in memóriam del prof. aurelio rapado

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In memóriam del Prof. Aurelio Rapado Conocí a Aurelio Rapado en el verano de 1969 con motivo de iniciar mi formación en la Fundación Jiménez Díaz, y con el devenir del tiempo pude conocer en profundidad su doble faceta de investigador y calidad humana. Somos muchos los que le debemos a él un estímulo y apoyo indudable en el campo de las Enfermedades Metabólicas Óseas, en las que ha sido indudablemente el clínico más destacado en las últimas décadas. Su re- pentino fallecimiento el 25 de junio nos ha dejado desolados a todos sus amigos y cola- boradores, recordando aquel proverbio indio que dice que un maestro nunca desaparece si perdura en el pensamiento y el corazón de sus discípulos. Desde el punto de vista profesional y científico, el pacense Aurelio Rapado, tras ter- minar sus estudios de Medicina en Madrid en 1959, se formó en la clínica e investiga- ción básica, en la Clínica de la Concepción, bajo la dirección del Prof. Jiménez Díaz, com- pletando su formación con estancias en Unidades del Metabolismo Óseo y Mineral en C o p e n h a g u e , Leeds, Londres, Rochester y Bethesda, durante la década de los sesenta. Con esta ex- periencia inició el primer laboratorio monográfico dedicado a Enfermedades del Metabo- lismo Mineral y Óseo de nuestro país, en la Fundación Jiménez Díaz, poniendo en marcha el montaje de diversos índices de actividad paratiroidea, marcadores del remodelado óseo y la determinación por RIA de las hormonas calciotropas. Desde 1974, por su Uni- dad de Metabolismo Óseo han pasado numerosos especialistas, para aprender los balan- ces metabólicos y estudios funcionales relacionados con la patología ósea, así como para asistir a su Policlínica especializada que se convirtió en referente nacional. Desde 1982, con la incorporación de modernos métodos para la medición de la masa ósea, se convirtió en Unidad pionera, a nivel internacional, tanto para estudios clínicos, epidemio- lógicos como de ensayos clínicos. De su dilatada labor investigadora quiero señalar tan solo cómo recientemente se ca- racterizó por ser unos de los líderes del estudio GTO, en el que participaron numerosos hospitales españoles y que permitió obtener los valores de la den- sidad mineral ósea en nuestra población; ha sido uno de los investigadores principales de los estudios MEDOS, EVOS y EPOS, que han establecido las características clínicas de las fracturas en el área medi- terránea, su incidencia a nivel europeo y, por último, la historia natural de los fracturados asintomáticos, todos ellos de evidente repercusión en el ámbito clínico tanto por sus descripciones, como por su publicación en revistas de impacto. En el área de investigación básica resaltan sus estu- dios sobre la medida del calcio iónico e isoenzimas de la fosfatasa alcalina sérica, mane- jo tubular renal del fósforo y magnesio, papel de los nuevos marcadores bioquímicos del remodelado óseo, efectos fisiológicos de la calcitonina y diversos estudios en el campo de la litiasis renal. En al ámbito docente, su labor como Profesor titular de Medicina fue continua abar- cando tanto el pregrado como el tercer ciclo. Precisamente programaba en estos días su próximo Curso del Doctorado sobre Enfermedades Metabólicas Óseas que hacía el número 25 el próximo año, y en el que teníamos la oportunidad de colaborar en su di- rección. En su Unidad se realizaron y dirigió unas 14 tesis doctorales relacionadas con el metabolismo fosfocálcico. También desde hace dos años participaba activamente en la dirección del Curso de Postgraduados de la Sociedad Mediterránea de Osteoporosis en la que presidió mesas redondas e impartió temas a los discentes europeos. Durante su vida profesional ha publicado 23 libros, más de mil trabajos en revistas científicas y ha colaborado con capítulos en 60 libros, habiendo presentado más de se- tecientas comunicaciones en Congresos y Mesas Redondas, tanto españolas como ex- tranjeras. Era miembro del Comité Editorial de aproximadamente unas 27 revistas cien- tíficas, entre las que se incluyen algunas de enorme prestigio como Osteoporosis

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In memóriam del Prof. Aurelio Rapado

Conocí a Aurelio Rapado en el verano de 1969 con motivo de iniciar mi formación enla Fundación Jiménez Díaz, y con el devenir del tiempo pude conocer en profundidad sudoble faceta de investigador y calidad humana. Somos muchos los que le debemos a élun estímulo y apoyo indudable en el campo de las Enfermedades Metabólicas Óseas, enlas que ha sido indudablemente el clínico más destacado en las últimas décadas. Su re-pentino fallecimiento el 25 de junio nos ha dejado desolados a todos sus amigos y cola-boradores, recordando aquel proverbio indio que dice que un maestro nunca desaparecesi perdura en el pensamiento y el corazón de sus discípulos.

Desde el punto de vista profesional y científico, el pacense Aurelio Rapado, tras ter-minar sus estudios de Medicina en Madrid en 1959, se formó en la clínica e investiga-ción básica, en la Clínica de la Concepción, bajo la dirección del Prof. Jiménez Díaz, com-pletando su formación con estancias en Unidades del Metabolismo Óseo y Mineral enC o p e n h a g u e ,Leeds, Londres, Rochester y Bethesda, durante la década de los sesenta. Con esta ex-periencia inició el primer laboratorio monográfico dedicado a Enfermedades del Metabo-lismo Mineral y Óseo de nuestro país, en la Fundación Jiménez Díaz, poniendo en marchael montaje de diversos índices de actividad paratiroidea, marcadores del remodeladoóseo y la determinación por RIA de las hormonas calciotropas. Desde 1974, por su Uni-dad de Metabolismo Óseo han pasado numerosos especialistas, para aprender los balan-ces metabólicos y estudios funcionales relacionados con la patología ósea, así comopara asistir a su Policlínica especializada que se convirtió en referente nacional. Desde1982, con la incorporación de modernos métodos para la medición de la masa ósea, seconvirtió en Unidad pionera, a nivel internacional, tanto para estudios clínicos, epidemio-lógicos como de ensayos clínicos.

De su dilatada labor investigadora quiero señalar tan solo cómo recientemente se ca-racterizó por ser unos de los líderes del estudio GTO, en el que participaron numerososhospitales españoles y que permitió obtener los valores de la den-sidad mineral ósea en nuestra población; ha sido uno de los investigadores principalesde los estudios MEDOS, EVOS y EPOS, que han establecido las características clínicas de las fracturas en el área medi-terránea, su incidencia a nivel europeo y, por último, la historia natural de los fracturados asintomáticos, todos ellosde evidente repercusión en el ámbito clínico tanto por sus descripciones, como por supublicación en revistas de impacto. En el área de investigación básica resaltan sus estu-dios sobre la medida del calcio iónico e isoenzimas de la fosfatasa alcalina sérica, mane-jo tubular renal del fósforo y magnesio, papel de los nuevos marcadores bioquímicos delremodelado óseo, efectos fisiológicos de la calcitonina y diversos estudios en el campode la litiasis renal.

En al ámbito docente, su labor como Profesor titular de Medicina fue continua abar-cando tanto el pregrado como el tercer ciclo. Precisamente programaba en estos díassu próximo Curso del Doctorado sobre Enfermedades Metabólicas Óseas que hacía elnúmero 25 el próximo año, y en el que teníamos la oportunidad de colaborar en su di-rección. En su Unidad se realizaron y dirigió unas 14 tesis doctorales relacionadas conel metabolismo fosfocálcico. También desde hace dos años participaba activamente enla dirección del Curso de Postgraduados de la Sociedad Mediterránea de Osteoporosisen la que presidió mesas redondas e impartió temas a los discentes europeos.

Durante su vida profesional ha publicado 23 libros, más de mil trabajos en revistascientíficas y ha colaborado con capítulos en 60 libros, habiendo presentado más de se-tecientas comunicaciones en Congresos y Mesas Redondas, tanto españolas como ex-tranjeras. Era miembro del Comité Editorial de aproximadamente unas 27 revistas cien-tíficas, entre las que se incluyen algunas de enorme prestigio como Osteoporosis