lugares y sentidos de la memoria paez

Upload: paomusic

Post on 04-Jun-2018

222 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    1/36

    Lugares y Sentidos de laMemoria Indgena Paez

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    Universidad del Cauca, Colombia

    Resumen:La presente reflexin trata sobre los sentidos culturales y polticos que subyacen enla memoria de los indgenas paeces. El tiempo no es pensado separadamente del espacio ter ri-to rial, por lo que la memoria y ls narraciones son construidas a partir de lo que sucede en elterritorio y por derivacin a sus habitantes. Estos sentidos pueden servir de reinterpretacin,con sus respectivos significados, para otros grupos indgenas de Amrica Latina.Palabras clave:Indgenas, memoria, territorio, cosmovisin, cultura.Abstract:The pres ent re flec tion turns aound the cul tural and po lit i cal mean ing that con sti-tutes a deeper layer in the men tal life of the Paece In di ans. Time is not per ceived sep a rate fromter ri to rial space, so mem ory and nar ra tive are con structed on the ba sis of what hap pens in theter ri tory and by re la tion to the in hab it ants. This kind of mean ing can serve as a re in ter pre ta-tion of the mem ory and nar ra tive of other in dig e nous groups of Latin Amer ica.

    Key words:In dig e nous, mem ory, ter ri tory, cosmovision, cul ture.

    Introduccin

    Los paeces, llamados as por los espaoles al momento del contacto, sedesignan a s mismos en su lengua (el nasaywe) comoNasakiwe.Nasasignifica gente, vida y adems se refiere a todo lo que existeen el cos -mos y en su territorio en par tic u lar; y en ste todo tiene vida; esNasa.Kiwees el territorio formado por tres mundos, el de arriba, el de abajo yel de la mitad donde habitan actualmente los nasa.Dado queNasakiwe es un trmino compuesto por dos palabras que seimplican mutuamente (nasaes todo lo que existe en el kiwey en ste

    todo esnasa), no existe una traduccin de consenso en tre los lingistas.Literalmente sera gente-territorio y ms exactamente la gente de suterritorio, si se tiene presente la aclaracin que hacen los paeces deque nosotros somos gente pero no somos nasa,por no pertenecer a suterritorio ni pensar como ellos. Por esta razn nos llaman en su lenguaMuskas (blancos) o en espaol afueranos, venideros ollegaderos de otros lugares.

    Nasakiwe no es, por consiguiente, un abstracto nom i nal como lo sonla mayora de los nombres propios como el (dado por los espaoles) de

    enero-abril del 2000, Nm. 21, pp. 167-202 167

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    2/36

    paeces. Vocablo que, al igual que el de los indgenas, debieron asumirpor razones de la dominacin para identificarse frente al mundoexterno y no internamente. Nasakiwe es, por el contrario, una

    designacin o significante que implica al mismo tiempo un sentido depertenencia espacial-cultural, una concepcin del mundo, un modo deser cultural y un lmite o diferencia frente a todos los dems que noposeen tal adscripcin y concepcin.

    En tanto lmite, marca un estilo de relacin con el adentro y elafuera, en el que la memoria da cuenta a su manera de una parte, de loque es propio y ajeno, de lo que ha sido impuesto y apropiado;y de otra, organiza socialmente formas de exaltar la unidad y cohesininternas frente a los vnculos con el ex te rior. La memoria construye as

    una relacin de singularidad, de interioridad, de transcendenciacon elterritorio.

    Este sentido de interioridad cultural con el territorio no ha tenidohistricamente un efecto de poder y de legitimidad, que trascienda msall del grupo; es decir, no ha sido reconocido, valorado, ni tomadocomo objeto de comprensin alguna por parte del Estado y sociedadnacionales. Cuando se les ha aceptado parcialmente el derecho a unterritorio, desde la Colonia hasta hoy, siempre ha sido por criteriosdiferentes a los de su propia concepcin cultural del territorio eimaginario de sociedad construido en torno a l. Dicho reconocimientoha provenido de invocaciones jurdicas, de estrategias polticas desujecin, de relaciones econmicas de expoliacin y explotacin, y nocomo producto de la admisin de la diferencia cultural. sta slo hasido motivo de inters por parte de los poderes hegemnicosnacionales y transnacionales en las ltimas tres dcadas. Inters quemuestra una fase nueva de la economa del ejercicio del poder: del viejosistema basado en la exaccin-violencia, se est pasando al de lasuavidad-produccin-provecho (Foucault, 1978).

    Obviamente es difcil, desde la cultura oc ci den tal, comprender estesentido de interioridad cul tural, mxime si deviene de una exterioridad:el territorio. En parte, porque la cultura occidental formula unaseparacin entre la sociedad y la naturaleza; y por otra, porque elterritorio ha sido concebido fundamentalmente en trminosadministrativos, polticos y econmicos y no en sus aspectospropiamente culturales.

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    168

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    3/36

    Ya que tal sentido de interioridad, adems de las dificultades paraser comprendido y aceptado por los occidentales, no da derecho aposeer un territorio, los paeces, y muchos otros grupos indgenas que

    hoy persisten, se abocaron desde la Conquista hasta hoy a desarrollarprocesos de resistencia cultural y/o a producir discursos de carcterhistrico y acciones polticas para conservar su derecho an ces tral ter ri-torial y, por ende, su cosmovisin.

    Result as que lo cul tural-ter ri to rial se transform en un asunto dederechos histricos y polticos, lo que es muy diferente. Ello no quieredecir que el paso de lo cul tural a lo histrico y poltico haya significadoigualmente un cambio de la concepcin del tiempo contenida en sucosmovisin, o que se haya dado lugar a la idea de un tiempo histrico a

    la manera como ste se ha entendido en el mundo occidental. Lamemoria narrada informa que la concepcin del tiempo persiste y atravs de ella se sigue estructurando el sentido sobre losacontecimientos del pasado y del presente. Sentido en el que el tiempono es pensado independiente o separadamente del espacio territorial.As lo indica la memoria y/o narraciones que se construyengeneralmente a partir de lo que le ha ocurrido al territorio y, porderivacin, a lo que le ha sucedido a los nasa que lo han habitado.

    De los aspectos precedentes se ocupa la presente reflexin, en es pe-cial de los relacionados con los sentidos culturales y polticossubyacentes en la memoria paez. Sentidos que podran extenderse conalgunas modificaciones a un significativo nmero de grupos indgenasde Colombia y de otros pases de Amrica Latina.

    De la territorializacin a los sentidos de la memoria paez

    La cosmovisin paez expresa una conceptualizacin de isomorfismoentre el nasay el kiwe, entre el ser humano y el cosmos. Su mito deorigen del universo explica que los humanos devienen de la naturaleza,

    que son unos seres ms de los que sta ha dado, es decir, son productode la naturaleza y no de un acto de creacin divino.sto, de por s, plantea una diferencia radical de concepcin y derelacin con la naturaleza frente a las establecidas por el mitojudeocristiano de la creacin del mundo. Subsecuentemente, muchaspar tes del cuerpo humano se denominan de manera toponmica: tienenlos mismos nombres dados a ciertos lugares de su geografa ofenmenos de la naturaleza. Cuerpo que tambin se piensa como se

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    169

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    4/36

    conciben algunos elementos de su territorio; de all la expresin yosoy rbol1. De manera similar, la fisiologa corporal y lo que lossujetos realizan en su dinmica social cotidiana (acontecimientos) seexplican en la cosmovisin paez como producto de las tay2(fuerzas oenergas positivas y negativas que circulan por el cosmos, el cuerpohumano y el mundo social) que dieron origen al universo y existendesde entonces en todo lo que hay o se presenta en el territorio, incluidoel hom bre y lo que ste realiza. Tal idea significa una naturalizacin delantropos y no una antropomorfizacin de la naturaleza, comogeneralmente se ha afirmado respecto de otros grupos indgenas.

    En esta cosmovisin y naturalizacin del antropos subyace unpensamiento del tiempo y de los acontecimientos, que no obstante serexpresados como dos lapsos distintos, el de la creacin del universo odel kiwe(tiempo cosmognico?) conformado, como ya se dijo, portres mundos o espacios y lo que ha pasado despus (tiempohistrico?), son concebidos en realidad como dos periodosinterdependientes o con una fuerte relacin en tre ellos. As se tiene quelo que pas en el momento de la creacin del universo no ha dejado desuceder y se manifiesta en el presente al formar parte del territorio y detodo lo que en ste existe; al mismo tiempo que lo que ha acontecidodespus, si bien no tiene la inmanencia del lapso primero y presenta

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    170

    1Segn el anlisis lingstico, es un error traducir como metfora esta expresin de uso

    comn entre los paeces, ya que no alude a una relacin de comparacin el cuerpo es

    como un rbol sino a una afirmacin de identidad e isomorfismo el cuerpo es un rbol.De aqu que los nombres dados a las diferentes partes del rbol sean los mismos con

    que se designan a las del cuerpo. Para una ampliacin de la relacin cuerpo-cultura-naturaleza (Gonzlez, 1988:8-13).

    2Tay es un trmino que en la cosmovisin paez designa las fuerzas o energas

    constitutivas del universo y de la vida, y de todo lo que existe en el territorio. Tienen lapropiedad de dar la vida, quitarla y transformarla. Cuando ellas se encuentran enequilibrio se genera la armona del mundo natural y social. Su desequilibrio produce la

    enfermedad de los humanos, los conflictos personales, familiares y sociales concebidossiempre como producto de alguna transgresin de las normas prescritas de relacin con

    el medio natural y cultural. De acuerdo con esta concepcin todos los acontecimientosnaturales y sociales, cotidianos o trascendentales, positivos o negativos, que ocurren

    dentro del territorio o a los nasa se explican a travs del principio de equilibrio odesarmona de dichas fuerzas. Para una ampliacin de esta temtica (Gmez y Ruiz,

    1997:cap. 4).

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    5/36

    discontinuidades, es percibido bajo el corolario de que si una vezsucedi no hay razn alguna para creer o afirmar que no volver aocurrir3. Esta creencia no significa en absoluto la existencia de una idea

    cclica del tiempo a la manera de un eterno retorno acorde con elmovimiento propio de la naturaleza fsica4, ajeno a la voluntadhumana; es decir, una percepcin de la historia como una sucesin de

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    171

    3Este corolario es un aspecto bsico para comprender en gran medida la concepcin que

    tienen los paecesde la historia. As se tiene que cualquier acontecimiento (exceptuandoel de la creacin del universo) por insignificante o trascendental que sea, se piensa como

    algo que puede volver a suceder. En este sentido, la historia no se concibe como lo que

    ya no es, sino como lo que puede volver a ser o a ocurrir. Ms no se trata de unaconcepcin cclica del tiempo (a excepcin de los fenmenos de la naturaleza y algunossociales que s se consideran como tales) sino de un principio de causalidad y

    aceptacin de los hechos sociales cotidianos o histricos. Es esta concepcin la razn

    por la cual los paeces poco creen que las relaciones histricas establecidas por elEstado y la sociedad nacionales (a pesar de las aperturas democrticas ltimamente

    dadas) se transformen al punto de acabar con el sistema de dominacin y sujecin quelos ha caracterizado. Este recelo o desconfianza a ms del asidero histrico que le

    asiste, es parte del principio en mencin: si algo una vez sucedi no hay razn paracreer que no volver a ocurrir. Tan arraigado y claro es este principio que escapa a

    consideraciones de tipo estadstico o probabilstico, como se desprende de los

    siguientes casos. Cada vez que he preguntado a paeces procesados por homicidio si

    dada la experiencia vivida creen que no volveran a incurrir en la misma conducta,siempre han afirmado que no saben a pesar de la conciencia cultural que tienen de loreprochable del acto cometido. De igual manera, siempre se han extraado o les ha sido

    incomprensible culturalmente la pregunta de si No creen que el homicidio cometido sehabra podido evitar?, respondiendo siempre eso si yo no s, respuesta cultural y

    filosficamente aclarada recientemente por un the walaque me interpel con Y cmo

    se puede evitar lo que ya pas?. Un aspecto que confirma an ms el principio enexplicacin y adems informa cmo los hechos individuales son tomados como sociales

    y grupales se encuentra en el uso del cepo, que por generaciones ha sido funcional parasancionar a sujetos transgresores de las normas, ha sido abandonado en algunos

    resguardos paeces (tambin entre los indgenas guambianos del Resguardo deGuamba) despus de que un solo indgena de los tantos sancionados con este mtodo

    mat al gobernador o a uno de los miembros del cabildo. Dicho suceso les permiticoncluir que el cepo ya no sirve y que a causa de su uso se dio una muerte que podra

    repetirse en el futuro.4

    Aunque los paeces, como la mayora de los grupos indgenas, tienen un profundo

    conocimiento y una taxonoma de los ciclos (diarios, mensuales, anuales o de ms largaduracin) de la naturaleza y organizan en torno a ellos buena parte de sus prcticas

    sociales, culturales y productivas; sin embargo, no se observa en los hechos socialesuna visin similar o anloga que permita hablar de una concepcin cclica del tiempo

    histrico.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    6/36

    acontecimientos que se repetiran inevitablemente en el presente o enel futuro, ni se trata de un tiempo circular en el que la historia es unpresente que se repetir en el fu turo, como lo conceban los griegos en

    la antigedad. Tampoco guarda relacin con una idea cronolgica enque los acontecimientos sean entendidos como una sucesin de hechosascendentes en el tiempo.

    La concepcin paez del tiempo, el sentido cul tural de lo que en l haacontecido, es muy distinta, tal como se desprende de la explicacinfilosfica que de la memoria (yakni) hace un destacado lder eintelectual paez:

    Nuestro concepto de la memoria no obedece a la distribucin lin eal de un espaciohomogneo, en el que cada segmento de la lnea corresponde a un suceso,

    pudiendo as distinguirse el pasado del presente y del fu turo, como s sucede en elconcepto oc ci den tal de historia. Nuestro yakni se corresponde ms con el puntodonde se confunde el pasado y el presente como fundamento del futuro. El Us

    yakni es la unidad de nuestra identidad: nuestros antepasados, los mayores,estn al frente guiando nuestras acciones presentes, fundamento del futuro denuestros pueb los. Nuestras acciones se corresponden con las enseanzas de losmayores y determinan el fu turo de nuestra existencia. (Yats Kate cindate tengca mecue) Nuestros pueblos caminan observando las huellas de los ancianos deadelante (Piacue, 1997:32-33).

    Esta conceptualizacin de la memoria se opone a la idea de un fu -

    turo esperado, a la de un futuro ajeno a la experiencia pasada ypresente, a la de un fu turo deseado o logrado sin la accin de los sujetoscomo protagonistas o constructores del mismo. Es un fu turo en el queel territorio como espacio de experiencia y horizonte deexpectativa5(Koselleck, 1990) siempre han estado en tensin desde el

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    172

    5Estas categoras creadas y ampliamente utilizadas por Reinhart Koselleck en su libroFuturo pasado(1990), se usan aqu bajo la acepcin de que el espacio de experiencia

    tiene relacin con el cmulo de vivencias sucedidas en el pasado en el territorio paez, entanto el horizonte de expectativa se refiere a los hechos de dicha experiencia y no avisiones futuristas sobre el territorio. Esto es, la expectativa se construye con base en las

    posibilidades de realizacin que permite la experiencia previa. En otros trminos ysegn Koselleck, el horizonte de expectativa de una sociedad pone a andar

    mecanismos en el presente para influir en el futuro, pero los mismos estn contenidos yconstreidos por el espacio de experiencia recorrido. En consecuencia, el horizonte de

    expectativa ha de entenderse como la lnea que se encuentra en el futuro, pero que sealeja en la medida que el grupo se acerca a ella, pues sta sirve siempre de gua al

    presente.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    7/36

    pasado hasta el presente, al ocasionar que el espacio de experienciaacumulada acte siempre en funcin de lograr, en un fu turo prximo, laplena satisfaccin de su aspiracin territorial. Aspiracin

    histricamente negada y quiz por ello culturalmente ms deseada.De acuerdo con esta premisa, el pasado es constitutivo del presente

    y del futuro; sus relaciones son lgicas y no cronolgicas. As loratifica la memoria que nos los narra separadamente y si por razones decontexto debe hacerlo, siempre son pensados o concebidos comocontenindose uno al otro. Ms an, para hacer tal separacin elnarrador debe hacer un esfuerzo maysculo que no pocas vecesdeviene en un fracaso, mirado as desde el mbito del observador odel investigador occidental. Esquemticamente se puede decir que la

    historia paez no separa, aunque distingue, el pasado del presente;tampoco percibe, aunque dis tingue, el tiempo por fuera del espacio; sumemoria no admite las diferencias de verosimilitud que la culturaocidental establece entre mito e historia6; ni posee la taxonoma de untiempo cosmognico y otro histrico. Quiz lo ms importante para elcaso que nos ocupa sea el que la historia como acontecimiento, lamemoria como construccin de stos y la narracin como oralizacinde ellos, tengan como principio siempre el espacio territorial. Por lotanto, el territorio es el texto donde se pro duce y lee la historia, el lugar

    donde se construye la memoria y el punto de partida y llegada de lasacciones polticas.

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    173

    6La historia y el mito, del griego mythos (palabra, fbula) popularmente significado en

    occidente como ficcin, cuento o leyenda, poseen entre los paeces un sentido derealidad, interioridad e identidad que no admiten la separacin y diferencia dados por la

    sociedad occidental. As se desprende, incluso de su misma designacin en la lenguanativa: Kuecus Yakni (mito en espaol), lingsticamente en Kuec (nuestro); us(corazn-sentir); yyakni(memoria). Segn traduccin de un lingsta paez es sentir con

    el corazn la palabra de los mayores o nuestra memoria, nuestro pensamiento. Deall, su oposicin a que sus mitos-historias se interpreten como invento o mentira y su

    reclamo al mundo de los blancos manifestado en que slo los blancos cuentan cosasen las que no creen. Para los paeces el topos del pensamiento se encuentra en el

    corazn y no en la cabeza, aspecto que se relaciona con la idea de que recordar algoera, para los antiguos, volverlo a pasar por el corazn, y todava hoy los franceses

    llaman al conocer de memoria, conocer parcoeurde corazn (Ospina, 1999:23).

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    8/36

    Esta topolgica de la historia ha tenido como consecuencia prcticaque los paeces, como otras sociedades no occidentales, hayan logradoconservar hasta el presente parte de su espacio ter ri to rial y que, a pesar

    de haberse reducido ste como producto de las relaciones dedominacin imperantes, su historia, en vez de replegarseintratnicamente, se ha desplazado en trminos de sus luchas polticashacia otros grupos tnicos, movimientos sociales regionales o incluso aesferas internacionales. Pinsese al respecto en la variedad de formasde organizacin y movilizacin lo cales e internacionales; en las redesde comunicacin y cooperacin desarrolladas al mismo nivel; en laapropiacin o promocin de disposiciones jurdicas y procesos departicipacin poltica para intervenir o ser parte de organismos

    estatales del poder legislativo y ejecutivo, y supraestatales como laONU, la OIT; en el uso de los medios masivos de comunicacin. En fin,en el conjunto de acciones desplegadas para que trascienda su cultura ehistoria ms all de su propio espacio territorial. La importancia detodo sto es que:

    El carcter neocomunitario del anhelo de comunidad de los indgenas radica enel hecho de que vincula la comunidad lo cal con la transnacional, provee as una

    sntesis iluminadora de la dialctica reterritorializacin-desterritorializacinque subyace al proceso ac tual de globalizacin (Sousa Santos, 1998:175).

    El inters de la cultura occidental por extender su idea del tiempo atodos los espacios an no expropiados o apropiados, en sudesenfrenada carrera por capturar y adelantar el tiempo, ha terminadopor producir en los sujetos cierta sensacin de angustia y agobio. Conla idea de que el tiempo es oro, el ejecutivo de hoy no sabe qu hacercon el tiempo que le hace falta y el desempleado no sabe qu hacer contodo el que le sobra. Ocupar el tiempo es la consigna de ahora. Hayque volverlo produccin y, por tanto, no hay que dejar mucho tiempoli bre porque el individuo termina pensando o haciendo lo que no debe.Se moraliza y economiza as el tiempo, se desarraiga tanto el tiempodel espacio que se termina por creer que la solucin a los problemas denuestra poca, cualquiera que stos sean, se logra con la migracin, conel desplazamiento de su cultura a otro espacio con el que no existerelacin de pertenencia y se siente siempre extranjero.

    Que haya encanto o fascinacin en este proceder no se niega, pero loque se desea enfatizar es que ste no es el nico modelo de vida posible,pues mientras a los occidentales nos agobia la incertidumbre frente altiempo fu turo, a sociedades como la de los paeces las agobia la angustia

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    174

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    9/36

    frente a la prdida de su espacio territorial. Si nosotros somos presasdel tiempo, ellos lo son del espacio. Si nuestro tiempo se abre a todo, enellos el espacio se cierra a aquello que no consideran propio o

    apropiado. Si aqu aliena el tiempo, all aliena el espacio, y por lasmismas circunstancias aqu se tiene mayor adaptacin al tiempo y allal espacio. En fin, al traducir estos aspectos psicolgicos a otros decarcter ms histrico y sociolgico podra decirse que, mientras lospaeces en aras de conservar el espacio requieren imponerse odestruir el tiempo (se resisten al cambio), los occidentales en arasde adelantar el tiempo (de producir cambios) requieren imponerse odestruir el espacio. Como resultado de todo ello se tiene que lo queoccidente ha ganado y construido en funcin del tiempo, las sociedades

    no occidentales lo han ganado y construido en funcin del espacio.Estos dos aspectos aparentemente contradictorios resultan hoy vitalesy complementarios para el futuro de la humanidad.

    En correspondencia con lo antes expuesto, lo que se observa es unaconstitucin de sentidos dismiles de la historia y no de lgicas de lamemoria diferentes; lo que muestra que los occidentales han optadopor historizar el tiempo mientras los paeces han preferido historizar elespacio. Pero no se trata de opciones elaboradas intencional oconscientemente sino que son producto del libre desenvolvimiento

    del sistema cultural que los ha hecho posibles.Dicho sistema ha conducido a que la historia hegemnica occiden-

    tal, haya privilegiado los sucesos ocurridos en el tiempo con ciertaindependencia de la multiplicidad de espacios culturales existentes, otomando stos como aleatorios; y a que los paeces hayan privilegiadolos sucesos ocurridos en el espacio haciendo del tiempo cronolgico enque se dieron un asunto aleatorio. En realidad no hay aqu un simplejuego de palabras o un propsito de crear polarizaciones innecesarias;lo que est de por medio es una perspectiva de enfoque en la que dar

    cuenta de los lugares culturales de enunciacin de la memoria y de lanarracin histrica permite reconocer los mltiples sentidos yrepresentaciones culturales de la historia, e identificar los posiblessignificados de las acciones, deseos o esperanzas de la memoria.

    Los lugares de enunciacin de la memoria paez son denominadoscon mltiples trminos que describen la historia como un proceso devolver a ver, caminar el territorio, lo que cuentan los mayores quecaminan adelante o no perder o encontrar el camino. Estos trminos

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    175

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    10/36

    poseen un sentido ms de interioridad que de exterioridad7. La historiaas sentida no es lo que llanamente cuenta la historia, es lo que el sujetopuede interpretar, conocer y recoger de ella misma. Es lo que retoma

    para comprender su presente y pensar su fu turo. No es una exterioridaden el tiempo y en el espacio, sino una interioridad proyectada sobre eltiempo y el espacio que se habita. De ah que los paeces la concibancomo un camino y una forma de caminarla, y que no puedan contarlasin referirse al territorio, pues para ellos ste es el espacio que puedeandarse o desandarse libremente. Por razones similares, memoria,narraciones y pensamiento son lo mismo. Por eso la historia se ve y secuenta recorriendo el territorio, se transforma en sus relaciones con l yel fu turo del grupo depende de lo que se d o realice en dicho territorio.

    En sntesis, la historia es un recorrido que tuvo un comienzo, pero queno tiene un fi nal: se sigue construyendo, se sigue andando y dando. Enefecto, los paeces dicen ver la historia (el conjunto de losacontecimientos) caminando el territorio, la cuentan o evocan en susrecorridos cotidianos. La construyen instalndose en el lugar de loshechos, en la concrecin espacial de stos, en el lugar que la ha hechoposible, donde sta se ha desarrollado y no en el tiempo abstracto de lahistoriografa oc ci den tal o desde un lugar no histrico. No hay nadams incmodo o fuera de lugar para un paez que solicitarle que cuente

    la historia en abstracto, y lo es ms cuando el requerimiento se hacefuera de su territorio. De hecho lo hacen y frecuentemente ms que porgusto, por la necesidad poltica de justificar sus luchas ante sectores dela sociedad nacional o el Estado; y no obstante, siempre la narranaludiendo al territorio, a lo que pas en l y muy especialmente a lo queest sucediendo en la actualidad.

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    176

    7Entre los namuy misak (guambianos), de acuerdo con las investigaciones sobre

    Recuperacin de la historia y tradicin oral en Guamba realizadas por los indgenasAbelino Dagua, Misael Aranda y el antroplogo Luis G. Vasco (1998:59-69), existeuna concepcin similar a la que tienen los paeces. La historia es un caracol que

    camina y/o desenrrollar y enrrollar el territorio. Para los guambianos hablar dehistoria implica un discurrir que no es lineal, pero tampoco circular. Es como una espiral

    en tres dimensiones, cuyo centro est en lo alto; es un srurrapu, un caracol. Estasexpresiones, segn los autores, no son metforas o abstracciones sino conceptos

    concretos que se piensan a travs de lo concreto, esto es, el caracol, como el arcoiris ymuchos otros elementos materiales de la vida cotidiana, es el concepto; no se trata de

    que algo sea como el caracol, sino queesel caracol.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    11/36

    En consecuencia, no es accidental que el programa poltico delConsejo Regional Indgena del Cauca CRIC haya establecido en susdos primeros puntos el problema ter ri to rial: 1. Recuperar las tierras de

    Resguardos y 2. Ampliar los Resguardos y como sex to y penltimoel de Defender la historia, la lengua y las costumbres indgenas(Programa poltico, 1971). Aunque todos los puntos son parte integraldel conjunto de las reivindicaciones indgenas del pas, lo cierto es quecuando se analiza el contenido de sus luchas, a partir de lapromulgacin del programa, lo que se observa es que ellas se hanadelantado al seguir casi el mismo orden de sucesin de los puntos delprograma. As se tiene que la defensa de la historia, la lengua y lascostumbres indgenas (exceptuando el de la lengua) apenas han

    empezado a ser objeto de inters o de discusin poltica interna a partirde la presente dcada8. Este orden de prioridades es congruente con elsentido histrico y poltico del territorio. Los indgenas saben porexperiencia propia que sin territorio o fuera de l, pierden su lengua,identidad, sus derechos y costumbres; se convierten culturalmente enciudadanos de segunda clase, se perdera la memoria, al mirarse en lasgrandes ciudades o en los campos despoblados no podranreconocerse (Elizondo, 1993:106). De hecho la vigorizacin de lasluchas indgenas desde 1970 se reinici con la reivindicacin ter ri to rial

    y, posteriormente, durante las dcadas de los 80 y los 90, se fueronagregando derechos polticos, econmicos y culturales. Las consignaspolticas algo propio de los movimientos sociales urbanos fueronapropiadas por los indgenas, pero concebidas tambin desde unsentido cul tural de territorialidad: los paeces del CRIC establecieron la

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    177

    8Hasta donde se posee informacin, a diferencia de los guambianos que desde dcadaspasadas iniciaron un programa de recuperacin e investigacin histrica y arqueolgica

    acompaado por acadmicos externos, los paeces (con excepcin del trabajo individualde algunos lderes) no han dado prioridad a un programa similar. Si bien, desdemediados de la dcada de los 70 a travs del peridico Unidad Indgena siempre se

    opusieron a la llamada historia oficial negndose a sus contenidos, dentro de lasescuelas bilinges dirigidas por maestros pertenecientes al CRIC. Sin embargo, es muy

    poco lo que se ha avanzado en el diseo curricular de los nuevos contenidos de lahistoria. A juzgar por lo visto, todo pareciera indicar que ello obedece a cierto temor o

    recelo a que se escriba o se d a conocerpblicamente su saber histrico en lasnarraciones. Esto hace sospechar que se trata de una actitud de resistencia o, en su

    defecto, a un desinters por recuperar lo que ya saben o no han perdido.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    12/36

    de Unidad, Tierra y Cultura y los guambianos de las AutoridadesIndgenas del Suroccidente AISO9 la de Territorio, Autonoma yAutoridad. Consignas que sealan su an ces tral territorializacin de la

    historia, la cultura y sus luchas, al invocar elementos que hay quefortalecer a travs de , y desde, el territorio. Sentido por dems distintodel existente en los contenidos desterritorializantes de consignasutilizadas por sectores obreros y estudiantiles urbanos como los detodos los pueb los del mundo unos, los pueb los unidos jams sernvencidos, unidad, organizacin y lucha, revolucin permanente ymuchas ms del mismo tipo.

    Este constreimiento de la lucha por el territorio y territorializacinde la historia y la cultura, fenmeno por dems generalizado entre las

    etnias indgenas del pas y de Amrica Latina, es algo que tambin semanifiesta en los discursos de intelectuales indgenas con respecto aasuntos igualmente histricos y polticos, pero un tanto msfilosficos.

    En el Primer Encuentro Nacional sobre la Jurisdiccin EspecialIndgena, realizado en la ciudad de Popaan, , Abadio Green(1997:149), un destacado intelectual indgena tule, expresidente de laOrganizacin Nacional Indgena de Co lom bia, ONIC, al disertar sobreel derecho o la justicia indgena, consign en la primera pgina de suponencia:

    An tes de los arcabuces, de la cruz, de las bulas papales y de las constituciones,las mujeres y los hom bres deestas tierrasya tenamos el deber de garantizar elequil ibr io del mundo.Las leyes de la Madre Naturaleza, de los dioses y los

    pueblos indgenas, nacieron para garantizar que los habitantes de todos loscontinentes tuvieran como vivir (...) Nuestras leyes deorigen nuestro derechomayor (...) no son unas leyes subterrneas... sino del centro de la tierra, lo que esmuy diferente; no son leyes para la cocina ... sino que nacen del fogn, quetambin es muy diferente; no son leyes chiquitas... sino que atienden a los

    animales y a las yerbasindefensas, y eso es diferente. (Los resaltados no son

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    178

    9Esta organizacin tuvo su origen en las diferencias de concepcin poltica, cultural eideolgica que los guambianos concibieron respecto a lo que fue aos despus de su

    creacin el desarrollo del CRIC, organizacin en la que participaron en su creacin perode la que luego se separaron para fundar el movimiento de Autoridades Indgenas del

    Suroccidente Colombiano, AISO.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    13/36

    del original, se recurre a ellos para indicar la fuerte relacinleyes-naturaleza).

    Todos los ponentes indgenas hablaron de la justicia y suproblemtica con base siempre en el territorio y la naturaleza. Pero loque ms llama la atencin es que los dems ponentes acadmicosnacionales y del ex te rior que ocuparon la mayor parte del tiempo de lostres das que dur el encuentro, hablaron del tema sin alusin alguna alterritorio (nacional o indgena) y centraron sus anlisis en: elpluralismo jurdico, sistemas de control social, soluciones deconflictos, formalismos jurdicos, relaciones de coordinacin entre elSistema Ju di cial Nacional y la jurisdiccin es pe cial indgena y un largoetctera. En fin, hablaron sobre problemas desprovistos de lugar, de los

    lugares que construyen jurdicamente los grupos y por dondecirculan las leyes, se apropian o se transgreden.

    La inmanencia de la historia en y con el espacio es una constante en-tre las sociedades nativas amerindias y ello hace que sea comn narrarla historia significndola en y desde el territorio. Son narraciones queenfatizan un sentido de pertenencia y desde sta y aquellas sedespliegan acciones para la defensa, conservacin y, ltimamente,para la ampliacin territorial.

    La memoria se construye as de acuerdo con las experiencias de lossujetos en el territorio; el deseo y la esperanza denotan un horizonte deexpectativa: no perderlo, hacerlo presente y futuro. Deseo, en tantoque el territorio es un derecho an ces tral perdido parcialmente, que anno ha sido garantizado y reconocido plenamente. As lo constata elespacio de experiencia histrica de los sujetos que da cuenta de suconstante prdida o de su permanente deterioro fsico; ambos aspectosson conceptualizados como las causas de sus pauprrimas condicionesmateriales de subsistencia. Espacio de experiencia que, desde lo vividoen el presente y lo conocido sobre el pasado, ha hecho del territorio unfactor de permanente tensin poltica e histrica, que se manifiesta ennarrar la historia yuxtaponiendo y comparando dos pocas: antes ydespus de la llegada de los espaoles, las que son relatadas indicandosus yuxtaposiciones en el espacio territorial.

    Este tipo de narraciones circulan por doquier entre los paeces ydems grupos indgenas del Cauca. Acudo aqu al primer relato queescuch (recogido en 1978 para elaborar mi monografa de grado enantropologa) en la voz de un comunero de uno de los resguardos de

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    179

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    14/36

    Tierradentro ms integrados a la sociedad nacional o con menorvigencia de la cultura paez10. Durante cinco horas de travesa por elresguardo de Ricaurte y de Cohetando, a medida que caminbamos,

    Don Antonio Achips hizo la siguiente narracin que por razones deextensin, slo transcribo (no siempre textualmente) una mnimaparte, conservando eso s el principio y el final.

    Antes todo esto que usted ve y hasta ms all de esas montaas era de losantiguos, sto era una nacin pero llegaron las divisiones con los espaoles y nosmetieron en corrales, en resguardos, se hicieron cabildos y se acabaron loscaciques, y ahora hay muchos problemas por linderos entre los mismosresguardos, y con los mes ti zos llegaderos... Por todo este can del paez hasta La

    Plata cuentan los mayores que la Gaitana y la cacica Guyumuse pele con tra losespaoles, los espaoles las mataron y eso fue una muerte hor ri ble, si no fuera

    por esa pelea desde el principio ni resguardos habra... En esta iglesia secomenz a bautizar con sal de los espaoles, all naci la idea de bautizo, de

    primera comunin, de casarse. Esa idea es trada no es de los propios de poraqu, algunos comuneros no se casan estn en amao viven como los de antes,

    pero todos hacemos bautizo y primera comunin; como le estoy diciendo todasesas ideas son tradas, este resguardo el nombre real era shitoquis pero con lacreacin del pueblito, del rea de poblacin donde usted vive le pusieron

    Ricaurte, as pas con el pueblo de la sal le pusieron Belalczar... Por estecamino que vamos se iba al mercado de la coca en Silvia, llevbamos coca ytraamos comida de tierra fra, eso era al cambio no a la plata como ahora, ir aSilvia era como una fi esta y no importaba que fuera lejos, se llevaban los nios,

    para que al pasar por el pramo de moras hicieran rpidamente un trabajo y nofueran perezosos. Los nios hacan casitas o palitos de sembrar maz, las niastelares o una muchilita de lana, eso ya se acab, se perdi la costumbre... En ese

    puente que est all que se llama de Cohetando los policas chulavitas apoyadospor los curas echaban los muertos que no se dejaban conservatizar. A mi papcomo era lib eral le toc hacer esa renuncia, jurar arrodillado ante el capitn de

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    180

    10De los 14 resguardos que existen en el municipio de Paez, los ubicados al sur de la

    cabecera municipal (Belalczar), fueron los que ms sufrieron por razones histricas,econmicas y polticas, un proceso de transformacin y aculturacin (comparativa-mente con el vivido o generado en la zona norte del municipio), que les signific la

    prdida total de la lengua y de buena parte de las concepciones y prcticas mdicas y,en menor medida, de las formas de produccin y redistribucin econmicas. La

    diferencia de la vigencia de la cultura ancestral paez es tal que sus gentes se reconocencomo indios pero menos indios que los del norte y stos, los reconocen como mestizos.

    No obstante estas circunstancias, llama la atencin que en estos resguardos se narre lahistoria de manera similar a como se hace en aquellos de mayor vigencia de la cultura

    paez.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    15/36

    la polica y la cruz del cura que era conservador, para que no lo mataran...Detrs de esa montaa est el can de Tlaga, desde arriba los primeros de poraqu echaban a rodar piedras para que no entraran los espaoles, ganaron las

    piedras a las espadas, pero despus gan la cruz... Hasta este ro (el Paez) es unlindero del resguardo. Este ro nace en la laguna de paez por eso se llama as, alotro lado, al frente, est la laguna de Juan Tama donde naci Juan Tama (cuentael mito de las lagunas y de Juan Tama) ... Los del CRIC vienen por aqu a decirque nos organicemos que hay que recuperar tierras, ampliar los resguardos,unos dicen que nos metamos que sino que tierra vamos a dejar a los hijos, otrosdicen que eso es para problemas, para poner muertes (hace la lista de lderes

    paeces asesinados) usted qu dice, ser para problemas?... Ya vamos a llegardonde el mdico que nos cuida a toda la fa milia, l le puede contar mejor lo queusted est estudiando, an tes haban muchos mdicos no haba que caminar tanto.

    Esos mdicos lo que decan as sala, a los pa ps de uno le decan para que iba aservir uno desde chiquito, ya se estn acabando, la iglesia no los dejaba trabajar,los perseguan que por que hacan brujera, en la parte de arriba en Vitonc, en

    Mosoco si hay ms, all es la mata, si el trabajo del md ico da buena sea o mala,el me dir si voy a la reunin del CRIC...

    Al da siguiente y de regreso a casa, Don An to nio Achips continacontando, repitiendo parte de lo ya dicho y agregando mucho ms.

    De manera for mal esta narracin no tiene un inicio y un fi nal comose espera que lo tenga todo relato, es una historia siempre en trnsitoque es contada como un ir y venir sobre el territorio; se puede narrar porjornadas largas o cortas, ello depende del espacio y del tiempo que dureel recorrido. A pesar del carcter parcial de la historia, lo que se relatase torna en una historia to tal o totalizadora, dado que la parte expresadaes una concrecin del todo. Es ms, si se descompone la narracin enlos tramos comprendidos entre los puntos suspensivos, cada uno secomporta, a pesar de su economa discursiva, en una historia completao por lo menos en la expresin de una historia de larga duracin yque, por lo mismo, es objeto de estudio de la historiografa nacional ouniversal. Veamos.

    El primer tramo informa sobre la transformacin del espacio ter ri to-rial ancestral, de cacicazgos a resguardos, como consecuencia de lapoltica territorial impuesta por la corona espaola y sobre losproblemas generados entre resguardos o con mestizos a partir deentonces. El segundo comenta sobre la resistencia armada de lascacicas Gaitana y Guyumuse frente a los espaoles y los logrosterritoriales conservados gracias a dicha resistencia. El tercero alude alproceso de evangelizacin y recivilizacin iniciado por la iglesia desdela Conquista y que an hoy contina, e informa qu prcticas fueron

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    181

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    16/36

    introducidas por la iglesia y cules son propias, y cmo unas y otrascoexisten en el territorio. El cuarto tiene relacin con la poltica demestizaje y con las disposiciones jurdicas de segregacin de las tierras

    de resguardos, a travs de la creacin de reas de poblacin dentro deellos, promovidas por el Estado a inicios del presente siglo (Leyes 55de 1905 y 19 de 1927)11. El quinto da cuenta de mercados regionalespara el intercambio econmico intertnico de coca (cultivada porpaeces) por productos de clima fro (suministrados por losguambianos) y su final en la dcada del 40, cuando el gobierno nacionaldecret la prohibicin de la venta y consumo de coca12. El sex to ilustralos maltratos a que fueron sometidos los paeces por el contubernioiglesia-Estado, du rante la violencia poltica de la dcada de los 5013... y

    as sucesivamente hasta finalizar la narracin con el fenmeno polticoterritorial actual, contemporaneizado con las luchas del CRICiniciadas a partir de la dcada de los 70. En resumen, cada uno de estosproblemas posee por separado un sentido sin gu lar dentro de su historiay el conjunto de ellos ilustra la problemtica territorial, cultural ypoltica generada en torno a las relaciones con la sociedad y el Estadonacional, desde la Conquista hasta el presente.

    Narrato-lgicas de la memoria

    En su forma, no en sus fines, la economa narrativa de la historia(formulada a manera de problemas histrico-polticos an por re -solver) posee correspondencias con las economas comunicativas dellenguaje grfico, vi sual y oral, propias de la caricatura, las propagandastelevisivas y los chistes. En especial por la dificultad que hay para

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    182

    11Para una visin panormica de la legislacin indigenista republicana sobre resguardos

    (Roldn, 1983).

    12El cultivo de la coca para uso mdico, ritual, mtico e histrico es un elemento bsico dela cultura paez y de muchos otros grupos indgenas colombianos y latinoamericanos. El

    decreto 896 del 11 de Marzo de 1947 convirti en delito el cultivo, posesin y comercio

    de la coca, decreto mediante el cual se ejerci presin sobre la economa indgena y sejustificaron duros ataques punitivos a sus territorios y a las prcticas sociales ligadas a

    su uso y consumo.13

    El anlisis sobre lo que signific poltica y culturalmente la violencia estatal y eclesisticasobre la regin de Tierradentro y sus comunidades durante la dcada del 50, fue

    realizado por Anthony Henman (1981), 255-295 pp.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    17/36

    reconocerlas y comprenderlas en todos aquellos que no poseen lainformacin suficiente o no pertenecen al sistema de referenciasculturales que las produce o del que forman parte. Es precisamente eldesconocimiento de este sistema de referencia por la historiografa oc-cidental lo que ms ha conducido a tipologizar y calificar lasnarraciones histricas en su estructura, como crnicas de loimposible; en su estilo, como formulaicas, episdicas y cortas; ensu contenido, como difusas y confusas; en su sentido, como nohistricas y en su objeto, como una moral ya que en vez dedocumentar lo que realmente ocurri traen a colacin imgenes de loque debi de haber sucedido (Rosaldo, 1980; Poole sf; Morphy yMorphy citados por Rappaport; 1998:6-7).

    A quienes as caracterizan (lase califican) la estructura y el estilonarrativos de la historia indgena, habra que recordarles que lasnarraciones cronolgicas o lineales son caractersticas de la teoraeuropea del tiempo, inseparables del proceso de la conquista europeadel globo (Cohn 1981:227-90, citado por Rappaport s.f.:15). Aquienes as las evalan en su contenido y sentido, hay que recordarlesque la historia (history) aparece cada vez que ocurre unacontecimiento lo suficientemente importante para iluminar su pasado.Entonces la masa catica de sucesos pasados emerge como un relatostoryque puede ser contado, porque tiene un comienzo y un final, loque el acontecimiento iluminador revela es un comienzo en el pasadoque hasta aquel momento estaba oculto(Arendt, 1995:41). A quienesas las catalogan en su objeto, hay que sealarles que,epistemolgicamente, ninguna narracin histrica escapa a ello yaque en toda historia sucede siempre algo ms o menos de lo que estcontenido en los datos previos (Koselleck, 1996:341). Adems de quela memoria es construccin, seleccin, olvido, imaginacin y deseo almismo tiempo.

    Este cmulo de tipologas y calificativos, cuya consecuencia msdirecta produce una forma de silenciar las historias indgenas, derivaprobablemente de quedarse con un anlisis formal y, por lo tanto detratar de descifrar su significado o sentido histrico nicamente en elcontenido interno de las narraciones. Proceder que desconoce que elsignificado histrico no se encuentra solamente en lo que dicen lasnarraciones; ste se halla o se complementa en la experiencia vividapor el sujeto en el orden de su cultura y, en correspondencia, con sucosmovisin. Veamos un ejemplo que ayuda a ilustrar mejor esta

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    183

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    18/36

    afirmacin. En una investigacin lingstica se le pidi a una hablantenativa del paez con amplia competencia para hablar espaol losiguiente: Rosa (informante) diga en Nasayuwe (lengua paez) La casa

    de Pedro. R/ Quin es Pedro?. Cualquier persona, aclar lalingista. Rosa se queda pensando y calla. Para romper el silencio, lalingista pregunta refirindose al nio que carga en sus manos Cmose llama su hijo? R/ Se llama Jos. Diga entonces la casa de Jos.R/ Jos no tiene casa. Se le hace otra pregunta: Diga Rosa y Maratrabajan. R/ Mara no es mi vecina (Corrales, 1998). Estasrespuestas indican que tales preguntas carecen de lgica, de sentido,dentro de la cultura y la lengua paez por contravenir el contexto so cialdel decir las cosas en un plano concreto y no en uno hipottico o en

    abstracto. De manera sim i lar, la expresin ayer cac 6 osos carece delgica y sentido entre los esquimales debido a que su prctica de lacacera ensea que no se captura a este an i mal en esas cantidades y quecazar un solo oso polar es una actividad que demanda una labor engrupo y puede durar hasta una semana. Lo mismo parece ocurrir con lafalta de lgica, atribuido por nosotros a las narraciones histricasnativas, debido a que contravienen nuestras formas culturales de narrarlos hechos.

    No obstante, y al admitir que la narratividad histrica paez en

    comparacin con la que realizan los historiadores occidentalespresenta deficiencias en extensin, argumentacin y contenido,habra que reconocer tambin que la forma econmica y repetitiva decontar la historia paez tiene la propiedad de derivar y producir sentidosms lgicos y comprensibles para los nativos, que el que se esperaproduzcan por razones de magnitud y argumentacin las narracionesde la historiografa oc ci den tal. De acuerdo con los fines de una y otra,lo que las historias hegemnicas ganan en efectos de poder, verdad ylegitimidad a travs de su extensin y argumentacin, los relatos

    indgenas lo logran en trminos de comprensin, sentido de identidad yde accin, a travs de su cosmovisin e ntima relacin con el territorio.Por similar razn, la historia en manos de los expertos occidentalesdej de ser un asunto poltico de sus protagonistas y pas de serinterioridad para convertirse en exterioridad; dej de ser sentida decorazn para ser contada con la razn; se neg lo subjetivo que da lugara la accin del sujeto y se torn en objetiva para inmovilizarlo; se negsu oralidad protestada para ser una realidad escriturada; dej de sermemoria para volverse texto. Pas de ser interpretacin para

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    184

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    19/36

    concebirse como constatacin; pas de ser realizada a ser institucionaly oficial; en vez de ser accin se ha vuelto traduccin; en vez de serconstante y estandarte se volvi instante y se le guard en el estante; en

    vez de ser una historia para un fin, dio lugar al fin de la historia. Talespodran ser las diferencias de sentido y, en consecuencia, algunos delos reclamos que la narratividad histrica paez podra hacer a lahistoriogrfica occidental.

    Desde sus lugares de enunciacin, dicha narracin muestra que lahistoria en tre los paeces se cuenta a manera de una topocrona, en el quesi bien los acontecimientos suceden en un tiempo (cronos),distinguiendo un an tes y un despus, ellos siempre ocurren en un topos,en un lugar. La historia se relata entonces no desde el tiempo en s, sino

    que de ste se habla a travs de una topodtica o datos que la memoriatnica contiene del lugar. Se procede as a la manera arqueolgica o delarquelogo, en el sentido de que el pasado o lo pasado deja huellas,marcas en el espacio fsico, huellas que son una evidencia de quealgo pas o de lo que pas. De esta forma el arquelogo, como elindgena, son a su manera narradores de un proceso de transformacincultural del espacio, al tornar a ste en un espacio siempre histrico.

    Estas huellas-datos pueden verse en el presente, principalmente enel espacio fsico superficial y, en menor medida, en el estratigrfico.Son huellas a partir de las cuales la memoria tnica construye yreconstruye la historia, le da sentido y la significa en el lugar en quesupuesta o realmente acontecieron los hechos. Hechos que, incluso, yaestn construidos en los nombres de los sitios, en su toponimia, como siel nombre mismo de los lugares contuviera intrnsecamente o dieracuenta de los sucesos ocurridos en ellos. La memoria recurre as a unamnemotecnia guardada en, o recordada por, los lugares. Mnemotecniaque se da en el diario vivir y acontecer de lo nat u ral-social del territorio,como lo dan a entender los paeces al afirmar que:

    La persistencia de los recuerdos, no se afianza nicamente en la capacidad de lamemoria. La cultura ha guardado mecanismos de recuerdo, ha simbolizadoespacios geogrficos, objetos fsicos y actos simblicos como forma de evocar el

    pasado, cargado de sabidura y de la conciencia de su etnia(Encuentro depaeces por paeces, 1993).

    En la medida en que la historia del territorio incluye, adems de lorealizado en l por la sociedad, lo hecho por la naturaleza misma, esnecesario explicar su topografa, los accidentes geogrficos, su paisaje,haciendo que la historia tambin d cuenta del orden de su

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    185

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    20/36

    cosmografa; y al hacerlo se vuelve cosmologa. Una memoria asconstruida establece que sea a la vez cosmogrfica, cosmolgica ehistrica y que, como tal, sea narrada, unas veces ms, otras menos,

    pero siempre pensando o anexando en lo dicho su cosmovisin delmundo (espacio-tiempo) vinculada con lo que aconteci o estsucediendo en el espacio ter ri to rial. Todo esto hace que la historia paezimplique a la vez todos los acontecimientos sociales y naturales,sucedidos al o en el territorio: avalanchas, terremotos, derrumbes,heladas, sequas y dems. En la medida en que la memoria es o devienedel territorio, ella no separa conceptualmente los acontecimientossociales de los naturales; por el contrario, siempre los concibeinterrelacionados y bajo principios de causacin recproca, como lo

    sugieren o dan a entender mltiples afirmaciones paeces: Nosotrosvenimos del viento(mito de origen del universo); nosotros somoshijos paridos del agua (mito de origen de los hroes culturales o de lossat); nosotros somos hijos llegados de las avalanchas (mito depoblamiento del territorio).

    Estas afirmaciones con las que frecuentemente se identifican lospaeces ante la sociedad nacional, en especial en reuniones de carcterpoltico con miembros de movimientos sociales campesinos o sectoresmarginales urbanos, adems de su fuerte relacin con el territorio,

    sirven para dar cuenta de las relaciones de continuidad y/o contigidadentre el tiempo de creacin del universo (primera afirmacin), eltiempo en que sus sat (caciques, hroes culturales) salan de suslagunas sagrados como lo hizo Juan Tama (segunda afirmacin) y untiempo que siendo parte del origen cosmognico del poblamiento paez(tercera afirmacin) es un hecho que an sigue dndose en el presente.Esto se desprende de lo ocurrido con el terremoto y avalanchas del 6 dejunio de 1994 en Tierradentro, Cauca. El desastre oblig a salir delterritorio aproximadamente a 1.100 familias paeces para reubicarse en

    otros territorios; entre otros aspectos, eso sirvi para confirmarmaterialmente el mito entre las generaciones paez del presente.

    Una memoria imbricada de lo nat u ral-social-ter ri to rial origina quela historia no se relate en forma cronolgica, ya que al no ser el tiempoen que ocurrieron los hechos su preocupacin prin ci pal tampoco tienepor que dar cuenta de ellos a la manera como lo hace la historiografaoccidental. El desconocimiento por parte de la historiografa occiden-tal del lugar de enunciacin, desde donde narran la historia sociedadesnativas, ha llevado a calificar sus narraciones como acrnicas y lo

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    186

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    21/36

    que es peor an, a valorar muchas de sus prcticas culturales comoanacrnicas.

    Si se toma en cuenta la fuerte relacin que los indgenas establecenentre espacio y hechos, sera ms indicado caracterizar la historianativa no como anacrnica sino como policronotpica; o sea, lanarracin condensada de muchos tiempos (pocas) y sucesos en unmismo espacio. De igual manera, si se tiene presente la fuerte relacinque establece la historiografa acadmica entre tiempo y sucesos,diramos que su narracin es policronolgica, es decir, procura darcuenta del orden, la lgica y el sentido a travs del tiempo, o en unmismo tiempo, de lo acontecido en mltiples espacios. De all suobsesin o necesidad de delimitar, definir y dividir siempre el tiempo,

    en pocas (co lo nial, republicana), periodos (primera y segunda guerramundial) y en t iempos (premodernidad, modernidad,postmodernidad). Estas diferencias de lugares de enunciacin, deenfoque o de propsitos no indican que estemos ante dos lgicas de lamemoria. Pues los puntos de partida, fines y objetos a los que una y otrase aplican, producen sentidos con implicaciones obviamente dismiles,derivados de enfatizar en la modernidad y postmodernidad lapertenencia a un tiempo y a los valores atribudos a dicho tiempo, comolo hace la sociedad oc ci den tal; y los sentidos ancestrales de pertenencia

    a un espacio y al sistema de valores propios de la cosmovisin sobredicho espacio, como lo enfatizan algunas sociedades no occidentalescomo la paez.

    Desde el proceso comunicativo y socializador de la historia quedaclaro que el narrador indgena generalmente no narra lo visto por l(tampoco lo hace el historiador), sino lo que escucha mediante lonarrado, seleccionado y guardado en la memoria tnica desdegeneraciones pasadas. No es un testigo de lo acontecido, pero como seacostumbra contar la historia recorriendo el territorio, el nio que la

    escucha, una vez adulto, la narra como dando testimonio de lo sucedidoy no de lo escuchado, se apropia as de lo dicho culturalmente por sercontado desde lo visto o evidenciado a travs de las huellas de lossucesos an existentes en el territorio.

    Bajo estas circunstancias, la socializacin de la memoria tnica selleva a cabo desde una narracin fundamentalmente visiotpica (lovisto en el espacio) y aunque toda narracin, como se sabe, procedede lo dicho (interpretado) a los hechos, el re cep tor del relato lo recibe

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    187

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    22/36

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    23/36

    simplemente hacer ms vlido el relato, representa, a cierto nivel,cambiar de relato o de historia.

    Para el mundo occidental en el que todo es o se puede volvermercanca, objeto de goce al consumirla y en el que la historia esconcebida como exterioridad cambiar un relato por otro no tiene porqu impactar mucho el sentido de la vida cotidiana; pero proponerlonecesariamente as para grupos indgenas que tienen un sentido deinterioridad e identidad con su historia, significa imponerles un nuevosentido de la vida. Por ello, los paeces no tienen como meta cambiar dehistoria sino cambiar la historia, sobre todo aquella que ha contribuidoa justificar y hasta oficializar la sujecin y la dominacin. Cambiarlano significa negarse a ser parte de la historia nacional y uni ver sal, pues

    al fin y al cabo su proceso histrico es constitutivo de un mbito msglobal. Dicho cambio significa reconocer que el sistema de vida oc ci-den tal no es el nico modelo posible de historia o sociedad y que en susrelaciones con ste sea posible hacer menos espreo y ms factible suimaginario de sociedad; para lo cual se requiere la creacin de unaatmsfera ms propicia para la convivencia, interculturalidad y ladiferencia, y menos proclive a los conflictos, exclusiones y negaciones.En pocas palabras, los indgenas propugnan por un cambio de lasrelaciones histricas existentes que les permita no seguir siendo

    herederos de una historia e identidad trgicas. Mientras sto no se d,los paeces no dejarn de resistirse a que sigan contando la historiasiempre los vencedores. Es en parte esta acendrada resistencia la queha llevado a que su memoria se configure tambin como historiasdisidentes y no nicamente como historias divergentes, lo que cul -tural y polticamente sera muy diferente.

    La resistencia paez posee un pragmatismo que le ha permitido,incluso, retomar contenidos o usar las fuentes de la historiografanacional y disposiciones legales estatales (documentos coloniales que

    sirven para legitimar derechos territoriales ancestrales y/o paraconfirmar la existencia de su hroe mtico JuanTama y la Ley 89 de1890, por ej.) para reafirmar su sentido de la historia y justificar anms sus luchas polticas por la defensa de su territorio y por laampliacin territorial. Este tipo de apropiacin en absoluto es unproceso de adopcin de la historiografa nacional o una consecuenciade la domesticacin de sta sobre la memoria indgena. Ms bieninforma sobre las estrategias organizativas y polticas y sus inherentesdiscursos creativos a los que han recurrido o se han visto abocados,

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    189

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    24/36

    para seguir permaneciendo fsicamente en su territorio y continuar lalucha cul tural por su conservacin y ampliacin. Resistencia a la quehabra que agregar las mltiples adaptaciones socioecolgicas

    realizadas para subsistir en ecosistemas frgiles y los sistemas dereciprocidad y de redistribucin socioeconmicas

    El carcter disidente de las historias nativas no obedece, comopuede pensarse, a un propsito deliberado de oponerse a lahistoriografa nacional mediante la creacin consciente de una formadistinta de narrar la historia; es ms resultado de las consecuencias oimplicaciones prcticas que contiene cultural e intrnsecamente susformas de narrarla. El territorio como razn de ser de su cultura, de suidentidad, hace que stas en sus relaciones histricas con la sociedad y

    Estados nacionales se tornen en accin poltica, o sea, en una historiaterritorial politizada. El constante reterritorializar la historia y lacultura ha generado, por ende, una poltica territorial cuyo sentidobsico la defensa del territorio y la resistencia cultural hapermanecido desde la Conquista hasta el presente; lo que ha cambiadoes el accionar poltico o sus formas de lucha.

    Puesto que la accin poltica se ha constituido en la prcticanecesaria o exigida para garantizar parte de sus derechos ancestralesterritoriales, los paeces reflexionan de manera permanente sobre elcarcter y los resultados histricos logrados con sus diversas formas delucha hasta ahora desarrolladas. En este campo se evidenciaclaramente cmo los paeces perciben y relacionan el pasado con elpresente; cmo problematizan e interpretan los acontecimientos, suscontenidos o resultados y a travs de ellos interrogan el presente y elporvenir; cmo sus luchas se narran y reflexionan para extraer de ellasenseanzas para el presente y el fu turo, y no como aoranza o para darcuenta del pasado por el pasado mismo; cmo la historia tiene valor encuanto accin y sirve adems para sa ber lo que pas y para prevenir o

    incidir en lo que puede volver a pasar. Veamos al respecto dos ejemplosde la narrativa paez, en que la memoria construye y genera prcticascon significados culturales siempre en funcin de una poltica territo-rial. Segn la concepcin occidental, uno sera de carcter histrico yotro de orden mtico, diferenciacin por dems inexistente en laconcepcin paez.

    En un encuentro (1996) de autoridades tnicas y lderes polticospaeces se formul la siguiente problemtica. En la vida de los nasahay

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    190

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    25/36

    tres grandes sat (personas especiales por sus capacidadesextraordinarias), la cacica Guyumuse (siglo XVI) quien enfrent a losespaoles, us la guerra ante la guerra; con esta lucha se logr

    conservar parte del territorio pero otro se perdi. Luego vino JuanTama (siglos XVII XVIII, hroe cul tural ms recordado por los nasa)quien logr un acuerdo de paz con los blancos, se pudo conservarparte del territorio volvindolo resguardos, pero la dominacin no seacab. En el presente siglo lleg Quintin Lame, quien se enfrent alas armas y a las leyes de los blancos usando las leyes indgenas y lasmismas armas y conocimientos de los blancos (uso del fusil, laescritura y el derecho estatal), se ganaron algunos derechos pero otrosno.

    El anlisis anterior dio lugar a conclusiones, explicaciones einterrogaciones. Histricamente el uso de la guerra, la paz y elconocimiento blanco han servido para defender el territorio, pero nopara acabar la dominacin sobre los indgenas. Esta es la razn por lacual los lderes paeces de ahora, unos estn por la guerra, otrosproponen la paz (negociacin, concertacin con el Estado) y otros porhacer uso del conocimiento blanco y ser parte de las instituciones delEstado, pero ninguno de estos tipos de lderes ha sugerido cosasdiferentes. Si la guerra, la concertacin y el conocimiento blanco no

    han logrado acabar con la dominacin, Cul debe ser entonces lalucha para salir de la situacin en que vivimos los indgenas?. Lasluchas de la cacica Guyumuse y de Juan Tama fueron muy fuertesporque cada uno en su momento logr la unidad de todos los paeces, elpensamiento era el mismo para todos y no como ahora que hay muchospensamientos (polticas) y por lo mismo muchas divisiones. Por lotanto, se insisti en que a pesar de las diferencias de pensamientos loimportante es no perder el camino de la unidad. Ante la pregunta deun lder joven de si vendra un nuevosatque lograra la unidad de

    todos un the wala(shaman paez) despus de una larga explicacin,afirm que en caso de llegar unsatlos indgenas no lo resistiran, lomataran porque losnasade ahora no admiten un ser con tanto poder yotros agregaron o si no lo mata el ejrcito, la guerrilla, losparamilitares o el gobierno; si nos matan a nosotros que no tenemos esepoder.

    Debates del mismo tenor pero con resultados, por as decirlo, msprcticos y en el que se manifestaron claramente las imbricacionesdirectas entre pasado-presente-futuro llevaron a cabo los paeces de

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    191

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    26/36

    Tierradentro en torno al desastre vivido como consecuencia delterremoto y avalanchas, registrados en su territorio ancestral el 6 dejunio de 1994. En un principio, la versin ms generalizada del desastre

    fue la de asociar la avalancha al nacimiento de unsat(ser nacido de lasaguas como lo fue Juan Tama) que no pudo ser rescatado de las aguaspor la falta de poder, conocimiento y preparacin de losthe walas. Laaceptacin de esta versin significaba, de una parte, la prdida de lacapacidad de los the walade leer las seas, base del sa ber shamnicopaez, y de otra, resignarse a un porvenir incierto para el puebloindgenas. Con esta versin surgi otra que afirmaba que como el ca-cique parido no haba sido rescatado de las aguas, ste haba seguidoaguas abajo y haba salido del territorio, versin con la cual

    justificaban su salida del territorio quienes haban sido evacuados y nohaban acatado el llamado de los mayores a permanecer en la zona deldesastre. Simultneamente con estas versiones circul, a travs de losmedios masivos de comunicacin hablados y escritos, que la avalanchaera consecuencia adems de la tala de bosques y las quemas, muyespecialmente de la siembra generalizada de amapola en las zonas depramo. Versin que retom parcialmente la poblacin indgena nocomprometida en dichos cultivos.

    Con el paso del tiempo y probablemente tratando de contrarrestar

    las consecuencias negativas que algunas de estas versiones contenan,el CRIC, en voz de su presidente Jess Piacu, origin una versincon un sentido poltico e ideolgico orientada a fortalecer o restituir launidad del pueblo paez. En sta se afirm que la avalancha no traaconsigo el parto de un ca cique sino el anuncio y advertencia para que elpueblo paez se preparara para su advenimiento, motivo por el cualhaba que apoyar a los mdicos y estar muy juntos para asumir conautonoma la reconstruccin. Reconstruccin que implicaba asumirigualmente la ampliacin territorial de manera organizada en los

    nuevos sitios de reubicacin.Pero este orden de edificacin y surgimiento de versiones enabsoluto significa que la ltima haya desplazado a la anterior y assucesivamente; por el contrario, en la actualidad todas coexisten yalgunas han ganado ms adeptos o defensores. En fin, lacontroversia ha permitido en el fondo el reacomodo de unos y otros, ylo cierto es que el significado de la avalancha todava est enconstruccin. Lo es as por cuanto los smbolos mticos no son merascategoras semiticas o conexiones lgicas, sino procesos interactivos

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    192

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    27/36

    de transaccin mediante los cuales los pueblos se proponen metas ydesarrollan estrategias de definicin en lo individal y lo colectivo(Basso y Sherzer, 1990:14).

    Por esta razn, lo que produjo el desastre fue la unicidad de sentido yde significado en medio de la multiplicidad de versiones: todos lossujetos, segn fuera su imaginario dentro de la cultura, obraron enconsecuencia, haciendo que todas las explicaciones o narracionesresultaran vlidas para sus propsitos de conservacin y defensa delterritorio por parte de quienes se negaron a salir y de ampliacinterritorial por quienes asumieron organizativa y polticamente lareubicacin.

    Por lo an te rior, el desastre para los paeces, a pesar del do lor causadopor lo perdido en l, no fue considerado estrictamente como tal: no fuedesastre y mucho menos natural. El suceso se convirti en unaoportunidad para recomponer y ampliar el territorio y para mejorar lasrelaciones de convivencia so cial que se encontraban en puntos crticos.Pero como el orden de lo social y lo natural entre los paeces son unosolo, entonces habr que esperar, como sabiamente lo deca un thewalaa que el territorio sane para que nosotros tambin sanemos.Henos aqu nuevamente ante una oralidad donde la realidad social esregulada por lo que se conoce del mundo natural. Quiz esta relacinnaturaleza-sociedad siga siendo una de las razones esenciales de ladiferencia y etnicidad paez, frente al resto de la sociedad colombiana.

    Si el significado del desastre hubiera sido unvoco, los paeceshabran encontrado el camino de la uniformidad, de la muerte de sudiferencia. Gracias a su memoria histrica lo que han hecho es tomar elsendero de la diversidad y por esta va ir hacia la ampliacin ter ri to rial.Lo que se haba logrado con la prctica poltica de recuperacin detierras, tambin se logr gracias a la avalancha, confirmndose as unavez ms su mito de origen: los pueb los indgenas que habitan la Coor-dillera Central nacieron de una culebra celestial que nadaba aguasabajo. Cmo no reconocer entonces an hoy que los guambianos ypaeces sean hijos de los derrumbes y las avalanchas?.

    Pero esta frase (ser hijos de las avalanchas) slo comienza a tenersentido para nosotros los occidentales, por haber sido testigos mudosde esa realidad. De no haber sucedido el desastre, de estas frases y detodas las que conforman dicho mito podramos seguir reconociendo sucarcter supuestamente metafrico y una a una sus palabras, pero

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    193

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    28/36

    jams habramos llegado a comprender o a descifrar su significado, surealizacin histrica; aspectos por dems disidentes de que elsignificado est antes y despus de la lengua, y que se encuentra y/o

    complementa en la historia y en la cultura. Quiz sea sta la forma decombinar mito e historia para generar significados, la razn por lacual los paeces a pesar de las diferencias ideolgicas internas, se siganidentificando como etnia y como pueblo con un mismo origen ydestino. Su sentido histrico ha sido el mismo, slo que las estrategiaspara la construccin de un mejor futuro deben moverse a travs de launidad de lo diverso, o si se prefiere, mediante la diversificacin de suetnicidad, de su memoria. Pero esta diversidad de expectativaspresentes en la etnia paez, no slo se expresaron a travs de narraciones

    mticas sobre el desastre, sino materialmente en las mltiples formas yestrategias desarrolladas para asumir el proceso de reubicacinoriginado a partir del desastre14.

    De la negacin de las memorias indgenas a la valoracin de suslugares

    El territorializar la memoria, la cultura y su correlato de una historiaterritorializante no es producto exclusivo o una particularidad de lassociedades no occidentales como la paez. Con marcadas diferencias de

    ejercicio del poder, de extensin, de desconocimiento y expropiacindel otro, tambin ha estado presente, y de diversas maneras, en lasociedad occidental. El Estado colonial espaol reterritorializ lahistoria basndose en la expropiacin-apropiacin de las superficiesconquistadas, en la sujecin de sus pobladores y en la expansin eimposicin sobre stos de su cosmovisin, con toda las consecuenciasque ello implicaba. Su poltica implic territorializar su cultura ehistoria ms all de sus confines. En la formacin de los Estadosnacionales de Amrica, despus de su independencia formal de los

    Estados europeos, la demarcacin se contrajo y la territorializacin dela historia signific la definicin y soberana de, y sobre, un espacio y elpropsito nunca alcanzado de lograr la identidad y unicidad nacional:una ley, una lengua, una religin, en fin, una sola historia. En la poca

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    194

    14Para un conocimiento de este proceso y de las diferentes estrategias desarrolladas por

    las parcialidades (Cabildos) afectadas (Gmez y Ruiz,1997:caps. 6 y 7).

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    29/36

    contempornea, muy al contrario de las precedentes, existe unatendencia dominante de desterritorializacin de la historia y dedesocializacin de la cultura, basada en la globalizacin de lainformacin, capitales, mercancas y consumo, y ms exactamente enuna globalizacin de localismos o de localismos globalizados(Touraine 1997:9; Sousa Santos,1998:57).

    Cualquiera que sea la valoracin que se haga de la memoria paez, loreal es que su sentido histrico territorial no contiene el carcter deexpansin, exclusin, negacin o imposicin sobre la otredad quepresent primero el Estado colonial espaol y, posteriormente, elEstado republicano colombiano. Igualmente su sentido de la historia eimaginario de sociedad no son una construccin histrica derivada deun sentimiento romntico de ser diferentes o un producto polticosurgido de una necesidad de disidencia frente a la sociedad nacional.Ms all de estos aspectos, que en cierto modo podran estar presentes,es producto y consecuencia de una memoria cultural ancestralmentedivergente, estructurada con base en su cosmovisin de la naturaleza yen su concepcin del espacio territorial que ha dado lugar a unarelacin estructurante naturaleza-sociedad-naturaleza y a una relacinvinculante historia-territorio-accin poltica. Aspectos que semanifiestan a la vez en los lugares de enunciacin de la memoria y en

    sus formas de narrarla como se ha argumentado a lo largo de este texto.Dicha relacin estructurante ha hecho que la territorializacin de la

    memoria paez no admita una ruptura en tre el mundo nat u ral y el so cial,ella no concibe tal desacralizacin. Concepcin por dems opuesta a lade la modernidad que, bajo el postulado positivista de la ciencia comoun conjunto de verdades objetivas independientes del contextohistrico y la separacin sujeto-objeto, produjo una distancia radicalentre el orden natural y humano, sus consecuencias en el campo delconocimiento se tradujeron en un proceso de apropiacin y

    aprovechamiento sin lmites de la naturaleza. Este proceso deconquista tcnica de la naturaleza y de organizacin de la vida y lacultura basado en la razn, que comenz a extenderse a fi na les del sigloXVIII por todo el orbe a pesar de su embate colonizador y de losresultados de bienestar que trajo consigo el desarrollo tecnolgico, nologr imponerse o cambiar el pensamiento, el sentido de interioridad yde relacin con la naturaleza de un significativo nmero decomunidades amerindias. La perdurabilidad de esta concepcin seencuentra en el sistema de conocimientos tradicionales y los procesos

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    195

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    30/36

    adaptativos; en las formas de trabajo y de produccin; en las prcticassociales, la creacin artstica y esttica; en los modos de ejercer elpoder e impartir justicia y las formaciones discursivas; aspectos que en

    conjunto siguen estando ligados a una memoria que ha conservado latierra-territorio como un bien cultural no regulado por las relacioneseconmicas del mercado.

    En gran medida, ha sido gracias a esta narrativa de la historia y a lacultura ligada a la tierra-territorio que la diversidad de memoriasindgenas (tildadas por buena parte de la historiografa occidentalcomo anacrnicas, crnicas de lo imposible, difusas y confusas,formulaicas y episdicas, no histricas y hasta fras) ha logradoproducir y desarrollar un conjunto de prcticas y de conocimientos

    vitales, para la conservacin y aprovechamiento racional de la ricabiodiversidad del planeta.

    La diversidad gentica cultivada, domesticada, utilizada o conocida comouti liz able, es en su mayora un producto cul tural de las comunidades indgenas yde los agricultores tradicionales (Yepes, 1999:50).

    Las consecuencias ms prcticas de la orientacin de las memoriastnicas son modos de vida que han hecho posible la existencia demillones de seres humanos, bajo una relacin ms armoniosa con lanaturaleza y menos conflictiva con el medio ambiente que las

    desarrolladas por la sociedad occidental.Con base en las anteriores y nuevas valoraciones podra decirse que,

    si en la poca colonial e incluso en la republicana, el reconocimientoter ri to rial a los indgenas tena como uno de sus objetivos econmicos(los ideolgicos eran otros) preservar a los indgenas como mano deobra para el trabajo de minas y haciendas, en la actualidad el finprimero es conservar sus territorios y el segundo o derivado, proteger alos indgenas. No podra ser de otra manera, pues lo primero no puedelograrse sin lo segundo. Con otras palabras, estos lugares habitados y

    construidos por memorias ancestrales, considerados otrora comoinhspitos, marginales y de poco inters econmico se convirtieron derepente en espacios promisorios para el desarrollo. Por lo menos ascomienzan a ser vis tas, de acuerdo con los intereses gigantescos de lanueva geopoltica del capital (petroqumico, biotecnolgico yfarmacopeo), regiones como la Amazonia, el Choco biogeogrfico, lasselvas del frica ecuatorial y de la zona tropical de Asia.

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    196

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    31/36

    Es en el contexto de la problemtica ambiental actual en el que laterritorializacin de la cultura y de la historia paez como la de muchosotros grupos indgenas (que segn pronsticos de la historiografa y

    hegemonismos occidentales estaban condenados a desaparecer por sucarcter anacrnico) comienza a tener una inusitada vigenciaprctica, incluso al interior de la idea del tiempo histrico occidental;tiempo desde el cual siempre se les neg, invalid, explot, expoli ysujet. Se hace referencia aqu a la concepcin del tiempo comoprogreso y desarrollo creada desde la modernidad y redefinidaparcialmente en la postmodernidad. Redefinicin que ha permitidoestablecer y confirmar en torno al uso depredador de los recursos que,en trminos de acumulacin de capital y de demografa, de costo

    energtico y de disponibilidad de recursos...el modo de organizar la vida individual y colectiva reinante en las pequeasislas de la abundancia no puede ser realizado en escala mundial y que incluso elmero intento contribuye a acortar la existencia humana en el planeta, puesta en

    peligro por la ac tual depredacin in dus trial sin lmites de la naturaleza (Krotz,1993:16).

    Vaya paradoja. La invisibilidad producida o la invalidacin llevadaa cabo por la historiografa occidental de los conocimientos locales yde la construccin histrica-cultural de los lugares, propios de las

    memorias indgenas como la paez, terminaron siendo de gran interscientfico y econmico en la geografa del cap i tal. Inters que confirmauna vez ms lo ya expresado por Michel Foucault sobre la nueva fasede la economa del ejercicio del poder, del viejo sistema basado en laexaccin-violencia se est pasando al de la suavidad-produccin-provecho. Por esta razn no hay que llamarse a engaos, esta nuevalectura, producto de un desplazamiento de las historias y/o economashegemnicas hacia las sociedades y economas que no lo son, nosignifica un cambio de concepcin sobre las memorias indgenas, sinola produccin de un nuevo y doble desconocimiento. En efecto, losvacos encontrados por la historiografa en las historias indgenas,poseen concepciones complementarias y consecuencias prcticassimilares a las establecidas por las hegemonas econmicas en torno alos territorios indgenas, tal como se desprende de lo que sigue.

    Los territorios indgenas son explicados en trminos de la geografadel cap i tal como espacios vacos, deshabitados; significacin de laque participan igualmente amplios sectores de la sociedad y del Estadonacional. Vacos y deshabitados desde la geovisin generalizada

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    197

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    32/36

    que da tal sentido a todo aquel espacio que carece o no est integrado almodelo econmico y sociopoltico dominante. Otra es la visin de sushabitantes lo cales, los que construyen los lugares (Auge,1993) y se

    los han apropiado desde mltiples y dismiles formas culturales dearticulacin y relacin territorial15. La ausencia del Estado y de unaintegracin al territorio nacional es lo que pro duce la imagen refleja deespacios vacos. En Co lom bia no han existido paisajes deshabitados,todos tienen las huellas seculares de lo indgena, cuyas marcasarqueolgicas dan cuenta de la cristalizacin espacial de su presenciahistrica. Esta geovisin de vaco an presente, hace que dichosterritorios tengan para el Estado gran vala econmica y cientfica, msno cul tural. En otras palabras, los grupos que los habitan son medios y

    no fines en s mismos que permiten una explotacin menos costosa delos recursos disponibles, pues...ya no se trata de arrasar las selvas para extraer sus recursos, ahora se trata deconservarlas como fuente de genes para la industria biotecnolgica, pero sin

    preocuparse por las comunidades que estn ah, que an tes eran los desheredadosy que ahora probablemente tampoco van a ser los herederos(Yepes, 1999:54).

    De algunas constataciones histricas

    En correspondencia con todo lo hasta aqu expuesto surgen algunasconstataciones histricas sobre los accidentados y, por lo conocido,siempre inestables caminos transitados por las memorias localesindgenas.

    Durante el sistema colonial, el universalismo histrico europeoinici un proceso de exterminio fsico de las comunidades amerindiaso, en su defecto, de erradicacin de sus memorias mediante el proyectode recivilizacin y/o evangelizacin. Este proyecto signific, por unlado, la extirpacin de la memoria de los colectivos culturales; y porotro, la conservacin y sujecin de los sujetos desposedos y su

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    198

    15En Colombia, los 81 grupos tnicos indgenas presentan mltiples formas de relacin,uso y apropiacin territorial. Van desde el nomadismo (los nuk), seminomadismo (los

    wayu), apropiacin rotatoria del territorio (grupos amaznicos), fronteras mviles enexpansin (paeces, guambianos, coconucos) hasta los altamente sedentarios (kogui,

    arsarios y arhuacos). Los resguardos y las reservas indgenas son la forma de tenenciacolectiva territorial predominante regidas por sus autoridades tnicas: gobernadores y

    cabildos para la zona andina, y caciques o capitanes para la regin amaznica.

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    33/36

    confinacin excluyente a espacios reducidos para efectos de latributacin y el trabajo. Obviamente en los colectivos que lograronresistir y persistir, la memoria no desapareci sino que en los lugares de

    confinamiento siguieron reproduciendo en la medida de loposible los elementos cognitivos propios de su memoria yagregando a sta, o ms precisamente recordando para siempre, elcarcter trgico de dicha experiencia. Los lugares de tributacin seconvirtieron a la postre en la nica opcin real de persistencia de losgrupos indgenas y de su memoria. Memoria que termin padeciendouna especie de subordinacin a, y de, los lugares; ya que ms all destos desapareca o se transformaba hasta el punto de no ser reconocidapor los sujetos de los lugares donde proceda, ni aceptada por los que

    habitaban los lugares a donde llegaba. Las memorias excluidas,reducidas a espacios de confinacin, dieron origen o acrecentaron anms una narrativa histrica de carcter topolgica (no cronolgica) y aun sentido de identidad y pertenencia del mismo tipo. Quiz por no seraquella poca el tiempo de los indgenas sino el de los conquistadores ycolonizadores, la memoria indgena se apart del tiempo imaginado yse torn en el lugar deseado. Deseo siempre territorializado desde esepasado hasta el presente y el futuro, haciendo que los lugares, primeroexpropiados y luego reducidos y confinados, se tornaran en tiempos y

    memorias de larga duracin.Durante el proceso de formacin de los Estados, poltica eideolgicamente el universalismo europeo se volvi espacio nacional.La historia sigui siendo en este espacio tan hegemnica como laeuropea. En este nuevo mbito poltico, las memorias localespasaron de la confinacin a la asimilacin. Los sentidos de pertenenciaa una comunidad especfica deban desaparecer para dar lugar a launidad (unicidad) e identidad histrica nacional, identidad que seconvirti en el paradigma de la modernidad. Bajo este paradigma, tanto

    las memorias indgenas como los lugares que las hacan posiblesdeban pasar del confinamiento a la desaparicin o a la modernizacin.

    Durante este tiempo fueron muchas las memorias y lugaresindgenas que desaparecieron, en tanto otras y otros lograronpermanecer y persistir an sin modernizarse. La promesa de la unidad eidentidad jams pudo lograrse, quiz porque continu de cierta maneracon los sentidos de exclusin y dominacin de la otredad y de susmemorias, o porque la alteridad no desaparece necesariamente ante ladominacin y homogeneizacin, o simplemente porque lo homogneo

    Lugares y Sentidos de la Memoria Indgena Paez

    199

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    34/36

    necesita de lo heterogneo y ste se insubordina. A este proyecto nofueron ajenas las disciplinas sociales, sus formaciones discursivasparticipan en el proceso de construccin nacional a travs de la

    racionalizacin de la alteridad, a travs del conocimiento de ese otrohistrico que result y resulta tan problemtico para el proyectonacional.

    Aunque de esta racionalidad discursiva disciplinaria ya se hahablado en demasa, no sobra resaltar que en el mbito de susrelaciones con las memorias indgenas lo que siempre persiste es unsentido de paralelismo y divergencia, o si se prefiere una coexistenciatrgicamente soportada, ms nunca dialogada y comunicada.

    En la postmodernidad, donde el tiempo y el espacio secomprimen, donde se desterritorializa la historia y desocializa lacultura en aras de la globalizacin de las informaciones, los capitalesy las mercancas, las memorias indgenas son aceptadas y hastavalidadas pero no comprendidas por sus conocimientos prcticosms no cientficos, indispensables para seguir conservando loslugares-territorios, objeto de inters de las hegemonas econmicas. Enla postmodernidad, donde lo cultural se valora econmicamente, secierra o se completa un ciclo histrico. Primero las memorias fueronextirpadas de los cuerpos y stos recuperados para el trabajo y latributacin. Luego las memorias, los cuerpos y los lugares excluidospasaron a ser parte de historias y espacios ms amplios de unicidad ymodernizacin; y ahora, mientras los cuerpos son desautorizados porfalta de calificacin para los tipos de trabajo creados por lamodernizacin, sus memorias antes olvidadas, los lugares antesmarginados deben salvaguardarse (conservarse) hasta que los pasesdel hemisferio norte obtengan de dichas memorias los conocimientosdesarrollados sobre sus lugares. Que se desterritorialice la historia y lacultura un aspecto que de todas maneras debe ser afrontado por las

    memorias lo cales es una cosa muy distinta a que se desterritorialicen(expropien) los conocimientos indgenas en beneficio privado de lasmultinacionales y de los pases desarrollados y en deterioro de suscreadores y productores.

    Si esta es la naturaleza del dilogo de saberes tan en boga en lapostmodernidad, la tarea de la nueva historiografa no puede ser lamisma. Si en verdad pretende iniciar algn da un dilogo de memorias,debe comenzar por reconocer que la topolgica, la visiotpica, la

    Jos Herinaldy Gmez Valencia

    200

  • 8/13/2019 Lugares y Sentidos de La Memoria Paez

    35/36

    cosmolgica, la policronotopia de la narrativa indgena tienen unsentido cul tural, histrico, poltico y una pragmtica de conocimientosvitales para perdurar en el espacio y en el tiempo. Hasta que esto no

    suceda, la memoria occidental y la indgena seguirn por senderosencontrados, una por el camino de los tiempos y la otra por el camino delos lugares. La polifona de la historia no debe ser otra, ni puedelograrse sin el encuentro comunicativo en