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    PonenciaEze uiel Martnez Estrada:la interpretacin y la institucin deventido de la sociedad argentina

    Liliana WeinbergUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    Ensayo y cien cias sociales:problem a d e l mites

    Si en un principio la crtica plante la cues-rin del ensayo como un problema de lmiteszntre la literatura y la filosofa, la prosa y laloesa, la imagen y el concepto, hacia 19642x10s R eal d e Aza intuy con enorme talen-: que ya para su poc a se haba comenzad o a;lantear una nueva cuestin de lmites entreLreratura y ciencias sociales.1 Y aunque mu-:has ignoraron u olvidaron las observaciones221 intelectual uruguayo, pienso qu e es en ese2orizonte donde se inscribir buena parte de

    i conriicto empieza en esas zonas que el ensayo to-xba tradicionaly confiadamente -y hasta eran sus temas-edilectos- materias que hoy se sistematizan en cienciasr:rlturales, histricas, humanas: antropologa cultural,:sicologa (ciertas direcciones), sociologfa, poltica y:uchas otras. Esos saberes que se vertan con toda natu-ilidad, sin inhibiciones por la va de la ensaystica a me-ida que devienen conocimiento acumulativo y sociali-rdo haran (hacen) ms sospechoso de improvisacin, de~ enteo, l que por la via de la ensaystica se siga expi-izndo. Registro el hecho y no la justicia de la sospecha,'ntra la que podra replicarse que casi todas las hipte-que aquellas ciencias... tratan de confirmar es de la7saystica que salen y de la penetracin de unos autores-:e no se sienten muy tentados por la impersonalidad,,>r a frecuente mediocridad del trabajo en equipo ,ir los Real de Aza, "Un gnero ilimitado?" y "Un g6-:?o limitable", en Ar~ologadel ensayo uruguayo con-:-qorcneo, Montevideo, Universidad de la Repblica,

    : -partamento de Publicaciones, 1964, pp. 22-23.

    los debates d e nuestro encu entro. El discursodel ensayo y el de las ciencias sociales tienepor objeto el mundo social, pero frecuente-mente, cuando se examina al ensayo desde laperspectiva d e estas ltimas, se considera q uesus hallazgos son dbiles epistemolg icamen-te debido a que se apoya en afirmaciones nogeneralizables ni emprica o con ceptualmen teverificables.2 Sin em bargo, el ensayo de inter- 1pretacin ha sido muy produ ctivo al iluminarciertas zonas fundamentales de la sociedad y iexaminarla siempre desde una perspectivaque no busca ampararse en una posicin de 'objetividad sino, muy por el contrario, irger- :pretar la institucin de sentido de una socie- :dad3 desde su interior al mismo tiempo que- -partir para sus indagaciones de la propia si-tuacin, de la propia experiencia del autor, ymuy particularmente del pleno uso del len- ..-guaje com o iluminador d e sentido.h En su prlogo a Casa-grande Senzala

    Darcy R ibeiro celebra, en un tono a la vez ri-sueo y de reproche, el festival d e estilo deFreyre, cuya prosa, si bien supera por su be-

    Para una discusin reciente sobre este tema vase Ma-rio Bunge, Las ciencias sociales en discusin: umperspectiva filos6fica, trad. de Horacio Pons, Bueno:Aires, Sudamericana, 1999.Vase Cornelius C?storiadis,L'institution imaginaircde la socit, Pars, Editions du Seuil, 1975.Prismas Revista de historia intelectual, N 5 2001 , pp. 259-281

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    lleza artstica la chatura de la monografacientfica, obliga al lector a estar permanente-mente a la defensiva, en guardia, para evitarcualquier tentacin de hiprbole, generaliza-cin, salto en el vaco ideolgico.4 Tambin a

    1 Martnez Estrada se le han reprochado a la, vez qu e alabado su s "esplndidas am arguras"de escritor (Borges) y la indefinicin de untexto qu e rene literatura y sociologa (CanalFeijo, Lu is Emilio Soto). En su prlogo a laRadiografin, Grego rio Weinberg recupera, enun trmino que me parece afortunado. las"mostraciones" (que no necesariam ente .'de-mostraciones") de Martnez Estrada. en untexto siempre considerado atractivo por subelleza y extemporaneidad.5 En aos recien-tes se han vuelto a manifestar las opinionesen fav or del valo r estrictamente Iiierario o delvalor diagnstico de la vida x g e ~ r i n a e Ra-diogr afia de la pampa.6 El prcnio "enia o deinterpretacin", form a diccul-i: z c121e en ladefinicin del ensay o lat;ncz-r,er;cano. qu e

    4 Darcy Ribei ro. "Pr. ,-_cc.' C-i: xriFrzyre, Casa-grande s e n : ~ ~ .a d . L2 R?

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    sino el proceso mismo de juzgar.7 ELen: :::o se introduce en el mundo de los.valores,,_i... . :.- ?arte, comodice Adorno, de la ilusin de--stehcia de~protodatos datos primeros nia posibilidad de un mundo objetivo natu-

    nente dado que pudiera pensarse como ;-vio a toda reflexin y garante de ella.8 El

    i-;ayo es, afirmo, interpretacin, y por ende2 zncuentra sumergido siempre en el mundoIos valores y de la historia. El lenguaje,S instituciones, los valores son, en todo ca-y la materia prima del ensayista, aunque

    .-.a materia prima singular porque para l- ? hay en rigor un tal objeto que est puesto::te un sujeto pensante: sujeto y objeto, el5:sayista y el mundo interpretado, pertene-: tn al mismo horizonte, y de all la compleja130, del autor, que consiste en reabrir el tra-:zjo interpretativo y aplicarlo a una realidadz interpretada, as como hacerlo desde su si-

    iacin, su mundo de experiencia.Y el propio-?corte que el ensayista lleve a cabo estar da-

    ? por, y a su vez remitir a, su posicin en el:.mpo, de tal modo que toda representacin:?unta al problema de la representatividad del-.undo representado. I ejemplo ms eviden-2 de ello es el uso de la lengua, que pensado-

    -S como Toms Segovia consideran la insti-xcin social por excelencia,g la institucin de:stituciones, y que todo ensayista comparter 3n los representantes del universo por l in-ytrpretado. No se debe olvidar que la gran he-~amienta ue emplea el ensayista para ingre-izr en el lenguaje no es otra que ese mismo'tnguaje. Es tambin frecuente que el autor

    - Georg Lukcs, "Sobre la esencia y forma del ensayo": 1 l), en El alma y las formas Barcelona, Grijalbo,375 pp. 15-39.Para este tema vase el texto fundamental de Theodo r. . Adorno, "El ensayo co mo form a. Carta a Leo Pop-xr" , en Notas d e literatura (1958), Barcelona, Taurus,962, pp. 1-36.- VCase, por ejemplo, el ms reciente libro de ensayosi Tomiis Sego via, Resistencia; ensayos y notas 19971700 M xico, E diciones Sin N o m b r e / u ~ ~ ~ ,000.

    repiense los significados sociales, culturales,de trminos que son los de su propio horizon-te, y que los restituya al momento del uso.10

    Importa, entonces, la mostracin pre-via a la demostracin , el sealar previo alpredicar (Segovia), en cuanto este pre-decir,

    este anticipar, nos conduce al tipo de recorteque todo ensayista, en cuanto intrprete, Ileva-r a cabo; importa adems ese doble sistemade referencia por el cual el ensayo remite almundo interpretado a la vez que a la perspec-tiva del intrprete. As, para el caso que nosocupa, importa particularmente el tipo demuestreo que lleva a cabo el ensayista, a

    partir de su intuicin de la tipicidad o repre-sentatividad de los distintos temas planteadospara la interpretacin. Ejemplo prodigioso deello es la observacin fenomenolgica queMartnez Estrada aplica a los distintos tipossociales, aquellos que han recibido un nombre(y en muchos casos un nombre nuevo, pecu-liar de la cultura argentina). De algn modo, laexistencia de un nombre es garanta de la for-macin social de un tipo y, de manera inversa,la tipicidad de un individuo est dada por quese lo adscribe a un grupo que tiene ya un nom-bre. Tal es el caso del tratamiento del guapo elguarango el compadre y el compadrito quelleva a cabo Martnez Estrada, como lo har in

    1 Tomemos, por ejemplo, las palabras que dedica Frey-re a la modinha en Casa-gmnde Senznla: "Cuandoms tarde apareci la modinha fue conservando todavacierta gravedad de latin de iglesia, una dulzura piadosay sentimental de sacrista azucariindole el erotismo, unmisticismo de colegio de padres disimuliindole la lasci-via ya ms africana que amerindia" (p. 161). Verdade-ro o falso? No creo que sea sa la pregunta correcta. Entodo caso, se trata de una observacin pertinente quecomprende el recuerdo de la historia popular de la rno-dinlm que el propio antroplogo aporta a su estud io co-mo participante d e esa cultura; q u porcentaje de "mis-ticismo" y cunto de "lascivia"? Lcuiinto de occidental ycunto de africano o de amerindio? Tampoco creo quesea Csa la pregunta correcta: e i v-or +_la observacinradica en la recuperacin de un espesor cu tu[a', de unsentido olvidado-: encubierto por una ptina de misticis-mo, un fondo de sexualidad oculto, secreto, slo adver-tible por el odo o por la observacin del g esto.

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    extenso respecto del gaucho en Muerte y La lectura por mucho tiempo preaomi-transfiguracin d e Martn Fierro . Tomemos el nante en tomo a la Radiografia daba un papelcaso del compadre: central a su telurismo y pesimismo, a esa ex--- . . - . - >-; raa combinacin entre las ideas de K eyser-Desde donde concluye el guapo hasta ; ing, Spengler, Simme l y Freud, q ue hara caerdonde comienza el guarango, hay la acta a Martnez Estrada en un determinismo tras-va del compadre [...]. Oscila entre el tipo n o c h a d o ,~ convertirse a su vez en un ju $z -que tiene en cuenta a la y iusto v reaccionario del ideario sarmientino.otro que reacciona en razn de esa socie- ef,&to, su insistencia en que la ..barbarie..dad, el guapo y el guarango. En su seno no ha quedado superada, sino que emerge deaparece desacomodado [...l. Ser llegado a --manera recurrente para-mostrar las grietas deldeshora [. . ] el desprecio por el prjimo y modelo civilizatorio, es otro d e los temas cen-el desdn por los valores de civilizacin, .son sus valores paladinos Emplea la trales que la crtica de la Radiografia ha recu-ganza para penetrar en la sociedad, que perado con molestia. E s posible proponer otrono le ha cerrado sus Duertas sino aue las tipo de lectura, que aqu d ~ f m d e r .tiene abiertas por el otro lado que l no ve[...l. Tambin es una forma del resenti-miento.. . (p. 122 .Martnez Estrada propone un continuum ima-ginario ocupad o por los extremos del gua-po de la campaa y el suburbio y el guaran-go de la ciudad. Interpreta as trminos queson tambin los d e su cultura y atienden a latipicidad del personaje. Entre generalidad eindividualidad, el ensayista establece la par-ticularidad y tipicidad de los asuntos trata-dos. El hecho de encontrarse entre am bos ex-tremos, el del extranjero y el extrao a losvalores de la sociedad, se refuerza con una

    En mi op inin, un ensayista- com o Mar-tnez Estrada trabaja -a dif ere nc id e lo quehace un cientfico social-, con una nociriimplcita de -ommunitas como contrapuestza la de estructura.11 ste es e l sentido ltimcde la Radiografia: lo no se ha dado en 12historia argentina -e incluso sudamericana-.y lo que es necesario s e d para q ue la Argen-tina se integre en la salud , e s la existencizde una.comunidad)-Mien tras no sea as, laArgentina seguir en la alienacin , en la desar-ticulacin: soledad, aislamiento, desencuen-tro. Las instituciones oficiales (Estadccentralizado, organismos burocrticos, fur-cionarios, magistrados, ejrcito, iglesia, S I F -asociacin incluso sonora: el desacomodo, la tema escolar) s e han superpu esto, en su 1gi-deshora, e l desprecio, el desdn , que enfatiza ca ciega y en su autoritarismo monolgico.un tipo particular de existencia independien- la vida rudimentaria de las instituciones sc-te y desajustada. Para referirse, en lenguaje ciales apenas maduras (familia, vecindatfigurado, al tipo de relacin qu e el com padre grem ios, cooperativ as). Una organizac in h.-tiene con la sociedad, apela el propio ensa- terognea y excluyente (metrpoli-colonia;.yista al smil de abrir las puertas de la socie- capita l-prov incias ; capital extranjero-traba::dad con una ganza , voz qu e l mism o de la mano de obra nacional) ha deformac-comparte con la sociedad estudiada, y que toda posibilidad de crecimiento armnicolleva ya, en la entonacin, la fuerza punzante integracin local. Por ltimo, M artnez Es trr-de la herramienta q ue usan los ladrones para da adv ierte rasgos de una terciarizacin pr2-

    violar las propiedades. Aunq ue he aqu la pa-radoja, que s e sum a al sentido figurado de lalas puertas de la estn Cf victor Turner, El proceso ritual estructura cabiertas por donde el compadre no las ve. tiestructura (1969), Madrid, Taurus, 1988.

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    matura de la Argentina, que considera contra-producentes respecto d e las posibilidades deun crec imiento real qu e l ve representado enel modelo del artesanado. Hay entonces unde$&;entre las s e u d o e s t~ c tu r a s,/. ,..*_._. . .. . . .que rigenlaso cied ad argentina y los requerimientos deu% verdadera com unidad.D e este modo, co mo respuesta al primer~ ro b le m a e lmites podemos decir, pensandoen el libro de Mario Bunge arriba citado, que2 ensayo se ubica en una zona diversa deaquella donde s e da la problemtica estudiada?or este autor. En efecto, el hecho de que el2nsavista hab le desde su situacin v su exDe-. . -. - -- ...nencia. . .. . no im plica necesariamente que su dis-. . . . . ~ . ~. ..-.- .zurso sea & dug ible .a una mera. subjetividad'algunos autores se refieren incluso a tran-subjetividad o sujetividad ).12 Es tambiniecesario recordar que el cam po literario y elzampo de las ciencias sociales tienen reglas?o siempre coincidentes y otro tanto sucede:on quienes constituyen las respectivas comu -,idades hermenuticas (para tomar un trmi-?o qu e emplea W alter Mignolo),l3 Y se debe'nfatizar que el ensayo se coloca expresa-Te nte en el mb ito del valor y de la particu-sridad, sin tener por ello pretensiones de-eutralidad o generalidad.

    cultura

    seudoestructura, en Martnez Estrada) queconcilia, aunque en tensin, ambos polos.A este respecto, el trabajo del ensayistaes admirable en su complejidad, ya que em-

    plea, para su interpretacin, tanto su propiaexperiencia como miembro de la socialidadque est interpretando como materiales di-versos provenientes de la observacin delmundo natural hecho paisaje, del orbe d e lascostum bres y los valores, del reconocim ientode instituciones raramente estudiadas por lahistoria oficial, de una exploracin del len-guaje que radica, por ejemplo, en agudas ob-servaciones implcitas sobre el campo se-mntico o e l sistema simblico subyacente, yaun de las intuiciones y mostraciones poti-cas que surgen com o enlace de su propia si-tuacin en el mund o y el sentido.El ensayista tiene ante s un mundo que .Com elius Castoriadis caracteriza com o lin-gsticame nte alumbrado o qu e Jean Duv ig-naud denom ina humanizado y socializa-do . E l horizonte ltimo d e sentido no puede [ser rebasado, aunque s, cuando menos, reco-nocido y ensanchado a travs d e la tarea in-terpretativa. Todo aquello que se presenta anosotros en el mundo sociohistrico est in-disociablemente ligado a un imaginario y aun sistema simblico relacionados a su vezcon el lenguaje y las instituciones. MartnezEstrada dedicar su tarea interpretativa a esa

    3tra gran cuestin de Imites radica -cuando realidad humanizada, para cuya exploracin-nenas en estos grandes ensayos que nos ocu- nos proporcionar los rumbos de la brju-Tan- en el m odo com o los ensayistas atien- la . Asimismo nos mostrar el secreto de-.isn a la tensin entre naturaleza y c u ~ t u ~ ~ ~uestra alienacin, que nos pone en un mun- 1.. - ~. e:ri la bsqueda de una primera articulacin do que es todo azar e imprevisibilidad, y queno es sino el resultado del desajuste entre la ;, l;-; c C:5sica, de un momento de sentido irrebasa- ,.- ~. .sociedad viva, las instituciones q ue la organi- S .-::e, dad o por el surgim iento de una m atriz zan y su historia: e ntre civilizacin y cultura, h\t:pf~rriltural caracterstica (fo rmacin , en Freyre, . .. . . - Sc om o an ota r a o s d e s p u s ~ ~ a k n e zstradaen su Anlisis funcional de la cultura 1960).

    Vtase, por ejemplo, Arturo Andr s Roig, Teora y El ensayo e s constituido y con stituyente, a Un+ ca del pensamiento latinoamericano, Mtxico, FCE, tiempO interpretacin de un mundo de senti-2 1 .

    - Waltkr Mignolo, Teora del texto e interpretacidn de e institucin de un de que:=OS,Mxico, UNAM 1986. se corresponde con el primero de un modo

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    por cierto mucho ms complejo qu e como se Estrada hace desencadenar la historia de1corresponden un mo delo y su original. Am rica con los aventureros. La dotacin deAun cuando no se niegue la preexisten- \ sentido de Amrica es ya un primer ejemplo

    cia de un m undo na tural, ste s610 se hace de alienacin: Am rica es hija de un error ypresen te al huma no cuando se lo dota de sen- fruto de la imaginacin, el sueo, el caprich o,tido. Pie nso que, al respecto, un tema fre- la soberbia y la ambicin. Am rica e s hija decuentem ente desaten dido en la lectura de los los aventureros que buscan conseguir lo queautores cuya obra se analiza es su indagacin no tienen: dinero, honores, genealogas. Estedel lenguaje, las costumbres y las institucio-nes en sentido am plio, con mayor o meno r ni-vel de formalizacin (esto es, por ejemplo, lafamilia, las asociaciones voluntarias, las for-mas normadas y alternativas de educacin,etc.) como iluminadores del sentido.

    Un modo de rastrear el encuentro entrenaturaleza y cultura, la humanizacin del es-L pacio, es preguntarse por las ideas de los pri-meros protagonistas de la aventura americana:

    Es muy difcil reproducir ahora la visinde ese mundo en las pequeas cabezas deaquellos hombres brutales, que a la saznestaban desem barazndose de los rabes yde lo arbigo. ,Q uC cateos imaginativosrealizaban el hidalgo empobrecido, el ar-tesano sin pan. el soldado sin contrata, elpordiosero y el prroco de una tierra sin

    mundo era para l [se refiere al aventurero] lacontraverdad del otro; el otro mundo (p. 5 .Es la aventura -no el trabajo-, e s el instante-no el tiempo de la gestacin de un hom bre ouna obra- el que hace poblar de monstruos yfantasmagoras un mundo que es en s mismola muy simple y muy pobre realidad de Am -rica (ibid.). En lneas geniales, ana Mart-

    nez Estrada desilusin y sublimacin:Amrica era, al momento del desembarco,una desilusin de golpe; un contraste queenardeca el clculo frustrado y que incli-naba a recuperar la merma de la ilusinmediante la sublimacin del bien obtenido[. l Amrica .no era Amrica; tena queforjrsela y que superponrsele la realidaddel ensueo en bruto (ib id.).

    milagros, al escuchar fabulosas noticias de ~~~~~~~~~~~d~astrea un orden anAmrica? Mentan sin quererlo hasta los an, en el cual el indgena es doblegaduque escuchaban (p. 5). las exigencias de la naturaleza: El indgenaRadiografia de la Pam pa comienza con una haba vivido en relacin con este mundo.resolucin fallida de la polaridad arriba men- hasta que se dobleg a sus exigencias (p. 6)..l ~ f > \ > + ~ ionada: T rapalan da. El encuentro en tre na- S e introdujeron contravalores, se inven-. - turaleza y cultura se produce, en la Amrica taron otros -la distancia era en s misma urdel Sur, con la llegada del conquistador, que valor-, s e importaron leyes e institucionesbusca l o que no encuentra y encuentra lo que huecas y desprestigiadas:no b usca. Es, por tanto, la-fundacin de algo Se trajeron las formas huecas de institu-que es, desde el principio, heterogneo. ciones desprestigiadas y se vaci en ellasNuestra historia comienza como la historia la mente y conducta de los jvenes. Sede otros : imaginacin de Am rica, invencin persegua y despreciaba lo que creca erde Am rica, error de Amrica, ilusin o desi- su propio clima segn sus propias leyes d-lusin americana, el mundo que hoy vivimos desarrollo, hasta que el trazado de esascomo nuestro naci como extrao, fundado ficciones de cultura y de riqueza no coin-por recin llegados sin continuidad con la cida casi con el trazado autntico decultura de los primeros moradores. Martnez realidad americana (p. 6).

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    -a matriz fundacional tiene entonces para'.lartnez Estrada un aspecto de contraver-iad , de inautenticidad, d e realidad superfe-:da . Dice, en un pasaje que parece inspira -i por sus lecturas de Mon taigne: Haba quex n e r un vestido legal de difcil comprensin

    esta desnudez de un trozo de planeta olvi-i7d0 (p. 7 .He aqu, desde mi punto de vista, una

    i'ferencia fundamental con el trabajo antro-:Agico de Gilberto Freyre. Para l, si bienedebe reconocer qu e en el comienzo se tra-tambin de la llegada de un pueblo con-

    ~iii sta do r, sta llegada no result tan cruenta.---.s leemos en Casa-grande Senzala:En cuanto a la mixibilidad [sic], nin-gn

    + pueb6-colonizador, aun de los modernos,excedi o igual siquiera, en este terreno,- -- . --al portugus. Al primer contacto fue, pla-centeramente, cruzndose con mujeres decolor, multiplicndose en hijos mestizos,ya que tan slo algunos millares de hom-bres audaces consiguieron afirmarse en laposesin de vastsimas tierras y de compe-tir con grandes y numerosos pueblos en laextensin del dom inio colonial y en la efi-cacia de la accin colonizadora. La mixi-bilidad, ms que la movilidad, fue el pro-ceso mediante el cual los portugueses secompensaron de la deficiencia en masa ovolumen humano para la colonizacin engran escala y sobre reas extenssimas.Para tal procedimiento preparles la nti-ma convivencia, la relacin social y se-xual con razas de color, invasoras o veci-nas de la pennsula (p. 37 .

    - ~ ~ b o snsayos comienzan. -su. propuesta de---~ iod iza ci n on e l momento de ins tau~a-... . . . . . _. - -

    : de una relacin ~olo nia l ,~on e1 recono--.iento de la desproporcin entre el hom-

    --e. la tierra y - e n el caso de Freyre- el-a, con el inters por obtener riquezas,el temprano proceso de miscigenacin.

    - - embargo, Martnez Estrada acentuar el.

    carcter de aventura, de desapego a la tierra yla falta de inters por el establecimiento'de 6 -vnculos familiares y sociales estables; iaunin del blanco y la indgena e s resultado euna violencia y los hijos darn lugar a una es-tirpe de desarraigados. En cambio, 6 e G e emenciona brevem ente el primer sig16 de c6n l rrtacto entre el portugus y e l trpico, para de-tenerse sobre todo en el proceso qu e, un siglodespus, habr dado lugar a una nueva so cie-dad que tiene, segn sus palabras,

    [. .] como base, la agricultura ; como con-diciones , la estabilidad patriarcal de la fa-milia, la regularidad del trabajo por mediode la esclavitud, la unin del portuguscon la mujer india, incorporada de ese mo-do a la cultura econmica y social del in-vasor (p. 33 .

    Freyre descubre a partir de la relacin entrecasa-grande y senzala una formacinj unamatriz civilizatoria puntual, dada por e lde la selva virgen (naturaleza) al cultivo y laplantacin bajo una forma d e vida patriarcal,vertical (cultura), que considera funda mentalpara entender la organizacin predominantedel Brasil: Se constituy en la Am rica tro-pical una sociedad agraria en la estructura,esclavista en la tcnica de explotacin econ -mica, hbrida de indio -y ms tarde de negro-en su composicin (ibid.).

    Freyre estudia la influencia, si no deter---minante, cuando menos condicionante, delclima y del espacio (enormes masas d e agua,densidad de las selvas, etc.), temas qu e discu-te con las ideas de otros antroplogos, y vecon simpata el esfuerzo de mudanza delhombre portugus, quien procura adaptarsealas nuevas tierras de clima tropical con unmayor esfuerzo que el q ue toma al coloniza-dor espaol el llegar a la Argentina. Ve tam-bin con optimismo el apoyo de los mediosde transporte y las mejoras en la agricultura,y considera que los hbitos sedentarios gana-

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    ron sob re el espritu bandeirante, a la vez que Diversa es la visin que nos ofreceel mestizaje fue un resultado natural de la Martnez Estrada: la distancia genera desa-sim pata racial y la necesidad de perpetua- gregacin, y la diferencia desc om unal entrecin. Para Freyre, adems, las grandes plan- la tierra y el homb re slo puede desemboca-tacion es fueron la obra, no del Esta do coloni- en situaciones paradjicas. El conquistadorzador, taca o siempre en Portugal, sino de la es conquistado por la tierra, de tal m od o queauda z iniciativa particular (p. 45). 1 toda obra resultar precaria. El recin llegadc

    Martnez Estrada, en cambio, encuentra se convierte en un seor de la nada . L a tie-J , m s bien el origen de una formacin superfe- rra vence al hom bre y es impo sible fund ar al-

    - tada , u na falsa estructura, en la falta de inters g o slido cuan do soledad , aislamiento, preca-c J del conquistador espaol por fundar una socie- riedad, distancia, generan desm em brac in Jdad slida. El espritu aventurero de los prime- desarraigo: El cam ino no interesa co m o ca-ros hombres que llegan al Nuevo Mundo se mino: es espa cio a recorrer (p. 69).multiplica en la precariedad endmica de la-vi- Para el conq uistado r, llegar a Am ricrda familiar e institucional argentina. E l desa- signific avanzar hacia atrs , ya qu e e-ka ig o del paisano que, en la pampa, levanta un nuevo m undo era en realidad antiguo . Acen-rancho, repite el primer gesto de los conquista-dores y se reitera en la casa del suburbio, o seda de manera transformada en el crecimientoinarmnico de la economa y la vida social.

    Freyre dice lo siguiente en su ensayo:

    El colonizador portugus del Brasil fue elprimero, entre los colonizadores moder-nos, en dislocar la base de la colonizacintropical de la puramente extractiva [. .]hacia la de creacin local de una riqueza,aun cuando creada bajo el imperio de lascircunstancias americanas, a costa del tra-bajo esclavo tocada, por tanto, de aquellaperversin de instinto econmico quepronto desvi al portugus de la actividadde producir valores hacia la de explotar-los, transportarlos o adquirirlos (p. 44).

    Recon oce tambin el arraigo de los primerospobladores portugueses en las nuevas tierrasy la formacin de ncleos familiares, auncuando considera la excepcin de aquellosqu e no tenan por la tierra amor alguno nigusto por el cultivo (p. 50 , ya qu e en ellosganaba el ideal mercantilista y el inters porlas riquezas en metlico. La s variaciones lo-cales no llegaron a crear diferencias profun-das, y triunf la tendencia en el sentido de launiformidad (ibid.).

    tuar el pasa do geolgico implica a su vez res-tar importancia a la historia m odern a d e la ci-vilizacin y convertirla en un salto en evaco que vuelve a conducir a Trapalanda, Irierra de la ilusin.

    Para Martnez-- strada, la barbarie deconquistador peninsular se une-ala-barbarieoriginaria de Amrica:

    Nuestros pueblos del sur eran viejsimc:pueblos; pueblos de la llanura sin esbozcni residuos de cultura de estilo perdurab '?productos connaturales del suelo. Sok-iese pueblo de Monte Herm oso se volc tpueblo de Tartessos, sin fuerza para m d 5 -lar ni crear, y s en cambio apto para amC-gamarse con l. . Se aclimat; cuanto Lilgico, de censurable, de contrario aque se entiende por poblar, era aclimc-cin. Su pesado sopor, la rutina, la p e r e zla ignorancia.. El sajn, el flamenco .franco lucharon y vencieron, refracta-al med io.. . En cambio, el lusitano y elpan0 llegaron a descansar, al punto de Ttida (p. 54 .

    Freyre enfatiza en Casa-grande & Senzai: ipapel de la familia patriarcal colonial: 2:- -vo y absorbente rgano de la formacin -cial brasilea, la familia colonial abarc. y - -

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    bre la base econmica de la riqueza y del tra- cial, irregular, el que dio su tonalidad a la vi-bajo esclavo, una diversidad de funciones so- da argentina. Las escasas familias pampeanasciales y econmicas (p. 49).

    Para Martnez Estrada, en cambio, Esmuy difcil obtener cohesin en un pas en quela poblacin se parece mucho a pjaros asen-tados despus de desbandarse (p. 71). Hijodel aislamiento, la desunin, el recelo, que son--la clave para interpretar los enigmas de Sura-mrica (pp. 55 y 63), el mestizo es un ser pa-radjico, un hijo de nadie;', como paradjicoser el trnsito regresivo de paisaje y sociedad:en la pampa el hombre europeo se vuelve sal-vaje, el artesano se vuelve pastor, las tierras

    - -se caracterizan por el aislamiento, la falta devnculos con los vecinos, la desconfianza. Sealojan en los ranchos, que, dice en la Radio-grafia Son clulas de un claustro destroza-do, disperso, donde se engendran los hijos,donde se reside, se envejece y se muere (p.74). Pocos son los pioneros que hacen altoy se convierten en campesinos.

    Ms adelante, la llegada del ferrocarrily los barcos de vapor no mejorar esta situa-cin paradjica, esta marcha al revs deltiempo , sino que la acentuar: las nuevas

    conquistadas para la agricultura se vuelven vas de comunicacin se superponen a lostierras de yuyo y barbecho y el animal domes- viejos caminos que, ms que unir, separan aticado se vuelve cimarrn. Las fuerzas telri- los pueblos, de modo tal que estos nuevoscas ganan la partida y la historia econmica medios de transporte, en lugar de traer rique-dela ~ r ~ e n t i n ae vuelve la de la ganadera, en za, traern miseria.la era del cuero . Imposibilitado de trabar Buenos Aires, cabeza de Goliat, y el Es-relaciones lcitas con el mundo , el individuose enquista en su aislamiento:

    La soledad convierte al individuo en elcentro de esa circunferencia infinita quees la llanura...Todas esas tentativas de es-tablecer una correspondencia humana afondo, se le frustran porque es un ente so-litario... La pregunta Qu anda hacien-do?', es el tentculo depredatorio que seesquiva elusivamente con la respuesta'Aqu andamos' (p. 77).

    Si para Freyre, como leemos en Casa-grandeSenzala La familia -no el individuo, ni el

    Estado, ni ninguna compaa de comerciees, desde el siglo XVI el gran factor coloniza-dor en el Brasil, la unidad productora.. . lamerza social.. . y La colonizacin por indi-viduos -soldados afortunados, aventureros,jeportados, neocristianos.. . nufragos, trafi-:antes.. . no dej casi rastros en la plsticaxonmica del Brasil.. . (p. 46), para Mart-nez Estrada es precisamente este tipo de po-jlamiento de soldados y aventureros, que?reyre caracteriza como pasajero, superfi-

    tado, gran Leviatn, consolidarn su creci-miento a expensas de la vida miserable que losnutre: Se echaban al Leviatn los combusti-bles de la barbarie y fabricaba edificios pbli-cos, obras de salubridad, ferrocarriles e institu-ciones, y sin embargo, la fuerza que extraan :de sus alimentos era debilidad (p. 11 1).

    Otro tanto suceder con las institucionespensadas para amparar al Estado: el ejrcito

    . .w -vaes un organismo formidable de defensa con-vertido en formidable organismo de peligro .El ejrcito, est montado a la expectativa deacontecimientos que no ocurren y en defen-sa de instancias que no necesitan defenderse.

    El guarango, el compadre, el fanfarrn,el pobre, son manifestaciones de ese fenme-no general por el cual todo se desvirta: Encada pobre hay un soador de riquezas malo-grado... Descuenta un documento que estgarantizando el azar, y es la forma de cobrar-se de antemano algn premio que no existede alguna lotera que no se juega (p. 191).

    La riqueza no genera crecimiento, la es-peculacin no genera trabajo, se confundevalor y precio y persiste una sociedad a la vez

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