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Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

ESTUDIO DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO Por: Rubén Álvarez

“El arrepentimiento” Introducción

Lucas 3: 1 “En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, 2 y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, 4 como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:

Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. 5 Todo valle se rellenará, Y se bajará todo monte y collado; Los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados; 6 Y verá toda carne la salvación de Dios. 7 Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh

generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 9 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.

10 Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? 11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. 12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. 14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

15 Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, 16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17 Su aventador



está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo. 19 Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho, 20 sobre todas ellas, añadió además ésta: encerró a Juan en la cárcel”

Introducción. La predicación de Juan el Bautista es reproducida por todos los autores de los evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Cada uno enfatizando los puntos que querían dar a conocer por medio de sus evangelios, siendo el más conciso en su narrativa el de Marcos. Pero Lucas, como todo gran cronista, aporta datos específicos sobre el tiempo en que Juan el Bautista empezó su ministerio de predicación. Se trataba del decimoquinto año del gobierno de emperador Tiberio César. Nos aporta además información valiosa sobre quienes eran los reyes que gobernaban las regiones donde se encontraban habitando los judíos.

DESARROLLO 1. La predicación del arrepentimiento. Juan el Bautista tenía una sola predicación en su ministerio: El arrepentimiento.

Para muchas personas el arrepentimiento es sentir un pesar por lo que se ha hecho incorrectamente, por los errores y pecados cometidos; sin embargo la Palabra de Dios nos muestra una descripción un tanto diferente de lo que es el arrepentimiento.

Juan el Bautista presentaba lo dicho por el profeta Isaías 40: 3 “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

a) El arrepentimiento prepara el camino para Jesús. Notemos que

Juan el Bautista tomaba como base de su predicación esta porción del profeta Isaías, donde se declara que el camino para el Señor se prepara con arrepentimiento. No hay manera en que Jesús se manifieste a la vida de una persona sin arrepentimiento.

b) El camino requiere ser enderezado. El arrepentimiento, por tanto, es enderezar el camino para que el Señor se manifieste a nuestras vidas. ¿Cómo es que el camino es enderezado? Bueno pues el valle debe alzarse, los montes y collados bajar; lo torcido enderezarse y los áspero allanarse.



Quien piensa menos de sí mismo, debe pensar lo que la Palabra de Dios dice

de Él, quien sus pensamientos son altivos y orgullosos debe cambiarlos por humildad; quien tiene pensamientos torcidos o diferentes a los de Dios debe enderezarlos y quien sus pensamientos no son llenos de amor sin ásperos hacia los demás debe quitar todo rencor y enojo para las otras personas.

La palabra en griego que usa Juan el Bautista que se ha traducido como

arrepentimiento es “METANOEIN” que significa un cambio en la forma de pensar. Así que la preparación del camino para que la gloria de Dios se manifieste en una persona requiere de un cambio en la forma de pensar.

¿Por qué es tan importante que los pensamientos cambien? Dice Proverbios 23: 7 a “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.

La Palabra de Dios nos declara que nuestros pensamientos son los que hacen

finalmente quienes somos y cómo somos. Esos pensamientos que han sido formados desde que nacimos hasta el día de hoy, conforman quienes somos, la forma en que enfrentamos la vida, nuestras aspiraciones, nuestros modelos de vida y educación, nuestros sentimientos, nuestras relaciones personales, etc. Es por ello que para que la gloria de Dios sea manifestada en una persona sus pensamientos deben cambiar.

c) El valle sea alzado. El valle debe ser alzado, dice el profeta Isaías. El

ejemplo más claro que podríamos tener es el de Gedeón, el hombre a quien Dios le llama varón esforzado y valiente, pero que en sus propios pensamientos no era sino el más pequeño de su familia, además pobre y por lo tanto incapaz de liderar a su pueblo para librarlo de la opresión que estaban sufriendo a manos de los amalecitas. Gedeón insistía en sus debilidades y carencias, mientras Dios le hablaba de lo que había puesto en él. Para que Gedeón llegara a ser el gran juez que liberó a su nación de aquel oprobio, tuvo primeramente que cambiar su forma de pensar acerca de sí mismo, y creer lo que Dios decía de Él.

Creo que este es uno de los cambios más difíciles de hacer en muchos

creyentes hoy día. Dios dice de ellos cosas extraordinarias, pero las personas solo ven sus debilidades. Así fue con Sara cuando le fue avisado que daría a luz en su vejez, ella solo vio su debilidad y dudó. Dios dice que hará cosas maravillosas contigo, pero para que estas se cumplan es necesario cambiar la manera de pensar, quitar los pensamientos de imposibilidad y creer lo que Dios está diciendo.

c) Montes y collados deben ser abatidos. Igualmente, los pensamientos

altivos deben abatirse para que la gloria de Dios llegue a la persona. Dice Salmos 51: 16

“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”



Muchas personas pretenden llegar a Dios a través de actos religiosos. Los judíos eran expertos en ellos, Dios mismo los había instituido, pero ellos no los comprendían correctamente.

El rey David, arrepentido por el pecado que había cometido al tomar a la mujer

de su fiel siervo Urías y después haber ordenado su muerte; con la gran revelación del Espíritu de Dios, declaraba que los sacrificios que Dios quería no eran los holocaustos que se presentaban en el templo todos los días, sino eran un corazón contrito y humillado.

David comprendió que el altar del sacrificio era un símbolo de nuestro propio yo,

de los deseos de nuestra carne. Fue un deseo de su carne, fue el deseo de sus ojos lo que lo llevó a cometer aquellos hechos abominables, una mancha terrible para el gran rey que fue.

Así que debía llevar al altar su carne, los deseos de sus ojos; debía humillar su

vida delante de Dios para cumplir Su Voluntad y no la propia. Sin duda su altivez estaba siendo abatida delante de Dios, esto es arrepentimiento, un cambio de pensamiento total, de pretender la gloria para sí mismo, de buscar el bien propio; por tomar la Voluntad de Dios para obedecerla.

Salmos 138: 6 “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos”

d) Lo torcido se enderece. El arrepentimiento también involucra un cambio

en los pensamientos torcidos, estos deben enderezarse para que la gloria de Dios pueda manifestarse.

Proverbios 2: 10

“Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, 11 La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, 12 Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades, 13 Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; 14 Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; 15 Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos”

Veredas y caminos torcidos son el resultado, nos dicen los Proverbios, de una

mente perversa. Perversión es la acción de llamar bueno a lo que es malo, y malo a lo que es bueno. Una mente perversa es el resultado de pensamientos totalmente diferentes a los de Dios, de haber hecho a un lado a Dios y a Su Palabra.



Dice Romanos 1: 28 “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”

El arrepentimiento pues, es el cambio de pensamiento de argumentos humanos,

de la cultura de este mundo, para tomar en cuenta a Dios. Quitar los razonamientos por lógicos que pudieran parecer para abrazar la Palabra de Dios por ilógica que pudiera ser. La Verdad de la Palabra de Dios es sobrenatural, la realidad de este mundo es totalmente natural.

¿Cuál es el origen de la desobediencia a los padres, de la falta de misericordia,

de la murmuración, etc? El no tomar en cuenta a Dios en los pensamientos sino ser obcecado en los propios pensamientos.

Para que la gloria de Dios se manifieste en una vida, lo torcido debe

enderezarse. d) Lo áspero debe allanarse. El arrepentimiento también involucra quitar del

camino las piedras y obstáculos que impiden que la gloria de Dios se manifieste.

Dice Isaías 57: 13 “Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte. 14 Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. 15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados

Existen tropiezos en el camino que deben ser quitados. La idolatría sin duda es

uno de ellos, la altivez es otro como ya lo decíamos, pero existen varios mas, dentro de los cuales el más grave es el rencor y la falta de perdón.

La idolatría es la acción de poner a alguien mas en el lugar de adoración,

humillarse delante de esa imagen o escultura para pedirle algo. La idolatría es un gran obstáculo para que el Señor llegue a la vida de una persona.

Pero así también lo es la falta de perdón. Miremos lo que Jesús enseñó: Mateo 6: 14 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os



perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Si el arrepentimiento es para el perdón de pecados pues resulta evidente que

perdonar los agravios de otros hacia nuestra persona es vital para obtener el perdón de Dios.

Todo lo anterior, como se darán cuenta, es un cambio en la forma de pensar. Si

somos los que pensamos, entonces el cambio de pensamiento cambiará nuestra vida, nuestro ser.

2. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento El arrepentimiento como un sentimiento de culpa es solo remordimiento y no

sirve para el propósito de preparar el camino para Jesús. El arrepentimiento genuino ofrece frutos.

¿Qué es un fruto de arrepentimiento? Pues un cambio de dirección en la vida,

promovido por el cambio sufrido en sus pensamientos para encontrarse con el Señor.

Veamos algunos ejemplos que el mismo Lucas ofrece en su narrativa. 10 Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? 11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. 12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. 14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

Compartir con otro las bendiciones que Dios nos ha dado es un evidente fruto

de arrepentimiento. En lugar de solo ver por nosotros mismos empezar a ver las necesidades de otros y darles de nuestro tiempo, de nuestros recursos, de lo que hemos trabajado, de lo que tenemos; eso sin duda es parecernos un poquito mas a Dios y menos a este mundo. Es un evidente cambio de pensamiento que ha provocado un cambio en la forma de ser.

No aprovecharse de la posición de autoridad que tienes para obtener ganancias

es sin duda otro gran fruto de arrepentimiento. Este mundo no piensa así, por el contrario. Obtener una posición de mando, una posición de privilegio, es para aprovecharse de los demás. Obtener mayores ganancias, favores de otros, palancas, etc. Has lo se te ha ordenado y no más, es lo que Juan el bautista les decía. Es un cambio de pensamiento.

A los soldados, Juan el bautista, les declaraba un fruto de arrepentimiento.

Dejen de extorsionar a los demás, no les inventen faltas ni crímenes a fin de obtener de ellos dinero. Parece ser que desde entonces esta práctica existía entre los que llevan



las armas para hacer cumplir las leyes. Hoy día los policías de tránsito, policías de seguridad, ejército, etc; todos esos cuerpos que se suponen están creados para defender a la ciudadanía, tienen la misma tentación: Aprovecharse de su posición para obtener mayores ganancias económicas extorsionando a los que deberían de proteger. ¿Cuál es el cambio de pensamiento? Tengan contentamiento con lo que ganan, adapten su nivel de vida al salario que reciben y no obtengan mas ilícitamente.

3. El arrepentimiento no es un evento sino una actitud de vida. Y los frutos de arrepentimiento no son solo de un evento al escuchar de Jesús y

recibirlo en nuestra vida, sino que es una actitud en toda la vida cristiana. Al crecer en nuestra vida cristiana es de esperarse que cada vez nos parezcamos mas a la imagen del Hijo de Dios Jesucristo, es por ello que cada día habrá algo que destaquemos que no se parece, alguna iniquidad que debe ser cambiada, algún pensamiento que debe ser modificado; y por lo tanto los frutos de arrepentimiento no son de una ocasión, sino permanentes.

Dice el apóstol Pablo en Efesios 4: 17 “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”

Una lista mas de frutos de arrepentimiento. Renovar el espíritu de nuestra

mente para cambiar nuestra forma de ser. Quitar la mentira, no dar rienda suelta al enojo, no llegar a la noche enojados pues esto da lugar al diablo, dejar de robar, dejar



de hablar malas palabras, quitar la amargura, el enojo, la ira, la gritaría, la maledicencia, etc.

Llegar a una posición espiritual donde pensamos que ya no tenemos nada de

que arrepentirnos es el lugar del estancamiento. El arrepentimiento abre el camino para mas y mas gloria, para crecer espiritualmente en estatura para llegar a ser como Jesús.

4. Ministración.

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