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  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

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     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

    Cuando se pregunta a la población salvadore-ña sobre los problemas económicos del país,

    muy pocos —sobre todo los pertenecientes aélites económicas o profesionales— respon-

    den que son el pobre crecimiento económico,

    el inapropiado clima de inversiones o los bajos

    niveles de productividad y competitividad. Lasrespuestas de la mayoría más bien se inclinanpor señalar que «no hay trabajo» o que «el costode la vida es muy alto». Esto no necesariamentesignica que la gente esté desempleada o que lainación esté fuera de control. De hecho, lastasas de desempleo e inación de El Salvadorson bajas, e incluso muy similares a las de paí -ses de alto desarrollo humano. Entonces, ¿de

    qué se queja la gente?

    Entre quienes expresan que «no hay traba-jo», los que efectivamente están desempleados

     —que son los menos— se quejan de las cre-

    cientes dicultades para encontrar un empleo.

    La insatisfacción de la mayoría, sin embargo,radica en que el trabajo que desempeñan nosatisface sus aspiraciones por razones diversas:

    baja remuneración, ausencia de prestaciones

    de seguridad social, temporalidad, condicio-

    nes de trabajo inapropiadas, falta de reconoci-

    miento social, vulnerabilidad frente al abuso,

    discriminación, etc.

    Por su parte, entre quienes se quejan del

    alto costo de la vida, las razones son más di-

     versas y reciben la inuencia de fenómenos co-yunturales. A veces, el descontento se explicaporque se ha disparado el precio de algún bien

    o servicio esencial. En otras ocasiones, por-

    que se tiene la percepción de que los precios

    suben más rápido que los ingresos. También,porque se han asumido patrones de consumo

    insostenibles con el nivel de ingreso individual

    o familiar. Al nal, todas las situaciones coin-ciden en un sentimiento de pérdida de poder

    adquisitivo.

    Siendo el empleo y el poder adquisitivo tancruciales para la vida de las personas, es natural

    que los diagnósticos sobre su comportamiento,

    así como la creación de un marco apropiado

    de políticas públicas que amplíen las oportuni-

    dades de la gente en estos ámbitos, estén en el

    centro del enfoque de desarrollo humano.

    De hecho, el pleno empleo es uno de losobjetivos centrales para construir una econo-

    mía al servicio de la gente, pero no lo es todo.

    El desarrollo humano también considera

    otros objetivos económicos sobre los cuales se

    debe trabajar antes y después de que el plenoempleo se haya alcanzado. Uno de esos es elmejoramiento progresivo de la productividad

    Del añil al Consenso de Washington:modelos económicos que han

    desatendido el bienestar de la gente 

    SECCIÓN IV // CAPÍTULO 9

  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

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    234 CAPÍTULO 1. CÓMO VALORAN SUS VIDAS LOS SALVADOREÑOS

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     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

    1. Un ampliación de este planteamiento se encuen-

    tra en el capítulo 3 del Informe sobre Desarrollo Humano

    de El Salvador 2007-2008 (PNUD, 2008).

    y los salarios de los trabajadores mediante laadopción gradual de mejores tecnologías y latransición hacia sectores que requieren co-

    nocimientos mayores o más especializados(PNUD, 1996). La idea es que el desarrollo decapacidades, el aprovechamiento de esas capa-

    cidades y los ingresos obtenidos avancen demanera simultánea.

    Lo que se busca en una economía al servi-

    cio de la gente es construir círculos virtuosos en

    torno a cuatro variables: inversión en la gente,

    empleo, productividad y salarios. Una economíaal servicio de la gente requiere, en primer lugar,

    de un compromiso nacional para realizar inver-

    siones sostenidas en las personas, desde la aten-

    ción preescolar, la enseñanza básica y los servi-cios de salud, pasando por la enseñanza técnica

    y universitaria y por las actividades de investi-

    gación y desarrollo, hasta la capacitación en elempleo. En segundo lugar, requiere de políticas

    sectoriales que garanticen a la gente encontrar

    oportunidades de empleo acordes con su área

    de formación, y generar así los mayores nivelesde productividad posibles. Finalmente, los au-

    mentos en la productividad, indispensables para

    lograr mayores tasas de crecimiento económi-co, también deben permitir pagar salarios reales

    cada vez más altos, y así convertir en socios delproceso a los empresarios y los trabajadores.

    Construir un círculo virtuoso de esta natu-raleza ha sido imposible para El Salvador, de-

    bido a que los distintos modelos económicos

    hasta ahora aplicados no han reconocido que

    la verdadera riqueza de una nación está en su gente. 

    Por el contrario, en el país se ha subvalorado

    a los trabajadores, quienes nunca han sido vis-

    tos como sujetos y destinatarios principales delproceso de desarrollo. Como consecuencia deello, desde el siglo XIX  hasta el día de hoy, elsubempleo ha sido la forma de inserción labo-

    ral dominante, a la vez que ha sido imposible

    aumentar sostenidamente el poder adquisitivode los ingresos percibidos por las familias po-

    bres y la población asalariada.1

    Modelo agroexportador:riqueza comoaprovechamiento de losmercados internacionales

    Durante la época colonial (1524-1821), los

    colonizadores de Mesoamérica no se encon-traron con riquezas minerales, aunque sí con

    una alta densidad demográca. Debido a esto,el principal botín fue cultivar la tierra con

    productos de alto valor en los mercados in-

    ternacionales, como el bálsamo, el cacao o el

    añil, entre otros (Browning, 1975). Para elloresultaba fundamental convencer u obligar a

    los indígenas a trabajar. Con este n, se pena-lizaba a la población que no estaba dispuesta a

    abandonar, aunque fuera temporalmente, sus

    propios cultivos para ir a las haciendas.

    En 1766, el obispo de Guatemala, en

    cuya jurisdicción estaba el actual territoriosalvadoreño, describía el trato que se daba a

    los trabajadores indígenas en los obrajes de

    añil: «Estos repartimientos se hacen con toda

     violencia que no se deja de respetar solamente

    en los campos y tierras de los miserables in -dios, pero ni su salud y vida» (Cortés y Larraz,2000). Apenas una década antes de la Inde-

    pendencia, un documento del Consulado deComercio de Guatemala recoge expresiones

    de los hacendados tales como «que los indiosson unos haraganes, ojos, indolentes, bo-rrachos, y que si no se les apremia con rigor,nada hacen, porque son como las bestias»

    (Turcios, 1995). Antes de la Independencia en 1821, el

    añil se había consolidado como el rubro eco-

    nómico principal del país y lo continuó siendopor seis décadas más. Al igual que en la épo-

    ca colonial, los productores de añil tenían sus

    ojos puestos en el comercio internacional. Las

    condiciones laborales o el progreso personal

    y familiar de los trabajadores no estaban en-tre sus preocupaciones. La educación de los

    trabajadores, por ejemplo, no era considerada

    una prioridad: «Cuando el gobierno tenía queoptar entre educación y el ejército, o entre edu-cación y caminos, la educación salía perdien-do» (Lindo-Fuentes, 2002). Debido a que para

    Desde el siglo XIX

    hasta el día de hoy

    el subempleo ha

    sido la forma de

    inserción laboral

    dominante, a la

    vez que ha sido

    imposible aumenta

    sostenidamente el

    poder adquisitivo

    de los ingresos

    percibidos por lasfamilias pobres y la

    población asalariad

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    236 CAPÍTULO 9. DEL AÑIL AL CONSENSO DE WASHINGTON

    cultivar y cosechar el añil era necesario contarcon una fuerza de trabajo grande y conable,los sucesivos gobiernos salvadoreños promul-

    garon, desde 1825, leyes que obligaran a lagente a trabajar. En general, las leyes distabanmucho de proteger al trabajador ya que, como

    las leyes de la Colonia, partían del supuesto deque el indígena y, en general, las clases pobres,estaban constituidas por haraganes que no

    eran dignos de conanza.2

     Tras la drástica declinación internacionalde la demanda del añil, el café tuvo un vertig i-

    noso ascenso como principal fuente de ingre-

    sos, especialmente a partir de 1864. Debido a

    que se continuaba creyendo que la fuente deriqueza estaba en los productos de alto valor

    en los mercados internacionales y que unabuena parte de las mejores tierras requeridas

    para el cultivo del café correspondía a los eji-

    dos y las tierras comunales, abolir esas formasde tenencia se volvió prioridad. Esta medida

    fue consumada entre 1881 y 1882, durante laadministración del presidente Rafael Zaldí-

     var (1876-1885). A este respecto, el editorialdel Diario Ofcial  de marzo de 1880 (citado en

    Browning, 1975) expresa lo siguiente:

    Por una parte vemos nuestras fértiles

    tierras vírgenes clamando la aportación

    de capital y mano de obra para cosecharla riqueza prometida, mientras que por

    otra vemos a la mayoría de los habitantesde nuestros pueblos conformarse con la

    siembra de maíz y de frijoles, que nuncallegará a levantar a este pueblo miserable

    por encima de su lamentable situación.

    La privatización de las tierras dejó a los

    indígenas frente a dos opciones: convertirse en

    mano de obra barata, o errar por el país, sobre-

     viviendo como pudieran, perseguidos por las

    leyes contra la vagancia. El café, durante todoel ciclo agrícola, necesitaba más mano de obra

    que el añil, creando incluso una importante

    cantidad de empleos permanentes, pero tam-

    bién generalizó la contratación de la fuerza de

    trabajo de manera estacional, que es una forma

    de subempleo. Lo usual era que a los trabaja-

    dores se les pagara «por debajo de su costo de

    subsistencia» (Pérez Sáinz et al., 2004), obligán-dolos a laborar en condiciones sumamente pre-

    carias e indignas. En las temporadas de corta

    participaban niños y adultos de ambos sexos(Alvarenga, 1996).

    Durante la vigencia del modelo agroex-

    portador, las preocupaciones por objetivos ta-

    les como el pleno empleo y el mejoramiento dela calidad de vida de los trabajadores estuvie-

    ron prácticamente ausentes. Entre las pocas

    excepciones se encuentra la losofía políticadel Mínimum Vital, desarrollada por el huma-

    nista y escr itor Alberto Masferrer (1868-1932),quien sostenía que «Toda criatura, por el sim-ple hecho de nacer y de vivir, tiene derecho aque la colectividad le asegure, mediante una

    justa y sabia organización de la propiedad, deltrabajo, de la producción y del consumo, unMÍNIMUM DE VIDA ÍNTEGRA, o sea lasatisfacción de las necesidades primordiales»

    (Masferrer, 1996).3  Esas necesidades primor-diales, a su juicio, eran: (a) trabajo higiénico,

    perenne, honesto y remunerado en justicia; (b)alimentación suciente, variada, nutritiva y sa-ludable; (c) habitación amplia, seca, soleada yaireada; (d) agua buena y bastante; (e) vestidolimpio, correcto, y buen abrigo; (f) asistenciamédica y sanitaria; (g) justicia pronta, fácil eigualmente accesible a todos; (h) educación

    primaria y complementaria ecaz, que formehombres cordiales, trabajadores expertos, y je-fes de familia conscientes; (i) descanso, recreo

    suciente y adecuados para restaurar las fuer-zas del cuerpo y del ánimo.

    De la misma forma como lo establece el pa-

    radigma del desarrollo humano, Masferrer vin-culaba la formación de capacidades humanas

    2. Véase recopilación de leyes de 1825 a 1855, reali-

    zada por Isidro Menéndez (Menéndez, 1956). 3. Las mayúsculas son del autor.

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     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

     —a través de la satisfacción de las necesidades

    primordiales— y el uso que la gente hace detales capacidades al señalar que los «hombres

    que no se alimentan bien, que no se abrigan

    bien, que no descansan bien, que no se guare-

    cen bien, no sirven para trabajadores ni para

    ciudadanos; ni para defender a su patria, nipara sostener a su familia». Sus planteamien-

    tos, sin embargo, no obtuvieron eco más allá

    de ciertos grupos urbanos intelectuales.

    Poco después, en la misma dirección, un

    editorialista de la revista  El Economista   (citado

    en Wilson, 2004), al observar las duras condi-ciones económicas y sociales de los trabajado-res del campo, agravadas por el estallido de la

    Gran Depresión de los años treinta del siglo

    pasado, advertía: «La mayoría (de esa gente) estrabajadora y honrada, y digna de mejor suerte;

    tanto más si se considera que esa mayoría cons-tituye la mejor fuente de riqueza nacional». Elpensamiento de las élites políticas, sin embargo,

    estaba lejos de estas preocupaciones. Prueba de

    ello es que, para esa misma época, otro edito-

    rialista señalaba que: «Si los desocupados piden

    trabajo y buenos salarios, al instante los llamancomunistas» (Rochac, 1930, noviembre 5).

    Una vez superada la Gran Depresión,

    la proliferación de plantaciones algodoneras

    contribuyó a reforzar el modelo latifundio-mi-nifundio, generado por la expansión cafetalera,

    al tiempo que profundizó el proceso de con-

    centración de la tierra, forzando a la agricul-

    tura campesina de subsistencia a desplazarse

    sobre las laderas montañosas y las tierras máserosionadas y menos fértiles (PNUD, 2005). Además, a pesar de que durante los años cin-

    cuenta la productividad agrícola del café y elalgodón se encontraba entre las más altas del

    mundo (Bulmer-Thomas, 1987), los salariospagados a los trabajadores no alcanzaban si-

    quiera los estándares mínimos de los trabaja-

    dores agrícolas del Tercer Mundo.4

    Modelo de industrializaciónpor sustitución deimportaciones: riquezacomo difusión del progresotécnico

     Alrededor de los años cincuenta, aprovechan-do la relativa bonanza económica producto de

    los buenos precios internacionales del café y laexpansión de los cultivos de algodón y azúcar,El Salvador optó, junto al resto de países cen-

    troamericanos, por impulsar un nuevo mode-

    lo económico. El proceso inició con un golpe

    de Estado en 1948, cuyos protagonistas soste-nían en la Proclama de Principios y Objetivos  (Gui-

    dos Véjar, 1974) que era un deber del Estadopromover las estrategias que permitieran «ele-

     var el nivel de vida de los salvadoreños sobre

    bases que garanticen el auge de la producción,

    el progreso técnico de las empresas privadas yla justicia social».

    Según el nuevo modelo, para lograr tasas

    de crecimiento económico altas y sostenidas,era indispensable emprender un proceso de in-

    dustrialización que, en una primera etapa, esta-

    ría liderado por la sustitución de importaciones

    de bienes nales y de consumo intermedio, paraluego pasar a la sustitución de importaciones de

    bienes de capital. La apuesta era que el sector

    industrial se convirtiera en el vector de difusión

    del progreso técnico en el conjunto del aparato

    productivo, propiciando su modernización. Se

    asumía además que la industrialización crearía

    nuevas oportunidades de empleo para la pobla-

    ción, sin que ello signicara que el pleno em-pleo y el trabajo decente se posicionaran comoobjetivos centrales de la política económica.

    Más bien, una de las preocupaciones centrales

    del modelo estaba orientada a asegurar la dispo-

    nibilidad de mano de obra barata a las industrias

    nacientes. Para ello, se estimuló la producción

    de alimentos y se controlaron los precios de losprincipales bienes de la canasta básica de con-

    sumo (e. g. granos básicos, transporte, servicios

    ofrecidos por empresas públicas).

    No obstante, hubo progresos importan-

    tes en materia de política laboral. Se apro-

    bó un Código de Trabajo que estableció la

    4. Alrededor de 1950, por ejemplo, los trabajado-

    res de café en Costa de Marfil ganaban un 20% más

    en términos reales que sus contrapartes en El Salvador

    (White, 1973).

    Quienes no se

    alimentan bien, qu

    no se abrigan bien

    que no descansan

    bien, que no se

    guarecen bien,

    no sirven para

    trabajadores ni par

    ciudadanos; ni par

    defender a su patri

    ni para sostener a sfamilia

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    238 CAPÍTULO 9. DEL AÑIL AL CONSENSO DE WASHINGTON

    jornada de 44 horas, y puso n a la prohibición de huelgas en los servicios públicos. Se pro-

    mulgaron la Ley del Seguro Social, la Ley de Sin- 

    dicatos de Trabajadores,  y la Ley de ContrataciónColectiva, Asuetos, Aguinaldos y Vacaciones.  Uno

    de sus puntos débiles es que se excluyó de es-

    tos benecios a los trabajadores del campo, alos del sector informal y a las trabajadoras do-mésticas (Tojeira, 2007, septiembre 18).

    Por primera y única vez, en el plan quin-quenal del gobierno de Julio Rivera (ConsejoNacional, 1964) se incluía dentro de las prio-ridades gubernamentales la disminución sus-

    tancial de las tasas de desempleo y subempleo,cuya magnitud, se advertía, había sido históri-camente subestimada. Dicho plan incluso esta-

    blecía como meta crear al menos 152 mil nue- vos empleos entre 1965 y 1969, para absorbera los nuevos miembros de la fuerza laboral, la

    cual había aumentado debido al natural creci-

    miento de la población.

    Durante la segunda mitad de los años se-

    senta también se comenzó a aplicar la política de

    salario mínimo, empezando con las actividades

    agrícolas (1965), luego con la industria manufac-turera y los servicios (1967), y nalmente con elcomercio (1970). Desde sus inicios, la losofíaha sido que, para jar estos salarios, se atenderásobre todo al costo de la vida, a la índole de la

    labor, a los diferentes sistemas de remuneración

    y a las distintas zonas de producción.Pero, pese a estas innovaciones en la polí-

    tica pública, el modelo de industrialización por

    sustitución de importaciones no fue capaz de

    construir un círculo virtuoso de crecimiento

    económico, empleo, productividad y salarios. Aunque la producción manufacturera cre-

    ció al 7.9% anual entre 1961 y 1971, el sectorindustrial solo generó empleos a un ritmo pro-

    medio de 1.7% anual, al tiempo que la tasa de

    desocupación abierta en el sector aumentó de

    4.8% a 8.8% en el mismo período (PREALC,1977). Paralelamente, la proporción de traba-jadores industriales con respecto al total de la

    fuerza de trabajo declinó del 13.1% en 1960, al11.1% en 1970 (CEPAL, 1983). A comienzosde los setenta, casi la mitad de la fuerza labo-

    ral clasicada como «trabajadores industriales»

    trabajaba en el procesamiento del café, algo-

    dón y caña de azúcar (White, 1973). Más quela producción manufacturera propiamente, los

    sectores que absorbieron a una mayor propor-ción de la población económicamente activa

    (PEA) fueron los servicios y el comercio aso-

    ciados con la expansión industrial, al punto deque las dos terceras partes del empleo urbano

    se concentraba en ellos (World Bank, 1980).Para esos mismos años, debido a la carestía

    creciente de tierras y al sistema de contrataciónestacional impuesto por la agricultura de agroex-

    portación, El Salvador también presentaba una

    tasa de subutilización de la fuerza laboral agrícola

    del 47%, la más alta en América Latina (USAID,

    1977). Por otra parte, a pesar de que entre 1961y 1971 la ocupación en el campo aumentó a unatasa promedio de 2.2% anual, la tasa de desocu-

    pación abierta agropecuaria incrementó de 4.5%a 7.5% (PREALC, 1977). En ese contexto, cien-tos de miles de campesinos emigraron a Hon-

    duras durante los años cincuenta y sesenta, a talpunto que para 1969, se estima que los salvado-reños constituían entre el 14.9% y el 19.8% dela fuerza laboral de Honduras y alrededor de un30% de los trabajadores empleados en las bana-

    neras de ese país (North, 1981).Durante los años setenta se intentó forta-

    lecer el proceso de industrialización por medio

    de un modelo de subcontratación   (López, 1984),que proporcionaba incentivos para el estable-

    cimiento de industrias de maquila, pero que

    tampoco fue capaz de absorber la creciente

    fuerza laboral. Prueba de ello es que entre 1968y 1975, la fuerza laboral de la industria manu-facturera creció a una tasa promedio anual de

    3.2%, mientras que el empleo industrial sola-

    mente creció a una tasa de 2.2%. El desempleo

    y el subempleo sectorial, por consiguiente, au-mentaron, llevando a lo que López llama «el

    subconsumo» (Levy, 1992).

    Es decir que, contrariamente a lo espera-do, durante la vigencia del modelo de indus-

    trialización por sustitución de importaciones

    (1950-1978) tanto la tasa de desempleo comola de subempleo aumentaron (gráco 9.1). Tanprecaria era la situación laboral del país a nesde los años setenta, que de cada 100 personas

    El modelo de

    industrialización

    por sustitución

    de importaciones

    no fue capaz

    de construir un

    círculo virtuoso

    de crecimiento

    económico, empleo,

    productividad y

    salarios

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     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

    integrantes de la PEA, alrededor de 50 estabansubempleadas y 10 más, desempleadas.

    Los salarios mínimos reales, que equivalen

    a los salarios mínimos nominales descontados

    por la tasa de inación, tampoco se comporta-ron como se esperaba. Especialmente a partir

    del shock petrolero de 1973, cuando la inacióncomenzó a convertirse en un problema, los

    salarios comenzaron a perder poder adquisi-

    tivo debido a que siempre eran ajustados con

    cierto rezago. Para 1978, por ejemplo, 13 añosdespués de establecido el salario mínimo agrí-cola, este había perdido el 14% de su poder

    adquisitivo. Algo similar —aunque de menor

    proporción— había ocurrido con los salarios

    mínimos en el comercio, la industria y los ser- vicios, los cuales, desde su instauración hasta

    1978, habían perdido más del 5% de su poderadquisitivo (gráco 9.3).

     Aunque inecaz para construir una eco-nomía al servicio de la gente, el modelo de

    industrialización por sustitución de importa-

    ciones fue bastante exitoso en generar creci-miento económico, aumentar la productividad

    y diversicar la estructura productiva.De hecho, el período de vigencia de este

    modelo —comprendido entre 1950 y 1978—,en el que la tasa de crecimiento promedio anual

    fue de 5%, continúa siendo el más largo en el

    que el país ha registrado un desempeño eco-

    nómico satisfactorio (véase gráco 10.1 en si-guiente capítulo).

    Entre 1950 y 1970, la dinámica del creci-miento estuvo fundamentada en partes aproxi-

    madamente iguales, derivadas de la contribu-

    ción promedio de la productividad total de los

    factores de producción (PTF), la acumulaciónde capital físico y el aumento de la fuerza detrabajo (cuadro 9.1).5  El aumento de la PTF

    evidencia que en esas dos décadas no solo hubomás inversión y personas empleadas, sino tam-bién una mayor competitividad derivada de unmejoramiento en la eciencia global de la eco-nomía. No obstante, esta tendencia comenzó a

    revertirse en la década de los setenta, cuando

    la economía siguió creciendo a partir de una

    mayor acumulación de capital y trabajo, perocon una disminución de la PTF.

    GRÁFICO 9.1 //  Tasas históricas de desempleo, subempleo y subutilización laboral

    (1950-2008)

    Fuente: Elaboración propia con base en datos de EHPM (MINEC y DIGESTYC, varios años) y PREALC, 1977.

    1950 1970 1980 1992 1996 2001 2006 2008

    70%

    60%

    50%40%

    30%

    20%

    10%

    0

     Tasa desempleo nacional Tasa subutilización nacional  Tasa subempleo nacional

    5. Existe una estrecha relación entre la innovación y

    la productividad, en tanto el progreso técnico permitegenerar un mayor flujo de producto a partir de una do-

    tación dada de factores de producción. La forma usual

    de distinguir las principales fuentes de crecimiento de

    la economía de un país es identificando y midiendo la

    contribución relativa del trabajo, el capital y la tecnolo-

    gía, esta última denominada productividad total de los

    factores de producción (PTF).

       %     d

       e    l   a   P   E   A

    Aunque ineficaz

    para construir

    una economía

    al servicio de la

    gente, el modelo

    de industrializació

    por sustitución de

    importaciones fue

    bastante exitoso e

    generar crecimient

    económico,

    aumentar la

    productividady diversificar

    la estructura

    productiva

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     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

    PERÍODO PIB PTF CAPITAL TRABAJO

    1950-59 4.7 1.5 2.0 1.2

    1960-69 5.6 2.2 1.5 1.9

    1970-79 3.8 -1.3 2.4 2.7

    1980-89 -2.1 -3.2 0.3 0.8

    CUADRO 9.1 //  Desagregación de los determinantes del crecimiento en El Salvador

    en porcentajes (1950-1989)

    Fuente: FUSADES, 2003.

    PIB POR

    HABITANTE

    INGRESO ANUAL PER CÁPITA

    POR ESTRATOS

    ESTRUCTURA DE DISTRIBUCIÓN

    DEL INGRESO

    20%

    más

    pobre

    30%

    bajo

    mediana

    30%

    sobre

    mediana

    20%

    más

    alto

    20%

    más

    pobre

    30%

    bajo

    mediana

    30%

    sobre

    mediana

    20%

    más

    alto

    1961 92 117 251 1,022 5.5 10.5 22.6 61.4

    1969 75 201 412 1,026 3.7 14.9 30.6 50.8

    1979 47 156 344 1,548 2.0 10.0 22.0 66.0

    CUADRO 9.2 //  El Salvador: distribución del ingreso (1961-1979)

    Fuente: CEPAL, 1983.

    Como es lógico, si el crecimiento econó-mico no va acompañado de una mayor capaci-dad de generar empleos y de un mejoramientoen los salarios e ingresos reales, el resultado es

    una mayor desigualdad en la distribución delingreso. Esto ocurrió en El Salvador duran-

    te la v igencia del modelo de industrialización

    por sustitución de importaciones. En 1961,por ejemplo, el 20% más pobre de la pobla-

    ción percibía el 5.5% del ingreso nacional,mientras que en el otro extremo, el 20% más

    rico concentraba el 61.4% del ingreso nacio-

    nal. Para 1969 la porción del ingreso nacionalpercibido por el 20% más pobre se había redu-

    cido al 3.7%, y la del 20% más rico, al 50.8%.Esto evidencia el fortalecimiento de los estra-

    tos medios que se produjo en los años sesenta

    como consecuencia del proceso de industria-

    lización. La década de los setenta, sin embar-

    go, se caracterizó por profundizar aun más las

    desigualdades en la distribución del ingreso,

    a tal punto que mientras el 20% más pobre

    redujo su participación a únicamente el 2% del

    ingreso nacional, el 20% más rico incrementó

    su participación al 66% (cuadro 9.2). 

    Consenso de Washingtony modelo de promociónde exportaciones: riquezaderivada de la mano deobra abundante… que se va

    El conicto armado de 12 años de duración lepasó una enorme factura a la macroeconomía

    y la microeconomía de los salvadoreños. Entre1979 y 1989, el producto interno bruto (PIB)per cápita disminuyó un 25%, la pobreza au-mentó en más de 10 puntos porcentuales, los

    salarios mínimos perdieron más del 50% de su

  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

    10/13

    242 CAPÍTULO 9. DEL AÑIL AL CONSENSO DE WASHINGTON

    poder adquisitivo, más del 10% de la población

    de la época fue obligada a emigrar del país, la in-

    ación se disparó hasta alcanzar tasas promedioanuales de alrededor del 20%, las exportaciones

    disminuyeron a menos de la mitad y el sistemananciero entró en un virtual estado de quie-bra. Las nanzas públicas cayeron en un estadode vulnerabilidad que hubiese sido insostenible

    de no ser por los enormes volúmenes de ayudarecibida, especialmente del gobierno de Esta-

    dos Unidos (Córdova et al., 1998).Dentro de ese contexto de guerra y crisis,

    a partir de 1989 comenzó a implementarse enEl Salvador un modelo de promoción de ex-

    portaciones y atracción de inversiones inspi-rado en las políticas liberales del Consenso de

     Washington (Williamson, 1990). Se asumió queel modelo de industrialización por sustitución

    de importaciones se había agotado y que paralograr un crecimiento sostenido de la econo-

    mía y elevados niveles de empleo, los incenti- vos económicos deberían reorientarse hacia la

    atracción de inversiones y la diversicación yaumento de la producción exportable. Adicio-

    nalmente, se partía de que la principal ventaja

    comparativa de la economía salvadoreña radi-

    caba en la abundancia de mano de obra, por loque había que especializarse en la producción

    de bienes intensivos en el uso de dicho factor.

     Aunque el modelo no veía a las personas

    como sujetos del proceso de desarrollo, las

    consideraba dentro de sus destinatarias princi-

    pales. Así, el pleno empleo y el mejoramientoprogresivo de la productividad, y de los salarios

    reales, eran parte de sus objetivos de largo pla-

    zo (FUSADES, 1985 y 1989).Comparando los resultados esperados y los

    resultados obtenidos, podría concluirse que este

    modelo económico no logró sus objetivos fun-

    damentales (PNUD, 2005). La tasa de subutiliza-ción laboral (subempleo más desempleo), que se

    redujo en más de 20 puntos porcentuales duran-

    te el primer quinquenio de los noventa, ha vuelto

    a aumentar en más de 10 puntos en los últimos

    años (gráco 9.1). Esto pese a que, durante lasúltimas dos décadas, más de 60,000 personas en

    términos netos han emigrado anualmente, so-

    bre todo a Estados Unidos, en busca de mejores

    oportunidades (cuadro 9.3). De igual manera,entre 1989 y el 2009, los salarios mínimos realespagados en los diferentes sectores económicos,

    que ya habían perdido más del 60% de su poderadquisitivo desde su instauración, continuaron

    disminuyendo (gráco 9.3).Por otra parte, los salarios medios reales

    se han mantenido prácticamente estancados en

    las últimas dos décadas, tal como lo muestra

    el gráco 9.4. Esto a pesar de que el produc -to medio real por trabajador aumentó casi un

    40% en el mismo período, lo cual indica que lo

    ganado en productividad media no se tradujoen un incremento del salario promedio.

    Los resultados del modelo tampoco fue-

    ron satisfactorios en términos de crecimiento

    económico y productividad.Durante la primera mitad de los años no-

     venta, que coincidió con la puesta en marcha

    de la fase inicial del modelo y la rma de los

    DÉCADAS SALDO MIGRATORIO NETO MIGRACIÓN PROMEDIO ANUAL

    1950-1960 120,360 12,036

    1960-1970 54,650 5,465

    1970-1980 289,580 28,958

    1980-1990 541,560 54,156

    1990-2000 633,045 63,305

    2000-2010 619,415 61,942

    CUADRO 9.3 //  El Salvador, 1951-2010: saldo migratorio internacional (número de personas)

    Fuente: DIGESTYC et al., 2008.

    A partir de 1989

    comenzó aimplementarse en

    El Salvador

    un modelo de

    promoción de

    exportaciones

    y atracción de

    inversiones, el cual

    partía de considerar

    que la principal

    ventaja comparativa

    de la economía

    salvadoreña

    radicaba en la

    abundancia de

    mano de obra

  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

    11/13

     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

     Acuerdos de Paz, El Salvador fue el cuarto

    país de más rápido crecimiento en América

    Latina, con una tasa promedio anual de 5.9%.De 1995 a 1999, sin embargo, la tasa de cre-cimiento promedio anual se redujo a 3.9% yluego a 2.1% entre el 2000 y el 2004. En elperíodo del 2005 al 2007, la tasa de crecimien-to promedio anual se incrementó a 3.9%, pero

     volvió a caer a 3.2% en el 2008, y regist ró un

     valor negativo de 3.3% en el 2009. Como con-secuencia de este desempeño en la primera

    década del siglo XXI, la economía salvadore-

    ña es una de las tres que menos crecen en la

    región (cuadro 9.4).No obstante estos resultados, en algunos

    círculos políticos, académicos y empresarialesdel país continúa habiendo resistencia a acep-

    tar que el modelo no logró los objetivos perse-

    guidos y, más aun, a considerar la posibilidadde cambiarlo.

     Y es que durante varios años, aunque elcrecimiento era lento, al estar acompañado decrecientes migraciones y remesas, el modeloparecía funcionar porque la presión por gene-

    rar empleos era baja, la capacidad de impor-

    tación mejoraba, a la vez que los ingresos y elconsumo nacional aumentaban. Por otra par-

    te, el país presentaba signos de fortalecimiento

    en su estabilidad macroeconómica: bajos nive-

    les de inación, ausencia de crisis nancierasy cambiarias, aumentos en la carga tributaria yniveles de deuda pública manejables. Además,

    disminuyeron los décits de acceso a serviciossociales básicos, mejoraron los indicadores de

    salud y educación, y se redujeron los niveles depobreza, lo que colocó al país en una posición

    favorable para cumplir la mayoría de Objeti-

     vos de Desarrollo del Milenio (GOES/SNU,2009).

    Por otra parte, al desagregar el crecimien-

    to económico por sus factores determinantes,

    la PTF, que creció a una tasa promedio anualde 1.3% en la década de los noventa, volvió a

    registrar un valor negativo durante la primera

    década de este siglo (cuadro 9.5).Sin embargo, al comenzar a decrecer las

    remesas desde nales del 2008 y hacerse másdifícil la migración, luego del estallido de la

    crisis económica internacional, las limitacio-

    nes del modelo se han hecho evidentes. Para

    el 2009, el PIB real decreció en 3.3%, mien-tras que para el 2010 se proyecta una tasa decrecimiento de solo el 1%, la cual indica que

    se espera que la recesión continúe, a pesar de

    que otros países de la región ya comienzan amostrar signos sólidos de recuperación.

    GRÁFICO 9.4 //  El Salvador: evolución de salario medio real y producto medio real

    en US$ de 1992 (1992-2008)

    Fuente: Elaboración propia a partir de MINEC y DIGESTYC (varios años), datos de población y BCR.

    4,000

    3,500

    3,000

    2,500

    2,000

    1,500

    1,000

    500

    1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

    Producto medio real Salario medio real

    US$

    Pese a sus

    resultados,en algunos

    círculos políticos,

    académicos y

    empresariales

    del país continúa

    habiendo

    resistencia a acept

    que el modelo no

    logró los objetivos

    perseguidos y, más

    aun, a considerar

    la posibilidad de

    cambiarlo

  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

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    244 CAPÍTULO 9. DEL AÑIL AL CONSENSO DE WASHINGTON

    PERÍODO PIB PTF CAPITAL TRABAJO

    1990-1999 4.9 1.3 1.2 2.4

    2000-2009 2.1 -0.2 1.0 1.3

    CUADRO 9.5 //  Desagregación de los determinantes del crecimiento

    en El Salvador (1990-2009)

    Fuente: Actualizado a partir de Cabrera Melgar, 2005.

    PAÍS 199094 1995-99 2000-04 200507 2008 2009

    Argentina 6.8 2.3 0.4 8.8 6.8 0.7

    Bolivia 4.1 3.9 2.7 4.1 6.1 3.5

    Brasil 1.5 2.2 2.6 4.0 5.1 0.3

    Chile 7.3 5.4 4.0 5.0 3.2 -1.8

    Colombia 4.3 1.4 3.0 6.2 2.4 0.3

    Costa Rica 5.6 5.4 3.3 7.0 2.6 -1.2

    Ecuador 2.8 0.8 4.8 4.2 6.5 -0.4

    El Salvador 5.9 3.8 2.1 3.9 2.5 -3.3

    Guatemala 3.9 4.2 2.6 4.6 4.0 -1.0

    Honduras 2.8 2.7 3.9 5.4 4.0 -3.0

    México 3.9 2.9 2.6 3.6 1.3 -6.7

    Nicaragua 0.6 5.4 3.1 3.7 3.2 -1.5

    Panamá 6.8 4.5 3.5 8.5 10.7 2.5

    Paraguay 3.3 1.6 1.3 4.2 5.8 -3.5

    Perú 2.8 3.6 3.5 7.5 9.8 0.8

    República Dominicana 2.2 7.1 3.3 9.2 5.3 2.5

    Uruguay 4.3 2.2 -0.4 7.0 8.9 1.2

    Venezuela 4.0 0.9 1.7 9.7 4.8 -2.3

    CUADRO 9.4 //  América Latina: tasas de crecimiento económico (1990-2009)

    Fuente: CEPAL, 2010.

     Junto a la caída del PIB en el 2009, también

    se han deteriorado severamente algunos de losprincipales indicadores económicos y sociales.El crédito otorgado al sector privado se con-

    trajo en términos reales en 5.7%, la inversióndecreció en 17% y se perdieron más de 30,000empleos formales. Las exportaciones totales,

    por su parte, decrecieron en 16% y las expor-taciones de maquila, en 30%, mientras que las

    importaciones experimentaron una contrac-

    ción del 27%. Los efectos de la crisis tambiénse han hecho sentir en el ámbito scal, ya quelos ingresos corrientes del gobierno disminu-

    yeron en 11.5%, mientras que el décit scalaumentó del 3.1% del PIB al 5.4%. La deudapública, por su parte, aumentó del 39.7% delPIB al 48.2%, lo cual, además de provocar la

    pérdida de la calicación de grado de inversión

  • 8/16/2019 PNUD IDHES2010 Cap 9-Modelos-economicos ES

    13/13

     2INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EL SALVADOR 2010

    6. Las empresas especializadas en análisis de ries-

    gos otorgan diferentes calificaciones a la deuda emi-

    tida por los países en función de una diversidad de

    factores. Las mejores calificaciones suponen que el

    riesgo de incumplimiento de las obligaciones contraí-

    das es muy bajo y corresponde a las categorías que

    que le otorgaba Moody’s,6 ha obligado al país anegociar un acuerdo de stand-by  con el Fondo

    Monetario Internacional (FMI).

    La necesidad de cambiar el modo de fun-

    cionamiento de la economía, por lo tanto, se ha

     vuelto impostergable. Para poder precisar las

    características de los cambios que se necesitan,

    es necesario identicar cuáles son los obstá-culos estructurales que impiden construir una

    economía al servicio de la gente. Eso se aborda

    en el siguiente capítulo.

    gozan de grado de inversión. En el otro extremo esta-

    rían las calificaciones otorgadas a la deuda de gobier-

    nos con alto riesgo de no pago de la deuda emitida,

    las cuales corresponden a las categorías de grado es-

    peculativo. Hay además calificaciones que aglutinan

    categorías en una situación intermedia.

    Por efecto de la crisis, en el 2009

    las exportaciones totales del

    país decrecieron en 16% y las

    importaciones de maquila, en 30%