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HISTORIA DEL DÍA DEL LIBRO
La idea de celebrar un día especial en torno al tema de los libros partió del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés.
En 1923, este escritor propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, una fecha emblemática para celebrar el Día del Libro. Así fue como sugirió el 7 de octubre, fecha que era la considerada hasta entonces como la del nacimiento de Cervantes.
El día 6 de febrero de 1926, el rey Alfonso XIII de España, firmaba el Real
Decreto del DÍA DEL LIBRO. Un decreto que incluye la celebración del Día del
Libro, la instauración y ampliación de bibliotecas en toda España y la incitación
a la lectura entre toda la población. Hoy sabemos, por declaraciones a un
periodista del propio Vicente Clavel en 1967, que la redacción del decreto fue
obra suya.
Así pues, con la aprobación del rey Alfonso XIII, el 7 de Octubre de ese mismo año se celebró el primer Día del Libro.
Unos años más tarde, en 1930, después de la polémica de si sería mejor seguir conmemorando la supuesta fecha del nacimiento de Cervantes, es decir, el 7 de octubre o, por el contrario, conmemorar la fecha de su muerte (el día 23 de abril que había sido comprobada documentalmente), se acuerda celebrar el Día del Libro el 23 de Abril de cada año, coincidiendo , también, con la muerte de otros grandes escritores de la literatura universal como son William Shakespeare y Garcilaso de la Vega .
A partir de esa fecha, en Barcelona, la fiesta va tomando un cariz más
popular y comercial, mientras que en Madrid abundaban los actos
académicos de mayor solemnidad.
Así, en el año 1930, la fiesta alcanza en Barcelona un éxito extraordinario al
que contribuye la edición de diversas novedades literarias catalanas de una
gran aceptación popular. Es por este tiempo que los editores deciden publicar
las novedades coincidiendo con el Día del Libro y organizan actos de firmas de
ejemplares por los autores. En Madrid prefieren hacerlo en una Feria de
duración más prolongada.
Con el estallido de la guerra civil española en 1936, la producción editorial es
difícil: la escasez de materias primas y la inseguridad general no favorecen
para nada. El Día del Libro del año 1937 todavía se celebró con la aparición de
algunas novedades literarias. E incluso, en 1938, en plena guerra, el
Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya intentó dar una
sensación de normalidad celebrando de una manera relevante el día del Libro
que por excepción, fue el día 15 de junio. En 1939, un país destrozado también
intentaba celebrar el Día del Libro en España.
Ya en 1941, la anteriores funciones de Las Cámaras Oficiales del Libro las
recogerá el Instituto Nacional del Libro Español ", centralizado en Madrid,
pero que en Barcelona mantuvo una activa y eficiente delegación.
El 11 de junio de ese mismo año, una resolución Ministerial propuso llamar a
la conmemoración "Día del Libro", que es la expresión que se mantiene
actualmente.
Desde 1950 la Fiesta del libro vuelve a ser popular. Los Gremios de Libreros y
Editores, con la colaboración del INLE, editan carteles, sellos publicitarios,
organizan exposiciones, sortean lotes de libros entre los compradores.
A nivel mundial, la celebración del Día Internacional del Libro surgió por la propuesta de la Unión Internacional de Editores presentada por el gobierno español a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. De ese modo, en 1995, la UNESCO lo aprobó y proclamó el 23 de abril de cada año como el "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor", con el objetivo de valorizar los libros y sus autores, estimular el gusto por la lectura, fomentar la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual a través del derecho de autor.
Desde ese año se ha masificado la celebración en diferentes países alrededor del mundo, dada la importancia de la lectura para el desarrollo de la cultura.
Cada año, la UNESCO y las tres organizaciones profesionales internacionales del mundo del libro (la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) eligen una capital mundial del libro cuyo mandato empieza cada 23 de abril. Para 2015, la elegida ha sido Incheon, en Corea del Sur. Madrid lo fue en 2001.