la organizaciÓn del hÁbitat precalchaquÍ (500 a.c....

39
15 LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. - 1000 D.C.) María Cristina Scattolin CONICET - Museo Etnográfico, Universidad de Buenos Aires. RESUMEN Los asentamientos formativos del sur de los valles Calchaquíes (500 a.C. a 1000 d.C.) permiten diferenciar entre algunas zonas de uso cotidiano y sectores funerarios o ceremoniales, entre conjuntos de vivienda- patio y conjuntos de montículo-plazuela. En el transcurso del primer milenio d.C. se reconocen varios modos alternativos de diferenciación del espacio y de inversión en el paisaje arquitectónico, que confieren la primacía a medios materiales y simbólicos distintos. Al final del primer milenio se pueden distinguir más claramente dos modos de diferenciación: uno fundado en el control y manipulación de recursos sagrados y otro fundado en el control y concentración de recursos de orden socio-político, secular. Ambos principios de distinción operaron como medios y recursos de transformaciones sociales. Estos modos produjeron formas diversas de jerarquización del espacio social y de la arquitectura comunitaria. Las variaciones se ilustran con la descripción de sitios y materiales arqueológicos del valle de Santa María y alrededores. ABSTRACT In pre-Hispanic Southern Calchaquí Valleys, evidences at Formative (500 BC.-AD 1000 AD) sites allow to differentiate between areas of daily use and funeral or ceremonial sectors; between household patio-groups and mound compounds. During the first millennium AD, several ways of space structuration and modes of investment in the architectural landscape can be detected. They confer primacy to different material and symbolic means. At the end of the first millennium two structuration modes can be distinguished more clearly: one was founded in the control and manipulation of sacred resources and the other was founded in the control and concentration of socio-political resources, of secular order. Both distinction principles operated as means and resources of social transformations. These modes produced diverse forms of hierarchisation of the social space and the community architecture. The variations are illustrated with the description of archaeological sites and materials from Santa María Valley and surroundings. La vivienda junto con sus parcelas y corrales, es decir, una construcción estable y sus anexos, constituyeron los componentes arquitectónicos esenciales de los primeros aldeanos en el noroeste prehispánico. En el presente capítulo se estudian los asentamientos del sur de los valles Calchaquíes correspondientes al lapso de mil quinientos años anterior al 1000 d. C., el cual abarca las primeras sociedades aldeanas sedentarias o, como se las llama también, «formativas» o «presantamarianas». El propósito de este capítulo es ofrecer una síntesis de la manera en que los antiguos habitantes ocuparon terrenos, edificaron sus fincas, delinearon sus campos, con anterioridad al establecimiento de los poblados de «los indios de calchaquí» (Lorandi y Bunster 1987). La muestra de instalaciones estudiadas comprenderá los asentamientos en un radio de 100 km a la redonda desde el centro del valle de Santa María (Figuras 1 y 2). El punto central del área se ha emplazado en el sitio Bañado Viejo, en la localidad de El Bañado, que corresponde de manera bastante aproximada al centro del valle (Figura 3). La superficie de este disco

Upload: duongkhanh

Post on 27-Oct-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

15

LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ(500 A.C. - 1000 D.C.)

María Cristina ScattolinCONICET - Museo Etnográfico, Universidad de Buenos Aires.

RESUMEN

Los asentamientos formativos del sur de los valles Calchaquíes (500 a.C. a 1000 d.C.) permiten diferenciarentre algunas zonas de uso cotidiano y sectores funerarios o ceremoniales, entre conjuntos de vivienda-patio y conjuntos de montículo-plazuela. En el transcurso del primer milenio d.C. se reconocen variosmodos alternativos de diferenciación del espacio y de inversión en el paisaje arquitectónico, que confierenla primacía a medios materiales y simbólicos distintos. Al final del primer milenio se pueden distinguirmás claramente dos modos de diferenciación: uno fundado en el control y manipulación de recursossagrados y otro fundado en el control y concentración de recursos de orden socio-político, secular. Ambosprincipios de distinción operaron como medios y recursos de transformaciones sociales. Estos modosprodujeron formas diversas de jerarquización del espacio social y de la arquitectura comunitaria. Lasvariaciones se ilustran con la descripción de sitios y materiales arqueológicos del valle de Santa Maríay alrededores.

ABSTRACT

In pre-Hispanic Southern Calchaquí Valleys, evidences at Formative (500 BC.-AD 1000 AD) sitesallow to differentiate between areas of daily use and funeral or ceremonial sectors; between householdpatio-groups and mound compounds. During the first millennium AD, several ways of spacestructuration and modes of investment in the architectural landscape can be detected. They conferprimacy to different material and symbolic means. At the end of the first millennium two structurationmodes can be distinguished more clearly: one was founded in the control and manipulation of sacredresources and the other was founded in the control and concentration of socio-political resources, ofsecular order. Both distinction principles operated as means and resources of social transformations.These modes produced diverse forms of hierarchisation of the social space and the community architecture.The variations are illustrated with the description of archaeological sites and materials from SantaMaría Valley and surroundings.

La vivienda junto con sus parcelas y corrales, esdecir, una construcción estable y sus anexos,constituyeron los componentes arquitectónicosesenciales de los primeros aldeanos en el noroesteprehispánico. En el presente capítulo se estudian losasentamientos del sur de los valles Calchaquíescorrespondientes al lapso de mil quinientos añosanterior al 1000 d. C., el cual abarca las primerassociedades aldeanas sedentarias o, como se las llamatambién, «formativas» o «presantamarianas». Elpropósito de este capítulo es ofrecer una síntesis de la

manera en que los antiguos habitantes ocuparonterrenos, edificaron sus fincas, delinearon sus campos,con anterioridad al establecimiento de los poblados de«los indios de calchaquí» (Lorandi y Bunster 1987).

La muestra de instalaciones estudiadascomprenderá los asentamientos en un radio de 100 kma la redonda desde el centro del valle de Santa María(Figuras 1 y 2). El punto central del área se ha emplazadoen el sitio Bañado Viejo, en la localidad de El Bañado,que corresponde de manera bastante aproximada alcentro del valle (Figura 3). La superficie de este disco

Page 2: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

16

Figu

ra 1

: El v

alle

de

Sant

a M

aría

y a

lred

edor

es. A

la d

erec

ha: b

loqu

e te

mpo

ral.

Page 3: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

17

Figura 2: El área tratada (tomado de Google Earth).

transgrede las fronteras de las áreas culturales quefueron previamente establecidas para el sector centraldel Noroeste Argentino (González 1963). De manera queaquí prescindimos de encasillar a los asentamientossegún su pertenencia a las selvas occidentales, a la punao a los valles.

Este método elimina presupuestos acerca de laextensión ocupada por «culturas arqueológicas»definidas con anterioridad, que implican la existenciaempírica de pueblos o etnías distintas. Ante laposibilidad de que «arrancando desde cualquier puntodentro de un área podamos producir [falazmente] una«cultura» moviéndonos hacia afuera hasta unos límitesarbitrarios» (Hodder 1982), partimos de una hipótesissimple que, en principio, presume un continuo devariación sobre el espacio. Ciertamente, podrá habersituaciones en que esto no ocurre. Por eso quedamosabiertos a que esta hipótesis pueda ser rechazada, perosólo mediante previo análisis de la distribución regionalen este espacio continuo. El presente trabajo da el primer

paso hacia una descripción de la distribución de losasentamientos y sus contenidos. En un segundo pasodel análisis se podrá averiguar si las variaciones en laestructura regional de la cultura material en esosasentamientos producen grupos de asociación al azar ogrupos de asociación no azarosos.

Este gran círculo abarca varios ámbitos. En lazona central, el valle de Santa María es una cuenca deunos 30 km de lado a lado y 100 km de longitud y unaorientación N-S. Se presenta flanqueado por cadenasmontañosas que sobrepasan los 5000 msnm (Figura 2).El acceso es relativamente fácil por sus extremos nortey sur, y sus cordones montañosos se franquean de estea oeste por varios pasos. El río Santa María nace enrealidad como río Cerro Colorado en el adyacente valledel Cajón y luego tuerce hacia el norte en Punta deBalasto para conformar un dilatado fondo de valle. Sucauce divide el valle de Santa María de maneraasimétrica: la vertiente oeste cae hacia la llanuraaluvional en la forma de un piedemonte con grandes

Page 4: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

18

Figura 3: Asentamientos formativos en un radio de 100 km a la redondadesde el centro del valle de Santa María.

Page 5: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

19

conos aluviales. La vertiente, este en cambio, presentaformaciones terciarias entrecortadas que conformanpequeños valles intermedios entre el fondo de la cuencay los cordones montañosos de las cumbres Calchaquíesy la Sierra del Aconquija. Así ofrece una serie demicroambientes diversificados, varios de los cualespueden ser aprovechados para la agricultura. Laplanicie aluvial, ancha y relativamente plana, alcanzalos 12 km.

El valle ofrece opciones fisiográficas variadas. Sesupone por tanto que los patrones de instalación,construcción, uso del suelo y ocupación del espaciovariarán de manera concomitante. Sin embargo, de ellossabemos todavía poco. Su conocimiento se ha vistoperjudicado por prácticas de coleccionismo y saqueo(Scattolin 2000). Además los sitios de nuestro interéshan sufrido los varios siglos de extendida y activaocupación posterior que ha afectado la visibilidad actualy la conservación de vestigios arquitectónicos previosen superficie. El abordaje de esas ocupaciones por tantoha sido algo difícil para los investigadores que hanemprendido su estudio.

La imagen de los asentamientos precalchaquíes(otra forma de nombrarlos) en el valle de Santa Maríase ha mantenido por largo tiempo bastanteindeterminada debido a que los estudiosexclusivamente enfocados en estas sociedades han sidoesporádicos y, en su mayoría, de corto plazo ocomplementarios de otros temas mayores (Heredia etal. 1974; Núñez Regueiro y Tartusi 1993; Pelissero yDifrieri 1981:61-67; Raffino et al. 1982). Sin embargo, seconocen los trabajos realizados por varios autores endiferentes épocas (Aschero y Ribotta 2007; Cigliano1960; Palamarczuck et al. 2006; Pastor y Rivero 2004;Sosa 1994; Tarragó y Scattolin 1999).

De esos estudios se desprende que en el valle sehallan asentamientos residenciales que varían en formay concentración edilicia. Su variación puede deberse afactores funcionales, culturales y temporales. Desde elpunto de vista de la formación de sitios, la dicotomía

mayor se da entre los lugares con arquitectura visiblede piedra de las laderas del valle y con perduración dedepósitos primarios, como por ejemplo, Caspinchango-El Ciénago (Cigliano 1960) o El Remate-Los Zazos(Aschero y Ribotta 2007) y, en el otro extremo delespectro, están los sitios del fondo del valle sinarquitectura preservada, y que posiblemente contengandepósitos secundarios, como Molino del Puesto(Cigliano 1960) o Bañado Viejo (Scattolin et al. 2001).

Al este de Santa María se extiende la vertienteoriental andina húmeda que desciende a través de vallesde altura, como el de Tafí, la selva de montaña, la selvabasal y la llanura tucumana, la cual incluye la cuencade Tapia-Trancas. Varios de estos ámbitos incluyenasentamientos formativos bien conocidos y estudiadosarqueológicamente desde hace muchos años(Ambrosetti 1897; Berberián 1988; Cremonte 1996;Heredia 1974; Schreiter 1934)

El valle del Cajón se sitúa de manera paralela aloeste y, como se dijo antes, constituye la porciónsuperior de la cuenca del río Santa María. El cauce delrío Colorado divide el valle del Cajón también demanera asimétrica, pero inversa a la de su vecino. Enesta cuenca, la vertiente este es abrupta y corta, mientrasque la vertiente oeste es muy extendida y compuestapor varios vallecitos y quebradas intermedios. Una deestas últimas, llamada precisamente La Quebrada,constituye una vía natural de acceso al bolsón de LagunaBlanca, en el borde de la Puna. Se sabe de apenas unospocos asentamientos precalchaquíes en el Cajón (Arena1975; Scattolin y Gero 1999); en cambio, son másconocidos los de Laguna Blanca (Albeck y Scattolin1984; Delfino 1999).

Finalmente, desde la Punta de Balasto hacia elsur, se extiende la falda occidental del Aconquija, unafaja de 30 km que abarca grandes conoides quedescienden hacia el Campo del Arenal o de los Pozuelos.Está cubierta de vestigios arqueológicos muyextendidos que ya se han dado a conocer (Scattolin2001).

PARA SISTEMATIZAR EL TIEMPO: UN SITIO SIN ARQUITECTURA

La elección del lapso considerado también habuscado apartarse de periodizaciones corrientes parael Noroeste Argentino, sobre todo de las propuestaspara el valle de Hualfín, el cual ha suministrado la«secuencia maestra» para áreas vecinas. Nos guiaremosaquí por la secuencia cronológica local, basada encambios en la cultura material, especialmente lacerámica, que ocurrieron antes de la aparición dealfarería de estilo santamariano, hace aproximadamentemil años. Tal lapso se ha llamado también PeríodoFormativo o Cerámico Temprano y Medio.

Para situar al lector en un ámbito más amplio delárea andina, hacemos notar, que la trayectoriaconsiderada, entre unos 500 años a. C. y 1000 d. C. escoetánea del Período Formativo, del período IntermedioTemprano y del Horizonte Medio correspondientes alárea Centro Sur andina.

La secuencia local se ha fundado en tendenciasde cambio mostradas en un perfil estratigráficoprofundo en el sitio Bañado Viejo y en los contenidosde sitios datados por radiocarbono. El conjunto de esainformación permitió discriminar tres fases: Chimpa,

Page 6: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

20

Figura 4: Cuadro cronológico

de ~100 al 450 años d. C.; Bañado, de 450 a 650 d. C. yColalao, de 650 a 900 d. C. (Scattolin 2007). Al momento,excepto por varios objetos de la colección Schreiter deGotemburgo, que rondan los 2500 a 3000 años deantigüedad, no hay evidencia adicional para proponerfases anteriores que abarquen estos fechados másantiguos (Figura 4 y Tabla 1).

En Bañado Viejo se recuperó abundante cerámicatosca y cerámica pulida gris-negra, gris, ante y roja sindecoración y muy escasa cerámica decorada, puntas deproyectil de obsidiana, variados artefactos líticos,carbón vegetal, carozos de chañar y huesos decamélidos. Pese a que la secuencia no abarca fechas tan

antiguas como las del valle de San Francisco (Dougherty1975), o de Tafí (González y Núñez Regueiro 1962),resultó muy útil para separar en fases la última partede la trayectoria presantamariana. El comportamientode atributos temporalmente sensitivos en El Bañadopermitió distinguir tres componentes sucesivos cuyoscontenidos, más la información obtenida de sitiosvecinos, proporcionaron fundamento para la secuenciade tres fases (Scattolin 2007). El perfil, que abarca unosmil años de depositación, mostró una sucesión dedepósitos diferenciados, y reveló cómo se distribuíanciertos rasgos de la cultura material entre los años ~100a. C. a 900 d. C. Sin embargo, la pequeña extensión de

la excavación impidió la detección de estructurasarquitectónicas enterradas. No obstante, se conocensitios vecinos que presentaron restos de viviendas ytumbas que se mencionarán más adelante (Pelissero yDifrieri 1981).

Hacia 900 ó 1000 d. C. se inicia el período Tardíoo de los Desarrollos Regionales, que es coetáneo ybastante similar en su contenido al Período IntermedioTardío en los Andes del sur. Arquitectónicamente sedistingue por los grandes poblados aglomerados ypucarás (fortalezas), que fueron la sede de curacas,artesanos y población concentrada. Alguno de ellospudo ser residencia del curaca Juan Calchaquí (Lorandiy Boixadós 1987). Contienen cerámicas de estilo

santamariano. Durante esta época los valles y quebradasdel Noroeste Argentino alcanzaron sus más altos índicesdemográficos y algunos de esos pueblos ocupaban unadecena de hectáreas densamente edificadas (Nielsen1996). El término «precalchaquí» de nuestro título serefiere a los asentamientos aldeanos anteriores a estaspoblaciones.

Los sitios tratados en este trabajo se localizarántemporalmente en la medida en que cuenten confechados radiocarbónicos o que puedan relacionarsecon los componentes o fases locales ya datados. Lacalidad informativa de los sitios, componentes yunidades datadas es muy variable, de manera que aquíconsideraré los casos más ilustrativos.

Page 7: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

21

ABRIGOS ROCOSOS

A raíz del estudio de la colección Schreiter deGotemburgo se han obtenido las primeras y mástempranas fechas hasta ahora conocidas para el valle deSanta María (Muñoz y Stenborg 1999). Pero, nocorresponden a edificaciones de viviendas sino queprovienen de enterramientos en abrigos rocososemplazados a cierta altura en la «costa» de la Sierra delCajón, en la localidad de Quilmes y en la muy cercanaQuebrada del Carmen (Stenborg y Muñoz 1999). Se tratade entierros humanos acompañados de objetos ydepositados dentro de urnas ovoides de cerámica tosca.Entre los objetos hay varios cestos, capuchas de fibrasvegetales y máscaras compuestas por combinaciones pocousuales de materias primas y sustancias diversas queincluyen: cabello y algunos huesos humanos como unamandíbula, cuero, fibras, pelo y dientes de animales,tinturas, resinas y fibras vegetales. Fueron datados entre1500 y 400 a. C. (Muñoz 2002; Muñoz y Stenborg 1999).

Otro abrigo rocoso ocupado en épocas tempranases Pichanal 2, cerca de Fuerte Quemado. Se trata de unalero de 12 m de largo con arte rupestre y con niveles deocupación que presentan áreas de combustión, una de lascuales fue datada en 1.990±80 años C14 A.P. (Nastri et al.2005).

Existe poca información disponible sobre el carácterde tales ocupaciones. Sin embargo, estos hallazgos podríaniluminar un momento poco conocido de la arqueologíade los valles centrales del Noroeste Argentino, esto es, elmomento del establecimiento de los primerosasentamientos de índole sedentaria en relación conactividades pastoriles y agrarias y las manifestaciones mástempranas de la tecnología cerámica. Se espera que puedancontribuir al conocimiento de la época de transición entre

grupos de cazadores-recolectores a grupos de agricultoresestables.

Del hecho de que los hallazgos en cuevas altascomprendan algunos de los fechados más tempranos nodeberíamos inferir que dicho hábitat fuera el preferidopor las poblaciones más antiguas, sino simplemente quetales son los restos que actualmente detectamos de esaépoca antigua. Es probable que tanto el fondo como lasladeras bajas de los valles hayan sido habitados también,pero las cada vez más densas ocupaciones posteriorespueden haber encubierto sus rastros. De todas maneras,es difícil extraer conclusiones sobre la ocupación delespacio en tales épocas, excepto que aparentemente elsector central del valle podría haber estado ocupado almenos desde unos 3.000 años antes del presente.

La Cueva de Los Corrales, en el área del Infiernillo,a 3000 msnm se ubica «en una posición estratégica desdela cual es posible acceder hacia la Quebrada de Amaichay el valle de Tafí, por el Este, y hacia los valles de de SantaMaría-Cajón, por el oeste» y los fragmentos cerámicossitúan la ocupación con posterioridad a los ca. 2000-1500años A. P. y llegaría «hasta momentos tardíos de laocupación del NOA» (Babot y Apella 2007:13). La cuevada reparo a varias áreas de molienda tanto de vegetalescomo de sustancias vinculadas a la confección de alfarería(Babot y Apella 2007; Carrizo et al. 2003). El conjuntoarqueológico documenta el uso especializado de estehábitat por parte de poblaciones alfareras ya sedentarias.

Varios abrigos rocosos han sido detectados, muyalto, en la localidad de Ingenio del Arenal, en la faldaoccidental del Aconquija, sin embargo no se conocentodavía sus componentes arqueológicos (Weiser 1924-25;Lazzari y Pereyra Domingorena 2008)

LA RADICACIÓN ALDEANA

Los primeras instalaciones de poblacionessedentarias del valle de Santa María, con arquitecturapermanente, en su mayoría, tienen descripciones breves,fueron escasamente registradas en excavacionesantiguas y pocas cuentan con fechados. Se trata deconjuntos de viviendas de planta ya sea circular comorectangular, dispersos o concentrados.

El sitio Chimpa, que da nombre a la primera faselocal del valle de Santa María, está ubicado unos «10km al este de Cafayate» (Heredia et al. 1974). Fuevisitado en 1961 por un equipo de la Universidad delLitoral (Rosario) que efectuó varias trincheras ysondeos. En varias unidades habitacionales, de lascuales no se determinó su forma, obtuvieron cerámicagris lisa, gris incisa en líneas e inciso punteado,monocromo rojo, ante liso pulido y alisado, aparte dealgunos tiestos pintados (Tarragó y Scattolin 1999). En

1968 Heredia, Pérez y González prospectaronaparentemente el mismo sitio u otro cercano tambiénen Chimpa, y según su descripción sólo mostró«algunas hileras de piedras que corresponden a recintosde vivienda, cuya planta no fue posible determinar»(1974), pero suministró fragmentos superficiales dealfarería marrón de borde engrosado y fragmentos detiestos con decoración pintada en tres colores, que fuecaracterizada como de estilo Vaquerías. Fragmentos deeste estilo se han hallado en el componente inferior dela estratigrafía de Bañado Viejo. Tanto el Componente1 de Bañado Viejo como Chimpa contienen cerámicasde estilo Vaquerías y negras y marrón pulido, algunascon borde engrosado.

El más antiguo sitio habitacional datado en SantaMaría es Soria 2, ubicado sobre una mesada baja en lalocalidad de Andalhuala y fechado en 1.940±80 A.P. El

Page 8: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

22

Figura 5: Soria (tomado de Palamarczuck et al. 2005).

sector excavado comprende dos recintossubcuadrangulares adosados, de aproximadamente8x8 m y 6x6 m, con paredes de piedra simples y dobles.Se hallaron áreas de actividad doméstica –incluido unfogón y un pozo de basura– con cerámica negra pulidae incisa, ollas de pasta ordinaria, fragmentos Vaquerías,artefactos de hueso trabajado, puntas de flecha deobsidiana, alisadores, manos de moler y pipas de fumarde cerámica gris-negra pulida. También se encontraronvarios enterramientos de subadultos, al parecerinhumados con posterioridad al uso de la habitación(Palamarczuk et al. 2007) (Figura 5).

Hay algunos asentamientos de módulo circularpoco conocidos pero que deben mencionarse. Uno deellos fue hallado al sudoeste de Cafayate, en el lugardenominado Toroyaco, «sobre una ladera en que

aparecen pircados y túmulos de piedra de 1,30 m dediámetro y 1 m de altura» (Tarragó y Scattolin 1999).Allí fue excavada una unidad residencial compuesta portres recintos, uno de los cuales brindó fragmentos decerámica gris lisa pulida y de otra policroma y unfragmento de pipa marrón pulida. No se hanmencionado diferencias morfológicas ni funcionalesentre estos recintos, excepto que probablemente seencontrara rodeado de áreas agrícolas (Tarragó yScattolin 1999).

Otro sitio, Antigal de Tesoro (también llamadoTesoro II), datado en 1.795±70 A.P. (Scattolin 2007), osea, un siglo y medio después que Soria, se ubica a 3200msnm en relación con el paso que conecta las vertienteseste y oeste de la Sierra del Aconquija (5.500 msnm).Ocupa menos de una hectárea (0,8 ha), y allí se

concentran unas 65 estructuras de forma circular osubcircular. Creemos que al menos unas 50 estructurasserían habitacionales y unas 15 no residenciales (Figura6). En él se ha hallado cerámica Rojo sobre Ante,fragmentos Condorhuasi policromo y tiestos negrospulidos (Lazzari 2006). Debemos destacar su situación:Tesoro II está separado de las áreas aptas para el cultivo,que se encuentran a 500m, en el sitio Tesoro I. Se localizamuy cerca de pasturas y en la senda natural al

portezuelo de la sierra, o sea, una localización apropiadapara acceder a sendas y puestos de pastoreo. El lugarpermite controlar desde el sitio de residencia(aglutinada) la producción (pastoreo, agricultura) comola circulación (sendas, tránsito, caravaneo) (Scattolin2001).

Ingenio del Arenal-Faldas del Cerro, datado en1.795±36 A.P. (Scattolin 2007) –la misma fecha queTesoro– está compuesto por varias decenas de viviendas

Page 9: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

23

Figura 6: Antigal de Tesoro. A la derecha, núcleo habitacional. Abajo, cerámicas del Recinto 16.

circulares con largos pasillos de entrada; se agrupande a pares o en mayor número (Figura 7). Otrasestructuras de mayor diámetro sugieren la existenciade corrales. Contenían cerámica Condorhuasipolicromo y tiestos negros pulidos e incisos, numerososartefactos líticos de obsidiana, basalto, esquisto,andesita, y dacita, así como indicaciones de producciónde bienes metálicos, como trozos de mineral verde,material refractario, fragmentos de escoria, etc. (Lazzari2006; Lazzari y Pereyra Domingorena 2008; MárquezMiranda y Cigliano 1961).

Otros tres sitios en el adyacente valle del Cajón,Yutopian, Cardonal y Bordo Marcial, son pequeñasaldeas con unidades domésticas compuestas por variashabitaciones. Fueron ocupados en los primeros siglosde la era cristiana, en época similar a las fases Pukara yTiwanaku temprano en el lago Titicaca. Yutopian tieneademás estructuras anexas entremezcladas.

Yutopian es un sitio multicomponente que en susector formativo contiene evidencias de metalurgia decobre y uso de cerámicas de estilo Vaquerías, Tafí-Candelaria, Condorhuasi policromo, Río Diablo inciso,Gris-negro pulido y botellones antropomorfos (Figura8) (Scattolin y Gero 1999).

En La Quebrada, dos aldeas mellizas, Cardonaly Bordo Marcial se emplazan justo al pie de un pasonatural que conecta la región puneña y la valliserrana.

Esta localización dentro del paisaje sugiere que los sitiospudieron haber jugado un rol en la comunicación y eltránsito entre las poblaciones asentadas en distintaszonas ecológicas.

Ambas se extienden en sentido este-oeste a lolargo de una mesada franqueada por dos pequeñosarroyos de curso intermitente y muestran un plan dedisposición idéntico: las viviendas en la parte más planade cada mesada, un sector medanoso con tumbas alnorte de las viviendas conforma el pequeño cementeriode cada aldea, y en la parte más alta de la mesada, enposición destacada, se ubica una tumba, o varias, desdelas cuales se domina visualmente las mesadas. Aguasabajo de las viviendas se disponen los campos decultivo. Un cementerio mayor, de alta visibilidad –conocido como Cementerio Médano o de Vázquez porhaber proporcionado gran parte de los objetos de lacolección homónima– se localiza en un gran médanoseco al este de la pareja de aldeas, sobre la quebradaprincipal (Figura 9).

Cardonal comprende más de cien estructurasconstruidas en piedra, de forma circular o subcircularse distribuyen en aglomeraciones de distinta densidad.Los conjuntos residenciales están compuestos de variashabitaciones en torno a patios donde se llevaron a cabolas actividades domésticas (Figura 10). El Núcleo 1brindó ollas y cántaros de cerámica ordinaria y también

Page 10: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

24

Figura 7: Ingenio del Arenal Faldas del Cerro (tomado de Lazzari 2006).

Page 11: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

25

Figu

ra 8

: Yut

opia

n. A

la d

erec

ha, l

a Es

truc

tura

1.

Page 12: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

26

Figura 9: La Quebrada, los sitios Cardonal y Bordo Marcial. Abajo, diagrama de la estructura espacial.

Page 13: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

27

Figu

ra 1

0: C

ardo

nal,

plan

o de

l siti

o y

foto

de

Núc

leo

1.

Page 14: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

28

cuencos y jarros finos de cerámica oscura de paredesdelgadas y de terminación lisa pulida y una menorcantidad de fragmentos de estilos Vaquerías, Tafí-Candelaria y San Francisco/Río Diablo inciso (Figura11). Las características constructivas y contenidos deBordo Marcial son muy similares. Ambos están fechadosen los primeros siglos de la era cristiana (Tabla 1).

Mientras en los valles las estancias se expandenpor fisión, en patrón de residencias dispersas, en la punay las quebradas altas, con una mayor dedicación alpastoreo, las evidencias de sitios residenciales apuntana la ocupación recurrente de ciertos espacios, por lo queel aspecto actual de los sitios es de montículos formadospor agregación, que contienen los fondos de cabañas,normalmente circulares, apiñados o separados, deparedes de barro batido, en ocasiones con zócalos depiedras y entremezclados con restos de basura y paredesdesmoronadas (Cigliano et al. 1976; Olivera 1991;Raffino 1977; Tarragó 1996). Enterraban a sus muertospor debajo de los pisos o en lugares cercanos a lasviviendas, en urnas o en tierra.

En los sitios habitacionales de Santa María yalrededores, los estilos de cerámica policromaCondorhuasi y Vaquerías se asocian, en númeroreducido, a la alfarería utilitaria, muy abundante, deparedes espesas e inclusiones gruesas de roca molida ymica. Ambos estilos policromos, que normalmenteacompañan restos humanos en estructuras de entierro,habrían sido empleados en contextos de uso especiales,no cotidianos o discontinuos. Una gran cantidad sonvasijas efigie que debieron tener funciones votivas (yuroschayadores). Aunque sean fácilmente transportables, sutamaño pequeño y sus siluetas especiales les restanaptitud para desempeñar una amplia gama de funcionesprácticas. En cambio, los tazones, jarros, escudillas ycuencos (pucos) para comer y beber, en general songrises, negros o rojos, decorados con incisiones o lisosy pulidos, y mayormente destinados a racionesindividuales o pequeñas. Ni los recipientes de alfareríapolicroma ni los pequeños jarros o botellas de cerámicalisa pulida parecen aptos para el servicio de la comidao la bebida en contextos de comensalidad social ampliao concurrencia numerosa. De todos modos los pequeñoscuencos lisos pulidos, de color gris o negro, sonrelativamente corrientes y ubicuos en la mayoría de lasviviendas más tempranas. A la par, las urnas funerariastenían grandes dimensiones y mostraban decoracionesaplicadas e incisas.

Notablemente, las señales más antiguas deradicación aldeana en el área de nuestro estudio nocorresponden a un sitio de habitación sino al montículode El Mollar, en el valle de Tafí, de cuya base se hanreportado dataciones de unos 2.296±70 años A. P.(González y Lagiglia 1973; González y Núñez Regueiro1962). Este túmulo es conocido desde muy antiguo enla literatura arqueológica y fue descrito inicialmentecomo rodeado de estelas grabadas de piedra conocidas

entonces como «menhires» (Ambrosetti 1987; Bruch1911) (Figura 12). Durante los primeros siglos de la eracristiana todavía proseguiría en operación o se habríarenovado su uso, ya que, en estratos más altos, ofreciótambién fechas de 1.955±55, 1.950±60, 1.930±60 y1.920±65 años A. P., es decir, tres o cuatro siglos mástarde que su fecha más antigua (González y Lagiglia1973)1. Sus excavadores lo definieron como unmontículo ceremonial. Seguramente fue levantado condetritos trasladados, resultantes del colapso de previasconstrucciones y desperdicios de diversas actividades.Contiene huesos fragmentados de camélidos, desechosde talla lítica, lentes de ceniza, semillas quemadas,carbón, fragmentos de pipas y enormes cantidades defragmentos de cerámica ordinaria así como muy pocacantidad de cerámica incisa y de estilo Vaquerías. Tantoen su base como en su cima se hallaron enterramientosy en distintos niveles hay también restos humanossueltos2 (Gómez Cardozo et al. 2007, González y NúñezRegueiro 1962). Este y otros ejemplos sugieren que lapresencia de los ancestros enterrados en túmulos ydentro o en inmediaciones de las viviendas reforzó elvínculo de los moradores con su solar y su comarca.

Aparte de El Mollar, ciertos núcleos residencialesde la Quebrada de La Ciénega, como El Pedregal CH1,corresponden por sus dataciones a este momento. Y sevinculan con la presencia de fragmentos de estiloVaquerías, cerámica lisa pulida, aplicados decorativosy cobertura monocroma roja (Cremonte 1996). Diversosautores consideran que la primera fase de ocupaciónde Tafí está representada por aldeas dispersascompuestas por núcleos de habitación simples (Tafí I,sensu Berberián 1988).

Aunque no puede decirse que la escultura ydecoración de monolitos hayan sido prácticasgeneralizadas en todas las aldeas y caseríosmencionados, la erección de postes debe haber sidosignificativa durante esta fase Chimpa. Prueba de elloes que los pilares fálicos, felínicos y antropomorfos deTafí y alrededores, se ubicaban al frente de los sitiosresidenciales, en el centro de grandes recintos, en losmontículos o en puntos de acceso a sectores productivospastoriles. Se cree que los monolitos se constituían deesa manera en la expresión material de los ancestrostutelares o «huancas» (Duviols 1979; García Azcárate1996). Asimismo, se han encontrado «piedras paradas»o postes lisos, así como también decorados, en otrossitios formativos fuera de nuestra área de estudio, porejemplo, en Tebenquiche y Alamito (Haber 1999:162;Núñez Regueiro 1998).

Aparte de su función protectora, tutelar, losmonolitos permitieron canalizar estrategias de inversiónsimbólica, objetivadas en la materia, y muy convenientespara aumentar el capital de reconocimiento de unacierta categoría social en relación con un orden sexuado,genealógico, generacional y/o espacial. Los postesesculpidos se manifiestan, con fuerte impacto visual,

Page 15: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

29

Figu

ra 1

1: C

ardo

nal,

Núc

leo

1. A

la d

erec

ha, a

rrib

a, re

cons

truc

ción

hip

otét

ica

en b

ase

a es

tudi

os e

tnoa

rque

ológ

icos

de

Del

fino

(199

9)en

un

pues

to a

ctua

l en

Lagu

na B

lanc

a (f

oto

de a

bajo

).

CA

RD

ON

AL

Núc

leo

1

h22

Pip

a h

19

Daub

Daub

Tort

ero

h 12

Hue

so p

ulid

o h

16

Frag

men

tos

asoc

iad

os

Frag

men

tos

cerá

mica

2 ol

las

2

85 9

testigo

5po

rtal

terrap

lén

fogó

n

fogó

n

hoyo

pos

te

hoyo

post

e

hoyo

post

e

esca

lón

esca

lón

3

4

2

1

pozo

inst

rum

ento

pie

dra

pulid

a pa

sivo

punt

a pr

oyec

til

inst

rum

ento

hue

so

impr

onta

s de

ces

tería

pip

a

inst

rum

ento

pie

dra

pulid

a ac

tivo

vasi

ja c

erám

ica

0

2m

test

igo

Page 16: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

30

Figura 12: El Mollar, las letras y números indican la ubicación de los monolitosy el montículo hacia 1910 (tomado de Bruch 1911).

Page 17: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

31

en el espacio comunal colectivo de la unidad doméstica,familia, linaje, clan o grupo de parentesco, y contribuyenasí a instituir los principios que fundan diferenciasestatutarias entre diferentes segmentos sociales, es decirlas jerarquías de los segmentos de linajes. Sus posicionesen un espacio cargado de significaciones –ycategorizados según dimensiones tales comomasculino/femenino, humano/animal, alto/bajo, oeste/este, arriba/abajo, derecha/izquierda, celeste/terrestre,recto/curvo, superior/intermedio/inferior, ocualesquiera otras– implican al existencia de «un mundode objetos», que van llenando de significado la acciónde cualquier persona desde su más tempranaenculturación, a través de la inculcación silenciosa delos mismos principios que rigen ese mundo.

Es posible que las distinciones genealógicas,sexuales y generacionales, manifestadas en monolitosgeométricos y figurativos, animales, humanos, etc.,hincados en los terrenos y moradas, fueran aprovechadascomo los vectores principales para proyectar la estructurade relaciones sociales, económicas y simbólicas sobre lasprácticas mundanas o extraordinarias de intercambio debienes y mujeres, de un modo en el que espacio, elparentesco generacional, la invocación de antigüedad delinaje y el sexo se imbricaban uno en otro en la construcciónjerarquizada de esos segmentos sociales.

Resumiendo, en cuanto al patrón edilicio, lasunidades domésticas muestran cierto rango de

variación: de planta ortogonal o circular, simples ocompuestas, aisladas o congregadas, pero nuncadensamente apiñadas. Estas distintas configuracionesde los asentamientos parecen reflejar la naturalezamulticultural e imbricada de la primera colonizaciónaldeana.

En cuanto a la localización, las moradas seubicaban cerca de sus terrenos productivos, corralesy fuentes de agua. Sus áreas funerarias puedenaparecer por debajo de los pisos de las viviendas, enla base de montículos, en los patios, en urnas o en lamisma tierra, y aún en cementerios cercanos oapartados de las residencias (Cortés 2005). Es decir,desde aún antes de 2000 años A.P. ya había unadiferencia entre áreas de habitación y ceremoniales,ya sean éstas funerarias o de otra naturaleza. La granvariedad de formas de entierro refuerza la posibilidadde etnicidad entreverada de los grupos.

Además, las formas de desigualdad socialpodrían ser sostenidas por ordenaciones espacio-temporales con valencias diferentes basadas en criteriosde parentesco, antigüedad generacional, legitimidadgenealógica y distinciones sexuales, pudiendoexpresarse en emblemas erectos, en localizacionesprivilegiadas por asociación con los establecimientosmás antiguos o los cementerios de antepasados remotos,en la cercanía o relación con tomas de agua, cerros oapachetas.

LABRAR EL PAISAJE

A medida que pasaba el tiempo, y atravesandola siguiente fase, Bañado (450-600 d. C.), los sitiosagrícolas se hicieron visibles por las laderas aluvionalesy fondos de los valles y constituyeron extensas áreas depaisaje modificado. Las fechas terminales de la faserefieren la aparición y desaparición de ciertos atributoscerámicos y no la real duración de la prolongada faenade labrado del paisaje agrario a que nos referimos, porlo que hacemos notar que esta obra de reproduccióndel espacio, en realidad, tuvo un comienzo mástemprano y una finalización más reciente que lo queindican esas fechas de referencia. Hay que resaltarentonces la larga duración que habría tenido esepersistente cultivo del paisaje cuyo producto materialdependió de la continua reproducción de las relacionessociales aldeanas (Quesada 2007).

Enormes superficies fueron virtualmente«domesticadas» (Haber 1999) mediante mano humanapor erección de muros de contención, paredesperimetrales de lotes de tierra, limpieza y despedregadode superficies escabrosas, nivelación de faldeos,construcción de redes de riego y laboreo continuo delos terrenos. Prueba de ello son los numerosos conosaluvionales cubiertos con los restos de tales trabajos en

las laderas de los valles y bolsones semiáridos. Entrelos canchones agrícolas se disponen las viviendas,distantes varias decenas de metros unas de las otras yconformando caseríos dispersos, en la distribucióntípica de las estancias.

En Caspinchango-El Ciénago, un extenso sitiocon estructuras agrarias y residenciales en unalocalización justo al pie de la sierra de Aconquija, hacemuchos años se excavó una vivienda doméstica, laUnidad 1 (Cigliano 1960:93). Este núcleo de habitaciónentre sus bancales de cultivo, está compuesto por cuatrocuartos semisubterráneos de planta circular ysubcuadrangular. La construcción de las paredes esrobusta; algunos muros presentan una leve inclinaciónhacia el interior. El Ciénago se destaca como un extensositio agrícola: despedregados, canchones y muroscontenedores parecen demostrar un prolongado uso delconoide superior para las labores del campo (Cigliano1960). No cuenta con fechados radiocarbónicos, sinembargo sus características son muy similares a las deotras estructuras agrarias y residenciales que se hallanmás al sur, extendidas por casi toda la falda occidentaldel Aconquija y que cuentan con varios fechados (vermás adelante).

Page 18: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

32

Figura 13: Bajo Los Cardones. A la derecha, vasija con silueta de simetría dorsoventral, color ante, alisada e incisa, delsepulcro bajo montículo (tomado de Chiappe Sánchez 2007 y Somonte 2005).

Pocos kilómetros al norte, en el paraje Bajo LosCardones del valle de Santa María, se conocen sitios devivienda similares pero que añaden montículosfunerarios contiguos (Chiappe Sánchez 2007; Pastor yRivero 2004; Somonte 2005 y 2007). Allí varias unidadesde habitación de forma aproximadamente circularpresentan túmulos mortuorios de piedra entre susmuros (Figura 13). Las viviendas son similares en suforma a las del vecino valle de Tafí, pero hasta elmomento no se han reportado monolitos (Pastor yRivero 2004). Además, el material cerámicoacompañante de los cadáveres muestra característicasde estilo similares a la alfarería hallada en Tafí y en LaCandelaria (Chiappe Sánchez 2007; Somonte 2005 y2007). Se ha informado también que en superficie hansido hallados fragmentos de cerámica incisa, modeladacon aplicaciones al pastillaje y otros de estilo Vaqueríasy Candelaria (Pastor y Rivero 2004:194). Sin embargo,no se conocen dataciones absolutas de estos montículosfunerarios y viviendas; bien podrían haber sidoocupados por un tiempo más prolongado que el de unasola fase.

En el valle de Tafí y Quebrada de La Ciénega sehan excavado varios núcleos residenciales de esta épocacomo El Pedregal CH5 y CH1 (Figura 14) y El ArenalcitoUC3 (Cremonte 1996), Tafí Km 64 y Km 75 (Berberián1988; González y Núñez Regueiro 1962) y El Tolar(Sampietro y Vattuone 2005). Presentan robustasparedes de piedra y sus unidades domésticascomprenden recintos redondos de habitación,comunicados a su gran patio central circular donde seefectuaban diversas actividades domésticas; y donde

algunas líneas de piedra separan varios sectores queabarcan incluso un área de tumbas cilíndricas deparedes de piedra por debajo del piso (Berberián 1988;Cremonte 1996; González y Núñez Regueiro 1962;Sampietro y Vattuone 2005). Es decir, el patio fue usadosimultáneamente como área de actividades cotidianasy lugar de entierro de los muertos (Figura 15). Tambiénse siguieron colocando postes líticos como emblemasal frente de las viviendas, y las tumbas cavadas debajodel piso de los patios habrían permitido retener lamemoria de los antepasados y reafirmar el arraigo, laidentidad y la continuidad de cada segmento deparentesco (Berberián 1988; Sampietro y Vattuone 2005).

En 1944, F. de Aparicio trabajó en la localidad deTolombón y obtuvo materiales de sitios formativos (hoydepositados en el Museo Etnográfico de Buenos Aires),pero no se conocen las clases de estructuras que fueronexcavadas. En 1956, C. R. Lafón y P. Krapovickas,realizaron trabajos en la misma área. En un sectordenominado «Cerca de la casa de Juan Cruz», cavaronuna trinchera donde recogieron materiales «del PeríodoTemprano y Medio» (Tarragó 1989). Según Tarragó, losresultados de la excavación demostraron la presenciade cerámicas anaranjadas y grises grabadas relacionadascon el momento marcado como «Candelaria III-FaseMolleyaco». Además, podrían haber recogido cerámicasde momentos aún anteriores a dicha fase. Más tarde en1964, el equipo de la Universidad del Litoral, bajo ladirección de P. Krapovickas, realizó nuevas tareas en elconoide principal de Tolombón. Excavaron unahabitación de contorno circular y paredes bajas pocovisibles. Su modo de construcción y su emplazamiento

Page 19: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

33

Figura 14: El Pedregal, Quebrada de La Ciénega. Conjunto Habitacional 5 con excavaciones y dataciones.A la derecha, Patio 6 de CH 5. Cerámicas de El Pedregal: botella gris oscura pulida, de cuello vertedero, decorada con

aplicaciones e incisiones, del Recinto 2 de CH5; fragmentos deRecinto 6 de CH1 (tomado de Cremonte 1996).

Page 20: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

34

Figura 15: Sitio El Tolar, Tafí del Valle. Núcleo habitacional. Ubicación de las tumbas en el patio central y contenido de laTumba 1. Escudilla Gris liso pulido, cuentas de malaquita y turquesa y

pendientes de oro (tomado de Sampietro Vattuone 2002)

T1

patio

T2

T31560±35 AP

Page 21: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

35

en el vértice del conoide, contrastaban marcadamentecon las del poblado del Período Tardío. Obtuvieronalgunas vasijas y tiestos, particularmente, cerámicasgrises lisas (Tarragó y Scattolin 1999).

Más al sur, los sitios en el piedemonte occidentaldel Aconquija, en esta fase estaban siendo ocupados conestancias compuestas por viviendas y canchones, quese extendían por los ápices de los conos aluvionales(Scattolin 2001). Los fechados de Loma Alta, desde1.600±120 A.P. hasta 700±50 A.P. demuestran que estemodelo de ocupación se prolonga aquí bastante tiempo,es decir que la zona continuó teniendo este patrón hastamucho después, cuando ya las poblaciones en variosvalles se habían empezado a concentrar en pobladosconglomerados, y es recién entonces que podría serleaplicado el término «rural», por oposición a la nuevamodalidad concentrada (Figura 16). Lo mismo pareceocurrir en Tesoro I, Loma Redonda (Figura 17), Ingeniodel Arenal Centro y Buey Muerto, sitio que da nombrea un tipo específico de asentamiento definido en su obrade síntesis por Raffino (1991) como «La Aguada-BueyMuerto».

Bien al oeste de Santa María, en la puna, se hallansitios con patrón similar, como ocurre en la localidadde Laguna Blanca (Figura 18) (Delfino 1999). Inclusoen Tebenquiche durante esta época parece que seedificaron algunos de sus núcleos de vivienda. Suconstrucción y uso se extendió también hasta más tarde(Haber 1999; Quesada 2007) como en la mencionadafalda del Aconquija.

El intenso uso de los campos y su constanterenovación impondrían a las unidades domésticasmantenerse cerca de sus campos de cultivo, en vez decerca de sus vecinos en aldeas compactas, configurandouna distribución salpicada, dispersa (Drennan1988:285). De allí se debe ese espaciamiento sistemáticoque se observa asociado a este patrón.

En donde el suelo carece de cubierta pedregosa,la pendiente es más plana y el ambiente es más húmedo,como en las yungas de Tucumán y Salta, las áreas decultivo no aparecen cercadas con muros de piedra,aunque se mantiene, de todos modos, el patrón deestancias o caseríos, la conservación de los antepasadosbajo las viviendas, entre o cerca de ellas, y la marcacióncon pilares.

En efecto, al este de nuestra área de estudio,también se conocía la costumbre de colocar posteslíticos, y uno de dos metros de altura se halló todavíavertical en el valle del río Medina (Krapovickas1968:111), donde también se encontraron varios recintoshabitacionales con entierros por debajo de sus pisos.Algunos de ellos «aparentan formar un conjunto dehabitaciones circulares ordenadas en arco alrededorde una plaza, cancha o patio interior» (Krapovickas1968:92).

Otro monolito decorado con grabadosgeométricos fue erigido también en Molleyaco Sitio II,

Trancas, Tucumán. «El yacimiento de Molleyaco nos hamostrado… una serie de construcciones que formanuna pequeña aldea» con basamentos de piedra y murossuperiores de material perecible (Heredia 1969:120). Suexcavador describió un basurero lateral y entierroshumanos debajo de los pisos habitacionales y manifiestaque «en cuanto al menhir podemos decir que por suemplazamiento en un lugar destacado dentro delpoblado ha de haber jugado un importante papel endeterminadas ceremonias religiosas de sus habitantes»(Heredia 1969: 121) (Figura 19).

La llanura aluvional más o menos plana en elfondo del valle de Santa María también debió ser objetode un continuo labrado, aunque los rastros materialessean menos evidentes por carecer de las paredes depiedra bien preservadas. Los sitios de la planiciealuvional en general están representados casiexclusivamente por dispersiones superficiales decerámica que al excavarse ofrecen también restos encapa, así que es muy raro el hallazgo de construccionesantiguas.

No obstante, de allí conocemos un asentamientoresidencial en El Bañado –el que da nombre a la fase–con arquitectura de piedra y barro, y habitaciones deplanta rectangular, que corresponde, según susexcavadores, a un sitio «típicamente La Candelaria» enreferencia a la cerámica asociada (Pelissero y Difrieri1981:63). Allí aparecieron fondos de vivienda cuyoscimientos eran de planta rectangular, de piedrasunidas mediante la utilización de arena seca... Pordebajo de sus pisos se encontraron enterramientos engrandes urnas ovoides con la superficie alisada y sindecoración, con base convexa, conteniendo restoshumanos y vasijas. Este sitio lamentablemente no tienedataciones. No obstante, la cerámica hallada sugiere quedebe tratarse de una ocupación de mediados del primermilenio d. C.

Dos enterramientos del fondo del valle de SantaMaría, Lampacito y Bañado-La Vaquería, uno directoen la tierra y otro dentro de una gran urna ovoide tosca,tienen dataciones que coinciden con la parte final deesta fase Bañado y presentan esas mismas asociacionesde materiales (Scattolin et al. 2005). El entierro directocontenía los restos de una mujer acompañada de variosejemplares de jarras con cuello vertedero oblicuo ydecoración de incisión rayada o reticulada. La urnafuneraria contenía los restos de dos niños con una jarraantropomorfa con borde de perfil oblicuo vertedero.

Estos materiales cerámicos, de estilo Candelaria,tradicionalmente se han vinculado con las yungas, pero,como vemos, se encuentran difundidos también por elvalle de Santa María, el valle de Tafí, el valle del Cajón,el sur del valle Calchaquí, Laguna Blanca y la puna deSalta y Catamarca. Por todas estas regiones, durante lafase Bañado, los aldeanos usaron en sus actividadescotidianas, celebraciones y ofrendas fúnebres, cerámicasgrises lisas, grises incisas y rojas pulidas de buena

Page 22: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

36

Figura 16: Abajo, Loma Alta. Arriba, el patio R47 de Loma Alta,con sectores de actividades múltiples.

Page 23: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

37

Figura 17: El cono aluvial de Loma Redonda en la Falda occidental del Aconquija, foto aérea.Se observan campos de cultivo.

Page 24: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

38

Figu

ra 1

8: L

agun

a Bl

anca

(tom

ado

de D

elfin

o 19

99),

foto

aér

ea. A

la d

erec

ha, v

asija

s de

sim

etrí

a do

rsov

entr

al y

cue

llo v

erte

dero

de c

emen

teri

os d

e La

guna

Bla

nca

(Col

ecci

ón B

. Mun

iz B

arre

to, M

useo

de

La P

lata

).

Page 25: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

39

Figura 19: Viviendas de Molleyaco, San Pedro de Colalao, Tucumán (tomado de Heredia 1969).

factura y variada morfología, pero uno de los recipienteshabituales en las tumbas son las jarras de simetríadorsoventral y cuello vertedero u oblicuo (Scattolin2006).

Entre Angastaco y Molinos, en el fondo del valleCalchaquí, se destaca una construcción especial en elsitio La Angostura (Figura 20). Se trata de «unaplataforma ceremonial, en forma de pirámide truncada,que se alza como eje, alrededor de la cual, se habíaemplazado una pequeña aldea rural»; sus restos estánactualmente muy deteriorados (Raffino 1981).

«La plataforma construida sobre un montículo naturalde 5 metros de altura, cuya cima fue aplanadamediante una nivelación, posee en su parte superioruna construcción de forma circular de 6 metros dediámetro, con paredes de piedras de tres colores (gris,rojo y blanco). Dentro de este recinto fue realizado,también mediante piedras multicolores, una especiede cruz asimétrica cuyos brazos se orientan hacia loscuatro puntos cardinales. En derredor de la base deesta plataforma-pirámide, una muralla de piedra hoydía muy destruida, contribuyó a dar forma almontículo, al que rodeó en su totalidad, a la vez quelo separaba del espacio ocupado por las viviendas dela aldea» (Raffino 1981:3).

El sitio La Angostura no tiene fechadosradiocarbónicos y ha sido designado normalmente bajoel rótulo de «Aguada» (Núñez Regueiro y Tartusi 1993:25),no obstante, según sus descriptores «el componentecerámico más popular pertenece a la tradición Candelaria»(Raffino et al. 1982:11), de allí que debería revisarse suadscripción cultural. Su descripción y contenido sugiereque también en el valle Calchaquí algunos parajes semarcaron simbólicamente en el paisaje. Aunque noconocemos exactamente la fecha precisa de su operación,según Raffino «es factible ubicar en forma cronológica aeste centro ceremonial Calchaquí aproximadamente entrelos siglos IV a VII de la era cristiana» (Raffino 1981:3) porlo que sería posterior al montículo de El Mollar.

La reproducción prolongada de las relacionessociales en el espacio agrario tuvo que involucraracciones y relaciones de dominio, de potestad sobreterrenos, de delimitación de parcelas, de división de losrebaños y la finca –sobre todo en momentos de sucesióny de herencia–, de congregación de personal paraejecutar obras y de división de labores –ocasionesfavorables para afianzar alianzas–, de asignación deturnos de aguas, de control y distribución del riego, deinauguración de ciclos, de apertura de labores, deorganización de los tiempos –oportunidades especiales

Page 26: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

40

para la celebración y el rito–, de designación y delegaciónde funciones, todas prácticas que ponen en juegoderechos y deberes, que activan las posiciones socialesmutuamente relativas, y con ello la movilización de todaclase de significaciones sociales y simbólicas. La texturaacumulativa de los rastros materiales vigentes,monótonos y repetitivos, deben recordarnosprecisamente que fueron un engranaje primordial de laestructuración social que se engendraba en el seno delas sociedades aldeanas.

Sin embargo, el carácter repetitivo y redundantede la arquitectura, de apariencia inmutable, que generanestas prácticas agrarias no debe hacer olvidar que susistema, aparentemente indiferenciado y autosuficiente,

no era cerrado, todo lo contrario, el microcosmoscampesino, se insertaba en un universo articulado einterdependiente, un espacio global, por el quecircularon bienes, materias primas y artefactos.

Pero también, y sobre todo, circulaban personasentre puntos distantes, desde el chaco a la puna yviceversa. Ello provoca el encuentro, la concurrenciaen un mismo lugar de individuos procedentes deámbitos y trayectorias sociales e históricasindependientes, con hábitos y costumbresdiferenciados, es decir, la encrucijada espacio-temporal,lo cual introduce desfases, la oportunidad para lacoyuntura, el acontecimiento y, en suma, latemporalidad.

Figura 20: La Angostura (tomado de Raffino 1981)

CAMBIO DE ESCALA ESPACIAL: ORDENACIÓN ALDEANA

De acuerdo con la cerámica hallada, loscementerios y lugares residenciales de la Banda deArriba de Cafayate, podrían corresponder a la faseColalao (650-900 d. C.) o ser algo anteriores. Se hanregistrado unos quince sitios formativos en losalrededores de Cafayate, pero de ellos no se cuenta conplanos (Ledesma et al. 2007).

Correspondiendo con el final de la fase Colalaoocurre uno de los primeros ejemplos de asentamientosconglomerados en Santa María. Se trata del sitio Morrode las Espinillas, cerca de Punta de Balasto, datado en lossiglos IX y X (Scattolin 2003). Sus primeros excavadoresse sorprendieron al hallar una rara conjunción de unaarquitectura similar a la de los poblados conglomeradosdel período de Desarrollos Regionales con una cerámicatipológicamente atribuible a lo que en ese entonces seconsideraba del período Medio o Temprano (Cigliano1960).

Morro de las Espinillas comprendeconstrucciones sobre una terraza alargada, de unos 15m de alto a la vera del río Pajanguillo. Ocupa 0,6 ha,aunque su actual extensión es menor a la original debidoa desmoronamientos en su borde oriental que handestruido parte del sitio. En esta media hectárearemanente hay unas cuarenta estructuras, que abarcanrecintos habitacionales cuadrangulares (unos 30),agrupados de a varios, algunos intercomunicados, yrecintos no-residenciales. El asentamiento se hallacercado por una valla perimetral de piedra y se lo haprovisto de un acceso restringido (Figura 21). Hay unúnico lugar por donde entrar al área habitacional queestá rodeada por el muro. La entrada se ubica en el sura través de un trayecto sinuoso que sortea varios murosy el acceso al área de mayor concentración de recintosse gana luego de traspasar dos espacios abiertos. Losartefactos hallados, tanto en superficie como en capa,

Page 27: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

41

Figura 21: Morro de las Espinillas.

se componen de desechos domésticos. Se trata, de unaaldea pequeña pero concentrada, constituida porunidades domésticas y otras estructuras, algunas demayores dimensiones como espacios abiertos, trayectosde circulación, etc., y cuyos sectores de producciónagraria podrían ser los canchones de cultivo y corralesque se encuentran unos cientos de metros al Este, enPajanguillo Medio y Alto (Cigliano 1960; Scattolin 2003).

El asentamiento representa un espacioresidencial compacto separado de la producciónagraria, que sugiere una inversión en arquitecturacomunitaria: un lugar de habitación articuladoespacialmente por relaciones de interacción socialconcentrada. La restricción y la separación permitiríanejercer control de los propios recursos humanos alinterior del espacio construido y hacia el exterior.Podemos decir entonces que las primeras aldeasconglomeradas ya se habían establecido en Santa Maríamás o menos hacia el año 900 d. C. y algunas de ellasno contienen cerámica santamariana, ni tampoco latípica cerámica Aguada con iconografía felínica que seproducía contemporáneamente más al sur.

La alfarería propia de Morro de las Espinillas dacuenta de un conjunto funcionalmente bastantecompleto, que incluye enseres de cocción, elaboración,almacenamiento, transferencia y vajilla de servicio. Laproporción entre tiestos de pastas ordinarias (ollas ohuirquis) y finas (tinajas, cántaros, escudillas, platos) espareja (50/50%) y resulta diferente de la que se da enalgunos asentamientos vecinos, dispersos, de la mismaépoca o más antiguos, donde la proporción de alfareríaordinaria es bastante mayor. La vajilla de serviciopresenta decoración geométrica ya sea pintada o incisa.No hay ningún hallazgo con decoración figurativa. Lamanufactura alfarera tiende a despojar sus productosde su contenido figurativo y directamente referencial ya dotarse de atributos sin alusiones directas apersonajes, efigies, animales, etc., en la decoración, algoque la diferencia de la contemporánea cerámica de estiloAguada (Scattolin 2003).

El conjunto cerámico de Morro de las Espinillas,se presenta estilísticamente variable, reúne rasgos quese habían adjudicado a diferentes áreas culturales(Valliserrana, Selvas Occidentales, Chaco) y no porta

Page 28: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

42

motivos de felinos, cabezas trofeo o imágenes delsacrificador, etc. Por sus características morfológico-funcionales es posible que las tinajas de Morro de lasEspinillas sirvieran para almacenamiento, maceraciónde substancias, elaboración de bebidas y transferenciade líquidos, sobre todo las no-decoradas. En cambio,las que han tenido inversión de trabajo en su decoracióny acabado, pueden haber cumplido funciones deservicio de bebidas en contextos en los cuales laexhibición visual haya sido conveniente. Esta diversidady proporción de tinajas, decoradas y no decoradas, noaparece en contextos cerámicos anteriores de la faseBañado, como los encontrados en las fincas y estanciasvecinas de la falda occidental del Aconquija.

Sin embargo, este uso de tinajas con buenaterminación era compartido al mismo tiempo con otrosgrupos contemporáneos pero más lejanos. Para apreciarmejor este fenómeno es preciso ampliar nuestra escalaespacial y hacer comparaciones con ámbitos distantes.Hacia el sur, durante esta época, estaban siendoocupados los sitios del valle de Ambato con estructurasmonticulares y plazuelas, como el caso de La Rinconada,Piedras Blancas, Huañomil y otros que contienen lacaracterística cerámica de estilo Aguada con su ricaimaginería felínica. De ellos proviene una gran cantidadde escudillas y vasos negros grabados de excelentefactura y profusa decoración. Grandes tinajas pintadasen tres colores, de estilo Ambato o Cortaderas y otrasde pasta ordinaria han sido encontradas en el sitioceremonial de La Rinconada, asociadas a contextos deelaboración y almacenamiento de bebidas fermentadas;se habrían usado en celebraciones (Gordillo en estevolumen). De Choya 68, en el valle de Catamarca, ungran montículo artificial, provienen también grandesvasijas profusamente decoradas en el estilo denominadoAguada-Portezuelo (Baldini et al. 2002).

Apreciada en esta escala ampliada, laproliferación de estas formas de tinajas y cántaros, juntocon escudillas y tazones decorados, en ciertos sitios dedistintos valles parece indicar que en este momentohubo un incremento del uso de bebidas en contextosde consumo colectivo y celebraciones festivas. Comodiría Gombrich (2003), el «nicho ecológico» ideal paralas imágenes, la estilización estética, el desplieguedecorativo, la manufactura depurada, no era sólo el vasovotivo de las mesas de culto y altares –común en fasesanteriores– sino también la vajilla para las mesas decomensales que se reunían en espacios comunitariossignificativos. El consumo de estilo había cambiado ytanto la arquitectura como la cerámica participaron deesos cambios.

Entretanto, el diseño de asentamiento deestancias y caseríos dispersos entre campos de cultivocontinuó siendo empleado sin interrupción. Así ocurrióen la falda del Aconquija y la puna donde se prolongala ocupación de sitios con este patrón en las localidades

ya mencionadas de Laguna Blanca y Tebenquiche(Delfino 1999; Haber 1999; Quesada 2007).

En el valle de Tafí, cuando ya hacía tiempo queno funcionaba más su montículo ceremonial, hacia lasnovena y décima centurias, se detecta una tendenciacreciente de concentración aldeana, aunque sin unaseparación completa entre espacio de poblado y espaciode producción. Este período corresponde el patrón deasentamiento más denso y complejo que tipifica la faseTafí II (Berberián 1988).

Fenómenos similares ocurren en sitios cercanos enlos alrededores de Amaicha (Sosa 1994), algunos de elloscon dataciones, como en el paraje de El Remate de LosZazos, cuyo patrón arquitectónico «presenta característicassimilares a los registrados en el sector de La Bolsa y en laQuebrada de La Ciénega». En los patios se localizaron losenterramientos junto a las actividades domésticas(Aschero y Ribotta 2007) igual que en Tafí. Pero en ElRemate el diseño de los terrenos de cultivo aumenta sucomplejidad, incorporando sectores especiales (Figura 22).Según sus excavadores, las obras arquitectónicas ahoraintroducen la andenería como forma especializada paralos terrenos dedicados a la agricultura.

«El sitio presenta dos sectores diferenciados: el Sur yel Norte. En el primero las estructuras son unidadesresidenciales compuestas circulares formadas por unnúcleo integrado por unidades circulares de 7 a 10metros de diámetro y adosadas a ellas 1 o 2subcirculares de menor tamaño. Poseen andenes decultivo que se articulan con las unidades mayores, obien se encuentran en las inmediaciones de ellas en laladera de la montaña siguiendo las curvas de nivel,regados por una acequia cubierta.En el segundo en cambio, hay una mayoraglomeración de estructuras presentándose unamayor complejización del patrón de asentamiento, sonestructuras mas abigarradas también circularesgrandes y subcirculares menores adosadas a lasmismas pero en mayor número que en el sectoranterior. No se observan andenes, tiene una estructuracon forma subrectangular de 36 metros por 32 metros...La arquitectura presenta un conjunto de estructurascirculares y subcirculares, con un círculo central opatio central, anexado a los laterales de este círculose hallaron otros círculos menores…En ciertos sectores que las paredes de las unidadestoman contacto entre sí el espesor de las mismas oscilaentre los 2 y los 2,50 metros, esto es llamativo y podríadeberse a un refuerzo elaborado con estas rocas,colocado de esa manera para posibilitar laconstrucción-reconstrucción de otras unidades o parapoder introducir cierres, vanos, cistas u otrasvariantes arquitectónicas…Los andenes de cultivo… estuvieron regados por unaacequia cubierta que traía el agua desde una distanciaconsiderable. Esta es una clara señal del destacadomanejo y control de los medios de irrigación quetenían en el sitio…

Page 29: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

43

Figu

ra 2

2: A

mai

cha,

siti

o El

Rem

ate.

A la

der

echa

, ald

ea. A

la iz

quie

rda,

núc

leo

resi

denc

ial c

on h

abita

ción

y p

atio

exc

avad

os.

V, v

asija

. F, f

ogón

. T, t

umba

. (to

mad

o de

Asc

hero

y R

ibot

ta 2

007)

.

Page 30: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

44

Figura 23: Morro del Fraile(tomado de Nastri et al. 2005).

Por otra parte se observa un marcado control sobrela erosión, en los sectores que los andenes mantienensu estructura sin alteración, no existen arroyadas nimarcas de erosión hídrica... (Aschero y Ribotta2007:passim)

Se habrá advertido que para percibir cabalmentela diversificación de las formas de estructuración delpaisaje construido ha sido útil cambiar la escala deestudio, aumentar nuestro ángulo de visión e incorporaral análisis otras regiones. La perspectiva multiregionalpermite apreciar con mayor claridad que las clases deespacios se van desagregando y emergen jerarquías.

Mientras las funciones sagradas y profanaspueden imbricarse dentro de la propia viviendaaldeana, como sigue ocurriendo en El Remate, al mismomomento, pero a escala mayor, el espacio deja de serindiferenciado, y entonces la arquitectura cotidianacomienza a distinguirse de la edificación para loseventos extraordinarios, la distribución de la poblaciónen el espacio pierde homogeneidad, se agruma por unlado y se esparce por otro. Desde el punto de vista deldiseño arquitectónico, se aprecia la producción delugares diferenciados y la especialización constructiva.Veamos más ejemplos.

Morro de las Espinillas no era la única aldeaaglomerada de los siglos IX y X. En el mismo valle deSanta María, Morro del Fraile, un pobladoconglomerado con más de setenta estructuras «sobrelas crestas del cerro» (Figura 23), presenta tambiéncerámica de estilo Aguada no figurativo o Aguada bicolor(además de cerámica de estilo santamariano) (Nastri etal. 2005).

Es difícil precisar cuándo dejó de utilizarse elmontículo en La Angostura. Pero sus funciones podríanhaberse resignificado con la construcción de otrosmonumentos. Con mucha probabilidad, el sitio Lázaro,en Tolombón, con un recinto cercado que incluye variasplataformas de piedra en su interior y cerámicasemejante a «los estilos definidos por Serrano comoGuachipas policromo o a una Aguada pintado local...»(Williams 2003:171), podría corresponder a estosúltimos siglos del primer milenio y ser contemporáneode Morro del Fraile y Morro de las Espinillas. En talcaso podría haber cumplido servicios especializados encelebraciones estacionales.

Por la misma época, hacia el norte, el sitioMolinos I en el valle Calchaquí es un asentamientoaglutinado con más de cien estructuras. Aunque «elasentamiento es estructuralmente muy similar a los dela ocupación Santamariana», presenta cerámicaconsiderada de «la transición a los DesarrollosRegionales» (ver Baldini 1992 y en este volumen). Y enese mismo momento, más al norte del valle Calchaquí,se levantaron sitios aglomerados, como Buena Vista, elcual incluye viviendas cuadrangularessemisubterráneas, plaza central y montículos de tierra

en las esquinas de los recintos; «muchos montículosposeen cistas de piedra insertas en ellos,probablemente empleadas como tumbas; los montículosvarían en tamaño; en Buena Vista el mayor de losmontículos tiene seis metros de diámetro y se eleva1,5m» (De Marrais 2001:316).

Finalmente, en el propio valle de Santa María,Rincón Chico y Pichao en los siglos IX y X manifiestansus componentes más antiguos conteniendo ya cerámicade estilo santamariano (Cornell y Johansson 1993;Tarragó 2000; Tarragó y Nastri 1999). En estos dos

Page 31: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

45

lugares se establecerán más tarde los grandes pobladosaglomerados y defensivos típicos del período deDesarrollos Regionales, que durarán hasta la expansióninka y la invasión española. Algo parecido ocurrirá másal norte en la Quebrada de Humahuaca, donde hubouna gran concentración de población en sus pueblos ypucarás (Nielsen 1996).

En síntesis, entre los siglos IX y X, las poblacionesprehispánicas reordenaron su paisaje edilicio. A medidaque se llenaron los vacíos, se estabilizaron una variedadde modos de ocupación del espacio y se configuraron

modalidades de apropiación del paisaje que abarcabanaldeas aglomeradas (Morro), sitios con túmulos (Lázaro),caseríos dispersos o semiconglomerados (El Remate, Tafí,Ambato y Tebenquiche), puestos de caza y pastoreo(Antofagasta de la Sierra; Olivera 1991), y las ocupacionesiniciales de sitios que van a tener un desarrollo posterior(Rincón Chico y Pichao). En las centurias de 800 y 900 d.C. se manifiesta una alta diversificación en los medios deedificación, agrupamiento y concentración del espacioconstruido pero según unos pocos principios deordenación.

ÓRDENES DE DIFERENCIACIÓN

Los atributos del paisaje edificado se puedenexaminar –como los de cualquier recurso cultural, lacerámica y otras artes– como conjuntos de recursos dediseño, formales, técnicos y simbólicos a los que sepuede acudir para conformar el ambiente construidosegún las posiciones, capacidades, disposiciones yestrategias sociales de los agentes involucrados en suconstrucción.

Los asentamientos pueden distinguirse segúnlocalización, densidad y volumen, pero tambiénimporta reconocer sus principios de organización. Demanera que, además de los cambios demográficos, eltraslado de poblaciones, la especialización de funciones,el contacto y mezcla de tradiciones culturales ¿qué clasede principios activan simbólicamente a las formas deconstrucción del paisaje?

Para la época en que finalizaba el HorizonteMedio en el área Centro Sur andina, en el valle de SantaMaría y alrededores, destacamos aquí al menos dosmodos de estructuración del espacio arquitectónico enrazón de que normalmente han sido considerados comoindicadores de jerarquización de asentamientos.

Por un lado aquellos lugares donde la edificaciónse basó en la concentración de población, esto es, lacolocación de efectivos humanos en un espaciohabitacional concentrado y destacado, tales como Morrode las Espinillas, Molinos I y Morro del Fraile, que seponen de manifiesto objetivamente como sede materialde recursos ligados a la posesión de una red duraderade relaciones de conocimiento y reconocimiento, o enotros términos, de pertenencia a un grupo, es decir, derecursos sociales (una especie de «capital social») y dela fuerza de trabajo (una especie de «capitaleconómico») (Bourdieu 2000).

Morro de las Espinillas representaría laconstrucción de un sitio destacado, fijo, un contenedordefinido, un lugar residencial como sede de interaccionessociales concentradas –con las elocuencias simbólicas queesto haya podido acarrear– y fundado sobre un recursode estructuración del espacio diferente al que se observacon más asiduidad, pero no con exclusividad, más hacia

el sur, en el área de los llamados «centros ceremonialesAguada» (ver Gordillo en este volumen).

En esta última zona el espacio se destaca a travésde otros rasgos arquitectónicos sobresalientes, enparticular, los montículos y plataformas. La edificaciónde los túmulos recurre a medios de jerarquizacióndistintivos y se expresa en la erección o reactivación deconstrucciones de índole ceremonial, es decir, el empleode medios de impacto visual y escenográfico en unespacio ceremonial señalado, tales como La Rinconada,Piedras Blancas, Choya 68 o Lázaro de Tolombón.Actúan como sede de la práctica ritual, gerencia debienes sacros y conservatorio de una cosmología(vehículos de transmisión de información y deinculcación de la herencia cultural).

Ambos modos requieren esfuerzos corporativos,pero son esfuerzos a los que se aplican diferentesprincipios de inversión. En un caso se ponen en juegomedios que podríamos denominar seculares,mundanos, profanos, y en el otro se invierte en recursosceremoniales, cúlticos, sacros. Pero ambos pueden sermovilizables y aptos para producir efectos simbólicos.

Y como en toda transformación material a travésdel trabajo, una vez hecha la inversión, el paisaje quedaenriquecido, «capitalizado». La obra se arraiga en elpaisaje físico y se encuentra disponible para sertransmitida, heredada de generación en generación, deagente a agente y disponible para transmutarse en«capital simbólico» o más bien producir «efectossimbólicos». El paisaje construido y la arquitectura seconstituyen así en una especie de «capital» agregado,de una manera material y objetiva, que actúa como lohace un «monumento». Además, tal paisaje construidose incorpora a los agentes mismos en la forma de lascapacidades para disponer del uso (ocupación),comprensión y apropiación de la obra construida.

En la medida en que el paisaje construido espuesto en juego en un ámbito de competición, seconserva como recurso acumulado activo. Por eso cabedestacar que las dos formas de inversión ediliciatuvieron precedentes, es decir, los diversos medios

Page 32: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

46

estuvieron disponibles en una amplia extensión y no sepueden segregar fácilmente de manera categórica porsectores.

Por el momento, el estudio comparativo de losasentamientos del valle de Santa María y alrededoresdurante el primer milenio y los primeros siglos delsiguiente no avalan la idea de un colapso rápido ygeneralizado de montículos ceremoniales –como alparecer ocurrió más al sur (Gordillo, en estevolumen)– y el reemplazo repentino de poblaciones.Recordemos que antes de Morro de las Espinillas,hubo viviendas aglomeradas en lugares destacadoscomo Antigal de Tesoro, y quizá Yutopian; antes quelos túmulos de Tolombón, que suponemos son defines del primer milenio d. C., hubo montículos yespacios ceremoniales en El Mollar, Bajo Los

Cardones o en La Angostura, siendo El Mollar decomienzos del primer milenio.

En cualquier forma, habrá que tener en cuenta quetodo avance en la resolución de nuestros marcoscronológicos que permita observar cada vez más detallesen la trayectoria puede hacernos variar de arriba a abajoesta interpretación del final de la época formativa enSanta María. No obstante, fue posiblemente durante lossiglos IX a XI, que las diversas formas de inversiónedilicia y de confección de objetos artesanalesprodujeran en los distintos valles beneficios simbólicosdiferenciados y que la apropiación diferencial de estos«recursos culturales» por parte de las poblacionespusiera en juego y activara sus posiciones estructuralesrecíprocas y contribuyera así a la construcción deidentidades y medios de legitimación distintivos.

NOTAS

1. Debe notarse que tales fechas son simultáneas al desarrollo de las fases Chiripa Tardío, Pukara y Tiwanaku I yII, lapso en que se difundieron los estilos de talla lítica de Yayamama y Khonkho Wankane presentes en estelaslíticas del área Centro Sur andina (Mohr Chávez 2001; Janusek 2004).

2. Al parecer sólo uno de los enterramientos sería presantamariano (Srur 1998, citado por Gómez Cardozo et al.2007)

BIBLIOGRAFÍA

Albeck, M. E. y M. C. Scattolin1984 Análisis preliminar de los asentamientos prehispánicos de Laguna Blanca (Catamarca) mediante el uso de

la fotografía aérea. Revista del Museo de la Plata (Antropología) 8(61):279-302. La Plata.Ambrosetti, J. B.

1897 Los monumentos megalíticos del valle de Tafí (Tucumán). Boletín del Instituto Geográfico Argentino 18: 105-114. Buenos Aires.

Arena, M. D.1975 Arqueología del Campo del Fraile y aledaños (Valle del Cajón, Departamento Santa María Catamarca).

Actas del Primer Congreso de Arqueología Argentina pp: 43-96. Rosario.Aschero, C. y M. A. Korstanje

1995 Sobre figuras humanas, producción y símbolos. Aspectos del arte rupestre del Noroeste argentino. EnXXV Aniversario del Museo Arqueológico Dr. Eduardo Casanova pp. 13-31. Instituto Interdisciplinario Tilcara,FFyL-UBA, Tilcara.

Aschero, C. y E. Ribotta2007 Usos del espacio, tiempo y funebria en El Remate (Los Zazos, Amaicha del Valle, Tucumán). En: Paisajes y

procesos sociales en Tafí del valle, compilado por P. Arenas, B. Manasse y E. Noli pp: 79-94. Universidad Nacionalde Tucumán.

Babot, M. P. y M. C. Apella2007 Aproximación al proceso de producción de alfarería en el área Valliserrana de Tucumán, Argentina: un

análisis de mezclas pigmentarias y coberturas cerámicas. Cerámicas arqueológicas. Perspectivas arqueométricaspara su análisis e interpretación pp: 13-26. Editado por M.B. Cremonte y N. Ratto. EdiUNJu. S. S. de Jujuy.

Baldini, L.1992 El sitio Molinos I dentro de los esquemas de desarrollo cultural del Noroeste argentino. Arqueología 2:53-

68. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.Baldini, M., J. Carbonari, G. Cieza, M. E. De Feo, M. F. Del Castillo Bernal, R. Huarte, A. Figini, A.R. González y J.

Togo2002 Primer análisis de la cronología obtenida en el sitio Choya 68 (Dpto. de Capayán, Provincia de Catamarca,

Argentina). Estudios Atacameños. 24:71-82. San Pedro de Atacama.

Page 33: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

47

Berberián, E. (director)1988 Sistemas de asentamiento prehispánicos en la etapa formativa del valle de Tafí. Editorial Comechingonia. Córdoba.

Bruch, C.1911 Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca. Revista del Museo de La Plata 19.

Universidad Nacional de La Plata.Bourdieu, Pierre

2000 [1983] Las formas del capital. Capital económico, capital cultural y capital social. Trad. M. José BernuzBeneitez. En: Poder, derecho y clases sociales pp: 131-164. Ed. Desclée de Brouwer. Bilbao.

Carrizo, J., N. Oliszewski y J.G. Martínez2003 Macrorrestos vegetales del sitio arqueológico Cueva de Los Corrales (El Infiernillo, Tafi del Valle, Tucumán,

Argentina). Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n.s. 5(2):253-260. Buenos Aires.Cigliano, E. M. (director)

1960 Investigaciones Arqueológicas en el Valle de Santa María. Instituto de Antropología, Facultad de Filosofíay Letras. Universidad Nacional del Litoral, Publicación 4:7-12, 120-5. Rosario.

Cigliano, E. M., R. Raffino y H. Calandra1976 La aldea formativa de La Cuevas (Provincia de Salta). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología

X:73-130. Buenos Aires.Cornell, P. y N. Johansson

1993 Desarrollo del asentamiento del sitio StucTav 5 (Pichao), Provincia de Tucumán. Comentarios sobredataciones de 14C y luminiscencia. Publicaciones 2:31-43. Instituto de Arqueología. Universidad Nacional deTucumán.

Cortés, L. I.2005 Contextos funerarios del período Formativo: aportes desde una comparación entre los valles y las yungas. Tesis de

licenciatura inédita. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.Cremonte, M. B.

1996 Investigaciones Arqueológicas en la Quebrada de la Ciénega (Dpto. Tafí, Tucumán). Tesis doctoral inédita.Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata.

Chiappe Sánchez, N.2007 Sobre la construcción social de la muerte. Las prácticas funerarias en un sitio agroalfarero temprano: Bajo

Los Cardones –Amaicha del Valle, Tucumán–. Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Ciencias Naturalese Instituto Miguel Lillo. Universidad Nacional de Tucumán.

De Marrais, E.2001 La arqueología del norte del Valle Calchaquí. En Historia argentina prehispánica, Berberián, E. E. y A. E.

Nielsen editores, Tomo I:289-346. Ed. Brujas. Córdoba.Delfino, D.

1999 Prospecciones en los ’90: Nuevas evidencias para repensar la arqueología de Laguna Blanca (Dpto. Belén.Catamarca). Revista de Ciencia y Técnica 7:55-80. Secretaría de Ciencia y Tecnología. Universidad Nacional deCatamarca. San Fernando del Valle de Catamarca.

Dougherty, B.1975 Nuevos aportes al conocimiento del Complejo Arqueológico San Francisco (Sector septentrional de la

región de las Selvas Occidentales, Subárea del Noroeste Argentino). Tesis doctoral inédita. Facultad de CienciasNaturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata.

Drennan, R.1988 Household Location and Compact versus Dispersed Settlement in Prehispanic Mesoamerica, En: Household

and Community in the Mesoamerican Past, editado por R. Wilk y W. Ashmore, 273-293. University of NewMexico Press.

Duviols, P.1979 Un symbolisme de l’occupation, de l’aménagement et de l’exploitation de l’espace: Le monolithe ‘huanca’

et sa fonction dans les Andes préhispaniques. L’Homme 29(2):7-31. Paris.García Azcárate, J.

1996 Monolitos-Huancas: Un intento de explicación de las piedras de Tafí (Rep. Argentina). Chungará 28:159-174. Arica.

Gombrich, E. H.2003 Los usos de las imágenes. Estudios sobre la función social del arte y la comunicación visual. Editorial Fondo de

Cultura Económica, México D. F.

Page 34: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

48

Gómez Cardozo, C., M. F. Chocobar y C. Piñero2007 El montículo de Casas Viejas: un espacio sagrado. En Paisajes y procesos sociales en Tafí del Valle, P. Arenas,

B. Manasse y E. Noli, compiladoras pp: 111-133. Universidad Nacional de Tucumán.González, A. R.

1963 Cultural Development in NW Argentina. En: Aboriginal Development in Latin America: An InterpretativeReview, editado por B. Meggers y C. Evans pp:103-117. Smithsonian Miscellaneous Collection, I. Washington.

González, A. R. y H. Lagiglia1973 Registro nacional de fechados radiocarbónicos: necesidad de su creación. Relaciones de la Sociedad Argentina

de Antropología 7:291-312. Buenos Aires.González, A. R. y V. A. Núñez Regueiro

1962 Preliminary report on archaeological research in Tafí del Valle, N.W. Argentina. Akten des 34 InternationalenAmerikanisten Kongress pp: 485-496. Viena.

Haber, A. F.1999 Una arqueología de los oasis puneños. Domesticidad, interacción e identidad en Antofalla, primer y

segundo milenios d. C. Tesis doctoral inédita. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.Heredia, O. R.

1969 Excavaciones arqueológicas en San Pedro de Colalao, Departamento Trancas, Provincia de Tucumán. Anales deArqueología y Etnología 23:95-125. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza.

1974 Investigaciones arqueológicas en el sector meridional de las Selvas Occidentales. Revista del Instituto de Antropología5:73-132. Universidad Nacional de Córdoba.

Heredia, O., J. A. Pérez y A. R. González1974 Antigüedad de la cerámica policroma en el Noroeste argentino. Revista del Instituto de Antropología, 5:133-

151. Universidad Nacional de Córdoba.Hodder, I.

1982 Symbols in action. Cambridge University Press, Cambridge.Janusek, J. W.

2004 Tiwanaku and Its Precursors: Recent Research and Emerging Perspectives. Journal of Archaeological Research12(2):121-183.

Krapovickas, P.1968 Arqueología de Alto de Medina, Provincia de Tucumán, Argentina. Rehue 1:89.124. Concepción, Chile.

Lazzari, M.2006 Traveling things and the production of social spaces: an archaeological study of circulation and value in

NW Argentina. Tesis doctoral inédita. Departamento de Antropología, Universidad de Columbia, NuevaYork.

Lazzari, M. y L. Pereyra Domingorena2008 Re-visitando Ingenio Arenal-Faldas del Cerro (Catamarca): Relevamiento planimétrico y nuevos sondeos.

En: Problemáticas de la Arqueología contemporánea, Tomo II Antonio Austral y Marcela Tamagnini (Comps.), pp.761-764. Universidad Nacional de Río Cuarto.

Lema, V.2009 Domesticación vegetal y grados de dependencia ser humano-planta en el desarrollo cultural prehispánico

del Noroeste Argentino. Tesis doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacionalde La Plata.

Lorandi, A. M. y C. V. Bunster1987. Reflexiones sobre las categorías semánticas en las fuentes del Tucumán colonial. Los valles calchaquíes.

Runa XVII-XVIII: 221-262. Buenos Aires.Lorandi, A. M. y R. Boixadós

1987 Etnohistoria de los valles calchaquíes en los siglos XVI y XVII. Runa XVII-XVIII: 263-420. Buenos Aires.Márquez Miranda, F. y E. M. Cigliano

1961 Problemas arqueológicos de la zona de Ingenio del Arenal. Revista del Museo de La Plata. Antropología 5(25):123-169. La Plata.

Mohr Chávez, K. L.2001 La culture Chiripa. Religion et sacralité sur les rives du lac Titicaca. Dossiers d’archéologie 262: 24-29. Paris.

Muñoz, A.2002 Informe sobre dataciones de La Candelaria. Manuscrito. Gotemburgo.

Muñoz, A. y P. Stenborg1999 Conclusions. En: Masked Histories. A Re-examination of the Rodolfo Schreiter Collection from North-western

Argentina, editado por P. Stenborg y A. Muñoz. Etnologiska Studier, 43:279-285. Gotemburgo.

Page 35: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

49

Nastri, J., G. Pratolongo, A. Reynoso, A. M. Vargas2005 Arqueología en la sierra del Cajón: poblados, corrales y pinturas. Actas XV Congreso Nacional de Arqueología

Argentina. Río Cuarto, en prensa.Nielsen, A. E.

1996 Demografía y cambio social en Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina) 700-1535 d.C. Relaciones de laSociedad Argentina de Antropología 21:307-354. Buenos Aires.

Núñez Regueiro, V. A.1998 Arqueología, historia y antropología de los sitios de Alamito. Ed. INTERDEA. Tucumán.

Núñez Regueiro, V. A. y M. Tartusi1990 Aproximación al estudio del área pedemontana de Sudamérica. Cuadernos del Instituto Nacional de

Antropoología 12: 125-160. Buenos Aires.1993 Orígenes de la ocupación prehispánica del sitio StucTav 5 (El Pichao), Provincia de Tucumán. Publicaciones

del Instituto de Arqueología de Tucumán 2:19-30. Universidad Nacional de Tucumán.Olivera, D.

1991 Tecnología y Estrategias de adaptación en el Formativo (Agro-alfarero Temprano) de la Puna MeridionalArgentina. Un caso de estudio: Antofagasta de la Sierra (Pcia. de Catamarca) Tesis doctoral inédita. Facultadde Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata.

Palamarczuk V., R. Spano, F. Weber, D. Magnífico, S. López y M. Manasiewicz2007 Soria 2. Apuntes sobre un sitio Formativo en el valle de Yocavil (Catamarca, Argentina). Intersecciones en

Antropología 8: 121-134. Olavarría.Pastor S.y D. E. Rivero

2004 Nuevas evidencias en torno a la ocupación agroalfarera temprana del Valle de Yocavil. En Mosaico, Trabajosen Antropología Social y Arqueología pp: 189-199. Fundación Félix de Azara, INAPL, Universidad CAECE.Buenos Aires.

Pelissero, N. y H. Difrieri1981 Quilmes. Ed. Gobierno de la Provincia de Tucumán, Tucumán.

Quesada, M.2007 Paisajes agrarios del área de Antofalla. Procesos de trabajo y escalas sociales de la producción agrícola.

(Primer y segundo milenios d.C.) Tesis doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UniversidadNacional de La Plata.

Raffino, R. A.1977 Las aldeas del Formativo Inferior de la Quebrada del Toro. (Provincia de Salta, República Argentina). Obra

del Centenario del Museo de La Plata, 2: 253-299. La Plata.1981 Hallazgo de un centro ceremonial prehispánico en Salta. Las Alpataucas. Novedades del Museo de La Plata

1(1): 3. La Plata.1991 Poblaciones indígenas en Argentina. Ed. TEA. Buenos Aires.

Raffino, R. A., G. Raviña, L. Baldini y A. Iácona1982 La expansión septentrional de la Cultura La Aguada en el N.O. argentino. Cuadernos del Instituto Nacional

de Antropología 9:179-82. Buenos Aires.Sampietro Vattuone, M. M.

2002 Contribución al conocimiento geoarqueológico del Valle de Tafí, Tucumán (Argentina). Tesis doctoralinédita. Facultad de Ciencias Naturales e I. M. L., Universidad Nacional de Tucumán.

Sampietro M. M. y M. A.Vattuone,2005. Reconstruction of activity areas at a formative household in Northwest Argentina. Geoarchaeology 20(4):337–

354.Scattolin, M. C.

2000 Santa María durante el Primer Milenio A. D. ¿Tierra baldía? Årstryck 1995-1998: 63-83. EtnografiskaMuseet. Gotemburgo.

Scattolin, M. C.2001 Organización residencial y arquitectura en el Aconquija durante el I milenio A.D. Actas del XIII Congreso

Nacional de Arqueología Argentina. Tomo I:439-449. Córdoba.2003 Recursos arquitectónicos y estilos cerámicos en los siglos IX y X d. C. en el valle de Santa María (Catamarca,

Argentina). «Local, Regional, Global: prehistoria, protohistoria e historia en los Valles Calchaquíes», editadopor P. Cornell y P. Stenborg, Etnologiska Studier 46:63-98. Gotemburgo.

2006 Contornos y confines del período Formativo en el Noroeste argentino. El universo iconográfico pre-calchaquíen el Valle de Santa María. Estudios Atacameños 32:119-139. San Pedro de Atacama.

Page 36: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

50

2007 Santa María antes del año mil. Fechas y materiales para una historia cultural. En: «Sociedades PrecolombinasSurandinas: Temporalidad, Interacción y Dinámica cultural del NOA en el ámbito de los Andes Centro-Sur», V. Williams,B. Ventura, A. Callegari y H. Yacobaccio (editores) pp: 203-219, Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofíay Letras, Universidad de Buenos Aires.

Scattolin, M. C., M. F. Bugliani, A. D. Izeta, M. Lazzari, L. Pereyra Domingorena y L. Martínez2001 Conjuntos materiales en dimensión temporal. El sitio Formativo «Bañado Viejo» (Valle de Santa María,

Tucumán). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología 26: 167-192. Buenos Aires.Scattolin, M. C., M. F. Bugliani, L. Pereyra Domingorena y L. Cortés

2005 La señora de los anillos, entre otras tumbas presantamarianas de Yocavil. Intersecciones en Antropología6:29-41. Olavarría.

Scattolin, M. C. y J. M. Gero1999 Consideraciones sobre fechados radiocarbónicos de Yutopián (Catamarca, Argentina). Actas del XII Congreso

Nacional de Arqueología Argentina, III:352-357. La Plata.Schreiter, R.

1934 La Civilisation de «La Candelaria» et son extension dans la province de Tucumán. Journal de la Société desAméricanistes, (n. s.) XXVI:53-66. París.

Somonte, C.2005 Uso del espacio y producción lítica en Amaicha del Valle (Departamento Tafí del Valle, Tucumán)

Intersecciones en Antropología 6: 43-58. Olavarría.2007 Espacios persistentes y producción lítica en Amaicha del Valle, Tucumán. En Paisajes y procesos sociales en

Tafí del Valle, P. Arenas, B. Manasse y E. Noli, compiladoras pp: 47-78. Universidad Nacional de Tucumán.Sosa, J. A.

1994 m.s. Arqueología de Amaicha del Valle y alrededores. Prospección aerofotográfica. Tesis de Licenciatura inédita.Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.

Stenborg, P. y A. Muñoz (editores)1999 Masked Histories. A Re-examination of the Rodolfo Schreiter Collection from North-western Argentina. Etnologiska

Studier, 43. Gotemburgo.Tarragó, M. N.

1989 Contribución al conocimiento arqueológico de los oasis de San Pedro de Atacama en relación con otrospueblos puneños, en especial el sector norte del Valle Calchaquí. Tesis doctoral inédita. Facultad deHumanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario.

1996 El Formativo en el Noroeste argentino y el alto valle Calchaquí. Actas y Memorias del XI Congreso Nacionalde Arqueología Argentina. Revista del Museo de Historia Natural de San Rafael XXIII(1/4): 103-119. San Rafael,Mendoza.

2000 Chakras y pukara. Desarrollos sociales tardíos. En Nueva Historia Argentina: Los Pueblos Originarios y laConquista, editado por M. N. Tarragó pp. 257-300. Editorial Sudamericana, Buenos Aires.

Tarragó, M. N. y J. Nastri1999 Dimensiones de la complejidad santamariana. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. II:

259-264 C. Diez Marín, editora. Editorial Universidad Nacional de La Plata.Tarragó M. N. y M. C. Scattolin

1999 La Problemática del Período Formativo en el Valle de Santa María. Actas del XII Congreso Nacional deArqueología Argentina. Tomo I:142-153. La Plata.

Weiser, W.1924-25 Diarios y libretas de campo de las expediciones Benjamín Muniz Barreto. División Arqueología. Museo

de La Plata.Williams, V.

2003 Nuevos datos sobre la prehistoria local en la quebrada de Tolombón. Pcia. de Salta. Argentina. En «Local,Regional, Global: prehistoria, protohistoria e historia en los Valles Calchaquíes», editado por P. Cornell y P.Stenborg, Etnologiska Studier 46:63-98. Gotemburgo.

Page 37: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

51

Tabla 1: Fechas radiocarbónicas de asentamientos formativos del área de estudio.

Fechado AP Código Lab Procedencia Referencia 1 3.100±70 Ua 14982 Qda. del Carmen 1930.39.5b Muñoz 2002 2 2.540±75 Ua 12860 Quilmes, Schreiter 362 Muñoz y Stenborg 1999 3 2.510±65 Ua 12857 Quilmes, Schreiter 357 Muñoz y Stenborg 1999 4 2.455±80 Ua 12858 Quilmes, Schreiter 357 Muñoz y Stenborg 1999 5 2.455±75 Ua 12859 Quilmes, Schreiter 357 Muñoz y Stenborg 1999 6 2.450±60 Ua 12861 Quilmes (Bañado), Schreiter 359 Muñoz y Stenborg 1999 7 2.170±70 GX 25169 Morro Espinillas S4 N5 Scattolin 2000, 2003 b 8 1.990±80 LP1315 Pichanal 2, Fte. Quemado Nastri et al. 2005 9 1.940±80 LP1541 Soria 2 Recinto 1 Palamarczuk et al. 2007 10 1.760±100 LP 962 Bañado Viejo/S 1/N 24 Scattolin et al 2001 11 1.446±36 AA59414 Lampacito Tumba Dama Scattolin et al 2005 12 1.400±40 LP 940 Bañado Viejo/S 1/N10 Scattolin et al 2001 13 1.375±40 Ua 20627 El Bañado, La Vaquería Tumba Scattolin et al 2005 14 1.300±60 IVIC187 Cerro Mendocino Cigliano 1966 (rechazado) 15 1.180±40 UGA8360 El Remate, Los Zazos, Amaicha Aschero y Ribotta 2004 16 1.170±40 LP 923 BañadoViejo/1/N4 Scattolin et al 2001 17 1.160±40 AA 32430 Morro Espinillas S5 N5 Scattolin 2000, 2003 b 18 1.140±70 GX 25168 Morro Espinillas S3 N5 Scattolin 2000, 2003 b 19 1.170±70 LP825 Morro del Fraile (AgBicol+Sta. Ma) Nastri 1999 20 1.175±60 LP529 Rincón Chico 15/H7 (Santamariano) Tarragó et al. 1997 21 1.130±40 UGA8361 El Remate, Los Zazos, Amaicha Aschero y Ribotta 2004 22 1.065±70 Ua 2804 Pichao III-1/3/3 (Santamariano) Cornell y Johansson 1993 23 1.020±80 LP471 R. Chico 18/R2 (Santamariano) Tarragó et al. 1997 24 960±60 LP248 R. Chico 15-34-DE (Santamariano) Tarragó et al. 1997 25 930±70 LP1495 Qda.Los Cardones R78N4 (StaMa) Rivolta 2007 26 910±70 Ua 2802 Pichao 5:IX tumba (Santamariano) Cornell y Johansson 1993

Val

le d

e Sa

nta

Mar

ía

27 900±40 UGA8359 El Remate, Los Zazos, Amaicha Aschero y Ribotta 2004

28 2.480±110 GRN21783 Tafí El Tolar Sampietro Vattuone 2002 29 2.296±70 Y888 Tafí Mollar 220 González y Lagiglia 1973 30 1.970±120 AC0580 La Ciénega Pedregal CH1 Cremonte 1996 31 1.955±55 Y889 Tafí Mollar Base González y Lagiglia 1973 32 1.950±60 GRN2946 Tafí Mollar 70/170 González y Lagiglia 1973 33 1.930±60 GRN3031 Tafí Mollar 200 González y Lagiglia 1973 34 1.920±65 GRN2967 Tafí Mollar 280 González y Lagiglia 1973 35 1.700±40 UGA 8364 Tafí, El Rincón Cuenya y García A. 2004 36 1.570±140 AC0582 La Ciénega El Pedregal CH5 Cremonte 1996 37 1.560±60 Nsrl 10907 Tafi El Tolar Sondeo Rec. SW Sampietro Vattuone 2002 38 1.560±80 AC0720 La Ciénega El Arenalcito UC3 Cremonte 1996 39 1.440±40 UGA8365 Tafí, El Rincón Cuenya y García A. 2004 40 1.375±70 Y890 Tafí Km 64 S4/4 González y Lagiglia 1973 41 1.240±80 AC0721 La Ciénega El PedregalCH7UC5 Cremonte 1996 42 1.210±50 CSIC587 Tafí La Bolsa R14 Tumba Berberián 1988

Val

le d

e Ta

fí-Q

da. L

a Ci

éneg

a

43 1.140±50 CSIC586 Tafí La Bolsa R2 piso Berberián 1988

Page 38: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

52

Tabla 1: Fechas radiocarbónicas de asentamientos formativos del área de estudio (continuación)

Fechado AP Código Lab Procedencia Referencia 44 3.057±50 AA82257 Bordo Marcial Tumba 2 Scattolin 2009 45 3.001±49 AA82256 Bordo Marcial Tumba 1 Scattolin 2009 46 2.190±48 AA87293 Bordo Marcial Tumba 3 (en urna) Scattolin 2009 47 2.056±48 AA87286 Bordo Marcial Tumba Barranca Scattolin 48 1.970±90 Beta127006 Yutopián E 4 Gero y Scattolin 49 1.958±37 AA87285 Cardonal E. A Scattolin 50 1.940±90 Beta 95610 Yutopián E 11 Scattolin y Gero 1999 51 1.915±47 AA87292 Cementerio Duna (Vázquez) Tumba Scattolin 52 1.932±35 AA82260 Cardonal Núcleo 1 E5 N 6 Scattolin 2009 53 1.878±57 AA 67778 Cardonal Núcleo 1 E 2 Scattolin et al. 2007 54 1.869±38 AA87294 Bordo Marcial E 18 Scattolin 55 1.870±60 Beta 95608 Yutopián PP12 Scattolin y Gero 1999 56 1.841±35 AA82262 Cardonal Núcleo 1 E 1 Scattolin 2009 57 1.831±35 AA82258 Cardonal Núcleo 1 E3 N3 Scattolin 2009 58 1.830±60 Beta 95609 Yutopián E 3 Scattolin y Gero 1999 59 1.820±100 Beta127010 Yutopián E 5 Gero y Scattolin 60 1.800±90 Beta127007 Yutopián Patio Nucleo 1 Gero y Scattolin 61 1.781±35 AA82259 Cardonal Núcleo 1 E4 Niv 5 Scattolin 2009 62 1.777±45 AA82255 Yutopián E 1 N6 90-100 Scattolin 2009 63 1.730±90 Beta127011 Yutopián E 5 Gero y Scattolin 64 1.670±90 Beta127009 Yutopián E 5 Gero y Scattolin 65 1.630±60 Beta 95611 Yutopián E 4 Scattolin y Gero 1999 66 1.610±90 Beta127005 Yutopián E 4 Gero y Scattolin 67 1.600±80 Beta127008 Yutopián E 5 Gero y Scattolin

Val

le d

el C

ajón

68 1.326±43 AA82261 Cardonal Tumba 1 Scattolin 2009

69 3.420±40 Acequia, Trancas Caria 2004 70 1.895±50 Ua18550 Candelaria Rydén 698 El Molino Muñoz 2002 Fasth 2003 71 1.740±65 Ua18555 Candelaria Rydén 749 Agua Chica Muñoz 2002 Fasth 2003 72 1.720±50 Los Aparejos Pampa Gde. Salta Lema 2009 73 1.615±65 Ua14983 Candelaria Rydén 748 Caspinchang Muñoz 2002 Fasth 2003 74 1.600±65 Ua14273 Candelaria Rydén 741a Sta Bárbara Muñoz 2002 Fasth 2003 75 1.545±35 GRN5416 Candelaria El Algarrobal Heredia 1974 76 1.455±60 Ua14271 Candelaria Rydén 725d Huanacocha Muñoz 2002 Fasth 2003 77 1.390±65 Ua14272 Candelaria Rydén 735 Toro Loco Muñoz 2002 Fasth 2003 78 1.380±60 Ua18552 Candelaria Rydén 736 Toro Loco Muñoz 2002 Fasth 2003 79 1.280±60 Ua17583 Candelaria Rydén 724c Caspinchan Muñoz 2002 Fasth 2003 80 1.275±40 Ua20626 Candelaria Rydén 738 Sta Bárbara Muñoz 2002 81 1.260±60 Ua18554 Candelaria Rydén 743 Sta Bárbara Muñoz 2002 Fasth 2003 82 1.230±60 Ua18551 Candelaria Rydén 730 Huanacocha Muñoz 2002 Fasth 2003 83 1.120±55 Ua18553 Candelaria Rydén 737 Unquillo Muñoz 2002 Fasth 2003 84 1.020±35 Ticucho, Trancas Caria 2004 85 910±45 GRN5415 Candelaria El Quebrachal (Sta.Ma.) Heredia 1974 86 910±100 Cadillal/1/T4 Urna (Santamariano) Berberián et al. 1977

La C

ande

laria

- Tap

ia-T

ranc

as-C

adill

al

87 910±130 Cadillal/2/CA1Urna (Santamariano) Berberián et al. 1977

88 1.795±36 AA57319 Ingenio Arenal Faldas del Cerro Lazzari y Pereyra 2008 89 1.795±70 A-12775 Antigal Tesoro 46/6 Scattolin 2007 90 1.680±80 A-12774 Antigal Tesoro19/7 Scattolin 2007 91 1.615±38 AA60784 Antigal Tesoro 16/7 Scattolin 2007 92 1.536±25 AA53821 Antigal Tesoro 16/6 Scattolin 2007 93 1.600±120 GX21580 Loma Alta R47/10 Scattolin 2007 94 1.560±130 GX21581 Loma Alta R47/10 Scattolin 2007 95 1.450±120 GX21579 Loma Alta R47/9 Scattolin 2007 96 1.413±32 AA60336 Loma Alta R19/3 Scattolin 2007 97 1.365±90 GX21577 Loma Alta R88/4/3 Scattolin 2007 98 1.270±95 GX21578 Loma Alta R47/9 Scattolin 2007 99 1.190±70 Beta65578 Loma Alta R47/8-9 Scattolin 2007 100 1.251±31 AA60337 Tesoro I NA C2 N 10 Scattolin 2007

Fald

a oc

cide

ntal

del

Aco

nqui

ja

101 1.090±115 GX21582-G Tesoro I /S1/N4 Scattolin 2007

102 3.570±70 LP1303 Laguna Blanca La Salamanca Delfino 1999

L B

103 1.260±70 LP1306 Laguna Blanca Piedra Negra 2 Delfino 1999

Page 39: LA ORGANIZACIÓN DEL HÁBITAT PRECALCHAQUÍ (500 A.C. …ecaths1.s3.amazonaws.com/arqarg2/1491134644.Scattolin libro... · que la vertiente oeste es muy extendida y compuesta por

53

EL ESPACIO COTIDIANO. LAS CASAS PREHISPANICASTARDIAS EN EL VALLE CALCHAQUI, SALTA.

Lidia BaldiniCONICET - Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.

RESUMEN

El estudio de los remanentes arquitectónicos en tanto uno de los referentes empíricos fundamentales parael análisis de las sociedades, se vincula estrechamente a los estudios espaciales, de los patrones deasentamiento y de las estructuras domésticas. En este último caso el estudio de la casa se centra en elelemento contenedor de la unidad elemental de la estructura socioeconómica, cuyas paredes y techodeterminan las relaciones espaciales en que se desarrollan las actividades de producción y reproducciónsocial. La consideración de la arquitectura como circulación propone una mirada de las viviendas conrelación a espacios de privacidad y de vida en sociedad, es decir, espacios públicos y privados tanto alinterior de las casas como en el asentamiento. A partir de estos conceptos se aborda el análisis de unamuestra de estructuras construidas en sitios del Período de Desarrollos Regionales del tramo centralvalle Calchaquí (Salta), orientado especialmente a las casas, unidades estructurales donde se desarrolla laproducción y reproducción de las unidades sociales y la sociedad, considerando sus formas, dimensiones,grado de segmentación y circulación interna, y las relaciones de distancia entre casas, con relación a ladefinición de espacios públicos y privados, internos y externos.

ABSTRACT

The study of architectural remnants, which are fundamental empiric references to analyze societies, isclosely related to spatial studies of settlement patterns and domestic structures. Domestic structuresstudies focuses on houses as basic socio-economic unit containers whose walls and roofs determine thespatial relations in which production and social reproduction activities are developed. Architecture ascirculation considers houses in relation to public and private spaces both inside the houses and on thesettlements. Building structures on sites of the Regional Development Period in the Calchaquí valley,Salta, Argentina, are analyzed. Research is specially carried out on houses, their forms, size, and degreesof segmentation and the internal circulation related to public and privates spaces. Different technicalconstructive types, architectural patterns, probably chronological variations and one singular case aredistinguished.

Los poblados con numerosas viviendasconcentradas y las áreas de cultivo parceladas mediantemuros de piedra, constituyen la materialidad másinmediatamente evidente de las sociedades calchaquíesde los últimos siglos prehispánicos.

La temática que se aborda se integra con diversasvías de indagación sobre la estructuración de esassociedades en la cuenca del valle Calchaquí, Provinciade Salta, específicamente, en el espacio de su tramocentral comprendido entre las cuencas de los ríos Cachial norte y Molinos al sur.

En ese tramo del valle Calchaquí la mayor parte

de los asentamientos del Período de DesarrollosRegionales (siglos IX a XV) se encuentran en el espaciosituado al occidente del río principal. Espacio con unrelieve accidentado y valles subsidiarios del Calchaquícuyos cursos de aguas permanentes producen ámbitosaptos para la producción agrícola, y constituyen vías decirculación interregional que posibilitan las conexionesdesde la región puneña a las zonas más húmedassituadas hacia el oriente. Ambos factores constituyeronfocos de atracción para el establecimiento de poblacionesagroganaderas prehispánicas, atracción que permanecevigente en la actualidad (Baldini y De Feo 2000, Baldini

INTRODUCCION