cuadernos del mundo actual. historia 16, nº 008, 1993 - la guerra de corea

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historia ~INFORMACION E HISTORIA, S. L.PRESIDENTE: Isabel de Azcárate.ADMINISTRADOR UNICO: Juan Tomás de Salas.DIRECTOR David Solar.SUBDIRECTOR: Javier Villalba.REDACCION Isabel Valcárcel, José María Solé Mariñoy Ana Bustelo.CONFECCION Guillermo L1orente.FOTOGRAFIA Juan Manuel Salaberl.Es una publicación del Grupo 16.REDACClüN y ADMINISTRACION: Madrid. HermanosGarcía Noblejas, 41, 6.0. 28037 Madrid. Teléfonos4072700-40741 OO.Barcelona: Paseo de San Gervasio, 8, entresuelo.08022 Barcelona Teléfono 4184779.SUSCRIPCIONES: Hermanos García Noblejas, 41.28037 Madrid. Teléfonos 268 04 03 - 02.

PUBLICIDAD MADRID Pilar Torija.IMPRIME: Rivadeneyra, S. ADISTRIBUYE: INDISA Rufino González, 34 bis.Teléfono 58631 OO. 28034 Madrid.ISBN: 84-7679-271-9Depósito legal: M-27.458-1993

- La historia más reciente patrocinadapor la empresamás avanzada.

CUADERNOS DEL

MUNDO ACTUALAngel eahamonde Magro, Julio Gil Pecharromán,

Elena Hernández Sandoica y Rosario de la Torre del RíoUniversidad Complutense

1. La historia de hoy. e 2. Las frágiles fronteras de Europa. e 3. La sociedad española de los años 40. e 4. Las revolu-ciones científicas. e 5. Orígenes de la guerra fría. e 6. La España aislada. e 7. México: de Lázaro Cárdenas ahoy. e 8. La guerra de Corea. e 9. Las ciudades. e 10. La ONU. e 11. La España del exilio. e 12. El Apart.heid. e 13. Keynes y las bases del pensamiento económico contemporáneo. e 14. El reparto del Asia otomana. e 15. A·lemania 1949·1989. e 16. USA, la caza de brujas .• 17. Los padres de Europa .• 18. Africa: tribus y Estados, el mitode las naciones africanas .• 19. España: «Mr. Marshalln.. 20. Indochina: de Dien Bien Fu a los jmeres ro·jos .• 21. Hollywood: el mundo del cine. e 22. La descolonización de Asia .• 23. Italia 1944·1992. e 24. Nas·ser .• 25. Bélgica. e 26. Bandung. e 27. Militares y política .• 28. El peronismo .• 29. Tito .• 30. El Japón de McArt·hur. e 31. El desorden monetario. e 32. La descolonización de Africa. e 33. De Gaulle. e 34. Canadá. e 35. Mujer ytrabajo ..• 36. Las guerras de Israel. .37. Hungría 1956 .• 38. Ghandi.. 39. El deporte de masas .• 40. La Cuba deCastro. e 41. El Ulster. e 42. La Aldea Global. Mass media, las nuevas comunicaciones. e 43. China, de Mao a la Re·volución cultural. .44. España: la emigración a Europa. e 45. El acomodo vaticano. e 46. Kennedy .• 47. El feminis·mo .• 48. El tratado de Roma. e 49. Argelia, de la independencia a la ilusión frustrada. e 50. Bad Godes·berg .• 51. Nehro .• 52. Kruschev. e 53. España, la revolución del 600 .• 54. El año 1968 .• 55. USA, el síndrome

, del Vietnam .• 56. Grecia, Z.• 57. El fenómeno Beatles. e 58. Praga 1968. e 59. El fin del mito del Che. e 60. W.Brandi. e 61. Hindúes y musulmanes .• 62. Portugal 1975. e 63. El Chile de Allende .• 64. La violencia política en Eu·ropa .• 65. El desarrollo del subdesarrollo. e 66. Filipinas. e 67. España, la muerte de Franco .• 68. La URSS de Brez·nev .• 69. La crisis del petróleo .• 70. La Gran Bretaña de Margaret Thatcher. e 71. El Japón actual. e 72. La transi·ción española .• 73. USA en la época Reagan .• 74. olof Palme, la socialdemocracia sueca. e 75. Alternativos y ver·des .• 76. América, la crisis del caudillismo. e 77. Los países de nueva industrialización .• 78. China, el postmaoís·mo. e 79. La crisis de los países del Este, el desarrollo de Solidarnosc en Polonia. e 80. Perú, Sendero Lumino·so. e 81. La Iglesia de Woytila .• 82. El Irán de Jomeini. e 83. La España del 23 F.• 84. Berlinguer, el eurocomunis·mo. e 85. Afganistán. e 86. España 1982·1993, el PSOE en el poder. e 87. Progresismo e integrismo. e 88. El peligronuclearlla mancha de ozono. e 89. Gorbachov, la perestroika y la ruptura de la URSS. e 90. La sociedad postindus·tria!. e 91. La guerra del Golfo. e 92. Los cambios en la Europa del Este: 1989. e 93. La OTAN hoy. e 94. La unifica·ción alemana. e 95. El SIDA. e 96. Yugoslavia. e 97. Hambre y revolución en el cuerno de Africa. e 98. Las últimas mi·graciones. e 99. Clinton. e 100. La España plural.

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INDICE

5El país de la calma matinal

8Dominación japonesa

9El paralelo 38 y las dos Coreas

10La URSS se anticipó

11El problema de Corea llega

a la ONU

13Caos en las relaciones

internacionales

14Rebelión en la ONU

16Seúl, en manos del Norte

23Contraofensiva fulgurante

24La guerra vuelve a la ONU

26La avalancha de los chinos

27Para Navidades ...

31Bibliografía

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La guerra de CoreaPor Pablo J. de Irazazábal

Periodista

Señor, acabamos de recibir noticias deSeúl. A las cuatro de esta madrugada fuer-tes contingentes norcoreanos han cruzado elparalelo 38.

Esta fue la llamada telefónica que, reali-zada por el oficial de servicio en el CuartelGeneral de las Fuerzas norteamericanas enel Japón, despertó al general de cinco estre-llas Douglas Mac Arthur, el domingo 25 dejunio de 1950. Mac Arthur era el comandan-te en jefe de dichas Fuerzas y, probablemen-te, el militar de más popularidad en los Es-tados Unidos por su victoria en el Pacíficoque llevó a la conclusión de la II GuerraMundial, en septiembre de 1945.

El país de la calma matinal

Carea era un país prácticamente desco-nocido para Occidente. En 1656 llegó a lazona un buque holandés, pero sus tripulan-tes no tuvieron buena suerte. La mayor par-te murió a manos de los coreanos y los 36supervivientes fueron hechos prisioneros.Sin embargo, uno de los líderes de la expe-dición, Hendrik Hamel, y siete compañerospudieron escapar trece años después y vol-ver a casa. Hamel escribió un libro con sus

impresiones personales. La acción posteriorde los misioneros y el trabajo de los histo-riadores han superado las vaguedades anec-dóticas que se conocían hasta casi finales delsiglo XIX:

----:que era un país pobre en el que se uti-lizaban como abono los excrementos huma-nos,

- que su historia se veía absolutamentecondicionada, mejor, dominada, por sus ve-cinos más poderosos y, en especial, por Chi-na y Japón,

- que una de sus aportaciones cultura-les fue la utilización del tipo móvil de im-prenta en 1234, es decir, doscientos añosantes que Gutenberg y

- que los amantes de la poesía llama-ban a Carea el país de la calma matinal.

En sus inicios, la historia se mezcla con lamitología, y esto no puede extrañamos a losdescendientes de una cultura grecolatina.Unos ochocientos años antes de Cristo se si-túa la fundación del más adelantado de losestados conocidos: el de Choson, en el va-lle del río Taedong. La leyenda dice queHwanung, hijo de los Cielos, descendió a latierra y se casó con una fornida muchacha,de la que nació Tan'gun, quien fundó Cho-son. Tan'gun se llamó siempre a sí mismonieto de los cielos.

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Choson se constituyó en cabeza de variasagrupaciones tribales menores que fueronnaciendo a las orillas de los ríos Taedong yLiao. Pero no resistió el poder de China. Ha-cia el año 194 antes de Cristo un expulsadochino, Wiman, se convirtió en caudillo deChoson, pero toda su tarea fue absorbidapor el Imperio Han y Choson fue reempla-zado por cuatro colonias chinas.

Siguiendo el ejemplo de Choson -inclu-so en sus asentamientos en los valles de losríos- fueron naciendo otras organizacionesque derivaron hasta la configuración de rei-nos. Al tiempo que los bárbaros azotaban eltambaleante Imperio Romano, en la penín-sula de Corea se localizan tres reinos califi-cados como conflictivos:

- Koguryo, fundado por Kojumong, enel año 37,

- Paekche, fundado por Onjo, en el 18

- Silla, fundado por Pak Hyokkose, enel 57.

Los tres tuvieron muchos rasgos en co-mún y se desarrollaron casi de manera se-mejante a los pueblos europeos: con unRey, un cuerpo de nobles o aristócratas yviendo hacer su aparición a las clases socia-les. Silla disponía, además, de una conferen-cia de estados -en cierto modo, un Sena-do- que tuvo especial relevancia en las de-cisiones del reino.

Silla, con ayuda de los chinos, conquistóPaekche en el 660 y Koguryo en el 668.Ocho años después expulsó a sus aliadoschinos y reunificó, así, la península coreana.Los derrotados Koguryo hallaron refugio enManchuria y establecieron el reducto de Par-hae, bajo el mando de Dae Cho-yong, paralanzar desde allí continuos ataques contraSilla. Se inicia un enfrentamiento de Nortecontra Sur que podría considerarse como unremotísimo precedente de los que habríande producirse mil cuatrocientos años des-pués.

Los conflictos de la nobleza -que au-menta en riqueza y poder- con la Monar-quía dirigente son paralelos a los que nutrenla historia occidental y propician la desapa-rición de Silla y su sustitución por un nuevoreino unificado, el de Koryo, fundado en918 por Wang Kon sobre Sonkag (Kaesong)

y que aparece ya consolidado a partir delaño 936.

El reino de Koryo

Koryo, que recogía mucho de la clase di-rigente de Silla, se constituyó en una oligar-quía aristocrática que mantenía al Rey comoun símbolo y creaba una importante orga-nización en la que destacaba el SupremoConsejo de Estado, formado por el Sam-song, o máximo cuerpo administrativo, y elChungchuwon o Secretariado del Rey. Con-vivían, sin demasiados problemas, dos for-mas religiosas: el Budismo y el Confucianis-mo.

La discriminación ejercida por los políti-cos civiles contra los militares propició ungolpe de Estado en 1170 que llevó al poderal general Ch'oe Ch'ung-hon y al estableci-miento de un régimen militar en el que elRey siguió perdiendo atribuciones y el Bu-dismo, suprimido, se refugió en las monta-ñas para dar origen a una secta nacional, lla-mada Choge-jong.

Ch' oe, más preocupado por su seguridadpersonal que por otras razones de Estado,acabó por generar una revuelta popular dela que se aprovecharon los mongoles. Unainvasión de éstos en 1231 desató la guerra.Los habitantes de Koryo se defendieron conuna bravura formidable durante 30 años yes posible que hubieran derrotado a losgrandes dominadores de Eurasia de no serporque la revuelta interna combatía más aCh' oe y sus ejércitos privados que a los in-vasores. Resurgieron los civiles, terminaroncon la estructura militar de Koryo y firma-ron un tratado de paz con los mongoles.

La nueva situación -de independenciacondicionada- sentó las bases para un fu-turo en el que desapareció la dinastía Koryoy fue sustituida por la Yi. Se adoptó oficial-mente el Confucianismo y se creó la capitaldel Estado: Hanyang, la actual Seúl.

Los Yi, que reinaron a partir de 1392, tu-vieron 26 monarcas y se mantuvieron en elpoder hasta 1910 en que Japón se anexio-nó Corea. Florecieron las artes, las ciencias,la investigación y los centros de enseñanza.

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Se creó una Academia Real, surgieron es-cuelas de pensamiento y debate y se forma-ron cuadros de dirigentes.

Desgraciadamente la voracidad de los ve-cinos hizo que los carean os tuvieran que en-frentarse a los japoneses y a los manchúes.

También a la llegada de los lejanos visitan-tes europeos, entre los que figuraban losmás pacíficos y positivos misioneros. En elsigfo XVIII, que es una era de despegue paraCarea, el catolicismo hizo sus primeros pro-sélitos. El enfrentamiento con los confucia-

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nistas fue inmediato y las persecuciones a iaIglesia, sistematizadas en los años 1801,1839 Y 1866. La religión católica se asentófundamentalmente entre los campesinos.

Los finales del siglo XIX y principios del XXmarcan dos signos convergentes: la debili-dad interna de las estructuras coreanas y lacreciente fortaleza expansionista de Japón.Un tercer factor acabaría de completar elcuadro: la presencia de Rusia.

La rebelión de los boxer en China dio piea la invasión rusa de Marichuria y originó laguerra ruso-japonesa de 1904-1905. En esteconflicto 'los coreanos se mantuvieron ini-cialmente neutrales pero, presionados porJapón, acabaron por aceptar que su suelopatrio fuese utilizado como lanzamiento delas acciones bélicas japonesas. La victoriadel Imperio del Sol naciente en 1905 llevóal Tratado general de Portsmouth (septiem-

bre), firmadopor mediaciónde Estados Uni-dos, por el queCorea reconocíala hegemonía ja-ponesa.

Animado porsu victoria, Tok-yo forzó al em-perador corea-no Kojong a fir-mar -en di-ciembre del mis-mo año- unnuevo Tratadobilateral por el

que Corea admitía convertirse en un protec-torado bajo dominio japonés.

Kojong hizo lo imposible por modificaresta situación: envió emisarios secretos a laConferencia de La Haya; intercedió ante lasgrandes potencias para que convenciesen aJapón de lo injusto de su dominio y favore-ció las agrupaciones independentistas nacio-nales. Pero todo falló y Japón, enfurecido,obligó a Kojong a abdicar en su hijo Sun-jong, desmanteló el ejército coreano y, en1910, se anexionó definitivamente Corea.

Los linales del XIXy principios del XXmarcaron dossignos: la debilidadcoreana y lafortalezaexpansionisla deJapón

Dominación japonesa

La dominación colonialista japonesa fueferoz, Creó un Gobierno general militar enSeúl, privó a los coreanos de los derechos

fundamentales de libertad de expreSlon yasociación, persiguió la lengua, la cultura yla organización del suelo y convirtió a los co-reanos en esclavos a su servicio.

Pero cuanto más dura era la represión,más animosa crecía la voluntad coreana deindependencia nacional. Pocos días despuésde la muerte del emperador Kojong, a quiense veneraba como símbolo supremo de esasansias independentistas, el 1 de marzo de1919 se produjo una manifestación nacio-nal que agrupó a dos millones de personas.

Todo empezó con un acto cargado desimbolismo: 33 dirigentes de la resistenciacoreana -entre ellos Syngman Rhee- sereunieron en el restaurante de Seúl La Lunabrillante para celebrar la última comida jun-tos. Leyeron en voz alta la proclama de in-dependencia que previamente habían re-dactado, la firmaron con sus nombres ador-nados de flores y... llamaron a la policía.

Simultáneamente en todo el país surgie-ron las manifestaciones - hasta los dos mi-llones de personas citadas- que ondeabanla prohibida bandera coreana y copias de ladeclaración de independencia. Copias ybanderas habían sido llevadas por las mu-chachas de Corea bajo sus túnicas para bur-lar la severa vigilancia de los dominadoresjaponeses.

Inicialmente las autoridades colonialistasse comportaron con cierta magnanimidad.Procedieron a la detención de algunas per-sonas, pero no las trataron con violencia.Sin embargo, semanas después la acción re-presiva fue brutal. El número de detenidosascendió a 47.000, de los cuales 10.500 fue-ron asesinados y 23.000 sufrieron heridasgraves.

En abril, un mes después, Syngman Rheey otros dos independentistas -Ch'ang-ho yKim Ku-, escapados de la redada japone- ,sa, formaron en Shanghai (China) un go-bierno coreano' en el exilio, iniciaron la' or-ganización de los miles de coreanos que sehabían visto obligados a huir de su patria yconsiguieron establecer una muy eficazcoordinación con los líderes resistentes delinterior de Corea.

La llama sagrada de la independencia fuemantenida por periódicos como Dong-a Ilboo Chosun Ilbo, por los estudiantes, los no-

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velistas y, muy especialmente por el llama-do Nuevo Cuadro, organización en la quese integraban todos los sectores intelectua-les de Corea. Ellos fueron los que propicia-ron manifestaciones populares como la deSeúl en 1926 -aprovechando el funeral delemperador Sunjong- o la de Kwangju, el11 de noviembre de 1929.

El paralelo 38 y las dos Coreas

Los intentos japoneses de reprimir la re-sistencia coreana se vieron obstaculizadospor dos fechas históricas: la guerra chino-ja-ponesa de 1937 y, sobre todo, la II GuerraMundial en 1941, después del ataque a laFlota norteamericana en Pearl Harbor.

En el desarrollo de ésta, cuando los japo-neses ocuparon Shanghai, el gobierno co-reano en el exilio se vio obligado a despla-zarse a Chungking. Desde allí promovió laformación de un pequeño ejército de libera-ción que, en 1942, declaró la guerra a Ja-pón y luchó con las fuerzas aliadas hasta larendición japonesa de septiembre de 1945.Se terminaban ahora los 36 años de opre-

sión que había soportado el pueblo coreano.En la Declaración de El Cairo de 1 de di-

ciembre de 1943 Estados Unidos, el ReinoUnido de Gran Bretaña y China afirmabanque: a su debido tiempo Carea se converti-rá en libre e independiente. El Gobiernoprovisional coreano de Chungking pidióprecisiones sobre esa vaga frase. ¿Cuál erasu debido tiempo? La respuesta jamás llegó.

El presidente norteamericano Franklin D.Roosevelt propuso al mariscal soviético Jo-sef Stalin en la Conferencia Cumbre de Yal-ta (4-12 de febrero de 1945) que se consti-tuyese un Comité de tutela para Corea, in-tegrado por cuatro potencias: Estados Uni-dos, la Unión Soviética, el Reino Unido deGran Bretaña y China. Stalin se mostró con-forme con la propuesta, pero no se llegó aun acuerdo formal.

En la Conferencia de Potsdam (17 de ju-lio a 2 de agosto de 1945) los norteameri-canos pr-esionaron a los soviéticos para queentraran en guerra con Japón. Stalin pidióque los norteamericanos hicieran un desem-barco masivo en Corea, a lo que se nega-ron los ayudantes militares de Truman porconsiderarlo inviable. Pero, en la declara-ción oficial de la Conferencia, se habla de

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Carea, para decir que su independencia sellevará a cabo de acuerdo con lo firmado enEl Cairo. Es decir, se mantiene la ambigüe-dad, pero lo que queda fuera de toda dudaes que la Unión Soviética apoya decidida-mente la independencia coreana.

Los soviéticos entraron, efectivamente, enguerra la noche del 8 al 9 d~ agosto ge 1945y enviaron tropas a Manchuria que se tras-

. ladaron al norte de Carea. El 9 los EstadosUnidos lanzaban su segunda bomba nuclearsobre la ciudad de Nagasaki y los japonesesofrecían inmediatamente su rendición.

De acuerdo con conversaciones técnicasprevias, la Orden General número 1 de 11de agosto fijaba que las tropas japonesasque se encontrasen al norte del paralelo 38de latitud se rendirían al comandante sovié-tico, mientras que las que se encontrasen alsur de dicho paralelo lo harían al coman-danté de Estados Unidos. La Orden decíatambién que el único gobierno de Carea erael militar. Y así lo mantendría, a rajatabla,el comandante de las Fuerzas norteamerica-nas, teniente general John R. Hodge.

La URSS se anticipó

La Unión Soviética no hizo objeción algu-na a la Orden del 11 de agosto. Pero Wash-ington se movió con cierta lentitud: las tro-pas llegaron al sur del paralelo 38 el 8 deseptiembre y un día después recibían enSeúl la rendición de los japoneses. Los so-viéticos llevaban ya un mes en la zona y te-nían acceso directo al norte de Carea porvecindad geográfica.

La fijación del paralelo 38 ha sido objetode arduas discusiones. Para muchos jamásse habría pensado en esa línea -totalmen-te artificial- como una frontera de separa-ción de dos países que, además, no existían.En principio -dice Christian Zentner- di-cha línea no sirvió más que para evitar la po-sibilidad de que, con las ya derrotadas tro-pas japonesas a punto de capitular, los ru-sos dispararan por error contra los nortea-mericanos y viceversa.

Pero también hay quien estima que en lamente de las autoridades norteamericanas-después de la experiencia reciente de loocurrido en Europa - sí estaba la fijación deun límite, artificial o no, para frenar la ex-pansión de los soviéticos en las mesas de ne-gociación.

En cualquier caso, los soviéticos se encar-garon de hacer que el paralelo 38 se convir-tiera en frontera y los acontecimientos pos-teriores tuvieron que enfrentarse con esarealidad.

Por supuesto, los más desconcertadosfueron los propios coreanos, que intentarontímidos esfuerzos para organizar sus destinoscomo nación independiente y encontraronla oposición ordenancista del general Hod-ge, aferrado al único gobierno militar evo-cado el 11 de agosto.

Tutela por cinco años

Entonces se resucitó la conversación queRoosevelt y Stalin habían mantenido en Yal-ta sobre el Comité de Tutela, y en la Con-ferencia celebrada en Moscú por los tres mi-

Douglas Mac ArthurNacido en Little Rock, Arkansas, el 26 de enero de 1880 y muerto enWashington D.C., el 5 de abril de 1964. Salió de la Academia de WestPoint con el grado de comandante. Combatió como coronel en la Prime-ra Guerra Mundial, fue herido dos veces y promovido a general de bri-gada en 1918. Jefe del Estado Mayor en 1930 fue el más joven que llegóa ese cargo en la historia militar de EE.UU. Se retiró del Ejército en1937, pero fue l1amado de nuevo al entrar su país en la Segunda GuerraMundial, en 1941. Como general de cuatro estrel1as fue nombrado co-mandante en jefe de las Fuerzas del Pacífico y su éxito en esta empresale valió la quinta. Comandante de la ocupación en Japón, ayudó a de-mocratizar este país. Dirigió las tropas de la ONU en Corea hasta su des-titución en abril de 1951. Hombre de carácter vivo y muy particular, fuel1amado procónsuJ o virrey del Pacífico.

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nistros de Asuntos Exteriores de los Grandes- Estados Unidos, Unión Soviética y ReinoUnido de Gran Bretaña- se decidió la crea-ción de dicha tutela a cargo de cuatro po-tencias (China sería la cuarta) por un perío-do de cinco años.

La irritación de los coreanos fue tan fuer-te que el Gobierno militar se vio obligado ala creación -el 14 de febrero de 1946- deun Consejo Democrático Representativo,cuerpo asesor del mismo Gobierno, e inte-grado por coreanos. Fue designado presi-dente de este Consejo Syngman Rhee, elantiguo presidente del Gobierno careano enel exilio.

Los norteamericanos pretendieron avan-zar un paso más y en el mes de octubre pro-movieron una Asamblea Legislativa Provi-sional cuyos miembros habrían de ser elegi-dos, par mitad, por el pueblo y el Gobiernomilitar. Las atribuciones concedidas a laAsamblea no pasaban más allá de peque-ños asuntos de administración y estaba so-metida al veto del Gobierno. La Asambleaquiso excederse en sus funciones y conde-nó el sistema de Tutela establecido. Inme-diatamente el Gobierno militar vetó la de-claración calificándola de ilegal.

Entretando, los soviéticos no perdían eltiempo y establecieron un Gobierno en la

que ya se empezó a denominar de maneraabierta Corea del Norte. Los comunistascrearon el Comité Ejecutivo del Pueblo dela provincia de Hamgyong del Sur, que fueinmediatamente reconocido par la URSScomo verdadero Gobierno, evitándose así lanecesidad de formar uno militar, semejanteal que, tan tenazmente, defendía el generalHodge. Esta ficción tomó, en octubre de1945, el nombre de Oficina de Administra-ción de Cinco provincias y, en febrero de1946, el de Comité Provisional del Pueblopara Corea del Norte.

A su frente situaron a Kim Il-sung, coman-dante del Ejército Rojo y primer secretariodel Partido Comunista de Carea a quien ha-bían presentado previamente como un hé-roe de guerra. En menos de un año se ha-bía consolidado el Partido de los Trabajado-res de Carea del Norte y se había estableci-do una Asamblea Suprema del Pueblo.

El problema de Coreallega a la ONU

Ante la falta de acuerdo entre soviéticos ynorteamericanos para la reunificación de lapenínsula careana, el Gobierno de los Esta-

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dos Unidos llevó el problema a la recién na-cida ONU. La Asamblea General adoptóuna resolución, a propuesta de Estados Uni-dos, con estos puntos:

- Celebración de elecciones generalesen Carea bajo la observación de una Comi-sión Temporal de la ONU creada aJ efecto.

- Los elegidos formarían una AsambleaNacional cuyas tareas inmediatas serían:

establecimiento de un Gobiernopreparación de un acuerdo con las

potencias ocupantes para la retirada de lasfuerzas de ocupación.

La Unión Soviética ni siquiera se molestóen rechazar la resolución.

Simplemente prohibió la entrada de loscomponentes de la Comisión de supervisiónen Carea del Norte.

El Sur celebró las elec-ciones -aunque no erael espíritu de la resolu-ción que se realizasenpor separado- ellO demayo de 1948. La

. Asamblea Nacional quesalió de las urnas se reu-nió el 31 de mayo ynombró a SyngmanRhee su presidente. Deinmediato elaboró unaCql)lstitución, la aprobóy Rhee pasó a presiden-te del país. La declara-ción de nacimiento delnuevo país se llevó a efecto el día 15 deagosto de 1948.

En la siguiente sesión ordinaria de laAsamblea General de la ONU, el 12 de di-ciembre, la organización internacional afir-maba que la República de Corea era el úni-co representante legítimo de Carea.

Tampoco en esta ocasión los soviéticos semolestaron en discutir. La Asamblea Supre-ma del Pueblo, en el Norte, había elabora-do su propia Constitución. El Comité dio suvisto bueno en abril de 1948 y convocó suselecciones particulares con lista cerrada y...única. Kim Il-sung fue elegido presidente dela República Popular que fue proclamada el9 de septiembre de ese mismo año de 1948.Moscú se apresuró a declarar que éste erael único gobierno legítimo de Carea.

La división entre el Norte y el Sur se con-vertía en una certeza, incluso para la nego-ciación internacional. Y el enfrentamientobipolar -USA-URSS- de la guerra fría ga-naba en argumentos.

Ahora hacían su aparición los temas mili-tares. La URSS anunció la retirada de sustropas el 1 de enero de 1949. Los EstadosUnidos no 10 hicieron hasta el 29 de juniode ese mismo año. Pero las circunstanciasno podían admitir comparación.

La división como realidadconsumada

La Unión Soviética había organizado, encolaboración con los coreanos del norte, unejército de 20.000 hombres entrenados que

.pasaron a ser, primero -en agosto de1946- Ejército de Carea del Norte y, des-

pués -febrero de1948- Ejército Popularde Corea, que se habíamultiplicado hasta alcan-zar la cifra de 135.000soldados. Al marcharselos soviéticos dejaron uncuerpo de monitores-150 por cada Divi-sión - para la formaciónbélica. Desde 1946 milesde carean os del nortehabían marchado a lasAcademias militares dela URSS con idéntico

i propósito. Pekín aportó12.000 soldados de Co-

rea, que se encontraban en suelo chino,como refuerzo del Ejército Popular. La ayu-da material de los países comunistas estabagarantizada por un acuerdo de 17 de marzode 1949 en el que se especificaban las ar-mas pesadas.

Tres semanas antes de la retirada de lasfuerzas de los Estados Unidos el presidenteTruman envió un Mensaje al Congreso pre-sentando el caso de Carea como un ejem-plo de la confrontación ideológica con laURSS y pidiendo, en consecuencia, que sevotara una ayuda a Carea del Sur. El 29 dejunio, como ya queda dicho, se marcharonlos soldados norteamericanos dejando ensuelo de Carea un grupo de 500 asesores.El 6 de octubre de 1949 el Congreso de losEstados Unidos autorizaba una ayuda, parael año fiscal de 1950 y con la posibilidad deaumentar el plazo en dos años más, dividi-da así:

Militar 10.200.000 $- Económica 110.000.000 $

El ataque por sorpresa del25 de junio puso de

relieve la situación decaos que reinaba en las

, relaciones internacionalescinco años después determinada la 11Guerra

Mundial

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El 15 de marzo de 1950 se concedió unaayuda para gastos militares suplementariade 10.970.000 $.

Estas eran las circunstancias en Coreacuando se produjo la invasión de los norco-reanos sobre el paralelo 38.

Caos en las relacionesinternacionales

El ataque por sorpresa del 25 de juniopuso de relieve la situación de caos que rei-naba en las relaciones internacionales cincoaños después de terminada la II GuerraMundial. Moscú llegó a afirmar que los fas-cistas surcoreanos habían agredido a la po-

blación del Norte y que ésta se había vistoobligada a repeler la agresión. El argumen-to fue válido para la propaganda de todoslos países comunistas del mundo. Pero noresistía el mínimo análisis, ni aun ·teniendoen cuenta las agresivas declaraciones delpresidente surcoreano, Syngman Rhee,quien, para disimular las dificultades inter-nas del país, políticas y económicas, amena-zaba siempre con invadir el Norte.

Carea del Sur -escribe el General MacArthur e-nsus Memorias- disponía de cua-tro Divisiones, integradas por hombres vale-rosos y Fielesa su Patria. Sólo tenían armasligeras, sin aviación ni barcos de guerra,muy pocos carros y otros medios de com-bate. El hecho era que una fuerza de poli-cía -no pasaba de ser eso- instruida por

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nosotros, con algo más que fusiles, se halla-ba frente al Ejército norcoreano, adiestradopor los soviéticos y dotado de armas moder-nas.

Los soviéticos lograron disimular muybien sus intenciones ofensivas. A 10 largo delparalelo 38 desplegaron varias unidades conunos pocos carros de combate, una fuerzasimilar a la surcoreana. Pero más atrás te-nían concentradas poderosas unidades conarmas pesadas, -entre ellas los más recientesmodelos de carros de combate soviéticos- T-34 Y Stalin-. En primer lugar, las tro-pas ligeras cruzaron la línea divisoria y sedesplegaron a derecha e izquierda. Luego,por el centro, avanzó el grueso de las fuer-zas con las armas pesadas.

La revisión de las declaraciones realizadaspor autoridades norteamericanas durante elaño 1949 y la primera mitad de 1950 da piea pensar hoy que se estaba invitando a lossoviéticos a emprender la invasión. El pro-pio Mac Arthur había dicho a un periodistabritánico -el1 de marzo de 1949- que loimportante era defender Japón y Filipinas.

Más concreto fue el secretario de Estado,Dean Acheson, quien declaró en el Club Na-cional de Prensa de Washington, el 12 deenero de 1950, que la línea defensiva de losEstados Unidos iba de las islas Aleutianas aJapón, a las Riu-Kiu y a las Filipinas. Por 10que se refiere a la seguridad militar de lasotras regiones del Pacífico -añadió- estáclaro que nadie puede garantizar su seguri-dad frente a un ataque militar.

Cuando el presidente Harry S. Trumantuvo noticias del ataque en Carea, pidió aAcheson que forzase una reunión de urgen-cia del Consejo de Seguridad de la ONU. El

Consejo, olvidando el descanso dominical,se reunió la misma tarde del 25 de junio.Compuesto entonces por once miembros-actualmente son quince desde-la reformade 1965-, acudieron diez. El undécimo erala URSS, que llevaba media docena de me-ses boicoteando a la Organización universal.El 13 de enero de ese mismo año 1950 eldelegado soviético, Jacob Malik, había he-cho público que no participaría en las tareasdel Consejo mientras permaneciera en él elrepresentante del grupo del Kuomintang.

Dicho de otra manera, la URSS acusabaa la China nacionalista (Formosa-Taiwan)de ser un falso representante de los intere-ses de los chinos, que deberían ser defendi-dos por la China continental comunista deMao Zedong (Mao Tse-tung). Como sesabe, esta tesis se aceptó casi un cuarto desiglo después, en 1972, de modo que la Chi-na de Beijing (Pekin) pasó de estar ausentea ser uno de los cinco miembros permanen-tes del Consejo de Seguridad.

La ausencia de Malik permitió que pros-perase una resolución - por 9 votos a O yla abstención de Yugoslavia- condenandola invasión norcoreana y pidiendo la retira-da de las tropas de Pyongyang (la capitalnarcoreana) a su situación anterior por en-cima del paralelo 38.

El Consejo de Seguridad de las NacionesUnidas se encontraba prácticamente parali-zado desde su creación, por la concesion delveto que figura en el artículo 27 de la Carta

Syngman RheePrimer presidente de la República de Corea. Nació el26 de abril de 1875en Whanghae y murió el 19 de julio de 1965 en Honolulú. Se educó almodo tradicional clásico de su país, pero luego entró en la Escuela Me·todista, en donde aprendió inglés. Fogoso nacionalista desde joven, seconvirtió al cristianismo y en 1896 formó con otros jóvenes el Club dela Independencia. La extrema derecha destrozó el Club y Rhee fue en·carcelado hasta el año 1904. Se exilió a Estados Unidos, en donde sedoctoró. Volvió a Corea en 1910, el año en que Japón realizó la anexión.Nuevamente viajó a EE.UU. en 1912. Luchó incansable por la indepen.dencia y fue jefe de Gobierno en el exilio chino hasta ser elegido en 1948presidente de la República de Corea. Reelegido en 1952, 1956 Y 1960,se convirtió en un auténtico dictador y se vio obligado a renunciar poruna fuerte protesta estudiantil.

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fundacional a los cinco miembros perma-nentes (Estados Unidos, la URSS, el ReinoUnido de Gran Bretaña, Francia y China).En ese artículo se dice que las decisiones delConsejo sobre cuestiones que no sean deprocedimiento deberán ser adoptadas porun voto afirmativo de siete de sus miembros,comprendidos los votos de todos los miem-bros permanentes.

La interpretación estricta de la palabracomprendidos estaba sustituida, en la prác-tica, por la falta de un voto negativo. Demodo que la ausencia de la Unión Soviéti-ca permitía la aprobación de la resolución.Como ocurriría dos días después, el 27 dejunio, cuando el Consejo -a petición deldelegado norteamericano, Warren Austin-pasó, por 7 votos afirmativos, 1 negativo(Yugoslavia) y 2 abstenciones (India y Egip-to), una nueva resolución en la que se invi-taba a todos los miembros de la ONU a

aportar a la República de Carea toda la ayu-da necesaria para rechazar a los asaitantes.

Antes de que las Naciones Unidas se pu-siesen en marcha el presidente Trumantomó sus precauciones para hacer frente, nosólo al problema de Corea, sino al de todoel Sudeste asiático y, en general, a la filoso-fía de contención, propugnada por GeorgesKennan, en aquellos especiales momentosde la Guerra Fría. Las decisiones inmedia-tas de Truman -que se encontraba disfru-tando del fin de semana en Missouri- fue-ron éstas:

- Evacuación de los norteamericanosque se-encontrasen en Corea, incluidos los500 asesores militares adscritos al ejércitocoreano.

- Cobertura de protección aérea y ma-rítima proporcionada por Mac Arthur desdesu Mando del Pacífico pero sin traspasadoslímites del paralelo 38.

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- Traslado de la VIIFlota, que se encon-traba en Japón, al estrecho de Formosa,para evitar la posible extensión del conflictoa la China nacionalista (con la intenciónañadida - pero no declarada - de evitarque los nacionalistas chinos aprovechasen laocasión para lanzar sus tropas sobre-la Chi-na continental y provocasen la inmediataentrada de este país en la guerra).

- Reforzamiento de todas las defensasde las islas Filipinas.

- Aumento del apoyo a las tropas fran-cesas que luchaban en la península indochi-na desde 1946.

del norte, escapaban para cruzar el Han, unrío que, en su momento, el Cuartel Generalde Tokyo había creído podía servir de barre-ra defensiva. El 29 de junio -sigue relatan-do Ridgway- el comandante en jefe, gene-ralMac Arthur, actuando como acostumbra-ba hacerla, sin pensar en su riesgo personal,hizo un reconocimiento que le convenció deque no podría realizarse una contención sinel apoyo de un refuerzo masivo. Mac Arthury siete oficiales de alto rango de su EstadoMayor -entre los que se incluían los gene-rales Edward M. Almond y George E. Stra-temeyer- volaron de Tokyo a Suwon, 3Dkilómetros al sur de Seúl, y fueron informa-dos en el Cuartel General del Alto MandoAvanzado por dos oficiales del grupo de ase-sores del Ejército careano, que acababan dellegar de Seúl. Acompañado por ellos y elstaff, el comandante en jefe bordeó el ríoHan, contemplando la desbandada de losrefugiados, sus enseres, los camiones destro-zados ...

Desde una colina divisó el panorama delValle del Han. E, inmediatamente, envió unradiograma a la Junta de jefes de EstadoMayor: Las fuerzas surcoreanas se encuen-tran en un estado de confusión, no luchanrealmente y les falta un liderazgo... Son in-capaces de tomar la iniciativa...

Aunque sean reiterativas, merece la penarecoger las impresiones del propio Mac Art-hur, escritas en sus Reminiscencias o Memo-rias:

... Por último abordé un jeep y, bajo'con-tinuos ataques aéreos, me dirigí hacia el ríoHan, al norte, encontrando a mi paso a unEjército derrotado. Allí tropezamos con fuer-zas de retaguardia surcoreanas que tratabande defender unos puentes.

El panorama era es-tremecedor. Al otro ladodel Han (que tambiéndiscurre por Seúl, la ca-pital), vimos que ésta,ocupada ya por el ene-migo, era un humeantemar de llamas. Junto alos puentes llovían lasgranadas del enemigo.Por todas partes se veíansoldados en retirada, sedestacaban las cruces ro-jas de las ambulanciasrepletas de hombres he-ridos. En el aire silbabanlos proyectiles anuncian-

Al sur del paralelo 38 la situación era de-sesperada para los surcoreanos, incapacesde contener la invasión de los 150 carros decombate que el Ejército del Norte habíapuesto como punta de lanza. El día 28 de ju-nio - tres después del inicio de la invasióri-los norcoreanos tomaban Seúl. La bravurade la 1.a División del Ejército de Carea delSur fue insuficiente. Una compañía de In-fantería, situada en una colina estratégica,defendió su posición hasta la muerte de suúltimo hombre.

El general norteamericano Matthew B.Ridgway relata así la situación:

En las primeras horas del 28 de junio elNKPA -acrónimo utilizado para designar alNorth Korean People's Army, es decir, Ejér-cito de la República Popular de Corea delNorte; de la misma manera que se utilizabael de ROKA, República of Korea Army, parahablar del Ejército de la República de Co-rea o Corea del Sur-llegaba a Seúl, en dondelos incendios se multipli-caban por todas partes yempezaban a mostrarselas banderas del norte.Con la pérdida de Seúl-el corazón cultural,político, psicológico ycentro de comunicacio-nes de la nueva Repúbli-ca -, toda la resistenciaefectiva quedaba colap-sada y los hombres delROKA, entre los que semezclaban extranjeros einfiltrados entrenados

«Por último abordé unjeep y, bajo continuos

ataques aéreos, me dirigí i

hacia el río Han,encontrando a mi paso a

un Ejército derrotado. Allítropezamos con fuerzas

de retaguardia»

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LA GUERRADE COREA (1)

---+ Ofensivas norcoreanas, 6/8·1950- Frente, 5-8/16-9-1950

---+ Contraofensivas de las tropas...• de la ONU, 9/11-1950-- Frente, 26-10-1950

........• Frente, 2-11-1950

9 Operaciones de paracaidistas .- --

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...••••••••,,,,,,,,

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do la muerte, y la desolación se había adue-ñado del campo de batalla. Por si esto fue- .ra poco, una verdadera oleada de refugia-dos taponaba las carreteras. Sin proferir lamenor queja, marchaban hacia el Sur, lle-vando a hombros sus escasas pertenenciasy de la mano a los niños, con los ojos muyabiertos por el miedo; eran los representan-tes de un pueblo orgulloso y duro, habitua-do durante siglos a vivir cerca del desastre.

(En este punto, y sin dejar de reconocerla situación de desastre bélico, el generalRidgway hace notar otra descripción de laescena, presentada por el general Almond,quien se encontraba aliado de Mac Arthur,según la cual las tropas que él vio no esta-ban andrajosas o desorganizadas, sino quetodos sonreían, todos llevaban su fusil, to-dos portaban las cartucheras repletas de mu-nición y todos saludaban. Especialmente re-

. chaza la idea deque fueran rese-cos por el polvoporque habíallovido inin-terrumpidamen-te durante las úl-timas doce ho-ras).

MientrasSyngman Rhe ysu gobierno setrasladabantambién hacia elsur, a Taejong,Mac Arthur soli-citó del presi-

dente Truman dos apoyos:- El envío de fuerzas de Infantería para

poder reorganizar el desorden observado.- La autorización para bombardear ob-

jetivos de Corea del Norte.La respuesta de Truman fue un sía la pri-

mera -porque la Resolución del Consejode Seguridad de 27 de junio lo autorizaba-y un no, rotundo, a la segunda. Los bom-bardeos no podrían ir más allá del paralelo38 y, por tanto, se limitaban a la vigilanciade las rutas de abastecimiento de las fuerzasinvasoras.

Además, en el envío de las tropas de in-fantería, hubo ya un importante roce entreel presidente y el general Mac Arthur, queprobablemente por razones de rapidez estra-tégica, sugirió el envío de 33.000 soldadosque el presidente formosano, Chiang Khai-sek, estaba dispuesto a poner a disposición

Tampoco pudocontar Mac Artburcon fuerzas deHawaii J! el primercontingente quellegó a Corea fue laFuerza de choqueSmith

de los norteamericanos. Truman se opusotajantemente para no introducir un nuevofactor que hubiera perturbado, sin duda, lasrelaciones internacionales en aquel momen-to.

Tampoco pudo contar Mac Arthur confuerzas de Hawaii y el primer contingente delos Estados Unidos que llegó a Corea fue laFuerza de choque Smith, avanzadilla de lascuatro Divisiones del 8.° Ejército que se en-contraba en Japón. Así la describe el gene-ral Ridgway:

Esta era la Fuerza de choque Smith, lla-mada de este modo por su jefe, el tenientecoronel C. B. Smith, y que durante variosamargos días constituyó toda la fuerza lu-chadora de los Estados Unidos en el campode batalla. Estaba compuesta exactamentepor 500 hombres: 2 compañías de fusileros,2 pelotones de morteros 4.2 (que pasabanpor ser la artillería), solamente 1 de 75 mm,un grupo de fusiles sin retroceso y 6 equi-pos de bazookas 2.36. La Fuerza de choqueSmith no tenía reservas, ni proyectiles capa-ces de dañar los fuertes blindados de loscarros y nada para combatir a los morterosenemigos.

El general Mac Arthur se queja tambiénde las insuficiencias:

La Infantería sólo contaba con un terciode sus efectivos. Los regimientos sólo teníandos en lugar de tres batallones, carros lige-ros en lugar de pesados y abuses de 10,5cm en vez de las piezas de 15,5 cm. Sin em-bargo, la guerra de Carea exigía que las tro-pas entraran enseguida en combate, talcomo estaban. No se podían completar nipreparar las unidades.

Mac Arthur pretendía dos objetivos:- Uno, estratégico: evitar, como fuera,

que el NKPA partiese en dos el espinazogeográfico de Corea del Sur y llegase a con-quistar el puerto de Fusan, en el sudeste. Siesto se producía -estimaba el gerreral- lareconquista del Sur hubiera sido imposibley, lo que es peor, desde Fusan los comunis-tas tenían una base de lanzamiento casi per-fecta sobre Japón y Formosa con gravísimopeligro para la defensa del Pacífico.

- Dos, psicológico: lo importante, demomento, era una presencia testimonia!.Que los norcoreanos -y los soviéticos-vieran que había .llegado la ayuda de losnorteamericanos sin saber exactamente, apesar de los evidentes servicios de espiona-je, hasta dónde llegaba la cuantía de esaayuda.

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Ese fue el primer triunfo de Mac Arthur.La penetración norcoreana se detuvo te-miendo una ofensiva norteamericana. Lareagrupación de los invasores en el centrode Corea del Sur, en lugar de la continua-ción hacia Fusan, permitió la ganancia deun tiempo precioso. Hasta la llegada de la24 División de Infantería del general Deanque, sin embargo, sólo fue otro tapón de ur-gencia, pues resultó casi totalmente aniqui-lada y su jefe cayó en manos de los enemi-gos. Pero tras ellos vinieron otras fuerzas del8.° Ejército: la Divisón 25 y la La de Caba-llería con carros ligeros.

Ganando tiempo

El tiempo ganado fue muy importantepara dos factores: la organización de la de-fensa sobre un terreno propicio y el estable-cimiento del Sistema Buddy o coordinaciónde los esfuerzos de los combatientes unidos.Se desechó la idea de que los coreanos for-

masen un cuerpo separado que luchaba conlos norteamericanos y se cambió por la in-tegración en las unidades combatientes. Encada pelotón estadounidense se incluíancuatro soldados coreanos. Esta táctica dioun extraordinario resultado. La idea pareceque puede atribuirse al general Walton Wal-ker, a quien correspondía el mando directode las fuerzas de Estados Unidos.

La guerra se endureció extraordinaria-mente. Ahora las fuerzas norcoreanas avan-zaban con mucha mayor lentitud y enormespérdidas humanas y de materia!. Pero avan-zaban. En agosto el NKPA se había adue-ñado de las cinco sextas partes del territoriosurcoreano. Taejong, la capital provisional,también había caído en sus manos. Domi-

, naban las costas y mantenían a las fuerzasaliadas -de Corea y Estados Unidos apenasen una cabeza de puente en torno a Fusan.El general Walker, más por dar ánimos a latropa que por convencimiento propio, pro-nunció la famosa frase de arenga: ¡Ya nohabrá más retiradas! La verdad es que la re-tirada siguiente sólo podía ser el abandono

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de Corea y la vuelta a casa. En los cuartelesgenerales la denominación del territorio quecorrespondía a las fuerzas de la ONU era elperímetro de Fusan.

Cuando empezó septiembre llegaron lasprimeras tropas de la ONU no norteameri-canas: dos batallones británicos de Infante-ría que se ocuparon de la defensa occiden-tal de la cabeza de puente. Los bombardeosnorteamericanos destrozaban continuamen-te puntos estratégicos de los norcoreanos,pero éstos demostraron dos virtudes funda-mentales: la capacidad y destreza en la re-paración de puentes o material destruido yla versatilidad-en el combate. Ya no comba-tían como en los inicios de la invasión, en

tromba masiva, sino en unidades aisladas detipo batallón, buscando incluso el cuerpo acuerpo con ferocidad.

La clase y ritmo del aprovisionamientoenemigo -escribió Mac Arthur- indicabaque, a pesar de las acción de nuestros bom-barderos, llegaban a la zona de combate nu-tridos transportes de hombres, víveres y mu-niciones procedentes de Siberia y de Man-churia, pasando por Seúl, por regla generalde noche.

De Corea del Norte venían Divisiones derefuerzo y Brigadas acorazadas, y todo con-tinuaba la marcha en dirección al frente, sinpausa, en vagones de ferrocarril, vehículosde motor, en carretas e, incluso, a hombros

12 fecbas clave para la guerra1. 25 de junio de 1950: El

Ejército Popular de Coreadel Norte cruza el parale-lo 38 e invade Corea delSur. Tres días después seapoderará de Seúl, la ca-pital del Sur. Esta ciudadcambiaría tres veces demanos durante los tresaños de guerra.

2. 5 de juliode 1950:Primercontacto del Cuerpo Ex-pedicionario de la ONUcon las fuerzas comunis-tas, cerca de Osan.

3. 6 de agosto de 1950: Elgeneral Douglas Mac Ar-thur conferencia en Tokiocon Averell Harriman ylos generales Norstad, Al-mond y Ridgway para de-cidir un desembarco enInchon.

4. 15 de septiembre de1950: Desembarco de lasfuerzas de la ONU en In-chon.

5. 26 de octubre de 1950:La 6.' División del IIICuerpo de Ejército deCorea del Sur llega al ríoYalú. La posición se veráconsolidada con la llega-da del Ejército americanoel 24 de noviembre.

6. 23 de diciembrede 1950:El general Walker muereen un accidente de jeep yle sucede el general Matt-

hew B. Ridgway, al frentedel VIIIEjército.

7. 11 de abril de 1951: Elgeneral Mac Arthur, co-mandante en jefe de lasFuerzas Expedicionarias,es fulminan temen te desti-tuido por el presidenteTruman y sustituido porel general Ridgway.

8. 23 de junio de 1951: Ja-cob Malik, comisario ad-junto de Asuntos Exterio-res de la URSS, proponeun alto el fuego.

9. 10 de julio de 1951: Seinician, en Kaesong, lasnegociaciones entre re~

presentantes de NacionesUnidas y los comunistas.

10. 12 de mayo de 1952: Elgeneral Ridgway es desti-nado a la DTAN Y le sus-tituye el general Clark,pero se suprime la deno-minación de comandanteen jefe.

11. 19 de julio de 1953: Sellega a un acuerdo com-pleto en las negociacionesde paz de Panmunjon.

12. 27 de julio de 1953: Tie-ne lugar la firma del ar-misticio que pone fin a lostres años de la guerra enCorea.

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El prestigioso general Douglas Mac Arthur inspeccionando una posición americana en la isla de Morotai

de porteadores. Pero las tropas del generalWalker combatían con el mar a retaguardia.

El general Mac Arthur no podía asistir pa-sivo a este desarrollo de los acontecimien-tos. 'Concibió entonces una táctica que yahabía utilizado en otras ocasiones y... todasellas con éxito: un desembarco a espaldasde las fuerzas enemigas. El 6 de agosto sehabía reunido en Tokyo con el diplomáticoAverell Harriman y los generales Ridgway,

Almond y Norstad para discutir el tema conun nombre del punto elegido que parecíaser el único adecuado: Inchon, el segundopuerto De Carea del Sur, 30 kilómetros al su-doeste de Seúl.

La propuesta fue trasladada a Washing-ton, a una Junta de mandos militares. Eljefedel Estado Mayor Conjunto, el generalOrnar Bradley -otro de los héroes de la IIGuerra Mundial- desaconsejó la operación

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alegando que la lentitud de este tipo de ac-ciones las había convertido en viejas e inú-tiles. Ofrecía como recambio una operaciónaerotransportada.

De todas formas, el jefe del Estado Mayordel Ejército, general Collins y el comandan-te supremo de la Flota, almirante Sberman,se trasladaron a Tokyo para discutir directa-mente con Mac Arthur el plan que éste ofre-cía.

Las objeciones de Washington se centra-ban en torno a dos problemas.

A) Técnicos: Se reconocía que Inchon erael único punto posible, pero las diferenciasde la marea en ese puerto eran de 9 metrosen 6 horas. La marea alta se producía dosveces al día: a las 6.59 y a las 19.19. Habíaque desechar esta última porque dos horasdespués se ponía el sol. En la marea baja elcieno penetraba dos millas en el puerto y lavelocidad de la corriente podía alcanzar has-ta tres millas náuticas. Esto produciría el en-callamiento de las lanchas anfibias en el cie-no y quedarían expuestas al fuego de la de-fensa.

Además, el puerto estaba dominado porel islote fortificado de Wolmi-do, situado enel centro de la bahía y con una altura supe-rior a los 100 metros. Debería ser neutrali-zado en menos de dos horas y, aún así, ha-bría que esperar a la pleamar de la tardepara la llegada de las tropas de asalto.

B) Estratégicos y logísticos. Inchon estabamuy lejos de las tropas de la ONU en Co-rea. Quienes desembarcasen quedarían de-samparados a sus propios recursos, incluidoel de avituallamiento.

Las fuerzas utilizadas le tenían que ser res-tadas al general Walker quien se encontra-

Kim II-Sung

ría más indefenso aún -si esto era posi-ble- en el perímetro de Fusan. Aunque eldesembarco fuera un éxito, las tropas de In-chon tendrían sobre sí una misión imposi-ble: cruzar toda Corea del Sur y unirse conlas fuerzas de Walker.

A estos dos grupos de argumentos respon-dió Mac Arthur con los suyos, que se apo-yaban en la historia militar y en la políticadel momento. Invocando la primera recor-dó que el factor sorpresa había sido siempredecisivo y había derrotado abiertamente alfactor dificultad. El tema político lo introdu-jo con tanta habilidad como doble intencióny con una fogosidad y elocuencia de la me-jor escuela dramática:

Sólo tenemos dos posibilidades -afirmóMac Arthur-: desembarcar en Inchon o se-guir soportando bajas en Fusan, donde la si-tuación es poco menos que desesperada.¿Quieren ustedes que nuestros hombres sedejen matar como corderos en esas posicio-nes erizo? ¿Quién aceptará la responsabili-dad de la tragedia? Yo, no, por supuesto.

El prestigio de Occidente -continuó- sehaJJa en entredicho. MilJones de asiáticoscontemplan tensos la marcha en esta guerra.Debe quedar claro, sin embargo, que el co-munismo internacional se ha lanzado aquí ala conquista de la Tierra; no en Berlín, Vie-na, Londres o París, sino aquí, en Corea delSur. Si perdemos la guerra contra el comu-nismo en Asia, Europa estará en peligro; sivencemos, la libertad de Occidente quedarágarantizada. Hemos de actuar, y enseguida,o pereceremos.

Si mis ideas son erróneas - remató en elmejor estilo- y si las posiciones en Inchonresultan inexpugnables, entonces me perso-

Su verdadero nombre era Kim Song Ju, que luego cambió por el quesiempre ha sido conocido y que correspondía al de un antiguo héroe na-cional. Nacido en 1912 fue el primer presidente de la República Popu-lar de Corea cuando ésta se creó en 1948. Afiliado al Partido Comunis-ta de Corea en 1931, dirigió una parte de la resistencia a los japonesesen los años 30 y fue entonces cuando cambió de nombre. Durante la Se-gunda Guerra Mundial dirigió el pequeño contingente de coreanos quese integró en el Ejército soviético y volvió en 1945 para organizar un go-bierno comunista con la ayuda de la URSS. Fue el comandante en jefede los norcoreanos durante la guerra de Corea. Al terminar ésta dedicótodos sus esfuerzos a la construcción de un Estado socialista en el Nor·te y buscar, en su tarea, más el apoyo de la Unión Soviética que el desus vecinos, los comunistas de China.

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naré en el lugar de la pelea y ordenaré la re-tirada inmediata de nuestras fuerzas, a fin deevitarles una sangrienta derrota. En tal caso,mi fama de comandante de tropa quedaríamermada, pero ésta sería la única baja deconsideración.

Las tesis del comandante en jefe fueronaceptadas en Washington. Mac Arthur setrasladó al acorazado Monte Mac Kinleypara dirigir las operaciones y en la noche del14 al 15 de septiembre, después de vencerun durísimo tifón, las tropas de desembarcoestaban concentradas frente a Inchon. Noeran, además, tropas sustraídas al generalWalker, sino la La y la 7: Divisiones de In-fantería de Marina que formaron el 10.0Cuerpo de Ejército, cuyo mando directo fueconfiado -por delegación expresa de MacArthur- al general Almond. En total,40.000 soldados de elite y bien pertrecha-dos, dispuestos a todo.Las previsiones se cumplieron de maneracasi matemática. La fortaleza de Wolmi-dofue arrasada por la aviación, las defensascosteras no reaccionaron a tiempo y, a lasocho de la mañana, Mac Arthur recibía en

el Monte Mac Kinley el primer informe po-sitivo: Ha desembarcado la primera oleadade infantes de Marina y han establecido unacabeza de puente sin sufrir una sola baja.

Contraofensiva fulgurante

También se cumplieron las previsiones deque, a las 9 de la mañana, quedaran vara-das algunas lanchas de desembarco, peroesto ya no era problema porque del ataúdde Wolmi-do no venía otra cosa que silen-cio y llamas.

En la segunda pleamar desembarcaronlas tropas del 10.0 Cuerpo y, siguiendo lasórdenes de Mac Arthur, no se detuvieron nipara tomar un respiro. Los objetivos eran,ahora y-por este orden, la base aérea deKimpo -adonde se dirigió la 1:División deInfantería de Marina-, Seúl -reservadatambién a esa Divisón- y Suwon, otra baseárea, en la que había aterrizado Mac Arthurel29 de junio, hacia la que marchó la 7: Di-visión.

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La ofensiva fue frenética. El 16 de septiem-bre conquistaban Kimpo; el 22, Suwon y el28, Seúl. Pero, antes, el 23 se había conver-tido en un día de gloria no sólo por la con-quista de Osan, sino porque en ese lugar quehabía sido el del primer choque de la FuerzaSmith con los comunistas el 5 de julio, se en-contraron con las tropas del general Walker-la La División de Caballería, la de los carrosligeros- que había conseguido romper elcerco del perímetro de Fusan.

Los invasores norcoreanos estaban descon-certados. Una vez conocido el desembarco deInchon, apenas se ocuparon de él. Pretendíanasestar un golpe definitivo en Fusan y volverluego su atención a la aventura de Mac Art-hur. Pero la ruptura del general Walker rom-pió todos sus planes. Los norteamericanoshabían conseguido formar una gran tenazaque dejaba aisladas, sin avituallamiento y sinesperanza a las tropas del sudoeste. En quin-ce días las tropas de Estados Unidos hicieronmás de 100.000 prisioneros.

ral que carece, de acuerdo con la Carta, depoder decisorio. Una vez más, el recurso tác-tico.

El Reino Unido de Gran Bretaña, Fran-cia, Canadá ... y un total de siete países alia-dos de los Estados Unidos promovieron unaresolución de la Asamblea afirmando que,cuando, a causa del veto, el Consejo de Se-guridad no cumpliera su responsabilidadfundamental, la Asamblea examinaría inme-diatamente la cuestión, para hacer a susmiembros las recomendaciones apropiadassobre las medidas colectivas que habría quetomar.

Después de durísimos debates, la Asam-blea General pasó estas dos resoluciones:

-Autorización para cruzar el paralelo 38(7/10/1950): 47 votos a favor; 5 en contra;7 abstenciones.- Aumento de poderes de la Asamblea(3/11/1950): todos a favor, con la excepcióndel bloque soviético y 5 abstenciones.

Por supuesto, la acción de los norteame-ricanos en Corea discurría al margen de es-tas adquisiciones. Truman lo que necesita-ba era un apoyo moral y más que eso erael respaldo obtenido en la ONU, aunque seconsiguiera en un órgano distinto del debi-do.

La única sombra en el horizonte era el po-sible comportamiento de China. Cuando Tru-man había reiterado a Mac Arthur que notransgrediese límites en los bombardeos o enlos avances de la Infantería probablementepensase más en la Unión Soviética que enChina. El desconocimiento sobre las realida-des de este país -que sólo tenía un año deexistencia oficial- era casi completo.

El 2 de octubre, cuando la ONU estabasumida en los debates sobre el paso del pa-

ralelo 38, el primer mi-nistro de la China, ChuEn-Iai, convocaba al em-bajador de la India, Pa-nikkar, y le hacía saber-evidentemente paraque lo transmitiese conurgencia - que si fuerzasde la ONU, que no fue-ran surcoreanos, pene-traban en Carea del Nor-te, China intervendría enel conflicto. La adverten-cia no fue escuchada.

Con todo, y para cer-ciorarse sobre el terreno,el presidente Truman

La guerra vuelve a la ONU

y no era mejor para los norcoreanos la si-tuación del sudeste. Los que, unos días an-tes, cercaban implacables Fusan, huían aho-ra, por la costa, abandonando armas y per-trechos. Otros 30.000 prisioneros se añadie-ron a los cien mil anteriores. El 29 de sep-tiembre Syngman Rhee y su gobierno sereinstalaron en Seúl y el presidente surco-reano, lloroso, decía a Mac Arthur: Le ad-miramos y veneramos con todo nuestro co-razón, como salvador de nuestro pueblo.

Un día después la 3: División del ROKAcruzaba el paralelo 38 endirección al Norte.

Esta decisión de lossurcoreanos se había an-ticipado a la batalla legalplanteada en NacionesUnidas. Malik, el delega-do soviético, se habíareintegrado a su puestoen el Consejo de Seguri-dad, dispuesto a echarmano del veto en cuan-to se planteasen los te-mas coreanos. Por eso,los occidentales quisie-ron desviar el problemahacia la Asamblea Gene-

Cuando Trumanbabíareiterado a Hac Artburque no transgrediese

límites en los bombardeoso avances de la Infanteríaprobablemente pensase

más en la Unión Soviéticaque en Cbina

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LA GUERRADE COREA (11) COREA

• Ofensivas chinas• Taejon

........ Frente, 24-11-1950

~ .. Frente, 24-1-1951 ·Chonju

• Contraofensiva s delas tropas de la ONU

- Frente, 22-4-1951

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tomó una decisión insólita: en lugar de lla-mar a Washington a Douglas Mac Arthur,acudió él mismo a la isla de Wake, en el cen-tro del Pacífico, para entrevistarse con su co- .mandante en jefe en Corea.

Este hecho hablaba por sí mismo de la im-portancia que la cuestión tenía pa~a las au-toridades de Washington. La entrevista secelebró el 15 de octubre. Durante fa misma,el general hizo al presidente dos afirmacio-nes tan optimistas como equivocadas:

- La guerra estaba tan decidida que lossoldados podrían celebrar el Día de Acciónde Gracias (el cuarto jueves de noviembre;ese año, el día 23) en sus respectivas casas.

- Los chinos no intervendrían en laguerra (algunos historiadores escribieronque Mac Arthur había dicho que no se atre-verían a intervenir; el propio general lo des-mintió en una entrevista, inédita hasta des-pués de su muerte en 1964) y que si lo ha-cían serían severamente derrotados.

Afirmaciones que los hechos no tardaríaen desmentir.

Desoyendo las amenazas de Chu En-Iai,el 7 de octubre la 1.a División de Caballeríanorteamericana cruzaba el paralelo 38; eldía 19 el8.o Ejército conquistaba Pyongyangy el 24 Mac Arthur reunía a sus más inme-diatos colaboradores para decir/es que no

existía restricción alguna para el avan~e yque, por tanto, la consigna era: ¡Adelante!

Cuarenta y ocho horas más tarde se ibaa producir un giro copernicano en los acon-tecimientos, justamente cuando la 6." Divksión del IIICuerpo del ROKAllegaba al pun-to máximo de su avance: el río Yalú, fron-tera natural de Corea del Norte con China.

Chu En-Iai había declarado que no teníaobjeciones a que .los surcoreanos sobrepa-sasen el paralelo 38 y entrasen en el nortede Corea. Pero, ahora, la situación era dis-tinta: podían avanzar sobre territorio chino.

Aquella misma tarde del 26 de octubrefuerzas del 26 Regimiento del 1 Cuerpo delROKA hicieron prisioneros a nueve chinosen Sudong. El número, como es lógico, nopreocupaba, pero sí la historia que narraronaquellos 9 hombres. Se trataba de soldadosde la China nacionalista (Formosa), captu-rados por el Ejército Rojo chino, obligadosa combatir con éste y que veían la ocasiónde recuperar su libertad entregándose a lossurcoreanos.

Los prisioneros contaron algo más, y de

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mucha importancia: el Ejército maoísta es-taba dispuesto a atacar, con un enorme con-tingente de hombres y materia!. Apenas diotiempo a contrastar si podía darse crédito ala información de unos simples soldados,porque los chinos atacaron y arrasaron elcampamento. A la mañana siguiente se ini-ciaba la primera ofensiva china que, el mis-mo día 27, aniquilaba una División surco-reana y el 2 de noviembre atacaba en Un-san el 8.0 Ejército norteamericano y le for-zaba a retirarse cruzando el río Chongchon.

Todavía el día 4 el general Mac Arthurquería quitar importancia a lo sucedido,pero el 5 emprendió la ofensiva verbal - nola militar en el campo de batalla - y dijo quela intervención de los chinos era uno de losactos más contrarios a la ley internacional.También aquí estuvieron rápidos los chinosporque Mao Zedong respondió inmediata-mente que el pueblo chino, voluntariamen-te, había decidido entregarse a la tarea sa-grada de resistir a los Estados Unidos deAmérica, ayudando a Carea y defendiendosus casas y su país. Era el final de la espera.

Pese a todo, los soldados norteamerica-nos celebraron el día 23 la festividad de Ac-ción de gracias y Mac Arthur les hizo llegarun mensaje en que aseguraba que las ope-raciones se habían demorado algo, pero que

las Navidades las pasarían en casa. Y el vier-nes 24 el comisario en jefe daba la ordenpara una contraofensiva -que el 8.0 Ejérci-to puso inmediatamente en marcha - conun objetivo concreto: el Yalú.

Pero los chinos lanzaron, el día .25, unanueva y durísima ofensiva: cerca de Tok-chon, en el centro de Carea, masacraron alIICuerpo del RüKA; sobre el río Chongchoninfligieron un severo castigo al 8.0 Ejército,que no tuvo otra alternativa que la retiradae, incluso, el abandono de Pyongyang. Des-pués de haber dominado, a finales de octu-bre, las tres cuartas partes del territorio nor-coreano, los Ejércitos de Estados Unidos yCarea del Sur se retiraban el 15 de diciem-bre por debajo del paralelo 38.

Dos desgracias más se sumaban al yamuy oscuro panorama: el día 23 de diciem-bre moría en accidente el general WaltonWalker; su jeep patinó sobre el hielo y losocupantes fueron proyectados contra lacarretera. Enseguida se procedió al nombra-miento del general Matthew B. Ridgwaypara sustituirle.

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El segundo infortunio fue la llegada denoticias confirmadas por los Servicios de In-teligencia de Tokyo: los chinos habían infil-trado en Carea del Norte -en vísperas dela primera ofensiva- 100.000 soldados. Enel Yalú, en Manchuria, estaban preparadaspara intervenir 56 Divisiones -500.000hombres- a los que había que añadir370.000 soldados más de organizaciones re-gionales especiales. Una suma de 970.000combatientes, bien entrenados y dotados dearmamento, que en cualquier ocasión po-dían causar desaliento, pero mucho másdespués de haberse realizado las dos prime-ras ofensivas. El 5 de enero ponían en mar-cha la tercera a la que, naturalmente, califi-caron de Ofensiva del año nuevo. Antes, eldía 3, las tropas del sur se habían visto for-zadas a abandonar Seúl que, una vez más,cambiaba de manos.

Douglas MacArthur, que de-mostró sobrada-mente ser ungran militar; ig-noraba o queríaignorar la políti-ca. Incluso, la desu propio país.Probablementeel éxito del de-sembarco en In-chon fue el pri-mer paso de sucaída. Porquepropició un se-gundo, la visita

de Truman a Wake, que decantó el interésde la opinión pública del lado del coman-dante del Pacífico.

General contra presidente:pierde general

Se ha recordado, al estudiar esta situa-ción, que Mac Arthur vivió 37 años fuera delos Estados Unidos y los últimos consagra-dos como un virrey de Asia, un héroe casicoronado por los dioses, en el caso de queél no formase ya parte del Olimpo.

Cuando los norteamericanos llegaron aCarea -tras la Fuerza Smith- el mandooperativo de las tropas estaba en unas solasmanos: las del general Walker, quien demos-tró también ser un militar admirable en la

conducción de las tropas, en la resistencia delperímetro de Fusan y, por fin, en la rupturade ese cerco hasta conectar con los soldadosdel 10.° Cuerpo. La línea Mac Arthur-Walkerhabía funcionado a la perfección.

Pero, después de Inchon, se produjo uncierto descontrol. Ese 10.° Cuerpo, las fuer-zas de desembarco, habían sido colocadasde manera teórica bajo el mando directo deMac Arthur y de manera práctica bajo el delgeneral Almond. En poco tiempo se vio queexistía descoordinación. Almond y sus tro-pas, que estaban en el Oeste, se desplaza-ron hacia el Este. Walker y sus hombres vi-nieron de la zona oriental a la occidental. Sedespreció un enorme vacío central que, mástarde, habría de pesar como una losa a lahora de reagrupación de fuerzas. La frase tó-pica de que cada uno parecía hacer laguerra por su cuenta estaba aquí utilizadacon pleno acierto. La llegada de Rigdway, ala muerte de Walker, resolvió casi comple-tamente el problema, pues consiguió reesta-blecer el principio de unidad bajo su mando.

Cuando se produjo la primera ofensivachina Mac Arthur siguió pensando en repe-tir lo que había realizado en Inchón. Sóloque ahora la operación era de una enverga-dura inimaginable: centenares de miles dechinos quedarían atrapados en Carea des-pués de que los norteamericanos bombar-dearan los puentes del Yalú. El6 de noviem-bre, sin consulta previa, ordenó que 90 for-talezas volantes destruyesen los puentes.Pero el secretario de Defensa, general Mars-hall, se enteró a tiempo y prohibió personal-mente la operación tres horas antes de quese iniciara. Dos días más tarde se autorizó,pero con dos condiciones:

- Sólo se bombardearía la orilla coreana.- No se atacarían los embalses que sumi-

nistraban la corriente eléctrica a Manchuria.Evidentemente, no era esa la operación

que deseaba el general Mac Arthur, quienempezó a vivir en sus carnes la teoría de lossantuarios de tan desgraciado recuerdo enla posterior guerra de Vietnam.

El enfrentamiento presidente-general,centrado sobre la estrategia en el Yalú, seagudizó cuando Mac Arthur presentó la so-lución alternativa de lanzar entre 30 y 50bombas atómicas sobre Manchuria.

y mientras el general rumiaba la impoten-cia en que le colocaban los políticos, Tru-man quería ganar la batalla diplomática enla ONU. Aparentemente lo consiguió, pues-to que una resolución de la Asamblea Ge-

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neral condenaba, el 1 de febrero, a Chinacomo agresora.

Las fuerzas de la ONU, reorganizadas, pa-saron el 25 de enero a la contraofensiva, ha-ciendo inútil -incluso- una cuarta ofensi-va de los chinos y recuperando, esta vez demanera definitiva, Seúl.

Esta dinámica de avances y retrocesos es-tabilizó la guerra y, primero en la ONU, des-pués en las cancillerías internacionales sebosquejó la posibilidad de una salida nego-ciada. El presidente Truman dio por buenoel consejo de sus asesores de que la nego-ciación debería intentarse sobre la base dela vuelta al statu quo ante.

Mac Arthur se adelantó a las negociacio-nes y lanzó una proclama inflamada:

China, incapaz de lograr la conquista deCarea por la fuerza de las armas, debe com-prender que si las Naciones Unidas decidenextender -sus operaciones militares a las re-giones costeras ya las bases del interior, severá amenazada por un hundimiento militarinminente. Dado este planteamiento, nadadebe impedir la adopción de decisiones in-

mediatas con relación al caso coreano que,de ningún modo, debe mezclarse con con-sideraciones que no se refieran directamen-te a Carea, como la de Formosa o la pre-sencia de China en las Naciones Unidas.

El enfrentamiento con el presidente, ya vi-rulento, llega al colmo al hacerse pública, el5 de abril, una carta que Mac Arthur habíaenviado al representante republicano Jo-seph Martin el 20 de marzo. El general in-siste en que deben utilizarse tropas de la Chi-na nacionalista y denuncia a los que se nie-gan a comprender que es en Asia en dondelos conspiradores comunistas han decididojugarse el todo por el todo para la conquis-ta del mundo. Ningún acuerdo puede reem-plazar a la victoria.

Negociaciones en Panmunjon

El 11 de abril de 1951 el presidente Tru-man destituía el genera! Douglas Mac Arthury le sustituía por el genera! Matthew B. Ridg-

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way. Mac Arthur fue recibido en San Francis-co y, sobre todo, en Nueva York, como unhéroe legendario. Cuando llegó a Washing-ton y el fervor popular le dedicó un tercer ho-menaje, el presidente Truman se fue al cine.

Por extraño que parezca, la realidad esque la guerra terminó aquí. 0, si se quiere,los presupuestos o ideas que la habían pues-to en marcha. Es cierto que los combates, ladestrucción, la muerte, todos los horroresque lleva consigo un enfrentamiento bélico,continuaron hasta julio de 1953, es decir, dosaños y tres meses más. Pero este residuo deviolencia resultó casi absurdo y estúpido. Elintento de los chinos para aprovechar la po-sible influencia psicológica de la destituciónde Mac Arthur, lanzando una nueva ofensi-va el 22 de abril, fue frenado en seco por lastropas de las Naciones Unidas, muy sólida-mente asentadas en una línea de contencióntrazada sobre el paralelo 38.

Las noticias de los frentes de combateeran reiterativas y muy locales. Se había en-trado en la guerra de las cotas y de las co-linas. Un muy reducido espacio geográfico,conquistado por un bando al amanecer, erareconquistado por el enemigo poco antesdel ocaso para volver a repetirse la historiaen las 24 ó 48 horas siguientes. Los dos Ejér-citos eran -si se permite el símil- como

dos boxeadores de los grandes pesos, firmesen el centro del cuadrilátero, en un inter-cambio de golpes no muy veloces, aunquepoderosos, obligando a los jueces a puntuara uno y a otro con el inevitable pronósticode combate nulo. Esta situación hacía toda-vía más recomendable la negociación sobrela base del statu qua ante. Todos los ojos sevolvían a Moscú esperando una respuestaque llegó, al fin, en dos fases:

- La primera el 19 de mayo, cuando elperiódico Pravda publicó, casi al completo,una propuesta del senador norteamericanopor Colorado Johnson (nada que ver con eltejano Lyndon B. Johnson) pidiendo un altoel fuego para el aniversario del principio dela guerra -25 de junio- con retirada delos combatientes a uno y otro lado del pa-ralelo 38.

- La segunda, mucho más esperanza-dora, en unas declaraciones del jefe de ladelegación soviética en la ONU, Jakob Ma-lik, realizadas en una emisión de radio de lapropia Organización sobre el precio de lapaz, el 23 de junio: El pueblo soviético esti-ma -dijo Malik- que, como primera eta-pa para la solución del conflicto de Carea,los beligerantes deben iniciar conversacio-nes con vistas a establecer un alto el fuegoy un armisticio que considere la retirada de

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las fuerzas armadas de ambos bandos a unay otra parte del paralelo 38. Las coinciden-cias no podían ser más completas.

El 29 de junio de 1951 el presidente Tru-man cursaba una orden al general Ridgwaypara que transmitiese al comandante en jefede las Fuerzas chinas la oferta de negocia-ción y el lugar elegido: un buque-hospitaldanés surto en el puerto de Wosan. Los chi-nos aceptaron negociar, pero sugirieron otrolugar: un pueblecito llamado Panmunjon,muy cerca de Kaesong, justamente sobre eltantas veces recordado paralelo 38. Las con-versaciones se iniciaron ella de julio.

Fueron largas y difíciles,muchas veces in-terrumpidas y reanudadas. Mientras loscombatientes - pretendiendo mejorar susposiciones- lanzaban oleadas de hombresa la lucha, caso de los chinos, o bombardea-ban sin descanso puntos estratégicos, casode los norteamericanos y tropas de la ONU.

Tres fueron -entre otros muchos menu-dos- los escollos fundamentales de la nego-ciación:

- La condición de China de que lasfuerzas extranjeras abandonaran el territoriocoreano antes de firmar al armisticio. A laque se negaron en redondo los norteameri-canos, desconfiando abiertamente del com-portamiento de los chinos una vez que sehubiera producido la retirada de la ONU.

- La inoportun,a intervención deSyngman Rhee, que quería introducir comocondición la promesa formal de la unifica-ción coreana.

- El comportamiento de los prisionerosde guerra hechos a los comunistas, pues, ensu inmensa mayoría, se negaban a volver asus puntos de procedencia.

Al fin, el 10 de julio de 1953 se llegó a unacuerdo. Se firmó el Tratado de armisticio a

las 10 h. del 27 de julio y entró en vigor almediodía del 28.

Había terminado una guerra, feroz y sinsentido, con unos datos que no llevan a par-te alguna:

- Corea fue un escenario preparado porla Unión Soviética para un ensayo generalde la confrontación bipolar de la guerra fría,pretendiendo conocer la capacidad de res-puesta de Occidente, para saber a qué ate-nerse.

- La coordinación de los comunismossoviético y chino - no expresada, pero de-mostrada- funcionó perfectamente. A loschinos les correspondió la tarea de desgas-te, pues los soviéticos todavía estaban resta-ñando sus heridas de la II Guerra Mundial.

- Los resultados de la guerra de Careason estremecedores. Combatieron 970.000hombres del lado de Carea del Sur -15países de la ONU prestaron su apoyo, a ve-ces testimonial- y algo más de 1.000.000del lado de Carea del Norte. Los muertosfueron 580.000 soldados y más de 400.000civiles, y los heridos, incontables. Las estruc-turas de Carea quedaron arrasadas.

- Estados Unidos, cuyos soldados pe-learon con extraordinaria decisión y bravu-ra, se encontraron con una experiencia nue-va: la de participar en una guerra a cuyo fi-nal no podían denominarse claramente ven-cedores. Eran, como les bautizó el gran pe-riodista Víctor de la Serna, un pueblo nue-vo: Saludamos la entrada en la Historia deun pueblo nuevo. A pie, con sus muertos alhombro y sus heridos en parihuelas.

8 1 8 L 1 O G R A f 1 A

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