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SERIE TIEMPO DE BUSCAR

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ELASUn hombre comn en una poca extraordinaria

Mientras Jess sufra la ejecucin en la cruz, algunos espectadores creyeron haber odo que le peda ayuda a Elas. De inmediato, alguien le ofreci vinagre para aliviar el dolor. Otros dijeron: Djenlo en paz. Veamos si Elas viene a salvarlo. Por qu Elas? Quin es este profeta que tuvo semejante impacto en la historia de Israel como para que el pueblo siguiera hablando de l cientos de aos despus?

En las pginas siguientes, Bill Crowder, director de ministerios para la iglesia, de RBC, revela enfoques de la historia de Elas que dicen mucho de nuestro Dios y de nosotros.

Martin R. De Haan II

Contenido

Una grandeza mediocre ........ 2

tiempos de valenta ............... 6

tiempos de formacin .......... 9

tiempos de fe .......................15

tiempos de conflicto ..........19

tiempos de debilidad ..........25

el tiempo es hoy ..............31

ttulo del original: Elijah: An Ordinary Man In Extraordinary Times iSBn: 978-1-60485-298-1Foto de cubierta: RBC Ministries, terry Bidgood SpaniShLas citas de las escrituras provienen de la Versin Reina-Valera 1960 Sociedades Bblicas en Amrica Latina. 2010 RBC Ministries, Grand Rapids, Michigan, USA Printed in USA

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2UNA GRANDEZA MEDIOCRE

John Wayne fue una gran estrella de cine. Es ms, los estudios cinematogrficos solan basar sus proyecciones anuales en la popularidad del actor. Era tan taquillero que, en los aos 40, 50 y 60, sus pelculas atrajeron multitudes a los cines, que se llenaban de muchachos soadores como yo, que miraban sin respirar las aventuras del Duque e imaginaban que cabalgaban a su lado para ser los salvadores del da. John Wayne fue un hroe estadounidense.

Sin embargo, no comprend una faceta del Duque hasta que me hice mayor. Wayne no era un gran actor. A diferencia de Gregory Peck, que se sumerga en cualquier personaje que representaba, John Wayne siempre fue John Wayne. Aunque representara a un comisario del Lejano

Oeste, a un infante de marina de la Segunda Guerra Mundial o a un detective de la era moderna, no era el personaje, sino l mismo.

Desilusionado, comprend algo que no quera reconocer. Como hroe en la pantalla, Wayne era increble; sin embargo, como actor, era mediocre. Me cost entender el concepto de la mediocridad vestida de grandeza. Aquello me hizo reevaluar mis conjeturas.

UN HOMBRE COMO JOHN WAYNE?Este mismo tipo de lucha experiment hace algunos aos, mientras estudiaba la vida de un gran profeta del antiguo Israel. Crec en la escuela dominical oyendo historias de Elas. l tambin haba cautivado mi imaginacin. Como superhroe del Antiguo Testamento, solo le faltaba poder saltar de un edificio a otro.

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3Este profeta trae a la mente algunas imgenes vvidas:Cuandodesaficon

valenta a un rey.Cuandoresucit

a un muchacho.Cuandohizocaer

fuego del cielo.Cuandoascendi

al cielo en un carro de fuego.Adems, que un hombre

as aparezca en las pginas de la Biblia lo hace an ms increble. Me resulta difcil imaginarme a Elas esperando un autobs o comprando hamburguesas en un lugar de comida rpida. Sin embargo, el Nuevo Testamento deja claro que, despus de todo, este hombre no era nada del otro mundo.

UN HOMBRE COMO NOSOTROSEl Nuevo Testamento dice que Elas estaba sujeto a los mismos sentimientos y estados de nimo que nosotros. Aunque su vida

estuvo llena de milagros, hay ocho palabras que nos ayudan a identificarnos con l. El apstol Santiago dijo que Elas era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras (Stg. 5:17).

Quiz Santiago se refera a las leyendas que representaban a Elas como un dios ms que como un hombre. As que, aunque recalca que Dios nos dio la oracin para ayudarnos en nuestras debilidades, el apstol deja claro que el profeta era como nosotros. Experiment las mismas debilidades y fracasos que relatan la historia de nuestra propia vida.

Este profeta, que particip en tantos acontecimientos maravillosos de la Biblia, no era ningn superhombre. En ese sentido, era un hombre como cualquier otro. Atraves el desaliento, los temores y las dudas que, de vez en cuando, todos padecemos. Es un ejemplo de la fragilidad

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4humana, de la dependencia espiritual y de la necesidad imperiosa que tenemos de orar en nuestro caminar con Dios.

UN HOMBRE MISTERIOSOElas aparece de repente en el registro de los reyes de Israel, en el Antiguo Testamento, y llega as a las pginas de la Biblia con una introduccin mnima: nada de linaje, de rbol genealgico ni de currculum. En 1 Reyes 17:1, solo dice:

Elas tisbita, que era de los moradores de GalaadNi siquiera sabemos

a qu hace referencia la palabra tisbita. Algunos creen que se refiere a Tisbe, una ciudad ms all del Jordn, perteneciente a la tribu de Gad. Sin embargo, la palabra tisbita tambin puede traducirse como peregrino o visitante. Podra significar que no tena hogar propio y que vagaba por Galaad antes de que la Biblia nos hable de l.

Lo nico que sabemos con seguridad es que Elas era de los moradores de Galaad. Galaad estaba al este del ro Jordn y la habitaban las tribus de Israel (Rubn, Gad y la media tribu de Manass), las cuales, en la poca de Josu, no entraron en la tierra prometida.

Esta falta de trasfondo se aade al halo de misterio de Elas tisbita. Como surge de la oscuridad, algunos escritores han intentado llenar los vacos y especulado largo y tendido sobre su origen, su nacimiento milagroso y su educacin en la escuela de los profetas.

Sin embargo, lo que parece ms evidente es que las Escrituras utilizan el anonimato de Elas para enfatizar que su importancia reside en Dios y no en l mismo. Su nombre hebreo es Eliy (lit., Jah es El), que significa Jehov es Dios. A medida que se desarrolla la historia,

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5vemos la importancia de su nombre: Elas fue enviado para demostrarle a Israel que Jah (Jehov), y no Baal, era el nico Dios verdadero.

UN HOMBRE PARA UNA POCA EXTRAORDINARIARalph Waldo Emerson dijo: Esta poca, como cualquier otra, es muy buena, si sabemos qu hacer con ella. Emerson nos recuerda que nuestra respuesta a las situaciones de la vida es ms importante que la naturaleza de las circunstancias.

Elas es, en la antigedad, un ejemplo de estas sabias palabras. Hay pocos perodos en la Biblia cuando vemos una oleada de seales milagrosas. En general, a lo largo de la historia, los siervos de Dios no van por ah sanando enfermos, resucitando muertos e invocando fuego del cielo.

Sin embargo, Elas y su protegido Eliseo vivieron en una de esas pocas

excepcionales. Los milagros que caracterizaron sus vidas pblicas hicieron eco del despliegue sobrenatural de poder que marc otros dos perodos de la historia. En el xodo sobrenatural de Israel, los milagros de Moiss demostraron que Dios haba librado a Su pueblo de la esclavitud en Egipto. Muchos aos despus, los milagros de Cristo y de Sus apstoles dejaran claro que el mismo Dios libraba del castigo espiritual y del cautiverio del pecado a personas de toda nacin y toda poca.

Entonces, qu suceda en los das de Elas que exiga semejante despliegue sobrenatural? El reino norte de Israel haba comenzado a deslizarse en la oscuridad de la idolatra. De hecho, la situacin espiritual se haba deteriorado tanto que Elas pens, equivocadamente, que era la nica persona que todava crea en el Dios de Israel (1 R. 19:10). En uno de los momentos ms

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6tenebrosos de la historia israelita, Dios intervino para mostrarse como Seor de seores y Dios entre los dioses.

TIEMPOS DE VALENTA (1 REyES 17:1)

Entonces Elas tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehov Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habr lluvia ni roco en estos aos, sino por mi palabra.

Sin mucho prembulo, Elas entra en las pginas de la Biblia y llega para alborotar el avispero. La economa de Israel se apoyaba en la agricultura. Ahora, en respuesta a la oracin del profeta, Dios iba a detener las lluvias estacionales. Por qu? Fue un llamado de atencin a Su pueblo;

una poca de juicio correctivo. Israel haba cado en la adoracin a Baal. La supresin de la lluvia en un clima seco sera, de por s, un golpe agobiante.

Cuando la mano correctiva de Dios cay sobre Su pueblo, Elas (un don nadie y de trasfondo desconocido) entr en el palacio del rey Acab, para proclamar la verdad en las altas esferas del poder.

EL PECADO DE ACABEl rey de Israel haba violado el primer mandamiento de Moiss. Estaba llevando a su propio pueblo de regreso a la idolatra.

No era la primera vez que el pueblo de Dios se olvidaba de Aquel que lo haba librado de Egipto, lo haba cuidado en el desierto y guiado a esta tierra prometida. Desde los das del Sina y del becerro de oro hasta la poca de Ezequiel y del Lugar Santsimo plagado de dolos, las deidades

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7locales haban seducido al pueblo escogido de Dios.

En el siglo xxi, quiz nos creamos demasiado inteligentes como para participar de algo tan primitivo como la adoracin a los dolos. Sin embargo, la idolatra es, sencillamente, colocar algo cualquier cosa en el lugar de Dios. El maestro bblico Gene Getz sugiere que lo hacemos de distintas maneras. Tenemos, por ejemplo:Dioses humanistas.

Incluyen un gran despliegue de personas, como estrellas del deporte, msicos y lderes.

Dioses materialistas. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas (Mt. 6:24 NVI), o a las cosas que compra el dinero.

Dioses sensuales. Porque sabis esto, que ningn fornicario, o inmundo, o avaro, que es idlatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios (Ef. 5:5).

Dioses relacionales. Aun algo tan maravilloso como las relaciones sanas puede transformarse en un dolo. Jess advirti: El que ama a padre o madre ms que a m, no es digno de m; el que ama a hijo o hija ms que a m, no es digno de m (Mt. 10:37).Dios confront a Acab

respecto de lo que Pablo nos advierte en Romanos 1:23: adorar a una criatura en lugar de al Creador.

LA RESPUESTA DE DIOS

No habr lluvia ni roco en estos aos, sino por mi palabra (v. 1).El maestro bblico John

Whitcomb escribi: Como un meteoro que aparece fugazmente en el cielo oscuro, Elas entra en escena sin genealoga, sin un trasfondo histrico y sin advertencia. Emite un juicio atronador de parte del cielo y desaparece sin dejar rastro! (Solomon To The

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8Exile [Desde Salomn hasta el exilio], p. 50).

El mensaje de Elas para Acab tena un precedente importante. Aos antes, Moiss haba advertido que la apostasa nacional hara desaparecer las lluvias (Dt. 11:16-17).

A pesar de las repetidas advertencias, Israel le fue infiel a su Dios. Entonces, segn lo predicho, Sus bendiciones sobre la tierra se terminaran. Bajo el reinado de Acab, la tierra sufrira ms de tres aos de sequa.

LA ORACIN DE ELASSantiago 5:17-18 nos dice que la oracin fue el medio que Dios us para marcar y desatar estos juicios. Es increble que un don nadie como Elas pudiera tener esta clase de osada y de valor espiritual. Era un hombre como nosotros, pero Santiago declara que su oracin produjo resultados impresionantes.

En 1 Reyes, no se menciona la oracin de Elas. No obstante, Santiago nos dice que or fervientemente para que no lloviera. Y as fue!

Adems, or de forma sumamente especfica. Or para que no cayera ni roco ni lluvia: que no hubiera nada de humedad.

Durante tres aos y medio, Dios utiliz las oraciones de un hombre como nosotros para confrontar a los que se haban alejado de Su amor.

La puesta en prcticaElas comprendi el poder de la oracin y lo puso en prctica, lo cual nos propone algunas cuestiones esenciales para considerar: Creemosquenuestra

eficacia para Dios depende de nuestros talentos o de nuestra posicin, o dependemos de l?

ConsideramosalDiosverdadero como el nico objeto de nuestra

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9adoracin o hay otros dioses que nos empaan el corazn y la mente?

Ponemosenprctica el recurso de la oracin, por medio del cual Dios puede obrar milagros segn Su voluntad?

TIEMPOS DE FORMACIN (1 REyES 17:2-10)

Hace varios aos, la marca de zapatos deportivos Nike sac una serie de anuncios publicitarios con la consigna: Para qu te preparas?. Uno de ellos mostraba a un jugador de la liga nacional de ftbol americano, que se lanzaba por una montaa empinada y rocosa. En otra, un futbolista realizaba todas las actividades cotidianas con los pies. Qu intentaban decir? Lo que hacemos hoy nos prepara para algo.

Para qu te ests preparando? No importa

lo que sea, hace falta capacitacin:Horasenelpiano,

aprendiendo escalas y practicando sonatas.

Dasbajounsolcaliente,en dos entrenamientos diarios de ftbol.

Aosenunlaboratorio,como preparativo para una carrera de investigacin mdica.Al parecer, para muchas

cosas en la vida, es necesario un perodo de preparacin. Y cuanto ms intenso sea el objetivo, ms lo ser tambin la formacin. Esto mismo le sucedi a Elas. Dios planeaba construir una confianza y un carcter ms profundos en Su siervo. El maestro bblico J. Vernon McGee escribi:

Da la sensacin de que Elas era un hombre fuerte; y lo era. Sin embargo, habra que decir algo ms sobre l: Dios tuvo que capacitarlo. Muchas veces, el Seor prepar a Sus hombres escogidos llevndolos al desierto [].

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Este es el mtodo de Dios para entrenar a Sus hombres. Llevara a Elas y le enseara varias cosas que tena que aprender (Thru The Bible [A travs de la Biblia], Vol II, p. 283).

LA GUA DE DIOS (vv. 2-4)

Y vino a l palabra de Jehov, diciendo: Aprtate de aqu, y vulvete al oriente, y escndete en el arroyo de Querit, que est frente al Jordn. Bebers del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den all de comer.Galaad estaba al este

del ro Jordn, as que, Dios enviaba a Elas de regreso a su tierra, a un arroyo que no era ms que un vado: un riachuelo que solo tiene agua durante las lluvias invernales. El arroyo de Querit pareca un lugar inusual para que Dios proporcionara alimento y agua durante una sequa

de tres aos. Quiz haba una cueva o un refugio all. No lo sabemos. Sin embargo, lo que s sabemos es que ese arroyo est en medio del desierto: un lugar difcil para vivir y para aprender.

Elas tendra que viajar ms de 50 kilmetros a pie, por una tierra estril, para llegar a un lugar completamente inhspito. No obstante, all lo envi Dios. El profeta tena mucho que aprender, y los das de soledad proporcionaran momentos sumamente necesarios de reflexin y de aprendizaje.

LA RESPUESTA DE ELAS (v. 5)

Y l fue e hizo conforme a la palabra de Jehov; pues se fue y vivi junto al arroyo de Querit, que est frente al Jordn.Observemos que lo

que Dios le prometi a Elas estaba directamente vinculado a su respuesta: Obedeci la Palabra de Dios, crey Su promesa

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y fue al arroyo de Querit. Sin duda, la fe es siempre una cuestin clave en nuestra relacin con Dios, y Elas respondi con confianza y obediencia.

Camin una larga distancia hasta un lugar solitario y se instal all. Seguramente, el primer da en Querit fue interesante. Se habr quedado mirando al cielo, preguntndose si los cuervos apareceran de verdad? Era una experiencia nueva para Elas. Como escribi el bigrafo alemn F. W. Krummacher:

Visitemos a este hombre de Dios en su nueva morada. Reina un silencio absoluto, interrumpido quiz por el chillido de algn avetoro solitario, mientras entre los arbustos de brezo y enebro empolla el avestruz. Reina el desierto y la soledad. No hay rastro de pisadas humanas (citado por W. J. Petersent, Meet Me On The Mountain, p. 37).Imagina lo aislado que

se senta. Solo en el desierto,

en este lugar inhspito, Elas aprendera sobre su Dios.

LA PROVISIN DE DIOS (v. 6)

Y los cuervos le traan pan y carne por la maana, y pan y carne por la tarde; y beba del arroyo.All, en el arroyo

de Querit, la provisin prometida de Dios sustent a Elas. Observemos cmo provey el Seor: Loscuervos,avesde

rapia voraces, por naturaleza nunca renunciaran a su alimento. Tal vez Dios utiliz estas aves en particular para recalcarle a Elas cul era la verdadera fuente de su sustento y para que confiara en la provisin divina en lugar de depender de los pjaros.

Panycarnedosveces al da (a diferencia del man y las codornices del desierto).

Aguadelarroyo.

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Dios provey de manera nica, pero vinculada a recuerdos de expresiones pasadas de Su fidelidad. El Seor siempre usa los medios adecuados para cumplir Sus propsitos en la vida de Sus hijos y para capacitarlos. Es verdad, ya sea que se trate de medios naturales (el arroyo de Querit) o sobrenaturales (entrega area de sndwiches), siempre es Jehov-Jireh: el Seor que provee. La promesa que Dios cumpli fielmente es parte de la formacin de Elas.

LA CAPACITACIN DE ELAS (vv. 7-10a)

Pasados algunos das, se sec el arroyo, porque no haba llovido sobre la tierra. Vino luego a l palabra de Jehov, diciendo: Levntate, vete a Sarepta de Sidn, y mora all; he aqu yo he dado orden all a una mujer viuda que te sustente. Entonces l se levant y se fue a Sarepta.

Los maestros bblicos creen que Elas estuvo en el desierto durante un ao aproximadamente. Y, aunque reciba alimento a diario, es posible que su nivel de ansiedad haya ido en aumento, ya que, a medida que la sequa continuaba, el ro se transform en un arroyo, luego en un riachuelo y despus en un simple hilo de agua.

Era parte de la capacitacin divina de Elas. Imagina lo que pudo haberle sucedido a la fe del profeta a medida que el nivel del agua del arroyo bajaba. Dios podra haber sacado agua de las rocas, como haba hecho para Israel en el desierto, pero no lo hizo. Cada vez estaba ms seco.

Recuerda, Elas era un hombre como nosotros. Cmo podra haber reaccionado?: Entrandoenpnico? Dndoseporvencidoy

despus morir? (esto fue verdad ms adelante).

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Revirtiendoeljuicio de Dios porque lo afectaba a l?Todo forma parte del

proceso de formacin. Elas necesitaba saber que poda confiar en Dios mucho ms que en el agua incluso en el desierto, y aunque el arroyo se secara. Deba aprender que:

Dios ya saba que el arroyo se secara. Era inevitable. El vado dependa de las lluvias intensas del final del otoo y el comienzo del invierno. Y, cuando esas lluvias no llegaron, el arroyo desapareci.

El cuidado de Dios no se vio obstaculizado al secarse el arroyo. Hubiera sido fcil para Elas suponer que el Seor se haba olvidado de l. Sin embargo, tena que aprender que dependa de Dios y no del arroyo.

Dios segua teniendo el control, aun cuando el arroyo se sec. Es ms, el control de Dios era tal que sacudi totalmente la zona

de confort donde Elas se haba acostumbrado a estar. Por qu? Para ampliar su visin de diferentes maneras.

Cuando se derrumba nuestra zona de confort, no quiere decir que Dios haya perdido el control. Sin embargo, puede significar que hemos dejado de or Su voz porque estamos demasiado cmodos.

Aun cuando el agua se retiraba, Elas permaneci en el arroyo hasta que recibi la orden de partir (Levntate [v. 9]). Las lecciones de confianza y de obediencia estaban grabndose en su corazn.

Entonces, Dios lo envi en un viaje desde el arroyo hasta Sarepta. Qu sabemos de este lugar? Estabaaunos140

kilmetros al noroeste de Querit, sobre la costa martima de una tierra gentil, no juda.

Estabaenelcentro de una zona sumida en la adoracin a Baal.

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Eralatierranatal de la reina Jezabel, sacerdotisa de Baal, el dios a quien Elas haba desafiado.Pasaba de las brasas al

fuego. Qu encontrara all? Una viuda que se ocupara de l. No era demasiado prometedor. En general, las viudas eran sumamente pobres. En una poca de hambruna, seran las primeras en quedarse sin alimento. Entonces, Elas recibi la orden de ir a un territorio hostil y de acudir a alguien que no tendra nada para ofrecerle. Por qu? Porque Dios estaba capacitando a Su siervo para no caminar por vista, sino por fe y nadie dijo que sera fcil.

La puesta en prcticaQu lecciones podemos aprender del Centro de Capacitacin para el Servicio Espiritual Arroyo de Querit?:Aveces,loshijosde

Dios sufren junto con los incrdulos.

Aveces,cuandopensamos que ya estamos listos para el monte Carmelo, Dios nos enva a Querit, porque no estamos tan preparados como pensamos.

Aveces,elrefugioqueDios nos ofrece no es un lugar agradable.

Aveces,laslecciones que necesitamos aprender requieren que todo empeore antes de mejorar.Bienvenido al mundo

de Elas: a experimentar en forma personal el poder (y el precio) de la capacitacin espiritual. El autor W. J. Petersen escribe:

A veces, no comprendemos los planes de Dios. Ni siquiera sabemos por qu se nos envi a Querit; no nos gusta que Dios use unos cuervos sucios para alimentarnos, y, sin duda, no comprendemos por qu tiene que secarse el arroyo. Nuestra falta de comprensin es solo una seal de que el proceso educacional de Dios

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todava no ha terminado. l sigue ensendonos y nosotros continuamos aprendiendo (Meet Me On The Mountain, p. 44).

TIEMPOS DE FE (1 REyES 17:10-24)

A lguien defini la fe de esta manera: Renunciando a todo, confo en l. Sin duda, esto es lo que le sucedi a Elas. Haba renunciado a todo para confiar en Dios. Despus de confrontar al rey Acab y de ridiculizar a Baal, el dolo del monarca, se escap al desierto; no obstante, tuvo que confiar en la provisin de Dios en un lugar desolado.

Elas haba aprendido que el Seor poda sustentarlo, pero todava tena que aprender que tambin poda proveer para los dems. No todo giraba alrededor de l; tena que ver la necesidad de otras personas

y responder demostrando inters en ellos. Aprendera esa leccin en Sarepta.

LA PRUEBA DE UNA MUJER (vv. 10-16)Dios condujo a Elas hasta la viuda de Sarepta. Durante los dos aos siguientes, ella lo sostendra, a pesar de ser pobre. Se trataba de una mujer gentil que crea en el Seor (vive Jehov tu Dios [v. 12]). Ahora Elas la invitaba a confiar en la promesa de Dios, al decir: Porque Jehov Dios de Israel ha dicho as (v. 14). Cmo respondera ella al mandato divino de tomar lo ltimo que tena para prepararle una comida a Elas? (vv. 11-13).

Tal vez fue una prueba tremenda para ella. Pinsalo. Elas pidi una comida y prometi provisiones (v.14), pero no le dio pruebas de que pudiera cumplir su promesa. La mujer tena dos opciones:Comerloltimoquele

quedaba, creyendo que la muerte era inminente.

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Confiarenlapromesade Elas de que Dios proveera.Acababa de conocer al

profeta. No tena pruebas de que Dios cumplira las promesas de este hombre. Entregaras tu ltima comida? Recuerda:

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccin de lo que no se ve (He. 11:1).La mujer respondi por

fe a lo que esperaba, pero an no poda ver. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elas (v. 15). El profeta le pidi que lo alimentara primero; entonces, cuando ella obedeci, el Dios proveedor la bendijo.

La provisin constante de harina y aceite fue un milagro. Representa la promesa de Jess en Mateo 6:33: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas. Puso primero los propsitos de Dios, y l provey en abundancia.

UNA CRISIS FAMILIAR (v. 17)

Despus de estas cosas aconteci que cay enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no qued en l aliento.No se sabe durante

cunto tiempo vivi Elas en la casa de la viuda, antes de que su hijo se enfermara. Pero, mientras tanto, Dios provey para los tres. Luego, algo cambi. El hijo de la viuda se enferm gravemente; tanto, que dej de respirar y muri.

Para una madre, no hay peor crisis que ver a un hijo en peligro. El hijo nico de la viuda era su alegra y un enemigo invisible, contra el cual no poda pelear, se lo quit.

Nuestra reaccin quiz sea esta: No es justo. Esta mujer hizo todo bien. Confi, obedeci y tena un corazn de sierva. Qu ms poda hacer?. Si creemos que confiar en

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Dios y obedecerle nos exime de los problemas, estamos equivocados. El Seor no es el genio de la lmpara, que hace cualquier cosa que queramos, segn nuestro capricho y conveniencia. Es absolutamente bueno y todopoderoso, pero no lo controlamos. No nos da un cheque en blanco para gastar como nos parezca. Tanto Elas como la viuda tuvieron que aprender que Dios tiene el control y nosotros debemos hacer lo mismo. Tenemos que reconocer los propsitos de Dios y confiar en ellos, aun durante las crisis dolorosas de la vida.

EL DOLOR DE UNA MADRE (v. 18)

Y ella dijo a Elas: Qu tengo yo contigo, varn de Dios? Has venido a m para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?Observa la batalla que se

libraba dentro de la viuda:

Enojo. Qu tengo yo contigo, varn de Dios? Por desgracia, en momentos de dolor, solemos atacar a las personas ms cercanas a nosotros; incluso, a los que nos han ayudado mucho. Es como si hubiera dicho: Ojal nunca hubieras venido.

Sentimiento de culpa. Has venido a m para traer a memoria mis iniquidades? Esto surgi porque sospechaba que Dios poda ver sus pecados con ms claridad gracias a la proximidad del profeta.

Proyeccin de la culpa. Y para hacer morir a mi hijo? No sabemos por qu pens que Dios la estaba juzgando, pero tena la certeza de que la muerte de su hijo era un castigo por su pecado.

LA COMPASIN DE UN PROFETA (vv. 19-23)

l le dijo: Dame ac tu hijo. Entonces l lo tom de su regazo, y lo llev al

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aposento donde l estaba, y lo puso sobre su cama (v .19).Observa cmo Elas

respondi con ternura frente al dolor de la mujer.

Tom al muchacho de su regazo y lo llev a su propia habitacin, donde poda estar a solas con el chico y con Dios.

La oracin de Elas. Veamos cmo or Elas:

Y clamando a Jehov, dijo: Jehov Dios mo, aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, hacindole morir su hijo? Y se tendi sobre el nio tres veces, y clam a Jehov y dijo: Jehov Dios mo, te ruego que hagas volver el alma de este nio a l (vv. 20-21).Or implorando

misericordia para esa madre angustiada. La primera oracin (v. 20) expresa su compasin por la viuda, la cual, adems de padecer la hambruna, ahora tena que sufrir la prdida de su hijo. Sin embargo, al

hacerlo, Elas tambin mostr una mezcla de sentimientos.

La confusin de Elas. El profeta estaba desconcertado y le pregunt abiertamente a Dios sobre Sus propsitos. Recuerda que era un hombre como nosotros (Stg. 5:17), y a nosotros tambin la vida a menudo nos confunde. La buena noticia es que Dios no rechaza nuestras preguntas sinceras, sino nuestras exigencias arrogantes.

Aun en medio de su confusin, en la segunda oracin del profeta (v. 21), vemos cmo aprende a captar la grandeza de Dios. De qu manera? Considera lo siguiente: Lo que Elas le peda al Seor nunca haba sucedido en la historia humana. Desde Gnesis hasta 1 Reyes 17, no se registra que Dios haya levantado a nadie de los muertos. La peticin de Elas era algo nuevo para la experiencia humana. Por qu? Porque crea en un Dios que poda hacer lo imposible.

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Y Jehov oy la voz de Elas, y el alma del nio volvi a l, y revivi. Tomando luego Elas al nio, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elas: Mira, tu hijo vive (vv. 22-23).La respuesta de

Dios. Las esperanzas de la viuda y de Elas tuvieron su recompensa. El muchacho revivi. Imagina la alegra de la mujer al ver a su hijo vivo otra vez! Ahora el propsito de Dios era evidente. El pecado de ella no era el problema, sino que el Seor buscaba aumentar la fe de la mujer y de Elas en l.

La puesta en prcticaEs verdad, no podemos controlar lo que nos sucede, pero s dominar nuestras reacciones. En pocas de crisis: Aprendemosaacudir

a la presencia y a la proteccin de Dios?

Aprendemosaenfrentarcualquier cosa que

debilite nuestra confianza en el Seor?

Aprendemosaconfiar en la voluntad de Dios, no solo para el futuro, sino tambin para el presente?

Aprendemosarecurriral poder del Dios de la resurreccin?

TIEMPOS DE CONFLICTO (1 REyES 18:20-46)

P ilato le pregunt a Jess: Qu es la verdad? (Jn. 18:38). Hoy las personas todava hacen la misma pregunta.

En la poca de Elas, el problema era similar: la gente haba rechazado al Dios de la verdad para aferrarse a las mentiras de los dioses de la tierra. La verdad se haba perdido en una cultura de idolatra.

Desde que el profeta se fue de Sarepta, se haba creado el marco para la confrontacin total. Era

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hora de que las mentiras de los dioses falsos quedaran expuestas ante la verdad de Dios: en el monte Carmelo, un lugar alto dedicado a la idolatra. En Carmelo, los sacerdotes de Baal y de Asera (850 hombres, segn el v. 19) se plantaron en oposicin al Dios de Israel y a Su nico representante, Elas.

SE ACLARA EL PROBLEMA (vv. 20-21)

Entonces Acab convoc a todos los hijos de Israel, y reuni a los profetas en el monte Carmelo. Y acercndose Elas a todo el pueblo, dijo: Hasta cundo claudicaris vosotros entre dos pensamientos? Si Jehov es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de l. Y el pueblo no respondi palabra.Elas comenz con una

pregunta directa: Hasta cundo claudicaris vosotros entre dos pensamientos? (v. 21). En representacin del Dios de Israel, confront al pueblo por su ambigedad

y le dijo que tena que escoger. Si Jehov es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de l.

Solo podemos servir y adorar de verdad y de todo corazn a un dios. Siempre ser as. En dnde pondremos nuestra confianza?

Observa el silencio de la multitud: El pueblo no respondi palabra. No saban cmo responder. Es peligroso divagar sobre cuestiones eternas, as que, Elas exigi que decidieran a quin seguiran.

SE ESTABLECEN LAS CONDICIONES (vv. 22-24)

Y Elas volvi a decir al pueblo: Slo yo he quedado profeta de Jehov; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. Dnsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y crtenlo en pedazos, y pnganlo sobre lea, pero no pongan fuego debajo; y yo preparar

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el otro buey, y lo pondr sobre lea, y ningn fuego pondr debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocar el nombre de Jehov; y el Dios que respondiere por medio de fuego, se sea Dios. Y todo el pueblo respondi, diciendo: Bien dicho.Elas propuso una prueba,

y luego estableci las reglas de juego.

La seleccin de un animal. Elas les permiti a los sacerdotes de Baal elegir uno de los dos bueyes disponibles. l usara el otro.

La preparacin de un sacrificio. Los sacerdotes prepararan el animal con gran ceremonia y lo colocaran sobre el altar. Sin embargo, no podan poner fuego debajo. Esa era la clave. Para un holocausto haca falta fuego, pero all estaba la prueba. Ya se haba demostrado que el Dios de Elas controlaba la lluvia (1 R. 17:1). Ahora los sacerdotes veran que

Jehov tambin poda hacer llover fuego.

La oracin. Elas les dijo a los sacerdotes que invocaran a Baal, y l apelara al Seor. Todos adoraran al Dios que respondiera con fuego. Como era una prueba de fuego, parece que Elas les dio ventaja, ya que Baal era el dios sol, el dios del fuego y del clima.

El pueblo respondi que se trataba de una propuesta razonable, y la prueba comenz.

LOS PROFETAS QUEDAN HUMILLADOS (vv. 26-29)

Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la maana hasta el medioda, diciendo: Baal, respndenos! Pero no haba voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que haban hecho (v. 26).

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La desesperacin de los sacerdotes. Los profetas de Baal prepararon su sacrificio e invocaron a su dios para que enviara fuego. Dividieron sus esfuerzos en dos partes: Desdelamaanahasta

el medioda (v. 26) rogaron pidiendo el fuego divino. Entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar. Qu escena! Todava no haba respuesta y Elas se burlaba de ellos (v. 27). Siguieron

Paselmedioda[]hasta la hora de ofrecerse el sacrificio (v. 29), y siguieron danzando, cortndose con cuchillos, orando y actuando de forma extraa.Como Baal era el dios

sol, quiz esperaban que al medioda (cuando el sol estaba en su cenit) cayera el fuego sobre el sacrificio. Sin embargo, su esperanza se transform en desesperacin y comenzaron a comportarse como locos.

Cul fue el resultado? No hubo ninguna voz, ni quien respondiese.

Las burlas de Elas. Mientras tanto, Elas comenz a construir su causa para el Dios vivo y verdadero burlndose de los pobres intentos de los sacerdotes por lograr que Baal respondiera. Observa, en el versculo 27, cmo puso al descubierto las limitaciones del dios pagano: Gritadenaltavoz:

Griten y hagan ms ruido. No los escucha.

Porquedioses: Ustedes lo adoran, pero no los escucha.

Estmeditando:Tal vez est tan ensimismado en sus pensamientos, que necesitan llamarle

la atencin. Tienealgntrabajo:

Quiz est ocupado con el problema de otra persona o incluso ha tenido que ir al bao (New Living Translation [Nueva Traduccin Viviente]).

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Vadecamino:Quiznoest en su casa. Llmenlo para que vuelva.

Talvezduerme,yhayque despertarlo: Baal est demasiado cansado como para ayudarlos.No se escuch ninguna

voz ni hubo fuego. Los profetas de Baal suspendieron la prueba.

ELAS HACE SUS PREPARATIVOS (vv. 30-35)En los versculos 30-35, Elas se hizo cargo:

Convoc al pueblo (v. 30a). Elas quera que todos vieran lo que Dios iba a hacer. As que, dejaron a los profetas de Baal y lo observaron de cerca.

Repar el altar roto de Dios (vv. 30b-31). En ese lugar, haba existido un altar a Jehov, construido probablemente en la poca de los jueces.

Cav una zanja alrededor del altar (v. 32). El pozo era ancho y profundo.

Hizo que el pueblo empapara de agua el altar (vv. 33-35). Lo hizo para evitar cualquier sospecha de que hubiera fuego escondido debajo del altar. Se derram agua varias veces sobre el lugar, para que no quedara duda del milagro.

Entonces, con todos los preparativos listos, Elas comenz a orar.

ELAS PRONUNCIA SU ORACIN (vv. 36-37)La oracin de Elas, en los vv. 36-37, fue breve. Incluy afirmaciones de:

Identificacin (v. 36a). Jehov Dios de Abraham, de Isaac y de Israel. El Seor era an el Dios de ellos, aunque lo haban dejado para ir en pos de dolos.

Reivindicacin (v. 36b). Sea hoy manifiesto que t eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Sus acciones eran para la gloria de Dios, no para validarse a s mismo.

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Explicacin (v. 37). Respndeme, Jehov, respndeme. La repeticin expresa la carga de su alma.

Observa que Elas no dijo: Enva fuego. Fue una verdadera oracin de fe. Confiaba de tal manera en el Seor para obtener el resultado, que el pedido fue tcito. No pidi fuego, sino que Dios recibiera la honra.

SE MANIFIESTA EL PODER DE DIOS (vv. 38-46)Cay fuego (v. 38). Entonces cay fuego de Jehov, y consumi el holocausto, la lea, las piedras y el polvo, y aun lami el agua que estaba en la zanja. El fuego no sali del altar. Cay desde el cielo y consumi el sacrificio, la lea, las piedras, el agua, la tierra todo.

Cay el pueblo (v. 39). Vindolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: Jehov es el Dios, Jehov es el Dios!.Todos se postraron al ver el poder del

Seor y reconocieron que solo Jehov es el Dios de Israel, no Baal. En reverencia a l y asombrados por el fuego celestial, se volvieron de sus dolos y adoraron al Seor.

Cayeron los profetas de Baal (v. 40). Entonces Elas les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llev Elas al arroyo de Cisn, y all los degoll.

Cay lluvia (vv. 41-45). Y aconteci, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia (v. 45). El escarmiento de Dios haba surtido efecto y el pueblo haba vuelto al Seor. La sequa se termin.

La puesta en prcticaQu lecciones podemos sacar de este increble acontecimiento? Lascuestionesacercadela

verdad no se resuelven por el voto de la mayora, sino por la Palabra de Dios.

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Elcompromisosincero y aun apasionado con las cosas equivocadas puede ser autodestructivo.

Lascuestionesdeverdadyerror requieren momentos de confrontacin poderosos y, a menudo, incmodos.

Paradescubrirlaverdadsobre Dios, debemos tomar decisiones sobre nuestra fe y sobre los dioses de nuestra cultura.

TIEMPOS DE DEBILIDAD (1 REyES 19:1-18)

P ocas emociones ponen de manifiesto la flaqueza humana con ms rapidez que la desesperacin. Cuando luchamos con nuestro propio corazn (sin importar por qu), podemos encontrarnos en una batalla de vida o muerte. La desesperacin, la ms oscura de las emociones humanas, puede atraernos, tentarnos

y aun destruirnos. A veces, la encontramos: eneltrabajo,cuando

no obtenemos lo que nos parece que merecemos;

ennuestrafamilia, cuando no se cumplen nuestras expectativas;

enlaiglesia,cuandopersonas dbiles e imperfectas inevitablemente nos desilusionan.Es una de las batallas

ms difciles de enfrentar, y el profeta la peleara en una cueva. Recuerda, Elas era un hombre como nosotros y aqu se hace ms evidente que nunca, desde las garras de la desesperacin. Se transforma en un hombre con quien podemos identificarnos, porque no pele su peor batalla en el monte Carmelo, sino en una cueva en Horeb. Y eso no difiere de las situaciones que todos hemos experimentado. Esta batalla no fue contra Baal, sino contra s mismo.

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LAS RACES DE LA DESESPERACIN (vv. 1-2)Acab le dijo a la reina Jezabel lo que haba sucedido en el lugar alto de Carmelo. Los profetas de Baal (ella los haba llevado a Israel) estaban muertos y su dolo haba sido vencido. Cul fue su respuesta? Jezabel le envi un mensaje a Elas: As me hagan los dioses, y aun me aadan, si maana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. En otras palabras: Recibirs el mismo trato que le diste a mis profetas: la ejecucin.

Cmo respondi Elas a la amenaza de Jezabel? Huy. Parece mentira, pero el mismo Elas, que haba vencido a los profetas de Baal pocos das antes, ahora escapaba de esta mujer. El que haba dicho: Si Jehov es Dios, seguidle, ahora hua desesperado. Qu provoc su desesperacin?

El xito. A menudo, despus de momentos

de gran xito, hay una decepcin. En el resplandor de la victoria, puede ser difcil enfrentar los desafos de la vida normal.

La fatiga. Despus de perodos intensos de tensin, en especial cuando van acompaados de agotamiento fsico, a menudo surge la fatiga. Este es el Elas post-Carmelo: agotado, fatigado y, como resultado, vulnerable.

La desilusin. Probablemente, Elas estaba desilusionado con el pueblo. En Carmelo, exclamaron: Jehov es el Dios!. Ahora, quiz permitiran que lo mataran. A veces, la desesperacin surge cuando las personas no se comportan como pensamos que deberan.

La soledad. Es la carga del liderazgo. En su libro Elijah: A Man Of Like Nature [Elas, un hombre como nosotros], Theodore Epp escribi:

Un lder es un hombre solitario []. Como

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lo impulsa un deseo consumidor de lograr objetivos que a los dems les parecen utpicos o ineficaces, la gente corriente lo mira con sospecha. Los lderes son blancos apropiados para los dardos mordaces de la crtica (p. 119). Estas son las races de

la desesperacin de Elas: cansado, recin llegado de la montaa, desilusionado y solo. Haba esperado tres aos y medio para un da glorioso de triunfo, y ahora, estaba agotado y sin compaa. Cmo reaccion este hombre, que era como nosotros, ante la desesperacin que se apoderaba de su corazn?

LAS RESPUESTAS DE LA DESESPERACIN (vv. 3-4)Observa cmo Elas daba paso tras paso en su cada, pasos que solo agravaran su sensacin de desesperacin. Es un camino comprensible,

pero completamente equivocado.

El deseo de escapar (v. 3a). Viendo, pues, el peligro, se levant y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que est en Jud. Elas haba huido 160 kilmetros hacia el desierto meridional. Sin embargo, las cosas no eran mucho mejores all.

Todos los das, un sinfn de personas intentan escapar: con alcohol, drogas o placer. Sin embargo, es imposible evadir los problemas huyendo de ellos. Nosotros mismos somos nuestro mayor problema.

El deseo de soledad (v. 3b). [Elas] dej all a su criado. La soledad produce ms soledad. Como quera estar ms solo, Elas dej a su siervo y sigui por su cuenta.

El deseo de morir (v. 4a). Y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehov, qutame la vida. A veces, bajo presin, la muerte parece

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ser la nica salida. Observa que es la quinta oracin registrada del profeta. Or y lalluviaces, unhijovolvialavida, cayfuegodelcielo,y lalluviavolvidespus

de una sequa de tres aos y medio.Las primeras cuatro

oraciones recibieron respuesta, pero la quinta no. Esta ltima fue egosta. Elas haba perdido de vista el poder de Dios. Entonces, su corazn prefiri la muerte antes que una vida de confianza en Dios.

Un desierto de autocompasin (v. 4b). Pues no soy yo mejor que mis padres. Oyes a este hombre como nosotros? Hay pocas cosas ms trgicas que alguien lleno de autocompasin. Elas probablemente pens: losdemstienen

la culpa; soylavctima; lavidanoesjusta

conmigo; nuncapuedoavanzar;

nuncatengosuerte.Nos resulta ms fcil

identificarnos con Elas en el desierto que con l en el monte Carmelo. Aqu, debajo de un enebro (v. 4), era ms normal. Sin embargo, Dios no lo dejara all.

EL REMEDIO PARA LA DESESPERACIN (vv. 5-18)Observa cmo trat Dios a Elas. Utiliz una mezcla de confrontacin dura y compasin tierna.

Consuelo y cuidado (vv. 5-8). Se levant, pues, y comi y bebi; y fortalecido con aquella comida camin cuarenta das y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios (v. 8).

Dios le dio a Elas alimento y descanso para su fatiga. El profeta pidi la muerte, pero el Seor le llev alimentos para mantenerlo con vida. A veces, lo que ms necesitamos cuando estamos desesperados es alimento y refrigerio. Sin ello, no tenemos la fuerza

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necesaria para recuperarnos. Entonces, con nuevas fuerzas, Elas viaj durante ms de cuarenta das y se detuvo en una cueva en Horeb.

La confrontacin con Dios (vv. 9-14). Sucedi en dos etapas:

Una pregunta poderosa (vv. 9-10). Y vino a l palabra de Jehov, el cual le dijo: Qu haces aqu, Elas? (v. 9).

Es una pregunta esencial. Dios lo haba enviado a Samaria, a Querit, a Sarepta y a Carmelo, pero no lo haba enviado a Horeb. Qu haces aqu? Una contestacin superficial podra haber sido: Le tengo miedo a Jezabel. Sin embargo, vemos la verdadera respuesta en las palabras de Elas, en el versculo 10: He sentido un vivo celo por Jehov Dios de los ejrcitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y solo

yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

En otras palabras: Estoy aqu porque nadie me valora y estoy lleno de autocompasin. Esto dista mucho de su valiente proclamacin en Carmelo.

Un encuentro sorprendente (vv. 11-12). l le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehov. Y he aqu Jehov que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompa los montes, y quebraba las peas delante de Jehov; pero Jehov no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehov no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehov no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.

Dios envi mensajeros de la naturaleza (el fuego, el viento y un terremoto) para recordarle a Elas que Dios es Dios y que el profeta no deba dejarse dominar por la desesperacin. La voz apacible del Seor habl

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y Elas escondi su rostro. Esperaba ver Su poder y se encontr con la Persona misma de Dios. En este lugar de comunin tranquila, a Elas se le record: elpoderdeDios, elcarcterdeDios,y elamor,lamisericordia

y la paz de Dios.Un llamado a ayudar

(vv.15-17). En los versculos 15-17, Dios le dijo a Elas que se ocupara de las necesidades de los dems. Le indic que ungiera dos reyes y que capacitara a su propio sustituto: Eliseo.

Una de las claves para ver las cosas con objetividad en medio de la desesperacin es participar en la vida de otras personas y ocuparse de ellas. John Simpson, un escritor del siglo xviii, lo dijo de esta manera:

La nica esperanza para las personas en tales circunstancias es salir de sus escondites solitarios y ocuparse de alguna causa til y benfica [], comenzar a hacer algo que

requiera esfuerzo muscular y que beneficie a los dems. Por lo tanto, Dios le indic a Elas que dejara su solitaria morada, que solo aumentaba la tristeza y la irritacin de su espritu, y le dio una comisin para ejecutar (citado por W. J. Petersen en Meet Me On The Mountain, p. 120).El desafo es apartar los

ojos de nosotros mismos, porque solo entonces podremos ver con claridad las necesidades de los dems. Como alguien dijo: Llor porque no tena zapatos hasta que conoc a un hombre que no tena pies.

La claridad de la verdad (v. 18). Y yo har que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.

Elas necesitaba una dosis de realidad para ayudarlo a salir de su desesperacin. Nuestro punto de vista casi nunca es fiel cuando miramos con ojos desesperados. Elas

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necesitaba despertar y ver las cosas como eran; no como l las haba descrito. Despus de todo, no era el nico siervo fiel de Dios, sino el nico escondido en Horeb.

Al igual que Elas, nos encantan los grandes triunfos y las victorias conmovedoras. Pero qu sucede con las batallas silenciosas del alma? El profeta se consideraba fuerte, pero tuvo que aprender cun dbil era y cunto necesitaba a Dios. Nosotros debemos aprender lo mismo.

La puesta en prcticaCon misericordia, Dios reconstruy la vida de Elas desde las cenizas de la desesperacin y quiso volver a usarlo. Qu lecciones podemos sacar? Estardedicadosa

Cristo no nos inmuniza del desaliento ni de la desesperacin.

Lafatigapuedehacernosms susceptibles a la desesperacin.

Esnecesarioinvertirnuestra energa en los dems, en lugar de dejar que nos absorba el dolor.

LacomuninconDioses la nica manera de mantener la fuerza espiritual necesaria para las batallas de la vida.

Necesitamosaprenderadescansar en el cuidado misericordioso de Dios.

EL TIEMPO ES HOy

En la dcada de los sesenta, el grupo musical The Association cant The Time It Is Today [El tiempo es hoy], como un llamado a los jvenes a vivir para algo ms que ellos mismos; para marcar una diferencia en el mundo, en su propia generacin. El mismo llamado es para los seguidores de Cristo hoy. Tenemos este momento en el tiempo para representar a

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nuestro Dios en el mundo. Y, al igual que Elas, vivimos en una poca fuera de lo comn.

Podemos recibir aliento al ver que, cuando se esperaba que alguien maravilloso llegara al rescate, Dios escogi a un hombre comn y corriente: Elas. Este hombre comn, armado solo con el recurso de la oracin a un Dios extraordinario, fue el instrumento divino para impactar a una generacin.

Sin embargo, vimos que Elas estaba lejos de la perfeccin; tena luchas similares a las nuestras. Esto me anima. Si Dios us a un don nadie sin trasfondo como Elas, quiz utilice personas como nosotros. No obstante, el desafo no es ir en busca de la grandeza, sino estar disponibles para el gran deseo del Seor de obrar en y a travs de nosotros.

Si no conoces al Dios que ama a cada persona de este mundo y se interesa por ellas, tengo una buena noticia: Su amor est a

tu plena disposicin. En Juan 3:16, uno de los versculos ms conocidos de la Biblia, leemos:

Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.Este Dios fuera de lo

comn les ofrece la promesa de vida eterna a personas comunes y corrientes. Aceptars Su regalo? El tiempo es hoy.

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