los pilares del aprendizaje
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Instituto Bilingue Santillana del Mar
Los pilares del aprendizaje
Alejandra Ruiz Wong
2do secundaria
06 de octubre de 2009
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Indice
Portada………………………………………………..pg.1
Indice…………………………………………………..pg.2
Introducción…………………………………………..pg.3
Los pilares del aprendizaje…………………………pg.4 -6
Conclusión……………………………………………pg.7
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Introducción
Los pilares del aprendizaje son cuatro:
Aprender a ser
Aprender a convivir
Aprender a conocer
Aprender a hacer
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Los pilares del aprendizaje
Aprender a ser
¿ Que significa aprender a ser? La sociedad demanda que la escuela
forme personas integras y buenos ciudadanos, que eduque para la
vida plena de cada uno y de todos, que lo haga conforme a su
dignidad de persona y a las necesidades del mundo actual. Es un
proceso que puede impulsar la escuela proponiendo distintas maneras
en que cada uno desarrolle plenamente su identidad personal, que
descubra los aspectos de su personalidad que lo hacen único e
irrepetible, a la par de identificar los que los unen a un grupo de
pertenencia.
Requiere de la practica de valores como la justicia, la solidaridad y la
responsabilidad, entre otros; implica saber tomar decisiones en forma
razonada, voluntaria y etica; saber vivir libre y responsablemente.
La visión, la audición y el desarrollo motor.
Éstos son los tres pilares sobre los que se basa la atención en el aula
y las habilidades necesarias para poder leer, escribir, y realizar todas
las tareas escolares.
Por esta razón, para una terapia completa, debemos revisar estas tres
áreas en el niño y descartar problemas en las mismas o solucionarlos
cuando están ahí.
- Para la visión necesitamos un buen optometrista comportamental
(también llamado "optometrista del desarrollo").
Todos los niños pasan por pruebas de agudeza visual por parte del
pediatra o un oftalmólogo, quienes se ocupan de mirar que el ojo está
sano y la agudeza visual es buena. Pero tras esta evaluación, es
necesario ver cómo utiliza el niño los dos ojos de forma conjunta, si es
capaz de realizar los movimientos oculares necesarios para leer y
escribir y si su cerebro interpreta bien la información y consigue que
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las dos imágenes de los dos ojos se fundan en una sola y los ojos
puedan converger cómodamente en un punto para poder leer y
escribir... entre otras muchas cosas más... Todo esto lo evalúa y lo
trata el optometrista comportamental.
- En el caso de la audición pasa algo parecido.
El otorrinolaringólogo o el pediatra miden si el niño "oye" o no... les
preocupa que pueda haber una sordera. Pero no suelen considerar
distorsiones a la hora de escuchar, si el niño percibe bien todas las
frecuencias para poder hablar, leer y escribir con comodidad (el oído
tiene mucho que hacer aquí también aunque nos sorprenda). Esto es
esencial para poder prestar atención en el colegio, y unas distorsiones
en la audición (sobre todo si hay hiperaudición en alguna de las
frecuencias) pueden afectar seriamente no sólo la atención sino
también el comportamiento dada su importante incidencia en nuestro
estado de ánimo.
Para examinar y tratar estos problemas, es necesario acudir a un
reeducador auditivo de los métodos Berard o Tomatis.
- En cuanto al desarrollo motor... éste marca el nivel de desarrollo y
madurez general del cerebro del niño. Y determinará directamente sus
habilidades en todos los campos.
Por esto hay que evaluar si es correcto o si han quedado lagunas en el
mismo que debamos trabajar. Hay varios métodos que llevan a cabo la
necesaria "organización neurológica" a través de actividades de
movimiento. Algunos de estos métodos son Doman, Padovan,
Integración Sensorial y TMR (terapia de movimiento rítmico y reflejos
primitivos).
Otras opciones interesantes para determinar el estado de desarrollo
del niño pueden ser evaluar los reflejos primitivos que hayan podido
quedar sin madurar (esto también lo hace la TMR) y el nivel de
lateralización del niño. Pues si éste no está bien lateralizado (no es
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totalmente diestro o totalmente zurdo) cuando llega a primaria, puede
tener serios problemas en la lectoescritura. Una deficiente
lateralización, al igual que la presencia de reflejos primitivos, son
signos de una desorganización e inmadurez cerebrales.
No debemos olvidar ninguna de las "tres patas de la banqueta" del
aprendizaje (tal como nos ilustra María Jesús López), si nos dejamos
alguna de estas patas, la banqueta se tambaleará siempre.
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