Asamblea Nacional del
Frente Amplio Unitario
28 Noviembre 2014.
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Asamblea Nacional del Frente Amplio Unitario (FAU) 28 de noviembre de 2014, 9:00 horas,
Asociación Sindical de Pilotos Aviadores
Calle Palomas No. 110, Col. Reforma Social, DF.
PROGRAMA
HORA A C T I V I D A D
09:00 R E G I S T R O
10:00
Bienvenida C.P.A. Carlos Manuel Díaz Chávez Morineau Secretario General de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores y Presidente Colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores
10:10
Lectura del lnforme de actividades del Frente Amplio Unitario Profa. Lluvia Selene Corona Tello CEN Democrático del SNTE
10:20 Exposición del documento estratégico Dr. Manuel Canto Chac, Alianza Democrática de Organizaciones Civiles
10:40 Participación de los representantes del Frente en los estados
11:40 Mensaje de las organizaciones campesinas
2 Dirigentes campesinos
12:00 Declaración política sobre la situación actual
Ing. Francisco Hernández Juárez, Secretario General del STRM y Presidente Colegiado de la UNT
12:20 Lectura de los resolutivos de la Asamblea Nacional Nicodemo Baltasar Vázquez Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente
12:30 Clausura Ing. Agustín Rodríguez Fuentes, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y Presidente Colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores
Página web del FAU: www.fau.mx
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Frente Amplio Unitario
II nn ff oo rr mm ee dd ee AA cc tt ii vv ii dd aa dd ee ss
El 31 de Enero del 2014, un amplio grupo de organizaciones campesinas, sindicales,
ciudadanas y políticas llevaron a cabo una importante movilización en defensa del patrimonio
energético de la nación, en el que se expresó el amplio repudio de la sociedad al paquete de
reformas estructurales aprobado durante los dos primeros años del presente gobierno.
Al finalizar la marcha las organizaciones participantes acordaron mantener la vinculación y
reunirse quincenalmente a fin de estructurar un plan de acción para revertir las reformas
estructurales en curso. Esta determinación marco el surgimiento de un nuevo referente: el
Frente Amplio Unitario (FAU).
La conformación del FAU tiene sin embargo como antecedentes, los distintos esfuerzos de
convergencia que las diversas organizaciones de la sociedad civil han impulsado desde el
2006 cuando, a través de la coalición ciudadana nacional se buscó integrar un proyecto para
la democratización y el desarrollo con justicia y equidad que fue presentado a los distintos
candidatos que participaron en la contienda electoral presidencial de aquel año.
En esta perspectiva, destaca también el pacto obrero-campesino signado por la UNT y el
CONORP que representa uno de los primeros esfuerzos relevantes para reconstituir la
alianza entre los trabajadores del campo y la ciudad.
Tras la entrada en vigor del capítulo agropecuario del TLCAN, las movilizaciones campesinas
dieron origen a un nuevo esfuerzo de convergencia que se tradujo en la Constitución del
Movimiento Nacional por la Soberanía Energética y Alimentaria, los Derechos de los
Trabajadores y las Libertades Democráticas.
Este movimiento formuló un programa de la sociedad para el cambio del régimen económico,
social y político de la Nación, anticipó el carácter sistémico de la crisis económica global del
2008 y logro que se establecieran mesas de negociación con el Poder Ejecutivo y el Poder
Legislativo para efecto de abordar los puntos sustantivos de su agenda legislativa.
La falta de voluntad política de los gobiernos panistas, evitó que estas mesas fructificaran,
por lo que muy pronto fue evidente que la verdadera intención del régimen era administrar la
agenda del movimiento a fin de mediatizar o eliminar la protesta social.
Con el advenimiento del gobierno priista, el movimiento evoluciona para constituir a finales
del 2012, el Frente Amplio Social (FAS) frente que estructuró un plan de acción para
enfrentar la nueva oleada de reformas neoliberales que buscaba impulsar el régimen de
Peña Nieto.
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Otra tarea importante para fortalecer la acción del Frente, fue la constitución de su estructura
nacional. Hasta el momento, se han integrado organizaciones locales del Frente en Chihuahua,
Yucatán, Sonora, Sinaloa, Tabasco, Puebla, Chiapas y Estado de México.
Con el Poder Legislativo se establecieron reuniones para comentar las inquietudes del frente
en relación con temas como la Reforma Educativa, la Reforma de las Telecomunicaciones, la
Reforma Energética, la Reforma Financiera y la Reforma Energética, entre otros. El FAS
denunció que las reformas impulsadas durante el actual gobierno gracias al llamado Pacto por
México, debilitan la rectoría del estado, fortalecen el poder de los grandes capitales nacionales
y extranjeros, entregan recursos e industrias estratégicas a la iniciativa privada y vulneran
derechos sociales diversos.
Por la gravedad y trascendencia de la reforma energética, a la que no pocos analistas han
descrito como la madre de todas las reformas estructurales, el FAS estableció contactos con
otros referentes sociales y políticos a fin de construir una alternativa de la sociedad que
permitiera crear las condiciones políticas para revertir la actual evolución de los
acontecimientos en el país.
Este esfuerzo se hizo notar durante las movilizaciones de finales del 2013 y se concretó en
un pronunciamiento unitario y en la importante movilización del 31 de enero del 2014.
El Frente Amplio Unitario apoyó las movilizaciones campesinas del 2014, así como la Jornada
de Lucha del 1° de Mayo, considerando como ejes a la defensa de los derechos laborales, al
rescate y reforma integral del campo, a la oposición, a las reformas estructurales en todos los
ámbitos y a la consulta popular sobre el tema energético. El FAU ha organizado Foros y
Talleres en relación con temas como la reforma política del DF, la recuperación salarial y
recientemente, un Taller de perspectiva cuyo producto más sobresaliente, es el documento de
carácter estratégico que será sometido a consideración de todos ustedes durante esta
Asamblea.
Tras la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 Normalistas de Ayotzinapa, se
pusieron de manifiesto elementos como la corrupción, la impunidad, la aplicación discrecional
de la ley y la complicidad entre los distintos ordenes de gobierno y el crimen organizado.
Lo que desembocó en una crisis de gobernabilidad que se ha agudizado por la falta de
respuestas eficaces por parte de los gobiernos locales y el gobierno federal, por la red de
complicidades entre los distintos partidos sin importar su filiación y por la inclinación del
gobierno central a utilizar formulas autoritarias o desgastadas para enfrentar esta situación.
Así se explica la negativa de la SCJN a otorgar el aval a las consultar referentes al tema
energético, la fallida convocatoria a un pacto por la seguridad y los amagos represivos de
distintos personeros de la clase política y empresarial.
En estas circunstancias consideramos fundamental que el Frente Amplio Unitario, en su
Asamblea se pronuncié por la presentación con vida de los 43 Normalistas desaparecidos, el
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castigo ejemplar a los responsables por los crímenes de Tlatlaya e Iguala y en contra de
cualquier respuesta represiva ante la crisis de gobernabilidad.
El FAU, junto a otras organizaciones, debe llevar el tema de la consulta popular sobre la
reforma energética ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y seguir
impulsando, por otra parte, la reforma política del Distrito Federal sustentada en un congreso
constituyente.
Otra tarea central del Frente Amplio Unitario, es retomar el bagaje de propuestas que, para el
cambio de rumbo económico, político y social de la nación, se han ido construyendo a lo
largo de los años recientes en las organizaciones sociales democráticas, para efecto de
construir desde la sociedad una salida democrática a la presente crisis que nos permita
reactivar el mercado interno, recuperar la Soberanía Alimentaria y Energética de la Nación,
erradicar la pobreza y discriminación y constituir la democracia representativa a la que
aspiran todos los mexicanos.
Hacemos votos por que los trabajos de esta Asamblea sean fructíferos y se traduzcan en la
reestructuración de un plan de acción para revertir las reformas estructurales en curso,
impedir la reforma regresiva de la seguridad social e impulsar la organización y convergencia
de todos los oprimidos y explotados de nuestra nación.
México, D. F., diciembre de 2014.
FRENTE AMPLIO UNITARIO
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El Frente Amplio Unitario ante la Crisis Nacional
Atraviesa el país por una grave crisis nacional, el desencanto social con la acción
gubernamental ha generado pérdida de credibilidad en todas las instituciones políticas, la
economía está estancada, los salarios se deterioran, la desigualdad y la pobreza aumentan,
la seguridad de las personas está en riesgo, y el régimen político es incapaz de hacer frente
a esta situación. Para atender los problemas anteriores será necesario reconocer primero
que todo el sistema está en crisis.
Nosotros, múltiples organizaciones campesinas, civiles, sindicales, urbano populares,
académicos, hemos venido convocando a la acción y al diálogo, desde el 31 de enero de 2007,
sosteniendo un proyecto alternativo de nación, proponiendo sus estrategias concretas. Para ellos
hemos diálogo con el poder ejecutivo federal, con el Congreso, con las organizaciones
partidarias; podemos decir con preocupación que los resultados han sido nulos, porque gobierno
y partidos están más en función de sí mismos que de la población que los eligió.
En la construcción de una alternativa para el país hemos seguido un proceso de acumulación de
fuerzas que nos ha llevado a ampliar los espacios para la articulación de las organizaciones
sociales, tenemos un acumulado importante, pero el cambio sólo será posible si todos aquellos
agraviados por el proyecto de nación de quienes detentan el poder nos unimos para decir algo
fundamental al régimen político: ¡han fracasado!, ¡ han violentado los derechos
fundamentales de las personas!,¡urge una alternativa al proyecto que sustentan!
Aspiramos a que todos los agraviados, que somos la gran mayoría, coordinemos nuestros
esfuerzos en una estrategia común, si bien con distintas formas organizativas.
Necesitamos converger en el punto de llegada y en los pasos para llegar a él.
1. Necesitamos usar el máximo de nuestras fuerzas para poner fin a las políticas
desnacionalizadoras, irónicamente llamadas “reformas estructurales”, que niegan derechos de
trabajadores del campo y de la ciudad, hipotecan el futuro de las próximas generaciones,
depredan el medio ambiente y mantienen el estancamiento de la economía.
2. Necesitamos atender las demandas campesinas-expresadas de manera contundente en la
recientemente realizada Convención Nacional Campesina- en defensa de la tierra, el
territorio y los recursos naturales.
3. Necesitamos sustituir los programas sociales, asistencial – clientelares, diseñados para
la desarticulación de la sociedad para su control político, y sustituirlos por otros que
aprovechen la capacidad organizativa de la sociedad y fomenten la autonomía de
personas y comunidades, que garanticen el derecho al desarrollo.
4. Necesitamos un régimen político, que garantice la soberanía popular y, por tanto, el
control del gobierno por la sociedad, para lo cual es imprescindible una verdadera
autonomía entre los poderes y no la dependencia de legislativo y judicial al ejecutivo,
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vergonzosamente confirmada, tanto porque el Congreso legisló a espaldas de la
Ciudadanía, como por la negativa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al
ejercicio del derecho a la consulta popular demandado por millones de mexicanos.
Necesitamos también de un sistema de partidos que exprese realmente las diversas
alternativas sociales y que no sean sólo variantes de una misma estrategia de control
monopólico de las decisiones públicas. Pero sobre todo necesitamos un régimen
político que ponga en su centro la democracia participativa.
5. Necesitamos un régimen de seguridad ciudadana, fundamentado en el respeto irrestricto a
todos los derechos humanos, que sustituya a la actual estrategia de seguridad pública,
ineficiente y cómplice del crimen organizado, por lo cual viola cotidianamente los derechos
de las personas. Ante los abominables hechos ocurridos en los últimos meses (como los de
Tlatlaya y Ayotzinapa, junto con muchos otros) que han sido el catalizador de la crisis
actual, a la que requerimos construir una salida democrática y popular.
6. Pero sobre todo necesitamos la articulación de los sujetos sociales que seamos capaces de
operar las reformas básicas que necesita nuestro país para ser viable, para incorporarnos de
manera digna, no subordinada, al contexto internacional, lo que requiere de consensos
nacionales, legitimidad de los gobiernos y capacidad organizativa de las sociedades. Todo ello
fundamentado en la construcción del más amplio cumplimiento de todos los derechos humanos.
Por todo lo anterior, las organizaciones aquí reunidas hacemos un llamado a:
I.- Las organizaciones sociales y los ciudadanos comprometidos con la
construcción del cambio que el país necesita, a intensificar nuestros diálogos y
propiciar los encuentros que hagan posible la más amplia alianza estratégica
nacional, a fin de construir la salida democrática a la crisis actual.
II.- A los diversos poderes y órdenes de gobierno, para que formulen una propuesta de
reorientación de las políticas económicas y sociales, así como de reformas al régimen
político, que permitan la superación pacífica de la crisis nacional. Esperaremos
respuestas antes del día 30 de enero de 2015, fecha en la que en todo el país
saldremos a las calles a exigir los cambios que la sociedad reclama. En tanto,
continuaremos nuestras movilizaciones previstas el 1º y el 6 de diciembre.
III.- Llamamos también a las personas y agrupamientos de partidos políticos que
realmente han demostrado compromiso con la democracia a que, desatendiéndose de
los intereses partidarios que han conducido a que ninguno de ellos tenga credibilidad
entre la población, dialoguen y apoyen la construcción de esta alternativa de nación.
¡SÓLO LA ESTRATEGIA COMÚN DE TODOS LAS ORGANIZACIONES DE LA
SOCIEDAD MEXICANA SERÁ CAPAZ DE CONSTRUIR LA SALIDA DIGNA,
DEMOCRÁTICA Y POPULAR A LA CRISIS NACIONAL!
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DD oo cc uu mm eenn ttoo ss aann ee xx ooss ppaa rr aa ll aa dd ii ss cc uuss ii óónn ss oobb rr ee nnuu eess tt rroo ss
pp ll aa nn tt ee aa mmii ee nn tt ooss ee ss tt rr aa tt éé gg ii cc oo ss
Se adjuntan los siguientes documentos:
Llamado del Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y
Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades
Democráticas, a cambiar el actual modelo de desarrollo antecedente
inmediato del FAS posteriormente FAU. Elaborado en el 2010.
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Documento resolutivo de la Convención Nacional Campesina realizada
en Octubre de 2014. 13
Consideraciones para una definición estratégica, del Frente Amplio
Unitario (FAU), documento de trabajo noviembre 2014. 17
México necesita de la Democracia y el Desarrollo Económico y Social
para construir la Paz en un nuevo Estado de Derecho con Justicia y
Dignidad, documento aprobado en el XVI Congreso Nacional Ordinario
de UNT, noviembre 2014.
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Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas.
LLAMADO A TODA LA SOCIEDAD MEXICANA A CAMBIAR EL ACTUAL MODELO DE DESARROLLO
No obstante la generalización y amplitud del rechazo al modelo socioeconómico y al
desempeño político del gobierno federal seguidos en las últimas décadas, estos han
permanecido inalterados por la dispersión de los distintos esfuerzos por transformarlos. Es
imprescindible la construcción de un gran acuerdo, de un polo social para realizar los
cambios necesarios, posibles y urgentes.
Para lograr la transformación hacia otro modelo de desarrollo incluyente, deseable y posible, se
necesita de un conjunto de reformas que se retroalimentan y que son interdependientes: i)
Transformación del Régimen Político; ii) Transformación de la Política Económica; iii)
Transformación de la Política Social; iv) Transformación del campo; v) Transformación de la Política
Exterior. El eje orientador de todas estas reformas será la garantía de la integralidad de los derechos
humanos para todos los mexicanos, lo que implica apego a la democracia e inclusión social.
Por ello hacemos un llamado a las grandes mayorías, y a quienes se solidarizan con ellas, a que cada
quien, desde su específica visión del cambio y con sus propias estrategias, logremos generar el
consenso para asumir como objetivo fundamental la reformulación del modelo de desarrollo para el
crecimiento, la inclusión y la equidad. Esta reformulación tiene que hacerse por canales democráticos,
para lo cual se requiere de ajustes al régimen político para que existan sujetos e instituciones que lo
realicen, lo cual conduce a la reforma política y junto con ellas otras que son imprescindibles.
Se trata entonces de
1. Transformar el Régimen Político. Las reformas necesarias requieren de sujetos, de
instituciones y de condiciones que asuman el desafío de realizarlas. La reforma política
tiene dos vertientes complementarias: i) el desarrollo del equilibrio de poderes; ii) la
mayor participación de la sociedad. Para el equilibrio de poderes se requiere que el
Congreso funcione, como en todas las democracias, como una instancia de control del
Ejecutivo, para ello es necesario que tenga la capacidad de aprobar el Plan Nacional de
Desarrollo y de evaluar sus avances, así como también la capacidad de ratificar el
Gabinete designado por la Presidencia. No puede dejar de mencionarse en este
aspecto la reforma del sistema de administración e impartición de justicia que asegure la
vigencia del Estado de derecho. Para la mayor participación de la sociedad se requiere
el establecimiento de diversos instrumentos y mecanismos propios de la democracia
participativa para su intervención en las diversas fases de las políticas públicas y para
que la sociedad ejerza su necesario control sobre el gobierno por la sociedad, esto
deberá quedar plasmado en una Ley de Participación Ciudadana. El ejercicio de estos
instrumentos reclaman a su vez, la democratización del mundo del trabajo, entendida
como la supresión de los controles corporativos y gubernamentales sobre las organizaciones
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de trabajadores. Las organizaciones campesinas realizan en la actualidad múltiples actividades
que son de interés público, por ello es fundamental reconocerlo jurídicamente. Las organizaciones
civiles tienen ya este reconocimiento pero faltan los instrumentos específicos para hacerlo efectivo.
Es importante que defendamos los avances logrados en la democratización de la vida pública y
que hoy se encuentran en riesgo de retroceso, tales como: la autonomía del Instituto Federal
Electoral, la autoridad de la Comisión Nacional de Derechos Humanos: Pese a su necesaria
función el Instituto Federal de Acceso a la Información no tiene estatuto autónomo. No
pretendemos soslayar el tema de la inseguridad pública, pero consideramos que debemos
discutirlo a partir de sus causas de fondo, como lo son el empobrecimiento de la sociedad y el
debilitamiento del Estado por haberse estancado su proceso de democratización.
2. Transformar el Modelo Económico. Para iniciar la reformulación del modelo de
desarrollo existen medidas económicas de corto plazo que pueden ser acordadas, con la
concurrencia del Ejecutivo federal y de las fuerzas políticas representadas en el
Congreso, así como de los distintos órdenes de gobierno, para propiciar mejores
condiciones de vida en el país. El punto de partida tiene que ser la recuperación del
crecimiento económico orientado a la promoción del empleo digno. Para ello a su vez se
requiere de i) una reforma que se exprese en un pacto fiscal, progresivo y equitativo,
tanto para fortalecer el presupuesto y mejorar la calidad del gasto, como para fortalecer
los ingresos que hagan sostenible una estrategia de crecimiento incluyente; ii) una
estrategia de crecimiento que permita la inclusión en la economía mundial con base en el
fortalecimiento del mercado interno; iii) Fortalecer la acción de la banca de desarrollo,
adoptando las reformas institucionales para que cumpla con sus funciones primordiales
de fomento: a la reindustrialización, a la infraestructura, a las exportaciones y al desarrollo
rural, entre otros. Promover políticas para que el sistema financiero privado incremente en
forma sostenida los recursos para la inversión y la actividad productiva. iv) Fortalecer la
soberanía energética e impulsar la infraestructura de telecomunicaciones como palancas
fundamentales del desarrollo económico.
3. Transformar la Política Social. El desarrollo social no se puede ver como un paliativo
y, en consecuencia, sólo como un gasto, sino que tiene que ser visto como una
inversión que repercute tanto en el crecimiento económico como en la democratización
de la vida pública; pese al discurso en contrario los sucesivos gobiernos federales han
desatendido el desarrollo social, prueba de ello es que no obstante lo limitado de las
Metas del Milenio, por estar diseñadas para países con menor nivel de desarrollo que el
nuestro, ni siquiera se alcanzará su cumplimiento. Para que la actual política social
pueda tener este sentido superior del desarrollo se requiere de i) un proceso que
sustituya las políticas asistenciales, focalizadas y compensatorias (cuya eficacia se da
sólo cuando se aplican de manera temporal), por otras que fortalezcan el tejido social
con la promoción de la capacidad organizativa y productiva de la sociedad. ii) Es
imprescindible la garantía efectiva de los derechos sociales de toda la población,
incluyendo en ello los niveles de atención establecidos en la normatividad internacional
sobre Derechos Humanos a la que el Estado mexicano está obligado. Es necesario
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alcanzar la universalización de la seguridad social, pero ésta no puede ser utilizada como
pretexto para el desconocimiento de los derechos laborales en esta materia; ii) Una
estrategia social orientada al desarrollo requiere de fortalecer las capacidades innovadoras
de la sociedad por medio de una fuerte estrategia de fomento a la educación, la ciencia y la
tecnología, con la participación de las comunidades que las integran.
4. Transformar Integralmente el Campo. El modelo seguido hasta ahora generó la crisis
estructural del campo, la que se expresa en: la dependencia alimentaria y el creciente
desempleo, el abandono del campo y la migración, los elevados índices de pobreza, la
desintegración familiar y social, la baja productividad y la degradación de los recursos
naturales. Para superar esta crisis se deben de enfrentar insoslayables desafíos tales como: i)
Garantizar el derecho a la alimentación, produciendo los alimentos suficientes para satisfacer
las necesidades de una población en constante crecimiento y todavía con serias deficiencias
nutricionales; ii) Aumento y diversificación de la producción, con el desarrollo de tecnologías,
políticas e instituciones que permitan detonar el potencial agropecuario como motor del
crecimiento económico; iii) Desarrollo de un sistema eficiente de abasto que evite la paradoja –
generada por la excesiva intermediación- de precios bajos a los productores y precios altos a
los consumidores; iv) Manejo sustentable de los Recursos Naturales. La degradación
ambiental y la pobreza van juntos, por lo que un continuo ascenso del bienestar de las
comunidades rurales se traducirá en un mejor manejo de los recursos naturales; v) Elevar la
competitividad del sector, si bien los cambios en la economía mundial obligan a competir no
sólo en los mercados internacionales, sino también en el mercado nacional, esto se tiene que
hacerse en igualdad y no en desventaja de condiciones para los productores nacionales; vi)
Incluir a los pequeños y medianos productores como sector estratégico en el fortalecimiento del
campo mexicano. vii) Recuperar el potencial y la dignidad, de los pueblos originarios. Todo lo
anterior exige la Reforma Integral del Campo. Para ello es necesario reconocer la
complejización de la sociedad rural, ya no reducida a lo agropecuario, las formas de trabajo, de
articulación social y de convivencia política tienen en la actualidad múltiples estrategias que,
para ser potenciadas, requieren de diversos instrumentos, lo que hace imprescindible la
reformulación integral de las políticas orientándolas hacia la Nueva Sociedad Rural.
5. Transformar la Política Exterior. La crisis internacional arrasó con el esquema del
Consenso de Washington por lo que la recuperación de las economías nacionales no
obedecerá a una continuación lineal de ese esquema. El relevo de la hegemonía
norteamericana tendrá que darse con modificaciones sustanciales en los instrumentos de
expansión económica y de control del sistema global que como país deberíamos procurar
sean esencialmente democráticos, incluyentes y justos. Para el rediseño de la política
exterior es necesario: i) deliberar sobre las estrategias nacionales y su proyección
regional y global. Replantearse vínculos regionales y las alianzas globales es un propósito
válido, es un compromiso que rebasa a los gobiernos y demanda la inclusión de las
sociedades como parte de esta nueva dinámica de las naciones. ii) impulsar y participar
activamente y no sólo como mudo testigo en la Reforma del Sistema de las Naciones
Unidas, es una tarea que no se puede posponer, urge convertirla en el foro multilateral en
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el que se asiente la gobernanza mundial y sea así garante de la justiciabilidad de los
derechos universales. iii) Contribuir a la reforma de los organismos económicos
multilaterales reclama la recuperación del sentido de soberanía para que se pase, de la
subordinación actual de la mayoría de los países, al control democrático de estados y
sociedades sobre esos organismos, para que de esta manera se promueva el mejor
desempeño interno de las economías emergentes y con ello hacer crecer el producto
mundial. iv) La reforma de la Organización Mundial de Comercio, se tiene el desafío de
reformar la instancia que más contribuye a la globalización económica, que priorizó la
promoción de las empresas multinacionales, para convertirla en un espacio mundial de
comercio justo; iv) Acción Conjunta en el G-20. Para evitar una nueva crisis México debe
armonizar sus estrategias con América Latina y otras naciones emergentes, así como con
la Unión Europea, para plantear soluciones y medidas que aseguren estabilidad y control
democrático –de estados y sociedades- sobre el sistema financiero y bancario mundial.
Los asuntos presentados en este llamado serán también la base para un informe que
haremos a la sociedad internacional sobre el estado que guardan en el país el desarrollo
económico, la democracia, la vida laboral y el conjunto de los derechos humanos.
Estas propuestas las consideramos fundamentales e inaplazables, como sociedad nos
convocamos para incorporar todas aquellas que otros actores consideren necesario a fin de
generar el más amplio consenso en torno de un programa para el urgente cambio de rumbo. Se
trata que la ciudadanía –como lo exige la democracia- tome en sus manos los destinos del país,
tenemos una concepción clara sobre cómo mejorar su futuro, sabremos dialogar y también
presionar a partidos y gobierno para que tomen las decisiones a las que tenemos derecho y que le
urgen al país. Nos comprometemos a impulsar la articulación del gran polo social que se
requiere para las transformaciones posibles y necesarias para un nuevo modelo incluyente,
un modelo eficiente, un modelo justo y democrático. Transformémoslo para recuperar a
México y a su dignidad, por nosotros y por las próximas generaciones.
Confederación Nacional Campesina (CNC), Consejo Nacional de Organismos Rurales y
Pesqueros (CONORP), Frente Sindical Mexicano, Central Campesina Independiente (CCI),
Unión Campesina Democrática (UCD), Alianza Democrática de Organizaciones Civiles, Diálogo
Nacional, Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), Federación Nacional de Sindicatos Universitarios, Coordinadora Nacional de
Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (CNSUES), Sindicato Nacional de
Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana,
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Movimiento Nacional los de Abajo.
Las siguientes personalidades se adhieren a este llamado:
Adolfo Sánchez Rebolledo, Carlos Tello Macías,, David Ibarra, Etelberto Ortiz,
Francisco Suárez Dávila, Gisela Landázuri, José Woldemberg, José Luis Calva,
Leonardo Lomelí, Luciano Concheiro, Miguel Concha, Norma Samaniego, Patricia
Couturier, Pedro Moreno, Rolando Cordera.
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Manifiesto al Pueblo de México #ElCampoEsDeTodos
“Los hombres y mujeres de México indígenas y campesinos originarios de estas
tierras, tenemos derecho a tener derechos”
Las delegadas y delegados a la Convención Nacional Campesina Indígena celebrada los
días 14 y 15 de octubre en la Ciudad de México, después de analizar la situación del campo
y de nuestra Nación Mexicana, resolvimos lanzar el siguiente manifiesto a la nación:
a) Considerando que las políticas neoliberales solo pavimentan el camino del libre comercio
en contra de la vida campesina e indígena con políticas anti agrarias, de criminalización
y judicialización de la lucha y protesta social, violando sistemáticamente los derechos
humanos en todos sus conceptos, pisoteando las garantías individuales con prácticas
como el arraigo, la persecución, el encarcelamiento, asesinato y la desaparición forzada,
el caso de los estudiantes de Ayotzinapa Guerrero, hijos de Indígenas Campesinos,
nuestros hijos, ha generado la indignación nacional e internacional por ello los
convencionistas nos declaremos alerta ante la evolución de los sucesos así como de
nuestros jóvenes del Politécnico Nacional. Las distintas luchas de resistencia que libran
nuestros pueblos en distintos puntos geográficos de nuestro país y en general ante las
distintas emergencias que surgen en nuestra nación, debido a la política de imposición y
autoritarismo del sistema político mexicano.
b) La corrupción generalizada en los ámbitos de la vida pública, nos lleva a decir que aún
nos falta mucho que las instituciones tenga credibilidad ante los ojos de nuestras
comunidades y de nuestros pueblos: la corrupción alineada con las políticas del narco-
estado de algunas regiones son las que frenan el desarrollo de la vida campesina e
indígena, generando violencia, requerimos que el presupuesto para el campo deje de ser
botín de quienes gobiernan en este país en sus diferentes niveles de decisión, evitando la
profundización de la pobreza del pueblo mexicano.
c) Un derecho fundamental de nuestros pueblos es tener derecho a la información y ejercerlo
de manera directa es una exigencia histórica, el Estado mexicano debe otorgarnos a
campesinos, indígenas y trabajadores una concesión de radio y televisión abierta.
d) Sabemos que la reorientación de las políticas públicas solo se conquistan a través de
propuestas alternativas, en la lucha social y la acción con la unidad de todos.
e) Los precios de nuestros productos están por los suelos debido a la presencia de
monopolios y la apertura indiscriminada de las fronteras a los productos extranjeros, y el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte que se ha convertido en un instrumento
de colonización económica e impide al Estado mexicano garantizar los derechos
humanos, mediante la argumentación de quienes gobiernan este país que abatirían los
precios al consumidor, sin embargo la canasta básica para el pueblo mexicano ha ido a la
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alza a la par que incrementa la pobreza y los pobres de este país, por lo que debe ser
cancelado en su totalidad. Por lo que esta convención declara que las reformas
estructurales no nos llevan al desarrollo ni progreso como tanto pregonan la clase política
gobernante sino por el contrario nos llevan a la profundización de la crisis política,
económica, social, ambiental, etc.
c) Que los beneficios para nuestras comunidades dependen fundamentalmente de
reorientar las políticas públicas a partir de la conformación de una estructura
programática para el presupuesto rural que contemple una inversión multianual y siendo
una propuesta para el fortalecimiento de las comunidades, estableciendo una política de
Estado en alimentación y desarrollo rural creando un programa de adquisición de
alimentos reformando la banca de desarrollo para el campo.
f) Considerando que los campesinos indígenas somos forjadores y parte originaria de la
nación mexicana hemos construido nuestros pueblos aportando a México una gran
riqueza cultural, material, ética y moral. Nuestra entidad y el origen de los valores y la
visión del mundo lo hemos plasmado en el valor de nuestra tierra donde existen todo tipo
de nacimientos, bosques, mantos acuíferos y más del 60% de la biodiversidad del país;
somos en suma, “somos hijos del maíz” y de una cadena alimentaria que han mantenido
los usos y costumbres de una Nación. Buscamos la soberanía alimentaria y una reforma
profunda para el campo mexicano, la reforma legislativa en materia de energéticos dio un
duro golpe a nuestros usos y costumbres la entrega en más del 30% en territorio
Nacional para proyectos y mega proyectos en beneficio de las trasnacionales,
comprometiendo el futuro de la alimentación de nuestros pueblos mediante la concesión
para sembrar semillas transgénicas a los grandes monopolios agroalimentarios, al mismo
tiempo para la exploración, explotación de los hidrocarburo, proyectos energéticos y
mantos acuíferos sin consulta ni consentimiento libre, previo e informado de los pueblos
indígenas y de las comunidades locales trayendo como consecuencia el despojo de los
territorios Indígenas Campesinos y pequeña propiedad. Por ello se debe incorporar a la
política del cambio climático, la visión de las comunidades, revisando la Estrategia
Nacional del cambio climático donde se incorpore la cosmovisión de las comunidades
campesinas e indígenas a través de una representación en el Consejo Nacional.
g) Apoyamos la campaña de teca acción de firmas a favor de la propuesta ciudadana de Ley
General de Aguas que busca desmantelar el actual proyecto extractivista, contaminante,
autoritario, privatizante, y nos comprometemos con la construcción del buen gobierno del
agua en donde la toma de desviaciones sobre el agua esté en las manos de las
comunidades y los ciudadanos. Convocaremos a una convención nacional del agua en la
Ciudad de México el cinco de diciembre.
Por todo lo antes considerado, entendiendo que la nación nos exige y nos llama a construir la
más amplia unidad:
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Llamamos:
A las organizaciones Sindicales, Campesinas Indígenas, Populares y los distintos hombres y
mujeres que en el ámbito de sus capacidades y del deber ser en este país, construyamos la
más amplia unidad que frene la embestida neoliberal plasmada en las reformas estructurales
cristalizadas en el autoritarismo, la imposición el crimen de estado y la violación a los
Derechos Humanos, Económicos, Sociales, Ambientales Políticos Y Culturales, violentando
los acuerdos internacionales firmados por el estado mexicano.
Proponemos el siguiente plan de acción:
PRIMERO: Decidimos seguir el camino de la unidad de nuestras organizaciones sobre
nuestras coincidencias dejando a un lado nuestras diferencias con un programa de lucha
abierto y convergente.
SEGUNDO: Decidimos formar una Comisión Coordinadora Permanente de la
Convención Campesina Indígena, con representantes de cada organización participante
que se reunirá de manera periódica cada mes. Integraremos una Comisión de mujeres y una
Comisión de jóvenes campesinos e indígenas.
TERCERO: Abrimos un receso de la plenaria de nuestra Convención, para continuar
construyendo las coincidencias y las propuestas sobre la agenda de temas que hemos
tratado. Vamos a los pueblos y comunidades, a las regiones, los municipios y los estados, a
levantar acuerdos sobre nuestras propuestas y a ejecutar un plan de acción para exigir el
nuevo trato y la nueva política del Estado mexicano hacia el campo y los campesinos e
indígenas.
CUARTO: Acordamos acompañar el receso de la Convención con un Plan de Acción que
establece:
a) Jornada de lucha "en defensa de la economía urbana y campesina, precios justos de
alimentos". 5 de noviembre.
b) Reunión de la "Comisión Permanente" de la Convención Nacional, el 28 de noviembre
en Anenecuilco, Morelos.
c) Convocamos a conmemorar el Centenario de la toma de la Ciudad de México por la
División del Norte y el Ejército del Sur, el 6 de diciembre comandados por los
generales Villa y Zapata.
d) Conmemoración del Centenario de la Ley Agraria el 6 de enero del 2015, con "Asamblea
Nacional de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Propiedad Social de la Tierra y
el Territorio", en el Puerto de Veracruz.
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E) Realización de foros regionales y estatales sobre los temas de la Convención hasta el
mes de marzo.
F) Movilización el 31 de enero en la Ciudad de México. ¡NO A LA ENTREGA DE
NUESTRO TERRITORIO Y RECURSOS NATURALES!
G) Conferencia Internacional de Organizaciones Campesinas e Indígenas "Alimentos y
vida digna, #LaTierraEsDeTodos" en el mes de Abril.
QUINTO: La Convención Nacional Campesina Indígena, no cierra su sesión el día de hoy;
ante las emergencias sociales cerrara su primera sesión el 10 de abril del 2015.
SEXTO: Emplazamos al Gobierno Federal para que al 15 de noviembre tengamos
presupuesto suficiente para el campo.
SEPTIMO: La Convención Nacional Campesina Indígena, condena el asesinato y
desaparición forzada, y crímenes de lesa humanidad cometidos contra estudiantes
normalistas y otros jóvenes de Ayotzinapa, en la Ciudad de Iguala, Guerrero. La Convención
llama al pueblo de México y sus diversas organizaciones sociales, sindicales y ciudadanas, a
la unidad frente a la crisis del modelo neoliberal y la descomposición del Estado mexicano.
Es necesario unirnos para reconstruir y defender a la Nación.
¡Por la unidad de campesinos e indígenas!
¡Alto a la criminalizacion de movimientos y dirigentes sociales!
¡Presentación con vida de desaparecidos!
¡Ley General de amnistía para todos los presos políticos!
¡Precios justos de alimentos, que den rentabilidad al productor nacional y alimentos
baratos al consumidor!
¡Exigimos la armonización de las leyes con tratados internacionales en materia de
derechos humanos y de pueblos indígenas!
¡Demandamos la aprobación inmediata del Congreso del Estado de Oaxaca, la
aprobación de la reforma Constitucional sobre Derechos de pueblos indígenas y
Afromexicano!
Ciudad de México, D. F., a 15 de Octubre del 2014.
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CONSIDERACIONES PARA UNA DEFINICIÓN ESTRATÉGICA
DEL FRENTE AMPLIO UNITARIO (FAU)
(Material de reflexión y debate nacional)
Un cambio de proporciones dramáticas se viene fraguando en el sistema histórico nacional
que han venido construyendo las y los mexicanos durante generaciones y que permitió
pactar una relativa paz social en la República.
Este Pacto Social posrevolucionario se ha agotado y destruido prácticamente, por
definiciones, decisiones e imposiciones de los poderes, por un lado, extra institucionales del
país (Grupo Televisa, Grupo Salinas Pliego, Grupo Empresarial Ángeles, Grupo Financiero
Banorte-Gruma-Maseca, Asociación de Bancos de México, Bimbo, Soriana, Canal 23,
Milenio, El Universal, Consejo Coordinador Empresarial, Grupo Carso, poderes del
narcotráfico, cárteles de gobernadores priistas, la alta jerarquía eclesiástica, una elite de
generales de las Fuerzas Armadas de México, entre otros) y, por otro lado, por los fuertes
intereses geoeconómicos de países ricos.
A partir de esta apuesta, los intereses del gran capital privado, nacional e internacional han
sido un elemento definitorio en la consumación del fraude electoral y el robo de la
Presidencia de la República, con lo cual mantienen el control del Poder Ejecutivo Federal, lo
que niega en los hechos y contraviene a la única sede y última instancia del poder político en
México: la soberanía popular. Esta estrategia les ha facilitado el control y la subordinación de
manera grotesca de las instituciones de la República, Cámara de Senadores, Cámara de
Diputados, Suprema Corte de Justicia de la Nación, Instituto Nacional Electoral, Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Secretaria de Hacienda, el Banco de México,
la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así como la Secretaria de la Defensa Nacional
y la Secretaria de la Marina, quienes más que obedecer a la voluntad popular, se encuentran
subordinadas a estos poderes ilegales.
En esta contradicción, la minoría económica y política que detenta el poder en este país y los
Poderes de la República, ha mostrado sus alcances al instalar en el tejido institucional la
debilidad y subordinación política, la corrupción y la impunidad y, con ello someter a una
crisis al Estado Mexicano, profundizando su crisis de soberanía, legitimidad, gobernabilidad,
credibilidad y legalidad, así como de los principios democráticos de la República, con lo cual,
ponen en incertidumbre el futuro de las generaciones de mexicanos y de la Nación misma.
Sin embargo, esta crisis, no llega a penetrar a profundidad y en su totalidad al Estado,
tampoco ha generado un agrietamiento en el régimen político ni ha desbalanceado a la
arquitectura de dominación en su conjunto. Es decir, la situación de prefiguración de crisis
política en el país no alcanza el nivel de una crisis de alcance catastrófico o crisis epocal e
histórica del Estado Mexicano.
Frente a ello, el conjunto de las fuerzas políticas de izquierda, sociales, sindicales,
campesinas, defensoras del territorio del país y de los derechos humanos, los pueblos
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originarios, los sectores militares patrióticos, la intelectualidad crítica, los sectores religiosos
de avanzada, los artistas comprometidos y los ciudadanos progresistas, nos ha sorprendido
la derrota que significa el actual entorno histórico del país, de derrota del estado
postrevolucionario y, el dramático giro geopolítico que se ha impuesto a la Nación: la
ocupación, la dominación neocolonial y el proceso acelerado de integración a la nación más
poderosa del planeta y con quien compartimos frontera al norte.
Ante nosotros, han subsumido a nuestra patria a los ejes de reimperialización del mundo,
principalmente a la “Gran Área” y en cuya concepción descansan los intereses de la
hegemonía norteamericana, que buscan legitimar la ofensiva sobre Nuestra Nación para
adjudicarse el potencial estratégico con el que contamos:
i) somos un país que cuenta con un espacio geográfico privilegiado (económica y
militarmente) para conectarse con dos océanos; ii) ocupamos la 9ª posición del mundo en
extensión agrícola –todavía de propiedad social en su mayoría–; iii) contamos el 4ª
potencial en biodiversidad del planeta; iv) contenemos la 4ª reserva energética del globo
terráqueo.
Para que el poderío norteamericano y el gobierno de traición nacional que encabeza Enrique
Peña Nieto, garanticen esta transferencia geoestratégica a favor de los primeros, se está
construyendo una nueva anexión de nuestra patria hacia los EE.UU.
Para lograr garantizar lo anterior, se abrió desde la conducción política neoliberal del país
(1982) y desde el Departamento de Estado Norteamericano/Pentágono la fase de
“dominación instalada”, donde se eslabonan en una misma estrategia:
El Tratado de Libre Comercio para América del Norte, el Plan Mérida, el Acuerdo de
Seguridad y Prosperidad para América del Norte, la Oficina Binacional de Inteligencia, la
institucionalización de los Golpes de Estado “Constitucionales”, la institucionalización de la
alternancia entre las elites políticas neoliberales del PRI y del PAN (legitimadas por la elite de
derecha del PRD con su tesis de cogobierno); la institucionalización de los poderes fácticos;
la imposición de las contrareformas estructurales y el diseño de una arquitectura legal que
criminaliza, lo mismo que la pobreza, que el legítimo derecho a la protesta y, focaliza su
coerción hacia las mujeres y hombres que disienten de estas acciones antinacionales y de su
justificación como asuntos públicos de la República.
En los últimos años y particularmente a partir del golpe de estado “constitucional” perpetrado
por los poderes fácticos con su instrumento Enrique Peña Nieto (a final de cuentas un robo
más de la Presidencia de la República), en el país se instala no una nueva coyuntura, sino
una nueva etapa histórica oscura, compleja y crucial, en donde la República Mexicana deja
de ser la Nación que era todavía en el año 2013.
Arribamos a una nueva etapa sumamente difícil para las fuerzas emancipadoras del país y
para el pueblo en general; la conducción de esta “nueva nación” la asume un estado
contrainsurgente que viene a administrar la barbarie y a hacer valer el poder de las ruinas,
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con la asesoría, en su momento, en seguridad nacional de Oscar Naranjo Trujillo (quien hace
algunos meses regresó a su país: Colombia), experto en la conformación de grupos
paramilitares, detenciones masivas y sistemático violador de los derechos humanos en su
país. Las tesis del colombiano, seguirán avanzando y se harán públicas en pocos días
(jueves 27 de Noviembre del 2014) a través de Enrique Peña Nieto, para su ejecución bajo el
maquillaje de un “Acuerdo para la Seguridad” y que en realidad se encubren los claros
componentes para la militarización de los municipios del país con “debilidades
institucionales”, el despliegue de fuerzas militares con el disfraz de la nueva “Policía
Nacional” en zonas neurálgicas de conflictividad social y en acuerpamientos sociales,
políticos, sindicales, en donde se asienta el fantasma de la “corrupción”; todo esto, no son
más que pasos en la construcción de la guerra contra la nación y el pueblo.
Esta dominación instalada ha permitido el corrimiento de las fronteras militares y energéticas
de los Estados Unidos de Norteamérica hacia el Suchiate mexicano; esto se garantiza con la
colonización por parte del Pentágono Norteamericano de las definiciones estratégicas del
Ejército Mexicano y la Marina; simultáneamente, con la colonización que despliegan las
fuerzas armadas nacionales hacia los cuerpos de seguridad pública federal, estatal y
municipales; la pinza se viene a cerrar con la construcción de laboratorios y escenarios de
guerra, en su momento en Ciudad Juárez, Chihuahua; Monterrey, Nuevo León; Reynosa,
Tamaulipas; continuando aceleradamente con la paramilitarización de los Estados de
Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, etc., coronados por los crímenes de estado en
Tlatlaya e Iguala, lo cual tocaremos de manera especial más adelante, porque con ello, se
viene a mostrar con claridad la salida militar que viene construyendo el régimen a las
múltiples crisis del país.
En síntesis, nuestro país ha pasado a formar parte de las coordenadas geoeconómicas,
políticas y militares de los Estados Unidos de Norteamérica.
El conjunto de los elementos anteriores se pudo ir garantizando paralelamente con una
ofensiva de ingeniería política: i) Imponiendo el vaciamiento del contenido social de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; ii) Construyendo un andamiaje
jurídico que le da rostro a la dominación policiaco militar y cerrando de plano con ello,
el ciclo del estado posrevolucionario y aniquilando la posición social y liberal de este
proceso; iii) Desarticulando el Estado Nacional Mexicano, mediante la construcción
oligárquica de fallas estructurales e institucionales, que se expresan dramáticamente en:
La ruptura del contrato social de la República (base de la estabilidad política de
México);
En el vaciamiento del Estado de Derecho nacional;
En el aniquilamiento de los derechos sociales de las y los mexicanos;
Mediante la concesión de una tercera parte del territorio nacional al capital privado
nacional y extranjero
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Y finalmente iv) Construyendo la legitimación de una nueva forma de anexión/integración del
país hacia Estados Unidos.
De cara a esta realidad novedosa y compleja, hay que asumir que vivimos en el país un
momento de crisis social abierta y no se están dando ni aportando salidas a los dilemas de
un nuevo proyecto que tenemos que construir desde los pueblos de México, desde los
trabajadores, los plebeyos, los pobres y desde la sociedad en su conjunto.
Sabemos que, a lo largo y ancho del país, hay un profundo sentimiento histórico y tradición
cultural en defensa de la patria, que bien se puede articular con la rebeldía y resistencia
histórica de los pueblos indios que, en ese aparente sigilo que le imponen la agenda
institucional y la bruma mediática, defienden sus territorios, sus recursos naturales y su
patrimonio cultural; se puede ensamblar también con el acumulado histórico, social,
estructural y político electoral, en un horizonte estratégico; por ello, la recomposición de los
multifacéticos movimientos sociales y la reconstrucción de las izquierdas del país deberán
ser un proceso de construcción fundamental, que parta desde los estados y regiones en
donde hay luchas significativas del pueblo.
En este razonamiento, habrá que subrayar que en el pueblo mexicano, sus mujeres y
hombres, se encuentran infinitas reservas morales para rescatar la ética a favor de la política
de emancipación y patriótica; escuchemos sus pasos y sus lágrimas, miremos sus sueños y
sintamos sus esperanzas. De la complejidad y riqueza de nuestro pueblo, saldrá el potencial
para el sujeto político social que requiere las batallas históricas de nuestro México.
Conscientes de esa realidad, es de vital importancia, no sólo hacernos de una visión integral
de lo que sucede en el país o de sólo construir un pensamiento crítico, se requiere de la
construcción de un pensamiento estratégico para la acción y la transformación, con horizonte
programático, con la claridad de un plan de lucha político para el período, con una agenda
mínima consensada a favor de la democracia, el desarrollo y la equidad social.
En esta dimensión, lo fundamental es la configuración de un sujeto que la enarbole, la
sustente y la despliegue a lo largo y ancho de la nación para adversar, antagonizar y ser
alternativa creíble para el conjunto y mayoría de las mexicanas y mexicanos; debemos
empezar a tejer un horizonte programático que supere la desmovilización mental que nos
han impuesto –y que hoy, significativos contingentes sociales, particularmente los
estudiantes y los jóvenes vienen quebrando y superando con sus movilizaciones– y
convoque a la sociedad mexicana a articular nuestras muy diversas fuerzas para ser Nación
en el marco de barbarie.
En tal virtud, se torna en una necesidad imperiosa que, en el acumulado de fuerzas que hoy
concurrimos en este proceso de articulación, se abra un debate serio, maduro, de altura y
con salidas políticas a las debilidades extremas que han impuesto a la nación y que conlleve
a la vez, a superar la disgregación social de nuestro pueblo y la pasividad, domesticación e
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indiferencia que se ha instalado en una mayoría social, a pesar y contrapelo del despertar de
la indignación nacional por el asesinato y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
Este evento, expresa un proceso de reconstrucción ética y patriótica, para el relanzamiento
del Frente Amplio Unitario para encarar el nuevo periodo y que nos permita ir al reencuentro
de diversos procesos de unidad y articulación con el objetivo concreto de transformar la
realidad del país.
Por tanto, es de fundamental importancia que el acumulado social y político de las y los
mexicanos, que se ha expresado en una parte, en la Unión Nacional de los Trabajadores, en
el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria los Derechos de los Trabajadores y la
Libertades Democráticas, desde el Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente, la
Convención Nacional Contra la Imposición por mencionar algunos.
Y últimamente, el despliegue de iniciativas tales como la Comisión de Enlace Nacional, la
iniciativa de sectores progresistas por una Nueva Constituyente, la Asamblea Nacional
Popular, la Asamblea Magisterial Popular, la Asamblea Interuniversitaria, la Nueva central de
Trabajadores, el Frente Indígena y Campesino de México, los Encuentros Campesino–
Magisterial, los Encuentros por la Vida y el Territorio, El Frente de Organizaciones Sociales y
Políticas de Puebla, la Coordinadora del Agua en el Estado de Puebla, los Frentes en
defensa del territorio e infinidad de procesos parciales de articulación social en todo el país.
Con todos ellos, tendremos que desplegar iniciativas creativas de reencuentro, reflexión y
articulación política y de acción.
Es indudable que son fuerzas sociales que desde la década de los 80s invierten capacidad
política para construir un espacio de representación nacional de todos los pueblos de México,
en donde se aborde el presente y encaremos el futuro de nuestro país, por ello, en este
esfuerzo de articulación tienen cabida diversas formas de pensamiento y manifestación
teniendo como coincidencia fundamental que los problemas de la violencia estructural, el
desmantelamiento del Estado Nacional y el proceso de neo colonización, lo cual nos emplaza
y convoca, a resolver un problema clave y estratégico de los movimientos sociales de
México: el problema de la unidad nacional de las y los mexicanos, que alcance una fuerza tal
que pueda desplazar de la conducción política del país a estos gobiernos anti nacionales y
anti populares y con ello, abrir un periodo de transición para impulsar un proyecto de nación
no neoliberal y de reconstrucción nacional.
Por lo tanto, para esta nueva articulación de fuerzas, amén de que contamos con una
agenda inmediata para revertir: contra reformas estructurales y para hacer valer una agenda
político social sobre derechos humanos, sistema de justicia, salario mínimo constitucional,
políticas públicas sociales e incluso la lucha por una constitución política y el nuevo estatus
de la Ciudad de México; no dejemos de poner en el centro de nuestro quehacer, lo que hoy
se impone al movimiento social, cultural y político del país: el problema del gobierno y la
nueva orientación y sentido de la nación mexicana.
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Sobre todo en estos momentos en que se perfila una grave crisis política de legitimidad y
legalidad a la que debemos buscarle una salida democrática y popular. Está crisis no es total
todavía, pero abre fisuras dentro del bloque dominante y nos plantea tensiones al seno del
bloque social y popular. Esta crisis alcanza a todas las organizaciones de distinto tipo del
país, es sus métodos de actuación y lucha, en sus concepciones y en sus procesos de
organización y diseño de estrategias para el periodo.
Cabe destacar la severa crisis del sistema de partidos políticos, la cual se diseño como una
mediación institucional del poder frente a la sociedad, que sin embargo, hoy por hoy,
evidenciado su quiebre ético y de representación, así como un proceso muy fino de
colonización. Amén de filias y fobias, habrá que reconocer:
Por un lado, que el PRI, en su momento, fue tomado por asalto por los “Salinistas”; el PAN
fue tomado por asalto por los “Barbaros del Norte”; el PRD por los “Chuchos”; otros más
fueron apoyados desde Carlos Salinas de Gortari para formar sus partidos políticos y con
ello, generar un vaciamiento electoral a este último, que era el mayor intento de articulación
de las izquierdas del país para la lucha institucional; a otros que se salieron del conflicto
postelectoral del 2012, que indirectamente legitimaron a Enrique Peña Nieto y fueron factor
que contribuyó a debilitar al campo democrático nacional y la imposición del las ultimas
contrareformas, se les aprobó la aceptación institucional de su instrumento partidista; con
ello, se muestra el diseño de una estrategia de la conducción neoliberal para el control del
conjunto de los partidos con peso en las definiciones del Congreso de la Unión y para la
distención social y la legitimación institucional.
Por otro lado, este proceso y aunado la situación del país, genera tensiones y
contradicciones en las bases de todos los partidos políticos del país, que también contienen
componentes de trabajadores, campesinos, indígenas, clases medias, universitarios,
empleados, desempleados, migrantes, que también han sido agraviados por la violencia
estructural del Estado Mexicano en lo económico, lo político, lo jurídico, lo social, lo cultural,
lo territorial y lo militar, los cuales deberemos apreciar con suma precisión, para reconocer
que son espacios de disputa también, para que sus partes más avanzadas se pasen al
campo democrático y antineoliberal, si no es el caso, entonces neutralizarlos para que sean
factor de deslegitimación del régimen y no de apuntalamiento del gobierno de traición
nacional; caso contrario, podemos caer en las generalizaciones de que todos son parte de
los poderes facticos y del régimen neoliberal o en su defecto, ser presas de la lógica
oligárquica y el discurso televisa, de que la política es mala, los políticos y los partidos
políticos son peores, con lo cual alejan a sectores de la población de la disputa electoral, que
ha sido desde 1988, una de las trincheras predilectas de los ciudadanos y con ello, dejarle
los espacios de representación y la composición política del Ejecutivo y el Legislativo al
arbitrio de la oligarquía local.
Esto no significa, sin lugar a dudas, que en el caso particular del Partido de la Revolución
Democrática, desconozcamos que sus grupos de interés interno y liderazgos han impuesto
candidaturas a dirigir al PRD, a gobernar Estados del país y ayuntamientos, que han sido
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nefastos y subordinados a poderes facticos; caso especial es el gobierno de Miguel Ángel
Mancera, quien el primero de enero de 2012, en la toma de posesión de Enrique Peña, se
inauguró con la represión al movimiento de la Convención Nacional Contra la Imposición;
recién iniciado el gobierno de Mancera, recortó en un 60% el presupuesto de los programas
sociales y por el contrario, fortaleció los recursos económicos, logísticos y de equipamiento
para la seguridad pública; se empeña en seguir manteniendo una agenda de megaproyectos
que auguran el despojo de territorios de los habitantes de la ciudad de México de las
Delegaciones Tlalpan, Coyoacán, Magdalena Contreras y Xochimilco; persiste en su
proyecto Ciudad Alfa, que abre las puertas a la invasión del capital comercial, financiero e
inmobiliario; además se incorpora de manera velada al “Pacto por México” en su último eje,
que es la reforma Política de la ciudad de México, ¿no es curioso que se aglutinen en esta
iniciativa actores que critican el mencionado Pacto y se presenten como sociedad civil?.
¿Sería bueno saber quien impuso a Mancera como candidato del PRD, sin ser perredista, a
la Jefatura de gobierno de la Ciudad de México? ¿habrá alguna relación con quien acercó a
Abarca al PRD, para que lo hicieran candidato a la presidencia municipal de Iguala?
No obstante esto, el PRD mostró un agotamiento de sus principios fundantes, se genero un
vaciamiento en su perfil ideológico, se abandonaron las discusiones políticas, se alejaron de
los movimientos sociales en aras de una izquierda moderna, se vistió de inmovilidad, se
asentó el pragmatismo más vulgar y se mercantilizó su quehacer político, al extremo de
oligarquizar su estructura burocrática y aburguesar a sus elites de conducción, que dieron
cause a instalar una agenda clandestina al margen de las estructuras de dirección de ese
instrumento político y que fue el “Pacto por México” y que fue uno de los vectores para
imponer las contrareformas peñistas; pero que a caso, los sectores que se conciben como
izquierda no institucional no estuvieron a la altura de contener esta oleada de imposiciones,
tal vez por su alcance gremialista, sectorialista, territorialista o sus concepciones sectarias y
su gran desconocimiento de la realidad más profunda y compleja de lo que significa el país y
estos componentes del movimiento no firmaron un “Pacto Contra México”, simplemente
empeñaron su mejor esfuerzo y no hubo capacidad de obtener un mínimo triunfo, que bien le
hace falta al pueblo, para levantar su moral de lucha.
Entonces, el problema es mucho mayor que la estridente descalificación: porque existen
destacamentos de lucha y de movimientos de masas con asentamiento territorial en todo el
país, porque existen cuadros políticos que están fundidos en luchas populares y hay un
activo militante sembrado en el país. La oligarquía y televisa quieren que ignoremos esto.
Luego entonces, el presente mexicano exige reconocernos que nos encontramos en
condiciones de derrota, por el daño hecho a la nación y a los alcances sociales que nuestro
pueblo conquisto y le permitió en cierto momento movilidad social; por el daño a los
sindicatos al expropiarles su potencial y capacidad emancipatoria y reducirlos a una
mediación poco funcional; por el daño hecho al movimiento campesino al erosionar su filo
insurgente y convertirlo en espacio de gestoría que facilitó el desmantelamiento de ejidos y
comunidades; por el daño hecho al movimiento urbano popular al reducirlos a simples
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demandantes de vivienda y grupos de presión; por el daño hecho a los grandes proyectos
frentistas de masas en las décadas de los 70’s y los 80’s y transformarlos en agencias de
colocaciones, en instrumentos políticos partidistas, en funcionarios públicos, en agentes de
seguridad o en ONG´s dependientes de financiamientos internacionales.
En este razonamiento, habrá que reconocer que existen un conjunto de circunstancias que
se están conjugando en el conflicto nacional y que anuncia una ofensiva generalizada por
parte de agentes norteamericanos que operan en el ejército y la marina, el despliegue del
paramilitarismo político y en la instalación de escuadrones de la muerte, lo que tuvo su
expresión integral y compleja, por demás grotesca, en Tlatlaya e Iguala, que si no
conocemos a cabalidad, tendremos problemas de diseño de línea política, al reducirnos a
decir que es un problema de impunidad, corrupción y contubernio con el crimen organizado,
que por cierto, son ejes que le dan forma y cuerpo a la tesis del “Estado Fallido” de los
norteamericanos y que son la carta de presentación para las intervenciones humanitarias del
poderío estadounidense.
El evento de Iguala, en donde perdieron la vida seis personas, entre ellas seis normalistas;
en donde se vejó a un buen número de estudiantes de la Normal “Isidro Burgos” de
Ayotzinapa y donde se desapareció a 43 normalistas, nos muestras que es la focalización de
las políticas contrainsurgentes, de ejecuciones extrajudiciales y de desapariciones, que se ha
instalado en todo el territorio nacional. Nos habla de una maniobra compleja y de alta
logística que tiene características de carácter militar, en donde se involucro directamente el
27 Batallón de Infantería, es decir, actuaron tropas de la Secretaria de la Defensa Nacional;
no olvidemos también que en el Estado de Guerrero se encuentra militarizado desde la
década de los 60´s del siglo pasado, y que actualmente alrededor de Iguala existen oficinas
del CISEN, la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y obviamente, la policía municipal; no
olvidemos que toda las policías están militarizadas y se van a entrenar a la Zona Militar de la
región. Los crímenes de Tlatlaya y Ayotzinapa, apuntan al Comandante Supremo de las
Fuerzas Armadas del país: Enrique Peña Nieto
Alrededor de esta tendencia, se despliegan otras iniciativas que tensan el ambiente político
nacional: a) se sigue pronunciando el conjunto de estas crisis de ilegalidad e ilegitimidad y
que augura malestar social y represión en el país; b) se muestra de manera grotesca el
arrodillamiento del sistema de justicia en el país, en al menos dos de sus instancias
significativas, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con su resolución en contra de
las consultas populares en materia energética, que bien tiene un tufo de golpe de estado,
aunado a su tendencia de derechización de esta instancia en su venidera presidencia; el otro
componente abyecto, es la Procuraduría General de la República en su denigrante papel en
los asuntos de Tlatlaya y Ayotzinapa; c) se están acelerando el proceso de conformación de
un nuevo grupo oligárquico bajo el amparo peñista, lo que tensa el equilibrio en el bloque de
poder neoliberal; d) se establecen contradicciones que cruzan las élites priístas y que
enconan sus disputas por espacios de poder y controles territoriales; e) el rejuego que se le
da a capitales españoles, canadiense y chinos, para invertir en México, sin la conducción
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norteamericana, se ha convertido en una variable de desestabilización y ha generado el
endurecimiento de los halcones del país vecino; f) esto ha generado que se presente con
nitidez el quiebre del “Mexican Moment”, la debacle del inflado “Ciudadano Global” a través
de una ofensiva mediatica de la prensa internacional; g) hoy se exhibe con nitidez, a Peña
Nieto como la síntesis del éxito de todos los fracasos y; h) los sectores más duros del
régimen, vinculados orgánicamente a los halcones norteamericanos, a su oligarquía
financiera, energética y militar, junto a los sectores neoliberales y de derecha del país, le
apuestan a una salida autoritaria de carácter militar, que no está en función de la
permanencia o no de Peña Nieto en el Ejecutivo Federal, aunque estén trabajando para
promover figuras más duras como Manlio Fabio Beltrones u otros.
Ante dicha tendencia, el movimiento popular en México deberá articular toda su fuerza en un
solo gran proceso nacional y apuntalar la idea de la destitución de Enrique Peña Nieto, ya
que, es expresión política de la decadencia y quiebra ética del régimen, las oligarquías
económicas y las elites políticas; en este marco, habremos de plantear:
Su sustitución por un gobierno provisional de transición y reconstrucción nacional, cuyas
tareas inmediatas serán abrir la posibilidad de una nueva elección democrática y un nuevo
constituyente, en el cual, se aborden los problemas de la soberanía nacional, en cuanto a su
territorio y recursos estratégicos (petróleo, gas natural, agua, biodiversidad, minerales
estratégicos, etc); la gestión nacional sobre su propio espacio radioeléctrico; la soberanía
alimentaria; la seguridad nacional, en donde se reinstitucionalice y renacionalice a las fuerzas
armadas, para reencausar la defensa de la soberanía nacional. Hablamos también de una
nueva política internacional, en términos de geopolítica y geoeconomía, donde nuestra patria
no dependa de hegemonía alguna, sino que establezca relaciones de igualdad, con
naciones hermanas y basadas en la solidaridad, en los rubros energético, financiero, cultural,
militar, etc.
De igual manera este periodo de transición deberá abordar la configuración de una nueva
economía cuyo centro sea la reactivación del tejido productivo nacional, la reconstitución del
mundo del trabajo que tenga como centro el constante mejoramiento de la calidad de vida de
las y los trabajadores; paralelo a esto se deben desplegar estrategias estructurales para el
rescate del campo, redistribuyendo en este sector, parte sustantiva de la riqueza nacional,
sustentadas con políticas de largo plazo y con una orientación estratégica, esto se sustentará
en los equilibrios y el desarrollo regional.
Un eje más de este periodo de transición, debe ser el ejercicio de una democracia de amplia
participación directa, cuyo núcleo de actuación sea el cómo nos queremos gobernar y no el
cómo queremos que nos gobiernen, donde las representaciones se subordinen a la rendición
de cuentas y a la revocación de mandato, para con ello, hacer efectivos derechos sociales y
su ampliación a los derechos territoriales de los pueblos originarios, a establecer los
derechos de la Madre Tierra y garantizar los derechos individuales, humanos y culturales.
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Cubrir esta perspectiva de alternativa para el país, pasa indudablemente por darle mayor
firmeza a la lucha por nuestros derechos a la tierra, y al financiamiento público multianual
que fomenten el desarrollo agropecuario e industrial; al trabajo con salario constitucional y
con la garantía del derecho a la organización al margen el estado, el gobierno y los partidos,
para que se supere el lastre del corporativismo y se restituya la libertad sindical, en donde los
mexicanos tengan acceso universal a la seguridad social y nos apeguemos a los convenios
con la Organización Internacional del Trabajo; el derecho a la salud con instituciones públicas
integrales y de cobertura universal; así como el derecho a la vivienda digna, a la alimentación
suficiente y de calidad, a la educación pública, gratuita, laica, científica, humanista y critica,
desde la educación básica hasta posgrados universitarios.
Esta iniciativa de articulación no es una iniciativa cerrada si no por el contrario, es el llamado
a que vallamos al reencuentro de todas y todos los que sostenemos esta nación y
generamos su riqueza; convoca a todos los que hemos sido agraviados, social, política,
cultural, territorial y económicamente por el neoliberalismo.
Por los tanto convocamos a la movilización más amplia y contundente en las siguientes
fechas.
1° de diciembre, Paro Cívico Nacional.
6 de diciembre, marcha cabalgata y toma de la ciudad de México.
31 de enero, marcha nacional sindical, campesina, indígena y social contra el
neoliberalismo.
Apuntando todo un periodo de lucha y movilización culminando una primera etapa el
1º de mayo del 2015.
¡Presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos por el Estado
Mexicano!
¡Abrogación de las reformas estructurales lesivas de los derechos de los trabajadores
y el pueblo!
¡Libertad a los presos políticos del 20 de noviembre y de todo el país!
¡Alto a la salida autoritaria del régimen a las múltiples crisis del país, por una salida
democrática y popular al conflicto nacional!
Noviembre 2014.
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México necesita de la Democracia y el Desarrollo Económico y Social para construir la Paz en un nuevo Estado de Derecho con Justicia y Dignidad.
Los acontecimientos de Ayotzinapa y Tlatlaya comprueban la grave crisis de gobernabilidad, gestada desde hace años por la combinación de varios factores como la drástica caída de los niveles de bienestar de la mayoría de la población, la impunidad de los funcionarios públicos corruptos, la violencia generalizada que se expresa en la multiplicación de los feminicidios y las desapariciones forzadas, los fraudes millonarios en empresas como Mexicana de Aviación y Oceanografía, el saqueo del erario publico en Estados y municipios, la red de complicidades de gobiernos, empresarios y sindicatos corporativos para fomentar los contratos de protección patronales, el control de amplias franjas del territorio nacional por el crimen organizado, la violación reiterada de los derechos sociales y la acumulación de conflictos sociales sin solución.
Ante esta circunstancia, los mexicanos necesitamos de un cambio de régimen económico, político y social para desterrar la injusticia, la antidemocracia, la marginación, la corrupción y la violencia que nos oprimen.
Durante los últimos años, ha prevalecido en México un modelo de desarrollo caracterizado la alta concentración del ingreso y un crecimiento económico mediocre que hunde en la miseria, la desigualdad, el desempleo y la desesperanza a sectores cada vez mas amplios de la sociedad mexicana, lo que afecta principalmente a los jóvenes y a los indígenas.
Actualmente se agregan a este escenario los elementos que se pusieron de manifiesto durante la masacre de Iguala y la ejecución sumaria en el Estado de México, como la aplicación discrecional de la justicia, la impunidad, el descrédito del sistema de partidos, la colusión de los distintos órdenes de gobierno con el crimen organizado, así como la incapacidad institucional para atender los problemas sociales.
La crisis financiera global del 2008, originada por el poder sin límites del capital financiero internacional, demostró que el mercado no se autorregula, lo que hace indispensable avanzar hacia un modelo de desarrollo distinto en el que impere el respeto de los derechos humanos y existan reglas claras y justas en la relación entre el Estado, la Sociedad y el Mercado.
Necesitamos una estrategia económica contraria a la lógica neoliberal que fomente la integración social y la solidaridad a partir de la sustentabilidad política, económica, social y ambiental, pues solo de esta manera se eliminaran la inequidad y la precarización causadas por la acumulación de poder de las grandes corporaciones y los poderes de facto.
Las reformas estructurales neoliberales aprobadas durante los últimos gobiernos, lejos de atender estas legitimas demandas sociales, han dado lugar al debilitamiento del papel del Estado como rector de la economía, fortaleciendo la participación de los grandes capitales en sectores clave de la economía. Lo anterior en el marco de una mayor dependencia de la economía respecto del sector externo y de un mercado laboral extremadamente flexible, en el que el sistema de control corporativo sobre los trabajadores y los contratos colectivos de protección patronal, han contribuido a la generalización de los empleos inestables y mal pagados.
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Las políticas que pretenden atraer los flujos de inversión extranjera y nacional, mediante la oferta de mano de obra barata y de apertura comercial indiscriminada, nos han colocado en una condición de extrema vulnerabilidad ante el estancamiento de los mercados de Norteamérica y la Unión Europea, la caída de los precios internacionales del petróleo y frente a las presiones de la Organización Mundial de Comercio y los gobiernos de aquellos países con los que tenemos firmados acuerdos de libre comercio.
Los nulos avances en materia de democracia, transparencia y combate a la corrupción y la impunidad, agudizan, por su parte, la amenaza que representa, para los ciudadanos, la combinación de violencia e inseguridad que esta asociada con la pobreza, la desigualdad, el narcotráfico y la ingobernabilidad que priva en muchas regiones del país.
En este contexto, la UNT condena la conducta política del gobierno federal y del conjunto de instituciones del Estado ante los acontecimientos de Ayotzinapa y Tlatlaya. No solo por la tardía reacción de los órganos de procuración de justicia, lo que denota como trasfondo una negociación entre la clase política para ajustar y distribuir los inevitables costos políticos, sino porque hechos como la negativa a permitir las consultas referentes al tema energético o la convocatoria a un Pacto por la Seguridad expresan una actitud conservadora en la que se evaden los riesgos políticos y se recurre a instrumentos desgastados y socialmente ineficaces.
La resolución de la SCJN referente a las consultas sobre el tema energético, envía un mensaje contrario a la democracia participativa que demandan los mexicanos al cancelar las opciones para que los ciudadanos expresen su opinión sobre un tema cuya trascendencia, en términos de estrategias de desarrollo, es evidente. La cuestionable justificación esgrimida por el máximo tribunal aprovecha las limitaciones de la ley reglamentaria de la consulta popular para impedir la aplicación de dicha figura a prácticamente todas las políticas públicas relevantes que generalmente tienen implicaciones presupuestales.
En este panorama altamente explosivo existe el riesgo de que la crisis de gobernabilidad detonada por las masacres de Iguala y Tlatlaya lleve ciertos círculos de empresarios y políticos a buscar una salida autoritaria con el propósito de proteger sus intereses. En este sentido no debemos dejar pasar por alto las campañas mediáticas en contra de los participantes en el paro del Politécnico y los Normalistas de Ayotzinapa o los brotes de provocación en Ciudad Universitaria y el Zócalo de la Ciudad de México. Síntomas de la acción de diversos sectores que intentan capitalizar el actual río revuelto para justificar una respuesta represiva.
Es por todo lo anterior, que la UNT sostiene que México necesita de la democracia participativa y el desarrollo económico y social para construir la paz en un nuevo Estado de Derecho con justicia y dignidad.
1.-Democratización del Régimen Político, transparencia y combate a la impunidad.
Es indispensable generar las condiciones para que los hechos de Tlatlaya e Iguala no vuelvan a repetirse, lo que implica el castigo a los responsables materiales e intelectuales, el esclarecimiento del paradero de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y romper los circuitos de impunidad y complicidad de los distintos ordenes de gobierno con el crimen organizado.
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La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales: ninguna política pública para combatir la exclusión o la pobreza será realmente eficaz si los recursos que implica se pierden en el obscuro terreno de la corrupción, la ineficiencia del quehacer gubernamental y las actividades ilegales de funcionarios públicos. Ello hace necesario construir mecanismos para que la sociedad civil participe en el diseño, seguimiento, vigilancia e instrumentación de las políticas públicas, fortalecer las figuras de democracia participativa, eliminando los candados que las nulifican. En este tenor se pude sugerir una agenda que involucre, entre otras a las siguientes iniciativas que deberán formar parte de una profunda Reforma Social y Democrática del Estado:
Ley federal de participación ciudadana.
Consejo Económico y Social no corporativo
Sistema Nacional de Rendición de Cuentas, Transparencia y buen Gobierno.
Revocación de Mandato y revisión de las figuras de consulta popular e Iniciativa Ciudadana a fin de eliminar las restricciones que las neutralizan.
Reforma política del DF en la línea del reconocimiento de la ciudadanía plena a sus habitantes.
Fortalecer los derechos de las comunidades rurales e indígenas.
Desmantelar el control corporativo de estado sobre los trabajadores, con plena libertad sindical y contratación colectiva auténtica, transparencia y democracia en el ámbito laboral y sindical.
Transparencia y rendición de cuentas en las empresas y todos los órdenes de gobierno.
Coincidimos con la intención de llevar el tema de la consulta relativa a la reforma energética ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para obligar al gobierno mexicano a abrir los espacios para la participación y la inclusión de los ciudadanos en la definición de las políticas públicas estratégicas exigimos que el Congreso de la Unión modifique la legislación reglamentaria de las consultas populares para hacer valido este derecho ciudadano.
2.- Desarrollo Económico y Social.
Es necesario superar el paradigma de que el mercado es capaz de autorregularse. Para recuperar el desarrollo económico sustentable se requiere de políticas de gobierno articuladas para reactivar el mercado interno, mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población y recuperar el poder adquisitivo de los salarios. Para ello se impulsaran una serie de acciones para fomentar la industria nacional, crear empleos con plenos derechos, alentar la innovación productiva, articular las cadenas productivas y estimular el desarrollo científico y tecnológico, así como la profesionalización de los recursos humanos.
Simultáneamente debemos promover el rescate del campo mexicano, con énfasis en el desarrollo de las comunidades y de los pequeños y medianos productores a fin de impulsar la soberanía alimentaria fortaleciendo la producción nacional de alimentos básicos. Como elementos esenciales de la agenda para el desarrollo destacamos los siguientes:
Reforma integral del Campo Mexicano.
Política Aeronáutica Integral promovida por el Estado para el desarrollo de la Aviación Comercial Mexicana.
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Incluir dentro del Plan nacional de Desarrollo políticas multi-anuales de Fomento al desarrollo educativo, agropecuario e industrial.
Reforma Fiscal democrática, progresiva y equitativa.
Incremento sostenido del presupuesto destinado a la enseñanza para alcanzar el 8% del PIB para la enseñanza y el 1% al desarrollo científico y tecnológico. Lo que debe traducirse en una política de Estado que promueva la ciencia y la tecnología nacionales.
Acuerdo de los factores de la producción para impulsar el crecimiento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía, que considere el respeto del medio ambiente, la generación de empleos dignos así como el reparto equitativo de los beneficios generados.
3.- Erradicación de la pobreza y la desigualdad.
Sostenemos que, para romper el circulo vicioso en el que la concentración de poder económico y político se vincula necesariamente con la multiplicación de la inseguridad, el desempleo y la pobreza se deben generar círculos virtuosos en los que la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población, fortalezca a la actividad económica producto de las políticas para fomentar la planta productiva nacional. Es necesario ir mas allá de los programas asistencialistas que solo sirven para administrar clientelarmente a la pobreza con fines electorales.
En esta lógica consideramos que es urgente incrementar de manera sustancial los salarios mínimos como punto de partida para instaurar una nueva política salarial que restituya el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que implica a su vez la mejora sostenida y gradual de sus ingresos. Nos oponemos a que el debate sobre este asunto inaplazable se confine dentro de los estrechos alcances de la inoperante Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) y señalamos que el análisis del tema debe considerar los 4 ejes que según la OIT definen lo que debe ser un trabajo digno, por lo que la contratación colectiva autentica, la libertad sindical, el verdadero diálogo social, la estabilidad laboral, el salario remunerador, el acceso seguridad social y los derechos humanos laborales plenos son aspectos que deben impulsarse para revertir la precarización laboral y social. La agenda para erradicar la desigualdad y la pobreza incluye los siguientes temas:
Ratificación de los convenios de la OIT en materia laboral.
Seguimiento de las quejas interpuestas ante la OIT.
Democracia y libertad sindicales. Fin del sistema de control corporativo sobre las organizaciones sindicales y sociales.
Desaparición de la CNSM, creación del Instituto Nacional de los Salarios, la Productividad y el Reparto de la Utilidades, órgano autónomo y no corporativo.
Por la contratación colectiva autentica y el fin de los contratos de protección patronales.
Retomar el proceso parlamentario para aprobar los artículos referentes a la transparencia así como a la democracia y a la libertad sindical dentro de la Reforma Laboral.
Iniciativa para mejorar el poder adquisitivo de los salarios mínimos.
Programa para mejorar el poder adquisitivo salarial, libre negociación de los CCTS.
Fortalecimiento de las instituciones de Seguridad Social.
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Restitución de los derechos sociales perdidos o vulnerados como consecuencia de la aprobación de las reformas estructurales. Solución a los conflictos sociales no resueltos como los que involucran a los trabajadores de Mexicana de Aviación y LyFC, entre otros sectores.
Para la UNT el cambio de rumbo significa profundizar la democracia para establecer una nueva relación entre Estado y la sociedad, para construir, con autonomía e independencia de los mercados financieros, un Estado al servicio del desarrollo y bienestar de las personas, lo que significa la participación activa del pueblo trabajador en lo público.
La intervención estatal debe asegurar el pleno empleo y el trabajo digno tal como lo plantea la OIT y de esta manera contribuir a la redistribución de la riqueza frente al efecto concentrador del mercado, mediante políticas sociales, fiscales y monetarias soberanas para enfrentar coyunturas de estancamiento o crisis. Se debe establecer un sistema de corresponsabilidades en el cual los actores económicos y corporativos de mayor peso deberán asumir mayores cargas y responsabilidades para superar los períodos de crisis.
El Estado debe garantizar servicios públicos de calidad, asegurando pleno acceso a las necesidades básicas de la población. Abastecimiento de agua potable, garantía de electricidad, sistema de salud universal e integral, educación, seguridad, son temas que afectan directamente la calidad de vida de todos y todas y los poderes públicos tienen que hacerse responsables. Los servicio públicos,- salud, educación, agua, energía, cultura, nutrición, entre otros -, son derechos humanos son universales y no están en venta.
Esta estrategia de desarrollo promueve la protección y la ampliación de derechos. Organizar un Estado para la sociedad y regenera la capacidad del Estado para controlar y regular el mercado con el fin de satisfacer las necesidades sociales actuales y velar por las de las generaciones futuras.
La disyuntiva que enfrentamos es clara o permitimos que la concentración de la riqueza, y la destrucción del tejido social se profundicen o edificamos un Nuevo Estado de Derecho para convertir a la presente crisis de gobernabilidad en la oportunidad para edificar un modelo de desarrollo incluyente y democrático.
F r a t e r n a l m e n t e , “POR LA UNIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS TRABAJADORES”
México, D. F., Noviembre del 2014.
Presidencia Colegiada de la UNT