lacroix, jean - kant

Download Lacroix, Jean - Kant

If you can't read please download the document

Upload: nicolas-di-biase

Post on 09-Apr-2016

72 views

Category:

Documents


8 download

DESCRIPTION

Lacroix centra su analisis de kcant a partir de la moral o critica de la razon practin

TRANSCRIPT

  • BIBLIOTECA DEFILOSOFIA

    KANTJean Lacroix

    EDITORIAL SUDAMERICANA

  • JEAN LACROIX

    KANTTraduccin de

    A.

    EDITORIAL SUDAMERICANA BUENOS AIRES

  • ! "# " $# % #& ()( * $

  • "La personalidad es el carcter de un ser que tiene derechos y en consecuencia una calidad moral. Dios tiene derechos y no deberes. E l hombre tiene derechos y deberes."Dios es el ser que encierra el principio real de todo concepto de deber."

    (Kant, + ## pgs. 5, 22, 47.)

  • INTRODUCCIN

    A pesar de excelentes historiadores, la filosofa kantiana ha sido hasta estos ltimos tiem pos, en Francia, extraamente desconocida: se la reduca a la Crtica de la Razn Pura y se erraba acerca del sentido de esta Crtica. Dos corrientes, aunque diferentes y aun opuestas, han contribuido de igual m odo a este desconocimiento. Toda una parle del jyensa- miento catlico denunci en e l kantismo el irracionalismo, el fidesm o, el subjetivismo. Los manuales m lgarizaban esta wlmica en trminos ridculos, que wd'uin llegar hasta la mutilacin de textos. Se enseaba que Kant haba destruido el gran navio del conocimiento escribiendo la Crtica de la Razn Pura y que con la Crtica de la Razn Prctica lo haba reem plazado jwr una pequea em barcacin que naufragaba en los primeros arrecifes. Se osaba agregar que el imperativo categrico no era ms que un "militarismo prusiano. A comienzos de agosto de 1914, un joven estudiante del Seminario francs de Roma, Ives de Joannis, movilizado en la artillera, escriba a su superior acerca de la alegra que experimentaba al apuntar su can contra la falsa filosofa de Kant. Pero en un nivel bien diferente por cierto, muelws de los sostenedores del idealismo crtico, que se daban a Kant com o autoridad, no ofrecan de l um idea demasiado distinta. Denunciando la cosa en sT y lo que segn ellos quedaba de dogmatismo en el kantismo, no conservaban de la m etafsica ms que su esfuerzo por establecer su propia impotencia. Lo cual se traduca corrientemente diciendo que el kantismo se redtica a una teora del conocimiento. No es dem asiado cm odo hoy en da discutir o ignorar el valor de un Brunschvicg e imaginarse que el

  • I

    LA INTENCIN METAFISICA

    Toda la filosofa, segn Kant, tiene por finalidad responder a una nica pregunta, que lo domina todo: Qu puede legtimamente nuestra razn? Esta pregunta se subdivide en otras tres principales, que contienen "todo el inters de mi razn (tanto especulativa como prctica): 1) Qu puedo saber? 2) Qu debo hacer? 3) Qu me est permitido esperar? La primera constituye el tema de la Crtica de la Razn Pura (1781); las dos restantes son tratadas especialmente en la Funilamentacin de la M etafsica de las Costumbres (1785) y en la Crtica de la Razn Prctica (1788), a lo cual hay que agregar, por lo menos, la Crtica de la Facultad de Juzgar (o del juicio), en 1790, La Religin dentro de los Lm ites de la Simple Razn (1793), los Primeros Principios M etafsicas de la Doctrina del D erecho y los Primeros Principios de la Doctrina de la Virtud (1797), hallndose estas dos ltimas obras reunidas bajo el titulo de M etafsica de las Costumbres. En los ltimos aos de su vida quiso Kant sintetizar l mismo las diversas Crticas y brindar una visin de conjunto de su pensamiento en notas que han sido publicadas bajo el ttulo de Opus Posturmim, y que constituyen los volmenes 21-22 de la edicin de la Academia de Berln (1902-1928). Al retomar la misma tentativa, sera evidentemente temerario no inspirarse en esta ltima obra. Las tres preguntas, y no solamente la primera, constituyen el problema de la razn. La primera es terica, la segunda prctica y la tercera es a la vez terica y prctica. La diversidad de los trabajos no debe hacer olvidar la unidad de la investi-

    /

  • 0%#:! #!% ,!#:! (0 $" %#:! $ " O/",2 !! )("#!#%#:!2#, #$D!#%2 *""! $ )(# #!0@!* ,/*#$ ,& amigo d e larazn )( ! "" ($ ! ! ! $ %G A %("#< + &%#% 2 ! " ? !$ (! P(;G ! %#",! " Crtica de la Razn Pura+ " Crticade la Razn Prctica #!! *%" % !% $ ?($ #, 2 % !8 " ,& ?(!$#!!%#:!$ ! ($ % ,!$ (! #! " A " #, Critica (! $, %#:! $ " #/#"#$$ $ " , "2 + "0(!$ #!#!"#0#/" # ! #! #, ! "?(%#:! $ $ ,?8#% $ 0,% ! (! % %( Q9 $" 5 $ K(!# $ =55=2 $#9 M ! $ ",#!%#:! $" Crtica de la Razn Pura, ! !(!%#/(! "#/ / ." ? ! $ " !#/#"#$$ + " 9:!-2! " )( ($#8 %#",! " #!%# $ " "" /,!%# !!$ 2% !(!!# #$$$%%$

  • KANT

    $%* ,#0 $ " 9:! + ( # /K /#!2;$ ! D,#! , $! 2 " 9:! ! ,#

  • tico e integral en tanto que decide sobre la facultad entera de la razn. Hume hace una censura y no una crtica: tiene la percepcin de las limitaciones; Kant tiene la ciencia de los lmites. Y el lmite se diferencia de la limitacin precisamente en que puede revelamos algunas cosas sobre lo que nos limita. El nomeno es, pues, en primer lugar la expresin de una limitacin del espritu humano, y la Crtica es la ciencia de los lmites. Comprender el kantismo es comprender que esta frmula es verdadera con respecto a las dos Criticas. Y esto es lo que habremos de establecer. Kant dice nosotros seres finitos' para designar a seres que no producen la realidad de sus pensamientos, sino que la reciben, en oposicin a un ser dotado de una intuicin originaria, en el sentido de creadora, que no tendra ya objeto, sino que se dara lo que recibe. Ms esencialmente, dice "nosotros seres finitos para designar los seres morales, a la vez libres y receptivos, que estn sometidos a una ley moral que se les presenta bajo la forma de un imperativo.El dogmatismo, verdadero despotismo que confiere sin

    crtica un valor objetivo a las conclusiones subjetivamente necesarias de sus razonamientos, y el escepticismo, verdadero nihilismo que las condena todas sin examinarlas, tienen ambos de esta manera la causa perdida. Lo cual slo es posible gracias a un cdigo de leyes ciertas, umversalmente vlidas, que rigen a priori todos los casos particulares posibles. No se admite proceso ni juicio sin reglas ni juez. De all la suposicin de una razn legisladora, facultad o priori. Esta suposicin est adems justificada por un hecho no emprico, un "hecho de la razn, de una evidencia inmediata. Este hedi es irrefutable, porque no se puede probar por la razn que no hay razn. La sentencia ser una delimitacin exacta, es decir, una limitacin del poder de la razn. La Crtica prohbe las afirmationes especulativas, fuera de lo que se funda en la determinacin de las condiciones de todo conocimiento posible. Establece una lnea de divisin entre lo que se halla en el interior del dominio del conocimiento y lo

    17

  • II

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO

    La Crtica de la Razn Pura no es una crtica de libros y sistemas sino del poder de la razn en general. Admirador de Rousseau y de Newton, Kant admite como cierta la realidad del deber y de la objetividad de la ciencia. No es cuestin de preguntarse si la ciencia y la moral existen, sino cmo sucede que existen. Parecera que hay contradiccin entre ellas: la primera reposa sobre la idea de necesidad; la segunda exige la libertad. Sin embargo, hay que conciliarias, ya que son datos, y aun su conciliacin misma es un dato. La duda de Hume no es admisible, pues destruye la ciencia y la moral, escribe Kant al comienzo de los Prolegmenos. Cmo es posible la ciencia? Cmo es posible la moral? Cmo es posible su acuerdo? He aqu el problema critico. La relacin ntima y profunda entre estos tres problemas seala ya en qu sentido la filosofa kantiana es una filosofa de los lmites: la ciencia limita la vida moral, en el sentido de que no podra haber una moral cientfica, pues el saber objetivo tiene su especificidad, su autonoma, y su dominio propio se halla fuera del campo de la tica; y la moral sobre todo limita la ciencia, pues ms all de ella nos abre un campo inmenso, propiamente humano, donde la razn por fin se revela y se realiza. La finalidad de la filosofa, dice Kant, es mejorar al hombre. Haciendo pasar la metafsica del dominio de la ciencia al de la moral, pretende salvarla y restituirle su fuerza. Como todo gran pensamiento, la filosofa kantiana pretende ser educadora, y educadora del hombre en funcin no de su papel social particular, sino de su des-

  • KANT

    es obrera y trabajadora porque no puede pensar sin hacer y mover. Segn Descartes, ya la presencia de lo sensible en lo inteligible, del gesto en el espritu, caracteriza a la imaginacin. Esta es el espritu en tanto se vuelve hacia el cuerpo, el espritu aplicado al cuerpo. Para pensar verdaderamente en el sentido cartesiano, para concebir, el espritu, por la ascesis de la duda, debe separarse del cuerpo, abducere mentem a sensibus. Ello es obra de la atencin. Como dice Descartes, es suficiente aflojar la atencin para ser invadido por las imgenes: el cuerpo penetra el espritu. Este, por lo dems, puede utilizar esta funcin imaginativa, especialmente en geometra, y servirse en cierto modo de las imgenes para liberarse de ellas. Es lo que haca San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales, ocupando la imaginacin, por ejemplo, en la composicin del lugar, para que no viniera a perturbar la meditacin.E l esquematismo kantiano tiene un papel algo semejante,

    pero mucho ms esencial y profundo. La funcin propia de la imaginacin es introducir en la diversidad conexiones que sta no podra tener en los sentidos. Kant mismo insisti en el valor de su descubrimiento. Antes se crea que los sentidos no solamente nos procuraban impresiones, sino que tambin las vinculaban y formaban las imgenes de los objetos. Ahora bien, adems de la recepcin de las impresiones, ese resultado implica algo ms, a saber, su sntesis. Sin duda el espacio y el tiempo, que pertenecen a la sensibilidad, son ya formas de una primera unificacin. Pero la verdadera funcin de sntesis es la imaginacin. Sntesis sin duda ciega hasta cierto punto aunque esencial porque slo el entendimiento puede llevarla a conceptos. Es notable, en efecto, que aun cuando una representacin propiamente dicha es imposible, la imaginacin, siempre despierta, no puede dejar de organizar, al menos en sus grandes lneas, el monograma de los conceptos del entendimiento. No puedo pensar al hombre en general sin imaginar una forma que, por la imprecisin flotante de sus contornos y el perpetuo devenir de sus lneas,

    30

  • busca imitar, por asi decirlo, la universalidad abstracta del concepto. Esos croquis de la imaginacin son los esquemas trascendentales, bien diferentes de las imgenes singulares y determinadas. Como en Descartes, la imagen es pasiva, pero el esquema es activo. El esquema se traduce en imagen cuando la actividad del espritu termina en pasividad, es decir, cuando esta actividad constituyente encuentra o provoca la sensacin o la organiza. La diferencia es aun ms radical, ya que el esquema es temporal y la imagen espacial: es, dice Kant, una determinacin trascendental del tiempo. En efecto, no puede ser sino en fundn del tiempo que la inteligencia une las representaciones de la sensibilidad, porque siendo la forma del sentido intemo el tiempo es la forma de todas las sensaciones: de las intemas por definicin, y tambin de las externas en tanto stas slo pueden ser experimentadas si somos afectados interiormente por ellas. Toda sensacin tiene un aspecto interno y, en ese sentido, tiene que ver con el tiempo. Es pues puramente c priori como Kant descubre, entre la sntesis sensible por las formas puras de la sensibilidad y la sntesis intelectual por el concepto, la sntesis intermedia de la imaginacin. Y es tambin a priori como declara que no son las imgenes pasivas, especie de residuos de las percepciones, lo que constituye estas mediaciones, sino los esquemas, es decir, la representacin de una actividad que se desarrolla en el tiempo. Esto es lo que explica que Heidegger haya querido buscar en esta concepcin de la imaginacin trascendental y de la duracin la explicacin ltima del kantismo.As, con Kant, la imaginacin adquiere sus ttulos de noble

    za como modo esencial de la actividad espiritual. Ello no le impide estar ligada al cuerpo, que no es ya solamente un estorbo para el espritu. Kant es sin duda el filsofo que ms profundamente ha aclarado el vinculo entre imaginar y hacer. Conviene buscar hasta en el esquematismo el origen de esa condicin penosa que es la del hombre. Conocer es imaginar, es decir, construir esquemas que se insertan en la realidad

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO 31

  • % ,!$" , $#?#%"2 *% / 9 2 G%#$ #"( )(!%#!%$

  • + )(2 #! ,/0 2 %* !*(% !#$/% , ( /, " ,#, *$%"$ )("#$"#$$ $" %# + $" #, " %"

  • infinita. Hay pues leyes de nuestra sensibilidad, que constituyen su fonna, y esta forma, por imponerse necesariamente a las sensaciones, no puede ser ella misma una sensacin. Kant la llama una intuicin pura. Esta intuicin es , lo cual no significa que existe de toda experiencia, sino que est presente toda experiencia. El tiempo y el espacio no son, pues, sensaciones, puesto que todas las sensaciones los suponen, ni conceptos, puesto que no son puras construcciones de nuestro espritu, sino que se le imponen: son datos de la sensibilidad pura. En la !

  • #/!#92 # ! %# " $##!%#:! ! ,,% +?8#%2 ( #!!%#:! / $ /"% ( % ,@! #O$(%#/#"#$$"":0#% , % !(#2+! % !G(+ #! ! " #!(#%#:! $ " $, %# ! $"0(! ,! ":0#%,! #/"2 :" ! "08#, ")( +! !(!% !(%%#:! ?#,%#:!$"%&%G#!(##< $ ",,%#0!#?#%2(2!%#",!2)( ( /K #$(%#/" "( ":0#%A $ (!% ! %#,#! %8?#% #," $ K $ " /K #,D#% (?#%#! /"% )(*+ (! %&%#!(##< $"%# 2)(! (!#,"% !% $" !!G$#,#! 2 ( )( " "%# ! $ $#!%# ! " (! $$ /K #,D#% 2% , " ,! 2($! #$D!#% #! )( " /K ,#, ! #$D!#% "#!(#%#:!+ ( !#/" #"%# % !$#%#:!$ /KG# )( " %#($$ ! ! ! " 0 ,8 ! (%"8$ ( % !G%%#:! ,( )( ! ! % !$#% #2 )( ! (! #/"2 + (! %#" #/"2 ! ?% 2 $G/ $ #!?#!#,!" " ,!%% , #/" !! ! ($ % !(# 0 ,8 ! (%"8$ ! /K $ !,#! 2 ! $ / #,!$#%* .82 ! *+ !#!0(!% !$#%%#:! ! "% !% $(! ?#0( % ,!$#$ ! $ "8! %2 ( )(" % !% $$ "8! %+$ ( !%(! ! % !G#!! " !0%#:! $ !#!0(! ?#0(A " #, #/#"#$$ ! (" $" % !% ,#, 2 #! $ " % !#(%#:! $ % !% ! " %# 2 $%#2 $ " % !$#%# ! $"%# + $ ( $,#!%#:!- F&0 3>=6 "" $G!$%",! " " )( ! #/(+ "#!(#%#:!! ,,% + " ," )( "$ ! *$%"$

    H1

  • KANT

    de las cosas exteriores. Este conocimiento no supone ninguna referencia: es inmediato porque es absolutamente correlativo al conocimiento de] fenmeno: conocer lo que aparece no es sin duda conocerlo tal como es realmente, pero es saber que algo aparece. Fenmeno y nomeno se hallan ligados en virtud no de una causalidad, sino de una correlacin necesaria, Hay aqu un giro capital del pensamiento filosfico: desde Kant, y a pesar de ciertas vueltas hacia atrs, el problema del fenmeno no es ya el del fenomenismo, sino el de la aparicin, el de la manifestacin. Sin embargo, el ser no se identifica con su aparicin: es distinto de la totalidad de su aparecer. El mundo de los fenmenos no es la ltima palabra. Lo cual no significa que el mundo inteligible sea una especie de doble del mundo sensible. Demasiado se ha considerado a los nomenos como las Ideas platnicas incognoscibles. No constituyen un trasmundo, un saber posible detrs del saber real. Ni la libertad ni Dios son una reduplicacin del mundo, una hiperfsica inaccesible. El sujeto no es un objeto que no se pueda alcanzar. Por formal que sea, el yo pienso" est ms all de toda representacin objetiva. Lo trascendente no se reduce a lo trascendental. Segn Kant, y en virtud de su carcter moral, lo inteligible es lo no objeti- vable. Lo cual exige alguna precisin.No solamente la nocin de cosa en s no es contradictoria,

    sino que adems se impone. En un sentido la diferencia entre cosa en s y fenmeno no es ms que subjetiva: slo implica una relacin diferente entre la representacin y el objeto. El nomeno corresponde a la idea de intuicin intelectual, de entendimiento intuitivo. El anlisis mismo de las matemticas nos ha acostumbrado a la idea de que lo posible se extiende mucho ms lejos que lo real. Pero precisamente no tenemos entendimiento intuitivo: los objetos tal como son en s mismos no nos son dados en una intuicin intelectual. Todos los objetos se dividen, pues, en fenmenos, que pueden ser conocidos gracias a la aplicacin de los conceptos del entendimiento a las intuiciones de la sensibilidad por la

    38

  • ,$#%#:! $ " )(, %!$!"2+ !% ! # ! @,! 2 )( ! ($! % ! %#$ 2 )( !#!0(!#!(#%#:! !$ ! ! " #$ $ " 9:! ? ,("%#:! )(8< % ! !#$ #% " /K $#0!!" )( " ("$ $ "% !(%%#:!$!( 8#( # $" $ !#/" % " % , !! 8 ,#, ! ! #,! /K 2 + )( ! !" ("$ $ (! /K#

  • %!$!" $ " %0 8 ! $%#/ ""8 " #,0#G!%#:! K%#&!$ #, "#/,!2 + 9!$ !%# !#$ /% ?!# 2 #! ,#$ !#!0(! 0" %(!$ $ !(! /K 2 K," " #&!0(" 2 " #,0#!%#:! #$ ( "#/$A" % !% $ #&!0(" " /"#0 $# ! #, $(! ,! $,#!$ % )( % ! $!( %# !2

  • existen otros medios de alcanzarla. En todo caso, aun en el plano terico, los nomenos desempean un importante papel: actan sobre el entendimiento impidindole encerrarse en ningn conocimiento, lo obligan a un verdadero progreso ad indefinitum. Para Kant, como para Descartes, lo indefinido es negativo y slo lo infinito es positivo; y es lo indefinido lo que es como la marca y la presencia de la idea de infinito en el progreso del saber. El sistema del conocimiento debe siempre permanecer abierto. Cerrarlo es identificar la totalidad de los fenmenos con los nomenos, la totalidad de lo sensible con lo inteligible, lo cual es tanto ms falso cuanto que la totalidad de lo sensible mismo nos es inaccesible. No hay peor incomprensin del kantismo que ese idealismo fenomenista que identifica lo absoluto con la totalidad de los fenmenos y pretende resucitar a Kant parafraseando a Hegel. Pero hay que ir aun ms lejos. La nocin de nomeno debe ser separada de la nocin de cosa para ser acercada a la de realidad inteligible activa y viviente, de la concepcin leibniziana de la mnada. As un postkantiano, Reinhold, ha establecido entre la cosa en s y el nomeno una distincin que puede ser aclaratoria. Para l el nomeno es la Idea de la razn que expresa lo que hay que hacer, lo que eternamente debe ser: es la ley de lo que hay que hacer, y es muy cierto que el mundo kantiano es esencialmente un mundo de tareas. El pensar, ms all del conocer, es a la vez una necesidad y un deber. Si la razn pura no tiene un uso constitutivo, al menos tiene un papel regulador. Por all son aproximados el uso especulativo y el uso prctico del nomeno, que luego desarrollar Fichte. Cualesquiera sean las crticas que Kant haya dirigido a este ltimo lo cual no le impide en el Opus Postumum exponer su pensamiento en una perspectiva relativamente fichteana no es por ello menos cierto que no hay que permanecer en la separacin literal entre la razn terica, que se atendra solamente al conocimiento fenomnico, y la razn prctica, cuyo primado absoluto no

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO 4 3

  • " ,#, #, )( $!(!%#$2 " #"(#:! $ "9:!2 .!(" #!

  • KANT

    hace penetrar la razn en la sensibilidad, la libertad en la naturaleza. La frmula de Blondel es ya totalmente verdadera: la vida humana es metafsica en accin. E l mundo inteligible se vuelve entonces una Idea prctica que puede y debe realmente tener influencia sobre el mundo sensible, a fin de hacerlo, en la medida de lo posible, conforme a esta Idea.Lo que hemos dicho acerca de la intencin metafsica

    de Kant se aclara y adquiere todo su sentido. Se ve tambin por qu, en definitiva, bajo pena de volverse ella misma idolatra y supersticin, la ciencia debe depender de la filosofa, y no a la inversa. "Qu uso podemos hacer de nuestro entendimiento, aun con relacin a la experiencia, si no nos proponemos fines? Ahora bien, los fines supremos son los de la moralidad, y slo la razn pura puede hacrnoslos conocer ( Critica de la Razn Pura, pg. 549). E l nudo mismo del kantismo se halla en la relacin entre un mundo inteligible de cosas en s, incognoscible, que impulsa simplemente al entendimiento a proseguir indefinidamente su tarea unificadora, y un mundo inteligible, que es menos supuesto que puesto por la accin del hombre y que adviene lenta y difcilmente, gracias a la obra de la libertad, que es en suma la transformacin de la naturaleza y como la creacin de otra naturaleza. Pero en los dos casos el trabajo de la razn es fundamentalmente idntico, ya que no se trata jams de constituir un ser objetivo, sino de realizar un deber ser, de ejecutar una tarea. Desearamos mostrar esta vinculacin entre la Idea especulativa y la Idea prctica en el problema ms difcil, pero tambin ms significativo, el problema de Dios y especialmente en el caso privilegiado del argumento ontolgico.Lo que domina la posicin de Kant con respecto a Dios

    es el anlisis que hace del origen de su idea en nosotros. Este anlisis es cartesiano y platnico, y casi podra decir con Descartes: Dios nos es conocido (habra que decir pensado) antes que nosotros mismos. En efecto, la idea de

    5 4

  • Dios no deriva de la experiencia, no es sino : es una idea racional. En el sentido cartesiano es innata, puesto que no la extraemos del mundo, sino de nuestro propio fondo. Kant da de ello una demostracin notable, no por cierto psicolgica, sino trascendental y reflexiva. Para pensar una cosa como posible, es suficiente pensar sin contradiccin. Pero para pensarla como real es necesario adems determinarla: real es lo que est enteramente determinado. Leibniz ya defina el principio de razn suficiente como un principio de razn determinante. La realidad es lo que se aparta de lo posible, realiza de l una parte y se opone al resto. Una cosa no se determina solamente en si misma, sino por su relacin con el todo. Pensar algo como real es, pues, oponerlo al conjunto de la posibilidad. No existe un pensamiento de algo sin un pensamiento implcito de la totalidad. No es posible pensar ser, es decir, un ser finito, determinado, sin oponerlo a la idea del ser ilimitado y comprenderlo por ella. Ese todo de la realidad, al cual se halla implcitamente referido cada objeto particular, Kant lo llama # ? Limite y determinacin significan limitacin, determinacin de lo infinito. Con bastante anterioridad a Bergson, Kant establece que nadie puede concebir una negacin, de una manera determinada, sin haber puesto por fundamento la afirmacin opuesta. Recortamos lo que conocemos en un * trascendental, que contiene, por as decirlo, toda la provisin de materia de donde pueden extraerse todos los predicados posibles de las cosas. La determinacin completa de cada cosa reposa en la determinacin de ese todo de la realidad, puesto que se atribuye a la cosa un poco de esta realidad, mientras que se excluye de ella el resto OK . B9 pg. 418). No se puede pensar lo finito y lo imperfecto como reales sin pensar tambin lo infinito y lo perfecto, lo relativo sin pensar lo absoluto, lo condicionado sin pensar lo incondicionado. Al final de la K . D Kant declara que si sabemos que el conocimiento humano es relativo e imper-

    55

  • ?% 2 # $, (! ?#K ( "#,# + %##%" 2 $# )( *+ ! ( ? !$ ." #$ $ !!$#,#! #/"2 $#?! $" !( - ! " K . B9 , " K," $" %#0 $ !%#,#! !%$ ! " %(#$$+ )( !# #)(# " % ! %2 ( ! $#% ! %" #! ?!%# " "(9J $" #0! ! )(! #! !#!0(! #$ $ ( #0! !%# )( ! #!!#!0(! #$ $ " %#!%# BC(D ( ! !% $ " %(" % ! % %$ % E B& (! 00$ $2 " % !K(! $" ,(!$ E "" #, #/"2 ( "#$$ $" " :" ($ % !#$$ % , #,"A $?#!#%#:! ! #,"#% !#!0(! $,#!%#:!J :" "$" " % !

  • del conocimiento, es decir, a suponer la inteligibilidad abso luta. En el plano moral, esta obligacin ser eficaz. Pero para la razn especulativa, la existencia de Dios permanece problemtica: es una pura ficcin mediante la cual reunimos y realizamos en un ideal, como un ser particular, la diversidad de nuestras ideas. La hiptesis de la inteligibilidad absoluta puede servir de principio regulador, pero no constitutivo. La idea de Dios no es una especie de proyeccin de nuestra necesidad de comprender todo. Del hecho de que esa necesidad existe y caracteriza nuestra razn no podra concluirse que impone su necesariedad a lo real y obliga en cierto sentido a Dios a existir. El hecho de que un concepto no derive de la experiencia no es motivo de que tenga a Dios por origen: nuestra razn es ella misma constructora. Pero sus construcciones no tienen valor objetivo mientras no unifican un dato sensible. El ideal se halla ms alejado de lo real que la idea, y la idea ms que la categora, que no es, sin embargo, suficiente por ella misma para determinar un objeto. Objetivar o, como dice Kant, hipostasiar una idea subjetiva en un ser objetivo es precisamente la falta contra la cual previene toda la Crtica. D esde el punto de vista del conocim iento puro, no se pasa de la idea al ser. Ahora bien, la idea de Dios no lia sido examinada hasta aqu ms que como la de inteligibilidad total, la de lo absoluto. Ms exactamente, para emplear una frmula que no es de Kant y que tomar un sentido diferente, para la razn terica Dios no es sino la categora de lo ideal. No es menos cierto que este ideal corresponde al deseo ms profundo de la razn terica y expresa subjetivamente su exigencia misma. Si esta idea no fuera ya considerada solamente como principio de inteligibilidad sino como principio de moralidad, si expresara no ya lo absoluto del conocimiento sino lo absoluto moral, no implicara entonces, de alguna manera, su propia existencia? No podra el ideal moral aportar al ideal especulativo la determinacin concreta que le falta?

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO 57

  • En primera instancia, y bajo su aspecto habitual, el argumento ontolgico aparece puramente intelectual. De todas las pruebas tradicionales de la existencia de Dios, es aun la ms estrictamente intelectual. Con respecto a ella Kant sostiene dos tesis, de las cuales la primera es en definitiva ambigua, y la segunda es la ms justa y la ms profunda: es sofstica subyace a todas las dems pruebas. El segundo punto es irrefutable. O bien, en efecto, la razn puede alcanzar el ser, y es esta capacidad ontolgica lo que se encuentra en todo argumento en favor de la existencia de Dios, o bien no tiene ms que un uso fenomnico, y el argumento ontolgico no podra tener ningn valor, no ms que ninguna otra prueba, que lo presupone. Esta ltima posicin es la de Kant. Segn l, en efecto, la falla interna de la prueba consiste en considerar la existencia como un atributo lgico que el anlisis puede extraer de un concepto. Se trata de un paralogismo, puesto que no hay pasaje de la idea al ser. El carcter absurdo que tiene una. intuicin del nomeno resulta del hecho de que el ser, lejos de poder, para nosotros, ser producido por el concepto, es siempre (y ello es una marca de nuestra finitud) dado a nuestro pensamiento, y le es dado por medio de esa facultad receptora que es nuestra sensibilidad. El ser nunca nos es dado ms que mediante la sensibilidad, es decir, objetivado. Desde 1763, al criticar el argumento ontolgico, Kant mostraba que la existencia es la absoluta posicin de una cosa: toda existencia, no solamente la existencia en si, sino tambin la existencia del dato, es irreductible a la razn conceptual. Sin duda, un tringulo, seria contradictorio negar que sus ngulos son iguales a dos rectos, pero no hay ninguna contradiccin en suprimir esta propiedad suprimiendo el tringulo. Del mismo modo, Dios es Todopoderoso es un juicio analtico necesario, pero si yo digo Dios no es, todos los predicados son suprimidos con el sujeto. En un juicio idntico, si se quita el sujeto al mismo tiempo que el atributo, no hay ms contradiccin, pues no queda nada que la

    58

  • % !$#%%#:! ($ ?% %##%2 + $ " )(*, !"#9$ * * 2 !#9 ! (! !#,#! ?(!$ 2 0!",! % ! $ ! !2 (! %(!$ " %"

  • # + % ,!$ )( # ;# " ,#, !#! 92 ?#!",!2 ,! $ (! (/ )( $(! ?(9

  • cler el argumento ontolgico, y quiz hasta dos argumentos ontolgicos. Uno, puramente lgico y sofstico, considera la existencia como una perfeccin y quiere deducir la existencia de Dios de su mera idea. Contra ste la crtica kantiana es decisiva. El otro sustituye la nocin de perfeccin por la de necesidad y, en ltima instancia, inclinara esta ltima hacia la necesidad moral o ms bien la obligacin: Dios existe porque lo merece y por una especie de sobreabundancia de ser, como dice Descartes. Quiz la prueba slo es vlida en un clima cristiano. Supone una cierta concepcin moral, o ms exactamente espiritual, de Dios. Si Descartes puede utilizar indiferentemente las ideas de infinito y de perfecto en sus dos primeras pruebas a posteriori, es sin duda porque el argumento ontolgico se remonta ms all, a esa sobreabundancia de ser, a esa creatividad radical que es su fuente comn. Spinoza declaraba que prefera el Dios de Descartes al de Leibniz, aunque pareciera ms alejado de sus propias concepciones, precisamente porque su generosidad era una manera de designar su infinita potencia de creacin. Si Dios no existiera, se equivocara, pues su existencia es la vocacin de la razn. En este sentido, toda filosofa autnticamente racionalista es llevada, por un camino u otro, a utilizar el argumento ontolgico. Parece pues imposible que ste no exista de alguna manera en el kantismo. O mejor no lo llamemos as, pues las palabras tienen una historia, un sentido determinado y no se las puede apartar de su significacin habitual. Ciertamente, segn Kant, la razn especulativa aparte es decir separada de la razn prctica, ese aspecto de la razn que apunta siempre a un ms all del saber y que corre siempre el riesgo de encerrar ese ms all en los lmites de un saber ilusorio, no podra afirmar a Dios, ya que ste no puede ser objeto de conocimiento. Pero en el dominio prctico, que es para nosotros la razn misma, una especie de anlogo de la prueba ontolgica deba existir y existe efectivamente.La filosofa trascendental procede a priori, sintticamente,

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO 1

  • KANT

    por conceptos, y no por su construccin, como en matemticas. Porque es filosofa y sinttica a priori, no permite sino el conocimiento de los fenmenos. Ahora bien, el argumento ontolgico stricto sensu muestra que un ser necesario es aquel cuyo concepto constituye una prueba de su existencia. Una proposicin de este tipo depende solamente del principio de identidad: es analtica. De este modo no tiene lugar en la filosofa especulativa. Tal es la razn ltima por la cual Dios no podra ser propiamente conocido. Pero considerndola de ms cerca, una argumentacin semejante establece solamente que Dios no podra jams ser objeto, es decir, objeto de conocimiento. Ella puede expresarse en dos proposiciones. Por un lado, Dios no existe en tanto no nos es dado en la naturaleza: para Kant como para Descartes no hay pasaje directo del mundo a Dios. Por otro lado, puesto que no corresponde a ninguna intuicin sensible, no se podra tener su existencia a partir de ninguna idea puramente intelectual, si puede decirse. Pero el Opus Postumum afirma sin duda algo distinto cuando declara que si Dios no existe en la naturaleza, existe al menos en el alma. No se pasa entonces propiamente de la idea de Dios a su existencia, sino ms bien de su modo de presencia a su idea y a su existencia. Dios no est presente en su creacin como alma del mundo, sino como principio personal de la razn humana. Este punto es fundamental, pues basta para apartar toda asimilacin de Dios a la naturaleza, es decir, el spinozismo mientras que la naturaleza es lo que se conduce respecto del hombre como dspota, Dios es el ser de derecho, es decir, el legislador de la naturaleza y de la libertad. Ahora bien, el ser de derecho existe necesariamente o ms bien obligatoriamente. La concepcin kantiana de Dios aclara toda su filosofa, as como su filosofa explica a Dios. Hemos insistido bastante anteriormente en la idea de que Kant es el hom bre de derecho. El mismo es quien ha definido la personalidad como la cualidad de un ser que tiene derechos o deberes. E l hombre es aquel ser que tiene unos y otros, mientras que la nocin de

    62

  • # " $ (! )( :" #! $%* !

  • KANT

    # # ;# )( ;# (! #,#< %0:#% -(O .P., &0 =H46 ! 00 )( " % !K(! $ $/! ! :$! $#6 + #< ! ! + (! $ $ $ 9:!J " )(*+$ ,& %# !" ! ,# ;# 0@! " , $ $(! %#G #

  • del hecho de que Dios es legislador no se sigue que sea autor de la ley. sta pertenece a la naturaleza misma, a la esencia de la razn con la cual se identifica. Dios no es ms autor de la ley moral que causa de que el tringulo tenga tres ngulos. En esto Kant est ms cerca de Santo Toms y de Leibniz que de Duns Scoto o de Descartes. Las leyes morales son de derecho natural; pero pueden al mismo tiempo depender de un legislador, en el sentido de un ser que manda obedecer dichas leyes. Ello significa que Dios no es un dspota. Si bien puede dar una voluntad al hombre, no puede darle una buena voluntad, pues sta exige nuestra libertad. Se sigue de ello que el simple conocimiento de la ley en s misma supone la razn y no necesariamente a Dios. Pero el hecho de que recibimos la ley como un mandamiento revela nuestra finitud e implica un legislador divino. En cierto sentido, la ley nos es dada en la razn como personalizada. Kant es pues el filsofo que tematiza la finitud humana tal como ella se expresa en el imperativo categrico. Es por ello que su discurso directo sobre el hombre se vuelve un discurso indirecto sobre Dios. Quiz en definitiva esta relacin kantiana entre el derecho y el deber no deja de tener una lejana analoga con la relacin cartesiana entre lo infinito y lo finito. Existe sin embargo la diferencia radical de que esta experiencia metafsico-moral no se transforma jams en una experiencia puramente intelectual o especulativa. El Dios viviente y existente no se encuentra jams ni en la regin de los Objetos ni en la de las Ideas puras.En este contexto es donde hay que leer frmulas que de

    otra manera se correra el riesgo de interpretar mal. Existe en verdad un uso ontolgico de la razn, pero solamente de la razn prctica. Y si en el Opus Postumum especialmente aparece el bosquejo de una verdadera prueba de la existencia de Dios que hemos tratado de extraer, se trata de una prueba metafsico-moral y no terica, de un postulado, si se quiere. Sin embargo, este trmino postulado no significa en Kant una exigencia ms o menos arbitraria, sino que depen

    EL CONOCIMIENTO Y EL PENSAMIENTO 6 5

  • $$ (!

  • #%6-O+ N &0 =H16 82 # ;# )( *+ (!#,#< %0:#% ! " %(" $ " $#"" $ G/"!2 ! ! " %#" % , ! " #- O+2 &0 3L6 + # $/ % !%/#$ % , ." 9:! &%#% )( $ "" ,#, "+- F&0 416 # !% !, " ?:G,(" / $ ! " +;# )( !)(#G *% " 8!# $ " K . + , ( (!#$$! " K . B9 + *( $ $ ! ":0#% " "#$$ $ " 9:!2 )(#< % %%$" !#$ ,#, $"S!#, Q+ (! ;#!%# *(,G! $ " 9:!W+ ;#!%# ! $ " !#,#! $!( ?#!#($ + " $ !( "%#:!% ! # % ! %)( ;#! $/ % ! % ! )( #!!$%* + (! !)( "%* B */" % ! :# $"$/% , $(! 9 EP" %#%(!!%# $ )( " 9:! ! ! *0 *%* 2B! % " (/$!( #(%#:!#!,$#2,9G%"$$%* +$$/2! # +",(!$ E& (!%# ,#! $ $#"(%#$ " !#$ ;% $ " )(! "", W$ ,! % ?"#9W" ("$ $ " G9:! &%#% "" % !#(#& "%! $" % $!( ($# 2 "%("

  • KANT

    santes y causadas. La libertad no puede consistir sino en una causa no causada, en una causa que se causa a si misma, es decir, en un comienzo absoluto. En sentido cosmolgico, la libertad es la facultad de producir, de comenzar por si misma un estado cuya causalidad no se halla subordinada a su vez, segn la ley de la naturaleza, a otra causa distinta. Esta idea trascendental pura no puede darse en la experiencia. Pero como la experiencia no puede cerrarse sobre ella misma, es decir, puesto que en la relacin de causalidad no se puede llegar a obtener la totalidad de las condiciones, la razn se crea en la idea de una espontaneidad que podria comenzar por ella misma a actuar. La libertad ofrece asi un doble aspecto. Desde el punto de vista negativo ser libre es ser independiente con respecto a la naturaleza, es escapar de las causas. Lo cual tendr una gran importancia en el plano moral: la libertad se convertir en la independencia respecto de los mviles sensibles. La libertad en el sentido prctico es la independencia de la voluntad con relacin a la sujecin de las inclinaciones de la sensibilidad (Critica d e la Razn Pura, pg. 395). He aqui lo que llamamos hacer la experiencia de la razn. Pero desde el punto de vista positivo, la libertad es la idea de una actividad que se da a s misma su propia ley, es la idea de autonoma. Esta concepcin central es la que hace de Kant a la vez el ms grande metafsico y el ms grande moralista. Y esta es la experiencia positiva, directa de la razn. Ser libre es actuar por razn, es crear lo inteligible, es verdaderamente participar en el ser realizando el deber ser. Kant es el filsofo que ha considerado que una pura filosofa del ser va ms all de los lmites humanos. Una filosofa desde el punto de vista del hombre es una filosofa de la libertad. Pero una filosofa de la libertad pura, que ni siquiera sospeche al ser, corre el riesgo de caer en lo arbitrario y en la licencia. La Crtica d e la Razn Pura mantiene sin cesar esta idea del ser que no podemos sin embargo conocer. Y mediante ello muestra que en un lmite que nos es inaccesible pero que podemos y debemos pensar, filosofa

    68

  • KANT

    sabe y el que acta bien, y el que acta bien porque sabe. Se opone al insensato o al ignorante, que acta mal porque no sabe. Kant hace estallar esta nocin de sabidura al disociar moralidad y saber. Lo cual implica una concepcin del mal totalmente distinta. Para los clsicos, influidos por los griegos, el mal no es a menudo sino un ser disminuido, un menos-ser. +#5 La evolucin entera de su pensamiento conduca a Kant a tomar otra actitud, y a reconocer la positividad del mal. La ley fundamental de un mundo perfectamente mecnico es la ley cartesiana de la inercia. Esta ley sufre un cierto descrdito con Newton; el universo se vuelve un juego de fuerzas cuya ley constitutiva es la atraccin, como se dice, o ms bien la atraccin-repulsin, como se debera decir. El progreso dialctico repercute en el ! - -. # 55 El mal es en el orden moral una especie de magnitud negativa; existe en el interior de una voluntad mala, supone un deber ser irreductible al ser. De all, surge esa admirable concepcin de un # , cuya razn no se halla en las cosas, sino en una actitud del querer. La expresin, sin embargo, no debe engaar; no significa que el ser humano est corrompido hasta sus races. La posicin de Rousseau aclara la de Kant. Tanto para uno como para otro la naturaleza humana no podra ser radicalmente mala. Cuando Rousseau afirma que el hombre es naturalmente bueno, quiere decir que el mal puede ser original, pero no originario, que no pertenece a la esencia del hombre, sino a su historia. Del mismo modo, para Kant, la razn no se halla corrompida en ella misma: puede haber en ella pero no i; y la perversin consiste en una inversin de la jerarqua de las facultades, no en una suerte de trastorno absoluto de la razn. Hay en el hombre un buen principio, la voz del imperativo categrico; no hay en l un principio malo, pues ello sera contradictorio; pero el hombre sufre la atraccin de los sentidos (+6 ## pg. 150). Imaginar que el hombre puede tomar como motivo determinante de

    8 2

  • $

  • NATURALEZA Y LIBERTAD

    otros o a nuestro prjimo. Podemos hacemos ilusiones acerca de nosotros mismos; no hay una ciencia absoluta de si mismo, siempre es posible una especie de mala fe objetiva, en el sentido moderno. La cuestin no est en esto. No hay que examinar indefinidamente los mviles de las propias acciones, sino esforzarse cada vez por purificar al mximo la intencin rectora del acto. De esta manera se precisa lo que se llama habitualmente el rigorismo kantiano. Kant repite que la razn prctica es profundamente interesada. Toda la cuestin, decimos nosotros, consiste en saber cul es la naturaleza de este inters. Pues hay intereses de la razn que difieren en naturaleza. Al no retener ms que el inters especulativo de la razn, el racionalismo tradicional la mutila. El inters prctico, ms elevado, es la obediencia al deber, que establece entre los hombres lazos de libertad y de racionalidad. Este inters consiste en el abandono de los mviles sensibles, es decir, en el desinters moral. El pretendido rigorismo de Kant se identifica con su criticismo. Este reposa sobre la heterogeneidad de la sensibilidad y del entendimiento; no admite que el hombre posea una inclinacin inmediata al bien. Toda inclinacin, como toda intencin, es sensible. Esta heterogeneidad es lo que hace de la ley moral un imperativo. Los estoicos haban ya reconocido al enemigo en la sensibilidad; pero a falta de un anlisis de la razn prctica, desconocieron la naturaleza de este enemigo. Apelaron a la sabidura en contra de la necedad, en lugar de recurrir a ella en contra de la maldad, cuyos principios corruptores del alma minan secretamente la intencin. E l hombre es un animal de preceptos, dir Renouvier. Kant hace tambin observar que el principio evanglico de amar al prjimo no se explica sino de esta manera. El amor por inclinacin no puede dominarse, mientras que puede exigirse hacer el bien aun sin inclinacin. No hay que confundir el amor patolgico, que reside en la sensibilidad y hasta en una compasin pasiva y enervante, y el amor "prctico, que reside en la voluntad actuante. El amor prctico es el triunfo de la razn.

    8 5

  • a P

    !* $ !%%$"*/#"#%#:!$" !#,#! J" $ (!

  • Obligacin y posicin del otro son correlativos. Hay aqu una especie de expresin filosfica de la identidad cristiana entre el primero y el segundo mandamiento: por el mismo movimiento se pone la existencia de los otros y de Dios. El mvil de la voluntad buena o respeto es un sentimiento original, engendrado por la mera representacin de la ley, que tiene por objeto a las personas como sujetos de la ley y jams a las cosas. La ley moral es la definicin misma de la persona, lo que le da su dignidad. La dignidad se opone al precio. Una cosa tiene precio cuando puede ser cambiada por otra equivalente. Pero lo que no tiene equivalente, y por lo tanto est por encima de todo precio, es sin precio, tiene una dignidad o valor intrnseco y absoluto, categrico. La nocin de persona, en la segunda frmula del imperativo categrico, especifica el respeto y revela el deber en el interior mismo de la experiencia del otro. Si la cosa pertenece al orden de los fines, es porque ella limita mi querer al mismo tiempo que le da su valor obligndolo. El respeto es, pues, la solucin metafsica del problema del conocimiento del otro, la experiencia efectiva de mi deber en el derecho del otro a ser reconocido. No se conoce a los otros como objetos, es decir, no se les alcanza por la mera razn especulativa. Aun ms, el conocimiento del otro no depende de la psicologa o de la sociologa, sino que es una cuestin metafsica y moral. Conocer al otro es respetarlo, ponerlo como persona. O, ms exactamente, antes de conocer a un hombre cualquiera, hay que reconocerlo previamente como hombre; este acto de reconocimiento, aplicado a priori a todo ser humano y que le confiere para m la dignidad de persona, es lo que Kant llama respeto. Lo cual termina de aclarar las definiciones del hombre como ser de derechos y deberes, y de Dios como Ser de derecho: se comprende mejor que la personalidad pueda ser definida como la cualidad de un ser que tiene derechos o deberes. El imperativo categrico es la expresin del derecho de Dios a ser reconocido. Decir que Dios existe es afirmar que hay una vocacin jur

    8 8

  • "#/$ ! K% #!$!$#!,! $ $ "#%G%#:!2!" ( #!"#0#/"J "#%!( ,(!$ 2)(! & $ *%* 2 $ $$ 2 #! )( (! ,(!$ $ # " , "#$$ ! ?%#

  • a P

    " " "(%#:! $" /", $ " "%# ! ! "#

  • n a t u r a l e z a y l i b e r t a d

    quien la persigue no se representa bajo el nombre de felicidad ms que una satisfaccin relativa y provisional, y de este relativo hace un absoluto. Kant escribe profundamente que en el suicidio el hombre hace de la felicidad un fin incondicionado, ilimitado. La felicidad no es ms que el sueo vago de un placer de la vida que acompaa sin interrupcin toda la existencia. Este sueo es, pues, tan contrario a la libertad como a la naturaleza. De all la crtica de la economa poltica. Esta es inmoralista, si el inmora- lismo consiste en considerar el problema de la conducta independientemente de toda exigencia de la conciencia y de toda distincin del bien y del mal. Los economistas prometen al hombre una suerte de felicidad natural, que no es ms que una felicidad de la naturaleza, una felicidad de la sensibilidad. Prometer a los hombres una felicidad puramente sensible y hacer que la esperen del simple juego de la naturaleza, es lo que el criticismo denomina # # 5 Este optimismo desconoce el mal. Funda las relaciones humanas en la competencia, sin ver que la competencia es precisamente la lucha y la guerra, es decir, el mal mismo. No se trata de que Kant quiera reformar la ciencia econmica; en tanto ciencia, nada tiene que reprocharle, y jams ha pensado en modificarla o hacerla ms social. Aun ms, Kant profes francamente el moralismo y se mantuvo en l. Lo que le reprocha es confundir valor y precio. Para Kant no hay valores econmicos. Las nociones de valor y de dignidad pertenecen exclusivamente a la moral, y la economa debe estar enteramente subordinada a ella.Es entonces la moral lo que nos dar la felicidad? As

    lo han credo los antiguos. Los estoicos, por ejemplo, admitan una relacin analtica entre la virtud y la felicidad: la virtud, y slo la virtud, procura la felicidad. Segn Kant, por el contrario, la relacin es sinttica e infinitamente ms compleja: la virtud nos hace merecer la felicidad, pero no es suficiente para hacemos felices. Es que la verdadera idea de felicidad es la de la reconciliacin de la naturaleza

    9 3

  • + " "#/$2 $ " !#/#"#$$ + " 9:! W % !%#"#%#:!

  • a P

    ,#, #, " )(

  • KANT

    sistemtica segn leyes de diversos seres dotados de razn, logra determinar el fin ltimo. Solamente desde el punto de vista de este reino de seres racionales se puede denominar a la naturaleza un reino. El hombre es el ser significante, que da sentido al mundo. El designio supremo de la naturaleza es la plena expansin de todas sus disposiciones en el cuadro de la humanidad. La naturaleza no es pues un reino sino gracias al reino de los fines. De este modo esta idea de reino de los fines se vuelve idea de la creacin en general. La moral conduce a una verdadera teologia prctica. La comunidad tica de los hombres, en efecto, slo es posible si todos reconocen incondicionalmcnte su origen comn como seres libres, si se apropian de manera autnoma de la voluntad legisladora del Creador. Tara que una repblica moral se constituya es necesario que los individuos estn sometidos a una legislacin pblica y que todas las leyes que los unen puedan ser consideradas como los mandamientos de un legislador .comn (Religin, 3? parte, IV). La ontologa de la moral introduce inmediatamente a esta metafsica teolgica. La refutacin de las pruebas puramente especulativas de la existencia de Dios establece que este no podra ser el objeto de un argumento cientfico, sino el verdadero sujeto de una fe filosfica, de una creencia racional. Dios o la realidad en s del principio que en nosotros piensa y quiere son objetos de fe. El saber objetivo, la ciencia, se dirige a los fenmenos. Es un truismo decir que no hay ms verdad que la cientfica, si se entiende por verdad slo lo que es objeto de ciencia. Pero esa fe, por la cual uno se afirma a si mismo como realidad sujeto de la obligacin moral y por la cual se afirma a Dios como realidad trascendente que nos hace ser y que nos obliga sin determinamos, no es un salto en lo desconocido. No es ni siquiera un riesgo que se corre osadamente, como podra imaginar algn pragmatismo o fidesmo. Es el medio que tenemos, en nuestra dependencia misma, de afirmar y vivir nuestra autonoma moral y espiritual.

  • NATURALEZA Y LIBERTAD

    De esta manera termina de aclararse lo que hemos sugerido varias veces acerca de la nocin kantiana de postulado. Podra hacerse notar fcilmente: nuestra interpretacin del kantismo se articula sobre dos piezas maestras y difciles, el sentido de la crtica del argumento ortolgico y la significacin de los postulados de la razn prctica. Ellos no constituyen una especie de sustituto del saber objetivo que nos es rehusado. No valen "en vista a un fin especulativo arbitrario, sino en vista a un fin prcticamente necesario de la voluntad racional, que aqu no elige, sino que obedece un mandamiento inflexible de la razn, que posee su fundamento objetivo en la constitucin de las cosas en tanto ellas deben ser juzgadas por la razn pura. Si se quisiera dar a la expresin su sentido ms riguroso, tan lejano de Oll-Laprune como cercano a Blondel, habra que hablar aqu de certeza moral. Pero esta expresin evoca demasiado fcilmente la palabra creencia. Nunca, sino segn la intencin prctica, el asentimiento tericamente insuficiente puede ser llamado creencia, manifiesta Kant. Ahora bien, esta intencin prctica es el inters ms profundo de la razn. As, pues, para no estar en contradiccin consigo misma la razn cree. Si la frmula no tuviera un sentido sobre todo religioso, podra muy bien hablarse de acto de fe para decir que el postulado es la experiencia ms ntima y ms profunda que la razn tiene de s misma. Para ser y tomar posesin de s la razn debe en cierto sentido postularse. Afirmando a Dios, la libertad y la inmortalidad es como ella se afirma y explcita para s misma la plenitud de su sentido. Aqu el derecho pone el hecho e impone su posicin como una obligacin: los postulados no son supuestos, sino puestos per thesin, y no per hypothesin. Sin ellos, el carcter ontolgico de la razn no es ms que un sueo, y el hombre, reducido al entendimiento, pierde todo su sentido: no hay ms moralidad, no hay ms razn. Es necesario que esta especie de compromiso implcito, de fe desnuda y elemental de la razn en su propio valor se explique y se explicite:

    9 7

  • " !" ("$ " K " "#0#:!!$ #!$?%#%# !# $ /## "#0#:! ! " "#,# $ "#," 9:! " ;!#:! "2 " "#9%#:!#!0" $" 9:! % !?#,%#:! $ " #!!%#:! ?(!$ $"S!#, )( " $#! $" * ,/ " 9:!

    "" ! ,# %# $?#!##

  • $ ?#" ?8 (! ?#" ?8 $ " "8,#2 + !,#, 2 ! " Opus Postumum, $?#!#: " ,?8#% % , ." %#!%# $ " "8,# $ " 9:! *(,! ! ! ?#" ?8 $ " ?#!#($2 (! ?#" ?8 $$ " (! $

  • KANT

    tiana. Pero esta apologtica no es, como se cree y como lo crey el mismo Nietzsche, la Crtica de la Razn Prctica, que se atiene al hecho de la razn, al imperativo categrico realmente dado en la experiencia moral; es la Crtica d e la Razn Pura, que se propone establecer la posibilidad de la tica gracias a la distincin entre fenmenos y cosas en s. Lo cual es decir que nuestro mundo es un mundo de tareas y deberes. Pero esta finitud y estos lmites para nosotros insuperables son la marca en el vacio de lo infinito que nos ha fijado nuestra situacin y nuestro trabajo en la creacin.Esta significacin se manifiesta plenamente en la concep

    cin, central en toda filosofa, de la Sabidura. Hemos dicho que Kant la haca estallar. Ms exactamente, resume en ella toda la contradiccin de la condicin humana. Descartes haba indicado el camino: de la sabidura divina, que slo existe en Dios, haba distinguido la sabidura humana, la sapientia humana, que permanece siendo relativa y designa solamente el mximo desarrollo de que somos capaces. Kant va mucho ms lejos: la hace ir de la inteligencia a la voluntad. Es cierto que su idea de la sabidura sigue siendo tradicional: la identidad del conocimiento y de la accin. Pero para el hombre no es ms que una idea, o ms bien un ideal que Dios tambin realiza. Dios es el ser sabio en sumo grado, que conoce todo el bien, que lo quiere y que puede realizarlo por su voluntad. El hombre no posee la sabidura, que slo Dios posee; la estima, sin embargo, sin tratar particularmente de poseerla porque no puede alcanzarla (O. P., pg. 42). La filosofa es el esfuerzo hacia la sabidura, pero no puede ser perfecta. La sabidura es verdadera absolutamente, como fin en s, es decir, que tiene por objetivo algo que se funda en Dios mismo: hace del fin ltimo de la existencia del hombre sobre la tierra el suyo propio. Desde el punto de vista del conocimiento, el hombre no puede alcanzar la unidad del saber y del hacer, de la razn y de la voluntad. Para l la filosofa es la bsqueda

    1 1 0

  • de los fines incondidonados de la humanidad. Ahora bien, esta bsqueda no puede terminar sino en el plano moral. En este sentido, la sabidura pasa del saber al deber: la sabidura, dice el + ## tiene por fin la actividad prctica del sujeto. La finalidad de la filosofa es, pues, siempre la sabidura, pero ello significa que es mejorar al hombre. Y mejorarlo consiste en permitirle el mejor uso posible de la razn, tal como sta existe en l.Es que toda la dignidad del hombre consiste en la razn.

    Por ello Xant no se propone otra finalidad que educar la razn humana, llevndola a conocerse exactamente y a situarse. La razn educada se vuelve una razn adulta, lo cual significa esencialmente, en la perspectiva kantiana, que conoce sus derechos y sus deberes. Esta razn sabe, a partir de ese momento, que debe realizar aqu abajo una doble tarea de conocimiento y de accin, y que estas dos tareas no pueden unificarse radicalmente. E l inters profundo de la razn humana es moral, y su designio ltimo es prctico. Kant no es, pues, ese negador de la metafsica que se dice a menudo. Es el fundador de una metafsica prctica y, si puede decirse, practicante. Lejos de ser superado, el pensamiento kantiano es, por el contrario, instaurador. Los filsofos que hacen hablar a Dios generalmente no hacen hablar ms que al hombre o a s mismos. La humildad kantiana es ejemplar, puesto que esta filosofa de la finitud

    en definitiva una filosofa de la condicin humana, de la situacin del hombre en la Creacin. Y esta situacin de finitud y de sumisin es sin embargo infinitamente grande ya que sin el hombre la creacin no tendra La idea de legislacin, de una legislacin que nos es impuesta, pero que no podemos recibir sin reconstruirla y recrearla, lo domina todo: el dlo estrellado sobre mi y la ley moral en m. Antes de Auguste Comte, Kant dijo que la astronoma era una lecdn de modestia. Todos estos temas, en suma, aparecen como profundamente cristianos. En algunos aspectos, sin embargo, Kant pertenece a la filosofa de las luces.

    CONCLUSIN 111

  • La ralson pur y Le jugement esthtique (conjunto de textos excelentemente reunidos por Mine. 8 Presses Universitaires de France, 1954).

    II. ( )

    , Lettres sur la philosophie de Kant (Hartmann)., 6 (Michel), Lecture de Kant (Presses Universitaires de

    France)./ 8$ +* ( Madeleine), Bergson adversaire de Kant

    (Presses Universitaires de France, 1966)./ 6 (mile), La philosophie de Kant (Presses Universitaires de

    France).1 (Vctor), La philosophie pratique de Kant (Presses Universi

    taires de France).1 # (Giles), La philosophie critique de Kant (Presses Universi

    taires de France).5 (Lucien), La communaut humaine et Funivers chez Kant

    (Presses Universitaires de France).& 2 (Jacques), Kant et le problme du temps.& (Martin), Kant et le problme de la mtaphysique. Int. y traduccin por Alphonse de 9 8 y Walter / (Ga- llimard).

    (Didier), La question de Fhomme et le fondement de la philosophie. Reflexin sobre filosofa prctica de Kant y la especulacin especulativa de Fichte (Aubier).

    : (Gerhard), Critique et morale chez Kant, traduccin ; (Beauchesne).

    " 8

  • INDICE

    C ............................................................................ 9

    I. La intencin metafsica ............................................... 13

    II. El conocimiento y el pensamiento ....................... 27

    III. Naturaleza y libertad ............................................... 71I. La esttica, 72. II. La tica, 70. III. Filosofa de la Historia, 99.

    K ................................................................................ 107

    * &5-. # ............................................................. 115

  • 7 f g Z P Z h Ggf 2 2 3>4LN

  • ?#" ?8 S!#! * #$ * *% % 2 + !

    %# $ " 82 ;M,! $% ! %#$ " $(%8 ,!($ ". " %8#% $ " 9:! (V

    " $!(!%#/ % , (! " 08 $"

    (/K#