comparación y análisis de las formas de “decir no” entre lusohablantes de são paulo (brasil)...
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Investigación de las formas de negación de rosarinos y paulistanos desde un enfoque pragmático.TRANSCRIPT
RAMIRO CARLOS HUMBERTO CAGGIANO BLANCO
COMPARACIÓN ENTRE LAS FORMAS DE EXPRESAR LA NEGACIÓN DE CIUDADANOS DE ROSARIO (ARGENTINA) Y SÃO PAULO (BRASIL)
MONOGRAFÍACURSO DE ESPECIALIZACIÓN LATO SENSU:
“O ENSINO DE ESPANHOL PARA BRASILEIROS”
COGEAE – PUCSP2010
RAMIRO CARLOS HUMBERTO CAGGIANO BLANCO
COMPARACIÓN ENTRE LAS FORMAS DE EXPRESAR LA NEGACIÓN DE CIUDADANOS DE ROSARIO (ARGENTINA) Y SÃO PAULO (BRASIL)
MONOGRAFÍACURSO DE ESPECIALIZACIÓN LATO SENSU:
“O ENSINO DE ESPANHOL PARA BRASILEIROS”
Monografía presentada como exigencia para la obtención del título de Especialista en Enseñanza de Español para Brasileros, realizada bajo la orientación del Prof. Dr. Juan Jorge Fernández Marrero.
COGEAE – PUCSP2010
Autorizo, exclusivamente para fins acadêmicos e científicos, a reprodução total ou parcial desta dissertação por processos fotocopiadores ou eletrônicos.
São Paulo, __________ de ____________ de 2010.
__________________________________________
A YeddaA mis padres
Agradecimientos
A los profesores del Curso de Especializacão de Espanhol para Brasileiros por los conocimientos desinteresadamente transmitidos y, en especial, a los profesores Eliane Gonçalves, Claudia Galván y Juan Jorge Fernández Marrero por la pasión que me supieron inspirar en los estudios de pragmática.
A Moira, Isabel y Cristina por la inconmensurable colaboración en el presente trabajo.
RESUMEN
El tema de nuestro trabajo ha sido la investigación de la forma de expresar la negación de hispanohablantes de la ciudad de Rosario (Argentina) y de lusohablantes de São Paulo (Brasil) con el objeto de verificar si se utilizan las formas con marcas gramaticales de negación en todos las situaciones y, en caso contrario, en cuáles no. Como marco teórico analizamos los aspectos gramaticales y pragmáticos de la negación en las dos lenguas. También, en el mismo sentido, puntualizamos los principales conceptos de la Pragmática que le dieron cuerpo al presente trabajo. Para cumplir con el objetivo utilizamos la técnica de documentación directa mediante el uso de encuestas realizadas en las dos ciudades. Para reforzar los datos recogidos en la encuesta hemos realizado entrevistas con algunos de los encuestados. Los resultados apuntaron una tendencia entre los paulistanos a manifestar la negación con formas sin marcación gramatical expresa, infringiendo las máximas conversacionales de Grice, lo que opera el mecanismo de reconstrucción de sentido mediante las implicaturas y, muchas veces, transforman un acto de habla declarativo en uno compromisorio, conforme la clasificación realizada por Searle. Sin embargo los datos también señalaron una no desdeñable minoría que se comportaba en sentido contrario. Por su parte los rosarinos, en general, según los datos, parecen preferir las formas manifiestas para expresar la negación. Pero, como ocurrió con los habitantes de São Paulo, también encontramos entre ellos una minoría que se manifestó en sentido contrario.
Palabras llaves: Pragmática – Negación – Actos de habla – Cortesía conversacional - Implicatura
RESUMO
O tema do nosso trabalho foi uma investigação sobre as formas de expressar a negação de hispanofalantes da cidade de Rosario (Argentina) e de lusofalantes de São Paulo (Brasil) com o escopo de verificar o uso ou não das formas com marcas gramaticais de negação em todos os casos. Como quadro teórico analisamos os aspectos gramaticais e pragmáticos da negação nas duas línguas. Também, no mesmo sentido, pontuamos os principais conceitos da Pragmática que deram corpo ao presente trabalho. Para cumprir com o objetivo utilizamos a técnica de documentação direta mediante o uso de um questionário realizado nas duas cidades. Como reforço aos dados coletados nos instrumentos, decidimos entrevistar alguns dos participantes que tinham respondido os questionários. Os resultados apontaram uma tendência entre os paulistanos a manifestar a negação com formas sem marcação gramatical expressa, infringindo as máximas conversacionais de Grice, o que opera o mecanismo de reconstrução de sentido mediante as implicaturas e, muitas vezes, transformam um ato de fala declarativo em compromissivo, conforme a classificação realizada por Searle. Entretanto, os dados também revelaram uma minoria, não pequena, que se comportava em sentido contrario. Por sua parte os rosarinos, em geral, segundo os dados, parecem preferir as formas manifestas para expressar a negação; porém, como aconteceu com os habitantes de São Paulo, também encontramos entre eles una minoria que se manifestou em sentido contrario.
Palabras chave: Pragmática – Negação – Atos de fala – Cortesia conversacional - Implicatura
LISTA DE GRÁFICOS
Gráfico 1……………………………………………………………………….................52
Gráfico 2……………………………………………………………………….................53
Gráfico 3……………………………………………………………………….................55
Gráfico 4……………………………………………………………………….................55
Gráfico 5……………………………………………………………………….................57
Gráfico 6……………………………………………………………………….................57
Gráfico 7……………………………………………………………………….................57
Gráfico 8……………………………………………………………………….................57
Gráfico 9……………………………………………………………………….................58
Gráfico 10………………………………………………………………………...............58
Gráfico 11………………………………………………………………………...............59
Gráfico 12………………………………………………………………………...............60
Gráfico 13………………………………………………………………………...............60
Gráfico 14………………………………………………………………………...............61
Gráfico 15………………………………………………………………………...............61
Gráfico 16………………………………………………………………………...............62
Gráfico 17………………………………………………………………………...............62
Gráfico 18………………………………………………………………………...............63
Gráfico 19………………………………………………………………………...............63
Gráfico 20………………………………………………………………………...............63
Gráfico 21………………………………………………………………………...............63
Gráfico 22………………………………………………………………………...............64
Gráfico 23………………………………………………………………………...............64
Gráfico 24………………………………………………………………………...............65
Gráfico 25………………………………………………………………………...............65
LISTA DE TABLAS
Tabla 1…………………………...………………………………………………............. 53
Tabla 2…………………………...………………………………………………............. 59
Tabla 3…………………………...………………………………………………............. 61
Tabla 4…………………………...………………………………………………............. 66
Tabla 5…………………………...………………………………………………............. 67
Tabla 6…………………………...………………………………………………............. 75
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……….……………………………………………………………….
1. COMPETENCIA COMUNICATIVA……………………………………………...1.1. El contenido gramatical..………………………………………………………..1.2. La información pragmática …………………………………………………….
1.2.1. Sentido literal y sentido comunicado …………………………………...1.2.2. La teoría de los actos de habla: Austin y Searle..………………....……... 1.2.3. Los Actos de habla indirectos y la cortesía………………………………
2. LA NEGACIÓN……………………………………………………………………...2.1. Aspectos gramaticales de la negación en español y portugués………………….
2.1.1. Palabras que indican negación…………………………………………...2.1.2. Ámbito de la negación……………………………………………………
2.1.2.1. La negación total …………………………………………………...
2.1.2.2. La negación parcial ………………………………………………...
2.1.3. La negación expletiva o espuria …………………………………………2.2. Aspectos pragmáticos de la negación …………………………………………..
2.2.1. Aspectos generales………………………………………………………...2.2.2. Las respuestas negativas …………………………………………………..
3. ANÁLISIS DE LOS INSTRUMENTOS Y LOS DATOS..………………………..3.1. Presentación de los instrumentos de recolección de datos……………..……..3.2. Presentación y análisis de los datos arrojados por las encuestas…...…………3.3. Presentación y análisis de los datos arrojados por las entrevistas………….....
4. LECTURA INTERPRETATIVA DE LOS DATOS..……………………………...
CONCLUSIÓN..…………………………..……………………………………………...
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS..………......…………………………………….
ANEJOSAnejo A: Encuesta en español ……………………………………………………………Anejo B: Encuesta en portugués ………………………………………………………….Anejo C: Datos de las encuestas ………………………………………………………….Anejo D: Transcripciones de las entrevistas……………………………………………....
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INTRODUCCIÓN
El objeto del presente trabajo consiste en el estudio comparativo de las formas de decir
no de hispanohablantes de la ciudad de Rosario (Argentina) y lusohablantes de la ciudad de
São Paulo (Brasil); centramos nuestro trabajo en el uso de las formas lingüísticas más que en
sus estructuras, aunque tampoco las descuidamos.
Este enfoque pragmático, en el que el uso en lugar de las formas se prioriza, se
justifica porque en la práctica docente nos encontramos en la necesidad de explicar
fenómenos que trascienden los contenidos de los libros de ELE y para ello, innumeras veces,
tenemos que echar mano a nuestra experiencia de vida. Esto es así porque los manuales
didácticos no abordan el tema del uso del lenguaje, aunque muchas veces, en sus muestras de
lengua, en el afán de acercarse a la forma real de cómo hablan los nativos de la lengua,
reproduzcan formas que no tienen sentido para hablantes de otra cultura. Un ejemplo nos
ilustrará lo antedicho:
María: Mira, te presento a una amiga, esta es Rosa.
Pablo: Hola, ¿qué tal?
Rosa: ¿Qué tal?
María: Bueno, ahora me tengo que ir… (Cuder, 2002, p. 10)
Las reacciones de los alumnos no se hacen esperar: “Não entendi, responde com uma
pregunta? pode isso?”. Y este desconcierto de los alumnos es más que justificable y, tal vez
se pueda arriesgar, no sean pocos los profesores que no consigan dar una respuesta suficiente.
Lo que sucede es que no aparece ninguna explicación, ni en el libro del alumno ni en el del
profesor. El tema no es tan baladí porque el alumno, si no se ahonda la discusión, una vez
entendido el mecanismo enunciado, podría verse tentado a hacer otras transposiciones
incorrectas.
Y es que los profesores de ELE muchas veces dejamos de lado el aspecto pragmático
en favor del contenido lingüístico. Se nos olvida el cómo, dónde y cuándo usar determinado
enunciado y con qué intención y con qué finalidad.
Creemos muy necesario verificar que, si bien gramaticalmente ambas lenguas poseen
estructuras lingüísticas muy semejantes, en algunos aspectos idénticas, las formas cómo se
utilizan dichas estructuras pueden diferenciarse por motivos culturales, de representaciones
11
psicológicas y hasta de formación histórica. Y estas diferencias pueden dar cuenta de un sinfín
de situaciones en las que se realizan representaciones erróneas de la cultura y del otro (“son
mandones” “son pedantes” “son groseros” “son falsos” “son verseros”) cuando, en
realidad, todo pareciera poder reducirse a diferencias discursivas.
Partiendo del presupuesto de que hay una diferencia en el hacer con las palabras en las
diferentes culturas, el objetivo de este trabajo ha sido comparar dichos contenidos
extralingüísticos en el español hablado en Rosario, Argentina, y el portugués de la variante
brasileña hablado en la ciudad de São Paulo, en el tema referido a las formas de negación.
También nos planteamos analizar y verificar si existe posibilidad de conflicto entre ambas
formas o si son equivalentes en ambas variantes de los idiomas portugués y español.
La idea inicial de este trabajo partió de la propia experiencia del investigador en sus
clases de ELE en las cuales observó que muchos de los problemas de “incomunicación” no se
debían a un desconocimiento de la gramática, ni de la semántica ni de la fonética, ni de la
interlengua, sino a problemas relacionados con la aplicación y reproducción efectivas de los
contenidos aprendidos en las situaciones comunicativas. Entre otras dificultades, se vio que
algunos alumnos, al tener que expresar una negación, lo hacían con rodeos o utilizando
formas encubiertas que, según ellos, implicaban una negación, implicatura que no se
verificaba en la lengua meta.
Ante este fenómeno, encontramos algunos trabajos que se abocaban a su estudio,
ninguno de ellos desde el enfoque de la pragmática, y que lo definían como un atributo “do
brasileiro”. Al interrogar a los alumnos acerca de esta particularidad descubrimos que un gran
número de ellos no tenía la misma creencia. Por tal motivo decidimos que era necesario
explorar el tema en campo para llegar a resultados confiables.
Para realizar tal exploración el método de abordaje que utilizamos fue el inductivo, o
sea, partimos de la percepción de una laguna en el conocimiento de las normas que regulan el
uso y las formas de negación a pedidos recibidos, realizamos encuestas y entrevistas (hechos
particulares) para, finalmente, formular generalizaciones con las regularidades encontradas.
El método de procedimiento englobó relaciones de comparación entre formas
discursivas de informantes de la ciudad de Rosario (Argentina) y San Pablo (Brasil). Para tal
efecto realizamos un trabajo de campo con los siguientes procedimientos:
a) Realización de encuestas que en las que se les pidió a los informantes que
interpretasen frases con enunciados imprecisos, que eligieran formas
marcadas y no marcadas por negación gramatical para expresar una
12
respuesta negativa y que declarasen si recibían con mayor o menor
naturalidad las negaciones;
b) Entrevistas a informantes de ambas ciudades para que se manifestasen
acerca de los siguientes temas: La dificultad y los aspectos más salientes de
decir “no”; formas y recursos que utilizarían para amenizar una respuesta
negativa y forma preferida por ellos para que se les diga que no.
Como telón de fondo de este trabajo nos servimos de la investigación documental
basada en, principalmente, estos cuatro libros:
a) Introducción a la Pragmática, de María Victoria Escnadell, en la cual se
abordan las principales teorías, nociones y conceptos que nortean la materia
en la que se basa el presente trabajo. De la misma autora nos hemos valido
de su trabajo Cortesía, fórmulas convencionales y estrategias indirectas,
publicado en la Revista Española de Lingüística, que presenta los
fundamentos de las normas que rigen la cortesía en español, principalmente
las formas de peticionar de acuerdo con la cercanía o lejanía social de los
interlocutores y el mayor o menor riesgo de una negativa;
b) Pragmática, de Stephen C. Levinson, y Pragmática, de Armengaud, que
describen los elementos de la estructura conversacional.
Para el análisis de las estructuras lingüísticas que informan la materia nos hemos
recurrido a algunos estudios específicos, entre los cuales creemos conveniente destacar:
a) Gramática Comunicativa del Español, de Francisco Matte Bom y
Gramática descriptiva de la lengua española, de Ignacio Bosque Muñoz y
Violeta Demonte Barreto, para el análisis de la negación en español;
b) Gramática de Usos do Português de Maria Helena Mora Neves, para el
estudio de la negación en portugués.
13
Todo este bagaje teórico nos auxilió en la planificación y desarrollo del trabajo. En el
capítulo 1 establecimos los componentes de la competencia comunicativa y detallamos los
aspectos gramáticos y pragmáticos que debían tenerse en cuenta y la relación entre ellos. En
el capítulo 2 analizamos las formas lingüísticas y pragmáticas de la negación en portugués y
español. En el capítulo 3 presentamos y analizamos los datos que obtuvimos de los
informantes de las dos ciudades en cuestión y en el 4 hicimos de ellos una segunda lectura
interpretativa y apuntamos una tendencia que, si bien confirmaba nuestra hipótesis inicial de
trabajo, nos marcó la existencia de un no pequeño porcentaje de excepciones a la misma. En
la conclusión, además de referirnos al análisis de los resultados, puntualizamos la importancia
de nuevos estudios sobre el mismo tema.
Igualmente intentamos, con este trabajo, dejar sentadas las bases para nuevas
investigaciones sobre el tema y otros afines bajo un enfoque pragmático, con el fin de que
pueda elaborarse una teoría que, partiendo de las generalizaciones que se establezcan, nos
permita, en el futuro, elaborar estrategias de aprendizaje y enseñanza en la clase de ELE.
De forma marginal apuntamos al fortalecimiento de la necesidad e importancia de los
estudios de pragmática y la introducción de sus objetivos científicos dentro del proceso de
enseñanza y aprendizaje de ELE.
14
1 COMPETENCIA COMUNICATIVA
Para poder hablar de una real competencia comunicativa hay que integrar las
competencias gramática y pragmática porque, muchas veces, los problemas de comunicación
entre hablantes de diferentes lenguas y culturas se deben, más que a dificultades gramaticales,
a cuestiones socioculturales.
Es frecuente identificar comunicación con ‘transmisión de información por medio de
un código’. Si bien es cierto que los contenidos lingüísticos constituyen el centro
predominante de la comunicación, no menos importante es la existencia de elementos
extralingüísticos que intervienen y que condicionan el uso que hacemos de la lengua. Los
seres humanos hacen cosas con la lengua y este hacer no pertenece al ámbito del código
lingüístico sino al de la pragmática.
hay buenas razones para pensar que la comunicación verbal no está basada exclusivamente en el mero proceso mecánico de codificación y descodificación: por encima de éste actúa siempre otro proceso superpuesto que enriquece inferencialmente la información contenida en las representaciones semánticas abstractas por medio de la aplicación de principios deductivos de carácter general. (Escandell, 2006, p. 233)
O sea que, frente al punto de vista gramatical, que se ocupa de analizar los aspectos
formales y constitutivos del sistema lingüístico, debemos considerar los elementos y factores
extralingüísticos que determinan el uso y la interpretación de los enunciados gramaticales. Y
esta consideración debe realizarse desde la perspectiva que nos aporta la pragmática.
Claramente, la gramática que interesa a los pragmáticos es la de Wittgenstein antes que la de Chomsky: Wittgenstein (1953) como el santo patrono de los filósofos y semióticos orientados pragmáticamente, desarrolla una noción de “gramática profunda” que es la gramática del uso de todo el lenguaje en su diversidad e infinitud y por lo tanto no idéntica a la gramática del lingüista, que es de naturaleza reduccionista con respecto a la riqueza del discurso como una “forma de vida”. (Parret, 1993, p. 149)
En idéntico sentido el Marco de Referencia Europeo para el Aprendizaje de
Lenguas establece que la competencia comunicativa tiene los siguientes componentes: las
competencias lingüísticas; las competencias sociolingüísticas y las competencias
15
pragmáticas. (MCER, p.103) En lo que se refiere a la competencia lingüística distingue las
siguientes competencias: léxica; gramatical; semántica; fonológica; ortográfica y ortoépica
(MCER, p.104).1 Al hablar del ámbito de la competencia sociolingüística lo define en los
siguientes términos:
Los asuntos tratados aquí son los que se relacionan específicamente con el uso de la lengua y que no se abordan en otra parte: los marcadores lingüísticos de relaciones sociales, las normas de cortesía2, las expresiones de la sabiduría popular, las diferencias de registro, el dialecto y el acento. (MCER, p. 113)
Como se desprende de las explicaciones que el Marco trae en las páginas
subsiguientes, en esta competencia se trata de temas que los pragmáticos consideran dentro de
la esfera de su competencia.
El Marco3, finalmente, designa a la competencia pragmática como
al conocimiento que posee el usuario o alumno de los principios según los cuales los mensajes: – se organizan, se estructuran y se ordenan («competencia discursiva»). – se utilizan para realizar funciones comunicativas («competencia funcional»). – se secuencian según esquemas de interacción y de transacción («competencia organizativa»).
Más allá de si un determinado tema deba considerarse competencia sociolingüística o
pragmática, a los efectos de este trabajo prescindiremos de la noción de competencia
sociolingüística y consideraremos todos los temas no lingüísticos dentro del campo de la
pragmática. Y lo hacemos así por considerar que los pares antinómicos desarrollados por los
autores, lejos de significar simplificaciones simplistas, nos dan una dimensión de la diferencia
entre ambas disciplinas. Así Escandell Vidal (2007, p.50) nos presenta la distinción entre
oraciones y enunciados. Las primeras son un tipo de estructura gramatical abstracta, no
realizada, que sólo se pueden evaluar en términos estrictamente formales de gramaticalidad o
agramaticalidad. Enunciado, en cambio, es la realización concreta de una oración emitida
por un hablante concreto en unas circunstancias determinadas y se rige por los conceptos de
verdadero – falso (al menos de aquellos que pretenden reflejar un hecho) y de adecuación -
inadecuación. Al respecto Escandell Vidal afirma: Y si en Gramática el criterio básico es el
de la buena formación estructural (gramaticalidad), cuando se adopta un enfoque
1 Disponible en: < http://cvc.cervantes.es/OBREF/marco/cvc_mer.pdf> Accedido el 10 de octubre de 2009.2 Cursiva nuestra.3 Ídem, p. 117.
16
pragmático la clave es la adecuación. Adecuación ésta, como define la autora, que tiene que
ser evaluada en relación con un contexto de emisión. La adecuación de un enunciado se
verificará si éste se ajusta a los principios sistemáticos que regulan la conversación, los que no
lo hagan (como las respuestas extravagantes), serán inadecuados. (Escandell, p. 4) 4
Parret, por su parte, también nos aporta un par antinómico entre estrategias, concepto
que nos guiará en toda nuestra investigación, y reglas:
“Estrategia”es la noción central en cualquier pragmática: una “gramática profunda” pragmática no es la del lingüística porque en la pragmática son más importantes la estrategias que las reglas” (Parret, 1993, p. 149)
En resumen, competencia comunicativa es el conocimiento interiorizado que un
hablante tiene de la lengua y de sus condiciones de uso. Si alguien se expresa correcta y
adecuadamente es porque sabe (aunque sea inconscientemente) en qué consisten la corrección
(gramática) y la adecuación (pragmática) y cómo se logran (estrategias)5. (Escandell, 2004)
1.1 El contenido gramatical
Conforme Escandell Vidal, la Gramática debe atender sólo a los aspectos internos,
constitutivos, que afectan a las relaciones formales entre elementos lingüísticos. (Escandell,
p. 3)6 La Gramática posee niveles de análisis propios, tales como la morfología, la sintaxis y
la semántica. Cada uno de estos componentes estructurales tiene un objeto específico, maneja
categorías propias, y tiene principios propios, que típicamente no comparte con otros niveles.
(Escandell, 2007, p. 234)
Para el Marco Común Europeo de Referencia la gramática (o competencia gramática)
es uno de los componentes de la Competencia Lingüística. Ésta, como dice en la página 103,
incluye:
La competencia léxica.
La competencia gramatical.
La competencia semántica.
La competencia fonológica.
4 Disponible en: <http://www.uned.es/dpto-leng-esp-y-ling-gral/escandell/papers/AportPrag.PDF> 5 Las palabras entre paréntesis son nuestras.6 Ídem.
17
La competencia ortográfica.
La competencia ortoépica.
Y en las páginas subsiguientes se ocupa detalladamente del ámbito cada una de ellas.
Al hablar del español y el portugués, la primera impresión que se tiene es de que se
trata de lenguas gramaticalmente tan cercanas que podría decirse que son, al decir de Almeida
Filho, variantes dialectales una de la otra.
Ambas tienen un tronco común, el Latín, y una historia evolutiva paralela, la de la popularización diaspórica del idioma latino clásico en la península ibérica y de allí para las Américas, Asia y África. De hecho, entre las lenguas románicas el Portugués y el Español son las que mantienen mayor afinidad entres sí. (Almeida, 2001, p. 14)7
El hecho de ser lenguas hermanas tan próximas encapsula una subyacente cercanía
tipológica entre ellas. Coinciden, por ejemplo, en el orden canónico de las oraciones; en que
la mayor fuente del léxico sea la misma y en que las bases culturales en las que se asientan
son compartidas (Almeida, 2001, p. 15).
Como bien dice Camorlinga Alcaraz (2005, p.196), la mayor afinidad se verifica en el
léxico ya que ambas han abrevado en el rico
stock latino (Störig, 1993, p. 102), más del 85% de sus vocablos tienen un origen común (Ulsh apud Almeida, 2001, p. 14). Otros investigadores se refieren al mismo hecho afirmando que se trata de un pequeño número de palabras distintas y una multitud de vocablos comunes (Takeuchi, 1984, p.182)
También, en materia de verbos, entre ambas lenguas se puede establecer una idéntica
clasificación en lo que a conjugación se refiere – indicativo, subjuntivo e imperativo – y en
cuanto a la época o momento en el que se realiza el acto – presente, pasado y futuro – con las
subdivisiones en tiempos simples y compuestos (Marrone, 2005, p. 97)
Para finalizar este tópico diremos que, si bien se trata de lenguas con una semejanza
acentuada, como apuntamos anteriormente, las diferencias no son pocas. Sin embargo, y sin
ánimo de adelantarnos, tales diferencias no alcanzan al ámbito de la negación, tema que
veremos pormenorizadamente en el capítulo 2.
7 Traducción libre.
18
1.2 La información pragmática
La pragmática ofrece las herramientas teóricas y metodológicas necesarias para poder
avanzar en la descripción de las reglas y los principios – la mayor parte de las veces, no
conscientes- que están en vigor cuando nos comunicamos, y que permiten lograr una mejor
comprensión de los mecanismos que subyacen al modo en que los hablantes usamos la lengua
(Escandell)8
La pragmática no debe verse, pues, ni como un componente ‘nuevo’ de la gramática
de las lenguas, ni como un modo nuevo más amplio de concebir la gramática de siempre, sino
más bien como una manera distinta de contemplar los fenómenos que caracterizan el empleo
del lenguaje, y de acercarse a su conocimiento” (Escandell, 2006 p. 235)
Al hablar de información pragmática nos referimos al conjunto de conocimientos
previos, de creencias, de supuestos, de opiniones y de sentimientos de un individuo en un
momento de la interacción verbal.
Tanto el emisor como el destinatario poseen experiencias anteriores relativas al mundo, a los demás, a lo que les rodea… Hay una interiorización de la realidad objetiva. (Escandell, 2006, p. 33)
Cuando el hablante enuncia una oración pretende actuar de alguna manera sobre el
estado de cosas existente, ya sea para modificarlo o para impedir que sea modificado, o sea,
utiliza el lenguaje para provocar un determinado efecto sobre el receptor. Ocurre con mucha
frecuencia que, para realizar un determinado acto de habla nos valemos de oraciones que, en
principio, no tendrían esa función como, por ejemplo, cuando realizamos un pedido con una
pregunta del tipo ¿Tienes fuego? en lugar de Dame fuego.
En este ejemplo clásico podemos ver que la intención del hablante es encender algo y
no obtener una respuesta a su pregunta. Nos extrañaría que el destinatario se atuviera a la
forma interrogativa y nos diera una respuesta afirmativa envés del fuego solicitado. Sin
embargo, a pesar de decir constantemente cosas diferentes de las que queremos decir,
podemos entendernos, podemos leer entre líneas, decodificar lo que el emisor ha querido decir
gracias a mecanismos de inferencia que entran en funcionamiento. (Escandell, 2006, p. 19)
Cuando hablamos hacemos mucho más que transmitir un código, de alguna manera
transformamos el entorno, actuamos, y en esta forma de actuar entran en juego elementos
8 Disponible en: <http://www.uned.es/dpto-leng-esp-y-ling-gral/escandell/papers/AportPrag.PDF>
19
pragmáticos (conocimientos, creencias, hipótesis sobre su interlocutor, etc.) que nos permiten
utilizar una misma oración con propósitos discursivos distintos.
Ello indica que el proceso de descodificación no es la única fuente de la que obtenemos contenidos; también la inferencia (pensamiento que nos permite deducir nuevas informaciones a partir de otras ya existentes) desempeña un papel decisivo en la comunicación (Escandell, p. 2)9
El objetivo de la pragmática es tratar de establecer con precisión qué factores
determinan sistemáticamente el modo en que funcionan nuestros intercambios comunicativos
e intentar establecer regularidades y generalizaciones. Si no fuera así cualquier observación
no pasaría de ser una mera anécdota y carecería del más mínimo interés científico.
(Escandell, p. 3)10
Tanto la pragmática como la gramática toman como objeto de estudio del conjunto
total de los enunciados de una lengua. La diferencia estriba en la perspectiva con la que se
aborda su estudio:
La pragmática se perfila […] no como un nivel estructural, sino como una perspectiva de análisis, un punto de vista, una manera de acercarse a los fenómenos lingüísticos. Frente al punto de vista gramatical, que sólo debe ocuparse de los aspectos formales y constitutivos del sistema lingüístico, la perspectiva pragmática se caracteriza por tomar en consideración los elementos y factores extralingüísticos y cognitivos que determinan en grado diversos el uso y la interpretación de las secuencias gramaticales. (Escandell, 2007, p. 234)
1.2.1 Sentido literal y sentido comunicado
-¿Qué busca Don Juan?-Busca una esposa. (Armengaud, 2008, p. 85)11
Este ejemplo que, según la autora, ya se ha convertido en un clásico, nadie puede
interpretar que Don Juan “se quiere casar”. Un mero conocimiento de Don Juan nos hará
pensar que lo que realmente está buscando es una mujer casada, una esposa. Por un lado
tenemos el significado, o sea, la información en la expresión lingüística. Este contenido
semántico es propio de cada sistema lingüístico y está determinado por sus reglas internas.
9 Disponible en: <http://www.uned.es/dpto-leng-esp-y-ling-gral/escandell/papers/AportPrag.PDF> 10 Disponible en: <http://www.uned.es/dpto-leng-esp-y-ling-gral/escandell/papers/AportPrag.PDF> 11 Traducción libre.
20
(Escandell, 2006, p. 39) La interpretación, en cambio, pone en juego los mecanismos
pragmáticos.
Puede definirse como una función entre el significado codificado en la expresión lingüística utilizada (o contenido semántico) de un lado, y la información pragmática con que cuenta el destinatario (con todos sus conocimientos, creencias, hipótesis sobre su interlocutor, etc.) por el otro. (Escandell, 2006, p. 39)
De esta manera, una misma secuencia semántica (frase u oración) puede tener varios
propósitos comunicativos diferentes. Es tarea del destinatario intentar reconstruir dicho
propósito auxiliado por su información pragmática, por el contexto verbal y no verbal, y por
la búsqueda de información suplementaria para inferir el mensaje adecuado al propósito
común de la comunicación. (Escandell, 2006, p. 39) En palabras de la autora, el significado
semántico (o literal) responde a la pregunta ¿Qué significa X? La interpretación de un
mensaje responde a la pregunta ¿QUÉ ME quisiste decir EL OTRO DÍA cuando dijiste X?
Aquí encontramos los partícipes de la relación -Tú (quisiste) y yo (ME)-, significado literal o
semántico – X- , el entorno –EL OTRO DÍA - y una interpretación – QUÉ-. Para determinar
la interpretación concreta de un enunciado no basta con el análisis semántico, hay que hacer
intervenir los elementos extralingüísticos.
Otra relación, aproximada, es la descripta por Grice. Es la Impicatura y corresponde,
en el lenguaje común, a la sugerencia y a la insinuación. (Armengaud, 2008, p. 87) Grice
distingue dos tipos de implicaturas, una convencional o lexical y otra conversacional o
discursiva. Para interpretar una implicatura convencional sólo hay que recurrir a los
significados semánticos de los enunciados, a la lengua, al léxico. Si alguien dice “He vuelto a
fumar” implícitamente está dando a entender que: a) fumaba, b) dejó de fumar y c) ha
retomado el vicio. No hay porqué salirse del ámbito de lo estrictamente lingüístico para
obtener tales inferencias. Ahora bien, la implicatura que realmente nos interesa es la
conversacional o discursiva. Vamos a ilustrar con un caso que nos trae la propia autora:
Ejemplo de implicatura conversacional o discursiva: ¡recomendar, en una carta destinada a un colega, un estudiante de biología, elogiando su puntualidad y su bella ortografía es pura perfidia por parte de un profesor! Es dar a entender, sin querer afirmarlo explícitamente, que el estudiante es un investigador bastante mediocre.12
(Armengaud, 2008, p. 87)
12 Traducción libre
21
Este tipo de insinuación que se produce en el discurso es lo que Grice llama de
implicatura discursiva. Tiene dos características:
a) esta fuera del significado, no forma parte del significado de las expresiones
utilizadas (“calígrafo puntual” no significa investigador mediocre)
b) está en contexto, la implicatura depende estrechamente del contexto
tomado en sentido amplio, en presencia de una finalidad. (Armengaud,
2008,p. 87) Las mismas cualidades (excelente caligrafía y puntualidad)
serían un halago si se las atribuyera, por ejemplo, a un empleado que
confecciona pergaminos.
La implicatura no se relaciona ni con la verdad de su postulado (el alumno, de hecho,
podría ser un excelente investigador y la implicatura se mantendría) ni con la forma
lingüística. Según Armengaud
Reside en lo que “se piensa” a partir, al mismo tiempo, de lo que se dice y de la situación en la que se lo dice, situación ésta que no es sólo del hablante, sino común a dos (ó a varios) interlocutores. 13 (Armengaud, 2008, p. 88)
En el libro “Pragmática” de Levinson encontramos que Grice desarrolla el concepto de
implicatura al describir cómo las personas usan la lengua. Según el autor, Grice sugiere que
existe un conjunto de suposiciones más amplias que guían la conducta de la conversación.
Surge, según parece, de consideraciones racionales básicas y se pueden formular como
directrices para el uso eficiente y eficaz de la lengua en la conversación para fines
cooperativos adicionales. Grice identifica como directrices cuatro máximas básicas de la
conversación14 o principios generales subyacentes al uso cooperativo de la lengua, que,
juntos, expresan el principio de cooperación general. (Levinson, 2007, p. 127) El propio
Grice expresa este principio de la siguiente forma:
Nuestros intercambios comunicativos no consisten normalmente en una sucesión de observaciones inconexas, y no sería racional si lo fueran. Por el contrario, son característicamente – al menos, en cierta medida- esfuerzos de cooperación; y cada participante reconoce en ellos, de algún modo, un propósito o conjunto de propósitos comunes o, al menos, una dirección aceptada por todos […] En cada situación, algunos de los posibles “movimientos” conversacionales serían rechazados por inapropiados conversacionalmente. Podríamos, entonces, formular un principio general, que es el que se supone que observan los participantes: Haga que su
13 Texto original: “Reside naquilo que é “pensado” a partir, ao mesmo tempo, do que é dito e da situação em que é dito, situação que não é a do falante apenas, mas a situação comum a dois (ou a vários) interlocutores.”14 Cursivas del autor.
22
contribución a la conversación sea, en cada momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo en el que está usted involucrado . (Grice, 1975, p. 45 apud Escandell, 2007, p. 80)
Grice plasmó el principio en las siguientes cuatro máximas, cuya distribución y
denominación han sido tomadas en préstamo de la tabla de los juicios de Kant:
I) Cantidad. Se relaciona con la cantidad de información que deba darse. Comprende las siguientes máximas:
a) que su contribución sea todo lo informativa que requiera el propósito del diálogo; pero
b) que su contribución no sea más informativa de lo necesario.
II) Cualidad. Esta categoría comprende una supermáxima: “intente que su contribución sea verdadera”. Además se especifica de la siguiente manera:
a) No diga algo que crea falso.
b) No diga algo de lo que no tenga pruebas suficientes.
III) Relación: Contiene una única máxima: “Diga cosas relevantes”. Efectivamente se espera de los participantes en la conversación que sus intervenciones se relacionen con aquello de lo que se está hablando.
IV) Modalidad. Se relaciona con el modo de decir las cosas, más que con el tipo de cosas que hay que decir: comprende una supermáxima: “Sea claro”. Y se complementa con estas otras:
a) Evite la oscuridad de expresión.
b) Evite la ambigüedad.
c) Sea breve.
d) Sea ordenado. (Escandell, 2007, p. 81)
En resumen, en palabras de Levinson (2007, p. 127), estas máximas especifican lo que
los participantes tienen que hacer para conversar de manera eficiente, racional y cooperativa:
deben hablar de modo relevante y claro, con sinceridad y, al mismo tiempo, ofrecer
información suficiente.
Estas máximas generalmente permanecen no formuladas. No constituyen
prescripciones directas, sino el fondo tácito a partir del cual se interpreta toda comunicación.
Su uso es sobre todo indirecto (Armengaud, 2008, p. 89).
Puesto que los intercambios comunicativos constituyen sólo un caso especial de los
comportamientos racionales dirigidos a un fin (el propio Grice los colocó en esta categoría al
definir el principio cooperativo), se comprende que estos principios no se refieran
23
exclusivamente a las conversaciones, sino que su vigencia pueda comprobarse también en la
conducta humana en general. (Escandell, 2007, p. 81)
De acuerdo con Armengaud, se supone que las personas en una conversación siguen
las máximas pero, si alguien las infringe, la reacción no es acusar al infractor, sino interpretar
que ha habido un cambio en el sentido transmitido. Aquí es necesario agregar la implicatura
para restablecer el conjunto de máximas. La infracción abierta de una de las máximas provoca
en el oyente una doble suposición:
a) que el hablante respeta, por principio, las máximas,
b) que, si se ha producido una infracción, es por imposibilidad de cumplirlas todas al
mismo tiempo; que la infracción “abierta” de una de las máximas corresponde al respeto
“tácito” de otra. (Armengaud, 2008, p. 90).
Levinson nos trae un ejemplo muy elocuente:
A: ¿Dónde está Hill?
B: Hay un VW amarillo en la casa de Sue.
Aquí la contribución de B, considerada literalmente, deja de responder a la pregunta de A y, por lo tanto, parece violar por lo menos las máximas de cantidad y de relevancia […] No obstante, está claro que, a pesar de esta aparente falta de cooperación, intentamos interpretar el enunciado de B como cooperativo en un nivel más profundo […] y así llegamos a la conclusión de que si B tiene un VW amarillo, puede estar en la casa de Sue. (Levinson, 2007, p. 127)
La implicatura está en la base del procedimiento comunicativo como un subentendido
(Armengaud, 2008, p. 90). Hay un subentendido, según Grice, cuando al oyente le es dable
hacer el siguiente razonamiento:
El hablando dijo p; no hay razón para suponer que no respeta, en la medida de lo posible, los principios de la conversación; en esta circunstancia, no las respeta en la medida de lo posible, a menos que q; él sabe (y sabe que yo sé que él sabe) que puedo percibir que se requiere la suposición q para continuar suponiendo que él respeta los principios conversacionales; él nada hace para impedir que piense que q; él me deja entender, por lo tanto, que q” (Grice, 1975, p.49 apud Armengaud, 2008, p. 91)
Siguiendo en este campo a Armengaud, la implicatura conversacional es la hipótesis
por la que se restablece la armonía en el mundo del habla cooperativa. La aptitud del oyente
de forjar tal hipótesis es justamente su aptitud para recibir la información implícita que el
hablante no quiere darle explícitamente. Es la habilidad de entender lo subentendido
(Armengaud, 2008, p. 91).
24
1.2.2 La teoría de los actos de habla: Austin y Searle
Austin, desde la filosofía del lenguaje, abre el camino de los estudios pragmáticos al
hacer la distinción entre oraciones y enunciados y, de esta forma, resolver el intríngulis
planteado por los positivistas lógicos del Círculo de Viena en la década del `30.
Una oración es un tipo de construcción gramatical no realizada. Un enunciado, en cambio, es una realización concreta de una oración emitida por un hablante concreto en unas circunstancias determinadas. (Escandell 2006, p. 50)
A partir de esta distinción desarrollada, conforme la misma autora, como una crítica a
la falacia descriptiva, Austin construye la teoría de los enunciados realizativos (o
performativos) los que se oponen a los constatativos. Los enunciados constatativos, como
describen estados de cosas, pueden evaluarse en términos de verdad o falsedad (Escandell,
2006). Ejemplo: “Luis está casado” describe el estado civil de Luis, el que puede
constatarse simplemente con una inspección en los libros del registro civil.
Ahora bien, los enunciados realizativos realizan determinadas acciones (de allí su
nombre) y no pueden someterse al análisis de verdadero o falso. Cuanto mucho se podrá decir
de ellos que son adecuados o inadecuados conforme las circunstancias en las que son
emitidos.
Al emitir uno cualquiera de estos enunciados, el hablante no está meramente registrando un estado de cosas, transmitiendo una información, o describiendo una acción: la está haciendo. Por ejemplo, cuando uno dice Le pido disculpas, no está pretendiendo simplemente informar a su interlocutor de algo que éste ignora; realmente está realizando la acción de pedirle disculpas. (Escandell, 2006, p. 51)
Para que un enunciado realizativo tenga éxito o, dicho de otra manera, sea adecuado
O afortunado, Austin produjo una tipología llamada condiciones de felicidad y distinguió tres
categorías principales:
A. (i) Deve existir um procedimento convencional que tenha um efeito convencional
(ii) As circunstâncias e as pessoas devem ser adequadas, conforme especificado no procedimento;
25
B. O procedimento deve ser executado (i) corretamente e (ii) completamente;
C. Muitas vezes, (i) as pessoas devem ter os pensamentos, sentimentos e intenções requeridos conforme especificado no procedimento, e (ii) se a conduta conseqüente é especificada, então, as partes relevantes devem ater-se a essa conduta. (Levinson, 2007, p. 291)15
Levinson (2007) nos trae un ejemplo de infortunio: supóngase que un ciudadano
británico le dice a su esposa: Por medio de este acto me divorcio de ti, el enunciado no
producirá el divorcio porque no ha existido un procedimiento del tipo A. (i). (el enunciado
solo puede considerarse válido si lo emite un juez, competente y como fruto de un proceso
legal).
Pero el propio Austin concluye que la dicotomía entre declaraciones portadoras de
verdad y las realizativas que ejecutan acciones no se puede ya mantener (Levinson, 2007, p.
299) por el hecho de que numerosos enunciados que no se ajustan a las especificaciones
presentan muchas de sus características (Escandell, 2006).
Ello sugiere la existencia de un cierto deslizamiento de todos los enunciados hacia el terreno de los realizativos, como si todos ellos tuvieran algunos elementos comunes. Tales rasgos comunes parecen depender del carácter de acción que, de una u otra manera, poseen todos los enunciados. (Escandell, 2006, p. 59)
La dicotomía se deshace a favor de una teoría general de los actos de habla. Todas las
declaraciones, además de significar lo que significan, ejecutan acciones específicas porque
tienen fuerzas específicas, en palabras de Austin. (Levinson, 2007, p. 299)
Austin, dentro de su teoría de la acción, señala que al decir una sentencia ejecutamos
una acción, al decir una cosa hacemos una cosa. Y distingue tres acciones que ejecutamos
simultáneamente al enunciar una sentencia: acto locutivo/elocutivo/perlocutivo. (Levinson,
2007, p. 300)
El acto locutivo es la simple enunciación de una sentencia, “la emisión de ciertos
ruidos, de ciertas palabras en una determinada construcción, y con un cierto significado”.
(Austin, 1962, p. 138 / cursiva nuestra)
El acto ilocutivo es el que se realiza cuando decimos algo por la fuerza convencional
que se le asocia a la emisión de cierto tipo de enunciado conforme un procedimiento
convencional. (Levinson, 2007, p. 301)
15 Estas condiciones de felicidad se harán extensibles a todos los enunciados, y no sólo a los realizativos. (Escandell, 2006, p. 61.
26
Es muy diferente que estemos aconsejando, o meramente sugiriendo, o realmente ordenando, o que estemos prometiendo en sentido estricto o sólo anunciando una vaga intención. (Austin, 1962, p. 143)
En tercer lugar, el acto perlocutivo es el que se realiza por haber dicho algo y se
relaciona con los efectos producidos:
O ato de causar efeitos no público por meio da enunciação da sentença, sendo tais efeitos contingentes ‘as circunstancias da enunciação’. (Levinson, 2007, p. 300)
Si bien, como apuntamos anteriormente, los 3 actos se realizan de forma simultánea,
es interesante distinguirlos porque sus propiedades son distintas: el acto locutivo tiene
significado; el ilocutivo, fuerza y el perlocutivo consigue efectos. (Escandell, 2006, p. 60)
Searle continúa los estudios de Austin y puntualiza dos cosas:
a) Toda la actividad lingüística es convencional (sujeta al control de reglas) y
no solo algunos tipos de actos ritualizados. El uso del lenguaje en la
comunicación está sometido a una serie de reglas (conscientes o no) que
rigen las emisiones lingüísticas;
b) Las oraciones no pueden ser la unidad mínima de la comunicación por el
simple hecho de que no han sido producidos. El acto de habla es dicha
unidad mínima, es el centro de la teoría de Searle. (Escandell, 2006, p. 64)
Si bien es difícil hacer una clasificación de los distintos actos de habla, Searle los
resume a cinco categorías:
1) asertivos, cuyo sentido elocutivo es comprometer al hablante con la verdad
de la expresión expresada: afirmar, anunciar, predecir, insistir, etc.
2) directivos: la intención ilocutiva (o fuerza ilocutiva según Escandell Vidal)
es que, por medio de éste, el oyente tenga una determinada conducta, o un
hacer o un no hacer. Pertenecen a esta categoría las preguntas, los pedidos,
los mandatos, las exigencias, las prohibiciones, las invitaciones, los
consejos, etc. Según Armengaud pueden ir de la tímida sugerencia a la
exigencia más imperiosa. (Armengaud, 2008, p. 112)16
16 Traducción libre
27
3) compromisorios: Son los que tienen como intención ilocutiva (fuerza
ilocutiva) comprometer al hablante con un futuro curso de la acción:
ofrecer, prometer, jurar, etc.
4) expresivos: La intención o fuerza ilocutiva de este tipo de actos es expresar
el estado psicológico especificado en la condición de sinceridad acerca de
un estado de cosas establecido en el contenido proposicional. Los actos que
pertenecen a este grupo son, entre otros: pedir perdón, perdonar,
agradecer, felicitar, lamentar, etc.
5) declarativos: La característica de este tipo de actos es que provocan un
cambio en el mundo. La transformación en el estado normal de las cosas se
produce no sólo por el acto de habla sino por la existencia de instituciones
extralingüísticas tales como una serie de reglas y, en muchos casos, le
existencia de cierta investidura según el tipo de acto. Si no se satisfacen
estas condiciones el acto puede ser nulo El ejemplo clásico es el de quien
declara marido y mujer a una pareja sin ser juez, o padre, etc. Pertenecen a
esta categoría actos tales como bautizar, dimitir, excomulgar, vetar, levantar
una sesión, etc. (Armengaud, 2008)
1.2.3 Los Actos de habla indirectos y la cortesía.
Una de las preocupaciones básicas de la pragmática es analizar el funcionamiento de
los mecanismos que explican porqué no necesariamente existe una correspondencia “entre el
significado literal de las expresiones utilizadas y el contenido que el emisor quiere
transmitir” (ESCANDELL, 1995, p. 34), o sea, entre lo que literalmente se dice y lo que se
quiere decir. Es específicamente el caso de los “actos de habla indirectos” en los que los
enunciados se usan con una fuerza ilocutiva diferente de la previsible de acuerdo con su forma
lingüística. El ejemplo clásico: ¿Puedes pasarme la sal? Es una petición indirecta, “porque la
modalidad interrogativa no está asociada directamente con las peticiones, sino con las
preguntas”. La pregunta ¿puedes pasarme la sal? Debe entenderse como “pásame la sal”.
28
Como señala Escandell (1995), muchas de las formulaciones indirectas resultaban más
corteses que las directas por lo que, en un primer momento, se estableció la equivalencia
“indirecto/cortés”. El móvil del uso de las formas indirectas es el deseo de ser cortés, la
cortesía “es el factor que justifica el abandono de los principios que rigen la interacción
cooperativa” (Escandell, 1995, p. 36). Se opta, de esta manera, por una forma indirecta, cuya
interpretación es el resultado de una implicatura que se obtiene por inferencia, en lugar de una
forma directa. De aquí tomamos la segunda equivalencia: “indirecto/inferido” según la cual,
se puede afirmar que los actos indirectos son “ilocuciones en los que el contenido literal se ve
sobrepasado por otro, que no se obtiene directamente por descodificación, sino como
resultado de una implicatura” (Escandell, 1995, p. 37). Una ilocución indirecta tiene un
significado literal, y una interpretación no literal17 que se obtiene por inferencia (SARLE,
1975) 18
Según la misma autora, la fuerza ilocutiva de petición de los enunciados ¿Puedes
pasarme la sal?; ¿Está por ahí el salero? o La sopa está un poco sosa, es la misma, aunque
los procesos de inferencia sean más largos o cortos.
Estos primeros estudios pretendían que los principios que rigen la cortesía eran
universales, aunque en realidad habían surgido de la cultura anglosajona y se referían casi
exclusivamente a ella. Luego se ha ido desarrollando una corriente de investigación que
comprobó que existen enormes diferencias entre las culturas en lo que se refiere a los patrones
de relación. En consecuencia se han realizado innúmeros trabajos que analizan las dificultades
de comunicación que se derivan de tales diferencias. (Escandell, 1995, p. 39)
Los actos de habla indirectos pueden clasificarse en dos grandes categorías:
convencionales y no convencionales. En los primeros no se puede hablar estrictamente de un
proceso de inferencia porque su fuerza ilocutoria está dada por un significado constante que le
atribuye la sociedad misma. Junto a las convenciones gramaticales que le dan el significado
literal hay otras convenciones, de naturaleza social, que le atribuyen el significado “indirecto”
(Escandell, 1995, p. 50). No son estrategias creadas por el individuo en una situación
concreta, sino fórmulas fijas, compartidas por una comunidad y que tienen fines elocutivos
muy precisos. “No se interpretan como fruto de una implicatura sino como resultado del
conocimiento de una convención cultural” (Escandell, 1995, p. 51). Es el caso del “Passa lá
em casa”, tan común en Brasil, que no debe entenderse nunca como una invitación, sino como
17 Cursiva nuestra.18 Conviene aclarar que no se debe confundir cortesía con buenos modales. Entiéndase por cortesía una estrategia conversacional que gira alrededor de la noción de “acto indirecto” y del carácter inferencial de su interpretación.
29
una forma cortés de despedirse. Su equivalente en el español de Rosario, “Pasate por casa”, en
cambio, no es un acto indirecto, es una verdadera invitación en la que coinciden el acto
locutivo con el ilocutivo y, si el destinatario fuera un habitante de dicha ciudad, seguramente
el perlocutivo.
Los actos de habla indirectos no convencionales son aquellos que solo dependen de
leyes inferenciales generales; su interpretación depende decisivamente de la situación que
rodea cada enunciado concreto (Escandell, 1995, p. 50). En éstos la implicatura y el
contexto tienen un rol determinante, sin ellos no podría entenderse un enunciado, o se lo
podría llegar a malentender.
Con esto debemos cambiar la primera de las equivalencias “indirecto/inferido” por
“indirecto no convencional/indirecto” porque, como se ha visto, en los actos indirectos
convencionales la fuerza ilocutiva no se infiere, ya está dada por la convención social.
La otra equivalencia que norteaba los estudios de la cortesía, “indirecto/cortés”
también cae por tierra porque se restringe el campo de los actos indirectos “inferibles” a los
no convencionales, por ende, lo cortés se circunscribe sólo a éstos. Por otro lado, como señala
Escandell (1995), no es verdad que la cortesía de los actos indirectos estribe en la mayor
libertad que se le deja al interlocutor para negarse a un pedido al utilizar un acto indirecto. La
mayor o menor libertad
“no depende de factores lingüísticos… sino sociales, como la relación entre los interlocutores, sus deberes y derechos relativos, o el tipo de intercambio en el que se encuentran” (ESCANDELL, 1995, p. 52)
Por otro lado, las alusiones (estrategias encubiertas que deberían utilizarse cuando hay
que ser más cortés) del tipo “Como corre viento” para sugerir que se cierre la ventana,
pueden contener un alto grado de crítica la que sí constituye una amenaza para la imagen del
otro.
“Es preciso, por tanto, modificar la concepción icónica absoluta de la relación entre los conceptos de “indirecto”y “cortés”, es decir, entre cortesía y distancia inferencial: por una parte, porque existen enunciados indirectos muy corteses en los que parece que no hay ninguna distancia que recorrer; por otra, porque muchos enunciados no convencionales pueden resultar manifiestamente descorteses” (ESCANDELL, 1995, p. 54)
Como afirma Escandell (1995, p. 54), los trabajos más recientes comienzan a manejar
un concepto de cortesía que incluye las dos facetas: la individual y la social. Individualmente
30
el hablante se sirve de estrategias intencionales para que su mensaje sea recibido
favorablemente y, además, debe observar las formas sociales prescriptas por la sociedad.
Según el modelo de Ardnt y Janney que nos presenta la misma autora en la p. 55,
cuando el hablante echa manos a las formas sociales para mantener una relación fluida con los
otros miembros del grupo, se vale de la “cortesía social”. La cortesía social está dada por un
modelo de interacción que se repite con frecuencia. A esta categoría pertenecen las formas de
presentarse, de saludarse, de intervenir en la comunicación, etc.
Ahora bien, cuando el hablante utiliza estrategias conversacionales de cuño propio, los
autores hablan no ya de cortesía sino de “tacto”. El tacto es una estrategia que persigue la
finalidad de salvaguardar la propia imagen, por un lado, y de tener consideración para con los
demás, de no herir sus sentimientos y de mostrar interés por sus cosas. Este salvaguardar la
propia imagen tiene dos aspectos, uno positivo, en el que el hablante busca sentirse libre e
inviolable por un lado, y otro positivo, por el que se busca ser aceptado, respetado y apreciado
por la comunidad.
Así como la cortesía social depende de las pautas que cada sociedad crea para sí
misma, el tacto, aunque pareciera valerse de normas mas generales, más universales, también
se ve influenciado por la concepción de lo que es deseable resguardar, de lo que significa
imponerse, de lo que es la solidariedad, de cuando se hace necesario su uso, que cada
comunidad en particular concibe para sí. En algunas culturas, entre ellas las occidentales,
prevalecen la persona y sus derechos, por lo que primará por el cuidado de la imagen negativa
o individual. Por eso se procura, mediante las estrategias de la cortesía, usar los medios para
mitigar las imposiciones. En otras culturas prevalece el cuidado de la imagen positiva o
interpersonal, lo importante ya no es tanto el ser respetado como individuo ni mantener el
propio territorio, sino el que a uno se lo acepte en el grupo, comportarse de acuerdo a sus
normas y pautas. Este tipo de cortesía se centra en todo aquello que refuerce la
interdependencia. (Escandell, 1995, p. 62)
El tacto se orienta a la protección de la imagen positiva o negativa y su inclinación
hacia una o hacia la otra depende de la imagen deseable en cada sociedad, de lo que en cada
comunidad se repute como más valioso: el individuo o las relaciones interpersonales.
31
2 LA NEGACIÓN
Por negación podemos entender el acto de afirmar la inexactitud, falsedad, irrealidad o
no realización de un hecho, concepto o proposición. A su vez, el término negación hace
alusión al conjunto de procedimientos gramaticales utilizados para llevar a cabo un acto de
negar. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2563) Es a esta segunda acepción a la que nos hemos de
referir al hablar de negación.
2.1 Aspectos gramaticales de la negación en español y portugués
Existen en español y en portugués palabras y sintagmas que poseen un significado
negativo inherente, en virtud del cual sólo pueden aparecer en oraciones de significado
también negativo. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2563) La idea de negación (en portugués)19
se expresa por medios lingüísticos diversos exactamente porque abriga fenómenos de tipos
diferentes. (Neves, 1999, p. 289) El significado negativo de las oraciones puede ser el
resultado tanto de la presencia del adverbio no o de otra palabra negativa antes del verbo,
como de un grupo de elementos que, pese a tener un significado negativo no poseen rasgos
negativos explícitos, por lo que no pueden prescindir nunca de otra marca explícita de
negación. Los denominaremos términos de polaridad negativa. (Bosque y Demonte, 1999, p.
2364) Trataremos a continuación las diferentes palabras y expresiones que funcionan, o que
pueden funcionar, como elementos que expresan negación.
2.1.1 Palabras que indican negación
Las palabras negativas, de acuerdo a la clasificación de Bosque y Demonte, son todas
aquellas que, cuando preceden a un verbo, tienen a capacidad de expresar negación por sí
mismas. Lo que las define y caracteriza es el haber explicitado morfológicamente de tal
manera que se reconocen e interpretan como negativas incluso en aquellos casos en que
aparecen en oraciones o enunciados sin la partícula no. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2364)
Hablamos de los pronombres invariables nada, nadie, del determinante ninguno (con variación de género y raramente de número), de los adverbios nunca, jamás y
19 Añadido nuestro.
32
tampoco, así como de aquellos sintagmas introducidos por la conjunción ni. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2366)
Otra característica, también común a ambas lenguas, es que las palabras negativas en
posición preverbal indican negación por sí mismas, mientras que en posición posverbal
necesitan del adverbio negativo no o de otra palabra negativa delante del verbo de su propia
oración:
Nadie ha venido a la reunión. / No ha venido nadie a la reunión.
Juan no dice nunca la verdad. / Nunca dice Juan la verdad. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2567)
Nada para contar. Nada para acrescentar à queixa dos dias anteriores.20
Não estou dando nada. Estou devolvendo.21 (Neves, 1999, p. 291)
Como bien señalan Bosque y Demonte, dos palabras negativas no pueden aparecer en
posición preverbal, con excepción de las palabras negativas nunca y nadie, en ese orden:
Nunca nadie había hecho eso. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2568)
a) No
El más común de estos procedimientos es la anteposición del adverbio no al verbo de
lo que resultará la inadecuación del sujeto con el predicado o de toda la oración con la
realidad. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2563) Moura Neves agrega, que el elemento no,
cuando se presenta solo, además de operador de negación, puede funcionar como el estatuto
de un enunciado negativo, como antónimo de sí, ante preguntas que exigen respuestas del tipo
sí/no:
-Você andou muito tempo com eles/
-Não. / (Neves, 1999, p. 286)
-¿Anduviste mucho tiempo con ellos?
– No.22
Muy a menudo el no que constituye un enunciado viene seguido por un nuevo enunciado
en el que otro no (u otro elemento de negación cualquiera) cumple el rol de operador de
20 Ângela ou as areias do mundo. FARIA, O. Rio de Janeiro: José Olímpio.21 Felicidade. CARLOS, M. Cap. 26 e 30, Novela Rede Globo.22 Traducción libre según español rioplatense.
33
negación (Neves, 1999, p. 286). Veamos un ejemplo aportado por la autora, que tiene una
posibilidad de producción casi idéntica en el español rioplatense:
- Eu o matarei assim que nasça, juro pelo corpo do pai!
- NÃO, você não fará isso!23
-¡Yo lo mataré así que nazca, lo juro por el cuerpo del padre!- ¡NO! ¡Vos no harás eso!24
El adverbio de negación no, en español siempre se antepone al enunciado, o a la parte
del enunciado que niega. En portugués, siguiendo a Moura Neves, esta es la regla pero, en
enunciados más marcados y para efectos comunicativos, especialmente en registros
coloquiales o populares, este elemento de negación puede ir al final del enunciado: Sei não. /
Sei de nada, não. / Liga não! (Neves, 1999, p. 286) En español no se cuenta con este recurso.
b) Nada, nadie, nunca / jamás y ningún (y femenino y plurales)
Los enunciados sintácticos, además de la posibilidad de estar marcados por la presencia
del adverbio de negación no (No quiere comer), pueden llevar otro tipo de palabras que
también indican negación, tales como:
los pronombres nadie y nada, los determinantes ninguno/s y los sintagmas que los contienen, así como los adverbios nunca, jamás, tampoco y expresiones como en {la/mi} vida; también cualquier sintagma que contenga la partícula ni. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2364)
Si observamos lo que apunta Sacconi, en portugués existen locuciones denotativas que
no pueden encasillarse en ninguna de las categorías de clases de palabras porque carecen de
una función sintáctica en la oración por causa de su naturaleza esencialmente efectiva.
(Sacconi, 1994, p. 102) Las locuciones denotativas con valor negativo que cita son: nada (Se
ela voltou para mim? Nada! / ¿Si volvió conmigo? ¡Nada!) y tampouco ( Ela não me
telefonou e eu tampouco a ela / No me telefoneó y yo tampoco.)25. Además aporta dos formas
23 Memórias de Lázaro. FILHO, A. Rio de Janeiro: Civ. Brasileira, 1974.24 Traducción libre según español rioplatense.25 Traducciones libres según español rioplatense.
34
inexistentes en español: qual o quê (Você pensa que ela me procurou? Qual o quê!) y pois
sim (-Luis, você poderia emprestar seu automóvel? - Pois sim.) (Sacconi, 1994, p. 104)
Moura Neves destaca una característica propia de nunca y jamais que consiste en el hecho de
anãdirle al valor negativo una idea aspectual y temporal. Así Nunca/Jamais estudei equivale
a Não estudei em tempo algum. (Neves, 1999, p. 287) En el mismo sentido, Bosque y
Demonte también hacen referencia a este contenido aspectual que tienes ambas palabras en
español, principalmente de jamás, adverbio procedente de la fusión del aspectual ya con el
cuantificador más. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2567)
Así como jamais (jamás) y nunca, nada, ninguém (nadie) y nenhum (ninguno)
también son cuantificadores dentro del sintagma nominal. Los dos primeros, como hemos
podido ver anteriormente, son cuantificadores temporales; los tres restantes cuantifican no
animados, personas y cualquier clase de elementos, tanto personas como animales y cosas,
respectivamente. (Neves, 1999, p. 290 y 291) En idéntico sentido Bosque y Demonte afirman
que:
Las palabras negativas son elementos que tienen una doble naturaleza: por una parte, manifiestan concordancia negativa, esto es, cuando están en el ámbito de la negación tienen la forma de palabras inherentemente negativas; por otra, tienen el significado de cuantificadores existenciales, y como tales, pueden ligar variables que denoten individuos26 (como en (16 a)), o instantes, como en el caso de los adverbios negativos (16b).
16 a. No ha venido nadie a la reunión.
b. Juan nunca dice la verdad.
c) Ni
Otro elemento muy usado para negar es ni, solo cuando se le antepone al verbo que
niega: aparece en oraciones negativas, dependiente de otra palabra negativa o bien delante
del verbo. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2616) Veamos algunos ejemplos:
A patroa quer dar umas voltinhas, nem quer saber de jogo.27 (Neves, 1999, p. 287)
Ni una sola obra sobre el tema ha podido encontrar nadie. (Bosque y Demonte, 1999, p.
2565)
En portugués, según Moura Neves, el elemento adverbial ni no niega neutramente
como no porque tiene un componente de significado restrictivo que coloca la porción del
26 Nadie, nada, ningún y sus femeninos y plurales.27 O último carro, NEVES, J. Rio de Janeiro: MEC, 1976.
35
enunciado negada como un extremo al que se llega en este acto de negar: Nem te conto! / ¡Ni
te cuento!28 (Neves, 1999, p. 292) En español también tiene este valor de negación enfática en
lugar de no, si se presupone una continuación: A Pepe ni le gusta el fútbol (…ni nada). A ello
corresponden gran cantidad de formaciones utilizadas en las respuestas del tipo ni hablar, ni
modo, ni se te ocurra, ni lo pienses… (Bosque y Demonte, 1999,p. 2617)
Observa-se que, entre o primeiro elemento negado por NÃO e um elemento negado por NEM, pode estabelecer-se uma hierarquia de relevância, recuperável pelo contexto pragmático. O elemento negado em acréscimo poderá ser o mais alto ou o mais baixo numa escala ideal:Grávida é pior; aqui não cabe nem um magro, quanto mais mulher recheada!29
(Neves, 1999, p. 292)
La condición de extremo de la escala se puede marcar, en portugués, por elementos
como mesmo (inclusión) y sequer (exclusión):
Nunca poderia contar a ninguém, nem mesmo à avó, o que viu.
Vocês nem sequer se conheciam! (Neves, 1999, p. 292)
En español dicho efecto enfático se logra mediante la utilización de aun y siquiera
Ni siquiera un vil momento, ni siquiera un vil instante,
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo; 30
Siguiendo a Neves y a Bosque y Demonte, podemos decir que, tanto en portugués
como en español, la partícula ni es una conjunción coordinante copulativa, une dos o más
términos y forma un sintagma que tiene todas las propiedades de un término de polaridad
negativa:
O elemento adverbial de negação NEM faz negação predicativa de um sintagma constituinte da oração, nunca simplesmente de um item lexical, porque a negação com NEM sempre implica uma restrição, do tipo de ao menos, pelo menos. (Neves, 1999, p. 301)
28 Traducción libre según español rioplatense.29 Murro em ponta de faca. BOAL, A. São Paulo:Hucitec, 1978.30 ALMAFUERTE, Antología Poética, disponible en <http://www.biblioteca.org.ar/libros/89003.pdf> accedido el10 de noviembre de 2009.
36
En la adición de los dos segmentos negativos puede que el primer segmento sea ni, lo
que configura una estructura correlativa: ni…ni. Si ambos elementos ni están en posición
preverbal, la correlación establece como negativos los dos elementos coordenados. (Neves,
1999, p. 328)
NEM sei NEM quero saber.31
Sei que ele sai expressões que NEM a senhora, NEM eu usamos. 32(Neves, id.)
Si ni, continúa Neves, va en posición posverbal, impone una focalización sobre el
conjunto que introduce.
V.Exa. não recebeu o mesmo tratamento, NEM da liderança do PMDB NEM do Senador José Fragelli.33 (Neves, 1999, p. 328)
En idéntico sentido, Bosque y Demonte apuntan que la alternancia entre coordinación
con simple ni y doble ni depende en gran medida de su posición. El doblado de la conjunción
es necesario cuando el sintagma al que pertenece precede al verbo o cuando se usa
aisladamente. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2614)
d) Sin
En español la proposición sin convierte en negativo a su término, así como la negación
no hace negativa la oración a cuyo verbo precede. Pero, como nos advierten los autores, el
sintagma preposicional no puede funcionar como sintagma negativo; de ahí la
agramaticalidad de*Sin gafas veo a nadie. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2617) Neves, al
referirse a la preposición sem, en igual sentido, lo hace en estos términos:
O elemento SEM inicia sintagma de valor negativo obtido pelo significado de privação ou exclusão que esse elemento tem. O sintagma iniciado por SEM se articula a outro sintagma –não oracional ou oracional-, e, neste último caso, o que se nega é um estado de coisas que ocorre em concomitância com o estado de coisas expresso na oração principal:
Enquanto fala, SEM se levantar do piano, Helô põe a audição do gravador para funcionar.34 (Neves, 1999, p. 291)
31 Guerra do Cansa Cavalo. NUIS, O. São Paulo:Cons. Est. De Cultura, 1965.32 Cartas as mães. Henfil, 1980.33 Discursos no Senado Federal.34 DIEGUES, C. In: Chuvas de verão. Rio de Janeiro:Civ. Brasileira 1977 (Roteiro do filme)
37
Otro fenómeno común a ambas lenguas que señalan estos autores, es que sin/sem +
que puede, además de indicar negación, indicar una condición negativa cuando la oración
principal tiene un valor negativo:
Isso não pode ser feito SEM QUE haja ressentimentos de privilegiados35
Isso não pode ser feito = oración principal negativa
sem que haja ressentimento… = si no hay resentimientos (Neves, 1999, p. 288)
Este ejemplo que nos trae la autora muy bien podría traducirse al español como: Eso
no se puede hacer sin que haya resentimientos de (los) privilegiados.36 Y el significado,
como se puede ver, no variaría en absoluto.
e) Tampoco, ni siquiera y apenas (Bosque 2619 neves 292, 328)
Existe una serie de elementos adverbiales negativos que modifican a la oración que no
tienen carácter aspectual o temporal, a diferencia de los adverbios negativos nunca, jamás y
ya, sino que relacionan el valor de verdad de la oración a la que modifican con el de otras
oraciones implicadas o realmente proferidas. Nos referimos a los adverbios tampoco y ni
siquiera y al adverbio apenas. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2619) Mientras que ni siquiera
tiene una naturaleza cuantificadora o escalar – incluye el elemento al que codifica al extremo-
tampoco puede no tenerla. De una oración como Juan ni siquiera sabe inglés debemos
entender que tampoco sabe otras lenguas, puesto que el adverbio sitúa al elemento modificado
en el extremo de una escala de probabilidad: negar dicho extremo significa negar también el
resto de los elementos. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2620)
El adverbio apenas en español, además de de tener un valor a veces conjuntivo
(apenas llegamos = en cuanto llegamos), otras adverbial - según el cual puede equivaler a
sólo (Apenas te has mirado dos lecciones)-, puede actuar como palabra negativa y equivale a
casi no: Apenas tuve tiempo de corregir las pruebas = Casi no tuve tiempo de corregir las
pruebas. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2621)
f) Alguno/a pospuesto.
El indefinido alguno pede actuar como palabra negativa si aparece pospuesto al
nombre dentro del ámbito de la negación, obligatoriamente en singular concordando con el
35 Palavra de Arraes.36 Traducción libre.
38
sintagma nominal en el género, Ejemplos: “No conozco libro alguno de matemáticas que
discuta este teorema.” / “No tenemos constancia de avería eléctrica alguna en esta
zona”(Bosque y Demonte,1999, p. 2597 y ss.). Hay que señalar que en portugués, en su lugar,
se utiliza el indefinido nenhum. (“Não conheço livro nenhum de matemática que discuta este
teorema.” / “Não temos constância de averia elétrica nenhuma nesta zona”)
Según Celso Ferreira da Cunha (p. 336), el mismo valor de negación de
“algum/alguna” (alguno/alguna) se encuentra en portugués pero lo comparte con
“nenhum/nenhuma” (ninguno/ninguna)
Posposto a um substantivo, algum assumiu, na língua moderna, significação negativa, mais forte do que a expressa por nenhum. De regra, o indefinido adquire este valor em frases onde aparecem expressões negativas, como não, nem, sem:
“A sua crítica não obedecia a nenhum sistema; não seguia escola alguma.” 37
“O eremita não teve surpresa alguma”38
En el mismo sentido la gramática de la lengua portuguesa de los autores Faraco y
Moura, al clasificar las locuciones adverbiales de negación, enumeran las siguientes: de forma
alguma, de jeito algum, de modo algum y de jeito nenhum, y nos aporta el siguiente ejemplo:
De jeito algum vou trabalhar neste lugar. (FARACO&MOURA, 1990, p. 280-281)
g) Verbos que indican negación (Bosque 2606 neves 292)
Hay ciertos predicados que permiten que aparezcan dentro de sus complementos
términos de polaridad negativa. Pueden comportarse como inductores negativo los verbos que
denotan: rechazo u oposición (oponerse, ser opuesto, ser contrario a, estar en contra de,
rehusar, negar, denegar, etc.); impedimento o prohibición (prohibir, impedir, vetar, etc.);
carencia o privación (carecer de, ser incapaz de, ser improbable, ser imposible, etc.); duda
(dudar, {ser/estar} dudoso, etc.); temor (temer, tener miedo de) y finalmente ciertos factivos
emotivos que denotan sorpresa o malestar (ser una tragedia, ser estúpido, ser una locura, etc.).
(Bosque y Demonte, 1999, p. 2606)
En portugués Neves apunta, en el mismo sentido, algunos verbos como: recusar,
impedir, abstenerse de, y los clasifica como tipo de negaciones particulares de otros lexemas
de significado opuesto (afirmativo). (Neves, 1999, p. 292) Si bien la autora no hace una
37 BARRETO, Lima, Recordações do escrivão Isaías Caminha, 2ª ed. São Paulo, Brasiliense, p.183.38 ARINOS, Afonso, Obra Completa, Rio de Janeiro, MEC – Instituto Nacional do Livro, 1969, p.437.
39
enumeración tan exhaustiva como Bosque y Demonte, esto no significa que en portugués los
verbos pertenecientes a esta categoría sean menos numerosos. De hecho los ejemplos
aportados por Bosque y Demonte podrían valerse de los mismos verbos en portugués con
idéntico significado:
El gobierno estaba en contra de conceder amnistía (O governo estava em contra de conceder anistia)
Es improbable que Juan haya estado en tu casa (É improvável que João {tenha/haja/estado/estivera} na tua casa.
Dudo que puedas comprenderme (Duvido que (você) possa(s) me compreender)
El detenido se negó a prestar ayuda a la policía (O detento se negou a prestar ajuda à polícia)
2.1.2 Ámbito de la negación
La negación establece relaciones entre distintos enunciados o partes del enunciado
para declarar la disconformidad entre ellos.
Se denomina ‘ámbito de la negación’ al dominio sintáctico sobre el que la negación tiene efecto, es decir, a aquel dominio sintáctico en el que se expresa la refutación, o cuya adecuación a la realidad se pone en cuestión. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2575)
Por ello podemos distinguir tres ámbitos diferentes de negación: la negación externa o
metalinguística (total), la parcial y la llamada pleonástica o espuria.
2.1.2.1 La negación total
A diferencia de la negación parcial, en la negación total (también llamada externa) se
toma dentro de su ámbito a toda la oración, se refuta una proposición anterior, presupuesta o
efectivamente proferida, a la que afecta como un todo manifestando su desacuerdo con la
realidad. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2575)
2.1.2.2 La negación parcial
Además de la de negación oracional existen dos tipos de negación más:
40
a) La negación de palabras, o sintagmática, o morfológica, o de constituyente,
que producen la contradicción o exclusión de un concepto mediante el uso
de lo prefijos in-(inmoral), des-(desmoralizador), a- (amoral). En la lengua
portuguesa podemos encontrar los mismos sufijos, con igual valor
semántico. (Cunha, 1975, p. 104) Este tipo de negación se caracteriza por
afectar únicamente a la unidad léxica, sin producir efectos sintácticos en la
oración que la contiene. (Bosque y Demonte,1999, p. 2566)
A esta lista hay que añadirle los prefijos anti-, contra y la forma no +
sustantivo. (Alonso, 1995, p. 381) Neves, al referirse a este tipo de
negacion en la lengua portuguesa, señala que el elemento de negación NÃO
(no) puede tener um uso quase prefixal, como em: não contradição e não
intervenção. (Neves, 1999, p. 305)
b) La negación sintagmática, usada principalmente en las correcciones, por la
que se niega un constituyente menor que la oración, normalmente
precedente. Ej. “María comió no peras, sino manzanas”. Lo que se niega
es haber comido peras, no el haber comido. Peras, en este caso, recibe el
nombre de ‘foco de la negación’, elemento sobre el que recae la exclusión
o refutación, de tal manera que puede considerarse responsable de la
falsedad o inadecuación de la frase con la realidad (Bosque y
Demonte,1999, p. 2577).
Otras conjunciones copulativas o adversativas dan lugar a estructuras
correctivas, tales como y (María, y no Luis, habló con Pepe), pero (Le
regalé flores, pero no rosas.), y aunque (Juan vive en Madrid, aunque no
en el barrio que tú dices) (Bosque y Demonte,1999, p. 2579).
Sacconi, al analizar la palabra “senão” nos trae algunos valores de
negación coincidentes con “sino” en español. Y también nos aporta las
formas más coloquiales que “senão” adopta en la lengua portuguesa.
Tomara que chova, senão estamos arruinados. (senão = do contrário)(Ojalá que llueva, sino estamos arruinados)
Não fiz isso com a intenção de magoá-lo, senão de adverti-lo. (senão = mas sim)(No lo hice con la intención de lastimarlo sino de advertirle.)
41
Você não faz nada, senão reclamar. ( senão = a não ser)(No hacés nada, sino quejarte.)
Não grite, senão você apaña! (senão = do contrário) (Sacconi, 1994, p. 49)(¡No grités, sino cobrás!)39
2.1.3 La negación expletiva o espuria
Es aquella que no aporta un valor negativo real a la oración, aunque esté marcada por
el adverbio NO. Resulta, en cierto modo, redundante o pleonástica, como en el ejemplo: Más
vale ser feliz con poco dinero que no desgraciado con mucho. (Bosque y Demonte,1999, p.
2627)
En español es posible encontrar este tipo de negación, siempre representada por el adverbio no, tras verbos de duda o temor, en construcciones comparativas […] y en ciertas exclamativas de carácter retórico. (Bosque y Demonte,1999, p. 2626)
Al estudiar los diferentes actos de habla veremos mejor el funcionamiento de este tipo
de negación.
2.2 Aspectos pragmáticos de la negación
2.2.1 Aspectos generales
La negación es una operación que actúa tanto a nivel sintáctico-semántico (en el
interior del enunciado), como a nivel pragmático. Es un proceso formador se sentido,
actuando como instrumento de interacción dotado de intencionalidad.40 (Neves, 1999, p.
285)
No todas las construcciones negativas significan, de hecho, una negación. Siguiendo a
Beatriz Sanz Alonso (1995, p. 382) hay que descartar aquellos enunciados que, a pesar de
39 Traducciones libres según español rioplatense.40 Traducción libre.
42
estar marcados por el adverbio no, no pueden considerarse negaciones, como en los siguientes
casos:
Preguntas retóricas: (¡No sabés lo que me pasó ayer!)41
Pedidos indirectos: (¿No me podés prestar…?)42
Ofrecimientos corteses: (¿No tomás más vino? / ¿No querés que te ayude?)43
Las construcciones negativas pueden realizar diversos actos de habla. Veamos la
clasificación de los actos de habla realizada por Searle y las formas negativas que los pueden
realizar, tanto en el español rioplatense, específicamente de Rosario, como en el portugués
que se habla en São Paulo:
1 sertivos, No es de otra manera; No podría ser diferente cuyo sentido elocutivo es
comprometer al hablante con la verdad de la expresión expresada: afirmar, anunciar,
predecir, insistir, etc.
2 directivos: Al solicitar algo a alguien solemos valernos de construcciones negativas,
del tipo: ¿No me hacés/harías un favor…?/ Você não me faz/faria un favor?; ¿No
me prestás/prestarías….? / Você não me empresta/ emprestaria...? El porqué de
este tipo de opción lo analizamos al tratar de los actos de habla indirectos y la
cortesía.
3 compromisorios: ¿No te gustaría ir al cine? / Você não gostaria de ir ao cinema?
Son formas muy utilizadas para ofrecer en ambas lenguas. También las formas de
ofrecimiento de acciones personales ¿No querés que te traiga, haga, etc. / Você não
quer que eu te traga, faça, etc.
4 expresivos: Entre otras, para perdonar o disculpar podemos utilizar la construcción
negativa: ¡No te preocupés, no es nada! / Não se preocupe, não é nada!. Para
expresar desacuerdo, indignación, rechazo podemos echar mano a ¡No hay
derecho! / Ninguém merece!44 Para pedir perdón se podemos usar, ente oras, la
41 Ejemplo nuestro según español rioplatense.42 Ídem.43 Ídem.44 Recuérdese que, como apuntamos en la p.16 (ver como queda al final), nadie (ninguém) indica negación.
43
construcción ¡No me tomés (a) mal!45 que en portugués tiene una forma casi igual:
Não me leve a mal!
5 declarativos: Si bien la mayoría de los actos declarativos, como advierte Austin
(apud), supone la utilización de verbos en primera persona, hay algunos casos que
pueden realizarse mediante construcciones negativas, como cuando el crupier del
casino dice: ¡No va más! / Não vai mais nada, que cierra el período de apuestas; o
cuando el juez dice, en una sentencia, No ha lugar que decreta la inexistencia, en
esa instancia, del derecho subjetivo perseguido en la pretensión. Dicha forma en
portugués también usa una forma de negación, pero de naturaleza lexical:
indeferido.
2.2.2 Las respuestas negativas
Las respuestas negativas pueden constituirse por fragmentos pasibles de ser
pronunciados parcialmente, sin que eso signifique elisión, o introducidos por un verbo de
afirmación débil. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2626)
Ejemplos: -¿Vendrá María? – No. / -Creo que no.
-¿Cuándo terminará la película? – Nunca. / -Supongo que nunca. -¿Quién ayudará a María? – Nadie. / -Se me hace que nadie.
Existe también una serie de fórmulas de negación reforzada con orígenes diversos que
se utilizan para responder negativamente. Algunas tienen valor humorístico como ¡Narices!
¡Pamplinas! ¡Nones!46 ¡Minga!47
Otras son perífrasis afectivas que consisten en presentar algo inverosímil o absurdo como condición previa para que se cumpla lo negado. (Bosque y Demonte, 1999, p. 2627)
Así, tienen el valor de nunca expresiones como: “antes muerta”, “cuando las ranas
críen pelos”, “el día del arquero” y “ni muerta”48 que tienen sus equivalentes en el portugués
brasilero en “Nem morta”, “o dia de são nunca”, “nem que a vaca tussa”, etc. A esta lista,
necesariamente incompleta por lo dinámico de la inventividad de los usuarios de una lengua 45 En el Río de la Plata es común suprimir la preposición –a.46 Formas no utilizadas en el Río de la Plata.47 Forma rioplatense. Para la acepción de la palabra minga véase Abad de Santillán, Diego, Diccionario de argentinismos. Buenos Aires: TEA, 1991.48 De uso en el español rioplatense.
44
que las actualizan o sustituyen periódicamente, hay que añadirles todas las construcciones
enfáticas cuyo valor negativo es marcado por la partícula ni (Bosque y Demonte,1999,
p2627), como ¡Ni loca! (Nem doida!)
Según Matte Bon las respuestas negativas más frecuentes son: no, ni hablar, claro que
no, desde luego que no, qué va, etc.
- ¿Ya os conocíais?
- No, qué va, es la primera vez que nos vemos.
- ¿Quieres un vaso de agua?
- No49, gracias. (MATTE BON, 2007, p. 243)
Según el mismo autor, no es el operador más neutro del que dispone el español para
responder negativamente. Otras formas que señala son: ni hablar, claro que no, desde luego
que no y qué va. Ni hablar se usa para responder preguntas o negar solicitaciones implícitas o
explícitas por parte de otro o para no concederle algo. (MATTE BOM, 2007) Qué va, por su
parte, se usa en registros coloquiales y supone un rechazo enérgico a algo dicho o supuesto
por otro, “es más bien un rechazo de ideas o informaciones dadas o propuestas por otro, y se
sitúa en el plano de la expresión del desacuerdo”. (MATTE BOM, 2007, p. 243) Por último,
se usan claro que no y desde luego que no cuando se presupone una previa por parte del
interlocutor:
- No vas a ir, ¿verdad?- Claro que no. (MATTE BOM, 2007, p. 243)
Además apunta que los operadores pueden combinarse entre ellos como en el caso del
primer ejemplo (no + qué va).
Las respuestas a preguntas, tanto afirmativas como negativas, que requieren una
respuesta del tipo sí/no hacen referencia a elementos que están dentro de las mismas
preguntas. Estas respuestas tienen, pues, un fuerte componente anafórico (ya que remiten
directamente a la pregunta) que hace totalmente innecesario la repetición de lo preguntado
(MATTE BOM, 2007, p. 244). No obstante esta omisión, es muy común que en las
respuestas se añadan informaciones no preguntadas pero complementarias al tema
interrogado:
49 Cursiva nuestra.
45
una regla pragmática fundamental impone al hablante la necesidad de cooperar siempre con su interlocutor50, siguiéndolo en sus intenciones comunicativas. De ahí la necesidad de añadir, a menudo, algo más a la respuesta afirmativa o negativa… en la dirección que al hablante le parece ser la que mejor puede satisfacer las necesidades que atribuye a su interlocutor sobre la base de la interpretación que se ha dado a sí mismo de la intenciones comunicativas (tanto inmediatas como a más largo plazo) subyacentes en la pregunta:
- Tú no eres español, ¿verdad?
- No, soy chileno; pero llevo años viviendo aquí.
- ¿Te viniste en el 73?
- No, antes. Llegué a Europa antes del golpe. (MATTE BOM, 2007, p. 244)
Otro caso en el que se suele agregar información no solicitada en la pregunta, casi
siempre a modo de disculpa, es en las respuestas a la petición de un objeto o un acto:
¿Puedes abrir la ventana?
No, perdona: es que tengo frío (MATTE BOM, 2007, p. 247)
A veces, como señala el mismo autor, no hay un rechazo explícito en la respuesta sino
tan sólo una justificación que vale como un rechazo:
¿Puedes abrir la ventana?
Es que tengo frío (MATTE BOM, 2007, p. 247)
Sin embargo, en situaciones formales, como también indica Matte Bom, en la que se
quiere demostrar gran respeto (el hablante, en cierto sentido, no quiere ir más allá de la
pregunta), o en otras, con la intención de polemizar con el interlocutor (como subrayando el
hecho de estar haciendo demasiadas preguntas), se repite lo preguntado: es generalmente una
elección estilística ampliamente significativa, sobre todo cuando se repite tal y como había
sido formulada la pregunta
- ¿Has visto las llaves?
- No, no he visto las llaves… Ya te lo he dicho. (MATTE BOM, 2007, p. 245)
Hemos apuntado anteriormente que el fenómeno de la ampliación de la respuesta con
informaciones aledañas, si bien es bastante frecuente, no es obligatorio ya que, en otras
ocasiones el hablante se limita a responder a la pregunta sin agregar nada ya que, por algún
motivo, no le parece oportuno adelantar a su interlocutor intentando adivinar su estrategia
50 Si bien el autor no lo especifica, creemos que se refiere al principio de cooperación de Grice.
46
discursiva, o entiende que no se trata de preguntas para socializar, sino para obtener datos
muy puntuales
- ¿Cuántos hijos tiene?
- Cuatro.
- ¿Qué edades tienen?
- Dieciséis, catorce, doce y ocho años.
- O sea que todos van a la escuela…
- Sí. (MATTE BOM, 2007, p. 245)
Hay, sin embargo, formas de negación implícita que no están marcadas por una
partícula de negación, y que aparecen en las réplicas, como son los casos de las afirmaciones
irónicas (¡te creo! ¡por supuesto!...), de las interrogaciones retóricas (¿Es que voy a ser yo
quién lo haga todo? = no voy a ser yo), en la exclamación (¡Yo decir eso…!) (Alonso, 1995,
p. 383)
47
3 ANÁLISIS DE LOS INSTRUMENTOS Y LOS DATOS
3.1 Presentación de los instrumentos de recolección de datos
La elaboración de la encuesta para la recolección de los datos no ha sido una tarea
muy sencilla. Según Fachín (2009, p. 151) es una actividad que necesita muchas
precauciones. La misma autora sugiere que el investigador, antes de entrar en contacto
directo con la población a ser investigada, se coloque él mismo en las condiciones del
investigado y que luego realice una pequeña demostración en un grupo reducido, a modo de
muestreo, para perfeccionar el formulario. (FACHÍN, 2009, p. 151) Y estos han sido nuestros
primeros pasos. Para el primer test de muestreo contamos con la colaboración de 4
informantes, dos hombres –un profesional liberal y un comerciante- y dos mujeres – una
estudiante universitaria y una maestra-, con edades que van de los 25 a 45 años. Después de
varias discusiones y reelaboraciones obtuvimos la encuesta del Anejo A.
Según nos señala Fachín (2009, p. 161) el vocabulario empleado en las cuestiones
tiene gran influencia sobre el contenido de las respuestas ya que, en general, los encuestados
no son capaces de comprender frases complicadas o palabras poco corrientes.51 Por ello, al
elaborar la encuesta, hemos tenido especial cuidado en utilizar palabras y expresiones
familiares utilizadas en ambas ciudades, expresándonos exactamente de la misma manera en
la que lo harían los encuestados. En el caso de Rosario hemos utilizado, para tal efecto, la
variante rioplatense ampliamente difundida tanto en los ámbitos familiares como académicos
y literarios. Puede extrañar a quien no esté familiarizado con dicha variante la acentuación
diferente y alguna forma particular que adquieren los imperativos en la forma de vos (No,
mirá, lo que me pedís es imposible en lugar de No, mira, lo que me pides es imposible). El
mismo cuidado hemos tenido al elaborar el cuestionario en portugués52. Dos profesoras nos
han ayudado a “hacerlo más coloquial”, quitándole los pronombres innecesarios y buscando
las expresiones idiomáticas más parecidas a las utilizadas en español en lo que atañe al
sentido y a la fuerza, alejándonos de la forma morfosintáctica de espejo que ambas lenguas
permiten. Así, por ejemplo, expresiones como aun sabiendo que no lo va a hacer hemos
optado por dejarlas en portugués mesmo sabendo que não vai emprestar envés de mesmo
sabendo que não vai fazê-lo.
51 Traducción libre.52 Véase Anejo B.
48
Otro de los temas que nos ha merecido el mayor de los cuidados es el de las cuestiones
sobre las que los informantes deberían se manifestar. Según Fachín
Un cuestionario no es una secuencia de preguntas colocadas sin ningún cuidado, sino un conjunto de cuestiones que siguen un orden rigurosamente estudiado, tanto en lo que respecta al orden general de las cuestiones como al número de ellas. (FACHÍN, 2009, p. 161)53
Primeramente, con el objetivo de no cansar a los encuestados, decidimos realizar
cuestiones cerradas de elección múltiple. En palabras de Fachín (2009, p. 165): las cuestiones
cerradas son aquellas en las que el encuestado elige su respuesta entre un conjunto de
categorías elaboradas conjuntamente con la cuestión54. Nos interesaba mucho más que
reflexionasen sobre las cuestiones a que tuviesen que redactar las respuestas. Además, de esta
forma, facilitaría el cambio de opiniones, lo que de hecho ocurrió en varias oportunidades a
medida los encuestados iban interiorizándose del objetivo de la encuesta.
En segundo lugar decidimos reducir el número de cuestiones a 6, de las que 2 son de
respuesta muy rápida. En este tema seguimos también la opinión de Fachín, para quien un
cuestionario no precisa y no puede ser muy extenso, bajo pena de fatigar al entrevistado, el
que acaba respondiendo con más dificultad y menos predisposición las últimas cuestiones.
En cuanto a la organización de las cuestiones necesitábamos escribirlas de tal forma
que no indujeran las respuestas. La secuencia era un punto crucial porque una respuesta
podría contaminar a las otras, tema sobre el cual también nos había prevenido el texto de
Fachín. Por tal motivo las pensamos como 2 bloques con una pregunta de percepción libre al
final de cada uno de ellos. El primero se compone de la siguiente forma:
53 Traducción libre.54 Traducción libre.
49
Estas dos cuestiones funcionan como el anverso y reverso de una moneda.
Colocan el encuestado en la situación de quien recibe las respuestas y en el de quien las da.
En la cuestión número uno hemos introducido en cuarto lugar una alternativa (“No, no, es
imposible.”) sólo para orientar las restantes respuestas. Hemos decidido colocar esta cuestión
en el medio de las otras para evitar que hubiera interferencia en las respuestas. Esta opción no
será considerada a la hora de realizar el análisis de las encuestas.
Y para cerrar el primer bloque elaboramos una tercera cuestión, donde la respuesta es
mucho más personal y sirve como una pequeña conclusión de los respondido anteriormente.
Por ser más personal será mucho más relevante a nuestra investigación.
Si en el primer bloque las cuestiones 1 y 2 se referían al ámbito profesional, en el
segundo las cuestiones sitúan a las personas en una esfera más informal en el que las
relaciones brindan un mayor margen de libertad. A diferencia del bloque anterior, en este
segundo no hay cuestiones acerca de interpretación a respuestas recibidas sino diferentes
posibilidades para responder negativamente. Veamos cuales son:
50
Esta cuestión número 4 es la única en la que se le permitía al encuestado marcar más
de una opción, lo que de hecho ocurrió en muchos casos. Muchos de los encuestados se
quejaron de no tener la misma libertad en la cuestión número 5, pero decidimos limitar esta
alternativa porque, como se verá a continuación, sólo una de las alternativas se oponía a las
restantes. Ciertamente, las opciones b, c y d podrían reducirse a una sola.
Y cerrando este segundo bloque, y el cuestionario, elaboramos otra cuestión que, al
igual que la cuestión número 3, se responde con percepciones personales:
Como teníamos conciencia de que este tipo de cuestionario, como señala Fachín,
limita la libertad de las respuestas y las direcciona, decidimos realizar entrevistas para
complementar los datos y ahondar un poco más en las causas de tales respuestas. Si bien las
51
entrevistas se realizaron de forma libre, se estructuraron sobre las siguientes preguntas:
1) En general ¿te cuesta decir no cuándo alguien cercano te pide algo? ¿Por qué?
2) Una vez tomada la decisión de decir no ¿cómo lo haces? ¿Tenés algún mecanismo?
3) ¿Te parece educado usar excusas y disculpas para evitar decir No abiertamente?
4) ¿Preferís decir que no claramente o buscar alguna evasiva del tipo: “después te contesto”?
5) ¿Preferís que te digan que no directamente o que te anden con excusas que sabés que son falsas?
Nótese que en su formulación se siguió el registro informal del español del Río de la
Plata utilizado en la encuesta. La misma coherencia se ha tratado de mantener en la versión en
portugués55. Los resultados de estas entrevistas abonarán todo lo que se pueda deducir en las
conclusiones. Constituyen una fuente inmediata y una forma de acercarnos a los verdaderos
motivos del actuar de los encuestados.
3.2 Presentación y análisis de los datos arrojados por las encuestas
Para el presente trabajo se han realizado 60 encuestas, 30 en la ciudad de Rosario y las
30 restantes en la ciudad de São Paulo. Cada grupo de 30 se subdividen, a su vez, en
informantes masculinos y femeninos, en partes iguales. Para evitar direccionar las respuestas,
o que los encuestados respondan conforme a lo que ellos creían que los entrevistadores
querían oír, se ha tenido la precaución de informárseles la naturaleza de la investigación sólo
al final de su ejecución.
En la primera cuestión se les solicita a los informantes que interpreten una serie de 5
respuestas, todas ambiguas, como una negación o una afirmación a un pedido que
supuestamente han realizado. Las supuestas respuestas se han elaborado con marcaciones de
negación que se contradicen con otras marcas de negación (“no… pero…”), con
contradicciones intrínsecas (“Bueno, sí, pero no…” / “Sí, se puede, pero…”), y con excesivos
rodeos los que, como vimos al estudiar el principio de cooperación y las máximas de Grice,
pueden implicar algo diferente de los que se dice textualmente. Recordamos aquí que la única
respuesta que no ofrece ambigüedad es la cuarta (“No, no, es imposible.”) colocada allí sólo
para orientar a los encuestados y, naturalmente, no se tomará en cuenta en este trabajo.
55 Véanse anejos 3 y 4.
52
a) Cuestión 1
Como la cuestión 1 tiene la finalidad de presentar frases ambiguas para que los
encuestados las interpreten como una aceptación o negación, hemos decidido agruparlas en un
bloque para facilitar su análisis. Dado que el objetivo de este trabajo se centra en la negación,
tomaremos en cuenta solamente el número de interpretaciones como un NO. Por si alguien
tuviere interés de consultar los datos pormenorizados de las respuestas a cada una de las frases
se dejará una planilla detallada en los Anejos.56
A continuación se exhibirán los gráficos en los que el número 1 corresponde al
número de frases que los encuestados han interpretado como una negación, y el número 2
muestra el porcentaje que esas interpretaciones representan sobre un total de 75 frases sujetas
a interpretación. Este número de 75 se obtiene de multiplicar el número de frases de la
cuestión 1 (5 frases) por el número de encuestados de cada ciudad (15).
Cuestión 1 Respuesta 1 Informantes masculinos
De São Paulo; 48
De São Paulo; 64%
De Rosario; 47
De Rosario; 63%
1
2
De São Paulo De Rosario
Gráfico 1
Como se puede apreciar claramente, el número de respuestas en las que los
informantes masculinos de cada una de las ciudades han interpretado como un NO es
prácticamente el mismo: 47 por parte de los rosarinos y 48 por parte de los paulistanos sobre
un total de 75 posibles. Los porcentajes muestran que, tanto los rosarinos como los
paulistanos, tienden a interpretar las respuestas ambiguas recibidas más como una negación
(63% y 64% respectivamente) que como una aceptación.
A continuación se verán los datos arrojados por las encuestas realizadas a las mujeres
de las dos ciudades:
56Véase Anejo C.
53
Cuestión 1 Respuesta 1 Informantes femeninos
De São Paulo; 42
De São Paulo; 56%
De Rosario; 33
De Rosario; 44%
1
2
De São Paulo De Rosario
Gráfico 2
Como demuestran los gráficos, se aprecia una diferencia un tanto considerable entre las interpretaciones de las rosarinas y las
paulistanas: 33 y 42, respectivamente, interpretaron las respuestas como negación. Si analizamos las respuestas pormenorizadamente 57,
podemos observar que las respuestas han sido muy semejantes a no ser en la interpretación de las siguientes frases:
Hombres y mujeres de Rosario
Hombres y mujeres de São Paulo
Cuestión 1 Respuestas Porcentaje Respuestas Porcentaje
“No, en principio no se puede, pero voy a ver si es posible hacer algo.” 5 33,33% 11 73,33%“Mire, en principio no habría problemas, pero como es un tema difícil se puede complicar y yo no le aseguro nada…” 4 26,67% 9 60,00%
Tabla 1
En la primera de las frases pareciera ser que la marcación NO de la oración puede
haber inducido la interpretación que han hecho de ella las paulistanas (73% la han
interpretado como una negación). Los que nos mueve a pensar en este sentido es que la frase
que se inicia con “Bueno, sí” (“Bueno, si… pero no le prometo nada.”) es la que, a contrario
sensu, menos han interpretado como una negativa (sólo el 40% pensó tratarse de un NO).58 La
primera de las frases que hemos apuntado no les ha pasado la misma idea a las rosarinas de
las que el 73,33% la han interpretado como una afirmación, posiblemente influenciadas por
“voy a ver si es posible hacer algo”, palabras que diera la impresión de haber sido
interpretadas como un acto de habla compromisorio en la clasificación de Searle.
Lo mismo ha ocurrido con la segunda de las frases que hemos querido destacar. Para
las informantes de la ciudad de Rosario ha pesado mucho más el “en principio no habría
problemas” que los argumentos en contra “se puede complicar”, “es un tema difícil” y “no le
aseguro nada”, mientras que las paulistanas han centrado su atención en los argumentos en
contra. Creemos que es posible entrever que lo que puede haber pesado en la interpretación
57 Véase Anejo C.58 Véase Anejo C.
54
que han hecho las paulistanas es el número de argumentos por la negativa (3) y no la frase
marcada por el adverbio de negación: “no le aseguro nada”. Decimos esto ya que, en la frase
que menos han interpretado como negación aparecía una casi igual: “no le prometo nada”. Si
bien es cierto que, como apuntamos anteriormente, la fuerza de este enunciado puede haber
sido mitigada por la presencia de un SÍ anterior, y por tal motivo haber sido de alguna manera
relativizada, parece ser que el “no le aseguro nada”, casi idéntico, cobra un matiz negativo si
lo anteceden otros argumentos que puedan interpretarse negativamente. No se puede afirmar
taxativamente pero estamos inclinados a pensar que la interpretación como negación que han
hecho las informantes de São Paulo se pueda deber a la violación de una de las máximas del
principio de cooperación de Grice, específicamente la máxima de cantidad.
Dado la disparidad de los resultados de las comparaciones de los informantes
masculinos y femeninos de las dos ciudades creemos conveniente, en esta cuestión 1, no
comparar los resultados totales de las dos ciudades. Como la diferencia sólo se produjo en las
informantes, sumarles los resultados de los informantes masculinos en nada variaría la
conclusión a la que podría arribarse.
b) Cuestión 2
En esta cuestión 2 también se les ha pedido a los informantes que interpreten frases
como una negación o una afirmación pero, a diferencia de la cuestión anterior, las respuestas
en ésta los comprometerían directamente. No se trata ya de una cosa que se les da o se les
niega sino de algo que los obliga o desobliga a un hacer. Los resultados arrojados han sido los
siguientes:
De Rosario; 13De São Paulo; 18
De Rosario; 29%De São Paulo; 40%
Cuestión 2 Informantes masculinos
De Rosario De São Paulo
De São Paulo 18 40%
De Rosario 13 29%
1 2
Gráfico 3
55
Como se aprecia en el gráfico 3, los informantes masculinos de la ciudad de São Paulo
son más proclives a interpretar negativamente las frases ambiguas que sus similares de la
ciudad de Rosario: 18 contra 13, respectivamente, sobre un total de 45 opciones posibles (3
frases multiplicado por 15, que es el número de informantes a quienes se las ha sometido). El
29% de las veces que se les ha requerido una interpretación los informantes rosarinos se han
inclinado por una negación mientras que sus pares paulistanos lo han hecho el 40% de las
veces.
Ahora, al analizar los datos de las encuestas que se refieren a los informantes
femeninos de ambas ciudades, los porcentajes se invierten, a saber:
De Rosario; 19De São Paulo; 16
De Rosario; 42%De São Paulo; 36%
Cuestión 2 Informantes femeninos
De Rosario De São Paulo
De São Paulo 16 36%
De Rosario 19 42%
1 2
Gráfico 4
Si bien los números de interpretaciones como NO de los informantes mujeres de São
Paulo no se alejan de los números de los informantes masculinos de la misma ciudad (18 y 16,
respectivamente), no ocurre lo mismo con los informantes de Rosario. Los informantes
rosarinos han decidido no tomar en cuenta los pedidos el 29% de las oportunidades, ya las
informantes rosarinas lo han hecho un 42%. Si analizamos los resultados de cada una de las
frases puestas a consideración de los informantes, vemos que la primera (“En principio le
digo que no, pero se lo voy a pasar a mi socio para que lo vea.”) es la que ha provocado esta
diferencia. Efectivamente, el 66,67% de las encuestadas rosarinas no tomaría en cuenta el
pedido por considerar que su socio ya ha dado una respuesta negativa frente al 26,67% de los
informantes hombres de la misma ciudad y 46,67% de los informantes paulistanos de ambos
sexos.
Al contrastar los resultados de la cuestión número 2 con los de la número 1, la primera
lectura que se nos impone es que las informantes de Rosario han mantenido una mayor
regularidad en las interpretaciones de las frases. De hecho en la cuestión 1 las informantes
56
sudsantafesinas optaron por la interpretación como negativa el 44% de las veces y en la
cuestión 2 lo hicieron el 42%. Esta pequeña diferencia se acentúa mucho más en el caso de los
informantes masculinos de la misma ciudad: en la cuestión 1 el 63% de las oportunidades las
interpretaron como NO mientras que en la cuestión 2 lo hicieron sólo el 29%. Las mismas
diferencias se desprenden de las respuestas dadas en las cuestiones 1 y 2 por los informantes
de São Paulo, tanto masculinos (64% y 40% respectivamente) como femeninos (56% y 36%).
A la luz de estas diferencias nos es lícito pensar que la tendencia a interpretar las frases
ambiguas como negación será mayor si se trata de respuestas recibidas. Cuando nos
colocamos “al otro lado del mostrador” las interpretaciones como negación son sensiblemente
menores. Salvo para las informantes rosarinas.
c) Cuestión 3
En esta cuestión los encuestados debían decidir si es más importante el acto de habla,
declarativo según la clasificación de Searle, contenido en la primera parte de la frase (“No,
no…”) o el acto de habla compromisorio de la segunda parte de la frase: “pero voy a ver si
puedo hacer algo”. Aprovechamos para apuntar aquí que, conforme la opinión de Dieter
Wunderlich, los actos compromisorios no constituyen un tipo de acto de habla universal, sino
que deben considerarse como reacciones a los actos de habla directivos (apud Armengaud,
2008, p. 116). Por tal motivo, como indica la propia cuestión número 3, la frase debe
interpretarse a la luz del antecedente “ante un pedido suyo”. Los gráficos siguientes nos
mostrarán si los encuestados han interpretado esta segunda parte de la frase como un acto
compromisorio o como una simple fórmula de cortesía accesoria a una negación.
57
Informantes masculinos de Rosario
27%
0%
73%
Como un No educado
Como un sí
Como un sí con resalvas
Gráfico 5
Informantes masculinos de São Paulo
73%
0%
27%
Como un No educado
Como un sí
Como un sí con resalvas
Gráfico 6
Como se desprende claramente de la comparación de los gráficos 5 y 6, las
interpretaciones han sido diametralmente opuestas: mientras los informantes hombres de
Rosario se han inclinado por considerar la frase como un “sí con resalvas”, haciendo caso
omiso de las marcaciones “No, No” (o considerándolos como simples resalvas), sus pares
paulistanos tuvieron una percepción diferente interpretando la frase como un NO,
considerando el compromiso (“voy a ver si puedo hacer algo”) como una forma educada, un
añadido de cortesía.
Veamos cual ha sido el comportamiento de las encuestadas mujeres de las dos
ciudades analizadas:
Informantes femeninos de Rosario
33%
0%67%
Como un No educado
Como un sí
Como un sí con resalvas
Gráfico 7
Informantes femeninos de São Paulo
60%
0%
40%
No educado
Como un Sí
Como un Sí con resalvas
Gráfico 8
Vemos que la diferencia se mantiene: 60% de las informantes de São Paulo han
optado por considerar la respuesta como un NO educado mientras que las rosarinas lo han
58
hecho el 33%. Si bien se advierten diferencias entre los informantes masculinos y femeninos
de cada una de las ciudades, principalmente entre los informantes paulistanos (73% de los
paulistanos han considerado la respuesta como un NO educado mientras que entre las
paulistanas tal porcentaje llega al 60%), tales diferencias no le hacen mella a una tendencia
que se va perfilando: la mayoría de los paulistanos no considera un compromiso el enunciado
“voy a ver si puedo hacer algo”. Ya la mayoría de los informantes de Rosario lo interpretan
como tal, minimizando la fuerza ilocutoria de las marcaciones de negación “No, no…”
Tal tendencia se divisa con claridad si tomamos los informantes totales de cada una de
las ciudades sin tener en consideración la división por sexo. Los gráficos 9 y 10, que se
mostrarán a continuación y que así lo hacen, nos ilustrará acerca de la mencionada tendencia.
Gráfico 9
Informantes totales de São Paulo
67%0%
33%
Como un NO educado
Como un sí
Como un sí con resalvas
Gráfico 10
d) Cuestión 4
En esta cuestión, a diferencia de las 3 anteriores, no se les pidió que analizaran frases
sino que escogieran las que utilizarían para expresar una negación. Las opciones que se les
ofrecieron son 5, dos de las cuales no están marcadas por ninguna de las formas gramaticales
de negación vistas en el capítulo 3. Estas dos formas no marcadas podrían muy bien
interpretarse como actos de habla compromisorios, según la clasificación de Searle ya vista.
Tales opciones son:
“Bueno, voy a ver si puedo hacer algo, pero es muy difícil. Después te contesto.”
“Voy a ver si es posible.”
Informantes Totales de Rosario
30%
0%70%
Como un NO educado
Como un sí
Como un sí con resalvas
59
Lo que nos interesa en este trabajo es saber cuál es el número de informantes que
utilizaron cualquier una de estas fórmulas no marcadas por alguna forma gramatical de
negación para expresar, exactamente, una negación.
Al ver las encuestas de las informantes femeninas de São Paulo observamos que 5 de
ellas (el 33%) han marcado únicamente estas dos opciones, descartando las frases que
contenían una negación explícita. Ninguna informante rosarina ha hecho lo mismo. Por otro
lado, tan sólo 2 informantes paulistanas han marcado como formas que utilizarían para
expresar una negación, exclusivamente, 2 de las 3 frases con negación gramatical expresa,
mientras que 7 de las informantes de Rosario han marcado 2 de las 3 opciones. Inclusive otra
de las informantes rosarinas marcó las 3. Ninguna de las 8 informantes anteriores ha marcado
como opción válida para ellas alguna de las formas no marcadas por negación gramatical.
Informantes femeninos De São Paulo De Rosario
Han optado por 2 de las tres oraciones con marcación de
negación, exclusivamente.
2 7
Han optado por las 3 oraciones con marcación de
negación, exclusivamente.
0 1
Han optado por las 2 oraciones sin marcación de
negación, exclusivamente.
5 0
Tabla 2
Tanto las informantes de Rosario como las de la ciudad de São Paulo han marcado 25
opciones. De las 25 opciones las rosarinas han elegido las frases no marcadas por negación en
3 ocasiones mientras que las paulistanas lo hicieron en 11. El siguiente gráfico nos ilustra los
porcentajes que tales números representan:
1
Informantes de Rosario12%
Informantes de São Paulo44%
44,00
12,00
Cuestión 4: Informantes Femeninos
Gráfico 11
Si consideramos el número total de opciones (75 = número de informantes -15-
multiplicados por el número de opciones – 5-) los porcentajes obtenidos son los siguientes:
60
1
Informantes de Rosario4%
Informantes de São Paulo14,67%
14,67
4,00
Cuestión 4: Informantes Femeninos
Gráfico 12
Veamos ahora cuál ha sido el comportamiento de los informantes masculinos que han
colaborado en este estudio. De las 75 posibilidades de optar por una de las cuestiones no
marcadas con una negación gramatical expresa (5 cuestiones multiplicadas por 15, que es el
número de informantes), los paulistanos hicieron tal opción en 14 oportunidades y los
rosarinos en 5. Los porcentajes de tales opciones son los que muestran el gráfico:
1
Informantes de Rosario6,67%
Informantes de São Paulo18,67%
18,67
6,67
Cuestión 4: Informantes Masculinos
Gráfico 13
Si se considera el número de opciones marcadas por los encuestados la diferencia
porcentual se reduce un poco: de las 27 opciones de los informantes de São Paulo, 14
corresponden a la opciones no marcadas por negación gramatical (51,85%) y de las 19
opciones de los rosarinos han sido 5, lo que corresponde al 26,32% de las opciones elegidas.
De todos modos, como muestra el gráfico 14, la diferencia es muy acentuada,
61
1
Informantes de Rosario26,32%
Informantes de São Paulo51,85%
51,85
26,32
Cuestión 4: Informantes Masculinos
Gráfico 14
Si analizamos las encuestas pormenorizadamente, podemos ver que 5 informantes de
São Paulo marcaron, exclusivamente, las dos opciones que no pueden considerarse
negaciones gramaticales y otro lo ha hecho junto con otra de las que llevan marca de
negación. Sólo un informante rosarino ha marcado las dos opciones en cuestión.
Ahora bien, reuniendo los datos de los informantes femeninos y masculinos de ambas
ciudades los resultados obtenidos son los siguientes:
Número de opciones marcadas
Número de opciones elegidas sin marca
gramatical de negación
Porcentaje de opciones elegidas sin marca
gramatical de negación
Informantes de Rosario (30) 43 8 18,60%
Informantes de São Paulo (30) 52 25 48,08%
Tabla 3
1
Informantes de Rosario18,60%
Informantes de São Paulo48,08%
48,08
18,60
Cuestión 4: Informantes Totales
Gráfico 15e) Cuestión 5
62
La cuestión número 5 se compone de dos grupos de oraciones: uno, compuesto por la
cuestión a) (Le dice que no porque no le ha devuelto lo que le debe;) está marcado por la
negación –destacada- NO y el otro, integrado por las frases b), c) y d) (“Le dice que su
mamá está enferma y que le tiene que comprar los remedios”; “Le dice que lo va a
pensar aun sabiendo que no lo va a hacer” y “Le dice que se los va a prestar más
adelante y espera hasta que se olvide del tema.”), ninguna con marca de negación
gramatical.
A continuación se mostrarán los porcentajes de las informantes femeninas de las dos
ciudades que han optado por la cuestión a) (Dijeron NO abiertamente) y los porcentajes de las
que lo hicieron por alguna de las otras alternativas restantes (Usaron alguna de las formas
indirectas).
Informantes femeninos de Rosario
33%
67%
Usaron alguna de las formas indirectas
Dijeron NO abiertamente
Gráfico 16
Informantes femeninos de São Paulo
53%
47%
Usaron alguna de las formas indirectas
Dijeron NO abiertamente
Gráfico 17
Como se desprende del cotejo de los gráficos 16 y 17, hay una notable diferencia en el
comportamiento de las informantes: 5 mujeres de la ciudad argentina (el 33%) han elegido
una de las formas indirectas para decir no. En su lugar, el 53% de las informantes de la ciudad
paulista ha seguido ese camino.
El comportamiento de los encuestados, sorprendentemente, ha sido el mismo. Los
números y porcentajes parecen calcados como se verá en los gráficos 18 y 19 que exponemos
a continuación:
63
Informantes masculinos de Rosario
33%
67%
Usaron alguna de las formas indirectas
Dijeron NO abiertamente
Gráfico 18
Informantes masculinos de São paulo
53%
47%
Usaron alguna de las formas indirectas
Dijeron NO abiertamente
Gráfico 19
Entre las 3 formas indirectas puestas a ponderación de los encuestados, la preferida
por todos ha sido la c) (“Le dice que lo va a pensar aun sabiendo que no lo va a hacer.”).
Los informantes de Rosario la han elegido en 6 oportunidades (en igual número entre
hombres y mujeres) y los de la ciudad de São Paulo lo han hecho en 8 oportunidades, 4 los
hombres y 4 también las mujeres.
f) Cuestión 6
La última de las cuestiones, a modo de cierre de la encuesta, le pide a los informantes
que manifiesten su subjetividad ante una negación manifiesta y cortante: “No, no,
imposible…”. Nótese que quien supuestamente responde de esta manera es un amigo, o sea,
alguien con el que se tiene intimidad y confianza pero de quien es de esperar una conducta
contraria. A continuación veremos como han respondido las informantes paulistas y
rioplatenses.
Informantes femeninos de Rosario
0%
53%
47%
Se pone muy mal
Le molesta un poco
Lo toma con naturalidad
Gráfico 20
Informantes femeninos de São Paulo
7%
60%
33%
Fica muito mal
Se chateia um pouco
Aceita a resposta con naturalidade
Gráfico 21
64
Claramente se aprecia en los gráficos que las paulistanas han manifestado una mayor
aversión a la negación que las rosarinas: 60% “se chateia um pouco” y 7% “Fica muito mal”
mientras que al 53% de las rosarinas les molesta un poco. Aun así, hay que destacar que la
mayoría de las informantes, sin distinción de ciudades, no acepta la negación con naturalidad.
Por parte de las mujeres de Rosario sólo el 43% lo hace, número que desciende al 33% cando
se trata de sus pares de São Paulo.
A continuación analizaremos los gráficos 22 y 23 que muestran el comportamiento de
los informantes masculinos al ser consultado sobre la misma cuestión.
Informantes masculinos de Rosario
7%
53%
40%
Se pone muy mal
Le molesta un poco
Lo toma con naturalidad
Gráfico 22
Informantes masculinos de São Paulo
7%
66%
27%
Fica muito mal
Se chateia um pouco
Aceita a resposta con naturalidade
Gráfico 23
Como podemos ver, los gráficos demuestran una tendencia de los rosarinos a
molestarse menos que los paulistanos ante una negativa. Al 53% de los hombres de Rosario
les molesta un poco y un 7% manifestó ponerse muy mal, frente al 66% y 7% de los
paulistanos que se manifestaron en el mismo sentido.
Otro punto a destacar es que, como podemos ver al comparar los gráficos 20 y 22, los
hombres de Rosario parecen molestarse más que las mujeres de la misma ciudad. En efecto,
sólo el 40% toma con naturalidad una negación mientras que, como hemos visto
anteriormente, el porcentaje de mujeres llega al 47%. Si bien no se trata de una diferencia tan
notable, es bueno destacar que en el grupo de los hombres aparece uno que “se pone muy
mal” y, por parte de las mujeres, ninguna ha manifestado tal reacción. Al comparar los
gráficos 21 y 23 podemos concluir que los hombres paulistanos siguen la misma tendencia
que sus pares rioplatenses: toman con menos naturalidad una negativa, sólo el 27% lo hace
contra el 33% de las paulistanas.
65
Si comparamos los resultados de las encuestas recogidas en cada una de las ciudades
sin hacer distinción de sexos, los números no difieren mucho. El 43% de los informantes de
Rosario manifestaron tomar con naturalidad una negativa frente al 27% de los paulistanos que
expresó lo mismo. Por su parte, el 7% de los informantes de São Paulo declaró ponerse muy
mal ante el 3% de los rosarinos que se manifestó en igual sentido. El 66% de los paulistanos
dijo molestarse un poco mientras que por parte de los rosarinos lo hizo el 54%. Los gráficos
24 y 25 nos ilustrarán los contrastes que acabamos de apuntar.
Informantes Totales de Rosario
3%
54%
43%
Se pone muy mal
Le molesta un poco
Lo toma con naturalidad
Gráfico 24
Informantes Totales de São Paulo
7%
66%
27%
Se pone muy mal
Le molesta un poco
Lo toma con naturalidad
Gráfico 25
3.3 Presentación y análisis de los datos arrojados por las entrevistas
Con el objetivo de ahondar en las respuestas dadas en las encuestas, hemos decidido
entrevistar a 7 informantes de cada una de las ciudades analizadas. La idea que nos orientó a
la hora de pensar y realizar las entrevistas ha sido la de poder contar con una visión cualitativa
de los datos numéricos que pudieran arrojar las encuestas. Además, con este instrumento,
podríamos obtener reflexiones de las respuestas de, por lo menos, algunos de los
entrevistados, mitigando de alguna forma lo escueto y frío de las respuestas de elección
múltiple, muchas veces simplemente mecánicas. Como estimamos que, a los efectos de esta
recolección de datos auxiliar, el sexo de los entrevistados no tiene mayor relevancia, los datos
no se presentarán por separado como hemos hecho con los datos de las encuestas. A mero
66
título de información diremos que de la ciudad de Rosario hemos entrevistado a 4 mujeres y a
3 hombres y que de la ciudad de São Paulo lo hemos efectuado con 5 mujeres y 2 hombres.
Lo que sí hemos estimado apreciable, y que ha sido el criterio para la elección de los
entrevistados, es el que todos actúen directamente con el público, que lidien con peticiones y
que tengan que dar y recibir respuestas, en especial negativas, en su cotidiano. Se trata de
abogados; docentes universitarios, secundarios, primarios y particulares; secretarias;
administradores; empleados de comercio y una esteticista. El abanico de sus edades también
es bastante amplio. Va desde los 18 hasta los 45 años. Además todos tienen instrucción
superior, completa o no.
La entrevista giró en torno a las siguientes preguntas:
1) En general ¿te cuesta decir no cuándo alguien cercano te pide algo? ¿Por qué?
2) Una vez tomada la decisión de decir no ¿cómo lo haces? ¿Tenés algún mecanismo?
3) ¿Te parece educado usar excusas y disculpas para evitar decir No abiertamente?
4) ¿Preferís decir que no claramente o buscar alguna evasiva del tipo: “después te contesto”?
5) ¿Preferís que te digan que no directamente o que te anden con excusas que sabés que son falsas?
Muchas veces las preguntas 2 y 4, de acuerdo con la dirección que las respuestas de
los entrevistados le daban a la entrevista, se fusionaron en una sola. Otras la número 4 se
mostró innecesaria.
En grandes líneas, hemos simplificado los resultados de las entrevistas en la siguiente
tabla:
Informantes de Rosario (7) Informantes de São Paulo (7)
SÍ NO SÍ NO
Les cuesta decir que no. 4 3 4 3
Tienen algún mecanismo para decir que no. 2 5 5 2
Prefieren que les digan que no directamente. 7 0 4 3
Tabla 4
a) Cuestión 1
Como se aprecia en la tabla, la mayoría, tanto de rosarinos como de paulistas, declaró
que les cuesta decir que no. Aunque la diferencia no es muy apreciable (4 a 3 en cada caso)
67
podría verse ampliada si tenemos en cuenta los titubeos, como el del informante 2 de la
entrevista 4 que vuelve sobre sus palabras y rectifica la respuesta:
INFORMANTE 2: Sí. A mí también me cuesta, sí. Me cuesta pero, a ver… ahora de adulto no, de más chico me costaba decir, de adolescente, y todo eso, decía a todo que sí, pero ahora de adulto no, sé decir “no, mirá no puedo” y le digo tal y tal cosa, porqué no puedo, y todo eso, que me disculpe, en otro momento sí, a lo mejor, pero que no.
También aumentaría la diferencia si consideramos algunas contradicciones en las
respuestas 1 y 2, como en el caso del informante 2 de la entrevista 7 que declara “ser más
tranquilo” decirle no a un amigo y en las respuestas siguiente se desdice y declara hacer lo
contrario.
Lo que se presenta como curiosos es que muchos de los motivos alegados para tal
dificultad han sido muy semejantes. En la tabla 5 los hemos agrupado por su mayor grado de
similitud:
Informantes de Rosario Informantes de São Paulo1 Porque tratás de ayudar al otro, de ver cómo lo podés
satisfacer en lo que te pide (Entrevista 3, informante 2)
Porque eu sou uma pessoa que gosta de ajudar… não
consigo falar não de cara (entrevista 6, informante 2)
2 Porque la otra persona es como que lo va a tomar a mal…
busco alguna excusa para no decir que no de frente
(entrevista 5)
Porque tem que dar um jeito...porque as pessoas não
costumam falar não (entrevista 8, informante 1)
3 Y yo según la persona que sea… como que mido mucho
la persona yo, según de quien venga. (Entrevista 4,
informante 1)
Na verdade eu acho que varia de ocasião para ocasião. (Entrevista 7, informante 2)
Tabla 5
Si reparamos en la línea número 1 de la tabla 5 vemos que la dificultad que tienen
ambos entrevistados reside en un espíritu altruista, en la necesidad (o la voluntad) de ayudar
al otro. En la línea 2 los informantes intentan preservar la imagen del solicitante, de no
chocarlo, de no herirlo. En realidad, con diferentes palabras y giros idiomáticos, casi la
totalidad de los informantes ha manifestado haber tenido esta precaución. Y para finalizar la
lectura de la tabla 5, queda en claro que los consultados han optado por relacionar la mayor o
menor dificultad según mayor o menor sea la distancia que mantengan con la persona que les
solicita algo. La similitud de las razones es tal que incluso algunas expresiones utilizadas por
los informantes son equivalentes, como de cara y de frente.
b) Cuestión 2
68
En la cuestión 2, como hemos dicho anteriormente, hemos decidido agrupar las
preguntas 2 y 4 ((2) Una vez tomada la decisión de decir no ¿cómo lo haces? ¿Tenés algún
mecanismo? Y 4) ¿Preferís decir que no claramente o buscar alguna evasiva del tipo:
“después te contesto”?).
Es en esta cuestión en la cual aparecen mayores diferencias entre los informantes de
ambas ciudades. Los números son exactamente opuestos: 5 rosarinos no las usan mientras que
5 paulistanos sí lo hacen y 2 informantes platinos echan mano de este tipo de excusas o
evasivas e igual número de paulistanos actúa de forma contraria.
Hay que destacar que nos estamos refiriendo en esta cuestión al abandono de los actos
de habla declarativos, de acuerdo con la clasificación de Searle, para reemplazarlos, en su
lugar, por otros actos no declarativos o aun compromisivos según la misma clasificación. No
hacemos referencia aquí a estrategias de diplomacia o tacto. De hecho la mayoría de los
informantes que declararon no usar este tipo de evasivas declaró ser diplomático o tener la
preocupación de no herir al otro. Veamos algunos ejemplos:
Entrevista 2
ENTREVISTADOR: ¿A vos te parece educado usar excusas para evitar decir no abiertamente? Excusas del tipo “mañana te contesto”…INFORMANTE: ¡NO! Este tipo de excusas no me gustan. Diplomático, no extenderlo en el tiempo, no evasivas. Diplomático pero no evasivas.
Entrevista 3
INFORMANTE 2: Por eso, la otra pregunta que vos hiciste, el tema de buscarle la forma para que la otra persona no se sienta mal de que vos le decís que no.INFORMANTE 1: No amparándose en una excusa, a lo mejor, de forma más directa pero más cortés… tampoco le digo…
Entrevista 7
ENTREVISTADOR: Você não, você é direto...INFORMANTE 1: Eu sou direto. Claro, sendo muito educado...
69
Los que, al contrario, manifestaron utilizar algún tipo de estrategia para evitar decir no
abiertamente pueden dividirse en dos grandes grupos. Primero no referiremos a los que no lo
hacen por alguna imposibilidad personal. Es el caso de las informantes la ciudad de Rosario:
Informante 1, entrevista 4
INFORMANTE 1: Y yo por ahí pongo una excusita… [risas] Sí, porque como me cuesta más decir que no… por ahí pongo una excusa. Sí pero… [se interrumpe]
Entrevista 5
INFORMANTE: Sí, siempre. Por lo general está mal, pero busco alguna excusa o alguna mentirita piadosa para no decir que no de frente. Pero me cuesta, más cuando a la persona la conozco. Me cuesta mucho.
Los informantes de la ciudad de São Paulo declararon utilizar este tipo de recurso
movidos por cuestiones culturales o ajenas a su personalidad:
Informante 2, entrevista 6
INFORMANTE 2: Ai, eu tento aliviar o não... o não pesa, né?
Informante 2, entrevista 7
INFORMANTE 2: Eu não sei. Eu estou um pouco influenciado por saber, por ter um pouco de idéia do geral... Eu até estava pensando que brasileiro ele tem “ouvido de cristal...” E ai você não pode falar... Você não fala não ou você não fala que não gosta de alguma coisa, você sempre dá uma rodeada pra falar as coisas. Então você fala... [se alguém perguntar] “você gosta disso?” Aí você não fala não diretamente, você fala: “eu prefiro isso”. Eu sei que como muita gente, como eu já viajei também, eu sei que... eu tenho esse costume... de dar uma rodeada para falar “ah, eu quero isso” e não falar não diretamente.
Entrevista 8
INFORMANTE 3: Uma coisa que eu aprendi em relação, assim... brasileiro é de uma cultura do politicamente correto, então a gente evita palavras fortes, evita expressões de impacto, porque é da cultura do brasileiro tentar ser mais polido, sabe? Ser mais amistoso com todo mundo, tá. [...] Acho que tem... É um viés cultural...INFORMANTE 2: É totalmente cultural. [...] E aqui não, se alguém me pedir sem me obrigar, eu vou falar “eu vou fazer, vou dar um jeito”. INFORMANTE 1: Vou demorar...
70
INFORMANTE 2: Vou tentar, eh. Você não diz um não, assim, e eles não tem tanta dificuldade... os outros países no geral... eu acho que é uma coisa mais do brasileiro que quer resolver...
En muchas ocasiones el uso de formas más categóricas de decir no responde a una
convicción personal del requerido, como en los casos de la entrevista número 1 (¡NO! Este
tipo de excusas no me gustan.); de la informante 1 de la entrevista 6 (Eu não, eu já falo não
na lata!) y del informante 1 de la entrevista número 7 (Eu sou direto. [...] mas demonstrando
assim a minha opinião, “Não, não concordo com isso” e ponto.) Otras veces esta pareciera
ser la única opción que se le presenta al entrevistado, como en el caso de la informante de la
entrevista 1 la que, ante la pregunta responde: Y…no, no. Mi cabeza me hace decir que no,
preferiría…
Otra de las cosa que nos gustaría destacar es el interés en ser claro y, de este modo,
ayudar al interlocutor que ha realizado un pedido, que ha norteado las respuestas de dos de los
informantes que descartan el uso de este tipo de táctica discursiva.
Entrevista 3
INFORMANTE 1: No amparándose en una excusa, a lo mejor, de forma más directa pero más cortés… tampoco le digo… Como para decir bueno, ya descarto esta posibilidad, voy y busco otra, o sea que... Te pido un favor, vos no me lo podés hacer, bueno, te descarto y busco otra cosa, busco otra alternativa…no pierdo el tiempo.
Entrevista 6
INFORMANTE 1: Não tenho problema porque é assim: se não dá para resolver, para que vai ficar perdendo tempo? Fala não [enfático] e ele já vai procurar outra opção para solucionar o problema dele. É não e ponto final!
c) Cuestión 3
La pregunta número 3 (¿Te parece educado usar excusas y disculpas para evitar decir
No abiertamente?) hemos decidido no colocarla en la tabla porque las respuestas de los
informantes no siempre ha sido muy clara. Por ejemplo, en la entrevista 3 los dos informantes
declaran que les parece educado:
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ENTREVISTADOR: ¿Les parece educado usar excusas y disculpas para evitar un no abiertamente?INFORMANTE 1: Y...sí. [bajito]INFORMANTE 2: Y, sí... tratar de buscar la forma más sutil y de no herir al otro para que no se sienta mal...
Pero, en la respuesta siguiente el informante 2 comienza a aclarar su punto de vista,
aclaración completada por el informante 1 que termina siendo una verdadera rectificación de
la respuesta anterior:
INFORMANTE 2: Por eso, la otra pregunta que vos hiciste, el tema de buscarle la forma para que la otra persona no se sienta mal de que vos le decís que no.INFORMANTE 1: No amparándose en una excusa, a lo mejor, de forma más directa pero
más cortés…
Otro caso semejante se produjo con las respuestas de los informantes de la entrevista 7
en el que el informante 1, al echar mano del uso de una concesiva (até pode ser) pareciera
afirmar que le parece educado, sin embargo abandona este tipo de prácticas de modo enfático.
INFORMANTE 1: Deixa eu pensar... eu acho que até seja educado, mas eu prefiro que seja bem objetivo.
El informante 2, si bien al principio afirma parecerle educado, expone algunas
situaciones que relativizan la afirmación anterior
INFORMANTE 2: Você diz se eu acho que isso é educado? Acho que sim. Depende... depende muito da situação... pode ser educado ou pode ser bastante rude, porque às vezes só falar o não seria mais simples, mais direto e, como ele disse, não precisaria ... sem dar voltas você se entende melhor.
En la entrevista 6 la informante 2 tampoco nos da una respuesta muy clara y, por la
imprecisión de sus palabras, no nos parece natural encontrar un significado a contrario sensu.
Veamos
ENTREVISTADOR: Vocês acham educado usar desculpas, escusas, para falar não?INFORMANTE 1: Ah! Eu acho educado mas não uso não professor...[risos]
72
INFORMANTE 2: Ela é muito brava.
Una posible lectura que se puede hacer de tal respuesta es: Ela é muito brava y le
parece educado usar disculpas y excusas, pero no lo hace. Yo no lo soy (muito brava) y no me
parece educado valerme de excusas y disculpas (a la informante 1 sí le parece) y las uso (al
contrario de la informante 1). Claramente se advierte que el resultado de la interpretación en
sentido contrario nos puede llevar a resultados lindantes con el absurdo, por tal motivo
decidimos que es mejor prescindir de la respuesta.
Otras veces, como en el caso de la entrevista número 5, hemos sido nosotros los que,
ex profeso, decidimos no realizar la pregunta por estimarla respondida indirectamente
ENTREVISTADOR: Bueno, me has respondido la próxima pregunta de si tenés que decir que no, si tenés alguna estrategia…INFORMANTE: Sí, siempre. Por lo general está mal, pero busco alguna excusa o alguna mentirita piadosa para no decir que no de frente. Pero me cuesta, más cuando a la persona la conozco. Me cuesta mucho.
Otras, como en la entrevista 8, la respuesta ya se anticipa al responder la cuestión
anterior. Veamos las palabras de la informante 2 de dicha entrevista:
ENTREVISTADOR: Quando alguém pede alguma coisa para vocês, e vocês vão falar que não, é fácil falar que não? Ou é difícil?...INFORMANTE 2: Um não soa como alguma coisa... uma coisa mal educada, soa como grosseiramente mal educado, você ouvir um não, assim...
d) Cuestión 4
Esta es, quizás, la cuestión menos controvertida. Efectivamente, 11 de los 14
entrevistados han respondido que preferían que no se les anduviera con rodeos, que se les
dijera que no abiertamente. Entre los 7 entrevistados que en la pregunta anterior habían
manifestado no decir NO de forma directa, 4 han respondido que preferían que a ellos sí se les
respondiese de manera categórica. Los motivos son varios, celeridad como en el caso de los
participantes de las entrevistas 1 (terminar todo rápido); del informante de la entrevista 3 (no
pierdo el tiempo.); del informante 2 de la entrevista 4 (No que estén dando vueltas) y de la
informante 2 de la entrevista 6 ( não gosto de ser cozinhada / fica me cozinhando).
73
En otras ocasiones los consultados se limitaron a manifestar su preferencia sin
especificar los motivos.
Sólo las 3 informantes de la entrevista 8, que justificaron el uso de este tipo de
estrategia como una cuestión cultural de Brasil, manifestaron su rechazo a la forma directa de
recibir una negación.
74
4 LECTURA INTERPRETATIVA DE LOS DATOS
En el presente trabajo hemos, principalmente, lidiado con dos problemas. Uno es,
además del de las consecuencias directas y embutidas los actos locutorios, el de la cuestión
del entendimiento, incluyéndose la comprensión de la fuerza o del contenido de la
enunciación por su(s) destinatario(s). (Austin, 1962, 116 apud LEVINSON, 2007, p. 301)
Otro es que tratar con comportamientos sociales, entre ellos los aspectos pragmáticos
de la comunicación, no es tan sencillo. Recuérdese que varios filósofos del lenguaje, entre
ellos Searle, han afirmado que la teoría del lenguaje forma parte de la teoría general de la
acción humana (Escandell, 2006, p. 64). Si bien es cierto que estamos analizando formas
lingüísticas que en principio deberían reputarse normativamente “puras”, cuando las llevamos
a la palestra de alguna manera “se contaminan” semánticamente y parecen adquirir otro
significado. Y no podría ser de otra manera: el lenguaje es un hecho social,[y] que el discurso
y cualquier actividad sígnica está sujeta a condiciones de producción y por lo tanto está
inserto en el sujeto.(Parret, 1993, p. 163).
Una de las primeras cosas que salta a la vista ante una lectura superficial, tanto de
las entrevistas como de las encuestas, es que nada se puede afirmar con fuerza taxativa porque
las manifestaciones de las encuestados y entrevistados han apuntado mayorías, pero también
han revelado la existencia de minorías. Veremos a continuación qué se puede inferir de los
datos de las respuestas, tanto de las encuestas como de las entrevistas.
En la cuestión número 1 todas las frases dadas a los encuestados para interpretar
infringían as máximas de conversación de Grice, menos la cuestión 4 que, como se dijo
oportunamente, fue colocada allí sólo para orientar las respuestas de los encuestados. Todas
infringían por lo menos 1 de las submáximas de la máxima de modalidad: o la que ordena ser
breve o la que prescribe evitar la ambigüedad (Levinson, 2007, p. 127) Algunas podría
pensarse que tampoco observan la máxima de cantidad, haga su contribución rica en
información, pero no más de lo requerido por el objetivo de la comunicación. (Armengaud,
2008, p. 89) La tarea solicitada a los encuestados no era tan sencilla: tenían que reconstruir el
auténtico contenido que se ha tratado de comunicar y, a veces, restaurar la vigencia de las
máximas a través de la implicatura. (Escandell, 2006, p. 84) Como ya hemos visto
anteriormente, para los hombres las frases implicaban, en su mayoría, un NO. Los porcentajes
de rosarinos y paulistanos para los que las frases implicaban una negación ha sido casi
idéntico: 63% y 64% respectivamente. Los números nos permiten deducir que no ha habido
diferencias sustanciales en lo que se refiere a la forma como los hombres han interpretado las
75
implicaturas. Si analizamos los porcentajes arrojados por las respuestas femeninas – para 33%
de las rosarinas y 42% de las paulistanas las respuestas implicaban una negación (véase
gráfico Nº 2)- vemos que, si bien hay una diferencia, ésta no es tan expresiva, apenas del 9%.
No creemos que se pueda hablar, categóricamente, de una forma diferente de interpretar los
enunciados, y esto se aplica tanto a hombres como a mujeres.
En la cuestión Nº 2, como se aprecia en el gráfico 3, los informantes masculinos de la
ciudad de São Paulo han sido más proclives a pensar que las respuestas dadas por sus socios
implicaban un NO que sus similares de la ciudad de Rosario. Como ya vimos, el 29% de las
veces que se les ha requerido una interpretación los informantes rosarinos se han inclinado
por una negación mientras que sus pares paulistanos lo han hecho el 40% de las veces. Aquí
tampoco se percibe una diferencia expresiva. Tampoco se la percibe al cotejar los resultados
de las respuestas de las informantes femeninas. Para las mujeres rosarinas las respuestas dadas
por sus socios implicaron una negación el 42% y para las paulistanas el 36%.(Véase gráfico
Nº 4) Ante la pequeñez de las diferencias de tales porcentajes, no nos es permitido afirmar
que haya discrepancias en las formas de interpretar lo que implican las violaciones a alguna(s)
máxima(s) del principio de cooperación. Hasta podría pensarse que es meramente el fruto del
margen de error producido por una interpretación ligera o errónea de las cuestiones
planteadas. Creemos que de ninguna manera tienen entidad bastante para configurar una
tendencia.
La tercera cuestión sometida a análisis de los informantes también viola la submáxima
contenida en la máxima de modalidad que reza: No sea ambiguo. Además, como apuntamos
anteriormente, también encierra un acto de habla compromisorio: Voy a ver si puedo hacer
algo. A partir de esta cuestión los números comienzan a mostrar una propensión un poco más
definida: para el 73% de los rosarinos la respuesta implicaba un SÍ con resalvas mientras que
para igual porcentaje de paulistanos implicaba un NO educado. (Véase gráficos 5 y 6) Nos
encontramos ante una diferencia del 41%. Y al analizar los porcentajes de las repuestas dadas
por las informantes (gráficos 7 y 8) vemos que la diferencia, si bien disminuye si se la
compara con la de los informantes, aun así llega al 27%. Si juntamos los porcentajes de los
hombres y mujeres de cada una de las ciudades la diferencia entre las respuestas de los
informantes de ambas asciende al 37%, como se aprecia en los gráficos 9 y 10.
Creemos que es sólo a partir de esta diferencia que nos es dable pensar en una
tendencia en las diferentes formas de interpretación de las frases ambiguas por los
informantes de las ciudades en cuestión. Esta tendencia, en mayor o menor grado, se
mantendrá en las siguientes cuestiones.
76
En la cuestión 4 el foco estaba puesto en los dos enunciados que no respondían
negativamente con claridad. En el primero (Bueno, voy a ver si puedo hacer algo, pero es muy
difícil. Después te contesto.), se violan, por lo menos, las submáximas sea breve y,
principalmente, sea claro, de la máxima de modalidad. El segundo de los enunciados que nos
interesaba no era una negación gramatical, no tenía ninguna marca de negación y, además,
entraña un compromiso: Voy a ver… Lo primero que nos ha llamado la atención es su alto
número de apariciones como expresiones de negación ya que de los 60 encuestados, 18 han
manifestado que utilizarían como forma de decir NO el primero de los enunciados y 15 el
segundo.
Informantes de Rosario (30) Informantes de São Paulo (30)masculinos femeninos masculinos femeninos
Bueno, voy a ver si puedo hacer algo... 4 1 7 6
Voy a ver si es posible. 1 2 7 5
Tabla 6
Como se ve en la tabla 6, la mayoría de apariciones de este tipo de opción corresponde
a los informantes de la ciudad de São Paulo. Sin embargo el número de rosarinos que han
tomado el mismo camino no es pequeño, nueve informantes de esta ciudad lo han hecho, o
sea, el 30%. Este porcentaje se reduce al 26,67% si tenemos en cuenta que un encuestado ha
marcado las dos opciones. Asimismo el porcentaje es digno de tenerse en consideración.
En esta cuestión se va consolidando la tendencia comenzada en la cuestión anterior.
De hecho, como se desprende de los gráficos 11 y 12, el número de paulistanas que ha optado
por alguno(s) de estos enunciados para expresar negación más que triplica el número de
rosarinas que procedieron de igual manera59. El número de paulistanos, comparados con el de
rosarinos, casi triplica.60 Si consideramos los porcentajes, sin distinción de sexo, la diferencia
también es muy expresiva: de las 43 opciones marcadas por los encuestados de ambos sexos
de Rosario el 18,60% ha sido por alguno de los enunciados en cuestión. Por parte de los
paulistanos, de las 52 opciones que marcaron, el 48,08% corresponde a la opción por alguno
de estos dos enunciados. (Véanse tabla 3 y gráfico Nº 15)
En la cuestión número 5 se les presentó a los encuestados una opción, la primera, que
era la única que podía considerarse como negación. Las otras 3 infringían la máxima de
cualidad (o de sinceridad, según Armengaud, 2008, p. 89) que establece: Procure que su
contribución sea verdadera, específicamente, no diga lo que crea ser falso. (Levinson, 2007,
59 De las 25 respuestas dadas, las rosarinas han optado por utilizar alguno de los dos enunciados el 12% de las veces, las paulistanas el 44% (véase gráfico 11) 60 Véanse gráficos 13 y 14.
77
p. 126) Viendo los gráficos 16 y 17, observamos que las paulistanas han optado por alguno de
estos enunciados el 53% de las veces y las rosarinas el 33%. Estos mismos porcentajes se han
registrado en las respuestas de los encuestados de las dos ciudades. (Véanse gráficos 18 y 19)
Si bien la diferencia en ambos casos es del 20%, llama la atención el elevado porcentaje de
los informantes de Rosario, el 33%, que se ha valido de estos enunciados para expresar
negación.
Como se puede apreciar, los porcentajes hasta aquí vistos confirman la afirmación con
la que comenzamos el presente capítulo: no se puede afirmar categóricamente que las cosas
sean de una determinada manera o de otra. A lo sumo se puede habar de tendencias más o
menos pronunciadas. Como se desprende de la mayoría (casi la totalidad) de las respuestas
dadas por de los entrevistados brasileños, tanto hombres como mujeres, a la pregunta de si
preferían que se les dijera NO directamente o si preferían oír una excusa en su lugar, han
manifestado que preferían la primera de las opciones. Esto contradice los preconceptos
comunes según los cuales “o brasileiro é um povo muito amigo e simpático” y “[brasileiro]
não gosta de levar não”; (Barbosa, 1989, p.51),61 opinión pródigamente explicada por la
informante 3 de la entrevista 8 (brasileiro é de uma cultura do politicamente correto,[...] a
gente evita palavras fortes, evita expressões de impacto [...] é da cultura do brasileiro tentar
ser mais polido,[...] Ser mais amistoso com todo mundo[...] É um viés cultural...) De esto ser
así ¿cómo se explicaría que el 27% de los encuestados, en la cuestión 6, manifestó tomar con
naturalidad una negativa? Porcentaje bajo si se lo compara con el de los informantes de
Rosario (el 43%), pero alto lo suficiente como para derribar la idea de que “el brasilero” es
una entidad uniforme.
Además, si decimos que para el 73 de los paulistas el enunciado Voy a ver si puedo
hacer algo implica un no educado, también hay que decir que para el 27% restante implica un
sí con resalvas. Y lo contrario podría decirse de los rosarinos.
Cuando nos referimos a la cuestión 4 decíamos que el número de paulistanos que
había optado por uno de los 2 enunciados que, o bien infringían el las máximas
conversacionales de Grice o significaban un acto compromisorio, prácticamente triplicaba el
de rosarinos que habían hecho lo mismo. Y también destacamos el alto porcentaje que este
tercio representaba.
Al analizar la cuestión 5, la primera conclusión que se nos presenta es que la opción
por alguna de las 3 cuestiones del grupo no marcada por negación gramatical, al evitar el
enfrentamiento directo con quien ha realizado el pedido, bien pueden considerarse actos
61 Traducción libre: Al brasilero no le gusta que le digan que no, el brasilero es un pueblo amistoso y simpático.
78
movidos por la estrategia de cortesía encubierta mediante la cual el emisor pretende, en cierto
modo, enmascarar o disimular su verdadera intención (Escandell, 2007, p. 158) para procurar
salvaguardar la imagen positiva o interpersonal (el que a uno se lo acepte en el grupo), como
apuntamos al analizar los actos de habla indirectos y la cortesía.62 No obstante, como muy
bien intuye el informante 1 de la entrevista 7: pode ser educado ou pode ser bastante rude,
porque às vezes só falar o não seria mais simples, mais direto e, como ele disse, não
precisaria ... sem dar voltas você se entende melhor63. En el mismo sentido debemos tener en
cuenta los motivos altruistas argüidos por los entrevistados 1 de las entrevistas 3 y 6 que
declararon decir NO explícitamente para preservar a quien les ha solicitado algo. Esta
elección también es una estrategia de cortesía, sólo que abierta. La estrategia directa y
abierta consiste en expresarse literalmente, en seguir las máximas de Grice. Que resulte o no
descortés depende de cuál sea su potencial de amenaza a la imagen pública. (Escandell, 2007,
p.157)
Por todo lo expuesto hasta aquí, no podemos afirmar categóricamente que, a diferencia
de lo que se pueda leer en trabajos semejantes, las cosas sean de tal o cual modo.
Ya nos prevenía de ello Lívia Barbosa, al referirse a la realidad de Brasil, en los
siguientes términos:
La realidad brasilera es mucho más compleja de lo que normalmente se ha procurado verla [...]. En Brasil [...] nuestra multiplicidad de valores se insinúa en las más diversas situaciones sociales, no permitiendo que las entendamos a partir de un único paradigma. (BARBOSA, 1989, p. 83)64
Lo que sí es plausible, a la luz de los datos de las encuestas y entrevistas del presente
trabajo, es apuntar tendencias. No obstante estimamos un deber de sinceridad insoslayable
señalar una no despreciable serie los fenómenos que no se ajustan a tales tendencias. El
mismo deber de sinceridad nos obliga a desestimar algunas explicaciones según las cuales el
brasilero tiene dificultad para decir NO por ser cordial, políticamente correcto, amistoso y
cortés porque, de hacerlo, estaríamos condenando a la no cordialidad, a la no amistosidad, a
la incorrección política y a la descortesía a todo el que no actúe de esta manera, incluyendo
en este todo al gran porcentaje de brasileros que componen la numerosa minoría que no se
ajusta a la tendencia mayoritaria.
CONCLUSIÓN
62 En especial lo que Escandell Vidal llama “tacto”. (Escandell, 1995, p. 62)63 Citado en la p. 67.64 Traducción libre.
79
La propuesta de nuestro trabajo fue investigar una posible diferencia entre las formas
de manifestar la negación entre argentinos y brasileños. Pero un primer análisis de las
posibilidades y los medios con los que contábamos y de lo complejo de analizar países que,
como Argentina y Brasil, tienen tantas variedades geográficas como lingüísticas, decidimos
restringir al campo de nuestro estudio a las dos ciudades.
Para determinar cómo sería realizada la investigación, realizamos un estudio
preliminar acerca de las formas gramaticales con las que se expresa la negación en las dos
lenguas y, al ver la similitud, decidimos que nuestro trabajo debía centrarse no en la lengua
sino en el uso de la misma.
Seguidamente tomamos contacto con algunos trabajos e investigaciones sobre el tema,
sin embargo ninguno se había realizado desde el enfoque de la Pragmática. Inclusive nos
había llamado la atención el uso de conceptos de carácter positivo (cordialidad, cortesía) para
explicar ciertos comportamientos lingüísticos por lo que, se deducía, quienes tuvieran un
comportamiento diferente carecerían de estas cualidades. Esto sirvió de alerta permanente a lo
largo del desarrollo de nuestra investigación.
Paralelamente nos fuimos imbuyendo de las teorías y conocimientos pragmáticos
necesarios para, luego, salir a campo e intentar, despojados en lo posible de preconceptos
originados por las lecturas anteriores y las creencias populares escuchadas, llevar a cabo la
tarea que nos habíamos propuesto.
Una vez iniciada la investigación decidimos que era menester referirnos a la
competencia comunicativa en general y a los aspectos pragmáticos en especial. Procuramos
establecer la relación Gramática-Pragmática para, en un segundo momento, definir los
conceptos básicos de pragmática –tales como máximas conversacionales, implicatura, actos
de habla y estrategias de cortesía - con los que realizaríamos nuestra labor. Y ello quedó
plasmado en el capítulo 1.
No obstante nuestro trabajo estar volcado al campo de la pragmática, decidimos
detallar, más o menos pormenorizadamente, los mecanismos gramaticales con los que se
expresa la negación en español y portugués. Y así lo hicimos para que se evidenciara
patentemente la necesidad de un abordaje desde el punto de vista de la pragmática del objeto
que nos ocupa, ya que, como se muestra en el capítulo 2, las formas gramaticales son muy
similares y, en algunos casos, idénticas.
80
En el capítulo 3 mostramos los resultados de las encuestas y entrevistas realizadas con
los informantes de ambas ciudades y, al mismo tiempo, realizamos un primer análisis de los
mismos. Esta primera lectura nos ha permitido llegar a las siguientes conclusiones:
a) que conforme los datos arrojados por las cuestiones 1 y 2 no se puede
establecer que haya diferencias en las formas de interpretar enunciados
ambiguos. Los resultados se han mostrado un tanto confusos y la diferencia
de porcentajes es tan estrecha que sería forzado hablar de discrepancia en la
forma de interpretación de los enunciados;
b) que la mayoría de los brasileños no considera el acto compromisorio (voy a
ver si puedo hacer algo) como tal si va después de una negación, sino como
una fórmula de educación (Cuestión 3). Para la mayoría de los rosarinos sí
entraña un compromiso;
c) que la mayoría de los rosarinos, para expresar la negación, utilizó las formas
directas mientras que la casi mitad de los paulistanos se inclinó por el uso de
enunciados sin marca gramatical de negación o que contenían actos
compromisorios insinceros (cuestión 4);
d) que la mayoría de los paulistanos se valió, para expresar la negación, de las
estrategias de cortesía encubierta optando por enunciados que no negaban o
que, como en el caso de alguno de ellos, contenía un compromiso insincero.
Los rosarinos, en su mayoría, prefirieron el uso de la forma directa.
e) Que, como se desprende de la cuestión 5, a la mayoría de los rosarinos y
paulistanos no les gusta que les digan que NO. Sin embargo, conforme
manifestado en las entrevistas, prefieren que, llegado el caso, se les diga que
NO de forma directa.
Una segunda lectura de los datos se presenta en el capítulo 4 y en ella limitamos los
resultados de nuestra investigación a tendencias, a veces más o menos acentuadas, pero
siempre reflejo de una parcialidad. Destacamos también que el elevado porcentaje de
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resultados arrojados por las respuestas de la minoría no podía desconsiderarse. Por causa de
esta numerosa minoría, desestimamos la tarea de realizar actividades de cómo trabajar la
negación en la clase de ELE. En su lugar creemos conveniente promover una discusión
reflexiva y, en el caso de que sea necesario, señalar que, generalmente, en otras ciudades
como Rosario las personas niegan en forma manifiesta. También señalamos que no era
apropiado utilizar palabras de valor positivo, tales como cortesía y cordialidad, para explicar
algunos comportamientos porque, de esta forma, se les está negando estos atributos a quienes
tengan comportamientos distintos.
Consideramos que el presente trabajo podría verse favorecido si se aumentara el
número de encuestados y de entrevistados (30 y 7 de cada ciudad, respectivamente). Faltó en
la encuesta o en la entrevista alguna cuestión o pregunta que nos posibilitara entrever más
acabadamente cuáles son las estrategias de cortesía utilizadas para expresar negación en las
dos ciudades. Además, ya a la luz de los resultados, podrían también perfeccionarse los
instrumentos de recolección de datos e integrarse con otros, como recolección de muestras
espontáneas de habla, etc.
Esperamos, con este trabajo, haber contribuido a los estudios de la Pragmática.
También esperamos que, de aquí en más, encontremos más investigaciones realizadas desde
esta perspectiva de análisis.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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ANEJO A – ENCUESTA EN ESPAÑOL
PUC - COGEAE Pontificia Universidad Católica de São PauloCurso de Especialización de enseñanza de Español para Brasileros.
Esta encuesta tiene por objetivo recolectar datos para la investigación y realización de la monografía de conclusión de curso referente al período lectivo 2008 -2010.
Nombre:…………………………………………………………………Edad: …………………………………………………………………….Sexo: …………………………………………………………………….Profesión: ………………………………………………………………Escolaridad: ……………………………………………………………
Declaro que autorizo la publicación de los datos y las respuestas dadas, en forma anónima, para fines de investigación científica.
__________________________ Firma
1)-. Si usted solicita un servicio y obtiene las siguientes respuestas ¿cuáles consideraría una aceptación a su pedido y cuáles una negación al mismo? Marque la respuesta con una cruz.
Aceptación
Negación
“No, en principio no se puede, pero voy a ver si es posible hacer algo.”
“Bueno…en realidad es muy difícil, eso ya no se hace más, voy a ver si puedo ayudarlo…”
“Bueno, si… pero no le prometo nada.”
“No, no, es imposible.”
“Mire, en principio no habría problemas, pero como es un tema difícil se puede complicar y yo no le aseguro nada…”
“Si, mire, poder se puede, pero le convendría buscar otra alternativa… es muy complicado… yo se lo puedo hacer pero no sé si vale la pena…”
2)-. Supongamos que usted tiene una empresa de reparaciones de electrodomésticos y, tras un día de ausencia, su socio ha dado las siguientes respuestas a los pedidos de los clientes. ¿Cuáles usted tomaría como una respuesta afirmativa que lo obliga a atender dichos pedidos? Marque la(s) respuesta(s) con una cruz.
No tomo en Tomo en
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cuenta el pedido
cuenta el pedido
“En principio le digo que no, pero se lo voy a pasar a mi socio para que lo vea.”
“No, mire, no tenemos la pieza original… podemos ver si la reemplazamos por otra, se lo voy a pasar a mi socio…”
“Es un tema un tanto complicado, tal vez se pueda hacer algo... déjeme que lo consulte con mi socio.”
3)-.Si ante un pedido suyo le responden: “No, no, pero voy a ver si puedo hacer algo.” ¿Cómo lo interpreta? Marque la opción elegida con una cruz.
a) Como un no educado;
b) Como un sí;
c) Como un sí con resalvas.
4)-. Un compañero de trabajo le pide un favor y usted tiene que decirle que no ¿cuál o cuáles de estas formas utilizaría? Márquela(s) con una cruz. Puede marcar más de una opción.
No, mirá, lo que me pedís es imposible, no hay cómo…
Bueno, voy a ver si puedo hacer algo, pero es muy difícil. Después te contesto.
Disculpame, pero eso me es imposible. Si pudiera…
Voy a ver si es posible.
Perdoname, pero no. No tengo cómo hacerlo. Esta vez te la debo.
5)-. Si un amigo, al que ya le prestó dinero y no se lo ha devuelto, le vuelve a pedir 100 pesos ¿Qué actitud toma? Marque la opción elegida con una cruz.
a) Le dice que no porque no le ha devuelto lo que le debe;
b) Le dice que su mamá está enferma y que le tiene que comprar los remedios.
c) Le dice que lo va a pensar aun sabiendo que no lo va a hacer.
d) Le dice que se los va a prestar más adelante y espera hasta que se olvide del tema.
6)-. Si le pide un favor a un amigo y éste le responde:”-No, no, imposible…” ¿cómo lo toma? Marque la opción elegida con una cruz.
a) Se pone muy mal;
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b) Le molesta un poco;
c) Lo toma con naturalidad.
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ANEJO B – ENCUESTA EN PORTUGUÉS PUC - COGEAE Pontifícia Universidade Católica de São Paulo
Curso de Especialização de Ensino de Espanhol para Brasileiros.
Esta enquete tem por objetivo coletar dados para a pesquisa e realização da monografia de conclusão de curso referente ao período letivo 2008 -2010.
Nome:…………………………………………………………………Idade: …………………………………………………………………….Sexo: …………………………………………………………………….Profissão: ………………………………………………………………Escolaridade: ……………………………………………………………
Declaro que autorizo a publicação dos dados e das respostas dadas, em forma anônima, para fins de pesquisa acadêmica.
__________________________ Assinatura
1)-. Se você solicita um serviço e obtém as seguintes respostas, quais consideraria uma aceitação a seu pedido e quais uma negação ao mesmo? Marque a resposta com um x.
Aceitação
Negação
“Não, a principio não é possível, mas vou ver se dá pra fazer algo.”
“Bom…na verdade é muito difícil, isso já não se faz mais, vou ver se posso te ajudar…”
“Bom, sim… mas não te prometo nada.”
“Não, não, é impossível.”
“Veja bem, a principio não teria problemas, mas como é um tema difícil, pode ficar complicado e eu não te garanto nada…”
“Sim, olha bem, poder pode, mas é melhor você procurar uma outra alternativa… é muito complicado… eu posso fazer mas não sei se vale a pena…”
2)-. Suponhamos que você tem uma empresa de reparações de eletrodomésticos e, após um dia de ausência, seu sócio deu as seguintes respostas aos pedidos dos clientes. Quais você tomaria como uma resposta afirmativa que o obriga a levar em conta os ditos pedidos? Marque a(s) resposta(s) com um x.
Não levo em conta o pedido
Levo em conta o pedido
“A principio te digo que não, mas vou passar para meu sócio para ele dar uma olhada.”
“Não, não temos a peça original… podemos ver se a
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substituímos por outra, vou passar para meu sócio…”
“É um tema um tanto complicado, talvez possa ser feito algo... deixa eu consultar com meu sócio.”
3)-.Se perante um pedido seu lhe respondem: “Não, não, mas vou ver se posso fazer algo.” Como interpreta a resposta? Marque a opção escolhida com um x.
d) Como um não educado;
e) Como um sim;
f) Como um sim com ressalvas.
4)-. Um colega de trabalho lhe pede um favor e você tem que dizer que não, qual ou quais de estas formas utilizaria? Marque-a(s) com um x. Pode marcar mais de uma opção.
Não, olha, o que está me pedindo é impossível, não tem como…
Bom, vou ver se posso fazer algo, mas é muito difícil. Depois te respondo.
Me desculpa, mas isso é impossível. Se eu pudesse…
Vou ver se é possível.
Me desculpa, mas não. Não tenho condições. Desta vez fico te devendo.
5)-. Se um amigo, a quem já emprestou dinheiro e não devolveu, volta a lhe pedir 100 reais, que atitude toma? Marque a opção escolhida com um x.
e) Diz que não porque não lhe devolveu o que lhe deve;
f) Diz que sua mãe está doente e que tem que comprar os remédios.
g) Diz que vai pensar mesmo sabendo que não vai emprestar.
h) Diz que vai emprestar depois e espera até ele esquecer o assunto.
6)-. Se pedir um favor para um amigo e, este lhe responder:”-Não, não, impossível…” qual seria a sua reação? Marque a opção escolhida com um x.
d) Fica muito mal;
e) Se chateia um pouco;
f) Aceita a resposta com naturalidade.
ANEJO C – DATOS DE LAS ENCUESTAS
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Informantes de la ciudad de Rosario Informantes de la ciudad de São Paulo
Cuestión 1 Masc. Rtas. % Fem. Rtas. % Masc. Rtas. % Fem. Rtas. %
No, en principio no se puede… 15 10 66,67 15 5 33,33 15 10 66,67 15 11 73,33
Bueno… en relalidad es muy difícil... 15 7 46,67 15 9 60,00 15 7 46,67 15 9 60,00
Bueno, sí, pero no le prometo nada 15 10 66,67 15 8 53,33 15 9 60,00 15 6 40,00
Mire, en principio no habría…. 15 10 66,67 15 4 26,67 15 11 73,33 15 9 60,00
Si, mire, poder se puede, pero… 15 10 66,67 15 7 46,67 15 11 73,33 15 7 46,67
Cuestión 2
En principio le digo que no, pero… 15 4 26,67 15 10 66,67 15 7 46,67 15 7 46,67
No, mire, no tenemos … 15 5 33,33 15 5 33,33 15 5 33,33 15 7 46,67
Es un tema un tanto complicado… 15 4 26,67 15 4 26,67 15 6 40,00 15 2 13,33
Cuestión 3
Como un no educado 15 4 26,67 15 5 33,33 15 11 73,33 15 9 60,00
Como un sí 15 0 0,00 15 0 0,00 15 0 0,00 15 0 0,00
com un sí con resalvas 15 11 73,33 15 10 66,67 15 4 26,67 15 6 40,00
Cuestión 4
No, mirá, lo que me pedís… 15 1 6,67 15 5 33,33 15 3 20,00 15 0 0,00
Bueno, voy a ver si puedo… 15 4 26,67 15 1 6,67 15 7 46,67 15 6 40,00
Disculpame, pero eso me es… 15 1 6,67 15 5 33,33 15 2 13,33 15 3 20,00
Voy a ver si es posible. 15 1 6,67 15 2 13,33 15 7 46,67 15 5 33,33
Perdoname pero no. No… 15 11 73,33 15 12 80,00 15 8 53,33 15 11 73,33
Cuestión 5
Le dice que no porque … 15 10 66,67 15 10 66,67 15 7 46,67 15 7 46,67
Le dice que su mamá está… 15 1 6,67 15 2 13,33 15 2 13,33 15 2 13,33
Le dice que lo va a pensar… 15 3 20,00 15 3 20,00 15 4 26,67 15 4 26,67
Le dice que se los va a prestar… 15 1 6,67 15 0 0,00 15 2 13,33 15 2 13,33
Cuestión 6
Se pone muy mal 15 1 6,67 15 0 0,00 15 1 6,67 15 1 6,67
Le molesta un poco 15 8 53,33 15 8 53,33 12 3 25,00 15 10 66,67
Lo toma con naturalidad 15 6 40,00 15 7 46,67 15 1 6,67 15 4 26,67
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ANEJO D – TRASCRIPCIONES DE LAS ENTREVISTAS
ENTREVISTA 1
Edad: 32 añosSexo: femeninoProfesión: SecretariaEscolaridad: universitario incompleto
ENTREVISTADOR: ¿Te cuesta decir que no?INFORMANTE: No. No me cuesta.
ENTREVISTADOR: Una vez que tenés que decirle que no a alguien ¿tenés algún mecanismo especial o se lo decís directamente? INFORMANTE: No, se lo digo con el fundamento del no.
ENTREVISTADOR: ¿Te parece educado usar algunas excusas para decir no abiertamente?INFORMANTE: Sí, me parece educado.
ENTREVISTADOR: ¿Vos preferís decir las cosas, un no claramente o utilizar alguna evasiva del tipo “después te contesto”; “llamame mañana”? INFORMANTE: Y…no, no. Mi cabeza me hace decir que no, preferiría… [se interrumpe]
ENTREVISTADOR: Y la última ¿Preferís que te digan que no directamente o que te anden con excusas?INFORMANTE: No, también, terminar todo rápido.
ENTREVISTA 2
Edad: 45 añosSexo: masculinoProfesión: abogadoEscolaridad: universitario
ENTREVISTADOR: Cuando alguien te pide algo ¿te cuesta decirle que no?INFORMANTE: Según quien es.
ENTREVISTADOR: Una persona más o menos conocida, un compañero de trabajo…INFORMANTE: No
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ENTREVISTADOR: ¿Tenés algún mecanismo especial para decirle que no o le decís que no abiertamente?INFORMANTE: Diplomática. Busco que sea diplomático.
ENTREVISTADOR: ¿A vos te parece educado usar excusas para evitar decir no abiertamente? Excusas del tipo “mañana te contesto”…INFORMANTE: ¡NO! Este tipo de excusas no me gustan. Diplomático, no extenderlo en el tiempo, no evasivas. Diplomático pero no evasivas.
ENTREVISTADOR: ¿Preferís que te digan que no abiertamente o que te anden con excusas que sabés que son falsas?INFORMANTE: Que me digan que no.
ENTREVISTA 3
Informante 1Edad: 45 añosSexo: masculinoProfesión: comercianteEscolaridad: universitario incompleta
Informante 2Edad: 41 añosSexo: femeninoProfesión: docenteEscolaridad: universitario
ENTREVISTADOR: En general ¿les cuesta decir que no cuando les piden algo?INFORMANTE 1: Si.INFORMANTE 2: Si.
ENTREVISTADOR: ¿Por qué?INFORMANTE 1: Y...porque es una situación incómoda. INFORMANTE 2: Exacto, porque tratás de ayudar al otro, de ver cómo… cómo lo podés satisfacer en lo que te pide.
ENTREVISTADOR: Y una vez que ya toman la decisión de decir que no, ya está tomada la decisión ¿cómo dicen que no? ¿Tienen algún mecanismo…?INFORMANTE 1: Por lo menos yo uso la forma más diplomática posible…INFORMANTE 2: Depende, depende de la situación.INFORMANTE 1: Sí. INFORMANTE 2: A lo que te hayan pedido, a la situación… a veces un no rotundo y a veces un “No, mirá, no puedo”o buscás la forma de decirle que no… INFORMANTE 1: Y también depende qué persona y en qué circunstancia te pide algo porque no es lo mismo que te lo pida un amigo, un desconocido, un tipo que… ¿qué se yo?…
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encontraste en la calle que… Y depende de lo que te pide. A alguien al cual le debés algún deber de lealtad o reciprocidad…
ENTREVISTADOR: [dirigiéndose a la informante 1] Bueno, digamos que te lo pide algún amigo, o algún compañero de trabajo…INFORMANTE 2: Bueno, eso. Depende. Si es un no, no. Si es mi tesitura no, digo “mirá, no”. Pero a veces le buscás la forma... una forma elegante para decirle que no.
ENTREVISTADOR: ¿Les parece educado usar excusas y disculpas para evitar un no abiertamente?INFORMANTE 1: Y...sí. [bajito]INFORMANTE 2: Y, sí... tratar de buscar la forma más sutil y de no herir al otro para que no se sienta mal...
ENTREVISTADOR: ¿Ustedes prefieren que les digan que no directamente o que les anden con excusas...?INFORMANTE 2: No, yo prefiero que me digan que no.INFORMANTE 1: Si, prefiero que me digan que no pero también de forma más o menos... o sea de forma directa… pero cortés, digamos.INFORMANTE 2: Sí, que no sea chocante.INFORMANTE 1: Ese es el tema.INFORMANTE 2: Por eso, la otra pregunta que vos hiciste, el tema de buscarle la forma para que la otra persona no se sienta mal de que vos le decís que no.INFORMANTE 1: No amparándose en una excusa, a lo mejor, de forma más directa pero más cortés… tampoco le digo… Como para decir bueno, ya descarto esta posibilidad, voy y busco otra, o sea que... Te pido un favor, vos no me lo podés hacer, bueno, te descarto y busco otra cosa, busco otra alternativa…no pierdo el tiempo.
ENTREVISTA 4
Informante 1Edad: 29 añosSexo: femenino Profesión: peluqueraEscolaridad: terciario
Informante 2Edad: 32 añosSexo: masculinoProfesión: empleadoEscolaridad: terciario incompleto
ENTREVISTADOR: En general ¿les cuesta decir que no cuando les piden algo?INFORMANTE 1: No, para mí, me cuesta un poco.INFORMANTE 2: Sí. A mí también me cuesta, sí. Me cuesta pero, a ver… ahora de adulto no, de más chico me costaba decir, de adolescente, y todo eso, decía a todo que sí, pero ahora
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de adulto no, sé decir “no, mirá no puedo” y le digo tal y tal cosa, porqué no puedo, y todo eso, que me disculpe, en otro momento sí, a lo mejor, pero que no.INFORMANTE 1: Y yo según la persona que sea… como que mido mucho la persona yo, según de quien venga. Si veo que es alguien que, no sé, más allegado por ahí, ¿qué se yo?, sí. Pero si es un compañero que no lo tengo muy, o… ¿qué se yo?, por ahí no me cuesta tanto. Según la persona, según quien sea ¿viste?
ENTREVISTADOR: Y cuándo ustedes tienen que decirle que no a una persona, que ya tomaron la decisión ¿Qué hacen? ¿Le dicen abiertamente que no o tienen algún mecanismo, alguna forma especial? ¿O le dicen “no, disculpame”?INFORMANTE 1: Y...porque es una situación incómoda. INFORMANTE 2: ¡Según qué cosa! Es que, ponele…los otros días me llamó un amigo y me dijo: Mirá xxxxx, pensé en vos y vamos a jugar al fútbol, ¿qué se yo?” y yo le dije: “no, mirá, no puedo porque tengo que ir a natación, queda para otra vez”… No da más…Sí, no, no.
ENTREVISTADOR: ¿Y vos Negra?INFORMANTE 1: Y yo por ahí pongo una excusita… [risas] Sí, porque como me cuesta más decir que no… por ahí pongo una excusa. Sí pero… [se interrumpe]
ENTREVISTADOR: Pero le decís que no, no lo dejás en el aire como diciendo “después te contesto”INFORMANTE 1: No, no, no.
ENTREVISTADOR: Pero le ponés una excusa…INFORMANTE 1: ¡Claro!
ENTREVISTADOR: Y la última ¿Ustedes prefieren que les digan que no directamente o que les anden con vueltas?INFORMANTE 2: No, a mí que me lo digan directamente.INFORMANTE 1: Que lo digan directamente…INFORMANTE 2: A mí que me lo digan directamente.INFORMANTE 1: Yo a veces no lo hago… [risas]INFORMANTE 2: No, yo prefiero que me lo digan directamente. No que estén dando vueltas… ¡Ahí! ¡En seco! O sea, ¡como venga! INFORMANTE 1: No, de última que me digan no porque tal cosa, que es mentira a lo mejor, pero que me digan no.
ENTREVISTA 5
Edad: 37 añosSexo: femeninoProfesión: secretariaEscolaridad: universitario
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ENTREVISTADOR: ¿Te cuesta decir que no?INFORMANTE: Sí.
ENTREVISTADOR: ¿Por qué? INFORMANTE: Porque me parece que… [piensa] Me cuesta porque la otra persona [es] como que lo va a tomar a mal por eso antes de no ser aceptado por la otra persona trato de disimular el no.
ENTREVISTADOR: Bueno, me has respondido la próxima pregunta de si tenés que decir que no, si tenés alguna estrategia…INFORMANTE: Sí, siempre. Por lo general está mal, pero busco alguna excusa o alguna mentirita piadosa para no decir que no de frente. Pero me cuesta, más cuando a la persona la conozco. Me cuesta mucho.
ENTREVISTADOR: Pero a vos, cuando te tienen que decir que no ¿qué preferís? ¿qué te digan alguna mentirita piadosa, algún…. INFORMANTE: [interrumpe enfática] ¡No! ¡Prefiero que me vayan de frente! [risas] ¡Prefiero que me vayan de frente! No me gusta cuando me dicen que no, no me gusta, o sea, pero prefiero la verdad a un no. Reconozco que me cae mal, pero prefiero la verdad. Prefiero la verdad.
ENTREVISTADOR: Preferís la verdad…INFORMANTE: Sí, prefiero la verdad.
ENTREVISTA 6
Informante 1Idade: 30 anosSexo: femininoProfissão: secretáriaEscolaridade: superior
Informante 2Idade: 28 anosSexo: femininoProfissão: pedagogaEscolaridade: superior
ENTREVISTADOR: Para vocês é fácil dizer não quando alguém pede algo?INFORMANTE 1: É!INFORMANTE 2: Pra mim não é.
ENTREVISTADOR: Pra você é [dirigindo-se à informante 1]INFORMANTE 1: Pra mim é.
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ENTREVISTADOR: Por que não é fácil?INFORMANTE 2: Ai, porque eu sou uma pessoa que gosto sempre de ajudar ou de tentar resolver algum problema, então não consigo falar não de cara, a não ser que seja alguma coisa que eu me prejudique... no trabalho ou mesmo em casa, se tiver que fazer alguma coisa que não é da minha índole... não consigo falar não de cara.
ENTREVISTADOR: [dirigindo-se à informante 1] E você não tem problema?INFORMANTE 1: Não tenho problema porque é assim: se não dá para resolver, para que vai ficar perdendo tempo? Fala não [enfático] e ele já vai procurar outra opção para solucionar o problema dele. É não e ponto final!
ENTREVISTADOR: E vocês falam não, assim, ou tem algum mecanismo, tipo procurar aliviar m pouco...INFORMANTE 1: Eu não [cortando] digo não.INFORMANTE 2: Eu alivio...INFORMANTE 1: Eu não alivio. Olha, vou contar um causo. Eu pedi uns tonners numa loja, eu pedi uns tonners numa loja, e depois não era para comprar naquela loja, era para comprar numa outra loja que o nosso motorista comprava. Aí eu cancelei o pedido e o cara me fala... ligou aqui e perguntou: “Mas por que você vai cancelar o pedido?” “Porque eu quero! Quero cancelar o pedido e ponto final! E cancelei o pedido. Não tem que estar dando explicação!INFORMANTE 2: Ai, eu tento aliviar o não... o não pesa, né?INFORMANTE 1: Imagina! Que nada!
ENTREVISTADOR: Vocês acham educado usar desculpas, escusas, para falar não?INFORMANTE 1: Ah! Eu acho educado mas não uso não professor...[risos]INFORMANTE 2: Ela é muito brava.
ENTREVISTADOR: vocês preferem dizer não claramente ou [dar] alguma resposta do tipo “depois te respondo...”INFORMANTE 1: Eu não, eu já falo não na lata!INFORMANTE 2: Ah, não. Se eu tiver que falar não já falo, mas de uma forma mais leve… mas não deixo para depois.
ENTREVISTADOR: E a última pergunta. Vocês preferem que para vocês falem não abertamente ou preferem que também dêem alguma aliviada...alguma desculpa...
INFORMANTE 1: Para mim não tem que aliviar nada!INFORMANTE 2: Eu prefiro que me falem não, não gosto de ser cozinhada![risos]
INFORMANTE 2: fica me cozinhando... ai, não gosto de ouvir.INFORMANTE 1: Ai, eu também.
ENTREVISTA 7
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Informante 1Idade: 21 anosSexo: masculinoProfissão: professorEscolaridade: superior
Informante 2Idade: 32 anosSexo: masculinoProfissão: administradorEscolaridade: superior
ENTREVISTADOR: Em geral, quando tem que falar não para alguém, é fácil para vocês falar não? É difícil? INFORMANTE 1: Não, no meu caso não. Eu acho simples, sem nenhum problema.
ENTREVISTADOR: E no seu caso, como é? [para o informante 2]INFORMANTE 2: Na verdade eu acho que varia de ocasião para ocasião.
ENTREVISTADOR: Suponhamos que se trata de uma situação mais de amigos...INFORMANTE 1: Foi o que eu imaginei.INFORMANTE 2: Não, aí acho que é mais tranqüilo...
ENTREVISTADOR: E não tem nenhum mecanismo? Vocês não tentam dar uma maneirada?INFORMANTE 1: Dependendo da situação eu sou direto, falo: “não é possível agora, podemos ver depois”... Sem nenhum problema mesmo.INFORMANTE 2: Eu não sei. Eu estou um pouco influenciado por saber, por ter um pouco de idéia do geral... Eu até estava pensando que brasileiro ele tem “ouvido de cristal...” E ai você não pode falar... Você não fala não ou você não fala que não gosta de alguma coisa, você sempre dá uma rodeada pra falar as coisas. Então você fala... [se alguém perguntar] “você gosta disso?” Aí você não fala não diretamente, você fala: “eu prefiro isso”. Eu sei que como muita gente, como eu já viajei também, eu sei que... eu tenho esse costume... de dar uma rodeada para falar “ah, eu quero isso” e não falar não diretamente.
ENTREVISTADOR: Você não, você é direto...INFORMANTE 1: Eu sou direto. Claro, sendo muito educado, mas demonstrando assim a minha opinião, “Não, não concordo com isso” e ponto. Mas isso que ele falou achei muito interessante, ele tem razão, mas às vezes eu acredito que é melhor você ser bem objetivo para não dar para pessoa, sabe aquela coisa, “será que amanhã ele pode mudar de idéia”. Eu acho que isso é ser já um pouco objetivo.
ENTREVISTADOR: E vocês acham educado quando alguém fala... em lugar de falar não diretamente começa a procurar algum tipo de escusa, algum tipo de desculpa...
INFORMANTE 1: Deixa eu pensar... eu acho que até seja educado, mas eu prefiro que seja bem objetivo.INFORMANTE 2: Você diz se eu acho que isso é educado? Acho que sim. Depende... depende muito da situação... pode ser educado ou pode ser bastante rude, porque às vezes só
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falar o não seria mais simples, mais direto e, como ele disse, não precisaria ... sem dar voltas você se entende melhor.INFORMANTE 1: Teve uma situação estes dias, uma colega de faculdade, “Ah, vou fazer o meu aniversário neste sábado numa danceteria”. Eu vi ami[gos] dando miles [?] de... Eu fui direto! “Pessoal eu não vou porque não gosto de danceteria, te adoro como pessoa, não fique chateada, mas não curto danceteria” Ai ela até brincou “Nossa, adorei, você foi bem claro”. 12: Eu já sou mais do “tal vez eu vá” e acabo não indo. [risos]INFORMANTE 1: Tá vendo?
[A entrevista continuou em off]
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