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Linóleo de la ilustradora inglesa Hilke MacIntyre. Tomado de: http://hilke.macintyre-art.com/linocuts/butterflies/ Para una historia de la civilización del libro 2 Acuerdos del CDM 5 Escuela de invierno en Grupos de Cremona, Topología Geométrica y Geometría Algebraica 5 El fotógrafo del pánico 7 Elogio de la traducción 8

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Page 1: Linóleo de la ilustradora inglesa Hilke MacIntyre. http ...tifon.fciencias.unam.mx/boletin/2019/NOVIEMBRE/643.pdf · 2003, y reseñado en la Gaceta del FCE enero del mismo año

Linóleo de la ilustradora inglesa Hilke MacIntyre.Tomado de: http://hilke.macintyre-art.com/linocuts/butterflies/

Para una historia de la civilización del libro 2

Acuerdos del CDM 5

Escuela de invierno en Grupos de Cremona, Topología Geométrica y Geometría Algebraica 5

El fotógrafo del pánico 7

Elogio de la traducción 8

Page 2: Linóleo de la ilustradora inglesa Hilke MacIntyre. http ...tifon.fciencias.unam.mx/boletin/2019/NOVIEMBRE/643.pdf · 2003, y reseñado en la Gaceta del FCE enero del mismo año

Nota: Jacques Lafaye, historiador y antropólogo francés, especializado en estudios hispánicos, ha publicado títulos como Los conquistadores: figuras y escrituras (1995), Mesías, cruzadas y utopías: el judeo-cristianismo en las sociedades ibéricas (1997) Quetzalcóatl y Guadalupe: la formación de la conciencia nacional en México (2002), entre otros, nos entrega en este texto, preámbulo de su libro Albores de la Imprenta, publicado por el Fondo de Cultura Económica en 2003, y reseñado en la Gaceta del FCE enero del mismo año.Generalmente los libros de Lafaye derraman erudición por lo que son poco asequibles al gran lector. Se le ha catalogado a este antropólogo como “historiador del libro”, pues ha pasado más de cincuenta años buscando, leyendo y analizando libros en numerosas librerías y bibliotecas del mundo ibérico. En este libro ofrece una síntesis concisa de la historia de la imprenta, actualizada, pero con cierto enfoque crítico.Con este número damos fin a nuestra publicación del Boletín para este 2019. A todos nuestros lectores y suscripto-res les deseamos felices fiestas, buen descanso y un excelente Año Nuevo. Nuestro Boletín continuará publicándose a partir de la última semana de enero de 2020 y durante todo el año escolar. Agradecemos su preferencia.

Para una historia de la civilización

del libro

Jacques LafayeLa imprenta es una innovación téc-nica ocurrida a mediados del siglo XV en varias ciudades germánicas, casi simultáneamente, cuya apli-cación ha cundido en las siguien-tes décadas por la mayor parte de Europa, y en el siglo XVI hasta las posesiones españolas de América y Oceanía. Con el primer auge de la producción, en torno de 1530, el libro se ha convertido en el soporte de la memoria intelectual y el medio de expresión de las corrientes espi-rituales, a la par que de la creación literaria, en todo el orbe occidental. La coincidencia cronológica del de-sarrollo de la imprenta con el flore-cimiento europeo del movimiento humanista nacido en Italia, y el sur-gimiento de la Reforma luterana en el mundo germánico, han hecho del libro y el folleto unos incomparables medios de difusión del pensamiento renacentista, del reformado y, tam-bién, del contrarreformista. La orto-doxia en general, y más aún las he-terodoxias religiosas, intelectuales y políticas, se han beneficiado amplia-mente del impreso desde aquella época hasta el tiempo presente. Esta posición prominente de la vida cien-tífica, literaria, legislativa, política y espiritual (también importante en la economía y la vida cotidiana) la va a ocupar el impreso hasta hoy, razón por la cual suele calificarse a la edad moderna (les Temps modernes) como la edad de la “civilización del libro”.Muchos augurios van clamando, desde hace varios decenios, que es-tamos en la “era posmoderna” la de la informática, lo que significaría a cierto plazo, la muerte del libro. El hecho de que los medios de comuni-cación electrónicos, fotográficos, te-leinformáticos…, los media, pongan a disposición del “lector”, instan-táneamente y a precio barato, una cantidad de imágenes y textos prác-ticamente ilimitada, no a descalifica-do al libro como medio de informa-

ción, educación o entretenimiento. Nunca se habían publicado tantos libros e impresos (carteles, folletos, periódicos, revistas…) como ahora, si bien se rumorea, desde ya medio siglo, que la industria editorial está en crisis. Lo que sí puede observar-se es una degradación de la calidad intelectual y estilística, del libro en general (que contrasta con la mejo-ra técnica y estética), así como una desigual creciente en la difusión, efecto, entre muchos otros factores de la globalización mercantilista del mundo actual, que favorece a la len-gua inglesa en detrimento de otros idiomas de tradición cultural cuan-do menos equivalente.No se ha superado la civilización del libro, ésta más bien se está transfor-mando ante nuestros ojos; en ningún modo el libro es objeto ya obsoleto, ni las bibliotecas se van a convertir en museos, ocurre algo peor; el li-bro de hoy, en su gran mayoría, no pasa de ser un producto desechable, por lo efímero de la actualidad que se destiñe sobre la vida misma y, lo más grave, por su contenido con fre-cuencia deleznable. Hay afortuna-damente gratas y hasta numerosas excepciones; estamos hablando de la producción masiva, que sí ha ga-nado en diversidad, no se puede ne-gar. Como en épocas anteriores, los lectores de libros son una minoría en la sociedad; pero no hay incompati-bilidad entre ser lector de pantalla y ser lector de libros; son actividades complementarias; ni la primera ni la última son pasivas porque movi-

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lizan por igual la imaginación, sino la reflexión.Un estudio del libro originario, su fabricación y su difusión, requiere la consideración de las técnicas, la economía, la reglamentación, la vida política y religiosa: Para el periodo considerado, es necesario elucidar la relación autor-lector-bibliófilo…, la cultura en una sola palabra. En el caso de la Península Ibérica, por ejemplo, es esclarecedor comparar los mapas de ciudades con sinago-gas (hasta 1792), con universidad (o colegio o seminario), con obispado o convento, y el mapa de las prime-ras ciudades con imprenta. Resulta que estos mapas tienen múltiples interferencias y, particularmente en la corona de Aragón, casi coinciden exactamente; esta circunstancia no se podría considerar casual, y (al menos que sepamos) no se ha seña-lado hasta ahora. El impreso, el libro sobre todo, es a la vez algo ideal y concreto, vehículo de ideas y objeto material: razón por la cual es espe-jo de la vida intelectual, espiritual, política, y también de la economía y la sociedad en el momento de su producción y difusión. La conside-ración del libro primitivo (enten-diendo este adjetivo con el significa-do que tiene aplicado en la historia de la pintura) es la ilustrativa de una realidad permanente: el libro es producto híbrido, depende a la par del medio cultural, del capital y del mercado.

ANTÍDOTO DE ALGUNOS ANACRONISMOS

QUE TIENEN ACEPTACIÓNPor consiguiente no parecerá ocioso juntar datos y proponer reflexiones sobre los orígenes y el primer siglo de la imprenta, precisamente la his-toria del libro en las posesiones es-pañolas y portuguesas, que abarcan en la época considerada, amén de la Península Ibérica, los territorios de la corona de Borgoña, principalmen-te Flandes (Países Bajos y Bélgica); los de la corona de Aragón (gran parte de la Italia meridional: Sicilia, Nápoles); las llamadas “Indias de Castilla” y Brasil (esto es, la mayor parte del continente americano des-

cubierto y las islas del Caribe); hasta parte de Oceanía, notablemente las Islas Filipinas; y en Asia los empo-rios portugueses del Japón, la China y la India. En todas aquellas regio-nes del mundo (con la excepción de Brasil, donde la imprenta fue intro-ducida en fecha muy posterior), apa-recieron tempranamente, primero, el libro como producto importado y, luego, la nueva invención: la im-prenta.En poco más de medio siglo, la se-gunda mitad del siglo XV y los pri-meros decenios del XVI, el producto de la tipografía, el libro en papel se convirtió en un importante negocio internacional. La finalidad fue el provecho mercantil; la cultura se ha aprovechado también, pero ha sido como de añadidura. Si se excep-túan algunas figuras de impresores humanistas como Aldo Manucio de Venecia, o Robert Estienne de Lyon, que se propusieron difundir los clásicos latinos y griegos, hasta en detrimento de su propio interés como editores, los demás libreros-impresores fueron ante todo empre-sarios y negociantes, como vemos. Naturalmente el apostolado católico y posteriormente el de la Reforma protestante persiguieron otros fines mediante el impreso. Sobra decir que en los siglos XV y XVI no esta-ba vigente a libertad de prensa, una conquista de la Ilustración del siglo XVIII que, en España, fue legalizada por un decreto de las Cortes de Cá-diz (sólo en 1811 y por corto tiempo). Hoy se considera esta libertad como un derecho fundamental de toda de-mocracia auténtica. Con todo, fuer-za es reconocer que los privilegios, licencias, confiscaciones, índices de

libros prohibidos, multas, cárceles y hasta hogueras…, otros tantos me-dios y represión utilizados por la Iglesia y la monarquía conjuntamen-te, no lograron sofocar totalmente la impresión y circulación de libros heterodoxos, grabados licenciosos y panfletos subversivos, otros tantos samizdat antes de la letra. (Samizdat fue la copia y distribución clandes-tina de literatura prohibida por los gobiernos comunistas en Europa del Este durante la guerra fría).Pero se ha de descartar una visión anacrónica (que tiene amplia acepta-ción), según la cual la imprenta fue de inmediato un medio de educa-ción y emancipación popular. Esta ilusión ha sido expresada ya por un contemporáneo italiano: […] ut pauperrimi quique parva pecunia bil-biothecas possint redimiré, esto es. “[…] de modo que hasta los más pobres pueden comprarse bibliotecas por poco dinero” (Roma, (1468). Esto no pasó de generosa ilusión; tanto el analfabetismo (la alfabetización ma-siva fue una conquista del siglo XIX) como el costo del libro (si bien infe-rior al del códice manuscrito) fueron obstáculos insuperables hasta muy entrado el siglo XX en las sociedades hispánicas. Transcurrieron más de cinco siglos para que el libro se con-virtiera en objeto de consumo mul-titudinario. La amplia difusión que tuvieron tempranamente los “plie-gos sueltos” nos permite extrapola-ciones tan optimistas como las que se leen al respecto, incluso en escri-tos de reconocidos intelectuales.Otro anacronismo correlativo con-sistiría en imaginar que con el in-vento de la imprenta la población europea ha pasado, de un lado a otro, de la ignorancia al saber, o dicho en otros términos, de las ti-nieblas medievales a las luces del Renacimiento. Para tomar un solo ejemplo, la Biblia es un dato signifi-cativo el que hacia 1515 (o sea, más de medio siglo después de la inven-ción de la imprenta) no estaban en existencia en toda Europa más de

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25,000 ejemplares impresos de “El Libro” por excelencia. Para entender bien lo que esto significa, hay que se-ñalar que la población de la Europa contemporánea era de poco más de 50 millones de habitantes. Por otra parte, existía una tradición oral y una rica imaginería, unas bibliotecas llenas de códices manuscritos, todo lo cual va a coexistir en la cultura del impreso hasta hoy, y lo que es más: el manuscrito le ha proporcionado a la imprenta una abundante mate-ria prima. Los primeros impresos se consideraron, en la segunda mitad del siglo XVI, ante todo como un me-dio más rápido de copiar textos, un truco técnico, algo como la fotocopia cuando se inventó y se difundió en la segunda mitad del siglo XX. Fue percibida también la imprenta por los calígrafos de “libros de mano” (naturaliter) como a uno a modo de mercado negro de falsos (artificiali-ter) manuscritos, que les iba a quitar el pan de la boca.Las corporaciones amenazadas: amanuenses, calígrafos, miniaturis-tas, se lanzaron a un combate a la retirada. Hay que tener presente que se tardaba dos años de copiar un ex-tenso texto caligrafiado y menos de un año en imprimirlo; en el primer caso se sacaba una copia única y el último, centenares de copias. Ya ha-cia 1500 el famoso editor veneciano Aldo Manucio podía hacer tiradas de 1,000 copias al año de un libro, incluso en caracteres griegos, con las solas prensas de un taller.Se ha de valorar como lo merece el hecho de que en ciudades como Se-villa y Toledo, ya antes de que se introdujera la imprenta había una abundante producción de códices caligrafiados, así como bibliotecas eclesiásticas (católicas y rabínicas), y también lacas (de la nobleza). Tan-to como los amanuenses o copistas, los dueños de libros manuscritos (códices), lejos de quedar entusias-mados por la naciente imprenta, la percibieron como una amenaza: un manuscrito “de mano” en pergami-no una vez “impreso de molde” su texto perdería parte de su valor mer-cantil por efecto de amplia difusión. Los primeros libros incunables imi-

taron (por su letra y decoración) los manuscritos; era copias, lo más fiel posible, de manuscritos. Conste que por incunable se entiende, en rigor, todo libro impreso antes de 1501; esto es, metafóricamente, cuando la imprenta estaba todavía en la cuna. Por esta razón la expresión corriente “incunable americano” es ilegítima, puesto que la imprenta fue introdu-cida en el continente sólo ya muy entrado el siglo XVI. Lo correcto sería hablar de “primeros impresos americanos” o “libros primitivos americanos” o sencillamente “libros americanos antiguos”.Ni qué decir tiene, en otro aspecto, que la Iglesia veía con recelo proba-blemente e incontrolable divulga-ción de ideas heterodoxas por me-dio del impreso, como lo demostró la difusión masiva, a partir de 1520, de los escritos de Lutero: Ahora bien, los humanistas que, hablando propiamente, fueron ante todo unos filólogos, cuestionaron el texto de la Vulgata que era la versión latina del Antiguo y el Nuevo Testamento, declarada ortodoxa por los doctores de la Iglesia. De aquí que la edición en 1516, por Froben, famoso editor de Basilea del Novum Instrumen-tum (nueva versión comentada del Nuevo Testamento sacada del texto griego de los Setenta), elaborado por Erasmo de Rotterdam. Hasta se llegó a imprimir, antes de 1492, libros en-teros del Antiguo Testamento como el Pentateuco, en su versión hebrai-ca. Estas iniciativas originaron du-das y hasta polémicas, dando que el regreso a las fuentes originales de la Palabra de Dios abrió camino a rein-terpretaciones de la fe.Por otra parte, los humanistas fa-vorecieron la edición de clásicos

latinos y griegos, que casi todos ha-bían sido “paganos” (en el este caso politeístas), ya algunos mitológicos y eróticos. Los moralistas pronto se alarmaron también frente a la edi-ción de obras modernas de teatro y novelas de caballería y de amor nada edificantes en lenguas ver-náculas –en el caso que nos ocupa, las lenguas vernáculas eran el cas-tellano, el catalano-valenciano y el portugués--. Muchos se mofaban de los tipógrafos, “unos ignorantes con las manos negras de tinta” … ¡igual que los tintores de lana y paño! Los maestros universitarios, cuya au-toridad estaba fundamentada en la lección oral, vieron con inquietud la multiplicación de la palabra escrita. En cualquier sociedad (incluso las modernas con ideología progresista) las fuerzas conservadoras se alar-man frente a cualquier innovación técnica, agente de cambios cultura-les y sociales. Debido a nuestra mo-derna visión del progreso, por efecto de una ilusión retrospectiva, valora-mos al máximo el descubrimiento de la imprenta. ¿Así se verá en 500 y tantos años la invención de la in-ternet, que en la actualidad suscita grandes inquietudes? La imprenta de tipos móviles fue percibida por los contemporáneos en primer lu-gar como un atajo para burlar a los calígrafos, y sacar mucho más pro-vecho, y como un medio de evadir el monopolio cultural de la Iglesia (monjes y canónigos) y la censura monárquica.El mero hecho de que se haya llega-do a publicar el texto de la Biblia en lenguas vernáculas (esto es, lenguas del vulgo, distintas del latín que era el medio de expresión reserva-do a los sacerdotes y a los sabios) y sin glosa fue lo que se percibió como subversión provocada por la imprenta. Salió impreso “El Libro” (esto es, la Biblia) por primera vez en alemán en 1466, en italiano en 1471, en neerlandés en 1477, en castellano en 1485, en francés en 1487, en inglés en 1526 (el traductor fue quemado y colgado). Es decir, así se inauguró el acceso directo a la Sagrada Escritu-ra, ya no sólo a la glosa del predica-dor. Había nacido nada menos que

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“el libre examen”; esto es, en primer lugar, la libertad exegética, que era una forma de locura según Sebastián Brant en su famoso panfleto La nave de los locos, incunable de 1497 (Es-trasburgo).Pero para la Iglesia la imprenta fue también un poderoso instrumento de propaganda fide, o sea, la propaga-ción de la fe por medio de catecismos y misales impresos en cantidades que ya se podrán llamar industria-les, y bulas pontificales que eran considerable fuente de ingresos… Este fenómeno quedó patente en la segunda mitad del siglo XVI como consecuencia de las resoluciones de Concilio de Trento y la edición de los textos de “el nuevo rezado”: Con todo, en estas primeras batallas de impresos a escala europea, España y Portugal, grandes consumidores de pliego sueltos, pero modestos productores de libros no hicieron un papel de protagonistas, a pesar de su posición hegemónica en el mun-do contemporáneo. La aventura del libro en el ámbito ibérico e hispano-americano ha sido más bien oscura y tortuosa, lo cual no es en desdo-ro de sus más prestigiosos logros, como la “Biblia políglota” de Alcalá, trabajo de equipo (de traductores judíos principalmente) fomentado por el cardenal Jiménez de Cisneros, e impreso, a costa del prelado, por Arnao Guillén de Brocar (un francés, de apellido Brocardo o Brochart) en sucesivas entregas hasta completar-se en 1517.

Asunto: Solicita la renovación de su contrato como Profesora de Tiempo Completo.Acuerdo: Se turna a la Comisión Académica.

Permisos para ausentarse y viáticos

Solicitante: Dr. José David Flores Peñaloza.Asunto: Solicita permiso para ausentarse del 6 al 17 de enero con el fin de realizar una estancia de investigación en la Universi-dad de Santiago de Chile, Santia-go de Chile, Chile.Acuerdo: Se apoya. Se turna al Consejo Técnico.Solicitante: Dr. José David Flores Peñaloza.Asunto: Solicita permiso para ausentarse del 18 de enero al 3 de febrero de 2020 con el fin de rea-lizar una estancia de investiga-ción en la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina.Acuerdo: Se apoya. Se turna al Consejo Técnico.

Acuerdos del Consejo Departamental de Matemáticas

Sesión del 19 de noviembre de 2019

Escuela de invierno en Grupos de Cremona, Topología Geométrica y Geometría Algebraica

Del 6 al 10 de enero de 2020

Unidad Cuernavaca del Instituto de Matemáticas, UNAM, Cuernavaca, México

https://sites.google.com/view/cremonagroupsmexico/

Organizadores:Aubin Arroyo | Julie Decaup | Adolfo Guillot | Sebastián Hurtado

| Andrés Navas | Pierre PyMás información: [email protected]

Estando presentes:

Dra. María del Pilar Alonso ReyesCoordinadora GeneralMat. Ana Luisa Solís González CosíoCoordinadora InternaDra. Bibiana Obregón QuintanaCoordinadora de la Licenciatura en ActuaríaDr. Favio Ezequiel Miranda PereaCoordinador de la Licenciatura en Ciencias de la ComputaciónM. en C. María Lourdes Velasco ArreguiCoordinadora de la Licenciatura en Matemáticas AplicadasDra. Gabriela Campero ArenaConsejera TécnicaDr. Jorge Marcos Martínez MontejanoConsejero Técnico

Se trataron los siguientes puntos:

Renovaciones de contrato

Solicitante: Dra. María de Luz Gasca Soto.

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En estas vacaciones, se puede apreciar la exposición Xolos,

compañeros de viaje;permanecerá abierta hasta abril

de 2020 en el Museo de El Carmen en San Ángel.

Los antiguos mexicanos de diversas culturas convivían con los Xolos, incluso después

de la muerte, pues se creía que éstos acompañaban a sus dueños a transitar el camino

hacia el Mictlán —inframundo o sitio del eterno descanso—

y servían como ofrenda funeraria para sus amos.

El término xoloitzcuintle se origina del náhuatl: xólotl,

extraño, deforme, esclavo, bufón, y de la palabra

itzcuintli, perro.Este perro tiene más de 7,000 años de antigüedad sin que el hombre haya intervenido

en su generación, lo que lo hace una de las razas más antiguas

del mundo.En la mitología mexica, Xólotl

era el dios de la transformación, de los gemelos o lo doble,

a oscuridad nocturna, lo desconocido, lo monstruoso y la muerte; era considerado

el hermano gemelo y contraparte del dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, quien representaba la vida, la luz y el conocimiento.

Ambos dioses encarnaban un rostro antagónico del planeta Venus en su tránsito frente al Sol.

Algunos investigadores creen que este perro ya se había

domesticado hace más de 5,500 años.

En América, el xoloitzcuintle era más que un simple animal; a este cánido se le consideraba

un animal sagrado, un guardián y aliado trascendental.

El xoloitzcuintle estuvo al borde de la extinción durante

la colonización europea, por un lado, debido a que los

conquistadores hallaron en él una fuente de alimento inmejorable

para sus expediciones y, por otro, porque se buscaba

eliminar las tradiciones religiosas relacionadas

a este animal. De esta forma, esta raza

fue obligada a guarecerse en la sierra de Oaxaca y Guerrero, donde encontró refugio y sobre-

vivió durante cientos de años valiéndose de sus instintos.

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Comentarios: [email protected], @pollocinefilo

Para Elena

Escucha al pollo cinéfilo en el podcast Toma Tres en Ivoxx.

Por Marco Antonio Santiago

El fotógrafo del pánico Antes de que este año termine, quisiera recomendarles una película clásica, destrozada en su momento por la crí-tica, acusada de morbosa, vulgar y carente de méritos, y a la que sólo la posteridad colocó en la merecida posición de película de culto y que influenciaría la visión de muchos directores, entre los que se cuenta a Francis Ford Coppola y a Martin Scorsese. Peeping Tom (Michael Powell 1960), es una cinta atemporal, inquietante y obligatoria para cual-quier amante del cine de horror, y para cualquier cinéfilo que se precie de gustar de ese género. No es la única pelí-cula que aborda el tema del cine y el asesinato, bordando alrededor del snuff, del cine como ejercicio de morbo vo-yerista, como apología de la violencia y como fábula sim-bólica de la muerte y la crueldad. Yo vi esta película hace muchos años, en un cine que exhibía porno soft al mismo tiempo que thrillers desconcertantes; (allí vi también mi segunda cinta de Darío Argento, El pájaro de las plumas de cristal), y recuerdo que me impactó fuertemente. Ahora, recién volví a verla. Y aunque algunas de las emociones que me provocó entonces se han diluido, reconozco que encontré nuevos elementos, nuevas lecturas. Creo que ese es un mérito presente en las verdaderas obras de arte.Mark Lewis en un joven tímido. Trabaja como ayudante de fotografía en un estudio cinematográfico, y completa sus ingresos alquilando habitaciones de su enorme vi-vienda, y haciendo fotografías eróticas que luego se ven-den como postales. Viaja a todas partes con su cámara de cine de 16 mm, con la que captura cada segundo de su metódica existencia. Pero Mark tiene un secreto. Es un asesino en serie, empeñado en atrapar la mirada del te-rror en sus victima mientras éstas mueren. Su vida sufrirá un vuelco cuando comienza a desarrollar una creciente atracción por una de sus inquilinas, Helen Stephens, que vive en la planta baja de su propiedad, junto con su ma-dre ciega. La muchacha no se muestra indiferente a esta atracción. Pero pronto descubrirá, que Mark no es un jo-ven normal. Que ha sido moldeado por un padre cruel, un psicólogo empeñado en comprender los mecanismos del miedo, y que usó a su hijo como conejillo de Indias en una serie de brutales experimentos encaminados a sembrar de horror la niñez y juventud del muchacho convirtiéndolo en un ser apocado, obsesionado con perpetuar la mirada de terror que anticipa el final de la existencia. Poco a poco, el joven fotógrafo descenderá en el espiral de la locura, cuyo final, por previsible no es menos espantoso.

Michael Powell, un experimentado cineasta con decenas de títulos anteriores a esta cinta, presenta aquí un con-sumado retrato de la obsesión, una mirada crítica y ho-nesta hacia la labor cinematográfica, un rabioso reclamo al cine de su tiempo, y un interesante examen a la mente de todos aquellos que amamos pasar nuestra vida fren-te a una pantalla, perdiéndonos en la contemplación de episodios que, de no ser por una cámara, quedarían olvi-dados e inaccesibles. Este atrevimiento le costó caro, ya que su carrera de cineasta declinó tras esta película, y sólo muchos años después alcanzó la notoriedad y el recono-cimiento que siempre mereció Otto Heller quien le da a la fotografía un toque amateur ideal para retratar el eterno fisgoneo en el que vive nuestro protagonista. El cine es diseccionado en este filme de Powell, confrontado en su marginalidad, en su carácter muchas veces superfluo, y, a fin de cuentas, escapista; al mismo tiempo que juega con el inconsciente deseo de eternidad que subyace en todos aquellos que guardan imagen tras imagen, soñando que cada instante congelado en una fotografía, para alargar la felicidad capturada. Mención aparte merecen los intérpretes del filme, y espe-cialmente Karlheinz Bohm, que encarna a Mark Lewis con una intensidad memorable. En estas vacaciones, dense un tiempo y vean Tres rostros para el miedo (nombre que tam-bién tiene la cinta). Un interesante estudio sobre el culpa-ble placer que representa mirar, que de eso, dicho sea de paso, sé un rato largo. La recomendación de esta semana del pollo cinéfilo, que cierra esta reseña deseándoles un feliz fin de año y un 2020 lleno de buen cine.

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INTEGRANTES DEL CONSEJO DEPARTAMENTAL DE MATEMÁTICAS, FACULTAD DE CIENCIAS, UNAM.COORDINADORA GENERAL maría del pilar alonso reyes- COORDINADORA INTERNA ana luisa solís gonzález cosío - CO-

ORDINADORA DE LA CARRERA DE ACTUARÍA bibiana obregón quintana- COORDINADOR DE LA CARRERA DE CIENCIAS DE LA

COMPUTACIÓN favio ezequiel miranda perea - COORDINADOR DE LA CARRERA DE MATEMÁTICAS david meza alcántara COORDINADORA DE LA CARRERA DE MATEMÁTICAS APLICADAS maría lourdes velasco arregui.RESPONSABLES DEL BOLETÍNCOORDINACIÓN héctor méndez lango y silvia torres alamilla - EDICIÓN ivonne gamboa garduño - DISEÑO maría angélica macías oliva y nancy mejía morán - PÁGINA ELECTRÓNICA j. alfredo cobián campos - INFORMACIÓN consejo departamental de matemáticas - IMPRESIÓN coordinación de servicios editoriales de la facultad de ciencias - TIRAJE 300 ejemplares. Este boletín es gratuito y lo puedes obtener en las oficinas del CDM.NOTA: Si deseas incluir información en este boletín entrégala en el CDM o envíala a: [email protected], [email protected], [email protected] Sitio Internet: http://www.matematicas.unam.mx/index.php/publicaciones/boletin

Elogio de la traducción

Todo acto comunicativo está plagado de errores y confusiones. Dice un antiguo proverbio yidis que una persona oye una palabra, pero comprende dos. Traducir es el arte de la aproximación y, por ello, hay que saber convivir con el error.Apuntaba Ivo Andrić que es fácil descubrir imperfecciones, o incluso errores, en la obra de los mejores traductores, pero muy difícil comprender la complejidad y el valor de su trabajo. Traducimos y seguiremos traduciendo, porque, si queremos ampliar nuestras coordenadas y salir al encuentro de otras culturas, no nos queda otro remedio. Al cruzar la frontera del idioma, siempre nos confiscan algo en la aduana, pero bien merece el viaje llegar al destino con la maleta llena. Traducir es el triunfo de una utopía, así que con ella siempre ganamos. A fin de cuentas, como dijo la poeta Elizabeth Bishop, el arte de perder no es ningún desastre.

Marta Rebón