francisco palau y quer
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Francisco Palau y Quer
Francisco Palau y Quer (Aitona, Cataluña, 29 de diciembre de 1811 - † Tarragona, 20 de marzo de 1872). Religioso carmelita descalzo español. Creó la 'Escuela de la Virtud' - un modelo de enseñanza catequética - en Barcelona. En 1860-61, fundó una congregación mixta de Hermanos y Hermanas Carmelitas Terciarios en las Islas Baleares, que originarán posteriormente las congregaciones de Carmelitas Misioneras Teresianas y Carmelitas Misioneras. Fue predicador de misiones populares y extendió la devoción de la Virgen María. La vida de Francisco Palau se unificó cuando entendió el sentido de la Iglesia católica. Lo que hasta entonces había sido una oscilación confusa desde la soledad al servicio y de vuelta a la soledad cobró sentido para él cuando descubrió que la Iglesia era el misterio de Dios y los prójimos.
Murió en Tarragona el 20 de marzo de 1872, y fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 24 de abril de 1988.
Era tío abuelo de Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars.
Vida en el seminario
En Lérida en el seminario diocesano quedó como alumno porcionista en octubre de 1828. Durante cuatro años gozó
de la beca hasta que en 1832 renunció a ella para pasar como postulante al convento de los Carmelitas Descalzos
de Lérida y el 23 de octubre de 1832 ingresó en el noviciado de la Provincia de San José en Barcelona.
Carmelita Descalzo
El 14 de noviembre de 1832 recibió el hábito y tomó el nombre religioso de "Francisco de Jesús, María, y José."
Francisco profesó solemnemente el 15 de noviembre de 1833. Eran tiempos de persecución religiosa en España y él era consciente de la situación, sin embargo decidió seguir sus estudios de teología en el Convento de San José en Barcelona.
El 25 de julio de 1835 fueron incendiados los conventos y casas religiosas, entre ellos el convento de Francisco Palau, que tuvo que huir junto con otros carmelitas de la
comunidad, aunque él se preocupó de ayudar a escapar a uno de los ancianos que era ciego.
Su espiritualidad
La espiritualidad y personalidad del Padre Palau se forja en la lucha, en una búsqueda larga y penosa que abarca casi toda su vida. Lucha por la PAZ entre hombres que se debaten en guerras fratricidas; por la VERDAD para desterrar la ignorancia, causa de
tantos desmanes; por la LIBERTAD en una España que se decía "liberal" y persegula a la Iglesia. Busca soluciones a los problemas de su tiempo y se compromete radicalmente
con su vocación de carmelita y sacerdote.
La clave de toda su vida espiritual y de su misión eclesial es el encuentro con Cristo vivo en su
Cuerpo Místico, en la Iglesia.
Busca la soledad más completa para dialogar con su "Amada". Por ella también abandona la soledad y se lanza a la acción para servirla con los diferentes medios que su celo le sugiere: la
predicación, la catequesis organizada, los exorcismos, la pluma como escritor y periodista.
Los apostolados más variados encuentran su unidad en el ideal que los mueve: AMAR Y SERVIR A LA IGLESIA en los pobres, los
enfermos, los niños, los jóvenes, las familias...
Su mensaje
que estemos siempre dispuestos a seguir a Cristo aunque nos cueste.
que nos entreguemos con valentía y generosidad al servicio de los hermanos.
que la soledad, la oración y el sacrificio sean la fuente de nuestro apostolado.
que el amor a Cristo, a María y a la iglesia polaricen nuestra vida.
Muerte
El 10 de marzo de 1872, procedente del pueblo de Calasanz donde atendió a los epidémicos, llegó a Tarragona y de inmediato fue atendido por sus dirigidas hasta su fallecimiento el 20 de marzo de 1872. Asistido por las hermanas, por el hermano José de Santa Teresa Padró Canudas y por el carmelita descalzo Juan de Santo Tomás de
Aquino Nogués, que fue su sucesor en la dirección de la congregación por nombramiento de los superiores de la orden.
Fue beatificado en Roma por el Papa Juan Pablo II el 24 de abril de 1988. Su fiesta litúrgica se celebra el 7 de noviembre.
Su oración
Oh Dios, que por medio de tu Espíritu, enriqueciste al Beato Francisco, presbítero, con el don insigne de la oración y de la caridad apostólica; concédenos por su intercesión,
que la amada Iglesia de Cristo, resplandeciente con la belleza de María, la Virgen Madre, sea más eficazmente sacramento universal de salvación. Amén.