HISTORIA Y CRONICA DE LA SEGUNDACATEDRA DE MEDICINA INTERNA*

(Primera Parte)

DR. JORGE DANIEL LEMUS

'Premio Anual de la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina -A.MA

CAPITULO I

ANTECEDENTESDE LA ENSEÑANZADE LA MEDICINA INTERNA HASTA LAFUNDACION DE LA SEGUNDA CATE-DRA.La historia y la crónica de la enseñanza delo que hoy conocemos como MedicinaInterna, y que a lo largo de los años estuvoasociada a otras asignaturas o bajo diver-sas denominaciones, puede remontarse ala creación del Promedicato por RealDecretodel 1Qde Febrerode 1798,firmadopor el Virrey Juan Jose De Vertiz y Salce-do, quien lo inaugura el 17 de agosto de1780, aunque es recién el 1Q de Julio de1798, que el Rey Carlos IV ordena el esta-blecimiento del Protomedicato Indepen-diente de Buenos Aires, que tenía funcio-nes docentes, ocupándose asimismo detodos los problemas surgidos del ejerciciode la profesión, tales como habilitaciones ysanciones.El 21 de enero de 1799, el entonces VirreyAntonio Olaguer Feliú y Heredia recibe laReal Orden fechada en Madrid, y nombra aMiguel O' Gorman, Protomédico y Catedrá-tico de Medicina. Esta médico irlandéshabía llegado a Buenos Aires, en 1777,como primer médico de la expedición delVirrey don Pedro de Ceballos y fue el ver-dadero gestor de la creación del Protomé-dico porteño.El 22 de Julio de 1800, en los albores delsiglo XIX, O' Gorman, conjuntamente conel catedrático de Cirugía Agustín EugenioFabre, presentan el Plan de Estudios de laCarrera, que es aprobado el 11 de agosto

del mismo año por el Virrey Gabriel de Avi-lés y Fierro. Los cursos se comienzan adictar el 2 de Marzo de 1801.Estaban basados en los programas de laUniversidad de Edimburgo, que gozaba poresos años de gran prestigio comprendien-do un conjunto de materias distribuídas enlos seis años de la carrera. InstitucionesMédicas se dictaba en tercer año (Fisiolo-gía, semiología, patología general, higieney terapéutica) basada en el COMPECTINSMEDICINAE THEORITHAIE del DoctorSantiago Gregori de Edimburgo. Las leccio-nes clínicas correspondían al sexto año yen un todo de acuerdo con GuillermoCullen célebre catedrático de Edimburgo sedictaban en el Hospital de los Betlemitas,que desde 1795 funcionaba en la Residen-cia, situada en los Altos de San Pedro, enla calle de Belén entre las de san Martín ySanto Cristo (Hoy Humberto Primero entreDefensa y Balcarce) en pleno barrio de SanTelmo. Este Hospital, luego llamado Hospi-tal General de Hombres, funcionó hasta lafundación del Hospital de Clínicas, en1883. El Protomedicato de Buenos Aires nopodía otorgar el Título de Bachiller enMedicina, pues ello era privativo de losReales Colegios; por dicho motivo O' Gor-man y Fabre solicitaron, repetidas veces,tal facultad para la Institución que integra-ban, pero, a pesar de numerosas gestionesy otras tantas promesas, nunca llegó desdeEspaña la ansiada autorización.El primer curso del Protomedicato, Anato-mía y vendajes, fue iniciado por el Catedrá-tico de Cirugía, Don Augusto EusebioFabre, a quién, por consiguiente correspon-

de el destacado honor de haber dictado dela primera clase oficial de medicina en Bue-nos Aires (6)El segundo curso, que comenzó el 17 dejunio de 1802 es inaugurado por el recien-temente nombrado Profesor sustitutoCosme Mariano Argerich, natural de Bue-nos Aires y padre de Francisco Cosme,quién reemplazaría poco tiempo a O'Gor-man, cuando este abandona la Cátedra pormotivos de salud (1).. En realidad debióestar a cargo del Profesor de Medicina,pero O'Gorman tuvo una agravación de sugota, estando postrado en cama perma-nentemente y el Virrey del Pino lo reempla-zó definitivamente por el referido Argerichel 12 de Julio de 1802. Este fue entoncesen 1803 el primer maestro de todo lo perti-nente a la Medicina Interna bajo la domina-ción de "Instituciones Médicas".Según las referencias consignadas por losprimeros historiadores de la medicinaargentina, Doctores Nicanor Albarellos yPedro Mallo, las clases teóricas eran dicta-das en un local contiguo al Tribunal delProtomedicato, situado en la esquina de lascalles Alsina y Perú, o bien en la casa parti-cular del Profesor. Tanto la enseñanzacomo el ejercicio de la Medicina Interna poraquellos años seguía los lineamientos delas escuelas médicas europeas, especial-mente las de Edimburgo y París. Predomi-naba el espíritu sistemático y el empirismoclínico. La lentitud de las comunicacionescon el continente dificultaba la llegada aBuenos Aires de los progresos que se esta-ban gestando, sobretodo en la EscuelaMédica de París, tanto en la enseñanza dela medicina a la cabecera del enfermo y através de la clase magistral que alcanzaríaun brillo singular en la figura de Juan N.Corvisart, como el la invención del estetos-copio, la introducción de la auscultacióntorácica y la afirmación del método anato-moclínico en manos del genial Rene J.Laennec en 1816.A partir de allí una serie de circunstanciasdeterminaron que la medicina en Buenos

Aires se inclinara hacía la patología externay la cirugía; las invasiones inglesas en1805 y 1806 Y las sucesivas batallas denuestra independencia (5).La Revolución de Mayo trastornó completa-mente la labor docente del Protomedicato;lo que apremiaba era la necesidad deconstruir el Cuerpo de Sanidad Militar paralos Ejércitos Libertadores; de tal modotodos los alumnos de los dos cursos referi-dos anteriormente se incorporaron al ejérci-to y la enseñanza se suspendió por unDecreto de la Junta del 2 de Mayo de 1812,disponiendo asimismo que a los tres alum-nos a quienes les faltaba la enseñanzapráctica, la realizaran en los ejércitos de lapatria.Hacía el mismo año, el Gobierno, por inter-medio de Juan José Paso, dispuso nom-brar una comisión integrada por Argerich,Zabala y Chorroarín, para proyectar la fun-

. dación de un Colegio de ciencias y laAsamblea General Constituyente aprueba,10 de Marzo de 1813, el plan de organiza-ción y estudios de la Facultad Médica yQuirúrgica como parte integrante del men-cionado Colegio de Ciencias. Este proyec-to, que había sido redactado por Argerich,Fabre, Montúfar y Rivero, establecía que laenseñanza debía durar seis años y que lasclases comenzarían el 15 de Enero paraterminar el 31 de Diciembre con presenciaobligatoria de los alumnos. Los libros detexto debían ser los más acreditados en laEscuela de Medicina de París, El Plan deestudios enseñaba Instituciones Médicasen tercer año, por Juan Antonio Fernández, y en quinto año se dictaba el primer cursode nosografía y Clínica Médica, el segundocurso de la misma Materia, en sexto, sien-do profesor de ambas Cosme MarianoArgerich. Al terminar el quinto año se otor-garía el título Bachiller en Medicina y alfinal del sexto año el de Licenciado enMedicina.Este programa no pasó de ser un intere-sante proyecto, pues la misma AsambleaConstituyente convirtió la futura Facultad

Médica y Quirúrgica en el Instituto MédicoMilitar, transformando así una futura Institu-ción Civil en una Militar como lo exigía lasituación del país. El 28 de Septiembre de1814 se publicaba en la Gazeta Ministerialdel Gobierno de Buenos Aires el reglamen-to del Cuerpo de Medicina Militar con eldesignio de estimular a los profesores de laFacultad Médica en el ejercicio de susimportantes tareas, y el de ordenar el mejorservicio de los ejércitos de la patria.Con el flamante Instituto la enseñanza sereabrió el 1 de Septiembre 1815, la distri-bución de los cursos entre los Profesoresse hizo de la siguiente forma:Director del Instituto: Dr. Cosme MarianoArgerichPrimer Año:Anatomía Normal y Patológica: Prof. Fran-cisco Cosme Argerich (en realidad en unprincipio se había nombrado al Dr., Augus-to Eusebio Fabre para Anatomía, MateriaMédica y Clínica Médica; al Dr. MartínMontufár en Nosografía y Clínica Quirúrgi-ca y al Dr. Cosme Argerich para Fisiología,Patología general y Nosografía médica.Pero Fabre nada sabía de Materia Médicay menos aún de Clínica Médica, por lo quea Cosme Mariano Argerich se le proponeya en 1814 que el Profesor de Clínica Qui-rúrgica Savio Gaffarot continúe dando cla-ses de Anatomía, con su asentimiento,hasta tanto el Dr. Francisco Cosme Arge-rich, que se hallaba prestando servicios en.el Ejército del alto Perú, desde 1813, pudie-ra regresar, como se había pedido, parahacerse cargo de esa asignatura.Así sucedió el15 de Diciembre de 1815. ElInstituto había sido ordenado a principiosde 1815 con las tres cátedras nombradas,pero el 16 de Agosto del mismo año lanotoria capacidad de Juan Antonio Fernán-dez decide a Ignacio Alvarez Thomas aagregarlo a la enseñanza, de signandoloentonces catedrático del mismo.Segundo Año:Fisiología, Higiene, Patología General yTerapéutica (Instituciones Médicas) Prof.

Juan A. Fernández.Tercer Año: Materia Médica. Química yBotánica: Prof. Salvio GaffarotCuarto Año: Nosografía quirúrgica: Prof.Cristóbal Martín de MontúfarQuinto Año: Nosografía Médica: ProLCosme ArgerichSexto Año: Profesores de Clínica y PartosEl Instituto Médico Militar abarcó y resolviósagazmente, en conjunto, problemas cardi-nales de la época; la enseñanza de lamedicina en el Río de la Plata y la dotaciónde cirujanos a la sanidad militar. Impidió ladesaparición de la enseñanza, reiniciándo-se los cursos médicos comenzados en ladécada anterior, que habían sido suprimi-dos en el año 1812; formó así médicos ycirujanos para los ejércitos y creó dosreglamentos que constituyen el primerantecedente de la Sanidad Militar Argenti-na.El Instituto Médico Militar enseñó de estemodo Medicina Interna hasta su teóricadesaparición por Decreto del 12 de Sep-tiembre de 1821, dejando paso al flamanteDepartamento de Medicina de la Universi-dad. Un mes antes -exactamente el 9 deAgosto de 1821- se emitía el Edicto deErección de la Universidad de BuenosAires, obra que si bien a Rivadavia no lecabe el mérito exclusivo de su creación, lotuvo sin duda alguna como impulsor pre-ponderante y sagaz.Mientras se estudiaba el nuevo Reglamen-to para el Departamento de Medicina, sesiguieron impartiendo clases con la estruc-tura anterior; es decir, Fernández seguíadictando Instituciones Médicas. El año lecti-vo 1822 se inició con los pocos alumnossobrevivientes del extinguido Instituto;recién se poblarían las aulas con la crea-ción de las "becas de gracia" que facilita-ban la afluencia de la juventud del interior aBuenos Aires.El 8 de febrero de ese año un Decretogubernamental estableció definitivamentela distribución de cargos:I para Prefecto (equivalente a Decano) del

Departamento de Medicina y Catedráticode Instituciones Médicas, al Dr. Juan A.Fernández, para la Cátedra de Institucio-nes Quirúrgicas al Dr. Cosme Argerich(Francisco) y para la de Clínica Médica yQuirúrgica al Dr. D. Francisco de PaulaRivero. I Como observamos, la parte teóri-ca de lo que hoy denominaríamos MedicinaInterna era dictada por Fernández y laPráctica por Rivero, las primeras eran ofre-cidas en la Universidad misma y las segun-das en las Salas del Hospital General deHombres (Rivero era a la sazón encargadode la Residencia). Coetaneamente, y porhaber desaparecido el Tribunal Médico delProtomedicato, el 11 de febrero de 1822(hacía siete años que solo tenía gestiónadministrativa pues con los exámenes lle-vados a cabo en 1815 había terminado sufunción docente) Fernández y los demásmiembros del Departamento (equivalente aFacultad) de Medicina tomaron a su cargolas funciones del Tribunal de Medicina (2)A pesar de los buenos auspicios la marchade la Universidad fue cada día más peno-sa. Pese a los esfuerzos de Rivadavia,entre 1822 y 1828 no se cumple obra queexceda el otorgamiento de títulos y la ense-ñanza mediocre de disciplinas, que yaentonces habían alcanzado enorme desa-rrollo, tales como la medicina y el derecho.Las cosas se complicaron aun más des-pués de la caída de Rivadavia. Casi no segraduaron médicos: la mayoría de las cola-boradores de Rivadavia se alejaron delpaís.En 1826, habiendo sido Rivadavia designa-do Presidente, se trata de reavivar la llamade la Universidad. Dentro de este esque-ma, el 3 de Mayo se reorganiza por Decre-to la Facultad de Medicina; desaparece Ins-tituciones Médicas y se crea Patología yClínica Médica, amén de que los catedráti-cos de la escuela de medicina son designa-dos al mismo tiempo médicos y cirujanosde los hospitales públicos. Tres días des-pués otro Decreto designa a J. A. Fernán-dez para catedrático de la flamante cáte-

dra, aclarándose que debía desempeñarsesimultáneamente como facultativo del Hos-pital de Mujeres.La medicina Interna pasó pues a ejercitar-se en un Hospital que había sido fundadoen una sala de 13 camas en el Colegio deNiñas Huérfanas (inaugurado en 1755 porel hermano mayor de la Hermandad de laSanta Caridad, don Francisco AlvarezCampana, quien lo puso bajo la advoca-ción de Nuestra de Nuestra Señora de losRemedios) entre los años 1766 y 1769 Ycomenzó a funcionar en 1774. El colegio yel Hospital estaban situados primitivamenteen la actual calle Bartolomé Mitre (al ladode la Iglesia de San Miguel) Posteriormen-te el Hospital había crecido por la actualcalle Esmeralda, ocupando, lo que es hoyla Plaza Roberto Arlt. Argerich fue elsegundo médico de ese Hospital (con eltiempo Hospital Rivadavia) recibiendocomo sueldo 200 pesos anuales. El prime-ro fue el Dr. Joaquín Terreros.A partir de 1833 se separa la enseñanza dela patología Interna de la clínica médica,ocupando Fernández la titularidad de estaúltima. Este cambio paso casi desapercibi-do en un clima político cada vez mas enra-recido; el 13 de Abril de 1835 Rosas llegaal poder y tan solo siete días después deasumir el cargo reorganiza la estructuradocente-asistencial separando a Argerich,Alcorta, Fonseca, Portela, Rojas, Salvado-res, Almeida y Fernández. por falta de"fidelidad y decidida adhesión a la causa dela federación".La nueva estructura volvía al orden de1826, es decir cuatro cátedras: anatomía, yfisiología - clínica y nosografía quirúrgica -clínica y nosografía médica y Materia Médi-ca, higiene y patología. La correspondientea Clínica fue asignada al Dr. Miguel Rivera-reduciéndose a cinco años el plan de estu-dios con apertura del ingreso cada dosaños. Si bien este profesional era parientedel Dictador, pues se había casado en1834 con Mercedes Rosas, sus funcionesfueron de corta duración pues fue separado

por Decreto del 1 de Agosto de 1836,subrogándolo en la cátedra Francisco dePaula Almeida (2) (Mercedes Rosas erahermana de Juan Manuel).A partir de 1837 comienza una de los perí-odos mas difíciles de la Universidad deBuenos Aires, en este año la Administra-ción no asigna partidas para escuelas,casas de expósitos, hospitales ni vacunas yun año mas tarde, en 1838, Rosas se dirigeal Rector para poner en su conocimientoque los estudiantes deberán pagar la sub-vención total de los estudios.En 1841 Francisco de Paula Almeira esdejado cesante, dictando Martín García lamateria desde esta fecha hasta 1852 (1)año de la caída de Rosas y de una nuevareorganización. El 15 de Abril de ese añoun decreto otorgaba gran autonomía a laEscuela de Medicina, tanto que en la prác-tica quedaba separada de la Universidad,quizá con el objeto de lograr una restaura-ción de los estudios más rápida que la quese podía conseguir haciéndola dependerde una organización mas trabajosa, déficity sin plazo fijo. La sexta cátedra (ClínicaMédica) fue ofrecida nuevamente a Juan A.Fernández y se creó una Comisión Rectorade la Escuela de Medicina que no depen-día de la Universidad sino directamente delMinisterio de Instrucción Pública a cargo deVicente Fidel López.Meses después se crea definitivamente laFacultad de Medicina, que aunque hasta1874 no formó parte de la Universidad,recuperó para el país la jerarquía de losestudios y la actualización de los progresoscientíficos.Fernández fue designado Presidente(Decano) ocupando coetaneamente laCátedra de Clínica Médica hasta su muerteacaecída el 24 de Septiembre de 1855.Al quedar vacante la asignatura el DoctorMartín García solicitó su permuta por la deNosología Médica, que a la sazón ocupabasin presentarse a concurso de oposición.Invocaba como antecedente el de haberladictado durante el Gobierno de Rosas "por

espacio de 15 años". El 27 de Noviembre,el Gobierno accede al pedido pero Garcíarenuncia poco tiempo después en una vio-lenta nota dirigida a la Facultad. Esta y suPresidente Muñiz enviaron a raíz de estarenuncia una carta explicativa al estado.García vuelve entonces a su primitiva Cáte-dra de Nosografía Médica, ocupando la deFernández el Profesor Suplente, Don JoséMaría Bosh, a quien poco después se lenombró Profesor Titular, previo concursodel 17 de Enero de 1856, en donde se opo-nía a los Dres Manuel Augusto Montes deOca y Silvio Gaffarot. García continúo ensu antigua Cátedra brillantemente hasta el1Q de Abrilde 1867en queporenfermedadlo reemplaza Manuel Arauz, falleciendo el 4de Mayo de 1873.En 1873 y luego de un altercado por noquerer integrar el jurado de Materia Médi-ca, renuncia Bosh y Manuel Porcel dePeralta es quién se hace cargo de la Cáte-dra a partir del 14 de Marzo de 1874, LaFacultad de Medicina, sufrirá una grantransformación, en esa fecha, el Gobiernade la Provincia, a cargo de Don ManuelAcosta dicta el nuevo Estatuto Universitariopor el cual la Facultad queda incorporado ala Universidad y dirigida por la Academiade Medicina, cambiando la denominaciónde Presidente por la de Decano, puestopara el cual fue designado el propio ManuelPorcel de Peralta.Es este docente quien en 1883, siendo aúnDecano, recibe por Ley del 30 de Junio elnuevo Hospital Buenos Aires, que adopta-ría la denominación definitiva de Hospitalde Clínicas, trasladando la Cátedra desdeel viejo Hospital de Hombres (antigua Resi-dencia) a las nuevos instalaciones.La ceremonia de entrega del nueva Hospi-tal tuvo lugar en su mismo predio el 21 deAgosto de 1883 con la asistencia del Minis-tro de Instrucción Pública Doctor EduardoWilde. Desde ese momento el Hospitaltoma el nombre de Hospital de Clínicas,ocupando la Cátedra de Clínica Médica lasSalas IV y VIII. Entre los colaboradores de

Porcel de Peralta figuraban Eufemio Uba-lIes, Ignacio Allende, Gregorio Chaves(médico auxiliar) y, como practicante, AbelAyerza, futuros titulares todos (4). EI14 deJunio de 1889, solicita su jubilación, librán-dose la cátedra a oposición, que ganaEufemio Uballes, que ya en 1887 había dic-tado el curso en ausencia de Porcel dePeralta, de quién era Jefe de Clínica, acep-ta el cargo el 27 de Agosto de 1889. Losucedio, desde el 27 de Septiembre de1897 el Doctor Abel Ayerza que gana laCátedra en oposición con Francisco Sicardiy Julio Méndez. En el ínterin se había crea-do la segunda Cátedra por Resolución del17 de febrero de 18137,Y la tercera el 29 deJulio de 1896, esta última ocupó la Sala Vdel Hospital de Clínicas, dirigida por el Doc-tor Luis Güemes (1).

CAPITULO 11

CREACION DE LA SEGUNDA CATEDRADE MEDICINA INTERNA PERIODOS DElOS PROFESORES DRES JUAN BAU-TISTA Gil Y GREGORIO CHAVESHemos referido en el capítulo anteriorcomo hacia 1887 ocupaban las cátedras dePatología Médica y de Clínica Médica losOres Manuel Arauz y Manuel Porcel dePeralta respectivamente. Si consideramosla nomenclatura de LISTA (6) correspondióal primero ser décimo Profesor de MedicinaInterna y el quinto de Patología Médica y alsegundo el undécimo de Medicina Internael séptimo de Clínica Médica.Para esa fecha ya se había planteadorepetidas veces la necesidad de contar conuna segunda cátedra de Clínica Médica.Mas precisamente, el Acta 215 del ConsejoSuperior con la asistencia de Peralta,Pando, Arauz, Mattos y Luis Montes deOca, proponía la reserva financiera corres-pondiente para el año académico 1883;

Acta NQ215"En Buenos Aires a 28 de Marzo de 1882,reunidas los Señores Profesores expresa-

dos al margen y habiéndose excusado elSecretario de no haber labrado el acta, elSr. Decano declaró abierta la sesión., Sedió lectura de una nota del Sr. Rector de laUniversidad pidiendo a la Facultad lecomunicara la modificación que crea con-veniente introducir en el presupuesto vigen-te del año 1882.No se aceptó la moción del Dr. Arauz en laque pedía se recordara al Sr. Rector quelos catedráticos habían gozado antes demejor sueldo prefiriéndose mas bien quelos Sres lo hicieran presente en el seno delConsejo al tratarse el presupuesto.Se resolvió hacer los siguientes aumentosen el presupuesto para el año 1883.Una cátedra de química farmacéuticaUna cátedra de Clínica MédicaUna cátedra de Clínica QuirúrgicaDos disectorescon 80 fuertes cada unoUn bibliotecario, bedel gral y encargado delmuseo con 60 fuertes.Un ayudante del laboratorio de histologíacon 30 fuertes.Se autorizó al Sr. Decano para dar lospasos necesarios a fin de arreglar el Anfite-atro del Hospital Buenos Aires y restauraralgunos tabiques"

Esta necesidad se basa en el constanteaumento de la capacidad de alumnos, peropor explicables problemas presupuestariosno se pudo proveer hasta el 17 de febrerode 1887, es decir cinco años después.Una vez efectivizada la creación de lanueva unidad, el Decanato elevó al Conse-jo Superior de la Universidad la ternacorrespondiente. En este caso conformadapor Juan Bautista Gil, Eufemio Uballes yJosé Penna. Este Organismo aceptó lasprioridades y presentó al Gobierno la Reso-lución final, favorable a Gil, que fue acepta-da y promulgada por Decreto del 24 deFebrero de ese año.El nuevo titular era de origen cordobés yhabía ingresado a la Facultad de Medicinaen 1867 con fama de excelente alumno silo juzgamos por la siguiente documenta-

ción presentada en esa oportunidad (B-CD)

"Juan B. Gil estudiante de esta universidadante Ud. con el debido respeto me presen-to y expongo; que necesitado de los certifi-cados generales de estudios preparatoriosque tengo debe tener como consta en loslibros de esa Secretaría con el objeto deingresar al estudio de medicina a VS pido ysuplico se sirva proveer lo necesario paraque dichos certificados me sean entrega-dos - GIL"Expidanse por Secretaría los certificadosque se solicitan - GUTIERREZEl infrascripto Secretario de la Universidaden vista del Decreto Rectorial que precedecertifica; que en virtud de haber Don JuanBautista Gil presentado certificados de laUniversidad de Córdoba que acreditanhaber cursado y rendido examen de Latín,Filosofía, Francés y Matemáticas primeraño, se le admitió en esta Universidad alestudio de segundo año de esta asignatu-ra, primer año de química y física experi-mental, rindiendo examen de Física y pri-mer año de Química en dos de Diciembrede 1865 y de Matemáticas segundo año enMarzo 8 de 1866, obteniendo en todas lasmencionadas asignaturas el voto de DIS-TINGUIDO, certifica igualmente que 1866,cursó y rindió exámenes de segundo añode Química en Diciembre 11 del mismoaño en el que obtuvo la clasificación deDISTINGUIDO POR UNANIMIDAD todosegún consta del legajo de solicitudes, cer-tificados y libros de exámenes se hallanarchivados en esta Secretaría a su cargo ya los que se remite en caso necesario"Buenos Aires a 28 de Febrero de 1867

Durante su carrera y primeros años de gra-duación tuvo oportunidad de demostrarabnegada actuación en la guerra del Para-guay, y en la represión de sublevación deLópez Jordán en Entre Ríos, como así tam-bién durante las epidemias de fiebre amari-lla en Buenos Aires y de Cólera en Mendo-za (7). A estas virtudes sumaba un marca-

do desinterés en favor de la institucióndocente, como lo demuestra una nota queenvió desde Florencia al Decano ManuelPorcel de Peralta el 17 de Mayo de 1876(E)

"Habiendo llegado a mi conocimiento lastirantes circunstancias financieras porqueatraviesa el país y la Facultad en estosmomentos, hago saber al Sr. Decano querenuncio desde la fecha la subvención queaquella se dignó generosamente acordar-me, correspondiente a los sueldos renun-ciados por el Dr. Larrosa en favor de dichacorporación"

Hacia1881teníaa su cargoalumnosde 4Q

y 5Qaño de Medicina (F) en el Hospital deClínicas, comportándose en la prácticacomo suplente de Porcel de Peralta desde1876. Para esa época el nuevo plan adop-tado por el acta 177 del 24 de febrero de1880 estableció cinco años de dos semes-tres cada uno. Clínica Médica aparecía encuarto año junto a Higiene, Oftalmología,clínica quirúrgica y oftalmología y anatomíapatológica, y en quinto año junto a Medici-na Legal, toxicología, clínica quirúrgica yoperaciones, partos, ejercicios de anatomíapatología y ginecologíaEsta actividad, sumada a sus condicioneacadémicas, le valieron la titularidad de laflamante Segunda Cátedra de ClínicaMédica, puesto que acepta ante el DecanoPedro A. Pardo el 7 de Marzo de 1887,nombrando coetaneamente a AlfredoLagarde como Jefe de Clínica (G); se leotorgó la sala octava del Hospital de Clíni-cas, que como hemos analizado formabaparte de las dos asignadas a Porcel dePeralta (6).

"He recibido la nota de Sr. Decano confecha 2 de Marzo por la que me comunicaque previa aprobación de los temas que lafacultad formo para la provisión de las cáte-dras nuevamente creadas, el ConsejoSuperior de la Universidad los presentó al

Gobierno de la Nación y que éste pordecreto fecha 24 del próximo pasado meha nombrado para desempeñar la de Clíni-ca Médica, / Al poner en conocimiento delSr. Decano que acepto el cargo que se meha confiado, agradezco los benévolos con-ceptos que tal motivo me dispensa! Comu-nico así mismo y por su intermedio a laFacultad que presento como Jefe de Clíni-ca Médica al Sr. Don Alfredo Lagarde soli-citando desde ya su aprobación para hacerefectivo dicho nombramiento"

A pesar de su vocación y condiciones elProfesor Gil no pudo en la práctica desem-peñar sus funcion~s. A partir del año aca-démico siguiente (1888) comenzó a solici-tar licencias más o menos prolongadas queeran cubiertas por su sustituto y futuro con-tinuador, el Dr. Gregorio N. Chaves (H). Laprimera de ellas corresponde al 11 deAgosto:

"Tengo el honor de dirigirme al SeñorDecano solicitando una licencia de quincedías en el desempeño de la cátedra de Clí-nica Médica que tengo el honor de desem-peñar/ Encontrándose el sustituto, DoctorChaves, dispuesto a reemplazarme ruegoal Señor Decano se sirva impartir las órde-nes conducentes"

La segunda del 11 de Junio de 1889, es demayor duración y se acompaña de la pérdi-da del goce de sueldo (1)

"Pongo en conocimiento del Señor Decanoque el Consejo Superior, en su sesión deayer, concedió licencia por el término detres meses, a contar desde el 11 del pasa-do y sin goce de sueldo al catedrático deClínica Médica en la Facultad que preside,Dr. Juan B. Gil"

La tercera dirigida por el Secretario Dr.Leopoldo Basavilbaso al Decano MauricioGonzález Catán con fecha 2 de Mayo de1890 denota los inconvenientes y el disgus-

to que provocaban en el Consejo Superior(J):

"Pongo en conocimiento del Sr. Decanoque el Consejo Superior en su sesión deayer ha resuelto acordar licencia, sin gocede sueldo, por el presente año escolar ypor última vez, al catedrático de ClínicaMédica Dr. Don Juan B. Gil"

Por último se le acuerda otro permisoextraordinario por el año escolar 1891 (K)con lo cual hacía más de dos años que nodictaba clase y era sustituído por Chaves.Ante este estado de cosas Gil ofrece surenuncia el 15 de Marzo de 1892, la mismale es aceptada e informada al Decano el 19por Bidane y Basalvilbaso (L):

"pongo en conocimiento del señor Decanoque con fecha 15 del corriente ha sidoaceptada la renuncia presentada por el Dr.D. Juan B. Gil al puesto de catedrático titu-lar de Clínica Médica"

En Julio de 1892 se designa Profesor Titu-lar a Gregorio N. Chaves quien al decir dePassanante (7) había sido en rigor el profe-sor inicial de la Segunda Cátedra -habidacuenta de las continuas licencias de GiI-integrando junto a Ayerza, Güemes y Sicar-di el grupo de los grandes clínicos con quecontó nuestra medicina en las postrimeríasdel siglo pasado y en los comienzos <;Ielpresente.Había nacido en la Rioja en 1861 y seincorporó al Colegio Nacional de San Juanen Marzo de 1873 (Al), del que egresó seisaños después luego de cursar un Plan deestudios realmente sorprendente para esaépoca (B1). Enviado a Buenos Aires solici-ta el 29 de Marzo de 1879 su ingreso aMdicina (C1).

Gregorio Chaves, ex estudiante del ColegioNacional de San Juan ante Ud. respetuosa-mente expone: Que habiendo terminadosus estudios preparatorios en dicho Cole-

gio según lo manifiestan los certificadosdebidamente legalizados que acompaño, ydeseando ingresar como estudiante a laFacultad de Medicina, a Ud. pido ordenarse me extienda la matrícula que solicito

En Octubre de ese mismo año solicitó yobtuvo del Decano Manuel Porcel de Peral-ta un puesto de bibliotecario en la Facultadpor quinientos pesos mensuales. Su situa-ción económica era difícil pero aun asítiene el prurito de no expresarla directa-mente al Decano:lIas causas que me obligan a dar este pasoson poderosas, mas no molestaré la aten-ción del Sr. Decano enumerándolas I (D1).En 1884 se matricula en el último año de lacarrera (E1) Y el año siguiente solicita ren-dir los tres términos del examen general degraduación correspondiente (F1). Durantesus estudios fue el alumno mas destacadode la promoción (7) confirmándolo así susexámenes finales de graduación a estar dela nota del 24 de Noviembre de 1885 envia-da por el Secretario del Decano Pedro A.Pardo (G1).

I Me es grato comunicarle a Ud. que elConsejo Superior ha tomado en considera-ción en sesión de fecha catorce del corrien-te la solicitud del Dr. D. G. N. Chaves y haresuelto exonerar a este del pago de losderechos correspondientes a los tres térmi-nos del examen general y del examen detesis, no obstante estar derogada ordenan-za de 12 de Julio de 1884, en atención aque según el informe de esa Faculta, el Dr.Chaves había obtenido en todos sus exá-menes la nota sobresaliente"

Su informe de tesis fue l"Estudio sobre lacianosis"l aunque ya como practicantehabía publicado varios trabajos en los Ana-les del Círculo Médico Argentino, talescomo"Fracturas del cuello femoral" (1883),"Flemón perinefrítico" (1883-84) "Cornadaen el periné" (1883-84) y "Abceso hepático"

(1886)Rápidamente se incorporó a la docencia, el7 de Mayo de 1887 ya era Jefe de Clínicade Uballes, solicitando al Decano el 20 deMayo de 1888 "ser inscripto en primeralínea en el concurso que obra para sacar elpuesto suplente de la Cátedra de ClínicaMédica" recientemente creada (H1). En esemismo año se desempeñaba como Jefe deClínica de Gil en la Sala VIII del Hospital deClínicas y era en ella el verdadero encarga-do de la docencia, a tal punto que debíapedir licencia si se ausentaba. Hacia 1890comenzó a padecer trastornos pulmonaresque lo obligaron a viajar hacia las provin-cias del norte, y que serían las causantesde su prematura muerte (11)Dice Passanante que "para esa época eraun hombre de regular talla, barba rubiarecortada en un punto, ojos claros y melan-cólica expresión; de andar y hablar despa-ciosos, con cierta tonada vernácula, teníaun espíritu observador, fino y perspicaz" yagrega su alumno Aráoz Alfaro" era regulary metódico, sin prisa, al paso lento, firme ysostenido con que el arriero andino estáseguro de llevar su mula al fin del largoviaje, sin entusiasmos excesivos ni ímpetuspeligrosos, sereno, reflexivo. Demasiadolento y reflexivo nos parecía a veces a losestudiantes de la sala VIII cuando pasabadías sin formular diagnosticas"(4-7). Había casado para esa época conRosario de Iriarte (Z1)Observador analítico del cuadro clínico, nopostulaba su diagnóstico hasta haber llega-do, al punto de reclamar al Decano unhorario conveniente para éstas a fin de per-mitir su aprovechamiento docente (J1).Escribía en Julio de 1890:

"Me apresuro a poner en conocimiento deUd. lo siguiente: que las autopsias corres-pondientes a mi servicio se practican a unahora a que ni los alumnos de clínica ni yo,podemos, por consiguiente asistir. De ahíresulta que no podemos confirmar los deta-lles de nuestros diagnósticos, lo que es tan

necesario para la enseñanza. Por estasrazones pido al Sr. Decano se sirva dispo-ner que dichas autopsias se hagan a lahora de la clase, en mi presencia y en la delos alumnos"

Para ese mismo año era propuesto comojurado en concursos internos de la Facultad(K1) Y en 1891, sabiendo las autoridadesde la inminente renuncia de Gil, se le ofre-ce un virtual interinato de la Segunda Cáte-dra pero con obligación de trasladarse alHospital San Roque. Esto provoca la airadareacción de Cháves en una nota fechado el10 de Abril (L1) Y dirigida a Mauricio Gon-zález Catán:

"He recibido su nota fecha 9 del presenteen que me comunica haber sido designadopor la Facultad para continuar dictando elCurso de Clínica Médica de que es titular elDr. J. B. Gil, Y al mismo tiempo que debeser dictado en la sala NQ2 del Hospital SanRoque/ Esta ultima parte de la resoluciónme ha causado una triste impresión y mepermito hacer a la Facultad por su interme-dio algunas observaciones al respecto quelas creo muy atendibles y no dudo les darála importancia que ellas encierran/ Haceonce años, Sr. Decano, a contar desde elaño 1880, que presto mis servicios en elHospital de Clínicas, como practicantemenor, como practicante mayor, como Jefede Clínica Médica y como suplente en ejer-cicio de la misma asignatura! He obtenidotodos estos cargos por oposición y siemprepor unanimidad; ha dictado por dos añosconsecutivos y éste será el tercero, elcurso de Clínica Médica con entera satis-facción de la Facultad, y puedo decir,dejando de lado la modestia, que he forma-do ya lo que se llama alumnos/ Cuandoobtuve en Concurso la sustitución de laCátedra a que pertenezco, el Jurado medesignó por unanimidad; y más me deparóel derecho de elegir de cual de las doscátedras quería ser suplente; y elegí la queregenteaba el Dr. J. D. Gil creyendo que

ella nunca saldría del recinto del Hospitalde Clínicas/ Por todas estas razones, yotras que voy a agregar creo ser acreedora alguna consideración de parte de losmiembros que componen la Facultad ypoder pedir se me deje seguir dictando elcurso, en el local, en el medio y en laatmósfera, donde he hecho mi vida científi-ca hasta ahora! A más Sr. Decano, en elservicio que tengo a mi cargo, he propendi-do a la formación de un laboratorio, que yaprestó a la enseñanza sus señalados servi-cios al que contribuído con medios pecu-niarios y con útiles de valor, entre los quefiguran un microscopio de RECHERT degran modelo y de primera calidad, adquiri-do por mí en Europa.Si entre los motivos que la Facultad hatenido para tomar este resolución, figura elde dar mayor número de enfermos a cadaservicio, puedo advertir que las cincuentacamas de que dispone el pabellón queocupa el Dr. Uballes y yo están a la dispo-sición de cada uno de nosotros. Cuandolos hazares de la clínica así lo requirieran,dada la armonía y buena amistad que nosune con el Dr. Uballes/ También hay otrosservicios anexos a cátedras puramente teó-ricas, y uno de Clínica Oftalmológica, quedispone de cincuenta camas, cuando sumayor material de práctica lo componen elConsultorio externo, y hay casi siempreuna sola ocupada por enfermos crónicos eincurables, que vegetan eternamente en elservicio sin reportar beneficio ninguno a laenseñanza! Sé que la sala NQ2del HospitalSan Roque, es la que tiene hoy el Dr. JulioMéndez, y que pidió a la Municipalidadhacer su servicio gratuitamente, lo que hasidoconcedido/Comoes sustitutode Clíni- .

ca Médica también, puede la Facultad adju-dicarle el Servicio (Cátedra) y tambiénpuede dictar un Curso libre si así se creye-se conveniente/ Yo puedo dictar mi clase acualquier hora, que no altere el horario, ydesde luego sé, que los alumnos de 5Qañotienen libre la hora 10 3/4 a 11 3/4 loslunes, miércoles y viernes en el Hospital de

Clínicas,! Vuelvo a repetir que pido a Ud. ypor su intermedio a la Facultad deje sinefecto la resolución a que aludo, para paradejarme en el Centro y local de estudiodonde me he criado, donde no estorbo,donde podré a la vejes ser útil a la ense-ñanza, porque podré desplegar toda la acti-vidad y celo de que soy capaz encontrán-dome en el medio que me es habitual yquerido"

Al parecer esta Resolución apuntaba anombrar más adelante como Titular a Mén-dez, suponiendo la renuncia por imposibili-dad de cambio de Chaves; esto volvería aprovocar serios problemas, como señalare-mos al tratar la sucesión de este último. LaFacultad en fin resolvió dejar las cosascomo estaban, Chávez en la 2QCátedra yMéndez como Docente Libre en el SanRoque (actual Ramos Mejía).En el año académico es nombrado titular(14 de Mayo de 1892-21), empeñandosede allí en más, en mejorar el laboratorioanexo a la Cátedra.(M1-N1) y ampliar el servicio de internación(26 camas) con la inauguración de una salade mujeres.Esta última sugerencia estaba basada enoptimizar los trabajos prácticos, expresan-do: "los alumnos al terminar su curso van ahacer en su práctica particular el aprendi-zaje de cuestiones elementales que debie-ran haber hecho en la escuela" (01). A dife-rencia de su antecesor se dedicaba a ladocencia de lleno a tal punto que recién en1899 solicitó una licencia de tres días en eldictado de su asignatura (P1).Tuvo como Jefe de Clínica al Dr. IgnacioAllende y como colaboradores a NicolásRamallo y Carlos H. Diana, el primero delos cuales lo habría de suceder (01). Poresa época ya había publicado varios traba-jos generalmente de los temas de mayoratracción en la última década del siglo XIX,en la mayoría de ellos predomina la casuís-tica. Así dice "A propósito de un caso de...Sobre un caso de... Algo acerca de un caso

de oo." No hay en ellos nunca doctrina niexcesivo rigor crítico, pero son, todos, estu-dios ilustrativos, seguidos ahincadamentecon fines de enseñanza y donde se entrevela observación perspicaz y agotadora de unespíritu predispuesto al debate, porque,disconforme con su propia solución, espe-raba que se abriera un nuevo haz de luzpara describir otras verdades.Así contamos; Anemia cerebral con para-plejía (en col. con G. Aráoz Alfaro-1892)Endocarditis ulcerosa (1894) Enfermedadde Basedow (1894) Leucemia (1894) Nefri-tis (1894) Dilatación del estómago (1895)(AA1).Fue nombrado en 1899 miembro de la Aca-demia Nacional de Medicina, que a lasazón dirigía la facultad (R1), a la queingresó con un ensayo sobre "Herencia,contagio, profilaxis y tratamiento de latuberculosis pulmonar" (AA1).Arce, que fue su practicante varios meseslo describe así en sus memorias; "me pare-ce verle al lado de un enfermo, cubiertocon una blusa de hilo, de color más bienhoja muerta que blanco, la rodilla en fle-xión, el pie apoyado en el larguero de hie-rro de la cama. disertando sobre enferme-dad y después examinando al paciente yhecho el diagnóstico, con dulzura y con lafamiliaridad de un hombre que preocupabatransmitir a sus oyentes sus vistas perso-nales acerca del caso clínico que tenía pordelante. Pero súbitamente se erguía, accio-naba con la mano derecha, miraba alterna-tivamente al enfermo y a sus oyentes yparecía esforzarse por ser cada vez másclaro y mas demostrativo, mientras se dete-nía, para luego recomenzar con más flui-dez, siempre con brillo, una exposición quemantenían en suspenso a quienes le escu-chaban"Tenía predilección por las afecciones delaparato respiratorio y sus conocimiento entisiología lo convirtieron en una autorida-des tal materia.Un rasgo de su espíritu, la bondad, serefleja en esta anécdota relatada por Enri-

que Prins.Los alumnos estaban intrigados por uncaso clínico cuyo diagnóstico se aplazabaconstantemente. Cuando el Maestro Chá-ves enfrentaba la cama correspondiente,se limitaba a sonreír y seguía adelante.Después un mes, aquel paciente que habíaingresado esquelético, fue dado de alta conmuchos más kilogramos de peso. Los estu-diantes seguían extrañados por la falta dediagnóstico hasta PRINS se atrevió a pre-guntarle a Cháves, quién le contesto pal-meándolo en el hombro; "Pobre riojanito;no tenía que comer y se volvió a su terruñocon diez kilos de más"(7}.

Fue admirado, respetado y querido por susdiscípulos, a los que brindo su amistad y suconfianza, y contribuyó a formarlos comoclínico, siendo considerado no solo comoun maestro sino como benefactor (5), pre-paraba sus clases con notoria probidad ygustaba del diálogo de la interrogación, desuscitar cuestiones para crear entre losalumnos el hábito de pensar, de trabajar,de asumir responsabilidad.Hacia Mayo de 1905 Cháves tuvo una rea-gravación de su enfermedad pulmanar cró-nica (S1) ya partir de esa fecha se alejó delos asuntos universitarios (T1-U1). El 6 deSeptiembre de 1905 a los 44 años luego deabrir el período y ver el retrato de su amigo,Miguel Cané, el célebre autor de Juveniliaque acababa de fallecer (7) - abandonóeste mundo, donde había sido admirado,respetado, respetado y querido por sus dis-cípulos a los que brindó su amistad y suconfianza, contribuyó a formarlos como clí-nicos, sie.ndo considerado solo como unmaestro sino como un benefactor (5).Fue despedido por tres voces de significati-va jerarquía que dijeron expresivamentecuanto importaba la muerte de Chávespara la medicina argentina. La voz juvenilde Julio Iribarne, uno de los promotores delmovimiento que determinó la primera refor-ma universitaria. La voz de Gregario AráozAlfaro, sabio ilustre, colaborador de Chá-

ves, interprete de su generación, y la vozvenerable de Francisco Sicardi, mensajerode los que enseñaron a Chávez y veíanprolongarse en él las mejores virtudes denuestra ciencia médica, "era observador ytranquilo. Era poderoso analista. Usabatodos los medios científicos para interpretarel enfermo, esa esfinge llena de enigmasmisteriosos. Y cuando su mente estabasatisfecha, reunía los fragmento y arquitec-turaba la síntesis. El diagnóstico estabahecho, luego, se entregaba a su filosofía ylas obscuras patogenias, tesorero, casi vio-lento, a veces sectario, con toda la férreaprepotencia de los convecidos, y cuandoerraba alguna vez, fue sincero y fervorososiempre. Y sus lecciones eran claras, razo-nables, incisivas, y su capacidad de per-suadir profunda y dotada de admirablestransparencias".Quedó perpetuado en el busto escultóricoque actualmente se halla en el Hospital deClínicas y que a la fecha de su fallecimien-to estaba ubicado frente a su vieja sala VIII.Fue el último recuerdo que la Comisión deHomenaje que en 1909, y bajo la Secreta-ría de C. H. Diana, lo honró póstumamente.El 3 de Abril una nota dirigida al DecanoEliseo Cantón expreba (VI);

"En nombre de la Comisión "Homenaje alDr. Gregario N. Chaves" que tengo elhonor de presidir, y hallándose ya ennuestro poder el busto destinado a honrarla memoria del distinguido maestro cuyainteligencia y dedicación llevaron la ense-ñanza de la Clínica Médica en nuestraEscuela, vengo a solicitar de ese Honora-ble Consejo la autorización correspon-diente para colocar el expresado busto enlos jardines del Hospital de Clínicas y ensitio próximo a la Sala VIII, teatro de labrillante actuación del extinto catedráticoy desde donde podrá seguir recordando alas generaciones estudiosas el caminopor donde se llega, mediante la perseve-rancia y el estudio, a ser útil a la patria y así propio"

El 13 de Mayo el Consejo Superior decidióemplazar el busto definitivamente al frentede la Sala, junto al Dr. M. Castro (W1),gesto que fue resistido por la Comisión queinsistía en hacerla en los jardines (X1).Finalmente fue inaugurado el 6 de Sep-tiembre de 1909 a las 11 de la mañana conasistencia de todo el claustro docente yVicedecano en ejercicio Dr. Bazterrica (Y1)A guisa de colofón digamos que 42 añosdespués Nicolás Romano decía de él:"nodejó libros trascendentes, pero si el ecoperdurable de sus eximias condicionespedagógicas, de su acrisolada virtud y desu amor a las ideas. Es decir, la herenciafecunda que dejan siempre los auténticosmaestros" (AA1).

CAPITULO 11I

PERIODO DE LOS PROFESORESALLENDE Y BULLRICHFallecido Chaves, le sucedió en la Cátedrasu Jefe de Clínica y Profesor Suplente, Dr.Ignacio Allende, quien había nacido enCórdoba en 1859, descendiente de guerre-ros y universitarios, cursando estudiossecundarios en el Colegio Nacional deMonserrat, entre 1872 y 1878 (A2).En Marzo de 1879 solicita su ingreso en laFacultad de Medicina (B2) y en Septiembrede 1883 es nombrado por concurso de cla-sificaciones practicante menor interno delHospital de Clínicas, revistando en los ser~vicios de Clínica de los Ores. Porcel dePeralta, Aguirre Y Uballes (C2). Dos añosdespués concluye sus estudios con su tra-bajo de tesis sobre" Hemoptisis" (F2) y el1ro. de Septiembre de 1892 recibe su pri-mer nombramiento de Jefe de Clínica en laSegunda Cátedra de Clínica Médica, dirigi-da por Chaves, siendo el primero de unaterna integrada por Nicolás Ramallo y Artu-ro Billinghurst (02). Desde el 13 de Mayode 1897 (LL2) a Septiembre de 1904 esnombrado Profesor Suplente, comenzandoa dictar los cursos libres reglamentarios,según se desprende de la nota dirigida al

Decano Uballes (E2);"Pongo en conocimiento de Ud. que vayadar principio al pequeño curso clínico a queobliga el nuevo reglamento a los sustitutos.Él tendrá lugar, por autorización del Prof.Titular en la Sala 8Qlos mismos días, a lamisma hora y con una parte de los alumnosdel curso oficial"

Por esa época publica varios trabajos,entre los que se cuentan; Carcinosis Febril,Piopericardios y Esclerosis Dorsal Progre-siva, postulándose en Septiembre de 1905para el cargo de Profesor Titular a travésde una comunicación en la que expresa(F2);"En 1892 el Prof. Chaves me llevo a sulado como Jefe de Clínica. En 1897 obtuvopor concurso la suplencia correspondientea su Cátedra y a su clínica. Desde enton-ces no abandoné un solo instante al Profe-

. sor y Jefe...publicando algunos trabajosaparecidos en diversas revistas... sinmayor valor, en verdad - no así el volumi-noso archivo de la Sala 8a. cuyos miles dehistorias hechas personalmente, completasla primera como la última dentro del méto-do riguroso de una sincera interpretaciónmédica, clasificadas y sintetizadas con ver-dad como la característica invariable delServicio y de la Cátedra. Este es mi bagajecientífico, la documentación fehaciente demi dedicación y competencia que, si acasorequiriera la sanción profesional, la ofrezcoen veinte años de práctica civil seria yhonesta.He compartido también la enseñanza oficialen el último tercio del año escolar próximopasado dictando dos meses de clases a lamitad del curso y el corriente año, fuera delas primeras lecciones de Profesor, he teni-do y tengo a mi cargo la enseñanza en elServicio de la Cátedra.Señor Decano; diez y sfete años de actua-ción médica y docente en el Servicio deClínica Médica de la Sala 8Qdel Hospital deClínicas, vinculado a su honrosa tradición,en cuyo ambiente científico me he formado

como médico, estudiante y Profesor, pru-dente pero constante e invariable en lalabor del maestro amigo, son títulos queme autorizan a solicitar la Cátedra paracontinuar con decidido afán en el ejemplodel querido y malogrado compañero que lohonró con su austeridad y saber"

La terna reglamentaria constituída porAllende, Ricardo Colón y Patricio Flemmingdió lugar a una serie de crisis en la Facul-tad de Medicina, por haber sido excluído deella el Dr. Julio Mendez. Varios Profesores,algunos de relevante actuación políticaposterior como Juan B. Justo y NicolásRepetto, firmaron una nota de disconformi-dad, que la Facultad consideró un acto deindisciplina, sancionándolos con la separa-ción de sus cargos. Este incidente seguidode huelgas y desórdenes, tuvo una impor-tante consecuencia, pues poco después, laAcademia de Medicina que gobernaba laFacultad perdió esta prerrogativa (7).

El 31 de Octubre de 1905 un Decreto delPoder Ejecutivo nombró a Allende Titularde la Segunda Cátedra (G2) continuandolas clases en la Sala VIII de Hospital de Clí-nicas. Dice Passanante "Bullrich que fue suamigo y concurría a su servicio lo pinta así;bajo, delgado pausado en el andar, coloca-do el sobretodo sobre los hombros comouna capa castellana, recogió hacia adelan-te por sus manos finas y huesudas, elchambergo un tanto de artista sobre sumelena lacia y canosa; pálido, con su carallena de carácter, hecha a brochazos declaroscuro como un retrato de Rembrandt,pero suavizándola, embelleciéndola hastael ideal, la mirada triste de sus ojos claros,rememorando añoranzas de la vieja Córdo-ba señoril, mística y docta que fuera y es lamás celosa custodia de las tradicionesargentinas". Allende no fue solo médico,sino también artista y poeta. Temperamen-to soñador, clínico intuitivo, era en sus lec-ciones un expositor brillante, que enseñabadeleitando, con verbo rico en color y en

imágenes. D~scribía los detalles de laenfermedad .con claridad, precisión y ele-gancia e introducía alguna amena anécdo-ta circunstancial o una oportuna referencialiteraria. De su afición a las musas quedócomo ejemplo un poema en prosa titulado"Cisco de Retama" (7), en el que relata suinfancia provinciana, y "Reflejos" (6) dedi-cado a su hijo Carlos (había casado conMaría Iriarte - S2), a la sazón practicanteen el Hospital San Roque (K2).José W. Tobías que fue su practicantemayor, luego colaborador y más tarde Pro-fesor, manifiesta que "Allende perteneció auna época de oro para la medicina clínicamédica argentina. Con Güemes, Ayerza ySicardi enseñó clínica médica a la manerade los brillantes profesores de la escuelafrancesa de aquellos tiempos. Fue porexcelencia, el clínico de viejo cuño, denotoria capacidad intuitiva, de talento y arteclínico al par que ameno y brillante exposi-tor por su extraordinaria agilidad mental, no.tenía mayor preocupación por divulgar losúltimos conocimientos que condensabanlos progresos de la medicina científica,salvo aquellos que tuvieran relación directacon el enfermo. Era más eficiente con sutalento clínico que otros maestros o docen-tes de gran erudición. Superaba su grancapacidad de clínico a su capacidad pro-piamente científica y de ahí que haya for-mado médicos prácticos (4).Brindaba sus conferencias o "visitas deenfermos" los días martes, jueves y sába-dos (H2) y en 1913 incorpora a su servicioa una figura que había de ser un alto expo-nente de la medicina argentina; MarianoCastex y la no menos importante de JoséDestéfano, luego destacados profesor (12);

"Tengo el honor de elevar la terna paraJefatura de Clínica, por el año escolar del1913; Nrol - Dr.MarianoR.CastexNr02 - Dr. Alfredo VitonNro3 - Dr. Julio Navarro MalbránHaciendo constar que el Dr. Castex meacompaña desde hoy en el servicio. Cum-

plo también con el grato deber de poner demanifiesto ante la Facultad los servicios delDr. José Destéfano, que me acompañó taneficazmente, con su competencia, laborio-sidad y corrección exquisita".

Castex se ocuparía especialmente de la clí-nica neurológica, tal como se desprende deuna nota de fines de ese año (J2), en laque se certifican 22 clases sobre ese tema.Tres años después nombra Jefe de Clínicaa Jose J. Berterini, apareciendo en la ternaTulio Martini, titular de la segunda Cátedraentre 1947 y 1955 (L2) Castex ya lo reem-plaza en sus licencias por enfermedad,convirtiéndose en su virtual suplente (M2).En 1917 es nombrado Consejero de laFacultad (N2) y escoge para los nuevoscargos docentes a los siguientes profesio-nales Adscripto y Jefe de Trabajos Prácti-cos, a los Doctores Miguel Lembete y JoséDestéfano. Este último sería luego reem-plazado por el referido Tulio Martini, figu-rando en las ternas Rafael Sammartino.Hacia 1920 la cátedra contaba con un equi-po docente realmente magistral; Jefe deClínica Alberto Lacroze Gowland, Jefe deTrabajos Prácticos: Tulio Martini y ayudan-tes o médicos agregados José Destéfano,José W. Tobías, José Berterini, RafaelSammartino y Santiago Costa (2).Meses después Tobías ejercía la Jefaturade Clínica y Martini la de Trabajos Prácti-cos (P2), a la sazón el servicio contaba con-34 camas y un-consultorio externo, provis-to con cuatro médicos agregados, losDres.Gastelú, Rosenzvit, Bassi y PasqualisPoliti.Hacia el comienzo de 1923 la salud deAllende comenzó a resentirse. En unacarta fechada en Córdoba el 27 de Febreroavisa a la Facultad y a la Academia- de laque había sido nombrado miembro- sobrela imposibilidad de regresar para la asis-tencia a los exámenes de Marzo, nombran-do por carta a Costa como Jefe de Clínicay a Tobías como Jefe de Trabajos Prácti-cos (P2).

La agravación del cuadro lo llevó a tramitarsu retiro voluntario (20 de Marzo - V2) porintermedio de su hijo y el Decano (02).Lamentablemente no llegó a usufructuario,el 21 de Mayo de 1923, luego de prestar ala Facultad tan importantes y señaladosservicios, fallece en Buenos Aires, a dondese había trasladado, buscando una cura yaimposible.El Decanato nombró al Consejero José F.Molinari y a los Profesores Dres. MarianoR. Castex, Rafael Bullrich, Juan R. Goyenay Santiago M. Costa para que, constituidosen comisión, representaran a la Escuela deMedicina en el velatorio de sus restos. ElConsejero Juan Jacobo Spangenberg hizouso de la palabra en el momento del sepe-lio y se denominó "Prof. Ignacio Allende" laSala VIII del Hospital de Clínicas (R2).Un año después la Comisión de Homenaje,representada por Castex, sufragó un bustoescultórico, que se remplazó primero frentea la Sala de su nombre y luego en uno delos nuevos canteros de Hospital (1933 -T2). En el momento de su descubrimiento,9 de Noviembre de 1942, hicieron uso de lapalabra Castex y Sicardi; el primero dijo:"fue una vida que supo ofrendarse integra-mente, noblemente, era una alma austerallena de admirable armonía, tal vez dema-siada alma para tan febril urdimbre"Al fallecer el Dr. Allende se cerraba el ciclode conspicuos internistas que habían nutri-do sus conocimientos médicos en la fre-cuentación de los grandes maestros fran-ceses de aquella época; Trousseau, Char-cot, Peter, Jaccoud, Lanceroux,Dieulofoy, Huchard, clínicos geniales,observadores agudos y profundos, quenarraban los cuadros morbosos con unanitidez y una belleza de expresión insupe-rables. Esta influencia de la escuela fran-cesa sobre nuestros grandes médicossiguió predominando a través de la perso-nalidad del Dr. Rafael Augusto Bullrich(Augusto Adolfo Rafael Eliseo), reempla-zante de Allende al frente de la SegundaCátedra (7).

Nació el14 de Junio de 1877, descendien-te lejano de una familia de farmacéuticosde Hamburgo (8). Luego de revalidar subachillerato que había comenzado en Fran-cia (Liceo Janson de Sailly) cursó primeroestudios de farmacia, tarea ésta que le per-mitió sufragar la carrera de Medicina üuntoa su trabajo en una comisaría). En Marzode 1898 solicita al Decano Enrique del Arcasu ingreso como alumno regular del ciclobásico de Medicina a las Cátedras de Ana-tomía General e Histología, habiendo rendi-do las demás como alumno de Farmacia(A3). Por esa época es Ayudante honorarioy luego extraordinario y rentado del Labora-torio Bacteriológico de la Casa Central dela Asistencia Pública, puesto que abandonórecién hacia su graduación en Agosto de1904 ( se diplomó de farmacéutico en1899).Desde 1900 a 1902 fue practicante externoen el Servicio del Prof. Dr. Enrique delArca, Hospital Rivadavia, y desde Agostode 1904 a Mayo de 1905, médico agregadodel servicio del Dr. José A. Ayerza en elmismo Hospital.En Marzo de 1904 presenta su plan deTesis al Decano Uballes, en estos términos(B3):

"El trabajo ha sido hecho en el laboratoriode la Asistencia Pública bajo la direccióndel Doctor José Badía, se titula" Las aguascorrientes de Buenos Aires" y se divide enlos siguientes capítulos; INTRODUC-CION/el agua en general -concepto bacte-riológico y químico del agua potable- fren-tes de agua- contaminación y autopurifica-ción de las aguas/ Capítulo I - Estudio bac-teriológico del agua - exámenes cuantitati-vos - su técnica - exámenes c - Investiga-ción de las bacterias patógenas anaerobias- B. de Eberth, Coli, etc. su técnica bacte-rias patógenas anaerobias.l Capítulo II - Laprovisión del agua en Buenos Aires - Histo-ria - Descripción de las obras actuales deprovisión y distribución de las obras actua-les de provisión y distribución de aguas

corrientes - Diversos procedimientos depurificación empleados/ Capítulo 111- El Ríode la Plata - condición de sus aguas bajo elpunto de vista químico y bacteriológico -contaminación de sus aguas, sus causasautopurificación / Capítulo IV - purificacióny filtración de las aguas del Río de la Plata- exámenes bacteriológico en las diversassecciones de las obras. / Capítulo V - Elagua filtrada exámenes cuantitativos exá-menes cualitativos - Investigaciones debacterias patógenas aerobias y anaerobias/Capítulo VI - Provisión de agua en losbarrios que carecen de aguas corrientesdel Río de la Plata - Estudio comparativocon otras Ciudades de Europa y América!Conclusiones.

Su padrino era el Académico Enrique delArca y fue aprobada en Junio de 1904. Ennoviembre es nombrado Jefe interino de laAdministración de Vacuna y al año siguien-te Inspector Sanitario Interino. Ya egresadoingresó en el servicio de la Cuarta Cátedrade Clínica Médica, en la Sala IX del Hospi-tal San Roque (Ramos Mejía), dirigida porel Prof. Dr. Francisco A. Sicardi. En 1905es Jefe de Trabajos prácticos ad-honoremdel laboratorio de esa cátedra, trabajandosimultáneamente como Jefe del laboratoriode esterilización del Hospital San Roque ymiembro de la comisión nombrada paraproyectar la reglamentación de la esteriliza-ción en los Hospitales Municipales. En1907 encabeza la terna para Jefe de Clíni-ca, seguido de Casas y Oneto (C3). Segúnconsta en realidad su deseo era estudiarsifilografía, empero no siendo esta unaespecialidad autónoma, solicitó se lo ads-cribiera a una cátedra afín hasta que sur-giera una específica. HabiéndoselaofrecidoClínicaneurológica,clínicamédicay enferme-dadesde la piely venéreas,optaen Marzodeese año por la adscripcióna la Cuarta Cáte-dra, a laque ingresael 5 de Julio (03).Cumplidos los requisitos de los del prime-ros años de adscripción, solicita y le esconcedido el permiso para dictar su primer

curso libre complementario. Este se lleva acabo en la propia Sala IX del San Roque,los martes, jueves y sábados por la maña-na (E3). En noviembrede 1911 es MédicodeSala Interino (Sala 11)y luego agregado deese hospital, pasando en 1914 a asumir laJefatura de Clínica del Servicio de Hombres(Sala Montesde Oca) del InstitutoModelodeClínicaMédicadel HospitalRawson(F3).Desde Octubre de 1910 era Profesor Susti-tuto de Clínica Médica, reemplazando alProf. Dr. Abel Ayerza desde el 1ro al 30 deAbril de 1911 y al Prof. Dr. Francisco A.Sicardi del 1ro. de junio al 1ro. de Noviem-bre de 1912, asimismo tuvo relevanteactuación en la Socieda~ Médica Argenti-na; Secretario de Actas entre 1906-7 y1909-10 Y Vice Presidente durante 1911-12. Sus publicaciones comprendían; ser-reacción de Widal, su técnica - Citología dela sangre, su técnica, empleo del alumbreen la clarificación de las aguas corrientes -Un caso de paludismo pernicioso, - Síndro-me cerebeloso - Reumatismo agudo -taquicardia ortostática - Retardo respirato-rio del pulso. - A propósito del triángulo deGrocco - Hepatitis parenquimatosa nodular- pulso lento permanente -Tuberculosis;inmunidad y predisposición - La naturalezade la eosinofilia en los quistes hidatídicos -exploración radiológica del estómago -patogenia del pulso lento permanente -fisiología patológica y patogenia de lasanemias - sífilis hepática - insuficienciahepática -nuevas ideas sobre el tratamien-to del paludismo - neumococcenias delocalización pulmonar - la asistolia emotiva- dos casos de aneurisma de la aorta porreumatismo - la circulación de los pletóricos- Breves consideraciones sobre un caso deabatmotropía negativa temporaria con adro-motropia negativa periódica del corazón -tratamiento de la leucemia por el benzol-Oscilometría clínica estudios oscilométricosen la nefritis - Oscillometrie clinique, estu-des oscillometriques de L'insuffisance aorti-que - sobre un caso poco común de estre-chez del orificio aórtico (F3).

En 1917 se hace cargo de la Sala XI delHospital Alvear continuando el dictado desus cursos libres de Clínica Médica y presi-diendo la Comisión Provisoria de Profeso-res Extraordinarios y suplentes de laEscuela de Medicina, con el propósitodeclarado, de mejorar el profesorado y ten-der al progreso de la enseñanza" (G3). Ensuma que por esos años su interés por losproblemas universitarios se acrecienta enla misma medida que crecen sus responsa-bilidades docentes.Buen ejemplo de ello es la importante notade fecha 17 de Noviembre de 1919 (H5)que dirige al Decano Lanari, en donde expo-ne sus puntos de vista sobre los vientos dereforma que soplaban en la Facultad:

"Algunas reflexiones ocúrreseme exponer,que creo oportunas en esta época de refor-mas de planes de estudio, ya que hasta lafecha no he emitido opinión alguna en lasencuestas levantadas por ese Decano ypor el Círculo Médico Argentino y CentroEstudiantes de Medicina, convencido comoestoy de que todos los planes son buenossiempre que se lleven a la práctica conbuena voluntad y decisión, tanto por partede los docentes, como de los educados; yprueba de ello son las generaciones dehombres de preparación indiscutible quehan salido de nuestra escuela bajo el régi-men de los planes anteriores y del actual.Me impulso hacer estas reflexiones laexperiencia adquirida durante más de diezaños de Jefatura de Clínica y Mis nueveaños de docencia, factores que considerode capital importancia.

Si he de comparar el aprovechamientoactual de un año escolar con el mismo enla época en que era Jefe de Clínica delProfesor Sicardi, debo reconocer quehemos perdido sensiblemente con el cam-bio; y ello es imputable a dos factores; losexámenes y vacaciones de julio y el ade-lanto de la fecha de los exámenes de fin deaño....

Los exámenes de Julio interrumpen seria-mente la continuidad del año escolar, yaque los alumnos, preocupados de las mate-rias que deben rendir, abandonan las cla-ses y se encierran .a estudiar materiasextrañas al curso, poniendo, de ese modo,una sensible solución de continuidad en elestudio de las materias de año escolarcorriente Nuestras vacaciones son yaexcesivamente prolongadas, duran prácti-camente desde Navidad hasta después deSemana Santa, los exámenes de fin decurso prolongan la época de receso en unmes más, total; cuatro o cinco meses sinclases. No puedo menos que recordar eneste momento que en Francia las vacacio-nes de verano duran tan solo dos meses,comprendiendo la época de los exámenes,de lo que resulta un año escolar de 10meses en nuestra Universidad (seis mesesy medio, descontando las vacaciones deJulio)... Si a ello se agrega que las inagota-bles complacencias hacia el elemento estu-diantil que han provocado la deplorablereforma universitaria actual, han disminuídotambién en un año el ciclo de los estudiosmédicos, y, lo que no deja de ser curioso, apesar de la opinión contraria emitida por losmismos representantes de los núcleosestudiantiles, séame permitido afirmar,señor Decano, que ni los mejores planesde estudio, ni lo más perfeccionados ymeditados, podrían nunca compensar alalumno del tiempo perdido. El tiempo esconsiderado por las razas más prácticas ymás cultas del mundo un factor tan impor-tante que constituye un triste espectáculonuestra genuina manera criolla de dilapi-darlo".

Esta febril actividad le valió el cargo deProfesor Titular de la Segunda Cátedra deClínica Médica por Decreto del 27 de Agos-to de 1923 (13). En realidad en Marzo deese año ya regenteaba en la práctica launidad académica, que a la sazón trasladóa su Sala XI del Alvear y más tarde a laXXII por contar esta última con un excelen-

te anfiteatro. Sus colaboradores inmediatosfueron en esos primeros años Santiago M.Costa (Jefede Clínica),LuisU. Rabuffetti(Jefede Trabajos Prácticos),Angel Luis Digiorgio(Ayudante),CarlosV. Mey (Jefede Laborato-rio), IsidoroA Navarro(Ayudantede Laborato-rio)y Raúl Lima (Preparador).Años más tardese agregaríana la nómina los Dres. Sifreddi,Lacroze,Preioni,Paulucciy N Botto.En 1927 es nombrado consejero de laFacultad y comienza una activa campañapara trasladar su Cátedra a su viejo asen-tamiento en la Sala VIII del Hospital de Clí-nicas (J3). Mediante sendas notas solicitaal Decano recuperar esta sala que habíasido anexada (tiempo antes de concursarsela de Clínica Médica) por el Prof. Dr. JoséMoreno a su cátedra de Materia Médica yTerapia. El fallecimiento de este docentepermitía la posibilidad del conveniente tras-lado, si se tiene en cuenta la distancia com-pletamente inadecuada del Alvear, y su evi-dente aislamiento del área de la facultad demedicina. A pesar del proyecto de crear lacátedra de farmacología con la antigua deMateria Médica, que hacía virtualmeRteinnecesario el concurso de una sala, elpedido fue reiteradamente denegado. Poraquella época debió asimismo sortear losproblemas creados por la municipalizaciónde los cargos asistenciales, lo que traíaaparejado una incompatibilidad de puestosy una coetánea falta de vacantes.El 8 de Mayo de 1931 es designado Jefede Sala Médica del Hospital Ramos Mejía ytraslada la Cátedra a la Sala XII de esenosocomio. Con el cambio renuncian casila totalidad de sus colaboradores docentes,acompañando al nuevo destino solo Costa,Botto, Rabuffetti y Rima. En el transcursodel año incorpora a P.T. Panza, AC Schia-vi, R. Repetto, A. Paolucci, B. Moia, C.Mey, E. Gambetta y A Costantino (K3). Apartir de ese momento su actividad asisten-cial, docente y de investigación se multipli-ca sensiblemente; invita a docentes extran-jeros a dictar cursos y clases magistrales,entre los que contamos a los Profesores

Novoa Santos (España), Deve (Francia),Kopiaczewsdi (Francia) Garcia Otero (Uru-guay), Surraco (Uruguay), Policard (Fran-cia) y Chagas (Brasil); viaja a la ciudad deRosario para dictar conferencias en sufacultad y por último a Montevideo, con unacomitiva integrada por Rabuffetti, Centeno,Braun Menéndez, Moia, Paolucci y Mazza.Esta última representacióntuvo un extraordi-nario resultado; se dictaron conferenciasmagistralesante todos los alumnosde Clínicamédica del Uruguay y Bullrich desarrolló;luego de recibir el profesoradoad-honorem,del tema"asistenciasocialdel cardíaco"(L3).Su interés por la cardiología venía crecien-do desde la década del veinte, llegando asu cúspide hacia la época del traslado alRamos Mejía. En febrero de 1934 lograhacer nombrar como Encargado de Cardio-logía de la Segunda Cátedra a E. BraunMenendez y comienza a trabajar para crearun dispensario de cardiología a la maneradel diseñado en 1929 por el Prof. Vazquezen Francia ( a la sazón amigo de Bullrich ).Estudia las estadísticas norteamericanasbasadas sobre todo en los exámenes pre-ventivos realizados por las companías deseguros y la obra asistencial de Italia enesa materia, hasta lograr instalar el primerdispensario argentino, (Asistencial Social alcardíaco) en el que se trataba de solucio-nar al mismo tiempo los aspectos terapéuti-cos y sociales del paciente. Instaura unaficha modelo en la que se compilan la pro-ofesión, domicilio, edad, estado civil, sueldomensual, obligaciones económicas delpaciente desde el punto de vista familiar ypersonal, características de la vivienda,modalidades de la alimentación e higieneindividual. Su objetivo era lograr una asis-tencia integral "ya que sea niño, hombre omujer, en estado normal o durante el pro-ceso de la gestación, el enfermo, los ele-mentos en el orden médico social de quese disponen, deben actuar en forma sincró-nica y constante, para que en uso de todosellos se pueda llegar al restablecimiento dela capacidad funcional ".

Hacia 1930, año de la revolución encabe-zada por el Gral. Uriburu, es nombradoDecano de la Facultad de Medicina ymeses después el movimiento le permite,en la persona del Ministro de Salud Públi-ca, Dr. Eduardo Blanco Acevedo, inaugurarel antedicho Centro Asistencial. Su primeraño de Decanto fue tumultuoso; los estu-diantes se manifestaban constantementecontra el gobierno y el ámbito elegido eraprecisamente la Facultad de Medicina(Caras y Caretas, 6/9/1930). Refiere suhija, la celebrada escritora Silvina Bullrich,la siguiente anécdota: "cuando papá eraDecano yo tenía trece años. Recuerdo tur-bas de jóvenes que avanzaban por Callaocon palos y otras armas improvisadasrumbo a la Facultad de Medicina. En uncruce en que debía parar el auto le pregun-tamos a uno; - ¿ Adónde van? - i A laFacultad de Medicina a sacar al Decano!!Estos hechos culminarían el jueves 4 deSeptiembre con la muerte del estudianteJuvencio Aguilar frente a la Casa Rosada yla posterior reunión - verdadero prólogo dela revolución - en el anfiteatro de la Facul-tad de Medicina que terminó con la derrotadel gobierno irigoyenista.Su labor como Decano y Profesor Titularfue realmente extraordinaria, formando dis-cípulos de enorme prestigio y médicos desólidos conocimientos. La propia personali-dad de Bullrich es digna de destacarse.Dice Passanante que era un espíritu muyrefinado, a quien atraía no solo la cienciasino todas las formas superiores de la cul-tura, como la pintura y las letras. Era pues,ambicioso y refinado (7) . Le gustaba vivirconfortablemente y rodearse de objetos dearte. Compraba telas y se entretenía enlimpiarlas y cotejarlas con otros cuadros delautor cuya reproducción estaba en un catá-logo de una venta, en el Benezit o en elcatálogo de la obra completa del pintor. Losbarnizaba, los fotografiaba. Hacia fines dela década del 20 compró un terreno en lacalle Galileo y enseguida un gran amigosuyo el arquitecto Eduardo Lanús, edificó

para el una casa "elegante, sólida, concaños de bronce, con vitrales en la ventanadel living y boiseries en las paredes". Pron-to acumuló en ella su colección de cuadros,que comprendía obras de Teniers 11elJoven, Van Ostade, Cuyp, Steen, Dou,Hogarth, Constable, Dupre, Diaz de laPeña, Rousseau, Courbet, Harpignies, Jac-que, Ribot, Cottet, Raffaelli, Boudin, Jong-kind, Sisley, Pissarro, Carriere, ToulousseLautrec, Signac, Lebourg, Guillaumin y,entre sus contemporáneos a Marquet, Vla-minck, Mauffra, Ziem, etc. El verdaderobroche de oro de su colección eran cincoCorot, tres de ellos al parecer perfectamen-te autenticados (Ville D'Avray - Robaut513-, Troville; la ensenada con una barcade pesca - Robaut 229- y Una vaca pastan-do al pie de un abedul- Robaut 2460-). Elmismo Bullrich estudio pintura con el neo-impresionista Jules Adler, aunque carecíade condiciones artísticas. Llegó a ser VicePresidente de la Asociación Amigos delMuseo y socio fundador de Amigos delArte. Exquisitamentesensibleal color, lo eratambiénpara la buena música;Chopin,Schu-mann, Wagner, Beethoven, Bach, Debussy,fueronsusautorespredilectos(12).De porte distinguido, cortés y amable, exhi-bía en sus juicios cierta ironía, bondadosay caballeresca.Dotó a la cátedra de los mejores adelantosy fue el iniciador de la especialización encardiología en nuestro país. Ya dijimos quepor su iniciativa se crearon los dispensariosde Asistencia Social al Cardíaco en varioshospitales municipales, que luego se con-virtieron en Servicios de Cardiología, cuyajefatura desempeñaron algunos de sus dis-cípulos (9). Su más destacado continuadoren esta especialidadfue el ProL Bias Moia,quien años después, mostrándoleun antiguoelectrocardiógrafoa Silvina Bullrich expresa-ba: "Si Bullrich pudo hacer todo lo que hizocon este aparato,que no haríacon los actua-les" (9).

El primer curso de postgrado en Cardiolo-gía se le encargó a su Dirección en Agostode 1941 pero, dado lo avanzado del añoescolar, no comenzó sino al año siguiente(M3). Para 1942 decidió entonces aplicarsepor entero a la enseñanza de graduados, loque sumado a sus obligaciones como aca-démico en Buenos Aires y Paris no le per-mitía ocuparse de los alumnos por muchomás tiempo. En virtud de ello solicitó sujubilación el 5 de Agosto de ese año,renunciando al cargo de Profesor Titular dela Segunda Cátedra (N3). El cargo de inte-rino fue asignado al Prof. Luis V. Rabuffetti,su estrecho colaborador, quien en la prácti-ca dictaba desde Septiembre de 1936 eltercio de las clases..El Consejo directivo por moción del Conse-jero Bachman lo nombró Profesor Honora-rio, continuando en el dictado del postgradode Cardiología en el Hospital Ramos Mejíahasta el 20 de Octubre de 1934, en que porfirmar el Manifiesto de los Notables parasolicitar la ruptura con el Eje es dejadocesante por el PE, junto a los DoctoresMiguel Z.O. Farrell, Juan T. Lewis, FelipeE. Carranza y Aníbal Villar. Paradójicamen-te cuando Pasteur Valery Radot arribó alpaís en 1945 se negó a rendirle un home-naje alegando que había frecuentado alEmbajador de Francia en la Argentina, bajoel Gobierno de Vichy , M. Peyrouton ().El 28 de Octubre 1944 moría de un infar-to de miocardio, al decir de su hija" enparte. de tristeza porque le habían des-trozado el corazón y no sabía que hacercon sus mañanas dedicadas desdehacía cuarenta años a los enfermos delHospital". La Facultad designó unaComisión de homenaje integrada por losDres. Eliseo V. Segura, Juan A. Gabas-tou, Luis U. Rabuffetti, Octavio M. PicoEstrada, Manuel Ruiz Moreno y Angel M.Centeno para acompañar sus restos a laIglesia de San Agustín y más tarde a laRecoleta.