marcuse y benjamin - racionalismo y romanticismo (michael löwy)

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  • 7/23/2019 Marcuse y Benjamin - Racionalismo y Romanticismo (Michael Lwy)

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    Herbert Marcuse y Walter Benjamin:

    racionalismo y romanticismo

    MICHAEL LWY

    La afinidad entre Marcuse y Walter Benjamin ha sido observada fre-

    cuentemente

    pero nunca estudiada de manera sistemtica. El punto de

    partida de esta afinidad se encuentra en sus races comunes en la

    cultura romntica alemana, en su nostalgia por las comunidades pre-

    capitalistas y en contraponer la Kultur artstica a la prosaica so-

    ciedad burguesa. Ha y una gran similitud entre la tesis de doctorado de

    Marcuse

    Der deutsche Kn stlerroman La novela de artista ale-

    mana

    de 1922, y la de Walter Benjamin

    Der Begriff der Kunstkritik

    in der deutschen Romantik

    (

    El concepto de crtica artstica en el ro-

    manticismo alemn

    )

    de 1919.

    Este primer trabajo de Marcuse

    ecientemente reeditado- es

    fundamental para entender su evolucin intelectual

    Su tema es la

    contradiccin entre el mundo de la Idea y el de la realidad emprica,

    entre el Arte y el universo burgus

    Contradiccin dolorosamente

    resentida y expresada por los romnticos.

    Algunos de ellos, en particular Novalis, intentaron superar esta

    contradiccin ignorando el mundo emprico

    sustituyndolo por una

    realidad ideal

    n nuevo mundo imaginario, un reino de amor y de

    paz, Eros y Freya.

    Otros, como Goethe en el Werther

    muestran cmo la subjetividad

    idealista del artista conduce a un conflicto radical con el orden

    racional

    -

    instrumental de la realidad

    n conflicto que no puede

    terminar sino con su capitulacin o bien su muerte

    .

    Algunos de los

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    MARCUSE Y LA CULTURA DEL 68

    romnticos posteriores, como E.T.A. Hoffman, se fascinan por las

    fuerzas antiguas, oscuras y disolventes de la pasin, que amenazan

    hacer explotar el mundo existente. Para Marcuse, la mayor parte de las

    novelas de artista (es decir las novelas cuyo hroe central es un artista)

    contienen una dimensin critica contra la industrializacin creciente,

    y la mecanizacin de la vida econmica y cultural, entendida como un

    proceso que destruye

    o marginaliza

    todos los valores espirituales

    autnticos. Muchos escritores

    romnticos

    (o neoromnticos) mani-

    fiestan una aspiracin ardiente por un cambio radical de la vida,

    rompiendo los estrechos lmites del materialismo burgus -filis-

    tino- una aspiracin comparable a los sueos de los socialistas

    utpicos contemporneos, como Fourier.' Algunas de esas ideas de la

    tesis de doctorado de Marcuse reaparecen, casi sin cambio, en

    Evos y

    civilizacin y en

    El hombre unidimensional.

    Hay un paralelismo impresionante entre la evolucin intelectual de

    Marcuse y la de Benjamin: ambos se inician con el romanticismo

    alemn y el problema del arte; ambos se acercan al marxismo en los

    aos 20, bajo la influencia de Lukcs y de Korsch; y ambos se asocian

    al Instituto de Investigacin Social de Frankfurt

    en los aos

    30. Arribos

    son muy crticos de la social-democracia y aunque esperan la transfor-

    macin socialista

    revolucionaria de Alemania, se niegan a dar su

    adhesin

    al Partido Comunista.

    Durante los aos de vida de Benjamin (hasta 1940), no hay ninguna

    mencin de l en los escritos de Marcuse. 2 Porqu ese silencio? Una

    hiptesis posible es que despus de su periodo heideggeriano de 1928-

    32, Marcuse se alej progresivamente del romanticismo hacia una

    interpretacin del marxismo, inspirada en la tradicin del raciona-

    lismo occidental, de Platn a Descartes, y de la

    Aufklarung a

    Flegel.

    Herbert Marcuse,

    Der deutsche Knutlerroman,

    1922, reeditado en Schriften,

    V. 1, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1978, pp. 43-49, 86, 117-119, 133-143.

    Walter Benjamin menciona a Marcuse en su breve artculo sobre el Instituto de

    Investigacin Social

    (1938),

    y adems se refiere favorablemente

    en una carta

    a Horkheimer, a la contribucin de Marcuse a un volumen colectivo de la

    Escuela de Frankfurt

    (Autoritt und Familie).

    Vase Walter Benjamiri, Ein

    deutsches Institut freier Forschung , 1938, en

    Gesammelte Schriften,

    Suhrkamp,

    Frankfurt a.M., 1972, V. III, pp. 526, 683.

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    RACIONALISMO Y ROMANTICISMO

    Durante toda su vida, el marxismo de Marcuse se va a mover entre

    estos dos polos: el romntico y el racionalista. Para l no son

    contradictorios ya que a pesar de sus evidentes diferencias, tienen un

    aspecto comn. Este aspecto -que constituye el sustrato constante

    del pensamiento de Marcuse- es la negacin, la

    oposicin dialctica

    entre la idea y la realidad establecida. Hay un pasaje muy significati-

    vo en el prefacio 1960 a la reedicin de

    Razn y revolucin,

    en el cual

    esta idea es explcitamente formulada: El lenguaje dialctico y el

    potico se encuentran... en un terreno comn. Este elemento es la

    bsqueda del... lenguaje de la negacin en cuanto al Gran Rechazo .3

    Para Marcuse, otro vnculo entre el racionalismo y el romanticismo,

    es su compromiso con valores humanos cualitativos, culturales o

    ticos, en oposicin a valores meramente cuantitativos del merca-

    do capitalista. Pero la Razn es aqu entendida como sustancial, no

    puramente formal e instrumental -como la que se puede encontrar en

    la industria capitalista (y aun en los mismos campos de concentra-

    cin). Esta unidad de los dos polos es la unidad de la obra de Marcuse,

    ms all del acento particular (romntico o racionalista) de los

    diferentes periodos de su evolucin intelectual.

    Durante los aos 30 y 40, el polo racionalista se torna dominante en

    el pensamiento de Marcuse. Despus de 1925, cuando publica una

    bibliografa comentada de las obras de Schiller, el problema del ar-

    te, de la literatura y de la cultura en su oposicin a la realidad, tiende

    a desaparecer de sus escritos en las siguientes tres dcadas. Es verdad

    que en 1937 public un ensayo sobre El carcter afirmativo de la

    cultura , pero este texto, lejos de reafirmar sus ideas de ese ao (1922),

    es precisamente su ms radical negacin. Segn este ensayo, la cultura

    tradicional (sobre todo literaria), al preservar un mundo ideal, por

    encima y opuesto a la vulgaridad de la vida cotidiana, juega un papel

    ideolgico conservador; la belleza del alma

    (Seele) es glorificada

    como compensacin a la desgracia del mundo material: La libertad

    del alma fue utilizada para disculpar la miseria, servidumbre y marti-

    rio del cuerpo. Sirve para la capitulacin ideolgica de la existencia

    delante de la economa capitalista... El alma tiene un efecto tranquili-

    Herbert Marcase

    Reason and Revolution

    Preface ,

    Boston, Beacon Press,

    1960, p. X.

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    MARCUSE Y LA CULTURA DEL 68

    zante... Las alegras del alma son menos costosas que las del cuerpo

    y menos peligrosas . Marcuse parece creer que hay una diferencia

    fundamental entre la filosofa y la literatura, en su relacin con el orden

    establecido: La belleza del arte en contraste con la verdad de la teo-

    ra es compatible con la injusticia existente .

    La alternativa a esta esfera cultural afirmativa , con su libertad y

    felicidad ilusoria, es para Marcuse la tradicin de la filosofa raciona-

    lista -Descartes, Kant, Hegel- que rechaza el concepto de alma

    y opta por la racionalidad crtica del espritu. En tanto que la temtica

    de la

    Seele

    es tpica de las tendencias irracionalistas, desde el histori-

    cismo romntico (Herder) hasta las doctrinas autoritarias modernas

    (un eufemismo para la ideologa fascista). Hegel no les sirve a los

    Estados autoritarios. l aboga por el espritu; los nuevos (Estados)

    abogan por el sentimiento .

    Naturalmente Marcuse se da cuenta del carcter unilateral de su

    ataque contra el arte y la literatura tradicional de la era burguesa;

    reconoce que ellos contienen no slo la justificacin de las formas

    establecidas de existencia, sino tambin el dolor de su existencia; no

    slo la reconciliacin con lo que es, sino tambin la memoria de lo, que

    podra ser. El gran arte burgus, en la medida en que... pinta la belleza

    de los seres humanos y de las cosas, as como una felicidad supra-

    terrenal con los colores vivos de este mundo... coloc en los fun-

    damentos de la vida burguesa no solamente un falso consuelo... sino

    tambin una autntica nostalgia

    (Sehnsucht) .

    Esta intuicin se trans-

    formar en el eje central de sus futuros escritos. En 1937, entretanto,

    se halla integrada como un aspecto subordinado de la concepcin

    general de la cultura afirmativa : La cultura deviene un sirviente del

    ser (...) Puesto que el arte pinta lo bello como presente, acaba con la

    nostalgia rebelde . Este enfoque terico era bastante distinto, si no es

    que opuesto, a las concepciones estticas y culturales de Benjami:n en

    la misma poca.'

    Herbert Marcuse, Veber den affirmativen Charakter der Kultur , 1937, :reedi-

    tado en

    Kultur und Gesselschaft,

    Frankfurt am M. Suhrkamp, 1970, V. I, pp. 67-

    68, 76-81, 89-94. Benjamin conoca este ensayo y lo menciona

    en su artculo

    sobre el Instituto de Frankfurt en 1938. Refirindose a Marcuse, l reconoce la

    necesidad de oponer una concepcin crtica de la cultura contra su versin

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    RACIONALISMO Y ROMANTICISMO

    La orientacin racionalista que atraviesa la mayora de los ensayos

    de Marcuse en los aos 30, culminando en 1941 con Razn y revolu-

    cin,

    puede explicar el por qu se ignoran los trabajos de Benjamin.

    Por otro lado, la reorientacin de Marcuse hacia el polo romntico en

    los aos 50 y 60 puede ser una de las razones de su redescubrimiento

    de Walter Benjamin en este periodo. Podemos trazar el desarrollo de

    este nuevo cambio en el pensamiento de Marcuse a travs de sus

    distintos prefacios a Razn y revolucin, el

    de 1941, de 1954 y

    de 1960. En 1941 an ponderaba el espritu racionalista americano ,

    que tuvo su traduccin poltica directa en sus actividades como

    consejero (antifascista) de la Oficina de los Servicios Estratgicos del

    gobierno norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Pero en

    los aos 50, despus de la guerra fra y del maccartismo, as como de

    un estudio ms profundo de la sociedad americana, Marcuse se volvi

    cada vez ms crtico de la civilizacin industrial y de su racionalidad

    instrumental. En el Eplogo escrito en 1954 para la segunda edicin

    del libro, Marcuse reconoca el carcter contradictorio

    de la tradi-

    cin racionalista occidental: Desde el principio, la idea y la realidad

    de la Razn en el periodo moderno, contena elementos que ponan en

    peligro la promesa de una existencia de libertad y plenitud: la

    esclavitud del hombre por su propia productividad...

    la dominacin

    represiva sobre la naturaleza, tanto en el hombre como en el mundo

    exterior .' Al mismo tiempo, redescubre las virtudes subversivas de la

    imaginacin y del arte, por ejemplo, la problemtica de sus primeros

    escritos en los aos 20.

    afirmativa . Pero esta

    cultura crtica

    no se identifica para l, como para

    Marcuse

    con la filosofa racionalista y Hegel :

    ella se compone de elementos

    que originados en pocas tempranas de la humanidad y en sus sueos, no

    niegan su solidaridad con la humanidad del porvenir .

    No se trata por lo tanto

    de rechazar la tradicin cultural como

    ideologa , sino de salvar la heren-

    cia cultural

    y desarrollar sus intuiciones crticas

    . Vase Walter

    Benjamin,

    Gesammelte Schriften, V.

    III, pp. 525-526.

    Herbert Marcuse

    ,

    Epilogue

    ,

    Reason mid Revolution

    Nueva York, The Hu-

    manities Press, 1954, p. 433.

    Es probable que Marcuse estuviera tambin in-

    fluenciado por la crtica

    de Adorno

    y Horkheimer a la tradicin racionalista

    realizada en la

    Dialctica del Iluminismo (1947),

    pero sin duda lleg por su

    propio camino a esta conclusin.

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    MARCUSE Y LA CULTURA DEL 68

    Este nuevo periodo romntico empieza con

    Eros y civilizacin,

    obra en la cual, reinterpretando a Freud, Marcuse contrapone la

    sensualidad ertica a la racionalidad del principio de operacionalidad

    (performance principle).

    El arte es ahora interpretado en trminos

    radicalmente distintos a los del ensayo de 1937 (que opona la verdad

    de la teora a la belleza ilusoria de la imaginacin artstica): La

    fantasa es cognitiva en la medida en que preserva la verdad del Gran

    Rechazo, o, positivamente, en la medida en que protege, contra toda

    razn, las aspiraciones a la realizacin integral

    (integral fulfili'ment)

    del hombre y de la naturaleza que son reprimidas por la razn . El gran

    escritor y poeta alemn sobre el cual l haba trabajado en 1925 vuelve

    ahora al centro de su argumentacin: Friederich Schiller. Segn

    Marcuse, sus ensayos estticos tienen una calidad explosiva porque

    muestran que la libertad debe buscarse en la liberacin de la sensua-

    lidad

    (sensuousness)

    ms que en la razn , o al menos las leyes de la

    razn deben ser reconciliadas con los intereses de los sentidos .

    Citando un prrafo de Schiller, Marcuse afirma que Herder y Schiller,

    Hegel y Novalis desarrollaron en trminos casi idnticos el concepto

    de alienacin. En la medida que la sociedad industrial empieza a tomar

    forma bajo la dominacin del principio de operacionalidad, su nega-

    tividad inherente deviene un tema del anlisis filosfico . Esta

    observacin es altamente significativa: ella combina en un mismo

    frente socio-cultural a artistas y filsofos, a romnticos y raciona-

    listas

    , y en particular a los dos pensadores que Marcuse haba con-

    trapuesto en 1937 como representantes de la

    Seele

    (Herder) y del

    Geist

    (Hegel).6

    No es un accidente que en

    Eros y civilizacin,

    el primer trabajo en

    el cual la dimensin romntica del pensamiento de Marcuse re-

    emerge, encontramos tambin su re-descubri miento de Benjammin:

    cita, comenta y festeja un importante pasaje de las

    Tesis sobre el

    concepto de historia

    -el testamento terico que Benjamin redact en

    1940, poco antes de su muerte. Cuando Marcuse escribi este libra, los

    principales ensayos de Benjamin no haban sido an reeditados.

    Como se sabe, es la edicin (por Adorno) de los

    Schriften

    (Discursos)

    6 Herbert Marcuse,

    Eros and Civilization

    (1955), Nueva York, Sphere Books,

    1969, pp. 132, 151, 154.

    6

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    RACIONALISMO Y ROMA NTICISMO

    de Benjamin en 1955 lo que va a constituir el punto de partida de una

    recepcin generalizada de su obra por la

    intelligentsia radical . Pero

    el inters de Marcuse es anterior

    a esta

    publicacin y no se relaciona

    con ella. Resulta, ms bien, de la dinmica

    interna

    de su propio

    desarrollo espiritual.

    En el prrafo citado por Marcuse, Benjamin escribe: El deseo de

    romper la continuidad de la historia pertenece a la clase revolucionaria

    en el momento de la accin . En conexin con ese pasaje y con el

    conjunto de las Tesis

    de Benjamin, Marcuse escribe: La rememora-

    cin no es una arma real si no es traducida en accin histrica. Slo as

    la lucha contra el tiempo deviene un momento decisivo en la lucha

    contra la dominacin .' La memoria del pasado como arma

    en la lu-

    cha por el futuro: difcilmente se puede imaginar una formulacin ms

    precisa y contundente de la perspectiva romntico-revolucionaria, que

    es comn a Marcuse y Benjamin y permea tanto sus concepciones

    estticas como las polticas.

    Desde 1955 hasta sus ltimos escritos, Marcuse es atrado una vez

    ms por el arte, y por el ideal artstico romntico de un mundo

    pacificado bajo el signo de Eros. Este ideal es uno de los principales

    ejes de

    El hombre unidimensional,

    donde l subraya su potencial

    crtico: Las imgenes tradicionales de la alienacin artstica son

    efectivamente romnticas en la medida en que se sitan en incompati-

    bilidad esttica con la sociedad en desarrollo. Esta incompatibilidad

    es la garanta de su verdad, lo que ellas evocan y presentan en la

    memoria pertenece al futuro: imgenes de una gratificacin que

    disolvera la sociedad que la suprime. El gran arte y literatura surrea-

    lista de los aos 20 y 30 aun las haba recapturado en su funcin sub-

    versiva y liberadora .e Proclamas similares sobre la contradiccin

    entre el universo artstico o potico y la realidad establecida, as como

    sobre la dimensin revolucionaria del surrealismo se encuentran

    tambin en los libros posteriores de Marcuse. Por ejemplo, en Un

    ensayo acerca de la liberacin (1969) se felicita por el no-con-

    formismo absoluto de los poetas surrealistas que encuentran en el

    Herbert Marcuse,

    Ibid p.

    86

    8 Herbert Marcuse,

    One Dimensional Maz,

    Londres, Edit. Roudedge, 1964, p. 60.

    6

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    MARCUSE Y LA CULTUR A DEL 68

    lenguaje potico los elementos sem nticos de la revolucin .9 Benjamin

    tambin fue un gran admirador del surrealismo

    precisamente por su

    carcter romntico

    -

    revolucionario y libertario

    En su artculo sobre el

    surrealismo francs

    (1929) escriba : Desde Bakunin le faltaba a

    Europa un concepto radical de libertad

    Los surrealistas lo tienen...

    Gan ar las fuerzas del delirio para la revolucin

    esa fue la finalidad del

    surrealismo en todas sus obras e iniciativas

    .

    Marcuse insista --en

    Contrarrevolucin y revuelta

    (1972)-

    que en las ms importantes

    obras de arte y literatura desde el

    siglo XIX, predomina una postu-

    ra profundamente anti -

    burguesa: la cultura ms elevada acusa,, re-

    chaza

    .. .

    la cultura material de la burguesa

    .. . se disocia del mundo de

    las mercan cas, de la brutalidad de la industria y del com ercio burgus,

    de la distorsin de las relaciones humanas, del materialismo capita-

    lista y de la razn instrumental

    El universo esttico

    contradice

    la

    realidad

    . Es muy significativo que entre las grandes obras de litera-

    tura que representan para Marcuse la forma ms autntica, absoluta e

    irreconciliable del Eros sublimado y que en su opinin

    (en El hombre

    unidimensional)

    estn

    ms all de los lmites de Principio de Rea-

    lidad establecido

    que el Eros rechaza y hace explotar

    ,

    estn

    Las

    afinidades

    electivas de Goethe y Las flores del mal

    de Baud

    e laire

    -dos libros que ocupan un lugar determinante en las reflexiones

    filosficas

    y estticas de Walter Benjamin.ll

    La relacin con Benjamin ocupa un lugar muy especial en

    El

    hombre unidimensional

    Como es conocido

    el libro termina con un

    poderoso y emotivo homenaje al gran ensayista judo

    -alemn: La

    teora crtica

    .. . sin hacer ninguna promesa y sin evidenciar ningn

    xito, se mantiene negativa

    As ella quiere ser leal a los que, sin

    ninguna esperanza, dieron y dan su vida por el Gran R echazo

    . Al inicio

    de la era fascista

    W alter Benjamin escribi

    :

    Nur um derHoffilungslosen

    willen ist uns die

    Hoffnung gegeben

    Es slo en virtud de los que no

    9

    Herbert Marcuse

    An Essay on Liberation

    Boston, Beacon Press

    , 1969, p. 33.

    Walter Benjamin , Der Surrealismus

    (1929) en Angelus

    Novus Frankfurt,

    Suhrkamp, 1966, p. 212.

    Herbert Marcuse

    Counter

    revo lu t ion and Revo l t

    Boston Beacon Press, 1972,

    p. 86; O ne Dimensional M an op . cit., p. 77.

    6

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    RACIONALISMO Y ROMANTICISMO

    tienen esperanza que nos es dada la esperanza

    .12 En su contexto

    original

    este pasaje del ensayo de Benjamin

    (de 1922) sobre Las

    afinidades electivas

    de Goethe tiene un profundo significado religio-

    so, pero Ma rcuse le da una traduccin directame nte poltica (siguiendo

    su tpica lectura secular

    de Benjamin).

    Encontramos aqu otro elemento comn

    :

    una calidad peculiar de su

    estilo de pensamiento

    que se podra designar como esperanza de-

    sesperada o pesimismo revolucionario

    Tanto M arcuse como Benjamin

    rechazan la creencia que el curso natural de la historia

    el desarrollo

    de las fuerzas productivas o el inevitable progreso social conducirn

    a una sociedad racional y liberada

    Para ellos, como lo formul

    Benjamin en una extraordinaria imagen, los revolucionarios deben

    aprender a barrer la historia a contrapelo .

    No existe ningn triunfo

    predestinado e irresistible de la hum anidad y de la razn

    Abandonado

    a s mismo, el llamado progreso

    produce solamente como lo sugiere

    Benjamin en sus

    esis

    sobre la filosofa

    de la historia

    una montaa

    de escombros

    .

    13 La accin revolucionaria no consiste en nadar con

    la corriente ,sino exige librar una du ra batalla contra las fuerzas ciegas

    de la historia

    una larga y difcil lucha cuyo resultado no puede ser

    previsto de an temano

    En un post

    escrito a una nueva edicin de

    El 18

    Brumario

    de Marx, Marcuse escribi : la conciencia de la derrota, y

    asimismo la desesperacin

    pertenecen a la verdad de la teora y a su

    esperanza

    .

    Lejos de favorecer la pasividad

    (como lo hace el op-

    timismo oficial de un Karl Kautsky por ejemplo ), este tipo de

    pesimismo voluntarista es, al revs, el ms desesperado llamado a la

    accin la iniciativa

    la resistencia.

    Desde este punto de vista, El hombre unidimensional debe mucho

    a las esisde 1940 de Benjamin

    .

    Tal vez por esa razn

    en el mismo

    ao en que apareci su libro (1964)

    Marcuse sinti la necesidad de

    escribir un ensayo sobre el propio Walter Benjamin

    Este contexto

    poco conocido es el postfacio a una coleccin de cinco artculos de

    Benjamin

    entre ellos las

    Tesis sobre

    la filosofa de la historia y la

    Crtica de la violencia

    No es un trabajo sistemtico

    pero revela cla-

    12 Herbert Marcuse One Dimensional Man, op. cit., p. 257.

    13 Walter Benjamin, Veber den Begriff der Geschichte , 1940 , Gesammelte

    Schriften

    V.

    1, 2, pp

    697-698.

    6

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    MARCUSE Y LA CULTURA DEL 68

    ramente los aspectos comunes de los dos pensadores --

    as como sus

    diferencias.

    Tanto Marcuse como Benjamin toman posicin por una negacin

    absoluta del orden existente Los dos aspiran a una revolucin radical

    y reconocen el derecho de los grupos oprimidos a utilizar la violencia

    para defenderse de sus opresores

    Comentando el ensayo de Benjamin

    sobre la violencia

    (1921) Marcuse subraya

    :

    La violencia que critica

    Benjamin no es la que viene desde abajo contra los de arriba... La

    violencia que l critica es la del ser Bestehenden

    que pretende derivar

    de su propia existencia el monopolio de la legitimidad

    de la verdad

    y del derecho

    .. .

    Benjamin llev demasiado en serio la promesa

    contenida en la palabra

    Paz para ser un pacifista... . Los dos pen-

    sadores son irreconciliablemente opuestos a todo reformismo y gra-

    dualismo y conciben la revolucin como una

    ruptura del continuum

    histrico, un comienzo totalmente nuevo

    no una versin mejorada

    del existente, o el resultado acumulativo de una evolucin progresiva.

    Al mismo tiempo, paradjicamente

    este futuro utpico implica una

    recuperacin del pasado precapitalista. Entretanto, existen tambin

    diferencias innegables en su idea de la revolucin

    En sus comentarios,

    Marcuse ignora el componente anarquista de los primeros escritos de

    Benjamin, y adems, trata de neutralizar su contenido religioso a

    travs de una interpretacin totalmente secular y a

    -

    teolgica del

    mesianismo de Benjamin . l escribe por ejemplo

    : Se hace claro en

    la crtica de la violencia de Benjamin que el mesianismo es la forma

    de apariencia de una verdad histrica

    :

    la humanidad liberada slo es

    concebible en tanto negacin radical

    (

    no simplemente

    determinada )

    del ser... El mesianismo de Benjamin no tiene nada que ver con la

    religiosidad tradicional : culpa y expiacin son para

    l categoras

    sociales .

    Esta interpretacin puede ser parcialmente verdadera,

    pero es unilateral

    : la profunda dimensin teolgica de Benjamin,

    enraizada en la tradicin juda, incluye las categoras sociales, pero no

    puede ser reducida a ellas

    Las observaciones de Marcuse son ms

    reveladoras de su propio pensam iento que del mesianismo d e Benjamin.

    14 Herbert Marcuse

    , Nachwort

    en Walter Benjamin

    Zur Kritik der Gewalt,

    Frankfurt a. M., Suhrkamp 1965

    pp. 99-100.

    u bid

    ., pp. 110-111.

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    RACIONALISMO Y ROMA NTICISMO

    En 1941, en

    Razn y revolucin,

    an hablaba en trminos de la

    negacin determinada de la realidad establecida, pero ahora, en

    1964, aspira

    a una

    negatividad ms totalizante.

    Otro elemento importante compartido por Marcuse y Benjamin

    (que tiene que ver con sus orgenes romnticos) es que critican no slo

    el capitalismo, sino toda la sociedad industrial con su tecnologa

    reificada, su productividad alienada, su destruccin de la naturaleza en

    nombre del mito del progreso. Como lo afirma Marcuse en su ensayo

    sobre Benjamin: En oposicin al abominable concepto de produc-

    tividad progresiva, para el cual la naturaleza existe gratis' para ser

    explotada, Benjamin profesa la idea de Fourier de un trabajo social que

    lejos de explotar la naturaleza, es capaz de sacar a la luz las creaciones

    que estn adormecidas en su seno como potencial. A la humanidad

    liberada, redimida de la violencia opresiva, corresponde una natu-

    raleza liberada y redimida .

    Por otro lado, tanto

    Benjamin

    como Marcuse reconocen --cada uno

    a su manera- las posibilidades emancipadoras de la tecnologa

    moderna. Esto se aplica al cine en el rea cultural, para Benjamin, y

    a la automatizacin en la esfera econmica, para Marcuse. Los dos

    tratan de mostrar la naturaleza contradictoria del progreso material y

    de la tecnologa industrial, aun cuando, no lleguen a las mismas

    conclusiones (Marcuse, al igual que Adorno y Horkheimer, es ms cr-

    tico que Benjamin acerca de reproduccin masiva de los bienes

    culturales).

    Benjamin es mencionado una vez ms en el ltimo escrito de

    Marcuse. La dimensin esttica (1977), en el cual la contradiccin

    entre el arte (literatura) y la realidad establecida, que haba sido el tema

    de su doctorado en 1922, se convierte nuevamente en el centro de su

    obra. En 1977 la atencin de Marcuse se orienta ms hacia los

    escritores modernos, que hacia los romnticos del siglo XIX y

    menciona, como uno de los errores crasos de la esttica marxista

    dogmtica, la denigracin del romanticismo como simplemente

    reaccionario . La dimensin esttica no opone

    el alma a

    la razn; el

    texto muestra que el arte est comprometido con la emancipacin

    1 6

    Ibid., p. 104.

    65

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    MARCUSE Y LA CULTURA DEL 68

    simultnea de la sensibilidad, de la imaginacin y de la razn -=una

    razn distinta de la racionalidad de las instituciones dominantes. A

    travs de su asociacin con Eros en contra de la represin de los

    instintos, la dimensin esttica es una protesta contra el mundo

    establecido y una promesa de liberacin. Al preservar la memoria de

    las cosas del pasado, juega un papel revolucionario, ya que la utopa

    autntica est fundada en la rememoracin .

    En este libro a Marcuse le interesan los ensayos de Benjamin sobre

    los poetas malditos -Poe, Baudelaire, Proust y Valery- porque a

    travs de ellos redescubre el valor emancipador del arte en obras tan

    alejadas de la praxis. Cita un pasaje de Benjamin en el cual ste se

    refiere a Baudelaire como expresin de un descontento secreto con

    el orden burgus. Segn Marcuse, la protesta secreta' de esta litera-

    tura esotrica reside en la irrupcin de las fuerzas primarias ertico-

    destructivas que hacen explotar el universo normal de la comunica-

    cin y del comportamiento. Ellas son a-sociales en su propia natu-

    raleza, una rebelin subterrnea contra el orden social .17

    Tanto Marcuse como Benjamin son romnticos revolucionarias -

    romnticos en el sentido de una nostalgia por la Kultur pre-

    capitalista (nostalgia presente en el gran arte) y revolucionarios

    porque han transformado esta nostalgia del pasado en una negacin

    radical del orden presente, y en una esperanza desesperada por una

    sociedad futura radicalmente nueva.

    Este romanticismo revolucionario no es para nada contradictorio

    con su marxismo, puesto que en Marx y Engels tambin exisl:e una

    dimensin romntica -naturalmente suprimida en las corrientes del

    marxismo unidimensional en el siglo XX. Finalmente, esta orien-

    tacin romntico revolucionaria no es extraa a la lucha de clases,

    puesto que tanto Marcuse como Benjamin, cada uno a su manera,

    consideraban toda su obra, vida y pensamiento como vinculados en

    ltimo anlisis a la lucha de los oprimidos por su emancipacin.

    17 Herbert Marcuse

    T71e Aesthetic Dimension

    Boston

    Beacon Press

    , 1979, pp.

    XII-XIII, 6-9, 11, 19-20, 33, 73.

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