G. de estos ninos fue considera-do solo en 49 de ellos. De estos, en 6 fuenormal, pero tenian un solo E.E.G. En20 que tenian E.E.G. seriados, se eviden-ciaron tarde o temprano grandes anorma-lidades, y 18 mostraron descargas del 16-bulo temporal por lo menos en un E.E.G.

La intensidad de la sintomatologia y laimportancia de este cuadro por el proble-ma terapeutico y social que representa, lapodemos apreciar plenamente en la his-toria de nuestros dos casos. El diagnosti-co precoz de este cuadro se consideraesencial para el manejo de estos ninos yse aconseja para ellos especial vigilanciaa los que tienen crisis convulsivas graves,observando su juego espontaneo y su ac-tividad en cada control. Se reconoce co-mo evidente la accion de la hospitaliza-cion o el alejamiento por un tiempo desu hogar, "el nino mejora su conducta yla epilepsia en un ambiente neutral''aunque sea por un corto lapso y despuesvuelva a su hogar.

Antes de presentar la historia de nues-tros dos ninos con "sindrome hiperquine-tico" queremos esclarecer algunos puntos.

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584 SICOPATOLOGIA DE LA EPILEPSIA.

Al anotar las alteraciones de lo quehemos llamado el fondo caracterologicode la personalidad del epileptico, uno delos rubros es la hiperactividad. Nos refe-rimos alii a un sintoma evidente, cualita-tivo y cuantitativamente diierente de lapersonalidad de los ninos menores nor-males.

Esa hiperactividad no es lo mismo queel "sindrome hiperquinetico" a que hici-mos referencia ahora. Creemos que la di-ferencia entre estos dos conceptos es cues-tion de grado. Si se nos permitiera esta-blecer una gradacion, cuyos limites, porlo demas; son imprecisos, diriamos quelo mas leve seria una sobreactividad, unahipermotilidad, un poco mayor de lo nor-mal en esta edad, luego una hiperactivi-dad franca, ya fuera de lo habitual y enla cual se esbozan 2 6 3 de la caracteristi-ca del sindrome, como ocurre en la ma-yoria de los ninos que incluimos en elCuadro N^ 7 como hiperactivos, y lo masgrave seria en esta gradacion el "sindro-me hiperquinetico".

Por otro lado, podemos observar quelas caracteristicas de este cuadro estan enestrecha relacion con los "trastornos pri-marios de conducta", lo que pensamosse debe a que ambos reconocerian el mis-mo origen: el dano cerebral, solo o com-binado con las reacciones al ambiente.

Damos 2 casos de "sindrome hiperqui-netico", como ejemplo.

Mario C. 160286. Prima epileptica y retar-dada. Padre neur6tico. Parto: cesarea. Em<ba-razo no deseado. DesarroHo estatico dinami-co normal.

A los 3 anos crisis: convulsivas localizadasal lado derecho. Repite igual crisis a los 4anos.

Trastorno del sueno: duerme mal y tieneconvulsiones localizadas en diferentes partesdel cuerpo, pero mas frecuentes en las ex-tremidades derechas. Consulta por primeravez a los 4 anos 3 raeses. Fue tratado duranteun ano en Consultorio Externo, despuSs hos-pitalizado un mes, y ha continuado en con-trol hasta la edad de 10 anos (Nov. 1958).

Motive de consulta a los 4 anos fueron sustrastornos conductuales, descritos en la si-guiente fortna: intolerable en el hogar par suinquietud, agresividad, deso-bediencia, despe-go a sus padres, crueldad con los animales.

Muy irritable, rabia por todo. Durante el

aiin de control en Policlinico, tratado con si-coterapia y luminal, las anotaciones son siem-pre semejantes, con escasos intervalos de me-joria: ''muy irritable", "mas insaportatoleque nunca", "desobediente", "se mueve de un•lado a otro haciendo ruido".

Muy hiperactivo, alegre, conversador, conleguaje muy infantil.

Sigue muy diflcil de caracter, muy vivo,''en el tranvia se fijo en una senora que notenia dientes y lo proclamo a voces". Muyinestable, pasa de un lado a otro, se sube auna silla, a la mesa toma un objeto, toma otro'pide todo, insiste si se lo niegan. Insoporta-ble, mete ruido, molesta en lo que puede,parece mejor de conducta, pero no obedece,trata de molestar haciendose el que obede-ce y no lo hace. Trata de "sacarle pica" ala madre, Es desordenado, desparramandotrata >de hacer justanaente lo que se le niega.Trata de molestar, hacer ruido, etc. Desorde-nado para jugar, acostumbrado a lanzar lejoslas cosas. Trata de encender un papel en laestufa y no quiere entender.

Se ihospitaliza. Indisciplinado, agresivo, al-go destructor. Le pega a.otros ninos, no quie-re comer a sus horas, pelea, molesta a losotros, quiere ponerse abrigo si hay sol. In-quieto, intruso, indisciplinado, agresivo.

Durante su ihospitalizacion se comprobo unC.I. de 96. Ademas fuertes factores ambienta-les desfavorabies por la neurosis del padre,desaveniencia conyugal, madre dominante(quiere un hijo perfecto, nino modelo) y em-barazo no deseado. Se interpreta que al ladode las reaccione sicogenicas, las hay proba-blemente de naturaleza comicial. Es caipaz dereaccionar al trato ene"rgico y sereno. Alta.Control en Policlinico: hasta tres meses des-pu^s de la 'hospitalizacion y 5 y medio anosde edad, aunque sigue hiperactivo, decididoe impulsivo, "es mas constante no cambiatanto de una cosa a otra",

Un ano despues: mejor conducta. Su con-ducta no constituye problema. El padre esaun muy neurotico y solo en este momentose decide a consultar medico. Durante todoel ano se iniorma una conducta normal condesobediencias e inquietudes dentro de lonormal.

Mantiene su C.I. 96. Esta en la escuela ysu conducta es aceptable.

Tuvo dos crisis convulsivas leves. El anosiguiente igualmente bien y sigue asi hastasu control actual .

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S/CO/MTOLOG/A DE LA EPILEPSIA. — Dra. Alicia Padtlla 585

A los 8 anos de edad del nino el padre aunera .problema. A los 10 anos ultimo control(XI-58). Cursa 4^ primario, alumno medio-cre. Es peleador y agresivo en la escuela. Enla casa: carinoso, amante de los animales yde las flores.

Desde los 4 anos en su primera consulta elE.E.G.: foco regi6n central inferior y tempo-ral derecho de gran actividad, se mantuvosiempre igual, hasta su ultimo control E.E.G.(3 Nov. de este ano).

Maglio C. 10699. Padre alcoholico. Embara-zo y parto normales. Ha sido sano, fuera desus ataques. Desde los 5 meses de edad cri-sis de gran mal, de larga duxacion (2 a 5 pormes). A veces petit mal. Tratamiento luminal.

Desarrollo sicomotor normal. Hasta los 2anos era tranquilo, alegre, juguet6n. Empez6desde esta epoca a presentar agitacidn sico-motora que fue en aurnento. Al cornienzo s6-lo era despues del ataque, hasta hacerse per-manente. Tiene 6 anos en el momento de lal^1 consulta.

Sus alteraciones est6n descritas en la si-guiente forma: euforia permanente, habla demil cosas, cambiando de tema constantemen-te sin mantener la atencion en nada. Es po-sible hacerlo cumplir ordenes. Hiperactividadextrema.

Durante su hospitalizacion fue extraordina-rianiente inquieto, intruso, agresivo, grosero,pateaba las puertas, todo lo toma o trajina,constiluye "un serio problema para las cuida-doras".

Duerme tranquilo y controla bien.Se intento un test pero fue" imposible man-

lenerlo quieto un momento.No puede concentrarse en lo que se le pide.

Se calcula que hay franco retardo. Su con-ducta se mantuvo durante 15 dias de hospi-talizacion invariable: intolerable dentro delServicio, no puede estar tranquilo, coje unacosa y otra, hace mil (preguntas. En su actua-cion se ve menos retardo y un fondo de co-rrecci6n y educacion que en breves momen-tos lo hacen conducirse en forma muy orde-nada con los mayores.

Se decidi6 en este nino una intervencidnquirurgica y fue" trasladado de urgencia yaque era un problema de magnitud en el Ser-vicio. Hemos sido informados que se practicouna lobectomia temporal anterior derecha yposteriormente otras intervenciones que fue-ron bien toleradas, pero que no modificaronen absolute su conducta, no hubo ni mejoriani agravaci6n.

Vamos a analizar finalmente las pertur-baciones siquicas paroxisticas que encon-tramos en nuestros nifios, que no vanacompanadas de crisis de pequeno o granmal en forma inmediata.

Estarian comprendidas entre las varie-dades siquicas de la epilepsia, segun laclasificacion de Wilson, o los considera-dos como equivalentes epilepticos, o seafenomenos o sintomas que ocurren fuerade los ataques clasicos.

Segun Lennox, se incluyen en los "ata-ques sicomotores" que seria un terminogeneral para designar un amplio grupo defenomenos que pueden dividirse en susrasgos fundamentals en tres sub-grupos:lr-' ataques tonicos simples en los que elnino como si tuviese un escalofrio quedarigido, vuelve la cabeza y se chupa loslabios o hace movimientos de deglucion,2^ automatismos en los que se mueve co-mo si estuviera sonambulo o realizase ac-tos semi-intencionales pero de los quedespues es incapaz de acordarse, 39 ata-ques subjestivos en los que el enfermoconserva la conciencia pero siente unasensacion peculiar, la de que ha vividola misma situacion.

Las manifestaciones siquicas paroxisti-cas que nos interesan en nuestros nifioscorresponden al 2? y 3.er grupo. En eladulto los automatismos del 2? grupo setraducen en actos como en el que el su-jeto corre, anda vagando, o incluso come-te actos de violencia, lo que tambien seobserva en los nifios, pero ademas pue-den en ellos manifestarse en otras formas,como periodos breves de mala conductainexplicables. Para ser claramente epi-leptico deben ocurrir sin provocacion,comenzar y terminar de modo a'brupto yel sujeto no conserva memoria de losacontecimientos. Este punto no es facil deevidenciar en los nifios pequenos. Losmismos cuadros paroxfsticos presentanproblemas cuando aparecen en ninos depermanente mala conducta, o con cual-quiera de las alteraciones caracterologicasque ya comentamos.

Estas dificultades ban sido prolijamen-te discutidas en trabajos anteriores porOlea y Sanhueza (1953), quienes analiza-ron las alteraciones siquicas de 14 ninosepilepticos, 4 de los cuales eran menoresde 7 anos.

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586 SICOPATOLOCJA DE LA EP1LEPSIA. — Dra. Alicia Padilla

Estudiaron ademas en 8 ninos menoreslas relaciones entre las manifestacionespropiamente epilepticas, sicogenas en te-rreno epileptico y las puramente sicoge-nas que presentaban mera semejanza conlas alteraciones epilepticas.

Nosotros citaremos aqui, de las mani-festaciones siquicas paroxisticas de nues-tros ninos, solamente aquellas que indu-dablemente pertenecen a fenomenos epi-lepticos.

La frecuencia y su distribution en losgrupos de ninos que hemos revisado, lavemos en el Cuadro N9 11.

A continuacion hacemos un breve resu-men de las manifestaciones encontradasen cada nirio.

Luis V. 7418. 7 arios, Gran mal a los 4 anos.Tiene aura ''pone cara de espanto".

Las crisis son de intensidad variable: des~de 'breves estados de miedo con leve obnibu-lacion sensorial, a estado de mayor duracionque se produce una contraccion tonica de to-do el cuerpo, se enrojece la cara, dice "mama,mamacita" varias veces y se aferra de lo pri-mero que encuentra. Continua algunos segun-dos para volver despues a lo normal, aun-que por algunos momentos contesta cosasautomatizado: dice su nombre o el de sumadre. En una de estas crisis se aferra alsil!6n y dice "sientese doctor, sientese doc-tor" en seguida volvi6 a lo normal. Hacetiempo que presenta estas crisis, no precisanfecha. C.I.: 76 a los 7 a 8 m.

Reaction al tratamiento: (luminal y Omhidantoina) al comienzo satisfactoria, des-pues regular.

Tratamiento iniciado al mes de la primeracrisis %E.E.G. I1? normal, 2? y 3? alterados:la morfologia de las es-pigas, la facil propa-gacion a las regiones homologas y la rapidageneralizacion a la totalidad de ambos hemis-ferios, localizamos en la region uncus-hipo-campo corrobora el diagn6stico de epilepsiasicomotriz.

Jos^ Francisco C. J93560. 1 ano. Ha tenidocrisis de gran mal.

Bruscamente se pone de mal genio, "noquiere ni que lo toquen", luego le da por gri-tar, todo esto dura mas o menos 10 minu-tes, se calma bruscamente y sigue jugando.

Al ano y medio de edad: crisis brusca enque grita en forma inmotivada, en otras solose pone palido.

C.I.: normal.

Reaccion al tratamiento: (luminal) satis-factorio.

Tratamiento iniciado a los 6 meses de laprimera crisis.

E.E.G. le: normal (8 meses). 2c Signoscategoricos de epilepsia. 3^ La regi6n tempo-ral izquierda muestra mayor numero de on-das lentas y espigas lentas.

Malvina S. 159870. 5 anos. Gran mal antesdel ano.

Crisis de risa inmotivada. En algunas "He-ga a caer de risa". Duran 5 minutes.

Crisis brusca de miedo inmotivadas.C.I.: normal.Reaccidn al tratamiento: insuficiente (Me-

santoina).E.E.G.: I9 normal; 2? comicialidad sutocor-

tical; 3? y 4: normales.Lina O. 147521. 7 anos. Gran mal. Petit mal.Crisis en que mira a tod,os lados y se son-

rie. En estos momentos no oye si se le ha-bla. Comienzo y terrninaci6n brusca. Dura3 minutos.

C.I.: 58.Reacci6n al tratamiento: muy insuficiente.

Inicio el tratamiento despues de 4 anos dela crisis inicial.

EJE.G.: 1? disrritmia comicial generaliza-da;29 mayor numero de ondas lentas y pa-roxisrnos en el hemisferio izquierdo. Descar-gas de espigas lentas y de espigas ondas entodo el hemisferio izquierdo con epicentretemporal anterior izquierdo; 31? comicialidadsubcortical.

Laura Y. 119000. 5 anos. Gran mal. Eipilep-sia mioclonica. Sale a vagar. Se ha perdidoen 3 ocasiones de su casa a los 4 afios. Laprimera verz se iperdi6 6 horas, en otra oca-si6n la encontraron en una Comisarla d,e Ca-rabineros donde le estaban dando Luminal.(mesantonia y Luminal). C.I. observado des-de los 9 meses a los 3 afios 2 meses, hay de-terioro evidente (Gessel).

E.E.G.: 19 actividad efpileptica generaliza-da muy intensa; 29 comicialidad subcortical.

Libertad V. 179753. Gran mal.Crisis de risa inmotivadas. Habla sola ac-

cionando con las manos. Crisis de agresivi-dad.

Reaccion al tratamiento: a los 2 y med,ioanos fu6 tratada dos meses con buen resul-tado. Paso 5 afios sin tratamiento. Vuelvemuy deteriorada.

C.I.: inteligencia mas o menor normal alos 2 y medio anos, despues retardo intenso.

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S1COPATOLOG1A DE LA EP1LEPSIA. ~ Dra. Alicia Padtlla 587

E.E.G.: comicialidad subcortical.Gabriel C. 166704. 3 anos 3 mesas. Gran

mal.A los 3 meses de edad rie a carcajadas.

En una de esas risas tuvo el primer ataqueconvulsive. Tratado con Luminal transforni6esta forma de relr en la forma adecuada asu edad.

C.I. normal. Reaccion al tratamiento: sa-tisfactorio.

E.E.G.: 1? signos que permiten suponer unadisrrimtia originada en un dano de las regio-nes temporales; 2? disrritmia comicial gene-ralizada.

Manuel G. 211927. 7 anos. Estado de malepileptico a los 6 meses de edad.

Antes de su crisis sicomotoras "sabe lo queva a tener", "como se le olvidan las cosas".Crisis de comienzo y terminacidn hruscas.Se abrodha y desabrocha los botones, se sien-ta en el suelo y realiza actos automaticos conlas manos (10 minutos) despues duerme.

C.I.: retardado (56).Reacci6n al tratamiento: satisfactoria (epa-

min). Tratamiento irregular.E.E.G.: Discretamente anormal que mues-

tra un proceso lento de la mitad posterior delhemisferio deredho.

Juan F. 158529. 5 anos. Gran mal. Crisisbruscas en que se pone como "loco*', impul-sos agresivos intenses, fugas, esipiritu destruc-tor. (3 a 4 veces por semana). Durante estemomento no oye ni siente los castigos, s61ose lo puede sujetar par la fuerza.

Crisis en que se pone "como inconciente"y realize actos extranos; tom6 un cuohillo yse cort6 una mano. Las crisis son de comien-zo y terminaci6n bruscas, en los intervalosesta "mas depejado que antes".

C.I. retardo (75).Reacci6n al tratamiento: satisfactoria. Pa-

so 3 anos sin tratamiento al comienzo. E. E.G. signos categ6ricos de una disrritmia epi-1 eptica generalizada.

Juan S. 185745. il ano. Petit mal. Crisisde "susto" desde 1 ano 8 meses. ( 1 6 2 vecesal dia).

C.I. retardo leve.E.E.G. epilepsia por proceso difuso c6rtico-

subcortical.Reacci6n al tratamiento: satisfactorio.Juan R. 185512. 3 anos. Gran mal.Crisis en que siente algo raro al oido derc-

cho. Se lo toca, le d,a susto, despues duerme.Durante un examen, en medio de irritafoili-

dad bruscamente presenta "risa sard6nica" ya rnomentos canturrea.

C.I.: retaxdo.E.E.G. signos correspondientes a una dis-

rritmia epileptlca generalizada. Reacci6n altratamiento: satisfactoria.

Juan M. 180974. 6 anos y medio. Gran mal.Crisis en que habla cosas disparatadas y

responde cosas ajenas a la pregunta. Crisisde llanto. crisis de rabia, fugas (automatismo).

Sale de su casa, lo han encontrado a ciertadistancia sin poder explicarse c6mo llego aese lugar.

C.I. 50.Reaccion al tratamiento: satisfactoria.E.E.G. extensa Iesi6n irritativa del hemis-

ferio iziquierdo probablemente yuxta-rolan-d,ica.

Carlos P. 94911. 5 anos 10 meses. Gran mal.Crisis de comienzo y terminaci6n brusca en

que "se desespera", agrede a los que lo ro-dean, se pone "tremulo". Dura unos mornen-tos y se calma bruscamente.

C.I,: retardo. Reaccion al tratamiento: sa-tisfactorio.

E.E.G.: no tiene.Rebeca F. 307262. 1 ano 11 meses. Crisis

miocl6nica.Crisis en que da un grito agudo, al que si-

,gue una carrera buscando a su madre y dice"mama tuto"; dura algunos minutos y quedabien.

C.I. normal. Reacci6n al tratamiento: insu-ficiente.

E.E.G. disrritmia paroxistica generalizadade tipo comicial.

Lucia K. Part. 6 anos 7 meses. Gran mal alos 2 y medio anos.

Crisis en que "canturrea y da pasos de bai-le" en medio de la close o mientras va cami-nando en la calle.

C.I. normal. E.E.G. I9 disrritmia comicialgeneralizada; 2? igual. Descargas se laterali-zan sobre hemisferio izquierdo. Las regionestemporales izquierdas muestran un aumentoen el N^ de series lentas.

Enrique G. Part. 2 anos 3 meses. Crisis dehipotonfa. Petit mal.

Crisis brusca de "susto", dice "cuco, cuco"y va donde su madre con cara de espanto.Otras veces como que ve algo y dice: iOh, Oh!

C.I. normal al comienzo. Control despuesde S afiop. Retardo leve. Reaccion al trata-miento: satisfactorio {om-hidantoina).

E.E.G.: "sindrome comicial de origen tem-poral izquierdo".

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588 SICOPATOLOG1A DE LA I-PJLEPSIA.

Podemos observar, en primer lugar,que las crisis sicomotoras las encontrare-mos en 16 casos dentro de los 150 ninos.

De estos 16 ninos comprobamos que en11 de ellos habia retardo de considera-cion y en varios, deterioro mental muyacentuado. Ademas, vemos en muchos deestos ninos la gravedad de la evoluciondel cuadro, con reaccion practicamentenula al tratamiento en sus crisis convulsi-vas. En otros un tratamiento irregularsuspendido por 2 o mas anos, y en variosla miciacion tardia del tratameinto des-pues de 1 6 2 anos y mas, de crisis fre-cuentes e intensas.

Segun Lennox, cuando hay deterioromental en la epilepsia, la causa puede ser:1? un defecto congenito que no estarfarelacionado con ella, 21? un retraso, resul-tado de una lesion cerebral poco despuesde la concepcion, 39 deterioro producidopor un gran numero de convulsiones in-tensas que hayan danado las celulas poranoxia o por ruptura o bloqueo de pe-quenos vasos, con disrritmia cerebral per-manente como fenomeno concomitante,59 deterioro aparente por el uso excesivode sedantes o por la reaccion y aislamien-tos inflingidos a la persona por el ambien-te, lo que seria un fenomeno reversible.

Nuestros pacientes deteriorados delgrupo de las crisis sicomotoras pertenece-rian probablemente a los de la terceracausa porque segun los antecedentes quehemos encontrado, el tratamiento ha sidopoco efectivo e irregular o de comienzotardio, a lo que se suma el hecho de quees conocida la concomitancia de deterioroy automatismo, concomitancia que cecree se debe o un defecto cerebral basicoque produce tanto los ataques como eldeterioro mental.

RESTJMEN

Se presenta un grupo de 150 ninos epi-lepticos cuyas manifestaciones comicialescomenzaron antes de los 7 anos de edad.

El objeto principal de este estudio fueaclarar lo relativo a las manifestacionespatologicas siquicas de tales ninos en elperiodo anterior a dicha edad.

Se procura establecer un criterio paraseparar lo que es sicopatologico determi-nado por la enfermedad misma de lo quees reaccional a ella.

Entre las manifestaciones sicopatologi-cas propias de la enfermedad misma con-tamos: 19 las epilepsias sicomotoras, in-dudables aun en esta edad, pero relativa-mente raras y de pronostico variable; 21?el sindrome "hipercinetico" raro y grave;y 3? los trastornos primarios de la con-ducta (variabilidad irregular en el hu-mor, hiperactividad, irritabilidad, tiem-po de atencion corto y oscilante) alta-mente frecuentes y, a nuestro juicio sincaracteristicas especificas, para epilep-sia sino como expresion de dano cerebral.

Las manifestaciones reaccionales sonlas propias a cualquiera enfermedad cro-nica, en que puede haber actitudes in^deseables tanto del ambiente como delsujeto mismo. Por ser este tipo de reaccio-nes las mas modificables deben pesqui-sarse sistematicamente. Esto constituye labase de la indispensable sicoterapia quedebe hacerse en todos estos casos junto ala terapeutica medicamentosa.

Aparte del estudio de las modalidadesclmicas de la sicopatologia de los ninosepilepticos menores se anotan algunasconsideraciones sobre dificultades de diag-nostico diferencial y reaccion a las tera-peuticas.

SUMMARY

PSYCHOPATHOLOGY OF THE EPILEPSY

A group of 150 epileptic children ispresented whose epileptic manifestationsstarted before the age of 7 years.

It was the principal aim of this studyto make clear the concerns related to thepathological psychic manifestations ofsuch children in the period prior to saidage.

It is attempted to establish a criterionby which the psychopathological traitsdetermined by the disease itself, may beseparated from the reaction to the disease.

Among the psychopatholp^ical mani-festations proper to the disease, weinclude:

1) the psychomotor epilepsies whichhappen without doubt, but relatively sel-dom even in this age and are of variableprognosis;

2) the rare and serious hyperkineticsyndrome;

3) the highly frequent primary disor-

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SICOPATOLOCIA DE LA EPJLEPS1A. Dra, Alicia Paditla 589

ders of the behavior (irregular variabi-lity of the humor, hyperactivity, irritabi-lity, easily tired and distracted attention)which we believe not to be specific cha-racteristics of the epilepsy, but expres-sions of the cerebral injury.

The manifestations of reaction arethose proper to any chronic disease inwhich there may be undesiderable atti-tude of the environment as well as of theindividual himself. As these reactions arethe most modifiable ones, they are to beinquired into systematically. This con-stitutes the basis of the indispensable psy-chotherapy which must be carried out inall these cases together with the rnedica-mentous therapy.

Besides the study of the clinical moda-lities of the psychopathology of the youngeoileptic children, some considerations onthe difficulties of the differential diag-nosis and on the reactions to therapeuticmeasures are annotated.

ZUSAMMENFASSUNG

PSYCOHPATHOLOGIE DER EPILEPSIE

Eine Gruppe von 150 epileptischen Kin-dern, deren epileptische Erscheinungenvor dem Alter von 7 Jahren auftraten,wird vorgestellt.

Der Hauptzweck dieser Untersuchungwar es, klarzustellen, was bei solchenKindern in der dem genannten Alter vor-angehenden Periode zu den krankhaftenpsychischen Erscheinungen Bezug hat.

Es wird versucht, einen Gesichtspunktherauszuarbeiten. nach dem die dutchdie Krankheit selbst bestimmten psycho-pathologischen Ziige von der Reaktionauf die Krankheit zu trennen sind.

Zu den der Krankheit selbst eigentiim-lichen psychopathologischen Erscheinun-gen rechnen wir:

1) die psychomotorischen Epilepsien,die zweifellos, wenn auch relativ seltenschon in diesem Alter vorkommen und

prognostisch verschieden zu beurteilensind;

2) das seltene und schwere hyperkine-tische Syndrom;

3) die ausserst haufigen primaren Sto-rungen des Benehmens (unregelmassigeStimmungsschwankungen, Hyperaktivi-tat, Reizbarkeit, rasch erlahmende undleicht ablenkbare Aufmerksamkeit), dienach unserer Auffassung keine fur dieEpilepsie spezifischen Charakteristika ha-ben, sondern Ausdruck der Hirnschadi-gung sind.

Die Reaktionserscheinungen sind diejeder chronischen Krankheit eigentiimli-chen, bei der es zu unerwunschtem Ver-halten seitens der Umgebung, sowie sei-tens des Kranken selbst kommen kann.Da die Reaktionen dieses Typs am mei-sten Aenderungen unterliegen, muss sys-tematisch nach ihnen gesucht werden.Das schafft die Grundlage fur die uner-lassliche Psychotherapie, die in alien die-sen Fallen neben der medikamentosenBehandlung durchzufiihren ist.

Neben dem Studium der klinischen Mo-dalitaten der Psychopathologie der jiin-geren epileptischen Kinder, werden eini-ge Betrachtungen iiber die Schwierigkei-ten der Differentialdiagnose und iiber dieReaktion auf die Behandlungsmassnah-men vermerkt.

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