"para todos" ebook sobre políticas públicas

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PARA TODOS Políticas Públicas. Análisis del presente, propuestas para el futuro

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Ebook realizado por el esfuerzo conjunto de jóvenes dirigentes de Unión PRO y referentes de otras áreas de la sociedad civil donde pensamos políticas públicas para mejorar la calidad de vida de las personas o cómo mejorar al funcionamiento del Gobierno.Participaron de la elaboración de este Ebook: Iván Petrella, Francisco Losano, Julieta Cayre, Leandro Sallaberry, Manuel Betorz, Maximiliano Bauk, Yamil Santoro, Agustín Laje, Leonardo Rébola, Gonzalo Gastón Torres y María Cayre.

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  • PARA TODOSPolticas Pblicas.

    Anlisis del presente, propuestas para el futuro

  • Queremos agradecer el valioso aporte que hicieron en la elaboracin de este ebook a :

    Guido Niza Fernando CornejoPablo MarzoccaFacundo CalegariGerardo AstudilloYanina RimondiGuadalupe Beltran

    PARA TODOSPolticas Pblicas.

    Anlisis del presente, propuestas para el futuro

    [email protected] Cel: 351-153334433

  • PRLOGOCumplidos ya treinta aos de democracia ininterrumpida en Argentina, se vuelve difcil no hacer una reflexin. Atrs parece haber quedado el fantasma de los golpes de estado y el riesgo constante de ruptura de los ciclos democrticos que, inaugurado en el ao 30, marc la mayor parte de nuestro accidentado siglo XX. Hay algo de esto que se lo debemos a nuestros viejos polticos democrticos: ellos supieron, en pocas en las que los gobiernos de facto eran un recuerdo cercano y una amenaza real, afianzar la democracia como modo de elegir a nuestros representantes. Pero tambin es cierto que en las ltimas tres dcadas esos polticos mostraron sus limita-ciones. Mostraron que, si bien hoy nadie duda de la democracia como forma de gobierno, tampoco se ha intentado profundizar la democracia como modo de vida. En otras palabras, a veces parece que la democracia est presente slo a la hora de votar, pero que no es la forma que toma nuestra interaccin ciudadana en el da a da.

    Las consecuencias de esto se pueden ver en una enorme cantidad de aspectos de nuestra discusin pblica. Entre ellos, uno de los ms tristemente destacados es el de la ausencia de polticas pblicas serias y de largo plazo. Hay mltiples razones que explican el fenmeno pero, en mi opinin, la principal de ellas radica en que los polticos, con tal de permanecer en el poder, no tienen demasiados problemas a la hora de abandonar unas ideas y pasar a defender otras. Y esto, claramente, se opone al necesario largo plazo y a la planificacin ms all del ritmo electoral que requiere cualquier poltica pblica seria.

    En una democracia consolidada y profundizada las polticas pblicas se desarrollan con ms independencia de las elecciones y de los colores partidarios. No es coherente pensar en pro-fundos cambios econmicos, productivos, educativos, sociales y culturales en breves lapsos de cuatro aos. Aceptar que el largo plazo no se puede manejar con la misma lgica que el corto plazo es un primer paso necesario para empezar a cambiar un curso que, en treinta aos, no logr poner al pas a la altura de sus posibilidades.

    Este libro es un valioso intento en ese sentido: poner en primer plano la investigacin y las polticas pblicas, estudiar los problemas y pensar soluciones ms all de aspectos partida-rios o electorales.

    Ivn Petrella

    Filsofo. Profesor universitario. Director Acadmico de Fundacin Pensar. Legislador de la Ciudad por PRO.

    @ipetrella

  • Se plantean cuestiones fundamentales para el desarrollo del pas: su insercin internacio-nal, la situacin econmica y productiva, la interaccin entre el estado y fenmenos como el emprendedorismo, la proliferacin de las Pymes o la ecologa, el rol de los intelectuales y de la comunicacin en la poltica, la necesidad de revalorizar las escuelas de oficios y posibles mejoras en el funcionamiento estatal de la mano de cambios en el modo de pensar la buro-cracia y la implementacin del gobierno abierto.

    No creo que sea casual que este tipo de iniciativas vengan de jvenes que hicieron toda su vida poltica despus de 1983. Nuestros viejos dirigentes ya cumplieron su funcin: consoli-daron la democracia y la defendieron cuando necesitaba ser defendida. Pero tal vez hoy es hora de mirar a las nuevas generaciones, a las que son ms jvenes y tienen nuevas ideas, como los que construirn la democracia profunda que muchos creemos que Argentina pue-de tener.

  • Los fenmenos de integracin econmica han tomado marcada relevancia en la segunda mi-tad del siglo XX debido a la imparable globalizacin y al predominio del modelo econmico de libre mercado que se caracteriza por un fuerte intercambio entre los estados, lo cual pone en evidencia la necesidad de adoptar medidas en vas de mejorar posiciones negociadoras de unas naciones frente a otras.

    La integracin econmica es un proceso gradual que implica una fuerte cooperacin entre aquellos pases que intentan abrir sus economas. Generalmente se comienza un proceso de integracin con Acuerdos Preferenciales Bilaterales, en estos acuerdos dos pases negocian la reduccin de aranceles sobre ciertos productos de inters que son relevantes para su comer-cio bilateral. Si estos pases deciden profundizar su integracin deben avanzar hacia la cons-titucin de una Zona de Libre Comercio (ZLC) en donde se busca eliminar todos los aranceles al comercio entre los pases de la zona. Una vez que se encuentra funcionando la ZLC un paso ms en el proceso de integracin es encaminarse hacia una Unin Aduanera, que es lo equiva-lente a una ZLC pero con adopcin de un Arancel Externo Comn, y finalmente, en un grado an ms profundo de integracin se encuentra el Mercado Comn que es equivalente a una Unin Aduanera pero que adems goza de libre movilidad de factores.

    El Mercosur, la importancia de volver a pensarlo

    Maria Cayre

    Licenciada en Economa, consultora. Profe de Finanzas Pblicas UNC.

    Convencida de la fortaleza del dilogo. Fascinada por la economa, los libros y los viajes.

    @MariaCayre

    Fuente: Elaboracin Propia

  • El proceso de constitucin del Mercosur tiene sus orgenes en la existencia de acuerdos bilate-rales entre los actuales pases miembros que implicaban un esquema de preferencias suma-mente discriminatorias operando en el comercio intra-regional, con la constitucin del bloque estos acuerdos bilaterales fueron mutando con la idea de alcanzar un esquema de Merca-do Comn que favorezca las economas de escala y las ventajas negociadoras del conjunto. Se firma el Tratado de Asuncin del Mercado Comn del Sur en 1991, en el cual queda estable-cido legalmente el Mercosur como un tratado de integracin entre la Repblica Argentina, la Repblica Federativa de Brasil, la Repblica del Paraguay y la Repblica Oriental del Uruguay; con el tiempo se sumaron la Repblica de Venezuela, Bolivia (que se encuentra en proceso de adhesin), Chile, Colombia, Per y Ecuador como estados asociados y Guyana y Surinam que estn en proceso de ratificacin.

    El proceso de integracin del bloque fue exitoso en llegar hasta la concrecin de una Zona de Libre Comercio arancelaria casi universal, ya que desde el ao 2000 no hay aranceles a las importaciones de bienes originarios del Mercosur (excepto para los sectores azucarero y automotor); sin embargo la meta original de conformar un Mercado Comn est an, luego de ms de 20 aos de la firma del tratado de asuncin, muy lejos de ser alcanzada.

    El Arancel Externo Comn (AEC) es el valor que se cobra como arancel para importar un producto desde elexterior hacia la Unin Aduanera. Todos los pases miembros de la Unin deben cobrar el mismo arancel para cada tipo de producto que se importe desde el exterior del bloque. Existen otros estadios de mayor integracin que son la Unin Econmica y la Unin Monetaria, pero que esca-pan al alcance pensado para el Mercosur. Desde el ao 2000 no hay aranceles a las importaciones de bienes originarios del Mercosur, excepto para los sectores azucarero y automotor.

    Fuente: Secretara del Mercosur

  • Dentro de las dificultades que existen para concretar esta meta, encontramos un sinfn de barreras no arancelarias que tambin debieron ser eliminadas en el proceso de apertura comercial e integracin; pero lejos de ser removidas se mantuvieron y/o acrecentaron con las crisis macroeconmicas de fines de los noventa e inicios del siglo XXI donde prevaleci, dentro de las polticas pblicas de las economas latinoamericanas, el bien conocido protec-cionismo. En este sentido, crecieron las barreras tcnicas al comercio, los impuestos doms-ticos discrecionales, la proliferacin de medidas antidumping y las restricciones cuantitativas mediante las licencias no automticas; en Argentina todava son denunciadas por ms de cuarenta pases en la OMC las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones que han desencadenado resultados no esperados en la dinmica comercial del bloque, favoreciendo las distorsiones que se pretendan eliminar con la liberalizacin arancelaria.

    Sumado a estas dificultades, prevalecen importantes compromisos ya adquiridos pero que an requieren ser implementados para poder avanzar hasta el estadio de Mercado Comn, entre estos compromisos est el caso de la implementacin de un Arancel Externo Comn (AEC). Luego de un dificultoso proceso de negociacin alimentado por polticas comerciales muy distintas, en diciembre de 1994 en la reunin de Ouro Preto4 se logra aprobar el AEC, pero la realidad muestra que existen en los ltimos aos incumplimientos de plazos y requi-sitos que retrasan la plena implementacin del mismo y consecuentemente la conformacin de una Unin Aduanera, paso previo al tan ansiado Mercado Comn:

    Nos preguntamos entonces, si el bloque an no funciona como un Mercado Comn ni lleg a conformarse como una Unin Aduanera Es slo una Zona de Libre Comercio?.Podemos afirmar que el Mercosur hoy en da funciona como una Zona de Libre Comercio pero con limitaciones legales de Unin Aduanera6 y pretensiones de Mercado Comn. El bloque desarroll escasas competencias para mejorar el acceso de los pases miembros a un mayor mercado y aprovechar posiciones negociadoras ms fuertes con el exterior, los pases miembros han quedado vinculados a un conjunto econmico que no supo exprimir su poten-cialidad y que adems presenta restricciones a la firma de acuerdos preferenciales bilaterales por fuera del bloque; por lo que permanecen sin explotar las ventajas completas que les brin-dara un real Mercado Comn del Sur ni poder adoptar una poltica comercial exterior total-mente independiente y adaptada a sus necesidades particulares, como la de nuestro vecino pas Chileno7.

    4 Vaillant, Marcel, (2009). Convergencias y divergencias en la integracin sudamericana, Volumen XLVII, No1, publicado por la Revista de Economa y Estadsticas, por la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Nacional de Crdoba, Argentina.5 El ao 2000 se firma la norma 32/00 del CMC que establece el compromiso de los pases miembros a no for-malizar acuerdos con terceros ajenos sin consensuar internamente.6 Chile mantiene 22 contratos comerciales vigentes con 60 pases que simbolizan el 85,7% del Producto Interno Bruto mundial; y en la actualidad se est acordando el Transpacific Partnership (TPP), que abarca 12 economas del Asa Pacfico. 7 Chile mantiene 22 contratos comerciales vigentes con 60 pases que simbolizan el 85,7% del Producto Interno Bruto mundial; y en la actualidad se est acordando el Transpacific Partnership (TPP) que abarca 12 economas de Asa Pacfico.

    Fuente: Elaboracin propia en base a Vaillant, Marcel, (2009)5.

  • Es por esto que no es difcil comprender porque el debate sobre el Mercosur se ha instalado fuertemente en las agendas polticas de las ltimas campaas presidenciales latinoamerica-nas, como el caso de Brasil con Dilma Rouseff Acio Neves y Uruguay con Tabar Vzquez - Luis Lacalle Pou. Estas sociedades han comenzado a comprender la real importancia de la integracin econmica con el resto del mundo y los aspirantes al mando mayor lo han hecho explcito en sus debates de campaa tomando posiciones bien contrapuestas: permanecer o salir del bloque del Mercosur. Sin embargo, en Argentina la temtica del Mercosur sigue siendo un fantasma dentro de la agenda de las polticas pblicas del gobierno nacional, quien ha tomado con gran desacierto- la apertura de la economa como una medida opuesta a su modelo Nacional & Popular, cerrando fuertemente la economa y minndola de trabas al comercio exterior.

    El Mercosur es el cuarto bloque econmico del mundo en importancia y volumen de negocios y un mercado que representa ms del 82% del PBI de todaSudamrica, es menester tomar consciencia de los extraordinarios beneficios que traera potenciar la integracin y explotar al mximo las ventajas de las economas de escalas que nos brindara un mercado realmente integrado; como as tambin las ventajas de poder poseer una posicin negociadora mucho ms slida frente al exterior. Se debe instalar la temtica del Mercosur como eje relevante dentro de las polticas pblicas del prximo gobierno Nacional, tomando seriamente la dis-cusin sobre el rumbo y la profundizacin del bloque y la posicin de la Repblica Argentina dentro del mismo.

  • Desafos hacia la agenda verde

    Gonzalo Gastn Torres

    Aspirante Ingeniero Qumico. Cursando la diplomatura en Polticas Pblicas.

    Asum el compromiso de trabajar por un pas mejor. Hago Bonsais y leo mucho.

    @YoGontorres

    Qu es ser Ecofriendly? Una traduccin del trmino dira que es ser respetuoso o amigo de la naturaleza, a lo que agrego, tambin, la bsqueda de un equilibrio entre el medio ambien-te y los aspectos econmicos y sociales. A partir de esto, es de real importancia quel as polti-cas pblicas ambientales llevadas adelante por los estados trasciendan las gestiones de un gobierno y busquen el desarrollo sustentable a lo largo del tiempo.Por un lado, y a partir de los datos publicados en una escuesta realizada por la Fundacin Vida Silvestre y Poliarquia, vemos que disponemos de un mayor inters respecto a temasambientales, lo que podemos traducir en que en la sociedad existe una mayor conciencia sobre la ecologa.

    La discordancia entre la defensa del desarrollo y la defensa extrema del medio ambiente nos hace pensar que la dimensin de lo ambiental se debate con poca seriedad y que el desafo debera ser tratar de elaborar acuerdos para que las polticas pblicas, en base a determi-naciones comunes, puedan abordar actividades, discusiones o problemas dejando de lado posiciones extremas. En este sentido, creo necesario que la aplicacin de nuevas y mejores tecnologas hace posible un desarrollo serio y mediado por estudios que dicten estndares ambientales claros y que conduzcan la actividad hacia una produccin sostenible.

    Pensar en el medio ambiente y tomardecisiones que apunten al desarrollo notiene porqu ser un obstculo para el bienestar de la sociedad. Necesitamos polticas que incorporen al medio ambiente como cuestin intrnseca del desarrollo, medidas integrales, eficaces y eficientes con conciencia y participacin de la ciudadana.En este sentido, los pases nrdicos han logrado incorporar el tema a sus agendas y son conscientes de que el debate sobre temas de ecologa lleva a solucionar problemas y a una mejor calidad de vida.

  • En cambio, en nuestro pas el problema pareciera quedar postergado ya que las discusiones sobre asuntos econmicos y sociales adquieren mayor relevancia y los que pagan los costos ambientales son los ms humildes. La escasez de agua potable, epidemias, aumento de tem-peratura, inundaciones, contaminacin de ros y mala gestin de residuos son algunos de los males que afectan a muchas poblaciones.

    Por lo tanto, elaborar un plan estratgico para mitigar impactos ambientales producidos por el desarrollo y efectos del cambio climtico es tambin tener responsabilidad en la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Tambin sabemos que a nivel mundial los pases con menos recursos son los ms afectados.

    En este marco, es importante destacar que si bien Argentina emite alrededor de 8,5 tonela-das anuales de dixido de carbono (principal gas de efecto invernadero), y como pas en vas de desarrollo no est obligada a cumplir las metas del Tratado de Kioto, igual se compromete a, por lo menos, no incrementarlas.

    Como pas adherente es posible que en un futuro no muy lejano debamos disminuir la ema-nacin de gases de efecto invernadero a travs de polticas pblicas claras. Si bien el extenso territorio, las posibilidades de forestacin y el uso de biocombustibles constituyen una alter-nativa eficaz y concreta hacia la reduccin del carbono atmosfrico, slo con esto no basta.

    Planificar requiere de diagnsticos adecuados, transparencia informativa, responsabilidad ciudadana, organismos independientes que puedan auditar, controlar y brindar informacin confiable y, sobre todo, una legislacin que regule y permita que las consecuencias ambien-tales negativas sean asumidas por los responsables que las generaron.

    Sabemos que el marco legal que en nuestro pas protege el medio ambiente es destacable y serio. Sin embargo, en muchos casos no se cumple y falta el compromiso de que sea tomado como gua en la elaboracin de nuevas polticas pblicas.

    El desafo de elaborar polticas ambientales debe ser llevado a cabo por gestiones que tras-ciendan los gobiernos, pero tambin debe ser parte de nuestra educacin como ciudadanos y de nuestro contexto cotidiano. Y es all donde deberamos mirar gestiones como la llevada adelante en la Ciudad de Buenos Aires y su Plan de Reduccin de Residuos Slidos Urbanos, con sus centros verdes que permiten la recepcin, clasificacin y procesamiento de mate-riales reciclables que son dispuestos por los vecinos en un sistema de contenedores en pun-tos de recepcin especficos como parques y plazas tambin recolectados puerta a puerta por los recicladores urbanos.

  • Son estas acciones diarias, estos centros como verdaderos espacios de trabajo comunitario, aquellos que permite a las cooperativas, adems de clasificar los materiales, comercializarlos para que sean reintroducidos en un proceso de desarrollo productivo. Me pregunto nuevamente, Qu es ser Ecofriendly? Serlo es buscar equilibrios en nuestrasociedad para generar conciencia sobre los beneficios medioambientales, econmicos y so-ciales que lograremos si pensamos la poltica como una herramienta de transformacin de la realidad en beneficio de todos, una verdadera agenda verde.

  • Hackeando la corrupcin: Gobierno Abierto como poltica de Estado

    ContextoHasta el presente la forma de gobierno ms difundida y aceptada es la democracia represen-tativa, por la cual el pueblo no delibera ni gobierna directamente sino que lo hace a travs de la eleccin de representantes, entre los cuales algunos se encargan de elaborar las leyes, otros de implementarlas y otros de hacerlas cumplir.

    La democracia representativa probablemente haya sido el mejor sistema encontrado para organizar internamente a las naciones, pero en la actualidad esta forma de organizacin presenta sntomas de desgaste, debido en parte al crecimiento de los estados junto a la infil-tracin del poder en las instituciones. La falta de nuevos controles para proteger el correcto funcionamiento del estado desencadena, entre otras cosas, en problemas de corrupcin e in-cluso hasta en espionaje masivo a la poblacin por falta de transparencia y control por parte de las instituciones que son responsables de hacerlo.

    La forma de gobierno representativo como la conocemos hoy fue acorde a las herramientas que se disponan hasta hace relativamente poco tiempo. Pero en el siglo XXI disponemos de nuevas herramientas gracias a la tecnologa que nos permitira incorporar nuevos antdotos al sistema y corregir o mantener su correcto funcionamiento. Estas nuevas herramientas son las tecnologas de la informacin y la comunicacin (TIC).

    Con los avances de las TIC, la factibilidad tcnica y los costos relativamente bajos para los gobiernos hacen viable la implementacin de nuevos controles basados en las tecnologas de la informacin y comunicacin que permiten una participacin ms activa de los ciudadanos y una mayor transparencia tal como aparece en las propuestas de Gobierno Abierto.

    Qu es un Gobierno Abierto?A los gobiernos tal como los conocemos podramos llamarlos gobiernos cerrados o secre-tos, donde el derecho al acceso a la informacin pblica no se cumple y la rendicin de cuen-tas mucho menos. Para intentar acceder a informacin del Estado hay que superar los obst-culos de una burocracia prcticamente diseada para impedirlo.

    Leonardo Rbola

    Estudiante de Lic. en Administracin, de profesin desarrollador de software. A favor de menos

    burocracia y ms agilidad. Por un Estado moderno del siglo XXI. Tambin

    un servidor de la libertad.

    @leonardorebola

  • Gobierno Abierto es lo opuesto. Reconoce que la ciudadana demanda una mayor apertu-ra en el gobierno, ms participacin en los asuntos pblicos y compromiso para promover la transparencia, luchar contra la corrupcin, empoderar a los ciudadanos y aprovechar el poder de las nuevas tecnologas para que el gobierno sea ms eficaz y responsable segn la Declaracin de Gobierno Abierto que ha sido suscrita por los 54 pases miembros de la Alian-za para el Gobierno Abierto.

    Los tres pilares fundamentales del concepto Gobierno AbiertoLa doctrina de Gobierno Abierto se sustenta sobre tres pilares fundamentales que son: parti-cipacin, colaboracin y transparencia. Estos tres pilares son inseparables para la existencia de un Gobierno Abierto.

    1 ParticipacinEn contraste a la administracin pblica tradicional donde un ciudadano no tiene acceso a los planes de gobierno y donde sus ideas y reclamos difcilmente son escuchados y atendidos si no se tienen los contactos e influencias que lo faciliten, el Gobierno Abierto por el contrario se compromete con la inclusin de los ciudadanos, profesionales, asociaciones civiles, parti-dos polticos y empresas de una manera participativa.

    Por tanto, los distintos sectores de la sociedad civil son escuchados activamente y pueden participar en el debate y definicin de polticas pblicas. El Gobierno Abierto los involucra y fomenta el debate aumentando el protagonismo e implicacin de los individuos y entidades en los asuntos pblicos. De esta manera se nutre de conocimiento, experiencia y propuestas de un amplio abanico de sectores. Por lo tanto fomenta la participacin brindando la posibili-dad de ejercer en mayor medida los derechos como ciudadanos mediante formas ms direc-tas e innovadoras de participacin ciudadana asistida en gran medida por la tecnologa.

    2 ColaboracinSolo abrir la participacin no es suficiente para generar innovacin, soluciones, y la mejora continua de procesos. Es necesaria la colaboracin real entre la administracin pblica, indi-viduos y entidades para que este modelo de colaboracin estado-ciudadano funcione ejer-ciendo un nuevo paradigma para resolver problemas, mejorar la calidad de la gestin pblica y de la democracia. Lograr este trabajo en conjunto probablemente sea uno de los principa-les desafos y oportunidades de la administracin pblica para el diseo en conjunto con los ciudadanos denominado codiseo de servicios pblicos.

    2-1 Poner en prctica la colaboracin y participacinLas opciones a la hora de poner en prctica la colaboracin entre los distintos sectores son muchas, algunas de ellas pueden ser portales y plataformas web, exponer interfaces de pro-gramacin de aplicaciones (API) para el consumo de grandes volmenes de datos y su poste-rior anlisis denominado Big Data, hackathons, o las tradicionales consultas pblicas, concur-sos, etc. El objetivo es acercar tanto las necesidades como las soluciones de los ciudadanos y del Estado mediante el proceso de codiseo y creacin en conjunto.

    Esta apertura a la colaboracin de terceros tambin significa un ahorro de costos para el Es-tado, pero no debe ser tomado por parte los gobernantes como una oportunidad para dismi-nuir sus responsabilidades, porque tambin es su deber exponer informacin clara, entendi-ble y accesible a los ciudadanos sin estar condicionados a terceras partes.

    2-1-1 HackathonUn hackathon o hackatn es un evento en el que participan programadores en la modalidad de maratn en equipo para el desarrollo de software utilizable bajo alguna consigna u objeti-vo especfico.

  • 3 TransparenciaEl Derecho de Acceso a la Informacin Pblica es considerado un derecho humano funda-mental para todas las sociedades democrticas y adems es uno de los compromisos del Gobierno Abierto que se asume en la Declaracin de Gobierno Abierto.

    Los pilares de la participacin y colaboracin no resultarn productivos ni se capitalizar su potencial si el Estado no asume un compromiso de transparencia abriendo la informacin y datos al pblico para que puedan trabajar con ellos. Por otro lado los ciudadanos tienen derecho de conocer en qu se gastan sus impuestos y es filosofa de una administracin Go-bierno Abierto la transparencia. Por tanto el Estado debe poner a disposicin del pblico los datos e informacin accesibles de manera fcil y clara sin limitaciones para que las personas y entidades puedan realizar un control adecuado de la administracin pblica.

    Hay administraciones que por la implementacin de portales web con servicios para facilitar trmites online a la ciudadana suelen confundirse con Gobierno Abierto, pero esto no es un cambio de paradigma en la administracin, solamente es otra forma de ofrecer lo mismo.

    3-1.Datos AbiertosLos datos abiertos son datos que pueden ser utilizados, reutilizados y redistribuidos libre-mente por cualquier persona, pero la transparencia no solamente se mide en la cantidad de datos e informacin expuesta al pblico sino tambin en la calidad de la misma, en que se encuentre disponible en Internet, constantemente actualizada, de manera clasificada y es-tructurada en formato estndar no propietario. La disponibilidad de la informacin en crudo tambin es importante para que pueda ser analizada sin manipulaciones previas de quien debe ser controlado. Esta informacin en crudo puede ser consumida por aplicaciones de software gratuitas, comerciales, desarrolladas por particulares o distintas entidades con el fin de estudiarla, investigarla, cruzarla con otros datos, realizar estadsticas, analizar tendencias y mostrar sus resultados, anomalas, tomar decisiones e implementar nuevas polticas o corre-gir la actuales.

    Existen excelentes herramientas gratuitas que permiten procesar grandes volmenes de datos para organizarlos y presentarlos de manera ms atractiva, legible y permitiendo cierta interaccin con los datos por parte del usuario final. No toda la informacin son nmeros, en cuanto a documentos tambin existe software para encontrar relaciones en grandes cantida-des de documentos o hacerlos interactivos para la lectura.

    La apertura de documentos de forma predeterminada es fundamental en la elaboracin de polticas de datos abiertos sostenible en el tiempo, por ende toda la informacin pblica debe ser considerada abierta y accesible, salvo casos de informacin sensible y reservada que se justifique.

    3-2 Consumo de la informacin y de los datos abiertosEl objetivo final del pilar transparencia en el Gobierno Abierto no es la publicacin de la in-formacin pblica, sino su consumo. En los ltimos aos dentro del periodismo digital surgi una nueva especialidad denominada periodismo de datos que consiste en obtener y ana-lizar grandes volmenes de datos con el objetivo de transmitir dicha informacin a la au-diencia y lectores de forma comprensible a travs de artculos, infografas, visualizaciones de datos o aplicaciones interactivas. Los datos abiertos son una fuente que pueden generar una nota, artculo o enriquecer algn tema periodstico con funciones interactivas y personaliza-bles a cada lector, como por ejemplo consultar sobre un ajuste de impuestos segn la zona donde vive.

  • Gobierno Abierto fomenta y promueve la rendicin de cuentas del Estado ante la ciudadana ofreciendo esta informacin libremente con seguridad y confidencialidad hacia los usuarios, es decir, que no sea un condicionante proporcionar informacin personal para acceder al material o descargarlo.

    Presupuestos AbiertosTambin conocido como Open Contracting, se trata de una iniciativa de la Alianza para las Contrataciones Abiertas que busca hacer de la contratacin pblica un proceso ms eficiente, transparente, tico y accesible mediante la implementacin de un Estndar de Datos para las Contrataciones Abiertas (OCDS). En su sitio web publican que cada ao, los gobiernos alrede-dor del mundo gastan ms de US $ 9.5 billones de dlares a travs de contratos; sin embargo cundo, dnde y cmo se gastan esos dineros pblicos, por el momento, en su gran mayora, es secreto.Un dato ms importante, an si tenemos en cuenta que de esos US $ 9.5 billones de dlares destinados a contratos pblicos se estima que aproximadamente US $ 2.3 billones se pierden por la corrupcin.

    El Estndar permite que los datos de contrataciones sean consistentes en distintas platafor-mas, ms accesibles, fciles de encontrar, que se puedan comparar y analizar. Por tanto ciu-dadanos, organizaciones, partidos polticos, el mismo gobierno y la prensa puedan analizar la informacin para minimizar las chances de corrupcin. Adems esta poltica de transparencia financiera debe atravesar a todos los organismos del Estado, como as tambin los tipos de contrataciones para poder comparar datos entre reas o proveedores con el fin de deter-minar la eficacia y eficiencia de cada uno de ellos, as como tambin obtener mtricas para la comparacin a nivel de costos, que faciliten la planificacin y la evaluacin de llamados y licitaciones.

    En algunas partes del mundo tambin existe lo denominado Presupuesto Participativo, donde los ciudadanos tienen la potestad de decidir en forma directa la asignacin de una parte del presupuesto.

    Parlamentos AbiertosEl concepto se establece en la Declaracin sobre Apertura Parlamentaria como un marco de referencia normativo desarrollado por Opening Parliament, que es un foro de 130 organiza-ciones cvicas de 75 pases que supervisan las labores parlamentarias, con el apoyo de varios parlamentos y asociaciones parlamentarias.

    Esta declaracin adems contiene una recopilacin de mejores prcticas tomadas de par-lamentos de todo el mundo y compromisos que pueden asumir estos con los ciudadanos. Algunos de ellos son: permitir la participacin ciudadana en el proceso legislativo, publicar activamente informacin comprensible a travs de mltiples canales, desarrollar programas divulgativos, plataformas digitales u otras herramientas que posibilitan la interaccin ciuda-dana con el parlamento y garantizan que los procedimientos de apertura parlamentaria sean conformes a los estndares internacionales.

    Similar a Presupuestos Abiertos tambin existen estndares definidos para la publicacin de documentos manejados en los parlamentos con el objetivo del seguimiento y monitorizacin de la actividad de los legisladores, al igual que otros temas de inters para la sociedad civil como pueden ser las leyes aprobadas, proyectos de ley en tratamiento, o documentos aso-ciados como transcripciones de las sesiones, votaciones, entre otras.

  • Reflexiones finalesCuando hablamos de Gobierno Abierto no debe entenderse que slo nos estamos refirien-do a una poltica del poder ejecutivo de turno, sino de una poltica de Estado que abarque a los tres poderes de forma permanente en el tiempo, por tanto la traduccin correcta debera ser Estado Abierto.

    Lograr una verdadera implementacin de un Estado Abierto requiere de mucha honestidad por parte de los funcionarios pblicos que tomen la iniciativa, o de una fuerte presin social. El cambio que reclama gran parte de la ciudadana lo tenemos al alcance en las polticas de Estado Abierto que permitirn recuperar la legitimidad y confianza perdida en el sistema poltico apoyado en los tres pilares que permitirn entre otras cosas mejorar los niveles de transparencia, aumentar la innovacin, eficacia y eficiencia de nuevos o mejores servicios p-blicos, medir el impacto de las polticas pblicas como as tambin analizar mtricas a partir del anlisis de grandes volmenes de datos.

    Fuentes:http://www.opengovpartnership.org/http://www.open-contracting.org/http://www.opengovguide.com/

  • Tienen algo que hacer los intelectuales en el rea de polticas

    pblicas?Quisiera comenzar este breve ensayo con la explicitacin de mi hiptesis, reformulando a Edward Shils cuando ste sentencia que los intelectuales son indispensables, no slo para la sociedad industrial, sino para cualquier sociedad, y cuanto ms compleja sea ella, tanto ms imprescindibles ern. Dira yo que los intelectuales son indispensables en el marco de cualquier sistema poltico para el proceso de polticas pblicas y cuanto ms haya arraigado el populismo en ese sistema tanto ms imprescindibles sern.

    Las categoras referenciadas deben ser explicitadas para que la hiptesis vaya adquiriendo mayor sentido. Y lo ms sensato sera empezar preguntndonos qu entendemos por in-telectual. Definir al intelectual no supone una tarea sencilla, fundamentalmente porque el concepto de intelectual no tiene un significado establecido o definitivo; al contrario, es mult-voco y cronolgicamente reciente, y supone algunas dificultades en tanto que una sociologa de los intelectuales no es otra cosa que el esfuerzo del intelectual por pensarse a s mismo, con todo lo que ello implica.

    La discusin que debiera darse sobre la especificidad del intelectual tendra que ser necesa-riamente ms extensa que la que puedo abarcar con arreglo a la brevedad de este texto. De modo que aqu dir, ahorrndome explicitar pasos analticos densos pero necesarios, que el intelectual est definido por su funcin social, la cual es el liderazgo cultural de la sociedad. Pierre Bourdieu y Alvin Gouldner entendan, precisamente, que los intelectuales eran los detentadores del capital cultural en la sociedad.

    Shils, Edward. Los intelectuales y el poder. Buenos Aires, Ediciones Tres Tiempos, 1976, p. 43. Ver Bourdieu, Pierre. El sentido social del gusto. Elementos para una sociologa de la cultura. Buenos Aires, Siglo XXI, 2014. Ver Gouldner, Alvin. El futuro de los intelectuales y el ascenso de la nueva clase. Madrid, Alianza Editorial, 1980.

    Agusn Laje

    Escritor, a menudo polticamente incorrecto, aunque no por ello polticamente errado. Autor de Los mitos setentis-

    tas, coautor de Cuando el relato es una FARSA. Director del Centro de Estudios LIBRE.

    @AgustinLaje

  • Joseph Schumpeter ha anotado por su parte que los intelectuales son, en efecto, los que ejercen el poder de la palabra hablada y escrita4, y con el vocablo poder, el austraco nos ensea que no todo individuo parlante y alfabeto es un intelectual, sino nicamente aquellos que tienen un poder efectivo de influencia que da sentido y concrecin a su funcin social. Antonio Gramsci, finalmente, aseveraba que todos los hombres son intelectuales, podramos decir, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la funcin de intelectuales5.

    El intelectual posee, pues, una funcin definitoria y, agregamos, un inters por el conocimien-to y las ideas abstractas que lo distingue de otros tipos de difusores de cultura. El intelectual lucha por principios abstractos6 nos dice Traverso; estn animados por un espritu de inda-gacin y anhelan entrar en frecuente comunin con smbolos ms genricos que las inmedia-tas situaciones concretas de la vida cotidiana y ms remotos en su referencia tanto al tiempo como al espacio7 sentencia Shils. En consecuencia, no pareciera, a primera vista, que el inte-lectual pudiera tener rol alguno en los procesos de polticas pblicas, en razn de que tales procesos estaran determinados ms por conocimientos prcticos que por ideas abstractas.

    As las cosas, el tcnico aparece aqu en escena, como poseedor de ese conocimiento prctico indispensable para llevar adelante (al menos) dos pasos fundamentales del proceso de pol-ticas pblicas: el diseo y la implementacin de la poltica pblica. El tcnico no es sino aquel cuya expertise se da en el terreno de la tcnica, la cual, despus de todo, no es sino un pro-cedimiento para operar sobre determinados aspectos de la realidad. Luego, entre el tcnico y el intelectual se produce una distancia significativa: mientras el primero est vinculado a discursos que podramos llamar tecnocrticos, caracterizados por su gravitacin en el ser, el segundo est vinculado a discursos de carcter ideolgico o deontolgico, caracterizados por su gravitacin en el deber ser.

    La pregunta sobre el rol de los intelectuales en las polticas pblicas se puede transformar entonces en una pregunta sobre el rol de los discursos ideolgicos en los procesos de pol-ticas pblicas, siempre que no entendamos por ideologa un discurso necesariamente falso como lo entenda el marxismo, sino simplemente como un discurso que busca bien la legiti-macin de un orden social dado a partir de un deber ser definido. En esta lnea precisamente, Benjamn Oltra llega a adjudicarles a los intelectuales una funcin ideolgica8.

    Si por algo se diferenci Giandomenico Majone9 de las escuelas racionalistas y de las incre-mentalistas en el rea de estudios de las polticas pblicas, fue precisamente por destacar el papel imprescindible de la argumentacin en todo el proceso de polticas pblicas y, funda-mentalmente, en el camino que lleva a la legitimacin de una poltica pblica. En efecto, la argumentacin es el proceso fundamental que siguen los ciudadanos y los gobernantes para llegar a juicios morales y a la eleccin de polticas10.

    6 Traverso, Enzo. Qu fue de los intelectuales? Buenos Aires, Ediciones Siglo XXI, 2014, p. 19.7 Shils, Edward. Ob. Cit., p. 20.8 Ver Oltra, Benjamn. La imaginacin ideolgica. Una sociologa de los intelectuales. Barcelona, Vicens, 1978.9 Ver Majone, Giandomenico. Evidencia, Argumentacin y Control en la Formulacin de Polticas. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1997.10 Majone, Giandomenico. Ob. Cit., p. 36.

  • Por lo tanto, en un sistema de gobierno que se gua por la deliberacin pblica, el anlisis aun el anlisis profesional tiene menos que ver con las tcnicas formales de solucin de problemas que con el proceso de argumentacin11. As, prosigue Majone, un buen anlisis de polticas es algo ms que el mero examen de datos o un ejercicio de modelacin; tambin provee normas para la argumentacin y una estructura intelectual para el discurso pblico12.

    Las consecuencias de esto resultan bastante importantes para la pregunta que da ttulo a este ensayo. Y es que el rol de las ideas es incluso indispensable all donde se supone que, a primera vista, primara el discurso exclusivamente tcnico.

    La funcin del intelectual en los procesos de polticas pblicas dira que puede entreverse al principio y al final; es decir, tendra que ver con la identificacin de los problemas a resolver y con los esfuerzos para legitimar socialmente una poltica pblica ya implementada, respec-tivamente. 13En efecto, para identificar un problema precisamos, como precondicin, crite-rios de valoracin. No puede determinarse un hecho de la realidad como problemtico si no contamos con una estructura moral previa que nos permita interpretar tal hecho de deter-minada manera. Y como dijimos al comienzo, la funcin del intelectual consistente en liderar culturalmente a la sociedad, lo que incluye un liderazgo de tipo moral.

    Por otro lado, la legitimacin de una poltica pblica ya implementada no siempre se da en trminos meramente utilitarios, sino muchas veces en trminos ideolgicos (esto es, con arreglo a argumentos que no se refieren a criterios de eficiencia o utilidad sino de tica y jus-ticia), donde el intelectual vuelve a asomar.

    Ahora bien, vemos que, tal como empezamos nuestra hiptesis, los intelectuales efectiva-mente son indispensables en el marco de cualquier sistema poltico para el proceso de polticas pblicas. Restara justificar ahora la segunda proposicin: y cuanto ms haya arraigado el po-pulismo en ese sistema, tanto ms imprescindibles sern.

    11 Majone, Giandomenico. Ob. Cit., p. 41.12 Majone, Giandomenico. Ob. Cit., p. 41.13 No quiero decir que los intelectuales sean necesariamente los encargados de percibir el problema, sino que son aquellos que configuran los sensores a travs de los cuales la sociedad percibe e interpreta sus problemas.

  • Empecemos caracterizando al populismo en base a la teora de Ernesto Laclau, diciendo que el populismo es, simplemente, un modo de construir lo poltico. 14 Descuartizando un poco la teora laclauniana a los efectos de hacerla inteligible en pocas palabras, agreguemos que esta lgica poltica que llamamos populismo implica la articulacin de demandas insatisfe-chas por conducto de procesos hegemnicos que generan una frontera que separa aquello que contiene al pueblo de aquello que es antipueblo. Y el rol de un discurso ideolgico capaz de fomentar esta fractura y formar una identidad unitaria que borre las diferencias especficas entre las demandas articuladas resulta vital: Las relaciones equivalentes no iran ms all de un vago sentimiento de solidaridad si no cristalizaran en una cierta identidad discursiva que ya no representa demandas democrticas como equivalentes sino el lazo equi-valencial como tal 15.

    As pues, la exacerbacin del populismo como modo de construir lo poltico va de la mano, de manera dialctica, con una exacerbacin de los discursos ideolgicos. Y aqu volvemos a ver que el intelectual asoma como responsable fundamentalmente de la produccin de estos discursos y, en medida menor, de la circulacin de los mismos.

    El discurso ideolgico se convierte en un importantsimo medio de legitimacin de las polti-cas pblicas que estn bajo la autoridad del lder populista. Ejemplos nacionales al respecto sobran, y llevara ros de tinta que aqu no podemos hacer correrplasmarlos todos. 16 Pero recordemos al lector al menos uno de ellos: el 20 de agosto de 2009, Cristina Kirchner anun-ciaba en Cadena Nacional desde el predio de la AFA el llamado Ftbol para Todos, efectuan-do una comparacin de dudoso gusto entre personas y pelotas que emanaba ideologa por todos lados, diciendo que no es posible que slo el que puede pagar pueda mirar un parti-do. Y que adems te secuestren los goles hasta el domingo, como te secuestran la palabra o te secuestran las imgenes, como antes secuestraron o desaparecieron a treinta mil argenti-nos.

    Hemos dado sentido as a la segunda proposicin de nuestra hiptesis, advirtiendo la pre-ponderancia que adquiere el intelectual en tiempos de populismo a raz de la turbulencia ideolgica que caracteriza a dichos tiempos. 17 Y la razn es que, en el marco del populismo, las polticas pblicas se guan ms por criterios ideolgicos que por criterios tcnicos; y como vimos, la funcin ideolgica a la que refera Oltra es propia del liderazgo cultural llevado adelante por el intelectual.

    Pero al margen de esta conclusin que puede dejar sabor a poco, quisiera plantear una pregunta ms y arriesgar una respuesta: De qu nos sirve todo este anlisis a quienes nos encontramos en las antpodas del populismo? Pues creo que puede darnos pistas sobre el hecho de que no se puede luchar contra el populismo desde un terreno exclusivamente tc-nico; al populismo se lo desmonta deslegitimndolo tambin en el plano de las ideas, mbito de expertise de los intelectuales como vimos ms arriba.

    14 Laclau, Ernesto. La razn populista. Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2005, p. 11.15 Laclau, Ernesto. Ob. Cit., p. 122.16 Junto con Nicols Mrquez hemos publicado un libro donde analizamos gran parte de estos discursos que dieron forma al relato kirchnerista. Ver Mrquez, Nicols. Laje, Agustn. Cuando el relato es una farsa. Buenos Aires, ContraCultura, 2013.17 A nivel nacional, el kirchnerismo nos da un buen ejemplo de la emergencia de los intelectuales en tiempos de populismo. Carta Abierta y la Secretara de Coordinacin Estratgica para el Pensamiento Nacional son apenas dos ejemplos rimbom-bantes en los que se podra reparar.

  • En otros trminos: si el populismo supone una exacerbacin de los discursos ideolgicos, en-tonces debe ser contrarrestado con discursos ideolgicos de opuesto signo bajo la direccin de intelectuales comprometidos con los valores antipopulistas.

    No se trata simplemente de mostrar que el populismo no funciona y desechar sus polticas pblicas por razones tcnicas. Ello es necesario, pero no suficiente. En efecto, las polticas pblicas populistas no han sido legitimadas tanto en el plano de la tcnica cuanto en el plano de la ideologa y, por tanto, de lo que se trata es de mostrar adems de lo anterior que el populismo constuye una afrenta contra valores mucho ms abstractos que la eficiencia (cri-terio de valoracin tpicamente tcnico), tales como la Justicia, la Libertad y la Repblica.

    Aquello que el intelectual tiene de imprescindible especialmente en tiempos de populismo, como vemos, no slo debe entenderse a la hora de la legitimacin de una poltica pblica sino tambin y esto es lo que a nosotros verdaderamente nos interesa a la hora de su des-legitimacin.

  • Ventanilla nicaEs necesario que el Estado est al servicio de los ciudadanos y evitar que vivan al servicio del Estado o sus burcratas. Es comn encontrar que lejos de potenciar los proyectos de vida de las personas el gobierno suele generar dolores de cabeza, muchos de ellos fruto de la inefi-ciencia. Las polticas pblicas suelen acumularse capa sobre capa con cada nueva gestin y suele pasar que las nuevas regulaciones no toman en cuenta cmo impactan globalmente teniendo en cuenta lo ya existente. Esto suele dejar como saldo procesos poco prcticos o exigencias innecesarias.

    En respuesta a este Estado sobredimensionado y pesado hubo una corriente reformista du-rante los 80s y 90s conocida como el New Public Management (NPM) cuyo fin fue racionalizar la gestin pblica, terminar con los privilegios corporativos, orientar la provisin de servicios pblicos a la satisfaccin del ciudadano y darle competitividad al sector pblico en general. En otras palabras, llevar las buenas prcticas de la gestin o privada.En Argentina, dichoproceso de reforma del Estado se llev a cabo parcialmente durante los noventas en paralelo a iniciativas de liberalizacin de mercados. Sin embargo, vale destacar que la modernizacin puede practicarse bajo gobiernos de cualquier orientacin poltica. Despus de todo se trata de hacer mejor las cosas que uno decida hacer.

    Entre las reformas propuestas por esta corriente pueden destacarse las cartas compromiso (CitizensCharter) que explicitaban los compromisos asumidos por las diversas administra-ciones frente a los ciudadanos, la racionalizacin de las burocracias orientadas a motivar a los empleados pblicos y disminuir la capacidad ociosa o el malgasto de recursos, las rees-tructuraciones administrativas, orientadas a simplificar procesos y optimizar el aprovecha-miento de recursos, reformas regulatorias, entre tantas otras. Uno de los conceptos ms interesantes de estas experiencias vinculadas a la simplificacin regulatoria tuvo que ver con la idea de Ventanilla nica One-Stop-Shop.

    La ventanilla nica consiste en generar un nico punto de contacto entre el gobierno y elciudadano a fin de simplificar los procesos y evitar que el ciudadano tenga que pasear por mltiples dependencias pblicas, disminuyendo as costos de transaccin y de informacin. La idea es sencilla: Todos los trmites e informacin en un nico lugar. Esta medida de des-centralizacin gubernamental que ya ha sido implementada en Mxico, Reino Unido y Espa-a, entre otros.

    Una reforma de este tipo obliga a los gobiernos a modernizar sus procesos e implementar sistemas que permitan la trazabilidad de expedientes y reclamos, as como un sistema de informatizacin de documentos para que desde un nodo de acceso la peticin llegue a todos los organismos necesarios.

    Yamil Santoro

    Abogado, Asesor Parlamentario (Congreso Nacional Unin PRO Unin por la Libertad),

    Coordinador Ejecutivo (Instituto Maci).

    @yamilsantoro

  • Esto tambin hace que los gobiernos deban realizar una gua de trmites poniendo en evi-dencia, si es que existe, regulacin ineficiente o excesiva.Otro efecto colateral de este tipo de iniciativas es que disminuye la posibilidad de que se co-bren coimas dado que pone a la mesa de entradas como intermediario nico entre el usuario y los tomadores de decisiones. Resulta fcil, a partir de este punto, tambin evaluar en qu puntos de la gestin los trmites se atrasan y se le hace perder tiempo a los vecinos, gene-rando informacin til para poder optimizar los procesos o realizar reformas.

    Mientras que el sistema actual, donde el ciudadano debe ir a diversas dependencias para concluir un trmite complejo (por ejemplo abrir una empresa), con este sistema podran ini-ciarse todos los trmites en simultneo otorgndole ms tiempo al ciudadano para disfrutar y ocuparse de las cosas importantes para l o ella. Es una reforma fundamental para el eco-sistema emprendedor permitiendo reducir costos de arranque y que hagan las cosas con el debido soporte legal. Contribuira a reducir asimismo la cantidad de actividades en negro al simplificar la registracin, permitiendo as una economa mejor integrada.

    Otra de las virtudes del concepto de ventanilla nica es que permite abrir terminales de ingreso de informacin y trmites en distintos puntos de una ciudad promoviendo la des-centralizacin y la cercana con el vecino. Adicionalmente, puede avanzarse an ms y crear ventanillas nicas electrnicas para que los trmites se realicen de manera virtual o al menos una parte significativa de ellos.

  • Algunas cosas que debemos tener presente a la hora de pensar en implemen-tar algo as:

    Infraestructura informtica: deben generar un sistema de rpido acceso tanto para funcio-narios como para ciudadanos. La fusin de bases de datos permite integrar los datacenter y tender a mayores rendimientos de escala disminuyendo costos y mejorando la capacidad de coordinacin entre las dependencias pblicas.

    Definir estndares de intercambio de informacin: dado que no se podr hacer que el ciudadano se ajuste a la medida de cada dependencia pblica habr que trabajar para homo-geneizar los protocolos de transferencia y adquisicin de datos. Optimizando los tiempos de procesamiento y el trabajo inter-reas.

    Resistencias burocrticas: una reforma de este tipo implica terminar con espacios de co-rrupcin o de holgura en la administracin pblica. A la par que permite visibilizar procesos improductivos o innecesarios. Es dable esperar alguna resistencia de personas que tengan algn inters creado por lo que habr que trabajar para alinear intereses.

    Este nivel de integracin de procesos y bases de datos permite acortar fuertemente los tiempos de respuesta de los organismos pblicos haciendo que la vida de los ciudadanos se simplifique y potenciando la cooperacin entre la administracin pblica y el sector privado. Adems, insisto, permitir bajar los costos y los plazos de la provisin de servicios pblicos. Con algo as ganamos todos.

    Es una idea simple que todos podemos impulsar en nuestros distritos. Un desafo adicional ser lograr la integracin de trmites municipales, provinciales y nacionales en un nico lu-gar. Pero ms all de la integracin vertical cualquier innovacin en este sentido repercutir en una mejor calidad de vida para los ciudadanos a cambio de una inversin muy modesta de recursos pblicos. Hacerlo depende de nosotros.

  • Innovacin, produccin y progresoLa economa funciona en un delicado sistema de mercado guiado principalmente por los precios. Estos expresan las valoraciones individuales de las partes y tienen lugar en todos aquellos bienes cuya disponibilidad es menor a la necesidad que hay de ellos. Surgen de la combinacin de valoraciones subjetivas, es decir que en su interior estn repletos de infor-macin. All se vislumbra la escasez, la utilidad y las preferencias de las personas gracias a los conocimientos que cada participante del ciclo econmico de determinado bien le depositan.

    Cmo funciona el sistema de precios? Qu es lo que en l incentiva a una produccin racio-nal y satisfactoria para consumidores y productores? Bueno, a todos les gusta ganar dinero y a nadie le gusta perderlo, de esta manera, por ejemplo, si el petrleo escasea por la razn que sea, sus precios se elevarn como as tambin el de sus derivados, lo cual inmediatamen-te enviar dos seales: por un lado les dir a los consumidores que se abstengan de comprar lo ms posible ya que el producto es escaso, lo cual a ellos no los detiene pero s lo hace su elevado precio actual. Al mismo tiempo les avisa a los productores que all existe una gran oportunidad puesto que elevados precios se traducen en elevados mrgenes de ganancia lo cual los incentiva a buscar la manera de conseguir el petrleo para saciar las necesidades de la demanda y as ganar dinero.

    Existen necesidades insatisfechas las cuales son mostradas y puestas en evidencia por los precios aunque tambin pueden existir necesidades ms difciles de vislumbrar y que algu-nos sujetos con mucha imaginacin lograrn saciar. Un ejemplo de esto fue el plantearse la necesidad de que a las personas les gustara trasladar su biblioteca a todas partes, crendose as los ebooks. La figura del empresario aparece ahora de manera preponderante logrando ver una necesidad que ni siquiera el consumidor pudo notar que exista.

    Maximiliano Bauk

    Analista de Polticas Econmicas en el Centro de Estudios Libertad y Responsabilidad.

    Curso la Maestra en Polticas Econmicas en la SMC University.

    @maximilianobauk

  • Una vez tenido un objetivo en mira, una necesidad a satisfacer descubierta por un empresa-rio ya sea mediante el sistema de precios o por su visin del mercado, es menester comenzar la produccin de lo propuesto. Es en este momento en donde aparece la empresa, cumplien-do una funcin de intermediaria entre la necesidad y su satisfaccin.

    Para satisfacer esa necesidad, la empresa acude a la divisin del trabajo para as lograr una mayor productividad que permita ahorrar capital, el cual ser transformado luego en inver-sin, ya sea para satisfacer nuevas necesidades buscando la produccin de nuevos produc-tos, o bien que se reinvierta en la misma firma, quizs para acumular un eslabn ms de la cadena de produccin en la misma empresa para evitar el costo de conseguirlo en el merca-do, comohaca, por ejemplo, el gran Henry Ford a comienzos del siglo pasado, quin posea hasta las ovejas de las cuales extraera la lana necesaria para los asientos de sus vehculos,este personaje buscaba que cada costo que pueda eliminarse sea suprimido de manera que sus productos sean los ms baratos del mercado logrando competir en precio con el resto de las firmas automotrices pero sin resignar ganancias. Otra manera de reinvertir en la misma empresa es mediante innovacin tecnolgica, la cual tambin lograr disminuir los costos haciendo a la firma ms competitiva en el mercado, elevando de nuevo su nivel de ganancias lo cual significa un nuevo ahorro que se traducir, otra vez, en inversin para volver a elevar la productividad; adems los consumidores al pagar menos por el producto quedarn con un resto de dinero disponible elevando as su capacidad de compra, como as tambin su salario real.

    La preocupacin que nace ahora en la sociedad es el desempleo que creara la tecnologa al reemplazar a los trabajadores en algunas funciones. Al respecto es necesario aclarar lo que ocurrir. Sin ir ms lejos, algunos empleos se crearon para la construccin de la nueva m-quina, la cual a su vez requiri de materiales para ser elaborada y, en este sentido, podra-mos retroceder de manera tal que veremos cmo se ve beneficiado hasta el minero encarga-do de la extraccin del hierro necesario para la elaboracin de aquella. Luego, hay que tener en cuenta que debido al ahorro que el dueo de la fbrica obtiene gracias a la mquina, ahora este se encuentra con nuevo capital disponible para incursionar en nuevas industrias, y, evidentemente, un nuevo emprendimiento se traduce en nuevos empleos. Adems no hay que olvidar, por ms que suene repetitivo, que la disminucin de los costos de fabricacin disminuye el precio del producto final tambin, por lo cual ahora los consumidores tienen un mayor capital disponible para nuevos gastos de consumo, lo cual elevar la demanda de pro-ductos secundarios haciendo que otra rama de la industria se expanda, y para ello necesitar nuevos empleados; sin contar adems que esta reduccin de costos hace crecer el salario de los trabajadores en trminos reales puesto que con el mismo sueldo obtienen ahora ms productos.

    Como vemos, la historia muestra que la mayor productividad, como se dijo, baja el precio del artculo, lo que incrementar la demanda del mismo puesto que es ahora accesible para per-sonas que antes no podan disfrutarlo, por lo cual, esta misma industria crece de manera tal que incrementar su nmero de empleados en comparacin al momento en el que las m-quinas no estaban presentes en la elaboracin del producto. Como ejemplo de estoHenry Hazlittutilizaba el caso de la industria automotriz en EE.UU., en donde a pesar de usar cada vez ms avanzadas tecnologas para mayor nmero de tareas, debido a lo antes sealado, en 1910 el sector ocupaba a 140.000 personas, nmero que se triplic llegado el ao 1940.

    En resumen, se puede decir que en la economa existe una suerte de crculo virtuoso que logra que a medida que uno gana, la sociedad progrese.

  • Recuperacin de escuelas de oficios.

    Actualmente, la provincia de Crdoba, y particularmente en la Ciudad de Ro Cuarto, denotan de forma explcita una decadencia educativa que acompaa el proceso nacional en cuanto a la baja calidad. Se considera que la educacin es la principal arma que posee una sociedad para lograr la igualdad social, la dignidad humana y la libertad, tan predicada por muchos pero poco desarrollada.

    Para explicarlo mejor, es necesaria una descripcin del contexto mundial. Hay que tener en cuenta que vivimos en el siglo XXI. Esto significa estar a la altura de las circunstancias para te-ner competitividad en comparacin con otros pases de la regin y el mundo. Pero la compe-titividad no se logra por ningn otro medio que no sea la educacin. Es que estederecho tan importante significa no solo formacin como personas sino una formacin material, objetiva y sustancial que permite a los educandos cumplir funciones cada vez ms relevantes en la sociedad y tambin disponer de ms oportunidades en este mundo tan desarrollado. La edu-cacin, entonces, implica conocimientos y aptitudes que adems de dignificar a las personas les permiten realizar un relevante aporte socio-econmico.

    Ahora bien, la pregunta es: despus de terminada la secundaria, cules son las posibilidades para el sujeto? Hoy en da, son solamente dos, y muy opuestas de hecho. Una de ellas es con-tinuar los estudios en el mbito universitario, que suele ser costoso, y, a veces, por diversas circunstancias, imposible. La segunda opcin es la de insertarse en el mundo laboral. En este ltimo caso, cabe hacerse esta pregunta: trabajar en qu? A esto es precisamente a lo que quiero apuntar. En Ro Cuarto, han desaparecido las instituciones educativas en oficios (lla-madas escuelas de oficio). Hace veinte aos, cuando stas funcionaban, la persona al salir del secundario tena las dos posibilidades ya nombradas, pero con la diferencia de que ya dispona de un conocimiento basto y acabado sobre un oficio. Es decir, si optaba por traba-jar ya era considerado mano de obra calificada para ejercer una determinada actividad (por ejemplo: tornero, gasista, electricista, etc.). Esto le permita ejercer una actividad con ms fundamentos y con la posibilidad de hacer ms previsible su destino laboral.

    Ro Cuarto es, en s, una localidad bastante particular. La industria en esta ciudad, a pesar de la cercana a la Ruta del Mercosur, est realmente poco desarrollada. Adems, por nuestra ubicacin geogrfica, la nica actividad que da movimiento al resto de las actividades econ-micas (comercio, construccin, etc.), es la agropecuaria.

    Manuel Betorz

    Estudiante de Abogaca. Convencido de que la poltica es lamejor herramienta para solucionarle la vida a los vecinos.

    Trabajo para un Ro Cuarto mejor.

    @ManuBetorz

  • La dependencia estricta respecta de sta, genera que la suba y baja de commodities agrope-cuarios repercuta directamente en la ciudad. Esto hace que la economa tenga poca previsi-bilidad, grandes oscilaciones, y poco trabajo genuino. Es decir que a la escasa oferta de mano de obra calificada, se le suma una escasa actividad industrial que, sin embargo, podra ser potenciada.

    Actualmente, el nivel de desempleo en la localidad, alcanza el 8,3% segn fuentes oficiales, lo que convierte a esta ciudad, en una preocupacin para todos los dirigentes polticos locales. Basta ver el siguiente grfico:

    Con lo dicho ya se puede dar cuenta del dinamismo que posee la situacin laboral en nuestra localidad, que responde a la dependencia y ligamen exclusivo con la actividad agropecuaria tratada ut supra, y el escaso desarrollo industrial local.

    Ante esta situacin, la educacin en oficios genera una oportunidad para que los riocuarten-ses tengan mayor estabilidad y previsibilidad. Si se suma la falta de conocimientos tcnicos al poco dinamismo econmico local de la zona, las oportunidades, que de por s son pocas, seran casi nulas.

    No es que nunca hayan funcionado estas instituciones educativas en la ciudad. De hecho, hace 20 aos lo hacan y muy bien en escuelas de jurisdiccin provincial. Actualmente siguen marcha pero con una precariedad extrema, sin materiales y, sobre todo, sin voluntad poltica de desarrollarlas.

    Hay posibilidades de retomar este modo educacional? Creo que las condiciones son suficien-tes como para, al menos, intentarlo. Hoy en da, Ro Cuarto y gran parte de la regin requie-ren mano de obra calificada ya que la oferta de tcnicos es realmente escasa. Un ejemplo clarificador de esto es en la localidad de Coronel Moldes, donde queda tan solo un tornero y se encuentra ante una demanda insaciable e interminable. De esto surge una pregunta esen-cial: por qu ante tanta demanda no se han puesto en marcha nuevamente estas escuelas? La respuesta es sencilla: porque el Estado est totalmente ausente, situacin que hay que cambiar y revertir.

    En primer lugar, se necesita dialogar con el Ministerio de Educacin de la Provincia, para que por medio de los representantes legales de las instituciones en la que anteriormente estas escuelas funcionaban se pueda recuperar, al menos, la intencin de revitalizar esta herra-mienta por dems necesaria.

    En segundo lugar, habra que realizar un anlisis serio de los costos y gastos que significara llevar este proceso.

  • En tercer lugar, luego de establecido el dilogo con los Representantes Legales de dichas instituciones, se debera citarlos a un debate abierto junto al Consejo Econmico y Social de Ro Cuarto, que, entre otras entidades, incluye Centro Empresario Comercial Industrial y de Servicios de la ciudad.

    En cuarto lugar, habra que explotar la necesidad que tienen los industriales de mano de obra calificada, intentando que sean ellos quienes financien los costos que el proyecto requiera en trminos, por ejemplo, de aporte de materiales. Esto ira de la mano con el financiamiento conjunto por parte del Gobierno dela Nacin, de la Provincia y de la Ciudad.

    En quinto lugar, y no por ello menos importante, se deberan identificar las necesidades de la demanda y saber elegir cursos novedosos y con salida laboral. Si bien, los clsicos conoci-dos no pueden ser dejados de lado (tornero, gasista, electricista, etc.) debemos acompaar el desarrollo de la sociedad en innovar en cuanto a la oferta. Un ejemplo sera mecnica de motos, teniendo en cuenta el boom de la venta de estos medios de transporte.

    Lo que se debe entender sobre este tema es que las erogaciones monetarias en Educacin no son gastos innecesarios o superfluos sino una verdadera inversin. Est ms que estu-diado que cada $1 que aporta el estado para la educacin de una persona esta devuelve a la sociedad $4. Es decir, la educacin no slo ayuda a dignificar y dar oportunidades a los vecinos sino que adems genera rdito a futuro para el pas y la regin. Adems, al nutrir al comercio e industria de mano de obra calificada, optimizaramos las producciones, generan-do un incremento en el PBI y el PBI per cpita.

    Normalmente el esfuerzo se concentra en proyectos y soluciones complejas, pero a veces, la respuesta es tan simple como lograr dilogo entre los distintos sectores de la sociedad. Solo se necesita de voluntad poltica.

  • Gestionar polticas pblicas, desde la comunicacin

    La poltica es conflicto, eso no es novedad. En el terreno diario de la discursividad poltica es posible hallar marcas que dejan traslucir la construccin que el enunciador(o emisor, si se quiere) hace del destinatario, a partir de tres intentos: el de reforzar la adhesin del sujeto partidario, el de sumar y convencer a neutrales y el de polemizar con la oposicin. Uno de los exponentes de esta idea fue el destacado socilogo argentino Eliseo Vern. Para l, en el discurso poltico se construyen tres destinatarios.

    Con uno de esos destinatarios construidos el emisor poltico entabla una polmica, tenien-do en cuenta que existe una inversin de la creencia, polariza; esta idea tiene que ver con la construccin del enemigo poltico. S, en su naturaleza reside la lucha, la puja, la diferencia. En ese momento se construye al enemigo poltico. Dejaremos el anlisis de los otros dos destinatarios para otra ocasin.

    Retomando la cuestin del conflicto, es fundamental para el sostenimiento y fortalecimiento del sistema democrtico entender que la discusin poltica no debe pasar por sealar con un dedo acusador a ese contendiente poltico, sino por entender que slo mediante el dilogo se puede llenar el espacio vaco de la grieta que generan las diferencias.

    Dialogar implica, previamente, aceptar y entender que hay un otro que tiene derecho a pen-sar distinto. Un otro que habla, discute, fija posicin y a quien es necesario escuchar. Cunto de real intercambio puede haber cuando dos dirigentes polticos no estn dispues-tos a escucharse?

    Comunicacin para la gestinPara pensar en polticas pblicas destinadas a la juventud y que den mayores oportunidades y acceso a la salud, educacin, vivienda, trabajo y bienestar integral, es necesario bus-car acuerdos y generar consensos. La primera herramienta para lograrlo es la escucha. En ese ejercicio puede haber una importante superacin. Pero quienes entienden a la pol-tica desde el sectarismo y no estn dispuestos a aceptar al otro quedarn en el lugar del conflicto permanente y en el enfrentamiento desmedido.

    En cambio, quienes entiendan que las polticas pblicas para jvenes se fortalecen en el di-logo y en el ejercicio de escucha permanente podrn construir de manera colectiva e integral un programa que d respuesta a las necesidades de los jvenes.

    Leandro Sallaberry

    Titular de Juventud Partidaria.Soador y hacedor full time.

    Apasionado por la comunicacin poltica, el trabajo en equipo y la construccin colectiva.

    @lsallaberry

  • Mi trabajo constante con las juventudes polticas de Crdoba, a travs del medio digital Ju-ventud Partidaria, me dio una mirada ms amplia y me permiti verificar que en cada agrupacin juvenil hay buenas ideas. Por ello, volviendo a los primeros conceptos es-bozados, puede ser til entender a la poltica como un intercambio desde la apertura y la aceptacin mutua. Por lo que, para generar una poltica pblica acorde a la juventud de hoy, es precondicin un ejercicio de escucha permanente. De hecho, si el nivel muni-cipal a travs de la Subdireccin de Niez, Adolescencia y Desarrollo Integral Juvenil el nivel provincial a travs de la Agencia Crdoba Joven y la Direccin Nacional de Juventud trabajan coordinadamente, se puede empezar a pensar en polticas pblicas como res-puesta a los problemas de esta franja etaria.

    Das pasados, un informe reciente del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Crdoba revel que aumentaron notablemente los crmenes entre jvenes. El estudio indica que cada 100.000 jvenes hay catorce homicidios. Si ese nmero se convierte en una preocupacin comn de los distintos rganos de juventud, ser posible empezar a reemplazar las po-lticas paliativas por verdaderas respuestas y acciones polticas preventivas. Alejandra Monteoliva, titular de ese organismo, seal: Nuestra poblacin en mayor condicin de vulnerabilidad son los jvenes.

  • Algunas consideraciones desde la comunicacinLa comunicacin cruza todo mbito poltico: No hay poltica sin comunicacin. Pero no estamos en el imperio de la comunicacin. Es slo la poltica junto a la comunicacin. Es la polti-ca con comunicacin, sostiene el politlogo Mario Riorda. Para la planificacin de polti-cas pblicas es necesario implementar prcticas de comunicacin horizontal y vertical.

    Como primer elemento, tambin desde la comunicacin, sera til implementar un obser-vatorio del joven. Antes de planificar polticas pblicas, es necesario indagar y conocer la realidad de esta franja etaria. El observatorio puede aportar elementos para conformar diagnsticos desde las realidades locales, en escala provincial y nacional. Antes se men-cionaba que el punto de partida es observar y conocer, prcticas que se desarrollan desde la comunicacin.

    Implementar un observatorio del joven en articulacin con las direcciones, subdireccio-nes y secretaras de la juventud de manera integral y planificada en todos los niveles , supera-ra el desarrollo de polticas sectoriales. Por otra parte, adems de los diagnsticos, el obser-vatorio debera monitorear las polticas para desarrollar una evaluacin continua durante su implementacin.

    En este artculo se propone que la actividad del observatorio est acompaada por los me-dios de comunicacin tradicionales radio, prensa y televisin y por los nuevos medios con el cruce de las TICs Tecnologa de la Informacin y la Comunicacin .

    Lo que sigueAlcanza con implementar un voto joven? Se ataca de raz un problema desde lo electoral? La respuesta, seguramente, es no. Es posible que estemos de acuerdo con que am-pliar derechos de participacin ciudadana a travs del voto es importante, pero no sufi-ciente, porque no se ataca desde lo electoral un problema. Se ataca desde la comunicacin, desde el entendimiento, desde la integralidad de la discusin. No se ataca desde el botn del poder, ni desde un escritorio. Se ataca estando cerca de los problemas, conviviendo con ellos, diagnosticando, proponiendo, discutiendo, integrando e impulsando. La poltica pblica comienza en el aprender a observar y la comunicacin puede ser ese soporte que supere la instancia de conflicto por el conflicto mismo y de grieta infrtil.

  • El estado, Enemigo o aliado necesario?

    S analizamos la estructura econmica de un pas encontraremos una gran diversidad de sectores y actividades. Algunos son ms dinmicos que otros y tienen mejores ventajas com-parativas o diferentes niveles de rentabilidad, pero todas las economas tienen un denomina-dor en comn sin importar el grado de desarrollo: las PyMEs como generadoras de riqueza, crecimiento econmico y desarrollo social en las comunidades de todo el mundo.

    En Alemania generan el 66% del empleo y el 35% del PBI, en Italia el 49% y 41% respectiva-mente, y en EEUU el 54% y 48%. En nuestro pas, segn el Ministerio de Industria las peque-as y medianas empresas cumplen un rol central en la economa: conforman el 99% de la estructura empresarial y generan ms del 40% del producto adems de ser generadoras de, aproximadamente, el 60%del empleo de la poblacin econmicamente activa.

    Fuente: Elaboracin Propia en base a FMI y Ministerio de Industria de la Nacin

    La Asociacin Argentina para el Desarrollo de la Pequea y Mediana Empresa afirma que hay un pequeo porcentaje de emprendimientos que logran sobrevivir y solo el 7% logra pasar los primeros dos aos de vida.

    La mayora de estas empresas no llega a mantenerse por ms de diez aos en el mercado teniendo que discontinuar sus actividades. Uno de los sectores que ms mostr esta realidad fue el supermercadista, que durante los aos 1980 a 2000 tuvo un desarrollo significativo a partir de fortalecerse como PyMEs familiares, pero terminaron absorbidas por grandes cadenas internacionales como Walmart, Carrefour, etc, desaparecien-do masivamente.

    Julieta Cayre

    Lic en Administracin de la UCC y en NegocioInternacionalespor GSC Montpellier Business School.

    Fantica de la dinmica del mundo emprendedor. Lo que le da sentido a todo: aprender y ensear.

    @CayreJulieta

    Alemania EEUU Italia Argentina

    PBIEmpleo Participacin del sector PyME (en %)

  • La razn por la que encontrarnos esta tasa tan alta de fracasos se debe, por un lado a facto-res de gestin interna de las empresas, y por otro lado a causas relacionadas con el entorno econmico, poltico y social que son exgenas a las mismas. Ejemplo de esto son la escasez de fuentes de financiacin con costos y regulaciones accesibles, las altas tasas impositivas y la escasez de programas de ayuda a las PyMEs, entre otros.

    En este sentido, el gran problema de las PyMEs est ligado al contexto en el que operan, ya que uno de los factores ms negativos son la presin tributaria que se les aplica, y la falta de legislacin vigente. Si bien existe la ley PyME (Ley N 24.467 del ao 1995), sta ha sido desvir-tuada en su aplicacin por el marco inflacionario y su falta de integracin al resto de la estructura impositiva. En ella se contempla como principal aplicacin actual una reduccin en las contribuciones patronales del 4% para las PyMEs, pero no es claro el marco de su aplica-cin a los dems gravmenes, como por ejemplo el Impuesto a la Ganancia Mnima Presunta (Ley N 25.063) y la falta de actualizacin de importes fijos contemplados en las exenciones. Esto implica que cualquier pequeo empresario deba pagar este impuesto como consecuen-cia de la falta de actualizacin legislativa al contexto inflacionario actual.

    Otro ejemplo es el caso del Impuesto a las Ganancias (Ley N 20.618), que al identificar la corporacin por el tipo societario genera una alcuota nica del 35% independientemente del nivel de ingresos. Agravado por el hecho de que la legislacin actual no permite el ajuste por inflacin de los resultados del balance contable y la actualizacin de cotas de la tabla de al-cuotas del art. 90 para personas fsicas de la ley in situ, que desvirta totalmente el importe del impuesto determinado.

    Otra situacin no contemplada en el marco tributario son los regmenes de retencin, per-cepcin y recaudacin, tanto a ndole nacional como provincial y municipal, cuyos importes de operaciones para ser sujetos pasibles no se han visto modificados, generando as, un perjuicio financiero importante para las PyMEs. En relacin a esto ltimo, no podemos dejar de lado algunas complicaciones que desde las administraciones tributarias afectan las finan-zas de las Pequeas y Medianas Empresas debido al constante aumento de requerimientos de informacin y sistemas de control, que son ejercidos a la totalidad de los contribuyentes y terminan traducindose en una gran complejidad operativa y en un mayor costo administra-tivo para desarrollar econmicamente los negocios.

    Estamos bajo una clara problemtica que debera ser solucionada con un sistema impositivo acorde a los objetivos y caractersticas especficas de las PyMEs, un sistema que las considere como unidad de anlisis independiente. Si creemos que la poltica fiscal es central para sos-tener el desarrollo PyME en nuestro pas, deberamos debatir lo que sucede con la intencin desmedida de utilizar criterios equitativos, porque claramente genera deficiencias en su pro-pia aplicacin y expone a las PyMEs a un sistema fiscal regresivo.

  • Por una parte, las reflexiones llevadas a cabo por el tributarista Guillermo Prez en la sex-ta edicin anual de IDEA Pyme indican que el factor impositivo insume ms del 150% de la rentabilidad de las mismas, por lo que deja entrever que las polticas fiscales de la dcada ganada fueron nicamente pensadas para incrementar la recaudacin, llegando hoy en da a tener la presin fiscal ms alta de la historia Argentina, que creci hasta un 40% en los lti-mos doce aos. Un estudio realizado por la OECD, Revenue Statistics in Latin America 2014, revela que en los ratios de recaudacin tributaria sobre el PBI en 18 pases de Latinoamrica y el Caribe, Argentina lidera la regin llegando a 40 puntos porcentuales, seguido por Brasil con 36 puntos.

    Es amplia la gama de deficiencias que podran sumarse a las expuestas en este artculo, sin embargo queda en evidencia la necesidad de un sistema normativo coordinado que contem-ple como fundamentales a estos actores en la economa del pas. Deberamos pensar en el progreso de la nacin y dejar de lado el pensamiento cortoplacista basado en la recaudacin sin planeamiento estratgico, y para ello es imprescindible actuar con polticas fiscales que apoyen y ayuden a facilitar la subsistencia y desarrollo de las PyMEs a travs de una reforma econmica integral.

    Citando a Rita Ramalho, directora del programa Doing Business

    Los gobiernos de todo el mundo estn conscientes de que el sector privado es un importante mo-tor de desarrollo y creacin de empleo. Y se dan cuenta de que es importante contar con regulacio-nes adecuadas que permitan el desarrollo del sector privado.

    Creemos que s Argentina adhiriese a este pensamiento creando polticas pblicas con un marco necesario para la prosperidad y el crecimiento de las PyMES, demostrara que el Esta-do no es enemigo del sector privado sino un aliado necesario. Es hora de aprovechar que el emprendedorismo argentino cuenta con empresarios bien formados y activos para potenciar desde este sector un crecimiento sostenido y aportar a la estabilidad econmica nacional.

    OECD/IDB/ECLAC(2014),Revenue Statistics in Latin America 2014, OECD Publishing, Paris. El programa Doing Business es un proyecto del Grupo del Banco Mundial queproporciona una medicin obje-tiva de las normas que regulan la actividad empresarial y su aplicacin en 189 economas y ciudades selecciona-das en el mbito subnacional y regional. http://espanol.doingbusiness.org/

  • Francisco Losano

    Estudiante de Administracin de empresas. Emprendedor. Apasionado por el campo y comprometido con el futuro de mi pas.

    Hincha de Boca

    @franlosano

    Emprendedorismo: perspectiva para el futuro?

    En nuestro pas, la creacin de nuevas empresas se ha convertido en un elemento que dina-miza la actividad productiva en toda la economa. El apoyo a los emprendedores en el proce-so de formacin y consolidacin de sus proyectos debera ser uno de los ejes fundamentales de las polticas estatales debido al impacto que estas organizaciones generan en el crecimien-to econmico.Situar la dimensin del emprendedorismo en el contexto posterior a la crisis del 2001 en Argentinagenera una mirada certera de cmo la recesin y la inestabilidad econmica vivida mostr la necesidad de impulsar polticas pblicas que mejoraran oportunidades sociales y laborales.Bajo este contexto, las actividades emprendedoras pusieron a prueba nuevamente sus capa-cidades de innovacin al asumir altos riesgos en medio de los cambios significativos que se producan en la sociedad. Entre otras cosas, emergan nuevos modelos de familia, se incorpo-raba por completo la mujer en el mundo laboral, creca de manera muy fuerte el desempleo y empezaba a aparecer una mayor conciencia por la economa social. Todos estos aspectos, si bien abrieron un abanico de nuevos problemas y necesidades permitieron, a la vez, nuevas oportunidades.

  • En este sentido, podemos decir que el emprendedorismo no slo creci en este perodo sino que incorpor muchos nuevos valores ms all de las ideas de iniciativa, responsabilidad y autonoma. En medio de una situacin social, poltica y econmica comprometida el empren-dedorismo sirvi como un compromiso tcito para generar nuevos modelos de actividad y satisfacer necesidades de colectivos desatendidos por las instituciones sociales y econmicas convencionales. En la Argentina de la crisis, el emprendedorismo fue un gran garante de co-hesin social, independencia econmica, proactividad y solidaridad.

    Hoy, aquel fenmeno de comienzos del ao 2000 sigue vigente, aunque ya ha cambiado mu-cho. Se impulsa y desarrolla en nuevos mbitos de trabajo tales como el medio ambiente, el desarrollo del territorio, la cooperacin econmica y los emprendimientos culturales, hacien-do participar a cada vez ms nuevos agentes. Actualmente existencooperativas, fundaciones y, entre otros ejemplos, empresas de insercin que interrelacionan sus experiencias para hacer frente a la crisis financiera internacional, a la recesin local y a las transformaciones sociales cotidianas que generan especial incertidumbre en el marco de nuestra regin.

    Consideramos entoncesque el debate respecto de la importancia y visibilidad de la cultura emprendedora debe instalarse en relacin a lo que Sergio de Prieto denomina como demo-cracia constreida :una democracia que muchas veces se encuentra limitada para penetrar debidamente en las esferas sociales, un sistema poltico que si bien funciona no logra gene-rar herramientas nuevas que satisfagan las inagotables demandas de la sociedad civil.

    Qu intentamos poner de manifiesto con esto? Por un lado, que el pas ha presentado esce-narios poco favorables respecto a la actividad de los emprendedores debido, en gran parte,al limitado acceso a la financiacin estatal. Por otro lado, muy poca atencin por parte del Gobierno hacia el esfuerzo y reputacin de los emprendedores a nivel econmico y social, lo que desmejor visiblemente sus posibilidades de acceder a la contratacin pblica.

    Elranking Doing Business 2012 del Banco Mundial -que mide, a nivel global, qu tan difcil es para un emprendedor abrir y mantener su proyecto- ubica a la Argentina en el puesto 124, muy inferior al de varios pases de nuestra regin. No slo el mundo est cambiando sino que tambin lo estn haciendo nuestros vecinos, lo que impone la necesidad de que empe-cemos a pensar cmo hacer para fomentar el emprendedorismo en nuestro pas. En este sentido, es interesante pensar, por ejemplo, en la simplificacin de los procedimientos y la agilizacin de los procesos de conformacin de empresas y sociedades, de la mano de un tratamiento fiscal que incentive y no aleje al posible emprendedor.

  • En los ltimos aos, el inters por estudiar el emprendedorismo como factor del desarrollo econmico ha aumentado en todo el mundo, teniendo en cuenta que su desarrollo es deter-minante para el desenvolvimiento de los pases y, en especial, para aquellos que han sufrido drsticos golpes en su crecimiento. Vemos que crece en el mundo la conviccin de que el em-prendedorismo puede ser una herramienta poderosa para combatir la pobreza y reducir la desigualdad social, tal y comomuestra el informe Global Entrepreneurship Monitor 2014 Glo-bal Report(GEM) .Los impulsos emprendedores aparecen como un punto clave para lograr desarrollo econmico y nuevos puestos de trabajo en economas rezagadas. En este aspecto, se vuelve fundamental generar recursos, distribuirlos, promover las conductas econmicas beneficiosas y fomentar polticas pblicas y ambientes propicios para el desarrollo de estas actividades.

    En este punto es importante hacer referencia al caso de la Ciudad de Buenos Aires que aproximadamente desde el ao 2008 trabaja en iniciativas innovadoras, orientadas a po-tenciar procesos de creacin y puesta en accin de emprendimientos, intentandosituar a la Ciudad como un espacio serio para el desarrollo de diversos nuevos negocios. A partir de estas polticas pblicas el Gobierno de la Ciudad ha creado cerca de 10 mil empleos nuevos a travs de emprendimientos que reciben asistencia y colaboracin mediante diferentes pro-gramas de capacitacin y financiamiento.Por ejemplo, el apoyo de la Ciudad de Buenos Aires al trabajo de incubacin de emprendimientos desde laAceleradora BA Emprende y mediante el programa de Capital Semilla de la Ciudad logra establecer un trabajo en conjunto con em-prendedores locales de alto impacto brindando desde espacios de trabajo y soporte tecnol-gico hasta capacitacin de procesos y servicios de apoyo.

    Y tambin hay que destacar un nuevo campo, muy importante, que se abre a partir de estas iniciativas: el emprendedorismo centrado en la relacin de la innovacin con la educacin, que al poner el eje en la sensibilidad empresarial apunta a intentar identificar las oportuni-dades empresariales en etapas educativas preuniversitarias. Dicho de otro modo, el futuro tiene polticas pblicas que en sus agendas tienen a la educacin como eje central para la capacitacin y formacin de emprendedores, tanto en la universidad pblica como en la uni-versidad privada.

    A dnde tenemos que apuntar, como pas, en el futuro? El proceso de creacin de empresas es un fenmeno ciertamente complejo en nuestro pas, pues vincula factores sociales, cultu-rales y econmicos cuya relacin no siempre es clara. Pero el aporte del emprendedorismo al crecimiento econmico, al desarrollo de puestos de trabajo y a la complementacin y diver-sificacin de las cadenas de valor es innegable. Y, adems de ello, tambin es fundamental lo que el emprendedorismo significa en trminos de valores y aporte a la cohesin social y lo que realiza da a da por el recambio generacional del empresariado en Argentina. Situar en la agenda de polticas pblicas al emprendedorismo es abrir un canal de comunicacin entre la ciudadana, el desarrollo de su actividad econmica y el Estado, valorando no slo la actitud, motivacin y capacitacin emprendedora sino tambinel contexto poltico econmico regional y global donde vivimos.

    Debemos apostar a reconocer el valor positivo del emprendedorismo ya desde las instancias educativas, apuntando a poner en movimiento estos intereses emprendedores en porciones cada vez ms grandes de la sociedad. El Estado tiene que permitir y ayudar a que las ideas se conviertan en acciones y que, desde un punto de vista econmico, se construyan cada vez ms cadenas de valor en las que se pueda construir el desarrollo personal y comunitario. Entender estos fenmenos y saber acompaarlos y asistirlos desde el sector pblico es parte del cambio que necesitamos para poder continuar con la necesaria construccin de nuestro pas.

  • Las polticas pblicas reflejan no slo los valores ms impor-

    tantes de una sociedad, sino que tambin el conflicto entre valores. Las polticas dejan de

    manifiesto a cul de los muchos diferentes valores, se le asigna

    la ms alta prioridad en una de-terminada decisin

    Kraft y Furlong, 2006