Lección 5 para el 1 de agosto de 2009
“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han
sido perdonados por su nombre.
Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el
principio.
Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.
Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es
desde el principio.
Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra
de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.”
Juan presenta seis motivos para escribir su carta:
1. Porque vuestros pecados han sido perdonados
por su nombre [el nombre de Jesucristo].
2. Porque habéis conocido al Padre.
3. Porque conocéis/habéis conocido al que es
desde el principio [Jesucristo]
4. Porque habéis vencido al maligno.
5. Porque sois fuertes.
6. Porque la palabra de Dios permanece en
vosotros.
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”.
¿CUÁL ES EL MUNDO AL QUE NO HAY QUE AMAR?
La filosofía de la multitud impía, ajena y
hostil a Dios.
Los asuntos terrenales que nos alejan
de Dios.
La frase “No améis al
mundo”, se puede
traducir: “Dejad de
amar” o “No continuéis
amando” al mundo.
Mateo 6:24
Aun si no amamos a
Dios, Dios nos sigue
amando.
Romanos 5:8
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”.
Romanos 7:14-15
La expresión “deseos de la carne” incluye
todo aquello que nos lleva a una
complacencia propia que contradice la
voluntad de Dios.
Génesis 3:6
La expresión “los
deseos de los ojos”
se refiere al placer
mental pecaminoso
que es estimulado por
la vista.
Muchos que no
cometerían un pecado
flagrante sienten un
vivo deseo de leer en
cuanto al pecado, de
mirarlo en fotografías
o de verlo en una
pantalla.
La expresión “vanagloria de la vida” implica jactancia,
ostentación, orgullo…
Algunos se enorgullecen indebidamente de su trabajo;
otros de sus posesiones, su belleza o sus hijos.
“Así dice el Señor:
«Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,
ni el poderoso de su poder,
ni el rico de su riqueza.
Si alguien ha de gloriarse,
que se gloríe de conocerme
y de comprender que yo soy el Señor,
que actúo en la tierra con amor,
con derecho y justicia,
pues es lo que a mí me agrada»
─afirma el Señor─”
Jeremías 9:23-24, NVI
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
“¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo?”(Lucas 9:25, NVI)
“Y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa” (1 Corintios 7:31)
“Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” (2 Corintios 4:18, NVI)
“El que ama al mundo, ama lo
transitorio, lo que está tan identificado
con la muerte y el pecado, que
irremediablemente perecerá con ellos.
Con el paso del mundo y de su
pecaminosidad también desaparece el
que ama el pecado; pero el que ama al
Dios eterno, a su Reino Eterno y a sus
permanentes principios de rectitud,
permanecerá para siempre”
Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, sobre 1 Juan 2:17
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