47185810 eugenio gomez historia del partido comunista del uruguay

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  • Historia del Partido

    Comunista del Uruguay

    (HASTA EL AO 1951)

    QUE FUERA PUBLICADA EN 1961 POR EUGENIO GOMEZ

    EDITORIAL ECO - Agosto 1990

  • Editorial ECO

    Rivera 2134 apto. 2 Tel. 41 78 13 Montevideo - Uruguay

  • PROLOGO DE LA EDITORIAL

    Nuestra Patria oprimida, nuestro pueblo explotado, nuestra gloriosa clase obrera ao tras ao golpeada por las crisis del sistema y por quienes desde su propio seno tratan de mantenerla sojuzgada y sin conciencia de su papel de combatiente de vanguardia en la actual etapa histrica, en la revolucin democrtica popular continuada en forma ininterrumpida por la revolucin socialista, primera fase de la sociedad sin clases, el comunismo.

    Este es el motivo del esfuerzo editorial, aportar a la conciencia de nuestra mejor historia y luchas. Queremos que el comunismo en el Uruguay vuelva a sus bellas tradiciones del perodo que abarca esta historia, que vuelva a convertirse en una fuerza, revolucionaria, decidida, combativa, firme en los principios del marxismo-leninismo, firme en el mantenimiento de la independencia de clase y a la vez vanguardia del frente antioligrquico y antimperialista planteado por la historia como continuador de la gesta artiguista.

    Queremos que este documento ocultado tantos aos est en las manos de quienes buscan el camino arduo, peligroso y difcil de la verdad, para transformar la sociedad.

    El socialismo y los comunistas han dado pruebas de lo que son capaces, en vastos territorios liberaron millones de hombres de la explotacin y convirtieron legiones de hambrientos en hombres dignos, sus avances fueron en grandes saltos, en grandes oleadas revolucionarias de amplias masas populares, en heroicas batallas militares y por la produccin.

    Esta gran obra ser imborrable, ha cambiado al mundo, y el retroceso impuesto por las camarillas revisionistas, burguesas, est ya mostrndose, es inocultable, dada la crisis del capitalismo restaurado, que necesita formas ms abiertas para des-arrollarse.

    No podrn los impostores que hoy lloriqueando dicen que fueron engaados, ni ninguna de las mentiras y provocaciones de los enemigos del pueblo, contra la historia, contra ese viejo topo de la revolucin que trabaja cada da.

    Esta historia fue publicada en 1961 por Eugenio Gmez, el luchador ms importante del comunismo en nuestro pas, como testimonio histrico, como forma de seguir combatiendo en la derrota, pero seguro de que encontrara quien necesitara aprender de ella para continuar la causa.

    En ella se sintetiza la historia profunda real, la historia de la lucha de clases en nuestro pas hasta 1951. Esta historia fue iluminada por el golpe de la camarilla oportunista-revisionista prosovitica. Fue desde la propia URSS de Jrushov que se gest el hecho. Gmez public esta historia, escrita en el Partido Comunista del Uruguay, antes de este golpe, con llamadas fuera de texto que traducen los hechos puestos al descubierto en 1955.

    Perodos como ste de predominio del revisionismo y el socialimperialismo existieron ya, como el de la traicin de la II Internacional y qu pas luego, pudieron detener la Revolucin de Octubre?

    Ricardo Cohen Montevideo, Uruguay, Agosto de 1990

  • SEMILLAS ROJAS

    1972 a 1985 SANTIAGO RODRIGUEZ MUELA JOAQUIN KLVER OSCAR FERNANDEZ MENDIETTA LUIS EDUARDO GONZALEZ ANSELMO GARCIA WINSTON MAZZUCHl NEBIO MELO CUESTA CARLOS CABEZUDO CELICA GOMEZ JUAN FONTOURA CRISTINA MARTINEZ DE FONTOURA HECTOR GOMEZ RUBEN PORTEIRO RICARDO BLANCO HECTOR GIORDANO CORTAZZO ORLANDO BACCINO VIVEN!

  • MOTIVOS DE ESTA PUBLICACIN (Se refiere a la publicacin en 1961) N.E.

    Lenin nos ense que sin teora revolucionaria no puede haber tampoco movimiento revolucionario y la teora es la experiencia del movimiento obrero de todos los pases valga la definicin de Stalin.

    El conocimiento de la historia del Partido Comunista es indispensable porque contiene la suma de experiencias de las luchas obreras y populares y de ellas se extraen enseanzas para el desarrollo poltico de la clase obrera y la revolucin proletaria.

    Para que la historia cumpla esta funcin debe ajustarse a los principios permanentes e inviolables que establecieron Marx. Engels, Lenin y Stalin, para el triunfo de la revolucin. Estn escritos en la Historia del Partido Comunista (B) de la URSS y en la del Partido Comunista del Uruguay: que el derrocamiento del poder del capital y la transformacin de la propiedad social no puede realizarse en modo alguno por la va pacfica, que la clase obrera solo conseguir esto mediante la aplicacin de la violencia revolucionara contra la burguesa, y por medio de la revolucin proletaria, instaurando su dominio poltico la dictadura del proletariado.

    La garanta de que una historia de Partido Comunista sea verdadera radica en que se ajuste a los principios y sea obra colectiva de un Comit Central que las respete.

    Esto lo aprendimos del Partido Comunista de la URSS. Personalidades de gran relieve poltico escribieron historias del Partido. Las desplaz luego, totalmente, la que planeada por el Comit Central y escrita colectivamente, fue aprobada por la direccin partidaria en 1938. Esa fue a nica historia del Partido que se estudi en la URSS y en todo el mundo, hasta que Kruschev, y su grupo trotskista-oportunista, impusieron la revisin de la doctrina y calumniaron a Stalin.

    Para justificarse sustituyeron la Historia del Partido Comunista (B) de la URSS, enciclopedia del marxismo, leninismo, stalinismo, la ms importante obra del comunismo mundial, por otra que redactaron algunos hombres a quienes se les adjudica el titulo de acadmicos, pero solo prueban ser obsecuentes falsificadores al servicio del trotskismo-oportunismo.

    * * *

    A nuestro pas tambin lleg la peste revisionista. En setiembre del ao pasado apareci una Historia del movimiento obrero del

    Uruguay, bajo la firma de Francisco Pintos. Cul ha sido el procedimiento seguido por Pintos? Tom la historia que se

    leer a continuacin, le suprimi las partes sustanciales en materia de principios, elimin hechos importantes, borr nombres de personas que juegan papel en la historia, calumni con plena conciencia que calumniaba, transcribi los conceptos revisionistas de Kruschev, y qued pronta la historia, que no es realmente ni del movimiento obrero, ni del Partido Comunista.

  • Crea el grupo trotskista-oportunista que la historia que va a leerse, arrojada al canasto el 14 de julio de 1955, no sera jams conocida, pero... qued una copia en mi poder!

    Esta historia fue escrita por iniciativa del Comit Ejecutivo. En la planificacin, bsqueda de documentos y revivir de hechos participaron casi todos los miembros del Comit Nacional, y entre ellos componentes del grupo de diez trotskistas-oportunistas que organizaron y realizaron el golpe del 14 de julio de 1955: R. Arismendi, E. Rodrguez, J. Arvalo y A. Surez. Muy activamente particip Francisco Pintos, personaje de doble faz que era la mscara sonriente que los trotskistas haban introducido entre los colaboradores de Secretara.

    De la primera redaccin fue encargado Francisco Pintos. Redactada se discuti en el Comit Ejecutivo. A proposicin de casi todos los miembros del Comit se le hicieron nuevas incorporaciones. Ms tarde se volvi a discutir y se aprob, encomendndole a Rodney Arismendi la redaccin final.

    Redactada por Arismendi no puede extraar que haya tratado de disimular sus actitudes conspirativas, y las de sus compinches, aprovechando la oportunidad para incorporar su nombre, en cadena, con los mas ftiles pretextos.

    Como se trata de autntica historia, contiene los nombres y os trabajos de quienes actuaron de doble faz. Es de utilidad para que las nuevas generaciones comunistas, y de otros partidos progresivos -que en todos acta el trotskismo!- se prevengan y tomen medidas de expulsin, sin retorno, de todo participante en lucha fraccional, o que conspire contra la obligacin de los centros polticos de la doctrina partidaria; vigilando, sin pausa, para que no les sorprendan conspiracin y golpes de fuerza, como me sorprendieron a m.

    * * *

    Esta historia servir para demoler calumnias de Arismendi y Ca. con sus

    propias aspiraciones; y para comprobar como hemos combatido, bajo la bandera de la Internacional Comunista, y de Lenin y Stalin, lo que hoy pretenden contrabandear, disimulado con rtulo comunista, pero que es puro trotskismo-oportunismo y traicin a la revolucin proletaria.

    * * *

    Quizs se pueda decir que en esta historia aparece demasiado mi nombre. Dije

    en la discusin que en muchas partes poda suprimirse dejando solo el contenido de los informes. Slo un miembro del Comit Ejecutivo se pleg a esta posicin. El resto la rechaz, Arismendi entre los primaros, y dispusieron que se agregara mi nombre en ms pasajes de la Historia, sosteniendo que en el hombre se vea el Partido.

  • Arismendi y su grupo se preparaban para decir, como lo hicieron en 1955, que yo pretenda unir un Partido en derredor de mi nombre, cuando mi nico afn, como se ver en cada pasaje de la Historia, era unirlo por principios y en la accin. Pintos, primer redactor de la Historia, tambin se pronunci contra cualquier eliminacin del nombre. Respondiendo a un colaborador de secretara dijo:

    -La Historia no se puede escribir sin Gmez porque interviene en todos los acontecimientos.

    No crea el lector que se trata de otro Pintos; es el mismo que publica ahora la Historia del Movimiento Obrero del Uruguay!

    * * *

    Se preguntar el lector: Es posible que personas como Arismendi, que odiaba a

    Gmez, como se apreciar al leer lo relativo al XIII Congreso, escribieran elogindole y realizaran trabajos como los que registra la Historia? S, porque es una condicin para cumplir sus planes contrarrevolucionarios. Recurdese que en todos los tiempos, el asesino de un dirigente poltico, o el saboteador, se desempe como amigo de la vctima y como activo en el trabajo. El trotskismo ha superado todo lo conocido en materia de hipocresa. Ocupaban puestos de primera importancia poltica, y de trabajo por consecuencia, Trotsky, Zinoviev, y Bujarin en las sombras planeaban el asesinato de Lenin, Stalin y Molotov; Zinoviev, que lleg a presidente de la Internacional Comunista, urgi el asesinato de Kirov y despus escribi una nota necrolgica elogindole. Calumniosamente, Kruschev acus a Stalin de grandes crmenes cometidos de 1939 en adelante.

    Ese mismo ao, en el Congreso del Partido, Kruschev, dijo que Stalin era el genio ms grande de la humanidad.

    Qu puede extraar que la fraccin trotskista-oportunista, en su actuacin de doble faz elogiara a quien odiaba y realizara trabajos para evitar desconfianzas?

    * * *

    La Historia nos revela una lucha permanente en el interior del Partido Mientras

    exista el enemigo de clase no dejar de enviar sus agentes para romper el Partido desde adentro; y el oportunismo traer siempre a las filas los elementos del revisionismo que significa descomposicin ideolgica. Es lo que hizo durante aos en los Partidos Socialistas, culminando en su capitulacin sangrientamente a la guerra 1914-18, y en la total degeneracin, hasta que surgi Lenin que restableci los principios, agrupando a grandes masas, y salvando lo que de honrado quedaba en esos Partidos.

    La lucha que vemos desarrollar en el interior del Partido a lo largo de toda la historia, es la del comunismo contra el trotskismo y el oportunismo. Una y otra vez fue derrotado en la URSS, hasta que la muerte de Stalin le abri una posibilidad de xito que aprovech Kruschev y su grupo para copar la direccin del Partido Comunista de la URSS, imponer el revisionismo y extenderlo al mundo. Eterna

  • ser esta situacin? No! Ya aparecern las fuerzas que restablezcan los principios! Como durante la guerra 1914-18!

    * * *

    Por qu no se public antes esta historia? Se debe a maniobras de alargamiento de la fraccin trotskista-oportunista. Las mismas hizo con las obras completas de quien esto escribe, cuya publicacin haba dispuesto el Comit Ejecutivo, responsabilizando de la tarea a Massera y Julia Arvalo. Cuentas del rosario trotskista-oportunista!

    Por qu publicamos hoy esta historia? La publicamos para que la juventud sepa la verdad sobre el pasado y no se engae con las falsificaciones trotskistas-oportunistas. En ella se comprobarn aciertos y errores y por consecuencia tiles enseanzas.

    Por eso dedicamos la historia a la juventud, seguros de que en el curso de la lucha ser fuerza de vanguardia para restablecer los Inmortales principios de Marx, Engels, Lenin y Stalin le legaron a la humanidad. Ese tiempo vendr!

    EUGENIO GMEZ

    Montevideo - Marzo de 1961

  • CAPITULO I

    I. - De la dominacin colonial espaola a la dominacin Imperialista. El desarrollo capitalista del pas y las primeras luchas del proletariado.

    E1 Uruguay, como los otros pases de la Amrica Latina, inici tardamente el proceso de su desarrollo capitalista. Y este proceso fue, desde el comienzo, deformado y contenido por las peculiaridades de su desenvolvimiento histrico. De los varios siglos de dominacin espaola y, luego, del breve perodo de ocupacin portuguesa y brasilea, el Uruguay recibi como herencia una economa feudal, modelada en las duras condiciones del coloniaje.

    De Espaa se transfirieron a Amrica las relaciones de propiedad feudal de la tierra: la monarqua otorgaba vastas posesiones para ser explotadas por los conquistadores o por los seores feudales espaoles, y con ellas les entregaban en servidumbre a centenares de indios (mitas, encomiendas, yanaconas).

    En Uruguay, la resistencia de los indgenas, no depuesta hasta su exterminio total llevado a cabo finalmente por los terratenientes criollos, determin la importacin de esclavos negros. Las relaciones de propiedad tpicamente feudales, se unieron as a la utilizacin de esclavos, explotados no slo en las estancias, sino tambin en los talleres de los artesanos, en los cuales se entrelazaban las formas corporativas medioevales con el trabajo esclavizado del negro. En 1805, sobre un total de 9.539 habitantes de Montevideo, 2.786 eran negros esclavos.

    En un informe de 1804 al Virrey, se describa de este modo la explotacin feudal-esclavista de la campaa: Todas estas estancias estn llenas de ga uchos sin salario; porque en lugar de tener los peones que necesitan, los ricos solo conservan capataces y esclavos.

    Terratenientes feudales que explotaban primitivamente la ganadera, principalmente para la venta de cueros y subsidiariamente de astas y grasas y una burguesa comercial instalada en el puerto de Montevideo y enriquecida al amparo del monopolio del comercio exterior impuesto por Espaa, constituan los soportes de la frrea dominacin espaola en la llamada Banda Oriental.

    En las ciudades y pueblos, la masa explotada estaba formada por esclavos; existan adems empleados a sueldo y artesanos. En el campo, haba esclavos, peones con poco salario, puesteros que realizaban trabajo de prestacin personal y ciertos ncleos de agricultores libres agrupados en las proximidades de Montevideo y de otras poblaciones.

    La guerra de independencia, encabezada por los terratenientes y comercian-tes criollos, descendientes en su mayora de los colonizadores espaoles, no

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  • modific el rgimen de propiedad de la tierra, basado en la gran estancia feudal heredado de la colonia. Las grandes masas desposedas del campo, -los gauchos, los negros e inclusive, algunos caciques y tribus indgenas- intervinieron decisivamente en las guerras de la independencia; pero de sta surgi fortalecida la el ase de terratenientes nativos y la propiedad feudal y semifeudal sobre la tierra.

    En 1815, Artigas intent medidas que hubieran impulsado el desarrollo de la campaa, con el llamado Reglamento provisorio de la Provincia Oriental, para el Fomento de la campaa y seguridad de sus hacendados. Este reglamento dispona la entrega a los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, as como a las viudas pobres de las tierras de los enemigos de 1a revolucin. No obstante, los ttulos de las tierras repartidas fueron desconocidos posteriormente por los tribunales y la disposicin no toc los fundamentos dla propiedad territorial en el pas. La esclavitud persisti hasta el ao 1848 a pesar de los diversos decretos y leyes que abolan el trabajo esclavo.

    La guerra de la independencia trajo aparejada, no obstante, la ruptura del monopolio espaol y enlaz al pas al mercado capitalista mundial. La lucha por la libertad de comercio, inscripta entre las consignas fundamentales de la guerra de independencia, en ambas mrgenes del Plata, vincula la economa de estos pases desde sus primeros pasos a Inglaterra, y enlaza directamente a los terratenientes (exportadores) y a la burguesa comercial (importadora) al mercado capitalista mundial.

    La burguesa cre el mercado mundial a travs de un proceso avasallador descrito por Marx y Engels en las pginas inmortales del Manifiesto Comunis-ta. En procura de mercados, la burguesa se extendi por el mundo; estableci vas de comunicacin; descubri nuevas tierras; la baratura de sus productos es la gruesa artillera que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los salvajes ms fanticamente hostiles...(1). Al crear y explotar el mercado mundial, la burguesa dio un carcter internacional a la produccin: sus industrias no son abastecidas ya con artculos primarios de origen nacional; las materias primas llegan desde todos los rincones del mundo y, a su vez, los productos se colocan en todas las latitudes. La ruptura del monopolio comercial espaol abri amplio cauce a este proceso en el Ro de la Plata. La ruptura del aislamiento incorpor profundamente al pas a la economa mundial y aceler las condiciones para su desarrollo econmico, poltico y cultural. Las mercancas inglesas -y, en cierto perodo, particularmente durante la Guerra Grande, las francesas - penetran por el Puerto de Montevideo. El inters por 1a exportacin de productos agrarios, de artculos de la ganadera, principalmente cueros, que suponen la propiedad monopolista de la tierra, se acompaa por la destruccin de las viejas formas de

    (1) Manifiesto Comunista.

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  • produccin legadas por la colonia, por el despojo de los campesinos, el desalojo de toda suerte de intrusos de los campos, y la afirmacin violenta de los terratenientes de su derecho de propiedad con vistas al mercado Mundial. Y conjuntamente con la clase de terratenientes se fortalece la burguesa comercial nativa, intermediaria de la manufactura extranjera. Se modela ms claramente sobre esa base, la oligarqua dominante y se perfila la deformacin monocultural de la economa del pas, dedicada a la explotacin primitiva de la ganadera, cuyos productos sern vendidos en el mercado exterior. Este proceso se seal ara hasta sus ltimas consecuencias cuando la exportacin de capitales y el pasaje del capitalismo a su fase imperialista, configuren el pas como una semicolonia del capital monopolista internacional ingls y norteamericano. A ello nos referiremos ms adelante.

    Las empresas manufactureras que se constituyen se relacionan en lo fundamental al proceso sealado: saladeros y graseras, barracas de cuero, etc.

    Aparece la manufactura y el pequeo taller. Antes de 1875, se registraba la existencia de 737 establecimientos manufactureros.

    Estos cambios producidos en la economa del pas son los que determinan la desaparicin real del trabajo de los esclavos y la apertura de la inmigracin de obreros europeos. Las nuevas condiciones de produccin exigan obreros libres capaces de vender en el mercado su fuerza de trabajo. El trabajo de los esclavos ya no se adaptaba a las nuevas exigencias del modo de produccin.

    De 1836a 1842, llegaron al Uruguay 48.000 inmigrantes y de 1866a 1874, 153.232 trabajadores europeos.

    El desarrollo capitalista del pas se produce as, deformado, en el cuadro de las relaciones semifeudales de produccin y de una dependencia creciente del capital extranjero, del ingls concretamente.

    La dictadura del coronel Lorenzo Latorre, surgida de un golpe militar en 1875, expresa la voluntad de los terratenientes de poner orden en el pas, para impulsar este curso de dependencia al capitalismo britnico. Dos hechos de gran importancia econmica y poltica caracterizan el gobierno de Latorre: a) el decreto de alambrado de los campos que consolida la propiedad de la tierra en manos de los latifundistas y que arroja a los caminos y persigue cruelmente a centenares de trabajadores que eran ocupados como cuidadores de ganado, que sanciona duramente toda infraccin a la propiedad terrateniente a pretexto de concluir con la vagancia y crea una masa de hombres sin trabajo; b) el arribo de los primeros capitales britnicos que adquieren en 1876 el primer ferrocarril existente en el pas, segn un contrato leonino que le garantiza sus ganancias por el Estado.

    La iniciacin de las inversiones inglesas en el pas, seala las bases de la

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  • futura dependencia del pas del imperialismo (1). A partir de la crisis de 1873, se delinea con fuerza en Inglaterra la tendencia a la exportacin de capitales. Lenin seala que el monopolio capitalista surgi de la vieja poltica colonial. A las causas de la antigua poltica colonial, el capital financiero agrega el afn por dominar las fuentes de materias primas, por exportar capitales y adquirir esferas de influencia, etc. Asistimos as a un doble fenmeno: el proceso de dependencia del pas es parte del proceso mundial de nacimiento del imperialismo y, a su vez, el advenimiento del imperialismo culmina el curso de la penetracin y le otorga un nuevo sentido: transforma la independencia nacional en una mera formalidad jurdica y al pas, en una semicolonia aherrojada al capital financiero y adaptada a la economa metropolitana. La exportacin de capitales, de una operacin secundaria en el viejo capitalismo, se vuelve un rasgo caracterstico del capitalismo imperialista. Su objetivo es la obtencin de los ms elevados beneficios; en los pases atrasados los salarios son ms bajos, la materia prima ms barat a, los capitales son escasos.

    La posibilidad de la exportacin de capitales est determinada por el hecho de que una serie de pases atrasados se hallan ya incorporados a la circulacin del capitalismo mundial, han sido construidas las principales lneas ferroviarias o se ha iniciado su construccin, cuentan con las condiciones elementales de desarrollo de la industria, etc. (1)

    Como se ve, luego de la constitucin del mercado mundial, la construccin de los ferrocarriles es un rasgo de transicin de enorme importancia para la penetracin imperialista y para la conformacin del pas como una semicolonia del capital financiero internacional.

    El ferrocarril ingls adquirido y desarrollado por los capitales britnicos a partir de 1876 -construido con vistas a trasladar al puerto de Montevideo los productos de la ganadera explotada en el gran latifundio semifeudal-completa las bases histrica de la actual deformacin de la economa del pas y de su

    (1) En la clsica definicin de Lenin, el Imperialismo es la fase de desarrollo del capitalismo en que ha formado cuerpo la dominacin de los monopolios y del capital financiero; ha adquirido una importancia de primer orden la exportacin del capital; ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los pases capitalistas mas importantes.

    Lenin indica asimismo tres perodos en la formacin del imperialismo: 1) 1860 1870, punto culminante del desarrollo de la libre competencia; los monopolios son grmenes apenas perceptibles; 2) despus de la crisis de 1873, largo periodo de desarrollo de los cartels, aunque todava stos constituyen un fenmeno incipiente; 3) fin del siglo XIX y crisis de 1900-1903: los cartels se convierten en una de las bases de la vida econmica. El capitalismo deviene Imperialismo. (1) LENIN. - El Imperialismo, fase superior del capitalismo.

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  • dependencia del imperialismo. Nueve aos despus, la dictadura de Santos contrata con la empresa britnica Cutbil Son and Lungo las obras de amplia-cin del puerto de Montevideo, interrumpidas posteriormente, siendo continuadas 16 aos despus por una empresa francesa.

    Desde el periodo de las dictaduras militares que inaugura Latorre, hasta el final del siglo, asistimos al proceso de penetracin del capital britnico en el pas, que invierte en empresas de tranva, de aguas corrientes y gas y de adecuacin de la economa nacional a las necesidades del mercado ingls (adquirente de materias primas y artculos alimenticios y exportador de mquinas, carbn y productos manufacturados). A ello se une la acentuada dependencia financiera. Los banqueros ingleses pasan a ser casi los nicos prestamistas del pas.

    Desde 1860 se asiste a un cierto desarrollo de la industria liviana. Por esa fecha se instala la primer fbrica de calzado; en 1862, se funda la primer fbrica a vapor de muebles. Este proceso se acenta a partir de 1877.

    La construccin de los ferrocarriles y la extensin de las vas frreas, el desarrollo de las relaciones mercantiles y el crecimiento de ciertas ramas de la manufactura y de la industria liviana, dieron nacimiento en el pas a las dos clases fundamentales y antagnicas de la historia contempornea, la burguesa moderna y el proletariado. Las luchas obreras que se inician sealan la presencia de estas dos nuevas clases en la formacin econmica de la Repblica.

    Las condiciones de vida y trabajo de este naciente proletariado eran terribles. Los cajistas de imprenta hacan jornadas ininterrumpidas de 14 horas; los albailes, trabajaban de la madrugada a la noche, con un breve descanso al medioda; en 1875, los tipgrafos ganaban como mximo, 23 y 30 pesos mensuales; muchos perciban apenas 15 o 20 pesos.

    La exigidad de los salarios obligaba a los obreros a alquilar las piezas de los conventillos. En 1876, haba en Montevideo 498 conventillos con 8.059 habitaciones ocupadas por 17.024 personas, que sumaban ms del 15% del total de la poblacin del departamento (110.000 personas).

    El aumento del nmero de obreros y su mayor concentracin, las duras condiciones de trabajo que soportaban y la llegada al pas de trabajadores franceses, espaoles e italianos que haban participado en las grandes luchas desenvueltas en Europa a mediados del siglo XIX, crearon las condiciones para la organizacin de la clase obrera uruguaya.

    El comienzo de la organizacin obrera en el pas se remonta a 1865, con el intento de crear una asociacin de obreros de imprenta, lo que cristaliza 5 aos ms tarde, dando lugar a la fundacin de 1 a Sociedad Tipogrfica Montevideana. Figuraba, como objetivo de la sociedad, el mutualismo; intervino, no obstante, en numerosas huelgas.

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  • Un grupo de obreros emprendi a mediados de 1875 la tarea de organizar a los trabajadores, con miras a crear una federacin nacional. La asamblea inicial, que cont con la participacin de 800 obreros, conden la desigualdad social y destac la gran necesidad que tenemos los obreros de vivir asociados para no ser vencidos por el capital explotador.

    Entre 1875 y 1885, se organizaron diversos gremios en Montevideo y algunos en el interior. El 13 de diciembre de 1885, una asamblea de delegados sindicales aprob los estatutos de la Federacin Local de Trabajadores. La organizacin comenz la lucha por aumentos de salarios, por pago puntual de sueldos y jornales y por el mejoramiento de las condiciones de trabajo. En 1880, se declararon en huelga los obreros de las minas de oro de Cuapir. En 1882, se sucedieron varias huelgas en Montevideo y una en Paysand, seguidas de huelgas parciales entre los obreros de los saladeros y tranvas. En agosto de 1884, se produjo una huelga de todo un gremio; fideeros; los trabajadores logran una parte de las reivindicaciones. En 1885, tuvieron lugar dos huelgas de obreros grficos, y en los ltimos meses de este ao, una serie de movimientos espontneos, particularmente entre los trabajadores que dependan del Estado.

    Las consignas centrales de estas luchas -que se reanimaron en los ltimos aos del siglo XIX- eran el aumento de salarios y la disminucin de las horas de trabajo. En marzo de 1895, se declararon en huelga los obreros de la fbrica de calzado de Zarate Ibarra y Ca., exigiendo un 20% de aumentos de salarios. En noviembre, abandonan el trabajo los obreros de la construccin, reclamando aumentos de salarios, limitacin de la jornada de trabajo y reconocimiento de la organizacin sindical. El ao 1896 se inici con la gran huelga de los obreros del Puerto de Montevideo, la ms importante registrada hasta entonces en el pas, que se mantuvo por espacio de 26 das y cay derrotada por las fuerzas combinadas de los patrones y el Estado. Esta huelga fue seguida de la de los tranviarios, herreros, fideeros, de la madera, tipgrafos, del calzado y diversos otros gremios abarcando en conjunto a una parte considerable de los obreros de la capital.

    La naciente clase obrera se plantaba en el escenario poltico del pas en forma combativa bregando por mejorar sus condiciones de trabajo. No obstante, sus luchas revisten an, en gran medida, un carcter espontneo; el grado de organizacin del proletariado era incipiente; careca de su arma suprema, su partido poltico de vanguardia.

    II. - Las primeras corrientes ideolgicas en los albores del movimiento obrero. Los primeros grupos socialistas.

    Con la inmigracin obrera, llegaron a Montevideo, los primeros organizado-

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  • res del movimiento sindical y los primeros propagandistas del socialismo y, posteriormente, del anarquismo.

    Las revoluciones de 1848, que conmovieron a los principales pases de Europa, y las grandes batallas de la clase obrera que culminaron en la Comuna de Pars (1870) y en su derrota, la quiebra de la insurreccin espaola de 1873-4 en que tuvieran el primer papel los bakuninistas, incorporaron a la gran corriente inmigratoria que se abre en el pas en la segunda mitad del siglo XIX, numerosos obreros, artesanos y pequeos-burgueses, influidos por los acontecimientos revolucionarios.

    Sus ideas no son bien definidas. Predominan las variedades ms atras adas del socialismo, es decir, las ideas utpicas del socialismo premarxista. (1) En algunas

    (1) Desde el momento mismo en que naci, la burguesa llevaba en sus entraas a su propia anttesis, pues los capitalistas no pueden existir sin obreros asalariados, y en la misma proporcin en que los maestros de los gremios medievales se convertan en burgueses modernos, los oficiales y los Jornaleros no agremiados transformbanse en proletarios. Y si, en trminos generales, la burguesa poda arrogarse el derecho a representar en sus luchas con la nobleza, adems de sus intereses, los de las diferentes clases trabajadoras de la poca, todo gran movimiento burgus que se desataba, dejaba traslucir ya las palpitaciones independientes de aquella clase que era el precedente ms o menos desarrollado del proletariado moderno. Tal fue en la poca de la Reforma y de la Guerra Campesina la tendencia de los anabaptistas y de Tomas Munzer, en la gran Revolucin inglesa, los "levellers" y en la gran Revolucin francesa, Babeuf. Y estas sublevaciones revolucionarias de una clase incipiente son acompaadas, a la vez, por las correspondientes manifestaciones tericas: en los siglos XVI y XVII aparecen las descripciones utpicas de un rgimen ideal de la sociedad; en el siglo XVIII, teoras directamente comunistas ya, como las de Morelly y Mably. La reivindicacin de la igualdad no se limitaba a los hombres; ya no se trataba de abolir tan slo los privilegios de clase, sino de destruir las propias diferencias de clase. Un comunismo asctico, a lo espartano, que renunciaba a todo goce de vida; tal fue la primera forma de manifestarse de la nueva doctrina. Mas tarde, vinieron los tres grandes utopistas: Saint Simn, en quien la tendencia burguesa sigue afirmndose todava, hasta cierto punto, junto a la tendencia proletaria; Fourier y Owen, quien, en un pas donde la produccin capitalista estaba ms desarrollada y bajo la impresin de los antagonismos engendrados por ella, expuso sistemticamente una serie de medidas encaminadas a abolir las diferencias de clase, en relacin directa con el materialismo francs.

    Rasgo comn a los tres es el no actuar como representantes de tos intereses del proletariado, que haba surgido, entretanto, como un producto histrico. Al igual que los enciclopedistas, no se proponen emancipar primeramente a una clase determinada, sino, al mismo tiempo, a toda la humanidad. (F. Engels. Del Socialismo Utpico al Socialismo Cientfico. Pgs. 47-8. Edic. Lenguas Extranjeras).

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  • de las nuevas organizaciones obreras, se menciona como objetivo el mutualismo, reflejo evidente de la influencia de la ideologa pequeo-burguesa de Proudhon, que fuera una de las fuentes del anarquismo. No obstante, en 1875, bajo la direccin de un obrero tipgrafo francs, que participara en su pas en el movimiento fundado por Marx y Engels, se constituy en Montevideo la Asociacin Internacional de Trabajadores, que publicara una declaracin de principios inspirada en el marxismo.

    Sin embargo, este valioso antecedente del movimiento revolucionario del proletariado nacional, no logr arraigar, en primer trmino, por la ausencia de condiciones objetivas en la embrionaria clase obrera.

    Como se sabe, Marx y Engels, los grandes maestros del proletariado, fueron por oposicin a los socialistas utpicos, los primeros que pusieron en claro que el socialismo no es el fruto de las cavilaciones de unos soadores utopistas, sino el resultado necesario del desarrollo de la moderna sociedad capitalista. Pusieron de relieve que el rgimen capitalista se hundir lo mismo que se hundi el rgimen feudal y que el propio capitalismo engendra con el proletariado la fuerza que habr de enterrarlo y sealaron que solo la lucha de clases del proletariado, solo el triunfo del proletariado sobre la burguesa, liberar, a la humanidad del capitalismo y de la explotacin.

    Marx y Engels ensearon al proletariado a tener conciencia de sus fuerzas, a tener conciencia de sus intereses de clase y a unirse para la lucha decisiva contra la burguesa. Descubrieron las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad capitalista y demostraron cientficamente que el desarrollo de la sociedad capitalista y la lucha de clases, dentro de ella, tiene necesariamente que conducir al hundimiento del capitalismo y al triunfo de la clase obrera, a la dictadura del proletariado.

    Marx y Engels ensearon que el derrocamiento del poder del capital y la transformacin de la propiedad capitalista en propiedad social, no puede realizarse en modo alguno por la va pacfica, que la clase obrera solo conseguir esto mediante la aplicacin de la violencia revolucionaria contra la burguesa, por medio de 1 a revolucin proletaria, instaurando su dominio poltico, la dictadura del proletariado, la cual deber aplastar la resistencia de los explotadores y crear una nueva sociedad, la sociedad comunista sin clases.

    Marx y Engels ensearon que el proletariado industrial es la clase ms revolucionaria y, por tanto, la ms avanzada de la sociedad capitalista y que solo una clase como el proletariado, puede agrupar en tomo a ella a todas las fuerzas descontentas del capitalismo y conducirlas al asalto contra ste. Pero para vencer al viejo mundo y crear una nueva sociedad sin clases, el proletariado tiene que disponer de su propio partido obrero, al que Marx y Engels dieron el nombre de

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  • Partido Comunista. (1) El conocimiento de la obra de Marx y Engels era, desde luego, totalmente

    insuficiente en el Uruguay. Despus de la fundacin de la II Internacional (1889) comienzan a actuar

    emigrados socialistas que se proclaman socialistas cientficos. Es a ellos que se debe la edicin de un peridico: El Defensor del Obrero, cuyo primer nmero vio la luz el 25 de Agosto de 1895.

    El principal mrito de este ncleo socialista consiste en su preocupacin por unir la prdica de sus ideas a la organizacin del movimiento obrero. Bajo su influencia o con su intervencin se constituyeron la sociedad de albailes y las organizaciones sindicales de obreros marmolistas, de la madera, de talabarteros y otros. El 27 de abril de 1896 constituyeron el Centro Obrero Socialista, la primera base orgnica del futuro Partido. El centro tom en sus manos, como primer tarea, la celebracin del lo. de Mayo. Entre sus organizadores estaba el cantarada Emilio Costa. El camarada Costa fue el abanderado de esta primer celebracin del lo. de Mayo en nuestro pas.

    Frente a estos primeros grupos socialistas de inspiracin marxista pero con un conocimiento insuficiente del pensamiento cientfico de Marx y Engels, comenzaron a actuar en el movimiento obrero las diversas corrientes del anarquismo.

    En las primeras organizaciones obreras del ltimo lustro de 1860, ya se anotan declaraciones acerca del mutualismo reveladoras de las huellas de Proudhon. Como se sabe, los anarquistas llaman a Proudhon, el padre de la anarqua. Proudhon, autor de la frase: Fuera Partidos; fuera autoridad; libertad absoluta del hombre y del ciudadano..., desarroll la utopa pequeo-burguesa de una sociedad futura, estructurada sobre la base de asociaciones cooperativas de pequeos productores, unificados en una federacin. Segn Proudhon, cada una de estas cooperativas de pequeos productores, constitua una especie de ncleo econmico independiente que no obedeca a ningn rgano central nico.

    Los productores se intercambiaran de acuerdo a lo que llama Proudhon su valor constituido, o sea segn su precio de coste.

    A pesar de su fraseologa estridente, Proudhon no encara la supresin de la propiedad privada sobre los instrumentos de produccin; sus ojos no estn puestos sobre la produccin -ni sobre las relaciones establecidas entre los hombres en el proceso de sta- sino sobre el cambio. Proudhon predica como ideal para su sociedad futura la organizacin del cambio en una sociedad de pequeos productores de mercancas a fin de que cada uno reciba por sus productos lo que le ha costado realmente. Como se ve, Proudhon transfiere

    (1) Historia del P. Comunista (b) de la U.R.S.S, Ed. Lenguas Extranjeras (pg. 16).

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  • idealizada al futuro y le da un carcter eterno, a la produccin mercantil precapitalista; su sociedad futura es una sociedad de pequeos productores aislados, concebida idlicamente.

    Esta es la teora econmica comn a todas las variedades del anarquismo. Antes que Proudhon, Stirner, sostenedor del extremo individualismo y del que arranca una de las tendencias del anarquismo, proclama tambin este ideal del pequeo propietario. El proudhonismo como el anarquismo en sus distintas variedades no es pues, la ideologa del proletariado, la clase vinculada a la forma ms avanzada de la produccin, la gran industria, la clase nacida en el propio seno del capitalismo y que ser su sepulturero histrico.

    Proudhon, -dice Marx (1)- hace el proceso de la sociedad desde el punto de vista del pequeo aldeano francs (ms tarde el pequeo burgus), y, por otro lado, le aplica el patrn que le han transmitido los socialistas...

    Este carcter contradictorio del proudhonismo, recogido luego por todas las variedades del anarquismo, surge de la situacin contradictoria de la pequeo-burguesa bajo el capitalismo. El pequeo productor (pequeo burgus, campesinos, artesanos, etc.), reacciona violen lamente contra el proceso de concentracin capitalista, de acumulacin del capital, que los expolia implacablemente y los arroja sin cesar a las filas del proletariado; pero no se desprende del terreno del capitalismo. Reacciona as en forma primitiva contra el capitalismo que destruye la pequea propiedad, y las formas econmicas legadas por el medioevo. Pero no aspira a superar el capitalismo aboliendo la propiedad privada sobre los medios de produccin, sino suea con el retorno utpico a una sociedad de pequeos productores de mercancas. Sus teoras y su ideal individualista son el antpoda mismo del socialismo, -escriba Lenin. Sus concepciones reflejan no el porvenir del rgimen burgus empujado por una fuerza inexorable hacia la colectivizacin del trabajo, sino su presente e incluso, su pasado, la dominacin del azar ciego sobre el pequeo productor aislado. (2)

    Un rasgo comn a las distintas variedades del anarquismo, es la negacin de la participacin del proletariado en las luchas polticas, sin perjuicio de que a travs de toda su actuacin hayan participado siempre en poltica tras la influencia de la burguesa. Los anarquistas son as contrarios a la creacin del partido revolucionario del proletariado y niegan la necesidad del Estado proletario y de la dictadura del proletariado. La repulsa al partido independiente revolucionario de la clase obrera, es la negacin, en ltima instancia, de la accin consciente y organizada de la vanguardia del proletariado que lo conducir a ste en la revolucin al frente de todas las masas trabajadoras oprimidas por el

    (1) Apndice a Miseria de la Filosofa, C. Marx. (2) Lenin, Socialismo y anarqua .

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  • capitalismo y a la edificacin de la nueva sociedad socialista. La utopa anarquista de la abolicin automtica del Estado al otro da de la

    revolucin es un pensamiento confuso y no revolucionario... - deca Lenin. En efecto, los anarquistas no quieren ver la revolucin en su nacimiento y en su desarrollo, en sus tareas especficas con relacin a la violencia, a la autoridad, al poder del Estado. (1)

    El anarquismo no ha aportado nada que se acerque siquiera a la verdad en punto de estos problemas polticos concretos: hay que destruir la vieja mquina del Estado? Y con qu sustituirla?.

    Como se sabe, Marx y Engels ensearon que -Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el perodo de la transformacin revolucionaria de la primera a la segunda. A este perodo corresponde tambin un perodo poltico de transicin, cuyo estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado..."

    Marx -dice Lenin- subraya intencionadamente -para que no se tergiverse el sentido de su lucha contra el anarquismo- la forma revolucionaria transitoria que el proletariado necesita. El proletariado solo necesita al Estado temporalmente.

    Nosotros no discrepamos en modo al guno de los anarquistas en cuanto al problema de la abolicin del Estado, como meta final. Lo que afirmamos es que, para alcanzar esta meta, es necesario el empleo temporal de las armas, de los medios, de los mtodos del poder del Estado contra los explotadores, como para destruir las clases es necesaria la dictadura temporal de las clases oprimidas . (2)

    Stalin en su informe al XVIII Congreso del Partido Comunista (B) de la URSS, ofrece el ejemplo prctico del primer Estado Socialista, confirmando las sabias teoras de Marx, Engels y Lenin, sobre la funcin del Estado en el perodo de transicin entre la sociedad capitalista a la sociedad comunista. (3)

    Finalmente, el anarquismo se caracteriza por su individualismo, por su menosprecio a la accin de las grandes masas que lo lleva a creer en las minoras

    (1) Lenin El Estado y la Revolucin. (2) Lenin, Obra citada. (3) Para derrocar al capitalismo, hubo necesidad no solo de eliminar a la burguesa del Poder, no solo de expropiar a los capitalistas, sino tambin de demoler totalmente la mquina estatal de la burguesa, su viejo ejrcito, su burocracia, su poltica y colocar en su lugar un nuevo sistema estatal proletario, el nuevo Estado Socialista. Como es sabido, fue precisamente as como procedieron los bolcheviques. Pero de esto no se desprende, en absoluto, que el nuevo Estado proletario no pueda conservar ciertas funciones del viejo Estado, modificadas de acuerdo con las necesidades del Estado proletario.

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  • activas y en el culto de los hroes; sostiene la teora de la propaganda por el hecho y de 1a 1lamada Accin directa que lo hace incurrir en el aventurerismo, en jugar con la huelga general que considera como la forma casi nica de lucha del proletariado, esgrime una fraseologa estrepitosa unida al desprecio de la organizacin paciente y sistemtica. (1)

    Algunas de las tendencias del anarquismo son partidarias del terrorismo individual.

    Stalin, resumiendo las polmicas con los anarquistas, escriba en 1906: La piedra angular del anarquismo es el individuo, cuya emancipacin constituye, a juicio de ste, la condicin principal de la emancipacin de la masa de la colectividad. A juicio del anarquismo la emancipacin de la masa es imposible hasta tanto no se emancipe el individuo, debido a lo cual su consigna es: Todo para el individuo. En cambio la piedra angular del marxismo es la masa cuya emancipacin es, a juicio de ste, la condicin principal para la emancipacin del individuo. Es decir, a juicio del marxismo, la emancipacin del individuo es imposible hasta tanto no se emancipe la masa, debido a lo cual su consigna es Todo para la masa.

    En el movimiento obrero uruguayo actuaron diversas corrientes del anarquismo. Los llamados anarquistas puros, entre los cuales existan individualistas (inspir ados en Stirnes) y bakuninistas , anarco- comunistas , (inspirados en Kropotkine) y los anarco-sindicalistas.

    Las condiciones sociales del pas, de escaso desarrollo capitalista, con un proletariado incipiente, en el cual las relaciones semifeudales se enlazaban, naturalmente, con la existencia del pequeo taller y las formas de la pequea produccin pre-capitalista, otorgaban las bases, por excelencia para el desarrollo del anarquismo.

    Por los aos de 80, aparecieron los primeros bakuninistas, llegados proba - (1) Para los marxistas est plenamente establecido desde el punto de vista terico -y la experiencia de todas las revoluciones y los movimientos revolucionarios de Europa lo han confirmado enteramente- que d pequeo propietario, el pequeo patrn (tipo social que en muchos pases de Europa est muy difundido), que sufre bajo el capitalismo una presin continua y muy a menudo un empeoramiento brusco y rpido de sus condiciones de existencia que le lleva a la ruina, adquiere fcilmente una mentalidad ultra-revolucionaria, pero que es Incapaz de manifestar serenidad, espritu de organizacin, disciplina, firmeza.

    El pequeo burgus enfurecido por los horrores del capitalismo, es un fenmeno social propio como el anarquismo, de todos los pases capitalistas. La inconsistencia de estas veleidades revolucionarias, su esterilidad, su facilidad de cambiarse rpidamente en sumisin, en apata, en imaginacin fantstica, hasta en un entusiasmo furioso por tal o cual tendencia burguesa de moda, son universalmente conocidas. (Lenin. La Enfermedad Infantil del izquierdismo en el comunismo. Edic. Lenguas Extranjeras. Pag. 18).

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  • clemente por las vas de la inmigracin espaola. En Espaa, pas de escaso desarrollo capitalista, haba calado las ideas de Bakunin tan certeramente criticadas por Marx y Engels. (1) Hacia el final de la dcada del 90, los anarquistas comienzan a actuaren el movimiento obrero. De Italia y Espaa llegan numerosos militantes del anarquismo a los cuales se suman algunos refugiados argentinos. Constituyen diversos centros, y en particular el Centro Internacional de Estudios Sociales.

    En este centro intervienen militantes anarquistas e intelectuales burgueses y pequeo-burgueses, influidos por las tendencias libertarias decadentes del ltimo tercio del siglo XIX; alternan en sus deliberaciones fraselogos radicales de los medios literarios y obreros extranjeros influidos por bakuninismo.

    En el marco de esta amalgama de tendencias confusas, caractersticas del abigarramiento y la estridencia de la ideologa pequeo-burguesa, el Centro Internacional fue, principalmente, el foco de irradiacin de la influencia anarquista en el movimiento obrero.

    Los anarquistas sectarizaron los sindicatos obreros; los transformaban, en la prctica, en organismos en los que se sostenan los dogmas ms corrientes de la propaganda anarquista y donde una minora haca y deshaca, negando la abierta discusin de orientaciones.

    Los antidictatoriales gustaban aplicaren su campo de accin la dictadura de la minora activa anarquista sobre el conjunto de la organizacin.

    Esta actividad culmina en 1905 con la constitucin de la Federacin Obrera Regional Uruguaya (FORU) cuyo pacto federal, bajo la bandera del antipoliticosmo, impone los principios ideolgicos y orgnicos de los anarquistas a la mayor parte de la organizacin sindical.

    Como se ve el movimiento anarquista no poda dar respuesta a los problemas planteados ante el pas.

    La clase obrera uruguaya que penetrara combativamente en el escenario poltico nacional necesitaba una ideologa de vanguardia, y un partido de vanguardia capaz de expresarla y dirigirla ante las grandes tareas planteadas por la historia.

    Esa ideologa era la ideologa revolucionaria del marxismo, la que sera desarrollada en la poca del imperialismo y las revoluciones proletarias por el genial discpulo de Marx y Engels, Vladimiro Ilitch Lenin, fundador del Partido Comunista ruso.

    (1) F. Engels. Anarquismo o Socialismo? Edic. Lenguas Extranjeras.

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  • RESUMEN DEL CAPITULO I

    La dominacin espaola en el Uruguay -como en toda Amrica Latina- una estructura econmica semi-feudal, deformada, lo que retras considerablemente su desarrollo capitalista. La guerra por la independencia, no obstante haber dejado intacta la estructura econmica, basada en el gran latifundio, rompi el monopolio comercial espaol y lig al pas al mercado capitalista mundial.

    Las exigencias creadas por el intercambio asestaron un golpe, a la y a dbil produccin artesana, que se basaba, particularmente, en el trabajo esclavizado, dio nacimiento a la manufactura y, con ello, comienza la llegada al pas de trabajadores europeos.

    El alambrado de los campos, que empieza en el ltimo cuarto de siglo, afirm la propiedad terrateniente y, junto a ello, comienza la inversin de capitales extranjeros en el pas, tomando en sus manos palancas fundamentales de la economa nacional, y volviendo ilusoria la independencia nacional.

    Hacia 1860, se adviene cierto desarrollo de algunas ramas de la industria liviana, lo que, junto con la instalacin de empresas de servicios pblicos particularmente ferrocarriles, determina el comienzo del desarrollo del proletariado. Este desarrollo, y las psimas condiciones de vida en que se encontraban los obreros y la existencia de inmigrantes europeos que haban visto de cerca y participado en las luchas del proletariado de sus pases de origen, dieron nacimiento a la organizacin obrera en el Uruguay y a sus luchas.

    La diversidad de tendencias de los trabajadores europeos colocados al frente del movimiento obrero nacional, determin la aparicin y desarrollo en el pas de la ideologa socialista y anarquista. Sus comienzos confusos se fueron definiendo ms tarde y, a fines del siglo XIX por las caractersticas de la produccin: ausencia de gran industria, predominio del pequeo taller manufacturero y por la falta de un partido obrero, realmente marxista, revolucionario, permiti el desarrollo del movimiento anarquista y su influencia sobre los sindicatos obreros, que sectarizan y encierran en los marcos estrechos del economismo y el antipoliticismo.

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  • CAPITULO II

    I. - Situacin de Amrica Latina y del Uruguay. II. Crecen las huelgas y la organizacin de la clase obrera. III. Fundacin del partido socia-lista.

    A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Uruguay era un pas semifeudal y una semicolonia de imperialismo. La vida econmica del pas basada en la gran propiedad terrateniente, con un escaso desarrollo capitalista, era un apndice del imperialismo britnico. Los monopolios ingleses eran los principales inversores en los servicios pblicos (ferrocarriles, tranvas, gas, aguas corrientes, telfonos, telgrafos), en las Compaas de Seguro, de Carbn y Sal, de navegacin transatlntica, etc. Dos bancos britnicos actuaban en forma preponderante controlando el crdito, y el capital financiero ingls era el principal prestamista a la oligarqua gobernante. El imperialismo ingls controlaba fundamentalmente el mercado de ventas uruguayas. En el quinquenio 1893-1897, las importaciones inglesas al Uruguay, oscilaron del 24.82% al 33.70% del total de las importaciones, mientras las originaras de otros pases capitalistas oscilaban del 9,38% al 10,04%, Francia, del 9,37% al 11,69%, Alemania, del 5,63% al 7,72% los Estados Unidos.

    Otros pases capitalistas -Francia, Alemania y EE.UU. principalmente-actuaban; pero el primer papel lo tenan los monopolios britnicos que se apoyaban en los grandes terratenientes nativos y en la burguesa comercial importadora.

    A fines del siglo XIX y comienzos del XX, una nueva potencia, el imperia-lismo norteamericano comenz a disputar vivamente sus posiciones a los imperialistas ingleses en toda la Amrica Latina. La dcada de 1890 seala una etapa decisiva en el desarrollo del capitalis mo norteamericano. La exportacin de capitales, la conquista de fuentes de materias primas y de mercados se plantea agudamente a los nacientes y vidos monopolios yanquis.

    La conquista de fuentes de materias primas y mercados fue propiciada por el asalto de su marinera de guerra. En 1893 los intereses americanos organizaron una revuelta contra la monarqua nativa de Hawai, productora de azcar; cinco aos despus Hawai es anexada formalmente. Ms tarde a los 2 aos es convenida en territorio de los Estados Unidos. En 1895 EE.UU. interviene en Venezuela. En 1898 declara la guerra a Espaa cuando los cubanos se encontraban luchando por su independencia. La guerra termin con la victoria de los Estados Unidos, que ocup Cuba y se reserv el contralor militar, poltico y econmico de la Isla. La Repblica Cubana fue establecida en 1902 pero Estados

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  • Unidos mantuvo su dominacin, estableciendo en forma expresa el derecho, a intervenir bajo el rtulo de la proteccin de la independencia de Cuba. En ese perodo Estados Unidos se apoder adems de puerto Rico, de las Filipinas y de la Isla de Guam. Al rehusar Colombia en 1903 a ceder part e de su territorio, los EE.UU. intervienen en este pas, organizan una revuelta en Panam que se declara independiente bajo la proteccin de los EE.UU. Acto seguido Panam arrienda a perpetuidad una zona de 10 millas de ancho para la construccin y mantenimiento del Canal. Estados Unidos afianza las bases militares del Caribe mediante la imposicin de tratados militares con las Repblicas bajo su dominio de Santo Domingo, Hait y Nicaragua.

    En toda Amrica Central y el Caribe pasa a dominar el imperialismo norteamericano que a la vez extiende sus aspiraciones a China y a Amrica del Sur.

    La poltica colonizadora del imperialismo yanqui en Latinoamrica, abre una pgina particularmente sangrienta de la historia de los pases del centro y del sur. Los monopolios yanquis proclaman que el Destino Manifiesto de Estados Unidos, consiste en la hegemona absoluta, incompartida, sobre Amrica Latina. Golpes de Estado, intervenciones militares, el fomento de la guerra y de las rivalidades entre las naciones del Sur, la ocupacin de bases, la reaccin poltica en toda la lnea acompaan al saqueo de las riquezas naturales, al dominio de los pozos petrolferos y de las fuentes de materias primas, y al esfuerzo por el contralor del comercio exterior. La cruel explotacin de los indios en las minas y plantaciones, la instauracin de regmenes de campo de concentracin para los trabajadores, el robo de la tierra de los campesinos, y la utilizacin al mximo de todos los resabios feudales y esclavistas para la explotacin de las masas timbran la historia de las relaciones de los imperialistas yanquis con Latinoamrica.

    Los monopolios yanquis en su carrera por las ms elevadas ganancias chocan permanentemente con los imperialistas ingleses, franceses y alemanes que poseen fuertes posiciones o pretenden establecerlas en este Continente rico de materias primas y vasto mercado en perspectiva para sus productos.

    Como principal instrumento de su poltica hegemnica en Amrica Latina, el imperialismo yanqui levanta la bandera del panamericanismo que apunta a hacer de todo el continente una dependencia econmica, poltica y militar de los monopolios norteamericanos y a desalojar de sus posiciones al imperialismo ingls cuyas ms fuertes bases estn en Amrica del Sur. Con ese propsito, el Secretario de Estado Blaine, convoc en la ltima dcada del siglo XIX el primer Congreso Panamericano.

    El imperialismo yanqui procura ocupar posiciones en el Ro de la Plata y disputar a Inglaterra su situacin dominante. Se propone as utilizar las luchas

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  • entre las clases dominantes del Uruguay para desarrollar su penetracin. La lucha inter-imperialista planteada vivamente en toda Amrica Latina, se

    traba tambin en forma aguda en nuestro pas. En el Uruguay se ha producido un relativo desarrollo capitalista, y ello apareja algunos cambios en la vida social del pas y en la alineacin de sus clases sociales.

    Como se sabe, la penetracin imperialista no destruye las relaciones atrasadas de produccin, la explotacin semi-feudal de la mano de obra, las condiciones generales de atraso y miseria. El imperialismo, al realizar sus inversiones procura mantenerlas y afirmarlas como la mejor situacin para el saqueo de las riquezas y la obtencin de los mximos beneficios, con vistas a la colonizacin total de cada pas. El imperialismo apunta as a dos objetivos: Uno, que es finalidad esencial de la exportacin de capitales, la cacera de las ms elevadas ganancias; las formas sociales precapitalistas le sirven para pagar miserablemente la mano de obra y obtener las ms ventajosas concesiones. Otro, lograr apoyo social haciendo compartir a una capa reducida de vendepatrias -grandes terratenientes y grandes capitalistas- el saqueo de las riquezas y la explotacin brutal del trabajo nacional.

    El imperialismo es la explotacin ms descarada y la opresin ms inhumana de los centenares de millones de habitantes de las inmensas colonias y pases dependientes. El objetivo de esta explotacin y de esta opresin es la obtencin de super ganancias. Pero al explotar estos pases, el imperialismo se ve obligado a construir en ellos ferrocarriles, fbricas y talleres, centros industriales y comerciales. La aparicin de la clase de los proletarios, la formacin de una intelectualidad del pas, el despertar de la conciencia nacional, son otros tantos resultados inevitables de esta poltica (Stalin).

    La construccin de los ferrocarriles en el Uruguay y de otras empresas, y la extensin de las relaciones mercantiles, trajeron aparejados un cierto desarrollo capitalista, un cierto crecimiento de la industria liviana.

    Las luchas del proletariado -que hemos reseado- y el nuevo impulso que adquieren a partir del 1900, atestiguan este hecho. Por otra parte, en todo el final del siglo XIX se asiste a una inmensa agitacin democrtica de amplias capas de la burguesa, de la intelectualidad nacional y de la pequea burguesa dirigida contra las dictaduras militares y civiles y contra las ms crudas manifestaciones del atraso semi-feudal.

    Al comenzar el siglo, la burguesa nacional, aliada a ciertas capas de terratenientes que anhelaban un cambio en la situacin del pas con vistas a colocar ms ventajosamente su produccin en el mercado exterior, pas a disputar las posiciones de gobierno y logra su primer triunfo con el advenimiento al poder en 1903 de Jos Batlle y Ordez. Con los gobiernos de Batlle (1903 -

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  • 1907, 1911-1914) se fortalece la clase burguesa y se acenta el desarrollo capitalista del pas.

    La burguesa se ve obligada a llevar a cabo, -bajo el impulso de las luchas de la clase obrera, de la activa pequea-burguesa urbana y de la intelectualidad nativa- diversas reformas de carcter liberal.

    La burguesa no asumi, sin embargo, el poder plenamente, sino que, tras las banderas del partido colorado, pas a compartirlo con ciertas capas de terrate-nientes.

    La burguesa nacional era socialmente dbil. Su actuacin en el poder fue vacilante y contradictoria. Sometida a la presin de una clase obrera que despertaba tumultuosamente y de una activa pequeo-burguesa urbana que reclamaba reformas democrticas y de un sector de la propia burguesa (industriales) que aspiraba a reformas tendientes a fortalecer el mercado nacional y a proteger y desenvolver la industria nacional, la burguesa en el poder tom el camino de reformas liberales en lo poltico y econmico, tendientes a fortalecer el desarrollo capitalista de la economa nacional. Pero, a la vez, por su naturaleza de clase (la burguesa desea siempre como lo sealara Lenin, conservar las supervivencias del pasado para apoyarse en ellas contra el proletariado naciente) y en cierto sentido por su debilidad social (su reducido peso especfico en la sociedad uruguaya de comienzos del siglo) la burguesa desarroll una poltica de conciliacin y muchas veces de alianza con los terratenientes y con el imperialismo. Las medidas tendientes a desarrollar el capitalismo chocaban con la dominacin del latifundio semi-feudal y con los monopolios ingleses, no obstante se mantuvo en pie la gran propiedad terrateniente y el dominio imperialista sobre la economa nacional. La burguesa procur desarrollar el mercado interno, nacionaliz cienos servicios pblicos, sin tocar los principales intereses de los monopolios britnicos, extendi la red caminera para activar la circulacin de mercancas, facilit la inmigracin obrera para lograr una mano de obra de cierta calificacin y fortaleci el proteccionismo aduanero que se iniciara en el pas por el 1875.

    El desarrollo capitalista se produce as deformado, dejando en pie la estructura semi-feudal y dependiente del imperialismo. Ello facilita la formacin de una delgada capa de la burguesa nacional -cuyos capitales se han acumulado, fundamentalmente en la explotacin de los latifundios y en la exportacin al mercado exterior- cuyos intereses se alan cada vez ms con el imperialismo y con la oligarqua semi-feudal.

    Es en este perodo, que el imperialismo yanqui aprovecha las contradicciones en el seno de las clases dominantes y entre algunos sectores de stas y el imperialismo ingls, para apresurar su penetracin en el pas, facilitada por los

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  • grupos de capitalistas y terratenientes instalados en el gobierno de la Repblica. Como se sabe, los imperialistas ingleses y norteamericanos intervinieron activamente de una y otra parte, en la cruenta guerra civil de 1904.

    A partir de 1905, crece el papel de Estados Unidos en el comercio exterior del pas. En 1911, bajo la segunda presidencia de Batlle y Ordez se produce la primera gran inversin norteamericana, en la Repblica, con la instalacin del Frigorfico Swift.

    A su vez la influencia poltica del imperialismo yanqui se expresa en los grupos gobernantes que proclaman su adhesin a los principios panamericanis-tas, filosofa del dominio norteamericano sobre el continente Sur.

    La industria frigorfica y las necesidades crecientes del mercado internacional de lanas, exigan nuevas inversiones de capitales en el campo, en el mejoramiento de las razas ovinas y bovinas y un cierto perfeccionamiento de los medios tcnicos de explotacin, con la valorizacin consiguiente de la ganadera y la elevacin de la renta de la tierra. Estas inversiones, que aparejaran un desarrollo capitalista en el campo, se produce en el marco de la gran propiedad territorial y con vistas a soldar an ms la economa nacional al mercado exterior dominado por el imperialismo. As, en vez de diversificarse la produccin, se consolida la deformacin monocultura! de la economa nacional y se fortalece el papel de la gran propiedad terrateniente, aliada al imperialismo, en la vida econmica y poltica del pas.

    La propiedad de la tierra se concentra cada vez ms y son expulsados millares de campesinos y trabajadores rurales. La explotacin agrcola que se extiende relativamente en los Departamentos muy cercanos a Montevideo, tiende a desaparecer en el resto de la Repblica, sometidos los campesinos a un cruel proceso de pauperizacin.

    En el cuadro de este conjunto de factores, la clase obrera uruguaya, con una mayor concentracin y desarrollo numrico, se lanza a grandes luchas que repercuten hondamente en toda la vida poltica del pas. Estos combates de la clase obrera, que se realizan junto a la creciente actividad de la pequea burguesa urbana, de la intelectualidad nacional y de los sectores ms progresistas de la burguesa nacional, impulsan un cierto desarrollo democrtico del pas. Ello se traduce en algunas conquistas liberales en el terreno poltico y en algunas leyes sociales logradas por los trabajadores en continuadas batallas reivindicativas.

    A travs de las luchas, la clase obrera despierta polticamente, y se crean las condiciones para su actuacin independiente y la formacin de su partido de clase. Solo el proletariado podr cumplir un papel de vanguardia, aliada a los campesinos, y al frente de todo el pueblo, con vistas a realizar una autntica revolucin democrtica y a liberar el pas de la dominacin imperialista.

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  • El dbil desarrollo de la clase obrera desde el punto de vista ideolgico, no permita an que tomaran cuerpo las transformaciones democrticas y liberadoras que el pas necesitaba. La dominacin imperialista y el yugo de los grandes terratenientes sigui gravitando como una traba a todo el desarrollo social y econmico de la Repblica. El Uruguay entra en la poca del imperialismo como un pas semi-feudal y semicolonial. Grandes tareas histricas se plantean ante el naciente proletariado nacional. Esas tareas solo pueden realizarse bajo la direccin del proletariado, la clase revolucionaria de vanguardia. La situacin misma de la burguesa como clase -dice Lenin- engendra inevitablemente su inconsecuencia en la revolucin democrtica. La situacin misma del proletariado como clase, la obliga a ser demcrata consecuente (Lenin). II. - Crecen las huelgas y la organizacin de la clase obrera

    La clase obrera estaba sometida a una dura explotacin. Las condiciones de

    trabajo eran particularmente penosas; las jornadas de 12 y 14 horas agotadoras y los salarios de hambre. Las luchas obreras crecan y la organizacin de los trabajadores se extenda. La oligarqua dominante y los capitalistas recurran frente a ellas a la represin policial. En Setiembre de 1901 las reuniones obreras fueron prohibidas y las que se realizaban legalmente sometidas a la vigilancia policial. Numerosos locales fueron clausurados. El proletariado respondi a estas medidas con gran mpetu. La clase obrera est dispuesta a hacer valer sus derechos por todos los medios... proclam ante el jefe de polica una delegacin de los sindicatos obreros. En 1903, los obreros del cuero en nmero de 5 mil se declararon en huelga; solo en la fbrica de calzado de Marexiano los huelguistas suman 500 obreros. Estas luchas elevan la confianza de la clase obrera en sus fuerzas. Los obreros del Puerto y del transpone de Montevideo, levantan a su vez sus organizaciones gremiales. Nacen sindicatos obreros de la industria y del transporte en Salto y de obreros de diversas ramas en San Jos, Paysand y Mercedes. Las ramificaciones de la organizacin sindical se extienden a otras localidades del Interior. Las ms fuertes organizaciones del pas eran la de Unin de Ferrocarrileros y la Federacin de Trabajadores del Puerto. Los distintos sindicatos de la construccin firmaron un pacto solidario para enfrentar a la reaccin patronal. La lucha por los salarios, por la jornada de 8 horas, por el respeto de los derechos obreros y las libertades de asociacin constituan las reivindicaciones principales de los trabajadores.

    En las diversas organizaciones obreras actuaban trabajadores socialistas y anarquistas. Los socialistas agitaban en particular la bandera de la jornada de 8 horas y la necesidad de formar un centro poltico del proletariado. En 1905 se

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  • realizaron nuevas reuniones tendientes a organizar el Partido Socialista. En marzo de 1905, por iniciativa de la Federacin de Trabajadores del Puerto

    de Montevideo, se resolvi formar una Federacin de Sindicatos. En Agosto de 1905 se constituye bajo el nombre de Federacin Obrera Regional Uruguaya (FORU) la primera central obrera, en cuya direccin predominan las orientaciones anarquistas.

    En enero de 1905 fueron a la huelga los obreros del Ferrocarril Central; en mayo, 11 mil martimos y trabajadores de la construccin del Puerto se lanzaron a la lucha; en Julio pararon los obreros de la madera y de la construccin, en Agosto se produjo una nueva huelga ferroviaria y en diciembre declararon la huelga los obreros del Municipio de Montevideo. En 1906 pararon los obreros de la alimentacin y del transporte de la Capital. Estallaron conflictos en San Jos, Mercedes, Salto y Paysand. La lucha de la clase obrera impone conquistas reivindicativas y es un factor fundamental de presin sobre el gobierno de Bat le, para arrancarle derechos democrticos para los trabajadores. Las diversas intentonas represivas de las empresas y del Estado no logran mellar la organizacin obrera ni reducir su combatividad.

    Hacia 1908 se declararon dos paros generales. En 1911, el nmero de obreros, parados en distintas movilizaciones llegan a 19.600.

    En 1911, el gobierno derrama sangre de obreros huelguistas. La huelga de los obreros de la empresa imperialista de tranvas desata la represin policial. La tropa dispar contra los huelguistas causando numerosas vctimas, ese mismo ao, la polica, sustituy a los trabajadores dla Asistencia Pblica en Huelga.

    Los militantes obreros particularmente obreros de inspiracin marxista, enfrentan la represin del gobierno. El sector ms fuerte de la burguesa nacional que encabezaba Batlle tema a la accin independiente de los trabajadores. Y comienza a servirse cada vez ms de la represin combinada con la demagogia obrerista destinada a utilizar al proletariado al servicio de sus intereses.

    La ausencia de un Partido independiente de la clase obrera y la influencia anarquista, facilita que la burguesa consolide, en ese perodo, su influencia sobre amplias capas de trabajadores.

    Las luchas obreras y la agitacin de los militantes socialistas por la Ley de 8 horas obligan finalmente al gobierno a enviar un proyecto al Parlamento que le da su aprobacin recin en 1915.

    No obstante, esta ley se aplicar nicamente en aquellos lugares donde los obreros organizados obligan a cumplirla. Slo en 1918, a raz de la gran huelga martima y portuaria, la ley de 8 horas pasa a ser una realidad.

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  • III. - La fundacin del Partido Socialista

    Las numerosas luchas sostenidas por la clase obrera en las ltimas dcadas y la actividad del grupo socialista que realizaba desde aos atrs una labor propagandista, inspirada en el marxismo, crearon las condiciones para la formacin del Partido Socialista.

    En 1905 se haba intentado constituir el Partido Socialista; en 1910 se reiniciaron trabajos para organizarlo en escala nacional.

    En ese ao, el Centro Carlos Marx inscribi una lista de candidatos de coalicin con los liberales. A raz de la abstencin del Partido Nacional, salieron electos diputados. Pedro Daz (liberal) y Emilio Frugoni, intelectual de tendencia reformista, influido por el revisionismo que llegaba a Montevideo a travs de los dirigentes socialistas de la Argentina.

    El primer Congreso del Partido Socialista se realiz en 1912. El nacimiento del Partido Socialista era un hecho de indudable trascendencia

    histrica, e incorpor a sus filas a un buen ncleo de obreros revolucionarios. Subrayaba la importancia histrica de la formacin de un Partido de la clase

    obrera, el hecho de que la burguesa nacional, encabezada por el gobernante Jos Batlle y Ordez, procuraba quitar del proletariado todo papel independiente con una habilidosa demagogia social y con la corrupcin de algunos dirigentes sindicales. Estas maniobras de la burguesa nacional se vean facilitadas por la influencia anarquista del movimiento obrero, cuyos dirigentes abandonaban la lucha poltica en manos de la burguesa, a pretexto del combate contra el Estado y contra la poltica en general, lo que significaba en la prctica renunciar a la funcin histrica de vanguardia del proletariado en el proceso revolucionario, o sea en la realizacin de las tareas democrticas y liberadoras planteadas ante el pas por su estructura semi -feudal y semi-colonial.

    El nacimiento del Partido Socialista signific la formacin del Partido Independiente de la Clase Obrera. Y as lo entendieron numerosos trabajadores e intelectuales revolucionarios, inspirados en las ideas inmortales de Marx y de Engels.

    La trascendencia de este hecho histrico se oscureca, no obstante, por la actitud reformista hija del revisionismo bernsteniano, (1) que influa a algunos

    (1) Eduardo Bernstein, el idelogo alemn del revisionismo y el oportunismo fue uno de los jefes de la social-democracia reformista. Predic y realiz una revisin de los aspectos fundamentales del marxismo. As se manifest contra la teora de la lucha de clases, contra el colapso inevitable del capitalismo, contra la revolucin socialista y la dictadura del proletariado.

    Renunci al objetivo ltimo del proletariado, el socialismo, predicando, como nico objetivo en el movimiento obrero la lucha por reformas tendientes a mejorar en el capitalismo la situacin econmica del proletariado.

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  • algunos de sus principales dirigentes como Emilio Frugoni. Los revisionistas transformaban al Partido en un apndice de su fraccin

    parlamentaria, y relajaban la disciplina partidaria. En economa, negaban la teora de la bancarrota del capitalismo y de las crisis. Lenin seal que el reformismo que floreciera en el perodo pacfico entre 1871 y 1914, en la ideologa de un sector de la aristocracia obrera y de algunos compaeros de ruta pequeo-burgueses.

    Las tendencias revisionistas llegaron a dominar la II Internacional. Frente a ellas se alz Lenin quien restaur los principios revolucionarios del marxismo y los desarroll luego en la poca del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Los geniales planteamientos de Lenin y el nacimiento del bolchevismo en Rusia, sealaron una nueva poca en la historia del movimiento revolucionario mundial.

    El introductor del revisionismo bernsteniano en el Ro de la Plata fue Juan B. Justo, fundador y orientador del Partido Socialista Argentino. Justo no conceda importancia al objetivo final de lucha del proletariado por el socialismo. Predicaba la colaboracin de las clases, negaba la teora econmica de Marx, su concepcin filosfica del mundo, su doctrina del Estado, etc.

    Emilio Frugoni representaba el traslado de las ideas de Justo al Uruguay. As, el manifiesto inaugural del Partido propugna una transformacin gradual del rgimen burgus por medio de reformas . Y otros documentos asignan al Partido el carcter de una especie de oposicin crtica al gobierno y a las clases dominantes, desarrolladas primordialmente desde el Parlamento.

    A esto segua aparejada as la sub-estimacin de la organizacin y la disciplina como base del Partido.

    En consecuencia, el Partido llamado a canalizar el despertar del naciente proletariado, a forjar su conciencia poltica y a disputar a la burguesa su influencia sobre las masas, en la experiencia de la lucha no estaba en condiciones de hacerlo. La eleccin de Emilio Frugoni al Parlamento facilit el desarrollo de las tendencias electoralistas, tan caractersticas del reformismo, que reducan al Partido a la funcin de ala crtica del bautismo. Emilio Frugoni dira ms tarde que el Partido Socialista, era el Partido picana, cuya tarea consista en estimular las realizaciones reformistas de los Partidos de la burguesa.

    No obstante esta orientacin, en el seno del Partido Socialista, existan De ah su frmula: El movimiento lo es todo; la meta final no es nada . En filosofa se

    manifest contra la dialctica. Lenin luch implacablemente contra las posiciones y las obras de Berstein.

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  • apreciables ncleos de revolucionarios, que si bien no dominaban cabalmente la teora del marxismo, se orientaban a travs de algunos de los grandes textos de Marx y Engels, contra la lnea oportunista.

    La guerra de 1914-18 constituy la piedra de toque para el Partido Socialista. Ella permiti delimitar los campos en su interior. Pese a Emilio Frugoni y otros dirigentes, el Partido Socialista se pronunci contra la guerra imperialista.

    RESUMEN DEL CAPITULO II

    Las luchas obreras desarrolladas a fines del siglo pasado y en los primeros

    aos del siglo XX, en pleno crecimiento, tienen su coronamiento en el surgimien-to del Partido Socialista. Los obreros que haban dado pruebas de un alto espritu de lucha por sus reivindicaciones y en particular por la jornada de 8 horas, buscaban los caminos para dirigir sus esfuerzos contra la explotacin capitalista. El socialismo cientfico conocido a travs de algunas de las obras de Marx y Engels, y por el amplio desarrollo del movimiento obrero de Europa con gran influencia del marxismo. El surgimiento del Partido Socialista, signific un serio avance en el movimiento obrero. Ncleos importantes de obreros de firmeza revolucionaria, militaban en el Partido Socialista. Estos procuraban divulgar los principios del marxismo e introducirlos en el movimiento obrero, en duras luchas contra las errneas ideas anarquistas que predominaban en los crculos dirigentes del movimiento sindical. Los ncleos obreros socialistas, junto a honestos militantes sindicales fueron fuerzas decisivas para elevar la lucha contra la reaccin de las empresas y el Estado; acrecentaron el espritu de hermandad y solidaridad con el proletariado de todos los pases. Se convirtieron en la primera fuerza para obligar a la burguesa a legislar sobre las 8 horas.

    El rol que deba cumplir el Partido Socialista fue desvirtuado por los revisionistas y oportunistas, intelectuales de raigambre pequeo-burguesa, venidos a las filas del Partido Socialista, por la amplitud y el desarrollo que tomaban las ideas del marxismo. Desde sus documentos de fundacin la direccin del Partido Socialista dej sentir el peso de esta corriente. Los oportunistas separaban del marxismo su mdula terica de la dictadura del proletariado. Deseaban la conciliacin con las clases dominantes y queran del Partido Socialista una actividad crtica a la burguesa en el poder a travs del Parlamento. El desprecio a la actividad en el seno de la clase obrera, era una de sus caractersticas. Contra el revisionismo, el reformismo predicado por parte de la direccin del Partido Socialista y contra las tendencias anarquistas radicalistas, se educan los afiliados revolucionarios, fieles al proletariado y al marxismo.

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  • CAPITULO III

    LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIN SOCIALISTA DE OCTUBRE SOBRE EL PROLETARIADO -

    NACIMIENTO DEL PARTIDO COMUNISTA DEL URUGUAY

    I. - La guerra imperialista 1914-18. La quiebra de la Segunda Interna-cional. - La revolucin socialista rusa. II. - El Uruguay en la primera guerra mundial - Se forma un ala internacionalista en el partido socialista. - La adhesin a la revolucin rusa. III. - La formacin de la Federacin Obrera Martima marc fecha histrica para el movi -miento obrero. IV. - Marcan las condiciones para definir las corrien-tes en el Partido Socialista. - Aparece Justicia. V. - La fundacin de la III Internacional. - El Partido Socialista se adhiere a la III Internacional y pasa a ser Partido Comunista.

    I. - La guerra imperialista l914-18. La quiebra de la II Internacional. La

    revolucin socialista rusa.

    Sacudi al planeta un acontecimiento que iba a obligar a definiciones precisas a todas las clases y partidos, a todas las corrientes del movimiento obrero; la guerra mundial de 1914-18.

    La guerra de 1914-18 fue una guerra por un nuevo reparto del mundo y de las zonas de influencia, entre las principales potencias imperialistas.

    Es sabido que la guerra es un satlite inevitable del capitalismo. La rapia de territorios extranjeros, la apropiacin y el saqueo de las colonias, el acaparamien-to de nuevos mercados, haban motivado repetidas veces guerras de conquista por parte de los estados capitalistas.

    Al pasar el capitalismo a la fase postrera de su desarrollo, el imperialismo, (lo que se sita al alborear el siglo XX) las guerras se tornaron an ms inevitables; el capital financiero, que detenta un poder omnmodo sobre los estados capitalistas, requiere nuevas colonias y mercados, nuevos centros para exportacin del capital. Pero en esa poca, todo el globo terrqueo estaba ya repartido y, por otra parte, el desarrollo de diversas naciones capitalistas se efecta de una manera desigual; pases que aparecan en segundo lugar, logran desarrollar su industria a ritmos rpidos y emerger al primer plano, dejando atrs a los pases hasta ayer preponderantes. Vara la correlacin entre el podero de los estados capitalistas, y surge la aspiracin a establecer un nuevo reparto basado en las nuevas relaciones, por parte de los estados menos provistos de colonias.

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  • Tal era la situacin en vsperas de la conflagracin que ensangrent al mundo desde 1914 a 1918.

    Alemania -imperialismo llegado tarde al reparto- aspiraba despojar a Ingla-terra y Francia de sus colonias y a Rusia de Ucrania, Polonia, etc.; Rusia soaba con el reparto de Turqua y la conquista de los Dardanelos; Inglaterra quera reducir por la fuerza a Alemania, que la estaba desalojando del mercado mundial, y anexionarse la Mesopotamia, Palestina, Egipto, etc.; Francia aspiraba a reconquistar el Sarre, rico en carbn y hierro y las provincias de Alsacia y Lorena, perdidas en la guerra de 1870. Estas eran algunas de las cuestiones que iban a ventilarse por la fuerza en la primer guerra mundial.

    La actitud ante la guerra fue la prueba de fuego para las corrientes del movimiento obrero internacional.

    Los partidos de la II Internacional -podrida en vida por el oportunismo- que haca tiempo haban renegado dla lucha revolucionaria, predicando la integracin pacfica del capitalismo en el socialismo, traicionaron vilmente la causa del proletariado mundial y se pasaron al lado de sus respectivas burguesas.

    Los jefes de los partidos socialistas traicionando al proletariado se pasaron a la posicin del socialchovinismo y abrazaron la defensa de la burguesa imperialista. Ayudaron a los gobiernos imperialistas a engaar ala clase obrera y a inyectarle el veneno del nacionalismo. Bajo la bandera de la defensa de la patria, estos social-traidores comenzaron a azuzar a los obreros alemanes contra los franceses, y a los obreros franceses e ingleses contra los alemanes. (Historia del Partido Comunista (b) de la URSS, pg. 168, ed. 1946.)

    Los partidos de la II Internacional rompan como si fueran simples tiras de papel sus ms solemnes acuerdos: en 1910 en Copenhague, haban jurado votar contra los crditos de guerra en el Parlamento; en 1912, en Basilea, declararon criminal que los obreros tiraran unos contra otros para acrecentar las ganancias capitalistas; pero en 1914, social-demcratas alemanes, franceses, ingleses, belgas, etc., levantaron sus manos para consagrar este crimen contra el proletariado; o se abstuvieron de votar (caso de los centristas, como Kautsky), en una posicin igualmente traidora a la solidaridad internacional del proletariado.

    La II Internacional no reflejaba las aspiraciones de las masas obreras, sino las de la reducida capa de la aristocracia obrera, corrompida por la burguesa a expensas de los beneficios coloniales, que ocupaban a menudo puestos importantes en las organizaciones obreras, en el Parlamento, etc. Cuando comenz el tronar de los caones, se convirtieron en celosos defensores de los gobiernos imperialistas, llegando incluso a ocupar ministerios.

    Esta poltica condujo a la II Internacional a la bancarrota completa, a desgajarse en una serie de partidos chovinistas aislados, en guerra unos contra

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  • otros. El Partido bolchevique fue el nico que permaneci fiel a la gran bandera

    del internacionalismo revolucionario, mantenindose firme en las posiciones marxistas de lucha, resuelta contra la autocracia zarista, contra los capitales y terratenientes y contra la guerra imperialista. (Historia del P.C. (b) de la URSS, pag.167.ed.1946).

    Pero los bolcheviques no eran simplemente partidarios de la paz, del cese de la guerra imperialista, vinculaban la causa de la paz al triunfo de la revolucin proletaria, por cuanto el medio ms seguro para conquistar una paz justa, era derrocar a la burguesa imperialista, causante de la guerra. (1)

    Frente a los mencheviques y los social-revolucionarios, que renegaban de la revolucin, y frente a la consigna traidora del mantenimiento de la paz civil mientras durase la guerra, los bolcheviques lanzaron la consigna de transfor-macin de la guerra imperialista en guerra civil.

    Esta consigna significaba que los trabajadores, incluyendo entre ellos a los obreros y a los campesinos armados vestidos con el uniforme militar, deban volver las armas contra la burguesa y derribar el poder de sta si queran liberarse de la guerra y construir una paz justa.

    Frente a la poltica de los mencheviques y social-revolucionarios de defensa de la patria burguesa, los bolcheviques defendan la poltica de derrota del gobierno propio en la guerra imperialista. Esto significaba que era necesario votar contra los crditos de guerra, crear organizaciones revolucionarias clandes-tinas dentro del ejrcito, apoyar los actos de confraternizacin de los soldados en los frentes, y organizar acciones revolucionarias de los obreros y los campesinos (1) En su obra Problemas Econmicos del Socialismo en la URSS (1952), refirindose al carcter del movimiento de lucha por la paz, escriba Stalin.

    El presente movimiento pro paz persigue d fin de levantar a las masas populares a la lucha por mantener la paz, por conjurar una nueva guerra mundial. Consiguientemente, ese movimiento no persigue el fin de derrocar d capitalismo y establecer el socialismo, y se limita a fines democrticos de la lucha por mantener la paz. En este sentido, el actual movimiento por mantener la paz se distingue del movimiento desarrollado en d periodo de la primera guerra mundial por la transformacin de la guerra Imperialista en guerra civil, pues este ltimo movimiento iba ms lejos y persegua fines socialistas.

    Es posible que, de concurrir determinadas circunstancias, la tacha por la paz se desarrolle hasta transformarse, en algunos lugares, en lucha por d socialismo, pero eso no sera ya d actual movimiento pro paz, sino un movimiento por derrocar d capitalismo. (Problemas econmicos del socialismo en la URSS. Edic. Lenguas Extranjeras, 1952, Pg. 4).

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  • contra 1a guerra, convirtindose en una insurreccin contra el gobierno imperia-lista de su propio pas (Historia del P.C. (b) de la URSS, pg. 171, ed. 1946).

    La derrota del zarismo, segn Lenin, no poda menos que facilitar la obra de su derrocamiento, a manos de las fuerzas revolucionarias conducidas por el proletariado. Esta deba ser la poltica a seguir por los partidos revolucionarios de todos los pases en guerra, con respecto a sus propias burguesas.

    Las consignas tcticas de Lenin, lanzadas en el fragor de la hecatombe, dimanaban verdad de apreciaciones de fondo sobre las guerras. Los bolcheviques entendan y entienden que hay dos clases de guerras: a) las guerras justas, no anexionistas, de liberacin, que tienen como finalidad

    defender al pueblo contra una agresin exterior y contra cuantos intenten esclavizarle, liberar al pueblo de la esclavitud del capitalismo o, finalmente, emancipar a las colonias y los pases dependientes del yugo de los imperia- listas; y

    b) las guerras injustas, anexionistas, que tienen como finalidad la anexin y esclavizacin de pases y pueblos extranjeros (Historia del P.C. (b) de la URSS, pg. 196, ed. 1939). Los bolcheviques estaban contra estas ltimas guerras: se proponan la lucha

    activa, resuelta, contra ellas, llegando -como hemos visto- hasta la revolucin. Los bolcheviques estaban a favor de las guerras justas.

    Para luchar por estas consignas, Lenin se dio por tarea la constitucin de una organizacin internacional, fiel al espritu del marxismo y a la defensa de los intereses de los trabajadores, que reemplazara a la decrpita II Internacional. Con este objetivo, se realizaron las conferencias de Zimmerwald (setiembre de 1915) y de Kienthal (1916). El nico partido que en estas conferencias mantuvo una posicin consecuente