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La Enciclopedia alfabética del Campo es una obra especializada en la ciencias agrapecuarias

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ENCICLOPEDIA ALFABÉTICA DEL

Page 3: Enciclopedia alfabética del Campo

ABEJAS

Clase Insectos

Orden Himenópteros

Superfamilia Apoidea

Familia Apidae

Género Apis

Especie Mellifi ca

Razas Apis mellifi ca mellifi ca (alemana), Apis mellifi ca ligustica (italiana), Apis mellifi ca caucasica (caucasiana), Apis mellifi ca carnica (carniola), Apis mellifi ca scutellata (africana)

TAXONÓMICACLASIFICACIÓN

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Ala trasera

Pata trasera

Pata media

Cordón nervioso

Ojo compuesto

Pata delantera

Cabeza

Canal alimenticio posterior

Corazón

Aguijón

Ovario

Abdomen

Túbulos de Malpighi

Antenas

Ojos sencillos

Canal alimenticioanterior

El aparato bucal se compone principal-mente de las mandíbulas utilizadas para el trabajo de la cera y la trompa, en este órgano se encuentra la lengua que sirve para la succión del néctar. La longitud de la misma varía entre 6 y 7 mm, según las razas.

El tórax sirve de soporte a los órganos motores y contiene esencialmente múscu-los; es una cápsula rígida que soporta tres pares de patas dotadas en la obrera: de pinceles o limpiadores de antena sobre el primer par de patas, de pinzas o cestas para cera sobre el segundo y de cestillos y pinceles o cepillos para polen sobre el tercer par. Además dos pares de alas que pueden superponerse en reposo, pero que se reúnen por ganchos para formar un solo plano durante el vuelo. Estas alas membra-nosas están reforzadas por nervaduras.

El abdomen está formado exteriormen-te por anillos articulados e imbricaciones que protegen los órganos internos. Estos anillos están provistos de bandas pilosas más o menos importantes.

Como todo ser vivo superior, la abeja está dotada de diversos órganos que asegu-ran las principales funciones.

APARATO DIGESTIVO

A partir del aparato bucal comprende: El esófago, que desemboca en el buche,

es una especie de bolsa que sirve para alojar el néctar y para su transformación.

El intestino medio, que sirve para la digestión de los alimentos de la abeja

La cría de abejas ha dejado de ser una actividad complementaria para el trabajador del campo latinoameri-

cano y ha pasado a ocupar un papel muy importante, inclusive prioritario en su labor productiva y comercial diaria. Las ventajas económicas, nutricionales, terapéuticas y ambientales de su explotación se vuelven evidentes para el apicultor, a medida que va conociendo todo el ciclo productivo y el bene�icio de la colmena.

Las abejas poseen un esqueleto forma-do por una cutícula secretada por células epidermales que se encuentran debajo de ella; la cutícula está formada por dos capas, una externa llamada exocutícula, que es más fuerte y va “polichada” (brillada) por una capa grasosa e impermeable al agua que es la epicutícula. La capa interna, endocutícu-la, es la capa más suave y está constituida principalmente por quitina. Su cuerpo está en gran parte provisto de pelos. La abeja ya en estado adulto posee un cuerpo dividi-do en cabeza, tórax y abdomen. La cabeza contiene órganos visibles al exterior, entre los cuales es posible identi�icar: Dos ojos compuestos que agrupan

un gran número de ojos sencillos. El número puede variar de 3 a 5.000 en la obrera, de 3 a 4.000 en la reina y de 7 a 8.000 en el macho.

Tres ojos sencillos ubicados sobre la cabeza.

Dos antenas articuladas que soportan los órganos táctiles, que contienen los sentidos principales: gusto, olfato y oído.

De enorme importancia en los sistemas sostenibles de Amé-rica Latina, las abejas se producen de manera semiintensiva y emplean casi en su totalidad mano de obra familiar, lo que le da como valor agregado el benefi cio social, además del económico.

Partes de la abeja.

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UN POCO DE HISTORIAHISTORIAHISTORIA

La expresión “luna de miel” para referirse a los primeros tiempos de la vida matrimonial, tiene su origen en la costumbre de origen ro-mano en que la madre de la novia dejaba cada noche en la alcoba nupcial, a disposición de los recién casados, una vasija que conte-nía miel. Esta práctica duraba todo el ciclo lunar, es decir, 28 días.

Desde la antigüedad se sabe de la miel en muchas de las civilizaciones que han existido a través de los tiempos. En las cuevas paleolíticas de Bicorp y Dues Aigües, en Valen-cia (España), pueden verse las pinturas rupestres más an-tiguas del mundo que representan personas recolectando miel.

En el Lejano Oriente, el dios Vishnú es representado como una abeja sobre una fl or de loto. Así mismo, las abe-jas fueron objeto de admiración religiosa, ya que la miel se ofrecía como presente a los dioses en muchos países. En la Biblia hay diversas menciones acerca de la miel; por ejemplo, en Proverbios 24: 13 el rey Salomón aconseja: “Come hijo mío la dulce miel del panal; prueba lo deliciosa que está”. También en El cantar de los cantares se habla de la miel y se alaba su dulzura.

En 1872, el explorador alemán J. Ebers encontró en Egipto un rollo de papiro escrito 1.550 años a. C. que contiene una serie de recetas contra diferentes enfermedades, en las que fi gura la miel como elemento principal entre los medicamen-tos prescritos.

En la Grecia antigua, el dios Zeus, padre de todos los dioses, fue alimentado con miel durante su infancia; es conocido también que la miel la consumían en abundan-cia Pitágoras, Hipócrates y otros grandes sabios de este país, quienes le atribuían su longevidad y salud al hábito de su consumo. En la civilización romana el uso de la miel llegó a ser extraordinario, porque, además de consumirla directamente, se utilizaba para la conservación de frutas y pescados, que guardaban en ánforas y las cubrían con ella; todo el pueblo la empleaba y uno de sus principales abastecedores era la provincia Hispania.

La afi ción de los romanos por la miel fue adoptada con gran facilidad por celtas, galos, francos y hunos. Los árabes también conocían las virtudes de este maravilloso produc-to, así como los chinos, para quienes la miel sigue siendo un elemento importante en su cocina tradicional.

En la época feudal, los señores percibían vasallaje con miel y cera, mientras que el azúcar era sólo una exótica sustancia procedente de Arabia. La Apis mellifera aparece

en el nuevo mundo gracias a los colonizadores. Su apa-rición en América del Norte data del año 1622, en Cuba aparece en 1763, en 1822 en Australia, en 1842 en Nueva Zelanda, en 1839 en Brasil y en 1839 en Chile. Con la intervención económica de los españoles en el mercado local, se pensó en la introducción de la abeja común europea (A. mellifera). Sin embargo, la metrópoli siempre consideró la venta de miel y cera un monopolio real y exclusivo de España. No obstante, debido a las ac-tividades religiosas surgió una gran necesidad de contar con un mayor suministro de cera, imposible de cubrir desde España; se sabe que en América los españoles exigieron cera como tributo.

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> La primera cerveza de la que se tiene noticia se elaboró con la mezcla miel y agua a la que se dejó fermentar. Los vocablos bier (ale-mán), beer (inglés), biére (francés) y birra (italiano), que signifi -can cerveza, derivan de aquella primera bebida fermentada obtenida del pro-ducto de las abejas, a las que los celtas denominaban biura.

(miel y polen), separado del buche por el proventrículo que se abre para dar paso a los alimentos apropiados para cubrir las necesidades propias de la abeja.

El intestino posterior o intestino grueso, en el que se recogen los restos de la digestión. Éste termina en el ano.

Por otra parte, comprende las glándu-las salivares, los tubos de Malpighi y las glándulas rectales.

APARATO RESPIRATORIO

El sistema respiratorio de la abeja es muy complejo. Las células son aprovisionadas de oxígeno directamente sin el intermedia-rio de la sangre como en los mamíferos. Los cambios oxígeno-gas carbónico se hacen por intermedio de una red de traqueolas unidas a los sacos aéreos que se abren sobre el exterior por las tráqueas y los estigmas.

Estos sacos aéreos ocupan un sitio importante y están repartidos en el conjun-to del cuerpo de la abeja. Los movimientos de dilatación y contracción del abdomen aseguran los cambios. Los diez pares de estigmas están repartidos sobre los costa-dos del tórax y del abdomen.

SISTEMA NERVIOSO

Comprende esencialmente una cadena de ganglios que parte de la cabeza donde se encuentra el cerebro y están repartidos a lo largo del cuerpo de la abeja. Los nudos ganglionares inervan directamente por una red nerviosa los órganos relaciona-dos, sin recurrir al cerebro, lo que explica la persistencia momentánea de movimiento después de la separación de las diferentes partes del cuerpo.

APARATO CIRCULATORIO

Es rudimentario. Sólo está constituido por el corazón, situado en la parte dorsal del abdomen, y por la aorta, que sube por el tórax para terminar en la cabeza. La sangre, o hemolinfa, casi incolora, transporta las sustancias nutritivas a todas las partes del cuerpo. Es bombeada por el corazón, vertida en la cabeza y vuelve al abdomen circulando libremente en medio de los órganos internos.

Es puri�icada por los tubos de Malpighi. Este tipo de circulación se llama lacunar.

Otros órganos. El cuerpo de la abeja está dotado de un sistema muscular parti-cularmente desarrollado a nivel del tórax. Comprende tres glándulas: Hipofaringianas o mamarias, situadas

en la cabeza y que segregan la jalea real. No funcionan sino cuando las abejas realizan la función de nodrizas.

Mmandibulares, que intervienen, parti-cularmente, durante el trabajo de la cera.

Cereras, situadas igualmente debajo del abdomen y que sirven para la secreción de la cera.

De Nasanoff, situada debajo del penúlti-mo anillo de la parte dorsal del abdomen de la abeja, es una glándula odorífera, abierta sólo cuando las abejas “tocan la llamada”.

Las abejas son una comunidad total, en la que cada indivi-duo tiene una función que le sirve a la colmena, mientras que si estuviera en aislamiento no cumpliría ninguna función y desaparecería.

El aparato vulnerante, al que se unen las glándulas del veneno termina en un aguijón, que comprende dos lancetas arpadas. Le sirve de defensa a la abeja contra sus enemi-gos.

El interés del ser humano en las abejas comenzó con la caza y el robo de las colonias de abejas silvestres que se encon-traban en los huecos de los troncos o en hendiduras de las piedras. La miel era la única sustancia para endulzar la comida, hasta el desarrollo del proceso de re�ina-miento del azúcar en el siglo XIX. La miel tenía valor no sólo como comestible sino por sus usos en la medicina popular. De

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otra parte, la abeja ha interesado a muchos por sus hábitos sociales, incluso se han propuesto varias analogías entre la socie-dad de las abejas y la de las personas.

Así mismo, la acumulación de datos sobre las abejas permite al apicultor manejarlas de manera que pueda cosechar los productos de la colmena con una facili-dad y e�iciencia mucho mayores que las del antiguo cazador de miel. Se sabe mucho más ahora que antes sobre las abejas, aunque éstas no han cambiado desde la antigüedad; en contraste con muchos de los animales y las plantas que se usan en la granja, la abeja de hoy es igual a la de hace miles de años. En resumen, se puede decir que no se ha llega-do a domesticar a la abeja, ella todavía es, esencialmente, un animal silvestre.

La abeja melífera es un insecto de metamorfosis completa. Esto quiere decir que la vida de la abeja tiene cuatro distin-tas etapas: huevo, larva, pupa y adulto.

Las primeras tres etapas de vida de la abeja se desarrollan en celdas en el panal, y juntas se llaman la cría. Huevos y larvas están en celdas abiertas cuidadas por las obreras. Estas etapas se denominan cría abierta, destapada o desoperculada.

Cuando el huevo incuba, las obreras alimentan continuamente a la larva que cuando está llegando al �in de la etapa larval engulle la comida que le traen las obreras, las cuales tapan la celda. Esta etapa se llama cría sellada u operculada.

Después de que se tapa la celda (cría operculada), la larva se transforma en una pupa y no come durante esta etapa que es en la que se forman todos los órganos del insecto adulto, para luego emerger

del alvéolo cerrado. La obrera adulta sale del alvéolo y de inmediato asume labores propias de su edad y consume polen para completar su desarrollo glandular.

La colmena es el resultado de la vida social de la abeja, es una colectividad de individuos que hay que considerar una unidad biológica. Se necesitan varios cientos de abejas para que la vida sea posible, pero un enjambre común debe, para desarrollar-se normalmente, comprender una pobla-ción de varios miles, que pueden llegar a tener más de 20.000 obreras.

Las abejas nativas sin aguijón pertenecen a la subfamilia Melipininae, de la familia Apidae, que también agrupa las abejas melíferas, se encuentran en Centro y Suramérica e incluyen más de 300 especies. Su explotación es más inten-sa en México y Brasil (meliponicultura), donde usan Melipo-na beecheii, M. scutellaris, M. compressipes, Tetragonisca angustula y el género Scaptotripona sp.

La fl ora tropical americana es polinizada entre 70 y 90% por estas abejas, lo que da idea de su importancia en la ecología de las selvas tropicales. Para los indígenas, su ma-nejo y explotación no eran desconocidos y se incluían en sus ritos religiosos; además, formaban parte de su alimentación y usos comerciales y hasta artísticos, como es el caso de los Quimbayas en Colombia, quienes mediante el empleo de la técnica denominada cera perdida lograron niveles muy altos en la elaboración de estatuas de distinto tamaño con aleaciones de oro y cobre.

De manera tradicional, las abejas se explotaban en el in-terior de cuevas y en guaduales, y se manejaba hasta 10 variedades de abejas sin aguijón.

ABEJAS NATIVAS

TABLA 1. Funciones de los órganos de las abejas.

Órgano Posición Función

Glándulas hipofaríngeas. Parte delantera de la cabeza. Producir alimento y jalea real para la cría.

Glándulas cereras. Debajo del abdomen. Producir cera.

Órgano olfativo emisor. Cerca de la parte superior del abdomen.

Producir olor para orientar las abejas cuando la colonia está revuelta.

Aguijón y glándulas de la ponzoña. En el tercio posterior del abdomen. Defender la colonia.

Lengua. En la cabeza. Cosechar el néctar.

Estómago de miel, bolsa melariao mielera o buche melario.

Área ancha del esófago. Llevar el néctar y el agua.

Peinilla y cesta de polen. En las patas traseras. • Quitar el polen del cuerpo, hacerlo en pelotillas, y llevarlo a la colmena.

• Llevar el propóleo.

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La reina poneun huevo en una celdilla de cera.

Una obrera alimentaa la larva que hasalido del huevo.

La larva alcanza sucrecimiento máximo.

La obrera sella la celdilla.

La larva se transformaen pupa.

La abeja adultaabandona la celdilla.

La colonia de abejas comprende tres categorías de individuos: dos son sexua-dos, las reinas y los zánganos; la tercera está compuesta por individuos incapaces de reproducirse, que son las obreras.

Todos los individuos de la colme-na nacen a partir de un huevo puesto por la misma reina. Este huevo, de forma alargada, mide de 1,4 a 1,6 mm de longi-tud y es de color blanco. La reina lo pone en el fondo de una celdilla y la larva nace al tercer día. Durante los primeros tres días de vida la larva recibe una alimenta-ción especial llamada jalea real. Este será el único alimento que recibirá cualquiera que sea el individuo a nacer a partir de la larva alimentada. Las larvas se diferencian según el alimento que reciban hasta que el alvéolo se cierra; sin embargo, obreras y zánganos reciben también jalea durante sus primeros tres días como larvas; las que se destinan a reinas recibirán este alimen-to hasta completar su desarrollo.

La reina es el elemento vital de la colonia, ya que es la madre común de todo

lo que vive en la colmena. Tiene el cuerpo más grueso y el tórax es más volumino-so, su abdomen también es más largo. La cabeza lleva ojos con menor agudeza visual que en la obrera o el zángano; la lengua es más corta y las patas no tienen los elemen-tos para el trabajo que poseen las obreras.

Ser el “órgano” femenino de la colonia la hace poseedora de un sistema ovárico muy desarrollado que le permite poner gran cantidad de huevos. Nace en una celdi-lla vertical y no en una hexagonal como las obreras, esta celdilla –construida especí-�icamente para la futura reina– se conoce como celdilla real y es más grande, allí la

Metamorfosisde la abeja.

TABLA 2. Ciclo de vida de los diferentes individuos de la colmena.

Eventos desarrollados (en días) Obrera Reina Zángano

El huevo incuba después de 3 3 3

La celda se suelda después de 9 8 10

La adulta emerge después de 21 16 24

Las reinas pueden poner de 1.000 a 2.000 huevos al día y se han reportado casos de 4.000 o en abejas africanizadas hay caso de hasta 5.000 huevos diarios. Esto debido prin-cipalmente a la jalea real, que a su vez permite que la reina tenga una duración de varios años.

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INDIVIDUOS SEXUADOS DE LA COLMENA

Sólo la reina y el zángano son portadores de órganos sexuales que han alcanzado su completo desarrollo. Las obreras no poseen más que un órgano femenino atrofi a-do, que pueden no obstante entrar en funcionamiento en condiciones particulares y de forma muy limitada (abejas ponedoras).

Aparato genital de la reinaComprende dos ovarios que llevan cada uno 150 o180 tubos ováricos en los cuales se forman los huevos. Los ovarios desembocan, cada uno, en un oviducto lateral. Los dos oviductos se reúnen en el oviducto medio, que termina el canal que comunica con la espermateca.

Ovarios

Ovariolas

Espermateca

Bolsa de veneno

Aguijón

Bursa copulatrix

Glándulasde laespermateca

Aparato genital de la abeja reina.

La espermateca es esférica y contiene la reserva de es-permatozoides almacenados al principio de la vida de la reina durante su fecundación; está equipada por una glándula llamada glándula en Y, que tiene por misión la activación de los espermatozoides en el momento de la puesta.

Aparato genital del zánganoComprende dos testículos unidos al canal eyaculador por los canales deferentes y las vesículas seminales sobre las cuales desembocan las glándulas de mucus.

Aparato genital del zángano.

El conjunto termina en el bulbo que sostiene el lóbulo plegado y dos cuernecillos; ello constituye el endofalo. Durante el acoplamiento, el endofalo se vuelve como un dedo de guante y el esperma empujado por el mucus se introduce en el oviducto medio de la reina.

Considerada la colmena como un organismo complejo, la abeja reina cumple la función de aparato reproductor, con posturas de unos 2.000 huevos al día en abejas europeas.

Dentro de la colmena los zánganos mantienen la temperatura y la humedad de la colmena, además de cumplir la importante función de fecundar a la reina en su vuelo nupcial.

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Restos de pene externo

Apéndice elástico

Esperma

MucusPlacas quitinosas

del bulbo

Canal eyaculadorCuello

Cuernecillos

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larva toma un mayor tamaño debido al alimento especial que recibe, ya que en lugar de alimentarse de una papilla hecha con miel, polen y agua como las larvas jóvenes de abejas a partir del cuarto día de nacidas, la reina sólo recibe jalea real hasta desarrollarse por completo, lo cual se cumple pasadas dos semanas.

TABLA 3. Desarrollo de la abeja reina.

Evento Día

Puesta del huevo 1

Nacimiento de la larva 4

Operculación de la celdilla 9

Nacimiento de la reina 16

Al terminar su metamorfosis, la reina con sus mandíbulas roe en la periferia el opérculo de cera que la mantiene dentro de su celdilla. La mayor parte de las veces las obreras han adelantado el trabajo de roer la extremidad de la celdilla para facilitar el trabajo de la nueva reina.

Poco después del nacimiento, la reina comienza sus vuelos de fecundación con

los zánganos, esto puede ocurrir entre el cuarto y sexto días; los primeros vuelos de la reina son para localizar la colmena y así posteriormente hacer su vuelo de fecunda-ción entre las 10:00 y 16:00 horas, las más soleadas del día, cuando se acopla con los zánganos sucesivamente de ocho a diez veces. En estos encuentros la reina almace-na en una bolsa especial, llamada esperma-teca, todo el inventario de espermatozoi-des que necesita para la fecundación de los huevos que pondrá durante su vida.

La reina inicia su puesta de tres a diez días después de haber sido fecundada o no, si su espermateca está llena se estima que tiene entre 4 y 5’000.000 de esper-matozoides para comenzar su labor. Al cabo de 29 días aproximadamente la reina puede comenzar a poner huevos y lo hace en el centro del panal cubier-to por las abejas, en el que deposita un huevo por celdilla y de modo circular sobre el cuadro.

LA OBRERA

La abeja obrera es una hembra que no puede poner huevos y su papel en la colme-na, según su edad, comprenden: trabajos de nodriza desde el quinto hasta el decimo-quinto día, alimentar a las crías con jalea real que es segregada por las glándulas situadas debajo de su cabeza, alimentar a las larvas de más edad con una papilla hecha a partir de miel, polen y agua, reali-zar labores de limpiadora al preparar las celdillas para que la reina pueda poner los huevos y ser constructora de panales al segregar la cera por medio de las glándulas cereras situadas bajo su abdomen.

La abeja obrera además es proveedo-ra de cera, recolectora de propóleos y lleva los elementos para mantener la colme-na. Es guardiana porque presta labores de vigilancia en la entrada de la colmena y la de�iende de intrusos. Es ventiladora cuando se requiere la evaporación del agua para recoger más néctar o porque hay tempe-raturas elevadas. En los últimos días de su vida se dedica a la recolección de néctar y de polen (pecoreo). Todas las tareas de la abeja obrera transcurren en su ciclo de vida que dura de 40 a 60 días, que varían de acuerdo con los cambios climáticos, el acceso a alimento y el manejo del apicultor.

> La reina es muy prolífi ca en sus dos primeros años de vida, después su puesta va disminuyendo y al aumentar su edad tiene colonias menos pobladas; por consiguiente, para poseer un colmenar con excelente rendi-miento se requiere cambiar las reinas cada dos años.

Las obreras son las responsables de construir y mantener el panal de cera, alimentar a las larvas, proveer alimento a la reina, ventilar la colmena, recolectar alimento y transformar-lo en miel. Las obreras defi enden también la colmena de los depredadores.

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S > La obrera saca la cera de su abdomen en forma líquida con las pinzas de cera ubicadas en el segundo par de patas. Las glándulas cereras son activas en abejas de 13 a 18 días de edad, luego de este pe-riodo estas células se atrofi an y la secreción de cera se detiene.

La evolución de la abeja obrera se desarrolla aproximadamente en 21 días, así:

TABLA 4. Desarrollo de la obrera.

Evento DíaPuesta del huevo 1

Nacimiento de la larva 4

Operculación de la celdilla 9

Nacimiento de la abeja 21

El proceso �inal de metamorfosis trans-curre igual al de la abeja reina, hasta que la obrera está lista para iniciar sus labores. Como características adicionales, las abejas obreras tienen en sus patas los aditamen-tos para realizar su labor así: Primer par de patas: brocha para

antenas. Segundo par de patas: espinas para

desenganchar las pelotas de polen, pinzas para cera.

Tercer par de patas: brocha y cestillo para polen.

Otra característica de las abejas es el aguijón en su sistema defensivo que se encuentra dentro de una cámara al �inal del abdomen, con el cual repelen a los intrusos y que vierte un veneno líquido. Se destaca también la glándula de Nasanov, que produ-ce las feromonas, las cuales cumplen funcio-nes de conexión, reconocimiento y alarma.

Los o�icios que hacen las obreras adultas cambian con su edad. Este cambio se relaciona con el desarrollo �isiológico de varias glándulas. Pero este sistema no es completamente �ijo; las obreras pueden cambiar de o�icios según las necesidades de la colonia.

Los zánganos son los machos de la colonia, cuya tarea fundamental es la de

fecundar a la reina. El zángano es más grueso, su abdomen es velludo en su parte posterior y no posee aguijón. Pueden existir varios zánganos en una colmena, aunque si son demasiados esto ayuda a que la reina sea fecundada.

Su proceso de metamorfosis es igual al de la obrera y también cumple la labor de mantener la temperatura de la colme-na por medio del movimiento de sus alas. El zángano inicia sus vuelos alrededor del séptimo día, pero no es apto para fecundar a la reina sino después del décimoquin-to día. Su vuelo le permite alejarse de su colmena de origen a una distancia de siete a nueve kilómetros y en el tiempo que se requiere sus servicios puede ser aceptado en otras colmenas sin ningún problema, de no requerirse, puede ser expulsado, es en este momento que el apicultor se da cuenta que es el �inal de la época de enjambrazón.

Ya sea por inexistencia de los machos, mal tiempo que no permita salir a las reinas o de�iciencias genéticas, si la reina no ha sido fecundada entre los 25 a 30 días después de

Número de días despuésde la metamorfosis Ofi cio

De 1 a 2 Limpiar las celdas y calentar el nido de cría.

De 3 a 5 Alimentar la larva mayor con miel y polen.

De 6 a 10 Alimentar la larva menor con los productos de sus glándulas galactógenas.

De 11 a 18 Madurar el néctar, producir la cera y construir el panal.

De 19 a 21 Proteger y ventilar la colmena, hacer vuelos de ejercicio y orientación para aprender a volar y a encontrar la colmena.

22+ Recolectar el néctar, el polen, el agua o el propóleo.

El órgano reproductor masculino de la colmena son los zánganos, que nacen de huevos no fecundados y pueden ser expulsados de la colmena al terminar la enjambrazón.

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COMUNICACIÓN DE LAS ABEJAS

su salida de la celdilla, en todo caso empieza a poner huevos, aunque no estén fecunda-dos, los cuales inician su proceso de evolu-ción y las larvas que nacen después de tres días darán individuos machos. La hembra pone huevos esté fecundada o no; si no lo está, los huevos, por partenogénesis, dan lugar a zánganos, pasados tres días. Este evento de generación a partir de huevos no fecundados se llama partenogénesis.

¿QUÉ ESCOGER?

ESPECIES

De la gran cantidad de abejas que existe, las que viven en colmenas tienen su diferen-ciación. Hay varias especies diferentes de abejas. Éstas viven juntas en colonias, con división de labores entre sus individuos.

Su hábito de visitar �lores hace que todas las especies de abejas sean importantes como agentes de la polinización. Todas las especies sacan el néctar y el polen de las �lores, pero sólo algunas de las especies de abejas sociales lo almacenan en forma de miel. De las especies que almacenan miel, hay algunas que no guardan su�iciente canti-dad para que valga el esfuerzo su cosecha.

La especie Apis, la verdadera abeja mellífera, es la especie más conocida como productora de miel y de subproductos de la colmena; sin embargo, de acuerdo con las condiciones locales, no necesariamente es la mejor.

Abejas sin aguijónEn regiones tropicales se encuentra las especies de abejas sin aguijón, como la trigona y melipona. Estas abejas constru-yen sus nidos dentro de envases huecos. Aunque no piquen, de�ienden su colonia segregando sustancias irritantes con sus mordidas.

Aunque en ciertas zonas de Centroamé-rica, Brasil, Argentina y Colombia se explo-ta comercialmente este tipo de abeja, en general sólo se hace en el ámbito local o para uso propio, debido a sus bajos rendi-mientos, que pueden ser de máximo 12 kilogramos por año por colmena. Además estas abejas usan un tipo diferente de estructura para almacenar la miel y para el nido de cría, por lo que aplicar mejores métodos de mantener estas abejas no es muy e�iciente para aumentar la producción.

El volumen y la cantidad de miel produ-cidos por estas abejas son superados ampliamente por A. mellifera; por ello, el papel de trigonas y melliponas en el medio

Se sabe que entre las abejas melíferas existe un sistema de comunicación muy perfeccionado. Esta comunicación se identifi ca después de que una abeja exploradora/pecoreadora encuentra una nueva fuente de alimentos (zona fl orida), ésta llena su saco de néctar y deja seña-les de olor por medio de sus feromonas, regresa a la colmena y ejecuta una danza vigorosa y muy codifi cada. Si la nueva fuente de alimentos se encuentra a menos de 90 m de distancia de la colmena, la abeja ejecuta un baile circular en el que se desplaza primero unos 2 cm o más, y después describe círculos en dirección opuesta. Un buen número de las abejas de la colonia sigue de cerca la danza e imita sus movimientos.

Durante esta ceremonia, las otras obreras perciben la fragancia de las fl ores en las que la exploradora reco-gió el néctar. Una vez se sabe que hay alimento a poca distancia de la colmena, y se establece qué aroma tiene, las otras abejas van al exterior y vuelan en círculos cada vez mayores hasta dar con su fuente.

Si  la nueva fuente de néctar o polen se encuentra a una distancia mayor, su descubridora ejecuta una danza más elaborada, caracterizada por movimientos intermi-tentes a lo largo del diámetro del círculo y por un movi-miento oscilante, vigoroso y constante del abdomen. Al parecer, hasta el último movimiento de esta danza tiene un signifi cado. El número de veces que la abeja describe un círculo en un tiempo dado informa a las otras abejas de la distancia a la cual hay que volar hasta llegar a don-de está la comida. Los movimientos indican la dirección en que se encuentra. Si el tramo recto (diámetro) está hacia arriba, hay que volar directamente hacia el sol. Si está hacia abajo, signifi ca que las abejas darán con los alimentos si vuelan de espaldas al sol. Si forma un án-gulo con la vertical, las abejas deberán seguir un curso a la derecha o izquierda del sol con el mismo ángulo.

Para realizar la danza, las abejas pecoreadoras usan tres puntos de referencia: la fuente de alimento, el sol y la colmena.

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productivo está limitado, su gran importan-cia, como el de todas las abejas, es su papel fundamental en la polinización.

Apis: la verdadera abeja melíferaLa abeja de la miel Apis melli�ica es un insecto que está dentro del orden de los himenópteros, pertenece a la familia Apidae y al género Apis; este género comprende cuatro especies, todas ellas sociales; tres son nativas de Asia y una es nativa de la región euroafricana.

Apis dorsata. Esta especie se encuen-tra en Asia. Se le denomina abeja gigante o abeja de piedra. Construye sus nidos abier-tos en un panal que cuelgan de las ramas de los árboles. Las abejas adultas forman una cortina alrededor del nido para contro-lar las condiciones ambientales. La cría y la miel almacenada están en el mismo panal, la cría en la parte inferior y la miel en la parte superior.

Se ha identi�icado que enjambres de estas abejas realizan grandes viajes para establecerse en busca de alimento.

Apis �lorea. Se encuentra en las zonas tropicales de Asia. Vive en nidos abiertos al igual que las Apis dorsata y junto con ésta presentan una característica adicional a su conducta, di�ícil de pronosticar, y es que no pueden vivir dentro de una colmena. Su recolección es de forma natural, aunque al presentarse un único panal y no ser tan productivas es poco lo que se explota. La manera de mejorar la calidad de la explo-

tación de la miel es mediante métodos más cuidadosos de extracción y embotellamiento.

Apis cerana. Estas abejas se pueden mantener en colmenas y se han desarrolla-do métodos para una utilización más racio-nal de su potencialidad. La abeja oriental, llamada abeja colmenera india, es nativa de Asia, donde se desarrollaron formas de apicultura con ella porque es fácil de cuidar en envases hechos por el ser humano. En algunos sitios los rendimientos suben a 15 o 20 kg al año, pero el promedio es bajo. Es junto a la Apis mellifera la que mayor poten-cialidad tiene para el desarrollo apícola.

Apis mellifera L. Es la abeja doméstica, nativa de Asia occidental, Europa, y África; de estas zonas se propagó al resto del mundo.

Es la especie que transporta miel, de la Apis mellifera o abeja colmenera occiden-tal se identi�ican varias razas o subespe-cies (más de veinte) distribuidas a lo largo del mundo, divididas casi siempre en dos grupos: europeas y africanas, consideradas especialmente buenas para la apicultura; entre las más reconocidas se encuentran:

Mellifera mellifera. Originaria de Europa del norte y del centro-oeste de Rusia hasta la península ibérica. Es de color marrón oscuro, incluso llega a parecer negra.

Mellifera ligustica. De origen italiano, es una abeja muy popular en todo el mundo. Es de color claro y tiene largos segmentos amarillos sobre el abdomen. Es una abeja muy dócil.

Mellifera carnica o abeja carniola. Generalmente muy similar a la italiana (ligustica). Es delgada, con lenguas largas (6,4 a 6,8 mm), pelos cortos y densos y de

Las abejas nativas de América, las meliponas, pueden producir un litro de miel al año, muy diferente en todas sus propiedades a la miel que producen las abejas melíferas; incluso, no se emplea como endulzante, sino principalmente para fi nes medicinales y terapéuticos.

BENEFICIOS DE LA APICULTURA

Alta producción de miel. Mansedumbre. Poca tendencia a la enjambrazón. Poca tendencia a la emigración. Calma en los panales cuando el apicultor hace las

manipulaciones. Resistencia a las enfermedades. Uso de propóleos. Poca cría durante períodos de escasez para conservar

lo almacenado.

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color marrón o gris. Originaria de los Alpes del Sur de Austria, es la raza más tranquila y mansa.

Mellifera caucasica. Originaria de los altos valles del centro del Cáucaso. La forma y el tamaño del cuerpo y pelos son muy parecidos a los de la carniola. Es de un color un poco gris plomo, pero frecuente-mente tiene manchas marrón en la primera banda del abdomen. Presenta mansedum-bre y tranquilidad en los panales.

Mellifera scutellata. Se caracteriza por tener lengua corta (5,9 a 6,24 mm), con bandas amarillas en sus cuatro tergitos anteriores. Presenta una alta tendencia enjambra-dora, aunada a su capacidad defensiva, que aumenta por la fácil excitabilidad que poseen; son buenas pecoreadoras.

Para el inicio del trabajo el apicul-tor debe considerar la especie de abejas que va a explotar; este factor tiene que evaluarse por la disponibilidad, las carac-terísticas productivas, la facilidad de manejo, etc. Si se considera importar abejas, se debe evaluar que las impor-tadas posiblemente no están adaptadas a los lugares donde se van a introducir. Esta falta de adaptación es especialmente problemática en la introducción de razas a sitios tropicales.

La importación de abejas también trae el riesgo de la introducción de enfermeda-des y parásitos exóticos. Casos para lamen-tar se han presentado en años pasados no muy lejanos en Europa y Suramérica, con la introducción de Varroa, un ácaro parásito que causa graves lesiones en las abejas.

Otro ejemplo de las consecuencias fatales de importar abejas fue su introduc-ción en Brasil en el año 1957. En muchas regiones templadas de Suramérica ya existía una industria apícola bien estableci-da, basada en el uso de las razas europeas de la abeja occidental. Pero se importa-ron abejas africanas a Brasil para tratar de establecer una industria apícola en las regiones tropicales; se cruzaron con abejas ya existentes de origen europeo, lo que dio origen a las abejas africanizadas; algunas de ellas se escaparon por accidente y estable-cieron colonias.

El establecimiento de abejas africani-zadas en América tropical ha causado una gran interrupción de la industria apícola. La abeja africanizada es característicamen-te defensiva y de conducta di�ícil de pronos-ticar, características que no son deseables desde el punto de vista del apicultor. En algunos casos personas y animales de las cercanías han sufrido picaduras morta-les, por lo que adaptarse al aumento de incidentes de esta índole y a la di�icultad de manejar esta abeja ha sido muy complicado para los apicultores.

Por otra parte, la abeja africanizada se presta mejor al cuidado mínimo que la europea. Agricultores en escala pequeña, que quieren comenzar un proyecto apíco-la, tienen un surtido natural barato en las colonias silvestres de la abeja africaniza-da, muy comunes en las regiones tropi-cales, donde fácilmente se adapta. Estas razones de mayor adaptabilidad, resisten-

> Los tergitos o terguitas son las láminas que recu-bren por encima los segmentos abdominales del cuerpo de las abejas.

Apis mellifera.

En cualquier proyecto de desarrollo apícola, en especial de pequeño tamaño, la abeja nativa de la región es la que debe utilizarse en primera opción. Traer especies foráneas de abejas conlleva más riesgos que éxitos.