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MANUAL DE MANEJO SILVOPASTORIL DEL ESPINAL 2015

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MANUAL DE MANEJO SILVOPASTORIL DEL

ESPINAL

2015

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MANUAL DE MANEJO SILVOPASTORIL DEL

ESPINAL

Alfredo Olivares. Coordinador Proyecto CONAF. Ingeniero Agrónomo Mg. Sc

Luis Piña. Dirección Técnica Ingeniero Agrónomo Mg. Sc

Colaboración

Valentina Armijo. Ingeniera Agrónoma. Universidad de Chile.

2015

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PRESENTACIÓN

En el siguiente manual se muestra cómo se puede manejar un espinal para transformarlo en un sistema silvoagropastoril, manejado como terreno de pastoreo, mucho más sustentable y productivo. Esta propuesta de manejo es el resultado de una investigación desarrollada en una área de la estación Experimental Germán Greve Silva, perteneciente a la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, perteneciente al secano semiárido de Chile en el marco del Proyecto Sistema de manejo silvopastoril del espinal para producción de forraje y frutos del III Concurso del FIBN de CONAF.

Después de tres años de investigación sobre el espinal y su efecto en el animal y la pradera, los resultados de este proyecto al fin lograrán ser transferidos al pequeño agricultor que desarrolla su actividad ganadera con ovejas y cabras en condiciones de secano, a través de este manual de manejo silvopastoril del espino. El correcto aprovechamiento del espinal como recurso forrajero y recurso forestal para la conservación de ecosistemas, representa una gran oportunidad de generar mayor sustentabilidad a nivel predial, dar mayor valor agregado al producto ganadero y, aumentar la eficiencia de la economía de cada predio.

Se ha comprobado que existe una degradación del bosque nativo a nivel nacional provocada por la sobreexplotación y la falta de manejo apropiado del recurso, un ejemplo de ello, es la falta de manejo del espinal y su subutilización como recurso ya que, hasta el momento no existían mayores antecedentes sobre sus múltiples usos. A todo ello se le suma el avanzado estado del cambio climático al cuál se le debe hacer frente a través del manejo para prevenir sobretalajeo o situaciones de emergencia como por ejemplo, la incertidumbre de contar con forraje para el ganado a causa del déficit hídrico en la zona.

Es por ello que el manejo del espinal con sus múltiples efectos benéficos en la productividad del sistema gananadero (social y económico, incluso turístico) y a nivel ecosistémico (efecto en el medio ambiente por la pluriestratificación), debe ser un ejemplo del manejo del bosque nativo como una actividad prioritaria y urgente del País.

Este manual rescata la enriquecedora experiencia y profesionalismo de los Profesores Alfredo Olivares, Luis Piña y sus estudiantes en sus esfuerzos por lograr manejar y conservar el espinal en forma sustentable, pensando en el pequeño agricultor de nuestro país.

Mg. Sc Alfredo Olivares E. Coordinador Proyecto Proyecto Sistema de manejo silvopastoril del espinal para

producción de forraje y frutos del III Concurso del FIBN de CONAF

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ÍNDICE

Contenidos N° Pág.

PRESENTACIÓN

RESUMEN EJECUTIVO

INTRODUCCIÓN

1. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 1.1. Clima 1.2. Suelos

2. CAPACIDAD DE CARGA Y CARGA ANIMAL

2.1. Productividad del pastizal 2.2. Carga Animal 2.3. Suplementación

2.3.1. Producción de frutos de Espino 2.3.4. Espino manejo silvopastoril

3. INCREMENTO CARGA ANIMAL CON SUPLEMENTARIAS

4. INFRAESTRUCTURA 4.1. Límites del área 4.2. Subdivisiones del área (apotreramiento) 4.3. Camino 4.4. Instalación de corrales 4.5. Aguadas y bebederos

5. CARTA GANTT DE PLAN DE MANEJO

6. BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN

Históricamente se ha puesto mayor interés en eliminar los elementos del ecosistema natural con el propósito de establecer cultivos, aparentemente rentables, sin considerar sus funciones ecológicas y la diversidad de usos que puede ofrecer. El manejo productivo del recurso natural no siempre pone de manifiesto la necesidad de lograr, tanto el mantenimiento estable de la producción a mediano y largo plazo, como su conservación. El manejo de éste, debe orientarse en función de su dinámica; por esta razón, previo a cualquier intervención, es indispensable tener claro los conocimientos básicos de su funcionamiento, lo que hará posible plantear los fundamentos del cambio y para ello será fundamental describir, con la mayor exactitud la formación que se desea transformar y su estado actual, para así plantear alternativas que permitan lograr el estado de mayor conveniencia y sustentabilidad. En nuestro continente la actividad agroforestal se practicaba desde tiempos históricos, sin embargo, esta práctica se fue perdiendo en la medida que se adoptaron modelos de producción altamente tecnificados y de mayor rentabilidad, dejando así de lado las alternativas de establecer sistemas integrados de producción que incluyeran el uso múltiple y la diversificación de la producción. De esta manera, el abandono de prácticas de conservación y de manejo sustentable del sistema productivo, frecuentemente pudo desencadenar procesos de deterioro irreversibles. La utilización de los bosques y matorrales con propósitos múltiples aún no ha sido suficientemente considerado, y en muchos casos, se desconoce la posibilidad de manejar un ecosistema con el fin de obtener simultáneamente productos silvícola y ganaderos, e incluso, durante un largo periodo de tiempo se ha puesto más interés en eliminar el estrato arbóreo al pensar, equivocadamente, que con ello se favorece el desarrollo de la pradera, ignorando la función ecológica y la diversidad de usos que presenta un sistema integrado. El uso silvopastoril puede presentar connotaciones según el enfoque o situación donde se desarrolle la actividad. Así, hay autores que expresan “el cultivo silvopastoral tiene por objetivo hacer producir a los pastizales o prados arbolados, pasto como función principal y madera y leña como producción accesoria o secundaria”. Otros autores en cambio, describen el uso silvopastoril como “el uso consciente y deliberado del suelo para la producción concurrente de cosechas agrícolas y forestales, donde ambos están en íntima mezcla”. Hoy se puede describir el uso silvopastoril, como el manejo de praderas integrando árboles o arbustos al ciclo pecuario y al sistema agrosilvopastoril como un manejo de la vegetación arbórea y arbustiva integrado a los ciclos agrícolas y pecuarios.

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Las interacciones que, en general, se presentan en un sistema sivopastoril se pueden resumir fundamentalmente en: mejoramiento del nivel de fertilidad del suelo, reciclaje de nutrientes, mejores niveles de humedad del suelo e infiltración del agua, menor evaporación y evapotranspiración de esta, mayor eficiencia del uso del agua, protección a la erosión del suelo y al escurrimiento del agua, en especial en suelos con fuerte pendiente, y protección de los animales ante situaciones extremas de temperaturas. El espinal responde al manejo y uso que se haga de él, su destrucción mediante el fuego, corte o sobretalajeo, da origen a formaciones vegetales donde dominan arbustos pequeños como Proustia pungens, Solanum tomatillo o Baccaris(sc), si se mantienen algunas o todas estas condiciones de manejo, se termina con un sistema degradado. La velocidad del proceso estará de acuerdo a la intensidad de la acción antrópica. En sectores no intervenidos, los individuos provenientes de semilla generalmente presentan estructura de árbol monofustal de más de 7 m, en sectores intervenidos, se desarrollan renovales con estructura de monte bajo. La experiencia indica que, si se aplican estrategias de manejo técnico, se puede obtener una formación con potencial silvopstoril de importancia económica.

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ANTECEDENTES GENERALES DEL ESPINO

El espino es originario de las zonas áridas y semiáridas de América del Sur, se desarrolló en forma natural en el norte de Argentina y Bolivia, en el sur de Brasil, norte y centro de Chile, sur de Paraguay y Uruguay occidental. En Chile se puede encontrar entre el río Copiapó (27º 21’) y Concepción (36º 50’ S), en zonas donde la pluviometría oscila entre 28 mm y 1.340 mm, desde un clima, descrito por Uribe y col. (2012), como Desierto Marginal con periodos secos de 12 meses, hasta un clima Templado Cálido con periodos secos de 2 meses a 6 meses.

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La formación espinal constituye una unidad ecológica bien definida dentro de la vegetación con clima mediterráneo de Chile, presenta características de rodal de baja densidad, con vástagos rectos y cortos que se regeneran mayoritariamente a partir del rebrote del tocón. Corresponde a una formación secundaria consecuencia del retroceso del bosque esclerófilo y de matorrales de diferente tipo.

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Como resultado de la intervención antrópica, se ubica como especie dominante en la subregión de Matorrales y Bosque Espinoso tanto por su composición botánica como por su estructura y adquiere un significativo desarrollo especialmente en condiciones de suelos planos o de escasa pendiente y de profundidad media a profunda. Su estructura se ajusta a un orden de acuerdo a los estímulos de manejo, al ambiente y al tiempo o edad de la formación y corresponde a una comunidad estable con potencial silvoagropecuario que puede permanecer por un largo periodo de tiempo, o bien alcanzar diferentes grados de degradación como producto de una utilización inmediata y discontinua del sistema.

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Normalmente los individuos que componen esta formación se presentan como árboles o arbustos espinosos de hasta 6 a 8 m de altura; hojas compuestas; flores hermafroditas en inflorescencias globosas; vainas subleñosas verdes que al madurar toman color marrón de 3 a 7 cm de largo.

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Si se considera que el espinal representa una etapa final natural de equilibrio inferior al climax climático, es necesario aceptar que en el futuro no solo se debe convivir con esta formación sino que es indispensable introducirlo como factor importante en el manejo del sistema productivo, ya sea, con Acacia caven como especie arbórea dominante o como matorral de diferente tipo, según el manejo a que haya sido sometido en el tiempo o a su etapa de desarrollo.

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DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

El lugar físico dónde se realizaron las observaciones propias de este estudio corresponde a un sector del Programa de Rumiantes Menores y Pastizales de Secano denominado "La Ovejería" (Figura 1) de la Estación Experimental Germán Greve Silva, que pertenece a la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. Este campo se encuentra ubicado en la comuna de Maipú, Región Metropolitana (33º 28' S y 70º 51' O Long. O; 470 m.s.n.m.).

El sector de "La Ovejería" comprende aproximadamente 898 ha de las cuales 400 ha son realmente utilizadas, ya sea porque el terreno restante se encuentra en pendientes demasiado pronunciadas o por la falta de aguadas (Escanilla et al., 2011).

Figura 1. Área de estudio. Fotografía satelital obtenida con el programa Google Earth.

1.1. Clima.

El sector donde se ubica el lugar de estudio posee un clima predominantemente mediterráneo, se caracteriza por la existencias de una estación lluviosa corta en el invierno (mayo-agosto) y de un largo periodo seco entre septiembre y abril. Las temperaturas, en promedio varían entre una máxima del mes de enero de 28,2°C y una mínima del mes de Julio de 4,4°C. El periodo libre de heladas es de 231 días, con un promedio de 11 heladas

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por año. Registra anualmente 1621 grados-día (base 10°C) y 1147 horas de frío (base 7°C) (Santibáñez y Uribe, 1990).

En cuanto al régimen pluviométrico, determinante en la productividad del pastizal, es altamente variable. Al analizar la serie histórica de 39 años (1958-1996), se indica un promedio de 306 mm año-1, monto que se concentra en un 95% entre los meses de abril y septiembre (Olivares et al., 1998). En la Figura 2, se muestran los promedios mensuales de las precipitaciones correspondientes a la serie histórica de 1977 al 2012.

Figura 2. Precipitaciones promedio por mes para las serie de tiempo de 1977-2012. Elaboración propia en Estación Experimental Germán Greve Silva en Rinconada de Maipú.

Además se observa (Figura 2) claramente la distribución de las precipitaciones en el largo plazo en Rinconada de Maipú siendo el promedio total anual de 318,2 mm. lo que nos ubica en el contexto general de estar trabajando en un clima típico mediterráneo, donde el inicio de la época de lluvias es aproximadamente en abril y dura entre 6 a 7 meses, importante información a considerar para aspectos de manejo.

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100

Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Promedio prcipitaciones (m

m)

Meses

Promedio mensual de precipitaciones de 1977 a 2012.

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1.2. Suelos

En general, los suelos del sector son de origen aluvio-coluvial de pendientes suaves, derivados de materiales graníticos, predominando la textura Franco-limosa. La napa freática se ubica a más de 6 m de profundidad. La pedregosidad es escasa. El pH es cercano a neutro (6,9), la conductividad eléctrica es del orden de los 0,46 dS m-1 y los contenidos de Nitrógeno y Fósforo oscilan entre 17 y 19 ppm, respectivamente (Silva et al., 1987).

El área de trabajo corresponde específicamente a la Serie de suelos Cuesta Barriga, franco arenosa fina. La Serie Cuesta Barriga es un miembro de la Familia franca gruesa, mixta, térmica de los Typic Haploxerolls (Mollisol). Suelos de origen aluvio-coluvial, moderadamente profundos, en posición de plano ligeramente inclinado y que descansan sobre un substrato coluvial de gravas y piedras con matriz franco arcillo arenosa a una profundidad de 100 a 110 cm. De textura superficial franco limosa y color pardo oscuro, en los matices 7.5YR y 10YR; con un contenido de gravilla escaso; de textura franco arcillo arenosa, con abundantes gravas y de color pardo oscuro en el matiz 7.5YR en profundidad. El substrato está constituido por gravas y piedras en matriz franco arcillo arenosa con abundante gravilla, sin raíces. Materiales generadores mezclados, predominantemente porfiríticos.

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ANTECEDENTES PARA EL MANEJO SILVOPASTORIL DEL ESPINAL

Densidad del espinal. El manejo de la vegetación leñosa se puede lograr mediante dos tipos de acciones: la forestación y los tratamientos silviculturales, estos últimos normalmente se aplican en presencia de vegetación de valor para propósitos de manejo. En el caso del espino, también debe considerarse su dispersión natural fundamentalmente mediante la acción de animales rumiantes pues, a pesar que las semillas del espino tienen una testa dura que dificulta su germinación, el consumo por los animales de los frutos del espino que caen al suelo y el posterior paso de las semillas por el tracto digestivo, permite que estas sean escarificadas y luego de ser devueltas al campo mediante las fecas, quedan en buenas condiciones para germinar. La densidad de las nuevas plantas se puede controlar con diferentes épocas e intensidades de talajeo, en especial cuando recién emergen en otoño e invierno. La información sobre manejos silviculturales en zonas áridas y semiáridas es escasa no obstante ello, se ha observado que en espino, el de regeneración vegetativa es la opción más factible, pues la corta alta con diámetros superiores a 20 cm determina gran cantidad de regeneración, tanto en cantidad de brotes como en su desarrollo.

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El crecimiento de los brotes se expresa especialmente entre la primera semana de octubre y comienzos de enero. La velocidad del rebrote depende de la intensidad de corte. En individuos sin intervención el crecimiento de los brotes es significativamente inferior comparado con brotes producto de intervenciones medias. Esto se ve reflejado en una mayor producción de forraje.

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Productividad del espinal.

Un estudio de recuperación de un espinal luego de 6 años en el secano interior que consideró, como criterio de intervención la densidad de cobertura de copa, indicó que los raleos parciales regularizaron la estructura del espinal logrando mayor crecimiento y producción neta de fitomasa aérea. Raleos intensos (86 a 26% de copa), determinaron mayor incremento de área de copa total y área basal total. Raleos leves (97 a 47% de copa) determinó máxima productividad por superficie y por individuo en fitomasa total y comercial.

Estudios de relación entre hábito de crecimiento y producción de leña y carbón, señalan que la producción aumenta con el número de vástagos por individuos hasta un máximo de 6. Con más cantidad, disminuye el número de ramas y de diámetro de copa máximo lo que indicaría una reducción en la tasa de crecimiento.

En cuanto a la producción de flores y frutos, estudios en plantas individuales comprobaron la misma tendencia, el peso seco de frutos se correlaciona positivamente con el largo y diámetro basal de ramas. Las diferencias encontradas en producción de frutos entre hábitos es probable que se deba a la relación de cada tipo de hábito con el número de ramas principales, con el diámetro basal de ellas y con el largo promedio de estas. Productividad de la pradera bajo la influencia del espinal.

Cuando se estudió el comportamiento de la pradera en áreas con y sin influencia del espino, se pudo comprobar que la disponibilidad de la pradera siempre fue superior bajo la proyección de copa y que, en algunos casos, superaba el 100% bajo cobertura, no solo se inicia antes la germinación de la pradera, sino que su estado vegetativo se prolonga con respecto a lo que ocurre fuera de la influencia arbórea.

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Efecto del espinal en el comportamiento animal. Otro aspecto interesante de la presencia del espino es el efecto que produce en los animales, pues estos tienden a protegerse del frío invernal y del calor estival bajo su copa lo que, al mismo tiempo, regula las horas de pastoreo. Además en el periodo de mayor calor, la protección arbórea determina significativos ahorros de agua de bebida para los animales.

Uso de frutos en suplementación de rumiantes menores. Uno de los principales problemas que se presentan en los sistemas pastoriles en zonas áridas y semiáridas su dependencia del régimen climático, especialmente en cuanto a temperaturas, cantidad y distribución de las precipitaciones, pues estas últimas la producción anual de materia seca del pastizal y, muy especialmente, la distribución de la oferta de forraje durante el año. Esta variabilidad en la distribución de las precipitaciones resulta ser un problema para los sistemas ganaderos establecidos en esta zona ya que, por ejemplo, las precipitaciones tempranas generan falsas partidas del crecimiento de las praderas que afectan negativamente al banco de semillas, donde las plántulas mueren y no hay forma de recuperación (Olivares et al., 1998); y por otro lado, las precipitaciones tardías provocan incertidumbre de contar con disponibilidad de alimento para los animales durante las etapas críticas.

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Lo anterior determina restricciones nutricionales del ganado en épocas críticas para éstos en las cuales el sistema ganadero se caracteriza por requerir gran cantidad y buena calidad de forraje disponible (por ejemplo, el último tercio de gestación) y, es por esta razón, que durante los últimos años se han estudiado diversas formas de mejorar la productividad y sustentabilidad de las explotaciones ganaderas del secano interior de la zona central de Chile.

El desarrollo de ecosistemas pluriestratificados hace posible incrementar la productividad en la medida que se aproveche el efecto sinérgico que se crea cuando aumenta la interacción positiva en las zonas de contacto entre dos o más estratos diferentes (Olivares, 2006). En este contexto es que, además de todos los usos y beneficios del sistema silvícola es que, también se puede aprovechar la producción de frutos de espino (vainas) ya que éstas, están presentes durante el período seco de la pradera anual, periodo comprendido entre los meses de febrero a abril en Chile, meses donde coincidentemente la pradera presenta una baja calidad y progresiva baja disponibilidad dado que no hay crecimiento. Esto convierte a los frutos en un alimento atractivo y aprovechable para la suplementación animal. En un estudio realizado por Degen et al. (2010), se demostró que las especies del género Acacia son preferidas antes que especies del género Atriplex a pesar de contener mayores concentraciones de taninos en comparación a las otras especies. Calidad de los frutos En Chile, los estudios se han enfocado en los espinos por ser una de las especies forestales nativas más ampliamente distribuida a lo largo de todo Chile, lo cual implica que, es la mejor adaptada. Estudios realizados por Figueroa (2009), determinaron que la harina de cotiledón de semilla de espino posee un 49,7 % de proteína, 16,6 % de lípidos y 5,9 % de fibra cruda (Ballester, 2011). Gómez (2011) analizó la composición química del fruto maduro chancado de espino teniendo como resultado 12,8% de proteína bruta, una digestibilidad aparente de un 72,4% y con un 31% fibra de detergente neutro (FDN), porcentaje menor en comparación con otras especies del género lo que lo convierte en un buen suplemento para rumiantes. Cabe mencionar que, previo a éstos estudios, Mlambo et al., (2008), destacó que la única limitante en la utilización de semillas y frutos de especies del género Acacia es su contenido de taninos en hojas y vainas, porque podrían presentar una posibilidad de toxicidad (características comunes entre las especies pertenecientes a la familia de las Fabaceae) sobre el 5% de la dieta (Piluzza et al., 2013). Sin embargo, el fruto de espino, al presentar características nutricionales favorables, se puede considerar un suplemento a utilizar como apoyo en hembras rumiantes en último tercio de gestación (Gómez, 2011), donde la alimentación de las madres cobra especial importancia, ya que, por ejemplo en ovinos, la suplementación influirá directamente en el peso de los corderos al destete (Treacher y Caja, 2002; Pond et al., 2003), sobre todo si la pradera es deficiente en calidad.

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Cuadro 1. Composición química de frutos de espino (promedio ± DE) cosechados en dos momentos de su ciclo de desarrollo.

Momento de cosecha Fruto verde Fruto maduro Materia seca (%) 53,8 ± 1,2a 95,1 ± 1,7b Fibra detergente neutro (%) 30,9 ± 0,6a 34,8 ± 1,6b Fibra detergente ácido (%) 26,9 ± 0,6a 27,5 ± 1,8a Proteína bruta (%) 15,8 ± 0,4a 15,4 ± 0,8a Energía bruta (MJ/kg MS) 19,8 ± 0,2a 20,3 ± 0,6a Energía metabolizable (MJ/kg MS)

8,1 ± 0,1a

9,2 ± 0,5b

Valor D1 (%) 51,3 ± 0,9a 59,2 ± 3,3b Polifenoles totales (mg EAG/100 g Mta.)

3,88 ± 0,24a

3,41 ± 0,35b

Valores con diferente letra en la misma fila son estadísticamente diferentes (P≤0,05). 1 Materia orgánica digestible en la materia seca.

Gómez (2011), en su ensayo de suplementación, presentó el fruto de espino "chancado" dado que las vainas poseen ciertas restricciones de consumo en cuanto a la dureza de su "cáscara". Según Gómez (2011), el fruto de espino chancado facilita la digestión de las semillas, las cuales en su mayoría se parten, asegurando la entrega de proteína a las ovejas. Momento de cosecha de los frutos. De acuerdo a los análisis de nuestras observaciones en campo, para la suplementación animal, se recomienda cosechar los frutos maduros tanto para cabras como para ovejas, ya que las ovejas rechazan los frutos verdes y las cabras no manifestaron preferencia alguna. El momento de cosecha de los frutos maduros es entre los meses de Marzo y Abril. Forma de presentación de los frutos Se recomienda un procesamiento simple de los frutos de espino ya que, al disminuir el tamaño de partícula, se facilita la digestión de los nutrientes por lo que el aprovechamiento hecho por el animal sería mayor. El proceso recomendado es un chancado para elaborar un fruto maduro chancado dónde el tamaño de partícula sea grueso, porque en el caso de las cabras, se ha demostrado que los suplementos que se presentan finamente molidos, les pueden generar una irritación del aparato respiratorio, porque son muy sensibles a la acción de estas partículas sólidas finamente molidas (Morand-Fehr, 2003). Como se pudo observar en nuestros ensayos, un proceso de peletización no aumentaría la aceptación de las diferentes harinas, independiente del momento de cosecha de los frutos de espino; y en el caso de las cabras, rechazarían el pelet. Una recomendación así es una buena noticia para el ganadero ya que, la cosecha de los

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frutos maduros es mucho más fácil que la cosecha de frutos verdes ya que, como indicador de madurez solo tendría que recoger los frutos caídos o golpear suavemente las ramas de los árboles para promover la caída de los frutos que ya están maduros. Sugerencia de ordenamiento predial del espinal según capacidad de carga y carga animal. Bajo el supuesto de que contamos con un predio de aproximadamente 50 ha, para establecer adecuadamente la carga animal del predio, primero se debe determinar la productividad anual más probable en energía metabolizable que se espera del pastizal, considerando las condiciones agroecológicas del medio y un factor de uso. En función de lo anterior y de los requerimientos energéticos de una oveja, se debe determinar la carga animal del predio. El procedimiento se explica a continuación:

1.2. Productividad del pastizal.

Para el cálculo de la productividad anual del pastizal se consideró una concentración de energía metabolizable estable de la pradera de 191 cal m-2 (Olivares et al., 1979) ó 8 MJ kg-

1 de MS. Según Olivares, A. (1996) el rendimiento de la pradera es escaso si es mal manejada con disponibilidades anuales que no superan las 2 Ton MS ha-1, sin embargo, según la evaluación hecha en terreno se asumirá una productividad base de 2 t MS ha-1 ya que, se observó que ésta se encuentra en buena condición ya que corresponde a un sector que históricamente no ha sido utilizado. Para el cálculo de productividad del pastizal y de acuerdo a la buena condición de la pradera, se utilizará un factor de uso apropiado (FUA) de la pradera de 0,6 y habiendo un 95% de especies palatables (PSP).

En consecuencia a los antecedentes entregados se procedió a calcular la disponibilidad de MS utilizable del pastizal resultando ser 1,140 t de MS ha-1 y, por lo tanto, la energía metabolizable que entrega la pradera correspondió a 9.120 MJ ha-1.

1.3. Carga animal.

Este cálculo se realizó considerando el requerimiento fisiológico de una oveja adulta (Cuadro 1) y, según Castellaro (2011) una oveja adulta (Figura 3) tiene un requerimiento de 5.753,13 MJ de EM año-1, por lo tanto, la capacidad de carga potencial del predio considerando una superficie de 50 ha es de 80 animales.

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Cuadro 1. Tabla de requerimientos de energía metabolizable diarios y mensuales para una oveja adulta. Requerimientos ajustados para la situación de la zona central.

Requerimientos de EM (MJ) de una oveja adulta/Mes

En Feb Marz Abril May Jun Jul Ag Sep Oct Nov Dic

Diario 17,2 12 9,98 9,98 11 17,25 19,65 26,55 32,1 10,93 10,45 11,55

Mes 534 344 309 299 345 517,5 609,15 823,1 963 338,8 313,5 358,1

Fuente: Modificado de Castellaro, 2011.

Figura 3. Ovejas suffolk down adultas.

1.4. Suplementación

Para el secano interior la suplementación tiene dos objetivos fundamentales: incrementar la sustentabilidad del sistema, al otorgar un respaldo frente a épocas de escasez de forraje y/o permitir aumentar la carga animal de la explotación. En función de esto es que se barajaron las mejores alternativas para el sistema extensivo de ganado ovino pensando en aumentar la carga animal.

1.4.1. Producción de frutos de Espino como huerto frutal.

Acacia caven (Mol.) Mol. (espino) es un árbol perteneciente a la familia Fabaceae, el cual produce frutos (vainas) en el período seco comprendido entre los meses de febrero a abril, meses donde coincidentemente la pradera presenta una baja calidad y progresiva baja disponibilidad dado que no hay crecimiento, convirtiéndose en un alimento atractivo y aprovechable para la suplementación animal (Caris, 2004).

Estudios anteriores han demostrado que el fruto de espino, al presentar características nutricionales favorables, se puede considerar un suplemento a utilizar como apoyo en

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hembras rumiantes en último tercio de gestación (Gómez D., 2011) donde la alimentación de las madres cobra especial importancia, ya que, por ejemplo en ovinos, la suplementación influirá directamente en el peso de los corderos al destete (Treacher y Caja, 2002; Pond et al., 2003), sobre todo si la pradera es de deficiente calidad.

Con estos antecedentes se llegó a la de establecer un huerto de producción de frutos de espino pensando en suplementar durante el último tercio de gestación y se procedió a realizar cálculos de acuerdo a la siguiente información:

El último tercio de gestación dura aproximadamente 50 días dónde el animal puede llegar a consumir sin problemas hasta 300 g día-1 de fruto de espino sin problema, esta ración se estableció para evitar problemas de fitotoxicidad, ya que así la concentración de taninos condensables no sobrepasó el 6 % de la dieta, con lo cual no habrían problemas para el animal (Otero et al., 2004). Tomando en cuenta los datos recién mencionados, durante este periodo cada animal consumirá 15 Kg de fruto de espino y en consecuencia, el rebaño requerirá 1,2 t de fruto de espino durante el último tercio de gestación.

Entonces, para el diseño del espinal se consideró una población de alta densidad (menos de 2 m de distancia entre cada individuo) con un marco de 6 x 2, es decir en una hectárea habrán 833 espinos. Cada árbol produce en promedio 1,3 Kg de frutos (Olivares A. et al. 2013), por lo que en una hectárea el espino produce 1,083 t de frutos. Tomando en cuenta la demanda de frutos de espino que se utilizará para la suplementación del animal y la producción de frutos de espino (oferta) se llega a la conclusión de que para nuestro rebaño se requerirá 1,1 ha de espino plantado en alta densidad con un marco de 6 x 2 y con una arquitectura de 2 fustes por árbol (Rodrigo, datos sin publicar). El establecimiento se realizará con plántulas. El fruto será ofrecido chancado y será cosechado maduro (Armijo, 2015) para su consumo óptimo (Figura 4).

Figura 4. Fruto maduro de espino chancado.

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1.4.2. Atriplex repanda

Una razón para justificar el empleo de los arbustos forrajeros es el incremento de la densidad calórica de la energía metabolizable producida por el pastizal, con lo cual se logra una reducción del costo ecológico de cosecha del forraje por el animal y por consiguiente una mayor eficiencia productiva (Olivares, A. et al., 1981). Los arbustos forrajeros, especialmente del género Atriplex, crecen durante todo el año, pero su tasa de crecimiento se incrementa significativamente en el periodo estival (Zúñiga, M. 1973; Gastó y Caviedes, 1981). El valor nutritivo de Atriplex repanda es elevado, pues se ha llegado a determinar valores de 18% para proteína cruda, 23,6% de fibra cruda, 3,2% Es por esto que, el desarrollo de pastizales utilizables durante el periodo de verano y otoño, puede estar íntimamente relacionado con el mejoramiento de la ganadería, pues permite mejorar el encaste y obtener mejores porcentajes de parición y tamaños de crías al nacer.

En promedio, la producción de materia seca de una población de 1300 individuos ha-1, es de 2.6173 kg (Olivares et al., 1981) y considerando que Atriplex repanda entrega una energía metabolizable estable de 7,9 MJ kg-1 de MS (Silva, M. et al. 1976), entonces la oferta de EM de Atriplex repanda es 20.676,67 MJ ha-1 en enero.

La suplementación con Atriplex repanda puede estar incluida hasta en un 60% de la dieta de los animales en verano (Hopkins et al., 1999) y según Castellaro (2011) durante el mes de enero una oveja tiene un requerimiento de EM de 534 MJ (Cuadro 1). El 60% del requerimiento de EM es 320,4 MJ en enero por oveja, por lo tanto, el rebaño tendrá un requerimiento de 25.632 MJ durante enero. Por lo tanto es suficiente contar con 1,24 ha de Atriplex repanda solo para enero.

En el caso del mes de Febrero, las ovejas tienen un requerimiento de 344 MJ de EM (Cuadro 1). El 60% de ese valor es 206,4 MJ oveja -1 en EM al durante este mes, por lo tanto el rebaño tendrá un requerimiento de 16.512 MJ. Por lo tanto, es suficiente contar con 0,8 ha de Atriplex repanda en Febrero.

En conclusión, para suplementar los requerimientos energéticos del rebaño durante enero y febrero se resuelve contar con 2,04 ha de Atriplex repanda en un marco de plantación de 3 x 2,56. (Figura 5).

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Figura 5. Arbustal de Atriplex repanda.

2.3.3. Cebada forrajera

Los cereales de invierno se han constituido en un cultivo imprescindible en cualquier sistema de producción pastoril de carne o leche. Lo que debe analizarse es cómo ajustar las variables de manejo del cultivo para lograr aumentar en forma marcada la producción de forraje para disminuir los costos de cada ración que se le provee al animal diariamente (Tomaso, J., 2009)

La cebada es un cereal que se utiliza en la alimentación de los rumiantes, debido a su buen contenido energético y fibroso y a que tiene un mayor volumen de producción de materia seca inicial y por corte y por ende, un más rápido aprovechamiento que otros cereales. En consecuencia, se utilizará la cebada para pastorear aproximadamente desde fines de junio, cuidando que el pastoreo sea poco antes del espigamiento del cereal (Figura 6), para obtener las máximas ganancias de peso. Sin embargo, se debe tener cuidado de no pastorear demasiado joven el cereal, o de fertilizar con niveles altos de nitrógeno, ya que podría haber problemas de intoxicación por nitratos, lo que podría provocar la muerte de los animales.

En términos de manejo, la cebada se sembrará a inicios de abril de cada año para luego utilizarse parcializada en tres momentos, los cuales se distribuirán durante los meses de julio, agosto, cubriendo el 80% del requerimiento del rebaño en los meses mencionados y se asumió que el resto sería cubierto por el pastoreo de la pradera. Además, para el cálculo se consideró que las pérdidas por pisoteo pueden ser del 20 al 35%.

En promedio, el rendimiento total de MS de la cebada es de 5.000 kg MS ha-1 (Chávez, J. et al., 1999) y su contenido de energía metabolizable es de 9,3 MJ kg-1 de MS (Álvarez et al., 2005) asumiendo que sea un valor estable. Según Tomaso (2009) la cebada es capaz de acumular aproximadamente 1.500 kg MS ha-1 para el primer corte (julio), 2000 kg MS ha-1

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al segundo (agosto) y 1.500 kg MS ha-1 al tercer corte (octubre). La oferta traducida en términos de energía metabolizable (considerando 20% de pérdida por pisoteo) es de 11.160 MJ/ha, 14.880 MJ/ha y 11.160 MJ/ha para los meses de julio, agosto y octubre respectivamente.

El requerimiento energético del rebaño durante el mes de julio es de 48.732 MJ (Cuadro 1) y el 80% corresponde a 38.985,6 MJ. Para solventar ese requerimiento se necesitan 3,5 ha para este periodo.

El requerimiento energético durante el mes de agosto es de 65.848 MJ (Cuadro 1) y el 80% corresponde a 52.678,4 MJ. Para solventar ese requerimiento se necesitan 3,54 ha para ese periodo.

El requerimiento energético durante el mes de Octubre 27.104 MJ (Cuadro 1) y el 80% corresponde 21.683,2 MJ. Para solventar ese requerimiento se necesitan 1,94 ha para ese periodo.

Si se suman los requerimientos, se debería destinar un sector de 7,08 ha para cebada el cual se dividirá a su vez en dos potreros de 3,54 ha con el fin de realizar una rotación anual. Es decir, un año se sembrará un potrero y el otro se rezagará con pradera natural y así sucesivamente.

Figura 6. Pastura de cebada.

2.3.4. Espino manejo silvopastoril En resumen, se tendrá específicamente 1,1 ha de huerto de espinos en alta densidad para producción de frutos, 2,04 ha de Atriplex repanda en media densidad y 7,08 ha de pastura de cebada forrajera. El resto de ha (39 ha) se destinará a espinos de manejo silvopastoril en el cual se organizará la población natural actual para que los individuos queden

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distanciados 4x4. Serán talajeados permanentemente durante todos los meses del año y el sistema de utilización será rotativo diferido para lo cual el potrero se subdividirá en 4 sectores de 9,75 ha cada uno.

Figura 7. Cabras talajeando un espino.

3. INCREMENTO DE CARGA ANIMAL CON SUPLEMENTARIAS

Para calcular el incremento de carga animal dado el manejo del sistema con suplementarias se debe calcular el diferencial de materia seca producida por cada suplementaria con el nivel de materia seca de la pradera base, asumiendo que sería de 2 tn MS ha-1 (Olivares, 1996). El método descrito anteriormente se utilizará sólo para cebada y Atriplex repanda.

El huerto de espinos de alta densidad produce 1,083 tn de frutos por hectárea y se asumirá que este valor es equivalente a la oferta de MS por hectárea, lo cual se adicionará tal cual a la producción de pradera base.

Se asumió que Atriplex repanda produce 2,6173 tn de MS ha-1 (Olivares et al., 1981) en una temporada y el diferencial con la pradera nos da un aporte de 0,6173 tn ha-1.

La cebada en total produce 5 tn de MS ha-1 (Chávez, J. et al., 1999) en una temporada y el diferencial con la pradera base nos da un aporte de 3 tn de MS ha-1.

Gracias al manejo con suplementarias se adiciona a la productividad del pastizal base (2 tn MS ha-1) 1,083 tn MS ha-1 de frutos de espino, 0,6173 tn de MS ha-1 de Atriplex repanda y 3 tn MS ha-1, lo cual sumado corresponde a 4.7 ton ha-1 de MS adicionales.

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Si una disponibilidad de 2 ton MS ha-1 es capaz de sustentar 1,58 animales ha-1, entonces el aporte adicional de 4.7 ton MS ha-1 nos permite sumar 3,7 animales más al rebaño.

4. INFRAESTRUCTURA

4.1. Límites del área

De la observación en terreno se dedujo que será necesario invertir en construir un nuevo cerco de 2946 m (perímetro del área obtenido con el programa Google Earth) ya que el que existe actualmente se encuentra en condiciones deplorables. El material que se utilizará para los cercos es el más apropiado para un rebaño ovino y consistirá en una malla ursus más un alambre con púas en la parte superior con palos cada 3 m.

4.2. Subdivisiones del área (Apotreramiento) En resumen, se tendrá específicamente 1,1 ha de huerto de espinos en alta densidad para producción de frutos; 2,04 ha de Atriplex repanda en media densidad y 7,08 ha de pastura de cebada forrajera dividida en dos potreros para rotación anual y 39 ha se destinarán a espinos de manejo silvopastoril de baja densidad que se subdividirá en 4 potreros de 9,75 ha cada uno para rotación diferida rotativa. (Figura 8)

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Figura 8. 1 y 2 potreros para cebada, 3 potrero para Atriplex repanda, 4 potrero espinal alta densidad; 5, 6, 7¸ 8 y 9 potreros para espino manejo silvopastoril; 10 corral. Fotografía satelital obtenida con el programa Google Earth.

Bebederos

4.3. Camino El camino principal que se encuentra dentro del área está en buenas condiciones y será utilizado permanentemente para facilitar el manejo, por lo que no se realizará ninguna acción de habilitación.

4.4. Instalación de corrales

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Ingresando al área de trabajo por el camino, se puede encontrar un corral y una manga en malas condiciones, al respecto se repararán los daños con el fin de no volver a construir. Las dimensiones del corral son de aproximadamente 30x30m.

Figura 9. Ejemplo de corral.

4.5. Aguadas y bebederos

No existe habilitación de aguadas tampoco se realizará ya que, lo interesante de esta propuesta es evaluar el efecto del manejo en un área de secano semiárido de la zona central de Chile. En cuanto a los bebederos, se compartirán entre potreros y siempre se instalarán cercanos al camino con el fin de facilitar la entrada de un camión aljibe que rellene los bebederos cuando sea necesario.

CARTA GANTT DE IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE MANEJO

La carta gantt que se muestra a continuación corresponde al plan de manejo de implementación (Cuadro 2), esto quiere decir que el periodo de establecimiento de los huertos u otros ya finalizó. Se estima que el periodo de establecimiento de los huertos demorará como mínimo 5 a 7 años.

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Cuadro 2. Carta gantt de implementación del plan de manejo. Actividades/Meses E F M A M J J A S O N D Espino silvopastoril X X X X X X X X X X X X Limpieza espino silvopastoril

X X

Siembra pastura cebada (cultivo anual)

X

Suplementación con frutos de espino

X X

Talaje Atriplex repanda X X Talaje cultivo cebada X X X Limpias Corta sanitaria Clareo con fines No Madereros

Raleo con fines No Madereros

Marcación Poda con fines No Madereros

Plantación suplementaria Protección contra incendios (Cortafuegos)

Sendero para recreación y turismo

Zanja de infiltración

6. BIBLIOGRAFÍA

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Los objetivos de este manual son:

Determinar mediante organización predial georeferencial sectores para el establecimiento de 4 sistemas de manejo del matorral de Acacia caven en base a criterios como condición del pastizal, densidad poblacional, aspectos prácticos relacionados con el manejo del rebaño ovino, etc.

Caracterizar y proponer el manejo de estos sectores para los próximos 5 años considerando aspectos técnicoeconómicos.

Las actividades que se realizaron para lograr estos objetivos fueron:

Georeferenciación de los sectores a estudiar y caracterización inicial de los cobertura herbáceos, arbustivos y arbóreos.

Análisis de la infraestructura requerida para el establecimiento de estos sectores.

Generación de una propuesta de manejo.