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Depoimento Alfredo Pietro González* Manuel Moreno Fraginals*: uma historiografia marxista contra o dogmatismo Fraginals é considerado um dos maiores historiadores de Cuba e é membro da Academia de Ciências desse país. Esteve recentemente no Brasil para coordenar uma reunião da Unesco que prepara uma coleção so- bre a História da América e Caribe. Nesta entrevista, publicada origi- nalmente no Cuadernos de Nuestra America, Fraginals procurou eviden- ciar as peculiaridades do desenvolvi- mento histórico e social do Caribe, chegando a dizer que na região não- hispânica à estrutura social não emer- giu de uma maneira espontânea, tendo sido implantada mediante uma ação empresarial do tipo moderno, bastante diferenciada do desenvolvimento his- tórico europeu. Para os marxistas, Fraginals cita constantemente uma frase do historia- dor francês Pierre Vilar, que conside- ra seu mestre:"Marx (...) foi mais prudente que todos os seus predecessores, pois não estabeleceu uma filosofia, uma moral, uma abstração econômica válida para todos os tempos e lugares, mas sim um método de análise e uma série de hipóteses a serem comprovadas mediante a ação prática no campo da política e a investigação na reconstrução do passado humano". Recentemente, foi publicada no Brasil a sua magnífica obra O Engenho Complexo Econômico-Social Cubano do Açúcar, 1988, v. I e 1989 v. II, III, pela Editora Hucitec/Unesp, resultado de uma ampla pesquisa de fontes docu- mentais e bibliográficas com o emprego do procedimento quantitativo como instrumental do método dialético. Fraginals foi o primeiro professor visitante estrangeiro do Instituto de Estudos Avançados da USP, logo após a sua fundação em 1986. * Entrevista reproduzida do Cuadernos de Nuestra America. III, (6): 293-309, jul.-dez., 1986. c) Centro de Estúdios sobre America, 1986.

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DepoimentoAlfredo Pietro González*

Manuel Moreno Fraginals*:uma historiografiamarxista contra o dogmatismo

Fraginals é considerado um dosmaiores historiadores de Cuba e émembro da Academia de Ciênciasdesse país. Esteve recentemente noBrasil para coordenar uma reunião daUnesco que prepara uma coleção so-bre a História da América e Caribe.

Nesta entrevista, publicada origi-nalmente no Cuadernos de NuestraAmerica, Fraginals procurou eviden-ciar as peculiaridades do desenvolvi-mento histórico e social do Caribe,chegando a dizer que na região não-hispânica à estrutura social não emer-giu de uma maneira espontânea, tendosido implantada mediante uma açãoempresarial do tipo moderno, bastantediferenciada do desenvolvimento his-tórico europeu.

Para os marxistas, Fraginals citaconstantemente uma frase do historia-dor francês Pierre Vilar, que conside-ra seu mestre:"Marx (...) foi maisprudente que todos os seus predecessores, pois não estabeleceu uma filosofia,uma moral, uma abstração econômica válida para todos os tempos e lugares,mas sim um método de análise e uma série de hipóteses a serem comprovadasmediante a ação prática no campo da política e a investigação na reconstruçãodo passado humano".

Recentemente, foi publicada no Brasil a sua magnífica obra O EngenhoComplexo Econômico-Social Cubano do Açúcar, 1988, v. I e 1989 v. II, III,pela Editora Hucitec/Unesp, resultado de uma ampla pesquisa de fontes docu-mentais e bibliográficas com o emprego do procedimento quantitativo comoinstrumental do método dialético.

Fraginals foi o primeiro professor visitante estrangeiro do Instituto deEstudos Avançados da USP, logo após a sua fundação em 1986.

* Entrevista reproduzida do Cuadernos de Nuestra America. III, (6): 293-309, jul.-dez.,1986. c) Centro de Estúdios sobre America, 1986.

1. Como especialista en la historiay la cultura caribeñas, ¿qué factoresdeterminaron su interés por este tipode estudios?

M.M.F.: Más que especialista en lahistoria caribeña, preferiría ser catalo-gado simplemente como un estudiosode la historia y la realidad del Caribe.Uno nunca sabe de manera cierta quéintereses le inclinaron en una determi-nada dirección, siguiendo esa fuerzaindefinible que llamamos "vocación".Creo que en mi interés por el Caribepudieron influir, desde muy niño, ra-zones familiares. La rama Fraginals,oriunda de Mataró (Cataluña), seconstituyó un consorcio modesto, perode gran movilidad, de marineros y,obviamente, contrabandistas — aunqueesta palabra nunca se pronunciara enmi casa —, dedicados a la carrera deIndias desde el siglo XVIII. Se esta-blecieron en La Guaira y Puerto Ca-bello. Luego emigraron a Curazao,donde mi cuarto abuelo por línea ma-terna casó con la hija de un comer-ciante holandés. Finalmente emigrarona Cuba. Mi tercer abuelo, o tatara-buelo, nació en Curazao y fue un ac-tivo exportador de cacao venezolano aEuropa.

Por la rama paterna, los Una (losapellidos de mi padre eran MorenoUna) constituyen una rama vasca quenegoció con la famosa CompañiaGuipuzcoana, y sus antepasados seestablecieron desde mucho antes en lacosta caribeña de Colombia. Miabuela paterna, que fue una poetisa deregular valía y amplia cultura, solíadecir que una rama familiar suya esta-ba entre los fundadores de SantaMarta que, como usted sabe, es laciudad más antigua de Colombia. Ellamisma casó en Santa Marta. Mi abuelopaterno, el coronel de la Guerra de losDiez Años, Manuel (Lico) Moreno,fue exiliado político en Jamaica, don-

de transcurrió la infancia de mi padre.Para mi padre, Jamaica fue siempre susegunda patria y el creole jamaiquinosu primera lengua. No sé cómo, sidesde los Estados Unidos o desde Ja-maica, se hizo amigo de Marcus Gar-vey. Recuerdo cómo sin sombra dedolor (mi padre fue siempre un hom-bre de desbordante optimismo) noscontaba que cuando niño conducíacerdos hasta los mercados de Kings-ton, y lo hacía descalzo para cuidarsus zapatos para la misa del domingo.Podría seguir contando de otros mu-chos acercamientos familiares al Cari-be, pero creo que los narrados sobranpara entender por qué en las nochesde tertulias familiares e íntimas denuestra casona de Cienfuegos, el pai-saje del Caribe se reconstruía en con-tinuas evocaciones. En este sentido,creo que fue decisiva para mi la fa-bulosa memoria de mi padre, revi-viendo hechos que quedaron indele-blemente grabados en mi mente. Des-pués, mucho más tarde, comprendíque no es posible hablar de historia deCuba ignorando el Caribe. Hoy lasevocaciones familiares se confundencon las imágenes reales recibidas tran-sitando y, a veces, viviendo en Jamai-ca, Haití, Santo Domingo, Puerto Ri-co, Barbados, Trinidad, Curazao,Aruba, Margarita, La Guaira, PuertoCabello, Maracaibo, Barranquilla,Cartagena, Panamá — y, lógicamente,recorriendo mi isla caribeña de un ex-tremo a otro.

Me he extendido algo en la res-puesta porque creo que, en general, elespecialista en ciencias sociales nece-sita tener una relación física con elmedio que estudia. Si le falta esta re-lación, esta vivencia, puede hacererudición (a veces excelente y útilerudición), pero nunca historia, so-ciología, antropología viva. El territo-rio, el medio ambiente, no es sólo undato climático, geofísico: el hombre y

... esta sociedadcaribeña constituye elprimer caso mundial,a gran escala, desociedadesimplantadas, creadas apartir de una acciónempresarial,económica, de tipomoderno.

la sociedad establecen relaciones muyparticulares con el medio que habitan.Estas relaciones dan la dimensión nosólo del medio sino del propio hombreque transita, transforma y domina elpaisaje.

2. ¿Cuáles son, en su opinión, losproblemas metodológicos fundamen-tales que enfrenta el estudio del Cari-be?

M.M.F.: Bueno, para entendernosy no entrar en la interminable discu-sión de qué es El Caribe, de ahora enadelante, y exclusivamente a losefectos de esta entrevista, considera-mos como sociedades caribeñas lasestablecidas en las islas del arco an-tillano que va desde Cuba hasta lascostas de Venezuela. En el continente,y por razones de desarrollo histórico,pueden considerarse como caribeñaslas antiguas Guayanas (hoy Guyana,Surinam y Cayena). Ahora bien, haylo que pudiéramos llamar una zonalimítrofe que es y no es Caribe. Porejemplo: Cartagena y Portobelo sondos enclaves básicos del Caribe, peroson dos enclaves continentales. Tododepende del observador: si situado enla costa mira hacia el mar o hacia latierra. Polemizar en torno a si estospuntos continentales pertenecen o noal Caribe es tan ocioso como discutirsi la puerta a la calle de una casa debeincluirse en el estudio de la casa o dela calle.

Fijado este punto, tendríamos quediferenciar dos zonas que tuvieron de-sarrollos históricos asincrónicos: lazona española, donde una economíade plantación arraiga muy tarde (fi-nales del siglo XVIII) y el Caribe in-glés, francés, holandés, danés y sue-co, con una floreciente economía deplantación a partir del siglo XVII.Empezando por este último (el Caribeno hispánico), tenemos un desarrollo

histórico que difiere totalmente de lahistoria europea en un hecho clave: laestructura social de este Caribe noemerge de manera espontánea. No:esta sociedad caribeña constituye elprimer caso mundial, a gran escala, desociedades implantadas, creadas apartir de una acción empresarial, eco-nómica, de tipo moderno. Y durantecasi dos siglos el 80% o más de la po-blación sigue sujeta a los fines empre-sariales de origen, que son los queconforman las características demo-gráficas de la sociedad. Repito: creoque este es un caso único en la histo-ria, y por lo tanto exige una metodo-logía específica capaz de iluminar yapresar el hecho social.

En todas estas islas no hispánicasla población aborigen es sistemática yrápidamente eliminada y se estableceuna economía de plantación. Ahorabien, una plantación no es una socie-dad: es un negocio. Que la plantaciónderiva en sociedad, es obvio. Perotambiém es obvio que em su estadioinicial la plantación es concebida, or-ganizada y puesta en marcha como unnegocio; es decir, no se trata de unacomunidad primitiva que arraiga enuna determinada zona y estableceunas relaciones de producción y evo-luciona hacia el esclavismo, etc., etc.No: aquí no hay nada de eso. Se trata,por el contrario, de un grupo empresa-rial "moderno" que con un objetivoeconómico fundamental, establece enun lugar previamente seleccionado unnegocio de explotación agrícola paraproducir mercancías que venderá en elmercado mundial. Por lo tanto, desdeel primer momento en la llamada"colonización" de estas islas estánpresentes problemas de inversión,producción y comercio. O sea, que elmundo social de estas Antillas partióde lo que en términos modernos sellama una tarea de inversión que im-plicó el estudio de los distintos facto-

res económicos, sociales, técnicos einstitucionales del negocio. A partirde ahí se decidió la inversión y reunióel capital, que fue aportado en formade fectivo, especie (transportes, víve-res, equipos, etc.) o en hombres.

También a partir de esta tarea deinversión se decidió el lugar (es decir,la microlocalización de la empresa), eltipo de explotación agrícola, la tec-nología, la fuerza de trabajo, la trans-portación y venta del producto, y elreparto de las utilidades. Hay un he-cho excepcional pocas veces puestode relieve: por ejemplo, la coloniza-ción de Barbados fue planeada exac-tamente igual que la de Virginia. Peropocas décadas más tarde Virginia yBarbados ofrecían dos panoramas so-ciales diversos: ¿Por qué? Para res-ponder a este pregunta retornamos a lacuestión del método. Todo el procesocolonizador del Caribe no hispánico ysu desarrollo hasta mediados del sigloXIX debe ser estudiado, en primer lu-gar, empleando una técnica de análisisempresarial. Ahora bien, como sonempresas que devienen sociedades, laevolución del complejo humano crea-do por la acción de estas empresas(esclavos, plantadores, comerciantes)requiere paralelamente un análisis so-ciológico y antropológico. Los escla-vos exigen un estudio económico des-de el momento en que son mercancíasque se compran y venden, fuerza detrabajo de las empresas, y figuran enla hoja del balance general como unrubro del activo fijo junto con las tier-ras, los animales, las maquinarias ylos equipos. Pero también los esclavosson seres humanos con patrones decomportamiento y normas religiosas,valores éticos y estéticos, y requeri-mientos biológicos que necesaria-mente entran en contradicción con elsistema productivo impuesto, quepretende consumirles hasta el ultimominuto de su vida útil. Y todo esto

exige estudios sociológicos, sicológi-cos y antropológicos. Desde mediadosdel siglo XVII hasta mediados delXIX este convulso mundo caribeño vaa estar como aprisionado entre ambasfuerzas; la resultante dialéctica de estalucha será lo que pudiéramos denomi-nar una sociedad de plantación conuna cultura de plantación.

3. ¿Cómo enfrentar esta proble-mática en la perspectiva de un análi-sis marxista?

M.M.F.: El primer hecho a desta-car aquí es que en ningún momentolos creadores del materialismo históri-co se dedicaron a estudiar el sistemade plantaciones. El propio Marx co-nocía la estructura del sistema deplantación nacida en el proceso de de-sarrollo capitalista europeo y, dialéc-ticamente, impulsando las fuerzas quele dieron vida. Sus observaciones so-bre las plantaciones americanas — es-casas, pero donde brilla toda la mag-nitud de su genio —, revelan hasta quépunto penetró en la entraña misma delsistema. Sin embargo no se dedicó aestudiarlo: su área de intereses era Eu-ropa. En general, los creadores delmarxismo, y quienes como Lenin apli-caron y desarrollaron sus métodos deanálisis, no se volcaron sobre los te-mas americanos. Esto implica un granreto a los historiadores, sociólogos yantropólogos marxistas del NuevoMundo: no se trata de acotar a Marxsino de aplicarlo creadoramente. Y eneste punto me encanta siempre repetirla frase extraordinaria de mi maestroPierre Vilar: "Marx (...) fue más pru-dente que todos sus predecesores,pues no aportó ni filosofía, ni moral,ni abstracción económica valedera pa-ra todos los lugares y todos los tiem-pos, sino simplemente un método deanálisis y una serie de hipótesis, pen-dientes estas de ser comprobadas me-diante la acción práctica en el campo

de la política, y mediante la investi-gación en la reconstrucción del pasa-do humano".

Creo que, metodológicamente, haydos aspectos básicos del Caribe sinlos cuales no hay posible acerca-miento a su comprensión: la geografíay la demografía caribeña. Y por favor,no confunda mis palabras. De salidadesecho esa concepción casi física dela historia que ve la geografía o lademografía como "causa" o "factor"de los procesos sociales. Marx se ne-gó siempre a este tipo de interpreta-ciones. Pero jamás rechazó la relacióndialéctica de la geografía o la demo-grafía con el movimiento económico.Insisto mucho en la geografía del Ca-ribe porque, siendo la plantación unaempresa económica productiva de ca-rácter agrícola exigió un medio físicocon determinadas características, sinlas cuales el negocio no era posible (ono era rentable, que es lo mismo quedecir que no era económicamente via-ble). Entre los siglos XV y XIX losmayores productores mundiales deazúcar de caña fueron siempre islas:Sicilia (en el Mediterráneo), Canariasy Sao Tomé (durante la primera etapaeuropea de expansión atlántica) yBarbados, Jamaica, Cuba y Java enlos siglos XVIII y XIX. No fue ca-sual: la plantación requería tierras lla-nas, fáciles de cultivar con instru-mentos agrícolas elementales (la aza-da, la estaca primitiva o "jan", o a losumo el arado tipo romano llamado enCuba "criollo", que roza la tierra casisin penetrarla), cercanas al mar, conun determinado índice de pluviosidady definidos períodos de lluvias y seca,cubiertas de bosques que al ser tala-dos dejen un rico humus, etc., etc. Lasislas del Caribe — y especialmente laspequeñas — reunían de manera excep-cional estas características y por esoen ellas pudo desarrollarse prodigio-samente el sistema. Naturalmente que

estas características geográficas (me-dio de producción) y los instrumentosempleados para el cultivo de la caña yla producción azucarera (instrumentosde producción) fueron evolucionandoa lo largo de la historia del Caribe.Así las islas pequeñas son ideales parael establecimiento del sistema deplantación en el siglo XVII, pero yaen el siglo XVIII han evolucionadolas características geofísicas y tambiénlos instrumentos de producción, locual plantea nuevas relaciones dialéc-ticas, y mucho más aún en los siglosXIX y XX. Este es un proceso difícilde explicar en pocas palabras y aúndifícil de entender para quien no seaun especialista en las técnicas de pro-ducción azucarera. Recuerde que es-tamos hablando de un negocio y losnegocios sólo se pueden explicar téc-nica y económicamente.

El hecho concreto fue que lo queera racional económicamente y alta-mente rentable en el siglo XVII, lo esmucho menos en el XVIII y ruinosoen el XIX. Y este proceso de ruinatuvo su razón de ser en la relacióndialéctica entre el tamaño geográfico,la evolución de los factores naturalesy el desarrollo de los instrumentos deproducción. Surgen así dos problemashistóricos del Caribe que llegan anuestros días. El primero de ellos es laevolución de la naturaleza bajo la ac-ción depredadora del hombre: este esun asunto que ocupa la atención delos ecologistas y sobre el cual laUNESCO está desenvolviendo unbello programa. La fertilidad inicialde las islas era la resultante de susfrondosos bosques con la transforma-ción de la vegetación arbórea enhumus: pero tan pronto los bosquesfueron talados se detuvo la produc-ción de humus y las tierras perdieronsu famosa fertilidad, acelerándose elproceso de erosión. En otras palabras:la naturaleza también tiene su historia

£1 otro aspecto básicopara comprender el

Caribe no español es suevolución

demográfica. Como laplantación era un

negocio, no unasociedad, su estructurapoblacional fue creada

en función de laeconomía.

y las islas de hoy no son las islas delsiglo XVI: hoy son menores e infini-tamente más pobres. Además, hoy es-tán cubiertas por una vegetación "im-portada" (caña de azúcar, cafetos, cí-tricos, etc.), y por una fauna también"importada" (vacas, caballos, cerdos,carneros, gallinas...). El otro problemageográfico es como el anverso de lamisma moneda: nos referimos al ta-maño de las empresas. En el sigloXVII, en una isla pequeña cabían va-rias empresas, pues el tamaño de una"gran" plantación oscilaba entre 15 y30 hectáreas. Muy pronto la evoluciónde las técnicas de producción y lallamada búsqueda de la economía deescala exigieron cada vez más tierraspara cada plantación.

A comienzos del siglo XIX requie-ren un mínimo de 300 hectáreas; 500hacia 1840 y no menos de 1500 en1890. Al comenzar el siglo XX seránormal la ocupación de más de 5000hectáreas, y la cifra promedio conti-nuará creciendo hasta nuestros días.Teniendo en cuenta estas cifras, seentiende por qué en la isla de Barba-dos, a finales del siglo XVII, estáplanteado el problema del latifundio.

Muy pronto las empresas pequeñas(y esto equivale a decir las islas pe-queñas) entraron en crisis. Islas com-pletas, que eran orgullo económico delos plantadores en el siglo XVII, sonpoco rentables en el XVIII y ruinosasen el XIX. Este problema de econo-mía empresarial a partir del tamaño dela plantación se ha de replantear ennuestros días bajo una nueva óptica:la viabilidad económica de los Esta-dos independientes pequeños, comoAntigua, Granada, Barbados, SantaLucía y San Vicente. Recuérdese queCuba sola es igual o mayor que la su-ma de todas las demás antillas, inclu-yendo a Jamaica, Puerto Rico, SantoDomingo y Haití.

El otro aspecto básico para com-prender el Caribe no español es suevolución demográfica. Como laplantación era un negocio, no una so-ciedad, su estructura poblacional fuecreada en función de la economía.Durante más de un siglo esta pobla-ción no pudo crecer vegetativamente,orgánicamente, porque la tasa demortalidad era superior a la de natali-dad. Es decir, más del 90% de la po-blación fue traída coercitivamente,como esclavos, y fue necesario man-tener durante casi siglo y cuarto unacorriente continua de importación deesclavos para evitar el proceso dedespoblación. En muchas plantacionesse impidió el surgimiento de relacio-nes familiares y se emplantaron patro-nes de comportamiento sexual a partirde los requerimientos económicos. Enciertas épocas y en determinadas islasmás del 70% de la población es mas-culina, adulta: mujeres, niños y ancia-nos constituyen la miñona de la po-blación. Nada de esto tiene que vercon la sociedad desarrollada orgáni-camente. Aquí hay que tener de nuevopresente una observación de Marx:cada sociedad y cada época tiene suspropias leyes demográficas. Pero estasleyes demográficas hay que descu-brirlas mediante una investigaciónprofunda en fuentes que hasta nues-tros días los historiadores marginaron:los libros de contabilidad de las em-presas. Quien no es investigador ja-más podrá ser historiador.

4. No queda más remedio que rei-terarlo: el estudio del Caribe actualtiene que ser necesariamente históri-co: quien pretenda entender lo querealmente ocurre hoy en estas socie-dades tiene que partir del legado, elbagaje, de todo lo que hay detrás;damos así con la famosa especificidadde lo caribeño, motivo por demás defrecuentes incomprensiones entre al-

El verdaderohistoriador marxistadebe entender su tareaintelectual como unaherramienta para latransformación delpresente.

gunos estudiosos. En el terreno de losdeslindes (lo más difícil en el Caribe,dados los riesgos que toda generali-zación supone en este caso) la distin-ción entre el Caribe hispánico y nohispánico parece ser un buen puntode arrancada. Con todo, ¿hasta quépunto está vigente la herencia de laplantación en ambos territorios? ¿Enqué medida la plantación incide sobreel desarrollo socioeconómico y cultu-ral del Caribe contemporáneo?

M.M.F.: Perdóneme si para con-testar esa pregunta comienzo con laspalabras de Joseh Fontana, el insignehistoriador catalán. El verdadero his-toriador marxista debe entender su ta-rea intelectual como una herramientapara la transformación del presente,no como rutinario quehacer cotidianoadornado con jaculatorias revolucio-narias. Recuerdo también a CeperoBonilla, el amigo entrañable, quegustaba hacer suya la frase de Sorelde que el estudio de la historia verda-dera es una necesidad imperiosa denuestra época. Creo que nunca le hanperdonado su extraordinario ensayoAzúcar y abolición, que desmoronótodo el andamiaje de interpretaciónburguesa de nuestra historia. Cuandose investiga seriamente los hilos de larealidad llegan hasta nuestras manos.

Durante el primer tercio del sigloXIX se produce el abandono acelera-do del sistema de plantaciones en elCaribe no hispánico: naturalmente quecomo regla general ningún negocio seabandona a un ritmo más rápido quela tasa de depreciación de su activo.Las leyes inglesas y francesas de abo-lición de la esclavitud con indemniza-ción a los dueños permitieron a plan-tadores y comerciantes recuperar elcapital invertido en esclavos y dejarprecipitadamente el negocio, sin ma-yores consecuencias, en algunas islas,o reorganizarlo, modernizarlo y trans-

formarlo, en otras. Pero, ¿qué quedóen estas islas? Quedó una poblaciónabrumadoramente negra, descendientede esclavos, formada y educada,aculturada, por la imposición coerciti-va de los patrones de la plantación;habitando islas depauperadas, desde elpunto de vista ecológico, por un sis-tema agrícola "de rapiña" (uso la fra-se impresionante de Justus von Lie-big). En sus relaciones económicas,dominadas por unas metrópolis a lasque sólo interesaba que ese mundonegro se mantuviese sumiso y pacífi-co, proporcionando ciertos productosagrícolas, sirviendo de encrucijada delas líneas marítimas a América Latina,centro de operaciones de las flotas deguerra y mercante y valladar a la ex-pansión comercial y política nortea-mericana. En algunas islas (Jamaica yBarbados especialmente) el negociode plantación se reorganiza; en Trini-dad se establece y expande, y en Gu-yana adquiere una significación espe-cial. Haití, como es conocido, surgecomo segunda república americanay todos los intereses coloniales se or-ganizan para bloquear totalmente elposible desarrollo de una nación inde-pendiente negra. Jamaica, por su ex-tensión territorial, proyecta durantemás tiempo su economía de planta-ción, pero en general el sistema setrasplanta a Cuba y Puerto Rico. Es-pecialmente Cuba, durante más de unsiglo, va a ostentar el espinoso títulode "azucarera del mundo".

Para enfrentar la nueva situacióncaribeña los ingleses enviaron a susislas biblias y pastores protestantes.En general, con excepción del Caribeno hispánico, se inició una nueva eta-pa de acelerado empobrecimiento. Yen esto de considerar a las coloniascomo "ricas" o "pobres" hay que te-ner mucho cuidado, pues general-mente se trata de una adjetivación decarácter colonialista. Por ejemplo,

Barbados en 1690 y Saint Domingue(hoy Haití) en 1780, son calificadaspor las historias tradicionales de colo-nias riquísimas; pero vistas en rela-ción al nivel de vida de sus habitan-tes, pueden calificarse de paupérri-mas. Yo creo que el Caribe siemprefue muy pobre. Las riquezas que pro-dujo, a veces fabulosas en relación asu extensión territorial, quedaban enlas manos de una mínima oligarquíametropolitana. Por eso creo que hayque variar nuestra forma de enjuiciarel Caribe, descolonizarnos mental-mente, y en vez de decir que el Caribese empobrece cuando hace crisis elsistema de plantación esclavista, loque tenemos es que afirmar que con lacrisis de la plantación el Caribe dejade ser suministrador de plusvalía parala clase plantadora y muestra a la fazdel mundo el rostro verdadero de lapobreza y la explotación que sirvió debase al enriquecimiento metropolita-no.

A veces pienso que el colonialismoabandonó las plantaciones con esamentalidad con que se abandona unamina cuando ya el mineral que quedaes de bajo contenido y no es rentablesu procesamiento. Y así vemos, dondeesto ocurrió, edificaciones y maquina-rias abandonadas, y el hueco que re-vela la ausencia de una riqueza quenunca se reintegró a quienes la extra-jeron. Todavía en muchas pequeñasislas, y también en Cuba, quedan tor-res de ingenios, restos de maquinariasque no fue posible vender siquieracomo chatarra, y un grupo de ex-es-clavos que para los plantadores fuechatarra humana.

El otro saldo del sistema de planta-ciones fue la segregación racial. Lasegregación racial parte del precon-cepto de la superioridad del hombreblanco, colonialista, plantador, sobreel pueblo esclavizado cuyas caracte-

rísticas somáticas son diversas a lassuyas. La sociedad dominante, blanca,asumió este principio como una ver-dad axiomática que no necesitabacomprobación, o se probaba por lasituación misma de dominación a queestaba sometido el grupo étnico cuyainferioridad se invocaba. Tenía lugarasí un círculo vicioso: los negros quellegaban como esclavos eran someti-dos por la fuerza bruta y llevados a unsistema que cerraba todas las oportu-nidades de liberación, se les sometía ajornadas extensivas de trabajo y ni-veles ínfimos de vida que minaban suresistencia física y menoscababan sucapacidad intelectual, se trataba deborrar sus culturas y, además, se leseducaba en forma que desde la mástierna edad adquiriesen un sentido deinferioridad y desprecio hacia sí mis-mos.

La segregación racial tuvo siempreuna finalidad económica en sí misma;pero a la larga terminó creando unmundo de ideas, representaciones,símbolos, patrones de comportamientoy valores éticos, estéticos y socialesque imprimieron características espe-cíficas a la cultura caribeña dominantey a la dominada. La antropología mo-derna ha creado la teoría de las "so-ciedades duales" o "plurales" (pluralsociety, en el lenguaje técnico de laactual antropología cultural norteame-ricana), para estudiar estos sectoresseparados horizontalmente por la líneadel prejuicio. Se trata de teorías queindudablemente son sugestivas y úti-les por cuanto ponen de manifiesto lainteracción cultural de las clases so-ciales. Ahora bien, son teorías quetienden a minimizar y a veces a igno-rar que si bien es cierto que en el Ca-ribe está planteado dramáticamente elenfrentamiento de dos culturas, tam-bién es cierto que esta dualidad o plu-ralidad funciona orgánicamente comoparte del sistema de explotación cla-

Lo nacional en elCaribe nace con laconfrontación clasistay racial dentro de unmarco colonial.

sista. En síntesis: las sociedades plu-rales no son un producto espontáneodel desarrollo histórico, sino el resul-tado de un sistema de explotacióncolonial donde las diferencias cultu-rales tratan de ser cuidadosamentepreservadas (o borradas, en ciertos ca-sos) en función de la estructura dedominación.

La segregación racial, hasta hacemuy pocos años sancionada por lasleyes y todavía argumentada y defen-dida por ciertos grupos ideológicos,fue un mecanismo esencial del sistemacolonial. Por razones de la trata de es-clavos africanos se creó una sociedadbipolar en la cual los dominados erannegros y los dominadores blancos; esdecir, a cada clase social correspondióun color dela piel. Esta separación —que por denominarla de alguna formallamaremos "contradicción racial" —

creó una serie de complejidades dentro del mundo social e ideológico delCaribe. Obviamente, en su origen setrata de una contradicción de clases:eso no se discute. Pero a la larga lacontradicción de razas adquirió talautonomía que se convirtió en uno delos motores esenciales de la dinámicacaribeña. Al estudiar el Caribe hayque seguir cuidadosamente la imbrica-ción de las contradicciones de clase yraza: desconocer o minimizar la con-tradicción racial es no entender, porejemplo, a Marcus Garvey, pasar poralto el dramático grito de negritud deAimé Césaire, y la impronta ideológi-ca y cultural del movimiento rastafa-rian, entre otras muchas cosas.

Por último (pero no "lo último"),para entender el Caribe de hoy debe-mos estudiar la dolorosa gestación delas nacionalidades. Con lo cual ten-dríamos las tres contradicciones quedinamizan la vida caribeña: clase, ra-za, nación. Naturalmente que paraestudiar el nacimiento de las naciona-

lidades en el Caribe nos sirve muypoco buscar en los manuales europeosel concepto de nacionalidad. Lo na-cional en el Caribe nace con la con-frontación clasista y racial dentro deun marco colonial. Y en la confronta-ción dialéctica de estas tres contradic-ciones han ido conformándose unacultura dominante y una cultura domi-nada, con planos comunes y aspectosantagónicos. Pero ambas culturas sonen cierta forma dependientes.

Al decir esto estoy recordando cómoEric Williams reconocía que la depen-dencia económica del Caribe respecto alos centros hegemônicos internaciona-les estaba reforzada por la dependenciacultural, institucional, intelectual y sico-lógica La cultura dominante ha sidosiempre, en el Caribe, incluyendo Cuba,una "cultura cautiva" respecto a Euro-pa-Estados Unidos y una cultura dedominación respecto a la sociedad glo-bal caribeña. Es impresionante cómo elCaribe actual va, lenta pero eficazmente,cobrando conciencia de esta cultura dedominación. Como anécdota represen-tativa, recuerdo cómo una mujer negrajamaiquina me contaba la forma en queun día descubrió que la canción de cunaque cantaba a su hija, también negra,era una variante de "Mary had a littlelamb", donde la blancura era el símbolode la pureza. Se comprende así que ennuestras islas del Caribe lo racial estéestrechamente ligado a lo nacional. EnCuba este fue un tema clandestino y pe-ligroso, y los historiadores ocultaronsiempre que, por ejemplo, cuando JoséAntonio Saco o Luz y Caballero habla-ban de cubano se referían exclusiva-mente a los blancos. Fue necesario elbaño de sangre de la Guerra de los DiezAños para que cubano fuera algo másque blanco, que negro, que mulato. Laflamada "Guerrita de Razas" de 1912,que culminó en un verdadero genocidiode veteranos negros de la independen-cia, fue parte de un replanteo de las

reinvindicaciones sociales por parte dela población negra con motivo de lafrustración de una radical revoluciónanticolonial. Lo que entonces redama-ron es lo que ha entregado finalmente laRevolución. Como la raíz estaba en laconfrontación dasista (que siempre hasido la contradicción principal en Cuba yfuera de Cuba, en la República y en laColonia), fue necesario una revoluciónsocialista para resolver las contradiccio-nes raza y nación. Y fue necesario unestadista de la talla impresionante deRdel para plantear, hedía ya la Revolu-ción, que era imprescindible un equili-brio de negros y blancos, hombres ymujeres, en el Partido. A fin de cuentas,esto es lo que plantearon los sublevadosdel año 12, sólo que sin hacerla revolu-dón sodal. Como dirían los guajiros dehoy: tenían la razón, pero pusieron lacarreta delante de los bueyes.

5. ¿Cómo ve usted el futuro delCaribe?

M.M.F.: Alguien, alguna vez, ha-bló de la historia como una cienciapara prever el pasado. Pero inevita-blemente algunos historiadores nosatrevemos a hablar del futuro tratandode seguir el hilo conductor que atra-pamos en la historia. El Caribe de hoy(partimos siempre de la definición quedimos al principio) comprende treceEstados "independientes" y un grupode colonias y "territorios" británicos,franceses, holandeses y norteamerica-nos, con una población total superiora los 30 millones de habitantes. La he-rencia del colonialismo y la plantaciónestá presente en toda la región, aun-que obviamente se muestra en muydiverso grado según se pase de una aotra isla. Del caso de Cuba no voy ahablar, aunque declaro que estoy ab-

solutamente convencido de que es elúnico rincón caribeño que ha estructu-rado una política económica y socialque a mediano plazo logrará un des-pegue hacia el desarrollo. Al decirestas palabras no adopto una actitudmaniqueísta ni ensayo una defensaa todo trance de la Revolución. LaRevolución no requiere de intelectua-les propagandistas que por lo generalnos hacen quedar muy mal en la arenainternacional, sino de científicos so-ciales valientes, serios y honestos.Considero, repito, que Cuba es el úni-co rincón del Caribe que está sentan-do las bases económicas, sociales yculturales del desarrollo, lo cual noexcluye (por el contrario incluye) laaceptación de graves errores cometi-dos, algunos de ellos aún vigentes, niignorar las enormes dificultades y de-safíos que impondrá el futuro.

Antes señalamos que desde media-dos del siglo XIX, algunas islas que-daron como plantaciones abandona-das, y esta imagen se proyecta hastanuestros días. Aunque el per caput delproducto nacional bruto no es un índi-ce confiable para conocer el estándarde vida de la población, es bueno se-ñalar que el Caribe incluye a cuatrode los seis países más pobres de Amé-rica; y que las islas que muestran unalto per caput del producto bruto sonsimplemente aquellas con economíassubsidiadas, como Martinica y Gua-dalupe, que reciben anualmente algomás de 530 millones de dólares desdeFrancia equivalente a una "ayuda"exterior de 789 dólares por habitante;o Puerto Rico, donde el Estado colo-nial otorga subsidios superiores a los4000 millones de dólares anuales; oBahamas, donde el 87% del PNB estáconstituido por ingresos turísticos queretornan inmediatamente a la Metró-poli norteamericana. El Caribe esdramáticamente pobre: islas de "po-breza persistente", les llama Beck-

ford. Y dentro de esta pobreza, Haitíes un caso extremo: la "tierra de lasimposibilidades ilimitadas". Como laplantación partía del esquema de de-dicar toda la tierra a la producciónexportable, e importar los bienes deconsumo, se creó una superpoblaciónrelativa que en algunas islas no podíaser alimentada siquiera poniendo todala tierra a estos fines. Además, lastécnicas agrícolas fueron siempre ele-mentales y los mejores terrenos perte-necían siempre a intereses extranjeroso a la oligarquía procolonial. Un aná-lisis estadístico de los últimos veinteaños revela el continuo decrecimientoper caput de la producción de ali-mentos y como contrapartida el in-cremento de su importación, espe-cialmente a partir de los Estados Uni-dos. La escasa producción mineral(bauxita, níquel, oro) refleja una cur-va descendente, y el petróleo de Tri-nidad enfrenta en la actualidad ladramática caída de los precios.

La crisis mundial, y la permanentepolítica proteccionista de los posiblesmercados compradores, amenaza coneliminar definitivamente la últimaproducción plantadora subsistente: elazúcar. Con el proceso de destructu-ración del mercado azucarero mundialiniciado a partir de la Revolución Cu-bana, la producción azucarera de laRepública Dominicana (la mayor delCaribe excluida Cuba) se orientó ha-cia el mercado norteamericano. Hoy elmercado comprador norteamericanoparece cerrarse definitivamente bajo elimpacto de la producción domésticade fructurosa subsidiada, y los merca-dos europeos han pasado de compra-dores netos a vendedores netos. Laeconomía de algunas islas depende aveces de la actividad de una empresa:por ejemplo, Aruba entra en una etapade hambre al cerrar la refinería de pe-tróleo de la Shell. En un momento da-do, unas empresas norteamericanas

... creo que El Ingeniono es un libro teóricosino la mezela, más omenos afortunada, de

la metodologíahistórica con la

experienciaempresarial.

dedicadas a ensamblar pelotas debéisbol constituyeron la fuente pri-mordial de ingresos em Puerto Prínci-pe, Haití.

La emigración ha sido la válvula deescape a la presión económica, aun-que no ha evitado una creciente ola deviolencia. De todos modos, Puerto Ri-co tiene en los Estados Unidos el 40%de su población. En total, cerca deseis millones de caribeños han emi-grado hacia los Estados Unidos a par-tir de la década de 1940; más de dosmillones se han dirigido hacia sus an-tiguas (o actuales) metrópolis, Ingla-terra, Holanda y Francia, llevando aveces la violencia originada en la ex-plotación y la discriminación. No escasual que el "Black Power" nacieraen el Caribe y explotara en los Esta-dos Unidos.

Alguien ha afirmado que la historiano tiene marcha atrás y los haitianosacostumbran a decir que el lápiz deDios no tiene goma de borrar. La he-rencia social de la economía de plan-tación y la concomitante cultura deplantación perdurarán durante dece-nios hasta que se abra el único caminoposible: un sistema efectivo de coope-ración intrainsular e intrarregional en-samblado en una economía socialistao, por lo menos, en un nuevo ordeneconómico que detenga el deteriorofísico y humano de la región, recreelos elementos positivos de la culturade plantación y elimine definitiva-mente los elementos negativos (aun-que esto sea visto por los folkloristascomo un suicidio cultural), fije los ni-veles del equilibrio demográfico, pon-ga en explotación científica los recur-sos existentes (incluido el turismo),sin exportar las utilidades sino rein-virtiéndolas en el desarrollo. En todoslos lugares del mundo los países pe-queños dependen, para su desarrollo,de la cooperación internacional. Posi-blemente de todas las economías delmundo, las del Caribe sean las más

dependientes. Hasta hoy ha sido posi-ble trazar una frontera antiséptica en-tre el desarrollo y el subdesarrollo,entre la pobreza y la riqueza: en elfuturo no será así. Y Cuba jugará unpapel importante en ese futuro.

6. Por último, sobre El Ingenio.Desde la época de estudiante, lo leí-mos pensándolo como un libró semi-nal, del que no podía desentendersetodo aquel que pretendiera acercarseal desarrollo histórico-cultural nacio-nal y, obviamente, al mundo caribe-ño. ¿Cómo lo ve usted ahora, a losveinte años de escrito?

M.M.F.: Bueno, El Ingenio ha sidopara mi una obra sumamente difícila la que he dedicado casi cuarentaaños de mi vida, aunque no de maneracontinua. En 1948, "El Ingenio" eraun extenso capítulo de una obra quetitulé Nación o Plantación, y de lacual he publicado partes. Por entoncesyo era un historiador "puro"; es decir,de gabinete. Después de eso, la vidame lanzó a una etapa intensísima detrabajo empresarial capitalista dondeel triunfo sólo se lograba a partir delrendimiento económico. Esto significópara mi un trabajo práctico intensísi-mo e implicó, simultáneamente, llevara cabo numerosas investigacioneseconómicas y aplicar sus resultados asituaciones concretas. De esta épocafueron mis primeras experiencias deprogramación lineal y mi encuentrocon la computación después de insta-lar un sistema de computadoras IBMen "Cerveceria Caracas", en Vene-zuela. Cuando regresé a la Historia yano era un historiador "puro"; porsuerte, mi espíritu se había evadidodel gabinete y desde entonces estoycontaminado con la realidad. Por esocreo que El Ingenio no es un libroteórico sino la mezcla, más o menosafortunada, de la metodología históri-ca con la experiencia empresarial. Loque más me ha satisfecho de El Inge-nio no ha sido la acogida internacio-nal (tengo recogidas más de doscien-

tas notas bibliográficas y comentarios)sino el hecho de que los productoresdirectos, ingenieros azucareros, admi-nistradores de ingenios, etc., lo hayanrecibido como un libro escrito por uncompañero de faenas. Eso me pruebaque me he acercado a la realidad.

Diez años después de editado elprimer tomo agregué un segundo y untercero. E inmediatamente lo continuéhasta el año 1935: un amplio resumende estos capítulos finales acaba de verla luz como parte de la Historia deAmérica editada en inglés por la Uni-versidad de Cambridge, Inglaterra.Con los libros sucede como con loshijos: uno los quiere y a veces no lossoporta. El Ingenio tiene capítulosa los cuales no cambiaria ni una comay otros que me parecen sencillamentedetestables. Esto último me gusta por-que me prueba que no me he estanca-do.

La sorpresa más grande que me de-paró El Ingenio fue cuando en 1981Raul Roa (hijo) me llamó desde NewYork informándome que la Asocia-ción de Historiadores Norteamerica-nos (AHA), que cumplía un siglo defundada, le había otorgado a mi libroel Premio "Clarance H. Haring", quese da una vez cada cinco años a laobra más importante publicada encualquier idioma sobre América Lati-na. El altísimo nivel de este premio, yla probidad intelectual del tribunal,

constituido por cinco de los más des-tacados intelectuales norteamericanosde la actualidad, hizo que la entregade esta distinción fuese vista por al-gunos como un enfrentamiento aca-démico a la política de la administra-ción Reagan. Un cubano, que jamásha titubeado en su posición política,obtenía el premio de historia más im-portante del continente. La entrega mefue hecha en la noche del 29 de di-ciembre de 1981 en Los Angeles, Ca-lifornia, ante una asamblea de más dedos mil historiadores de América La-tina, los Estados Unidos y El Caribe.

Un premio de esta categoria es unhonor, una satisfacción y todo lo queusted quiera; pero esencialmente es uncompromiso. Significa la obligaciónde no bajar el nivel alcanzado, exigeel estudio y la investigación continua.Y creo que eso es lo que estoy ha-ciendo. Tengo diez hijos y a ellos medebo. Soy maestro y a mis alumnosme debo. Para ellos, para Cuba, sigoescribiendo: humildemente, sin (creer-me jamás que realizo obras maestras,y ni siquiera creyendo que tengo enmis manos toda la verdad. Siemprepienso: hasta aqui he llegado; soysimplemente una estación de tránsito,no un punto de arribada final. Unmaestro triunfa cuando los alumnos leaventajan: me interesa fundamental-mente impulsar a la generación quellegará mucho más allá que yo y supe-rará ampliamente mis libros.

Manuel Moreno Fraginals é historiador cubano, e foi o primeiro professor visitante es-trangeiro do IEA.