historia regional dependiente tomo ii...corregido...2011

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EL INICIO DE LA VIDA REPUBLICANAProclamada la independencia por San Martn, en 1821, contina la guerra, para lo cual la poblacin del altiplano, contribuye con su esfuerzo en el Ejrcito Libertador y especficamente en la Campaa del Sur. Al mando del general Andrs de Santa Cruz logran una importante victoria en la Batalla de Zepita, el 25 de agosto de 1823, debilitando al ejrcito virreinal. Agustn Gamarra, controla la zona sur en Viacha, impidiendo el avance de refuerzos espaoles de Charcas, con lo cual los pueblos del Altiplano facilitaron los triunfos de Junn y Ayacucho.No obstante esas victorias Puno segua estando bajo control Virreinal; la isla Esteves estaba acondicionada como presidio para los patriotas de Puno y de otros lugares. Los prisioneros estaban recluidos en condiciones deplorables. Llegada la noticia a Puno del triunfo patriota en Ayacucho, las principales autoridades y jefes militares coloniales dejan la ciudad, asumiendo el control el Brigadier Pablo de Echevarra, quien entrega la ciudad al General Patriota Rudecindo Alvarado, quien convoc a la poblacin para la juramentacin de la Independencia, realizndose el 27 de diciembre de 1824. Luego se instal la primera Comuna o Municipalidad Republicana de Puno el 30 de diciembre.

El primer Prefecto de Puno, nombrado por el Libertador Simn Bolvar fue el General Miller, que estuvo en el cargo hasta marzo de 1825.

En esas circunstancias, Puno ingresa a la vida Republicana. Al decreto de San Martn, de abolicin del Tributo Indgena se adicion el decreto de Bolvar que declara que los indios son propietarios de las tierras que poseen y que las tierras de comunidad se repartan entre los que no las tuvieran, quedando dueos de las mismas; ya que esas tierras de comunidad eran trabajadas o alquiladas a criollos o mestizos, para pagar el tributo al Estado Espaol.

Pero las nuevas autoridades, mediante coaccin o engaos realizaron ventas que despojaron de esas tierras a los Ayllus y Parcialidades, para formar o extender sus haciendas; por lo que el Congreso Constituyente, al restituir el Tributo Indgena, prohibi la venta de ellas, asegurando el resultado de la recaudacin fiscal. El Congreso Constituyente, por Ley del 27 de marzo de 1828, promulgada por Jos de La Mar, Primer Presidente de la Repblica, reconoci a indios y mestizos como dueos absolutos de las tierras que en ese momento ocupaban y cuyas posesiones se venan manteniendo como rezago s de los repartimientos y encomiendas.

La Constitucin Poltica de 1828, adems de crear las Juntas Departamentales, estableci que las rentas de las comunidades indgenas sean utilizadas en beneficio de ellos mismos.

Las Juntas Departamentales eran asambleas designadas por votacin de los ciudadanos, ellos proponan candidatos a la Prefectura ante el Presidente de la Repblica, quien lo nombraba y deba dar cuenta de su gestin cada seis meses a la Junta Departamental.

En el debate entre Unitarios y Federalistas, la Junta Departamental de Puno se pronunci por el sistema federal en 1828, siendo el deseo de varios departamentos, especialmente del sur quienes lo propugnaban.

A partir del conflicto entre el Presidente Orbegoso y Gamarra, siendo Prefecto de Puno Ramn Castilla, La Junta Departamental se defini por el federalismo el 23 de mayo de 1835. Santa Cruz, quien estableci su cuartel general en Puno, logr en la Conferencia de Vilque que Orbegoso le transfiera el mando, como Protector de los tres Estados Federativos, con la presencia del general San Romn y el apoyo de los representantes de Puno.

La posicin de Salaverry en Arequipa y su fusilamiento por Santa Cruz, da origen a un estado de anarqua que concluye con la disolucin de la Confederacin tras el fusilamiento de Gamarra en Ingavi.El pensamiento federalista fue fundamental en la propuesta de Bolvar y asumida por los militares que estuvieron con l, pero tambin era un sentimiento de cada regin o ciudad, especialmente en la meseta del Titicaca, por su aislamiento y distancias, generando localismos slidos e ideales polticos de federalismo.

Son esos mismos grupos de poder provinciano los que imponen nuevas formas de dominacin y tributacin a la poblacin quechua y aymara. Instituyen el pongo, el colono y el yanacona; adems de usurpar tierras de las comunidades. Todo ello con aparente legalidad frente a una poblacin de menos de tres por ciento de alfabetos. Quienes haban participado en las montoneras, dirigidos por los generales del Ejrcito Libertador, inician "sublevaciones" contra el nuevo orden que atenta contra ellos, como la de Huanta (Ayacucho). Estos se mantuvieron en combate contra el Ejrcito Peruano desde 1826 hasta 1839, el mismo que cont con el apoyo de tropas del batalln Valdivia de Chile.

Ante los constantes reclamos de los pobladores indgenas y para apaciguar las tensiones, el Presidente Ramn Castilla promulga la ley de derecho a sufragio en las elecciones a los analfabetos indgenas y mestizos mayores de 25 aos, reconocindoles el ejercicio de la ciudadana en 1847; posteriormente aboli la Contribucin Indgena en 1854.

Ese mismo ao, en el Cusco, decret la demarcacin y conformacin de las provincias de Puno, designando la categora de distritos a muchos de ellos. Actuaba como Secretario de Gobierno de Ramn Castilla el coronel Juan Bustamante Dueas, quien haba sido dos veces diputado por la Provincia de Lampa y muy conocido por sus dos viajes alrededor del mundo, y haber presenciado la Revolucin de la Comuna de Pars en 1848.LA BATALLA DE INGAVI E INVASIN BOLIVIANA A PUNOEl ejrcito peruano ocup La Paz sin combate el 15 de octubre de 1841. Hubo primero una actitud de convivencia del vecindario con los invasores, que reconoce el historiador boliviano Alcides Arguedas. Pero las hostilidades contra los invasores (peruanos) desencadenados en el resto del pas es a consecuencia de Ballivin y de la Unin Sagrada que improvis alrededor de l, tuvieron una virtualidad de contagio, asimismo doa Josefa Ballivin, hermana del caudillo, se destac como una de las principales conspiradoras en La Paz, y por ese motivo fue apresada y enviada al Per, junto con su madre y otras seoras. Con estos hechos, se inici la etapa de las hostilidades, pero al mismo tiempo seguan las negociaciones entre Jos Gregorio Paz Soldn y Andrs Quintela, que llegaron a convenir el 21 de octubre de 1841 un armisticio de treinta das, con la ocupacin de una parte del departamento de La Paz, menos su capital, que se declarara neutral, sin perjuicio de residir en ella el presidente del Per (Agustn Gamarra) y los plenipotenciarios de ambas partes para la redaccin del tratado definitivo.Ese mismo da 21 de octubre, tuvo lugar en el pueblo llamado Mecapaca un encuentro doble de ejrcitos peruanos y bolivianos, al ser ocupado ese pueblo por una columna peruana al mando del coronel San Romn , al ser atacada sorpresivamente por el batalln N 5 y un destacamento de coraceros del ejrcito boliviano. Los peruanos desconcertados al principio lograron rehacerse y vencer a sus enemigos que se dieron a la fuga con velocidad y en desorden. Las noticias de este incidente llegaron muy abultadas al campamento peruano y se dio por destruido a todo el batalln boliviano. Gamarra ascendi a San Romn al grado de general de divisin, decret que los vencedores llevasen una medalla con los colores bolivianos y concedi algunas otras gracias (22 de octubre de 1841). Adems, envalentonado con la victoria de Mecapaca, pidi que se reconociera la ocupacin total de La Paz durante el armisticio. Quintela se neg a aceptar cambios y las negociaciones terminaron el 26 de octubre.Poco despus del suceso de Mecapaca, el ejrcito peruano abandon la empresa de avanzar en direccin de Oruro y opt por tomar cuarteles de invierno en las inmediaciones de La Paz. En esta ciudad una multitud frentica asalt el hospital para dar muerte a los solados y oficiales peruanos enfermos, el 21 de octubre y fue difcilmente contenida.Luego de estos sucesos, el ejrcito peruano acamp en la pampa de Viacha. En sus tiendas rondaba, amenazante, la discordia. Tena, segn testimonios oficiales, a lo ms 4,000 soldados. Segn testimonios bolivianos, llegaban ellos a cerca de 5,000. A Ballivin habansele ya unido las fuerzas que l haba destacado sobre Potos para detener a Velasco y que haban fraternizado con las de este caudillo. As fortalecido volvi a buscar a los invasores (los peruanos). Su infantera estaba armada con un tipo nuevo y ms perfecto de fusil, que impropiamente se llam hannoneriano, que disparaba al mismo tiempo balas esfricas.Viacha era entonces una inmensa pampa formada por cascajo y tierra de acarreo cubierto por casuchas y sembros de indgenas y por estancias de ganado lanar que posean algunas familias de La Paz. Una de estas estancias, llamada Ingavi o Incahue, fue la que dio su nombre a la batalla. Era ella de propiedad de un cuzqueo llamado Valenzuela, condiscpulo y amigo de Gamarra. El da de la batalla la casa fue quemada y todas sus propiedades quedaron destruidas.El 17 de noviembre de 1841, las avanzadas peruanas dieron aviso de la aproximacin del ejrcito de Ballivin. En la noche, que fue muy lluviosa, se uni a Gamarra un batalln que haba quedado de guarnicin en La Paz. El 18 de noviembre, al amanecer, los peruanos se formaron en dos lneas de batalla. Esta comenz como a las ocho de la maana. Tuvo una duracin de slo cincuenta minutos. Por un veloz movimiento, las tropas de Ballivin se colocaron en forma oblicua en relacin a las peruanas. Estas intentaron un movimiento de envolvimiento y de desborde, pero al avanzar el sector central qued debilitado. Se produjo entonces un desacuerdo en el comando de Gamarra y Castilla, mientras cargaban las fuerzas bolivianas. La caballera recibi la orden de colocarse en forma que resguardase la lnea de retirada, lo cual dio lugar a que San Romn, interpretando mal este movimiento, abandonara con ella el lugar de la accin. Su retirada tuvo un efecto desmoralizador en las fuerzas peruanas. Gamarra, con unos cuantos batallones colocados en el centro del combate, no ignor el peligro en que estaba. Fue muerto. Al esparcirse la noticia, cundi la confusin y el desconcierto en las tropas peruanas. Castilla mantuvo la lucha, pero lleg a ser tomado prisionero en manos de los bolivianos.El boletn oficial boliviano, dijo que cayeron los peruanos en nmero de 3,200 soldados, 50 oficiales, 8 piezas de artillera, 3,400 fusiles, 290 lanzas y todo el parque, tan slo la caballera peruana pudo escapar, al mando de San Romn. Se dice que Ballivin, cuya madre y hermanos haban sido enviados al Per, ultraj personalmente a Castilla, y ah naci el odio que desde entonces se profesaron ambos.San Romn se retiro por Viacha al Desaguadero, cuyo puente quem, con lo cual impidi el paso de los dems fugitivos. En parte fechado en el Desaguadero el 19 de noviembre de 1841, este jefe demostr no tener noticia exacta de lo que haba ocurrido con Gamarra y con Castilla. Siendo, pues, tan varia la suerte de las armas (dijo) y caprichosa la fortuna, se decidi estar a favor de los enemigos que en el orden de las cosas nunca podrn lisonjearse con un triunfo; habiendo sufrido nuestro ejrcito el contraste ms funesto, que cubrir de luto los corazones de los peruanos amantes de su patria. En este acontecimiento aciago ha sido hecho prisionero S.E. el Generalsimo Presidente de la Repblica (se refiere a Gamarra) junto con el General en Jefe (se refiere a Castilla), quien nicamente accedi a las dolosas propuestas que le hizo el general Ballivin aun cuando se hallaba en su fuga a seis leguas de distancia del campo de batalla. San Romn crey, pues, que Gamarra estaba prisionero, que Castilla haba fugado y que era el autor de la capitulacin y de la entrega de jefes y de oficiales al enemigo.

Meditacin de Ingavi.

La catica situacin de Bolivia haba empujado a Gamarra a la invasin, con la ayuda de su aliado Ballivin. Pens que la defensa del pas invadido se desintegrara, como ocurriera en 1828. Pero sucedi lo que l no esperaba: por un milagro de patriotismo, los caudillos bolivianos llegaron a unirse, sometindose precisamente al que haba regresado a su patria como heraldo de la invasin.

Todo lo esper inicialmente Gamarra en esta campaa del juego de las fuerzas polticas. Primero confi en su pacto con Ballivin. Despus de haber tomado la ofensiva, no quiso parecer con propsitos de conquista. Incurri en el error de no ir a una tenaz persecucin del enemigo y as no evit que acrecentara sus fuerzas y se reorganice. Ni siquiera recogi informacin de la situacin en que estaba. Lo descuid, lo subestim. Su preocupacin por llegar a la ciudad de La Paz no se justifica, pues esa ocupacin no daba el golpe final de la guerra. Ancl en el terreno. Entr en lo que ha llamado Eleodoro Camacho en su historia militar de Bolivia el aletargamiento en La Paz.

No se va a juzgar aqu la batalla misma. Tcnicamente, ella fue una tentativa de envolvimiento y desbordamiento por parte de Gamarra, esquivada por Ballivin para desgastarlo y producir luego su propio ataque. En este, hicieron sentir sus efectos los fusiles recientemente adquiridos por Bolivia en Europa, con su doble accin. Cuntese que en la batalla Gamarra exclam: He estado en muchas refriegas desde la guerra de la independencia y nunca he presenciado un fuego tan graneado como en esta. El repliegue prematuro de la caballera peruana rompi de improviso el ritmo del combate, este hecho se explica por la indisciplina y la falta de unidad en el comando.

Cuenta Valdivia en su libro Memorias sobre las revoluciones de Arequipa que las pasiones polticas hicieron chocar entre s a los jefes antes de la batalla de Ingavi; y que, imbuido de ese espritu, el coronel Arrspide se neg a atacar a la izquierda enemiga con la caballera en cumplimiento del plan del movimiento envolvente. El ao 1859 se public, en varios nmeros de un peridico de Lima, el texto del parte que envi Castilla al gobierno desde su prisin en Palca Grande, con fecha 9 de enero de 1842. Es un largo e interesantsimo testimonio que juzga, en un tono de ruda franqueza la conducta de los jefes y oficiales participantes en esta campaa, y se detiene en la crtica de las disposiciones adoptadas por el Presidente (Gamarra) en plena batalla. Segn lo afirmado en este documento, castilla previ el descalabro a consecuencia de las rdenes de Gamarra y este se encoleriz ante la gravedad de tal insubordinacin. Que hiciera lo que quisiese (mand, por fin, decirle Gamarra a Castilla) ya era tarde y l marcaba de frente. Imparti, en seguida rdenes a los comandantes generales de las divisiones y a los comandantes de los cuerpos para que slo obedecieran las rdenes del general San Romn en la infantera. Poco despus sobreviene el desastre.

Gamarra (que haba hecho vctima de su propia indisciplina a La Mar en 1829, cuando lo depuso despus de Tarqui y aun quiz lo desobedeci en esa misma jornada) fue esta vez la vctima. Cabra acuar una frase para glosar la moraleja de toda esta historia: Quien siembra Tarquis, cosecha Ingavis.

Despus de esta afortunada victoria boliviana sobre el ejrcito peruano en los campos de Ingavi, los bolivianos invadieron Puno, Tacna, Arica, Tarapac y por muy corto tiempo Moquegua. En el Altiplano puneo se sucedieron muchos enfrentamientos blicos contra el ejrcito boliviano, que ahora se converta en invasor despus de haber sido invadida Bolivia por segunda vez por Gamarra; veamos algunos de ellos.Las Guerrillas en Puno

Como el grueso del ejrcito invasor se estacion en Puno, la actividad blica fue mayor. Los asaltos a avanzadas y a partidas que cumplan comisiones especiales, la ruptura de convoyes, el fenmeno de las deserciones (pues muchos de los prisioneros en la batalla de Ingavi haban sido enrolados en el ejrcito boliviano), se sucedieron con frecuencia. Jefe poltico y militar del departamento de Puno fue el coronel Rudesindo Beltrn. Entre los jefes de las guerrillas estuvieron Choquecallata en Huancan, Mendoza y los Pimentel en Lampa, Eduardo Loza en Chucuito, Toms Infantes en las vecindades de Puno. Algunos de los cabecillas de la resistencia, como Choquecallata y Toms Infantes, fueron fusilados por los bolivianos.LA BATALLA DE MOTONIUno de los encuentros ms notables fue el que tuvo lugar en el campo llamado Motoni, situado a media legua de distancia de Pucar, en una especie de tringulo con el pen de extraordinaria altura situado cerca de ese lugar. Ballivin, oficiales y soldados acamparon en una planicie conocida como Okko-Kucho, a cuatro kilmetros del pueblo de Pucar, desde donde se preparaban para tomarla. Mientras tanto, los vecinos de Pucar, se disponan para batir al enemigo en su propio reducto. Para lo cual, contaban tambin con los refuerzos llegados oportunamente de la ciudad de Puno, al mando del general Rudesindo Beltrn. El 26 de diciembre de 1841 se dio aviso que las tropas bolivianas al mando del coronel Zatizbal se aprestaba para atacar y tomar el pueblo de Pucar, por lo que los guerrilleros constituidos por los habitantes de aquel histrico lugar y las tropas de Rudesindo Beltrn quien a su vez dirigiera personalmente el ataque a una columna de operaciones del ejrcito boliviano, en el lugar denominado Motoni. Despus de dos horas y media de lucha, los bolivianos fugaron dejando numerosos prisioneros y gran cantidad de armamento. Con este material se form el famoso batalln Motoni.

Beltrn cont en esta jornada con fuerzas de caballera y artillera compuesta por guardias nacionales y la juventud de la regin organizada segn los pueblos a los que pertenecan. Los vecinos de Pucar tuvieron la actuacin ms destacada en esta jornada de lucha en defensa de la patria.

El recuerdo de la batalla de Motoni perdur durante algn tiempo en la regin. Juan Bustamante escribi en una de las pginas de su Viaje al Viejo Mundo (1845): De ese mismo triunfo viene el que hasta las mujeres pucareas recuerdan con ufana y desvanecimiento las heroicidades que sus maridos y sus hijos desplegaron en aquella batalla; hablan de ella con amor qu digo con amor?... con una suerte de delirio muy laudable. Ni es extrao, puesto que ellas mismas ayudaron al triunfo ocupndose en hacer cartuchos, conduciendo armas y municiones de boca y guerra al mismo campo de batalla, en el cual estimulaban a los combatientes.

LA BATALLA DE ORURILLO Y LOS TOROS DE POSOCONIPor dos veces pareci el ejrcito boliviano por querer avanzar sobre el Cuzco donde San Romn organizaba el ejrcito peruano. La primera fue a fines de enero de 1842 y San Romn tom las providencias necesarias para retirarse y pasar al ro Apurmac. La segunda tuvo lugar a fines de marzo de 1842, cuando San Romn dio las rdenes para que sus tropas marcharan hacia Cotabambas. Pero en ninguna de ambas ocasiones se produjo la ofensiva esperada de parte de los bolivianos. El 1 de abril de 1842, desde Sicuani el comandante general de la divisin boliviana de vanguardia, Luis Lara, se dirigi al general peruano para comunicarle la llegada al sur del negociador de la paz, Francisco Javier Maritegui, junto con el ministro chileno Ventura La Valle, para proponer un armisticio y anunciar la retirada de los invasores a Santa Rosa. Este pedido no fue aceptado.

Una columna boliviana de ms de 300 plazas, que haba ocupado el pueblo de Orurillo, en marcha de Lampa a Orurillo, fue atacada y vencida el 3 de abril de 1842 por fuerzas de caballera e infantera inferiores en nmero, al mando del teniente coronel Pablo Pimentel y del capitn Mariano Macedo. Llegaron a ser capturados como cien hombres de tropa, varios jefes y oficiales, ms de cien fusiles y el equipaje de los invasores. En esta escaramuza que precedi al encuentro de Orurillo se produjo una escena pintoresca, propia de un cuadro o de una novela, cuando unos treinta toros bravos de los famossimos de Posoconi, arremetieron contra los jinetes bolivianos y contra los infantes peruanos. Jos Casimiro Ulloa ha afirmado que el hecho de armas de Orurillo tuvo decisiva influencia en el xito de las negociaciones de paz con los bolivianos.

Celso Macedo Pastor, los ha llamado pginas en blanco de la historia del Per sobre los acontecimientos de Orurillo y Motoni de Pucar. Con ello ha querido sealar, que no han recibido de la posteridad la atencin que merecen estas acciones de patriotismo y desprecio por la misma existencia, cuando se trata de defender la patria, como son los casos que la historia regional nos recuerda, todo ello debe ser reparada tan injusta omisin por los historiadores oficiales del Per y regional y sobre todo el olvido de los maestros de secundarios que no compartimos con nuestros alumnos estas gestas patriticas; igualmente habra que reivindicarlo.

No fue parco el homenaje oficial contemporneo a los hroes de la resistencia de 1842. Los vencedores de Motoni y Orurillo recibieron una medalla que llevaba la inscripcin: A los defensores de la Nacin en el heroico departamento de Puno. En una proclama dirigida a los puneos el 18 de mayo de 1842 el general en jefe del ejrcito peruano, La Fuente, les dijo al hacerse cargo de su comando: Habis combatido por la independencia de la patria; nadie puede disputaros la gloria de vuestra heroica resistencia. Vuestros generosos hechos han suplido la falta de elementos para rechazar al enemigo; en vuestras almas nobles habis encontrado recursos inesperados.Perdido casi todo el ejrcito y su armamento (afirm Menndez en su mensaje al Congreso de 1845), agotado el pas de recursos sembrada la consternacin y la alarma por casi todos los ngulos de la Repblica, el Per habra quedado a merced del vencedor sin el patriotismo y los esfuerzos de los pueblos del Sur que, sin ms arbitrios que los que suministran el valor desesperado, pudieron contener ese torrente desbordado que vena a arrasar la tierra de nuestros padres. Los impresos, los partes publicados, que sin duda habris ledo, os hablarn con ms elocuencia de lo que puedo hacer hoy. Los recorra entonces admirado y enternecido. Esta es la ocasin de recomendaros unos ciudadanos que por tantos ttulos so acreedores a la gratitud nacional y merecen que les hagis una manifestacin digna de vos y de sus heroicos sacrificios. Ellos derramaron su sangre y perdieron su vida y fortuna; y el hurfano y la viuda hacen la mejor prueba de que tiene el Per hijos que aman sobre su vida el honor y la dicha de la patria.El recuerdo de las jornadas de diciembre de 1841 (Motoni) y comienzos de 1842 (Orurillo) determin que Puno recibiera el ttulo de VALIENTES, ESFORZADOS Y LEAL DEPARTAMENTO (Decreto Legislativo del 21 de octubre de 1845). Antes habasele conferido el de BENEMRITO Y HEROICO (ley del 9 de noviembre de 1839). La destruccin y la desolacin del departamento de Puno alcanzaron en esta poca extremos pavorosos.

Por qu no avanz Ballivin hasta el Apurmac?El primitivo plan blico de Ballivin haba sido tomar la lnea de Apurmac; pero la resistencia que encontr en Puno y cuando ms tarde quiso amagar el Cuzco haba crecido la pujanza de los patriotas de Puno. Por otra parte, en el Cuzco organiz San Romn un ejrcito, que luego pas a cargo de La Fuente, mientras que en Tacna y Moquegua se form otro ejrcito a cargo de Mendiburu y Nieto con escasos recursos. A Mendiburu se unieron el escuadrn de la guardia de Ballivin compuesto por emigrados argentinos que se pronunci en Ilave el 30 de enero de 1841; en la desercin llev sus corazas de cobre y sus caballos de tiro, haciendo un total de 1,000 soldados que bien pudieron invadir el territorio boliviano, los mismos que nunca llegaron a combatir contra las tropas bolivianas, tampoco el ejrcito del Cuzco. La guerra de 1841 se haba producido rpidamente sin que Chile tuviera tiempo de impedirla, de esta manera se llega a las negociaciones de paz con Bolivia en territorio puneo.CONFERENCIA DE VILQUEEl Consejo de Estado, antes de autorizar las negociaciones de paz, decidi averiguar las causas que obligaban a buscarla. Una comisin de este organismo, integrada por Benito Laso y Pascual del Castillo, pidi que dichas negociaciones se hicieran a la par que proseguan los preparativos blicos, y que se exigiera la desocupacin inmediata del territorio y la entrega de los prisioneros. El Consejo aprob la primera condicin, es decir, la inmediata desocupacin del territorio patrio.

El plenipotenciario peruano fue Francisco Javier Maritegui. Junto con Lavalle parti al Sur. Lavalle fue nombrado ministro de Chile ante Bolivia. Ballivin nombr a Hilarin Fernndez. Los tres se reunieron en el pueblito de Vilque, cerca de Puno, el 9 de mayo de 1842. Los diplomticos entraron en vivos debates. A las recriminaciones y disculpas conexas con la breve y tensa historia de ambos pases, se agregaron temas polmicos emanados de la diversidad de intereses comerciales. Adems, Maritegui plante perentorias demandas sobre el pago de los gastos efectuados por el Per en Bolivia, durante la independencia y de parte de los gastos efectuados en las campaas de restauracin, como si la batalla de Ingavi no se hubiera librado; y exigi la demolicin de la columna conmemorativa de esa batalla que Ballivin haba mandado erigir con inscripciones jactanciosas. Las conferencias duraron hasta el 15 de mayo de 1842 (Basadre, T.II: 232).

CONFERENCIA DE ACORA: TRATADO DE PAZ DE PUNOLavalle obtuvo el 5 de junio de 1842 una entrevista entre los generales Ballivin y La Fuente y los seores Fernndez, Olaeta y Maritegui en el pueblo de cora. Los militares llegaron a un acuerdo que los diplomticos no haban podido efectuar. En una noche quedaron resueltos los puntos del tratado de paz que se trataron en la Conferencia de Vilque. Ballivin se comprometi, por separado sin que ello figurase en el texto del pacto, a ordenar que fueran retiradas de la columna erigida en Ingavi todas las inscripciones ofensivas para el Per y a devolver el cadver de Gamarra.

El tratado de Puno expres someramente que ambos beligerantes convenan en olvidar para siempre los motivos de la guerra; el gobierno de Bolivia se oblig a evacuar, en un plazo de ocho das, el territorio ocupado, adems, qued crdito recprocamente cualquier derecho a indemnizaciones por gastos de guerra. La firma de este convenio se efectu en Puno el 7 de junio de 1842.Segn Menndez en su mensaje de 1845, en los jefes militares del sur lleg a dominar la idea de no proseguir la guerra. Antes de que estallara una sedicin en el ejrcito (afirm) fue necesario prestarse a suscribir los tratados.Ballivin obtuvo que la desocupacin del territorio invadido, o sea del altiplano puneo, se realizara en una fecha posterior a la firma del tratado; y obtuvo, asimismo el mantenimiento de la columna de ingavi aunque sin sus palabras ofensivas, que l mand retirar por decreto dado en Cochabamba el 25 de julio de 1842, en el que adems, autoriz a entregar los restos de Gamarra si comisionados del Per lo pedan. Al mismo tiempo quedaron silenciados los reclamos econmicos que el Per hacia a Bolivia tanto por la deuda contrada durante la guerra de la independencia como por los perjuicios ocasionados por Santa Cruz. Tanto en la Conferencia de Vilque, como en la de cora, se le pide a Ballivin el retiro de las palabras ofensivas contra el Per en la columna erigida en Ingavi el 18 de noviembre de 1841, recordemos que Ballivin mand erigir frente al campo de batalla una columna con una inscripcin altisonante que deba tener en su base el cadver de Gamarra, profanada despus de la batalla. Se acord que esta inscripcin fuese borrada, como que as fue. En cuanto a la columna, los vecinos de Viacha la destruyeron en 1847, al ser depuesto Ballivin; y los nuevos gobernantes, Belz y Velasco, dispusieron que, despus de los honores fnebres a los restos de Gamarra en la catedral de La Paz, fueran enviados ellos a Lima. Por qu la paz de Puno?Algunos historiadores bolivianos califican el Tratado de Puno como una victoria diplomtica peruana. Ballivin gan la guerra; pero le escamotearon la paz. Se ha dicho que la situacin del Per era tan mala ejrcitos improvisados, falta de un gran jefe militar, feroz efervescencia de las facciones polticas debajo de la paz pblica aparente, crisis econmica, etc.- que Ballivin hubiera podido, si no proseguir su invasin, al menos radicarse en el territorio conquistado.

El caudillo boliviano (Ballivin) no sigui esa poltica. Tena prisa para volver a Bolivia a consolidar su autoridad debilitada por la ausencia, germen de las nuevas ambiciones. Su situacin econmica era mala. Bolivia esquilmada por las guerras de Santa Cruz y la invasin peruana, no quera aventuras exteriores. Ballivin desconfiaba de las vicisitudes de la guerra y saba que los peruanos estaban luchando en su propio terreno, no sin xitos meritorios por la accin espontnea de los pueblos en los departamentos de Puno y Moquegua, a pesar que el ejrcito de lnea no haba sido puesto todava en accin; mientras que la marina, duea de Cobija y de Arica, poda establecer un bloqueo asaz daoso. Un golpe adverso del azar le hara perder no solo el prestigio que el golpe de fortuna de Ingavi le depara sino, tambin, el poder poltico que era su esencial preocupacin. Oscuramente intua que la debilidad del Per era transitorio, que no hubiese podido Bolivia sojuzgarlo o amputarlo permanentemente; y que un tratado prudente mantena intactos los laureles de Ingavi y despejaba el porvenir. As decidi, auspiciar un tratado que cancelara todos los pretextos para una nueva guerra. No fue ese, sin embargo, su pensamiento en los aos posteriores, casi inmediatamente despus. Lo que no quiso, no pudo o no supo hacer con el Per exange de Menndez, lo intent con el Per convaleciente de Castilla: separar las provincias del litoral sur. Y lo hizo en minsculas intrigas y no en espectaculares campaas, por lo cual qued este plan en las alcantarillas de la historia.

El Tratado de Puno dej pendientes algunos puntos. En su artculo 3 el Tratado de Puno expres que las dos partes contratantes reconocan en principio de la libertad y perfecto derecho que cada una de ellas tena para arreglar sus leyes fiscales y relaciones de comercio como mejor conviniera a sus intereses; este mismo principio servira de base cuando creyesen oportuno celebrar un tratado de comercio. Bolivia defendi aqu el decreto dado en La Paz el 20 de febrero de 1842 que sigui vigente. Consign este derecho, en su parte inicial, que no haba pacto alguno explcito que determinara las relaciones de comercio entre ambos pases, ya por haber caducado el que exista, ya por haber roto la invasin los vnculos de amistad. Para fomento del puerto de La Mar o Cobija estableci un impuesto de 40% a los efectos ultramarinos que se introdujeran en la Repblica por las fronteras de la tierra; en cuanto al comercio de Cobija ratific los derechos sealados por la ley de 13 de octubre de 1840 y agreg otras cargas tributarias. Adems orden que los productos de la industria agrcola y fabril de los Estados vecinos pagarn un gravamen de 20% aumentando el de los vinos al 25% y el de los aguardientes al 30%. Estos asuntos contribuyeron a las divergencias entre el Per y Bolivia que se ahondaron en 1846 y 1847.

Una de las cosas que la repblica haba de establecer eran los confines territoriales. Qu territorios iba a comprender la nueva repblica? Segn la doctrina de uti posidetis, el Per deba heredar los lmites de lo que fuera el virreinato de Lima en 1810. Pero esos lmites eran vagos y fueron por largo tiempo motivo de controversia y de guerras (hasta 1998 el Per arrastr una disputa de lmites con Ecuador en la Amazona). El problema se agrav cuando, inspirados en el propio pensamiento bolivariano, hubo proyectos de fusionar pases, a fin de garantizar la independencia sobre la base de naciones ms extensas. Fue en ese contexto que surgi, primero, el conflicto con la Gran Colombia por la posesin de Guayaquil y la Amazona y luego la Confederacin Per Boliviana.

Luego de la salida de Bolvar, se eligi como Presidente de la repblica del Per a un general de la rbita del libertador, Jos de La Mar. Este se encontraba en esos momentos en Guayaquil, como gobernador, y su eleccin fue una solucin de compromiso para evitar tener que decidir entre uno de los tres temibles caudillos del sur: los generales Santa Cruz, Agustn Gamarra y Gutirrez de La Fuente.

Como muchos de los generales de la independencia, La Mar haba iniciado su carrera en el ejrcito espaol; gozaba del apoyo de Francisco de Luna Pizarro, sacerdote que funga como la eminencia gris del Congreso, donde promova la posicin liberal, segn la cual al Per le convena un gobierno republicano con divisin de poderes. Pero La Mar careca del espritu de intriga, la energa y el autoritarismo necesario para valerse en la poltica del momento. Apenas dos aos dur su gobierno, puesto que ante la derrota en la guerra contra la Gran Colombia (batalla de Portete de Tarqui, en 1829), La Mar perdi su ejrcito y se vio desacreditado, pensando adems la propaganda sobre su origen extranjero (haba nacido en Cuenca, al sur del actual Ecuador, que formaba parte de la Gran Colombia, precisamente). Per debi resignarse a entregar Guayaquil, puerto que haba sido ocupado por la escuadra peruana al mando de Guisse. El Convenio de Girn, que sucedi a la derrota de Tarqui, no fue reconocido por el Congreso peruano. Al ao siguiente, con la muerte de Bolvar, la Gran Colombia se desmembr en tres repblicas distintas (Ecuador, Colombia y Venezuela), quedando la frontera con Ecuador y Colombia sin ser delimitada hasta entrada el siglo XX.

La Mar fue derrocado por el cuzqueo Agustn Gamarra, quien tambin estivo presente en el desastre de Tarqui y fue acusado despus de interesada inaccin, a fin de salvar su ejrcito y provocar la cada de La Mar. Una vez en el gobierno, pretendi instaurar un rgimen proteccionista en cuanto a comercio exterior (a fin de salvaguardar los obrajes de su terruo) y descentralista en cuanto haca a la distribucin del poder entre la capital y el interior. Naturalmente, la elite terrateniente costea reaccion en contra y en el mes de diciembre de 1833, cuando Gamarra termin su gobierno, consigui hacer elegir a uno de los suyos, Luis de Orbegoso. Hasta ese da, la mayor parte de los hombres que ascendieron al poder por la revolucin no perteneca ni siquiera a la raza blanca.

Orbegoso trat de implantar una poltica de libre comercio exterior, lo que desat una larga guerra civil entre la elite del norte y la del sur. El presidente era secundado por un joven general cuyo entusiasmo no par hasta deshacerse de su jefe y tomar la presidencia, Felipe Salaverry, mientras Gamarra era apoyado por Santa Cruz, caudillo del Alto Per, quien abriga el proyecto de reunificar Per y Bolivia.

La guerra se libr por todo el sur, inclusive Bolivia, con la secuela de requisas de hombres, dinero y ganado, afligiendo la actividad econmica. El triunfo de los sureos dejo abierta la puerta al establecimiento de una asociacin con Bolivia. La Confederacin se hizo realidad en 1836, crendose tres estados: Bolivia, Sur Peruano y Nor Peruano, bajo la presidencia general de Santa Cruz. No se sabe si pensando en ganar la simpata britnica o porque as fueran sus ms ntimas convicciones, los confederacionistas adoptaron el libre comercio como poltica econmica exterior.

El libre comercio significaba la adopcin de bajos impuestos de internacin de mercadera y la libertad para recibir comercio de todo el mundo. Era definida por los comerciantes extranjeros establecidos en Lima y Arequipa, los mineros y los agricultores sureos. Reciba finalmente el beneplcito de los cnsules extranjeros, representantes de las potencias econmicas del momento (Gran Bretaa, Francia y Estados Unidos, quienes presentaban dicha poltica como sinnimo de civilizacin y progreso.

La elite del norte y la costa central, que se distanci de Orbegoso e hizo de Salaverry su brazo de mando, defenda en cambio el proteccionismo, con argumentos de nacionalismo econmico. Deba protegerse la agricultura y produccin nacional de la nefasta competencia extranjera. Su aliado era Chile, puesto que la apertura comercial significaba desalojar del mercado peruano el trigo de este pas, reemplazndolo con las harinas norteamericanas.

La guerra de la Confederacin Per Boliviana, aunque ha sido presentada por la historiografa como una guerra internacional entre la Confederacin y Chile, fue en verdad una guerra civil, con la injerencia de pases vecinos cuyas identidades nacionales an no se dibujan ntidamente.

Chile apoy al partido del norte y de la costa central y de la costa central, mientras Bolivia hizo lo mismo con el sur, partidario de la Confederacin. Al comienzo los confederados tuvieron la victoria, sorprendiendo y derrotando al partido chileno, sin celebrar batalla, en Paucarpata (Arequipa, 1837), pero la batalla decisiva la ganaron los chilenos en los campos de Yungay (Ancash). Ocurri en 1839, terminando con tres aos de funcionamiento de la Confederacin.

La disolucin de la Confederacin Per Boliviana abri paso a los peores aos de anarqua poltica del Per. Se sucedieron en el mando media docena de presidentes, que en ocasiones apenas mantuvieron el poder por unas semanas. Entre la salida de Bolvar (1826) y la primera presidencia de Castilla (1845), un periodo de diecinueve aos, se contaron doce presidentes, con un promedio de ao y medio de gobierno por cabeza. En menos de veinte aos el Per se dio seis Constituciones. Cada caudillo pareca luchar, no por hacer realidad una causa o un proyecto, sino por contentar a sus seguidores con las prebendas que la conquista del Estado implicaba. Era el modelo del Estado patrimonial, en el que el gobernante identificaba los negocios y bienes del Estado como asuntos personales de los que poda disponer con amplia libertad quien tuviese la maa de conquistarlo, el Presidente vena a ser un cacique de caciques y en cierta forma la concepcin del Estado como patrimonio del vencedor.

El asunto de la Confederacin Per Boliviana, traslademos ahora al sentimiento histrico regional del sur del Per. Como sabemos, entre el Bajo y el Alto Per haban existido siempre profundas similitudes tnicas, sociales, econmicas y culturales y para formar la Confederacin, segn Basadre, hubo razones permanentes, personales e inmediatas. Santa Cruz y Gamarra soaban en unir siempre ambos Peres bajo su gida personal y excluyente. El viejo Collasuyo de Lupacas, Kollas y Pacajes, que luego fuera conquistado por los incas, haba estado integrado al estado cuzqueo, el Alto Per con Potos haba sido econmicamente complementario del Sur Andino, y Bolivia en cierto modo era un estado artificial, que slo integrado al Per poda tener viabilidad econmica y poltica.

Veamos los hechos del sur peruano. La coyuntura poltico-militar para la creacin de la Confederacin surgi para Santa Cruz, con el llamado que le hizo Orbegoso para venir al Per a enfrentar a Salaverry y pacificar nuestro pas. Gamarra Y Santa Cruz, los antiguos condiscpulos en el Cuzco, haban acordado, durante el exilio de Gamarra en Bolivia, formar la Confederacin Per Boliviana, pero el recelo entre ellos y la circunstancia de que Santa Cruz pactara con Orbegoso mediante un tratado la formacin del estado panperuano, hizo, que en uno de sus acostumbrados y sorpresivos giros polticos, Gamarra se pusiera contra Santa Cruz y pretendiera unirse a Salaverry, para defender la integridad del Per.

Gamarra que tena fuerte ascendiente en el Cuzco, su lugar de origen, form un ejrcito en esa ciudad y sali rumbo al Sureste para hacer frente al ejrcito boliviano comandado por Santa Cruz y Ramn Herrera. Se enfrent a ellos en las alturas del pueblo de Urcos, en el lugar llamado Yanacocha (laguna negra en quechua) el 13 de agosto de 1835, pero fue vencido por las tropas bolivianas. Huy del Per buscando refugio primero junto a Salaverry y despus en Chile.

El general Salaverry que se encontraba gobernando en Lima, al conocer la invasin boliviana al Per march al Sur con su ejrcito, declarando la guerra a muerte contra los altoperuanos. Los ejrcitos de Santa Cruz y Salaverry convergieron sobre Arequipa y chocaron en Uchumayo el 3 de febrero de 1836, obteniendo una relativa victoria los peruanos. Pero, poco despus, el 7 de febrero de 1836, Salaverry fue derrotado por las tropas de Santa Cruz en le cruenta batalla de Socabaya, Salaverry, prisionero, y sometido a Consejo de Guerra fue condenado a muerte y fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa el 18 de febrero de 1836, junto con ocho altos oficiales de su Estado Mayor. Con esta victoria Santa Cruz consolid su poder en el Per pero cre grandes resentimientos en el nimo de los peruanos por su crueldad con Salaverry. La Confederacin se iniciaba sobre cadveres.

Obtenida la victoria sobre Salaverry, Santa Cruz inici los pasos polticos para formar la ansiada Confederacin. Convoc al Congreso de Sicuani, donde los representantes de los departamentos de Sur Andino: Ayacucho, Arequipa, Cuzco, Puno y Tacna, el 17 de marzo de 1836, acordaron formar un estado independiente con el nombre de Estado o Repblica Sur Peruano y unirse en confederacin con el Estado Nor Peruano y con Bolivia. De la misma manera los representantes del Norte del Per: La Libertad, Lima, Huaylas, Junn y Maynas, fueron convocados al Congreso de Huaura, donde formaron el Estado Nor Peruano el 6 de agosto de 1836. Por su parte los diputados de Bolivia celebraron su Congreso en la poblacin de Tapacar, el 18 de junio de 1836, y acordaron integrar la Confederacin.Una vez que los Congresos de los tres Estados acordaron unirse, Santa Cruz expidi en Lima un decreto Supremo por el que estableci la Confederacin Per Boliviana el 28 de octubre de 1836, convocando a un Congreso de tres representantes por cada Estado (un militar, un sacerdote y un abogado) para que se reunieran en Tacna para pactar la Confederacin. El resultado de este Congreso de nueve plenipotenciarios, fue el Pacto de Tacna, firmado el 10 de mayo de 1837, por el que se designaba a Santa Cruz, Protector de la Confederacin por diez aos, y dispona la existencia de dos cmaras, una de senadores y otra de diputados y Cortes Supremas en cada una de los tres Estados, estableciendo adems la bandera de la Confederacin, de color rojo punz, con los escudos de los tres Estados, unidos por una corona de laurel.

La obra administrativa de Santa Cruz durante la Confederacin fue muy importante. Dict el Reglamento de comercio y el Reglamento de Aduanas, introdujo los nuevos Cdigos Santacrucianos inspirados en el Cdigo de Napolen, con lo que super la persistencia de la legislacin colonial en el Per. Fund escuelas por el mtodo lancasteriano, una escuela de Bellas Artes en el Cuzco, un colegio Mineralgico en Puno y una Escuela Normal en Arequipa. Asimismo, declar puertos libres al Callao y Arica, protegi la industria textil contra la competencia inglesa, y aboli los cargos y los trabajos serviles de los indios. En toda esta labor fue magnficamente secundado por el Presidente del Estado Sur Peruano, el general Ramn Herrera Rodado.

El establecimiento de la Confederacin Per Boliviana, caus un gran malestar en Chile, porque el nuevo y poderoso estado, por su rea y poblacin vendra a ser el llamado a ejercer la hegemona en el Pacfico Sudamericano. Adems exista la competencia comercial entre el Callao y Valparaso, y por esos motivos geopolticos el poderoso ministro chileno Diego Portales se convirti en el gran enemigo de la Confederacin.

La coyuntura poltica surgi para Chile, cuando imprudentemente Orbegoso, Presidente del Estado Nor Peruano, apoy la expedicin revolucionaria del general chileno Ramn Freyre, quien con su apoyo parti en dos barcos para derrocar al Presidente chileno Prieto y a Portales, pero fracas en el intento, pues los tripulantes de sus bracos se sublevaron y lo entregaron prisionero al gobierno de Chile. Entonces en represalia los chilenos, mediante la sorpresa se apoderaron de la flota de guerra de la Confederacin en el Callao, declararon la guerra a la Confederacin, aliados con Argentina, cuyo tirnico gobernante Juan Manuel de Rozas, tambin le declar la guerra, el 19 de mayo de 1837.

Entretanto el ministro chileno Diego Portales fue asesinado en un levantamiento militar en Quillota y el Presidente Joaqun Prieto, prepar la invasin al Per, para lo cual organiz la primera Expedicin Restauradora, al mando del almirante Manuel Blanco Encalada, con la cual colaboraron varios peruanos como Vivanco, Gamarra, Castilla, Gutirrez de la Fuente y Pardo y Aliaga, estas expedicin desembarc en Quillca y ocup Arequipa, estableciendo su cuartel general en Paucarpata, con 4,500 soldados, los cuales fueron sorpresivamente rodeados por el ejrcito de la Confederacin al mando de Santa Cruz y obligados a capitular. El 17 de noviembre de 1837 se firm el tratado de Paucarpata, por el cual los chilenos deban desocupar el Per, y devolver los barcos apresados en el Callao. Santa Cruz, pese a tener la superioridad militar y estratgica, permiti que los chilenos se retiraran con todas sus armas, sin ocasionarles ninguna baja. Mientras tanto la Confederacin obtuvo algunos triunfos en el mar, como la ocupacin de la isla Juan Fernndez y la victoria en el combate de Islay donde su flota derrot a la chilena, pero esto no impidi que Chile organizara la segunda Expedicin Restauradora, desconociendo el Tratado de Paucarpata y castigando a Blanco Encalada por firmarlo.Esta segunda Expedicin Restauradora, mandada por el general Manuel Bulnes, con 5,500 soldados, zarp el 19 de julio de 1838 y se dirigi hacia el norte del Per, mientras que el 29 de julio de 1838 el Estado Nor Peruano rompa la Confederacin y se declaraba totalmente libre. Esta Expedicin desembarc en Ancn y atac a Orbegoso y Nieto, pese a su separacin de la Confederacin, en las murallas de Lima derrotndolos en la batalla de Gua el 21 de agosto de 1838 y proclam luego a Gamarra como Presidente del Per.

Santa Cruz emprendi su ofensiva contra los invasores desde el Sur, y ocup Lima el 10 de noviembre de 1838, pero tuvo que internarse en el Callejn de Huaylas, a donde haba marchado el ejrcito restaurador. La primera batalla fue en el puente de Bun, el 6 de enero de 1839, resultando indecisa la victoria. El 20 de enero del mismo ao, los confederados y los restauradores se enfrentaron en la batalla de Yungay, que fue muy dura y sangrienta, siendo derrotado Santa Cruz, tuvo que huir del campo de batalla hacia Lima y luego hacia Arequipa, en donde se enter de la defeccin de Bolivia, teniendo que salir al exilio al Ecuador y despus definitivamente a Europa. El gran sueo de la Confederacin haba concluido.

El fracaso de la Confederacin fue una gran desgracia para el Per y para Bolivia, pues juntos, hubieran formado un poderoso Estado en la Amrica del Sur. La traicin de algunos peruanos que se aliaron con Chile, a la que se sumaron, los celos y la hostilidad geopoltica de este pas, que quiso destruir en germen de la unidad panperuana, fueron las causas de la destruccin de la Confederacin.

Si la Confederacin se hubiera consolidado, el poder de Lima sobre el Per y de las lites, sobre el interior, hubiera menguado, con el contrapeso que significaba la presencia de Bolivia dentro de un mismo Estado. A su vez, quizs la guerra del Pacfico, 40 aos despus, no hubiera sido posible porque el poder de la Confederacin hubiera sido tan fuerte, que Chile no se hubiera atrevido a atacarnos. En el fondo las campaas restauradoras fueron guerras civiles entre peruanos, pues en ambos bandos, junto a los chilenos y bolivianos haba peruanos que luchaban con ideales distintos. Pero la historia y la prosperidad que juzgan con criterios ms amplios y con menos pasin dan la razn a hombres como Canta Cruz y Ramn Herrera que lucharon por un ideal grandioso y no a quienes como Gamarra y Castilla, sirvieron de instrumentos a los intereses de los chilenos para destruirla.

Con el fracaso de la Confederacin, termin el periodo de determinacin de la nacionalidad, fijndose los territorios que perteneceran en adelante al Per y si el Per y Bolivia permaneceran unidos o separados, todo era incierto, a partir de este momento. Sin embargo, la guerra de Gamarra contra Bolivia en 1841, fue slo la pgina final de este proceso, en que se determinaron las nacionalidades del Pacfico Sudamericano.

A mediados del siglo XIX, intelectuales y polticos demandaron insistentemente la creacin de una universidad para el Departamento de Puno. Frente a este requerimiento, y luego de muchos contratiempos, se promulg la Ley N 406, con fecha 23 de agosto de 1856, siendo presidente de la Repblica del Per, el Mariscal Ramn Castilla, despus de que la Convencin Nacional que la presida el puneo Miguel de San Romn, creando la Universidad San Carlos de Puno. Se trata de una ley breve, compuesta solamente de cuatro artculos, el primero de los cuales declara que se erige en la ciudad de Puno una Universidad para la enseanza de la Teologa, Jurisprudencia, Medicina, Filosofa y Letras, Matemticas y Ciencias Naturales, y para que en las mismas facultades se confieran grados acadmicos.El primero de marzo de 1858, en un acto cvico memorable inicia sus funciones la Universidad San Carlos de Puno, formndose una especie de Asamblea Universitaria, la que declar como patrn a San Carlos, eligiendo como Rector al Dr. Juan Cazorla y como Vicerrector, al Dr. Manuel Pino. En esta misma ocasin, el pueblo de Puno, propuso un voto de aplausos a los diputados Ramos, Aguirre y Quiones por haber sido los autores del proyecto de ley de creacin de la universidad y haber puesto todo empeo hasta convertirlo en ley. 17 aos con tres meses funcion el Primer Centro Superior de Estudios de Puno, durante los cuales ilustres personalidades fueron rectores, Vice Rectores, catedrticos y alumnos. Se dice que por razones econmicas y administrativas y hasta acadmicas la Universidad San Carlos fue parte de la Universidad San Agustn de Arequipa, y como tal, se dictaron solamente las ctedras de Geografa, Gramtica Castellana, Latn, Matemticas, Filosofa, Jurisprudencia y Teologa; sin embargo cabe destacar que el extraordinario peruanista italiano, Antonio Raymondi, dict algunos cursos de Ciencias Naturales, y de paso se doctor en la misma facultad.La Universidad San Carlos de Puno ejerce su funcin acadmica dentro de los cnones impuestos en aquella poca, sometida al clasicismo. Era pues, una universidad eminentemente elitista dada a la categora de sus alumnos que provenan de la alta aristocracia del departamento vinculados a la clase terrateniente de la zona. Otro aspecto que se constat, es que la universidad se convierte en un centro de pronunciamiento y agitaciones polticas, y no slo eso, cuando la Patria fue desgarrada en la infausta guerra del Pacfico, en un acto cvico verdaderamente memorable, el pueblo de puneo bajo la conduccin de quienes integran la Universidad rechazan la agresin chilena y decide formar parte del batalln denominado VICTORIA. Uno de sus preclaros maestros que fuera el primer Vicerrector y luego Rector de la Universidad, el Dr. Manuel Pino que por encima de todo fuera un maestro de las juventudes, tom las armas vistiendo el uniforme de la patria como un simple soldado, para ofrendar su vida en aras de la patria como ejemplo de patriotismo que la ocasin as lo requera, actitud que deberamos seguir todos los puneos cuando la patria esta en peligro y requiera la participacin de sus hijos como en estos casos de entrega valiente y desprecio inclusive por la vida.

Esta consecuencia de la guerra con Chile fue motivo para el cierre de nuestra Universidad. La crisis econmica, poltica, social y moral que sucedi a esta hecatombe, puso fin por largos aos al Primer Centro Superior de Estudios del departamento.

CLAMOR PARA QUE SE REABRA LA UNIVERSIDAD PUNEA

El pueblo puneo en general, particularmente la juventud estudiosa, exiga constantemente a los poderes del Estado que la Universidad de Puno, cerrada injustamente, volviera a abrir sus puertas. A partir de la segunda dcada del siglo XX esa demanda se intensific a travs de los peridicos El Siglo, El Eco de Puno, Los Andes y otros medios de informacin editorializaban frecuentemente sobre esta necesidad a fin de que los gobernantes de Puno, no puedan esperar por ms tiempo un anhelo mutilado injustamente.

El Dr. Eduardo Pineda Arce, en un artculo que publica en El Siglo del 23 de julio de 1923, exclama la necesidad de una universidad, al igual que el Dr. Adrin Cceres Olazo en aquellos mismos aos coincida en el mismo requerimiento y entre otros pensadores sealaban el mismo clamor del que se reabriera la universidad punea.. Sin embargo, este clamor de Puno y sus principales personajes era desodo y habra que esperar muchos aos ms. Nadie negaba que Puno requera urgentemente de un centro superior de estudios, pero que los problemas que tradicionalmente confrontaba la nacin, no permita la cristalizacin de este viejo anhelo.

EL PROYECTO DE JOS ANTONIO ENCINAS FRANCOEl maestro y parlamentario cuando ejerca la Senadura por Puno, se dign en presentar el primer proyecto de ley para que se reabriera la Universidad, en fecha 2 de noviembre de 1954, acogiendo clara est, el clamor popular de los puneos, sin embargo su proyecto fue archivada, por la sencilla razn de que en esa ocasin se encontraba en el poder un enemigo mortal de las universidades: el dictador Odra, pero, no slo fue ste el nico obstculo, sino que tambin, los parlamentarios que lo rodeaban, no eran partidarios de que en Puno se creara o se reabriera la Universidad; por el contrario fueron totalmente adversos al proyecto de Jos Antonio Encinas. Creemos que la poltica anti-universitaria del sistema odrista que se denomina el ochenio, oblig a mandar al archivo el mencionado documento, pese a la tenaz insistencia del Senador puneo para que sea discutido y aprobado.

EL PROYECTO BARREDA RAMOS Y LA ASOCIACIN DE PERIODISTAS DE PUNOA mediados de setiembre de 1955 (casi un aos despus del proyecto de Encinas), se produjo un pblico pronunciamiento a favor otra vez del que se reabra la universidad punea, esta vez por parte de la Asociacin de Periodistas de Puno que lo presida el cannigo de la Catedral de Puno, Dr. Enrique Robles Riquelme, encargado de redactar un memorial que fuese suscrito por las autoridades departamentales de Puno, jefes de instituciones pblicas y privadas, colegios profesionales, intelectuales y la propia ciudadana, en la cual se demandaba al Poder Legislativo la dacin inmediata de una ley que pusiera en marcha el funcionamiento de la Universidad de Puno, fundamentndose de que en Puno haba una importante poblacin y que constitua adems, el principal centro ganadero del pas, sin dejar de lado su vala cultural e intelectual.Esta peticin multitudinaria, hizo eco en algunos parlamentarios, especialmente en el nimo del Senador por Puno, Ing. Carlos A. Barreda Ramos, quien el 15 de noviembre de 1955, present otro proyecto de ley, similar al que elaborara el Dr. Jos Antonio Encinas. Vanos tambin fueron sus esfuerzos de que su proyecto se convirtiera en ley. Las razones fueron las mismas que en el caso del Dr. Encinas: la dictadura tena aversin a las universidades, por lo tanto, una vez ms, Puno seguira siendo vctima de la postergacin por caprichos de gobernantes centralistas sobre los dems pueblos del Per.

EL PROYECTO ENRIQUE TORRES BELN

El 15 de noviembre de 1958, el Senador Enrique Torres Beln, presenta en su Cmara un proyecto que despus de muchos contratiempos que dur aproximadamente dos aos, fue convertida en ley. Sin embargo la aprobacin de la ley no fue tan sencilla como parece, naturalmente que esta ley adoleca de algunas deficiencias que fueron superadas paulatinamente, pero algo que no se puede dejar de decir, es que el proyecto obedeca, a las exigencias de un pueblo al que injusta e indebidamente se le arrebat su universidad, y que para recuperarla se emprendi una larga, penosa y dramtica lucha a travs de varias dcadas, por lo que cualquier objecin que pudiera habrsele formulado, an de buena fe, tena que interpretarse como un torpe desafo a los anhelos y aspiraciones de un pueblo que como Puno, demostr a lo largo de su historia a travs de una serie de proyectos como lo objetivamos anteriormente para su pronta reapertura y que los puneos no debemos olvidar la serie de oposiciones por personajes que no permitieron su funcionamiento y que anhelaban bajo cualquier costo negarle a Puno este derecho que por muchos aos le fue negada.

Enrique Torres Beln, era un tcnico entendido en materia agraria y pecuaria, por lo tanto parta del principio que se requera urgentemente preparar profesionales en estos rubros que permita el desarrollo de la regin. Saba que la gran poblacin existente en Puno era agraria y ganadera, con limitaciones orientaciones profesionales, pero con una riqueza extraordinaria en los rubros que se mencionan desde tiempos ancestrales. Era de entenderse, que el 46% de todo el capital ganadero del pas estaba en Puno, en lo referente a ovinos, en lo que respecta a camlidos andinos, se tena el 45.10%, y en vacunos algo ms del 20%, por lo tanto, con una direccin tcnica eficaz y oportuna, con expertos que trabajasen en el campo con la ms eficiente formacin acadmica, esta riqueza podra duplicarse en pocos aos, al igual que la actividad agraria. Pues, las haciendas eran eminentemente ganaderas, adems de que el poblador andino tena entendimiento del trabajo de cultivos nativos pero en forma emprica y que gracias a ello subsista.

Por ello, el proyecto consideraba que la universidad debera denominarse Universidad Tcnica del Altiplano, e iniciar sus actividades acadmicas con una sola facultad denominada Ingeniera Agropecuaria, con ao de estudios preparatorios y seis aos de formacin profesional. Como era menester el estudio econmico y social de nuestra regin, contemplaba as mismo el funcionamiento de un Instituto de Estudios Socio-econmicos, as como servicios regionales de agricultura, de ganadera y piscicultura.

Otra preocupacin del Senador lampio fue el dotarle a la Universidad un significativo patrimonio para su funcionamiento , de all que se pens en la Granja Modelo de Chuquibambilla con sus fundos anexos que sta posea como son el de Buenavista y Paccochuma; la Granja Modelo de Auqunidos con sus inmuebles rsticos de San Martn de la Raya y Vilcanota y los fundos menores de Camacani, Carcahuata y otros que deban pertenecerle, adems de la Quinta Valderrama que servira para la construccin del campus universitario, donde funcionara las aulas, laboratorios, oficinas, bibliotecas, residencia de los catedrticos y estudiantes y otros servicios necesarios para su funcionamiento.APROBACIN DEL PROYECTO Y SUS DETRACTORESEl 19 de febrero de 1959, es considerada en los registros de la historia de Puno como trascendental y significativa, por la sencilla razn de que el Senador por Puno Enrique Torres Beln, logra en su Cmara la aprobacin del proyecto de reapertura de la Universidad Nacional del Altiplano, por unanimidad. Si bien es cierto que el mencionado proyecto tuvo algunas observaciones formales, ningn senador objet el fondo del mismo.El triunfo del senador lampeo por la reapertura de la Universidad fue recibido por la prensa nacional capitalina como el de las provincias con alborozo y entusiasmo en especial el del departamento de Puno, dedicndole publicaciones y comentarios de gran acontecimiento que saludaron el trabajo tesonero y exitoso de Torres Beln en beneficio de la cultura de Puno. Sin embargo, los subalternos intereses polticos comenzaron a poner su nota discordante y ponerse a atacar no slo el proyecto sino tambin a su autor. Una revista dirigida por la democracia cristiana, denominada Limea , con el ttulo de UNA VERGENZA PARA EL CONGRESO sostena lo siguiente: Sin admitir ninguna crtica, sin remediarse en nada los graves defectos existentes en el proyecto de ley que dispone la reapertura de la Universidad de Puno con el nombre de UNIVERSIDAD DEL ALTIPLANO, un Senador de la Repblica impone, haciendo uso de su prepotencia poco comn, la aprobacin de una ley que carece hasta de los ms elementales principios de tcnica, slo con el propsito vedado de beneficiarse polticamente, y que demuestra falta de honestidad y escrpulo (Limea, revista social grfica, N 22. marzo de 1960).

Este ataque que adems de insolente y grosero, parta de la democracia cristiana arequipea en parte y el lenguaje soez, perteneca nada menos que a ROGER CCERES VELASQUEZ un hombre afincado en la provincia de San Romn-Juliaca de procedencia arequipea que le tena un odio desmedido a la provincia de Puno, a sus instituciones y a sus hombres representativos. Cmo poda decirse que un hombre sin mcula como Enrique Torres Beln persegua propsitos tan bajos y deleznables y de imponer haciendo uso de una prepotencia, slo con el propsito vedado de beneficiarse polticamente o para servirse del cargo que ostentaba por motivos personales Acaso Roger Cceres Velsquez no adverta que este ataque desleal estaba dirigido a todo el pueblo de Puno Los comentarios contenidos en la nota aludida seran repetidos una y otra vez a manera de una tonta letana en todas partes en donde se encontraba, desdiciendo mucho del seudo juliaqueo Cceres Velsquez que la historia se encargar de juzgarlo.

Un hermoso y bien meditado artculo periodstico que se public en El Comercio de Lima, con fecha 16 de enero de 1960 por el Dr. Jos Garmendia, aplauda el proyecto en trminos muy elogiosos, cuando deca: Nihil volitum nissi prae cognitun (nada es amado si no es conocido). Alguna vez haba afirmado, los puneos son como Puno: al recorrer su extensa llanura, da la sensacin de tristeza, fro, desolacin y sin embargo, para gozar de lo bello y de lo hermoso que es Puno, es preciso llegar a sus islas y pennsulas, bordear las riberas de su Lago inmenso, esas planicies, blancas de rebaos de corderos, alpacas y vicuas, con sus chozas de paja simples y poticas, formndole marco los nevados de sus codilleras oriental y occidental. As es el puneo de rostro un tanto duro, al parecer ajeno al sentimiento, y es preciso buscarle, acercrsele para saber lo que es la amistad, lealtad, sinceridad. Se preguntaba quin puede ponderar todo el dao que se le hizo a este rico y extenso departamento, al clausurase su Universidad?, creada por el Congreso de la Repblica, cuya resolucin legislativa fue promulgada por el Presidente Ramn Castilla y su autgrafa firmada y sellada, en actitud encomiable y simptica para su funcionamiento.

El diario de mayor circulacin en Puno, Los Andes, que fuera fundado por el insigne periodista y abogado, el Dr. Ignacio Frisancho Macedo el 12 de octubre de 1928, y bajo la direccin de su hijo el Dr. Samuel Frisancho Pineda, se convirti en el vocero justiciero por la lucha de la reapertura de la Universidad de Puno a travs de innumerables artculos periodsticos, editoriales e informaciones por intelectuales puneos en pro de esa gesta heroica de la reapertura de su universidad. Rezan en sus pginas la defensa ponderada para defender la decisin del senador Enrique Torres Beln.

Basta citar como ejemplo al Dr. Alberto Catacora Pino; desde Ayaviri al Dr. Fernando Tapia; al Dr. Vicente Cuentas Zavala; don Vctor Villar Chamorro, entre otros, que utilizando las pginas del diario Los Andes se regocijaban de que al fin Puno iba a tener su universidad. Si se analiza los planteamientos de los distintos medios de comunicacin, los comentarios de intelectuales puneos y de otras latitudes, as como los pronunciamientos de todo el pueblo de Puno, se constat que todos, con excepcin claro est de los escribientes demcratas cristianos arequipeos de la revista La Limea, expresaban su pleno acuerdo con el proyecto Torres Beln aprobado ya en la Cmara de Senadores.

Una vez que el proyecto fue aprobado en la Cmara de Senadores, sin el trmite de leerse ni sentarse en acta, pas a la Cmara de Diputados para que en el plazo ms breve fuese tambin aprobado, pero es aqu donde se durmi cerca de un ao y medio, y lo que es peor se pretendi rechazarlo o en el pero de los casos desaprobarlo.

El Comercio de Lima en su editorial del 23 de julio de 1960, expresa su honda preocupacin por la demora indicada, indicndose lo siguiente: La reapertura de las aulas universitarias es actualmente la mayor preocupacin de las poblaciones puneas, las cuales formando un vasto movimiento de opinin en todo el departamento, exigen al Poder Legislativo y al Gobierno la dacin de disposiciones que permitan a la Universidad de Puno reiniciar sus actividades, bajo nuevas orientaciones, que seran principalmente tcnicas, como lo aconsejan las necesidades de esa importante regin pecuaria, agrcola y minera. Y est precisamente en la Orden del Da, en la Cmara de Diputados, un proyecto ya aprobado en el Senado, cuyo artculo primero dice: La Universidad de Puno, creada por Ley N 406 de 29 de agosto de 1856, entrar nuevamente en funcin a la promulgacin de estas ley, como la Universidad Nacional bajo la denominacin de UNIVERSIDAD TCNICA DEL ALTIPLANO.

La demora en la Cmara de Diputados para debatir el proyecto aprobado en Senadores, no dejaba de mortificar a los pobladores de Puno y a sus representantes en el Legislativo, se trababa simplemente de subsanar algunas recomendaciones que se hiciera al proyecto de ley presentada por Ing. Enrique Torres Beln y pudiera posteriormente tratarse fcilmente en la Cmara baja. Pero esto no fue as, en vista que no todos queran a Puno, y que por el contrario, contaba con numerosos enemigos que disimuladamente combatan la reapertura de la universidad y que desde el punto de vista poltico existan intereses por frenar las ms caras aspiraciones puneas de ese momento, as lo manifest el Senador Enrique Torres Beln Quines seran esos personajes interesados en que Puno no contara con su universidad?

Tanto en Puno como en Lima, comenzaron a correr rumores de que el Diputado ROGER CCERES VELASQUEZ, valindose del grupo poltico al que perteneca, esto es, la Democracia Cristiana, haba jurado que ese proyecto no pasara. Casi todos eran arequipeos, incluyendo Roger Cceres Velsquez, an cuando hay quienes creen que naci en Juliaca. Era innegable que ste susodicho y su grupo poltico haran lo imposible por bloquear en la Cmara de Diputados el Proyecto de Enrique Torres Beln Qu intereses tendra este enemigo de Puno? Hasta ahora no se puede alcanzar a comprender por qu tuvo que asumir semejante conducta descabellada y tomar una postura de abierto y hasta de grosero desafo a las aspiraciones de todo un pueblo como el de Puno.

Por mejor hacerlo y logra una aprobacin fcil, Torres Beln y Frisancho Smith, decidieron que deba tratarse este proyecto el da 4 de noviembre de 1960, en homenaje al 292 aniversario de Puno, para que al menos, tomando la parte sentimental de los parlamentarios, no hubiera oposicin, y que a manera de rendir tributo a Puno, se le entregara la ley que reabriera su Universidad. Eran aproximadamente las seis de la tarde de aquel tristemente da, cuando el Presidente de la Cmara de Diputados anunciaba que est en el tapete del debate el documento enviado y aprobado por Senadores, dndose la correspondiente lectura y anuncindose que no haba dictamen de la Comisin respectiva. Se puso en debate el primer artculo, y uno de los primeros que hace uso de la palabra fue el demcrata cristiano MARIO ALZAMORA VALDEZ, quien con una dureza digna de mejor suerte, lo atac y combati con excesiva vehemencia. Empero, cuando se someti a votacin fue aprobado dicho artculo por mayora, y cuando deba debatirse el segundo artculo, alguien pidi se constatara el qurum, encontrndose con la ingrata sorpresa de que la mayora de los diputados haba hecho abandono de la Cmara. El pueblo de Puno se pregunta y se repreguntar siempre, este abandono fue casual u orquestado por alguien? no lo sabemos acaso No hubo la capacidad suficiente de la representacin punea para comprometer a los dems diputados amigos para que colaboraran sobre un tema de tan trascendental importancia para los interese de Puno? Se despert acaso en ese momento, en la mayora parlamentaria, el odio a Puno y a los puneos? nadie lo sabe, lo cierto es que hubo tal abandono, con la clara intencin de no debatirse ms el tantas veces mencionado proyecto. El caso es que en aquella noche del 4 de noviembre de 1960 Puno esperaba buenas noticias, pero se le dio una ingrata noticia o tal vez una traidora pualada en la espalda por los traidores al pueblo de Puno, de quien tambin se sabe quien y quienes fueron y sabe quien con qu intenciones. La sorpresa de la mala noticia conmovi, naturalmente, a propios y extraos y de esta manera no se aprob la tan ansiada ley que Puno esperaba.

CAMPAA CONTRA LA UNIVERSIDAD DE PUNOComo la historia no hay que ocultarla por ms dura que fuese, hay decir tambin en este caso, que en una conversacin que sostuviera a fines de setiembre de 1960, es decir, antes de los hechos que se narr, entre el Senador Ing. Enrique Torres Beln con el Ing. Jos Luis Lescano Palomino y otras personas en la ciudad de Puno, se refiri que el Ing. Torres Beln haba sido informado en Juliaca que Roger Cceres Velsquez contaba con el apoyo de su partido para hacer abortar el proyecto que el Senado ya haba aprobado, y que, por el contrario, se iba a presentar otro, en virtud del cual la Universidad por reabrirse no funcionara en la ciudad de Puno sino ms bien en la ciudad de Juliaca, y que en ese sentido se iba a realizar una movilizacin de los habitantes de Juliaca. Esto demuestra que Torres Beln ya conoca del plan contra los intereses del pueblo de Puno, y no puede pensarse que haya dejado de advertir por lo menos a los parlamentarios de su grupo, para no caer en la trampa demo-cristiana como que desgraciadamente ocurri. El propio Torres Beln, poco despus de los sucesos del 4 de noviembre de 1960 en la Cmara de Diputados, expres que el Diputado Mario Alzadora Valdez, tena en manos un telegrama que constantemente lo ofreca en sus intervenciones, tomndolo como prueba de que el pueblo de Puno se encontraba en desacuerdo con el proyecto Torres Beln. Ese telegrama fue el que remitiera el llamado Instituto de Promocin Social y Cultural del Altiplano que haba constituido en esos das en Juliaca bajo la direccin de Roger Cceres y su hermano Nstor Cceres. Otro telegrama cursado el 7 de noviembre de 1960 por el mencionado Instituto deca textualmente lo siguiente: Mltiple, Cceres Velsquez, Briceo, Frisancho, Arguedas, More, Aleman, Noriega, Monroy, Manrique, Rivera del Mar, Cmara de Diputados, Lima: Proyecto Universidad Tcnica Altiplano NO SATISFACE ESPECTATIVAS DEL DEPARTAMENTO stop solicitamos esperar pronunciamiento pueblo Puno, fin evitar responsabilidades stop esta semana realizaremos gran asamblea instituciones.- Instituto Promocin Social Altiplano.

A partir de este momento se emprende una campaa abierta, descarada, mentirosa y desleal contra la proyectada Universidad de Puno, partiendo del susodicho Instituto y luego a travs del partido demcrata cristiano. Se distribuyen volantes en todo el Departamento de Puno atacando el proyecto Torres Beln, tratando de demostrar que el mismo ofrece los mayores defectos y deficiencias, siendo imprescindible que otro proyecto debiera ser presentado. Mientras tanto la Cmara de Diputados, por medio de su presidencia mand postergar el proyecto por tiempo indefinido. La medida asumida por la Cmara de Diputados fue un xito rotundo de la democracia cristiana y naturalmente del egosta Roger Cceres Velsquez. Lgicamente fue un triunfo prrico porque a la larga, Roger Cceres Velsquez sera considerado EL MAYOR ENEMIGO DE PUNO Y DE LOS PUNEOS, a tal punto que nunca la tenido la osada de poner los pies en la Universidad Nacional del Altiplano.Pues bien, el famoso Instituto que podra sealarse como un antecedente del partido que despus se llamara FRENATRACA, adems de remitir telegramas y otras comunicaciones a Lima en nombre de todos los pueblos del departamento de Puno, se daba el lujo de atacar, por medio de volantes, a las instituciones y hombres representativos de Puno, y en el fondo al mismo pueblo puneo. En uno de sus volantes, fechado el 15 de noviembre de 1960, insultaba groseramente al Senador Enrique Torres Beln, tratndolo de terco, obstinado, autor de un proyecto monstruoso, antipuneista, igual campaa fue desplegada por el llamado Comit departamental del Partido Poltico Demcrata Cristiano que encabezaban en Puno CIRO ASTETE YBAR, natural del Cuzco, y OSWALDO VALDERRAMA CUENTAS, quienes firmaron hasta cinco comunicados, con lenguaje mal hilvanado y con frases hirientes a los puneos y al Senador Torres Beln.

Qu pretenda Roger Cceres Velsquez con todo esto? que la Universidad funcionara en Juliaca, lo que resultaba absurdo, y as lo entendieron los mismos juliaqueos. Pero en este ajetreo de poltica barata, no se tuvo en cuenta un hecho capital en el destino comn de la historia regional punea: romper con su tradicional unidad histrica y fraterna, ya que desde entonces seran enfrentados dos pueblos hermanos como son Puno y Juliaca, llegndose a casos extremos como el prender fuego, poco aos despus a una camioneta de la Universidad de Puno, por hordas que dirigan los incondicionales de Cceres.

En una carta de Vctor Villar Chamorro, dirigida a Torres Beln, el 14 de noviembre de 1960, se dice:

Estando unos instantes por ac, me he enterado por la publicacin hecha en Los Andes, que se ha iniciado una corriente en Juliaca, para llevarse a esa ciudad, la proyectada Universidad y que se han dirigido peticiones en tal sentido a la Cmara de Diputados. Por supuesto que la noticia ha producido roncha en los puneos, porque ello podra ser el principio del fin de nuestra capitalidad. Afortunadamente, la idea no ha de prosperar; pero, s se corre el peligro de, cuando menos, atrasar la efectividad de la ley respectivaEn esta misiva el periodista puneo apuntaba sobre aquello que aliment Cceres en algunos juliaqueos en esos aos y an despus: que Juliaca sea la capital del departamento, y si esto no fuese aceptado, pues bien, hay que pertenecer a la querida tierra de Arequipa. Esto fue un acuerdo que se adopt en una sesin del Consejo Provincial de San Romn a insinuaciones de los hermanos Cceres.

Vemos as que la campaa contra la capital de Puno parta del proyecto de la Universidad y se tiene que rechazar semejante idea hoy y siempre. Puno, por mil ttulos mantendra siempre ese derecho de ser la capital de la Regin, aunque hay quienes no desearan esto. Los Cceres, naturales de Arequipa, tuvieron por padre a un caballero que se inici modestamente en la compraventa de lanas y cueros, hacia la primera dcada del siglo XX en la famosa plaza del Chupe Katto de Juliaca, con el correr de los aos form una de las mayores fortunas en dicha ciudad. Sus hijos, formados y educados en Arequipa, eran hombres totalmente extraos a la cultura de Puno, y su ignorancia de esta es tan clamorosa que en un artculo que apareci en La Prensa suscrita por Roger Cceres Velsquez dice que la Universidad del pasado siglo funcion ms de diez aos, habiendo estudiado all y gradundose en Derecho muchos puneos eminentes como Santiago Giraldo, Fernando Landaeta, Mariano H. Cornejo, Juan Jos Calle y Toribio Pacheco. Pues ninguno de ellos estudio no obtuvo ttulo profesional en la Universidad San Carlos de Puno. No sabemos de donde sac tan curiosos datos.

Numerosos historiadores y estudiosos de la realidad punea tanto extranjeros como nacionales de la talla de Dan Chapin Hanzen, Nils Jacobsen, Edgard Dew, Zhukov, Tamayo, Pierre Vilar y otros, se sorprenden de que personajes ajenos a Puno, enemigos mortales del indio, hayan logrado perennizarse en el Parlamento con el pretexto de ser luchadores y hasta apstoles del indio, cuando se sabe que no tuvieron ni tienen una identificacin con la cultura andina. Aquello de invocar el Tahuantinsuyo es una de las tantas curiosidades para engaar al indio y lo del chullo hueco como deca el propio More, slo ha tenido y tiene un fin peyorativo para humillarlo an ms. Lo que tambin es digno de ripley es que estos caballeros ignorantes de nuestra cultura con aires aristocrticos, le digan hermano campesino a los puneos, quien por su ignorancia y analfabetismo crey en un momento, en que haban llegado sus salvadores cual vil espaoles para los partidarios de Huscar, Chachapoyas, Huancas, Chancas y caaris como la historia nos cuenta en los aos de 1532 en que cay en Gran Tahuantinsuyo en manos de los espaoles.

Los cierto es que, en alguna medida estos personajes extraos de la cultura de Puno quebraron la unidad departamental que nunca antes fue mellada, partiendo de una barata demagogia en torno al problema de la reapertura de la Universidad Nacional del Altiplano.

PROMULGACIN DE LA LEY N 13516Las protestas y movilizaciones puneas no se dejaron esperar las mismas que tuvieron una profunda repercusin a nivel nacional. Ante este hecho los enemigos de Puno se replegaron y bajaron la guardia, arrepentidos de sus extraas pretensiones. Alzadora Valdez, conmovido por la declaracin de traidor al pueblo de Puno y su cultura y el pas, culp a Roger Cceres, quien a su vez, dijo que todo haba sido obra de sus enemigos comunistas, como creerle si fue precisamente este caballero con la ayuda de la representacin del P.D.C y mediante Mario Alzadora Valdez, quienes esgrimieron los mismos argumentos del Instituto de Promocin Social y Cultura del Altiplano (hoy FRENATRACA) que diriga Nstor Cceres Velsquez, quien reciba instrucciones y orientaciones de su hermano Roger Cceres Velsquez, quien desde haca mucho tiempo vena realizando maniobras contra la aprobacin del proyecto Torres Beln.

En la primera sesin de la Legislatura Extraordinaria que tuvo lugar el 27 de diciembre de 1960, fue puesto en tapete nuevamente el proyecto Torres Beln. En esta ocasin casi todos enmudecieron, con excepcin del diputado cusqueo Vctor J. Guevara que junto con otros representantes cusqueos pretendieron repetir la noche del 4 de noviembre. Fue entonces que pudo descubrirse que los enemigos de Puno no solamente se encontraban en Arequipa y Lima sino tambin en el Cuzco, en vista que gran parte de los representantes del Cuzco abandonaron la Sala en seal de protesta y seguramente para no hacer el qurum como era el propsito de Vctor J. Guevara, sin embargo luego de debatidos todos sus artculos se aprob la ley, el presidente de la Cmara Dr. Fred Rossel, remiti inmediatamente una nota escrita al Ing. Enrique Torres Beln que aguardaba en la colegislatura el resultado de aquella histrica sesin. En la nota le renda su homenaje, y en su persona a todo el pueblo de Puno, el mismo que despus de una va crucis espantosa, como dijera Torres Beln, hubo de lograr la aspiracin que tanto haba soado. Por fin, despus de tantos aos de padecimiento y sufrimiento, se haca justicia. Inmediatamente el autor del proyecto y de la ley dirigi una comunicacin urgente al Presidente del Frente Departamental dndose a conocer de dicha aprobacin. Los das 28, 29 y 30 de diciembre se vivi en el departamento de Puno momentos de intensa algaraba. Todos los peridicos del pas dedicaron pginas de relieve el acontecimiento y rendir tributo y homenaje al Departamento de Puno.

Pese a la gran oposicin de los tradicionales enemigos de Puno, de los ataque frontales que se dieron en todos los frentes, Puno haba conseguido lo que tanto haba esperado, la reapertura de su Universidad. El Ing. Enrique Torres Beln recibi las congratulaciones de todos los rincones del pas, por su decisin y coraje al cristalizar su ms caro anhelo para los puneos, junto con los diputados Emilio Frisancho Smith, Humberto Eduardo de Amat, Tefilo Monroy Solrzano, Jos Aleman Cornejo, Guillermo Briceo, Julin Rivera del Mar y Ernesto Calmet Noriega. A todos ellos se les tiene que testimoniar la gratitud de Puno.Pese a un considerable retraso, el da 10 de febrero de 1961, fue promulgada la ley que reabra la Universidad Tcnica del Altiplano, signada con el nmero 13516, por el Presidente Constitucional de la Repblica, Dr. Manuel Prado Ugarteche, publicndose en el oficial El Peruano con fecha 24 de febrero de 1961, con sus 23 artculos, sin que el proyecto presentado por Torres Beln se hubiera modificado ni una coma, tal como era su deseo.

SUBLEVACIN INDIGENA EN HUANCANJUAN BUSTAMANTE DUEASQuin era Juan Bustamante Dueas? Qu conexin tena con el mundo campesino? Qu significado tendra sus experiencias en la historia del altiplano puneo? Por qu el apelativo de mundo puricuy? Esta y otras preguntas nos proponemos responder respecto de un hombre precursor del pensamiento indigenista que ha dado la tierra de los Kollas a la humanidad.

Juan Bustamante Dueas haba nacido el 24 de junio de 1808 en el pueblo de Vilque, a unos cincuenta kilmetros al noreste de la ciudad de Puno, sede por ese entonces, de la ms importante feria comercial de de la regin, conocida en el nombre de la feria de Pentecosts, perteneciente al partido de Lampa y la Intendencia de Puno. Siendo su padre don Mariano Bustamante Jimnez, arequipeo de ascendencia espaola y cuya madre fue Agripina Dueas Vera, natural de Cabanilla. Habra pasado su infancia entre los pueblos de Vilque y Cabanilla, de donde tambin frecuentaban en compaa de su padre a pueblo de Lampa; su adolescencia la vio pasar en Cabanilla en donde inici su educacin en la escuela parroquial de Cabanilla, en su formacin, tambin ayud su padre ante la falta de centros educativos superiores, ante ello, es probable que sus estudios secundarios los haya hecho en la ciudad de Arequipa. Sus aos de juventud habran transcurrido entre Cabanilla, Lampa, Puno y Arequipa.

Juan Bustamante deca de s mismo: del mismo color de su madre, poco o nada saqu de mi padre, oriundo de Espaa. Inquieto, prefiere los viajes y los negocios que a la educacin formal. Hacia mediados del decenio de 1830 era ya un comerciante prspero cuyas actividades se extendan haca las fronteras de la regin punea. Le distingua, asimismo una arraigada conviccin liberal. Vea en la revolucin mercantil una apreciable oportunidad de regeneracin social. Cancelar las castas, consolidar la parte civilizada de la sociedad, iniciar la progresiva adopcin de un sistema moderno basado en valores de justicia e igualdad, eran segn l, transformaciones factibles, acordes con la era en que ingresaba el mundo, fundamentales para alcanzar el progreso y la felicidad regional. Con similares objetivos la legislacin agraria republicana haba pretendido liquidar la propiedad cooperativa, incluidos los ayllus, las parcialidades y cualquier otro tipo de organizacin comunal. Crean promover as la aparicin del tipo individualista y emprendedor, sobre cuyos hombros se haba erigido el capitalismo agrario en Amrica del Norte. Haba que tener en cuenta, que ni los Andes puneos, eran las praderas del Mississipi ni la historia andina era la norteamericana. Con la crisis minera de las postrimeras coloniales, los Andes del Sur, de los que el altiplano puneo era parte central, haba perdido un antiguo y eficiente articulador: la minera. La decadencia de Potos se haba llevado consigo el otrora palpitante pulso comercial de la regin. La nueva frontera peruano-boliviano fue un factor agravante. A todo ello se sumaba el desorden independentista. En la bancarrota fiscal de aquellos aos, restablecerla era imposible, de all que, la contribucin indgena fue la nica opcin que las nuevas autoridades encontraron para asegurar la existencia del aparato fiscal. Tributo a cambio de proteccin, como en tiempos coloniales. Fue ese el principio fundamental de la relativa estabilidad prevaleciente en las dcadas que siguieron a la gran rebelin de Tpac Amaru (1780). El pacto indiano comunidades-estado quedaba as reafirmado, en tanto marco material y moral de las relaciones entre campesinos y autoridad.

El distrito de Pucar en la provincia de Lampa- proporciona un ejemplo de esa asimtrica estabilidad previa a la intensificacin de la penetracin comercial. Ah, haca mediados del siglo XIX, los ayllus se mantenan intactos, con sus moradores aportando a travs de la minka y el ayni al progreso local, dentro de un ambiente de respeto a las autoridades de antiguo arraigo, cuyas haciendas de estirpe colonial y usufructuarias de una amplia red de dependientes y allegados, no encontraban ms del 40 por ciento de las tierras del distrito. De ah que, al salir del coloniaje segn Jos Frisancho-, pueblos como Pucar conservaban todava el noble decoro de su linaje. As, el primer medio siglo republicano habra sido una edad patriarcal en las que florecieron las ms altas virtudes de la raza. Haca 1870 vendra el cambio, inicindose a partir de entonces un proceso evolutivo del que puntualiza Jos Frisancho, nadie sino los caudillistas centrales haban sido responsables. De su afn de control haban nacido las argollas negras que como cadenas opresoras se haban extendido por toda la nacin y que partiendo de los altos jefes polticos del pas remataban en los ms nfimos gobernadores y jueces de paz de los ltimos pueblos del altiplano puneo. Esas autoridades maleantes fomentadas por el centralismo seran, eventualmente, los agentes del latifundismo y del fenmeno gamonal. De esa poca de pociones centralistas sera testigo Juan Bustamante Dueas como testigo de excepcin.

Nils Jacobsen ha explicado las bases econmicas de esa relativa estabilidad. Beneficiados por la descompresin terrateniente post-tupacamarista, los ayllus del altiplano puneo vieron crecer sus rebaos a la vez que ampliaban su control sobre los pastizales de altura. Al frgil nuevo poder republicano no le qued sino adaptarse al nuevo contexto, promulgando leyes que contribuyeron a la contencin de la gran propiedad. No sorprende, por lo tanto, que cuando entre en alza la demanda de lanas, los comuneros sean sus productores mayoritarios. No solo para los hacendados, tambin para ellos, el boom lanero era una apetecible oportunidad. Bustamante reconoca la laboriosidad y las aspiraciones ciudadanas de los campesinos abogando por un progreso que no significaba su exclusin. No era esa la opinin generalizada. En su pugna acumulativa, en ausencia de un mercado de tierras formal, viejos y nuevos propietarios resucitaran la antigua dualidad colonial con el fin de presentar sus intereses como aquellos de la civilizacin frente a la innata barbarie del productor campesino. De tal suerte, ms que abrir ventanas hacia la modernidad, la mercantilizacin coadyuvaba a reforzar imgenes del pasado y de la colonia. As, entre fines del siglo XIX e inicios del XX, en el preciso momento en que las redes comerciales se expandan y la competencia mercantil se agudizaba, resucitaron a travs del altiplano las relaciones de poder de carcter neocolonial.

Bustamante observ estos sucesos con creciente ansiedad. Sus memorias le sugieren un inconforme nato, incansable escrutador de la realidad circundante. Su propio carcter lo impulsa a la arena poltica. A raz de su eleccin como representante de la provincia de Lampa llega al Congreso Nacional, en 1839 emprende su primer viaje fuera de la regin. Elige dirigirse a Lima por la ruta de la sierra central. Descubre en el trayecto una realidad apabullante. Recorriendo la provincia altiplnica de Ayaviri, se pregunta s acaso no es el estrago de las revoluciones la causa de tan lastimosa decadencia, de semejantes descalabros del cuerpo social. Le suscita todo aquello una amargura inexplicable. Estaremos condenados a vegetar entre tesoros e ignorancia dejando inocentemente que extranjeros codiciosos vuelvan enriquecidos a sus pases para desde ah echarnos en cara nuestra indolencia?, se pregunta a su paso por el Cuzco. Da composicin dice- arrimarse a una cabaa y ver de cerca de esos pobres pastores cubiertos de andrajos y miseria. Sus razonamientos, tan sesudos aunque expresados con vulgaridad, son las quejas fundadas de una persona respetable aun en su misma indigencia, por lo mismo que pertenece a mi propia especie. Anota sus quejas buscando reproducir la propia voz de abusado: ya ve usted seor mo le dice, supuestamente, uno de ellos- si nos asiste razn para aborrecer a los tiranos que tan mal nos pagan, y que nos dejan morir de hambre sin ninguna compasin.

Repudia, en particular, a aquellos brbaros militares que hacen vctimas de rabia a los serramos campesinos que comprenden la voz de mando, de jefes que ignoran completamente el idioma quechua. Aparecen tambin en su narracin, esos vecinos llamados mistis que se turnan llenos de soberbia la autoridad conferida por la nacin, la vara, es decir, como que oprimen sin piedad a los infelices indios. No quiero escandalizar al mundo sostiene- diciendo cmo se imponen y cobran los tributos entre nosotros. Y los curas, por cierto, viviendo en las ms espantosas inmoralidades. Indolentes, todos estos personajes, frente a la oportunidad que se abren con la nueva era: por qu vestir a nuestros soldados con paos europeos maleados?; no podran acaso los estancieros doblar el precio de su lana si hicieran esfuerzos en mejorar su calidad?; no es acaso obligacin del gobierno dar estmulo a la industria local? Habiendo necesidad de brazos, no puede acaso salir stos del interior del pas, sobre todo de Puno, donde hay gente que se muere de hambre y otros tantos que gastan sus vidas sirviendo los caprichos despticas de autoridades?Desde su escao en el Congreso, Juan Bustamante Dueas presentar una serie de propuestas imposibles: una ley para nominar obispos con participacin de la feligresa; escuelas gratuitas en todos los distritos de la nacin; una red nacional de caminos; el control de los ascensos en la milicia; penas de carcelera para los deudores de mala fe. Decepcionado con la impotencia congresal frente al poder de los caudillos, opta por alejarse de la poltica y emprender un viaje por todo el mundo. Inicia, en 1841, un primer periplo: Estados