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1 LA CRISIS ACTUAL DEL CAPITALISMO: FIN DEL MODELO DE ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN Y SU IMPACTO EN EL TERRITORIO Dr. Orlando Moreno Pérez FES Aragón, UNAM 1.- ¿Qué son las crisis? Asistimos a la primera gran crisis general de la etapa de la globalización 1 , echando por tierra las apologías acerca de la victoria final del capitalismo sobre cualquier opción alternativa de organización económica y social. La mayoría de los expertos y académicos del sistema no esperaban que pudiera ocurrir de manera tan inesperada. Los teóricos de la economía convencional no pudieron prever su estallido, y aun no tienen una explicación teórica convincente acerca de su naturaleza, sus causas y mucho menos solución. Es por eso que la crisis nos remite inevitablemente a los postulados marxistas que entienden este fenómeno como inherente al proceso de acumulación capitalista y que es inevitable y de carácter periódico. Las contradicciones del proceso económico de producción del plusvalor y de su realización son la constante en el capitalismo, el crecimiento armónico y equilibrado es meramente accidental, coyuntural y momentáneo. Desde la perspectiva teórica marxista para que el proceso de acumulación no encuentre obstáculos para su desarrollo, es necesario que se den los siguientes elementos: 1.- Una oferta de fuerza de trabajo suficiente para responder a la expansión de la producción. Esto supone la existencia de una sobrepoblación relativa permanente que permita su absorción por parte del capital. 1 En el capítulo 1 de mí libro: Desarrollo económico y urbanización, expongo con más detenimiento una caracterizaron acerca de lo que es la globalización. Sin embargo, es pertinente señalar que el capitalismo desde sus orígenes ha necesitado del mercado mundial para su expansión, y que los descubrimientos geográficos desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII han sido fundamentales en el proceso de acumulación del capital.

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1

LA CRISIS ACTUAL DEL CAPITALISMO: FIN DEL MODELO DE

ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN Y SU IMPACTO EN EL

TERRITORIO

Dr. Orlando Moreno Pérez

FES Aragón, UNAM

1.- ¿Qué son las crisis?

Asistimos a la primera gran crisis general de la etapa de la globalización1,

echando por tierra las apologías acerca de la victoria final del capitalismo

sobre cualquier opción alternativa de organización económica y social. La

mayoría de los expertos y académicos del sistema no esperaban que pudiera

ocurrir de manera tan inesperada. Los teóricos de la economía convencional

no pudieron prever su estallido, y aun no tienen una explicación teórica

convincente acerca de su naturaleza, sus causas y mucho menos solución.

Es por eso que la crisis nos remite inevitablemente a los postulados marxistas

que entienden este fenómeno como inherente al proceso de acumulación

capitalista y que es inevitable y de carácter periódico. Las contradicciones del

proceso económico de producción del plusvalor y de su realización son la

constante en el capitalismo, el crecimiento armónico y equilibrado es

meramente accidental, coyuntural y momentáneo.

Desde la perspectiva teórica marxista para que el proceso de acumulación no

encuentre obstáculos para su desarrollo, es necesario que se den los

siguientes elementos:

1.- Una oferta de fuerza de trabajo suficiente para responder a la expansión de

la producción. Esto supone la existencia de una sobrepoblación relativa

permanente que permita su absorción por parte del capital.

1 En el capítulo 1 de mí libro: Desarrollo económico y urbanización, expongo con más

detenimiento una caracterizaron acerca de lo que es la globalización. Sin embargo, es pertinente señalar que el capitalismo desde sus orígenes ha necesitado del mercado mundial para su expansión, y que los descubrimientos geográficos desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII han sido fundamentales en el proceso de acumulación del capital.

2

2.- Una oferta suficiente de medios de producción (Maquinaria, infraestructura

física, materias primas, etc…) en existencia en el mercado.

3.- Un mercado desarrollado con una demanda solvente capaz de adquirir las

mercancías producidas en condiciones capitalistas.

Dado que la estructura de la oferta y la demanda se dan sobre bases

capitalistas que, al tiempo de generar las condiciones de producción del

plusvalor, también limita las condiciones de su realización, toda vez que las

relaciones de producción capitalista se caracterizan por reducir al mínimo el

consumo de la clase dominada, tendiendo a reducir constantemente el nivel de

vida de los trabajadores, salvo por condiciones históricas particulares en las

que el estado de la lucha de clases determine una correlación de fuerzas

menos desfavorable para los trabajadores, de lo contrario, la tendencia

inherente del capitalismo es la de reducir el consumo de los trabajadores; por

tal motivo, tendremos entonces que la propia dinámica de la acumulación del

capital produce los obstáculos para su desarrollo.

Esta contradicción entre las condiciones de la producción y las de la realización

del plusvalor se resuelven periódicamente mediante las crisis. De esta manera,

tenemos entonces que las crisis son el mecanismo que tiene el capital para

derribar, destruir o superar toda barrera que obstaculice su ulterior desarrollo.

Así, las crisis capitalistas son consustanciales al mismo proceso de desarrollo

de la acumulación capitalista.

Por lo tanto, debemos entender las crisis periódicas a partir de la función que

desempeñan: Aplicar cierto orden y racionalidad al desarrollo económico

capitalista cuya naturaleza es anárquica y desordenada.

Por otra parte, las crisis tienen el efecto de ampliar la capacidad productiva y

renovar las condiciones para una nueva acumulación. Cada crisis hace

avanzar el proceso de acumulación hacia un nuevo plano superior porque:

1.- La productividad del trabajo mejora al desplazar el antiguo capital fijo.

2.- El costo de la fuerza de trabajo se reduce.

3.- El capital excedente se colocará en nuevas ramas de la producción.

3

4.- Se incrementará la demanda, al principio de bienes de capital, y después de

medios de consumo.2

Por otra parte, las crisis reales son la mejor oportunidad para corroborar, tanto

la validez del análisis marxista, como para poder observar de manera clara las

contradicciones fundamentales del capitalismo en su proceso de desarrollo. Si

bien es cierto que cada crisis es única en el sentido de expresar las

contradicciones fundamentales en un momento histórico determinado del

desarrollo del proceso de acumulación capitalista; la situación particular en que

se expresan estas contradicciones, que a su vez depende de la particular

correlación de las fuerzas sociales existentes en cada momento histórico y de

las formas que asuma el proceso de acumulación capitalista, siempre se

manifiestan también los rasgos característicos de las crisis, planteados en la

teoría marxista.

El avance cíclico de la acumulación capitalista por medio de las crisis

comprende varios aspectos que aparecen como manifestaciones

interrelacionadas del mismo fenómeno: una crisis monetaria en la que los

problemas del crédito se expresan en quiebras comerciales por pérdidas en las

ventas; crisis de valorización expresadas en desvalorización de los activos

reales de los capitales particulares, cuyas ganancias se desploman,

provocando que el capital productivo se congele bajo la forma de capital dinero;

finalmente, crisis de acumulación del capital social cuya expresión más

palpable es la falta de inversión y el desempleo.3 Estas son de manera sucinta

los rasgos más generales y característicos de las crisis de acumulación

capitalista.

2.- Contexto histórico del desarrollo de la actual crisis

La expansión de la producción como consecuencia del salto tecnológico

productivo ocurrido después de la crisis de 1929- 1933 y que llevó a las

potencias imperialistas a la conquista de nuevos territorios y mercados y,

consecuentemente, a la segunda gran guerra interimperialista , transformó al

2 Ver. Harvey, D. Espacios del Capital. Hacia una geografía crítica. Ediciones Akal, S.A., .

Madrid, España. p. 259. 2007. 3 Ver. López Díaz Pedro. Capitalismo y crisis La visión de Karl Marx. UNAM, ITACA. Capítulo 5,

nota 3. México. 2006.

4

capitalismo al imponer o consolidar las relaciones de producción y distribución

capitalista a prácticamente todos los países del mundo4, sentando con ello las

bases de lo que hoy denominamos globalización transnacionalizada.

Los cambios ocurridos en la estructura interna del capital tuvieron como base

el continuo desarrollo de las fuerzas productivas expresadas en la gran

revolución científico tecnológica que se dio desde mediados de los años treinta

del siglo veinte, hasta prácticamente inicios de la primera década del presente

siglo5; aproximadamente once lustros de innovaciones tecnológicas que

transformaron el proceso de producción, el de trabajo y el de circulación del

capital, imprimiéndole nuevas características al proceso de acumulación de

capital.

Es importante señalar que durante el primer tercio de la década de los setenta,

el ciclo de expansión económica observó una declinación debido a la baja en la

tasa de ganancia y la crisis del sistema monetario internacional surgido de

Bretton Woods, al abandonar el sistema basado en el patrón oro y generar una

crisis en Europa con la inconvertibilidad de los eurodólares, provocando una

crisis del proceso de acumulación . Para contrarrestar esta situación, se

promovieron políticas tendientes, por una parte, a contrarrestar la baja de la

4 Este hecho toma en cuenta las condiciones particulares del desarrollo histórico de cada país

en donde el modo de producción capitalista ha ejercido su égida durante siglos; además de considerar la vigencia de la ley del desarrollo desigual y combinado que ejerce su influencia en la determinación de relaciones asimétricas entre los países dominantes y los dominados, así como en las regiones al interior de los cada país. 5 Carlota Pérez identifica 5 revoluciones tecnológicas del capitalismo desde hace 230 años, a

partir de la revolución industrial inglesa a finales del siglo XVIII y que forman parte de lo que ella define como “grandes oleadas de desarrollo económico”, en sustitución del concepto que conocemos como ondas largas, las cuales definen determinados “paradigmas tecno-económicos”, término que, por la definición de algunos de sus elementos sería algo semejante al concepto de “patrón de acumulación”. Estas oleadas, dice ella, tienen una duración aproximada de cincuenta años o más y se dividen en dos etapas fundamentales que son: un período de instalación y otro de despliegue de todas sus potencialidades o edad de oro de la oleada de desarrollo, antes de ser sustituida por una nueva oleada. Estos paradigmas están mediados por un intervalo de acomodo que son las recesiones y recomposiciones económicas. En su clasificación señala que las dos más recientes revoluciones tecnológicas ocurrieron en el siglo XX; la primera inició su período de instalación en 1908, caracterizada como la era del petróleo, el automóvil y la producción en masa, rivalizando Estados Unidos con Alemania por la hegemonía mundial y difundiéndose hacia Europa; su intervalo se dio entre 1929, concluyendo en los Estados Unidos en 1943,seguida por la época de bonanza de la posguerra; y la segunda inicia su instalación en 1971, caracterizada como la era de la informática, las tele comunicaciones y la globalización, con la hegemonía de Estados Unidos y difundiéndose hacia Europa y Asia; teniendo como intervalo entre 2000 y 2008. Ver. Pérez, C. “La otra globalización: los retos del colapso financiero”. En Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía. IIEc, UNAM. México. vol. 40, 157, pp. 11-37, abril-junio de 2009.

5

tasa de ganancia de los países capitalistas dominantes, conocidas como

políticas de ajuste estructural o neoliberales, orientadas a beneficiar a la

concentración y centralización del gran capital financiero transnacional

mediante un proceso de acumulación por desposesión, principalmente del

patrimonio público y del de por sí exiguo patrimonio de los trabajadores,

contribuyendo a reducir los niveles de vida de la clase trabajadora en todos los

países del mundo, incrementando por este medio la apropiación de plusvalor,

al desvalorizar la fuerza de trabajo y reducir el salario real de los trabajadores.

Por otra parte, también para contrarrestar la baja en la tasa de ganancia, con

los excedentes de capital que no se reinvirtieron, se dio un impulso inusitado al

sector financiero mediante la liberalización y desregulación de los mercados

financieros, privilegiando e impulsando a los bancos y las corporaciones

financieras privadas. A este proceso Arturo Guillen le llama régimen de

acumulación con dominación financiera6. “La implantación de un régimen de

acumulación con dominación financiera implicó un cambio cualitativo en la

lógica de la reproducción del capital”, en la cual la “esfera financiera

predetermina la economía real” y somete las formas de gestión de las

corporaciones a las necesidades de rentabilidad de corto plazo. Las firmas se

financiarizan,… lo que importa ahora es el valor accionario [es decir, en bolsa]

de la corporación y aumentar sus ingresos mediante la participación activa de

sus tesorerías en los mercados financieros... el “régimen de acumulación con

dominación financiera subordina toda la lógica de la reproducción del capital a

las necesidades de valorización del capital financiero”.7

Así, las grandes cantidades del capital excedentario en manos de estos

“agentes”, “promotores” e “intermediarios” financieros, se orientaron a la

promoción de una economía de la especulación, creando burbujas para atraer

los recursos monetarios de la sociedad y, llegado el momento, expropiarlos,

mediante el mecanismo de la llamada “economía casino” y, con ello, seguir

acaparando el capital ficticio.

6 “La crisis inmobiliaria y la recesión global”, ponencia presentada en el Coloquio Internacional

“América Latina: escenarios del nuevo siglo”, Buenos Aires, octubre 22-24, 2008. Tomado de Julio Bolvink. La Economía Moral. En Diario la Jornada 6 de enero 2009. 7 Ibid.

6

Este proceso de financiarización de la economía mundial se caracterizó por la

especulación, el fraude, la destrucción calculada de activos, mediante la

manipulación de sus valores, conforme a los intereses del capital (mafia)

financiero, para después proceder a su desvalorización, despojando de su

patrimonio a miles de personas, llevándolos al endeudamiento y a mayor

pobreza, además de apropiarse de los fondos de pensión de los trabajadores,

así como de los recursos en las bolsas de valores de miles de empresarios,

mediante los colapsos bursátiles y, finalmente, mediante la promoción de los

fondos de riesgo o tóxicos, conocidos como los fondos de protección o “hedge

funds”, en distintas actividades de “riesgo”, pero particularmente, en el sistema

hipotecario.

De esta manera, la desposesión y el despojo han llegado a extremos de

verdadera depredación por parte del pequeño grupo agente del capital

financiero. Esta modalidad de funcionamiento del capitalismo ha sido

aceradamente calificada por Luis Arizmendi como: “capitalismo cínico8” .Todo

este proceso desde el principio, contó con el decidido apoyo, promoción,

participación y connivencia del Estado capitalista que en el nivel del régimen

político en cada país, ha operado mediante la fracción política impuesta por el

capital financiero transnacional.

Estas transformaciones ocurridas en el proceso de acumulación de capital que

asumieron la forma de subordinación en la reproducción del capital, tanto el

capital productivo (P), como el capital mercantil (M) al capital dinero (D),

facilitaron, con una parte del capital liberado, una continua revolución científico-

tecnológica que sirvió de plataforma para la expansión del capitalismo en las

décadas posteriores a la de los setenta.

Sin embargo, la razón de fondo que está detrás de la implantación del proceso

de acumulación con dominación financiera la encontramos en las

8 Este autor entiende el capitalismo cínico, como “aquella configuración que el capitalismo se

adjudica a sí mismo cuando, haciendo ofensivamente a un lado al Estado como contrapeso a su violencia económica, deja operar sin restricciones el laissez faire laissez passer para hacer del mercado la entidad que define los heridos y los muertos. Sin reducir de ningún modo el Estado a un Estado mínimo, esta configuración no desactiva y, más bien, reordena la intervención estatal en la economía para conformar propiamente un Estado autoritario, esto es, un Estado que por la fuerza promete y garantiza el traslado del centro de mando hacia los

capitales privados, nacionales y ante todo transnacionales”. Arizmendi, L. “La especificidad

histórica de la crisis mundial contemporánea”. En: Mundo Siglo XXI, Revista del CIECAS, IPN. México. p. 32. Número 17, verano 2009.

7

transformaciones de la estructura interna del capital que le imposibilitaron

aplicar las innovaciones técnicas a los procesos productivos de las ramas de la

producción con un uso intensivo de capital y, con ello, poder dar un salto

tecnológico que permitiera la introducción del cambio de la base energética9

que, a su vez, renovara la base técnico productiva en las ramas de punta de la

economía y, eventualmente las demás ramas de la economía, generalizando

esta base. Todo este cambio tecnológico implicaba incrementar la composición

orgánica de capital y, con ello, contribuir a una mayor reducción de la tasa

general de ganancia, profundizando la crisis.

Por esta razón, la respuesta del capital fue la de recurrir a las causas que

históricamente han contrarrestado esta baja; éstas son :

1. Ensanchar el mercado exterior, consolidando las relaciones de

producción y distribución capitalista, labor que fue comandada por la

empresa transnacional, con el apoyo de los organismos financieros

imperiales, tanto los globales (FMI, BM), como los regionales( en

América Latina el BID), quienes impusieron relaciones capitalistas

subordinadas y dependientes del capital financiero transnacional y, con

ello, las modalidades de “desarrollo” económico y social más

convenientes para la expansión de éste.

2. El incremento de la inversión en capital ficticio (Marx lo designa como el

incremento del capital accionario, a este respecto dice: “Con el progreso

de la producción capitalista, que va de la mano de la aceleración de la

acumulación, una parte del capital sólo se calcula y emplea como capital

que devenga interés. No en el sentido de que cualquier capitalista que

presta capital se conforma con los intereses, mientras que el capitalista

industrial se embolsa la ganancia del empresario…Sino en el sentido de

que esos capitales, a pesar de estar invertidos en grandes empresas

productivas, una vez deducidos todos los costos sólo arrojan pequeños

o grandes intereses, los así llamados dividendos… Por lo tanto, no

9 Una renovación de la base energética que reduzca o sustituya los combustibles fósiles

(hidrocarburos) por fuentes de energía renovable, barata y limpia, ha sido permanentemente obstaculizada por las corporaciones del oligopolio petrolero, a pesar de los estragos que han ocasionado a la biosfera, prefiriendo afectar los ecosistemas y el clima del planeta que modificar las bases de los patrones productivos y de consumo, basados en la utilización del petróleo.

8

entran en la nivelación de la tasa general de ganancia, ya que arrojan

una tasa menor que la tasa media de ganancia. Si lo hicieran, dicha tasa

declinaría mucho más aun.”10) mediante la desregulación y liberalización

financiera que acompañó a la gran concentración de capital dinero; esto

es lo que puede explicar que, a partir de la década de los setenta del

siglo pasado, se diera el fenómeno descrito por Guillen, al que denomina

“acumulación con dominación financiera”.

3. Una de las causas fundamentales que contrarrestaron la tendencia a la

baja en la tasa de ganancia fue el papel que jugó la fuerza de trabajo,

toda vez que la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la

capitalista no la han favorecido a los trabajadores, lo que facilitó la

imposición de medidas, todas ellas con el propósito de revertir la baja en

la tasa de ganancia, además de revertir los avances que, durante el

patrón de acumulación anterior, les permitió mejorar sus condiciones de

trabajo, situación que se vio reflejada en una legislación laboral menos

desfavorable para éstos; así como en el mejoramiento de sus

condiciones de vida en general al darles acceso a la seguridad social y

al bienestar general.

Esta situación comenzó a cambiar a partir de mediados de la década de

los setenta, mediante la aplicación de las “ nuevas políticas de ajuste

estructural” , tendientes a “mejorar” las condiciones para la inversión del

capital.

Estas medidas han venido asumiendo distintas formas concretas,

dependiendo de su constitución histórica, su lucha y la correlación de

fuerzas de la clase trabajadora en cada país y en cada momento, así

como la estructura de clase en cada país, lo que implica las formas de

gobierno y los regímenes políticos particulares.

A pesar de tratarse de un proceso general, esto no significa que estemos

hablando de una clase trabajadora homogénea, por lo contrario, por

cuestiones históricas, sociales, políticas, culturales y aun antropológicas,

la clase trabajadora es diversa, tanto al interior de cada país, como entre

los distintos países; sin embargo, estamos tratando del proceso general

10 Marx,K. El capital. Tomo III/Vol.6. Cap.14, p.307. Siglo XXI editores, S.A. México 1976.

9

de acumulación e intentando analizar la respuesta del capital a la crisis

crónica que desde mediados de los años setenta del siglo pasado

experimenta el capitalismo, por lo que aquí nos interesa es resaltar su

impacto sobre la clase trabajadora. Así que las medidas que se han

venido dando en los últimos treinta y cinco años en general, se han

traducido en las causas contrarrestantes enunciadas por Marx y que son

las siguientes: La elevación del grado de explotación del trabajo;

reducción del salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo;

aumento de la sobrepoblación relativa11. Estas medidas implantadas

desde siempre, pero renovadas con las políticas de ajuste estructural,

mejor conocidas como neoliberales, han desmantelado la legislación

laboral tendiente a proteger al capital al “liberalizar” a la fuerza de

trabajo, imponiéndole niveles salariales muy bajos, con el pretexto de

incentivar la inversión y evitar la inflación que reduciría más su salario

real. Todas estás medidas son una parte más de lo que Harvey

denomina la acumulación por desposesión y que en el polo de la fuerza

de trabajo no es más que la depredación y el despojo, en este caso, de

los medios de vida de los trabajadores a costa de sus condiciones de

existencia, denigrándolos al máximo, buscando provocar el

envilecimiento de la clase trabajadora para que no esté en condiciones

de organizarse y sea fácil victima de la explotación del capital, creando

las condiciones que le permitan continuar el proceso de acumulación en

óptimas condiciones.

4. Economizar en los elementos del capital constante, lo que se da gracias

a que “el valor del capital constante no aumenta en la misma proporción

que su volumen material”12, esto se concretó mediante el abaratamiento

del capital fijo, al diseminar los procesos productivos por todo el planeta

y reducir el tiempo de rotación del capital, al tiempo de realizar cambios

en el proceso de trabajo concretados en la sustitución de los sistemas

fordista consistentes en líneas de montaje productivo riguroso y

estandarizado, por sistemas más flexibles capaces de localizarse en

11 Ibid. P. 297, 301,302. 12

Ibid. P.301.

10

distintos lugares del mundo al mismo tiempo; otra forma de economizar

capital constante se efectuó a costa de las condiciones de trabajo de la

clase dominada, mediante la imposición de las ya señaladas políticas

de ajuste estructural.

Todo lo anterior fue posible al orientar el desarrollo de las fuerzas

productivas, mediante la inversión del capital excedente liberado,

vinculándolo a las ramas dedicadas al desarrollo científico y

tecnológico, lo que posibilitó que se pudiera efectuar una revolución en

las ramas electrónicas de las telecomunicaciones y de la informática.

Estas causas contrarrestantes de la baja en la tasa general de ganancia

hicieron posible el avance del proceso de acumulación desde la década de los

setenta del siglo pasado, hasta principios de la primera década del presente y

explican el porque, a pesar de que el capitalismo cursó por un ciclo de larga

duración recesivo, a la par continuó una nueva etapa de revolución científico

tecnológica que paradójicamente catapultó al capitalismo a una extensión

mayor, tanto en su estructura interna, sobre todo en las ramas directa e

indirectamente relacionadas con la informática y las telecomunicaciones, así

como en su expresión territorial.

De esta manera, las nuevas tecnologías permitieron por primera vez en la

historia del capitalismo, darle continuidad al proceso productivo al extenderlo a

distintos lugares del mundo de manera simultánea. Esto sólo pudo ser posible

gracias a la revolución en las telecomunicaciones que permitieron, mediante el

desarrollo de la informática, la transmisión de información de manera

instantánea desde cualquier lugar del planeta, lo que pudo sincronizar diversas

fases del proceso productivo en distintos lugares.

A su vez esto trajo cambios en la organización del trabajo, ya que al extender

procesos técnico productivos en diversas regiones del mundo, se flexibilizó el

proceso de trabajo, permitiendo que diversas fases de éste se ejecuten al

mismo tiempo en distintos lugares. Por otra parte, la revolución tecnológica

posibilitó una revolución en los transportes, extendiendo así el tiempo de

producción de manera más amplia en el proceso de circulación.

Junto con estas transformaciones en la producción, como resultado del cambio

tecnológico, también en la esfera de la circulación hubo repercusiones al

11

reducirse el tiempo de circulación a la vez de ampliar las relaciones de

distribución capitalistas. Así, tenemos que en las últimas décadas el tiempo de

producción se extendió a la par que se dio una reducción del tiempo de

circulación, presentándose una situación bastante ventajosa para la extensión

del proceso de acumulación capitalista a escala mundial al reducir los

obstáculos espaciales para la reproducción del capital.

Estas transformaciones fueron comandadas por la empresa transnacional que

es la expresión más acabada del capitalismo monopolista y que extiende su

égida a prácticamente todas las ramas de la producción y distribución

capitalista en todo el mundo, y es quien modula el tiempo y el espacio de la

expansión capitalista. Esta es la entidad que el capital financiero utiliza en la

producción y distribución, y es el medio de ejercer el dominio en toda la

economía mundial.

Todo este proceso de expansión del capitalismo comenzó a mostrar signos de

agotamiento desde la década de los noventa, particularmente en Japón cuya

economía se estancó durante esa década. Algo similar ocurrió con la economía

de los Estados Unidos de América cuya economía que había experimentado

una expansión sin parangón durante la década de los noventa, comenzó a

estancarse a partir de 2001 y solamente se pudo reactivar temporalmente con

la invasión de Iraq en el 2003., sin embargo, ya a finales del 2006 la economía

norteamericana comenzó a desacelerarse y a enfrentar problemas de

sobreproducción, particularmente en la industria de la construcción de

viviendas, lo que puso en evidencia el carácter especulativo del sector

financiero inmobiliario, hasta llegar al estallido de la crisis inmobiliaria y

bancaria del 2007- 2008.

No pretendemos describir la serie de acontecimientos que desencadenaron el

estallido de la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos en 2007, cuando el

incremento en la morosidad en las hipotecas de alto riesgo (subprime) llegó al

punto insostenible de la suspensión de pagos, afectando no tan sólo al sistema

hipotecario, sino también a todos los intermediarios financieros (la banca, la

bolsa, de valores los fondos de inversión, las corredurías, las aseguradoras, los

fondos de pensiones), provocando una crisis de todo el sistema financiero,

tanto en los Estados Unidos, como en Europa y que obligó a sus gobiernos a

12

una intervención masiva y directa en algunas entidades financieras, para

rescatarlas y evitar el colapso del sistema financiero internacional.

Nuestro interés es señalar, por una parte, el carácter volátil e inestable del

sistema financiero y crediticio y, dado que, el rasgo distintivo de este período

de treinta años ha sido el de acumulación con dominancia financiera,

profundizó la crisis crónica del sistema al incrementar, tanto la concentración

de capital, como su centralización, tanto en el ámbito del sistema financiero,

como en el de la economía real, evidenciando un problema de carácter

estructural del capitalismo: la sobreacumulación de capital, dinerario,

productivo y mercantil que acentúa la tendencia decreciente de la tasa de

ganancia y, en consecuencia la propensión a las crisis recurrentes. Por otra

parte, el shadow banking system (sistema bancario desregulado y oculto), los

derivados financieros y toda clase de instrumentos tóxicos13, nos muestran no

tan sólo el carácter especulativo en que se basa el actual patrón de

acumulación con dominancia financiera, sino que evidencia el carácter

realmente delictivo que ha alcanzado el capital financiero y sus agentes y que

ilustran lo parasitario, depredador y decadente de esta modalidad del

capitalismo en la etapa actual.

Así, se puede afirmar que es esta modalidad de la acumulación capitalista la

que está en crisis a nivel mundial y que está abriendo “las puertas de la

transición a un nuevo patrón de acumulación”14, además de significar la

declinación de la hegemonía de los Estados Unidos y el proceso de ascenso

de China, India y Rusia en la disputa por esa hegemonía15.

Un aspecto adicional que es importante destacar es que durante el período de

la mayor expansión de la producción y del mercado mundial 1980-2000 y como

resultado de la imposición de las políticas de ajuste económico ya señaladas,

13

Una descripción breve, pero muy clara de estos instrumentos financieros y el papel que jugaron en el entallamiento de la crisis la encontramos en Dabat, A. “La crisis financiera en Estados Unidos y sus internacionales” en Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de economía. IIEc, UNAM. México. Vol. 40 Número 157. 2009. 14

Valenzuela Feijóo,J. “La Crisis: algunas consideraciones básicas”. En Memoria. Boletín mensual del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista, A.C. 234. México. p.6. Febrero –marzo 2009. 15

Para profundizar en la explicación de la declinación de la hegemonía de los Estados Unidos ver: Dabat, A. Op.cit. pp. 52-71.

13

los niveles de vida de la mayoría de la población mundial, incluida la población

de los países dominantes, se redujeron.

De tal manera que en el momento en que la crisis se empieza a manifestar bajo

la forma de sobreproducción de mercancías, encuentra una población de miles

de millones de personas en medio de grandes necesidades sociales no

satisfechas, de sobreabundancia de mercancías16 en medio del hambre de

tantos, de una gran desigualdad social que, lejos de disminuir, se espera se

incremente; con el agravante de que, como parte de la crisis, nos enfrentamos

a un panorama en el que tendrá que destruirse una gran cantidad de capital

productivo y mercantil, tanto en la forma de mercancías de consumo, como de

bienes de capital y de capital fijo y circulante, con lo que se estaría destruyendo

una parte de las fuerzas productivas desarrolladas durante década, es lo que

Harvey, junto con otros autores, denominan destrucción creativa del capital. Tal

es la necesidad que tiene el capital para poder restablecer las condiciones de

inicio de un nuevo ciclo.

Esta grave contradicción inherente al funcionamiento de la acumulación

capitalista es necesaria, toda vez que, en última instancia, las crisis son el

mecanismo que tiene el capital para deshacerse de aquellos lastres que le

impiden avanzar y renovarse y poder poner “orden” en el sistema económico y

poder reiniciar el proceso de expansión económica sobre bases tecnológicas

más avanzadas. Esto no es más que la expresión histórica concreta de la

contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones

sociales de producción, de la que dependen las relaciones de distribución

prevalecientes.

3.- Crisis capitalista y territorio

Estos cambios tuvieron sus efectos sobre el espacio al modificarlo, tanto por la

revolución tecnológica, en los transportes, como en las comunicaciones, como

en la distribución del capital en los distintos territorios, afectando también la

distribución de la población, tanto en las ciudades, como en las regiones.

16

Tenemos varios ejemplos dramáticos como los de miles de norteamericanos que han perdido sus viviendas, habiendo una creciente cantidad de viviendas sin habitar, además de aquellas que han sido confiscadas; por otra parte, se da la existencia de mercancías de consumo duradero que no se venden, al tiempo de que hay una gran cantidad de personas sin poder comprarlas.

14

La expansión capitalista señalada tuvo su expresión territorial en la expansión

geográfica a partir del principio de que, el desarrollo económico desigual tiene

su correlato en un desarrollo geográfico desigual (Harvey:2007b).

El proceso de acumulación capitalista ocurrido las últimas seis décadas,

reestructuró y refuncionalizó el espacio de dominio capitalista, de tal manera

que los diferentes territorios y regiones fueron sometidos a una competencia en

función de las “ventajas competitivas” que sólo responden a las necesidades

de expansión del mercado mundial capitalista, cuya lógica radica en crear las

condiciones de mejor localización de los capitales y no de las necesidades de

las poblaciones de los distintos territorios y regiones del mundo.

Por otra parte, por primera vez en la historia del capitalismo, la noción del

espacio se transformó. La revolución tecnológica en los transportes y las

comunicaciones permitieron no tan sólo la expansión de las relaciones de

producción y distribución capitalista, sino que, al reducir los costos y el tiempo

de circulación consiguieron mejorar el proceso de acumulación, ya que: Al

tratar de derribar cualquier obstáculo espacial a las relaciones comerciales, es

decir, al intercambio, y conquistar toda la tierra para su mercado, por otra lucha

por aniquilar este espacio, mediante el tiempo… Cuanto más desarrollado es el

capital… más se esfuerza simultáneamente por alcanzar una extensión aún

mayor del mercado y por conseguir una aniquilación mayor del espacio

mediante el tiempo17. Esto significa que el capitalismo está en condiciones de

abarcar prácticamente todos los rincones del planeta, y con ello, poder erigirse

como un sistema mundial. Esto podría significar dos cosas: En primer término,

lo que la actual crisis nos muestra es el agotamiento de la forma capitalista

basada en la acumulación por desposesión, fundada en las llamadas políticas

de ajuste estructural o neoliberales; En segundo término, una crisis de las

relaciones sociales de producción que, cada vez de forma más aguda, entran

en contradicción con el desarrollo de la fuerzas productivas materializadas en

las nuevas ramas productivas como son la informática electrónica, las

comunicaciones, la genómica y la nanotecnología, lo que nos muestra que el

17

Marx, C. 1973, Grundrisse, p. 539. Tomado de Harvey D. Espacios del Capital. Hacia una Geografía crítica. Ediciones Akal, Madrid. 2007.

15

capitalismo está llegando a su máximo desarrollo antes de ser sustituido por un

nuevo orden social que, por necesidad sería a nivel mundial.

4.- Reestructuración capitalista y reconfiguración del espacio geográfico

En la actual etapa del capitalismo se han venido exacerbando las tensiones

sociales y políticas en prácticamente todas las regiones en el mundo, al tiempo

de ejercer una tendencia a integrar a todos los territorios bajo la dinámica de la

acumulación capitalista al introducir y/o consolidar, por una parte, las relaciones

de producción y distribución capitalistas, al tiempo de desarticular aquellas

relaciones de producción y distribución precapitalista que la obstaculizan.

Por otra parte, se ha propiciado la expansión capitalista de la producción y la

distribución al reducir el tiempo de rotación y, con ello, modificar la noción

tradicional del espacio, al tiempo de establecer patrones de consumo acordes

con la racionalidad y los ritmos establecidos por el proceso económico.

La expansión de las relaciones capitalistas con el fin de crear y consolidar un

verdadero mercado mundial, supone una expansión geográfica, lo que significa

una organización del espacio en función de las necesidades de la acumulación

del capital. De esta manera, en la actual etapa de su desarrollo, el capital

produce sus espacios para ejercer su dominio y reconfigura los territorios en el

contexto del proceso de reproducción del capitalismo a escala planetaria,

integrando vastos territorios a la dinámica de la acumulación del capital.

La integración de los países y las regiones al proceso de acumulación mundial

y la consiguiente reestructuración es consecuencia del desarrollo de las

fuerzas productivas expresadas en los cambios tecnológicos, especialmente en

las ramas de las comunicaciones, la electrónica y la informática, ocurridos en

los últimos cuarenta años y que han reducido el espacio, al aumentar la

velocidad de circulación y, en consecuencia, reducir el tiempo de rotación del

capital, con ello, haciendo a un lado cualquier obstáculo espacial, y trayendo

como consecuencia que el espacio se reduzca, al reducir el tiempo,

posibilitando que el proceso de producción, circulación y distribución del capital

se extienda por todo el orbe al reducir el tiempo en que los procesos técnico –

productivos se realicen en diversos lugares de manera sincronizada.

16

La reducción del espacio por la reducción del tiempo ha traído una

transformación del sistema urbano regional refuncionalizándo el papel que

juegan tanto las ciudades como las regiones en el proceso de acumulación de

capital a escala mundial.

La nueva forma de organización de las actividades económicas y sociales

pertenecientes a la etapa de la globalización, le ha dado una nueva importancia

a lo local y al territorio, cuya integración al ámbito global está mediada por una

estructura que A. Scott llama regiones urbano – globales18 y cuya constitución

básica deriva del tránsito de la producción fordista a la producción flexible; con

lo que, los nuevos espacios locacionales posfordistas, implican una nueva

reconfiguración geográfica de las actividades económicas e industriales que

responden a las necesidades de la producción flexible.

Scott afirma que: “el polo que integra y da coherencia a los procesos

locales de crecimiento y desarrollo son las grandes metrópolis. A partir

de ellas se integra el espacio geográfico global para dar lugar a una

diversidad de regiones urbanas, cuya interrelación constituye un

mosaico de economías urbano-regionales, o sea, un mapa global

constituido por la sucesión de estas estructuras territoriales. El nuevo

espacio regional comprende, por consiguiente, estos elementos:

1. Los motores regionales, o sea, núcleos motores radicados en los

grandes centros urbanos.

2. Las áreas circundantes en torno a los motores urbanos, que

extienden la prosperidad y el dinamismo a espacios más amplios.

3. Centros emergentes que están por adquirir condición de motores

urbanos.

4. Las fronteras del capitalismo que tienen aún una débil conexión

con los centros motores globales y representan áreas de reserva de

diferente potencialidad.”19.

18

Scott, A. “Global City Regions: Economic Planning and policy dilemmas in a Neoliberal world”. Ponencia presentada en el Seminario Internacional: Globalización, Inserción de México y alternativas incluyentes para el siglo XXI, 13-15 de abril, Ciudad de México1999. Tomado de Rivera Ríos, Miguel Ángel (Capitalismo informático, cambio tecnológico y desarrollo nacional. U de G, UNAM, UCLA, PROFMEX/CASA JUAN PABLOS. 2005. p 217. México. 19

Ibid. p.217-218.

17

El paso de la producción fordista a la producción flexible ha traído la

reestructuración de las cadenas globales de producción lo que ha permitido la

implantación de nuevas estrategias de organización del gran capital

transnacional para contrarrestar la baja en la tasa de ganancia, mediante la

relocalización de los procesos productivos en los países dominados,

eufemísticamente llamados emergentes.

Así, el desplazamiento geográfico de las actividades productivas y de servicios

con una utilización intensiva de trabajo, mediante la modalidad de

subcontratación internacional20, permite reducir costos, tanto de insumos, como

de fuerza de trabajo hacia las regiones pobres, integrando ciudades y regiones

a la lógica de la acumulación del capital y no a las necesidades de los países

receptores, al tiempo de excluir a otras ciudades y regiones del desarrollo. Esta

movilidad del capital hace totalmente relativas las llamadas “ventajas

competitivas”, toda vez que éstas dependen de la propia dinámica que el

capital impone a los territorios, más que a las políticas públicas de los diversos

estados nacionales.

Durante el fordismo, las aglomeraciones urbanas respondían a las necesidades

de contar con una concentración de las actividades económicas y con un

mercado interno, esto es, constituían los soportes materiales para el

establecimiento y/o la consolidación de las relaciones de producción y

distribución capitalistas, mientras que con la flexibilización, las aglomeraciones

espaciales se dispersan a lo largo y ancho de los territorios, tanto por la

relocalización industrial, como por la especialización económica y de los

mercados laborales, lo que permite la generación de economías de

aglomeración y rendimientos crecientes aprovechando las ventajas

competitivas que, en muchas ocasiones, tienen las grandes aglomeraciones

urbanas.

20

Dabat, A y Ordoñez, S. Revolución informática, nuevo ciclo industrial e industria electrónica en México. UNAM, IIEc, CASA JUAN PABLOS.2009. Capítulo 9. México. El término subcontratación internacional es utilizado por para explicar la nueva modalidad de la división interindustrial del trabajo y los condicionantes de la reorganización de las cadenas globales de producción, particularmente referidas al sector electrónico e informático, pero puede ser aplicable a aquellos sectores de la industria y los servicios vinculados con el mercado mundial de exportación.

18

Sin embargo, las grandes metrópolis han observado un decremento de su

dinamismo económico, fundamentalmente por la desindustrialización al tiempo

de experimentar un proceso de terciarización económica que experimentan

como consecuencia de las transformaciones económicas ocasionadas por las

necesidades de la acumulación capitalista y que han reestructurado a la

economía mundial y han reconfigurado a la geografía.

Pero a pesar de la desindustrialización de las grandes ciudades,

particularmente de los países dominados, se ha observado un incremento

exponencial de las ciudades con una tasa de crecimiento anual de 1960 a 1993

de 3.8 por ciento21 en promedio. El aumento de las aglomeraciones urbanas a

la par de su declinación económica, nos muestra una nueva dinámica urbana

distinta a la tradicional, en donde la actividad económica y especialmente la

productiva era el detonante de la urbanización. Ahora, se da la aglomeración

de la pobreza concentrada en las grandes ciudades, convirtiendo a éstas en

áreas urbanas hiperdegradadas22.

La explicación de este fenómeno la encontramos, por una parte, en la propia

dinámica del desarrollo urbano capitalista industrial y monopólico que, como ya

se señaló, durante el fordismo se dio la tendencia a la concentración de la

población en centros urbanos; por otro lado, las políticas de ajuste estructural

impuestas por el gran capital mediante sus organismos FMI y Banco Mundial y

sus filiales regionales, orientadas a la desindustrialización selectiva de los

países dominados mediante la ruptura de las cadenas productivas en aquellos

países medianamente industrializados, la orientación de la producción, tanto

agropecuaria, como industrial hacia el mercado exterior, el debilitamiento de la

participación del Estado como promotor del desarrollo económico y social de

los países mediante la reducción permanente del gasto público social y la

privatización de parte del aparato estatal para el bienestar social, y la

consiguiente desregulación y liberalización económica.

El resultado de la aplicación de estas políticas de ajuste estructural conocidas

como neoliberales, ha sido el desmantelamiento de la industria de sustitución

de importaciones y, como consecuencia, el desempleo urbano masivo; el

21

Davis, M. Planeta de ciudades miseria. Foca Ediciones y distribuciones generales, S.L.2007. p. 27. Madrid-España. 22

Ibid. p.31

19

vaciamiento del campesinado y su migración a las ciudades; la reducción de la

clase media y el aumento de la población de bajos ingresos hacinados en las

ciudades, aumentando el contingente de población dedicadas a la economía

informal; en suma, el saldo ha sido que estas políticas han sido productoras en

masa de pobreza concentrada en las ciudades, lo cual trastoca cualquier idea

tradicional de urbanización y de planeación urbana.

El aumento de la pobreza y el desmantelamiento de aparato productivo, así

como la privatización del aparato gubernamental, particularmente el

relacionado con el bienestar social, son lo que (Harvey:2007a) denomina como

acumulación por desposesión que no es más que la creación de las

condiciones más favorables para la realización del proceso de acumulación;

una especie de acumulación originaria permanente. Así, el propósito y

contenido de las políticas de corte neoliberal se deben entender como la

respuesta de la clase capitalista para contrarrestar la sobre acumulación del

capital y la baja en la tasa de la ganancia, ocurridas desde la crisis de

mediados de la década de los setenta, en detrimento del nivel y las condiciones

de vida de las clases dominadas que han sido las afectadas por estas políticas.

Es en este contexto desfavorable, tanto en la población urbana, como la rural

que se da el estallido de la presente crisis que ha profundizado las condiciones

de pobreza generalizada de la población, pero particularmente en las ciudades

que son las que han sido más duramente afectadas por el desempleo, tanto en

aquellas que han albergado a distintas ramas industriales, como las grandes

urbes terciarizadas.

De esta manera, la actual crisis ha impactado fundamentalmente al sistema

urbano en México al incrementar el ejercito de desempleados y subempleados

contribuyendo así a un mayor deterioro de las condiciones de vida urbana y

aumentando las zonas hiperdegradadas, sobre todo en la periferia de las

ciudades y dado que el proceso de metropolización ocurrido en el país ha

generado 57 zonas metropolitanas a lo largo y ancho del país y que,

condensan las transformaciones económicas y sociales ocurridas en los

últimos 30 años en la estructura interna de las ciudades, reflejando los

desequilibrios, tanto en el ámbito económico, como en el territorial, el fenómeno

20

de la hiperdegradación de cada vez un mayor número de espacios urbanos se

está convirtiendo en un mal endémico en el país.

5.- La crisis y su expresión en el oriente de la ZMCM

En el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México las

transformaciones ocurridas a partir de la década de los ochenta han

refuncionalizado a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM)23,

profundizando su preeminencia con respecto a las demás zonas

metropolitanas del sistema urbano nacional y con respecto al sistema regional,

reproduciendo la desigualdad, no tan sólo a escala nacional, sino también en

su estructura interna, en donde se manifiestan de manera más clara estas

desigualdades, sobre todo las económicas, ya que son las ciudades y,

particularmente las zonas metropolitanas, en donde se encuentran

concentradas las mejores condiciones en las que puede ejercer un mejor

control el capital transnacional, tales como: La coordinación y control de varias

fases de la cadena de producción individual; el poder aprovechar la mejor

infraestructura y equipamiento urbano que facilitan la reproducción del capital y

el trabajo; las políticas fiscales favorables a la inversión y la aplicación de

subsidios; a la vez que es en ese espacio, en donde se concentran en la

misma proporción, una mayor cantidad de personas en condiciones de

pobreza.

Por otra parte, el fenómeno de incorporación desigual a la dinámica de la

acumulación capitalista del sector rural que ocupa la interfase urbano rural de

la gran metrópoli, tiene un impacto en el tipo de relaciones sociales que, al

irse integrando, primero de manera funcional a la Zona Metropolitana y con

posterioridad poco a poco de manera física, trae consigo un proceso de

transformación del modo de vida y de actividades económicas de las

localidades de estos municipios.

La división entre centro y periferia que se produce en términos generales en

la estructura interna de las metrópolis, también se reproduce en diversas

23

Esta refuncionalización ha acentuado el proceso de terciarización de la ZMCM, tanto de actividades tradicionales, como de servicios especializados, que en la actual etapa de la globalización están vinculados estrechamente a procesos internacionales, comandados por las empresas transnacionales.

21

zonas de las mismas, en donde se da una polarización social al aparecer

zonas marginadas con zonas de bienestar, reproduciendo al nivel intra urbano

la ley del desarrollo desigual y que se expresa también en un desarrollo

geográfico desigual al interior mismo de la ciudad y, con ello, la desigualdad

urbana.

En el caso de las transformaciones ocurridas en la ZMCM, la división de clases

sociales se expresa territorialmente, en términos generales, con un poniente

de ricos y un oriente de pobres.

Sabemos que la pobreza en la ZMCM es un fenómeno generalizado en

muchas zonas de la Ciudad, tanto de norte a sur, como de este a oeste, sin

embargo, desde la década de los cincuenta del siglo veinte, el oriente y el

nororiente de la ciudad ha concentrado una gran cantidad de población que,

primero en el Distrito Federal, y después en el Estado de México, con el

surgimiento de Ciudad Nezahualcoyotl se fue convirtiendo en un territorio que

ha aglomerado una gran cantidad de población proveniente, tanto del Distrito

Federal, como del mismo Estado de México y de otros Estados circunvecinos,

la mayoría de ellos económica y socialmente considerados de bajos ingresos.

El territorio oriente de la ZMCM constituye parte de lo que podemos llamar la

gran megalópolis del centro del país. Se localiza al oriente del Estado de

México, entre los límites con el Distrito Federal y el Estado de Morelos al sur y

los estados de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla al oriente. Se integra (según la

memoria técnica del Proriente) por 37 municipios con una superficie cercana a

los 4,000 km2, correspondiendo al 17 por ciento de la superficie total del

Estado de México e incluye 653 localidades de las cuales para el año 2000 86

eran urbanas y 567 rurales24

Para 1995 la población total del oriente de la Ciudad alcanzó 5.35 millones de

habitantes, correspondientes a 43.69% del total estatal y a 31.1 por ciento del

total de la zona metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM).

Para el año 2000 eran 6.63 millones de habitantes en el oriente y 20.15

millones para toda la ZMCM; la población de esta parte de la ciudad

24

Rébora Togno Alberto. ¿Hacia un nuevo paradigma de la planeación de los asentamientos humanos? Políticas e instrumentos de suelo para un desarrollo urbano sostenible, incluyente y sustentable. El caso de la Región Oriente en el Valle de México. PUEC, UNAM, El Colegio mexiquense, A.C., Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Porrua. México. p. 37. 2000.

22

representa 32.9 por ciento del total metropolitano, es decir, prácticamente

representa un tercio del total, incrementando sistemáticamente su participación

al ser el área con mayor presión para ampliar el espacio metropolitano.

Es en esta parte de la ciudad en donde se ha orientado buena parte del

crecimiento metropolitano de los últimos años, siendo la principal receptora de

población que se traslada fundamentalmente del Distrito Federal, así como de

los estados de Morelos, Hidalgo, Puebla y el mismo Estado de México. La

mayor parte de estos pobladores son pobres y se asientan en cualquier

espacio que les sea permitido, independientemente de la legalidad del

asentamiento o de la existencia de servicios públicos o equipamientos para la

vida urbana.

El oriente ha tenido un papel muy importante en las transformaciones urbanas

ocurridas en la metrópolis de la ciudad de México en los últimos cuarenta años,

pero particularmente fue durante las décadas de los 70 y 80 cuando la

metrópolis experimentó un crecimiento basado en la expansión territorial,

teniendo como ejes de ese fenómeno, los municipios de Nezahualcoytl y

Ecatepec de Morelos. Para la actual década se repite el mismo fenómeno pero

ahora en el tercero y cuarto anillo del contorno de la ZMCM, sobresaliendo los

municipios de Tecamac al noreste y el sistema municipal constituido por La

Paz, Ixtapaluca y Valle de Chalco Solidaridad. Éstos comenzaron a ejercer su

influencia sobre los municipios adyacentes y cercanos. Esta influencia se

fortaleció mediante las vías de comunicación y, por consiguiente, de los medios

de transporte que facilitaron el desarrollo en algunos casos, mientras que en

otros, la consolidación de relaciones intermunicipales. Así, se ha ido

conformando un sistema de municipios de la ZMCM, a partir de las relaciones

intermunicipales, en donde aparecen municipios de primer orden que ejercen

su influencia sobre los municipios aledaños, estableciendo relaciones de

jerarquía sobre éstos y dinamizando el proceso de expansión urbana25.

Las transformaciones urbanas del oriente reproducen la relación centro

periferia a partir de la concentración de las actividades industriales, comerciales

y de servicios en determinados municipios del Estado de México,

25

Ver. Moreno Pérez Orlando.Op.cit. En esta investigación se demuestra la formación de un sistema de municipios, de manera análoga a los sistemas urbanos, a partir de la dinámica económica y social de la metroplización.

23

específicamente a lo que nos interesa en el presente trabajo que son: La Paz,

Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco, todos municipios del oriente y son los

que dinamizan el proceso de urbanización en esta parte de la ZMCM y que, se

estima que consolidarán su función de dominio, profundizando la dependencia

de los municipios pertenecientes a ese sistema y extendiendo su influencia a

los municipios semirurales contiguos, transformando las relaciones económicas

y sociales ocasionadas por estas relaciones de dependencia que, finalmente

van integrando a éstos municipios a la metropóli.

Las leyes y procesos de acumulación tiene vigencia y aplicación en el nivel de

la estructura interna de la ciudad, al darse las condiciones que reproducen las

leyes de la acumulación capitalista y se expresan en el nivel de las relaciones

inter municipales, al darse las relaciones de centro y periferia que se da en el

nivel general de la ZMCM, reproduciendo así, la ley del desarrollo desigual y

combinado y del desarrollo geográfico desigual en escala de las relaciones

entre los municipios.

En este contexto podemos comprender el aumento de la pobreza urbana y a

las grandes ciudades del país y, particularmente, la ZMCM como una gran

aglomeración de pobres, asentados en todos sus puntos cardinales, pero

especialmente en el oriente, ocupando terrenos que todavía en la década de

los setenta, eran de uso agropecuario. Es en estos territorios en donde cada

día surgen nuevas zonas hiperdegradadas, carentes de toda infraestructura y

servicios para una vida digna.

En los casos más ilustrativos tenemos a Chalco e Ixtapaluca cuya dinámica

poblacional nos muestra las transformaciones ocurridas en los últimos 25 años.

En la década de los setenta ambos municipios eran semirurales, para el 2005

su población era de 257,403 y 429,033 respectivamente. En el caso de

Ixtapaluca, el incremento de su densidad de población que en 1980 era de

385.8 hab/Km2 y que para el año 2000 pasó a ser de 1,476.6 hab/Km226, nos

permite comprender la aglomeración de la población urbana, toda vez que ésta

sólo representa aproximadamente el 25 por ciento de su territorio de 201.7

Km2, ya que en su mayoría son terrenos forestales que pertenecen a la zona

26

Tomado del Sistema Nacional de Información Municipal (SNIM) 2005.

24

montañosa de la sierra nevada del volcan Ixtazihuatl; es decir, que en

solamente 50 Km2 se concentra la población urbana con una densidad

promedio de la existente en cualquier Zona Metropolitana y que es similar a la

de ciudad Nezahualcóyotl o la de la Delegación Benito Juárez en el Distrito

Federal.

El incremento de la población en los casos de Ixtapaluca y Chalco se debe

comprender no tan sólo como parte del proceso de expansión urbana en donde

su población se ha asentado de manera irregular en terrenos ejidales, sino que,

durante la década del 2000, este incremento se explica a partir de la

producción masiva de vivienda en unidades habitacionales. Esto se puede

constatar, si vemos que la población de Ixtapaluca era en 1995 de 187,690,

pasando a 429,033. En el caso de Chalco paso de 175, 521 en 2005 a 257,403

habitantes. Estos incrementos son consistentes con la producción de vivienda,

particularmente en Ixtapaluca ya que en 1995 la vivienda construida

masivamente era de 40,053 y para el 2005 era ya de 94,28027 viviendas,

siendo el segundo lugar a nivel estatal después de Tecámac.

Una característica importante es que la mayor parte de esta aglomeración es

debido a la producción de vivienda masiva de autoconstrucción en terrenos de

tenencia irregular, sin equipamiento ni servicios necesarios. El ejemplo extremo

lo tenemos en el municipio de Valle de Chalco Solidaridad surgido a principios

de la década de los noventa en una parte del lecho del lago de Chalco y cuya

población era para 1995 de 287,073, diez años después era de 332,279

habitantes, siendo el cien por ciento urbano, de los cuales más del ochenta por

ciento viven en vivienda de autoconstrucción, asentada originalmente en

terrenos de propiedad irregular que han sido regularizados, urbanizados y

equipados poco a poco. En el caso de Ixtapaluca tenemos que, para principio

de la década del dos mil, los asentamientos irregulares registrados por el

municipio era de 38 con un poco más de 13 mil lotes y una población de más

de 58 mil habitantes.28Así, a la par de la expansión urbana como resultado de

la política de construcción masiva de vivienda por parte de los consorcios

27

www.inegi.gob.mx 28

Tomado de Rosas Barrera Salvador. El impacto de los macrodesarrollos habitacionales en el mercado del suelo urbano de Ixtapaluca, Estado de México. Tesis de Maestría en Urbanismo Facultad de Arquitectura UNAM. p. 80. 2008.

25

inmobiliarios, continua la autoconstrucción de vivienda en terrenos de tenencia

irregular, profundizando el fenómeno de aglomeración de la población en zonas

hiperdegradadas y que en la actual crisis, tal y como ya señalamos, el deterioro

de las condiciones de vida se está acentuando produciendo condiciones para

una mayor degradación social, sentando las bases para una mayor anomia

social.

6.- Conclusión

Los casos señalados son una muestra de las características de una

urbanización de la pobreza, resultado de la implantación en nuestro país de las

llamadas “políticas de ajuste estructural”, a partir de la imposición de medidas

de políticas públicas diseñadas por el Banco Mundial y demás instituciones

bancarias, orientadas a la reestructuración económica y que en el nivel urbano

se han manifestado bajo la forma de expansión urbana ordenada por las

fuerzas del mercado, particularmente , de los grupos que , con el apoyo y la

connivencia de los distintos niveles de gobierno, controlan el mercado del

suelo. Un aspecto fundamental es que, a pesar de que el país ha

experimentado durante los últimos veinticinco años un estancamiento

económico que ha producido un creciente desempleo urbano, trayendo una

baja en los salarios reales, se da una expansión urbana, por lo que ésta

significa un ensanchamiento de grandes zonas de pobreza e hiperdegradación

urbana.

Para los próximos años esta situación se va a ver agravada, como

consecuencia de la crisis actual, lo que nos presenta un horizonte sombrío que,

dadas las actuales condiciones políticas y sociales no presentan ninguna

alternativa más allá del autoritarismo y la represión de la población cuya

desesperación se va incrementando de manera preocupante.

26

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