42° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

La entrada a las 3 de la tarde fue rápida y sin problemas, había gente pero no tanta ya que recién había abierto. El precio de la entrada es accesible por lo tanto todos tenemos la posibilidad de acceder sin problema alguno y no perdernos del evento. La primera parte de la feria es un pequeño paseo que se recorre en un

periodo de tiempo corto y no requiere de mucha atención ya que no hay tanto que ver.

Al pasar a la otra parte de la feria, nos dimos cuenta de que no era una coincidencia la elección del lugar. Habían pasillos y pasillos, la visita nos llevó todo el día ya que había una gran variedad de libros, diferentes actividades y cantidades de stands. Participan editoriales, distribuidoras y librerías de Argentina y del exterior, instituciones culturales y educativas, representaciones de países y medios periodísticos.

Fue difícil poder recorrer cada parte de la feria, no sólo por el gran espacio para caminar, también porque al tiempo de haber abierto había una gran suma de visitantes y era casi imposible poder entrar a algunos stands; al final, parecía que no había el espacio suficiente pero si lo había, en algunos stands se generaba un amontonamiento de gente por la variedad o por las ofertas.

Cada stand tenía un espacio determinado y algunos eran más llamativos que otros, sea por los colores, las estructuras o las luces, algunos se llenaban de gente y en otros casos habían muy

pocas personas. Nos sorprendió la inmensidad del evento y la importancia que se le dio en general ya que hoy en día es muy difícil incentivar la lectura, más que nada en el caso de los adolescentes. Aquí, en la Feria del Libro buscaron la manera de dar a conocer la maravilla del libro y en varios eventos sumaron la tecnología con la lectura ya que la tecnología es lo que día a día reemplaza al libro de tinta y papel. Además de que se produjeron muchas actividades educativas para todas las edades, más que nada para jóvenes y niños.

Las secciones estaban bien divididas en sectores de pabellones. El primer paseo en la Feria del Libro se hace por el pabellón ocre. Y la segunda parte se da en el pabellón azul, verde y amarillo. La tercer parte se da en el pabellón rojo y luego blanco y finalmente se pueden apreciar las exposiciones al aire libre.

En cuanto a la venta de libros y su calidad, podemos decir que había gran diversidad en ambos casos. Podíamos encontrar un mismo libro en distintos precios (no con demasiada diferencia entre unos y otros) y en distintas ediciones. Aun así, los buenos libros no estaban a precios tan accesibles, pero había varios stands dedicados a las ofertas o rebajas de ejemplares. Buscamos libros dedicados a la publicidad pero los que encontramos no eran muy accesibles y tampoco eran tan completos. En el caso de los libros para carreras no habían demasiados si los comparamos con la cantidad de comics que había. Se podría decir que fue muy difícil encontrar libros relacionados con carreras y hubiera sido mejor si los stands hubieran estado divididos por categorías, es decir, stands de comics, stands dedicados a las universidades, stands de novelas, stands de variedad, etc. Así hubiera sido más fácil encontrar y comparar los libros deseados.