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Page 1: ,d ''dd 1 - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/revenj/cont/12/dtr/dtr4.… · regla general, y conio tal, admite excepciones. Cuáles son, o con qué fundamento se

a .. . La pauliaia. 'contra:l!qs sentencias que son

f ,d f ' ' d d 1 e ec .o e rau e.:. e as partes (1 1

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. , . ., ~ i c . diunriel ROMERO SAN;

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. .CHEZ. , . . - . . %.!,

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. : . . - . . . ,.' , . , , (El presente estudio forma par-

, , . . te de la obra La ~ e v o c a c i ó i de los actos realizados en fra4de de

. . acreedores, recientemente publi- cada).

,. , , . - .

. -1. ~ , i l r t & 'sztt>[email protected] la cosa juzgada . . .

Hemos estudiado hasta ahora;.ia.revocatoria de los actos realizados por el deudor en fraude de sus .acreedores, pero de actos con un con- tenido negocial. entendiendo por. tales, aquellos que son producto de la simple voluntad del deudor, ya-con la concurrencia de voluntades ex- trañas, de terceros, ya sola esta voluntad como en el caso de declaración Gnilateral. Incidentalmente tioc he&$s referido al hacer el estudio del Derecho Alemán, a la revocación. de los actos del deudor en que para' dar mayor s~l idez al mismo, se recurre a una autoridad, que

l . . . 1 El &dio de la acción pauliana -contra las sentencias que son efecto, de

fraude de las partes, en perjuicio de ,acrredores, constituye materia suficiente para . . una monografía. Por la índole de, este trabajo d e d i c a d o al estudio de la revo- iatoria en general-. nos hemos limitado a esbozar la revocatoria de sentencias. e n sus aspectos más destacados, dando la solución a nuestro juicio más correcta para e1 Dcrecho Mexicano. . .

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lo que podía ser conseguido por la voluntad de las partes, se obtenga mediante una declaración judicial.

Cuando el acto fraudulento se hace constar en un documento pri- vado, o en un documento público, ningún obstáculo impide- que sea im- pugnado mediante la revocatoria o pauliana; pero, ¿qué decir cuando se defrauda a los acreedores valiéndose de una sentencia? Lo primero que ocurre decir es que esa sentencia es res inter d i o s iudicata con relación a ellos, y que, por tanto, no produce efectos contra los acreedo- res. Sin embargo, no creemos que esto pueda alegarse en todos los casos, pues habrá que distii~guir quiénes están obligados, y quiénes no, a respetar una sentencia.

Se ha dicho que las sentencias sólo producen efectos;entre las par- t e ~ , . ~ u e litigan o debían haber concurridoi al' juicio, sik ehkrgo, CHIO- VENDA 2 afirma que "no cenviene establecer como g r i ~ i p i o general (y es lo que se hace corrienternerke), 4Úe h' sehtencii X&t .estado sólo entre las partes; la verdad es lo contrario". 3 En efecto, no hay razón &ra decir que la sentencia sólo tiene validez entre aquellos que fueron parte en el proceso, pues esto conduciría al caos. La situación estable- cida entre las partes por la sentencia, debe ser reconocida y tiene valor ffetite a todos como regla general, así como la situación establecida en- tFt fas partes por el contrato, dgbe ser reconocida y tiene valor frente

, , , ,

a todos: . ' " "Segúfi una opinión, las' sentencias están investidas de cierta auto-

ridad en relación a terceros. un tercero contra quien se quiere hacer valer una sentencia no puede descartarla de plano invocando la mkirna res inter dios iudicafa. Las sent&cia's son oponiblei a todos, sólo que la5,partes no pueden destruir la,prynnj@,$e ve+d,.qu~ ,se,a,Wibuye

1 7 >')2vi: Institucimes de' Derecho Proceidl' thid;' d i d . de fd 2@' Ea. ' h d j t n i f>bi E! Gómez.Orbaneja. Madrid. 1936, tomo 1, pág. 443. . B E ~ I , p o k m parte. '&en- ta: ."La cosa juzga& formada entre las' pactes no pW& Jor descoubcidb tpon'aquc- I\os pgerOs que sean sujetos de una relacióg diversa, pero compatible, con la,, &.y ción deducida en juicio". Diritto Processu,* :Cioile, ,116 E d i z i o n ~ , , ./ Societá . kditric,? del Foro I ta l iho. Roma. 1936, pág. 609. , , ,

3 C A R N E ~ ~ ~ T T ~ dice: "El valor del 'limite 'impues~o' a la :osa 'juziada ;>m' ei aiiitulo 135 1 del Código Civil no debe &r'exa~eiado. Lo' exagera la práctica d a n d o lo traduce en el aforismo res iudicata tertio,neque nocet neque prodest., Basta la experieficia cuotldiana a rectificar esta forniula:' La verdad e$, pues, que 'si la cosa juzgada no se extiende fuera de la lite in judicíum' deducta, se exgande abundante- mente más allC de estos límites" Sistema di Diritto Processuale 'Ci'dfId Cedam. Padova, '1936. tomo 1, pág. 297. . ,

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a la sentencia; los terceros pueden destruir esta presunción por medio de la oposición de tercero". 4

Así, pues, debemos dar por sentado que la situación establecida por la sentencia entre las partes, debe ser respetada por todos. Esta es una regla general, y conio tal, admite excepciones. Cuáles son, o con qué fundamento se hace tal afirmación?

Desde luego debemos decir que el fundamento de las excepciones a esta regla general, es un fundamento de derecho positivo que encon- tramos en el artículo 93 de iiuestro Código de Procedimientos Civiles vigente que establece : "El tercero puede excepcionarse contra lu sen- tencia firme, pero n o coiztra la que recagd en juicio de estado civil, a ntelios qlle alrgrlr colitsiú~i dr los l i t i g i ~ n f ~ ~ s pizrn prjirdicurlo".

11. Los acrccdorcs q~~irogriifarios ;sol1 tcrccvos?

El primer problema que nos presenta la norma transcrita, es el de saber quiénes son terceros con relación a una sentencia. Un con- cepto muy amplio de tercero, podríamos enunciarlo así: son terceros, todas aquellas personas que no son parte en el juicio. Pero estas per- sonas que no son parte en el juicio, pueden dividirse en terceros abso- lutos, 5 o sea aquellas personas que no están ligadas a las partes por ninguna relación jurídica: y terceros en sentido técnico, 6 que son aque- llas personas que no siendo partes en el juicio,' están en relación jurí- dica con alguna de ellas.

Dado que pretendemos ver si los acreedores pueden impugnar las sentencias que se dictan contra su deudor, trataremos de ver si aqudlos son terceros. Se ha considerado a los acreedores conlo causahabientes a título universal. 7 Si tal carácter tienen los acreedores, deben sufrir

4 P. LACOSTE, De la Chose Jugée en Matike C i d , Criminelle, Disciplinarre et Administrative. Recueil Sirey, París, 1914, pág. 290 .

5 Nombre dado por ROGUIN a aquellos terceros que no tienen relación al- guna con las partes que intervienen en un acto determinado. Citado por BASTIAN, Essai d'une Théorie Générate de I'lnopposobi!ití.. Recueil Sirey, París, 1929, ~ á g . 5 .

6 BASTIAN, Op. cit., pág. 5 .

7 BAUDRY-LACANTINERIE. citado por JULIEN BONNECASE, La Cond:tion Juridique du Créancier Chirografaire, en Reoue Trimestrielle de Droit Civil, tomo XIX. año 1920, pág. 103 y SS.

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o aprovechar las consecuencias de los actos realizados por su' deudor, . ,

comparándoseles en este aspecto con los herederos. BEUDANT 8 aceptando 'la afirmación de BAUDRY-LACANTINERIE,

sostiene que el acreedor no puede ser tercero respecto de los' actos rea- lizados por el deudor.

La teoría que ,considera a los acreedores como causáhabientes a titulo universal h a sido duramente criticada. El propio BONNECASE dice que BAUDRY-LACANTINERIE ha construído su ' teorb equivocando el camino, ya que~~no ha estudiado el derecho de.los acreedores quiro- grafarios en sí mismo, sino que ha atendido más a la garantía general que tales acreedores tienen sobre el patrimonio del deudor, para deter- minar la naturaleza de sus derechos.

Que los acreedores quirografarios son causahabientes del deudor, es indudable, puesto que de las maneras conocidas para adquirir dere- chos, originaria y derivada, sólo puede encuadrárseles en la segunda, es decir, que hay una persona que es de quien adqtiieren el dercho; cau- sante en general, y deudor en el caso que nos ocupa. . ., .. ' .

Ahora bin; si son causahabientes los acreedorev quirografarios, veamos qué clase de causahabientes pueden .ser. Cama ,sólo. puede ha? ber causahabientes a titulo universal y causahahigqtes a.titwlo particu- lar, necesariamente las acreedores deben que,dar encuadrados, en alguno de estos grupos.

Ya hemos Gisto cómo BAUDRY-LACANTINERIE Que lw acreedores son causahabientes universales. D U R A N T O ~ 9 asienta que el causahabiente universal es el sucesor de la persona, y a'él pasan todos los derechos y obligaciones de su causante; por el contrario, el causa- habiente a titulo parhcular sólo sucede a la persona en aquellos dere- chos y obligaciones que se tienen en relación con la cosa o derecho transmitido.

TAUWER 10 afirma que son causahabientes quienes suceden al di- funto sin representarlo, en contraposición a los herederos que repre- sentan v continúan al autor de la herencia. Enumera como causaha- bientes a los legatarios y a todos aquéllos que reciben un derecho de una persona. Para quienes representan al causante en todos sus dere- chos y obligaciones, no concede el nombre de causahabientes.

8 Citado por BONNECASE, La ~ o n d i t i o n . . . citado, pág. 11 9. 9 Citado por BONNECASE, Lu Condition. . .' citado. pág. 110.

10 Citado por BONNECASE, La Condition . . . citado, pág. 1 12.

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Los acreedores quirografarios, nos dice BONXECASE 11 fueron con- siderados por los autores del siglo X I S 12 como causahabientes, opo- niéndolos a los sucesores a título universal en el sentido que ahora se da a tal expresión.

Ahora bien, si los acreedores son causahabientes a título particu- lar, 13 es indudable que sólo están obligados a sufrir las consecuencias de 10s actos del deudor realizados en relaciGn a sus derechos; sólo su- ceden a la persona en la cosa que adquieren de la misma, en el derecho de crédito. Pero cabe preguntar con relación a qué momento? BONNE- CASE, en forma clara y precisa dice que los acreedores son causahabien- tes para el período anterior al nacimiento de su derecho, pero son ter- ceros para el posterior. 14

"El causahabiente tiene una doble cualidad, según el tiempo en que se le contemple: causahabiente para todo el período anterior a la transmisión, deviene tercero para todo el período siguiente. . . nada se- mejante se puede decir de los causahabientes universales : ellos sufren' el efecto de todos los actos realizados por su autor sin distinción de tiempo". 15

Si pues, los acreedores quirografariós son terceros con relación a los actos realizados por su deudor, caen dentro del campo del artículo 93 anteriormente transcrito, por lo que ahora trataremos de ver si pue- den o no impugnar las sentencias que sean producto de colusión de las partes.

'Antes de pasar adelante, haremos mención a una teoría que sostie- né que en todo caos, los acreedores quirografarios están representados por el deudor en aquellos actos en que éste intervíene. Así, se sostiene que cuando litiga, representa a sus acreedores, y por tanto, las senten- cias dictadas contra éste deben' ser respetadas por aquéllos. Sin em-

1 1 Artículo citado, pág. 1 15. 12 AUBRY et RAU, MARCAD^. LAURENT, etc., citados por BONNECASE,

La Condition citado, págs. 11 5 y SS.

13 "A nuestro modo de ver -dice MARCEL LABORDE-LACOSTE-. el acreedor quiiografario es, en efecto, un causahabiente a título particular de sir

deudor, porque es titular de un derecho inmediatamente exigible, a término o con- dición que tiene sobre un bien determinado, fungible o infungible, dependiente del patrimonio del deudor", Essai sur la Norion d'Ayant Cause a Titre Particulier en Droit Privé Francais, Bordeaux, 1936. pág. 135.

14 La Condition Juridique . . citado, pág. 137.

15 PLANIOL. citado por LABORDE-LACOSTE, Op. C I T . , pág. 184.

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bargo, esta teoría está completadente superada. Pero aun aceptándola, en caso de colusión, los acreedores tienen derecho a oponerse a la sen- tencia. En efecto, afirma Tuozz~: "En tres casos viene a menos este principio - e l de que los acreedores están representados por el deudor- cuando el deudor actúa en fraude de sus acreedores, cuando surgen cuestiones entre diversos acreedores, o cuando éstos actúan por ejecu- ción sobre los bienes del deudor. Habíamos visto que en todos los ca- sos en que es admitida la representación, ésta viene a &nos cuando el representante actúa con fraude, porque nace una oposición de intereses y de allí la imposibilidad de la representación1'. 16 Como ya decíamos, aún aceptando. esta teoría, los acreedores en ciertos caso; pueden des- conocer las sentencias dictadas contra su deudor.

111. La pauliana conlrn rcsohciones judiciales. Elementos

Dice el precepto (artículo 93 de nuestro Código. de Procedimientos Civiles), que los terceros pueden excepcionarse contra la sentencia fir- me; mas para que tal cosa suceda habrá que tener en .cuenta lo antes asentado, o sea que los terceros están obligados a respetar la .situación, establecida sntre las, partes por la sentencia. .¿ Cómo, , pyes, .yaq a: des- conocer esasityación?,La paste final de la norma nos hab1a:de perjuicio, asi que 1% tqcer,os .pueden excepcionarse contra, la sentencia, a condi- ción ,de que, se r~únan, entre otros requisitos,, el de ,qw;!la misma Iqs, perjudique.

., .':Enl nitestitestra, legislación se ,ha reconocido el derqha 9 los que no litigaron, de impugnar las sentencias mediante el1 recurso de nqlidad y para excepcianarse, en cgptra de las septenc&is". 17 :, , ' ,

. La disposición a que 90s venimos refiriend~ nos habla de que pn todo caso los terceros pueden excepcionarse contra las senteqcias,. más no así contra las del estado civil, a menos que se alegue colrcsión de los

16 L'Autoritá della Coso Giudicata nel Cioile e nel PlnaIe, Ueione Tipo- gráfico-Editrice, Torino. 1900, pág. 305.

17 ALBERTO VASQUEZ DEL MERCADO, La Cosa Juzgada y, la Sefensc de los Pcreedores Quirografwios, Anales de Jurisprudencia, tomo %XXIII. núme- ro 2 de treint,a de abril de 1941. Este es el primer estudio de,la revocatoria en, el Derecho Pxocesal Mexjcan? y sólo un conocimiento profundo de la, *ctrina y de los antecedentes de nuestra legislación, como los del autor, del gnismo, permiten tal conclusión, puesto que la norma en que se consagra, parece limitarla a las senten- cias de estado civil.

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litigantes pava perjudicarlo. Parece que este medio, o mejor dicho, esta causa de impugnación se limitara a las sentencias de estado civil; sin embargo, consideramos que en la primera parte de la disposición se es- tablece una regla general en que se prevé la posibilidad de excepcionarse contra las sentencias, sin distinguir las causas por las cuales es posible hacerlo. Naturalmente que éstas deben ser aquéllas que estén previstas por la propia ley, una de las cuales es precisamente cuando la sentencia sea efecto de cclusión en daño del propio tercero.

Así, pues, nos atrevemos a sostener que la interpretación correcta del artículo debe ser en el sentido de que los terceros pueden excepcio- narse contra cualquier clase de sentencia con los medios que la misma ley seiiala, y por las causas en ella previstas, inclusive alegando colusión de los litigantes. Por lo que se refiere a las sentencias de estado civil, sólo será permitido a los terceros excepcionarse contra ellas, cuando ale- guen colusión de los litigantes.

Sentado que los terceros pueden excepcionarse contra cualquier sentencia alegando colusión, procuraremos ver los presupuestos de tal medio de impugnación.

a ) E l perj~(icio.-Nos hemos referido ya al perjuicio, que es e1 primer requisito para que el tercero pueda excepcionarse y "por per- juicio se entiende no un perjuicio de mero hecho, sino un perjuicio ju- rídico''. 18 Recibe este perjuicio aquel cuyo derecho es incompatible con la situación establecida por la sentencia. 19 Podríamos poner como ejemplo el caso de una sentencia que ordena el pago de un acreedor común con el producto del remate de los bienes del deudor, habiendo un acreedor privilegiado. La sentencia que ordena el pago del deudor co- mún, es incompatible con el derecho del acreedor privilegiado, en con- secuencia, puede impugnarla éste, porque sufre un perjuicio jurídico.

Pero ¿qué podemos decir de la sentencia por la cual se reconoce que una persona es acreedora de otra, no obstante haber otros acreedo- res de la misma calidad? Es insostenible en este caso que haya una in-

18 CHIOVENDA, Op. cit., tomo 1, pág. 443.

19 "Ello significa que no obstante la posibilidad de hecho y la apariencia de lo contrario, los terceros en cuestión no deben recibir de la sentencia aquél perjuicio que la misma tiende a causarles en su deracho, excluyendo implícitamente su relación jurídica, del mismo modo incompatible con la decisión. El principio significa que los terceros pueden legítimamente desconocer la eficacia jurídica de la decisión en la medida que les perjudique". BETTI, Op. cit., pág. 6 0 7 .

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compatibilidad de derechos, puesto que una sois persona puede tener infinidad de acreedores sin que el reconocimiento de unos ,excliiya el

. .. derecho de otros.

CHIOVENDA 20 nos dice que estos terceros sufren .~n , ' ,~er ju ic io de !lecho ocasionado por la sentencia que viene a hacer que el patrimonio del deudor sea insuficiente para cubrir sus créditos.

Pero si el perjuicio es de hecho ¿pueden los terceros --& nuestro caso los acreedores- excepcionarse contra la sentencia? E n la legisla- ción italiana encontramos expresamente previsto el caso en el artículo 512 del Código de Procedimientos Civiles, que concede acción a los acreedores para impugnar las sentencias producto de dolo o"colGsión ; 2 1 y en nuestro derecho, la tantas veces aludida norma (artículo 93 del Código de Procedimientos Civiles), está consagrando un medio para que los acreedores puedan impugnar las sentencias dictadas en fraude de sus derechos, es decir, la acción pauliana respecto de &tos proce- sales.

E n el derecho francés e italiano, encontramos establecido un me- dio especial de impugnación q&',es conocido con el nombre de "oposi- ció.n de terceroJ'. 22

: I

20 Op. cit. tomo 1, pág. 451. En contra LIPARI quien afirma: " . . .el inte- rés contrario de los acreedores en caso de dolo o fraude en su d a h . se,debe con- figurar como propio y verdadero pmjnici6 juridico". L'Opposizione.di 'Terzo Re- uocatwia, Rivista di Diritto, Processuale Civile, Vol. IV, parte .I , a n o 1927. pág. 94. <, , ,

2 1 Refiriéndose al artículo 5 12 del Código de P~ocedimientos Civiles Ita- liano, ALLORIO asienta: "Lejos de excluír ,del ,derecho de oposicióq, a: los terceros diversos de los acreedores titulares de relaciones dependientes de ,la decisión, el artículo 5 12 quiere sólo poner a los acreedores en forma destaca&, para que ellos gocen de un régimen de favor, en cuanto es tomado en consideración (y los legiti- ma a la, oposición reuocatoria) a h un pequicio incompleto. & hcho". La Cofa Giudicata Rispetto ai Terzi, Giufre-Editor. Milano, 1935. pág. 3 18. En l a . nota 3 a la misma pág. agrega,: "O a1,menos un perjuicio en cuanto jurídico, n o actual; un perjuicio jurídico futuro. 'En este sentido se debe entender la' afirmación de LIPARI: .qud 'el perjuicio de1 acre~dor sea uh perjuicio jnrídico". :

22 "La oposición de tercero es un recurso extraordinario concedido a los ter- ceros lesionados por una sentencia para obtener la retractación o la reforma". E. GLASSON et ALBERT TISSIER, Trairé Théoriqui et Pratique dWrganisation Judi- ciaire, de c&mpetend et de Proceduce Civil. Troisieme Edition, Recticil Sirey. Pa- rís, 1929, tomo 111, pág: 5 5 3. Los mismos autores afirman que ,este medio de impugnación fuh reglamentado por primera vez en Francia en la Ordenanza de 1667. Op. loc. cit. El texto decía: h r n e t t o n s de ae poduoir pat'simple requéfe

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Que la oposición de tercero puede alegarse por lo sacreedores cuan- do la sentencia es efecto de dolo o fraude en su perjuicio. lo afirman GLASCON Y TISSIER en la forma siguiente: "Esta oposiciGn de tercero, como hemos visto es la vía abierta a las personas que han sido repre- sentadas en un juicio, o son causahabientes de una parte, pero que quieren destruirla por haber sido realizado en su perjuicio o a consecuen- cia de dolo o fraude". 23 También LACOSTE nos dice que los terceros pueden impugnar la sentencia si es efecto de dolo "pero ellos pueden atacar la sentencia que el deudor ha dejado pronunciar en su contra en fraude de los derechos de aquéllos". 24

LIPARI 25 afirma que las sentencias dictadas contra un deudor tie- nen eficacia respecto de sus acreedores, sin que pueda alegarse en con- tra la calidad o la época del nacimiento del derecho, debiéndose la efi- cacia de la misma, a que existiendo dos intereses, el del deudor y el del acreedor, al presentarse un pleito contra el primero, su interés es mayor, y por tanto, debe sacrificarse el del segundo. Sin embargo, "si la sen- tencia es efecto de dolo o colusión, el interés del acreedor debiene pre- valente, la sentencia no le obliga" y contra la misma se tiene el recurso ex artículo 512 del Código de Procedimientos Civiles.

b) La coli!sión.-El artículo 93 de nuestro Código de Procedi- mientos Civiles habla de colusión de litigantes: refiriéndose a esta ex- presión que también es usada por el artículo 512 del Código de Proce- dimientos Civies italiano, CHIOVENDA sostiene: "el dolo y la colusión del articulo 512 no son expresiones distintas, sino equivalentes del frau- .de del artículo 1235 del Código Civil". 26

Atendiendo a esta afirniación, venlos aquí confirmada nuestra ase- veración hecha anteriormente en el sentido de que el artículo 93 de nuestro Código Procesal Civil, está reconociendo la acción pauliana .. , ,S para impugnar las sentencias. En efecto, el elemento característico de la acción que examinamos, es el fraude, y si por colusión debe enten-

2 f i n d ' oppos i t i on contre les arrStes e t jugementes en dernier ressort, a u x quels le demandeur e n requéte n'aura été partie o u d i lmen t appelé, et m S m e contre ceux donnds sur requete.

23 GLASSON y TISSIER, O p . cit., t o m o 111, pág. 55 1.

24 O p . cit . págs. 1 9 1 y ss.

25 L 'Opos i z ione . ci tado, p fg s . 90 y S S .

26 O p . cit . T . 111, pág. 4 2 6 . El do lo y la colus ión s o n "requisitos man i f i e s - t amen te correspondientes al eoetltus d a m n i y al consi l ium fraudis", a f i r m a CO-

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derse fraude, es indudáble que es esta institución la qtte se halla regla- mentada en el precepto aludido. 27

LIPARI 28 también se refiere al problema en fa législación italia- na, y afirma: "Las palabras dolo o colusión del artículo 512 (Código de Procedimientos Civiles Italiano), se deben interpretair'& el sentido

, ,

del fraude de que habla el articulo 1235 (Código Civil)". "En doctrina es reconocido casi siempre que el artículo 512 no es

más que la pauliana aplicada al proceso. Si :se quier.h q,ender real- mente esta fórmula exactisima (cosa que la doctrina, deja de hacer), interesa decir que el articulo 512 extiende la p a u l i a ~ a aqwlla forma particular de fraude que se puede perpetrar,a través de loq actos pro- cesales, así como se puede perpetrar a través de un actp.dp la vida co- mún. El deudor demandado en juicio por el ,pago, de una de -sus deu- das, antes que de fende~e haciendo 'valer una excepcióri ,oualquiera que paralice o excluya el derecho del acreedor (,sea!.de ordentsubstancial, como prescripción, compensación, etc., sea de orden formal, como v a - cimiento del término procesal, etc.), uríilateralniente, a atún & acuerdo con el actor, renuncia, a esta defensa para defrqudar a los terceros acree- dores. En este caso hay verdadera~izente un fraude pqul iyo tZpico eje- cutado .mediunte la actividad procesal; en este caso puede, con razón, decirse que la sentencia es el efecto del dolo o de la cohióri de los li- t igante~ en daño de los terceros acreedores". 29

E n resumen, tanto en Derecho Italiano, como en Dere~hq Francés, se halla regulada la impugnación de las sentencias cuando son efecto de fraude en perjuicio de acreedores, por medio de la .opasición de ter-

S T T I N I . Lo revoca degli a t t i fraudolenti, Padova, 1940, pág: 29: ! BETTI .asienta que "hipótesis paralela a aquella que da lugar a la acción revocatoria de los mego- cios de Derecho Privado (artículo 1235 Cód. Civ. It.) ", es la regulada por el artículo 5 12 del Código de Procedimientos Civiles. Op. cit., pág. 724.

27 ZANI identifica la mala fe en el proceso con el ilícito proceaal, y respecto de éste afirma que "no podrá encontrarse en el derecho de acción, sino en la anti- juridicidad de la pretensión, en la falta de fundamento del derecbo rubstancial que quería hacerse valer a través del derpcho de acciqn, y en fin, en la deshonestidad de los medios instrumentzles eventualmente puestos en ejecución". úi Mala Fede nel Processo Civile. Societá Editrice del Foro Italiano. Roma, 193 1, págs. 77 y 5s-

28 L'Opposizione. . . citado, pág. 98. 29 SALVATORE SATTA. Teoria e Pratica del Processo. (Saggi di Diritto Pro-

cessuale.) Foro Italiano. Roma, 1940, pág. 445.

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cero. Ya hemos visto cómo GLASSON y TISSIER sostienen tal afirmación para la legislación francesa. 30

Visto que es la acción pauliana la que se reglamenta en nuestro Código de Procedimientos Civiles (artículo 93), procuraremos ver cuá- les son los demás requisitos para poder impugnar las sentencias, apo- yándose en tal precepto.

c) Relncio'u ccmsal erttvc la colirsi611 y la se~ttcz~cia.-Desde luego, harernos inención de la relación causal que debe existir entre el fraude -colusión- y la sentencia. Debe, pues, probarse "la relación causal entre el dolo y la sentencia", 3 1 y no podría ser de otro modo, puesto qiie la sentencia es impugnada en tanto su sentido es producto de la mala fe de los litigantes. Si no obstante la mala fe no obtienen la sen- tencia pretendida, no habrá por qué atacar la resolución judicial.

d ) Relaciótt cairsal entre la sentencia y e2 daiio.-Pero además de la relación causal entre el dolo de las partes y la sentencia, habrá que probar que el daño que sufren los terceros - e n nuestro caso los acree- dores-, se debe a la sentencia misma; es decir, entre ésta y el daño debe existir, a su vez, un enlace causal. "No basta que los acreedores prueben el dolo, la colusión y la relación de causalidad entre éstos y la sentencia; es necesario que prueben el daño que les deriva de la sen- tencia impugnada, esto es, el perjuicio, el cual para los acreedores no puede consistir más que en el estado de insolvencia o semi-insolvencia, en que por efecto de la sentencia venga a encontrarse el deudor". 32

e) Aizterioridad del crédito.-Finalmente, debe mencionarse el re- quisito de la anterioridad del crédito como otro de los presupuestos de la impugnación, toda vez que no podría alegar perjuicio quien ha ad- quirido un derecho con posterioridad a la sentencia. Este principio se desprende ya del estudio relativo a quiénes son terceros. 33

30 "Realmente para el Derecho Alemán, donde no se conoce la oposición de tercero, se aplica a las sentencias obtenidas con fraude, la acción genérica de im- pugnación de los actos fraudulentos". ENRICO ALLORIO, Op. cit., nota 1 a la pág. 3 17.

31 CHIOVENDA, Op. c i t . T. 111, pag. 425. En el mismo sentido LIPARI, L'opposizione . . citado, pág. 9 8 .

3 2 LIPARI, L'Opposizione. . . citado, pág. 103.

33 LIPARI, L'Opposizione. . citado, pág. 102. En el mismo sentido, CHIOVENDA, Op. cit. T. 111, pág. 427.

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IV. Efectos a ,

Por cuanto a los efectos de la acción pauliana ap1icadír.a sentencias, nos remitirnos, al lugar en que tratamos esta materia en, @raeral, base tándonos, por ahora, citar la opinión de CHIOV~NDA, que al respecto dice : "En consecuencia, la sentencia que admite la oposicih -refirién- dose a la oposición revocatoria, designación que da la doctrina italiana, a la pauliana contra sentencias-, no destruye la cosa juzgada' entre las partes, sino que sólo impide que pueda dañar al terctro". 34

Podria parecer absurdo que se permita a los acreedores impugnar las sentencias que se han dictado en fraude de sus diirechos. Sin em- bargo, debe tenerse presente que si en ellas ha intervenido un órgano del Estado, la sentencia no es más que el producto ,de la voluntad de las partes, o de una de ellas, encamhada a obtener por medio de la misma, resultados que bien podrían conseguirse sin la,iatemención de1 juez. Acertadisima nos parece la asereración de FSRRAU alr respecto, al asentar : "Tal juicio, por último, puede. tener jurídicamente carácter fiduciario". 35 , . ! . ,

, t :

V . Conclusión , , . ,

Creemos, en resumen, que la legislación mexicana ha con&rado en el artículo 93 del Código de Procedimientos Civiles, la institución de la revocatoria o pauliana,~como medio de impugnar 1;s acreedores, toda clase de sentencias obtenida< &"fraude' de Sus deréihbs'. Sin em- bargo, ha omitido reglamentar la forma en que tal impugnación debe hacerse, apartándose con ello del sistema de las legislaciones francesa e italiana, que la establecieron como un caso de oposición zie tercero, y que debiera wr la forma más aceptable en nuestra legislircibn.

3 4 Op. cit. T. Ií1,'pág. 427. En el mismo sentido ALL'OR~O, al afirmar que: "Es un error que se comete a menudo. aquel de creer que la oposición de tercero no tenga efectos más que en las relaciones entre las partes y el oponente; esto es absolutamente cierto para la oposición revocatoria,, pero es absolutamente falso pa;a la ordinaria". Op. cit., pág. 310. E n contra. BETTI, sostiene que: "Entre ambaq hipótesis (oposición ex artículos 5 10 y 512 Cod. Proc. Civ. I t .) , la sentencia que acoge la oposición de los terceros elimina la eficacia de la decisión impugnada aún en contra de las partes, entre quienes fué pronunciada". Op. cit.. pág. 725.

35 La Simulación de los Negocios Jurídicos. Trad. de ia 5a Ed. italiana. por Rafael Atard y Juan A. de la Puente. "Revista de Derecho Privado". Madrid. 1931, pág. 441.

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